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¿Por qué y para qué vino el Espíritu Santo?


El EspĂ­ritu Santo vino para habitar en los creyentes, para que vivan una vida cristiana victoriosa. Fue dado a la iglesia para unir a los miembros a fin de que el cuerpo de Cristo (iglesia) fuese edificado en amor.


¿Cuál fue el motivo principal del envío del Espíritu Santo al substituir a Cristo y su ministerio?


Concluimos que en el Nuevo Testamento la razón principal del envío del Espíritu Santo a los discípulos fue capacitarlos para realizar la misión (Hechos 1:8). Vino para que sean misioneros.


Tres aspectos de la Misión del Espíritu Santo como líder y fuente de poder para la misión: I. El Tiempo del Espíritu Santo. II.El Espíritu Santo inicia y lidera la misión.

III.La obra del Espíritu Santo en el mundo impenitente.


I. EL TIEMPO DEL ESPÍRITU SANTO


En su sermón profético Jesús mencionó una persecución futura que prefiguraba el fin del mundo y que sus seguidores enfrentaron en el año 70 DC.


El futuro estarĂ­a marcado por el evangelismo y por el fuego del EspĂ­ritu Santo.


El Espíritu vendría como el poder para el IR. Misión y Espíritu Santo son inseparables, siempre estarán juntos. Cuando Jesús sopló el Espíritu a los discípulos fue para habilitarlos para la misión (S. Juan 20:22).


El Espíritu que reposó sobre Jesús fue transferido a los discípulos junto con la misión que Jesús venía desempeñando. Eso pasó a ser de ellos: Misión y Espíritu Santo.


La coronación de Jesús no es solo la vindicación de Jesús y la aceptación de su trabajo, es también un pre requisito para la venida del Espíritu Santo para el cumplimiento de la misión de IR.


Así como hubo una gran manifestación del Espíritu Santo cuando Jesús vino (profecía, concepción milagrosa, voz del cielo, bautismo), así también hubo una manifestación intensa del Espíritu Santo en el inicio de la Misión en Pentecostés.


Como el Espíritu Santo habilitó a Jesús, así también el Espíritu Santo habilitó a los discípulos (Hechos 1:8). Esas dos características de la Iglesia apostólica continuarán siendo de la iglesia hasta el regreso de Cristo. Espíritu Santo y Misión – Dr. Wilson H. Endruveit, PhD.


II. EL ESPÍRITU SANTO INICIA Y LIDERA LA MISIÓN


Lucas relata que el evangelismo no se origin贸 en los ap贸stoles.


El relato de Hechos nos dice que quedaron sentados en silencio en Jerusalén, hasta que el Espíritu Santo vino sobre ellos en el Pentecostés. De ahí en adelante ya no pudieron quedar callados acerca de los grandes hechos de Dios.


Dispersados por la persecución fueron guiados por el Espíritu Santo para predicar las buenas nuevas hasta Antioquía, la que más tarde se transformó en el centro de la misión a los gentiles.


Este suceso evangélico enseguida después de la venida del Consolador es un argumento poderoso de la relación del Espíritu Santo con el evangelismo. Después de esto el evangelio se expandió desde Jerusalén según el padrón de Hechos 1:8.


Fue el Espíritu Santo quien inspiró a Pedro para enfrentar a los judíos (4:8) y proclamar a Jesús como Mesías.


Fue el Espíritu Santo quien separó a Estaban para el diaconado y después para la predicación del evangelio (6:3,5; 7:55). Fue el Espíritu Santo quien envió a Felipe en su misión exitosa a Samaria para hacer contacto con el eunuco de Etiopía (8:29), y después lo condujo hasta Cesarea.


Para revelar que el Espíritu Santo está disponible también para los gentiles, el Espíritu Santo dio a Pedro la visión del lienzo con los animales inmundos.


Fue el Espíritu Santo quien motivó a la Iglesia de Antioquía a separar a Pablo y a Bernabé en su primer viaje misionero (13:2,4). Y al volver relataron como el “Señor les había abierto la puerta de la fe a los gentiles” (14:27).


El Espíritu Santo no sólo fue el líder de toda la expansión evangélica, como también su poder motivador. Derribó todos los obstáculos e incorporó a la iglesia a todos los tipos de personas.


¿Qué agentes usó el Espíritu Santo? El Espíritu Santo usó el testimonio informal y los agentes en la misión inaugurada por el Espíritu Santo fueron los discípulos de Jesús.


El cap铆tulo 8 de Hechos registra la difusi贸n del evangelio por misioneros laicos, que debido a la persecuci贸n, despu茅s de la muerte de Estaban, fueron obligados a huir (8:1,4).


El mensaje es claro: se espera que todos los discípulos testifiquen a favor de Cristo. Esta es la razón del envío del Espíritu Santo.


Seg煤n Pablo, Cristo nos reconcili贸 con Dios por su muerte. Y a todos los que fueron reconciliados, les fue confiado el ministerio de la reconciliaci贸n (2 Cor. 5:18-20).


Dar testimonio es hablar de su experiencia. No necesariamente es predicar. Dar testimonio en Hechos no es ir silenciosamente a la iglesia y tampoco la publicidad formal. Es simplemente la referencia concreta de la muerte y resurrección de Jesús por el poder del Espíritu Santo, ahora disponible a cada creyente en Jesús.


III. ACTUACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO EN EL MUNDO IMPENITENTE


1. El EspĂ­ritu Santo convence y atrae


El Espíritu Santo está presente en cada parte del proceso de la conversión del pecador.


La venida del Espíritu Santo trae al alma un nuevo sentido de pecado. El Pentecostés fue una demostración de esta actividad del Espíritu Santo.


Una de las primeras evidencias de la operación del Espíritu Santo es la profunda convicción de que alguien es pecador. No sólo esto. También presenta atractivo a Jesús. El Espíritu Santo testifica de Jesús y lo glorifica (S. Juan 15:26; 16:14).


“El Espíritu Santo está tratando constantemente de llamar la atención de los hombres a la gran ofrenda hecha en la cruz del Calvario, de exponer al mundo el amor de Dios y abrir al alma arrepentida las cosas preciosas de las Escrituras.” Hechos de los Apóstoles, p. 43


As铆, el Esp铆ritu Santo convence al pecador de su pecado, le muestra la salvaci贸n y justicia que hay en Cristo y le advierte de las consecuencias de continuar en su pecado y rechazar la salvaci贸n ofrecida de gracia.


2. El EspĂ­ritu Santo produce arrepentimiento


Si el pecador atiende la vivificadora influencia del EspĂ­ritu Santo, serĂĄ inducido al arrepentimiento.


Aunque los pasajes del Nuevo Testamento hablan del arrepentimiento como un don de Dios, probablemente se refieren a una obra del EspĂ­ritu Santo.


3. El EspĂ­ritu Santo produce la fe.


Cuando pensamos en la fe no hay duda que es un don de Dios por medio del Espíritu Santo. Nadie puede decir: “Jesús es mi Señor” sino es influenciado por el Espíritu Santo (1 Cor. 12:1). Una vez más se puede ver cómo el Espíritu Santo está ligado a la persona de Jesús.


Cuando el Espíritu Santo hace posible que alguien pueda ver a Jesús y se rinda ante él, entonces se puede decir que nació la fe en él.


4. El EspĂ­ritu Santo convierte al pecador.


“Pues habéis renacido, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre.” 1 Pedro 1:23


Así el nuevo nacimiento es el resultado de la operación del Espíritu Santo mediante la Palabra de Dios. El Espíritu Santo no suprime la Palabra de Dios.


“Mediante un agente tan invisible como el viento, Cristo obra constantemente en el corazón. Poco a poco, tal vez inconscientemente para quien las recibe, se hacen impresiones que tienden a atraer el alma a Cristo. Dichas impresiones pueden ser recibidas meditando en él, leyendo las Escrituras, y oyendo la palabra del predicador viviente…


…Repentinamente, al presentar el Espíritu un llamamiento más directo, el alma se entrega gozosamente a Jesús. Muchos llaman a esto conversión repentina; pero es el resultado de una larga intercesión del Espíritu de Dios; es una obra paciente y larga.” DTG, pág.144. Espíritu Santo y Misión – Dr. Wilson H. Endruveit, PhD.


Es por la operación del Espíritu Santo que nos hacemos cristianos. Y el Espíritu Santo nos adopta en la familia de Dios (Rom. 8:15; Gál. 4:6).


Es por la intervención del Espíritu Santo que nos transformamos en cristianos. Nos convence de pecado, nos conduce al arrepentimiento, y nos muestra a Jesús atractivo. Es el Espíritu Santo que nos une a Cristo y Pablo dice: “Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él” (Rom. 8:9).


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