SOY ALFONSO CORTÉS CONTRERAS

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ARZOBISPO METROPOLITANO

semanariogaudium.org.mx DEL 23 AL 29 DE MARZO DE 2019

FOTOS: ARCHIVO GAUDIUM/JOSÉ DE JESÚS FUENTES.

LA REPORTERA, Diana Rodríguez, preguntó a don Alfonso Cortés sobre su decisión de entrar al seminario.

‘Nuestro deber es unir y servir’: Alfonso Cortés

La voz del Pastor En entrevista, el Arzobispo de León, destacó los retos que enfrenta su ministerio y habló sobre el camino que ha recorrido DIANA RODRÍGUEZ ¿QUIÉN ES DON ALFONSO CORTÉS? Yo soy el arzobispo de León desde este próximo 20 de marzo van a ser 6 años. Soy, antes de ser obispo soy sacerdote de la Arquidiócesis de Monterrey, después fui 4 años obispo auxiliar en Monterrey, 3 años en Cuernavaca, y si Dios quiere, ahora el día 20 de este cumplo 6 años aquí. ¿ORIGINARIO DE MICHOACÁN? Soy de la Luz, Michoacán. ¿CÓMO RECUERDA A SUS PADRES? Recuerdo a mis padres, con mucho cariño, con mucho respeto, y sobre todo con mucha admiración porque nos educaron como personas y nos transmitieron la vida. Nos educaron de una forma muy sabia y al mismo tiempo muy autorizada con su palabra y con su ejemplo. Muy niño me fui al Seminario, de 11 años 7 meses

CUANDO ENTRA AL SEMINARIO ¿COMO FUE SU EXPERIENCIA? Yo entré al seminario terminando la primaria. Al menos en ese tiempo, por los años 60, era muy normal que uno optara por la vocación sacerdotal… yo de hecho ahí los primeros 3 años, porque ese pueblo de la Luz era una hacienda ganadera, había hasta 3 años de primaria, y eran los seminaristas mayores de Zamora, los que nos daban las clases. Y de ahí en la convivencia con ellos, con el Señor cura, ahí en el pueblo, Dios se valió de eso para suscitar en mí el deseo de ser sacerdote. Para mi entrar al seminario fue muy normal, fue una opción mía, que mis padres estuvieron de acuerdo y pues Dios nuestro señor me dio la gracia y me educó a través de todos los años de formación en el seminario. Me iluminó, expresó su voluntad y yo expresé mi voluntad de ser sacerdote. Pero el camino de don Alfonso se alejó cada vez más de su natal Mi-

choacán. En 1999 tras un tiempo como formador en el seminario, lo nombran rector del Pontificio Colegio Mexicano de Roma. ¿CÓMO FUE SU ESTANCIA EN ROMA? Muy agradable y provechosa. A mí me acompaña de la experiencia de roma el haber tenido la oportunidad de prepararme, de tener años de reflexión, de cultivar mi inteligencia en a la universidad, y no solamente en la universidad, sino de todo el contexto cultural que tiene Roma, que tiene Italia, que tiene Europa. Es cierto que la formación y el estudio es parte de la formación integral del sacerdote, peor ir a Roma con la finalidad de ira estudiar, lo principal es ir a cultivar la inteligencia. ¿EN QUÉ AÑO REGRESA A MÉXICO? Yo regreso a México en 1979. Regresé a Monterrey y me nombraron director del seminario menor. Y al mismo tiempo era maestro en el seminario mayor. Enseñaba antropolo-

gía y enseñaba también introducción a la teología. EN EL AÑO 2005 FUE NOMBRADO OBISPO AUXILIAR DE MONTERREY ¿CUÁL FUE SU REACCIÓN? A mí me dan la noticia de que el Santo Padre me había elegido obispo auxiliar de Monterrey, el día 20 de junio ahí en la Santa Sede, en la Congregación de los obispos. Para mí fue una sorpresa, y todo lo que, para un ser humano, un sacerdote implica que le encomienden ese ministerio. Que es un ministerio sobre todo de la asociación de los apóstoles, que es recoger el ministerio sacerdotal, el ministerio apostólico y llevarlo adelante. No con los criterios de uno, sino tener sabiduría, inteligencia, tener visión espiritual para poder uno interpretar y saber valorar, tener en sus manos el depósito de la fe de la iglesia. Y junto con ese depósito el dónde se deposita, no es solamente tener el depósito, sino donde se va a depositar, tengo mis manos, donde lo voy a depositar.

Esto implica mucho, para un obispo, saber que estructuras debe tener la iglesia de hoy, no la de hace 40 años. LA VIDA ACTUAL CAMBIA CONSTANTEMENTE ¿QUÉ MENSAJE LE PUEDE DAR A LOS JÓVENES? Lo que yo he recibido de parte del apóstol que me nombró obispo, que fue el papa Benedicto XVI y del apóstol que me ordenó, que fue el Cardenal Robles, eso no cambia, eso como es de Dios, es nuevo siempre. El asunto son los contenidos, las formas, como se presenta, como debe hablar… de tal manera que, no es que sea otro evangelio, otra iglesia. Sin que… las formas. Le pongo otro ejemplo, yo creo que una de las distancias entre nosotros los clérigos y los jóvenes es el lenguaje, y no solamente las palabras, es la forma de expresarse, de comunicarse, son los signos. Yo creo que la iglesia no debe montarse en un espectáculo, hay que contentarlos, ¡hay que divertirlos… ¡NO! Hay que acompañarlos en la reflexión, hay que escuchar. FUE OBISPO EN CUERNAVACA EN 2009 ¿COMO VIVIÓ SU MINISTERIO EPISCOPAL? En Cuernavaca fueron 3 años, pero 3 años muy intensos. Cuando llegué a Cuernavaca hice 3 planteamientos. Que yo quería una iglesia misionera, que yo quería una iglesia que asumiera la nueva evangelización, que yo quería una iglesia


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que camináramos con espíritu sinodal. El mismo planteamiento que he hecho aquí. Y allá en aquella iglesia, junto con el presbiterio y los principales laicos responsables de las comunidades, iniciamos un trabajo, yo diría que comenzamos a arar a fondo. Había un plan de pastoral bastante sencillo. Lo primero que yo plantee es que yo no quería un plan de pastoral para hacer cosas. Yo quería un plan de pastoral que fuera una guía espiritual para el clero, para los religiosos y para los fieles cristianos… guía espiritual. Comenzando por un servidor. Lo primero que hicimos fue entrarle a la administración. Yo lo digo muchas veces de una forma, le tomamos distancia al dinero. El dinero no es nuestro, ese poco es para administrarlo. Eso dio una gran salud. El primer fruto de eso es que los hermanos, los sacerdotes hermanos, abandonados, los recibieron en parroquias. Un solo sacerdote me dijo: a mi mándeme 4 sacerdotes hermanos ancianos y yo los cuido. La segunda cosa donde le estábamos entrando a fondo era ser una iglesia educadora. Que las parroquias sean escuelas del evangelio, escuelas de la oración, escuelas de la vida social. En Cuernavaca hubo un obispo iluminado, con muchas resistencias, y también muy discutido. Monseñor Méndez Arceo, quien renovó toda la catedral. Le dio a la diócesis, aprovechando toda la cultura y toda la antropología que había, le dio a la diócesis un humanismo cristiano profundo. El resaltó mucho la liturgia, no era celebrar misa para salir del paso. Ahí se celebraba la misa en Catedral. Es un gozo misterioso, místico celebrar la eucaristía en esos conventos de Morelos y en esa Catedral. Yo realmente me enriquecí mucho. Ese estado de Morelos tiene una infraestructura cultural indígena preciosa. Triste porque han

abusado de ellos, líderes sociales, x y z… pero también dañado. La gente pobre ahí… mucho se ha impuesto el dinero y los intereses por encima de los intereses de la gente. Esa gente tiene un rostro humano, y un rostro espiritual, tiene un rostro cultural profundo. En medio de su silencio indígena es gente transparente, honesta, que cuando dicen, dicen lo que piensan, no le dan vuelta ni dicen por atrás. FUE NOMBRADO RECTOR DEL PONTIFICIO COLEGIO MEXICANO EN ROMA A mí no me causó tanta admiración, porque yo había sido alumno del Colegio. Después regresé a Monterrey y en 1985 me nombraron administrador del colegio de 1988 a 1991 director espiritual, regresé a Monterrey en el 91 y en 99 la Conferencia Episcopal me nombró Rector. DE CUERNAVACA A LEÓN Yo pensaba que me iba a morir en Cuernavaca, uno no tiene que andar pensando en otros puestos. Y estaba ahí entrándole con mucho gusto. El Santo Padre quiso pedirme este servicio y lo asumí. Lo mismo, esos tres planteamientos que he hecho de iglesia los he hecho aquí. Estas iglesias tienen un tiempo de tradición muy valioso, pero largo por otro lado. Son diócesis que tienen su memoria histórica, sus estructuras. Esas diócesis del sur, en Morelos empieza el sur, no son tan estructuradas, tan rígidas, son comunidades que tienen más libertad. ¿ALGUNA VEZ A LO LARGO DE ESTE CAMINO EXISTIÓ ALGO QUE LE HICIERA DUDAR DE SU MISIÓN? ¡No!, yo nunca he dudado de mi vocación. Tengo el cansancio natural del camino, del viaje. Eso natural a todo el mundo.

RETOS DE LA IGLESIA DE LEÓN ANTE LAS NUEVAS GENERACIONES Los mismos que he dicho, que seamos una iglesia misionera, que vayamos a redescubrir y tomar nuestra misión…. No ser funcionarios de la religión, sino ir al evangelio, ir a la misión de la iglesia, ir a la tarea que Jesucristo nos encomendó: ser santos como su padre celestial es santo, y dar testimonio de El ante los demás. Y vivir esos signos, que yo creo que son dos signos fundantes. Uno es unir, la comunión. lo que la sociedad dice Vamos a hacer WhatsApp, vamos a hacer un grupo de internet, en la iglesia se llama hacer comunión. Nada más que ahí hay que hacer un trabajo muy fuerte para volver a la original. El primer reto de esta iglesia es volver a ser una iglesia misionera. Eso implica una frescura del Espíritu. Hacer una escucha del Espíritu. Que nos guíe el Espíritu santo. Lo segundo es asumir la Nueva evangelización. No es solamente hacer cosas nuevas, sino tener un nuevo ardor, nuevos métodos, nuevo acercamiento profundo, tener el coraje y la valentía de ir dejando aquello que es caduco. En la iglesia hay cosas que son caducas. En el ejercicio del ministerio de esta arquidiócesis hay cosas que hacemos que son caducas. Desde la misma renovación se necesita asumir estructuras; Asumir la nueva evangelización implica tender dos puentes. Un puente de anunciar el evangelio a la sociedad… no ser funcionarios de la religión, vivir a profundidad la liturgia. La liturgia necesita una renovación profunda, desde los templos. La iglesia necesita tender ese puente del anuncio del evangelio y segundo, la iglesia necesita tender un puente con la cultura. Con la cultura del pueblo, con la cultura laboral, con la cultura de la universidad, con la cultura de la mujer. A la mujer se la tienen ahorita bien tomada con las ideologías, que dicen que la hacen libre, ¡nada de libre! La hacen esclava.

Eso requiere una iglesia nueva, un espíritu nuevo. Eso requiere atender a dos cosas, a la evangelización y por otro lado juntas, a la educación y a la cultura. Se necesita hacer cultura cristiana, no solamente ritos. Finalmente, requerimos en la arquidiócesis tener comunión… de una manera más profunda, se llama caminar sinodalmente, caminar juntos. No solamente es hacer lo mismo todos, sino un estilo de vida esencialmente en la unidad. Y también esa unidad debe aceptar la diversidad. Una iglesia que no acepte la diversidad no es iglesia, pero la diversidad debe aceptar la unidad. En la iglesia, cuando no vivimos a profundidad esa espiritualidad de la sinodalidad, nos volvemos franquicias…. Los retos de esta iglesia de León son los retos de la iglesia de Jesucristo en el mundo: Una iglesia misionera y una iglesia que asuma la Nueva Evangelización…. Una iglesia unida por el Espíritu Santo. Yo creo que el deber primero de nosotros es “unir y servir”. ¿QUÉ PIENSA DE LEÓN? Creo que la Arquidiócesis de León tiene una gran reserva humana, la gente es buena. Otra cualidad que tiene esta arquidiócesis, que está también fundada en su gente, es una memoria. Aquí en estos lugares, Dios plantó unas señales luminosas que también a veces crecen los arbustos, crecen las cosas superfluas y secundarias y se tapan. Dios plantó aquí a los mártires. Estas tierras están sembradas por la fidelidad de los mártires, esos cristianos eran la semilla generosa que representaba a miles de familias. Abuelos, jóvenes. Y Dios plantó todo el Evangelio, todo el humanismo cristiano, toda la caridad social la ha plantado en estas tierras de una forma muy generosa. Indudablemente que ese humanismo también se va deteriorando, y hoy estamos en un momento en que

ese humanismo ya no es solamente cristiano. Se está deteriorando, por eso yo muchas veces repito que la crisis de esta sociedad y de esta arquidiócesis es el sentido del ser humano, el sentido de la vida. Esta arquidiócesis tiene muchas posibilidades, siempre y cuando nos animemos, lo que más le cuesta al ser humano es cambiar. Y muchas veces cuando se cambia se tocan intereses. Esta iglesia tiene unas posibilidades enormes, en primer lugar, porque Dios nuestro Señor está con nosotros. Pero nosotros, sobre todo el clero, deberíamos hacer un esfuerzo profundo por renovar nuestro corazón. Otra deuda histórica de esta arquidiócesis es asumirlos a ustedes, no como empleados. Ustedes tienen el derecho, son de la familia. Un pastor tiene que tomar las decisiones pastorales con los laicos, usted imagínese la cantidad de gente preparada que hay en la arquidiócesis. ¿Qué trabajara algo por la iglesia? Yo no hablo de una iglesia laical, hablaría de una iglesia más profesionalizada. Con esto no hablo de hacer una iglesia como Mc Donald’s, me refiero a hacer las cosas bien, y eso, los laicos. En todas las parroquias debe haber, por ejemplo, un consejo de asuntos económicos. A pues los laicos son los que deben junto con el presbítero administrar los asuntos económicos. MENSAJE FINAL El primer mensaje que quisiera enviar es que tengamos esperanza. Lo único que en esta arquidiócesis no podemos perder es la esperanza. Y la esperanza verdadera genera entusiasmo, genera disponibilidad, genera sabiduría, genera silencio, para saber que es lo que tenemos que hacer, que es lo que tenemos que pedirle al Señor que venga en nuestro auxilio. Que realmente la iglesia sea esa luz de la sociedad.

Dios plantó todo el Evangelio, todo el humanismo cristiano, toda la caridad social la ha plantado en estas tierras (León) de una forma muy generosa”. DON ALFONSO CORTÉS LA LLEGADA de Don Alfonso Cortés a León, en el 2013, provocó un estallido de alegría.

ARZOBISPO DE LEÓN

DON ALFONSO recibió sus primeras lecciones de mano de seminaristas, aseguró que Dios se valió de esta convivencia para suscitar su deseo de ser sacerdote.













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