Jornada animalista de difusión - Por el cierre de los centros de experimentación animal

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Jornada animalista de difusión Por el fin de la crueldad animal y por el derecho a la salud Cierre ya de los centros de experimentación animal

La experimentación animal consiste en el uso de animales no humanos vivos en experimentos científicos, con el fin de desarrollar vacunas, medicamentos y tratamientos para las enfermedades humanas, como recursos de aprendizaje en las facultades, y para testear en ellos la seguridad de los elementos químicos que componen diversos productos (por ejemplo cosméticos, alimentos, productos de higiene personal, para el hogar, etc.). Se estiman que más de 100.000.000 de animales son encarcelados, torturados y asesinados al año en nombre de este cruel y primitivo modelo experimental. Mutilaciones, fracturas, heridas, quemaduras, envenenamientos, shocks de electricidad, operaciones, privaciones de comida, etc.; son algunos de los procedimientos habituales a los que son sometidos los animales en estos experimentos, muchas veces realizados sin anestesia. Por el sufrimiento y agonía de los animales implicados, la experimentación animal es una práctica sumamente controversial y repudiada; pero a su vez, un número crecientes de médicos y científicos creen también que sus consecuencias para la salud humana son igualmente controversiales. La afirmación de la industria de investigación biomédica de que nuestra salud y supervivencia dependen de la experimentación animal es evidentemente falso, la investigación con animales está basada en un peligroso error metodológico: aquella idea de que los resultados obtenidos en animales no humanos se pueden aplicar al cuerpo humano; años de historia de esta práctica nos han demostrado que las reacciones de los animales a las drogas y tratamientos difieren tanto de los humanos como de otras especies de animales no humanos; este principio de variación no es la excepción, sino más bien la regla, y no tener en cuenta esta diferencia ha sido y sigue siendo muy costoso para la salud humana. Por otro lado, estos experimentos no abordan las verdaderas causas de las enfermedades humanas, pues son el resultado de numerosos factores (nuestros estilos de vida, las toxinas ambientales, la genética, la pobreza, etc.) que no pueden ser recreados en animales. Existe, pues, una necesidad urgente de mejorar los métodos actuales de ensayo en la seguridad de las drogas e investigación de tratamientos. Más del 90% de las nuevas drogas que pasan exitosamente los testeos en animales, fallan en los ensayos clínicos en humanos, ya sea por ser demasiado tóxicos, o por no generar la misma reacción que producían en los animales en los que fueron probados, a lo que se suma la pérdida de medicamentos que podrían haber sido seguros y efectivos en humanos, pero que han sido descartados por sus resultados negativos en animales. La experimentación animal es directamente responsable del crecimiento desenfrenado del cáncer, enfermedades del corazón, diabetes, malformaciones genéticas, la artritis, distrofia muscular, leucemia, Alzheimer y SIDA; enfermedades que están causando la destrucción más masiva, sistemática y generalizada de la salud humana que jamás se haya conocido. Por otro lado, los efectos secundarios producidos por una gran variedad de medicamentos recetados y disponibles en el mercado, se ha convertido actualmente en una de las principales causas de enfermedad y muerte en


humanos. The US Food and Drugs Administration, el ente más grande regulador de drogas, se ha quejado de que estamos usando herramientas del siglo XX para desarrollar medicinas del siglo XXI. Esto no es un argumento en contra de la ciencia, todo lo contrario, es un argumento sobre la necesidad urgente de mejorar nuestros paradigmas científicos actuales, pues estas prácticas desvían cantidades enormes de presupuesto que podrían servir a investigaciones más eficaces y a la solución más obvia, que es la prevención; pero curar y prevenir, no es rentable para la industria farmacéutica, que nada tienen que ver con la salud humana. Disponemos de métodos alternativos que no implican el uso de animales, y que han demostrado ser más seguros, rápidos y económicos. Pero no sólo los animales, nuestra salud y la economía están siendo sistemáticamente destruidos por la experimentación animal; esta práctica es también una de las principales causas de la polución del medio ambiente. Actualmente se elaboran toneladas de productos químicos para usos comerciales, industriales, agrícolas, militares, domésticos y personales; cuya contaminación está poniendo en peligro crítico la supervivencia de la vida en el planeta. Para hacer que estos venenos sean aceptables al público, los imperios químicos, farmacéuticos y petroleros se apoyan en la experimentación animal, pues sus garantías de “seguridad” han sido todas fabricadas en estos laboratorios, mediante su testeo en animales. De estos estudios se compilan asombrosas cantidades de datos ambiguos, contradictorios e inválidos; pruebas que demuestran la toxicidad peligrosa de un químico en ciertos animales, mientras que en otros resultan inocuos, permitiendo así usar unas u otras pruebas según lo que se pretenda demostrar. Por tanto, lejos de salvaguardar al público y al ambiente, estas medidas de “seguridad” solo crean las coartadas legales que aseguran la continuidad de las industrias ante los desastres que generan. Aún más, todo tipo de armas químicas, biológicas y nucleares han sido creadas en estos laboratorios, donde los animales son utilizados como sustitutos del hombre en situaciones de guerra, para probar en ellos el impacto de dichas armas. Sin dudas, es necesario que políticas pensadas genuinamente para proteger al ambiente y al público empiecen a basarse en una verdadera ciencia, eliminando la confianza en la investigación con animales y prohibiéndose la producción de toneladas de millones de venenos innecesarios. Hace mucho tiempo que lo sabemos, y hoy más que nunca: LA EXPERIMENTACIÓN ANIMAL ES UN BIOCIDIO (todo acto que implique la muerte de un animal sin necesidad, lo cual es un crimen contra la vida) Y UN FRAUDE CIENTÍFICO QUE ESTÁ DESTRUYENDO LA SALUD HUMANA Y AL MEDIO AMBIENTE. Por último, debemos entender que, así como la explotación humana, animal y de la tierra, van de la mano, nuestras luchas deberían ser solidarias también. Las luchas por la liberación forman parte de una misma red, y es el sistema contra el que luchamos el que nos hace creer que cada lucha es independiente, y nos aparta. Es absurdo pensar que una sociedad que oprime a los animales no-humanos y destruye nuestro planeta, pueda convertirse en una sociedad que no oprima a los humanos. La dicotomía entre el humano y el animal o los animales y las plantas, no es diferente de aquellas planteadas entre “blancos” y “negros”, hombre y mujer, heterosexual y homosexual, local y extranjero, etc.; la lógica de fondo es siempre la misma: creer que aquellos que no son como nosotras/os, no


merecen por ello nuestro respeto, atribuyéndonos así el derecho de utilizarlos sólo en beneficio de nuestros intereses. Nuestro pensamiento se encuentra adoctrinado en esta lógica, pues es un componente clave para la perpetuación de los diferentes tipos de opresiones; y comprender todo esto, constituye uno de los pasos fundamentales para avanzar hacia una verdadera cultura de respeto y solidaridad. Por todo esto, convocamos a todxs a frenar esta mentira: La mentira que nos está costando cientos de millones de dólares La mentira que sabotea soluciones reales a la salud La mentira que está destruyendo al planeta La mentira que tortura y asesina millones de animales al año En La Plata, existen 3 centros de experimentación animal (tan sólo los 3 que conocemos su existencia), financiados por la UNLP, la cámara de diputados de la provincia, empresas farmacéuticas, la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) y otros organismos. Se encuentran en la facultad de veterinaria, la facultad de medicina y la facultad de ciencias exactas. Todos ellos utilizan ratas, ratones, gatos, perros, conejos, vacas, cerdos y otras especies animales como modelos de aprendizaje e investigación, y para producción de vacunas y medicamentos; aun existiendo métodos alternativos y mejores para estos propósitos. Digamos basta de investigación con animales: el 8 de octubre, emprendamos esta lucha solidaria entre todxs por el cierre de los centros de experimentación animal en nuestra ciudad y en el mundo.


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