La austeridad hoy

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La austeridad hoy “Danos hoy el pan nuestro de cada día” Mateo 6, 11

Enfrentado a muy diversas informaciones que nos ofrecen los medios diariamente, he empezado a notar que existe una tendencia cada vez más fuerte a exigir y favorecer la austeridad como valor desde todos los frentes, tanto para aquellos quienes ostentan el poder hasta en los ejercicios personales, al tiempo que se distingue como la mayor herramienta para enfrentar los nuevos tiempos. Es importante aclarar que me refiero a la austeridad como modestia, como sencillez, como uso racional de los recursos, como descarte de lo innecesario, como ausencia de lujo o extravagancias, como el actuar rigurosamente ajustado a las normas de la moral y sin ninguna clase de alardes y no desde la austeridad relacionada con el ascetismo doctrinal, la mortificación de los sentidos y la abstinencia. Así pues la austeridad gana espacio todos los días como la idea opuesta al consumismo, es claro que como sociedades y como planeta estamos en un nivel de tensión tal de los recursos que necesitamos para sobrevivir como especie se encuentran en un nivel de riesgo que desconocíamos años atrás y que la variaciones climáticas, el uso indiscriminado de materiales contaminantes, el agotamiento de los suelos y la contaminación de las aguas nos obligan a hacer un uso racional y medido de los recursos de los cuales disponemos. También es claro que desde la política la austeridad ha sido valorada y entendida como una fuerte herramienta de vinculación de los gobernantes con el sentir de sus gobernados, especialmente en países en desarrollo o con dificultades económicas y aunque son escasos los ejemplos como los del exmandatario Uruguayo Pepe Mojica con su destartalado escarabajo o el actual Primer Ministro Griego Alexis Tsipras utilizando una motocicleta para recorrer Atenas quienes hacen de su austeridad una herramienta fundamental y reflejo de su pensamiento de izquierda, ningún mandatario actual quiere ser tildado de extravagante o despilfarrador, tanto así que hoy hasta la realeza inglesa da cuenta de sus gastos.


Casos como el buen recibo general y dentro de la Iglesia que ha tenido el Papa Francisco son especial prueba de lo significativo que puede ser esta línea de pensamiento dentro de las sociedades actuales, incluso sería prudente preguntarnos si, unido a los carismas y cualidades propias que su santidad le ha impreso a su mandato…¿cuánto de la revitalización actual de la iglesia se deberá a esta política de austeridad? Son muchas las citas a este respecto que se pueden hallar de lo que ha afirmado Su santidad como posición oficial al respecto, sus decisiones y su modo de vida al tiempo que ha generado instrucciones tan directas como lo expreso en una conferencia de prensa improvisada en su Casa de Santa Marta el pasado 30 de julio de 2013 cuando dijo “Cada uno debe vivir como el Señor le pide que viva. La austeridad, una austeridad general creo que es necesaria para todos, para todos los que trabajamos en el servicio de la Iglesia. Hay muchas tonalidades de austeridad, cada uno de buscar su camino” Obviamente tenemos que entender la austeridad también como aquella posición en la cual se favorece el cada uno de nosotros sea dueño de sí mismo y no dependa de las cosas, aquella línea de pensamiento en la que se da valor superior la persona y no las cosas, al tiempo que otorga valor a las cosas en virtud de su uso práctico y a quien las usa, en virtud de la mesura y buen uso con el que las utiliza. Es indispensable pues distinguir que ese uso austero de los recursos proviene de su real valor y que el cuidado que se les prodiga no corresponde a una mayor valoración de los mismos… ejemplificando, no se cuida el dinero por que sea más importante que la persona, se cuida el dinero para hacer un uso racional de él, para priorizar cuales necesidades se han de cubrir primero y en especial, porque en la medida de un uso medido existirá la posibilidad de obtener utilidades que se reviertan opciones de caridad con los menos favorecidos; Así pues, el recurso y su uso racional son un medio de un bien mayor y no se encuentra el bien el recurso! En lo productivo y las empresas, la idea de sostenibilidad, la medición de las huellas de carbono, el reciclaje generalizado y la cada vez más fuerte Manufactura ajustada (lean manufacturing) son evidencias palpables de que el mundo se está enfocando a la creación de valor utilizando los recursos estrictamente necesarios, minimizando impactos y eliminando por completo cualquier despilfarro… es general está promulgándose la austeridad como requisito productivo. Hoy por hoy hasta en las costumbres diarias se valora la austeridad como la condición que supone la falta de exageración; para el caso los problemas de obesidad en las sociedades desarrolladas son un ejemplo claro y aunque la obesidad pueda tener en algunos casos orígenes endocrinológicos o psicológicos, en la mayoría de los ocasiones


sobreviene como consecuencia del desenfreno en el comer y de no poner normas sobre la cantidad y calidad de lo que se consume. En este contexto podemos inclusive entender la austeridad como la antítesis de la gula. De lo anterior, es la austeridad una vuelta a la esencia de las cosas y aunque haya sido un valor siempre, hoy cobra especial importancia porque es el freno a un mundo desbocado en la utilización de los recursos, es el límite para una visión del mundo que en su afán desmedido arrastra las sociedades y las personas a una destrucción sistemática… sea pues esta la invitación a entender la austeridad como la herramienta para dejar a nuestros hijos un mundo en el que puedan vivir.

Ensayo realizado por: Gustavo Adolfo Echeverri Actividad # 8 Comunicación a traves de la palabra Teologia Virtual Universidad Catolica del Oriente 9 de marzo de 2015,


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