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Editorial Es importante detenernos un poco para revisar nuestras actitudes frente al alarmante crecimiento de la violencia intrafamiliar especialmente hacia la niñez. Los medios diariamente damos a conocer las estadísticas del abuso contra los menores pero tal vez lo mas alarmante es que la violencia hacia los niños se esta volviendo común en muchas comunidades. En un país como el nuestro donde se ha cambiado el modus operandi de la familia en la vida de la sociedad y del vecindario, una niñez y una juventud no socializada, con patrones constructivos a los que se les está vulnerando sus derechos en la mayoría de los casos por sus propios padres, tíos, hermanos, padrastros quienes protagonizan los actos de violencia contra los niños: Abandono, insultos, maltrato en cualquiera de sus formas, abuso, negación de sus necesidades básicas. Se hace necesario hacer una mirada hacia la familia misma y su entorno donde ocurren estos hechos, porque vemos hoy día que los niños están mas aislados de sus padres, de los miembros de la familia extensa y de otros adultos. Los lugares de trabajo principalmente en las grandes ciudades están lejos de los lugares de vivienda de modo que los niños no tienen casi contacto con sus padres, además el divorcio, el maltrato entre padres e hijos, la pobreza, la ignorancia, las drogas y otros factores obstaculizan el quehacer familiar agregado a una falta de socialización de la infancia. Hoy día ha desaparecido la dinámica de la familia, del vecindario, de la comunidad, que en otro tiempo socializaba a los niños inculcándoles las normas sociales. Una de las formas mas aberrantes de maltrato infantil es el abuso sexual que en muchos casos se convierte en incesto o lleva al preadolescente a la prostitución; esto refleja el drama de una familia como una expresión social y la vulnerabilidad de los niños de los países en desarrollo sometidos a diferentes presiones y con pocas alternativas que les permitan manejar sus riesgos y sus vidas de tal manera que faciliten su desarrollo y la inserción social mas armónica y consecuente. Es interesante en esta época de elecciones presidenciales escuchar de los candidatos las propuestas de sus gobiernos frente a estos problemas, algunos los abordan ofreciendo mejores oportunidades de educación, de trabajo, de asistencia social, otros los ignoran, pero no se garantiza en un ningún caso la ejecución de estas obras, en su mayoría son estrategias para vender una imagen o un punto de vista, pero llegando al poder las acciones son otras y el apoyo a los entes encargados de la seguridad de los niños y adolescentes se ven restringidos y pasan a un segundo plano. Los medios de comunicación influyen sobre el modo en que la gente percibe el maltrato en los niños y adolescentes. Es importante comprender la responsabilidad que tenemos no solo en publicar y comunicar los hechos sino en plantear interrogantes sobre cual debe ser el papel de la familia, la responsabilidad de la escuela y la sociedad, redefinir limites sociales que les permitan diferenciar entre el bien y el mal, entre lo publico y lo privado, entre la vergüenza y el orgullo para empezar a cambiar la dolorosa historia de los niños en Colombia. Juan Felipe Cuenca Chacón Moanca81@gmail.com
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ABUSO SEXUAL PREVENIR ANTES QUE REPRIMIR
El abuso sexual a niños y adolescentes es un tema que afecta todos los círculos sociales de nuestro país. Los menores de edad son el futuro del país y del mundo, por esta razón es uno de los temas con prioridad a tratar en Colombia. En la mayoría de los casos los menores abusados sexualmente y los victimarios casi siempre tienen una relación muy cercana. El rango de edad que más sufre por este flagelo son niños entre 5 y 14 años de edad. Según cifras de medicina legal durante el año 2008 aumentó en un 6% el abuso infantil en Colombia, en el último año se denunciaron 14.840 casos en donde 12.247 son niñas y 2.593 niños. Bogotá y Antioquia son identificadas como las zonas en donde más se cometen abusos. Cada 14 minutos se presume que se presenta un caso denunciado de abuso sexual contra un menor de
edad en Colombia, se cree que la cifra de casos no denunciados es mucho mayor. Lina Sabogal tiene 13 años, nació en Bogotá, y actualmente se encuentra en un hogar sustituto del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar con sede en otra ciudad. Lina cuenta que durante algún tiempo, no sabe con certeza cuanto, su padre le acariciaba con excesiva continuidad y le tocaba y cambiaba de ropas durante más de cuatro ocasiones diarias. Lina quien por su corta edad no dimensiona en su totalidad el problema no sabe exactamente porque su padre acudía a estas prácticas. Lina junto con su madre y hermana también menor de edad se encuentran bajo el amparo del ICBF quienes gracias a una denuncia de la comunidad se enteraron del caso y tomaron cartas en el asunto.
4 Esto ocurrió hace aproximadamente un año y medio, los vecinos tomaron la decisión de denunciar al agresor quien afronta actualmente un proceso penal por abuso sexual a un menor. El Instituto de Bienestar Familiar ha brindado continuamente a la madre y la niña asesoramientos y acompañamiento sicológico ya que ellas no cuentan con los medios económicos para esta ayuda. Carmela madre de las niñas, relata que no ha sido nada fácil superar esa situación, “Lo mas difícil es aceptar que la persona con la que uno convive sea el causante de todas mis desgracias” agrega. Este es solo uno de los muchos casos que se ven a diario en Colombia sobre el abuso sexual a los menores de edad. Existen incluso casos de incesto y violación como el famoso caso del monstruo de Mariquita en donde un hombre llamado Arcedio Álvarez Quintero abuso sexualmente de su
propia hija durante más de 35 anos y tuvo con ella 12 hijos. Pero las condenas en nuestro país para este tipo de conductas repugnantes y atroces son demasiado flexibles. Por ejemplo, este señor que durante más de 35 años violó a su propia hija fue condenado por el Tribunal Superior de Ibagué a 11 años, siete meses y 28 días de prisión, es decir, casi la tercera parte del tiempo que maltrato y abusó de su propia hija. Se hace necesario no solo endurecer las condenas por este tipo de delitos y elogiar la labor que están haciendo personas como la senadora Gilma Jiménez vocera del referendo que propone cadena perpetua para los asesinos y violadores de los menores de edad en nuestro país, sino, educar para que estos actos delictivos no se presenten nuevamente, hay que empezar por prevenir para no tener que ajustarnos solamente a reprimir. Juan Felipe Cuenca Chacón
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POR EL FUTURO DEL ICBF Si por algún motivo los aportes fueran cancelados, solo por parte del Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar se dejaría de brindar apoyo a cerca de doce millones de
El instituto Colombiano de Bienestar Familiar sufre actualmente una muy seria inestabilidad en su columna vertebral económica. Está en el Limbo. Todo esto se debe a las múltiples declaraciones y circulaciones que han hecho eco por estos días donde se propone abiertamente acabar con los aportes parafiscales. Con motivo de las elecciones presidenciales, algunos candidatos han tenido por estos días la brillante idea de suspender los aportes parafiscales. Hay que dejar claro que dos de las instituciones públicas mas reconocidas y con mejor prestación de servicios del país subsisten gracias a estos aportes. Y digo subsisten porque con el presupuesto que manejan hacen maravillas. El ICBF y el SENA son estos dos gigantes.
Colombianos. Y para ser más claros, doce millones de colombianos que realmente necesitan ese apoyo, que pertenecen a los estratos 1 y 2 en su mayoría y que con la única ayuda que cuentan es con la que les brinda el estado a través de sus instituciones. Ayuda que por cierto es muy completa, cabe resaltar que los servicios sociales prestados a la comunidad por parte del Bienestar Familiar son muy completos. Es todo un acompañamiento psicosocial que permita a la persona afectada no solo detener el problema, sino solucionar y resarcir en muchas ocasiones las lesiones causadas por sus agresores.
6 La presencia de esta institución a nivel nacional se ve en todos los departamentos y municipios. Realizan acompañamientos a la población desplazada, trabajo social con los indígenas, incluso dos grupos representantes de esta organización fueron enviados a Chile para apoyar el proceso de reconstrucción del tejido social después del devastador terremoto que azotó esa población. No solamente es el proceso de acompañamiento, es la dotación, siendo una entidad estatal en donde como dije anteriormente hacen maravillas con el presupuesto que es de alrededor de cinco mil millones para amparar a ¼ de la población nacional; cinco mil millones, se robaron mas plata en el desfalco de Cajanal; y sin embargo, prestan un servicio de primera calidad que permite a sus acogidos vivir al menos con algo de dignidad. Este es un llamado a la conciencia social para no dejar que esta entidad desaparezca, no podemos como ciudadanos activos y participes de esta comunidad permitir que los recursos que apoyan todo este trabajo se esfumen. Seamos sinceros, en este país donde la corrupción es la
comandante en jefe darle la espalda al ICBF por elaborar nuevas reformas que ni siquiera son claras, seria dejar en manos de los pillos esa platica.
No estoy tomando posiciones políticas ni mucho menos, estoy a favor de esa parte de la población que goza de esos beneficios, una población que en su mayoría son niños, la niñez, la población mas olvidada y desamparada del país, ellos son el futuro del país, ¿que tipo de oportunidades les estamos dando, que clase ciudadanos estamos formando y sobre todo que estamos haciendo para colaborar con quienes necesitan de nuestra ayuda?
Juan Felipe Cuenca Chacón
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MALTRATO UN MONSTRUO DISFRAZADO En Colombia y en el mundo, en cada una de las culturas que han existido a lo largo de la historia del ser humano; los niños debido a su condición de seres débiles e incapaces de defenderse han sido victimas de todo tipo de maltratos, lo inexplicable es que para algunos es algo normal y aceptable que ha pasado de generación en generación, sin crearse conciencia alguna del daño que causan momentáneamente y a futuro, tanto física como sicológicamente.
competentes, porque sienten culpabilidad o simplemente toleran la situación. Ya en situaciones extremas donde el maltrato es brutal o reiterado es que se adquiere el valor para denunciar y decir no más. Aunque en muchos de los casos este acto lleve a consecuencias peores, donde existen amenazas, el maltrato aumenta y en el peor de los casos se llega a la muerte de los pequeños.
En Colombia los índices de maltrato a niños y adolescentes son bastante altos, estos no tienen distinción de cultura o clase social; aunque la mayoría de los casos que se conocen se presentan en los estratos 1 y 2, donde las mujeres son maltratadas por sus parejas y son incapaces de defenderse si quiera ellas mismas, los niños son maltratados por sus padres o familiares que están a favor del castigo físico o que simplemente también fueron golpeados en su infancia. Niños y adolescentes que no tienen como defenderse, que dependen económica o afectivamente de la persona que los maltrata y que desafortunadamente sienten miedo de denunciar porque tienen miedo al rechazo familiar, porque sufren de baja autoestima, por vergüenza a ser juzgados, porque no encuentran un apoyo familiar o de las autoridades
En nuestro país y sobre todo en algunas regiones en particular el maltrato era tolerado socialmente. Siempre han existido y existirán excusas para justificar el maltrato a los menores. “La letra con sangre entra” es un muy famoso refrán popular que circula por las calles de nuestro país. El común de la población aun lo pronuncia sin
8 connotar si quiera su significado. Es una justificación pública para el maltrato físico. No se pueden desconocer otros tipos de maltrato al cual están expuestos los niños diariamente, maltrato por negligencia, maltrato por abandono, maltrato sicológico, el maltrato tiene muchas caras pero para nosotros solamente existe el maltrato físico. Violar los derechos de los niños es maltrato, negarles la posibilidad de crecer y desarrollarse normalmente es maltrato, no brindarles una oportuna atención medica y sicológica es maltrato, no darles vestido es maltrato. Está disfrazado este monstruo, disfrazado de correa y chancleta en nuestro país, por creer firmemente que maltrato es agredir físicamente y por eso la tolerancia social ante los demás tipos de maltrato es demasiado alta. Muchos padres de familia dedican el total de su tiempo a su trabajo olvidando por completo a sus hijos y su familia y dejan el crecimiento de sus hijos a cargo de terceros que en repetidas ocasiones como se ha visto son encargados de maltratar físicamente y abusar sexualmente de los niños y adolescentes a su cuidado. Por otro lado las consecuencias que se obtienen del maltrato son diversas y en muchos casos irreparables. La depresión, enfermedades psicosomáticas, problemas de salud, problemas de aprendizaje, trastornos de personalidad o baja autoestima son
tan solo algunas. El problema es un gigante socialmente disfrazado y las soluciones o las correctivas que se toman para combatirlo no alcanzan a debilitarlo y mucho menos a vencerlo. Como espadas y escudos dentro de esta lucha se han forjado la declaración de los derechos de la mujer y de los niños que buscan controlar situaciones injustas y de desigualdad, estos derechos deben ser respetados y deben cumplirse sin excepción alguna, por tanto en cada país hay entidades que se encargan de vigilar y regular el cumplimiento de estos derechos. En Colombia específicamente encontramos la Procuraduría General de la Nación y más específicamente al departamento delegado para la defensa de los derechos de la infancia, la adolescencia y la familia; también ONG’s orientadas hacia resultados exitosos socialmente con los niños victimas de este flagelo, representantes de la comunidad y garantes de los derechos humanos vigilan que las demás entidades promuevan programas donde se ayude a reducir el maltrato y se tomen las correctivas adecuadas, así también que se brinde la ayuda necesaria a las víctimas; para que niños y adolescentes sean tratados con dignidad y respeto, que puedan disfrutar de una vida sana, con igualdad de oportunidades para todos y que nos permita derrotar a este Goliat de nuestros días. Juan Felipe Cuenca Chacón
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Entrevista con Marleny Trujillo generar repudio contra las personas que ejecutan estos hechos, sin embargo, aun es mucho lo que debemos hacer. REALIDAD: ¿Cuál es el tipo de maltrato que se presenta más comúnmente? MARLENY TRUJILLO: Bueno todos los tipos de maltrato se presentan comúnmente desafortunadamente, pero la agresión física es quizás el más recurrente. Marleny Trujillo es una reconocida abogada de familia del instituto de Bienestar Familiar que lleva mas de 30 años luchando porque a la niñez de nuestro país no se le vulneren ni quebrantes sus derechos. Dentro de su amplia experiencia profesional ha tenido que ver y lidiar con todo tipo de casos en los que los niños y adolescentes han sido maltratados en cualquiera de sus formas y violentados hasta en sus derechos primarios. Ha estado relacionada al Instituto de Bienestar Familiar en diferentes regiones del país como Cundinamarca, Huila y Caquetá que es su sede actualmente.
REALIDAD: Dentro de su amplia experiencia como defensora de la niñez, ¿Cuál es el caso más particular, por así decirlo, al que le haya tocado enfrentarse?
REALIDAD: ¿Cuál es la situación actual de la niñez en Colombia? MARLENY TRUJILLO: La niñez actualmente se encuentra en condiciones vulnerables. La sociedad desde en la ultima década ha empezado a reprochar y señalar los actos que atentan directamente contra la niñez y adolescencia como actos de altísima gravedad y se ha buscado ya no solamente castigarlos jurídicamente sino
MARLENY TRUJILLO: Es un caso que todavía se encuentra abierto y tiene mas de 15 años, se trata de una señora habitante de la calle, una persona que es adicta a las drogas y a quien el Instituto de Bienestar Familiar le ha rescatado nueve de sus hijos. En dos de estos casos se encontró que la señora intento venderlos a unos extranjeros que se encontraban en el país, 3 de sus otros
10 hijos fueron acogidos por el Bienestar Familiar porque se encontraban en condiciones de total abandono, todos los niños han sido victimas de maltrato físico, psicológico y han sido utilizados para el expendio de droga por parte de su propia madre. REALIDAD: Se entiende que todo este trabajo no puede ser realizado por una sola persona, ¿Quiénes conforman el equipo de trabajo que usted lidera actualmente? MARLENY TRUJILLO: Este es un equipo psicosocial, esta conformado por un psicólogo, una nutricionista, una trabajadora social y un abogado defensor de familia. Obviamente todo este trabajo lo asociamos al Código de Infancia y Adolescencia y contamos con el apoyo permanente de la Policía de Infancia de Adolescencia para cuando se requiere hacer algún tipo de rescate. REALIDAD: ¿A que exactamente con rescate?
se
refiere
MARLENY TRUJILLO: Llamamos rescate al momento en que algún niño o adolescente que esta siendo victima de algún tipo de maltrato: ya sea por negligencia, o maltrato psicológico, o físico, o por abandono, cualquiera que sea el tipo de maltrato al que este siendo sometido; nos pide directamente o en muchos casos la comunidad nos alerta sobre este tipo de situaciones, acudimos al lugar y con la ayuda de la Policía de Infancia y Adolescencia y mediante la aprobación previa de un juez especializado ingresamos al lugar de residencia utilizando la fuerza y rescatamos a la victima. REALIDAD: ¿Qué se puede hacer para mejorar la realidad de la niñez en Colombia? MARLENY TRUJILLO: Para empezar concientizarnos de que la niñez es la población mas vulnerable de nuestra sociedad y por esta misma situación debe ser la mas protegida. Recurrir a nuevos y mejores programas de educación que permitan cambiar la mentalidad de las personas con respecto a la integridad de los niños. Cambiar la mirada que se tiene de la familia y convertirla en un instrumento de rehabilitación que permita rescatar los valores dentro de la misma, el amor y respeto por todos y cada uno de los integrantes de la misma.
Juan Felipe Cuenca Chacón