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GARY COOPER En el altar de Hollywood

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Qué año es?

Qué año es?

Gary Cooper por Javier Fernández de Angulo EN EL ALTAR DE HOLLYWOOD

PARA MUCHOS ES LA MEJOR ENCARNACIÓN DEL HÉROE NOBLE, del hombre de una pieza. Tan auténtico que nunca pudo hacer de villano en sus casi 100 películas. Su épica aventura, ahora recibe el homenaje de su hija en un libro. “Era carismático, con un gran sentido del humor y de la justicia, muy sencillo, pero nada artificial”. Así define su hija María Cooper a su padre en el libro El universo de Gary Cooper donde recopila algunas de sus vivencias.

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Encarnó al héroe con el rostro más noble y con elegancia, bien como legionario en Marruecos, como sargento de Tennesse, o valiente en Sólo ante el peligro. Dicen que este galán que montaba a caballo con estilo de gentleman inglés se sabía mejor las curvas de sus compañeras de reparto que sus guiones. “Una de las expresiones favoritas de mi padre, era “No hay caballo que no pueda ser montado. Ni hay jinete que no pueda ser descabalgado”.

Se enamoró de Ingrid Bergman en Por quién doblan las campanas, besó a Sara Montiel en Veracruz, le costó un escándalo su amor por Patricia Neal en El manatial. Y la lista sigue con nombres como Clara Bow, Lupe Vélez, Marlene Dietrich, Ingrid Bergman. Tenía los ojos más amables del mundo dijo Audrey Hepburn. Se casó con Veronica Balfe, la chica de King Kong.

Uno de los mejores elogios que le dedicó la crítica es que era tan natural que parecía que vivía al otro lado de la pantalla, hacia sencillo lo que a otros actores les costaba. Y eso que llegó a Los Ángeles, no para ser actor sino como caricaturista, era un buen dibujante y pensó en ganarse así la vida. Pero empezó de extra como cowboy por su elegancia en el caballo y después llegaron grandes películas, como Marruecos, Adiós a las Armas, Bola de fuego, o Sargento York, que le valió un Oscar. Y los mejores directores del planeta, Ernst Lubitsch, Billy Wilder, Howard Hawks, Frank Capra.

Cálido, vigoroso, indestructible, en los años 20 levantaba suspiros en las oscuras salas de los cines. Cuando fue elegido el hombre más elegante de Hollywood señaló, “no sé una maldita cosa acerca de cómo vestir. Yo solo confió en el momento y mantengo mis zapatos lustrados”. Sus andares asimétricos y su altura, 1.90 m, construyeron una silueta venerada, que lo mismo trataba a la Reina de Inglaterra que a quien le arreglaba la bicicleta. Amante de la justicia y fiel a sus amigos. La cineasta Pilar Miró le dedicó una película Gary Cooper que estás en los cielos.

Sin duda en el altar de Hollywood este santo merece estar en lo más alto.

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