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COSTURERO DEL METAL”

por Javier Fernández de Angulo

HABLABA DEL FUTURO con grandilocuencia y emoción. Lo que no sabía es que el futuro era él. Por sus creaciones vanguardistas, su moda de metal, su osadía en cada desfile. Era un niño de la guerra, nacido en Pasajes, Gipuzkoa, como su maestro Balenciaga, pronto con sus manos y su talento conquistó las pasarelas de París y la moda universal.

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En 1966 revolucionó la costura cuando propuso sustituir el tejido y las mallas, por cadenas de eslabones de metal y plástico. Coco Chanel llegó a decir de él que no era diseñador si no metalúrgico. Fascinado por la carrera espacial, las estrellas, la estética egipcia y el fin del mundo, sus propuestas eran de otra galaxia.

Francisco Rabaneda no tuvo una infancia fácil, a su padre lo fusilaron en España cuando él tenía 3 años, su madre fue costurera jefa de Balenciaga. Huyó de la Guerra Civil española rumbo a París. Estudió arquitectura, su más grande pasión. Eempezó a realizar piezas originales de bisutería, eso le acercó al estudio de grandes creadores de moda, como Valentino, Dior, Pierre Cardin, Givenchy, Courrèges o Yves Saint Laurent. Después se atrevió a elevar su creatividad de complementos a vestido, en un momento en el que la moda se atrevía con todo, el plástico, la minifalda, la provocación, nuevos materiales, un espacio donde Paco Rabanne se sentía muy cómodo. “Alicates, martillos y pegamento son las herramientas de mi trabajo” señaló. Audrey Hepburn brilló con su vestido metalizado en Dos en la carretera Su mirada futurista le llevó a vestir a Barbarella, encarnada por Jane Fonda y creó un vestuario que hoy es un icono de la moda. Destaca su traje metálico verde donde se una la silueta sexy con bisutería y una mirada futurista. Los vestidos de Paco empoderaban, para el dise- ñador eran como pistolas, “mis diseños son armas. Cuando te los abrochas, crees que has oído un revólver”. La aventurera espacial, vestida por Paco Rabanne logra salvar el universo. No así la economía de Rabanne, cuyos vestidos no eran fáciles de vender, pero pronto el grupo Puig, a finales de los 60, ve en el diseñador una imagen perfecta para crear perfumes de vanguardia como Calandre, después llegarán Pour Homme, XS, Invictus, 1 Millon, un éxito sin precedente que invitó a Puig a comprar la marca entera, como ha comprado Carolina Herrera o Jean Paul Gaultier. El mundo del esoterismo y las ciencias ocultas ejercieron una gran atracción sobre él, es autor de libros como, El fin de los tiempos o La iluminación del budismo Tras su fallecimiento Julien Dossane, diseñador de la firma, declaró en sus redes sociales: “Su gran personalidad transmitió, a través de una estética única, su visión atrevida, revolucionaria y provocadora del mundo de la moda. Mientras que la Casa Paco Rabanne señaló “deseamos honrar a nuestro visionario diseñador y fundador. Entre las figuras de moda más destacadas del siglo XX, su legado seguirá siendo una fuente de constante inspiración”.

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