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Besos para Tu Alma
CRÉDITOS
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Título: (Besos para tu alma) Autor: I.S.B.N: Deposito legal: Edita: Fotografía Portada: Teresa Medina Gómez. (TESA) Diseño de Portada: Barquisimeto-Lara Printed in Imprime:
A manera de prologo Cuando cantan los poetas Los murmullos se callan al sentir las presencias y nos llegan cual agua refrescando la cara y se acercan las pieles retumbando en silencio y se calma la angustia al bordearse los sueños. Perdiendo la memoria nos deshojamos desnudando el bosque cruzamos laberintos sin saber de oscuridad, buscamos luz en la odisea celebrando la hazaña... del amar. Cantamos a la vida, diciendo no al desamor, a la violencia que incomoda, cantamos a la vida como ángeles errabundos como parias fomentando mundos con árboles vivientes. Porque para nosotros no es lejano el amanecer, ni la lluvia, ni la tormenta, ni el sueño, ni el viento que al pasar nos roza, ni la muerte del sol en el ocaso. Porque somos la noche desprendida tornándose en palabras, bellísimas palabras envueltas de deseos. palabras silenciosas que dejan huella de ausencia, como un aliento que nos llega, haciendo comprender una caricia traída por el viento, palabras que transforman dulces alegrías escondidas en retoños de lo que fuera un árbol mustio, palabras de esperanza, palabras que son un sueño y sueños que en palabras nos entretienen el alma. Y Cuando las palabras se manchan de natura con el follaje de ramas y de pájaros, cuando se llenan de huellas y de rumbos perdidas buscando un horizonte, se vuelven alma... tornada en escritura. Cuando nos perdemos hasta encontrarnos el alma se llena del abismo, nos busca en espirales y brotan las palabras.
Y se miran saliendo de las manos Cubiertas del amor más grande y bello nacidas de un silencio en atropello como semillas del amor conque se ama. Y se vuelven eco buscando la sonrisa y te miran de lejos sin mirarte y se llenan de amor solo al desearte para no fenecer en las cenizas. Y vuelan buscando abrir las puertas, se vuelven árbol, camino y agua, luz amanecer de aurora y cerrando los ojos no ven pasar las horas al saber que tu estás y para siempre.
Como olvidarte
¡Como olvidarte! si al ver al mar mi corazón se vuelve ola, si en las noches las estrellas iluminan tu figura, si la luna me lleva a tu ventana. como olvidarte si estás entre mi piel y mis sentidos, en el canto de las aves, en el rumor del río, en las ansias benditas de mi boca, en mis sueños y mis desvaríos. ¡Como olvidarte! si mi mente sucumbe ante el desnudo de tu alma; si tus ojos son nube y tus manos rocío,
si eres mi misterio de amor idealizado donde no existen lágrimas de luto ni penas, ni quiebres que adornen un pasado. Como olvidarte si siempre me has dejado la huella de un amor resucitado, de un amor expandido cual montaña, gigante e inacabado. De ese amor que trasciende al pensamiento, al visceral amor de mi existencia y más allá de ti que ya es bastante. Y es que se escapa de mis manos, del dolor, de mi llanto o sufrimiento, del mirarte a los ojos un instante y el soñarte en las noches sin descanso. Ese amor que me late en llamaradas que te llama incansable hasta el desmayo, que te busca en las flores y en el campo, en el fuego, en el agua y en ¡ay! ¿que pasó? ...que te amo tanto. Ese amor rutinario, cotidiano, ese que tú enredabas en mis manos, en la almohada, en la alfombra, en la ventana, en las noches de amor que eran un canto, y en el tibio dulzor de tus quejidos. De ese cuerpo ceñido junto al mío del temblor de tu vientre entre mis manos del quejido en el espasmo y del ¡ay!... mi amor cuanto te amo. Ese amor en estrellas titilando en azules finitos de un espejo, que se cuela en rendijas como etéreo y me llega del agua en un reflejo. Ese amor como tú, Ese amor como yo, Ese amor como siempre.
Quisiera
Quisiera esta vez sin más dilemas muriendo a través de tus abrazos llegar a un mundo nuevo donde tu piel me cubra y estemos solos...los dos en un silencio. En un lugar donde los gritos no pronuncien, donde no existan pasiones quebradas, que se pierdan en vivir complicando la existencia. En un mundo raro donde se suelte nuestra esencia, como una bruma que llene todo de ternura, como tu piel y mi piel, como tus ansias y mis ansias, como tus ojos y mis ojos formando un arco iris en una tarde de los dos... mirando el horizonte. Y de no ser así... cuanta tristeza... Si, de no ser, entonces recogeré lo que en ti he dejado, lo que allí ha quedado de mí en tu aposento, buscaré mis sueños, mi risa y sentimientos, borraré las palabras llenas de polvo y soñolientas que aburrieron tu alma en desencuentros. Recogeré las trizas que circundan en el viento para que allí no quede ni una sombra y hasta los ecos que retumban las paredes pues son latidos de mi alma. Mañana estaré en el río mirándome en espejos de las aguas, Viendo lo que falta para unir pedazos,
impregnarme de rocíos, de viento, de intemperie, de sonidos. Vagaré por el bosque para escuchar los trinos, Durmiendo en hojarascas hasta que un día emerja del abismo y vuelva a ser un hombre nuevo.
Acallaré en mi alma
Acallaré en mi alma, y amando desde lejos, tus ojos que perdidos divagan mis sentidos, tu confín más allá de mis pupilas donde el horizonte irradia una esperanza. Acallaré en mi alma la muerta primavera donde tus pétalos posaron en mis labios bruscos las ansias de un amor de enredaderas. Acallaré el paisaje de playas con espuma donde tu cuerpo bañado con la bruma era silueta celestial para mis ojos. Mi miedo de sentirte en fuga, de perderte en abismos cada instante, de las cosas que fueron mi dulzura y tus besos que ahora son distantes. Acallaré en mi alma tus pasos soñolientos buscándome en las noches del quebranto, tu ansiedad, tu temor, tu desencanto, tus gestos de ternura y el brillo de tus ojos que amo tanto Acallaré el poema que tú y el tiempo
formaron en mis sueños poema de tus ojos ahora en la distancia envueltos con aromas de aquella primavera. Acallaré el latido sinuoso y taciturno que busca en recodos de sábanas tu cuerpo, el que busca tu aliento, tu perfume y el hola amor de tus palabras en mi lecho. Aplacaré la sed que en mi pecho ya alucina deseándote volver como otras veces y no como la ausencia de tu alma golondrina. Sosegaré, y en este callar paso la vida, en la nostalgia de mis versos clamando tú regreso, tal vez no calle las ansias de la muerte y moriré callando... las ganas de un encuentro.
Desde mi propia niebla
Ayer no más pensaba, que diferentes somos en la niebla cuando giran frente a los ojos los paisajes cubiertos en la bruma de tantas emociones. De como ellas encienden el fuego que en el placer y el goce nos alumbra, del sentir en la penumbra, un éxtasis dorado que nos quema. De como se tribula en la congoja y en la pasión que nos consume; Aquello que crece o disminuye, tal vez como una ola,
formando nuestro anhelo. En cada alma hay un pañuelo de secretos, de tristezas, de versos, de sonetos, de querer volar como cometas para mirar el mundo que nos mira en una forma ególatra que inquieta. Somos nosotros mismos queriendo ser ajenos, soñando nuestro sueño desde el nido, buscamos en lo eterno lo divino bailando en el compás de los espejos.
Nosotros
Te vas, me voy... y acaso te amo todavía, te llevo en horizontes que besan a la noche... mirando las estrellas. Te llevo en la mirada que tus ojos ya me dieron, en el calor y el frío, en la furia, en la calma y en el brabante sol de este amor mío. Te llevo como el río en espumas, como rocío humedeciendo el alma en una bruma. Te llevo sin adioses porque el grito va conmigo, el grito de tu alma que no olvido. Voy oscilando el tiempo en tus miradas que me hacen temblar el alma por lo lúbricas,
y resbala escurridiza entre mis poros llenándome de amor en las palabras Mis labios en vocablos solitarios buscan llegar a ti como un suspiro, como algo desolado y triste anacoreta que en una exhalación desde una sima, quise ofrecerte versos de poeta, Deambulo las calles que caminas siguiendo tus pasos a un destino y sin perder el rumbo que orienta el derrotero, siempre los dos, hayamos el camino. Por eso tu mirada es como estrella que guía el sendero que mi alma busca camino de la gloria que no ofusca. Por eso te miro y te contemplo llenándote de amor con mis miradas, por eso beso la sequedad de tus labios en humectante amor desde los míos. Por eso voy, por eso vengo hasta fundirme en tu pasado en tu hoy, en tu mañana, en tu aquí, en tu allá y las benditas formas que el tiempo me dio ahora. Y te miro y me llevo tu mirada, me llevo tu sonrisa en las manos cerradas y escondo tu mirada y escondo tu sonrisa... sin que tú sepas nada. Y mi piel llama tu piel con el recuerdo de noches bellas que pasaron, tu en mí, yo en ti, hirviendo en un llama, con las ansias benditas de unas bocas diciendo como se ama. Por eso voy, por eso vienes, y a cada instante el corazón nos llama.
Preámbulo de un adiós
Aquí estoy con mi tristeza rechazando el horror en las miradas, consciente de vivir igual que muero, por hacer imposibles que no temo. Sin escuchar las necedades, quiero juntar tus manos en mis manos. aquí estoy en el centro de todo un infinito dejando hablar al corazón, a la misma muerte que viene de mi propia vida cuando pariéndome a mi mismo, transito mi camino plantando los árboles a pesar que muero, y preparando al corazón para que siga hablando. Y te dejaré mi beso para que así sepas mis silencios, para que conozcas la plenitud de mi soledad cargada de esperanza, para que sepas que amarte para mí lo es todo. Que la vida es hermosa como lo es la muerte, que debemos vivirla a cada instante para merecerla. Que después de las tormentas el sol brillará en nuestros balcones. Que es imposible que te pierda porque siempre he de buscarte, porque he de hallarte a través del infinito caminando la orilla de la aurora. Te encontraré porque te espero en una espera larga como largo es el tiempo en que te quiero.
Porque seremos lámpara y espejo, juntos los dos... en un reflejo. Porque seremos llanto cuando nos falten las palabras, tormenta y calma en nuestro océano, como una fantasía sin miedo a los abismos. Porque volaremos para escribir más versos, dando valor a los sentidos y con la voz más fuerte que el silencio. Y si no fuera así como mi corazón te habla, entonces enséñame a decir adiós para que las lágrimas no se cuajen en mi alma, para que el grito no se escuche adolorido y el paisaje retorne a mis pupilas. Enséñame a decir adiós a cada instante a cada verso que escribí con sangre, a las palabras que en tu nombre... pronunciaba mi alma. Enséñame a botar la soledad que mi alma navega en mis recuerdos, en las noches de amor y los espejos de dos bajo la luna. Enséñame a no buscar una palabra redentora entre tus labios, para decirle adiós a la esperanza. Enséñame el camino del olvido para olvidar como te quiero, para olvidar mis sueños.
Quiero que sepas pequeña A Rebeca
Quiero que sepas pequeña Lo que quizá algún día, Te contaron de otra forma sin saber que no entendías. Vas a saber lo que quiero, Que soy poeta y me muero por enseñarte en la vida y hasta el por que de la luz que a lo lejos da el lucero, y hasta por que me desvivo cuando andaregueando el monte, busco calmarme la sed con agua de tinajero. Sabrás también hija mía, lo bello que es el amor, el amor sincero y dado, sin que lo abrase el pecado ni lo atormente el rencor. Sabrás por que en los caminos se encuentran piedras tan grandes, que al tropiezo nos dan sangre y nos enseñan mejor. Sabrás que somos amigos, y que entre tu vida y yo, sólo existe un breve espacio del tamaño de una flor. Grande sería mi pecado si me callara en tu voz, si me cruzara de brazos para verte caminar, si por caminos tortuosos te dejara despeñar. Eres cual polen de flores que en el aire se remonta, y al soplo de alientos vas encausando tu camino, sabrás también que el timón que de tu mano voltea, tiene huellas de tu padre y los versos de un amigo. Sabrás también hija mía, que una lágrima conmueve,
que una risa al aire estalla y una tristeza nos cala, y que es bonito y sabroso cobijarnos cuando llueve. Sabrás de grande que un hijo deja por dentro la huella, que forma savia en el tallo y que su luz es de estrella. Que cuando llantos escuches pensarás que son sus llantos, buscarás cosas de estuche y recurrirás al canto, Será tu vida, lo amarás tanto. Temblarás hija mía, cuando al parecer sobre una ola, una cabeza pequeña a lo lejos se hunde sola. Y en el trapecio de un parque se le deslice la mano, o en la rodilla sangrienta veas que se forma el grano. Sabrás también hija mía, lo lindo de las palabras, las palabras sin castigo que en la niñez recibiste, sabrás lo lindo que es ver, al pájaro que en la mano en confianza come alpiste.
Se humedecieron mis ojos A María Elena Ponce
Se humedecieron mis ojos con el llanto del ángel que tu nombras. Se abrieron a mi alma tus palabras, y deshojadas tocaron mis sentidos. Quise callar para escucharte, para sentir el verbo entre mis sienes,
para mirar tras de mis pasos tu recoger de rosas marchitadas. Y me hice fuente de lágrimas vertidas con la certeza de sentirte cerca juntando nuestras almas en una primavera. Y siento mis pupilas queriendo alzar un vuelo para buscar las tuyas brillando en las estrellas, ver la luna con su hermoso cielo envidiando nuestro paso desde el jardín azul de tus deseos. Llego hasta ti, al mismo origen que imaginas y con el mismo insomnio de tus noches. Y te sueño sin duda en las palabras con solo pronunciar tu nombre. Te imagino, y me llega el manantial donde la tierra se humedece, donde sacia su sed, donde la hierva crece. Y te imagino transcurriendo el tiempo sin que el mundo te olvide, porque eres luz que alumbra el alma con tus letras meciendo el pensamiento. Como dos llamas, tu voz junto a mi voz, ya derramaron cantos a otras gentes, ya el olor de los jazmines fue presagio en un dejar de huellas. Y seremos lágrimas como semillas para las madres de otros hijos que cantarán tu pluma con mis versos. Se hará sentir el grito, el grito de tu alma y de mi alma, llegará la luz y se extinguirá el abismo. Y es que tus manos y mis manos trasmutarán por siempre a las heridas para llegar por siempre hacia otras almas
con bálsamo de lluvia entre los dedos. Así que no me pidas que me vaya porque cerca estaré noche tras noche en el mismo lugar que tu imaginas y con el mismo insomnio...sin reproches.
Despedida de amor y dolor
Quiero escribir esta vez con voz serena, tranquilo, ligero, siguiendo el compás del viento, que no se noten mis huellas en la arena. Ya no sienten tus venas el impulso de sangre a borbotones, ya no oyes los cantos de sirenas, ya se marchan las aves y tras vuelos, se despiden de amor las almas buenas. Hoy los cantos gimieron en el pecho, ya corrieron los años y los velos, y una almohada muy grande y espumosa, acaricia en las noches mi desvelo. Ya la mente se aclara cual los ríos, dejando atrás las aguas turbias de la arena, ya diviso sus rocas tan profundas, aplastando el amor y toda pena. Ya comienza el silencio a tomar nombre, ya no fluyen palabras en el aire, cuando cerca, mirándonos los ojos,
contenemos la brisa del desaire. Ya pasaron las noches con sus versos, con luciérnagas posando sobre hierbas, y el titilar de la estrella sigue siempre aun cuando tú no sientas un amor incandescente. Ya las flores de tu herida dejan la sangre en el monte, y hoy cansada y aburrida, con los labios de amor en el recuerdo precipitas la lluvia para ocultar entonces. Como será el lenguaje de los amores mudos, Como serán las almas con vestido, yo sé amar parafraseando, con el latir del corazón desnudo. Ayer sopló la brisa un canto nuevo, un aletear de aves que se alejan, un sentir de los dos pero con miedo, de congelar el frío que nos llega. ¡OH! Si tú pudieras contemplar desde mi alma el paisaje de amor con que te quiero. Ya no siento el camino de la gloria, ya no estamos los dos tan frente a frente pues nos rige la pauta tu memoria. Ya el bosquejo se esfuma tras el soplo, ya las noches de amor desarticulan, todo viento recoge lo que acoplo y no hay esperanza que nos una. Ya el mundo de colores que antes te decía, no es igual que mi alegría, y el mundo que en las tardes me enloquece, en las noches de insomnio y de tristeza dejan caer la lágrima, hermana de la melancolía. ¡Ho! intelectual belleza de amor con que me quieres, es difícil encontrar por tantos lares, la bondad de servir como tú eres. Te despliegas sutil y penetrante, te enalteces de fe por mis querellas
pero triste quizá lagrimas botes porque tu amor no da luz como la estrella. Vivimos juntos un reducto triste un espacio de plantas y de flores, una jaula de oro con alpiste y un camino de luchas por amores. Somos savia que inunda paso a paso el camino de espinas de la vida, somos la brisa de llanto y espinazo para regar el mundo que nos mira. Quiero enredar mis manos en tus manos, quiero enlodarte del sucio amor desnudo y loco, quizá amemos los dos las mismas cosas y estamos cerca quizás tan solo un poco. El viento ya gime por las costas, ya viene cargado de montañas y este amor grande y sereno se une a él para encontrar tus brazos.
Crepúsculo desvanecido
Ya se acerca el momento de la luz sombría, del aleteo de pájaros buscando hacia los nidos, del crepúsculo desvanecido. Y yo transito esta tierra bajo el cielo, cantando mis poemas desgarrados,
que el viento lleva y trae con ecos tristes casi mudos. Soy como el ave pasajera cristalizando melodías, y con las alas rotas todavía, dejo en tus manos los arrullos . Soy un camino olvidado, y en él, bajo mi árbol diviso las estrellas, mientras mi alma en este atardecer, se viste de nostalgias. Hundido en el fondo inaccesible de un muro en lejanías, mis manos arañan el vacío, se desgarra mi alma, sufro, río, y en este atardecer de un nomeolvides, recorro en mi silencio primaveras. Y es que este dolido corazón, escuchando la música del viento, revive las heridas, estrangula mis huesos , y se hunde y me hundo en un silencio. Y es que esta falta de ruidos desespuma, la arena tibia donde planto espumas, donde mis ojos se cierran para imaginarte, donde el espacio y tiempo se burlan de mi sueño, sueño en brumas. Tiempo pasajero que en el aire vuela, que se lleva mi alma como un río, mi fe, mis desvaríos, y estas ganas de amar que en el rocío, humedecen mi alma de querellas.
Mi propio desierto
Aquí estoy arrancado de mi mundo y sumido en el hábito de espera con la piel manchada en la que vivo. Tendría que desollarme y tanto duele arrancar mi paréntesis de amor que en mi eterno siempre quema. Quema mi piel y en esa hoguera, transito hacia la nada donde el frío cubre los bordes de la espera. Contemplo mi paisaje, mi mismidad, que es un desierto infinito en el que vivo, en el que escribo mis letras de amor desvanecidas, esperando en una tarde su regreso. Ese es mi horizonte plagado de sonrisas, de manos enlazadas, de cantos y caricias. Y no este lodo que sepulta y no me deja caminar hacia el fino borde del horizonte que mis ojos anhelan. Es la esclavitud de mi esperanza, donde siempre escucho el eco de lo posible, donde puedo soportar la lucha contra una verdad insinuante en el camino de la nada. Aquí estoy con mi fiebre de pasión enardecida que me hace gritar la vergüenza de no querer olvidarla, ignorando sus males en mi herida, solo en soledad que muero, sufriendo porque le amo y amando su impiedad la espero.
Cuando el amor es espera
Ayer mirando el fuego de tus ojos, puse a quemar en él mis sentimientos. Solo quedaron cenizas... y en la oscuridad te llamo. Si he de esperar, lo haré con la esperanza que aún guardan mis suspiros, con las mismas ansias, cuando mirándonos los ojos, creábamos hechizos llegando al mismo cielo. Porque no quiero seguir mirando los pérfidos espejos donde el miedo recorre por mis venas y los años se plasman en mi cara. Porque el otoño sacude mis raíces que en el caudal del invierno serían arrastradas sin prórroga de tiempo, en una muerte súbita. Y es que turbado está mi corazón, porque mi alma se anega con tu ausencia, a pesar de tu presencia dorada de los días, donde hay amaneceres y crepúsculos bañados de amargura por no tener canción. Porque sigo mirando el fuego de tus ojos que confinan tu amor a brazos viejos, mientras mi alma detrás de los espejos se oculta, para no sentir el ruido que cabalgan los celos ancestrales, aumentando el desierto sin apelación. Por eso, no escuchas mis lamentos ni sabes de mí tiempo sufriendo en el amor, y dejas como el viento frescuras apagadas que envuelven en la estancia encajes de ilusión. Noches plagadas de silencios, donde solo la penumbra amiga me acompaña en soledad. Noches de insomnio adolorido, solo escuchando un latido, el latido de un solo corazón.
Si tengo que esperar lo haré, con la esperanza que aún guardan mis suspiros, con las mismas ansias, cuando mirándonos los ojos, creábamos hechizos llegando al mismo cielo.
Antes que te vayas
Llegaré a ese lugar antes que te vayas Y recogeré el latido de tu corazón a través de tu mirada. Recogeré en tu piel aún salobre las ansias bañadas por estrellas, llenándome de luz hasta que pueda. Antes que te vayas escribiré en tu piel las ansias de mis dedos De mis noches sin ti, de los silencios y mis miedos; de las cosas que dije entre dormido con la ausencia cargada de esperanzas. Te dejaré marcadas las caricias soñadas entre lunas cuando mis labios besaban las almohadas, te dejaré marcadas las pasiones y ternuras mientras soñaba tu cuerpo siempre a oscuras. No dejaré que te vayas sin mis besos, que se humedezcan también tus pensamientos Con el abrazo reprimido que llevo en tanto tiempo. Antes que te vayas robaré con mis manos tus caderas Y me llenare de aromas con el roce sutil del vientre tuyo Me quedaré con tu sonrisa y tus espasmos que en la brisa cantarán como un arrullo. Ya no habrá mas esperas porque todo, todo será mío. Tus ansias, tus quejidos, tus labios, tus latidos,
Tu pensar jugando entre mis sienes, Tu voz confundida con mi aliento, Tus manos enredadas con mis manos Y tu alma no será tu alma, Será mi pensamiento.
Algo de estrés y de cansancio
Es tarde y tengo sueño, en mi alma hay un abismo. Estoy rodeado de sombras que parecen rostros. En la ventana se oyen ruidos, como crujidos de papel, no sé... quizá sea el viento. La vida que siempre está expuesta a luz y sombra También se expone a la congoja y a la muerte. Y el orbe... el orbe está indecente, la capital enloquecida. No sabemos si la culpa es de la luz o de la sombra, Es como si alcanzáramos un tiempo indebido. La poesía se aleja... se desorbitan los ojos tornándose las manos temblorosas. Mañana los caminos tendrán polvo y trazaré mis huellas en la huida de un día de desdichas y cansancio.
Agua, reflejo y alma
Divagas tú, divago yo este mundo que es tan nuestro, tan tuyo, tan mío como el agua, reflejo y alma que en tus manos encuentro. El agua ya se marcha de nosotros se evapora y se sumerge se esconde en las rendijas humedeciendo los árboles y formando habitas sin escarcha. Ya no nos reflejamos en espejos, el alma se reseca en un instante, sombra ahogada que se esfuma. Alma huidiza que abandona mi cuerpo, que se escapa sin permiso, que se cuela etérea entre fisuras vagando entre las sombras asustada. Ya volverá deseosa a su morada para vivir conmigo un nuevo encuentro, ella conmigo yo contigo y tu alma y mi alma un solo centro.
Exilio de amor
Divago desde mi exilio, donde los relojes marcan la hora detenida donde en los aciagos momentos tu cara se extravía. Donde acecho como felino una respuesta que no llega, Igual como las distancias que me apartan de tu rostro pisando los restos de memoria con el corazón vacío. Vacío como tus ojos, lanzando un golpe seco, vacío sin ayer y sin mañana, sin sonrisas, sin palabras, sin ecos que alivien mi pena, solo silencios, solo la nada. Igual que Ulises vagando por los mares, como un castigo de amor intolerante, como un destierro doloroso a mi pena de amar irrenunciable. Como perdido en la tierra de nadie, acechado extranjero y sin frontera, cubriéndome del polvo que ahora me rodea. Como una deformación especular, como un narciso mirándome al espejo donde crecí equivocado como un reflejo del agua creyendo enamorar al mundo con solo una mirada. Y en este laberinto estoy perdido en el espacio cóncavo y cerrado donde mi mano busca como un ciego
llegar a ti desde otro lado. Desde mi exilio busco el devenir de algo distinto, busco el mutar en el espacio y tiempo, y trasformar el mundo con mi propia fuerza. Buscar la meta para llegar a tus brazos encontrando tus huellas que van hacia el desierto y en un delirio de amor y fantasía llegar los dos al mismo oasis…. Al mismo amor conque te estoy amando.
Estoico amor
Soy idealista de amor exagerado porque insaciable soy contrayendo irrealidades, porque un beso cambiaría mi vida a pesar de los prácticos que olvidan. Soy conjetura improvisada, variación que me avanza y me estremece soy afán adivinando la experiencia y progresando en el viento que me mece. Soy inquieto como la vida misma como el llanto, la sonrisa...el sufrimiento, esquivo el dogma que oprime y esclaviza como oración repetida que no hechiza. Y en este estoico amor paso la vida
para quererte siempre sin medidas y aunque ingenuo, sensible y con ternuras no doblaré ante Dios tanta hermosura. Soy déjà vu que anticipa mi querencia y en una hipnosis ciega... siempre te amo.
La pureza de tus letras A María Elena Ponce
Como me envuelven tus letras que depuran líneas de horizontes, que dejan caer lloviznas para la tierra árida y para las rosas, letras con dulzura de lo místico para enjugar la desesperanza. Letras de sueños hambrientos que tus manos plasman, que se dejan oír como un silbido o rumor de sentimientos buscando en el vacío los días eternos. O aquellas que nos hablan del dolor y el gozo en las profundidades contrastadas por la luz y por las sombras, aquellas acorraladas por el viento despojando el ahogo desde el rojo de las rosas y el blanco de las magnolias. De tus rendijas donde la tarde casi oscura permite la muerte de la luz y en las mañanas esputan resplandores que cantan las historias, grietas donde se ve llegar la muerte y el olvido y grietas donde se ve nacer el amor con gotas de rocío. Esas tus letras, que emanan de un cristal donde el tiempo te hizo prisionera, de donde surgía el hambre de las palabras con tu pluma y con tu musa.
Esas que tienen tanto por decir, por gritar al viento y pedirle que traiga a tus balcones los ecos de la libertad, Esas, esas no morirán. Y yo poeta te abrigo con la sombra de mis versos para cantar contigo en una eternidad.
Como me alegra ¡y como!
Como me alegra... ¡y como! saberte definida con tu propio aroma, saber que tramontas más allá de tus ojos el inmenso azul y las espumas de las bravas olas. Saberte un río de dulces aguas que llegando al mar se vuelven acuarelas los peces de tus palabras. Saber que un ángel silencioso cuida de tu alma para que sensible escuches el silbido del viento como un roce posándose en tus labios. Como me alegra... ¡y como! saber que aún trémula hoja, puedes amarar con suave brisa sobre las mansas aguas de mi alma. Y me alegra saber que en la distancia de tantos infinitos unos versos sin rostro pletoritos de ensueños lleguen a ti... sin ser delito.
Confidencia
¡Tengamos un hijo amor mío! Un hijo de la vida por amor, un hijo que entresude nuestras sábanas para cuando estemos viejos sin calor. Será como un sueño que tú vivirás, será tan risueño que reír te hará, y con tu cansancio de tanto seguirlo, quizá no percates que tu amor no está. Será como el río que sigue su curso buscando entre piedras las aguas del mar, él será tu estrella, tu guía, tu lid de trasnocho, y con tu cansancio de tanto lucharlo no te darás cuenta que tu amor no está. Será tan amado, será tan querido, que con la fragancia de nuestras ternuras crecerá al aliento de sus travesuras, y en el bosque abierto de su adolescencia buscará horizontes que le harán saber. Será como el viento que penetra todo cantando en los pueblos el amanecer, será torbellino sobre los tejados y tal vez la brújula que no he de tener.
Como si hubiese muerto
Las calles están solas, todas las puertas cerradas y el viento sopla fuerte silbando en los cristales. Parece que no hay nadie, la noche llega y en la tarde casi oscura, mis pasos se apresuran buscando algún refugio en tantas soledades. No hay luces en las casas, no hay luces en la calle, no hay ruidos, no hay llantos, la ciudad quedó oscura y callada. El viento cesó y comenzó el silencio, un silencio plano y afónico como en el mundo de los muertos. Es tarde, estoy cansado, y sin embargo el sueño no llega. Estoy en una plaza con plantas y con flores, sin viento sin ruidos, sin olores. El cielo oscuro no deja ver estrellas y siento que mi alma se ha quedado sola; ¿Por que! por que te fuiste sin decirme nada? sin dejar que te viese, sin verme en tu mirada? Sin ti no puedo proseguir, todo se nubla y todo es nada.
No brillan las estrellas, no hay fuentes ni riachuelos, ni voces en el puente, ni luces en las casas, ni flores con olores. Todo está opaco, siniestro, sumergido; Y como tú no estás, yo seguiré viviendo en este olvido.
Buscándote
En la tarde casi oscura te vi fluir casi desnuda en abismos de infinitos. Porque se que me buscas perdido entre la gente, levantaré mis brazos para que no me pierdas en silencios. Te encontraré en las calles dibujadas de mi mente mirándote venir desde el ocaso. Aquí en mis pensamientos Guardáronse tus huellas. Aquí mi pensamiento cubierto está de ti, y mi alma está surcada de paz y sin querellas de no olvidarte nunca porque estás en mí.
Seré la estrella surgida de cenizas besadas por el canto de peces en el mar y emergeré al espacio para alumbrar tus noches, noches de plenilunio, y de aguas llenas Deseándote encontrar. De tu piel húmeda absorberé deseos regados por la luna para quedarme siempre en tu mirada antes que el diluvio convierta el amor en marejada.
A mi madre muerta
Sufrías de día, descansabas de noche, regabas y cocías murmurando los afanes que dejabas regando los jardines. Caminando en la calle te extasiabas y tus ojos buscaban el encuentro de la gente que amiga de sus cuentos estrechaban tus abrazos.
Yo caminado junto a ti feliz seguía el sermón que tus labios me decían, las palabras que jamás fueron oídas y que extraño después de tu partida. Fuiste fuerte mujer de mandamiento plasmada de montañas y de miedos, de rezos, de oración, de desencuentro... Y fuiste aquella, que pensaba en mi mañana, en mis horas felices del destino, aquella que soñaba a solas, que será de él, sin nunca decir nada. Aquella que de niño me cargo en sus brazos sufriendo en carne viva mis tropiezos la que me brindó sus besos, sus caricias, sus abrazos. En ella que fue mi amor y mi querella mi angustia, mi alegría, la que con su aroma me impregnó la vida dándome aromas para que sonriera y yo dándole espinas para que sufriera. En ella pienso hoy, sin ser olvido a mi mente y corazón, en ella pienso hoy como un suspiro, como el ave que en un corto vuelo hecho pedazos... nos dejó su nido.
El abandono
A veces te abandono porque sé que no es posible, fueron evanescencias de un delirio que a veces nos acercan en una lejanía. Quise tomar el humo con mis manos y vi su disipar colado entre los dedos. Té abandonado hoy y más consciente, como abandona a Dios el malhechor fehaciente como el fracasado de la mirada amiga como el muerto sin dolientes. Como el que ve partir el amor que no regresa; hoy te abandono amor sin odio y sin medidas y aún si me adorabas y aún si me querías los dos quisimos siempre un tanto el desamor. Mejor es que te vayas, mejor es que me vaya. Y te abandono hoy en la renuncia del que no puede alcanzar la dulce uva, como el prisionero de la pena larga, o el perro herido que se fuga. Hoy te abandono, y en un instante Abandonamos lo que fuimos, Lo que siempre quisimos y anhelamos. Cuando todo haya pasado Seremos más... nosotros mismos.
El día en que yo muera
El día en que yo muera no habrá cansancio ni hastío, Ni sol ardiente, ni sudor en mi frente. No habré dejado de mirar el bosque Ni de sentir la lluvia en el tejado. Habré susurrado una canción que suavemente llegará hasta mis hijos como un halo. El día en que yo muera sentiré más amor por lo que he amado; Y no sentiré dolor a mi manera, de las cosas fueron y pasaron. Y volaré el recuerdo de estrellas infinitas brotando de tus dedos y tus manos hija mía. Volaré por el bosque y las montañas recordando el verdor de tus quehaceres hijo mío. El día en que yo muera sembraré un pensamiento entre las rocas, y será tales ves, a mi manera, un modo de quererte amada esposa, Un modo de dejar petrificado el amor que sembraste en mis pupilas, en las ansias benditas de mi boca y las horas felices de mi vida. Un modo de decirte lo mucho que te amo cuando cierre los ojos, prendido de tus manos. Cuando vuele feliz mi pensamiento por las cosas bonitas que me has dado, por la sombra feliz de tu existencia, por los bellos momentos, y tu dulce perdón de mis pecados. Antes de partir, mi ¡Dios! Te pido tiempo, para acabar la melodía que en mis susurros ha sido canto de amor hacia otra gente. A los niños del mundo que he amado inmensamente.
A sus gritos traviesos que alegraron mi alma y sus besos dorados que besaron mi frente. A labriegos del campo bajo el sol inclemente, mitigando el sudor que trasudan sus frentes en la lucha infinita. A los viejos que gimen desamor como un luto en la ausencia y la espera de un amor cualquiera para morder su fruto. Gracias Señor por tu paciencia, por tu gracia bendita que derramas, Por tus ojos de luz para mi vida Y la fuerza infinita que me inspiras. Por tu amor desplegado en esta tierra a la gente que anhela y que suspira, por los ricos, medianos y más chicos que se bañan de amor en agua viva. El día en que yo muera, moriré por amor, Así es mi vida.
Llorando a solas
Ya caída la tarde, cuando el padre sol se oculta tras el cerro, mi mente soñadora se presta a dialogar contigo. Larga como la sombra de la noche será esta última, querida amada mía, y en ella encontrarás reflejos de otros días. Del amor que juraste no habrá olvido, y al hombre que dijiste serás mío.
Metido en tus promesas voy buscando el cariño de esos días, y vuelvo a ver la bella del ayer y el castillo de amor que prometía. No quisiera destrozar sueños ajenos forjados al calor de amor tardío, que has querido ofrecer sin ser olvido a tu mente y corazón, del que quieres y siempre tú has querido. Soy yo, yo mismo, el que te ama de antaño todavía, quien te ve diferente? ¡Ah! Cabecilla loca, alma pueril y vana, que eternizar pretendes la abrileña mañana y detener el tiempo con tu manita leve. Ni con todos tus soles derretirás esta nieve. Ya me voy, ya me vuelvo a mi sombra, a mi oscuro cuchitril donde puedo llorar, donde puedo gritar un poco sin que me asalte el miedo de ser cursi. Tengo el corazón enfermo de un ominoso mal. mis días transcurren en un mar de melancolía, y en mis noches de inconformidad no queda espacio para la esperanza.
No se que haremos
No sé que voy hacer contigo, hoy tus besos tibios humedecidos por mi boca, turbaron mi placer. Tus mejillas sonrosadas adelgazan mi respiración, parece que te fueras volando en un desmayo, parece que muriera de un mal tú corazón.
Te envuelvo con mis brazos, mi aliento te revive, y danzas en mareas con mares de ilusión. Tu cuerpo se estremece tendido en una arena y yo en un mar de espuma te baño por doquier, parece que se uniera tu piel junto a mi alma, parece que se uniera tu alma con mi piel. No sé que voy hacer contigo y este amor que nos abraza, esta pasión infinita que deshiela los polos que nos llama, que nos grita. No hay ruidos, no hay fríos, solo nuestros cuerpos, solo tu piel y mi piel, solo tu alma y la mía formando un solo cuerpo en una danza bella formando un solo ser. No sé que voy hacer contigo, no sé que va a pasar, parece que voláramos los dos a un mismo cielo perdiendo la cordura, perdiendo la razón. No se que vamos hacer con este amor apasionado y loco con este amor incierto, con este amor tan real, quizá busquemos siempre este nido secreto entre paredes altas para poder gritar. Con esta carne viva que atrapa nuestros cuerpos sin fundas ni ropajes, sin trabas ni secretos bailando nuestra danza los dos junto a ese mar. Seremos cual dos sombras desnudas en el viento diciendo: Bailáremos nuestra danza tal cual tú me amas y tal cual yo te amé
Quisiera escribirte
Quisiera escribirte como algo inadvertido, como algo pasajero, fugaz como el viajero. Quisiera escribir todo lo inerme, toda tu risa y toda tu alegría. Quisiera escribirte pero al final no se si me creerías. Soy como el agua del río que pasa inadvertida, eres gacela entre rosas que el pecho lleva heridas, y que al final su sangre no derrama todavía. Por eso la tristeza se me ovilla en el pecho Y se me ponen pálidas las mejillas de pronto Siento como me crece el cansancio y la duda cuando el viento parece llamar junto a mi lecho. ¡OH! Que quietud si tuviera tu rostro entre mis manos Para dejar mis lágrimas caer sobre tus ojos, Y dejar dormir mi voz sobre tus labios ¡OH! Que quietud si tuviera tus manos Para dejar mis ansias atadas a tu dedos. Más eres brisa inquieta en la mañana fría, y yo viajero no sé querer... ¿Tú lo sabrías?
Canto de una noche
Para cruzar la profunda noche, alcé mis alas girando hacia el abismo. Hundí mis manos en la niebla pescando los recuerdos, los años de la enfrenta, los días tenebrosos. Hallé mis fuerzas sobre puestas al horror de las miradas que atónitas buscaban retazos de mi alma. Sorteando los caminos clamé en el silencio, llegando con el viento los días de la calma. Atrás quedaron los látigos sangrientos perdidos en esquinas con cruces en la espalda. Ahora mi alma es ungida de una vida nueva. Ahora te miro, te siento luminosa, y llegas después de mis esperas al denuedo febril que nos conforta. Ahora somos la rosa de los vientos, en cada esquina hayamos un camino, un aletear de rumbos nuevos, un mirar a los ojos sin el miedo de congelar la luz en otro espejo. Se fue... se ha ido la tristeza y un canto nuevo renace aquí en mi alma. Están brotando solas las notas de mi piano, se escapan cual palomas dejando entre tus manos las ansias del ocaso. Ahora si te llenaré de sueños, te escribiré en sonidos goteando entre tus labios. Ahora la amalgama de mis sentimientos se aquietará en tu oído y escucharé tus pasos viniendo con los míos... los dos al mismo sueño. Seremos eso y no otra cosa, un aletear, un vuelo de las mariposas. Un sentirnos los dos sin ningún miedo de perpetuar amor como las rosas. De estar ahí sin más penumbras sin más dolores en el alma, estremeciendo piel entre murmullos para luego quedarnos en la calma. Descoseremos nudos,
nuestras gargantas serán libres, gritaremos nuestro amor con labios que ya no son de sal. Nuestras almas bailarán su danza mientras tus ojos y mis ojos se unirán en el cristal.
Seré Libre
Cuando el sol brille mañana todo será como antes. Y sentirás volar tu pensamiento por los cimientos ruinosos de mi vida. Y encontrarás en ellos, sal y arena, troncos de árboles quemados, cenizas del pasado. No serán tuyas las cosas que amaste y veneraste. Serán de otra. Tal vez como una nota, y allí voy a renacer para quedarme luego. Cultivaré senderos que me aniden con el calor profundo de sentirles. Seré violento, desafiaré el viento, y escribiré en la piedra como antaño un día, el hombre primitivo hacía. Construiré mi rancho para criar ganado, tendré gallinas y caballos, ríos, árboles y caminos empedrados. Seré libre, lejos del pasado.
Como si fuera un cielo
El sol esta cayendo y soy el mar. Allá en la playa camina un imposible un cielo que no alcanzo. Como alcanzarlo si tan igual nos vemos a pesar del horizonte que nos une. Solo me queda dejar sonrisas en la arena para que bañes tus pies entre la espuma. Porque imposible es unir lo separado más allá del amor enardecido de mi oleaje y mas allá del espacio acomodado. Y es que amarte como un cielo tan solo empequeñece... jamás podré encallar entre tus brazos.
Perdido Cuando el adiós es un pesar que abruma y queja. Cuando camino las sombras laberínticas buscando en el olvido los tiempos de otra aurora, me pierdo sin conseguir los días más floridos. Voy sin horizontes, y confinado en el desierto se opaca ante mis ojos la luz y el llanto, la voz que no se oye y la mudez del canto. Ahora a tientas como un ciego mi corazón te busca, pero perdido estoy en infinitos y ya no escucho el rumor ni los lamentos.
Tengo un poema escondido
Tengo un poema escondido entre mis labios para llenarte el papel de liras y deseos. No tardaré en volver hacia tu río, para bañarme en sus aguas y atrapar tus mariposas. Y allí en tu rincón donde se adorna tu memoria, buscaremos el amanecer de mañanas cariñosas, endulzaremos el pan con vainilla, con olores y con noches. Volveré hacia tus manos que me esperan ansiosas, estaré en tu mirada que ilumina mi alma y seré cascabel que resuene en tu pecho. Buscaré tu ternura, tu perdón, tus encantos y tu cuerpo danzante que lo mueve mi canto. Me fundiré en la arena y el mar de tu sonrisa para que juntos hagamos la historia con tus plantas, tus girasoles al viento y tú presencia infinita.
Vivir es
Vivir es encontrar amor por todas partes, sonrisas desplegadas de conciencia enamorada del amor y la belleza como arte. Vivir es confundirse con la gente, es amor a los demás, es beber la fuente inagotable de la justicia incontestable. Vivir es sentirse conjuntado con el presente y el pasado, vivir con alegría los caminos caminados, llenarse de amor por los costados y sentirse inhibido del pecado. Vivir como vivimos es injusto, la moral de desliza como en cuevas, refugios de ratas e intolerancias nuevas. Cegueras de pasiones bochornosas, maltratos de conciencia y honras, amantes de lujurias caprichosas tiñendo la equidad en sombras... Donde se apagan las luces que el espíritu refleja (paz y bienestar común), donde se esconden en si mismos como gusanos retorcidos, sin importar ningún gemido y ni una lagrima sobre el ataúd. Vivir, no es eso, es otra cosa;
es elevar cual mariposas, las alas que al deceso dejen la huella ejemplar. Es transportar el polen que otras flores dejarán germinar. Es valorar las acciones del espíritu, es entregarse al caminar, al caminar seguro y con el ímpetu de llenar y no vaciar. Es pensar en infinitas cosas (espiritualidad), amor, esperanza y caridad. Es llenarse de amor trascendental, es encontrar en Cristo la mirada de un horizonte nuevo y real. Es conducirse ajeno de lo malo para entregar amor sin un bozal. Es no insidiar ni aborrecer, es quitar el hambre y aplacar la sed, es volcar la bondad por todas partes para entregar al mundo un ideal, es entregar al prójimo una mesa, una fruta y un rosal.
Aún A Rebeca Aún cuando te lleguen hirientes las palabras, no hay anclas que resistan tu fe de caminar, y serán tuyos los pasos que te labras y tuyas las horas de un nuevo despertar. Serán tuyas las ansias, tuyo el recuerdo de noches en la almohada con lágrimas cuajadas de amor y de dolor. Será tuyo el avance que en vuelo cada día perfumes en la brisa buscando un arrebol. Se extinguirá la prisa que un día te dejaron para saber que entonces existe un nuevo amor. Besos para tu alma.
Búscame
Por que se que me buscas en brújulas perdidas y tus ansias se hielan buscando amaneceres, mis noches fueron tuyas, fueron tibios los placeres. No me busques en lugares escondidos, ni en rastrojos donde el viento regresa arrepentido, ni en silencios ni en olvidos, no me busques en pasillos largos ni en rojos de sangre mirando hacia la nada. Búscame en las notas bellas de una canción que compartimos así no habrá silencios, solo ruidos. Y entonces los arpegios retumbarán tu alma notándome presente, sin haberme ido. Ya no hacen falta las velas ni el fuego ni las llamas para buscarme en oscuros rincones donde tu voz no llega, Búscame en el fondo de tu alma y así verás brillar muchas estrellas. Ya no hace falta que tu voz calle ahogando las palabras, buscándome en desiertos o en los mares, no creas que tu voz no me alcanza o que te sientes muda, tu voz esta en mi alma como una canción que siempre arrulla. Tú sabes donde estoy ¿por que me buscas? si soy parte de ti y de tu cielo soy parte de tu alma, de tu piel y tu consuelo. Búscame en tus labios desesperadamente, en tu voz, en tu sonrisa y en esa canción que con arpegios muy suavemente nos la trae la brisa.
Así que no habrá lágrimas, ni ausencias, ni rojos violentos porque cambiaste la pintura, porque cerré mis ojos para imaginar los tuyos abiertos al mundo que nos mira, y miraré en los tus tuyos, el alma y el paisaje que el mundo te dejó para mis ojos.
¿De donde vienes me preguntas? A Rebeca
Vienes de una idea lejana. De un amor con magia desde el infinito atravesando ventanas. Es como si fuese un sueño… Un sueño con alas, Quizás por eso… un ángel eres. Besos para tu alma.
Me iré
Me iré cuando duermas en ese invierno frío cuando la niebla tapice tus ventanas Negándole a tus ojos mi tristeza de un adiós sin palabras en esa madrugada. Antes que el nuevo amanecer muestre mi cara plasmada de unas ansias que no escondo surcada del dolor más hondo de no tener el mismo amor con que te amaba. Me iré despacio entre la bruma fría destilando en mi pecho el trago amargo te quise tanto y sin embargo quizá te quiera todavía.
A ver si puedes A ver si puedes como yo vivir la historia de un amor entregado y sin medida, de un amor deambulando las heridas para dar más amor en cada hora. A ver si puedes percibir en la mirada la ternura de un amor resucitado un amor hecho piel, constante y sosegado, un amor como el tuyo en esta vida como el mío en carne viva.
A ver si puedes escribir la misma historia, si puedes borrar mis huellas marcadas en tu piel, en tu alma y tu memoria. ¡A ver si puedes!
Como una fragancia Como una fragancia llegarás después de haber salido tormentosa de las llamas bravas que el viento encendió sobre tu piel. Te volverás caricia en calma que cálida se tornará en rocío por la humedad constante de mi piel. Cimbraran los cimientos de un placer que en remolinos nuestras lenguas beberán y cálidos en nuestros propios brazos adormeceremos el amor
Como una oración
No puedo retenerte. mis manos son etéreas y escapas en neblina, todo, todo ante mis ojos muere, y tú sigues aquí en mis pupilas. Aquí estoy como sombra inmortal contemplando tu amor diseminado,
mirando tu aletear que es tan cercano y tan lejos de mi y de mis manos. No puedo retenerte y oscura es mi existencia mientras vivo y muero. en este estar de tanto quiero. Allí estas, moviéndote en la brisa, estremeciendo mi piel florida de deseos. Allí estas dejando los murmullos cual ruido de cascadas mientras mi alma se pierde en los espejos. Y es que he de amarte al infinito porque infinito es el cielo en que me llevas, en los cantos de amor que trae la brisa y este amor encendido entre mis venas. No puedo retenerte. mis manos son etéreas y escapas en neblina, todo, todo ante mis ojos muere, y tú sigues aquí en mis pupilas. Como quisiera ser flor entre tus manos, ser fragancia que inunde tus sentidos tu ser, tu alma, tus quejidos, tus ansias de querer en un oasis aplacando este amor desprevenido. Aquí estoy en la ventana de mi abierta herida, colgado de la luna mirando tus destellos, y pasas, y al pasar me dejas crepúsculos de aurora entre mis dedos. Y pasas, y al pasar escucho tu canción. Tu canción de estrellas con luz del desamor. No puedo retenerte. Mis manos son etéreas y escapas en neblina, todo, todo ante mis ojos muere, y tú sigues aquí en mis pupilas.