LA FAMILIA PLATÓNICA
E
n
la
ciudad
muy
común.
peculiar, Esta
destacaba
Geométrica una
familia del
vivía
familia
de
sólo
resto
de
una
fuera cinco
familia de
lo
miembros
geometrinianos
del lugar, pues no había poblador alguno que gozase de una simetría tan perfecta, como la de ellos. El señor Icosaedro, la señora Dodecaedro, el joven Octaedro, el adolescente Cubo, y la pequeña Tetraedro, eran los miembros de esta familia. Pero había un pequeño secreto que entre ellos se guardaba y que muy pronto lo descubrirán.
1
Cada uno de ellos tenía una característica especial de la cual se sentían muy orgullosos, pues ellos los consideraban sus dones. Por ejemplo, el señor Icosaedro poseía 20 caras exactamente iguales, las cuales forman 30 aristas y 12 vértices, considerado el acreedor de la máxima experiencia en la familia. De la misma forma, la señora Dodecaedro, muy vanidosa, lograba que siempre alaguen sus 12 caras perfectamente iguales, sus 30 aristas y 20 vértices. Le sigue el joven Octaedro un
poco presumido, mostraba sus 8 caras, 12 aristas y 6 vértices, quien no se queda atrás es el adolescente Cubo, rebelde como ninguno quien revelaba siempre sus 6 caras, 12 aristas, 8 vértices, y por último encontramos a la pequeña Tetraedro, tímida pero a la vez muy risueña que muestra sus 4 caras, 6 aristas y 4 vértices.
2
Y así, cada uno teniendo algo que presumir, caminaban por las calles de Geométrica teniendo alrededor las miradas de los otros habitantes. En este lugar también vivían prismas como el señor Prisma Triangular, pero había un ancianito, que caminaba cojeando, se llamaba Don Prisma Oblicuo, y el adolescente Cubo se burlaba de él, de su forma de caminar. Su padre,
que
tenía un pensamiento fluido como el agua, le explicó
que no debía hacerlo y su hijo entendió.
Un día cualquiera, mientras la familia se encontraba reunida
viendo
televisión,
ocurrió
un
fuerte
terremoto, todos se alarmaron excepto señora Dodecaedro, quien se mantenía muy calmada y con los ojos cerrados, tratando de controlar lo que pasaba, de pronto el terremoto se calmó. Sorpresivamente el cielo se abrió y se vio un gran personaje saliendo de aquél gran agujero, su aspecto era sabio y conocedor de ciencias. Era Platón; la familia se quedó sorprendida y se juntaron, abrazándose fuertemente. Platón los miró y les dijo: “Ustedes tienen algo muy especial que nadie más tiene, que los hace únicos y que representan mucho más de lo que piensan, más de lo que ya valen.
3
Señaló
al
señor
Icosaedro y le dijo: “Tú eres el agua, tu representas a un elemento importante del mundo”, luego señaló a la señora D o d e c a e d r o diciéndole: Tú conformas El Universo, cada astro, todo lo que existe y nos rodea”. Posteriormente señaló al joven Octaedro: “Tú eres lo que respiras, tú constituyes el aire y estás dentro de todos y para todos”. Seguidamente miró al adolescente Cubo y dijo: “Tú eres la Tierra, tú sostienes todo lo que en ella existe y albergas todo lo que creado”. Finalmente miró a la pequeña Tetraedro y le dijo: “Tú, pequeña, eres el fuego, nunca dejes de arder”. Entonces la familia se abrazó y Platón concluye: “Ustedes son elementos y sus números son la esencia de todas las cosas y los cielos son armonía y número”.
4
FIN