CIEN AÑOS DE LA ARQUEOLOGÍA EN LA SIERRA DE ANCASH Editor Bebel Ibarra Asencios Selección de Textos Bebel Ibarra Asencios Jhon Cruz Quiñones Corrección de Texto y Estilo Lic. Aliz Ibarra Asencios Traducciones Aliz Ibarra Asencios Jhon Cruz Quiñones Corrección de Traducciones Sonia Ríos Villar Manuel Perales Munguía Transcripciones Jhon Cruz Quiñones Aliz Ibarra Asencios Diseño y Diagramación Bebel Ibarra Asencios Diseño de Portada Margarita Brikyte
Copyright Instituto de Estudios Huarinos 2013. Copyright Versiones Originales. Av. Magisterial 473. Barrio Vira. Huari. Ancash Impreso en Perú 2014 2
CIEN AÑOS DE LA ARQUEOLOGÍA EN LA SIERRA DE ANCASH
BEBEL IBARRA ASENCIOS (Editor)
INSTITUTO DE ESTUDIOS HUARINOS Huari - Ancash - Perú 2014 1
CONTENIDO Presentación 1. Espacio y Cronología en la sierra de Norte del Perú: Balance de las Investigaciones Arqueológicas en la Provincia de Huari. Bebel Ibarra Asencios
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2. Cronología de la Cueva Guitarrero, Perú Thomas F. Lynch
(45)
3. Ocupación Precerámica del Valle De Casma, Perú Michael A. Malpass
(53)
4. Restos Precerámicos de la Región de Marcara Gary S. Vescelius
(77)
5. La Galgada: Nueva clave para la Arqueología Andina Alberto Bueno Mendoza y Terence Grieder
(85)
6. El Arte de Chavín: Estudio de su Forma y su Significado John H. Rowe 7. Pójoc y Waman Wain : Dos Pueblos del Horizonte Temprano en la zona de Chavín de Huántar Richard L. Burger 8. Excavaciones Arqueológicas en La Pampa Kazuo Terada. 9. Industrias Líticas del Período Huarás, Procedentes de Chavín de Huántar Danièle Lavallée
(97)
(135) (171)
(201)
10. La Sierra Norte del Perú: Excavaciones en el Callejón de Huaylas Wendell Bennett
(235)
11. La Arqueología y el Arte de Pashash: Períodos y Tipos Cerámicos Terence Grieder
(335)
12. Litoesculturas en el Callejón de Huaylas Richard Schaedel
(377)
13. Banquetes y Mujeres: Género, Ideología y Festines Políticos en los Andes Joan Gero
(405)
14. Territorialidad en el Período Intermedio Temprano: El caso de Moche y Recuay Donald A. Proulx
(421) 5
Cien Años de la Arqueología en la Sierra de Ancash (2013). Bebel Ibarra (Editor). Instituto de Estudios Huarinos. Huari. Perú.
OCUPACIÓN PRECERÁMICA DEL VALLE DE CASMA, PERU
Michael A. Malpass Sumario Investigaciones arqueológicas en el valle de Casma y en la Cordillera Negra adyacente han identificado ocupaciones precerámicas en ambas áreas. Los artefactos asociados indican que los patrones de asentamiento cambiaron con el tiempo. Ocupaciones paijanenses (9000-8000 A.C.), presentes en la costa, se encuentran por primera vez también, en la cordillera. Un nuevo complejo, denominado Mongoncillo (8000-5000 A.C.), refleja una adaptación pos-pleistocena a los recursos de loma, mar y valle. Es evidente que durante el periodo precerámico la gente de la costa visitaba, ocasionalmente, la sierra pero no estacionalmente. Introducción Se han realizado investigaciones de las ocupaciones precerámicas en varias áreas de la costa peruana, pero solamente se han detallado cronologías de tres de ellas: el área de Ancón-Chillón, cerca de Lima (Lanning 1963; Moseley 1975), el área de Moche-Cupisnique, al norte de Trujillo (Chauchat 1975; 1978; Moseley 1982; Ossa 1973, 1978) y el área de Talara cerca de Piura (Richardson 1969, 1973, 1978). Los distintos caracteres de estas secuencias arqueológicas sugieren diferentes factores ambientales y sociales en cada área. Este informe resume las investigaciones hechas por el autor durante 1980-1981 en el valle de Casma. El propósito principal de estas investigaciones fue establecer una secuencia precerámica a lo largo de un valle ubicado entre Lima y Trujillo, una región donde se han realizado pocas investigaciones precerámicas. Por la proximidad del Callejón de Huaylas, se pensaba que hubo interacciones significativas entre las poblaciones de ambas áreas. Esto contrasta con la evidencia en el área de Ancón-Chillón así como el área Moche-Cupisnique, donde no hubo contacto costeño-serrano. En un sentido, esta investigación es una prueba del modelo de trashumancia precerámica costeña-serrana de Lynch (1971).
Titulo Orginal: Malpass, Michael (1991). “Ocupación Precerámica en el valle de Casma, Perú”. Boletín de Lima 76, pp. 79-95. Lima.
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Los resultados que a continuación se ofrecen sugieren que la trashumancia entre la costa y la sierra no era un patrón regular durante el periodo precerámico. Hay evidencia de contactos entre las dos regiones, pero la naturaleza de estos contactos es aún incierta. El descubrimiento de puntas de proyectil del tipo Paiján en la Cordillera Negra indican movimientos costa-sierra son algo antiguos en esta área. Áreas de investigaciones y metodología Se seleccionó el valle de Casma, localizado a 9º 30’ latitud sur, como el centro de organización política en el Período Inicial (Formativo Temprano). Se investigaron separadamente cinco zonas en el valle (ver Figura 1). Se seleccionaron estas zonas utilizando evidencias de sitios precerámicos en otras áreas del Perú. La primera, el área A se centralizó en un loma larga, al sur del valle; se explotaban estas zonas comúnmente por grupos precerámicos (Lanning 1963; Patterson 1971). Esta loma presenta las características de un prado (Craig y Psuty 1968), e incluye una variedad de plantas florecientes y secas. Hasta 1972, se registraron animales salvajes, tales como venados y vizcachas. El área B se centró en una quebrada seca localizada al sur del valle principal, donde se pensó existían ocupaciones paijanenses. Se designaron las áreas C y D a lo largo de las márgenes del terreno aluvial que facilita encontrar sitios precerámicos más tardíos; similar a los que encontró Patterson (1971) a lo largo del valle Chillón. Se seleccionó el área E por ubicarse en una yuxtaposición de zonas de costa, terreno aluvial y estuario. Se encontraron sitios precerámicos solamente en las áreas A y E. Encontrándose un solo sitio precerámico en el área E, mientras que en el área A se encontraron 38 sitios con componentes precerámicos. Adicionalmente, se registraron 24 sitios en el área A con elementos líticos que se le asignó a los periodos cerámicos debido a la asociación de cerámica con elementos líticos (Malpass 1983 a.) Se recogió una muestra de los artefactos liricos de los sitios precerámicos, así como de los sitios cerámicos. Se registraron numerosos instrumentos grandes, como morteros pero no se los recogió. Para una descripción más detallada del proceso de recolección de instrumentos, ver Malpass (1983 a). Este estudio se basa en un total de 1970 instrumentos líticos. Se designó una segunda zona de investigación en la cima de la Cordillera Negra, hasta los orígenes del río Sechín, afluente principal del Río Casma (Malpass 1985). De los 13 sitios encontrados, se halló dos abrigos, Huachanmanmachay y Tecliomachay, evidenciaban gruesas acumulaciones de restos; se seleccionaron estos sitios para hacer un estudio comparativo. Se ubican ambos sitios en la zona puna, a una altitud de 4500 metros sobre el nivel del mar (ver Figura 2). Tecliomachay se ubica a 4500 metros sobre el nivel del mar, en la quebrada de Cercocancha, que a su vez mira a la laguna Teclio (Tecllo). En el mapa del Instituto Geográfico Milita Tecliomachay aparece como Canchiscocha. El lago Teclio es el origen del río Sechín, el cual recorre diagonalmente hasta alcanzar el pueblo de Quillo, ubicado en la zona costeña. 54
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Fig. 1. Áreas de reconocimiento en el valle bajo de Casma. Líneas de equidistancia, 200 m.
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Huachanmanmachay está ubicado a una altura aproximada de 4500 metros sobre el nivel del mar, en la cuenca del río Santa, a 4 km en línea de aire de Tecliomachay y casi directamente sobre la cueva de Guitarrero, a la que se puede llegar a pie, en un día. Huachanmanmachay es una cueva cónica. El ancho del bloque mide aproximadamente 22 metros y su máxima profundidad es de 4 metros. Se divide en dos sectores muy discretos: un sector superior, en declive y poco protegido de las lluvias, y un sector inferior, plano y bien protegido de 16 metros cuadrados. Un afloramiento grande separa los dos sectores. Se excavó un pozo de prueba en el centro del sector inferior, cuyo tamaño fue de 2 x 1 metros. Se realizaron las excavaciones con badilejo y se zarandeó el contenido de esta área en una zaranda con aberturas de 0.25 pulgadas cuadradas. Se excavó el pozo utilizando una combinación de niveles naturales arbitrarios (ver Figura 3). Los niveles altos mostraban una mezcla de depósitos modernos y prehistóricos. Estos niveles incluyeron pocos artefactos. Debajo de los 35 centímetros de profundidad, los depósitos fueron de color negro uniforme, de textura margosa y con muchas piedras; es por ello que se excavaron en niveles arbitrarios. La diferencia entre los estratos grises y negros, en la Figura 3, se debe a la saturación de agua en los niveles bajos. La máxima profundidad del pozo alcanzó los 105 centímetros en la parte posterior y 135 centímetros en la parte frontal. Se ubica Tecliomachay en la pendiente norte de la quebrada de Cerconcancha, un punto medio entre la cima y la parte más baja de la pendiente. Esta ubicación esta protegida del viento, así como ofrece magnifica vista a lo largo de la quebrada. El área es plana y abrigada y cubre aproximadamente 20 metros cuadrados. Se excavó un pozo de 2 x 1 metros en el centro de Tevliomachay utilizando los mismos métodos empleados en Huachanmanmachay. Se consideraron y utilizaron principalmente aspectos estratigráficos; en éstos, se incluyeron el color y la textura del suelo y la abundancia de piedras en los estratos. Debajo de los primeros niveles mezclados con excremento de mamíferos (vaca) y tierra, se apreció un color negro consistente, casi uniforme que cubrió el fondo del pozo (ver Figura 4). En los estratos superiores hubo innumerables madrigueras de vizcacha. Cerca al fondo de los depósitos aumentó el número de piedras angulares, debido a la proximidad de la roca madre. Se excavó hasta una profundidad de 115 centímetros, cuando se encontró la roca madre. OCUPACIONES PRECERAMICAS El valle bajo de Casma Se identificaron dos complejos líticos en los sitios precerámicos del valle bajo. El primero es paijanense, previamente identificado en las ocupaciones de los valles Chicama y Moche (Chauchat 1975, 1978, Kornfeld 1972, Ossa 1973, 1978). Se representa este complejo paijanense solamente en tres sitios, 8V-1 y A68b (Mongoncillo), en el área A, y E3b (Campanario) en el área E (ver Figura 5). El segundo complejo, llamado Mongoncillo, por la loma donde se ubican la mayoría de los 56
Ocupación Precerámica del Valle De Casma, Perú
Fig. 2. Área de reconocimiento en el Cordillera Negra. Limite de área reconocida H: Huachanmanmachay T: Tecliomachay.
Fig. 3. Estratigrafía de la Cueva de Huachanmanmachay.
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sitios pre cerámicos, está representado por 38 sitios, todos en el área A. La distribución de los sitios del complejo Mongoncillo se presenta en la Figura 6. Las descripciones más detalladas de estos complejos se hacen a continuación. Es difícil caracterizar la naturaleza del complejo paijanense en el valle de Casma debido a la falta de artefactos. El sitio 8V-1 es un taller pequeño, representado por instrumentos bifaciales, del tipo Chivateros. El sitio Mongoncillo, A68b, es un sitio multicomponente, siendo imposible segregar instrumentos paijanenses e instrumentos más recientes, con excepción de las puntas de proyectil. Pero el sitio denominado Campanario parece ser un solo componente; un centro de actividades especiales que provee un cuadro más claro de la naturaleza de este complejo en la región de Casma. El aspecto más significativo del conjunto lítico de Campanario es su alto nivel de sofisticación de los instrumentos bifaciales. El 76% de los instrumentos son puntas o bifaciales, siendo la mayoría de los últimos puntas rotas o incompletas (Figura 7a, b). Lo demás del conjunto incluye lascas, instrumentos denticulados, núcleos y martillos. Además de los instrumentos, se encontraron 283 pedazos de desecho incluyendo por lo menos 60 lascas de factura de instrumentos bifaciales. Estos artefactos representan una muestra significativa, pero no completa, del área total del sitio. La abundancia de desechos de talla y la ausencia de los instrumentos con punta sugieren que se utilizó este sitio como un pequeño taller para dar el acabado a los instrumentos o para poner los mangos. No se encontraron núcleos grandes, tampoco instrumentos bifaciales del tipo Chivateros, lo que indica que se hizo el trabajo preliminar y el acabado en otro sitio. Por otra parte, Campanario es un sitio de actividades especiales, donde no se cuenta con un orden completo de instrumentos utilizados por los habitantes paijanenses. Las puntas son similares a los tipos identificados en lo sitios paijanenses de los valles de Moche y Chicama. Además, los instrumentos denticulados son más comunes que los instrumentos unifaciales de Campanario, lo que parece similar a los sitios de Chicama (Chauchat 1978). El porcentaje considerable de los instrumentos bifaciales es también característico de las dos áreas, aunque esto quizás sea indicativo de una semejanza de funciones similares de los sitios. En Casma y el área norte, se encontró una gama similar de instrumentos con formas de punta de proyectil. Las variaciones de instrumentos con lados convexos y rectos, típicos de los sitios de la costa norte están presentes en Casma; el primero incluye puntas alargadas (similar a una lanza) siendo típicas de la región del norte (Figura 7c). Además, las puntas con pedúnculos alargados están asociados con las puntas paijanenses en Casma y el valle de Moche (Ossa 1973). Se encuentran las puntas también en el sitio el Inga (Bell 1965) y la cueva Chobshi (Lynch y Pollack 1980) en Ecuador. Es posible que este tipo de instrumentos sea distinto a la variedad paijanense caracterizado por tener pedúnculos delgados (Mayer-Oakes 1982). Otra semejanza entre los sitios de Paiján y los sitios del norte, es la relación de materiales particulares usados en diferentes tipos de artefactos. En Campanario, el 74 % de los instrumentos bifaciales se hicieron de arenisca, y el 21 % de cuarzo cristalizado. En ninguno de los restantes se usó arenisca. En el sitio de Mongoncillo, se manufacturaron la mayoría de puntas de cuarzo cristalizado. En Chicama, 58
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Fig. 4. Estratigrafía de la Cueva de Tecliomachay. 1. Ceniza blanca, 2. Ceniza gris, 3. Ceniza amarilla, 4. Madera quemada.
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se hicieron las puntas de proyectil fundamentalmente de riolita, mientras que se encontró un solo ejemplo de raspador de este material (Chauchat 1975). En ambas áreas se manufacturaron instrumentos de cristal. Aunque no existen fechas radiocarbonicas de los sitios de Casma, las semejanzas, antes dichas, sugieren que las ocupaciones en Casma eran contemporáneas a las ocupaciones de la costa norte. Fechas de este último son de 10700-7740 años A.P. (Chauchat 1978, Ossa 1978). Por consiguiente, los sitios casmeños deben tener una edad similar a los del norte, por lo que se sugiere una fecha más aproximada de 9000-8000 años A.P. Estas fechas presuponen que la industria paijanense de la costa norte es más antigua, y se extendió al sur, con un limite superior basado en la aparición de la industria de Mongoncillo que data aproximadamente de 8000 años A.P. Las especies de animales cazados por los habitantes paijanenses de Casma son aún inciertos. Dada la fecha 9000 A.P., es probable que la caza fuera un tanto moderna. En esta se incluye: venados, mamíferos pequeños, roedores y reptiles. Sin duda, se recogieron también caracoles. Tanto Mongoncillo como Campanario se ubican en áreas elevadas que dominan la línea costera, pero hace 9000 A.P. años la línea costera se extendió 5 kilómetros en dirección oeste (datos batimétricos de Richardson 1981). En esta fecha estos sitios habrían dominado áreas planas del llano costero, por lo que se puede suponer que bajo estos sitios hubieron fuentes de agua donde los animales venían a beber (Malpass 1983a). Los sitios de Mongoncillo y Campanario representan sólo parte del patrón de asentamiento de los habitantes. Es aún incierto donde residieron los habitantes que manufacturaron toda la gama de instrumentos encontrados. Es posible que gran parte de estos habitantes ocuparan los terrenos aluviales de los ríos Sechín y Casma, y en otras temporadas radicaron en la costa, al nivel del mar. Se evidenció esta idea por descubrimientos de restos de peces en sitios paijanenses, del valle de Chicama (Chauchat 1978). En excavaciones hechas por el autor en la Cordillera Negra, (estas serán discutidas seguidamente) se recuperaron puntas similares a las de Campanario. Aunque estas puntas no tienen fechas oficiales, sugieren que los cazadores paijanenses hicieron viajes ocasionales a las áreas altas de la sierra para conseguir recursos naturales, como camélidos, entre otros. En el valle de Casma, después de los establecimientos paijanenses apareció una nueva industria, denominada Mongoncillo. Los instrumentos de la industria de Mongoncillo son básicamente unifaciales y se caracterizan por tener un alto porcentaje (sobre 40 %) de instrumentos secundarios, particularmente instrumentos pequeños, tales como: grabadores, muescas, instrumentos denticulados finos, y buriles (Figura 8-9). Probablemente se utilizaban la mayoría de estos instrumentos para tallar madera y hueso, así como también en el procesamiento de plantas. Se desconoce los tipos de instrumentos primarios que se manufacturaron con estos implementos secundarios. Típicamente los instrumentos largos comprendieron un porcentaje menor al 10 % de todo el complejo; estos incluyen núcleos utilizados, choppers, denticulados y toscos llamados también discos terminados (Bonavía 1982). Se utilizaron estos instrumentos probablemente como machacadores o cortadores. En la manufactura 60
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Fig. 5. Sitios del Complejo Paiján.
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de lascas se practicó el método núcleo bipolar; además del método de percusión directa. Un artefacto muy típico en esta industria es el guijarro con bordes pulidos (Figura 11). Los morteros también fueron más o menos comunes, indicando el procesamiento de plantas. Por otro lado, recientes evidencias del sitio La Paloma parecen indicar que los morteros podrían haberse usado para moler anchoveta (Jackson y Stocker 1982). La escasez de instrumentos asociados con la caza de animales terrestres es una característica importante de los conjuntos de Mongoncillo. Las puntas de proyectil, cuchillos y raspadores no componen el 4% del número total de instrumentos encontrados en estos sitios. Por supuesto, existe la posibilidad de que tales activi-
Fig. 6. Sitios del Complejo Mongoncillo.
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dades se hayan llevado a cabo con implementos de corta durabilidad, manufacturados con instrumentos secundarios. Así como los habitantes paijanenses, los habitantes mongoncillenses utilizaron tipos específicos de roca o piedra para manufacturar implementos. Se manufacturaron más que 90% de lascas pequeñas de roca de grano fino, mientras que la mayoría de instrumentos grandes se hicieron de rocas de grano grueso. Aunque no se identificaron canteras o afloramientos en las áreas de reconocimiento, se presume que estas estuvieron presentes. Otra fuente de materia prima fueron los guijarros, de los cuales se ven innumerables muestras a lo largo de la línea costera. La industria de Mongoncillo encierra una notable similitud tipológica con los complejos Siches y Honda localizados en Talara (Richardson 1969) y las Vegas, en la costa de Ecuador (Lanning 1967b). Existen también semejanzas de artefactos en tres complejos: uno proviene de la loma de Lachay, reportado por Fung (1968), y la otra de Arenal y Canario en la costa central (Lanning 1963, 1967 a). En base a estas similitudes, los sitios de Mongoncillo pueden fecharse entre los 8000-5000 años B.P Comparando las puntas de proyectil de estos sitios, con datos radiocarbónicos de puntas de proyectil de otras áreas del Perú, indican una similar gama de fechas (Malpass 1983a). Con referencia a los complejos contemporáneos de la costa, la industria de Mongoncillo es más semejante a los sitios ubicados más al sur que al norte. Específicamente, la presencia de puntas de proyectil manufacturadas de piedra (Figura 10), y los guijarros con bordes pulidos (Figura 11) de los sitios de Casma se vinculan a las industrias sureñas. Se encontraron ambas clases de instrumentos en sitios cerca de la loma de Lachay, y se encontraron puntas de proyectil de piedras en Ancón-Chillón. Adicionalmente, también guijarros con bordes pulidos podrían estar presentes en estos últimos sitios, sin embargo, las descripciones son insuficientemente detalladas para considerarlas verídicas. Ninguna de estas dos clases de instrumentos aparecen en Talara o Ecuador. Esta evidencia sugiere que los desarrollos culturales en la región de Casma se asociaron con los de la costa central más que con los del extremo norte. En suma, la localización de los sitios mongoncillenses evidencia la idea de que la explotación de los recursos de las lomas era una actividad principal. La mayoría de los sitios están ubicados en las lomas, dentro de un radio de un kilometro. Esta ubicación parece ser estratégica porque es una fuente de recursos, tales como: madera, fibra y alimentos. Se agruparon la mayoría de los sitios en forma circular, a un paso de una hondonada, frente a la loma. Es posible que la hondonada fuera una fuente de agua (Malpass 1983a). Estos son los únicos sitios que fechan a este periodo en la región Casma, por el que se sugiere firmemente que los recursos de las lomas eran importantes fuentes de subsistencia para sus habitantes. El problema de hacer una reconstrucción completa de la subsistencia de los habitantes de Mongoncillo es el mismo que precede a los grupos Paiján: solamente existe una fracción del total de los restos. Ciertamente una temporada del año residieron cerca de la loma y otra temporada en terrenos aluviales. Adicionalmente, la presencia de conchas marinas en los desechos de algunos sitios, tal vez sea indicativo de que en otras temporadas se pasaron en la costa. Esto parece ser semejante a las evidencias de otras áreas costeñas alrededor de esta fecha (Chau63
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chat 1978; Jackson y Stocker 1982; Richardson 1973). Las sugerencia de que se mantenían contactos con grupos de la sierra, como es evidenciado por la puntas de proyectil, sugiere la posibilidad de que podría haberse pasado una parte del año en la sierra también. Los sitios serranos: Huachanmanmachay y Tecliomachay Debido a que no hubo una estratigrafía natural en Huachanmanmachay, se identificó la presencia de ocupaciones distintas basadas en la cerámica e instrumentos líticos en los niveles arbitrarios. Steve Wegner, Richard Burger y Lucy Salazar Burger identificaron fragmentos de cerámica, pertenecientes a los periodos Inicial Tardío (Huaricoto y Blanco-sobre-Rojo), Horizonte Temprano e Intermedio Temprano (Recuay). Estos fragmentos se encontraron frecuentemente en los mismos niveles, indicando que se hubieron mezclado los depósitos prehistóricamente. Sin embargo, hubo una tendencia distinguible: se encontró la cerámica Recuay solamente hasta una profundidad de 85 centímetros, mientras que la cerámica asignada tentativamente al Período Inicial estuvo separada en los niveles bajo los 50 centímetros. En consecuencia, la secuencia arqueológica general parece estar preservada, pero se perdieron las evidencias específicas debido a disturbaciones naturales o intervención humana. Los instrumentos líticos también contribuyen a esta conclusión. Virtualmente todas las puntas de proyectil manufacturadas en piedra pulida están en niveles sobre los 100 centímetros, mientras que las 13/19 puntas astilladas de los contex-
Fig. 7. Puntas paijanenses del sitio Campanario.
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tos estratigráficos pertenecen a los niveles localizados bajo los 100 centímetros (ver Figura 12). Adicionalmente, numerosos fragmentos, resultantes de un taller lítico, crecieron rápidamente a medida que se llegaba a la profundidad máxima del pozo. Respecto a las puntas de proyectil astilladas virtualmente todas las muestras de los niveles profundos fueron de forma pedunculada, relativamente grandes, similares a las puntas Paiján encontradas en la parte baja del valle de Casma (Malpass 1983ª, 1987). Estas puntas también incluyen semejanzas a las puntas Paiján en la costa norte (Ossa 1973). Los modelos de puntas, el estilo de tallado y las formas generales de las muestras mencionadas reflejan cierta semejanza con aquellos instrumentos de Casma (ver Figuras 13-15). Por otro lado, la materia prima utilizada en ambos casos fue de característica diferente. Esto parece ser debido a que se utilizaron materiales de los alrededores del área. Se sugirió (Malpass 1985) que la presencia de estas puntas indican que los grupos cazadores provenientes de los valles bajos ocuparon la zona puna solo por tiempos cortos. La escasez de tales puntas en zonas de altitud o en otras áreas cercanas (Lynch 1970, 1980) también contribuye substancialmente a fundamentar esta idea. Otros tipos de instrumentos eran escasos en los niveles excavados de este sitio. Dos o tres puntas de proyectil similares a la “hoja de sauce” sugieren ocupaciones precerámicas de Huachanmanmachay. Se recobraron algunos becs, raspadores, buriles e instrumentos unifaciales, aunque relativamente menores en relación al número de puntas de proyectil. Mientras que el desecho de taller fue una actividad común, no se encontraron núcleos o instrumentos bifaciales largos, sugiriendo que el acabado preliminar de las puntas de proyectil se hizo en algún otro sitio. Existe la posibilidad de que tales muestras podrían haber sido recuperadas si se excavase largas áreas. Las puntas de proyectil o cuchillos manufacturados de piedra pulida son tipos de instrumentos encontrados en sitios del Periodo Formativo en el Callejón de Huaylas (Lynch 1970, Wegner, comunicación verbal). Encontramos tres tipos básicos divididos en base a clases de sección transversal. El primer tipo se caracteriza por tener un medio reborde en ambas caras del instrumento, el cual forma una sección transversal como un diamante (Figura 16). El segundo tipo tiene dos rebordes laterales en cado lado, el cual forma una sección transversal en forma de hexágono (Figura 17). Se puede ver el tercer tipo como una combinación de los dos anteriores: un reborde mediado que aparece en la punta del instrumento, que posteriormente se bifurca en dos rebordes laterales. Se encuentran combinaciones de estas formas básicas presentes a veces en el anverso y reverso del mismo instrumento. Es incierto si estas variaciones fueron funcionales, estilísticas o temporales. La mayoría de las puntas de piedra en Huachanmanmachay poseen dos rebordes, aunque algunos de los otros tipos están presentes también. Todas las puntas fueron rotas, solo dos se conservaron casi completas (Figura 17). Es posible que por algunos siglos se ocupara Huachanmanmachay brevemente. Se sugiere que los primeros habitantes pertenecieron al grupo Paiján, quienes vinieron a las altitudes desde los valles bajos. Es probable que estos grupos permanecieran brevemente, tal vez una temporada. Ocupaciones de otros grupos 65
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Fig. 8. Líticos del Complejo Mongoncillo. Largo de A: 4.5 cm. Fig. 9. Líticos del Complejo Mongoncillo. Largo de A: 2 cm.
precerámicos están también indicadas por la presencia de puntas de forma de “hoja de sauce”. Es probable que el propósito de estas visitas fuera la caza; innumerables animales salvajes tales como mamíferos, roedores, aves son típicos de esta región. En las excavaciones, se recuperaron muchos huesos de estos animales. Los instrumentos de piedra de la industria Tecliomachay agrupan 71 lascas utilizadas y 25 puntas de proyectil o fragmentos de cuchillos hechos de piedra pulida. También se recuperaron dos puntas astilladas de proyectil astillados. Becs, grabadores, muescas y buriles conforman, la industria básica de instrumentos líticos. También se encontraron pocos instrumentos hechos de hueso. El tipo más común de las puntas de proyectil manufacturado de piedra pulida fue de la variedad caracterizado por tener una sección transversal romboidal. Estos tipos fueron doblemente comunes respecto a que los otros dos tipos. 66
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Fig. 10. Guijarros con bordes pulidos. Complejo Mongoncillo.
Debido a que no hay una estratigrafía reconocible parece probable que la mayoría de los 71 instrumentos líticos de Tecliomachay fechan periodos cerámicos. Una excepción notable son las dos puntas astilladas de proyectil, las que son de la misma forma, tamaño y material, y exhiben los mismos patrones de quebradura como las puntas alargadas de Huachanmanmachay (Figura 15). Sobre esta base, estos también son identificados como Paiján. Se encontraron ambas puntas en los niveles profundos, cerca a la roca madre, uno debajo de un fogón. Al igual que en Huachanmanmachay, estas puntas se encontraron en niveles donde hubo crecimiento de desechos de taller lítico. Se sugiere que estas puntas pertenecen a una breve y temprana ocupación de Tecliomachay, por cazadores y recolectores precerámicos, que venían del valle bajo. 67
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OCUPACIONES CERAMICAS El valle bajo de Casma Al estudio de los sitios precerámicos, se añaden 24 sitios líticos, los cuales se identificaron como pertenecientes a los periodos cerámicos. Debido a la ausencia de informes publicados en referencia a estos conjuntos, se dará una breve descripción de los instrumentos colectados durante este estudio. Aunque se identificaron estos sitios específicamente con relación a periodos definidos, debido a que no se recolectaron las cerámicas, la similitud de los conjuntos sugiere que no hubo mayor diferencia entre un periodo y otro. Una característica importante de los periodos cerámicos es la cantidad pequeña de instrumentos líticos. El promedio de instrumentos por cada sitio es mucho menor que en los sitios precerámicos (Malpass 1983ª), así como también, los instrumentos líticos son de naturaleza general. Especialmente, son comunes instrumentos denticulados largos y núcleos, así como lascas grandes utilizadas (Figura 18). Son notablemente ausentes lascas pequeñas, muy frecuentes en sitios precerámicos. Estos grupos prefirieron usar rocas de grano grueso, particularmente diorita, las cuales pueden encontrarse a lo largo de la costa.
Fig. 11. Puntas de proyectil del Complejo Mongoncillo. Largo de A: 4 cm.
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Fig. 12. Estratigrafía relativa de las puntas de proyectil astilladas y pulidas de Huachanmanmachay.
Los resultados de este estudio apoyan la idea, a menudo mencionado pero raramente examinado, de que los sitios de periodos cerámicos en la costa carecen de instrumentos líticos y que los instrumentos presentes son de una naturaleza muy general. Los instrumentos presentes ofrecen muy pocos indicios con relación a sus funciones. La carencia de lascas pequeñas sugiere que los trabajos en madera y hueso eran relativamente sin importancia, mientras que la abundancia de instrumentos largos y pesados indica un gran énfasis en las actividades de machacamiento y aplastamiento. Tres líneas de evidencia: (1) el contenido de restos, (2) los instrumentos y (3) la localización de los sitios, sugiere que la explotación de los recursos marinos era la mayor actividad llevada a cabo en sitios del área A durante periodos cerámicos. Una subjetiva evaluación de escombros indica que conchas de mariscos son muy comunes, aunque restos de caracoles son también abundantes. Esto es verdad aun en sitios localizados cerca de la loma. Adicionalmente, los instrumentos de piedra encontrados en estos sitios son adecuados para el procesamiento de pescado y mariscos. Podrían haberse usado los instrumentos largos para descabezar los pescados. Es posible que se usaran también algunas de las lascas para descamar pescados: en el sitio de Loma Lasca, en el valle del Santa, Donnan y Moseley (1969) interpretaron que se había usado lascas primarias grandes, provenientes de guijarros, en este modo. Es probable que se utilizaran similarmente los numerosos ejemplos de tales lascas en los sitios de Casma. La localización de estos sitios apoya la idea de una extensiva explotación de recursos marinos. Se ubicaron muchos sitios directamente sobre la línea de la costa. En estos, hubo conchales de mariscos mezclados con cerámica, localizados en los acantilados. A veces, estos también incluyeron arquitectura. Por consiguiente, estos sitios indican que se ubicaron muchas de las ocupaciones tardías en esta área para aprovechar los recursos marinos. La utilización de plantas de las lomas también continuó. Los batanes encontrados en estos sitios sugieren que las plantas silvestres eran cosechadas y luego procesadas. Es muy posible que se utilizaran las “lomas” principalmente como una fuente de pastos para alimentar numerosos rebaños de llamas. Se conocen estos usos en 69
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Fig. 13. Puntas pedunculadas de Mongoncillo y Huachanmanmachay. 1. Mongoncillo; 2. Huachanmanmachay; 3. Huachanmanmachay. Fig. 14. Puntas pedunculadas de Campanario y Huachanmanmachay. 4. Campanario; 5. Huachanmanmachay. Fig. 15. Puntas pedunculadas de Huachanmanmachay y Campanario. 6. Huachanmanmachay; 7. Campanario. Dimensiones. Largo de 1: 6 cm., Largo de 4: 2.5 cm., Largo de 5: 6 cm.
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tiempos etnohistóricos (Lynch 1971). Es posible que la composición de rebaños de camélidos requisiera de un número menor de instrumentos líticos en estos sitios. Adicionalmente, es probable que en las lomas se continuaran recolectando los caracoles de tierra. En suma, la evidencia de los sitios de los periodos cerámicos sugiere que la explotación de recursos marinos fue una razón fundamental para las posteriores ocupaciones de esta región. Los restos encontrados en estos sitios apoyan esta idea, y el simple conjunto de instrumentos compuesto por artefactos largos fuera también adecuado para tales propositivos. La utilización de las lomas fue una segunda razón por la que se localizaron sitios en el área. Estas ofrecieron dos intereses de primera importancia, la obtención de caracoles y pastos; caracoles para consumo de los residentes y pastos y hierbas para el consumo de llamas. Los Sitios Serranos Se puede decir muy poco acerca de los periodos cerámicos de Huachanmanmachay y Tecliomachay, debido a la mezcla de los depósitos en estas cuevas. Se ocupó Huachanmanmachay desde el Período Inicial Tardío (Período Formativo) hasta los comienzos del Período Intermedio Temprano (Período Desarrollo Regional), cuando se lo abandonó o se utilizó solamente por temporadas cortas. Los artefactos de Tecliomachay apoyan la idea de una ocupación principal por habitantes del Período Inicial Tardío. Los 6 fragmentos de tiestos encontrados pertenecen a ocupaciones del Período Inicial Tardío en el Callejón de Huaylas (Burger comunicación verbal). Es de particular interés también los dos tiestos del tipo Huaricoto, igual a los encontrados en el sitio Huaricoto mismo (Burger y Salazar Burger 1980 y comunicación verbal). En Tecliomachay, se identificaron dos rasgos que indican ocupaciones más tardías también. El primero es un fogón de piedra, localizado al sur oeste de esta unidad y en un área de 32x64 cm. La estratigrafía interna del fogón sugiere al menos dos y posiblemente cuatro quemaduras distintas ocurrida en este sitio (Figura 4). Una muestra radiocarbónica obtenida de los niveles más profundos del fogón fechan 2310±60 años A.P. (360 A.C.) (BETA-8556), indicando que estos pertenecen al Horizonte Temprano o al Período Intermedio Temprano. La segunda característica en el examen del hoyo es una capa grisácea localizada bajo los 15-30 cm de la superficie. Existen tres razones para creer que esta capa de ceniza es distinta a la del fogón. Primero, parece ser que hay una capa delgada de tierra negra que separa los dos perfiles en el hoyo (Figura 4). Segundo, la ceniza en las capas superiores es más extensiva, cubriendo un área considerablemente más grande que el fogón. Tercero, una muestra de restos de carbón procedente de esta capa dio una fecha radiocarbónica de 1750±60 años A.P. (BETA-8555). Esta evidencia sugiere que en este sitio hubo una ocupación tardía y temporal de habitantes del Período Intermedio Temprano. Mientras que no se pudo separar los conjuntos líticos de los periodos cerámicos, de los dos abrigos, es muy claro que los instrumentos de roca, excepto las puntas 71
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de proyectil y cuchillos eran escasos y relativamente simples. Estos incluyen lascas, becs e instrumentos denticulados. Esta progresiva simplificación lítica caracteriza a los sitios formativos del Callejón de Huaylas (Gero 1983), y sugiere que el cambio de forma de vida del Período Formativo causó un dramático cambio en las clases de instrumentos utilizados por los habitantes prehistóricos del Perú. En relación a los restos de fauna en los dos sitios de la puna, existe un número razonable de evidencias. De los 441 huesos recobrados en Huachanmanmachay, solo 81, es decir el 18.4 % fueron indetectables. De este grupo, 66 o 82 % pertenecen a camélidos y 15 o 18 % pertenecen a cérvidos. Mientras que es incierto si los camélidos fueron domesticados o salvajes, es muy posible que la mayoría de huesos, los que fueron extraídos de los niveles superiores, pertenecieron a camélidos domesticados. En el presente, el área alrededor de Huachanmanmachay es utilizada para pastar rebaños de llamas durante la estación seca del año, y es muy probable que grupos pertenecientes al Período Inicial usaran estas áreas para propósitos similares. También, se practicó la caza de venados, si se toma en cuenta los numerosos restos encontrados. En Tecliomachay se encontraron 1576 fragmentos de huesos, de los cuales 434 (27.5%) fueron identificados. De los identificados, 91 % pertenecieron a camélidos, presumiblemente domesticados, y 9% a cérvidos. También se recobró un hueso humano. Eso indica un similar patrón de uso como en Huachanmanmachay.
Fig. 16. Puntas de proyectil o cuchillos de piedra pulida de Tecliomachay.
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En suma, se indican las ocupaciones cerámicas de Huachanmanmachay por grupos del Período Inicial Tardío, Horizonte Temprano y comienzos del Período Intermedio Temprano por la presencia de cerámica de cada grupo. Adicionalmente, las puntas de proyectil de piedra pulida están asociadas con estas ocupaciones tardías. Se dedicaron estos grupos probablemente al pastoreo de llamas y a la caza de animales salvajes. Si la numerosa cerámica provee alguna indicación relativa de la intensidad de estas ocupaciones, entonces se sugiere que los grupos Recuay usaron Huachanmanmachay más que grupos posteriores. En este sitio no se encontraron restos del Horizonte Medio, Período Intermedio Tardío u Horizonte Tardío. La cerámica e instrumentos de roca, restos de fauna y estratigrafía sustentan la hipótesis de que se ocupó Tecliomachay principalmente por grupos del Período Inicial Tardío, quienes pertenecen a la región del Callejón de Huaylas. Se dedicaron estos grupos al pastoreo de llamas como una actividad primaria y a la caza de animales salvajes como actividad secundaria. Dos puntas Paiján, provenientes de los más profundos niveles de este abrigo, indican ocupaciones tempranas por grupos precerámicos pertenecientes al valle bajo de Casma. Finalmente, las fechas de radiocarbón sugieren que ocurrieron breves ocupaciones por grupos del Período Intermedio Temprano.
Fig. 17. Puntas de proyectil o cuchillos de piedra pulida de Huachanmanmachay. Largo de 1: 6.8 cm.
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Fig. 18. Denticulado grueso (Disco terminado) valle bajo de Casma. Largo: 10.8 cm.
COMPARACIONES Y RESULTADOS Es imposible comparar los conjuntos de los periodos cerámicos de los dos abrigos con aquellos del valle bajo, debido a la combinación de ocupaciones en el primero. Sin embargo, se pudo comparar las puntas de proyectil de fechas precerámicas conocidas en cada uno. Tales datos proveen importante información concerniente a la explotación de la zona de la sierra por grupos costeños, así como también las interacciones entre las poblaciones de la región de la costa y la sierra. Tres sitios en el valle bajo pertenecen al complejo Paiján, sobre la base de la tipología y similitudes de sus conjuntos con aquellos sitios de Paiján, de la región Moche-Cupisnique (Malpass 1987). Dos de estos sitios, Mongoncillo (A68b) y Campanario (E3b), presenta variaciones con respecto a las puntas de Paiján. Un estudio detallado de 22 puntas de proyectil largas y gruesas, pertenecientes a Tecliomachay y Huachanmanmachay muestran aproximaciones similares a las puntas de Campanario (Malpass 1985). Virtualmente la única diferencia es el material usado, lo que probablemente, se debe a la utilización de piedras locales en cada área. Sobre la base de la evidencia arriba mencionada, se conjetura que el mismo grupo fue responsable de las ocupaciones paijanenses en ambas regiones del valle bajo y la región de la sierra. Basado en el tamaño pequeño de ambos abrigos, y la relativa escasez de restos en cada sitio, el grupo responsable fue pequeño y posiblemente compuesto solamente de 3 o 4 individuos. Esta evidencia es interpretada como una reflexión de ocasionales viajes a la zona de altitud por cazadores con el objeto 74
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de obtener carne de los camélidos y cérvidos para transportarla a los valles bajos. Esta evidencia es también importante porque indica que los grupos de Paiján, que previamente se creyó ser estrictamente costeño, explotaron recursos de áreas adyacentes a la costa en más de una oportunidad. Se sugiere que este patrón se restringió a las áreas al sur del río Santa, donde la cordillera de los Andes está mucho más cerca a la costa que en áreas mas al norte. Se plantea sobre la base de esta evidencia que se podrían encontrar evidencias de ocupaciones paijanenses en la cordillera entre el río Santa y la costa central. Son también evidentes los contactos entre grupos de Mongoncillo y otros grupos con residencia en la sierra. De las 16 puntas delgadas de proyectil encontradas en los sitios de Mongoncillo, 14 fueron de una forma parecida a “hoja de sauce” de la variedad clásica o Ayampitin (Lynch 1967) o de una variedad más larga (Malpass 1983a). Estas puntas son muy comunes en los contextos de la sierra, a través de los Andes, aunque se reportaron ellos también en sitios costeños (Lanning 1967a; Patterson 1971). Es interesante señalar el hecho de que dos de estas puntas son hechas de tipos de roca raramente utilizadas en otros artefactos y todos estos son completos o están rotos debido a su uso. Esto sugiere que el origen de estas puntas no es local. Santiago Uceda (comunicación verbal), un arqueólogo familiarizado con las rocas de Casma, señaló que las formas y los materiales son más típicos a las puntas de proyectil de la sierra. Las 16 puntas conforman tipos conocidos en el Callejón de Huaylas (Lynch 1970, 1980) y en la puna de Junín (Rick 1980). Así, es probable que estas puntas tengan origen en la sierra, indicando contactos entre grupos de la costa y la sierra adyacente. Se puede explicar la presencia de puntas de proyectil de origen serrano en Casma y tal vez en los sitios de la región de Ancón-Chillón y en las lomas de Lachay, pero su ausencia en los sitios de Talara y la costa de Ecuador por la proximidad de las primeras áreas a las zonas de sierra. Las áreas donde se encuentran los complejos Siches y Vegas están separadas de las regiones serranas por una larga extensión de costa plana, el cual no es verdad en los otros sitios al sur de Casma. En consecuencia, podrían haberse facilitado enormemente la comunicación entre la costa y la sierra en las últimas áreas. Sin embargo, es dudoso que ocupando el valle una entera unidad social, hubiera viajado al mismo tiempo a la sierra en masa; más bien, es probable que individuos o familias viajaran ocasionalmente en la zonas de altitud, a visitar familiares o cazar en áreas adyacentes. Estas actividades son documentadas por cazadores y recolectores actuales (Bicchieri 1972; Lee y Devore 1968; Yellen y Harpending 1972). Con un énfasis en los recursos marinos y agrícolas durante el Período Formativo Inicial, las interacciones entre los grupos de la costa y la sierra decrecieron considerablemente. Específicamente, evidencias de visitas por grupos costeños a las zonas de altitud desaparecen. Sin embargo, este podría ser una función de visibilidad arqueológica: es probable que los contactos continuaran, pero ello no se refleja en el material cultural de los grupos. Se continuaron utilizando las “lomas” en los períodos cerámicos como una fuente de caracoles y pastos. Sin embargo, el mayor énfasis de estas ocupaciones parece haber sido la explotación de recursos marinos de la región. Tales usos continuaron a través de la prehistoria, hasta los tiempos modernos: actualmente, 75
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se puede ver ganaderos llevando ganado hacia las “lomas” durante los meses secos de verano y pescadores caminando a través del desierto en la dirección de las playas para aprovechar de la riqueza marina existente en esta región. CONCLUSIONES La distribución de sitios arqueológicos de Casma y la naturaleza de sus conjuntos líticos reflejan cambios de patrones en la utilización de recursos a través del tiempo. Las razones de estos cambios son mal entendidos, pero probablemente estén relacionados con cambios ambientales, los cuales ocurrieron al comenzar el Holoceno. Estos cambios incluyen la aparición de las condiciones modernas y la subida del nivel del mar. Probablemente los patrones sociales y demográficos cambiaron también. Se puede encontrar una descripción más detallada de estos factores en Malpass (1983a) y Stothert y Malpass (manuscrito inédito). Agradecimientos. Las investigaciones de campo, sobre el cual se ha basado este informe, se llevaron a cabo bajo el auspicio de una beca Fullbright-Hays Disertación Doctoral e Investigaciones en el Extranjero que perteneció al Departamento de Salud, Educación y Asistencia Pública (HEW) y administrado por la Comisión Fullbright en Lima, Perú. El autor reconoce con gratitud la asistencia de este último, bajo la competente dirección de Marcia de Paredes. También deseo agradecer a las autoridades de CIRBM-INC, particularmente Rogger Ravines e Isabel Flores, por su asistencia durante las investigaciones. Steve Wegner colaboró diseñando los perfiles de Tecliomachay e identificando los restos de cerámica provenientes de mis excavaciones. Su ayuda es infinitamente apreciada, aun después de muchos años. Richard Burger y Lucy Salazar Burger también merecen reconocimiento especial por identificar los distintos tipos de cerámica. Finalmente, deseo expresar mi gratitud a mi esposa, Susanne Kessemeier, por su valiosa contribución en la redacción de este informe, y José Vargas Laurin por su ayuda en la traducción. Todos los errores son solamente míos. 11-IX-90.
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