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Héctor López Santillana Gobernador ESTADO DE GUANAJUATO
Sarah Hoch Fundadora y Directora Ejecutiva FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE GUANAJUATO
Sergio Rodríguez Herrera Secretario SECRETARÍA DE DESARROLLO TURÍSTICO
Ernesto Herrera Co Fundador DIRECTOR GENERAL DE IMAGEN Y PROMOCIÓN FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE GUANAJUATO
Juan Alcocer Flores Director INSTITUTO ESTATAL DE LA CULTURA
José Antonio Madrazo Presidente FUNDACIÓN EXPRESIÓN EN CORTO A.C. Erick Baena Crespo Israel Morales Nava Corrección y cuidado editorial Ernesto Herrera Jesús Herrera Diseño editorial zonagrafica.com.mx Créditos fotográficos: Paulo Vidales Segunda Solapa. Páginas 72-81, 83-141, 145-155, 197, 177 (superior), 199, 203 (Inf. Der.) 205, 219, 227 ( superior), 229, 233 (inferior), 237, 241, 245 (Inf. Der.). Jesús Herrera Portada, contraportada y primer solapa. Páginas 17-18, 35, 82, 143, 157, 159, 161-195, 207-217, 221-235, 237 (Inf. Der.), 239, 241 (Inf. Der.), 245, 247-250, 253-281. Daniel Verhuelsdonk Páginas 123, 252, 269 ( Sup. Der.), 278. Resto de las imágenes Archivo personal de los autores Archivo Expresión en Corto Imprenta JM León, Gto., México Julio 2012 Tiraje 1000 ejemplares
ÍNDICE Somos partículas de luz, hechos de Luz y en pos de la luz POR ERNESTO HERRERA 5 Prólogo El embrujo de Guanajuato POR JAVIER MILLÁN 6 Facilitar, acompañar POR HÉCTOR LÓPEZ SANTILLANA Gobierno del Estado de Guanajuato
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Diálogo del cine cv con el mundo
POR MARINA STAVE INHAGEN IMCINE
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Escenario para el debate y el encuentro
POR PAULA ASTORGA Y RAÚL MIRANDA LÓPEZ Cineteca Nacional Guanajuato, bastión cinéfilo POR GUADALUPE FERRER Filmoteca UNAM
Un largo camino sin atajos POR SARAH HOCH
Hace quince años POR JUAN CARLOS RULFO Diminutos del Calvario POR VALENTINA LEDUC
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Todo el mundo va a titular “Caminos de Guanajuato” a su texto y yo también POR ROBERTO FIESCO 52 Avon y el GIFF, contra la violencia POR GABRIELA GÁTICA
Mujeres en el Cine y la Televisión de México ¡Es tiempo de festejar! POR ANA CRUZ
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15 años de experiencias... en corto POR SILVESTRE LÓPEZ PORTILLO Un festival, dos ciudades, todas las voces POR LUCERO SOLÓRZANO ZINSER Elegía del corto POR GABRIEL HÖRNER Amor a primera vista POR SERGIO RAÚL LÓPEZ
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¡Bendita Locura! POR ALBERTO LEGORRETA
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Dos gemelos después POR LUIS MEZA
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Todos éramos novatos POR SONIA RIQUER
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Rally Universitario ¡Corre, cineasta, corre!
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Mi participación en el Rally Universitario POR ERIC DEL CASTILLO
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Cuarenta y tantas horas de vida (y de cine) POR OMAR FLORES SARABIA
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¡Nos vemos en Guanajuato! POR TERE RUÍZ
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El Rally y yo POR ROBERTO CASTILLO
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La identidad a través de la lente
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Aprendiendo a hacer cine POR CARLOS HAGERMAN
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Ese niño frente a la pantalla. Ese hombre detrás de la cámara POR CHRISTIAN NÁJERA JIMÉNEZ
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Antes y despúes de Expresión en corto POR PABLO GONZÁLEZ CORTÉS
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Guanajuato desprende el ancla POR MANUEL ALMAZÁN
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De mi amor al cine y los festivales. El cine y Guanajuato POR FERNANDO MORENO
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Días de cine en Guanajuato POR SARAÍ CAMPECH
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Hospitalidad y buena vibra + buen cine nacional e internacional = Festival Internacional de Cine de Guanajuato POR FABIÁN DE LA CRUZ POLANCO 172
!Larga vida al festival!
POR CÉSAR HUERTA El GIFF, una gran ventana para los futuros cineastas POR COLUMBA VÉRTIZ DE LA FUENTE
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Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF): la expresión de la grandeza POR JESÚS CHAVARRÍA 184
Guanajuato, un espacio donde se fortalece el sentimiento de pertenencia POR EMILIANO ORTÍZ
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Entre gozo, cine y festivales POR JUAN MANUEL GARCÍA
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GIFF: Quince años no es nada POR PERLA SCHWARTZ
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Sucedió así... POR EDGAR ESTRADA
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Breve crónica de un gran Festival POR GABRIELA ÁLVAREZ
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¿Qué recuerdo tengo del GIFF a 15 años de su creación? POR OMAR REYES
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Mas que una Industria, una familia POR LEONARDO ZIMBRÓN
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Un testigo presencial POR ERNESTO CONTRERAS
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El GIFF, una bocanada de cine fresco POR CLARA SÁNCHEZ
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El festival que creció conmigo POR WALTER NAVAS
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Diez años con el GIFF POR MICHEL FRANCO
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Logros y retos a quince años del GIFF POR LUIS CARRASCO
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La necesidad del asombro POR HUEMANZIN RODRÍGUEZ
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“Buñuel me liberó con sus memorias”
Desafío de cobertura para un medio de comunicación innovador POR FERNANDO BAÑUELOS
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Mi experiencia en Expresión en corto POR VÍCTOR BUSTOS
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Memorias de un crítico en el GIFF POR ALFONSO ARANDA LÓPEZ
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Notas
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POR JAVIER MILLÁN
Bibliografía
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Somos partículas de luz, hechos de luz y en pos de la luz Ernesto Herrera El cine sin la luz no existiría, tampoco sería posible sin un ejército de incautos que se aventurara al campo de batalla sin la certeza de cómo terminarán las historias, sus historias. Este arrebato particular por hacer y ver cine se aprecia por debajo de la piel en una suerte de fluido luminoso, visible, al menos por los que estamos infectados de este virus, quienes nos reconocemos y nos encontramos.
donde “... los edificios se alzan como imponentes embarcaciones que esperan en puerto la señal de partida a tierras lejanas...” Y sí. Desde esta capital del estado se viaja por más de cien países que han decidido abrir sus puertas a través del cine, viajeros de todos los continentes han llegado a esta tierra para compartir su visión del mundo y se han llevado el embrujo y la magia de nuestra comunidad.
Partículas de luz, es la alegoría de la unión de cada uno de los que formamos esta comunidad cinematográfica, en la conciencia de que todas las partes son indispensables para el todo.
Este volumen es un acoplado de recuerdos, un documento conmemorativo que reúne los testimonios de instituciones, cineastas, productores, periodistas, críticos de cine, voluntarios, realizadores... actores todos, de quienes a lo largo de 15 ediciones han bailado con nosotros el vals del siempre nuevo cine.
Guanajuato, en la Tierra Adentro, es un puerto seguro para el encuentro, Manuel Almazán, colaborador de este libro, la describe en su texto como el lugar
Sin importar lo que tengan que decir, sin importar de dónde vengan, todas las historias tienen el mismo destino: Guanajuato.
Ernesto Herrera Cofundador del Festival Internacional de Cine Guanajuato (antes Expresión en Corto). Director General de Imagen y promoción del GIFF.
Ernesto Herrera
En otros tiempos Director General de Imagen del Gobierno del Estado, Director de Arte del Periódico AM, escenógrafo teatral, arte-instalador.
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El embrujo de Guanajuato Con quince años de vida, el festival ha alcanzado su mayoría de edad y ha llegado a esa etapa con el enorme orgullo de haberse convertido en un evento imprescindible y necesario .
Javier Millán Agudo Guanajuato tiene embrujo y su festival de cine magia. Así lo ven los invitados internacionales que cada mes de julio, desde hace quince años, tienen una cita ineludible con el séptimo arte en el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF), antes Expresión en Corto; un nombre que, por cierto, le acompañará siempre en el recuerdo.
tarjeta de presentación de la hospitalidad mexicana y como una experiencia enriquecedora que nos acerca a la riqueza de la cultura de este país. Además, el Estado de Guanajuato es con todo el derecho, como pregonan sus campañas de promoción turística, la puerta de entrada a México. Su rico patrimonio, su historia y el calor de sus habitantes en las dos sedes de San Miguel de Allende y Guanajuato son también señas de identidad de un festival donde lo primero que sorprende a quienes llegamos de otros países es el respaldo del público local, dispuesto siempre a llenar las salas de exhibición en las que durante nueve días las pantallas de cine se convierten en una ventana al mundo para disfrutar y acercarse a lo mejor de la producción internacional.
Cumplir tres lustros es alcanzar una mayoría de edad que ha hecho de este certamen internacional un lugar de encuentro obligado en tierras mexicanas, tal como lo reconocen quienes años tras año, y procedentes de todas partes del mundo, han visto crecer Expresión en Corto hasta convertirse en el Festival Internacional de Cine Guanajuato, como quien da el salto del cortometraje al largometraje, aunque sin abandonar nunca sus señas de identidad. Hoy el GIFF es uno de los más importantes eventos del calendario mundial de festivales de cine. Su múltiple apuesta por el cortometraje primero y el largometraje después, su decidida vocación como lugar de encuentro de cineastas y productores en aras de favorecer el impulso de nuevas producciones, y su compromiso con un público que le ha sido fiel durante quince años, se han convertido en los principales valores del GIFF. Es algo en lo que coinciden realizadores, productores, guionistas, actores, representantes de otros festivales y la gente del mundo del cine en general que hacen de Guanajuato la capital mundial de la industria audiovisual pero también algo más, el lugar de encuentro de una gran familia.
Hay festivales en los que a veces se produce un divorcio entre la población autóctona y quienes llegan de fuera. No es el caso del GIFF, donde unos y otros se mezclan en una fiesta cuyos pegadizos eslóganes, “Más cine, ¡por favor!” y “Vamos al cine, vamos a Guanajuato”, nos acompañan en el recuerdo durante todo el año desde la nostalgia que supone rememorar la última edición. En los tiempos de globalización en que estamos inmersos, dominados por la cultura audiovisual y la hegemonía de las pantallas, en los que las nuevas tecnologías acercan las producciones cinematográficas directamente a nuestras computadoras, más allá de la televisión, mientras nos afanamos por convertir
Para todos aquellos que a finales de julio nos damos cita en este festival, procedentes de los cinco continentes, el GIFF es algo más que cine, porque lo vemos como una
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nuestros hogares en paraísos domésticos aislados del exterior, el Festival de GIFF constituye una experiencia única de vivir y disfrutar del cine como antes. Guanajuato conserva y mantiene vivo el acto litúrgico del cine, su fruición colectiva, la magia de sumergirse en los sueños proyectados a 24 imágenes por segundo sobre una gran pantalla en la oscuridad de una sala de exhibición, ajeno a quienes se sientan a nuestro lado, pero unidos por esa pasión que sólo se puede sentir en la butaca de un cine. Nos asomamos así juntos a una ventana abierta que nos hace soñar, viajar, conocer otras culturas, emocionarnos, aprender y reflexionar sobre nosotros mismos y el mundo que nos ha tocado vivir. Festivales como el de Guanajuato hacen que todavía sea posible la magia del cine. Con quince años de vida, el festival ha alcanzado su mayoría de edad y ha llegado a esa etapa con el enorme orgullo de haberse convertido en un evento imprescindible y necesario, probablemente sin los suficientes recursos económicos de que sí disponen otros certámenes cinematográficos, pero con la virtud de haber formado una gran familia que cada vez se hace más grande y que de forma permanente rompe las fronteras del espacio y el tiempo. Así lo ven los invitados que cada año acuden de todas las partes del planeta, y que destacan por encima de todo esa característica del GIFF, el éxito de sus organizadores de haber hecho un festival muy familiar a pesar de la magnitud que ha alcanzado, algo que no suele ser habitual en este tipo de celebraciones. Pero se valoran más cosas, como la amabilidad de las gentes de sus dos sedes, San Miguel de Allende y Guanajuato, hasta el punto de que todos claman porque la primera de ellas se sume de nuevo pronto a esta fiesta del cine. El ambiente relajado y creativo del GIFF es otra de las virtudes que destacan los invitados internacionales.
Tanto es así que todos coinciden en que de Guanajuato siempre se van con algún proyecto nuevo en marcha o alguna idea para desarrollar. Y es que el festival es una tormenta de ideas constante gracias a los encuentros permanentes que existen entre los asistentes. No es lo mismo realizar un acontecimiento de estas características en un lugar u otro, sus ciudades con sus ambientes son una pieza clave para el éxito de lo que se persigue, y Guanajuato tiene esa virtud a diferencia de otros sitios. No hay que olvidar, además, que el GIFF se convierte así en un escaparate de México hacia el mundo, a la vez que el público local asiste a una ventana que muestra el mundo a los mexicanos. Y el intercambio de ideas, de experiencias y de sensaciones es la principal fuente de aprendizaje y evolución del ser humano. El valor por tanto que tiene un festival de estas características es incalculable e imposible de medir en términos económicos porque los trasciende y va mucho más allá. No es de extrañar por ello que Guanajuato también sea capital cultural de México con los eventos internacionales que acoge a lo largo del año. Enamorarse del GIFF es fácil. Todo, absolutamente todo, invita a hacerlo, hasta cuando falla algo, porque eso también es humano y forma parte del ambiente cálido que se crea, frente a esa “frialdad” que a veces encontramos en los grandes festivales. Eso sí, en ninguno podremos disfrutar de proyecciones en el panteón, o junto a las Momias de Guanajuato, porque eso es único, y sorprenden a quienes pisan el festival por primera vez. Además, tiene la virtud de que es un festival que cada año es diferente porque en cada edición viaja a un país distinto, un acierto que hace del GIFF un festival único. Por eso, los invitados llegamos el primer año que asistimos intrigados por lo que nos vamos a encontrar, contaminados por tanta y tanta información en negativo del país que se proyecta desde México hacia el exterior. Y acabamos encandilados,
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de cine, hay grandes similitudes entre el certamen francés y el mexicano, aunque Guanajuato tiene su propia idiosincrasia y ventajas por lo cálido de su ambiente, algo que no se encuentra en su homólogo francés: “El GIFF es verdaderamente una de las grande citas de América Latina donde jóvenes productores y realizadores pueden encontrarse con delegados de la industria internacional para poder lanzar su nueva película o proyecto. Es como Cannes, con la excepción de que es como mucho más familiar que La Croisette, además de estar más cerca que Francia para los profesionales que viven en América”.
formando parte de una gran familia en la que nos implicamos, colaboramos con las actividades para llevar nuevas iniciativas cada año y ser, durante el resto del año, embajadores de Guanajuato en el extranjero. Si esto es así es porque nos sentimos como en casa, y regresar a tu casa una vez al año siempre es entrañable. Los invitados así lo reconocen y no lo dicen para quedar bien, sino porque han establecido una relación de confianza con los organizadores del festival, con Sarah Hoch y Ernesto Herrera al frente, pero rodeados por un equipo formidable, cariñoso y que han pasado a ser nuestra familia. Eso da un fruto muy importante que muchas veces se ignora, el intercambio cultural que hace posible Guanajuato, algo que en la sociedad de la globalización es imprescindible para el desarrollo de cualquier pueblo que se precie.
La verdad es que Guanajuato, al igual que Cannes, atrae a los jóvenes realizadores porque es el escaparate donde poder dar a conocer sus trabajos, y los cineastas mexicanos han encontrado en él una plataforma de lanzamiento. Eso es algo que valoran muy especialmente los invitados extranjeros, pues el GIFF les ha ofrecido esa oportunidad de conocer la cinematografía mexicana. Es uno de los aspectos que destaca Mitsuyo Miyazaki, cineasta y fotógrafa japonesa, que reconoce que nunca antes había tenido la oportunidad de conocer la producción de este país y que el festival contribuye a promover a los realizadores mexicanos en todo el mundo. “Nunca antes había tenido la oportunidad de ver tantas películas mexicanas, y me impresionaron muchísimo algunas de las que se proyectaron”, afirma Mitsuyo, para quien Guanajuato es a su vez un marco increíble en el que poder mostrar las producciones internacionales, como fue su caso. “Fui invitada al 5th Annual Lanterna Film Festival después de haber proyectado mi película en el GIFF –dice Mitsuyo-. Mi película se desarrollaba en la postguerra japonesa y era bastante diferente de lo que está acostumbrado a ver el público mexicano, y la realidad es que no sabía cómo iban a reaccionar. Pero me quedé muy contenta de ver cómo disfrutaron con ella”.
“Todos sueñan con Cannes; prefiero despertar en Guanajuato”, reza una camiseta diseñada por Pepe Quintanilla y que muchos amigos de la gran familia que es el GIFF pudimos lucir en la edición de 2011. Estaba dedicada a una serie de amigos, pero en general a “los convencidos de que el cine es un acto de fe”. Pues bien, son muchos los convencidos de que Guanajuato es el Cannes de América, o un acontecimiento similar, y no solo por la celebración del Mexicannes, sino por los logros del certamen. Más aún, lo ven hasta mejor por la calidez de su ambiente y porque está desposeído de esa frialdad a la que antes aludíamos y que suele acompañar a los grandes festivales internacionales de cine, sin dejar de ser por ello uno de los más grandes. ¿Cargo? Linda Olszewski, Co-Head Global Acquisitions & Development, Shorts International, buena conocedora del festival guanajuatense, lo compara con el certamen francés al asegurar que “es como el Cannes de América Latina”, pero no es la única que establece paralelismos entre ambos. Para Fred Joubaud, de Ouat Media Inc, empresa dedicada a la distribución, y un profesional que conoce en profundidad los festivales
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Para Claus Mueller, presidente de International Film and Television Exchange Inc, y uno de los invitados asiduos del GIFF, el festival guanajuatense es clave para difundir la producción mexicana, algo que considera uno de sus valores más importantes. Claus, que se mueve por los festivales cinematográficos de todo el mundo, y que en San Miguel de Allende ofreció en 2007 una conferencia sobre los beneficios que este tipo de encuentros tiene para las localidades que los acogen, elogia también la riqueza patrimonial del Estado de Guanajuato y por ello la labor de promoción que como destino turístico hace el GIFF. “El festival es muy importante para la promoción de Guanajuato debido a su carácter internacional y a que atrae a numerosos extranjeros interesados en el turismo cultural. Eso ayuda a lanzar mensajes en positivo para difundir tanto los méritos de las producciones mexicanas, como para promover los atractivos valores de San Miguel de Allende y Guanajuato como destinos turísticos y culturales”, comenta. Con su característico humor, Claus rememora una anécdota de la primera vez que asistió a Expresión en Corto y le sorprendió encontrar en San Miguel de Allende a tanto jubilado norteamericano. Preguntó a un vecino sobre la diferencia entre esta ciudad y Guanajuato, que todavía no conocía, y la respuesta fue visceral: “Sabe usted, las momias en San Miguel caminan por las calles y en Guanajuato están preservadas en un museo”. Claus abunda en la broma reflexionando sobre la implicación de los estadounidenses en los asuntos de San Miguel de Allende: “Una broma común es que cuando tres o cuatro personas recién llegadas de Estados Unidos se reúnen en la biblioteca de San Miguel es para crear una organización sin fines de lucro para atender un problema, real o imaginario, como el cuidado de los gatos callejeros o el riego de las plantas”. A juicio de este experto en festivales de cine, un municipio como San Miguel es el lugar idóneo para acoger una actividad de este tipo, aunque este año no
lo haga y siempre haya habido más implicación desde Guanajuato, en parte debido a su cosmopolitismo. Es una reflexión en la que deberían implicarse los representantes políticos por los intereses positivos que supone para la ciudad, aunque Claus reconoce que no existen los matrimonios perfectos, y él mismo lo pudo comprobar cuando al dar la conferencia a la que nos hemos referido antes, y argumentar el potencial de San Miguel para atraer turismo extranjero, una vecina de la ciudad que asistía al acto se levantó y dijo: “Nosotros ya tenemos muchos norteamericanos en San Miguel”. A pesar de esta reacción, Claus considera que buena parte de la economía local se mueve gracias a ese turismo que, además, es de alto poder adquisitivo. Guanajuato, por el contrario, transpira juventud por todas partes, entre el público y entre los cineastas participantes que acuden de todos los lugares de México, algo que impresiona también mucho a los visitantes internacionales. “La energía que transpira es siempre palpable, desde los jóvenes realizadores mexicanos que aman el cine y están dispuestos a dar a conocer su creatividad, hasta las sesiones de los profesionales que muestran su sabiduría”, afirma el productor, guionista y distribuidor norteamericano Ted Perkins, exdirector de coproducción a nivel internacional de Universal Pictures. Sobre el público guanajuatense, los invitados cuentan maravillas, hasta el punto de colocarlo entre los mejores que han conocido en su larga experiencia en sus recorridos por festivales internacionales. “El público es tan grande y tan entusiasta como no se ve en otros lugares”, considera el realizador francés Hendrick Dusollier, mientras que Hebe Tabachnik, programadora de cortometrajes de Los Angeles Film Festival, no oculta su admiración por el respaldo incondicional de los espectadores guanajuatenses. El GIFF le encanta por eso, porque con independencia de la hora, siempre
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encuentra con la presión de otros festivales, donde todo está muy limitado para presentar proyectos. Para mí, los encuentros formales e informales que he podido desarrollar en Guanajuato me han permitido mantener relaciones que han durado años y me han ayudado a poner en marcha proyectos desde Nueva York”, afirma el presidente de International Film and Television Exchange.
ha encontrado a cientos de personas haciendo fila y esperando para ver películas. “Creo que no hay otro festival en el mundo con un fenómeno así”, sostiene Hebe. Y lo mismo piensa Michaela Kezele, actriz y cineasta alemana, que asegura: “Nunca he encontrado a un público tan bueno”. Que sea un festival tan abierto al público y que sus actividades sean gratuitas también es algo que admira Mitsuyo Miyazaki. “Me encanta que la oferta que hace el GIFF al público sea gratuita para que todos puedan disfrutar. De otra manera, esas personas nunca podrían ver una oferta tan variada del cine que se hace en el mundo”, opina la realizadora japonesa. Para Liliana Amate, coordinadora del Departamento de Cortometrajes del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de Argentina, el tema del público en el Festival de Guanajuato es algo especial al “ver las salas colmadas, la gente sentada en el piso, porque no se quiere perder la función; las funciones al aire libre con lleno total de la plaza y los bares aledaños, tanto en San Miguel como en Guanajuato, demuestran que el cine convoca, que está bien vivo”.
La misma impresión comparte Ted Perkins, Productor Estadounidense, que, con su amplia experiencia en este mundillo, encuentra en el GIFF el lugar ideal para desarrollar su trabajo sin las presiones de Hollywood por ser un sitio donde confluye el cine como arte y como industria, además de ser un fantástico lugar para conocer a otros profesionales. “El GIFF me ha permitido vivir momentos maravillosos –dice-, además de algunos de los más extraños. No hay otro festival en el mundo, y he recorrido muchos, en el que se consiga un equilibrio tan perfecto entre arte, cultura y comercio, que ayude tanto a la socialización de los profesionales, cree redes de contacto y además permita pasar momentos tan agradables y divertidos”. En palabras de este productor norteamericano, el cine es la esencia de la vida porque las películas transmiten emociones y en el GIFF es posible encontrarse con esas sensaciones: “El GIFF me recuerda las cosas importantes que tiene la vida. Cuando lo olvido, y eso ocurre a veces porque Hollywood es un lugar difícil, siempre puedes acordarte y rememorar con cariño las ‘noches locas’ en las calles de San Miguel, las proyecciones de medianoche en los túneles, las fiestas en las haciendas y las ricas conversaciones intelectuales con amantes de cine de todo el mundo. Y estos recuerdos te traen a la cabeza lo que la vida es realmente, lo que tiene interés y cómo se puede contribuir a un proyecto así, además de lo que recibes de él, y eso es algo que de verdad te aporta el Festival”.
Otro valor destacado, del GIFF en el que coinciden todos los invitados, es la facilidad para realizar contactos gracias al ambiente especial que se crea, hasta el punto de que muchos se van de Guanajuato con un proyecto en marcha o una nueva idea surgida durante el evento, porque las musas pueblan cada rincón de este festival y uno nunca sabe en dónde va a surgir la inspiración, aunque siempre aparece. Eso da vida al certamen y lo convierte en valiosísimo para el desarrollo de la industria cinematográfica. Claus Mueller sostiene que el ambiente que consiguen crear los organizadores es tan relajante, que se convierte en ideal para el intercambio de experiencias, el establecimiento de contactos y la puesta en marcha de nuevos proyectos. “Uno no se
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El cineasta, guionista, productor y periodista cubano José Luis Lobato destaca por otra parte que el GIFF, además de ser una pantalla abierta al mundo para dar a conocer la producción cinematográfica mexicana, es un evento que ayuda al cine latinoamericano en general a posicionarse frente al monopolio estadounidense que esta industria ejerce sobre las salas de exhibición. “Considero que el esfuerzo que realiza el Festival es muy importante en ese sentido y es un modelo a seguir, sin embargo deben incluirse en esa estrategia con mayor énfasis los medios de difusión, los cuales lamentablemente no siempre apoyan estos empeños culturales. A través de los medios se pueden crear las tendencias necesarias para ‘consumir’ (mejor decir disfrutar) del buen cine mexicano, que por cierto se queda muchas veces engavetado en las oficinas de las distribuidoras o, en el peor de los casos, éstas ni valoran los films...”. Lobato insiste en abogar por un mayor apoyo promocional de los medios de comunicación para romper con el monopolio norteamericano, puesto que es insuficiente con el esfuerzo que hace un festival como el GIFF para llevar a Guanajuato una producción internacional que no podría verse en México de no ser por este evento cultural. “El monopolio estadounidense en los circuitos de exhibición y promoción es una pared difícil de penetrar –recalca el cineasta cubano-, sin embargo hay un elemento más sutil e importante: los códigos de comunicación dominantes impuestos. A pesar de ello, el esfuerzo del equipo del GIFF hace posible que el mejor cine internacional llegue a México y lleve muestras del cine nacional a importantes eventos internacionales”. Y en ese sentido, reconoce que “los pitching son fórmulas excelentes”, una de las iniciativas que más destaca del Festival porque abren vías hacia la colaboración entre países. “Creo que hay que trabajar fuerte por un cine latinoamericano integrador, con formas de producción bien competitivas gracias a las nuevas tecnologías, buenos contenidos y juntos
trabajar en la promoción de las obras a pesar del dominio de los códigos imperantes. Latinoamérica tiene una reserva cultural impresionante… no debemos mirar a Hollywood como paradigma”, enfatiza el productor cubano, quien asegura que el GIFF le ha ayudado a conocer profesionales de otros lugares para desarrollar su trabajo. “Mantengo relaciones con varios de los colegas que conocí en el Festival, nos intercambiamos información mutua, estudiamos potenciales oportunidades y seguimos intentando el armado de proyectos”, explica. Conocer gente es la agradable tarea a la que más tiempo dedican los invitados, y para ello los organizadores se preocupan de organizar los eventos adecuados para que puedan producirse esos contactos. “El GIFF es estupendo para conocer gente”, afirma Hebe Tabachnik, Programer Los Angeles and Palm Springs Film Festivals, quien recuerda que no desaprovecha ni un solo minuto de su estancia en Guanajuato y cree que los frutos que da el festival a través de sus distintas actividades se prolongan mucho más allá en el tiempo de lo que es la semana que dura. “Por las propias dimensiones del festival, su localización y las actividades que se organizan realmente ayudan a que nos podamos conocer todos. Tuve la oportunidad de pasar buenos ratos con mis compañeros del jurado mientras paseábamos por las calles de Guanajuato o intercambiábamos ideas con muchos invitados de la industria del cine”, asegura Tabachnik, quien se muestra orgullosa de haber formado parte de la “Identidad y Pertenencia” de ese jurado porque gracias a ello tuvo la oportunidad de ver el trabajo de jóvenes y emergentes talentos. La Incubadora es otra de las maravillas del Festival que recalca esta programadora, que admite que tuvo la suerte de encontrarse allí con realizadores y productores fascinados por los proyectos presentados en diferentes estados de desarrollo.
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Considera que poder participar de esa manera en el festival le permitió hacerse una idea de lo que será el festival en los próximos años”.
profesionales de la industria que acuden a esta cita. Dusollier participó por primera vez en la edición de Expresión en Corto de 2005. Competía con su cortometraje Obras, con el que ganó el premio a la Mejor Película de animación y a la mejor fotografía, una decisión del jurado que sorprendió por ser una cinta de animación y fue criticada por los más inmovilistas. Desde entonces, este cineasta no ha dejado de acudir al GIFF, bien como miembro del jurado, como colaborador o de nuevo para competir, tal como ocurrió en 2010 con Babel, que le valió de nuevo el premio al mejor Corto de Animación.
Da igual que se trate de un realizador novel que de uno experimentado, de un productor que de un guionista, todos confiesan, tras su paso por el GIFF, que el Festival y la ciudad les inspira, además de haberles ayudado a ampliar su agenda de contactos y su posición en la industria. “Para los cineastas emergentes o para los veteranos, la programación siempre ofrece una amplia posibilidad de negocio en la industria del cine. En mi caso personal, siempre he tenido éxito con las películas del GIFF”, afirma Jennifer Chen, Buyer, Channel Zero.
En 2007 se encargó de realizar, a petición de Sarah Hoch, Ernesto Herrera y Nina Rodríguez, el trailer del Festival para su décimo aniversario. “La idea era presentar de manera poética una ciudad de cine, mezclando imágenes de San Miguel y Guanajuato con planos de películas que habían ganado durante los diez años del festival”, cuenta el cineasta francés. “Me dieron ‘carta blanca’, con total confianza, para hacer el film más artístico posible, una cosa que nunca había ocurrido en mis trabajos comerciales y que nunca más ha ocurrido después”, precisa. El resultado, ‘Guanajuato, un lugar de cine’, fue espléndido, una pieza hecha con cariño que todavía se recuerda hoy y con la que Dusollier impregnó de cine los paisajes urbanos de las dos ciudades sede del entonces Expresión en Corto.
Algunos se han sentido inspirados para desarrollar nuevos proyectos, mientras que otros los han conseguido ultimar tras su estancia en Guanajuato, como bromea Michaela Kezele, Cineasta Alemán: “Cuando estaba de fiesta en el Festival, una noche tuve una idea para mi siguiente película, y pude terminarla gracias al GIFF”. Y no ha sido la única que se ha sentido inspirada, aunque hacer las cosas que el equipo del GIFF hace en Guanajuato y San Miguel de Allende no es fácil trasladarlo a otros lugares. Así opina, al menos, la escritora, cineasta y artista norteamericana Shaz Bennett, que elogia la “increíble hospitalidad” de la gente de Guanajuato y su originalidad, hasta el punto de que al regresar a Los Ángeles fantaseó con la idea de cerrar el túnel del Down Town para hacer allí una fiesta, como hacían en México, y se despertó un día inspirada por Peter Greenaway con la idea de montar un espectáculo interactivo en las laderas.
La confianza, esa es la palabra que define la relación de Dusollier y de otros tantos invitados con el GIFF, y lo que ha convertido el Festival en parte de su hogar. “En el GIFF me siento como en casa y cada vez vivo allí una experiencia inolvidable”, comenta el realizador, que califica su relación con el certamen como “algo muy particular, es una larga historia de confianza mutua, de gran amistad y de profundo agradecimiento”. La experiencia de su primera edición en 2005 la recuerda como “inolvidable” después de haber acudido a otros
Hay cineastas a los que el GIFF les ha acompañado en los últimos años éxito tras éxito y que han acabado implicándose en la realización de audiovisuales para el Festival, como es el caso de Hendrick Dusollier, paradigma de la relación que se establece con los
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muchos festivales, como la mayoría de los invitados, para encontrar en Guanajuato algo especial y diferente. “Era tan grande la selección de films presentados, la calidad de los mismos y de las proyecciones, con una organización tan profesional, que se parecía a un gran festival internacional de largometraje”, recuerda hoy, para destacar en particular el ambiente del Festival, la buena acogida que tenían los invitados, la gran cantidad de actividades que se desarrollaban y las noches especiales que vivió con las proyecciones de cine en el panteón o las fantásticas fiestas de cada noche en las que se creaba “un ambiente muy especial de intercambio, amistad y alegría”.
podía organizar un evento así con tanto ímpetu. Fred asegura que después de haber visitado muchísimos festivales cinematográficos por todo el mundo, el GIFF es el que más le ha impresionado, y lo ha hecho porque considera que el esfuerzo que los organizadores hacen cada año para poner en pie este certamen es “verdaderamente increíble” con todo el volumen de actividades que se hacen y la calidad de las mismas. “Si eres un fanático del cine, un joven realizador, un productor o alguien de la industria que quiere saber lo que está pasando en América Latina, el Festival de Cine de Guanajuato es el lugar al que acudir”, sostiene el representante de Ouat Media Inc.
Palabras mágicas dentro del GIFF: intercambio, amistad y alegría, junto a la hospitalidad de los anfitriones, son aspectos en los que inciden también otros invitados que conservan en el recuerdo una estancia entrañable. “La estancia fue maravillosa en el festival. La hospitalidad fue excelente y las vivencias inspiradoras y enriquecedoras. Fue sin duda uno de los aspectos más destacados”, comenta Orly Ravid, mientras que para Linda Olszewski todas las actividades sobresalen dentro de la programación, desde el Rally Universitario hasta las proyecciones en los túneles, las plazas y el panteón en un festival sin igual en el resto del planeta, del que no olvida tampoco el tequila. “La hospitalidad es de primera clase y encuentras a gente de todo el mundo”, sentencia Linda, que opina que al tratarse de un certamen que entra dentro de la selección de cortos de la Academia, es una cita imprescindible dentro del calendario de festivales.
Esa sensación de sentirse en casa a la que se refieren muchos invitados se debe a que el GIFF busca crear un ambiente cómodo para facilitar el trabajo. Alice Kharoubi, Project Manager del Short Film Corner del Festival de Cannes, otro de los rostros habituales durante el certamen y uno de los nexos de unión con Cannes, recuerda que siempre se ha sentido así y que gracias al festival “mi cabeza está llena de recuerdos inolvidables sobre mis vivencias en México, donde me he encontrado con los mejores directores de cine, que se han convertido en mis amigos, además de haber descubierto la fascinante e interesante historia del cine mexicano”. Alice está enamorada del GIFF y de México como lo están Hebe Tabachnik o Jennifer Chen. La primera opina que al ser un festival todavía de “tamaño manejable”, arropa mejor a sus invitados y mantiene con ellos una relación más personal y cercana. “Es algo que muchas veces en los grandes festivales no ocurre”, precisa, y eso lo convierte en un sitio entrañable al que acudir porque todos acaban “enamorados” de Guanajuato, de sus gentes y del GIFF. Para un cinéfilo, el Festival es una invitación a recorrer lo mejor de la producción internacional de diferentes géneros y a reflexionar sobre lo que nos muestran las películas que se proyectan, considera Jennifer, que
Que el GIFF sea una cita obligada para quienes quieren saber lo que está pasando en el mundillo del cine es una apreciación compartida también por Fred Joubaud, Director General, Ouat Media Inc., quien recuerda que la primera vez que acudió al Festival le sorprendió cómo un equipo tan pequeño de personas
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confiesa igualmente estar enamorada de las historias mexicanas que ha conocido tanto dentro como fuera de la pantalla, entre las que incluye la fascinante experiencia de ver los cementerios convertidos en salas de proyección cinematográfica al aire libre. El público incondicional de Guanajuato y la energía que se consigue transmitir durante los días del certamen, son otros dos aspectos que destaca esta programadora del Canal Zero de cuatro cadenas de televisión de Canadá.
Kezele. Para los veteranos, su cita con Guanajuato es un punto de inflexión dentro del calendario internacional de festivales de cine. Es el caso de Claus Mueller, afincado en Nueva York, que reconoce que aparte de acudir todos los años a la Berlinale, el GIFF es el único certamen que añora. ¿Los motivos?, se pregunta, lo “acogedor” del encuentro en dos localizaciones “extraordinarias” y “amables” como son San Miguel de Allende y Guanuajato. “El Festival ha mantenido una posición única porque presenta un programa internacional innovador, no elude las propuestas que pueden ser polémicas, y se caracteriza por una dirección profesional, pero sin embargo –insiste Mueller-, lo más importante es el interés de la población. Siempre me ha sorprendido que sea un festival tan abierto al público y que sean gratuitas las sesiones”.
Shaz Bennett reconoce también estar enamorada del GIFF, y ya no solo por el festival en sí mismo sino por las ciudades que lo acogen y la originalidad de sus propuestas, inéditas en otros certámenes internacionales. “Estoy enamorada de la ciudad, de sus túneles, de su gente. La experiencia del Festival de Guanajuato es pura magia; he estado en festivales de cine de todo el mundo y el GIFF es uno de mis favoritos”, comenta la escritora al rememorar sus “recuerdos increíbles” de ediciones pasadas, al igual que Ted Perkins, que reta a cualquier amante del cine a conocer este certamen y sumergirse en su magia, a la par que se deshace en elogios hacia su Directora y Fundadora, Sarah Hoch, de quien valora su capacidad de haber impregnado al público guanajuatense de su amor por el cine y haber conseguido un evento cultural sin parangón en esta parte del mundo. Los elogios a Sarah Hoch los comparten otros invitados, tal es el caso del cubano José Luis Lobato, que se refiere a la directora como una mujer “talentosa e incansable” que ha hecho posible un festival que se esfuerza por promocionar lo mejor del cine internacional en México, haciéndolo de una forma “sensiblemente atractiva, con buen gusto y códigos de comunicación actualizados”.
En el otro extremo del Continente Americano, la argentina Liliana Amate asegura que su primera experiencia en el GIFF fue fantástica tanto en lo profesional como en lo personal, algo que valoran muy especialmente quienes acuden al certamen. En el aspecto profesional, cuenta que se le abrieron las puertas para “conocer realizadores, distribuidores, productores y curadores con los cuales sigo en contacto, pudiendo así citarlos con sus materiales a festivales y muestras”. Algo muy importante para ella fue conocer la producción mexicana tanto de cortos como de largometrajes, pero además, incide en “la parte humana de los que participan, sus experiencias, sus expectativas, ya que por las características del festival, todos nos relacionamos con todos, no hay un circuito VIP como en otros festivales”. Sobre el material que se muestra en el certamen, Liliana asegura que “la presencia mexicana y latinoamericana es un fuerte componente de este festival”, y su volumen obliga a correr “de una sala a otra, ya que la oferta es tan interesante que es muy difícil elegir entre todo a lo que nos convocan”.
La impresión que se llevan quienes acuden por primera vez al GIFF es la de un certamen lleno de “energía, juventud y pasión”, afirma Hebe Tabachnik, y como consecuencia de ello los profesionales del cine “queremos volver una y otra vez”, añade Michaela
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A Liliana, como a otros invitados, le llaman especialmente la atención las funciones en el cementerio, que asegura que son una “experiencia única, que tiene mucho que ver con la impronta de desmitificación de la muerte”, además de las proyecciones en los túneles, cuya presencia en el entramado urbano de Guanajuato es tan característico de esta ciudad, que sorprende por igual a todos los que llegan al certamen. Jennifer Chen se refiere a ello con cierto tono poético al comentar que “para mí el festival comienza como un viaje escénico por los largos túneles de Guanajuato”. Para Jennifer es una ciudad en la que todo es tan perfecto, su urbanismo, el aroma de sus exquisitos alimentos y bebidas, y la “gente maravillosa que encuentras en sus calles”, que al final, bromea, lo que no quiere es ir al cine sino mezclarse en ese ambiente humano tan enriquecedor en lo personal. Llegamos a un punto en el que más allá de querer ser condescendientes con los organizadores del GIFF, que en definitiva son quienes les invitan a pasar unos días en Guanajuato y San Miguel de Allende, los invitados se dejan llevar por las emociones a la hora de valorar su relación con el equipo directivo del Festival. Sobre esa experiencia humana, Liliana dice que no puede “más que agradecerles el cariño” que hubo en todo momento, “porque me permitió conocer y relacionarme con Nina, Ali, Lasser, Carlos (para mi boina), Bambina…, que estaban siempre atentos a lo que pudiéramos necesitar, y la siempre presente Sarah, con su amabilidad y cariño”. A todos les desea una feliz celebración de los primeros 15 años del Festival porque “se lo merecen”, ya que a su juicio “no es fácil realizar los sueños, pero sí posible”, como ellos han demostrado. El GIFF visto como algo que va más allá de un festival para acabar convertido en una gran familia. Así lo sienten todos, como algo distintivo con respecto a otros certámenes. Shaz Bennett resume de esa manera
su experiencia guanajuatense, como su relación con personas que “son más que amigos” y que terminan siendo una “familia”, al margen de que, como asegura, haya disfrutado con experiencias tan memorables como haber compartido momentos entrañables con celebridades del cine mexicano como Demián Bichir y Gerardo Naranjo, a la vez que compartía mesa con personalidades internacionales tan destacadas como Tim Burton y Kenneth Anger. Otros, como Mitsuyo Miyazaki y José Luis Lobato, conservan en el recuerdo fantásticas experiencias profesionales, como las Master Class en el caso de la realizadora japonesa, además de haber podido conocer a Paul Schrader, algo que comparte el cineasta cubano, quien asegura tener “un grato y memorable recuerdo de la conferencia de Spike Lee”. Y es que para José Luis Lobato, el Festival de Guanajuato tiene muchos rasgos distintivos que lo convierten en diferente de otros certámenes del circuito internacional porque “es muy singular”. Dentro de esa singularidad alude a la “buena organización” y sobre todo al “ambiente muy familiar” que se crea con una dirección “dinámica y profesional”, además de la proyección internacional alcanzada por el evento y, algo muy importante en nuestros días, la atención especial que se presta a los jóvenes, quienes, en definitiva, son los espectadores de cine, ya no sólo del futuro sino del presente. “La participación de los jóvenes es decisiva y eso da mucha ilusión”, sentencia. Michaela Kezele resume muy bien lo que es el Festival de Guanajuato al hablar de él como un certamen con “corazón y alma”, lo que lo convierte en diferente de otros tantos eventos internacionales del calendario de festivales de cine. A Michaela, aparte de la buena selección de películas, a veces muy “audaz” e innovadora frente al conservadurismo de otros certámenes, y de la posibilidad de haber descubierto el cine mexicano, de Guanajuato se queda con algo que no ha encontrado
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en la multitud de encuentros a los que ha asistido a lo largo de su carrera profesional, y es con esa sensación de familiaridad que emana en cada momento: “Nunca había tenido ese sentimiento de encontrarme dentro de una gran familia”. Son sensaciones que se logran porque en el GIFF todo responde a un mismo fin, el amor por el cine, ya sea con las proyecciones de películas, los encuentros profesionales, las conferencias y talleres o las fiestas, que son parte importante como vehículo de encuentro y celebración para relacionarse con esa gran familia que es el cine y de la que forman parte los habitantes de Guanajuato y San Miguel de Allende.
Javier Millán Agudo
Jennifer Chen lo explica con la claridad y el cariño de quien se ha enamorado del GIFF al advertir de que no se haría justicia a la verdad si se negara la vertiente lúdica, añadida a la profesional, que tiene el Festival de Guanajuato y que colma de sensaciones a quienes participan cada año en el certamen para convertir el encuentro internacional y las ciudades que lo acogen en parte de nuestras vidas: “Asistir a la proyección de una película, ir de fiesta, conocer a gente maravillosa y poner fin a la noche en La Dama de las Camelias o comiéndose unos tacos en la calle que te vende una señora de madrugada, es razón más que suficiente para celebrarlo”. El GIFF es eso para los invitados, un encuentro en familia, un mundo de sensaciones, el sueño de una película de cine entre momias y túneles que se repite cada mes de julio en Guanajuato.
Periodista y escritor (Zaragoza, España, 1965). Es Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Además de su labor profesional en diversos medios de comunicación, imparte cursos de apreciación cinematográfica; capacita a profesores y alumnos a través de la proyección de filmes para después analizar las obras con fines educativos. En ese sentido, también ha impartido clases de cine en la Universidad de San Carlos, en Guatemala. Como escritor, cuenta con más de una veintena de libros publicados en España, Guatemala y México, algunos en colaboración con otros autores, como ocurrió con Buñuel 1950. Los Olvidados. Guión y documentos. Entre sus ensayos destacan La memoria agitada, Cine y expresión en Chile y Argentina, Las huellas de Buñuel y Cine con rostro indígena. De la mano de Expresión en Corto ha publicado Entre la inocencia y la rebeldía. Infancia y juventud en el cine latinoamericano, De Buñuel a Santo. Guanajuato, un lugar de cine (con Beatriz Chemor), Cine con identidad. María Novaro frente a Mira Nair y Jorge Negrete Ser Charro no basta (2011).
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San Miguel de Allende
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Facilitar, acompañar Cuando me pidieron que colaborara con una opinión sobre la importancia del Festival Internacional de Cine de Guanajuato en el Estado me puse a pensar en lo que me podría preguntar un ciudadano común sobre las razones que tiene el Gobierno del Estado para apoyar estas iniciativas. Después de 15 años en los que el Festival se ha ganado su lugar en la historia y se colocó ya como un evento que llegó para ser protagonista a nivel mundial, la respuesta fue automática. Hay muchas razones por las que el Gobierno debe apoyar este tipo de actividades. Primeramente quiero comentar sobre la profunda huella que deja año con año en la comunidad cultural y cinéfila del Estado. No podemos olvidar que su propuesta y su programa son de altos vuelos. Otro aspecto relevante de este festival es la promoción y apoyo a productores mexicanos. Algo que está muy en concordancia con nuestra filosofía de Gobierno: “apoyar el talento local y promocionar lo hecho en Guanajuato y en México”. Un elemento que debemos de reconocer y valorar es que el Festival Internacional de Cine de Guanajuato, año con año coloca a nuestro Estado en los reflectores del mundo del Séptimo Arte. La trascendencia de este Festival ya es evidente. El hecho de que, desde el año pasado, los cortos ganadores en las categorías de Animación y Ficción tengan ya derecho de ser nominados al Oscar, es una muestra de que la influencia de este festival que se realiza en nuestro Estado, ya es de peso. Por esta y otras razones el GIFF, sin lugar a duda, está llamado a ser uno de los más grandes festivales de cine en el mundo. No quiero compararlo con ninguno de los que ya existen, porque estoy convencido de que será de una trascendencia histórica por sí mismo. Esto nos da mucho gusto y orgullo, porque se sumará
a otros eventos tan importantes como el Festival Internacional Cervantino y el Rally Guanajuato México. En lo cultural y en lo artístico, como podemos ver, el Festival Internacional de Cine de Guanajuato se está consolidando como una institución de referencia y aquí radica parte de la importancia que tiene para nuestro Estado. Pero hay otras razones. El Gobierno del Estado y en especial esta administración tiene la plena convicción de que si queremos trascender como sociedad, si queremos ser competitivos en todos los campos de la vida de una comunidad debemos entregarle la estafeta a la misma sociedad. Es decir, el gobierno no debe ni tiene que hacer cosas que no le competen. Su labor no es hacer películas, organizar festivales o coordinar actividades deportivas o de otra índole, que no sean aquellas que involucran la administración de los bienes del pueblo. Siempre hemos dicho que el gobierno sólo es acompañante de las iniciativas de la gente. Sólo es facilitador de los procesos que deben quedar en manos de la sociedad civil. En este caso es precisamente lo que hemos venido haciendo desde que el equipo de Expresión en Corto, ahora Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés), encabezado por Sarah Hoch, se acercó al gobierno del Estado para solicitar los apoyos necesarios para que llevar a cabo el festival. 15 años después, los hechos nos dan la razón. Es una iniciativa de la sociedad que se nutre y se fortalece en la sociedad y para la sociedad. El gobierno trabaja y se concentra en ser el facilitador para que la sociedad tome el mando. El Festival Internacional de Cine surgió, como todo lo bueno que surge en Guanajuato, de la conspiración. Un buen día un grupo de ciudadanos comparten sus inquietudes y tal vez, de una charla de café o producto
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Guanajuato, capital.
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de una reflexión más profunda, surge un plan que se transforma en sueño, en proyecto y ponen manos a la obra. Cuando llegan con el gobierno, no llegan con una aspiración, llegan con un cúmulo de realidades y con jornadas intensas de trabajo que tienen como principal aliciente la convicción de que lo que están haciendo es en beneficio de todos. Sólo hace falta un apoyo para consolidar todo lo hecho, y entonces se realizan proezas que trascienden el tiempo y el espacio, y se convierten en pasajes importantes de nuestra historia contemporánea. Por nuestra parte, el gobierno siempre está receptivo y dispuesto a colaborar en todo lo que le sea posible, todo lo que la ley le demande y también en aquello en lo que no se lo impide. Así trabajamos en Guanajuato: sociedad y gobierno en una alianza permanente en la que la sociedad marca la pauta y el gobierno fortalece y apuntala los liderazgos para seguir avanzando. En Guanajuato, impulsamos una sólida política pública en materia de promoción cultural, para preservar lo vocación artística que distingue a nuestra tierra. Esto nos permite encontrar y promover nuevos talentos que definen con su expresión los tiempos que vivimos. Por eso el Gobierno del Estado apoya este tipo de actividades e iniciativas. Felicidades a Sarah Hoch y todo su equipo por esto primeros 15 años del GIFF.
Lic. Héctor López Santillana Gobernador del Estado de Guanajuato
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Inauguraciテウn de la primera ediciテウn del Festival Expresiテウn en Corto, teatro テ]gela Peralta.
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Diálogo del cine mexicano con el mundo el cortometraje en el mundo, como los festivales de Clermont Ferrand, de Tampere ó de Sao Paulo. Por otro lado hemos atestiguado con orgullo y alegría la cada vez mayor presencia del cine mexicano en el Festival. La sección de Óperas Primas ha dado cabida a múltiples propuestas que en Guanajuato se confrontan con un público exigente y entusiasta. El GIFF ha sido plataforma de despegue para la carrera de muchos nuevos realizadores mexicanos. Una de las ideas que ha germinado de manera importante en estos años, ha sido sin duda la de los Foros Bilaterales. Con el Reino Unido, India, Argentina, Corea, la idea ha sido reunir la experiencia de profesionales mexicanos del cine con aquellos que vienen cada año representando a los países invitados. Se intercambian experiencias e información, se conoce qué pasa en otros países, se exploran oportunidades, se valoran las fortalezas, las diferencias, las coincidencias. Se tejen relaciones que abren posibilidades para nuestro cine. Una cinematografía que crece en la conciencia de la diversidad, con la claridad de su importancia pero el pleno reconocimiento de la identidad de las otras, será sin duda una cinematografía fuerte y propositiva. Con el GIFF compartimos la certeza de que el cine mexicano de hoy debe estar en permanente diálogo e interlocución con otros cines del mundo. Son muchas las cosas que podrían decirse sobre el Festival Internacional de Cine de Guanajuato. Entre muchas otras, no quiero dejar de celebrar el hecho de que este Festival ha dado siempre un espacio especial a las mujeres y las iniciativas de género dentro de la expresión cinematográfica. El GIFF mantiene una alianza venturosa con la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión, así como con la iniciativa “Alza la Voz contra la Violencia Doméstica”. Incansablemente, Sarah Hoch y su equipo, han buscado siempre que el Festival sea un espacio para el cine que hacen las mujeres.
Un escenario espectacular: las hermosas ciudades de San Miguel Allende y Guanajuato. Un equipo entusiasta y lleno de energía: Sarah, Ernesto, Nina y tantos más que han formado parte del equipo organizador del festival. Una programación que ha ido creciendo y sofisticándose con los años: primero cortos de todo el mundo, luego documentales y largometrajes, retrospectivas y programas completos dedicados a cineastas y países invitados, conferencias magistrales, homenajes. Una agenda especializada de vinculación con la industria y los profesionales: mercado de proyectos, concursos de guión, talleres diversos, presentaciones y debates, intercambios internacionales, foros binacionales de reflexión sobre la situación de la industria en diversos países. Una fiesta de 10 días en plazas y calles, auditorios y teatros, túneles y camposantos; jóvenes cineastas de todo el mundo reuniéndose a ver cine, a conversar, a imaginar películas, a compartir ideas. Paulatinamente, el Festival de Cine Expresión en Corto ha hecho honor a la frase que lo ha distinguido siempre: “!Más cine, por favor!”. Cada año ha sabido crecer y reunir más cine, más cineastas, más eventos, más actividades. Hay una oferta para todos, desde todos los intereses posibles: el de los cinéfilos, el de los productores, el de los realizadores, el de los escritores de cine, el de los comunicadores. Un universo de posibilidades que es difícil abarcar por completo. Estamos obligados a elegir. El Instituto Mexicano de Cinematografía ha sido testigo de la consolidación del festival en estos últimos años y hemos tenido el privilegio de acompañarlo de muchas maneras. En primer lugar, como el escenario idóneo para que los cortometrajes que produce el Instituto puedan exhibirse y codearse de tú a tú con los mejores cortometrajes del mundo. La rigurosa selección de cortometrajes del GIFF lo ha posicionado sin duda como una de las vitrinas de mayor importancia para
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Sergio Molina y Sarah Hoch
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A la mente llegan, convidados por la invitación a escribir este texto, recuerdos de momentos inolvidables que celebran el cine y celebran a Guanajuato. Oliver Stone hablando de censura y autocensura, Tim Burton conversando con René Castillo, Peter Greenaway en un espectáculo alucinante en la Alhóndiga de Granaditas, Mira Nair descendiendo las escalinatas de la Universidad, Luciana Cabarga siempre puntual y generosa sentada en el cine, Alejandro González Iñárritu frente a un auditorio lleno de jóvenes, Pedro Armendáriz rodeado de admiradores, Damián Alcázar que recibe a Mario Almada llegando en auto descapotable, sombrero y botas a su homenaje en el centro de San Miguel de Allende. Cine de terror y media noche en los túneles o en el cementerio, rock en las explanadas, Astrid Hadad en la plaza llovida, Jorge Negrete en un libro fascinante. Más cine, ¡por favor! Este festival nos los ha traído, generosa y amorosamente, desde hace 15 años a Guanajuato. No podemos más que celebrarlo de todo corazón.
Marina Stavenhagen Directora General IMCINE
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Carlos Cuaron recibe el trofeo Expresi贸n en Corto.
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Escenario para el debate y el encuentro Internacional de Cine Guanajuato (International Film Festival powered by Expresión en Corto); de hecho, continúa siendo su tribuna más importante e, inclusive, trascendente semillero de cortometrajistas que demuestran la continua importancia de este formato como punto nodal del desarrollo de nuevos narradores fílmicos.
Las celebraciones siempre son un acontecimiento: iluminan el trabajo permitiendo valorar y expresar lo logrado hasta el momento, para continuar enriqueciendo el camino que se elige. En el caso de un festival de cine, la permanencia habla del valor y la claridad de las ideas detrás de su organización; de la efectividad de su mensaje que convoca la cantidad necesaria de trabajos y públicos para generarlo año con año; de la trascendencia de su misma existencia y propuesta al reunir sobresalientes invitados nacionales y extranjeros; así como del proceso evolutivo que ha implementado para lograrlo y continuar presente en la escena.
Pero, e insistimos, sin dejar de lado al cortometraje, el GIFF tampoco puede ser indiferente a su naturaleza, forjándose así, a través de 15 años de existencia, en un festival que suma la proyección de producción de largometrajes, además de componer un importante escenario para el debate y el encuentro entre realizadores, productores y espectadores de cine; y la misma suma de esfuerzos para financiar nuevas producciones, en actividades como el International Pitching Market y el Foro Bilateral (desarrollo de diálogo y coproducción entre México y otros países), tal como se ha efectuado con: Estados Unidos, India, Reino Unido, etc.
Nuestra primera impresión fue desde 1998, desde el comienzo: ¡un festival mexicano especializado en cortometrajes! El Festival Expresión en Corto de Guanajuato nos sigue impresionando en 2012, ahora ya transformado en Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF). Inició como un festival para albergar la producción y el visionado de cortometrajes nacionales durante sus dos primeras ediciones; para el tercero incluyó la presencia de trabajos internacionales y, hoy día, lo vemos como una de las plataformas más importantes de México para la producción fílmica nacional e internacional en todos sus formatos y géneros.
De igual forma, nos entusiasma Mexicannes, residencia y conferencias magistrales de figuras internacionales, como Spike Lee, Spike Jonze, Peter Greenaway y, entre varias actividades más, nos gustan las publicaciones del Festival, como el libro De Buñuel a Santo: Guanajuato, un lugar de cine, de Beatriz Chemor Ávila y Francisco Javier Millán; y el lujoso homenaje, mediante el puntilloso libro Jorge Negrete: No basta ser charro, del mismo F.J. Millán. Tenemos muy presente, también, el Concurso Nacional de Guión Cinematográfico, que llega a su 11ª edición.
A través de las ediciones anuales del GIFF, pudimos ver la misma evolución del cine mexicano en los últimos tres lustros: de notable contador de historias cortas a exitoso narrador de historias monumentales en largometrajes de ficción y documental galardonados a nivel internacional. La vocación por servir de plataforma al germen de la creación cinematográfica, el cortometraje, no ha desaparecido del Festival
Así, no nos sorprende que Expresión en Corto, ahora GIFF, haya sido objeto de estudio para jóvenes tesistas, como la tesis de 2008 de Silvia Teresa Vargas Gonzáles:
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Premiaciテウn en el teatro テ]gela Peralta, 1999.
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Trayectoria del Festival Internacional de Cine Expresión en Corto, para la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. El GIFF surgió como un festival modesto en una ciudad importante, San Miguel de Allende, de gran tradición histórica. Durante su trayectoria, el festival forjó rápidamente su propia identidad y la fue compartiendo con la hermosa ciudad de Guanajuato, haciendo de sus edificios, calles, túneles e, inclusive panteones, escenarios y foros de cine que enriquecieron el panorama citadino y que, ahora, difícilmente puede entenderse sin la presencia del Festival Internacional de Cine Guanajuato.
Paula Astorga
Una de las tareas primordiales de la Cineteca Nacional, de los festivales y de la creación cinematográfica es, sin duda, crear lazos con sus espectadores y sus locaciones geográficas; forjar identidades y sentido de pertenencia con las sociedades donde se producen y filman. Los festivales, como punto de expansión en un espacio geográfico, comparten esta tarea, y con el Festival Internacional de Cine Guanajuato hemos visto el surgimiento y evolución de un importante cronista, la atención de un anfitrión de primera y un cómplice ideal para las visiones fundamentales de la Cineteca Nacional.
Paula Astorga Riestra
Directora General de la Cineteca Nacional
Raúl Miranda López
Subdirector de Documentación de la Cineteca Nacional
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Sarah Hoch y Javier Alatorre
Alejandro González Iñárritu
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Guanajuato, bastión cinéfilo reconocimientos que cada año el Festival hace a destacados miembros de nuestra cinematografía, mediante la entrega de la Medalla de la Filmoteca1. A la vez, quienes formamos parte del archivo fílmico de la UNAM, estamos orgullosos del reconocimiento que con motivo del cincuenta aniversario de nuestra fundación nos hizo el Festival2.
Que en nuestro país cada vez haya más festivales de cine, es bueno, y que dentro de estos haya unos muy buenos, es mejor, y que entre ellos se encuentre el Festival de Guanajuato, con una plataforma cada vez más diversificada e incluyente en las secciones que conforman su programación, enfocado siempre al apoyo de nuestra industria y de nuestros talentos cinematográficos, es muy importante.
Nos congratulamos entonces por estos quince años de labor continua y perseverante que han llevado a este festival a convertirse en uno de los más importantes de nuestro país y de América Latina. A su directora ejecutiva y fundadora, Sarah Hoch, y a todo su equipo de programación, operación y promoción, les enviamos un cariñoso saludo y la certeza de que podrán seguir contando con la colaboración de la Filmoteca de la UNAM en esta importante labor que compartimos: la de la difusión pública de la cultura cinematográfica.
Nacido como Festival Internacional de Cine Expresión en Corto, nombre que cambió para denominarse, con justicia dimensional y geográfica, Festival Internacional de Cine de Guanajuato, esta festiva pero no menos laboriosa congregación anual de realizadores, productores, distribuidores, comunicadores y, lo más importante, público cinéfilo, se ha convertido en el transcurso de década y media en un referente obligado para la comunidad cinematográfica de nuestro país y de nuestra región.
Guadalupe Ferrer
Desde su primera edición en 1998, la Filmoteca de la UNAM ha tenido el privilegio de apoyarlo, ya sea mediante el envío de películas que conforman su programación –específicamente su sección retrospectiva– como participando en los
Directora General. Dirección General de Actividades Cinematográficas y Filmoteca de la UNAM
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Guillermo Arriaga, Vanessa Bauche y Alejandro González Iñárritu.
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Un saludo personal Una enorme felicitación al Festival Internacional de Cine de Guanajuato, a Sara Hoch, a Ernesto Herrera, y a todo su equipo, por estos quince años de tenacidad, ingenio, imaginación y productivos resultados para lograr, a través de un entusiasta y amoroso trabajo, llevar a cabo durante todo este tiempo –y esperemos que mucho más- la tarea de difundir el cine y apoyar a los cineastas a través de diversas formas que les permiten mostrar su trabajo, y también sus proyectos, que en no pocos casos, gracias a esto, se han convertido en realidad. Es un festival lleno de vida y juventud, no sólo por sus propuestas, reunidas siempre bajo un tema provocativo que invita a la reflexión y a la diversión, sino también por los espectadores a los que convoca, haciendo así que la ciudad de Guanajuato lo sienta como parte suya, y por tanto su disfrute se extienda de manera significativa a su población. Nunca olvidaré a la primera emisión que asistí y que era la séptima del Festival, ese auditorio del Estado en el Centro de Convenciones, con tanto aforo y todo lleno, lleno de jóvenes, sin lugar a dudas la mayoría de ellos locales, viendo interesados y participativos, una muy buena programación de cortometrajes, eso lo decía todo. Ahí supe que el Festival valía mucho la pena. Nuevamente felicidades, continúen con ésta tan esperada fiesta del cine, y parafraseando a Sara “Más cine por favor”
Guadalupe Ferrer
México D.F. julio de 2012
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Jaime Ruíz Ibáñez
Juan Carlos Rulfo y Carlos Hagerman
Colectivo “Techo Blanco”, encabezado por Laura de Ita y Vanessa Bauche.
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Un largo camino sin atajos Para el siguiente episodio de la serie, llamado Trust, MTV presentaría aquel trabajo en San Miguel. Sin embargo, la cancelación del festival donde presentaría el corto era inminente. A fin de que MTV tuviera una plataforma donde mostrar aquel trabajo, que además había provocado mucha expectativa entre los jóvenes, pues incluía la presencia de un famoso pianista, decidimos adelantar una Muestra Cinematográfica que ya traíamos en mente. Las circunstancias nos forzaron a organizar la Muestra en tiempo record: dos meses. En cinco semanas de convocatoria recibimos 38 cortometrajes. En el camino, se subieron al barco Kodak y los Estudios Churubusco, que sugirieron realizar un concurso. La Muestra se convirtió en competencia. Y así, nació Expresión en Corto.
Sarah Hoch DeLong La situación del cine mexicano, antes del nacimiento del Festival Internacional de Cine Expresión en Corto, se puede analizar desde dos perspectivas que a su vez son complementarias: la industria cinematográfica y la vida cotidiana en Guanajuato. Por un lado, el Festival nace en un año negro para la industria nacional. En 1998, en total, se producen 9 largometrajes, la cifra de películas más baja desde 1932. 3 Por el otro, ante la falta de infraestructura, los habitantes de Guanajuato, como casi toda la provincia, tenían pocas oportunidades de ver cine. 4 En 1997, trabajaba como directora de la Comisión Fílmica del Estado de Guanajuato, cuya misión era atraer producciones nacionales y extranjeras al estado. A través de esa labor, conocí a varios cortometrajistas mexicanos que trataban de sacar adelante sus proyectos, algunos de ellos se rodaban en San Miguel de Allende y otros en Guanajuato Capital. Acompañándolos en el proceso del corto, nacía la inquietud y deseos de ver el resultado, sin embargo sus trabajos sólo cumplían un trabajo escolar en los mejores casos, exhibición en festivales poco accesibles para la mayoría.
JÓVENES, EDUCAR LA MIRADA Desde un inicio Expresión en Corto recibió dos o tres películas extranjeras gracias a que el equipo de producción de MTV promocionó el Festival entre sus conocidos; lo demás, eran películas nacionales. El Festival duró dos días. Los trabajos, principalmente, provenían del CUEC y del CCC. Recibimos, también, algunos cortos realizados en Guanajuato. La ciudad se involucra más con el Festival cuando el premio principal lo gana un cortometraje realizado por Iván Puig, un estudiante de artes plásticas de la Universidad de Guanajuato, quien ahora es un destacado instalador y artista plástico. Durante el Festival, el Teatro Ángela Peralta, sede única, tuvo un lleno total. A nuestra primera edición acudieron mil 200 personas. Entre los que asistieron a nuestras primeras ediciones, recuerdo a Carlos Carrera, Sergio Arau, Víctor Zavala Kugler y Antonio Zavala, Paula Marcovich, Carlos Cuarón, Juan Carlos Rulfo, Valentina Leduc, Ernesto y Carlos Contreras, Francisco Vargas, Rodrigo Plá y Carlos Hagerman. Previo a la creación del Festival, yo había trabajado en producciones, sobretodo en largometrajes, tanto
NUESTRA HISTORIA, EN CORTO Aquel año, 1998, apoyamos la realización del San Miguel Cinema Fest, en el cual participaría MTV, a través de su programa Road Rules, un reality show en donde cinco jóvenes norteamericanos, de entre 18 y 24 años, sin dinero, viajaban en una casa rodante de locación en locación, guiados por una serie de pistas y una misión que cumplir en cada episodio del programa. En la séptima temporada del show, MTV decidió grabar en México. En los viejos sets hollywoodenses de cine western en Durango, se grabó el capitulo 3, titulado Cinema Spaghettios, en donde el reto de los participantes era filmar un corto.
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Ésa labor, el impulso a la producción cinematográfica, la realizamos intensamente desde la segunda, la tercera y la cuarta edición. Visitamos todas las universidades de la región del Bajío, en donde hablábamos de cine con los jóvenes. Al acudir nos percatamos que en las universidades, a pesar de contar con equipo –mínimo, pero funcional-, no se promovía la producción entre los estudiantes de las licenciatura en Comunicación o Diseño Gráfico. Por eso, decidimos organizar talleres y conferencistas. Abrimos nuestras redes de convocatoria hacía otras regiones, pues creíamos –y seguimos creyendo- que no todos los talentos nacen en la Ciudad de México. A partir del tercer año abrimos la convocatoria a todos los formatos. Solicitamos a los jóvenes que grabaran sus historias en handycam, pues no todos tenían acceso a una cámara de 35 mm. En nuestro recorrido encontramos cámaras de 35 mm que las universidades ni siquiera sabían que tenían. Estaban abandonadas en bodegas. Abundaban las betacam y las cámaras de video de 8 mm. Pero, sobre todo, había talento e historias que contar. Hay una frase que resume el sentir de ésa época: “Si te quieres acercar al cine, tienes tu casa en Guanajuato”. Esos primeros pasos los dimos de forma independiente. Lejos de cualquier apoyo institucional. Al contrario, nuestra postura abierta provocó recelo y descalificación de algunas instituciones. Los apoyos institucionales, a través del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), se formalizan en el año 2002. En las primeras ediciones hubo más talleres y conferencias que exhibición de películas, pues nos constituimos como una plataforma, donde se discutían temas como las dificultades para levantar una producción, la iluminación y fotografía en video y el uso de otros formatos. Por lo anterior, fuimos sumamente criticados. A nuestros detractores no les gustaba la idea de que cualquier persona con una cámara en mano estuviera en posibilidades de hacer cine. Apelaban a teorías formalistas de la realización cinematográfica, ahora totalmente rebasadas.
ficción como documental, además de colaborar en producciones extranjeras que se filmaban en México. No obstante, mi conocimiento sobre la industria cinematográfica nacional era limitado. Después de la primera edición del Festival, que fue tan inesperadamente exitosa, nos vimos en la necesidad de empaparnos del tema de la producción fílmica en el país y nos dedicamos a buscar cómplices entre la industria nacional, uno de los grandes impulsores, y tutor personal, fue el maestro Víctor Hugo Rascón Banda. Entre los jóvenes que se dedicaban, o intentaban dedicarse al cine, se respiraba una mezcla de amargura y frustración ante la falta de oportunidades para producir sus propias películas. Para ellos, era muy difícil brincar del corto al largometraje. Desde el primer año nos preocupó la poca recepción de películas. No había producción. Todo se hacía en el CUEC y en el CCC, y además, la gran mayoría de festivales en el mundo sólo aceptaban cine producido en 35 milímetros. Urgía reactivar el cine. Mi experiencia en la producción, mi participación en películas mexicanas que por su formato, o por no contar con el apoyo del Estado, no eran aceptadas en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), me motivó a realizar un festival abierto. Nunca hermético, no queríamos dedicarnos a vernos el ombligo. Si bien quería organizar un evento que fuera una celebración al cine, al cineasta y a las películas, también quería que el público asistiera, y no sólo los “conocedores”. Como no pertenecíamos a ningún grupo, no nos involucrábamos en pleitos ajenos y no sabíamos “qué preguntas no se debían de hacer”, aunado a nuestra ingenuidad y novatez, tuvimos la oportunidad de hacer las cosas con libertad. Desde el inicio permitimos la entrada de todos los formatos, pues la película de MTV se realizaba en video. La mayoría de los cortos provenientes de Guanajuato se realizaban en video. Entonces, empezamos a discutir sobre el estímulo a la creación audiovisual.
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De pronto, en nuestro recorrido por el país, encontrábamos diamantes en bruto, jóvenes talentosos, a quienes mandábamos a estudiar a otras regiones. El gremio cinematográfico compartió nuestros empeños. Cineastas, fotógrafos e iluminadores compartían su conocimiento con los jóvenes y, como en ese entonces había muy poco trabajo –salvo en los comerciales-, el patrocinio de Universidades y Gobiernos, generaba ingresos para los realizadores, quienes se empezaban a sentir como mentores, lo que originó un boom en las escuelas de cine. Nos convertimos en una plataforma formativa. Además, la cultura visual, alrededor del mundo, estaba cambiando. La masificación de internet estaba en curso. INDUSTRIA O LA NECESIDAD DE CRECER En México, los fondos para la producción de cine se asignaban arbitrariamente. No existían consejos evaluadores de guiones que revisaran los proyectos y, en base a sus méritos, se eligiera a los beneficiados, entre un grupo muy pequeño. Para muestra basta un botón. De 1996 a 2003, Arturo Ripstein recibió 26 millones 546 mil pesos para filmar seis películas: Profundo carmesí (1996), El Evangelio de las maravillas (1997), El coronel no tiene quién le escriba (1998), Así es la vida (1999), La perdición de los hombres (2000) y La virgen de la lujuria (2001), cuyos fondos provenían del IMCINE y del Fondo para la Producción Cinematográfica.5 A pesar del reconocimiento que empezaban a tener los realizadores jóvenes, cuyos cortos se presentaban distintos festivales alrededor del mundo, en materia de apoyo a la producción, sólo contaban con dos mecanismos, avalados por el Estado: el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (FIDECINE), que nació en 2001; y el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (FOPROCINE), que surgió al año siguiente. Los jóvenes querían producir sus propios largometrajes, pero no sabían cómo. Era necesario generar esa cultura. Si colocas, frente a frente, a un realizador, que sabe cómo vender su proyecto, y a un inversionista, el resultado es
Marge Failoni
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un porcentaje en taquilla se destinaba a la producción de su cine nacional y que, a través de un decreto las salas estaban obligadas a exhibir cine brasileño 62 días al año. 7 En 2005 invitamos a la comunidad cinematográfica brasileña a nuestro primer Foro Bilateral, para conocer de cerca sus mecanismos de apoyo al cine. Thierry Jousse, acompañado de varios personajes que fueron figuras activas en el cambio de ley, habló de la necesidad de aplicar dichas leyes en México. Menos de un año después, en febrero de 2006, entró en vigor la modificación al Artículo 226, de la Ley del Impuesto Sobre la Renta (ISR), que estipula que una parte del pago de este impuesto se destine a la producción cinematográfica nacional. No obstante, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) frenó la aplicación del estimulo fiscal durante meses. 8 Y en enero de 2007, se crea el Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción Cinematográfica Nacional (EFICINE), crédito fiscal, equivalente al total de su inversión, contra el ISR que obtienen los empresarios que invierten en la producción o postproducción de largometrajes de ficción, animación o documental. La reforma a la ley fue una victoria para la comunidad cinematográfica del país.
impresionante. Con ese afán, en 2004 nació el International Pitching Market. Primer evento de este tipo en México y Latinoamérica que reúne a productores internacionales, fondos e instituciones financieras de países como Argentina, Brasil, Chile, Francia, Alemania, España, Holanda, Corea, Hong Kong, India, EUA y el Reino Unido, junto con proyectos de largometrajes mexicanos en desarrollo. Ante la necesidad, muchos directores se capacitaron y se convirtieron en productores. Varios de ellos era ágiles en la negociación, como Roberto Fiesco, Carlos Hagerman y Pablo Cruz. A la fecha y de acuerdo con las cifras del IMCINE, el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) es el que mayor beneficio otorga a la industria cinematográfica.6 Entre los proyectos que han sido presentados al Pitching se encuentran Efectos Secundarios, de Issa López; Mezcal, de Ignacio Ortiz: Párpados Azules, de Ernesto Contreras; Camino al mar, de Michel Franco; Los últimos cristeros, de Matias Meyer. Así como Paraísos artificiales, de Yulene Olaizola; De jueves a domingo, de Dominga Sotomayor; La brújula lleva el muerto, de Arturo Pons; La Cebra, de José Fernando León y Stroke, de Daniela Sneider. El Pitching impulsa el desarrollo de negocios dentro de la industria fílmica en México y en el extranjero, a través de las leyes, incentivos fiscales y fondeos para la producción que ofrece cada país. En ese sentido, Brasil ha sido el ejemplo a seguir, pues es pionero en Latinoamérica en generar condiciones para el fortalecimiento de su industria cinematográfica. En la edición de 2005, Brasil fue nuestro invitado de honor, previamente viajamos a este país para investigar sus formas de producción. Brasil fue pionero en Latinoamérica para conservar su cine, pues parte de las ganancias de taquilla se destinaban a la producción cinematográfica. Descubrimos que habían creado, en 1994, una ley de exención fiscal para las empresas estatales y privadas que invierten en cine. Y que, incluso, en ese momento,
NUEVO NOMBRE, MISMO ESPÍRITU El cambio de nombre de nuestro Festival; es decir, transitar de Festival Internacional de Cine “Expresión en Corto” a Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF), fue una decisión difícil y prolongada. Fue una discusión interna que se extendió por más de tres años. Ni el comité ni el consejo estábamos muy seguros del cambio de nombre. A mí, incluso, me costó mucho trabajo aceptarlo. La realidad era que el nombre Expresión en Corto, ya no representaba lo se había convertido el festival. Nos tuvimos que adaptar a nuevas condiciones, como la petición de realizadores que, después de estar aquí con sus cortometrajes, querían estrenar sus óperas primas en Guanajuato. Por eso, desde la 10ª. edición de Expresión en Corto, que se llevó a cabo en 2007, el
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Gonzalo LatapĂ y Alfredo Joscovich
Ernesto Herrera, Nancy Hoch, Sarah Hoch y Marcela Maycotte.
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largometraje forma parte de nuestra programación. Nacimos como un festival de cortometrajes que desde el principio ha sido un evento internacional, con un enorme respeto a los cortometrajistas que seguirán siendo el corazón y motor de este evento. Es importante mencionar que el Gobierno del Estado de Guanajuato, a través de Turismo y Cultura siempre nos
han acompañado, pero sobre todo han invertido en un evento que representa lo que somos en Guanajuato, conspiradores y guerreros incansables para lograr nuestros ideales. Han sido 15 años de duras batallas, mucho trabajo, piedras en el camino que tuvimos que sortear. Pero aquí estamos, con el espíritu siempre renovado y nuestro grito de guerra vigente: “Más cine, ¡por favor!” Es la autora del proyecto para la creación de la Comisión Fílmica del Estado de Guanajuato y fungió como su directora desde su concepción en 1997 hasta febrero del 2009, fue responsable de la promoción del estado y la región como una óptima locación para la producción fílmica. El estado experimentó un enorme crecimiento en la actividad, teniendo en un principio 7 películas al año, y al dejar el cargo se llevaban a cabo más de 80. Ella y su staff coordinaron más de 450 producciones de cine y televisión durante 11 años. Organizó la primera reunión de Mujeres en el Cine y la Televisión en México, el cual se estableció como una Institución tiempo después en nuestro país, logrando ser la primera de este tipo en Latinoamérica. En 2004, Sarah fundó el Primer International Pitching Market en Latinoamérica, teniendo como resultado hasta la fecha el financiamiento de más de 205 películas mexicanas, muchas de ellas ganadoras de premios a nivel internacional, hecho sin precedentes en la historia de la industria cinematográfica mexicana.
Sarah Hoch DeLong Es fundadora y Directora Ejecutiva del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF), el cual se lleva a cabo cada año en el mes de julio, en las ciudades de San Miguel de Allende y Guanajuato Capital. Es el más grande festival en México y el más prestigioso en su género en Latinoamérica. Es considerado, por la prensa e instituciones internacionales como uno de los festivales más importantes en su género a nivel mundial. El festival fue creado para proveer un espacio alternativo y dinámico para la expresión audiovisual, así como premiar el cortometraje, documental y ópera prima. También es fundadora de la Fundación Expresión en Corto, A.C., la cual fue creada en responsabilidad del crecimiento en la necesidad de ofrecer oportunidades a la nueva generación de cineastas en nuestro país. La fundación también tiene el propósito de estimular a los escritores, cineastas y productores quienes de manera alternada contribuyan a la consolidación de la industria fílmica.
En 2010 empezó el programa Incubadora con la finalidad de promover el desarrollo de los jóvenes productores de manera profesional, informada y responsable. Sarah ha sido invitada a participar como Jurado en diferentes Festivales de Cine Internacionales: The Indian Film Festival, LA, Vladivostok Film Festival, Russia, Festival de Cine de Huesca, España, Flicker Fest, Australia, DocFest, México y AISFF, Corea, solo por mencionar algunos. Sarah Hoch está internacionalmente acreditada para desempeñar un papel dominante en la promoción, el desarrollo y el fomento de la Industria del Cine Mexicano, país que la adoptó.
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Hace quince años... El Festival era nuevo y sus piezas estaban envueltas en esa magia espontánea que traen las sorpresas. No imaginábamos lo que iba a pasar. Eso es bonito .
Juan Carlos Rulfo Y me acuerdo muy bien. En aquellos días caminábamos por las calles de San Miguel de Allende, Guanajuato, rumbo al teatro en donde sería la clausura de la segunda edición del Festival. Era joven, y yo también. Se llamaba: Expresión en Corto. Valentina Leduc y yo corríamos para llegar a tiempo a la cita. El clima era cálido y cortés. El Festival era nuevo y sus piezas estaban envueltas en esa magia espontánea que traen las sorpresas. Es decir: no imaginábamos lo qué iba a pasar. Eso es bonito.
asuntos memorables e inolvidables. Después llegaron el Festival de Cine de Puerto Vallarta (FICPV); el Festival Internacional de Cine Acapulco (FICA) y el extinto Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México (FICCO).
En ese momento no lo sabíamos, pero ahora, a la distancia, es importante recordar las ilusiones y los esfuerzos de sus organizadores, quienes, para muchos, no eran más que unos chamacos que jugaban a crear festivalitos “sin trascendencia”. Recuerdo a la güera Sarah y a Ernesto, su pareja, y pienso en sus miradas y en los planes de crecimiento. Me pregunto si en algún momento llegaron a imaginar lo que ya lograron. ¡Es fantástico!
Aparentemente todo estaba bien, pero faltaba algo que quizá, en esos días, no sabíamos nombrar: la cercanía de los jóvenes, la apertura hacia otras expresiones cinematográficas y estimular la participación de mucha gente, quienes antes juzgaban “el festival” como un espacio elitista, alejado de las diversas realidades sociales que brinda nuestro país. Ahí fue cuando Sarah Hoch apareció en escena. La güera llegó con una iniciativa diferente en la que daría espacio a las diversas expresiones del formato de cortometraje, tanto en ficción como en animación, documental y experimental. Y no sólo eso, sino que además tomaría en cuenta y premiaría las distintas áreas de producción de este formato: vestuario, arte, fotografía, música, guión... más las que se acumulen. Esto es incentivar la industria, el tomar en cuenta las partes en que se divide la creación cinematográfica y además, iluminarlas con talleres, conferencias magistrales, residencias y premios.
Hace quince años. Durante este tiempo, se consolidó la cultura festivalera cinematográfica de México. Recuerdo La Muestra de Cine Mexicano, en Guadalajara, organizada por la U de G. Aquí se abrieron los primeros espacios a las necesidades de exposición y promoción del cine nacional; comenzó por el cine de ficción, más tarde llegaría el cortometraje y, por último, el documental. Años de continuos cambios y esta muestra crecería para convertirse en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG).
En el Festival de Guadalajara predomina el largometraje de ficción, con una sección de corto y una más pequeña en documental, ambas en constante crecimiento. No les ha ido mal, pero definitivamente falta mucho por
Ha sido el lugar de encuentro de los profesionales que buscan tres cosas: ver películas, convivir con los amigos y profesionales de todo el mundo, y salir de fiesta. Tres
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Alonso Echánove
Carlos Cuarón
“La Roña”
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El más destacado de todos fue el de Mejor Cortometraje, que consistía en una bolsa con diez latas de material 35mm, y la renta de cámara. Materiales útiles y concretos. Pero aquí no termina la cosa. Recuerdo cuando Valentina bajó del estrado con su premio. Seguramente ya traía en la cabeza la idea de lo que sería el siguiente proyecto: Los Diminutos del Calvario, que consistía en diez cortometrajes, hechos por diez diferentes directores, con una duración máxima de un minuto y filmados como un plano secuencia.
hacer. En este contexto, el GIFF (Expresión en Corto) no sólo permite al público apreciar obras, sino que es un espacio donde los jóvenes se educan en el marco de la disciplina y el rigor que implica imaginar, producir y expresar en cortometraje cualquier idea cinemática. Es increíble ver cómo ha progresado este aspecto hasta llegar a lo que ahora, en 2012, es el GIFF. Hoy los chavos tienen en casa, lo que hay en ciertos festivales del mundo: Pitching Market, competencia de cortometrajes, mercado y desarrollo de proyectos, tanto de corto como de largometraje.
Ella lo organizó ahí mismo, aprovechando la presencia de varios colegas. Valentina invitó a diez amigos a los cuales les daría una lata de 35mm para que filmaran 4 tomas de un minuto. La toma buena sería el corto. Diez realizadores participamos en este ejercicio: Iván Ávila, Aurora Ojeda, Carlos Hagerman, Inés Morales y Susana Quiroz, Julián Hernández, Lorenza Manrique, Alejandro Solar, Alejandro Cantú, Valentina y yo.
Este semillero de profesionales tiene contacto con un mundo de invitados nacionales e internacionales que le terminan de dar una perspectiva irrenunciable. O sea, hay que estar en Guanajuato, una ciudad alucinante. Hace quince años no imaginábamos lo que pasaría con el andar del tiempo. Hace quince años, en aquella tarde, íbamos al teatro para ver la clausura de aquel encuentro de cine en San Miguel de Allende, Guanajuato. Ahí estaba Sarah, la gringa despampanante, echándole ganas y tratando de que sus invitados se la pasaran bien. Nosotros estábamos ahí concursando con un cortometraje de Valentina Leduc en el que yo había participado como productor. Menuda chamba porque es difícil y muy compleja, sobre todo cuando se trabaja en pareja. La película se llamaba: La historia de I y O.
La anécdota de estos rodajes es cuento de otra historia que bien puede contárselas Valentina, pero nada mejor como que Los Diminutos del Calvario fueran estrenados en el mismísimo Festival Internacional de Cine Expresión en Corto. Fue como devolver, con mucho entusiasmo, todo lo recibido. Estoy seguro de que los que participaron en esta serie de cortometrajes recuerdan con cariño estos momentos. Por lo que respecta a Valentina, tuvo la satisfacción de incluir, tanto como le era posible, a los amigos en un proyecto conjunto. Semillero del semillero. En fin, esto comenzó aquella noche, hace quince años. Seguramente en el recorrido del tiempo, se han dado muchas historias. Y de eso se trata, de encontrar el punto, el pretexto para comenzar a imaginar cualquier cosa que ponga a prueba la astucia y las capacidades de los realizadores. De eso se trata, de construir imágenes con los sueños propios. ¡Felicidades!
Esta película es un cortometraje de 25 minutos, en el que Valentina quiso dejar atrás la seriedad y los formalismos para desahogarse y jugar tanto con la historia como con la forma de filmar. El resultado es muy divertido y original. Esa noche obtuvo varios premios en distintas categorías: guión, arte, música, entre otros.
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Angélica Aragón y Sarah Hoch
Ximena Ayala, Maryse Sistach y Nancy Gutiérrez
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becario Rockefeller & MacArthur, Guggenheim Fund y del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Obtuvo el Premio Humanitas, considerado la versión para el cine del premio Pulitzer de periodismo, el premio Haskell Wexler a la mejor fotografía y el Educational Leadership Award del Wordl Fund de Nueva York.
Juan Carlos Rulfo Director, productor, fotógrafo y promotor de cine documental (Ciudad de México, 1964). Egresó de la Licenciatura en Comunicación Social de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco (UAM-X) y se especializó en dirección cinematográfica en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC).
Ha dirigido los cortometrajes El abuelo Cheno y otras historias (1995), Luvina (1999), Silverio. Cortometraje incluido en la antología Diminutos del Calvario 1, (2000), El alma mexicana (2000), El crucero (2007) y Será por eso (2010). Y los largometrajes: Del olvido al no me acuerdo (1999), En el hoyo (2006), Los que se quedan (2008), Carrière, 250 metros (2011) y De panzazo, el drama de la educación en México (2012).
Es uno de los realizadores mexicanos más destacados de la actualidad. Sus películas se han proyectado por todo el mundo y ha ganado varios premios nacionales e internacionales en los festivales de Guadalajara, Morelia, Los Ángeles, San Francisco, Bacifi, Miami, Madrid, Biarritz, IDFA, Karlovy Vary y Sundance. En este último obtuvo el World Documentary Jury Award. Es
Actualmente se encuentra en el desarrollo de su siguiente proyecto: Érase una vez.
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Cuarto Festival Expresi贸n en Corto.
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Diminutos del Calvario El GIFF es una gran vitrina. Es un campo de cultivo para las ideas y los proyectos nuevos. Un espacio para que cineastas y público en general se vinculen unos con otros, se descubran talentos y propuestas de nuestro país y del mundo .
Valentina Leduc Hace muchos años conocí a Sarah Hoch en San Miguel Allende. En ese momento yo trabajaba como asistente de dirección en un video clip de Julio Iglesias que se rodaba ahí, y Sarah fue un gran apoyo en toda la logística de producción. En su oficina me llamó la atención un cartel que promovía las bases para participar en el Festival Internacional de Cine Expresión en Corto. Me pareció fantástico que existiera un espacio para el cortometraje en un momento donde exhibir éste formato era casi imposible.
Entre todos decidimos que los cineminutos debían tener el mismo esquema de producción: una lata de negativo de 400 pies, en formato de 35 mm, un día de rodaje; y debían de realizarse en un plano secuencia que durara exactamente un minuto. La historia era completamente libre, mientras se sujetara a ese esquema de producción. Fue un verdadero trabajo en equipo, colectivo, solidario y creativo. Entre todos conseguimos financiamiento, equipo, locaciones, y todo lo que necesitábamos. Planeamos el rodaje y filmamos 10 cineminutos que bautizamos como Diminutos del Calvario, pues todo había sido planeado y gestado en la calle de Calvario, ubicada en Tlalpan, en el DF, donde vivíamos. El primer bloque de cineminutos fue realizado por Alejandro Cantú, Carlos Hagerman, Julián Hernández, Aurora Ojeda, Lorenza Manrique, Inés Morales y Susana Quiroz, Iván Ávila, Alejandro Solar, Juan Carlo Rulfo y yo. Y se exhibieron en Expresión en Corto, en Guanajuato, al año siguiente.
Al siguiente año participé en el Festival con un corto que dirigí, llamado La Historia de I y O. Era un trabajo que escribí con Alejandro Lubezki, producido por Juan Carlos Rulfo, fotografiado por Alexis Zabé, con las actuaciones de Gabriela Murray y Martín Zapata, y con la dirección de arte de André Krassoievitch y Mónica Chirinos. Muchos amigos habían participado y fue un cortometraje que disfrutamos mucho producir. Éramos muy jóvenes y estábamos casi empezando a hacer nuestras propias películas, teníamos mucho entusiasmo y nos divertíamos. El corto ganó el Premio al Mejor Cortometraje en Expresión en Corto, así como mejor guión, dirección de arte y fotografía9. El premio consistía en material, cámara, revelado y postproducción. Es decir, todo lo necesario para hacer ¡otro cortometraje!
Después, Carlos Hagerman logró producir otro bloque de 10 cineminutos, con nuevos realizadores, para el Diccionario Gráfico de la Ciudad de México ABCDF, un proyecto de Cristina Faesler, en el cual fotógrafos y cineastas mostraban la ciudad.
En ésa época, muchas personas talentosas hacían cortos, con propuestas interesantes. Así que pensé que valía mucho la pena usar ese material en un colectivo. Juan Carlos Rulfo y yo convocamos a varios realizadores para proponerles hacer 10 cineminutos.
También gracias a Carlos Hagerman, y al revuelo que el proyecto de los Diminutos del Calvario causó, se
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RenĂŠ Castillo
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produjeron otros 10 cineminutos, ahora con directores españoles convocados por Santiago Tabernero. Hasta ahí llegaron los Diminutos del Calvario, un proyecto que pudo extenderse si en otras manos hubiera caído. Era una gran idea, muy flexible, para hacer cortometraje. Podía desdoblarse hacia todos lados, por temas, por colores, por personajes. Después cada uno siguió por su lado, en proyectos diferentes. Muchos de los realizadores de ese momento son ya consagrados realizadores de largometraje, fotógrafos y documentalistas que han recibido gran reconocimiento nacional e internacional. Y todo gracias a esa oportunidad que el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF), entonces Expresión en Corto, nos brindó. Eso es lo que es maravilloso de un festival de cine. El esfuerzo que implica levantar un festival; es decir, conseguir patrocinadores, organizar a los invitados, programar las películas, conseguir las copias, mandar correos; vale mucho la pena por los beneficios que genera.
Valentina Leduc Editora y cineasta. Cursó estudios de cine en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC). Ha realizado varios cortometrajes, entre los que se encuentran Un volcán con lava de hielo (1995) y La historia de I y O (1999), ambas ganadoras del Ariel de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.
El GIFF es una gran vitrina. Es un campo de cultivo para las ideas y los proyectos nuevos. Un espacio para que cineastas y público en general se vinculen unos con otros, se descubran talentos y propuestas de nuestro país y del mundo.
Es montadora y realizadora de varios documentales para televisión: Hugo Velásquez, la historia de una piedra, Cuba 21, Carlos Leduc, un espacio para la vida y Rafael Castanedo, la vida es corta y además no importa para la serie Garbanzo de a libra, del Canal 22, el primero de los cuales fue ganador del Premio Pantalla de Cristal, 2004. Su primer largometraje como editora, En el hoyo (2006), de Juan Carlos Rulfo, ganó el Ariel de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas al Mejor Montaje en 2007. En 2009 editó el documental Los que se quedan, que fue galardonado por el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, Festival Internacional de Cine Independiente de Los Ángeles, California, Documenta Madrid, DocsDF, y recibió el Humanitas Prize.
Enhorabuena al GIFF por sus 15 años. Merece una gran fiesta con chambelanes y hielo seco, con música y fuegos artificiales. Muchas gracias a Sarah y Ernesto, y a todo el quipo de gente que ha hecho posible este festival, siempre con una actitud positiva, con una sonrisa, con energía y llenos de vida. Les deseo todo lo mejor y que el Festival viva muchos años más, pues una sociedad con cultura es una sociedad sana.
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Nancy Hoch y Ximena Sari単ana.
Vanessa Bauche
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Todo el mundo va titular “Caminos de Guanajuato” a su texto y yo también No son sólo los resultados en pantalla, ni la extenuante experiencia de realizar un cortometraje en poco tiempo, es más bien el aliento que se te corta cuando ves proyectado, el que quizás sea tu primer trabajo, en el que estás mostrando al público, con absoluta honestidad y candor, lo que eres y lo que crees. Para mi ahí está el sentido esencial de Guanajuato
Roberto Fiesco Cuando vi de lejos por primera vez el Auditorio del Estado, a través de uno de esos sinuosos caminos que te llevan hasta la loma donde se encuentra, y contemplé a las decenas de personas que transitaban por la explanada, supe que había llegado a un festival de cine. Uno como lo había soñado, con jóvenes que –como yo (todavía estaba en mis veintitantos) –, estaban ávidos de ver cine y de compartir sus cortos y enfrentarlos, en muchos casos y con todo el temor que eso implica, a su primera audiencia. Era mi primera vez en un festival fuera del D.F. (tampoco es que acá hubiera tantos), y ahí entendí que no hay nada mejor que vivir la experiencia siempre que se pueda, aunque no te inviten. Una de las características que tiene Guanajuato es que la tradición de caerle de improviso en tiempos del Cervantino, o del entonces Expresión en Corto, no es mal vista por nadie. Así que en aquel julio de 2000, a Julián Hernández y a mí se nos ocurrió montarnos en el automóvil rojo de nuestro querido amigo el videoasta (en esos tiempos se usaba esa palabra) Víctor Jaramillo, para hacer el camino y llegar a presenciar los Diminutos del calvario, aquella serie de pequeñísimos cortometrajes realizados gracias a la generosidad de Valentina Leduc, que puso a disposición de un grupo de diez cineastas, entonces en ciernes (entre los que se contaban Lorenza Manrique, Alejandro Cantú, Juan Carlos Rulfo, Iván Ávila Dueñas, Carlos Hagerman y Julián), y sus respectivos crews, el premio que se había ganado el año anterior en este evento. En medio de visitas a iglesias y panteones, y la ingestión salvaje de enchiladas mineras, el verdadero propósito – que era ver películas– se cumplía con creces. Pero no sólo eso, la emoción de ver un auditorio abarrotado con casi 2,000 personas dispuestas y entregadas a
disfrutar de un puñado de cortos no tenía igual. Esa es la imagen de Expresión en Corto que siempre conservo en mi memoria, el público, los amigos. Con nuestra falta de experiencia en viajes por el Bajío, un par de noches tuvimos que dormir en el coche de Víctor porque no había una sola habitación disponible en tiempos de festival, lo cual ni siquiera nos pesó – según recuerdo–, fascinados ante tantas novedades. Sin embargo, lo mejor de aquel viaje lo viví en la clausura, cuando el grandísimo Alonso Echánove, recién regresado de la muerte, recibía su homenaje, y Víctor, que no pudo contenerse, le gritó a todo pulmón: “¡Papasoteee!”, y el teatro estalló en una nerviosa carcajada, a la cual se unió el propio Echánove mandando un beso al aire para el fanático anónimo. En el escenario, conducían la ceremonia Javier Alatorre y una hermosa mujer rubia, Sarah Hoch, la directora de Expresión en Corto, que no había parado de trajinar de un lado a otro durante los cuatro días del Festival, haciéndose presente en todas las actividades y proyecciones, y que yo juraba (y juro aún) que de tan
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Talina Fernández y Angélica Aragón.
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competidora, la película griega que es buenísima, pero estoy segura que el premio es para ustedes.” Cuando giré la cabeza hacia ella me di cuenta que se trataba de Sarah. Estaba refiriéndose a Strella, la película de Panos H. Koutras sobre una transexual, que también estaba en la competencia por el premio Teddy. En medio de toda la inseguridad y el miedo que te causa estar en un festival de ese tamaño, escuchar una voz autorizada que hablaba con absoluta seguridad de la posibilidad de un triunfo nos hizo sonreír con una mezcla de alegría y esperanza infinitas. Por supuesto la abracé, aunque era la primera vez que cruzaba una frase con ella. Sé que nunca me alcanzará la vida, ni los actos, para agradecerle esas palabras justo en ese momento. Tenía razón, ese año ganamos. La invitación a presentar Rabioso en Guanajuato sucedió, y allá nos encaminamos en el cochecito de la actriz Giovanna Zacarías, nuestra amada protagonista (me pregunto por qué nunca hago este viaje en camión). Mi querida Mariana Linares, compañera hoy de cientos de batallas radiofónicas, se unió al contingente que se echaría las cuatro ó cinco horas a Guanajuato, sin esperar la pesadilla que le esperaba en el camino en medio de nuestros incesantes cantos (muy desafinados sólo en mi caso, porque Julián y la Zacarías sí cantan), que empezaron con El triste, de José José, y concluyeron –¿por qué no?– con Caminos de Guanajuato, de José Alfredo, mientras la pobre Linares tenía que hacer no sé cuántas llamadas a su trabajo por una dificultad que ni siquiera nos tomamos la molestia de oír a cabalidad, entregados, como estábamos, al disfrute de un festival que había comenzado desde el viaje y a nuestra inclemente pasión musical. La función allá fue de antología, porque estaba programada en la Locura de Medianoche, una estupenda iniciativa de programación, donde se mostraban trabajos con un tratamiento más abierto en torno a la sexualidad, sorprendente por su visión
bonita seguro que había sido Miss Kansas, o algo así. Esa noche, uno de los Diminutos, La bomba de Cantú, ganó uno de los premios, y hubiera sido natural que alguno de nosotros pasara al foro de ese recinto magnífico a recibirlo y dar unas palabras (¡moría de ganas por hacerlo!), porque ya todos los realizadores de ese proyecto se habían ido de Guanajuato. Pero en nuestra calidad de tímidos y desconocidos polizones recién ingresados al circuito de festivales lo único que hicimos fue hundirnos en nuestros asientos mientras aplaudíamos el triunfo de un colega y amigo. Los años siguientes seguí de cerca –sin poder asistir– el desarrollo del Festival. Me dedicaba a conseguir los catálogos (que ya no eran el flaquito programa de los primeros tiempos, sino gruesos tomos bellamente diseñados), donde alguno de los cortos que había producido aparecía consignado, y me enteraba de los grandes directores internacionales que iban a dar charlas magistrales y a presentar películas, muriéndome de envidia cada vez que alguien me contaba de lo bien que se la había pasado yendo a Guanajuato. Desde aquellos primeros años, la producción de cortos había aumentado notablemente, no por voluntad gubernamental solamente, sino por un impulso genuino de cineastas jóvenes que encontraban una alternativa a un cine nacional paupérrimo y con pocos caminos de expresión personal, y había un festival que los acogía y los privilegiaba por encima de los largometrajes. Una mañana de febrero de 2009, durante nuestra tercera Berlinale, a donde habíamos ido a presentar Rabioso sol, rabioso cielo, estábamos Julián y yo sentados contemplando, desde nuestro puesto en las escaleras, el debate de Fucking Different Tel Aviv, una película israelí de episodios, sí, de cortos, cuando sentí sobre mi hombro la mano de una hermosa rubia que me dijo en un español, con marcado acento extranjero: “Ustedes van a ganar, sólo tienen una
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de avanzada en un Estado que se tiene por conservador y pacato. En otros años, para esta sección se había invitado a los festivales MIX de México y Brasil como programadores de un verdadero festín de diversidad, carnalidad y harto espíritu de aventura, porque las proyecciones ocurren en los laberínticos túneles de la ciudad, donde la concentración de humores, oscuridad, lluvia y cachondeo hacen de ésta una experiencia límite para el espectador más avezado. Cuando regresé en esa décimo segunda edición todo había crecido, había muchas más secciones y la importancia de una industria fílmica en transformación y crecimiento había demandado un espacio para encuentros binacionales y para la presentación de proyectos en desarrollo. Siempre fue una preocupación del Festival alentar la producción de nuevas películas, pero también acompañar y alentar –mediante la discusión y el análisis– los avances tecnológicos que en los últimos años han transformado nuestra manera de hacer. Recuerdo muy claramente la exhibición de Así es la vida, de Ripstein, la primera película digital latinoamericana, en 2000, e incluso conferencias sobre el futuro de la relación entre el internet y el cine, que hoy es una realidad; y a últimas fechas otras sobre las revolucionarias plataformas de distribución y exhibición que apenas estamos experimentando, y que entonces ni soñábamos. Ese año fue también el primero que transmitimos Cinesecuencias Radio, nuestro programa sabatino, desde allá, en el privilegiado escenario del Auditorio, desde donde puede contemplarse una magnífica vista a través de los gigantescos ventanales. Esa imagen de los montes es otra que siempre recuerdo con cariño, lo mismo que a Gaby Álvarez, nuestra productora, haciéndonos fuertes a Mariana y a mí. Algunos de nuestros invitados de aquella primera mañana fueron los cortometrajistas Carlos Muñoz, que llevaba Nación apache, y Mario Guerrero, que con su Rodrigo Plá
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corto El sótano, al cual me siento emocionalmente muy ligado, había ganado ahí el premio de guión y me había hecho sentir el tipo más orgulloso del mundo cuando, al recibirlo, me mencionó entre sus agradecimientos. Desde entonces nunca hemos dejado de hacer la transmisión en vivo desde Guanajuato ni de acompañar al Festival en sus actividades más relevantes, sean o no en julio. Sarah es la directora que ha tenido más consideraciones hacia nuestro programa, nos escucha, nos postea, y nos acompaña, incluso desde Cannes, como cuando hicimos un enlace con ella hace un par de ediciones. En 2009 me enamoré también del Rally Universitario y de esa pasión reflejada en el rostro de tantos jóvenes que, como uno desde antaño, tienen el hambre de hacer cine y se desgañitan gritando, echando porras, abarrotando un lugar, de suyo siempre repleto, pero que ese día es más emocionante que cualquier final de futbol, porque se juegan el resultado de un esfuerzo compartido que no pude ser más emocionante porque no hay nada mejor que filmar. No son sólo los resultados en pantalla, ni la extenuante experiencia de realizar un cortometraje en poco tiempo, es más bien el aliento que se corta cuando ves proyectado en una pantalla gigante cómo es el que quizás sea tu primer trabajo en el que estás mostrando al público, con absoluta honestidad y candor, lo que eres y lo que crees. Para mí, ahí está el sentido esencial de Guanajuato. Recuerdo brevemente algunos encuentros inolvidables: una comida, donde Elisa Miller nos contó su vida y milagros, por lo cual la querré por siempre; un fuerte y cálido abrazo del admirado Fernando Rovzar, que a ojos del perspicaz Víctor Ugalde representaba “el encuentro entre dos mundos opuestos”; unos buenos y baratísimos tacos con Alejandro Springall, con quien se puede conversar de todo lo habido y por haber durante horas; la visión siempre sublime de Meche Carreño, despampanante y encantadora; una charla con Ernesto
Contreras, flamante participante del Mexicannes, donde yo le decía que a mí Café Tacvba ni me gustaba y que el único disco que había comprado de ellos había terminado regalándolo (espero que perdone alguna vez mi insolencia); o unas hamburguesas con Jesús Torres Torres, Gerardo Pérez y Víctor Sánchez, director, distribuidor y exhibidor en aquel momento, mientras hacíamos tiempo, y estómago, para irnos de antro. Porque en las calles, callejones, casonas y plazoletas de Guanajuato me he tomado muchas cervezas (he visto a otros tomarse más), pero también malteadas, en mi vertiente más fresa (es decir, cuando tengo programa de radio al día siguiente), al lado de Sergio Tovar Velarde, Alejandro Ramírez, Edgar Barrón, Marisol Centeno, Aleyda Gallardo, Diana Lein, Humberto Busto y Pascacio López, por sólo citar a algunos amigos queridos y que hacen del festival un gran pretexto para encontrarnos y compartir chismes, chistes, bailes, proyectos, en fin, una experiencia siempre gozosa. De último momento, el año pasado me invitaron a conducir (sí, hago un poco de todo), con una divina Alexandra de la Mora, la alfombra roja de la inauguración del flamante Festival Internacional de Cine Guanajuato, que ya no era más Expresión en Corto. Creo que todo nos salió un poco atropellado, pero la libramos. Afortunadamente tuve oportunidad de una reivindicación pública. Sarah me la regaló. Durante una comida, y como quien no quiere la cosa, se me acercó monísima para decirme que no quería presionarme para nada y que aceptaría un no por respuesta, pero que le daría mucho gusto si accedía a conducir al día siguiente el homenaje al cineasta coreano Bong Joonho. ¿Quién puede evadir el honor de pisar el Teatro Juárez para lo que sea, pero sobre todo, quién puede negarse ante la persuasión y la sonrisa de Sarah? Mi dominio del coreano es más bien malo, así que a la entrada del Juárez me pesqué a un adolescente de ojos rasgados que estaba repartiendo dulces a la
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concurrencia para que me repitiera fonéticamente cada uno de los 25 nombres que debía decir en la presentación. Era mi primera vez como conductor en solitario (¡y sin teleprompter!), y antes de entrar a escena tuve uno de esos raros privilegios de la vida. Miguel Ortega estaba ahí explicándome el protocolo, indicándome dónde debía pararme y sobre todo tranquilizando mis destrozados nervios de conductor primerizo. Antes de entrar a escena me dijo: “–Papá Fiesco, todo va a salir muy bien –. ¡Gracias! ¿Sabes que te quiero mucho, verdad, Miguel? –Sí, lo sé, y yo también te quiero mucho–”. Nos dimos un abrazo fortísimo y lleno de un cariño añejo que había pasado por todo tipo de experiencias de vida. Salí a pararme debajo de la gigantesca boca escena oriental del Juárez para presentar al realizador de El huésped, y luego un soberbio espectáculo de narración en vivo, mientras se proyectaba la película silente Cheongchun’s Sipjaro (Encrucijada de juventud). Me sentí honrado como pocas veces con esta experiencia. Estoy seguro que Miguel y yo nos despedimos esa noche, porque este año desgraciadamente no va a estar en Guanajuato. Lo voy a extrañar siempre. Días después ocurrió la más reciente clausura del Festival. Desde 2000 era la primera vez que me lo echaba completo. Asalto al cine, de la cual había sido productor, estaba seleccionada en la sección de Óperas Primas y tanto Iria Gómez, la directora, como yo, estábamos el día de la ceremonia sentados en butacas lejanísimas del escenario, con nulas expectativas de ganar. Así que cuando Jorge Rendón y Christian de la Luz anunciaron de pronto el premio Guerrero de la prensa, y dieron por ganadora a nuestra película, Iria se demoró tanto tratando de cruzar entre la apretujada fila, que creyeron que no había asistido a la premiación, por lo que dijeron mi nombre –ajonjolí de todos los moles–, y presto me paré para esperar a mi directora y subir juntos a recibir el trofeo y dar abrazos sin ton ni son. ¡Por fin había llegado al podio a recibir un premio en Guanajuato!
Josefina Echánove y Angélica Aragón.
Carolina Rivera
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mi grata estancia y les aplaudo a rabiar. Al final sólo queda decir: “Más cine, por favor”, que más que un slogan es un verdadero grito de batalla para todos los que dedicamos nuestra vida al cine. Los que hemos asistido a Guanajuato seguro que hemos vivido un festival distinto, el mío es una fiesta permanente con amigos, películas y descubrimientos, en ese orden.
Antes de concluir la ceremonia, Sarah realiza un acto que siempre me llena de dicha, después de mencionar a todos y cada uno de los patrocinadores que hacen posible la realización del Festival, cita – ¡y sube al escenario!– a prácticamente toda la gente, incluyendo a los voluntarios, quienes dan verdadera vida al intenso día a día, y aunque para muchos resulten anónimos participantes, son ellos a quienes siempre agradezco
al amanecer (2010), de Juan Carlos Carrasco, entre otras. Becario en dos ocasiones del Programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA). Su cortometraje David ganó el premio al Mejor Cortometraje en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), y el premio al mejor actor en el Festival de Huesca. En 2006 recibió el Premio Universidad Nacional para Jóvenes Académicos en el Área de Creación Artística y Extensión de la Cultura. En 2009 produjo el cortometraje Atmósfera para el Rally Malayerba, dirigido por Julián Hernández, con el cual ganaron el primer lugar de la competencia en julio de 2009. En 2011 realizó su ópera prima documental, Quebranto, y produjo el largometraje Las razones del corazón, de Arturo Ripstein. Produjo la película Asalto al cine, de Iria Gómez Concheiro, la cual fue seleccionada para participar en el Festival de Cine de Sundance en 2011 y ganó el Premio a la Mejor Ópera Prima en el XXVI Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG).
Roberto Fiesco Productor (México 1972) Es egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográfico (CUEC) y de la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT). Ha producido los largometrajes Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor (2003), ganadora del premio Teddy en el 53 Festival Internacional de Cine de Berlín; El cielo dividido (2005); y Rabioso sol, rabioso cielo (2007), ganadora del premio Teddy en el 59 Festival Internacional de Cine de Berlín (2009), todos ellos dirigidos por Julián Hernández. Ha sido productor ejecutivo de las cintas El mago (2004), de Jaime Aparicio, La vida inmune (2006), de Ramón Cervantes; Partes usadas (2007), de Aarón Fernández, Todos los días son tuyos (2008), de José Luis Gutiérrez; Espiral (2009), de Jorge Pérez Solano, Martín
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Bruno
Homenaje a Ignacio L贸pez Tarso.
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Avon y el GIFF, contra la violencia En 2006, Avon y el Festival Internacional de Cine de Guanajuato, definen el capítulo más importante del programa Alza la Voz contra la Violencia Doméstica y convocan a jóvenes realizadores a través de un concurso para la creación y producción de un cortometraje inspirado en la problemática de la violencia de género .
María Gabriela Gatica Hacia fines de los noventas, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el “Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, mismo que se celebra en todo el mundo el 25 de noviembre. La ONU define textualmente en su primer artículo: “Por violencia contra la mujer se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.
titucional el cual tuvo como misión primordial establecer alianzas con socios estratégicos los cuales pudieran aportar valor y hacer realidad los objetivos concretos de dicho programa: erradicar la violencia en contra de la mujer y generar conciencia acerca de la problemática que afecta a cientos de miles de mujeres en el mundo. Fue entonces que Avon y el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) establecen un acuerdo a través de una iniciativa sin precedentes: hacer un llamado a la sociedad a través del cine.
A partir de entonces, desde diferentes ángulos de la sociedad, se han organizado un sinnúmero de esfuerzos para la promoción y difusión de una temática compleja que afecta a todos los países del mundo. En este sentido, Avon, la compañía de la mujer, tomó esta causa y la hizo propia bajo un sólido programa de Responsabilidad Social: Alza la Voz contra la Violencia Doméstica. Dicho programa tiene como misión elevar la conciencia acerca de la problemática y contribuir con la erradicación de la violencia doméstica en el mundo. En México, Alza la Voz contra la Violencia Doméstica se lleva a cabo desde hace 7 años y ha logrado establecer un vínculo de efectividad con víctimas, organizaciones no gubernamentales, instituciones de especialidad e incluso con el arte cinematográfico. A seis años de su lanzamiento, Alza la Voz contra la Violencia Doméstica ha donado más de 7 millones de dólares a nivel mundial y en México ha impactado a más de un millón de personas.
En 2006, Avon y el GIFF, con el firme y permanente objetivo de elevar la conciencia y contribuir a la erradicación de la violencia doméstica en el mundo, definen el capítulo más importante del programa Alza la Voz contra la Violencia Doméstica y convocan a jóvenes realizadores a través de un concurso, para la creación y producción de un cortometraje inspirado en la problemática de la violencia de género. Esta alianza permite que cientos de jóvenes realizadores puedan llegar al Festival de Cannes, el evento mundial más importante de la Industria Cinematográfica.
En el marco de las primeras actividades del programa Alza la Voz, Avon estableció un plan de vinculación ins-
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Diana Bracho
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La premiación del Concurso Alza la Voz contra la Violencia Doméstica 2011, se llevó a cabo en el Polyforum Siqueiros de la Ciudad de México y contó con la presencia de Camila Sesler y Sebastián Zurita como conductores. El jurado estuvo integrado por Rosa María Salazar de la Red Nacional de Refugios, Ricardo Reynoso de la CEMEFI, Alicia Carbajal, Catherine Bloch y Myrna Díaz Infante de la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión México, Sarah Hoch del GIFF y Gabriela Gatica de Avon México.
Dos grandes logros tiene esta iniciativa, el primero es brindar la oportunidad a los ganadores de exhibir sus películas en el festival de cine más importante del mundo, y el segundo lograr un espacio oficial y exclusivo en el Short Film Corner del Festival de Cannes, la reconocida plataforma internacional de distribución de cortometrajes y el lugar de mayor visibilidad dentro del Marché du Film, en el Palais des Festivals et des Congrès. A partir de entonces, se han generado más de 578 cortometrajes a través de este concurso. Realizadores de países como México, Estados Unidos, Noruega, Suecia, España e Inglaterra han sido partícipes del Concurso Alza la Voz.
Alza la Voz Contra la Violencia Doméstica es una iniciativa de prevención y una respuesta en apoyo al creciente número de mujeres que día a día padecen esta dolorosa situación a nivel mundial. Avon agradece muy sinceramente al GIFF y en particular a Sara Hoch por haberle permitido hacer realidad un sueño: demostrar que a través del empoderamiento creativo la situación de cientos de miles de mujeres víctimas de la violencia de género, puede cambiar.
En el 2011, un total de 216 películas se registraron en la competencia y participaron realizadores de 49 países, un récord superado en el concurso, en donde existían 3 categorías: Mejor Cortometraje Internacional; Mejor Cortometraje Mexicano y Mejor Documental, cada una de las cuales recibió 50 mil pesos como premio. Por su parte México participó con 60 trabajos, España presentó 27 cortometrajes y los Estados Unidos 17.
¡Felicidades por estos primeros XV años!
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Alejandro Ram铆rez
Ignacio L贸pez Tarso
Prensa con Bruno Bichir.
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Gabriela Gatica Gerente de Responsabilidad Social y Corporativa de Avon. Es egresada de la Licenciatura en Comunicación Gráfica en la Universidad Intercontinental. Cursó la Maestría en Mercadotecnia por parte del Instituto Tecnológico de Monterrey (ITESM), una maestría en Responsabilidad Social Corporativa en la Anáhuac del Norte y actualmente cursa el Doctorado en Innovación Social en la misma institución. Tiene 15 años de experiencia laboral y más de 8 trabajando en programas de desarrollo y mercadotecnia con causa. Gabriela se une a Avon en 2008 como Jefe de Responsabilidad Social Corporativa México, dos años después, se amplían sus responsabilidades a Centroamérica y el Caribe. Entre sus funciones, tiene a su cargo la gestión de la estrategia corporativa en tres grandes pilares: empoderamiento de la mujer, sustentabilidad y filantropía. En 2011, recibe un reconocimiento global a la mejor práctica filantrópica por el concurso de cortometrajes Alza la voz Contra la Violencia Doméstica, iniciativa creada en México en alianza con el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF).
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Los Bracho
Brigitte Broch
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Mujeres en el Cine y la Televisión de México
¡Es tiempo de festejar!
La presea Musa, escultura diseñada por Elena Somonte, se entrega dos veces al año, en los festivales Internacionales de Morelia y Guanajuato, a mujeres destacadas por su trayectoria y por sus realizaciones fílmicas. Se trata de un premio digno de las mejores representantes y de las mejores películas .
Ana Cruz El tiempo es algo intangible y relativo, pero un elemento muy importante que nos permite valorar los logros y avances de una vida. Por ello, este año que el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) –antes Festival Internacional de Cine Expresión en Corto– cumple 15 años y la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión de México (MCYTV) llega a una fecha tan emblemática como los 10 años de vida, es tiempo de festejar, de alzar la copa, y hacer recuento de momentos significativos de esta maravillosa agrupación de mujeres. Para aquellos que no lo sepan, el surgimiento de MCYTV no podría narrarse sin la existencia del GIFF. Todo ocurrió en julio de 2001, cuando en tierras guanajuatenses, Sarah Hoch, directora del festival de cine, convocó a un grupo de mujeres mexicanas a un desayuno para intercambiar puntos de vista con realizadoras inglesas y estadounidenses. El tema central de la reunión fue la creación de una asociación de cineastas mexicanas que se uniera al esfuerzo de la organización mundial Women in film and televisión (WIFT International)10.
Garza, Busi Cortés, Luciana Cabarga, Marisa Systach, Andrea Gentil y Magdalena Acosta. Se encontraban también mujeres integrantes del gobierno Estatal, entre ellas María del Refugio Ruiz Velasco, entonces Secretaria de Turismo. La pregunta nos tomó por sorpresa a la mayoría de las presentes. Era el inicio del sexenio del presidente de la alternancia y todas abrigábamos muchas esperanzas de cambio para nuestro país. La cuestión, desde luego, no era nueva, pero no estaba en la agenda cotidiana ni había sido abordada en los tiempos recientes con seriedad y profundidad.
Era la primera vez que Sharon Rose, de WIF Londres; Terry Lawyer, de WIFT Nueva York; y Susan H. Barocas, de WIF Washington, visitaban nuestro país como invitadas de honor y estaban encantadas con el trato que les daba Sara, quien como moderadora del evento, abrió la discusión sobre la mesa con la siguiente pregunta: ¿Cuál es la situación de las mujeres en la industria cinematográfica mexicana?
Angélica Aragón y Marcela Fernández Violante, de abierta militancia feminista, hablaron de su experiencia en grupos de luchadoras sociales, pero confesaron la falta de una asociación de cineastas o actrices que trabajara con objetivos claros y una visión estratégica para abrir espacios.
Entre las asistentes a ese primer desayuno recuerdo a Diana Bracho, Angélica Aragón, Marina y Andrea Stavenhagen, Marcela Fernández Violante, Carmen
Algunas otras, como Busi Cortés y Marisa Systach, contaron su participación en el colectivo de mujeres
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Carmen Montejo
Gloria Schoemann
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las temáticas de las películas comerciales, siempre planteadas desde el punto de vista masculino, de los grandes presupuestos etiquetados para los realizadores hombres, de los patrones de conducta patriarcales en las historias “hollywoodenses” y de la marginación que vivían las guionistas que deseaban escribir historias de mujeres. Todo esto en la industria más poderosa del cine mundial. ¡Increible! El escenario de las mujeres en el cine me pareció dramático. El telón se había levantado y nos había mostrado una situación patética. Si dos de los países más vanguardistas en la defensa de los derechos femeninos estaban en ese estado de inequidad, ¿cuál era la situación de las mujeres en el cine y la televisión de México? El silencio fue la respuesta más elocuente que pudimos dar las ahí presentes. No había información confiable ni algún tipo de estudio o investigación al respecto, ni siquiera un grupo impulsando desde la comunidad del cine, las demandas de las cineastas. ¡Había que hacer algo! Fue un día crucial para la reflexión de muchas de nosotras. Las palabras expresadas en ese desayuno habían calado hondo. En lo personal, ajena al debate feminista hasta ese entonces, regresé de Guanajuato llena de inquietudes y deseos de saber más sobre las directoras mexicanas, sus vidas y destinos. Fue así que gracias al apoyo de Magdalena Acosta, directora de la Cineteca Nacional de 2000 a 2006, se realizó la primera reunión de trabajo para la constitución de WIFT-México. Como Directora de Programación y Difusión de la Cineteca Nacional durante ese mismo sexenio, tuve la oportunidad de coordinar las sesiones de organización y debate de ideas. Durante meses, el grupo creció y se fortaleció. Recibimos mucha información de otras asociaciones similares en diferentes estados de la Unión Americana. Las reuniones de trabajo se intensificaron hasta
videoastas a favor de promover las historias de mujeres, loable esfuerzo que había quedado interrumpido antes del cambio sexenal. Las demás, mostramos la poca información que manejábamos al respecto, pero el enorme interés que provocaba la discusión. Fue así como nuestras colegas extranjeras despertaron inquietudes dormidas que muchas de nosotras llevábamos dentro y nos contagiaron de su entusiasmo y convicción por abrir oportunidades de trabajo destinadas a las profesionistas en los medios audiovisuales, como una forma de defensa a los derechos femeninos. El testimonio de las cineastas norteamericanas y europeas fue pieza clave para la creación del capítulo de WIFT México, cuya fundación se gestó en ese momento. Para mí fue una mañana llena de revelaciones. De voz de esas 3 mujeres supe que en toda Latinoamérica no había una sola asociación de mujeres en el cine, que España era de los pocos países europeos que no tenía una filial de WIFT International, que Dinamarca era la nación con mayor cantidad de directoras fílmicas, que los ingleses eran profundamente machistas; pero que los términos woman-director y cámara-woman habían entrado al vocabulario oficial en los festivales y concursos de cine del Reino Unido. También nos contaron sobre la situación que imperaba en la meca del cine. Contrario a lo que pensaba, descubrí que en Hollywood la discriminación era férrea y evidente, y la lucha de las norteamericanas, legendaria y decidida. Además, para entonces, sólo dos mujeres -de las cuatro en total en la historia de los premios- habían sido nominadas al Óscar por mejor dirección (Kathryn Bigelow fue la primera en ganar la estatuilla, en 2010). Hablaron de los tremendos desafíos para cambiar
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tener listos los objetivos, estatutos y tareas de la futura asociación. Fue una etapa rica en aprendizaje sobre grupos de mujeres semejantes, pero diferentes. Otras ramas del quehacer artístico nos brindaron su solidaridad. El tiempo sirvió para conocernos entre nosotras mismas y aproximarnos a la definición de cuáles eran los retos de las mujeres del cine y la televisión de México. El entusiasmo de las primeras aventureras contagió a muchas más que se unieron al grupo. Después de intensas jornadas de trabajo, los objetivos y la misión de la asociación quedaron establecidos. A principios de 2002, el proyecto de Acta Constitutiva fue sometido a la consideración de un amplio grupo de mujeres provenientes de todos los medios, originarias de distintas regiones y pertenecientes a diversas generaciones, con el fin de lograr una propuesta incluyente que contemplara la visión más amplia posible de necesidades y anhelos profesionales de las agremiadas. La muestra de cine de Guadalajara del 2002, bajo la convocatoria de Patricia Torres San Martín, fue el escenario que dio oportunidad a las mujeres de la Universidad, la U. de G., de reunir a una docena de interesantes cineastas y videoastas de Latinoamérica en un encuentro inédito. En esa ocasión, de nueva cuenta, el proyecto de Mujeres en el Cine y la Televisión de México fue revisado y discutido hasta llegar al documento final. Después de 7 meses de trabajo llegó el gran día. La Primera Asamblea General se llevó a cabo el 18 de marzo del 2002 en la Cineteca Nacional. En esa histórica sesión se fundó Mujeres en el Cine y la Televisión A.C. – México con la presencia y votación de 76 mujeres fundadoras. En esa memorable votación, se eligió a las dos Presidentas fundadoras (Presidenta y Vicepresidenta) ya que por estatutos de la Asociación, la Vicepresidencia asume la Presidencia automáticamente en el siguiente periodo. Así, el primer Consejo Directivo quedó integrado por Luciana Cabarga como Presidenta, Ana Teatro Ángela Peralta
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volvió la mirada para ver el cine hecho por mujeres. En el 2004, surgió la primera Muestra de Mujeres en el Cine y la Televisión, en donde la Embajada de Estados Unidos en México patrocinó el primer festival de directoras mexicanas y norteamericanas. El evento fue todo un éxito. La prensa se ocupó del asunto, se volvió noticia de importancia, las salas de la Cineteca se vieron concurridas de un público atraído por las películas de calidad. Después de esta primera muestra, el evento se volvió un compromiso y un espacio que hubo que defender contra viento y marea y con mucho corazón. El año pasado, felizmente, se celebró la 8ª. Muestra de MCYTV, reconocida ya como una fiesta del cine esperada y visitada por los aficionados al buen séptimo arte, diferente y propositivo. A la primera mesa directiva de MCYTV, surgida en 2002, le siguieron 5 más. En asambleas generales fueron electas sucesivamente Marina Stavenhagen, Catherine Bloch, Magdalena Acosta y Busi Cortés, nuestra actual Presidenta. Cada una de ellas, en su momento, tuvo que enfrentar los retos de una asociación con pocos recursos, empeñada en no desaparecer, pero que en momentos tocó fondo. Sin embargo, con altibajos y reveses, la asociación nunca dejó de crecer y expandir sus esfuerzos. Con una presencia firme y sólida, MCYTV consiguió una visibilidad nunca antes lograda por las cineastas mexicanas, aunque a veces no apreciemos en su justa dimensión, lo que esto significa. Hoy, a 10 años de su creación, MCYTV se mira en retrospectiva y es mucho lo que debemos agradecerle, reconocerle y aplaudirle. Vale la pena preguntarnos de nuevo, ¿cuál es la situación de las mujeres en la industria cinematográfica mexicana?
Cruz como Vicepresidenta, Carolina Rivera como Secretaria y Andrea Gentil como Tesorera. Se crearon cuatro comisiones encabezadas por Sara Hoch, de promoción y patrocinios; Magdalena Acosta, de Vinculación Internacional; Carmen Garza, de Filiación y Membrecías, y Jill Folk al frente de la Difusión. Como madrinas firmaron las muy queridas y afamadas Angélica Aragón, Diana Bracho, Brigitte Broch, Marcela Fernández Violante, Martha Aura, Cristina Pacheco y Bertha Navarro. La creación de MCYTV fue todo un acontecimiento para nuestro país. Recibimos muchas felicitaciones de otras asociaciones hermanas aunque no faltaron las criticas y burlas de compañeros cineastas que consideraron “innecesaria” una organización de esas características. Desde entonces, los principios de MCYTV–México son “apoyar y promover el desarrollo profesional y los logros de todas las mujeres que trabajan en las distintas áreas de la cinematografía y la televisión, el video, los multimedia y las disciplinas afines”. Como hace 10 años, nuestros objetivos como asociación siguen siendo “establecer una red de contactos entre mujeres que laboran en estos medios para fomentar el intercambio de ideas y promover la comunicación y el desarrollo profesional de las mismas”. Gracias a la energía y compromiso de todas las integrantes de la asociación, desde entonces, el debate de género penetró en muchos de los foros y medios de comunicación nacionales. Poco a poco, en los eventos cinematográficos se abrieron los espacios para la participación de alguna de nosotras. Las conferencias, las pláticas, el intercambio de ideas con perspectiva de género se volvieron insoslayables, imperantes y visibles. Se dice fácil, pero al cabo de los años, empezamos a dejar de ser invisibles. Fue entonces cuando la comunidad cinematográfica
A ese puñado de pioneras se han sumado docenas de jóvenes cineastas cuya mirada llena de frescura, renueva las producciones contemporáneas y la manera
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Manuel Esper贸n
Ernesto G贸mez Cruz recibe la Medalla de Plata de la Filmoteca de la UNAM.
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tienen algo que decir, sino que la incorporación de más voces femeninas en todos los renglones de la profesión audiovisual es contundente. Cada vez más hombres están interesados en la producción femenina, misma que el público busca en las carteleras. Con mayor frecuencia los equipos están encabezados por directoras y la discusión de género ha alcanzado perspectivas contemporáneas. Las nuevas generaciones de cineastas miran con naturalidad que existan muestras de cine de mujeres, que haya premios para las mejores directoras, que en los jurados y certámenes participen siempre integrantes femeninas, que las instituciones encargadas de la producción audiovisual sean encabezadas por mujeres, que en las nominaciones a los Arieles haya un buen número de mujeres compitiendo en todas las ramas. ¡Qué bueno! Eso es señal de que la misión de MCYTV se cumple imperceptible, pero cotidianamente. Estoy cierta de que nuestra sociedad es diferente a la de aquel desayuno que vio nacer a la Asociación. En la lucha por la igualdad y la equidad, falta mucho por ganar. Los grandes cambios en las mentalidades no siempre se reflejan de manera evidente, o no se alcanzan a valorar por más presentes que estén a través de diversas manifestaciones. Por ello, en las fechas emblemáticas, vale la pena detenernos y hacer balance de logros y fracasos, de sueños incumplidos, pero también de anhelos que hoy se han vuelto realidad visible. La red de mujeres creada por MCYTV, gracias a sus permanentes directorios y bases de datos, son un testimonio invaluable de los nombres que han aportado y aportan su granito de arena para construir una sólida montaña con rostros de mujeres. Estoy segura que todas las que emprendimos la aventura de crear esta asociación, y aquellas que continúan con la batalla diaria, nos sentimos profundamente orgullosas de ser parte de esa organización a favor de las mujeres. Por ello, celebremos a las Mujeres en el Cine y la Televisión de México. ¡Es tiempo de festejar!
de trabajar de las mujeres. Las más experimentadas, continuamos trabajando a favor de los espacios femeninos y nos sentimos halagadas de compartir escenarios con grandes cineastas nacionales y del mundo, que están atentas a las directoras mexicanas. La presea Musa, escultura diseñada por Elena Somonte, se entrega dos veces al año, en los Festivales Internacionales de Guanajuato y Morelia, a mujeres destacadas por su trayectoria y por sus realizaciones fílmicas. Se trata de un premio digno de las mejores representantes y de las mejores películas. Un reconocimiento cotizado y prestigiado por propias y extranjeras. La actividad de las MCYTV se ha dejado sentir en diversos estados de la Republica como Jalisco, Colima, Chihuahua y Michoacán. Muchos de los colegas de la comunidad cinematográfica, ya no se burlan de los esfuerzos de las mujeres, por el contrario, comparten su solidaridad y acompañan con entusiasmo los logros. Cuando no hay mujeres en algún foro, son los primeros en señalar, ¿qué pasó?, ¿dónde andan las mujeres? Son infinitas las anécdotas y experiencias que todas las involucradas podríamos contar. Hace falta que realicemos una investigación seria sobre los cambios logrados a 10 años de haberse fundado la asociación, tarea que seguramente alguien llevará a cabo en su oportunidad. Desde luego que no es momento de cantar victoria, muchas puertas aún permanecen cerradas para aquellas mujeres que desean emprender proyectos de gran envergadura. La discriminación y los prejuicios no se han acabado. Lo que sí es una realidad tan evidente que no puede dejar de reconocerse, es que desde aquel desayuno en Guanajuato, un sin fin de cosas han cambiado en la industria fílmica nacional. No sólo la cinematografía mexicana, con tropiezos y descalabros, continúa adelante produciendo cada vez más y mejores películas, bajo la dirección de hombres y mujeres que
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Ana Cruz Ha escrito los libros Testigos de Nuestro tiempo, (FCE, 2000), Bertha Navarro, cineasta sin fronteras (Universidad de Guadalajara, 2008) y Antes de la película. Conversaciones alrededor de la escritura cinematográfica (CONACULTA-IMCINE, 2012)
Guionista, productora y directora de cine y televisión con más de 30 años de experiencia. Es egresada de la Licenciada en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Iberoamericana. Estudió cine en la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles, y Dirección de Televisión y Documental, en la BBC de Londres.
Dirigió el documental Mujeres de la Revolución Mexicana, película que ha participado en diversos festivales de cine, entre ellos el Festival Internacional de cine de Guanajuato (GIFF) y el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). Actualmente, dirige la casa productora Arte y Cultura en Movimiento S.A de C.V
Ha ocupado diversos puestos en el Instituto Mexicano de Televisión, Canal Once, Canal 22, el Instituto Mexicano de la Radio y la Cineteca Nacional. De 2002 al 2006 fue vicepresidenta y presidenta fundadora de la Asociación civil Mujeres en el cine y la televisión de México, A.C. y miembro activa hasta la fecha.
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Felipe Cazals y Diana Bracho.
Jurado Final 2005.
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15 años de experiencias ...en corto En el 2004 se armó el 1er Internacional Pitching Market y fue muy interesante ser testigo de la presentación de proyectos que después se convirtieron en realidad. Ese día reconfirmé el respeto a las ideas y los sueños de los cineastas, pues nunca se sabe cuando se volverán reales .
Silvestre López Portillo Villegas Platicar sobre el Festival Internacional de Cine Guanajuato (antes conocido como Expresión en Corto) sin la compañía de los amigos y el cobijo de unos tragos es complicado. Son más de 10 años de asistir al Festival y cualquier recuerdo que ponga en estas líneas seguramente estará acompañado de otros que no vienen a mi memoria, o por decencia no pondría. Parte de mi carrera como crítico de cine ha ido de la mano del Festival. Fue en la edición de 2001 cuando, por primera vez y sin complicaciones, obtuve mi acreditación de prensa. En ese entonces, trabajaba en un programa semanal de radio que se transmitía por a.m.; no obstante, me trataron muy bien y tuve acceso a todos los eventos. Cosa extraña cuando trabajas en la Amplitud Modulada. Me hospedé en un hotel muy chico de cuyo nombre no quiero acordarme, pero que apodamos el “four seasons” porque en la habitación sentías, en el transcurso del día, todas las estaciones del año (terribles lluvias inundaron mi maleta). Recuerdo la primera vez que fui al túnel a ver cortometrajes y sentí la libertad de expresión y la tolerancia que tenían los participantes, pues abundaban los géneros y los puntos de vista. A medianoche me dirigí, como muchos otros, a la maravillosa experiencia de ver cine en el panteón y de ahí, obviamente, vinieron las fiestas. Me conmovió mucho asistir a la primera reunión de Las mujeres en el cine y la TV. Dicho evento es de los que no hay que perderse ya que te hacen recordar lo maravilloso que es el cine y el gran trabajo de las mujeres, tanto frente como detrás de las cámaras. Escuchar a Angélica Aragón, Bridgitte Broch, Carmen Montejo, Silvia Pinal, Amparito Arozamena, Lilia Prado,
Ana Ofelia Murguía, Ofelia Medina, María Elena Velasco (mejor conocida como “La India María”), Adriana Barraza, Carmen Aristegui e Isela Vega te llena el alma de experiencia y total admiración. Los Festivales te dan la oportunidad de conocer personas diferentes, interesantes y hacer amigos. Aquel año un grupo de 8 personas hicimos lo que denominados “El Grupo Guanajuato”, el cual se junto en diferentes casas, cada 2 meses, durante los siguientes 2 años, para recordar, convivir y añorar. Otras dos personas que entraron a mi vida ese 2001, y no se han salido nunca fueron Sarah Hoch y Ernesto Herrera. Recuerdo presentarme con ellos en la explanada del auditorio y recibir desde el primer momento sólo cariño de su parte. Todo lo que pueda agregar de esa “mi primera vez” en el Festival no se compara con algunas lágrimas de emoción que me salieron en la clausura, cuando uno por uno, al escuchar su nombre, los involucrados en la organización subieron al escenario para presentarse, mostrar la fuerza de un equipo unido y despedirse con una sonrisa (confieso que cada año siento la misma emoción). Hubo una edición en la que, a días de concluir el
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Primer International Pitching Market en LatinoamĂŠrica.
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Felipe Cazals, Marga López, Miguel Zacarías, Rafael Inclán, Irving Kershner, Julio Alemán, Diana Bracho, Patricia Reyes Espíndola, Josefina Echanove, Joaquín Cordero, Spike Lee, Jorge Fons, Meche Carreño, Pedro Armendáriz Jr., Manuel Ojeda, Alejandro González Iñárritu, Eliseo Subiela, Mario Almada, Bong Joon Ho y Paul Schrader. Ver bailar danzón a María Rojo es algo que no se olvida. Tampoco la oportunidad de estar comiendo y charlando sobre la muerte del cine con el irreverente veterano Peter Greenaway. Recuerdo cuando asistió Oliver Stone. No puede entrevistarlo, pero asistí a una master class para prensa, en donde pude saludarlo y charlar brevemente con él. Tim Burton ha sido el top. La ciudad se convirtió en el set de una de sus películas, la conferencia que dio estuvo repleta de jóvenes que le regalaban cosas, quienes no podían creer que ese artista “loco” estuviera conversando con ellos. Estuve frente a él un par de ocasiones. La primera fue en una entrevista, en la que me sentí más nervioso que nunca, no sólo por la experiencia en sí, sino porque Sarah Hoch estuvo presente todo el tiempo, y no es lo mismo cagarla sólo que frente a la directora del Festival, ¿no? La segunda vez me lo encontré en la calle a media mañana. Yo iba caminando cuando me crucé con un hombre alto, vestido de negro, quien ocultaba su rostro debajo de una máscara de luchador en lo que visitaba diversos changarros. Sorpresa cuando se la quita y trata de comprar algo en la tienda donde yo había ido a buscar cigarros. Se rió de mi cara de sorpresa, me saludó y se fue. Ese gesto ameritó un cigarrillo y una sonrisa. Irse de juerga con Gaspar Noé es inolvidable. Un joven director amante del baile y la noche como del cine. Con él comprobé, de nuevo, lo fácil que es encontrarse en las calles y convivir con los invitados del Festival. Esa noche, como es tradición, estaba en “La dama de las
Festival, yo y tres amigos nos pusimos de acuerdo y llevamos a nuestras esposas embarazadas, todas de su primer hijo. No puedo describir lo complicado que es, para cuatro mujeres con más de 6 meses de embarazo, caminar por las calles de Guanajuato. Hoy nuestros hijos e hijas tienen 8 años y desde que tienen uso de razón saben del Festival. En el 2004, se armó el 1er. International Pitching Market y fue muy interesante ser testigo de la presentación de proyectos que después se convirtieron en realidades. Un día en una de las fiestas en un lugar llamado Guanajuato Grill, acompañaba en la mesa a diversos distribuidores quienes hablaban de sus experiencias en el mercado y de los proyectos que, hasta el momento, habían visto. Al calor de los tragos, la charla derivó en un proyecto que había dejado impactado a todos -no sé si lo vieron en el pitching o cada uno por separado-, pero un cineasta había afirmado que en su película ¡iba a aparecer U2! Imagínense las risas y brindis de incredulidad de todos. Tal fue mi sorpresa cuando, años más tarde, aparece en cartelera 7 días, de Fernando Kalife. Ese día, reconfirme el respeto a las ideas y sueños de los cineastas, pues nunca se sabe cuando se volverán reales. Posteriormente, acudí al Festival como prensa y como Industria. Asistí al pitching como parte del equipo de una distribuidora. La experiencia y el aprendizaje es enorme cuando ocupas el lugar del que se supone tiene recursos para apoyar una cinta. Conocí proyectos y sueños, charlé con muchos jóvenes y volví a sentir lo difícil que es hacer cine en este país. En cuanto a los homenajes, todos han sido muy emotivos e intensos. El Festival me ha dado la oportunidad de poder atestiguar experiencias, escuchar discursos y tener momentos increíbles de convivencia con varios de los homenajeados. Personalidades como Alonso Echánove, Ignacio López Tarso, Manuel Esperón, Ernesto Gómez Cruz,
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camelias”; nos encontramos, saludamos, y después de que me invitara unos tragos, charlamos de cine sólo unos minutos porque ya eran las 6 de la mañana. He visto muchos cortometrajes en el Festival, pero nada supera la experiencia que tuve con Medianeras en el 2005. Recuerdo esa sensación de pasión por el cine cuando te topas con una historia honesta, entretenida, que te hace reír y llorar, y no quieres que acabe. Al año siguiente su director, Gustavo Taretto, asistió al Festival como jurado. Un grupo de personas íbamos caminando rumbo a un antro y cuando supe que él estaba entre nosotros, en plena caminata lo abracé como quien abraza a un amigo que te ha dado tanto. Le agradecí y felicité por su cortometraje. En otra ocasión, coincidimos en una fiesta, en donde, entre amigos, tragos y cigarros, las horas se nos escurrieron como agua entre las manos: a las 7 de mañana nos fuimos a desayunar. El año pasado estrenó en el Festival su primer largometraje presentado con el mismo nombre de su corto, el cual guardo entre mis películas favoritas. Otra silla que ocupé en el Festival fue la de conferencista. Al lado de colegas y amigos a los que admiro profundamente, charlé sobre “La libertad” en la crítica de cine. También recuerdo el impacto, cuestionamientos y análisis de los jóvenes en la mesa que moderé con los integrantes de la película Miss Bala. Las ediciones de 2003, 2004 y 2005 destacaron por la experiencia del Rally Malayerba. 11 Qué gran idea juntar jóvenes con gente talentosa y experimentada. Lo que resultaba en mucho aprendizaje para ambas partes, aunque también mucho esfuerzo, pues las filmaciones se hacían bajo el sol, la lluvia y noches interminables de edición. El día de la exhibición de los cortos era de los más emocionantes , pues el auditorio, comunmente, estaba a reventar. Nunca se olvidan esas vibras. En el 2009 llegó otra gran idea: el Rally Universitario. Tuve la oportunidad de ser jurado ese primer año,
Damian Alcázar
Roberto Sosa
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pasar al gimnasio. Como dije en un inicio, con Sarah y Ernesto, a lo largo de más de 10 años, me ha tocado vivir cosas y momentos muy gratos. He sido testigo de la labor y el incansable trabajo que hacen por el Festival en otros lados, como en Cannes. Puedo decirles que Ernesto es un gran fotógrafo y aunque no es el mejor chofer (we always have St. Tropez), si es el de mejor charla y gran humor. Sarah es una mujer de huevos, sensible y también muy divertida. No tengo palabras para agradecerles las charlas de cine, las funciones de gala en Cannes, los tragos, los bailes, las crudas, los hoteles, las risas y los enojos durante éstos 10 años. Todo lo que han apoyado mi carrera y sobre todo lo que me han enseñado como pareja. No me queda más que felicitar y agradecer a todos los que por 15 años han trabajado para regalarnos grandes eventos, experiencias, noches de charlas y tragos, homenajes, emociones, convivencia, buen trato, respeto, y la oportunidad de crecimiento. A todos los colaboradores y organizadores que nos han hecho sentir en casa, muchas gracias porque sin ustedes este Festival no sería lo que es. Un fuerte abrazo, cariño y más cine, ¡por favor!
acompañando a Arcelia Ramirez y Walter Navas. Otra vez las ideas, los jóvenes, la combinación de experiencia con novatez. Confieso que esa tarde de deliberación con mis compañeros fue deliciosa, pues transcurrió entre discusiones y cortometrajes. Después el Festival cambió su nombre y con ello amplió su oferta de largometrajes. ¡Ah!, que eternas discusiones suscitaron los cambios. Creo que aún es temprano para ver los resultados, sé que muchos nostálgicos nos referiremos al Festival como “Expresión en Corto” por los años que llevamos asistiendo; no obstante, va a ser muy grato atestiguar lo que estos cambios provoquen. Como los caballeros no tienen memoria, olvidé el año que el Festival nos sorprendió con una “nueva directora general”. Con el debido respeto, debo expresar mi impacto al ver a una mujer rubia, delgada, que arrebataba las miradas de todos los asistentes, sorprendidos, igual que yo. Había una nueva Sarah y vaya que pudo haber estado de invitado quien sea, ese año ella fue la más aplaudida. Puedo decir que me tocó ver a varios que esos días cambiaron las enchiladas mineras por ensaladas. Al poco tiempo después Ernesto quedo igual y de las ensaladas tuvieron muchos que
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Arcelia RamĂrez y Silvia Pinal.
Martha Higareda y Armando HernĂĄndez.
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Silvestre López Portillo Crítico de cine (Ciudad de México, 1971). Es egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad de las Américas de Puebla. Estudió un posgrado en Análisis y Crítica Cinematográfica en la Universidad Anáhuac Actualmente es conductor de tres programas que se transmiten por el canal Proyecto 40: Filmoteca 40, La vida es cine y Fusión salvaje. Publica crítica de cine en la revista Rolling Stone y en el diario Basta!. Es director de Programación de la distribuidora Cienfilms y docente en el Instituto RusoMexicano Serguei Eisenstein de Cinematografía, donde imparte los cursos de Historia del Cine y Géneros Cinematográficos. A lo largo de su carrera ha cubierto en 14 ocasiones ininterrumpidas los Premios Óscar. También ha estado acudido al Festival de Cannes, el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF), el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) y el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). Ha sido jurado, moderador y conferencista en diferentes eventos cinematográficos del país, entre ellos el Festival Internacional de Cine de Puebla, la Semana Internacional de Cine de la Ciudad de México y el Cuarto Foro de Expresión Xel-Ha.
Foto: Jesús Herrera
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Irma Dorantes
Julieta Venegas en concierto.
Julio Bracho
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Un festival, dos ciudades, todas las voces Creo que el GIFF, a sus 15 años de fundación, es una voz, un vehículo y un espacio de valor excepcional para aquellos que amamos el cine y que, desde nuestras respectivas trincheras, creemos en él como una herramienta para el cambio, la evolución y el despertar de las conciencias .
Lucero Solórzano Zinser Son numerosos los festivales de cine que se celebran a lo largo y ancho del país, durante todo el año, aunque sólo uno se ha posicionado como referente del pulso joven de la creación cinematográfica en México: el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF). Hoy, a 15 años de su fundación, se perfila como un evento imprescindible con resonancia nacional e internacional. Sarah Hoch, fundadora y directora, ha tenido la sensibilidad -y lo que ella bien puede llamar timingpara ir subiendo escalones sin sacrificar calidad, credibilidad y, sobre todo, la vocación original del evento: convertirse en una plataforma para los nuevos realizadores. Modernizarse y crecer, sin traicionar sus metas originales, han sido objetivos claros dentro de la evolución del GIFF. Los jóvenes son el sistema cardiovascular del GIFF. Desde las primeras ediciones, cuando el Festival se llamaba Expresión en Corto, la ciudad de Guanajuato se convertía en un hervidero de chavos y chavas, estudiantes o no, quienes por unos días se apoderaban de las sedes y puntos de mayor actividad. Unos, envueltos en largos vestidos, con largos o cortísimos cabellos pintados de azul o verde, luciendo tatuajes y piercings; otros, con el look intelectual, propio de cineastas e investigadores de cine: jeans, sacos de pana con parches en los codos, tenis. ¿Qué visión tengo de GIFF? La misma que tengo desde la primera vez que acudí y que me entusiasma tanto: no se parece a otros festivales, los jóvenes lo llenan de frescura, lo bombardean de preguntas, de rebeldía, lo hacen un evento con vida propia. Imposible no mencionar a otros de los festivales más importantes del país, como Morelia o Guadalajara, que con todo y su influencia, popularidad, además de la
innegable presencia de los jóvenes en las proyecciones, no tienen el atractivo de GIFF, donde los muchachos pueden hacer oír su voz, sus dudas, tristezas, alegrías, preguntas y hasta sus reclamos a través de una cámara de cine. Aunque no he presenciado las 15 ediciones del GIFF, si lo he vivido en sus dos sedes: San Miguel de Allende y Guanajuato. Creo que la atmósfera que ambas ciudades le dan al Festival determina su originalidad y riqueza. Dichas ciudades, mezcladas con la inquietud, apertura y creatividad de los jóvenes, crean el espacio perfecto para el desarrollo del Rally Universitario, la función en los panteones y el ciclo de cine gay. Es muy importante que los festivales de cine “se puedan caminar” y la sede del GIFF lo hacen el “cerco” ideal para cualquier clase de público: hombres, mujeres, abuelos, parejas, adolescentes y hasta familias con niños pequeños, quienes entran libremente a cualquier conferencia, miran asombrados una serie de cortometrajes y se mantienen en el filo de la butaca ante las impactantes imágenes de un documental. Al mismo tiempo, en la plaza, una orquesta toca la música de West Side Story o Mario Almada se retrata con los
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Oliver Stone
Foto: Paulo Vidales
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fans y reparte autógrafos. Todo puede pasar en el GIFF. Me parece acertada la apertura del Festival a la cada vez mayor presencia de figuras nacionales e internacionales que le dan al evento un efecto glamour, para algunos un poco chocante; para mí, útil y necesario. La palabra cine está asociada con estrellas, actores guapos, mujeres bellas, grandes directores y la presencia de ellos en las alfombras de cualquier color son un gancho más para atraer al público. Por las características de las ciudades sede, Guanajuato y San Miguel de Allende, dudo que el Festival se convierta en un elefante blanco y se le vaya de las manos a sus organizadores, pues, en este tipo de eventos, a mayor crecimiento menos control. Espero que no suceda. Por todo esto, creo que el GIFF, a 15 años de su fundación, ya no es una promesa, sino toda una realidad. Es una voz, un vehículo y un espacio de valor excepcional para aquellos que amamos el cine y que, desde nuestras respectivas trincheras, creemos en él como una herramienta para el cambio, la evolución y el despertar de las conciencias.
Lucero Solórzano Zinser Nació en la Ciudad de México. Es egresada de la Licenciatura en Comunicación de la Universidad Iberoamericana. Inicialmente se desarrolló en el terreno de la publicidad colaborando con el caricaturista político Abel Quezada. Tiene estudios en apreciación cinematográfica, redacción y guionismo. Desde hace 12 años, colabora, como crítica y comentarista cinematográfica, en el programa radiofónico Qué tal, Fernanda, conducido por Fernanda Familiar, en la estación Imagen 90.5 FM. Publicó artículos, durante 3 años, en la revista Cine Premiere. Ha cubierto numerosos festivales de cine: Cannes, San Sebastián, Morelia, Monterrey, Chihuahua, Guanajuato, Guadalajara y D.F. Y en algunos de ellos ha cubierto estrenos, alfombras rojas, conferencias, mesas redondas y entrevistas. Escribe desde el 2006 la columna 30-30 en el periódico Excélsior. Colabora en portales de internet. Condujo Galería, revista cultural que se transmitió por Once TV México, y las cápsulas cinematográficas Cinescenas. Actualmente trabaja en la producción de un nuevo programa para Imagen 90.5 FM.
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Diana Bracho
María Rojo
Rafaél Inclán
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Elegía del corto Más allá de la ausencia de un mercado claro y del desinterés general del que sufren los cortos, sus posibilidades expresivas son inagotables y específicas; existen sensaciones, atmósferas, personajes, revelaciones, que sólo son posibles a través de este formato, capaz de una continuidad reservada a ellos únicamente .
Gabriel Hörner La duración de una película ha sido, a lo largo de la historia del cine, un asunto más o menos arbitrario. En los primeros treinta años de producción fílmica la duración comercial se fijó entre hora y media y dos horas en función de la disponibilidad y resistencia del espectador, así como en la conveniencia de los exhibidores para organizar programas más redituables (poder exhibir una película y los noticieros y avances que la acompañaban cuatro o más veces por día). Esta convención ha sido fuente de buena parte del martirologio a que se ha sometido a no pocos grandes creadores fílmicos. Quizás el ejemplo más trágico sea el de Avaricia (Greed, 1924), de Eric von Stroheim, reducida de sus diez horas de duración a sólo dos. Según contaba von Stroheim, únicamente doce personas vieron esta obra maestra en su integridad. En épocas más recientes tenemos el caso de Hasta el fin del mundo (Bis ans Ende der Welt, 1991), película que su director Wim Wenders quería estrenar con veinte horas de duración. Los productores lo obligaron a cortarla a tres horas. Actualmente se consiguen ediciones, aprobadas por el director, que duran poco más de cinco horas. Stroheim no tuvo esa suerte, las ocho horas mutiladas de Avaricia se perdieron para siempre (el ‘excedente’ del negativo fue quemado para recuperar “43 centavos de plata”). El complejo aparato económico e industrial del cine dificulta la producción y, sobre todo, la exhibición de obras de duración desmesurada. Las demás artes narrativas no conocen estas limitaciones. La literatura puede, si quiere, hacer factible una pieza completa en dos líneas (la famosa microficción de Monterroso: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí”) o en diez (o más) volúmenes (En busca del tiempo perdido de Marcel Proust). Incluso la narrativa escénica,
como el teatro y la ópera, es mucho más flexible en duración, aunque más restringida en cuanto al público al que se dirige. (The Life and Times of Joseph Stalin, ópera de Robert Wilson estrenada en 1973, duraba 13 horas y 25 minutos; la representación completa del Fausto de Goethe realizada por Peter Stein para la Feria de Hannover de 2000, 22 horas). Esto no ha evitado, por supuesto, que grandes creadores hayan hecho viables proyectos desmedidos para la pantalla. Recientemente, las siete preciosas horas de Sátántangó (1994, Bela Tarr) o las densas nueve horas y media de Noticias de la Antigüedad Ideológica – Marx/Eisenstein/El Capital (Nachrichten aus der ideologischen Antike - Marx/Eisenstein/Das Kapital, 2008, Alexander Kluge) que es una adaptación de El Capital de Karl Marx según el proyecto de Serguei Mijailovitch Eisenstein. La televisión de paga hizo posible en años recientes la posibilidad de proyectos narrativos de largo alcance y enormes ambiciones fílmicas y nos ha legado verdaderas joyas como Los Soprano (David Chase, 1999-2007, 72 horas, ap.) o The Wire (David Simon, 2002-2008, 57 horas, ap.) Aunque las series de televisión no estén pensadas para verse de corrido, en las mejores de ellas su coherencia
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Marga López
Miguel Zacarías
Homenaje a Rafaél Inclán.
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cuenta de que los únicos novelistas que realmente admiraba eran Stevenson y Conrad. “Las muchas páginas, en general, -dijo en una ocasión- son promesa de tedio o de mera rutina”. Como quiera habría que recordar que el largometraje se parece más al cuento o a la novela corta. Como resultado de esta tarea anual de calificar los trabajos sometidos a consideración al festival, mi adicción se vio agravada por la inclinación a estas micro-dosis de sustancia adictiva (eso sí, en cantidades industriales, cada año hay que ver de 200 a 500 cortos de ficción). Tuve que reconocer lo obvio: más allá de la ausencia de un mercado claro y del desinterés general del que sufren los cortos, sus posibilidades expresivas son inagotables y específicas; existen sensaciones, atmósferas, personajes, revelaciones, que sólo son posibles a través de este formato, capaz de una contundencia reservada a ellos únicamente. Los cortometrajes de ficción que más me gustan –y que raras veces son los premiados- son los que, más que narrar, sugieren una historia que debe ser completada por el espectador en direcciones indeterminadas. La resonancia de este tipo de cortos es mucho mayor que la de aquéllos que comprimen en su duración (aunque sea de manera brillante) la estructura convencional de tres actos. Me gusta pensar que ellos se sustraen a la queja que Roland Barthes expresaba sobre la ‘literalidad’ del cine: “Resistencia ante el cine: el significante mismo es siempre en él, por naturaleza, liso, sea cual fuere la retórica de los planos; es, sin remisión, un continuum de imágenes; la película (bien llamada: es una piel sin aberturas) sigue, como una cinta charlatana; imposibilidad estatuaria del fragmento, del haiku. Los imperativos de la representación (análogos a las rúbricas obligatorias de la lengua) obligan a recibirlo todo: de un hombre que camina por la nieve, aun antes de que signifique, todo me está dado; en la escritura, por el contrario, no se me obliga a ver cómo
narrativa y progresión dramática permiten largos banquetes para el ávido espectador gracias a sus ediciones caseras en DVD. Es ampliamente reconocido (con curiosas excepciones como la de David Bordwell) que en la actualidad los productos audiovisuales estadounidenses más innovadores, maduros e incisivos provienen de la televisión, más que del cine. Algunas de estas series han recuperado la vocación totalizadora de cierta narrativa de los siglos XIX y XX, que pretendía retratar a una sociedad o a un medio en su conjunto. De todas las adicciones que me afligen, la de la ficción es la que más tiempo, energía (y salud, posiblemente) me ha consumido en la vida. Siendo, como es, una exasperación de la necesidad de evasión, mi adicción se inclina por el largo aliento: mientras más vasto y complejo sea el mundo ficcional en el que hay que sumergirse, mayor placer y menores intromisiones de la deslucida vida cotidiana (en ella, escribe Botho Strauss, “todo se rige por una dieta sentimental pobre”). En igualdad de calidad, prefiero novelas largas que cortas o cuentos, series de televisión que largometrajes, largometrajes que mediometrajes, mediometrajes que cortos. Cuando hace once años Sara Hoch me invitó a participar como jurado de selección del Festival Expresión en Corto me sentí muy honrado y por supuesto acepté, pero lo primero que pensé fue que era por lo menos extravagante dedicar un festival a un formato tan impopular como el cortometraje, verdadero patito feo de la historia del cine. ¿Cuántos cortometrajes ‘clásicos’ reconoce ésta? Se cuentan con los dedos de una mano... ¿Cuántos cineastas han dedicado su carrera al cortometraje? Seguro hay muchos, pero sólo se me ocurre uno, Norman McLaren12. En la literatura, por el contrario, el canon celebra a numerosos escritores de textos cortos. Notoriamente, a Jorge Luis Borges. Borges desconfiaba de la novela y su prodigalidad. Leyendo el desmesurado “Borges” de Bioy Casares se da uno
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están hechas las uñas del héroe –pero si se le antoja, el Texto me dice, y con qué fuerza, lo largo de las uñas de Hölderlin.” Pero ahora todo está cambiando. El estatus del cortometraje es otro en la era del internet. Aún sin pretensión de obra o sin cumplir requisitos formales, ¿no son cortometrajes los ‘videos virales’, los productos audiovisuales más consumidos en la actualidad? La profusión de dispositivos tecnológicos para capturar la imagen y el sonido aunada a las características interactivas del internet, nos está llevando a posibilidades todavía difíciles de vislumbrar y que afectarán todos los aspectos del dispositivo cinematográfico: su producción, su distribución, su papel mismo en la vida de la gente. Jean-Luc Godard, el cineasta que mayor conciencia ha mostrado de los cambios en el discurso cinematográfico derivados del desarrollo tecnológico y la crisis general de la sociedad contemporánea, enfureció a los organizadores del Festival de Cannes en 2010 subiendo a YouTube la totalidad del metraje (a una velocidad que reducía sus 102 minutos a 1 minuto 14 segundos) de su Filme Socialisme un día antes del estreno en el festival. Godard explicó que la capacidad de concentración de los jóvenes de nuestros días no daba para más. Acaso hemos llegado a la era preconizada por Alexander Astruc en su famoso manifiesto de 1948, la de la caméra-stylo, aquélla en la que el lenguaje cinematográfico sería “un medio de escritura tan flexible y tan sutil como el lenguaje escrito”. Extraño las primeras ediciones de Expresión en Corto, en las que me llegaban aquéllas enormes cajas llenas de videocasetes, en su mayoría de cortometrajes mexicanos de toda índole. Calificar para la selección era una labor de gambusino; había tanta basura mezclada con los metales nobles… Pero todos eran sintomáticos de algo, su conjunto reflejaba el ‘clima mental’ de una generación. A veces, sin ser exhibibles en modo alguno, eran tan personales que uno se sentía espiando a la gente,
Lumi Cavazos
Homenaje a Oliver Stone.
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viendo algo que ni debía ni quería hacerse público. Fue el primer atisbo que tuve de la transformación del valor y el concepto de privacidad que más tarde exacerbaron las redes sociales en internet. De unos años para acá, y para decepción de estas tendencias voyeristas y masoquistas de espectadores como yo, hay un filtro que hace llegar a los jurados sólo aquello que es ‘exhibible’ en términos técnicos. El consuelo es que la calidad y variedad del grueso del material mejora año con año gracias, sobre todo, al trabajo de la encargada de programación del festival, Nina Rodríguez. El material sometido a selección proviene de virtualmente todos los puntos del orbe y esto hace que en cada edición los jurados podamos contemplar un panorama privilegiado del acontecer mundial o, mejor aún, de aquello que más nos importa de éste: cómo ha transformado la condición humana, qué verdades profundas ha revelado, en dónde ha situado a la belleza, al horror, a la ternura, al desamparo. Expresión en Corto fue el primer festival en México que aceptó películas filmadas en video y este simple hecho hizo que la riqueza de su oferta fuera única y un importante aliciente para las vocaciones de muchos jóvenes cineastas que no contaban con los medios para filmar en acetato. Es bien sabido también que este festival fue el factor fundamental para la aparición del ‘boom’ del cortometraje en el cine mexicano que tanta presencia nos ha dado en los festivales del mundo. Por primera vez, los cineastas contaron con un escaparate para la exhibición y promoción de sus propuestas ante una joven audiencia nutrida y entusiasta. Ahora que ha ampliado su espectro sigue conservando esta vocación entrañable: constituir el espacio, la plataforma para ese primer encuentro del creador con su público. Celebro los quince años del GIFF y toda la dicha que me ha proporcionado el cumplimiento de su promesa primera: ¡más cine por favor!, del metraje que sea.
Gabriel Hörner Oriundo de León, Guanajuato, estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Iberoamericana. Desde 1984 ha organizado cine clubs en diferentes formatos en las ciudades de León y Querétaro. De 1989 a 1991 impartió las materias de Cine en las carreras de Comunicación de la Universidad Iberoamericana, ITESM y la UBAC en León. De 1991 a 1993 trabajó para la Filarmónica del Bajío como encargado de promoción. De 1993 a 1995 trabajó como administrador y encargado de difusión del Centro INAH Querétaro y Museo Regional. Desde 1998 es director del Museo de la Ciudad de Querétaro.
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Conferencia magistral Oliver Stone.
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Amor a primera vista El festival del Bajío mexicano, además de su trazo conceptual y de la confirmación de su agenda de actividades, ha sido especialmente destacado por su cuidado, inventiva y preciosismo de la imagen corporativa regada por anuncios, logotipos, tipografías, ediciones, cineminutos, y sobre todo, en esas imágenes anuales que nos hacen volar la imaginación .
Sergio Raúl López Un demonio rojo, de cabellos sueltos al aire formado en picos y puntas, como profetizando la moda post-punk, rematados por un par de orejas picudas, mira con el frenesí de sus ojos grandes, diríase que sin párpados, su casi imposible triunfo. Sus fuertes hombros redondos, brazos musculosos y pectorales fuertes, ayudados por el aleteo de un par de membranas alargadas a la espalda –típicas de los quirópteros–, empujan impetuosos una vara recta y larga –tan larga que sus extremos abandonan la escena, el campo del cuadro para emplear términos de la gramática fílmica–, con la que derrota, o al menos somete, a un arcángel de piel blanca y mejillas sonrosadas, cuyos brazos pálidos y escuálidos apenas atinan a sostener la lanza, vasto o caña que le arremete, y ofrecer alguna resistencia; ya con las albas alas emplumadas, abiertas pero vencidas; con los cabellos despeinados en los extremos y los ojos semi cerrados ante la inminente derrota –podríamos imaginarlos incluso llorosos–, en una batalla en la que pareciera imponerse el fuego sulfuroso en el aire que rodea al diablo alado e irse enfriando, helando, conforme miramos la parte inferior, hacia la que se abisma San Miguel Arcángel. Si bien otra interpretación es posible.
se hallan trenzados no sólo en el combate, sino que parecieran unirse en el bajo vientre como una criatura de dos cabezas, conectada por el torso, metáfora indudable del bien y del mal, del positivo y el negativo, del antes y el después, del masculino y el femenino – femenina, insistirán los políticamente correctos pero desinformadamente antigramaticales–, en fin, de los opuestos que se complementan. Tal es un concepto más taoísta que católico virreinal. Sobre todo porque la versión se ofrecía en dos variantes. En la primera de ellas, la descrita en líneas arriba, a la mitad del cuadro aparece un letrero en el que puede leerse: “7 Festival Internacional de Cine. Expresión en Corto”, cuyas letras han sido ordenadas de manera tal que, al leerlas al modo occidental, el demonio preside el cartel. Pero existe una segunda que, a cambio, ofrecía justo el mismo orden, tipografía y contenido, sólo que ahora la parte superior de la imagen, respecto a la lectura, corresponde a San Miguel Arcángel. Y en esta alternativa ahora pareciera que la celestial criatura fuera la que somete y no la sometida; la triunfal y no la funesta; la vital y no la fúnebre.
Ya que la tela bombacha, parecida a una braga, de tonos verde oscuros con bordados de oro que cubre las impudicias de la bermeja criatura infernal –si bien podemos mirarle una cola vuelta arriba, rematada con un pico– o sus extremidades inferiores, ya que éstas se confunden con la capa heroica, rojo claro y brillante, que rodea al ser celestial, cuyo torso está píamente cubierto –como corresponde a la confesión religiosa que defiende– con un jubón cuyas escamas de un verde brilloso y rematadas en dorado, de poco le sirven ante la embestida luciferina. El caso es que ambos seres
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Inauguraci贸n octavo Festival Expresi贸n en Corto.
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1911), y el par de criaturas reseñadas que aparecen en la lámina ejecutada por este “aficionado pintor”, no se hallan unidas en el bajo vientre sino que Satanás aparece claramente a los pies del jefe de los ejércitos de dios, sometido y victimado, con el peculiar arte pictórico de este “indio de este pueblo de Purísima del Rincón”. Pero fue sagazmente intervenido por los oficios digitales del despacho Zona Gráfica, de San Miguel de Allende, para servir como cartel en la edición de ese 2004 del Festival Internacional de Cine, preservando ciertamente ese aire del barroco mexicano pero, al mismo tiempo, mostrando una inobjetable contemporaneidad, no sólo por la simbiosis de personajes ni por colocar en lo alto a la criatura roja, sino por la tipografía carcomida, creada ex profeso, con la que aparece el nombre en minúsculas “expresión en corto”, con la preposición “en” vertical y en escuadra, al tamaño del resto de las letras horizontales.
Y entonces, incluso el relato mismo se invierte absolutamente, espejea e intercambia los roles de sus protagonistas: un arcángel de cabellos al aire, partidos a la mitad y sostenidos elegantemente por una diadema rematada en cruz, lacios y castaños, que sólo se despeinan en los extremos; quien mira fijamente y con concentración absoluta, con los párpados semi cerrados y la mirada fija, atenta, en el extremo de una lanza delgada pero firme, larga y dura, con la que empuja hacia abajo –oprime y arroja hacia el infierno, diría yo–, casi con precisión quirúrgica y fría superioridad divina, a un demonio cuyo pelos erizados y ojos grandes, de mirada frenética, asustada, desesperada, se acerca gradualmente a las infernales llamas vuelto de cabeza. Los dos brazos largos, gráciles, blanquecinos, del angelical guerrero muestran los músculos tensos, con una fuerza que visiblemente se impone, apoyados por dos gráciles alas abiertas al aire, de tonos blanquecinos, cuyo impulso ayuda en la batalla con determinación paradisiaca. Y aunque pareciera no esforzarse demasiado, las mejillas chapeteadas permiten entrever que algún esfuerzo invierte en su actuar, pese a representar el imperio divino, el poderío del dios de las cuatro consonantes cuyo nombre no ha de ser pronunciado. Permítaseme aquí la digresión: el cuello alargado y ligero, así como sus formas redondeadas debajo del jubón verde con bordados dorados, le muestran más como un personaje andrógino e incluso femenino, pese a que sobre la cabeza tenga una aureola dorada en la que está escrito: “S. Michael Archangel”. Asimismo, pudiera interpretarse como el imperio de la raza blanca sobre la bruna o berebere; el conquistador que se impone sobre el moro, zambo o lobo de piel enrojecida, tanto por la lucha como por la postura de cabeza en que está el sometido.
La imagen fue repetida en las libretas que conmemoraban esa séptima entrega del festejo fílmico, lo que las volvió objeto apetecible, codiciable –no pocas personas quisieron agenciarse la mía–, pero sobre todo generaron un rico y amplio imaginario que trascendía al mero hecho de las proyecciones fílmicas, los rally de cortometraje, las conferencias magistrales, las mesas redondas y las fiestas nocturnas. Porque el festival del Bajío mexicano, además de su trazo conceptual y de la conformación de su agenda de actividades, ha sido especialmente destacado por su cuidado, inventiva y preciosismo de la imagen corporativa regada por sus anuncios, logotipos, tipografías, ediciones, cineminutos y, sobre todo, en esas imágenes anuales que nos hacen volar la imaginación. Y que resulta una metáfora lo mismo de los alcances internacionales que consiguió el entrañable Expresión en Corto, tanto por la inteligente programación que daba preeminencia absoluta al cortometraje, tanto
Aunque, en realidad, la imagen original es un óleo del retratista guanajuatense Hermenegildo Bustos (1832-
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como por su conexión innegable con el público juvenil, que acude infaltable a la cita anual con su entusiasmo, sus ganas de mirar opciones de cultura audiovisual que no podrían consumir en otro sitio y sus ganas de aprender, de acercarse y de cultivarse en el ámbito cinematográfico tan a la mano. Pero también de lo pequeño, familiar y pujante que es el núcleo mismo del Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF), pues fuera de las épocas de su realización, se remite a un reducido grupo de entusiastas acuartelados en la localidad de San Miguel de Allende y que trabajan durante arduos meses para entregar este encuentro de tal relevancia y alcances. Porque ese cartel –definitivamente el que más encanto provocó en mí–, no es sino una muestra de los detalles con que el jefe del despacho de diseño, Ernesto Herrera –primero Director de Imagen y Promoción, y ahora Presidente de la Fundación Expresión en Corto A.C.– y la activa promotora Sarah Hoch –Directora Ejecutiva y fundadora del GIFF–, laboran junto a un pequeño equipo casi familiar, pues ante el alud de inscripciones, invitaciones, viajes, conferencistas, promociones, proyectos y recintos que han de coordinar, se dan el lujo de ofrecer esos pequeños, delicados detalles con que suelen recibir y sorprender a sus invitados. Memorable, claro está, que para abordar la censura, autocensura y la provocación como temas principales del festival ocurrido en 2005, hayan encontrado dónde mandar hacer unas plumas atómicas de un naranja subido, cuya parte superior mostraba a tres variantes de jovenzuelas sonrientes, rozagantes, ubérrimas, cuyos vestidos negros se les iban desprendiendo no bien volteábamos los bolígrafos. La acción gravitatoria jugueteaba para mostrárnoslas desnudas en un viejo y ya en desuso juguete erótico que mantuvo toda la semana con una sonrisa cómplice a los invitados, participantes y al público en general. Héctor Bonilla
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Pero ahí no paraba la cosa, pues los ojos de unas tijeras, casi seguramente de la mexicanísima marca Barrilito, aparecían entrelazadas en sus carteles para cumplir la doble función de formar un ocho con los arillos metálicos –ya que se trataba de la octava edición del Expresión en Corto–, pero también, de nuevo, para trazar una metáfora en torno al tema principal de esa edición –el referido “censura, autocensura, provocación”–, y cuyo óvalo interno ofrecía el efecto amplificador de una lupa. Casi daban ganas de tener esas tijeras inútiles para todo uso práctico, pero divertidas y encantadoras.
o las encuentra–, pero traducida al inglés, su lengua natal: “More cinema please!”, en un año dedicado al “Rompimiento” como tema principal. O la “X” metálica, grande, muy grande, respecto al resto de las letras que forman el título “eXpresión en corto”, para significar, claro, la décima edición del festival guanajuatense en 2007 y, detrás, un hombre de espaldas, de cabeza rapada y un tatuaje de tinta blanca –semejante a una cicatriz– entre los omóplatos, con la cruz de celuloide con los sprockets –las muescas características del filme– y el nombre del festival en relieve carnoso ya que el tema era, claro, la diversidad sexual.
A la vez, en la carátula del catálogo, siete cortes de troquel rectangulares permitían mirar igual número de fotogramas con momentos memorables de filmes mexicanos, censurados o prohibidos, desde Los olvidados (1950) de Luis Buñuel, hasta La Ley de Herodes (1999), de Luis “el perrito” Estrada, junto a La sombra del Caudillo (1960), de Julio Bracho; La Rosa Blanca (1953), de Emilio “Indio” Fernández; Tarahumara (1964), de Luis Alcoriza; La viuda negra (1977), de Arturo Ripstein, o Rojo amanecer (1989), de Jorge Fons. La lámina de transparencia en blanco y negro fue otro objeto propicio a la mutilación o, al menos, a la envidia ajena.
La lista de invenciones y de imágenes resulta prácticamente interminable. Y en Guanajuato podemos encontrarla a la entrada de los túneles que liberan el tránsito en la ciudad virreinal, lo mismo que colgadas de los postes de luz en las calles empedradas, en camisetas y tazas; en plumas y mochilas; proyectadas sobre los edificios de piedra inmóvil o en los árboles de los jardines. En aquel festival dedicado a la ecología y al reciclaje, con la frase “Dirección correcta”, aparecía la silueta blanca, garigoleada, de una silla de director –esas de lona que en los foros dan tanto glamour al realizador–, en un fondo azul, pero debajo de ella se extendían numerosas líneas blancas semejantes a raíces de dinámicas formas sobre un fondo verde; así de simple, pero no sólo aparecía en el catálogo oficial, sino también en un pequeño cilindro de cartón reciclado de tapas metálicas, en cuyo interior, además de la invitación a la presentación del festival, hallábamos un poco de tierra y alguna semilla –a mí me tocó la de una jacaranda–, artilugio en el que podría germinar un arbolito que luego sería trasplantado a la tierra y daba absoluta lógica a la temática de esa, su decimosegunda edición.
¿Qué invitado consuetudinario a los festivales fílmicos internacionales no volvió encantado a su país de origen agradecido de hallar novedades, imaginerías e inventivas varias, además, claro, de los banquetes, las degustaciones del mezcal de Jaral de Berrio y las noches entre túneles, panteones e históricas Alhóndigas? El catálogo de ocurrencias afortunadas continúa casi imparable: una cruz formada por un par de fotogramas cruzados –que luego sería fundida en metal para servir de premio o de reconocimiento– con la leyenda “Más cine (por favor)” y que la directora y fundadora del festival, la estadounidense Sarah Hoch, no duda en gritar a cada ocasión propicia –y créame que las hay
Realizar en Guanajuato cualquier actividad en 2010, así fuera cinematográfica, obligaba a conmemorar el
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Bicentenario de la Independencia de México, por tratarse de la cuna en la que inició el movimiento libertario y, bueno, la aparición de los primos de Tavira disfrazados: Marina ataviada como “La Corregidora” Josefa Ortiz de Domínguez, y José María como el general Ignacio Allende, con rostros realizando rictus entre guerreros, dramáticos y que, al final, resultaban abstractos. Pues no se abandona nunca, en el diseño anual del festival, ese nexo con las formas contemporáneas. El tema de ese año era la libertad, pero con una frase más budista que patriotera: “La primer batalla por la libertad es contra uno mismo”. Otra actriz de fama televisiva, con recientes incursiones en el cine, Silvia Navarro, dio rostro y corporeidad al cambio de nombre del festival Expresión en Corto, que desde 2011 fue renombrado como Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés, pero también como las siglas de un archivo digital de imagen), así como al tema de esa edición: Tolerancia. En medio de un bosque por el que se filtran luminosos trozos de luz verdosa, la actriz, en cuclillas, con rodilla y mano al piso, con un fulgurante vestido bermejo a la rodilla y con generoso escote, lanza la cruz de “Más cine por favor”, convertida en un poliedro plateado, con seis cruces por lado, de poderosas formas y volumen; símbolo de un festival renovado. Entre motas de sol, de verde claro, puede leerse “Guanajuato International Film Festival powered by expresiónencorto” y alcanzan a mirarse las nuevas siglas en las gruesas letras de barniz transparente: GIFF. Es parte no sólo del cambio de imagen, sino de concepto, pues el festival ahora organiza concurso de Largometrajes Mexicanos, Rallys Universitarios de Documental, Residencias Artísticas en Cannes y la Berlinale; y ofrece un largo surtido de películas de largometraje, tanto de los países invitados (Corea, Reino Unido, Francia, Alemania, Estados Unidos, Argentina y otros tantos) como del cine contemporáneo más destacado. En fin, ha dejado atrás el cortometraje, como rasgo de nacimiento y juvenil, para intentar
Diana Lein y Ernesto Herrera.
Víctor Hugo Rascón Banda
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destacar en el panorama internacional de los festivales fílmicos con todo el cine más destacado y las figuras más renombradas, desde Peter Greenaway hasta Larry Clark; y de Spencer Tunick a Lucrecia Martel; Eliseo Subiela, Gaspar Noé, Oliver Stone, Bong Joon Ho o Paul Schrader, entre otros. Ahora, para su décima quinta edición, han dejado atrás a los actores famosos para volver al ámbito de lo conceptual en absoluto: un personaje joven, femenino, de piel blanca y rizados cabellos rojos, aparece rodeado de minerales florecillas secas en un paisaje terroso y grisáceo, con la cara cubierta por una antigua máscara de gas que ha sobrevivido desde la Primera Guerra Mundial y que, ya en el cineminuto dedicado a la “Naturaleza muerta”, se mira como una mujer de botas marrón gamuzadas, altas y cafés; y vaporoso vestido rosa encendido, cuyo andar acompasado recorre un paisaje más lunar que terrestre, de nubosidades blanquecinas, repleto de arenisca, grumos terrosos y sin formas de vida aparentes. En eso se transformó la calurosa floresta guanajuatense para los carteles y los videos que anuncian al Festival Internacional de Cine Guanajuato del año 2012.
Sergio Raúl López Periodista cultural. Desde hace tres años es Subdirector Editorial de la revista cine TOMA. Desde 2003 publica entrevistas con cineastas en la sección cultural del diario El Financiero. Ha colaborado en diversos medios como Canal 22, El Nacional, DFin, Caras, Metapolítica y National Geographic. En los estados escribe en los medios Periódico Performance, de Jalapa; Letras de Cambio, de Morelia; Tijuaneo, de Tijuana; Cultura a la Carte, de Guanajuato, y Unas Letras, de Mérida. En Argentina, colabora con Ruleta China y Fuera de Hora. Fue reportero de cultura de Reforma, director de La Hora Nacional de la Ciudad de México y Director Editorial de 24 X Segundo Magazine. Organiza regularmente jornadas de reflexión sobre periodismo cultural, fotografía y cine, como lo ha hecho en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, el Centro Cultural España, el Festival Internacional Cervantino, el Teatro Benito Juárez y el Museo Frida Kahlo, entre otros.
La vitalidad y la exuberante imaginación visual, el irresistible agasajo fílmico y los invitados llamativos siempre con algo sólido que decir, junto con las canículas abajeñas, estoy seguro, campearán en este emblemático año, que deberemos festejar con propiedad, como corresponde al público asiduo y fiel, convencido. Para confirmarnos, como cada año, en ciudadanos de la entusiasta y convencida nación cinéfila y veraniega guanajuatense. Lo intentaremos con toda nuestra voluntad, embelesados por el alud de imágenes y por las dos cañadas mismas recubiertas de cantera y color, que son Guanajuato Capital.
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Irving Kershner
Foto: Paulo Vidales
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¡Bendita Locura! Agradecimiento al verdadero activismo cultural, al activismo cinematográfico, a la verdadera apertura para la diversidad sin dobles caras o fines políticos, agradecimiento a los maestros, a los creadores de espacios donde se gestan encuentros invaluables de complicidad artística, agradecimiento a la más Quijotesca y productiva locura .
Alberto Legorreta Este breve texto al que he sido convocado para escribir, más allá de pretender ser un documento cargado de información en torno a los XV años de trabajo y esfuerzo del Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF), es un texto de agradecimiento. Agradecimiento al verdadero activismo cultural, agradecimiento al activismo cinematográfico, a la verdadera apertura para la diversidad sin dobles caras o fines políticos, agradecimiento a los compañeros de batalla, a los maestros, a los creadores de espacios únicos en donde se gestan encuentros invaluables de complicidad artística, un texto de agradecimiento a Sarah, a los amigos, a GIFF, agradecimiento a la más Quijotesca y productiva locura. Con una frase del Manco de Lepanto que ronda en mi cabeza, inevitable autor que dicta desde mi formación teatral: “De gente bien nacida es agradecer los beneficios que recibe”, he buscado las palabras certeras y concretas para guiar la mano y estructurar este agradecimiento que inicia en el año 2002 cuando mágicamente (Sí. Creo en la magia), durante mi trabajo como parte del equipo del legendario programa sobre cine 24 x Segundo, fui convocado al GIFF en Guanajuato. Este primer encuentro con un festival de cine visionario que promovía el entonces muy poco apoyado cortometraje y que precursoramente cumplía para ese momento su quinto año de realización (arriesgándose valientemente a captar, proyectar, y apoyar este género cinematográfico aun en pañales en nuestro país), fue determinante en mi novel carrera como promotor cultural. Fue en GIFF donde me encontré con una de las propuestas más atractivas que determinó en mí, como seguramente en muchos artistas y promotores culturales, el generar espacios alternativos en donde, por encima de todo, la libertad y la diversidad de realidades se dieran cita. Fue este
espacio dentro de su programación el que lograba cohesionar, para mi sorpresa, los sueños que desde la adolescencia se fraguaban en mi mente cada vez que tenía la oportunidad de estar cerca de la ahora llamada cultura GLBT, sueños de contar algún día con lugares suficientes, puntos enigmáticos, y sobre todo dignos de visibilización para una comunidad apaleada constantemente por la doble moral de la sociedad. Lo maravilloso del encuentro con Locura de Medianoche era por sobre todo la auténtica libertad que se respiraba en ese rocoso túnel, en esa penumbra coloreada por las sombras iridisentes del proyector, en contraste con la blanquecina pantalla. Libertad que se perfilaba en los contornos, algunos de ellos abrazados, vibrantes, o contenidos por la emoción que las tramas de los cortometrajes regaban en aquellos corazones, ante todo libres, cinéfilos. Fue ahí donde respiré por vez primera una distinta libertad. No era un getto, al que estamos acostumbrados normalmente a confundir con libertad en la comunidad GLBT, ni algo ficticio o maniqueo, era en verdad un espacio de verdades y diversidad invadido de parejas
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Homenaje a Julio Alemรกn.
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comparto también que esta ¡Bendita Locura!, concretó la misión de generar un nuevo espacio que tengo el honor de encabezar, de sufrir, de disfrutar, pero esa es otra historia y por ahora no queda más que reiterar, agradecer a GIFF, al arte y a la vida misma por estos encuentros, estas complicidades, por esta acumulación de vivencias, de aprendizaje y de nuevos sueños. ¡Bendita Locura! GIFF, Sarah, amigos.
de jóvenes, hetero y homo, de solitarios conmovidos que no estaban solos, de familias verdaderas, de paz, de mucha paz. “Si queremos un mundo de paz y de justicia, hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor”, para citar nuevamente a otro autor indispensable en mi formación y agradecer con ello este primer recuerdo del fascinante hallazgo. Locura de Medianoche se llamaba esta sección de la programación del festival de cine al cual había sido invitado y que visionariamente se rebelaba, con la furia y contundencia de la artes, en contra de la norma, del así llamado buen gusto y costumbres de una sociedad conservadora; se rebelaba a la moral impuesta. Y fue en verdad deliciosa locura pensar e imaginar a partir de esta fascinante visión otro México, otros jóvenes, otra comunidad homosexual que se retroalimentara de esta locura Quijotesca, y que a la par de su pacífico discurso en imágenes replegara valientemente a los molinos de viento y luchara contra esos largos brazos, que aún ahora, a quince años, generan miles de muertos todavía no oficiales por manos de la injusticia, la intolerancia y el odio absurdo al distinto; largos brazos de un mal llamado homofobia. Y quienes han seguido esa luz al final del túnel, paradójicamente, han visto debilitados en ellos mismos y en su entorno los prejuicios, han visto desparecer el odio, los estigmas, porque al menos algunos ciudadanos en esa reunión anual se han dado esa oportunidad, la oportunidad de participar de ese otro mundo de paz, no sin dejar de vivenciar la espectacular lucha dentro de ese templo de luz y sombras en pro del amor, de la libertad, lucha contra la ideología caduca y retrógrada.
Alberto Legorreta Es egresado del Centro Universitario de Teatro de la UNAM (CUT), director de escena egresado del la Escuela Nacional de Arte Teatral del INBA. Cuenta con una amplia trayectoria, de más de dos décadas, dentro del teatro, la crítica, el periodismo y la producción y promoción de nuestra cultura en México y el extranjero. Ha dedicado los últimos años de su carrera a la organización de eventos fílmicos como el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), AMBULANTE, Gira de Documentales, el Festival Internacional de Cine Acapulco (FICA). Actualmente es director general del Festival Internacional de Cine y Teatro GLT de México.
“El agradecimiento que sólo consiste en el deseo es cosa muerta, como es muerta la fe sin obras”, citando nuevamente a Cervantes Saavedra, por ello
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Otto Sirgo
Ivรกn Trujillo
Eric del Castillo y Julio Alemรกn.
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Dos gemelos después Así de radical ha sido también el crecimiento de la fiesta fílmica guanajuatense. De ser evento que un solo periodista abarcaba decorosamente, ahora es un pequeño monstruo que nos ha hecho movilizar un equipo amplio para alcanzar a cubrir una parte del pastel .
Luis Meza Evocar la historia del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) implica repasar también una parte significativa de mi historia como periodista. En el verano del 2000, cuando yo apenas tenía seis meses escribiendo para el periódico A.M., viajé por primera vez a Guanajuato a cubrir la tercera edición del Festival, llamado entonces Expresión en Corto. Era la primera vez que el evento se realizaba en la capital del Estado, tras dos ediciones más acotadas y pueblerinas en San Miguel de Allende. Puede que en ese entonces fuera un periodista novato, pero era ya un cinéfilo incurable. Así que la oportunidad de estar tres días viendo, escuchando y escribiendo de cine, me inyectó mucha emoción. Y como el festival tenía unas proporciones todavía muy manejables, podía meterme a proyecciones, a conferencias técnicas de Kodak donde no entendía nada o de guionismo y realización, que me fueron muy reveladoras sobre la disciplina y planeación, más que sobre la inspiración, que hay detrás del ejercicio cinematográfico. Aunque Sarah Hoch, Ernesto Herrera y su equipo siempre me han hecho sentir en casa, he sido un amante infiel del GIFF, ya que tanto por circunstancias profesionales como familiares, no he podido acudir a todas sus ediciones. En la historia del Festival pasé de ser un soltero que disfrutó despreocupadamente de grandes jornadas acompañado de su novia a padre de tres hijos; los dos últimos, unos gemelos que llegaron al mundo semanas antes de la edición del 2012 y que son aún demasiado pequeños para aguantar siquiera un corto. Más o menos así de radical ha sido también el crecimiento de la fiesta fílmica guanajuatense. De ser un evento que un sólo periodista abarcaba decorosamente, ahora es un pequeño monstruo que
nos ha hecho movilizar un equipo amplio para alcanzar a cubrir una parte del pastel. De ser una actividad que nos ocupaba un par de semanas al año, ahora nos da nota a lo largo del año; gracias a que el GIFF ha sabido convertirse en una plataforma formativa y de promoción cinematográfica. No tengo la experiencia de haber estado en otros festivales de cine, pero en los testimonios de quienes acuden al GIFF, percibo que tiene un lugar muy especial dentro de la comunidad cinematográfica. Al día de hoy, es un evento esperado por muchísima gente y una cita tatuada a fuego en el calendario cultural de Guanajuato. Conozco algunos otros festivales que tienen algo más de exposición mediática, con un presupuesto mayor, pero el GIFF se ha construido una personalidad única a base de pequeños detalles y de insólitas apuestas en medio de la aparente quietud de piedra cuevanense. ¿Cómo olvidar lo original que nos pareció en su momento que cerrara con una fiesta electrónica en los túneles o que, atrevimiento de atrevimientos, usara éstos como sede de sus ciclos sobre diversidad sexual? Saludamos con entusiasmos a sus organizadores cuando se les ocurrió realizar proyecciones de horror vintage en los panteones de San Miguel de Allende y de Guanajuato y cuando lanzaron ese reto, lleno
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Gustavo Taretto
Foto: Paulo Vidales
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de adrenalina, de hacer cortometrajes in situ, en 48 horas. También celebramos su apuesta por la industria cuando fue el precursor del movimiento de Mujeres en el Cine en México. A 15 años de distancia, siento nostalgia por la época en que nada acaparaba tantos reflectores como la entrega de premios, aunque me llené de gozo cuando comenzaron a llegar los grandes homenajeados: Oliver Stone, Spike Lee, Tim Burton, o nos permitió disfrutar en onda de reencuentro familiar de estrellas mexicanas de antaño: desde Tongolele hasta Mario Almada. La presencia de todos ellos ha servido para darle aún más peso a la fiesta guanajuatense. Claro que no es Cannes, pero para miles de guanajuatenses, amantes del cine, es lo más cerca que podemos estar de esa atmósfera mezcla de chic, celebridad y arte. Yo en particular jamás he añorado lo que el GIFF no es, pero he disfrutado con toda mi alma todo lo que es y espero, siga siendo.
Luis Meza Originario de León, Gto, se graduó con honores de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación por la Universidad De La Salle Bajío en 1998. Cuenta además con un diplomado en periodismo cultural por la Universidad del Claustro de Sor Juana y ha participado en cursos y talleres de producción radiofónica, escenotecnia, crítica, creación literaria y periodismo narrativo. Colaboró por una década en el Consejo para la Cultura de León (actualmente Instituto Cultural de León), formando parte del equipo de programación y difusión. Ha sido también actor, productor de teatro y profesor universitario. Luis Meza ha ejercido el periodismo cultural desde el año 2000, en el periódico A.M. León, en donde es también responsable de “El Cubo”, sección semanal de arquitectura contemporánea. Ha escrito crónicas, reportajes, entrevistas y reseñas; cubriendo festivales internacionales como el de Arte Contemporáneo en León, Cervantino y el de Cine de Guanajuato, entre otros eventos.
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Eric del Castillo y familia.
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Todos éramos novatos En algún momento pudiera pensarse que la multitud abruma, pero no es así, la cantidad de caras sonrientes, de jóvenes fascinados de estar juntos, de familias enteras que llegan a ver las películas de sus hijos, algunas de ellas vienen de poblados cercanos donde no hay cine y su emoción de verlo por primera vez y en esa magnitud se contagia. .
Sonia Riquer Son muchas las situaciones que hermanan al Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF), antes conocido como Expresión en Corto, y a la serie radial Gente de cine, empezando porque compartimos el mismo año de nacimiento: 1997. Ese año, sólo once películas llegaron a la pantalla grande. Iniciar un proyecto siempre provoca una gran emoción y muchas interrogantes; se desconoce si funcionará o si caerá al primer o segundo intento. En este 2012 celebramos ¡15 años! Eso nos hace doblemente felices, pues la fiesta se prolongará más, al igual que la oportunidad de ver más películas y encontrarnos con más gente de cine. Entre los muchos aciertos del festival de cortometraje está su nombre inicial: Expresión en Corto, de esa manera, en corto, aprendimos a acercarnos más al cine y a vivirlo colectivamente: en la plaza pública, en los teatros, túneles, panteones y en el Auditorio del Estado de Guanajuato que, en su momento cumbre, entre inauguraciones, homenajes, funciones especiales y clausura, albergó a más de dos mil personas. Gente de distintas edades y procedencias, con diferentes hablas y culturas. Nuestro peregrinar ha sido largo. Recuerdo los trayectos por las calles empedradas de San Miguel de Allende rumbo al Teatro Ángela Peralta, a Bellas Artes, a la Biblioteca Pública, al Jardín, a hoteles, casas y restaurantes que han abierto generosamente sus puertas y que hemos ido descubriendo a cada paso. En Guanajuato Capital nos hemos instalado en sitios de gran valor artístico e histórico, en el 2011 se llegó incluso al Teatro Juárez. Espacios frecuentemente visitados han sido el Teatro Principal, la Escalinata de la Universidad, la Alhóndiga, la Hacienda San Gabriel, entre muchos otros sitios que nos han reunido para ver y disfrutar de la fiesta del cine.
Atinada también fue la elección de su lema, emblema de la presea que otorga el Festival a cineastas destacados: La Cruz de Plata, símbolo de un anhelo común: “Más cine, ¡por favor!”. De mi primer festival tengo recuerdos muy difusos, pero vivencias muy claras. Acudí a la tercera edición del Festival Internacional de Cine Expresión en Corto, ya conocía San Miguel de Allende pero durante el festival de cine ese lugar es otra cosa. Entre las primeras bromas de los compañeros conocedores estaba el preguntarte: “¿Ya conoces a La Bruja?” Si ya la conocías no tenía la menor gracia; si decías que no, te llevaban a un hotelrestaurante en contraesquina de la Catedral de San Miguel, el restaurante todavía está pero la puntada ya no existe... Si no lo conocieron pregunten qué sucedía cuando te internaban en uno de los sótanos oscuros y llegabas a la crujía buscando a La Bruja. En un principio el ajetreo del festival me rebasó, fue difícil organizar el tiempo para ver películas, ir a los homenajes, cocteles, banquetes, conferencias, presentaciones de libros, conciertos, talleres para niños, ruedas de prensa, entrevistas exclusivas. De ese
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Diana Bracho
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el paseo en calandria; los sanmiguelenses, gente del festival, directivos, autoridades, amigos y medios de comunicación fueron por ella a su hotel acompañados de música, mojigangas y flores; pasaron por el Jardín Principal hasta llegar al Teatro Angela Peralta, donde se rindió tributo a la actriz argentina-mexicana. Después de la inauguración vino la fiesta y al otro día pude entrevistarla en uno de los varios restaurantes donde se celebraba El Banquete fílmico, en esa ocasión dedicado a “Las 7 virtudes y los 7 pecados”. Marga me dijo: “Dormí como una reina... ese será un día inolvidable en un lugar donde la gente es conmovedora, de corazón me demostraron el amor que me tienen en cada momento gritándome “Marga”... un día sorpresivo e inolvidable. Todo muy bonito, muy emotivo...” Son muchos los momentos memorables en el GIFF, las conversaciones interminables y las entrevistas con innumerables personajes del cine. Uno de ellos fue un amigo muy cercano a Gente de Cine y al festival Expresión en Corto, que también lo homenajeó; esto me dijo el presidente de la Sociedad General de Escritores de México, SOGEM, hablo del dramaturgo, cineasta, tenaz defensor de los derechos de autor y hábil promotor del cine, Víctor Hugo Rascón Banda14: “Estoy todavía conmovido por el reconocimiento que me dieron, estoy como siempre convencido de que este festival es el semillero del nuevo cine mexicano, por eso tenemos que luchar por leyes fiscales para activar la industria, para presentarles a estos jóvenes un mundo mejor donde puedan hacer sus creaciones. Nos toca a las instituciones, a los sindicatos, crearles un marco legal donde puedan realizar mejor su trabajo... donde podamos seguir soñando en nuestro propio rostro, con nuestro propio espejo de nuestra realidad... Hay mil formas de estimular el cine mexicano.” Esa misma es la actitud que ha animado durante todos estos años a “Expresión en Corto”, y vemos que ahora se profundiza en el GIFF, un festival que se ha destacado
“mi” primer Expresión en Corto aprendí muchísimo; para empezar, a tener una agenda anticipada, cada día, para saber lo que iba a hacer y no perderme en la vorágine de actividades. De esa experiencia quedan pocos recuerdos y menos grabaciones. El registro puntual, y detallado del festival en Gente de Cine inició propiamente al año siguiente, a partir de ahí las otrora cintas de programas, ahora los cd´s, han crecido considerablemente, abarcando más de 15 horas de programas grabados y algo más del doble de horas grabadas, conferencias magistrales, ceremonias, ambientes, y muchas entrevistas. Es impresionante la lista de cineastas importantísimos, a nivel nacional e internacional, a los que Expresión en Corto, ahora Guanajuato International Film Festival, GIFF, ha rendido homenaje. En la sección Homenaje de su página se darán cuenta. No habría espacio suficiente para mencionar la numerosa lista de personajes que han asistido a Guanajuato durante su festival de cine. Uno de los invitados que no pudo asistir a una de las ediciones del Festival fue el cineasta alemán Wim Wenders, pero mandó una carta que resume con precisión la importancia del cortometraje: “Los festivales tienen el encanto de hacernos creer que la vida es cine. En estos días estoy trabajando en mi nueva película, motivo por el cual no estoy con ustedes, lo lamento porque el encuentro entre México y Alemania es prometedor. El cortometraje es dueño de sí mismo, no le debe nada a nadie y esto lo libera. Así he querido hacer mis películas que nacen de mi propio deseo de contar algo: un lugar, un ser humano, un determinado sentimiento vital. Brindo por el espíritu de ‘Expresión en Corto’ que ha sabido reconocer e impulsar estos sentimientos...” La memoria y los programas que he reescuchado me llevan al homenaje a Marga López,13 el desfile y
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por generar constantemente iniciativas para hacer más cine de muy distintas maneras. Ha habido diferentes Rallys, los primeros International Pitching Market, los primeros concursos de guión, de largo y cortometraje en mancuerna con la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM), el impulso a la Asociación Civil Mujeres en Cine y Televisión, que desde su nacimiento ha tenido en Guanajuato su casa. Alza la voz contra la violencia hacia las mujeres y Avón. Una permanente exhibición y difusión de lo mejor del cine nacional e internacional. La Fundación Expresión en Corto ha editado títulos que dan testimonio de la evolución del cine y sus cineastas. Ernesto Herrera es el Presidente de la también asociación civil, para él: “La fundación es el brazo del festival que se encarga de la búsqueda de patrocinios para poder hacer proyectos sociales: organizar talleres, conseguir premios, es un trabajo de todo el año que no es difícil porque nosotros estamos enamorados del cine... El festival es de todos: prensa, voluntarios, cineastas, todos sienten que el festival es suyo. Lo mejor que nos pueden decir es “Nuestro Festival”. Así nos lo han hecho sentir, y a pesar de la falta de salas de cine, recientemente se han incorporado algunos complejos que resultan muy lejanos al ánimo colectivo del festival. Podemos afirmar que muchas de las emociones que vividas durante los días del Festival Internacional de Cine en Guanajuato y San Miguel de Allende, son únicas. Como única es la conexión que se logra, en algún momento pudiera pensarse que la multitud abruma, pero no es así, la cantidad de caras sonrientes, de jóvenes fascinados de estar juntos, de familias enteras que llegan a ver las películas de sus hijos, algunas de ellas vienen de poblados cercanos donde no hay cine y su emoción de verlo por primera vez y en esa magnitud se contagia. Uno de los proyectos más nuevos del festival es Identidad y Pertenencia, una apuesta para producir documentales Luis García Orso
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hechos por jóvenes universitarios guanajuatenses para hablar de ellos mismos, de sus terruños, personajes y raíces, contar sus historias y verse en su propio espejo, seguro Rascón Banda celebraría gustoso este esfuerzo. En la edición del 2011, Sara Hoch, Fundadora y Directora Ejecutiva del Festival Internacional de Cine Guanajuato me dijo: “Siento que hay muy buena vibra, un espíritu de mucha fraternidad, de mucha convivencia, la gente viene porque le encanta el cine, los chavos se sientan en las butacas y no se mueven en todo el día, lo cual nos emociona muchísimo”. Sabemos que se ha creado un gran interés, gracias a este espacio, por el cortometraje, el documental y el cine en general. Antes de dar por terminada mi breve historia con el GIFF, menciono otro acierto. Las funciones del festival son en su gran mayoría gratis, eso ha permitido que muchísima gente se acerque a las múltiples pantallas a vivir todo lo que el cine nos brinda: entretenimiento, asombro y una gran pantalla para conocer infinidad de mundos y descubrir nuevas sensaciones. Funciones libres en todos sentidos, pues la censura no ha existido; recuerdo las funciones especiales con películas como Irreversible de Gaspar Noé, Año bisiesto de Michael Rowe, Miss Bala de Gerardo Naranjo, y tantas otras películas de todos los géneros, lugares y tiempos, que intensifica nuestra fascinación por el cine. Nos hace sentir, soñar, y también reflexionar... Gracias por compartir todos estos años la alegría de ver cine, seguir aprendiendo y hacernos parte del festival. Gracias a todo el equipo por contagiarnos su entusiasmo y compromiso. ¡Larga vida Al GIFF!
Sonia Riquer Productora y conductora de radio (Veracruz, 1955). Actualmente conduce el programa Gente de cine, de Radio Educación, que salió al aire, por primera vez, el 16 de junio de 1997. Es egresada del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), generación 1982-1987. Treinta años de experiencia avalan su trabajo en la producción radiofónica, en donde ha realizado más de quince series radiofónicas, entre culturales, literarias, musicales, de crítica cinematográfica, infantiles y ecologistas. Ha publicado artículos y ensayos en periódicos y revistas nacionales y extranjeros. También ha producido, musicalizado y difundido más de una veintena de obras de teatro, entre ellas Arte, Copi, El cuaderno rojo y Antígona.
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Ana Ofelia MurguĂa y Ofelia Medina.
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Rally Universitario
¡Corre, cineasta, corre! Ocho equipos, 48 horas para producir un cortometraje de 5 minutos de duración, sin locaciones, sets, arte y vestuario determinados. Ese es el reto para los participantes del Rally Universitario.
Participar en el Rally te lleva a otra dimensión de trabajo, pues ahí la realización de un cortometraje se asemeja mas a un juego, dándoles la oportunidad de realizar un cortometraje a gente que no tenía mucha experiencia en este rubro y con los retos de resolverlo en muy poco tiempo .
Jóvenes provenientes de todas las universidades del país, seleccionados a partir de una convocatoria, reciben, a lo largo de 4 meses, talleres en iluminación, fotografía, manejo de cámara, diseño y producción de audio y dirección de actores, a fin de que adquieran las herramientas necesarias para lograr un cortometraje de calidad. Los proyectos finalistas son exhibidos ante miles de personas y un jurado, integrado por profesionales del cine, quienes seleccionan a los ganadores.
el fin de juntar dinero para nuestros viajes y scouting. Todo se valía, todo estaba permitido, la única regla era echarle ganas, estar motivados y nunca detenernos”, cuenta.
José Manuel Grimaldo, director del corto Padre Nuestro, ganador del Rally Universitario 2011, afirma que la adrenalina que produce participar en un concurso de este tipo, y estar frente a un Auditorio abarrotado, son experiencias que difícilmente se olvidan.
López Martínez tuvo la oportunidad de participar, al año siguiente, en el Rally Lemon Pro Máscara VS Cabellera, en el cual seis casas productoras tuvieron el reto de producir, filmar y postproducir un cortometraje en un lapso de 48 horas, cuyo protagonista fuera una figura de la lucha libre nacional.
“Fue una experiencia que me dejó marcado tanto profesional como personalmente. Todo el proceso fue algo totalmente nuevo para mí y de lo que sin duda aprendí muchísimo. Desde la entrega del guión, quedar seleccionados, asistir a los talleres, grabar el corto en Guanajuato y por fin ver meses de trabajo en pantalla grande. ¡Fue increíble!”, confiesa.
“La mecánica consistía”, explica, “en que nosotros (“los ex rally”, como decidimos llamarnos) ayudaríamos a la casa productora para realizar el cortometraje. Esta aventura fue ¡de diez! Gracias a ella, conocí a grandes personas como Agustín “El Oso” Tapía, director que admiraba por su largometraje Club Eutanasia, o trabajar al lado de luchadores de la AAA como Octágon, además de volver a trabajar con Siouzana Melikian, con quién me quedo el gusto de tejer momentos de recreación y platicas bellas”.
Por su parte, Alejandro López Martínez, director y guionista del corto De Cuando Escuchas Pasar el Tren; mención honorifica en el Rally Universitario de 2010, asegura que cuando su equipo fue seleccionado para participar en el concurso hicieron de todo para recaudar fondos.
“Sin duda el Rally Universitario del GIFF es y seguirá siendo la mejor plataforma de experiencias cinematográficas, además de la mejor manera de
“Conciertos, concursos de baile, duelos de bandas y hasta vender frituras en las plazas públicas, todo con
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Francisco Javier Millรกn
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experiencia en este rubro y con los retos de resolverlo en muy poco tiempo, con un crew muy reducido y de encontrar locaciones que había designado la gente del festival y que desconocían los realizadores”. Asegura que el Rally apoya los sueños de los jóvenes que desean hacer cine y no tienen las herramientas para materializarlos, “jóvenes que ven la oportunidad de contar una historia, de realizarla como un reto colectivo, y presentarla ante una audiencia, eso es gracias al GIFF”. Directora, productora, cabaretera, pero, sobre todo, una actriz versátil, Laura de Ita ha recorrido un largo camino en el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF).
estresarte, gritar, llorar, reír, pero sobre todo, de emocionarte haciendo cine.”, afirma. David Muñoz, director del cortometraje Salvador y estudiante del CUEC -institución que inscribió por primera vez un proyecto en el Rally 2011-, asegura que Guanajuato Capital le ofrece a los participantes “locaciones preciosas, gente muy dispuesta a ayudar e historias y leyendas locales muy interesantes”. El director, de 19 años de edad, comenta que otro de los aspectos destacados del Rally es la participación de actores de reconocida trayectoria, quienes le dan al ejercicio un matiz profesional. “Tener a Marisol Centeno y a Arturo Islas como los protagonistas del cortometraje fue un honor: nos transmitieron cada gramo de experiencia que han adquirido, se apasionaron tanto como nosotros con el proyecto y nos hicieron sentir como una gran familia, sin mencionar sus estupendas actuaciones”, revela.
La primera vez que pisó en el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF), afirma, fue con el pie derecho. “Ese año, 2000, gané el primer lugar en la Categoría Video con Alguien Vio A Lola, del cual fui productora, escritora y protagonista, bajo la dirección de Vanessa Bauche”, recuerda.
Cada equipo que participa en el Rally Universitario tiene la oportunidad de contar con actores profesionales, a quienes se elije previamente, de acuerdo a las necesidades de cada proyecto.
Asimismo, De Ita participó en el primer Rally Malayerba en la edición del año 2003, misma en la que presentó su cortometraje Casting Busco Fama.
A pesar de sus destacadas actuaciones en largometrajes como Amores Perros (2000), en el cual interpretó al despiadado Jarocho, Rabia (2009), donde bajó 14 kilos, y Año Bisiesto (2010), Gustavo Sánchez Parra reconoce que los cortometrajes fueron su gran escuela. Por esa razón, no dudó en aceptar la invitación para participar en el Rally Universitario.
“He participado en los dos Rally Universitarios, con equipos que han ganado premios del público y del jurado, como Padre Nuestro. La aventura de filmar a todas horas en las calles y locaciones de Guanajuato es una experiencia ruda, pero definitivamente recomendable, llena de adrenalina, emoción, aprendizaje, creatividad y pasión”, revela.
“Participar en este Rally me llevó a otra dimensión del trabajo, pues ahí la realización de un cortometraje se asemejaba más a un juego, dándoles la oportunidad de realizar un cortometraje a gente que no tenía mucha
Por su parte, Diana Lein, quien interpretó a Eva en la cinta independiente Adán y Eva (Todavía) (2004), aún recuerda los comentarios que recibió de los actores que antes habían participado en el Rally: “Es muy
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Hendrick Dusollier
cansado”, “Debes tener paciencia con los jóvenes, pues aún no manejan el lenguaje cinematográfico” y “No tengas demasiadas expectivas del resultado”, le decían. Nada de esto, afirma, la preparó para lo que viviría. “Cuando participé en el Rally, conocí un grupo de estudiantes extraordinarios, unos chicos de Ciudad Juárez que traían una historia sobre una realidad muy dolorosa para ellos: la muerte”, cuenta. “Ver sus ojos humedecidos mientras realizábamos una de las escenas, compartir risas y angustias durante esas 48 horas, comprobar qué de lo que yo sé sobre mi quehacer podía ayudarles a resolver cuestiones técnicas, fueron aspectos maravillosos de esta experiencia”. Lein comenta que la experiencia del Rally le sirvió para recordar por qué se dedica a esto: la pasión por contar una historia. “El director del cortometraje que hice en el rally decidió dejar su natal Juárez y venir al DF al encuentro de un sueño: hacer cine. Yo me quedo con eso, un destino que cambia, una necesidad imperiosa”, concluye. Celso García
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Mi participación en el Rally Universitario Con el inicio de la presentación de los cortometrajes los gritos aumentaron. ¿Quién era el ganador? Eso no importaba ya. Para mi el triunfador era el cine, los organizadores y la comunidad cinematográfica del futuro .
Eric del Castillo Era una mañana muy hermosa, de esos días frescos y diáfanos que tiene la barranca donde se encuentra asentada la ciudad de Guanajuato. En la escalinata del Teatro del Estado estaban reunidos los jóvenes cineastas. Unos corrían por aquí y por allá dando órdenes e instrucciones para que todo saliera bien ese día. Otros discutían y repasaban las condiciones y reglamentos del famoso Rally Universitario, concurso en que participarían y que ese día se iba a inaugurar. Dos días antes, recibí la invitación para actuar con el equipo integrado por las Universidades de Veracruz y Zacatecas. En un principio no entendía yo muy bien la invitación: a mí, a un actor profesional, con muchos años en la carrera artística, con cierto prestigio y acostumbrado a cobrar, se me invitaba de golpe y porrazo a actuar gratuitamente, interpretando un pequeño papel y con un grupo de muchachos imberbes y desconocidos, que incluía a un director con el pelo largo. ¡Vaya extraña invitación! Me causó risa, pero no esa risa burlona ni mucho menos; al contrario, de admiración por aquella hermosa juventud. Simplemente recordé mis años mozos en que empezaba mi carrera actoral y me dije: “Lo que son los tiempos, cuándo me iba a imaginar yo en aquellos años que iban a ser así de fáciles las cosas para estos muchachos modernos”. Pero así es la vida: contesté a la invitación ¡Sí! Me dieron el libreto y se fueron. Luego vino una grata sorpresa al leer el pequeño guión que se iba a filmar en 48 horas. El corto se titulaba Omar. Estaba bien escrito, tenía una continuidad muy interesante, diálogos lógicos que conducían al suspenso y al misterio, y luego, el final sorpresivo. Me dije: caray, este guión merece ser llevado a la pantalla grande y así se los comenté. Aún ahora lo conservo. Pues como decía, aquella mañana del 27 de julio de
2011, me quedé observando a todo aquel grupo de alegres y nerviosos muchachos que me ofrecían una camiseta con el logo del Rally, diciéndome que me la pusiera, por favor. Veía en sus ojos agradecimiento y simpatía hacia mi persona, y con eso me sentí súper pagado. Yo ya no podía “rajarme”, ya estaba integrado al equipo, sólo miré dónde podía esconderme un poco para quitarme mi camisa y ponerme la de ellos; lo logré, por allá, escondido entre unos matorrales. Me sentí joven. Como un muchacho, como uno de ellos. Justo es decir que también fueron invitados otros actores profesionales a participar con ellos en ese famoso Rally, y todos colaboramos con mucho entusiasmo. Perdón que no mencione sus nombres, pero, francamente, no lo recuerdo por las canijas prisas. Esa mañana, y el día completo, será inolvidable para la ciudad de Guanajuato (mi estado natal, pues soy originario de Celaya), pues ver aquel extraño cortejo de alegres carros sonando sus bocinas, anunciando un Rally cinematográfico por las calles es algo que no se ve todos los días. Y que empieza la filmación. Me hacía falta una pijama y fui corriendo, junto a mi esposa, a comprarla. Las locaciones me parecieron lógicas y todos corrían buscándolas porque el tiempo apremiaba. Lograron conseguir una casa de estilo muy conservador, pero muy bonita; no obstante, sus dueños, tan amables
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Gaspar NoĂŠ
Foto: Paulo Vidales
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fresca, silenciosa; las hermosas calles de mi Guanajuato nocturno hablaban, nos decían muchas cosas. Respiré profundamente y di gracias a la vida por haber estado trabajando al lado de esos muchachos. Nunca olvidaré su cariñoso agradecimiento y despedida, fue mi mejor paga, y en mi interior pensaba en ellos, en sus ilusiones, en su futuro. ¿Cuántos seguirán esta hermosa profesión? No lo sé. A todos les deseo con toda mi alma que sus sueños se realicen, cualquiera que estos sean. A mi joven y amigo director de nombre Armando Alvarado le deseo que siga adelante, tiene talento y sabe muy bien lo que quiere. La premiación de aquel Rally velocísimo y cruel se efectuó en el hermoso Teatro del Estado, en medio de la algarabía de aquella muchachada que esperaba ansiosa el inició del evento, en donde las porras de cada universidad competían a gritos. En fin, ya saben cómo se comporta la comunidad universitaria en cuestión de competencias: apoteósicos, alegres, entusiastas. Con el inició de la presentación de los cortometrajes, los gritos aumentaron. ¿Quién era el ganador? Eso no importaba ya. Para mí, el triunfador era el cine, los organizadores y la comunidad cinematográfica del futuro. No puedo despedirme sin darle un justo y merecido reconocimiento al talento de Sara Hoch Delong, pues gracias a ella y a las autoridades del estado de Guanajuato, fue posible este Rally y el ya reconocido mundialmente Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF).
y divertidos, veían con asombro como invadíamos su casa, y hasta su propia cama. Los jóvenes actores decían sus líneas con soltura y el director se mesaba el cabello a cada rato, pidiéndole a Dios que le alcanzara el tiempo. Y que la torta por aquí y que el refresco por allá; en fin, todo era ir contra el tiempo. Esa experiencia me hizo recordar situaciones parecidas que viví a lo largo de mi carrera. Así fue aquel día y parte de la noche. Veía los emplazamientos de cámara: eran novedosos, arriesgados y muy audaces, a pesar de que carecía del equipo necesario para una buena iluminación. Lo que compensaban abriendo o cerrando ventanas, prendiendo o apagando focos. Yo quería opinar, decir algunas cosas con objeto de ayudarlo, pero opté por callarme, corría el peligro de sacar de onda al joven director con otros puntos de vista (aquí entre nos: yo ya no estaba tan seguro de lo que iba a decir, pues eran “técnicas tan modernas” para mí), además el tiempo se nos venía encima como una espada de Damocles. Al final, terminamos todos cansados. El rodaje culminó en la madrugada. En el rostro de todos había cierta incertidumbre, pues nadie sabía si nuestro trabajo había quedado bien o no. Nos preguntábamos cómo les habría ido a los otros grupos del Rally y si habían tenido el mismo problema respecto al tiempo. Ahora se tenía que editar rápidamente, poner créditos, agradecimientos, títulos, etc. Me despedí de mis nuevos compañeros, de mis jóvenes actores, técnicos y equipo de producción. La noche era
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Sony Maya
Entrega de premios novena edici贸n.
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Eric del Castillo Actor (Celaya, Guanajuato, 1930). Estudió durante un año en el Seminario Mexicano de Misiones Extranjeras el cual abandonó para dedicarse al Arte Dramático, para ello se traslada a la Ciudad de México en 1955 para estudiar en el Instituto Andrés Soler. Ha participado en cerca de 300 películas y ha dirigido cinco de ellas. Ha sido autor y adaptador de guiones cinematográficos como: Víbora caliente, El extraño hijo del sheriff, Muerte a la mafia y Carros robados. Ha colaborado en textos como La biblia para los niños. Además Del Castillo ha protagonizado más de 40 obras de teatro entre las que destacan: Los Cuervos están de Luto, Salomé, El Taller del Orfebre, Los de Abajo, La Llorona y Cada quien su vida.
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Alfredo Joscovich
Alice Kharoubi
Blanca Guerra
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Cuarenta y tantas horas de vida (y de cine) Del Rally nos queda una de nuestras mejores experiencias, del GIFF nos queda nuestra primer gran oportunidad, de esto nos queda todo. Nos queda un trozo de vida. Ahora que intento recordarlo todo, me doy cuenta de una cosa, mi recuerdo se siente como si estuviera viendo una película, una muy buena película .
Omar Flores Sarabia Fade in. Todo comenzó con una frase: “Somos jóvenes, tenemos que cansarnos”. Esa línea definió varios meses de nuestras vidas. Esa expresión la dijimos Sabdyel y yo cuando decidimos, en un arranque de adrenalina, escribir en menos de una semana el guión de lo que terminaría siendo El zafiro eterno. Cómo saber que en esas sencillas palabras habría tanto escondido, no nos imaginábamos la serie de experiencias que nos esperaban, la gente que estaríamos por conocer, el aprendizaje, la emoción, la tensión, en fin, el sabor de la vida.
actores, fotografía, sonido y hasta uno para aprender a usar la cámara que sería nuestro ojo, nuestro cómplice y nuestra herramienta fundamental para guardar nuestra historia.
Un guión, que apelaba a la comedia con un toque de romance y suspenso, fue enviado el día en que la convocatoria cerraba. No supimos nada de su destino hasta algunas semanas después. Un correo electrónico. Son ustedes parte de los preseleccionados. Y el viaje comenzó. No sé qué pasó entre esa noticia y la gran noticia. Ustedes son uno de los ocho equipos que participarán en el Rally Universitario del Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) 2011. Unos días después estábamos siendo presentados en una rueda de prensa en la Ciudad de México.
Un salto de tiempo y nuestro equipo llegaba a la ciudad de Guanajuato. Ya no éramos simples compañeros de trabajo, sino amigos que estaban listos para hacer lo que más disfrutan: hacer cine. Al día siguiente tocaba la tambora en la entrada del Auditorio del Estado, las islas de edición estaban listas, la gente y los periodistas abarrotaban el lugar, un contingente de vehículos de las universidades participantes estaban preparando sus motores.
En poco tiempo habíamos armado un equipo de jóvenes llenos de entusiasmo, listos para enfrentarse a una de las grandes aventuras de ese año. La mayoría no nos conocíamos. En ese momento sólo teníamos un vínculo, nuestro compromiso con nuestro guión y nuestra meta de grabar un cortometraje verdaderamente profesional, del que nos sintiéramos orgullosos. Y hacerlo, sí, en cuarenta y ocho horas.
El lugar estaba lleno de muy talentosos actores y actrices que darían vida a los personajes de los ocho cortometrajes. En ese momento se acababan de unir a nosotros dos excelentes voluntarias y otras dos personas, Isaura Espinoza y Armando Hernández. Los dos estaban listos para dibujar a Lilí y a Miguel, con sus cuerpos, sus rostros, sus voces y sus emociones.
En un par de meses fuimos parte de talleres organizados por el GIFF, con el fin de afinar nuestras capacidades técnicas en áreas que iban desde la dirección de
¡El Rally ha iniciado! ¡Corran a sus locaciones! ¡Nuestra camioneta avanza a gran velocidad por los míticos
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Actuando en una zona no apta para quienes sufran de vértigo. Una gotita. Otra gotita. Una tormenta. Dos actores, un director, su asistente y el sonidista atrapados en la cima de la iglesia, cobijados por un tifón. La grabación se suspende. Tensiones. Estrés. Una decisión: o esto nos tira o esto nos motiva. La respuesta es clara… nuestros motores se encendieron a la máxima potencia.
túneles de la ciudad! Saquen el equipo. La gente de Arte prepara la joyería. La señora Isaura se viste y se maquilla. Armando comienza grabando la misma imagen con la que inicia la historia, la llegada a la joyería. El equipo completo de El zafiro se mueve con soltura, confianza y determinación. No sabemos en qué momento habíamos llenado la calle de gente que se amontonaba a ver cómo grabábamos el encuentro entre Lilí y Miguel. A cada corte sonaban los aplausos de nuestro público improvisado. Y el sudor comenzaba a correr por nuestras frentes. ¡Vamos atrasados!, gritaba la asistente de dirección. Teníamos que entrar a la joyería. Metan el dolly. No hay suficiente luz. Los clientes siguen entrando. Un merolico se escucha en la pista de sonido. A repetir. Sigan, que se hace de noche. Lleven a descansar a los actores. Vámonos a preparar la secuencia del balcón.
A dos horas de que concluyera el Rally estábamos grabando la secuencia que había sido suspendida. Ahora, frente a la mirada del famoso pípila. ¡Corte! Prácticamente volamos a concluir el corto. Cuarenta y ocho horas sin parar. Y de pronto, estábamos entregando un blu-ray con El zafiro eterno. Pero el asunto todavía se ponía más emocionante. El Auditorio a reventar. Las pancartas por todas partes. Los gritos. Las porras. Una hilarante locura. Dos mil personas viendo los ocho cortos. Viendo nuestro trabajo, nuestro desvelo, nuestras vidas. Los aplausos. Transición a: La noche de clausura. La premiación. Dos premios han sido entregados para cortos del Rally. Nuestras cabezas se agachan. Lo aceptamos, ni modo. Y de pronto ¡Premio del público para El zafiro eterno! Los abrazos. Las lágrimas. ¡Lo hicimos!
Iluminábamos el exterior mientras una revuelta estaba siendo grabada a nuestras espaldas. Un equipo de televisión de Inglaterra nos seguía. Éramos los protagonistas de su historia, un detrás de cámaras de nuestro corto. Nosotros, los personajes de un reality show. La grabación concluyó sin contratiempos. No sabíamos lo que nos deparaba el destino para el día siguiente.
Del Rally nos queda una de nuestras mejores experiencias. Del GIFF nos queda nuestra primer gran oportunidad. Del Zafiro nos queda un corto que sigue haciéndonos sonreír, un grupo de diez amigos zafirescos y muchos otros amigos de los demás equipos. De esto nos queda todo. Nos queda aún ese trozo de vida. Ahora que intento recordarlo todo, me doy cuenta de una cosa, mi recuerdo se siente como si estuviera viendo una película. Sí. Una muy buena película. Fade out.
Pasar la noche en el lobby del Auditorio, en una de las islas, editando el cortometraje es una experiencia muy interesante. Gente dormida en el suelo, ojos que no se despegan de las computadoras y mucho, pero mucho amor a nuestras historias. La grabación del día avanzó bien hasta que llegamos a la locación más difícil: el campanario de una iglesia. Dos actores subiendo por escaleras peligrosísimas.
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El Hijo del Santo en el Pante贸n Municipal de Guanajuato.
Cine entre muertos.
Fiesta en los t煤neles de la ciudad de Guanajuato.
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Omar Flores Sarabia Potosino, nacido en 1986. Con estudios de Comunicación en la UASLP y la U. de Sevilla. Se ha desarrollado profesionalmente como director escénico y realizador audiovisual. Sin embargo, sus primeras experiencias se remontan a su adolescencia, con la grabación de algunos cortos de tipo amateur. En su último año de licenciatura grabó dos cortometrajes Isla y El naranjo, en donde destaca el primero, que a pesar de haber sido producido con una videocámara casera, llegó a diversos festivales nacionales e internacionales, dentro y fuera de México. Recientemente, con sus estudios de especialidad en cine digital, ha desarrollado diversos proyectos que han tenido muy buenos resultados, tales como El diablo, la lanza y el tambor (codirección), cuya historia se ha proyectado en diversos festivales especializados en documentales y Materia viva, que ha sido parte de la selección oficial de cuatro festivales internacionales. Finalmente tuvo una gran oportunidad al haber sido seleccionado para participar en el Rally Universitario del GIFF 2012, con El zafiro eterno, experiencia que le abrió nuevas posibilidades. Actualmente produce y dirige publicidad audiovisual y se encuentra en la pre-producción de su primer largometraje independiente. Homenaje a Josefina Echánove Foto: Paulo Vidales
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¡Nos vemos en Guanajuato! Llegué a Guanajuato ese año, ya con Machete Producciones. Presentábamos nuestra primera película: Año Bisiesto. Fue una de las funciones más bonitas que recuerdo, la sala a reventar, los aplausos que no paraban, y en el escenario nosotros sólo mirábamos callados, con los corazones bien acelerados .
Teresa Ruiz Al Festival de Guanajuato fui por primera vez casi cuando salí de la escuela de actuación, tenia 18 años y empezaba a trabajar como parte de la compañía de teatro de Ofelia Medina. En esa época montábamos Frida en casa del Indio Fernández, y a Ofelia le iban a hacer un homenaje la asociación Mujeres en el Cine y la Televisión15, y me preguntó si quería acompañarla; me acuerdo bien que Sarah Hoch me regaló un rebozo, que todos creían que yo era hija de la Medina y que me comí unos chiles en nogada junto a Pedro Armendáriz Jr. mientras veíamos imágenes que resumían la vida en escena de una de las mujeres que más quiero y admiro.
preocupación, y yo le dije que creía que mi corto era el más malo de todos, que no era culpa del equipo, que habían hecho su mejor esfuerzo; pero que hubieron muchos imprevistos. Él me contesto, “¡Hombre, no te preocupes! Seguro no esta tan mal, uno como actor nunca es objetivo!” Cuando acabó la proyección me buscó y me dijo, “¡Oye! tu corto sí que era el más malo de todos!” Nos reímos muchísimo.
El año siguiente, después de que se empezara a hablar de la película que hice con Gerardo Tort, me invitaron al Rally Universitario, el cual terminó siendo un reverendo pero maravilloso desastre, pues sucedió que mi equipo se perdía por los túneles, que no alcanzábamos comida por llegar tarde (¡Sebastián Zurita y yo estuvimos apunto de vendernos al equipo contrario por una rebanada de pizza!), que se nos perdieron las únicas luces que teníamos; ello sumado a la euforia y gritos femeninos que provocaban la presencia de Sebastián. Llevábamos casi 40 horas tratando de filmar, sin dormir, con hambre, mucho frio y yo metida en un vestido de novia que no me dejaba ni moverme. A esas horas ya sólo esperábamos el amanecer para hacer nuestra última toma en el legendario callejón del beso. No sé ni cómo nos quedamos todos dormidos, el chiste es que para cuando despertamos, la luz del amanecer se había ido y todos los esfuerzos habían sido en vano.
El año siguiente llegué a Guanajuato ya con Machete Producciones, presentábamos nuestra primera película, Año Bisiesto. Veníamos recién llegaditos de Cannes, con Cámara de Oro bajo el brazo y toda la cosa. Fue una de las funciones más bonitas que puedo recordar, la sala a reventar, los aplausos que no paraban y en el escenario nosotros sólo mirábamos, callados y con los corazones bien acelerados. Todos nuestros amigos actores, directores y cineastas estaban ahí, celebrando con nosotros la primera vez que presentábamos la película en México; definitivamente no pudo haber un mejor marco.
La noche de presentación Sebastián y yo estábamos nerviosísimos, hasta nos hacíamos chiquitos en nuestro asiento, tanto que Demián Bichir, que ese año era parte del jurado, me preguntó que por qué tenía esa cara de
El año pasado, justo durante el Festival, estaba filmando junto a Tenoch Huerta la serie Revolución, y como él presentaba unos cortos y yo me negaba a
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Ceremonia inaugural y homenaje a Josefina Echรกnove.
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perderme el festejo, literalmente agarramos un camión y nos fuimos de pinta a Guanajuato. En un par de días hice de todo: fui al Pitching Market, impulsé una beca para que un actor de la competencia de largometraje mexicano estudiara en California, en la misma escuela en la que yo estudié; vi películas, asistí a ponencias, me fui de fiesta y, lo más importante, volví a pasar unos días “de parranda” con los amigos. El GIFF es un evento que espero con cariño y alegría cada año, en cada edición me encuentro con una nueva sorpresa; este año seré jurado y estamos armando un premio de postproducción, y así, cada año aparecen nuevas locuras que Sarah, Nina, Bambina, Ari y todo el equipo del GIFF hacen posibles. Todo para que esta celebración al cine y a sus creadores no termine nuca, y es que ya se ha convertido en frase común decirnos: ¡Nos vemos en Guanajuato!
Teresa Ruiz López Actriz y productora de teatro, cine y televisión (Oaxaca, México, 21 de diciembre de 1986). Se dio a conocer al público internacional por la cinta México-Americana Bordertown, de Gregory Nava, y por la película Viaje Redondo de Gerardo Tort, cuya interpretación le valió algunos premios. Ha sido protagonista de películas como: Tlatelolco de Carlos Bolado, Pancho Villa: Itinerario de una Pasión, Mariachi gringo de Tom Gustafson y Cherry palace de Fez Noriega. Algunos de sus premios como mejor actriz incluyen el Mayahuel de Plata del Festival de Cine de Guadalajara, Los Palmares en Francia, La India Catalina en Colombia y una nominación al premio de La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas: Ariel. Es fundadora de la casa productora Machete, con la cual presento Año Bisiesto en el Festival de Cine de Cannes, donde fue galardonada con la Camera d’or otorgada por primera vez en la historia a una cinta mexicana.
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Margarita Gralia
Carla Estrada
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El Rally y Yo Haber ganado en el Rally me hacía sentir que podía morir a los 22 años sintiéndome satisfecho de haber hecho algo importante de mi vida, de haber platicado con gente que veía en las pantallas, como Kaori Momoi. Recuerdo que pocas veces me he sentido tan feliz como la noche de clausura del festival, y sé que estar en peligro de morir meses más tarde, fue más fácil gracias a aquella victoria .
Roberto Castillo El cineasta suele ver al comunicólogo como los médicos a las enfermeras, o el arquitecto a los albañiles. En todo caso, algo hay de razón: el comunicólogo juega muchas veces al cine sin las herramientas técnicas y teóricas necesarias. Y yo, estimado lector, soy comunicólogo. En 2009, estudiaba comunicación en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y envié un guión a la primera convocatoria del Rally Universitario, en ese entonces al Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) todavía se le conocía como “Expresión en Corto”. Afortunadamente, mi guión y siete más fueron seleccionados entre unos 80 y así, los ocho equipos nos ganamos el derecho a realizar nuestras historias con actores profesionales. ¡Ya no más con amigos! ¡No más con vecinas y tíos! ¡Esta vez lo haríamos con actores profesionales!
las aulas que nos volvieron lo que somos hoy (cualquier cosa que eso signifique). El Rally significó para nosotros, entre otras cosas, la oportunidad de poner en práctica todo lo aprendido y demostrar que destapar cervezas no era nuestro único talento.
Mi primera reacción fue de temor. Si se tiene en cuenta que, en ese entonces, ni siquiera tenía una Handycam y que competía contra El Claustro de Sor Juana, la Universidad Iberoamericana (UIA) y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), las posibilidades de quedar en ridículo eran altas.
Para no hacer más largo el cuento, debo decir, con la mano en el corazón, que ganamos el Premio del Jurado, acompañado de un aplauso en un auditorio repleto; ganamos, también, muchos bonos de autoestima profesional y la satisfacción de haber mostrado un video propio a personas del CUEC y de la Vancouver Film School.
Para dejar ese miedo atrás, decidí reunir un equipo muy capaz, con personas con mucha práctica en el área que se les asignaba dentro del crew. Todos teníamos experiencia previa en el puesto que desempeñaríamos, por eso ganamos.
Ganamos, desde Guanajuato, una maldición que nos impidió saborear en adelante victorias de menor calibre; ganamos ambición, nuevas dudas y también una cámara Panasonic HD que donamos a nuestra
Fuimos seleccionados, estábamos a un semestre de terminar la carrera, el momento de la transformación fatal: de universitario a desempleado, la melancolía por
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Kenneth Anger y Tim Burton.
Foto: Paulo Vidales
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Es verdad: el cáncer es más doloroso por el hastío que provoca que por sus violentos efectos en el cuerpo. Duele más la soledad que el cáncer. No obstante, la libré, estoy vivo y debo confesar que tuve razones muy grandes para no temerle a la muerte mientras el tratamiento me hacía polvo: una de ellas fue sin duda todo lo sucedido durante el Rally.
escuela (la escuela no nos presta actualmente la cámara que obsequiamos amablemente). El Rally me enseñó que la relación entre un productor y un director puede ser tan conflictiva y tediosa como la de un marido y su mujer, pero aún más difícil: sin la cuota de sexo que sirva para remediar los pleitos. Para volver a dirigirle la palabra al productor (gran amigo mío) tuvo que pasar un año.
Haber ganado en el Rally me hacía sentir que podía morir a los 22 años sintiéndome satisfecho de haber hecho algo importante de mi vida, de haber platicado con gente que veía en las pantallas (como Kaori Momoi). Creo que haber ganado un reconocimiento nacional de cine, a unos cuántos días de mi graduación, fue el listón inaugural de mi vida profesional.
Armando Hernández me enseñó que los actores con trayectoria pueden ser también humildes, humanos y responsables. De José Ángel Bichir aprendí que un personaje de papel termina de materializarse en la interpretación del actor, quien le pone su toque personal.
Recuerdo que pocas veces he sido tan feliz como la noche de clausura del festival y recuerdo que, estar en peligro de morir algunos meses más tarde, fue más fácil gracias a aquella victoria.
Aprendí que gana el equipo con más y mejor preproducción, pues cada día invertido en planeación puede significar una hora más de posproducción (para el render, por ejemplo). Aprendí que Silvia Navarro es más bella en persona y que Luis Felipe Tovar no es tan simpático como pensaba.
Sigo sin ser cineasta, soy un comunicólogo que asume el cine como uno de los tantos canales para lograr el entendimiento y la comunicación entre humanos. Mi lealtad profesional no la tengo con el cine, sino con los mensajes de quienes contratan mis servicios, pero debo considerar que mi amasiato con el cine tiene un sitio especial; hoy hago más y mejor cine digital cuando es requerido.
Aprendí, de las otras universidades y sus estudiantes, que tus contrincantes no son tus enemigos y que colaborar entre rivales vuelve más honorable la batalla. Aprendí lo que la sinergia significa, más allá de las definiciones de los libros.
Aprendí a usar el lenguaje de la pantalla en el Rally Universitario del Festival Expresión en Corto; salvé mi vida tiempo después y hoy la vivo pagando mi desayuno, en gran medida, con lo aprendido en aquellos días.
Seis meses después de ganar el premio me diagnosticaron un cáncer linfático. Fueron necesarios 12 ciclos de quimioterapia y un año de crisis para salvarme, para estar aquí; para escribir, por ejemplo, mi testimonio acerca del Rally.
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Conferencia magistral Tim Burton.
Patricia Reyes EspĂndola
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Roberto Castillo Rocha Comunicador egresado de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Inicia su carrera profesional en 2007 haciéndose cargo de generar la mitad de los contenidos del hoy extinto Semanario Dharma, medio en el cual publicó durante dos años más de 200 textos originales. Gana en 2009 el Premio del Jurado dentro del Rally Universitario 48 hrs en el Festival Internacional de Cine Expresión en Corto con su primer cortometraje titulado Juanjo. Meses más tarde realiza asistencia de fotografía en el documental Cámara Casasola de Carlos Montes de Oca con el apoyo de Imcine. Tras realizar diversos trabajos como editor y videoasta freelance, produce durante seis meses Hábitat Invisible, programa radiofónico de la Facultad del Hábitat (en 2010) y se desarrolla simultáneamente como monitor de medios y analista de imagen pública en Antena San Luis. Hace una pausa en su vida a mediados del mismo año para atender un cáncer linfático y un año más tarde (2011), al concluir su rehabilitación, toma el cargo de simultáneo director creativo, productor y supervisor de calidad en Magnética FM. Roberto es actualmente colaborador cultural en Semanario Exprés, de San Luis Potosí y editor de video para el sitio web del periódico El Pulso, recientemente funda su propia empresa desarrolladora de mensajes y medios: Vortela Media. Tim Burton
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Foto: Paulo Vidales
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Concurso Documental Universitario
La identidad a través del lente Un tren que transforma la vida de los habitantes que lo circundan, un músico callejero que le canta a una ciudad, un ama de casa que por las noches se transforma en bailarina exótica. Personajes y contextos que nos describen nuestra cultura, nuestras raíces, son los temas que explora el concurso Documental Universitario “Identidad y Pertenencia”.
“Tuve la fortuna de platicar con el documentalista Carlos Hagerman, además es realmente motivador para quienes buscamos la oportunidad de ser vistos, estar frente a un público de más de dos mil personas que aprecian tu obra, conocer a nuevos compañeros y amigos de diferentes ciudades del estado”, cuenta. “Además de todo el GIFF”, afirma Rentería, “proyecta a los cineastas mexicanos hacia los demás países y a quienes iniciamos en este mundo nos da la oportunidad de convivir con grandes personalidades, en el GIFF uno trata de aprender, conocer y crecer como personas; poder aprender de los expertos y aplicar los conocimientos a los nuevos proyectos que generaremos en un futuro.”
Cada año seis equipos son seleccionados, a través de una convocatoria nacional, para desarrollar sus proyectos en cuatro meses, tiempo durante el cual reciben talleres en diversas áreas de la producción cinematográfica, desde argumento, estructura, producción, sonido y postproducción. Cada equipo cuenta con 10 mil pesos en efectivo, que entrega la Comisión Estatal para la Planeación de la Educación Superior COEPES.16
Si a Carlos Gasca una vidente le hubiera vaticinado, hace unos años, que lograría el tercer lugar en un concurso de documental universitario, él la habría tachado de charlatana. No obstante, así fue.
La COEPES eqntrega a los ganadores designados por el jurado: 35 mil pesos, para el 1er. lugar; 25 mil pesos, para 2do. lugar y 15 mil pesos, para el 3er.lugar.
Gasca, estudiante de la Universidad Latina de México, dirigió en 2011 el documental Nat-tha-hi... a la sombra del mezquite, que obtuvo el 3er lugar.
El documental ganador, que no sobrepasa los 10 minutos de duración, se exhibe en una muestra especial, durante el GIFF. El resto de los trabajos recorre el país en una muestra itinerante.
“Un día estaba en la cafetería de mi universidad junto al maestro Jaime Villareal, quien me habló de la convocatoria y me incitó a participar”, cuenta.
Diana Rentería, egresada de la Universidad Lasallista Benavente, de Celaya, quien actualmente trabaja como reportera de noticias en el canal local, dirigió en 2011 el documental De Rieles y Durmientes, que obtuvo el 2º. Lugar.
“En ese momento, el título Identidad y Pertenencia no llamó mucho mi atención”, confiesa Gasca,”pues no lo relacionaba con Expresión en Corto. Me atrajo, más bien, el tema que Jaime quería desarrollar: un trabajo acerca de las raíces culturales de Celaya, donde se cruzaban los pames, el códice boturini, la migración, y la fundación de nuestra ciudad.”
“Con el documental tuvimos la oportunidad de darnos a conocer y participar en nuevos festivales de nuestro estado, ahora conozco la manera de cómo producir cine de manera profesional gracias al apoyo que nos ha brindado el festival”, revela.
“Los días pasaron y Jaime parecía cada vez más impaciente por saber si había decidido o no entrar al concurso, al encontrármelo por enésima vez, por dar una respuesta rápida, dije que sí, sin darme cuenta lo que ese “sí” significaría en mi vida. Ese “sí” regresó en forma de correo electrónico en mi bandeja de entrada”, concluye
Ahora, por segunda ocasión consecutiva, Rentería fue seleccionada para participar en la edición 2012, con el proyecto, El mensajero.
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Foto: JesĂşs Herrera
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Aprendiendo a hacer cine Todas las preguntas y críticas que le hiciste a los proyectos estudiantiles se revierten a tus propios proyectos y te preguntas si realmente eres tan exigente con la película que estás desarrollando en ese momento. Se te ocurren soluciones a problemas que tu proyecto tiene. ¿Es una casualidad que las hayas encontrado mientras dabas el curso? No, no es ninguna casualidad .
Carlos Hagerman Me acuerdo de la primera vez que asistí al festival Expresión en Corto, ahora Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés). Fuimos representando una serie de cortos llamados Los Diminutos del Calvario, en los que mi hoy comadre, Valentina Leduc, me había invitado a participar. Yo hice un corto de un minuto de duración en un proyecto inteligentemente pensado por ella, donde utilizó el premio que había ganado, en el festival, su cortometraje La Historia de I y O para hacer 10 cortos (10 latas de 400 pies 35mm). Nada más congruente que esto. Invitó a diez directores y les repartió una lata a cada uno para hacer un corto de una sola toma que durara exactamente un minuto. Este proyecto visionario me permitió conocer a jóvenes directores que entonces empezaban sus carreras como: Julián Hernández, Alejandro Cantú, Iván Ávila y Lorenza Manrique.
para que sirvieran a los estudiantes como referencia de lo que se podía hacer y, así, hacer crecer su espectro de referencias. Sarah, rápida y hábil como naturalmente es, tomó mi sugerencia y la transformó inmediatamente en una invitación para que fuera yo quien ayudara a elegir la serie de cortos y, además, pudiera dar una plática introductoria a los equipos antes de que ellos empezaran a filmar. No pude más que aceptar el reto, ya que todo había salido de mi bocota. Como dice un amigo: “El que propone, que se encargue.”
Después regresé al festival con mis películas y fui invitado como jurado, a lado de Nelson Carro, en el Concurso de Cortometraje Documental Universitario del 2010, con el tema “El Bicentenario de la Independencia”. Cuando vi los cortos que tenía que evaluar, me quedó muy claro que mucha de la energía y técnica que era manifestada por los estudiantes estaba al servicio de malas referencias de lo que, por lo menos desde mi punto de vista, debe considerarse como cine, especialmente como documental. Había una errónea concepción, y seguramente muy pocos ejemplos a seguir, donde los estudiantes hicieron reportajes más de corte televisivo, especialmente en el lenguaje de la cápsula noticiera.
Como suele suceder con estas promesas, los meses pasan más rápido de lo que uno se da cuenta y, de repente, tenía ya esta responsabilidad encima: ¿Qué les puedo compartir a los estudiantes? ¿Qué material puede ayudarles a tener atajos en un camino que de por sí es interminable? Finalmente, algunos de ellos descubrirán cómo resolver su propia manera de contar historias, entonces ¿cuál es la mejor manera de motivar, de dar el empujón para que bajen su primera resbaladilla y les guste esa sensación de vértigo en lo que llegan al suelo?
Al terminar el festival, cuando me despedí de Sarah Hoch, le compartí mi reflexión y le dije que deberíamos armar un paquete de cortos de muy diferentes estilos
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Homenaje Gabriel Figuer贸a.
Homenaje Kenneth Anger.
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de apuntar en la compu, ipad, iphone u otro aparato que les ilumina la cara y en los que, al final, no sabes si están tomando notas o simplemente chateando con un amigo en Facebook. Entonces tomas aire e intentas contagiarles las razones por la que estás aquí, las razones por las cuáles decidiste que ibas a dedicar tu vida a contar historias, las películas que te han inspirado (traes ejemplos y los muestras). Durante estas proyecciones te tomas las botellita de agua para lubricar el choro.
Estoy convencido de que las escuelas de comunicación, al enseñar técnicas cinematográficas, deberían dedicar un mayor porcentaje de tiempo a que los estudiantes pudieran absorber el material que se está generando alrededor del mundo en los diferentes géneros, especialmente en el documental, cuyo lenguaje ha evolucionado en los últimos años. Esto es muchas veces más importante que la parte técnica de cómo se usa una videocámara. Hoy todo está en la red. Me acuerdo que nosotros, de niños, teníamos que esperar a que una película saliera en el cine para verla, y si no era de estreno, ver si la pasaban en «Cine Permanencia Voluntaria» en algún sábado en uno de los cuatro canales de televisión que había entonces. No existían los videocassettes, ni los dvd’s, ni el internet. Hoy desde tu casa, a cualquier hora, puedes buscar y descubrir algo nuevo. Hoy es más el tiempo que gastamos decidiendo qué vamos a ver, que viéndolo. Sólo tienes que saber que existe.
Mientras vez el material que trajiste ex profeso, te cuestionas si los alumnos realmente podrán sentir lo que tú sentiste por primera vez al ver estas imágenes; tú ya las viste demasiadas veces. Se prende la luz y vuelves a tomar aire para continuar. No sólo vienen los alumnos sino también los maestros de las universidades, por lo que tratas, de la manera más sutil y amable, de decirles que por favor pongan a un lado lo que han aprendido y que salgan a ver qué se hace en el mundo para que tengan nuevas referencias; tratas de comunicar que en realidad no hay cómo enseñar a alguien a hacer cine (aunque paradójicamente es lo que estás intentando hacer en ese momento), que sólo hay que hacer y hacer y hacer ejercicios, comprometidos con descubrir su propio estilo, comprometidos con buscar de qué se trata su historia. Esa que quieren ellos contar.
Me da risa cómo me sigo poniendo nervioso antes de dar una plática. Los estudiantes me imponen mucho. Voy a abrir mi bocota frente a ellos, les voy a decir lo que yo pienso que es la neta, lo que yo pienso que es importante que sepan, lo que yo pienso de cómo se deben hacer las cosas; los grandes consejos de un “director con experiencia”, pero en el fondo sé muy bien que hacer una película es un misterio.
Volteas a ver el reloj y... chale, ya llevas tres horas y cuarenta y cinco minutos hablando; te faltan 4 temas que no vas a alcanzar a exponer... Claro, debí de darme cuenta que no se puede enseñar a hacer un documental en cuatro horas. Terminas. Te aplauden y te vas a comer lleno de adrenalina, sintiendo la alarma interna de batería baja centellando dentro de tu cabeza, como el foquito rojo de las cámaras de video.
Hay que luchar frente a las 4 horas que tenemos para tirarles choro. ¿Cómo hago para que no se duerman?... y más sabiendo que muchos de ellos se levantaron de madrugada para transportarse hasta San Miguel Allende y llegar a las 9:00 de la mañana a una clase conmigo. Mucha presión. Llegas, das los “buenos días”, te paras frente a los seis equipos que vienen de diferentes universidades de El Bajío, te das cuenta de las caras curiosas, caras con sueño, otros que no dejan
Al día siguiente revisas proyectos uno por uno. Aquí viene una prueba que es como un salto del trampolín de
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diez metros con triple giro y máximo nivel de dificultad. ¿Cómo le haces para recomendarle a un equipo algunas herramientas de las que pueden echar mano sin que impongas tu manera de hacer las cosas? ¿Qué les puedes decir, poniéndote en el lugar de vulnerabilidad en que sabes que están, para señalar los errores vislumbrados en la rápida lectura de sus proyectos escritos y sin apachurrar su autoestima? ¿Cómo ser realmente sincero, sin herir sentimientos? ¿Cómo hacer comentarios positivos, profundos y reales, para que ellos vean que sí lo estás diciendo convencido y de manera honesta? Para que te crean, o para que desafíen tu autoridad demostrándote su estilo y su visión por encima de tus críticas. Luego, abrazo y foto. De repente... ya se acabó. Regresas a tu cotidianeidad ocupada. Pero en esos dos días y noches que paraste todo lo que tenías que hacer, hubo una catarsis. Estuviste hablando del por qué haces las cosas y te lo volviste a preguntar. Todas las preguntas y críticas que le hiciste a los proyectos estudiantiles se revierten a tus propios proyectos y te preguntas si realmente eres tan exigente con la película que estás desarrollando en ese momento. Tomaste notas en las madrugadas donde se te ocurrieron soluciones a problemas que tu proyecto tiene. ¿Es una casualidad que las hayas encontrado mientras dabas el curso? No, no es ninguna casualidad. Quiero agradecerle a Sarah Hoch por su increíble sonrisa, incansable energía y determinación. Juntas hacen una fórmula infalible para que, cuando te pide algo, no puedas decirle que «no». También quiero agradecer a Daniel Kandell por su deliciosa amabilidad, su gran plática y apoyo, que hacen un complemento perfecto a la experiencia. Finalmente, quiero agradecer a todos los chavos que han pasado por estos talleres, por forzarme a volver a preguntarme por qué hago cine. Diego Luna
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Cineasta (Ciudad de México, 1966). Estudió la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Iberoamericana y posteriormente la Maestría en Dirección de Cine en la Universidad de Nueva York como becario Fulbright. Su cortometraje documental La Manifestación del Concepto sobre artistas conceptuales mexicanos, que incluye una pieza de Gabriel Orozco, fue presentado como parte del pabellón de México en la Feria Mundial de Sevilla en 1992.
El alma mexicana, una instalación en video 3D sobre el día de muertos, fue incluida también en la Feria Mundial de Hanover en el 2000. Durante 8 años formó parte del equipo de directores de ZFilms, compañía productora de Alejandro González Iñárritu. En 2007 fundó La Sombra del Guayabo una productora de cine independiente. Los que se quedan (2009) fue su primer largometraje documental que codirigió y coprodujo con Juan Carlos Rulfo. Los que se quedan ganó el premio al mejor documental en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, Documenta Madrid y el Festival Independiente de Los Ángeles, DOCSDF, Biarritz y el premio Humanitas.
Dentro de su filmografía destacan los cortometrajes Sisyphus (Sísifo, 1994), The Storyteller (El narrador, 1995), Angels Don’t Know (Los ángeles no saben, 1996), Ciudad (1999), El alma mexicana (2000), Diminutos de calvario (2001) y Tres miniaturas de Eugenio (2012).
Vuelve a la vida (2010), su segundo largometraje documental, ha participado en más de una docena de festivales en todo el mundo, destacando el Latin Beat del Film Society de Lincoln Center y el Festival Internacional de Cine de Roma.
Carlos Hagerman
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Ese niño frente a la pantalla. Ese hombre detrás de la cámara En particular el documental me encanta. Tiene que ver con reconocerse en el otro, con eliminar fronteras de prejuicios, con fomentar la sensibilidad, con realizar homenaje a la vida misma. Sigamos adelante en la gran celebración que es el cine, esto apenas comienza .
Christian Nájera Nací en la Ciudad de México, pero casi toda mi infancia transcurrió en Guanajuato. Recuerdo que cada 28 de septiembre, aniversario de la toma de la Alhóndiga, se organizaba un desfile. Como la escuela a la que asistía se encuentra junto al Auditorio del Estado, salíamos a ensayar en el estacionamiento. Indirectamente, sentía una cercanía con ese gran edificio, sede del Cervantino y de tantos eventos que constantemente tienen que ver con el quehacer artístico. A mi corta edad, yo relacionaba esa mole de piedra gris con personas arregladas, que a media tarde entraban apresuradamente con boleto en mano para disfrutar de música clásica o de obras de teatro en idioma extranjero. Qué sorpresa me llevaría cuando tuve la oportunidad de asistir a una de las primeras ediciones del Festival Internacional de Cine Expresión en Corto, pues en la entrada aguardaba una hielera repleta de paletas de limón y lo mejor de todo ¡eran gratis! La desmitificación de ese espacio, destinado para los adultos, inició con ese refrescante gancho que me acercó al cine, pero no precisamente a las películas que pasaban en la televisión, sino a un formato mucho más compacto y por lo tanto concentrado, contundente. En ese momento, la palabra cortometraje estuvo ligada a la técnica de animación, pues era lo que más capturaba mi atención. Nunca sospeché que en un futuro representaría una gran apuesta personal. Mi vocación cambió poco durante mi educación primaria, dos profesiones ocuparon siempre mis expectativas del futuro: paleontólogo y escritor. Los dinosaurios se fueron desvaneciendo con el tiempo, pero las letras permanecieron. Cuando cambié de ciudad para estudiar la preparatoria en León, mostré interés en las humanidades y las ciencias sociales. Pero a la hora de la verdad decidí estudiar diseño digital
interactivo, una carrera que abarca muchos campos del conocimiento; pero que ondea, ante todo, la bandera de la creatividad. El cine mexicano se me fue cruzando en el camino. Recuerdo cuando vi La perdición de los hombres, de Arturo Ripstein, y me impactó el lenguaje, las situaciones, la filmación en blanco y negro. Había un potencial muy grande en nuestro país, un grupo de gente que mezclaba la tradición con un sentimiento vigente, fuerte. Una necesidad de reinterpretación. En 2006, un año antes de entrar a la carrera vi mi primer largometraje documental mexicano, eso sucedió en la novena edición de Expresión en Corto, el único festival de cine que había conocido en mi vida. En el hoyo, una película de Juan Carlos Rulfo. Algo me atrapó, creo que fue esa toma aérea donde se escucha una sinfonía compuesta por sonidos de construcción. Algo me generó una reflexión, creo que fue el testimonio de vida de esos trabajadores que se sinceraban ante la cámara. Quién hubiera imaginado que un año después, Tim Burton daría un tour por el museo de momias y, antes de eso, una gran conferencia que aunque me costó un poco entender, me dejó claro que la vida de un realizador es una aventura, en toda la extensión de la palabra. El entusiasmo ante esa edición del
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Micaela Kezele recibe premio.
Rueda de prensa La misma luna.
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anónimos, de personas comunes que bajo ciertas circunstancias decidieron actuar, jugarse la vida para generar una diferencia. Lo segundo fue traer al héroe a la actualidad y por lo tanto asumirnos como individuos con un potencial de cambio. Es una historia que se debe por completo a los entrevistados, un producto colaborativo en el que intervinieron muchas manos. La producción nos permitió conocer una mina, grabar escenas cotidianas del trabajo que se realiza a más de 400 metros bajo tierra. Gran experiencia en la cual firmas una carta responsiva, pues la empresa no se hace responsable por cualquier accidente que pudiera suceder. No cabe duda, ser minero sigue siendo un oficio de alto riesgo. El proyecto resultó ganador del primer lugar y de pronto todo iba muy aprisa. Entrevistas, fotos, un cheque gigante. Poder intervenir con 9 minutos en esa plataforma gigantesca de los festejos del 2010 con tanta libertad creativa y acompañado de personas cercanas fue motivo de mucha alegría. Las cosas tardaron en calmarse, pues empecé a presentar el cortometraje en distintos foros y espacios de la región; memorable una plática con alumnos de una escuela de León en la cual me cuestionaron sobre la existencia del incendiario insurgente. Tengo la teoría de que las oportunidades se dan en cadena, es decir, se suceden, una lleva a otra. Nunca sabes qué tan lejos queda el próximo eslabón. En febrero de 2011 tuve la oportunidad de viajar al festival de cortometrajes más grande de Europa, el de la ciudad de Clermont Ferrand en el centro de Francia. Fue cuando viví en carne propia lo que significaba ser un “cineasta independiente”, pues con 50 copias de mi one hit, Wonder (subtituladas al inglés), me lancé a la promoción. Fue un aprendizaje muy grande, días inolvidables e ideas que van quedando, que cambian mi percepción del medio, pero sobre todo mis aspiraciones.
evento se convirtió en un acuerdo personal, año con año regresaría a Guanajuato para disfrutar del cine diferente, de todo eso que difícilmente llegaría a una sala comercial. Y por fin en 2009 dejé de ser espectador y me convertí en participante. El primer Rally Universitario de Expresión en Corto incluyó entre sus competidores al equipo de la Universidad Iberoamericana León. Mi trabajo fue el de asistente de producción y mi conocimiento de la ciudad fue una gran herramienta a la hora de conseguir props y vestuario. La selección de Reino Unido y el espectáculo de Greenaway valieron mucho la pena, pero lo que más atesoro de esa ocasión fue el compañerismo, la conciencia de saberse uno entre un montón. Al conocer a gente de Guadalajara, Chihuahua, Veracruz, DF, San Luis Potosí, me di cuenta de que somos muchos los que queremos formar parte de esta práctica tan apasionante y me sentí acompañado, seguro en esa certeza colectiva. En el año del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución, el Festival Expresión en Corto pone en marcha el concurso de Documental Universitario “Identidad y Pertenencia”, en el que son seleccionados seis proyectos para llevar a cabo cortometrajes de sucesos históricos de la región, todos relacionados con las celebraciones patrias. Esa vez me animé a dirigir, a asumir toda la responsabilidad del resultado final y a coordinar a mis amigos en una investigación que me acercó con Guanajuato de otra manera. Minero De Piedra es una mirada sobre el Pípila en la que a través de los testimonios de historiadores y académicos, pero también de mineros y guías de turistas, trato de concretar un par de ideas sobre este personaje de la historia nacional. Primero que nada que se trata de un símbolo, un concepto que permite a todos entender que la victoria de la guerra de independencia es resultado de miles de soldados
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Antes del paseo, trabajé junto con mis compañeros una carpeta tenía que ver con la música rock. Un proyecto que fue aceptado para el Segundo Concurso de Documental Universitario “Identidad y Pertenencia” del Festival Internacional de Cine Guanajuato (nótese el cambio de nombre), así que a mediados del 2011 nos pusimos las pilas y empezamos a seguir a tres bandas locales en sus conciertos y ensayos. Desde Las Fauces era una producción complicada, pues la limitante del tiempo nos dejaba en la superficie del tema. Además eran demasiados personajes y las entrevistas no estaban saliendo conforme a nuestras expectativas. Esa crisis coincidió con la fecha en la que el festival nos proporcionaba un taller con Carlos Hagerman17, juez del concurso de 2010 y quien nos había regalado una excelente película que se llama Los que se Quedan. Estuvimos conversando un buen rato y en base a sus opiniones tomamos la decisión de conservar la esencia, pero cambiar todo lo demás. Un borrón y cuenta nueva que nos permitió encontrar a Jesse Méndez, y empezar la historia de A Flor De Piel. Un documental de personaje, un travesti de la ciudad de León que nos cuenta su vida, su lucha, su coherencia interna. Totalmente de acuerdo con el tema del concurso y con un gran sentido del humor, el protagonista de nuestro segundo corto nos dio una lección de valentía. Volvimos a ganar el primer premio. Y de pronto todo ha ido más lento. No estoy diciendo que hayan faltado entrevistas, o fotos, o un cheque gigante. Hay un cambio; creo que se trata de esa incertidumbre de dar el salto y entonces crecer de golpe, el miedo a no poder controlar lo que suceda después. El reconocimiento a nuestro trabajo ha hecho sonreír a muchas personas, y eso es invaluable. Sin duda alguna abordar un tema como la diversidad sexual nos ha permitido llegar a múltiples foros. He realizado una constante labor de promoción que hasta la fecha incluye ocho festivales nacionales, un festival internacional y un Sergio Tovar Velarde
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par de presentaciones en España, además de eventos y muestras en circuitos culturales. ¿Qué sigue? me preguntaban muchos en las fiestas del año pasado. Tomar decisiones, estabilizarse, capacitarse. Hay tanto por aprender que siento que empecé a recorrer este camino ayer, que soy ese niño frente a la pantalla que se sorprende al descubrir que se proyecta una obra de su autoría. En particular el documental me encanta. Tiene que ver con reconocerse en el otro, con eliminar fronteras de prejuicios, con fomentar la sensibilidad, con realizar homenaje a la vida misma. Creo que hay grandes exponentes en el país, y una infinidad de historias por contar. Estamos en una etapa interesante y estoy seguro de que el género dará mucho de qué hablar en los próximos años. Quiero agradecer públicamente al Festival Internacional de Cine Guanajuato, que para mí siempre será Expresión en Corto. Gracias por dirigirse a los jóvenes, gracias por darle su lugar al talento local, gracias por conservar el espíritu independiente. También quiero felicitar a todos los involucrados que con esfuerzo y cariño lo han hecho posible, quince años se dice fácil pero es un trabajo tremendo. Sigamos adelante en la gran celebración que es el cine, esto apenas comienza. Por mi parte creo que he reafirmado una vocación, he podido observarla desde perspectivas diferentes. Lo que significa que en el momento de la verdad quiero ser ese hombre detrás de la cámara, el mismo que se niega a renunciar al fascinante oficio de narrador. Ni aunque se acabe el mundo.
Christian Nájera Jiménez Documentalista (Ciudad de México, 1989). Es egresado de la Licenciatura en Diseño Digital Interactivo por la Universidad Iberoamericana Campus León. Director de Panthera Onca Producciones, agrupación dedicada a la realización y promoción del cine independiente. Forma parte de la Red Nacional de Documentalistas Mexicanos y es miembro activo del Cine Colectivo Guanajuato. Dos veces ganador del Concurso de Documental Universitario “Identidad y Pertenencia” del Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) con los cortometrajes Minero De Piedra (2010) y A Flor De Piel (2011). Cuenta además con una mención honorífica en el Riviera Maya Underground Film Festival y un par de reconocimientos en certámenes universitarios. Su trabajo ha estado presente en diversos foros, festivales y circuitos alternativos del país, así como también en España y Chile.
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Antes y después de Expresión en Corto Hoy, a la distancia, veo el mismo espíritu de los voluntarios, los voluntarios somos el alma del Festival .
Pablo Daniel González Cortés ¿Qué podría decir yo de Expresión en Corto? Bueno, ahora Guanajuato International Film Festival (GIFF). Llegué con sólo 16 años y tras seis años puedo afirmar que cambió mi vida; crecimos juntos, nos enamoramos juntos. Ser voluntario cambió mi vida.
conocí a una persona que cambió mi vida por siempre, quien sería mi novia por casi cuatro años. Ser voluntario puede cambiar vidas, vaya que sí.
Intentaré hacer memoria. Aquel 2004 llegué como todo jovencito, inexperto (aún en prepa) pero con muchas ganas, me traían de aquí para allá, de allá para acá. Ahora, a ocho años de distancia, aún hay resacas de aquellas fiestas, amigos que conocí en aquella edición (la séptima) aún siguen en mi vida. Me enamoró el espíritu del festival. Jóvenes cineastas apasionados, fiestas nocturnas, Guanajuato... ¡oh Guanajuato! Me prometí volver. Imagino que ahora los voluntarios intercambian cuentas de Facebook y Twitter, aquel entonces tomábamos las libretitas que nos daban y la pasábamos anotando nuestros correos para agregarnos al Messenger.
Después de ese festival, ir a Guanajuato, ir a Expresión en Corto, era como regresar con la familia. Esperábamos con ansias ese primer correo del coordinador de voluntarios en turno, íbamos a las juntas, conocíamos a los nuevos voluntarios, nuevos miembros de la familia. Conocimos mucha gente, muchos miembros del ambiente cinematográfico. Entre los que más recuerdo están Tim Burton, Oliver Stone, Carlos Carrera, Felipe Cazals, Pedro Armendáriz Jr., que en paz descanse; Roberto Sosa, Blanca Guerra, y muchos que son arbitrariamente bloqueados por mi torpe memoria. Y sobre todo amigos, que no me atrevo a mencionar nombres para no olvidar ni uno solo, sería escribir decenas de nombres, digo, tras seis años conocí mucha gente, muchos amigos; abrimos muchas puertas, cerramos otras.
Recuerdo con particularidad el año 2006, el mejor festival que viví; el invitado especial era Francia y ya circulaban rumores de que iría Tim Burton (lo hizo el año siguiente), por lo que imaginarán la concurrencia. Ese año la fiesta fue increíble, entonces había exhibición en el Museo de las Momias. Recuerdo haber visto The Night of The Living Dead, menuda experiencia imaginando que, en cualquier momento, un antepasado tocaría el cristal de su transparente morada. La fiesta de clausura fue alucinante, vaya que fuimos consentidos los voluntarios en ese festival. Y
Hoy a la distancia veo el mismo espíritu de los voluntarios, los voluntarios somos el alma del Festival. Sarah y Ernesto son la cabeza; las y los chicos “de gafete negro” son como las piernas y brazos; los amigos del Staff, el músculo. Pero los voluntarios somos eso que le pone sal, pimienta y un toque de tequila a la ecuación.
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Foto: JesĂşs Herrera
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Ilzee Piñón “Hace un año, a punto de que arrancar la edición 2011, entré al Auditorio del Estado sin saber qué pasaba, sólo vi mucha gente, había una plática dirigida a los voluntarios, yo no me había inscrito previamente, pero, en ese momento, me dije: Si no me dicen nada, me quedo. Me dieron una playera y, ese mismo día, me asignaron un coordinador. Ser voluntaria del GIFF no estaba en mis planes para esas vacaciones, simplemente iba por una pulsera, pero sucedió. Durante cuatro días experimenté un verdadero sentido de pertenencia, desafortunadamente, en mi escuela, mis compañeros no se interesan mucho por las actividades artísticas. En el GIFF supe lo que era trabajar realmente, llegar tarde a mi casa y, sin necesidad de un despertador, levantarme temprano para ir nuevamente. Experimenté el estrés laboral y conocí personas que no cambiaría por nada, a quienes también les habían dicho, en muchas ocasiones, que si se dedicaban al arte morirían de hambre. Entendí que el mundo no sólo necesita doctores y arquitectos, también requiere escritores, actores y cineastas. Después de cuatro días de mantenerme en pie, mis pies punzaban de dolor. Soy de Guanajuato y nunca me había visto en la necesidad de correr en la lluvia para cargar vallas. Este año me inscribí, pero no fui seleccionada. Que más da. No por eso me voy a rendir. Acudiré a las funciones y tendré otra perspectiva de lo que pasa. Me identificaré con los nuevos voluntarios y comprenderé sus rostros de cansancio y emoción. Dicen que las cosas buenas sólo te ocurren una vez en la vida, pero Expresión en Corto ¡pasa cada año!”.
Pablo Daniel González Cortés Nací y crecí en Irapuato, Guanajuato. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por el Tec de Monterrey, fui voluntario para Expresión en Corto (cuando se llamaba así) de 2004 a 2009. Actualmente soy Editor y columnista en revistaeltopo.com y Copy publicitario en Karma Creatividad y Comunicación en la ciudad de Querétaro. He trabajado como coordinador editorial en el Festival de Animación CutOut Fest 2011 y he participado diversas publicaciones en línea. Adicto a la cafeína, la literatura y el periodismo, escribo por gusto y por necesidad. Tengo una terrible simpatía por las causas perdidas y me declaro experto en lo inútil. Las frases y palabras domingueras son tema de constante investigación para mí, acostumbro dormir tarde y despertar temprano, he cosechado unas regias ojeras llenas de experiencia. Tiro la basura en su lugar y me gusta mi café sin azúcar.
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Foto: Santiago Hoch
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Guanajuato desprende el ancla Caminar en Guanajuato es una de las actividades más gozosas por las que puede pasar cualquier persona. Los enormes edificios se alzan como imponentes embarcaciones que esperan en puerto la señal para zarpar a tierras lejanas. Buques siempre atentos a la expresión de sorpresa de miles de personas que los observan. Guanajuato viaja sin navegar .
Manuel Almazán Mi primera vez en Guanajuato, para cubrir el Festival Internacional Expresión en Corto 2006, también fue mi primera vez como reportero de festivales de cine. Si bien estaba familiarizado con el quehacer reporteril en materia cultural, en esa ocasión me llevé una doble sorpresa: admirar la belleza apabullante de la ciudad y presenciar un encuentro de nivel internacional. Caminar en Guanajuato es una de las actividades más gozosas por las que puede pasar cualquier persona. Los enormes edificios se alzan como imponentes embarcaciones que esperan en puerto la señal para zarpar a tierras lejanas. Buques siempre atentos a la expresión de sorpresa de las miles de personas que los observan. Guanajuato viaja sin navegar.
Cómo olvidar el recibimiento de rockstar que el público festivalero le dio a Tim Burton, quien no titubeó en visitar a las célebres momias.
Algo similar pasa al entrar al monumental Auditorio del Estado, donde todos nos volvemos ese uno a la espera de que la pantalla se encienda y arroje las manifestaciones culturales de los países más exóticos.
Cómo olvidar la férrea defensa que hizo el incombustible Oliver Stone ante los cuestionamientos sobre lo irregular de su filmografía.
A través del Festival, se puede entrar en contacto con personalidades que, tanto en nuestras tierras como en las antípodas mexicanas, han dejado huella en materia de expresión cinematográfica.
Cómo olvidar anécdotas que distinguen al Festival de otras celebraciones cinematográficas en el país, como la llegada a pie, a San Miguel de Allende, del irónico autor bonaerense Eliseo Subiela, y su posterior estancia en silla de ruedas a su paso por Guanajuato. O las ‘perlas’ deslizadas por algunos reporteros a los invitados en las conferencias de prensa, como aquella chica que desperdició su turno al preguntar sobre la vida sentimental de uno de los cineastas estadounidenses más innovadores.
Me resulta difícil hacer un recuento acucioso de las seis ediciones del Festival en las que he estado. ¡Son tantas! Guanajuato me ha deslumbrado tanto. Cómo olvidar las palabras del maestro Spike Lee, a quien, la noche de su conferencia, pude decirle salud en el cóctel inaugural. Cómo olvidar las casi tres horas de explicaciones que el rompedor de esquemas galés, Peter Greenaway, dio ante nosotros, simples mortales incansables, a quienes les argumentó su teoría de que el cine ha muerto.
Ahí radica uno de los valores del Festival: el ejercicio dialéctico. Todos opinan.
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Palabras del embajador de la India Rinzing Wangdi.
Sergio Rodríguez Herrera, Secretario de Desarrollo Turístico.
India país invitado.
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Y no sólo en los auditorios. Las ideas van y vienen desde las butacas, donde el alumno más lego en materia cinematográfica y el nada modesto experto pueden expresarle lo que quieran a sus ídolos. La evolución que ha tenido el Festival es otro de los puntos a destacar, pues no sólo se limita a la presentación de visiones artísticas por medio de cortometrajes. Ahora, como Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés), alterna diferentes actividades en la ciudad: proyecta ciclos de cine de terror, o erótico gay, en entornos ideales para que la gente se divierta más: el panteón municipal y los túneles que atraviesan el centro de Guanajuato.
Manuel Almazán Periodista toluqueño. Estudió en la Facultad de Derecho y de Ciencias Políticas y Comunicación de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
Recuerdo las filas interminables de cinéfilos, hambrientos del susto y de sangre, quienes esperan, año con año, el inicio de las funciones posteriores a la medianoche en el panteón municipal de San Miguel.
Escribió la columna semanal El tragaluz del infinito en la sección de cultura de Milenio Estado de México. Ha escrito sobre cine y música en las revistas mensuales de distribución nacional Club Spira y Global Club. Colabora habitualmente en revista TOMA. Es guionista, conductor y productor del programa semanal En pantalla grande de Grupo Acir Toluca. Paralelamente, dirige la revista mensual CineMagazine, que se distribuye en el Valle de Toluca y Cuernavaca, y coordina la programación del Festival Internacional de Cine Acapulco (FICA).
Lo mismo pasa con la presentación de las galas, nueva sección del Festival, como aquella en la que el prestigiado director guanajuatense, Gerardo Naranjo, presentó su estremecedora Miss Bala. El GIFF llega a su tercer lustro con ese aire de seguridad que le da ser uno de los más antiguos del país pero, también, como cada año, con el deseo de convertir en la mejor oferta para aquellos que, ansiosos, esperan el verano sólo para asistir a este bello evento. Esperanzados, todos, de abrevar lo más que se pueda de ese bello lugar que es Guanajuato, de la bonhomía característica de su gente, de su hospitalidad y, por supuesto, del increíble entorno que aporta esta celebración cinematográfica anual. Podría seguir tecleando sobre lo que ante mis ojos ha pasado en estos seis años, recuerdos muy bien atesorados en mi memoria que sabe que a finales de julio llegará un momento a marcarla, otra vez, de por vida.
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Yolanda Montes
Foto: JesĂşs Herrera
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De mi amor al cine y los festivales. El cine y Guanajuato Todos los que vivimos por y para el cine, sabemos que un festival bien organizados es lo más parecido a Disneylandia. Si a esa gran idea, le sumamos una locación interesante, el asunto se vuelve inmejorable .
Fernando Moreno Siempre que busco en mi memoria el momento justo en el que me hice aficionado al cine, el pasado se desvanece. El origen de mi afición es insospechado. No sé si la respuesta varíe de acuerdo a mi estado de ánimo, al contexto que me rodea o a los extraños mecanismos de mi memoria. Lo cierto es que amo el cine y, como toda relación tórrida e intensa, conforme pasa el tiempo más seria se vuelve. Acaso fue aquella vez, cuando tenía 4 años, que vi Dumbo en el mítico cine Continental de la Ciudad de México; o en las proyecciones en 16 mm de El mártir del Calvario, Marcelino pan y vino y El cristo del océano en casa de mis padres durante semana santa; o cuando descubrí que mi papá tenía varias cámaras de súper 8 guardadas en su clóset y supe que mi abuelo guardaba en secreto una Bolex de tres objetivos, con la que realizó algunos trabajos amateur. Creo que no hay un momento fijo, o una razón, para enamorarse de lo que nos entusiasma. Así, en mi adolescencia, empecé a ir al cine compulsivamente. Todas las semanas reunía el dinero que me daban mis padres y cada miércoles, aprovechando el dos por uno, veía religiosamente tres películas. Como soy el más pequeño de entre siete hermanos, mi madre empezó a preocuparse por mis recurrentes desapariciones. Ella no creía que yo estuviera en el cine, y aún cuando lo supo, no le pareció normal ni bueno que yo pasara tanto tiempo viendo películas. De hecho, ella afirmaba que esa afición no me traería nada bueno. Sin hacer caso de los sermones de mi sacrosanta progenitora yo me iba al cine y al principio veía de todo. Cualquier cinta que se estrenara y me acomodara al horario me interesaba, pero muy pronto los miércoles dejaron de ser suficientes. Entonces, se cruzó en mi firmamento La Muestra Internacional de Cine, un
pretexto inmejorable para ir al cine todos los días con una oferta de películas de muy alta calidad. Después me dediqué a estudiar, me puse serio y maduré, sin embargo, nada de eso me parecía más importante que el cine y, por eso, terminé como estudiante de cine, profesor de cine, escritor de textos relacionados con el cine y conductor de un programa de radio que hablaba sobre cine. Justo en ese punto aparece en mi vida y, en esta historia, mi relación, qué digo mi relación, mi romance, con Expresión en Corto, o lo que hoy conocemos como el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF). La verdad es que en el fondo no importa el nombre que le demos, ¿o qué, a poco ustedes nunca le han cambiado el nombre de cariño a una novia? Hace poco más de siete años que empecé con el espectacular viaje que ha significado El cine y... , el programa de radio que conduzco en Ibero 90.9 FM. Asistí a mi primer festival de cine fuera de la ciudad de México y ese festival fue Expresión en Corto. De modo que si seguimos con las metáforas amorosas es justo confesar que en Guanajuato fue mi primera vez. Todos los que vivimos por y para el cine sabemos que un festival bien organizado es lo más parecido a Disneylandia -lugar mítico que, ya entrados en las confesiones, no he tenido la suerte de conocer todavía. Si a esa gran idea que es ver películas todo el día, acompañadas de conferencias, proyecciones y fiestas le sumamos una locación interesante, el asunto se vuelve inmejorable; potenciando de un modo único
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Homenaje a Tongolele.
Conferencia Magistral Deepa Mehta.
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son extranjeras, lejos de sentirme culpable, me siento agradecido y contento de saber que puedo regresar al lugar de mi primera vez porque el cariño es mutuo. En la más popular de las tradiciones mexicanas, propongo un brindis por estas primeras quince primaveras e imagino perfectamente los primeros acordes de un vals que bailaremos con ella todos los que la queremos. Larga vida a tan hermosa quinceañera, o como dice una sabia voz popular: Más cine, ¡por favor!
la emoción y libertad que sentía en aquellas tardes de miércoles en mi adolescencia. Viajar a una ciudad como Guanajuato, con el objetivo de ver cine aquella primera vez, me hizo entender que, en ese ejercicio de dedicar unos días a tratar de abarcar la oferta de un festival, se encerraba buena parte de lo que quería hacer el resto de mis días. Y sí, creo que es justo decir que le debo eso y muchas cosas más a Expresión en Corto. Le debo encuentros inolvidables con personajes únicos como Gaspar Noé, Spike Lee o Eliseo Subiela18. Le debo el redescubrimiento de dos ciudades increíbles a través de las proyecciones en el panteón, los túneles, las plazas y los callejones pero, sobre todo, gracias a su gente maravillosa y su generosa hospitalidad (de todas mis buenas experiencias en el festival, ninguna superior a la vivida el año pasado en San Miguel al ser hospedado por la entrañable Sara Fasy). Le debo la oportunidad de aprender y compartir con amigos, alumnos, cómplices y maestros que han concursado, reportado y triunfado en las ediciones de las que he sido testigo y en las que siempre pasa de todo (desde encontrarte con Tim Burton en una fiesta hasta que te caigas dentro de una coladera y termines el festival en muletas, con un esguince de tobillo de campeonato). Pero, por sobre todo, le debo a este primer amor, a esta primera novia, la extraordinaria oportunidad de conocer gente como Sarah, Ernesto y todos sus colaboradores que, al concebir, defender, y presentarme a tan atractiva damisela, han hecho posible que yo me enamorara más del cine. Revisando una y otra vez esa lista de momentos importantes para tratar de entender mi gusto por las películas, aparece muy claramente mi primera visita a Expresión en Corto. Hoy que tengo la suerte de asistir a otros festivales y que más medios me hayan invitado a colaborar con ellos; hoy que tengo más novias similares y que algunas
Fernando Moreno Suárez Es Licenciado y Maestro en Comunicación por la Universidad Iberoamericana, donde es académico de tiempo completo, profesor de cine y coordinador del área de publicidad del Departamento de Comunicación Es director y socio fundador de Productora Los Olvidados y colaborador habitual en la estación Ibero 90.9 FM., en donde dirige y conduce el programa El Cine y... desde hace más de siete años. Colabora en diversos medios impresos y electrónicos especializados en cine.
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José Luis Lobato y Sarah Hoch.
Talleres de Niños en Acción.
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Días de cine en Guanajuato El GIFF ha tenido sus errores, tanto en logística como en dinámicas de colaboración; no obstante, de esos tropiezos se ha levantado sin miedo y ha encontrado el camino adecuado: seguir de nómada por el mundo, en busca de historias impensables, de realizadores que resultan un descubrimiento para nosotros o un anhelo, por fin cumplido, para cinéfilos de cepa .
Saraí Campech Aún recuerdo la primera vez que asistí al Festival Internacional de Cine Guanajuato (en ese entonces todavía Expresión en Corto). Llegué a San Miguel de Allende, asistí al Teatro Ángela Peralta y resultó una muy grata sorpresa disfrutar de la selección de cortometrajes que se proyectó por la noche. Más tarde hubo una cena en la que realizadores, invitados especiales, compañeros de los medios de comunicación y organizadores intercambiamos impresiones sobre el encuentro. Me enamoré de ese entusiasmo por compartir la pasión por el séptimo arte desde todos los frentes posibles. En aquella época, en San Miguel de Allende, era común que el cine se hermanara con la gastronomía, experiencia que a muchos todavía nos hace salivar. En Guanajuato Capital me sorprendió la respuesta de los jóvenes, uno de los principales motores del Festival. Desde temprana hora se les veía sobre las escalinatas del Auditorio del Estado, entre función y función, o desfilando por restaurantes y bares de la ciudad, previo a las funciones en los túneles o en los panteones. Tanta sinergia auguraba muchas ediciones para este Festival, fruto del amor de una pareja imparable: Sarah Hoch y Ernesto Herrera. Una sonrisa se dibuja en mi rostro cuando recuerdo el Rally Universitario, donde los actores lucían cansados después de repetir por quinta ocasión la escena que parecía imposible. Los participantes llegaban con la confianza de quien tiene garantizado su boleto de entrada a Hollywood, o al menos a los Estudios Churubusco. En los últimos años, el ejercicio ha contagiado a realizadores consagrados, se aventuran a hacer tanto un corto publicitario como una película de luchadores. A diferencia de otros encuentros fílmicos, el Festival
Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) impulsa actividades artísticas que complementan al cine, por eso en ediciones anteriores los asistentes disfrutamos de un concierto de Café Tacvba; una fiesta electrónica en las entrañas mismas de la ciudad colonial y una presentación audiovisual en la Alhóndiga de Granaditas, a cargo del mismísimo Peter Greenaway.19 Entre el elenco nacional e internacional se percibe una hermandad forjada durante los 15 años del encuentro fílmico. Aquellas vacas sagradas de la cinematografía mundial terminan sucumbiendo ante la belleza de la ciudad, la calidez de su gente y la propuesta del festival, dejando de lado cualquier protocolo. Si ponen en duda mis palabras, pregúntenle a Spike Lee, Tim Burton, Oliver Stone, Gaspar Noé, Spike Jonze, Eliseo Subiela, Paul Schrarer; Alejandro González Iñárritu o el fotógrafo Spencer Tunick Los reflectores no sólo se han proyectado sobre los cineastas internacionales, sino también sobre personajes clave de la época de oro de nuestro cine o sobre los cineastas nacionales que han trabajado tanto
Deepa Mehta Foto: Jesús Herrera
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en nuestro país como más allá de las fronteras. Me atrevería a decir que, en muchos casos, los homenajes que organiza el GIFF dan pauta a otros reconocimientos en el país. A lo largo de estos años he conocido Guanajuato desde la trinchera de las bellas artes, oscilando entre el cuarentón Festival Cervantino y el quinceañero GIFF, y les puedo asegurar que ambos han logrado ubicar en el mapa a esta ciudad. Ambos festivales, como proveedores de cultura, demuestran que querer es poder. El GIFF ha tenido errores, tanto en logística como en dinámicas de colaboración; no obstante, de estos tropiezos se ha levantado sin miedo y ha encontrado el camino adecuado: seguir de nómada por el mundo, en busca de historias impensables, de realizadores que resultan un descubrimiento para nosotros o un anhelo, por fin cumplido, para cinéfilos de cepa. En este momento, este esfuerzo colectivo que es el GIFF hace un corte de caja. Es mi deseo que se escriban más capítulos en su bitácora de vida, en donde exijan:”Más cine, ¡por favor!”
Saraí Campech Egresó de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Desde 2002 se desempeña como reportera de la sección cultural de Once Noticias. Asimismo, ha colaborado en radio en la estación Horizonte 109.7 FM. Tuitera compulsiva se encarga de nutrir contenidos en @culturaoncetv y, a la par, en @campechita Ha participado en diversas mesas y encuentros del vasto universo del periodismo cultural.
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Hospitalidad y buena vibra + buen cine nacional e internacional = Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) Cada uno de los reporteros que damos cobertura al evento, regresamos con sensaciones y experiencias diferentes, teniendo como única similitud el buen trato y el enorme deseo de sus anfitriones por dar lo mejor de ellos y de sus hogares, lo cual es más que gratificante para uno como reportero, pues a pesar de estar a kilómetros de distancia, nos sentimos como en nuestro verdadero hogar .
Fabián de la Cruz Polanco Desde muy pequeño he tenido una relación muy directa con el estado de Guanajuato, pues ahí tengo familiares muy queridos, quienes radican en su ciudad capital. Por eso, Guanajuato significa para mí , buena vibra y, desde hace algunos años, la posibilidad de ver diversas propuestas cinematográficas y conocer a quienes las realizan y participan en ellas, lo mismo de México como del mundo, gracias a la llegada del Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF). Aunque el GIFF cumple este año tres lustros, la relación que he tenido con él de forma directa inició hace seis ediciones, previo a la apertura de mi revista electrónica Filmeweb (www.filmeweb.net), cuya cobertura estuvo a cargo de algunos de mis colaboradores, además de auxiliarme con el monitoreo de cables y comunicados de prensa llegados a la redacción de la misma. No obstante, al momento en que esos colaboradores dejaron de formar parte de esta familia editorial, y ante la fuerte y constante evolución que el GIFF ha tenido, tomé la decisión de ser yo quien le diera cobertura a las conferencias de sus invitados y sus exhibiciones que, en verdad, no deben pasarse por alto.
todas las facilidades, como medio acreditado por todas las de la ley, para darle al evento la cobertura que se merece. De hecho, desde el primer momento en que se llega a San Miguel de Allende, una de las sedes del GIFF, el ambiente es diferente para los representantes de la prensa, pues varios de los amigos de su directora, Sarah Hoch, que conforman la comunidad anglosajona que habita en la ciudad, abren las puertas de sus casas a la prensa nacional e internacional, debido a la saturación de los hoteles provocada por los cientos de turistas que llegan al Estado. Ante esto, cada uno de los reporteros que damos cobertura al evento, regresamos con sensaciones y experiencias diferentes, teniendo como única similitud el buen trato y el enorme deseo de sus anfitriones por dar lo mejor de ellos y de sus hogares, lo cual es más que gratificante para uno como reportero, pues a pesar de estar a kilómetros de distancia, nos sentimos como en nuestro verdadero hogar.
Por fortuna, y al percatarse que Filmeweb se preocupa por llevar a sus lectores la mayoría de los hechos que acontecen en los eventos cinematográficos, tuve la posibilidad de llegar a Guanajuato en compañía de Fernando Díaz Juárez, jefe de información y reportero del equipo, lo cual se agradece sobremanera, pues en el GIFF hay muchas actividades que se deben de cubrir. A diferencia de otros festivales que se llevan a cabo en el resto del país, la comunicación con las personas encargadas de la coordinación general del GIFF siempre fue cordial, en especial con el área de prensa, dándonos
Otra de las diferencias del GIFF con otros festivales nacionales, es la participación activa de los jóvenes,
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Reuni贸n Mexicannes con Deepa Mehta.
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invitados especiales y medios de comunicación, labor atribuible a su directora Sarah Hoch, quien, en todo momento, antes, durante y después del Festival, está al pendiente de lo que ocurre en el cine nacional e internacional, a fin de llevar a su evento las últimas tendencias en cinematografía.
quienes se desarrollan como voluntarios del mismo, apoyando en toda la logística del Festival; lo cual es también bueno para ellos, pues entran en contacto con profesionales que los aconsejan sobre sus carreras en el “mundo real” (pues, en su mayoría, se trata de chicos guanajuatenses que estudian o van a estudiar periodismo o cinematografía).
La suma de esfuerzos y el trabajo de un pequeño grupo de apasionados del cine, han hecho a Guanajuato, desde hace quince años, un Estado de cine y para el cine, lo cual se agradece mucho.
Cubrir el GIFF significa presenciar títulos que aún no se presentan en nuestro país; además de intercambiar opiniones con sus realizadores. Durante los años que Filmeweb ha cubierto el GIFF, pudimos ver trabajos consagrados y premiados ya en el extranjero, realizados por compatriotas como Alejandro González Iñárritu o Jorge Michel Grau, entre otros, quienes nos mostraron en exclusiva títulos de gran impacto como 11’09’01-September 11 y Somos lo que hay, respectivamente; además de conocer las propuestas de otros jóvenes cineastas, tanto en corto como en largometraje. Otro de los atractivos que ofrece el GIFF a sus asistentes y a la prensa, es la realización de actividades alternas que invitan a la reflexión. Prueba de ello es la realización de ciclos como el de cine erótico gay, Locura de Medianoche; además del Rally Universitario, en el que los jóvenes cineastas externan su pasión y deseo de comunicar a través del celuloide.
Fabián de la Cruz Polanco Periodista con más de 18 años de experiencia. Ha colaborado en medios impresos como El Heraldo de México y Playboy México. Ha participado en los programas radiofónicos De revista; y el noticiero Hoy por hoy, de la estación de W Radio, así como Celebridades y uno que otro colado, El Apapacho y En tu camino de Radio Fórmula. Publicó el libro Historia del Teatro Musical en la Ciudad de México 1952-2010 (SamSara Editorial). Es director y editor del semanario virtual Filmeweb.net, así como jefe de información de la revista Locaciones México.
Otros ciclos especiales, como el de cine en los panteones, llamado Cine entre muertos, ofrece a los espectadores la posibilidad de involucrarse con el cine de terror, horror y suspenso. Uno de los eventos más impactantes fue la proyección de la cinta Metrópolis, de Fritz Lang, musicalizada en vivo por Alejandro Otaola. Durante la realización del GIFF, Guanajuato se viste de fiesta y de cine, involucrando a habitantes, turistas,
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Shyam Benegal
Foto: JesĂşs Herrera
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¡Larga vida al festival! No hay quien niegue que el corto es el gran laboratorio de los realizadores del mañana .
César Huerta La primera vez que pisé el GIFF, entonces Expresión en Corto, fue hace diez años. Un largo viaje de casi ocho horas, producto de los tradicionales embotellamientos de la Ciudad de México y, por alguna extraña razón, en el centro de Guanajuato, hicieron que todos llegáramos agotados a lo que, se nos había dicho, era el certamen especializado en cortometrajes más importante de Latinoamérica. Se tendrían tres días para comprobarlo. De jueves a sábado. En aquellas fechas a la prensa la hospedaban en distintos hoteles del primer cuadro de la capital. Algunos en el Fraile, otros en el Cantarranas, los menos en otro que está frente a la Plaza del Cantador. En la noche previa a los eventos, no faltó quien sacara la fiesta. Un voluntario del Festival había invitado a una en la calle de Pajaritos, a unos 20 minutos, caminando, del primer cuadro de la ciudad. Y es que podía uno tardarse más en llegar a la sede principal, pero la sensación de estar en medio de algo importante sólo puede saborearse recorriendo los callejones, túneles y calles a altas horas de la noche. Era un festival caminable. ¿Quién puede olvidarse de puesto de “jochos”, situado a unas calles de la iglesia principal; de la cecina frente a las escalinatas de la Universidad o de los tacos madrugadores cerca de la estatua del Quijote, a unos cuantos metros de lo que fuera una de las locaciones principales de la taquillera película El estudiante? Ya no se diga de bares. Pero volvamos al tema. En ese 2002, lo primero que llamó la atención fue la gran manta anunciando el festival a un costado del Teatro Juárez, donde algunas rondallas nos pedían que fuéramos con ellos a un recorrido de leyendas. No hicimos caso, obviamente, por la pachanga que se nos había prometido. Llegamos a ella luego de pasar por una fuente cercana
al Callejón del Beso, que un año después se convertiría en locación de un cortometraje de la primera edición del Rally, en donde actuarían Ana Claudia Talancón y Humberto Busto. El detrás de cámaras, ¿saben quién lo haría?, Ernesto Contreras, ahora reconocido realizador por Párpados azules y el documental Café Tacvba: seguir siendo, grupo que por cierto ya ha sido de los grandes invitados a Guanajuato. Total, la fiesta no dejó de ser un mero intento ejecutado en una habitación con sillas a la que sólo nos quedamos unos minutos. De regreso, vimos al Pípila, que lucía impresionante desde el jardín central, donde está el kiosco y en el cual ya algunos universitarios vecinos de mesa hablaban emocionados del certamen, al que habían llegado provenientes de Nuevo León y Tamaulipas. Al día siguiente, el Auditorio Estatal estaba listo. Jóvenes de un lado a otro caminaban deseosos de ver cortos entre los que se encontraban Paso del norte (de Roberto Rochín, también conocido por dirigir el largo Purgatorio) y La milpa (de Patricia Riggen, directora de La misma luna), que resultarían ganadores. No hay quien niegue que el corto es el gran laboratorio de los realizadores del mañana. Ver programas conformados por cinco o seis producciones era algo distinto y que aún hoy se agradece. Como reportero se agradecía más ir por unos minutos al lobby del inmueble y platicar con René Castillo (Hasta los huesos) o Dolores Heredia (Santitos) para cumplir con nuestra tarea: enviar información a los medios que nos enviaban. Y vaya que sudábamos. Precisamente en esa edición logré (perdón por la vanagloria, sé que puedo caer gordo, pero luego entendí que un festival
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es para disfrutarlo, gran enseñanza guanajuatense), la marca de once notas informativas enviadas en un mismo día. Es decir, trabajo hay, siempre y cuando uno se dedique a eso. Con los años llegaron sorpresas. Los hollywoodenses Oliver Stone20 y Tim Burton21 pisaron Guanajuato. El primero se mostró serio, no habló más allá de lo necesario. El segundo, hasta una máscara de luchador se puso, tratando de emular las películas de El Santo que veía de niño en Los Ángeles. Burton visitó el Museo de la Momias mientras un grupo de personas se amontonaba entre la tumbas de un cementerio, a medianoche, para ver una película. La sensación es indescriptible, a menos que alguien tenga miedo de ver cómo una mano sale de un sepulcro. De anécdotas ya ni contar. Está la del alacrán que por poco le cae a Ignacio López Tarso durante una conferencia de prensa, quien por dar un paso a un lado, se libró del insecto, que al final pereció a causa de los pisotones de los reporteros que buscaban entrevistar al actor. Entre los colegas bautizamos una edición del Festival como el “Año negro para la prensa” porque un compañero se intoxicó, otro llegó a urgencias por infección estomacal y el camión que trasladaba por carretera a reporteros y fotógrafos, ya de regreso, estuvo a punto de chocar con un tráiler. De aquella primera edición a la que asistí ya sólo quedan los recuerdos. Algunos reporteros, de esa generación, ya se retiraron o están en otros menesteres. Pocos continuamos en la brega de apoyar al cine, más si es mexicano. De ahí el aplauso a la apertura de Óperas Primas del GIFF, donde han desfilado cintas como Año bisiesto o Labios rojos, ambas con éxito en taquilla comercial. Guanajuato, sin duda, ha logrado que el corto sea visto con más atención que antes. ¡Larga vida al Festival! ¡Larga vida a aquellos jóvenes que a contracorriente hacen cine y buscan contar historias! ¡Larga vida a quienes se empeñan en difundirlo! Salud.
César Huerta Los primeros recuerdos son del cine mexicano en blanco y negro. Esas películas con Arturo de Córdoba y Sara García que a cada rato eran vistas por la familia, a pesar del enojo de los niños que deseaban disfrutar caricaturas. Pasaron los años y vendrían, de forma azarosa, Lolo, de Francisco Athié; Un año perdido, con Vanessa Bauche y Cascabel, de Raúl Araiza, que fueron encontradas mientras se movía el dial de la televisión buscando algo bueno que ver. Pero aún así no estaba claro el destino. Durante seis años el sujeto cubrió política, cultura y hasta fue maestro de periodismo en el entonces Instituto de Cultura del DF. Un día una llamada y una entrevista de trabajo le hicieron ver que un lugar en espectáculos estaba libre. Y así comenzó todo. De pronto alguien que deseaba ser comentarista deportivo, que estudió en la UNAM, se convirtió en reportero de cine. Y tiene un objetivo: hacer, con el cine mexicano, algo que el norteamericano ya hizo: crear públicos. El camino no se ve tan difícil. La esperanza está ahí.
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Rinzing Wangdi
Shyam Benegal recibe reconocimiento.
Homenaje a JoaquĂn Cordero, Marcela FernĂĄndez Violante entrega reconocimiento.
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El GIFF, una gran ventana para los futuros cineastas El cine es la memoria y el retrato de una sociedad, por lo que el GIFF cumple una función social: reflexionar sobre la situación mundial a través de la pantalla, sin dejar de divertir y entretener en ese mundo mágico que es la sala cine .
Columba Vértiz de la Fuente A sus 15 años, el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) se encuentra en pleno crecimiento y desarrollo. Es muy joven, pero ya con un espacio reconocido a nivel nacional e internacional porque es una ventana para los cineastas y cinéfilos de todo el país, quienes a su vez interactúan con realizadores extranjeros. Así, se da un intercambio de ideas, creatividad, tecnología y sobre todo de historias.
cinematográfico, creado , porque crea una atmósfera de alegría, energía, fiesta y creatividad. Además, es muy positivo que los estudiantes de todo el país puedan expresarse aquí. Cabe destacar que año con año los jóvenes filman cortometrajes con mayor calidad, tanto en contenido como en el aspecto técnico. Lo importante es que se están formando nuevas generaciones de realizadores.
El cine es la memoria y el retrato de una sociedad, por lo que el GIFF cumple una función social: reflexionar sobre la situación mundial a través de la pantalla, sin dejar de divertir, y entretener en ese mundo mágico que es la sala de cine Los homenajes, conferencias, presentaciones de libros y competencias de filmes le dan una dinámica muy particular al Festival, pues permite el intercambio de ideas entre los realizadores y el público, quienes gozan y aprenden.
Y que los actores mexicanos participen con estos chicos es lo mejor. A nivel mundial no existe una competencia así. ¡Que viva el Rally Universitario!
Además, se aprecian las películas mexicanas que permanecen poco tiempo en las salas comerciales.
Los largometrajes, documentales y cortos que ofrece la programación del GIFF destacan porque hay una pluralidad de géneros, tanto cine de autor como cine comercial. Celebro que haya películas que difícilmente encuentran distribución, a pesar de que el programa destaca cintas que tienen la suerte de estar por estrenarse.
No es una tarea fácil, para el GIFF, fomentar y apoyar el cine, menos en tiempo difíciles para México, debido a la violencia y la crisis económica mundial, pero es necesario que existan historias, ya sea en ficción o documental, que apelen a la sensibilidad del ser humano.
Aplaudo que cada año sea posible ver historias de una cinematografía extranjera. Es difícil que lleguen producciones fílmicas de otros países, que no sean de Hollywood, a México.
Lo que destaca al GIFF, en comparación con otros festivales internacionales que se organizan en el país, es sin duda el Rally Universitario, en donde los universitarios crean un cortometraje de 5 minutos en 48 horas. Esta sección es el alma de este encuentro
Reconocer el trabajo de los integrantes de la comunidad cinematográfica es un aliciente. En ese sentido, el
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JoaquĂn Cordero
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GIFF realiza una gran labor al aplaudir el esfuerzo de aquellos que hacen cine en un país en el que cuesta mucho trabajo filmar. La presencia de los invitados especiales, que interactúan con los cinéfilos, enriquece al Festival. Guanajuato es nada más y nada menos que la cuna de la Independencia de México, qué mejor que este escenario para disfrutar del séptimo arte. Es una ciudad cultural donde el cine no debe faltar. Es un lugar en el cual el cineasta y la gente nativa de allí conviven sin máscaras y con un mutuo respeto. Se respira, en los días en los que se desarrolla el GIFF, un clima fílmico extraordinario.
Columba Vértiz de la Fuente
Los momentos más memorables del GIFF es cuando se está al frente de la pantalla grande con gente dispuesta a entregarse a la historia y al final platicar con el director y el elenco. Esos instantes no se cambian por nada. En tanto, las tertulias de cine con todos los participantes del Festival son un aprendizaje y una retroalimentación inigualable.
Periodista (Ciudad de México, 1968) Estudió la licenciatura en Ciencias de la Comunicación y Periodismo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Desde 1991 inició en el periodismo impreso. Ha trabajado en los diarios mexicanos El Universal y La Jornada, entre otros medios nacionales, y el periódico español El País. En 1999 ingresó a Proceso, semanario nacional de política y cultura, donde labora hasta la fecha. En reportajes, entrevistas y crónicas ha plasmado la situación política y cultural no sólo de México, sino de todas partes del mundo: Europa, América Latina y Estados Unidos. Es autora de The mexican Hollywood, de Proceso, sobre la inmigración de cineastas del país a la llamada Meca del Cine; colaboró en el libro Los generales, de Proceso, en torno a la militarización en México para combatir el crimen organizado, sobre todo el narcotráfico, y en el volumen México su apuesta por la cultura, de Proceso, Grijalbo y la UNAM.
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Spike Lee y Shyam Benegal
Foto: JesĂşs Herrera
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Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF):
la expresión de la grandeza El también denominado como GIFF, ha logrado mantenerse como una efectiva nave generacional, impulsando a los jóvenes, pero vinculándonos con los gigantes del pasado. Como muy pocos eventos fílmicos en el mundo, aquí la ciudad –con un marcado rasgo estudiantil que contrasta con su naturaleza histórica- se convierte en el principal protagonista, y la gente en la materia prima .
Jesús Chavarría Si algo puede definir el ahora llamado Festival Internacional de Cine Guanajuato –otrora Expresión en Corto- es su capacidad para hacer que el cine parezca estar al alcance de la mano e incluso tener la sensación de que con un simple parpadeo, se puede formar parte de la magia que le impulsa. Como muy poco eventos fílmicos en el mundo, aquí la ciudad –con un marcado rasgo estudiantil que contrasta con su naturaleza histórica- se convierte en el principal protagonista, y la gente en la materia prima ideal no sólo para la presentación de propuestas venidas de distintas partes del mundo, si no para los conceptos de realizadores que con el paso de cada una de las jornadas del festival, se afanan en hacer realidad su primera producción. El Rally Universitario, que lleva a los equipos participantes de escuelas de todo el país a poner su energía en concretar un cortometraje en menos de 48 horas, transmite una adrenalina y pasión que bien puede recordar al legendario garage-rock, en donde jóvenes inexpertos tomaban los instrumentos para hacerse presentes, sólo que en este caso son cámaras y luces en lugar de las guitarras. Casas, callejones, corredores, avenidas, túneles, todo sirve, todo está ahí y cobra otras dimensiones a través de la lente. Pero eso es solo el principio, esos mismos lugares se convierten también en salas alternativas de proyección que ofrecen un nutrido abanico de formas para disfrutar del séptimo arte. Es simplemente seductor el aire clandestino que adquiere el programa de cortometrajes, al presentarse entre las penumbras de los túneles, en una experiencia que comienza desde el momento de recorrer los pisos empedrados, hasta encontrar un lugar entre las siluetas de otros espectrales asistentes. Qué decir de las proyecciones en el Panteón Municipal, que obligan a los espectadores a deambular
entre tumbas, con el reflejo de la luna distorsionándoles los rostros y las siluetas, para servir como complemento del enrarecido espectáculo. En la cumbre de todo, el Auditorio del Estado, que sin reparos, al igual que el Teatro Principal y el teatro Cervantes, abre sus puertas para cualquiera que decida acercarse y disfrutar del séptimo arte. Para las funciones no hay precio, el pago son las miradas atentas que se intercambian por las propuestas más importantes y llamativas de este nuevo siglo, visiones gestadas hace más de 80 años -que se muestran cada vez más cerca de su versión original- o producciones acompañadas en vivo por músicos y actores prestando sus voces. Porque el también denominado como GIFF, ha logrado mantenerse como una efectiva nave generacional, impulsando a los jóvenes, pero vinculándolos con los gigantes del pasado. En las marquesinas, en los programas de mano, en las postales y los carteles, hay nombres y hay títulos, de luminarias y obras multipremiadas, pero la
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Spike Lee
Foto: JesĂşs Herrera
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trascendencia de aquellos que llegan sin el aura de los reflectores es la misma. En las salas, en los corredores, en las calles, hay premios, hay aplausos, hay risas, hay lágrimas. Es una fiesta que incluso toma la Alhóndiga de Granaditas con sus más de dos siglos a cuestas, para iniciar un concierto cinematográfico que durante una semana, hace un escándalo tan grande, que el mundo tiene que voltear a verle. Son quince años y el mensaje es simple pero claro y fuerte: todos queremos más cine.
y Nocturna, escribiendo las columnas La esquina Ruda y Que los cuervos te saquen los ojos, respectivamente. Ha colaborado con textos sobre cine, cómics y animación para las revistas Prototype, Artemanía, Emo City, Twiligthers y la edición mexicana del cómic de Archie. Ha sido editor de las revistas Cine Fantástico, Pasión por el Cine, Escuela de Magos y Stageone México. Actualmente es responsable de la sección de cine en las revistas Conexión Manga, Conexión Manga Especial, Irreverentes 20 y SK8, además de colaborar para publicaciones como Chilango, Playboy México y la edición fin de semana del periódico La Razón. De forma eventual, colabora en el programa de ABC Radio, La Moviola, que conduce Gerardo Gil Ballesteros, y desde hace más de cuatro años participa como crítico de cine en el programa de televisión Cine con Kristoff, que se transmite de forma semanal por la señal de Telehit.
Jesús Chavarría Cabrera Periodista, crítico de cine y director de teatro. Estudió Teatro y la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Actuó en montajes como Don Juan Tenorio, dirigida por David Herce. Dirigió obras de teatro como Lenguas Muertas -finalista de la Muestra de Teatro Universitario- y Sanatorium Shakespeare, que se presentó en el Foro Lenin, el Museo Universitario del Chopo y el Teatro Carlos Lazo. Escribió la pastorela El último Tango de Lucifer, que ha sido representada por diversos grupos de teatro. Participó en las revistas Gótica
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Gustavo Taretto
Adriana Barraza
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Guanajuato, un espacio donde se fortalece el sentimiento de pertenencia Cada año se brinda un espacio de proyección a un país en específico, y esta idea encanta por el hecho de saber que verás películas que jamás han sido expuestas en México, o que nunca más volverán a llegar en su formato original .
Emiliano Ortiz ¿Cómo describir un evento cinematográfico con identidad propia? ¿Cómo describir un Festival que desde sus inicios apoya a los jóvenes amantes del cine y futuros realizadores a experimentar su capacidad artística y ser plataforma para exponer sus trabajos? ¿Cómo describir Expresión en Corto, que le daba cabida a las historias en movimiento contadas en pocos minutos? ¿Cómo describir una de las mejores experiencias cinéfilas que cada persona tiene al acudir fielmente a las actividades, hechas además en lugares mágicos como San Miguel de Allende y Guanajuato Capital?
país en específico; y esta idea encanta por el hecho de saber que verás películas que jamás han sido expuestas en México, o que nunca más volverán a llegar en su formato original. Un desafío que, supongo, no ha sido nada fácil de lograr, pero que todos los asistentes al Festival les agradecemos. Por ello, es que hemos gozado de charlas tan interesantes como la de Tim Burton (2007), Spike Jonze (2008), Peter Greenaway (2009), Deepa Mehta (2008) y una lista de incontables invitados de reconocida trascendencia en el séptimo arte.
La primera vez que acudí al Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) comenzaba por mis andares periodísticos; de hecho, fue el primer festival de cine que cubrí respaldado por un medio de comunicación. Al llegar al evento, me percaté de que del público en su mayoría era joven, quienes acudían a las proyecciones y conferencias de los profesionales del cine con el afán de conocer los consejos de los profesionales del cine, que podrían servirles en un futuro.
Y qué decir de la oportunidad para disfrutar de todos los realizadores que vienen de algún rincón de nuestro planeta para proyectar sus trabajos y crear un feed back que sirve para plantear las nuevas tendencias del cine. Es un verdadero deleite ser testigos de esto, sobre todo para los que queremos expresar delante de una cámara, o a través de la pluma, la alegría de conocer a personas que día a día hacen del cine un verdadero arte.
La primera actividad que disfruté fue el Rally Universitario, donde jóvenes de diferentes Estados de la República contaban con actores profesionales y equipo para relatar una historia; listos para que su cortometraje fuera el centro de atención del Festival y también listos para aprovechar la oportunidad de saberse cineastas, apostar por el arte de narrar a través de un lente y en una pantalla grande. Es sorprendente que se brinde esta oportunidad a los chavos que, además, siempre son propositivos, ocurrentes y creativos. Una parte importante de esta fiesta de cine, es que cada año se brinda un espacio de proyección a un
No cabe duda que todo está planeado para convivir con mucha gente, conocer e interactuar con las personas de Guanajuato; celebrar con bombo y platillo la selección de cintas que se escogen en cada edición, porque también hay que reconocer la labor para
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Spike Jonze
Foto: JesĂşs Herrera
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Las respuestas más sonada eran: “Me parece perfecto que haya un festival así, que se preocupe por difundir el cine”; “Me encantaron las actividades alternas, como las conferencias y las pláticas con los directores de cine porque aprendí mucho”. ”Yo me divertí mucho en las fiestas y vi trabajos que me gustaron por su propuesta”... Nunca podría terminar de escribir los elogios que las personas hacían de Expresión en Corto, pero sí puedo asegurar que todos los que alguna vez han estado ahí se han llevado algo de aprendizaje y experiencias.
adecuar tantos trabajos y distribuirlos al alcance de todos. No puedo dejar de resaltar las exhibiciones al aire libre, como la proyección de una cinta en un panteón, actividad que en primera instancia se vislumbra lúgubre y tétrica, pero que en realidad afirma la viveza del género. Una experiencia que está fuera de cualquier descripción y donde la noche, el público y la cinta hacen la magia de la velada.
Fue en Expresión en Corto donde, además de aprender de cine, conocí a muchos amigos. Fue ahí también donde mi emoción por devorar películas creció. Cada mañana me enfrentaba a la difícil decisión de escoger las cintas que ocuparían mi día. Así mismo, me di cuenta que se pueden ver más de cuatro películas por día. Es un sentir y una experiencia que no tiene comparación.
Las proyecciones en los túneles, por su parte, crean una atmósfera que no se puede ver en ningún otro lado. Por estas cosas, es que el Festival ha sobrevivido: por renovarse año con año y ser punta de lanza para la difusión del cine en el Estado y en el país. Una de las tantas cosas que me ha dejado esta fiesta de cine, es que la arquitectura del centro de la ciudad, la pasividad del auditorio donde se realizan las proyecciones, las galas de cada noche y la buena organización enamora a cada visitante.
Para mí, el Festival Internacional de Cine Guanajuato significa un espacio donde en verdad se crean lazos que fortalecen el sentimiento de pertenencia, y por ello decido volver año con año, para poder decirles a los cabecillas de esta organización: MÁS CINE POR FAVOR.
Recuerdo cuando, por primera vez, sondé a las personas que asistieron a la clausura de la edición número 11 y el público no tenía palabras para expresar la emoción de haber formado parte de ella, incluso, pude ver a través de su hablar la nostalgia del final de actividades.
Esta es mi experiencia y sentimiento para con ustedes. En este cumpleaños número 15 les deseo lo mejor y agradezco su compromiso con el cine.
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Reuni贸n MexiCannes con Spike Lee.
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Emiliano Ortiz Olivares Es egresado de la carrera de Comunicación y Periodismo de la Facultad de estudios Superiores Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Comenzó su andar periodístico a los 20 años, publicando en periódicos locales del Estado de México. Posteriormente, se especializó en cine trabajando para el programa de radio Gente de Cine, que todavía se transmite en el 1060 am, de la estación Radio Educación. Actualmente es reportero del programa de revista La Sobremesa, que se transmite por Cadena Tres, Canal 28, y en el que tiene un espacio donde recomienda películas. Además, es el encargado de la Sección de Cine en el programa sabatino X3 del mismo canal. Colabora para el programa de Radio dominical Cinematlán, el lugar del cine por RMX 100.3 FM, de Guadalajara.
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Spike Jonze
Micaela Kezele
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Desafío de cobertura para un medio de comunicación innovador Durante la celebración, Guanajuato saca la cabeza al mundo, pero no abandona su color local, su provincianismo y ese subterráneo sabor de los mexicano que combina lo colonial, lo minero y lo moderno. Donde otros ponen trabas y obstáculos, en el GIFF existe sensibilidad, respeto y apoyo .
Fernando Bañuelos La cobertura de un festival de cine, que se precie de tener un contenido digno, una oferta cinematográfica atractiva y una personalidad propia, es un reto para cualquier periodista, ya sea éste un reportero que busca la noticia exclusiva, un ávido entrevistador de personalidades o un sesudo crítico que se sumerge en las interminables funciones que ofrece el programa. Subyace en los Festivales de Cine una substancia inmarescente, que está ahí, pero que no todos perciben y menos aprehenden. Esa materia la tiene el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF), que ha ido creciendo cualitativamente y ha multiplicado en todos los sentidos su oferta cinematográfica. Su directora, Sarah Hoch, nunca ha perdido de vista la riqueza cultural, unas veces abigarrada y otras tersa, que ofrece Guanajuato, habitado por gente cosmopolita. Si a eso se le suma la exhibición de películas provenientes de todos los rincones del mundo y conferencias de prensa con personalidades talentosas e inaccesibles, en escenarios cargados de Historia, el desafío de la interpretación, el goce, y la transmisión de estos acontecimientos al público, en nuestro caso lector y televidente, se vuelve harto atractivo, extenuante y por que no decirlo, alucinante. Con esa mística, Homocinefilus (www.homocinefilus. com) cubre todas las emisiones del Festival a las que es convocado. Nuestra Agencia de Noticias de Cine por Internet, vanguardista per se, ha transmitido en vivo y en directo desde las entrañas mismas del GIFF. Donde otros ponen trabas y obstáculos, por desconocimiento de nuestro trabajo, en Guanajuato existe sensibilidad, respeto y apoyo a Homocinefilus. com.
Muy pronto, Sara Hoch Delong, Directora Ejecutiva del GIFF, entendió el potencial de Internet y de los que fundamos un medio de comunicación digital que, además de informar a través de notas informativas, entrevistas y criticas de cine, montábamos una cabina de televisión para, a través de la red, dar a conocer todo el mundo lo que sucedía en Guanajuato. Alejandro González Iñárritu, Udo Kier, Larry Clark, Gerardo Naranjo, Paul Schrader, Bong Joon Ho, Spencer Tunick, Michael Rowe, Eliseo Subiela y Carlos Bardem son sólo algunas de las personalidades del cine que han pasado por las cámaras y los micrófonos de Homocinefilus. Esta lista es muestra del esfuerzo, la voluntad y la audacia de un medio que ofrece al público las tendencias más actuales del séptimo arte. Además, Sara Hoch se ocupa de que el Festival -labor titánica y condición que debería ser sine qua non en todos- promueva la producción fílmica. Durante la celebración del Festival, Guanajuato saca la cabeza al mundo, pero no abandona su color local, su provincianismo y ese subterráneo sabor de lo mexicano que combina lo colonial, lo minero y lo moderno. Ojalá nunca pierda esa condición.
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Presentación del libro Cine con Identidad, María Novaro frente a Mira Nair.
María Novaro y Francisco Javier Millán.
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Fernando Bañuelos Crítico de cine (Celaya, Guanajuato, 1960). Estudió la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. De 1984 a 1989 impartió el Diplomado de Apreciación Cinematográfica en el Museo Universitario del Chopo. En 1989, en la cadena informativa ECO, de Televisa, fundó un programa de crítica de cine, bajo el título Tiempo de Cine en Eco. Durante 16 años trabajó en la televisora como conductor, redactor y jefe de información en distintos noticiarios, entre ellos 24 horas de la tarde, Muchas noticias, Visión a.m. y En contraste. Ha publicado crítica de cine en periódicos y revistas de circulación nacional, entre ellos La Crónica de Hoy. Participó durante 5 años consecutivos en el espacio radiofónico Todo para la mujer, conducido por Maxine Woodside, en la cadena Radio Fórmula, en donde hacía comentarios sobre cine. Actualmente es el director fundador de la agencia de noticias de cine por internet homocinefilus.com, un ambicioso proyecto que cuenta información en tiempo real, 14 programas de televisión, blogs y coberturas en vivo de festivales cinematográficos.
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Homenaje a Jorge Fons.
Foto: Paulo Vidales
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Mi experiencia en Expresión en Corto Tuve la oportunidad de acudir por primera vez en 1999. De aquella edición guardo un grato recuerdo que resultó toda una experiencia enriquecedora; pero también era el descubrimiento de una sede que, independientemente de su belleza e historia colonial, permitía el intercambio de ideas como una posibilidad de acercarse al cine, un lugar alejado de las grandes urbes pero que daba una aire de respiro a una industria que buscaba sobrevivir .
Víctor Bustos Mi historia con el Festival se remonta a las primeras ediciones, cuando toda la organización se concentraba únicamente en San Miguel de Allende, tuve la oportunidad de acudir en1999 por invitación de Luis Chávez que, como representante de Kodak, hizo favor de invitarme en mi calidad de programador de películas para televisión, a participar una de las mesas redondas como parte de las actividades que Expresión en Corto, como desde entonces ha venido organizando. De aquella edición guardo un grato recuerdo que resultó toda una experiencia enriquecedora a nivel profesional y personal, tanto por las personas con las que tuve oportunidad de convivir, desde el entrañable Sergio Molina, así como el siempre perseverante Víctor Zavala, quien se volvería un personaje asiduo y recurrente del Festival, pero también era el descubrimiento de una sede que, independientemente de su belleza e historia colonial, permitía el intercambio de ideas como una posibilidad de acercarse al Cine, un lugar en la provincia alejado de las grandes urbes pero que daba un aire de respiro a una industria que buscaba sobrevivir. Durante esos encuentros y mesas redondas que en ese entonces se llevaban a cabo en el Hotel Real de Minas, acudieron jóvenes de todas partes motivados por su interés en acercarse al cine a través del cortometraje, y tengo muy grabado en la memoria, que sirviendo como moderadora de dichas mesas de trabajo, Sarah Hoch, incansable como siempre, se dirigía a los participantes, diciendo: “Chavos, busquen a la gente que sabe, acérquense con la gente que conoce”, enfatizaba, “si quieren hacer sus trabajos, si quieren hacer sus cortos acérquense a esa gente y no duden en pedirles consejo”. Aquel año en que estuvo como Jurado, el comunicador Javier Alatorre, y todas las funciones se llevaban a cabo
en el Teatro Ángela Peralta, espacio que por aquel entonces no estaba del todo acondicionado para recibir a tanto público cinéfilo, deseoso de participar en la exhibición de los cortometrajes, dejaba ver que se estaba gestando un gusto por el corto, y por las ganas de hacer Cine. Tiempo después, yo volvería a Expresión en Corto, sería a partir de 2002 en que mi presencia se volvería una constante para cubrir el Festival como reportero. Me encontré con cambios y novedades. Se había agregado como una nueva sede, el imponente Auditorio del Estado servía ahora para dar la bienvenida a todos. Personajes que forman parte de Expresión en Corto fueron desfilando desde entonces, Vanessa Bauche y Laura de Ita, incondicionales del Festival, a las que se fueron agregando más y más personas y personajes de gran valía, entre actores, directores, productores, escritores, periodistas y comunicadores; además de jóvenes entusiastas que cada año siguen participando y hacen del Festival un evento que se ha vuelto una
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Homenaje a Meche Carre単o.
Foto: Paulo Vidales
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seguirá atrayendo a cinéfilos y visitantes, que al igual que yo, hemos ido cosechado amistades, vivido experiencias inolvidables y conservando a Expresión en Corto en un lugar especial en nuestras vidas.
cita imprescindible entre los amantes del séptimo arte. A través de “Más cine... por favor”, frase que la querida Sarah fue acuñando como una súplica en un momento en que los espacios para el Cine Mexicano eran mucho más inciertos que como hasta ahora, fue tomando mayor fuerza y adoptado por todos los que han participado en este encuentro. A lo largo de los años de vida de Expresión en Corto he sido testigo cómo un medio metraje, que se ganó el cariño del público, fue gestándose hasta completar el largometraje de Gustavo Taretto, Medianeras; la curiosidad de Tim Burton por las Momias de Guanajuato, Peter Greenaway reiterando una vez más que el cine ha muerto, o bien a Oliver Stone más interesado porque Diana Bracho le contara sobre la prohibición de La sombra del Caudillo. Entre los talento internacionales que han visitado Guanajuato y a los que tuve oportunidad de conocer, puedo mencionar a Eliseo Subiela (El lado oscuro del corazón), Gaspar Noé (Irreversible), Deepa Metha (Water), Irvin Kershner (El imperio Contraataca), el animador Bill Plympton y otros tantos más, sin dejar fuera a los nacionales que han formado una convivencia con todos los asistentes. Sin dejar fuera al público asiduo que sin importar de donde vengan y los sacrificios para estar presentes, han participado de esta experiencia, como es el caso de María Fernanda Casillas Ocampo, a quien vi ganar con su equipo en alguno de los cortos que compitieron en el Rally, y ha seguido participando activamente, y no dudo que terminará integrándose al quehacer cinematográfico. Desde el principio el festival ha mantenido ese espíritu libre que ha incentivado la actividad cinematográfica, que ha permitido reunir a muchos de los protagonistas de la creación fílmica, y además ha dado oportunidad a nuevas generaciones para acercarse a ellos. Enmarcándose en los bellos paisajes llenos de historia,
Víctor Bustos Periodista y crítico cinematográfico independiente. Ha colaborado en crítica de cine en los diarios El Universal Gráfico, el suplemento Por fin y el Suplemento Cultural Arena de Excélsior. Fue colaborador de la desaparecida revista Dicine, y ha escrito para diversas revistas como Cinemanía, El Huevo y Playboy. Desde 1992 ha cubierto, fuera del país, los festivales de cine de Toronto, Panamá y Cartagena; en México, ha asistido al Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) y el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF). Desde hace varios años colabora con entrevistas y reportajes, sobre personalidades internacionales del cine y la televisión, para el periódico El Universal.
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Diana García
Luis Ernesto Franco
Armando Hernández
Ximena Ayala
Foto: Jesús Herrera
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Memorias de un crítico en el GIFF Estos 15 años se han convertido, paso a paso, en un prisma de colores, cambios y contrastes para seguir en constante evolución. Si algo caracteriza al GIFF, es la novedad. Es un festival que no se repite ni se estanca .
Alfonso Aranda López En el momento justo que escribo estas memorias para el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF), pienso que se podrían publicar miles y miles de volúmenes con las descripciones, anécdotas, relatos, bitácoras y flashbacks de todos lo que hemos pasado por su alfombra roja. Es imposible cuantificar todo lo vivido en un Festival de enorme magnitud y distinción, como el querido GIFF. Al momento de redactar, me vienen a la mente las siguientes preguntas: ¿Por dónde comenzar? ¿Qué actividades han marcado mi vida y profesión? ¿Qué figuras de la cinematografía internacional han sido pieza clave? ¿Qué distingue al Festival de otras celebraciones fílmicas similares? Este 2012, el GIFF cumple 15 años. Es una marca histórica sin lugar a dudas y se debe festejar con juegos pirotécnicos y a lo grande. Son ya 15 años de ofrecer una celebración dedicada a los cinéfilos y personajes célebres que viven, trabajan, adoran, interpretan, sienten, capturan y aman el séptimo arte de maneras inimaginables. Estos 15 años se han convertido, paso a paso, en un prisma de colores, cambios y contrastes para seguir en constante evolución. Si algo caracteriza al GIFF, es la novedad. Es un Festival que no se repite ni se estanca. Todo lo contrario: actividades, conferencias, países invitados, talleres, rallyes, muestras, exhibiciones, proyecciones, organizados minuciosamente, con pulso artesanal, para que la experiencia signifique un acontecimiento internacional. En el cine, como sabemos, sería algo similar al “twist” o “giro de tuerca”. El GIFF es especialista en ofrecernos momentos de sorpresa, que se quedan grabados en nuestra memoria cinematográfica. Este Festival surgió de un proyecto sólido para preservar y difundir los diversos testimonios de jóvenes cineastas, quienes ofrendan sus
sueños, ideas creativas y universos personales en cada página de guión. Si existen jóvenes con esa inquietud y logran plasmar sus ideas en fotogramas, es gracias a las oportunidades que les brinda el GIFF. Otros Festivales, al igual que el GIFF, podrán tener una variedad de premieres, eventos privados, homenajes a destacar y figuras que reconocer, pero el de Guanajuato, a diferencia de muchos, tiene como distintivo básico el crear lazos profesionales y personales entre una nueva generación de promisorios cineastas con la vieja guardia de directores, quienes arrastran prestigio, premios, aprendizaje. Directores nacionales, norteamericanos, europeos, latinoamericanos tienen el privilegio de contar con un Pitching Market, una oportunidad de convertir sus proyectos en cintas exitosas en cualquier región del planeta. Tanto estos nuevos talentos como el público en general que asiste a esta fiesta del cine, puede estar frente a frente, cara a cara, con figuras del cine nacional e internacional, gracias a la proximidad y acceso confiable que brinda el GIFF. La cercanía, el buen trato humano, la cordialidad, el modo constante de buscar la aventura en las salas de cine y, en especial, sentirse como en casa, cómodo y tan familiar en este Festival, es punto y aparte. La Presidenta y fundadora del GIFF, Sarah Hoch, es la responsable de que en estos 15 años, el Festival se
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Ana Serradilla
Foto: Jesús Herrera
Sebastián Gutiérrez y Carla Gugino
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por los pasillos del Auditorio, como un auténtico “cinemastar” y tener la oportunidad de fotografiarnos en la imagen del recuerdo, sigue emocionándome. Es más, recuerdo que el reconocido director mexicano Carlos Bolado, también invitado de honor, nos tomó la fotografía con amabilidad. De aquel mismo año, también recuerdo con nostalgia una breve, pero sustanciosa, entrevista con el director mexicano Luis Mandoki. De actitud siempre dispuesta y con buen carácter, platicábamos de sus nuevos proyectos, incluida una cinta épica que deseaba ya concretar, pero debido a compromisos ya firmados, no tenía espacio para aterrizar sus ideas sobre ese filme aún tentativo, llamado The Wing Boy. Espero que no lo abandone tanto tiempo, ya que después de lo que platicó sobre este filme podría augurarle un hit en carteleras. Después de platicar con Mandoki, la premier de una cinta mexicana dirigida por Patricia Riggen, sería uno de los momentos cumbre del Festival. La Misma Luna – protagonizada por Kate del Castillo, Eugenio Derbez y Adrián Alonso, quienes en compañía de la guionista Ligiah Villalobos presentaron la cinta en el Auditorio del Estado– tuvo una excelente recepción de crítica y audiencia, recibiendo tanto el filme como sus actores, una sonora ovación. Dentro de las actividades del “XIII Festival Internacional de Cine Expresión en Corto”, en el año 2010, el director argentino Eliseo Subiela recibió La Cruz de Plata como un homenaje a su labor y aportación al cine latinoamericano. Y es un homenaje merecido y oportuno a lo que ha ofrecido Subiela en cada una de sus películas. Esos sueños e ideas personales del realizador que, en pantalla grande, se convierten en realidad y que van dirigidos a los espectadores que quieren ver un cine de calidad y alejado de todo acartonamiento. El estar de cerca con Subiela, un personaje tan abierto, de constante buen humor y carismático -que incluso se puede percibir como un amigo fiel al cual conoce
mantenga posicionado, y con justa razón, como un suceso fílmico anual que ofrece lo mejor de lo mejor en cuanto a plataforma de consolidación de talentos, además de ser una base de referencia óptima para el cine mexicano, una industria que se apoya en la proyección que brinda GIFF. Hablando de Sarah, sigo pensando que si existieran más personas comprometidas con su labor directoral, con el arrojo y valor; el empeño, determinación y la perspicacia de Sarah, en su misión inagotable de promover los valores artísticos y culturales de la cinematografía, tendríamos una industria del cine más abierta a posibilidades reales de producir, crear y proponer. Tal como Sarah, puedo expresar con gusto, un lema que ha sido fundamental en los Festivales del GIFF, que sirve de bandera emblemática y objetivo primordial del evento: ¡Más Cine, Por Favor! Fue a inicios del año 2007, cuando recibí una invitación personal para cubrir el Festival Expresión en Corto. Mi emoción fue por partida doble: por un lado, cubriría notas para mi sección televisiva Cinemascopio, que apenas cumplía un año al aire; por el otro, corría el fuerte rumor de que un director afamado de Hollywood, con un sello autoral distintivo, participaría en esta emisión del Festival. Ese director, originario de Burbank, California, tenía en su haber cintas que siempre he considerado como clásicas y fantásticas. Como ejemplos: Batman, Beetlejuice, El Joven Manos de Tijera, Ed Wood, El Gran Pez, entre otras. Ese director era ni más ni menos que Tim Burton. Burton no sólo participaría dentro de Expresión con una conferencia magistral, sino que también sería merecidamente homenajeado con la espléndida Cruz de Plata. El iniciar mi primera travesía en el Festival sería clave y todo un privilegio en mi carrera como crítico de cine: conocer a una de las mentes más creativas e ingeniosas del cine fantástico. Escuchar su conferencia por más de dos horas; verlo caminar con su séquito de seguridad
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Homenaje a Jorge Fons.
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uno desde hace tiempo- es una oportunidad valiosa para aplaudirle. Cualquier milonga sentimental, que la orquesta interpretara en la Plazuela de San Fernando, era motivo de fiesta y orgullo para decirle “Gracias, Sr. Subiela”. Y ese tipo de momentos, jamás se pueden olvidar. Momentos de milonga y de honor para Eliseo Subiela. Es, para mí, un deleite recordar uno de mis momentos favoritos en el GIFF. Me remonto al año 2009, cuando la actriz Carla Gugino, con su belleza deslumbrante, apareció a escena, acompañada del guionista Sebastián Gutiérrez, quien presentaba su cinta Women In Trouble. Carla, una mujer imponente y con una personalidad arrebatadora, me regaló un beso, un abrazo y me dejó constancia de que nos volveríamos a encontrar en otra entrevista. Como testimonio, dejó un mensaje grabado a mi sección cinematográfica. 15 años del Festival Internacional de Cine Guanajuato. 15 años de éxitos, logros, caminos cruzados, metas cumplidas, fronteras conquistadas, amigas y amigos incondicionales, quienes abren las puertas a una celebración luminosa que pasa rápidamente como aquellos 24 cuadros por segundo. Y en esos instantes de instantes de festejo, anhelar un futuro igual de brillante y jovial como lo es ahora el GIFF. Vamos al Cine. Vamos a Guanajuato.
Alfonso Aranda López Crítico de cine. Nació en 1977 en San Luis Potosí. Licenciado en Comunicación por la Universidad del Centro de México (UCEM), es fanático de los géneros de ciencia ficción, comedia y fantasía. Ha publicado crítica de cine en el periódico Pulso de San Luis, en la revista Librevía y en el Semanario la Red. Colabora en espacios radiofónicos de las estaciones Stereo Rey F.M. 100.1, Exa F.M. 96.9 y Magnética F.M. 107.1. Actualmente es conductor de la sección de cine Cinemascopio del programa matutino Concepto 7 del Canal 7 de Televisa San Luis. Dicha sección cumplió recientemente su 6° aniversario al aire, acumulando 712 emisiones en vivo.
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Carmen Aristegui
Kaori Momoi
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Entre gozo, cine y festivales Como cinéfilo y periodista cultural, agradecí desde hace años que en Guanajuato existiera un festival que le apostara en su momento a lo atípico: el cortometraje .
Juan Manuel García Siempre me han gustado los festivales porque en ellos existe la oportunidad de desbordarse en gozo, cuando todos, para bien o para mal, están dispuestos a disfrutar de lo que venga en este tipo de encuentros. Abundan las risas, los abrazos y las bromas; la emoción por presenciar eso que nos tocará y nos hará preguntarnos otra vez sobre la complejidad del mundo. Como cinéfilo y periodista cultural, agradecí desde hace años que en Guanajuato existiera un festival que le apostara en su momento a lo atípico: el cortometraje. Y de aquí pa’l real, este pequeño mundo del cine empezó a darnos cada año, la dosis necesaria de vida. Para un periodista, ir a cubrir el Festival de Cine Expresión en Corto, era y sigue siendo un privilegio. Había que convencer a los editores, e incluso a los dueños de los periódicos, de que reportar lo que ahí ocurría era importante, necesario. Hablo de finales de los noventa. Desde entonces, en diversos frentes de los medios en que me ha tocado colaborar o dirigir, no me he perdido una sola cobertura del Festival. Vale decir que me gusta asistir más como espectador y entrometerme casi en todo: inscribirme a un taller, insistir con entrevistas exclusivas, quedarme desde la mañana hasta bien entrada la noche para ver la mayor cantidad de cintas y compartir con mis colegas de oficio o directores, productores y actores, los entresijos de una película. En el ahora GIFF conocí a buenos amigos, a extraordinarios reporteros y a otros, hay que decirlo, que agotaban su tiempo en descalificar o señalar las fallas, comparando lo que ocurría aquí con otros eventos. Es loable la tenacidad con la que Sara Hoch, Ernesto Herrera, y su equipo han mantenido a flote este proyecto, que ha crecido a su tiempo, a veces con más o menos apoyo.
El empuje de esta dupla ha sido fundamental, a pesar de los vaivenes electorales y la miopía de quienes no ven los enormes beneficios que ha traído a Guanajuato este evento anual, tan sólo en el posicionamiento como destino turístico. Nadie puede negar que el GIFF, que abrió sus puertas al largometraje, sea una fiesta enorme, donde cada vez el nivel de las producciones es significativo y los invitados se pelean por venir a la tierra de Jorge Ibargüengoitia, y sus ruinas. El Festival ha beneficiado a la industria cinematográfica con la organización de jornadas de producción, el impulso al trabajo de jóvenes universitarios y con el otorgamiento de becas a tantos y tantos talentos desperdigados por todo el país. Pero sigo con la cobertura, la participación activa desde la trinchera que me toque estar y llenarme los ojos de esta fiesta del cine que cumple 15 años, pero que se ve más joven y vital que nunca. Me quedo con los abrazos, con el recuerdo de una escena bien lograda por un director, con las palabras del conferencista que dan vueltas por la cabeza y con los pasos encaminándose hacia al Auditorio para seguir en la búsqueda de historias interesantes. Como producto cultural, el GIFF ha hecho lo suyo. Nos toca a todos cuidarlo, circularlo y consumirlo. Defenderlo de los ataques y hacerlo crecer con propuesta y mucha crítica, pues sólo puede criticarse algo que se ama profundamente. ¡Que vengan muchos años más!
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Peter Greenaway presenta The tulse luper suitcases en la Alh贸ndiga de Granaditas.
Foto: Jes煤s Herrera
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Juan Manuel García Belmonte Periodista, dramaturgo, director de escena y promotor cultural. Fue corresponsal del Grupo Reforma y de MVS Noticias con Carmen Aristegui. Ha colaborado con reportajes y crítica en Milenio Diario, Reforma y el diario Clarín de Argentina. Actualmente es coordinador de redes sociales en la Revista 012 y escribe en Este País, Tierra Adentro y Luvina, así como en el suplemento La Jornada Semanal. En 2012 fue seleccionado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), que preside Gabriel García Márquez, para el Taller de Aplicaciones Digitales en Periodismo Cultural. Becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), dentro del Programa de Intercambio de Residencias Artísticas México-Argentina, en el área de teatro. Sus obras han sido montadas en México y el extranjero. Forma parte de varias antologías nacionales de cuento y dramaturgia. Tiene publicado el libro de cuentos Te veo en el restaurante.
The Tulse Luper Suitcases.
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El cine ha muerto. Peter Greenaway.
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GIFF: Quince años no es nada El cine es mejor que la vida.
Francois Truffaut
Año con año, el GIFF se ha consolidado como una espacio donde el público y los moradores del bello Guanajuato hacen una sinergia especial, pues ver películas se ha convertido en un modus vivendi, lleno de sorpresas .
Perla Schwartz El cine como motor de inspiración fue, hace tres lustros, la génesis del Festival Internacional de Cine Expresión en Corto -hoy Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF). En 1997, se inició este evento consagrado a difundir el séptimo arte, una gran pantalla donde se proyectan realidades alternas a la que solemos vivir cotidianamente. Desde sus inicios, el GIFF se ha ocupado de una tarea esencial: promover nuevos cineastas. Y tras 15 años, su principal promotora es la entusiasta e incansable Sarah Hoch. En un inicio, los cortometrajes fueron la columna medular de este importante evento cinematográfico; en la actualidad, si bien se siguen proyectando, el programa se ha visto enriquecido con la inclusión de valiosos largometrajes, tanto nacionales como extranjeros.
Asimismo, es de destacarse que cada año, el Festival edita un libro en torno a un tema importante del quehacer fílmico, con lo cual posibilita a ávidos espectadores de conocer más a fondo el por qué de su pasión cinéfila. Uno de los valores añadidos del GIFF es la presencia de las figuras más destacadas del cine mundial. Recuerdo cuando estuvo Oliver Stone, quien sostuvo un delicioso diálogo con la actriz Diana Bracho.
Es de elogiarse la realización del Rally Universitario, pues brinda la oportunidad a un sinnúmero de estudiantes apasionados por el cine de filmar sus cortometrajes en el lapso de 48 horas, en locaciones guanajuatenses y apoyados por célebres actores del medio. No olvidemos que un cortometraje es la simiente de grandes directores, en donde emergen las características de sus futuros trabajos fílmicos. Bien decía el gran cineasta francés Francois Truffaut: “El cine es lo mejor de la vida”. Bajo esta consigna, el GIFF ha organizado muestras tan inusitadas como Cine entre muertos, películas de terror que se proyectan a medianoche en los panteones de la ciudad, en donde alguna vez el curador fue ni más ni menos que el genial Tim Burton.
Año con año, el GIFF se ha consolidado como un espacio donde el público y los moradores del bello Guanajuato hacen una sinergia especial, pues ver películas se ha convertido en un modus vivendi, lleno de sorpresas. Incluso, previo a la apertura, crece la emoción de la gente por todo lo que se podrá degustar en un banquete de la más alta calidad. La fecha es marcada con antelación en el calendario. Acudir al GIFF representa la posibilidad del goce supremo y este 2012, en el que cumple sus primeros 15 años, no será la excepción. De seguro, la fiesta cinéfila no se interrumpirá, por el contrario, ha de incrementarse porque sencillamente queremos “Más cine por favor”.
Peter Greenaway Foto: Jesús Herrera
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Sarah Hoch, Vibeke Windelv y Peter Greenaway
Perla Schwartz Nació en la ciudad de México. Es egresada de la licenciatura en periodismo de la Escuela Carlos Septién. Desde hace 3 décadas ejerce el periodismo cultural en diversos periódicos, revistas, radio y sitios web. Es autora de más de 10 libros, entre los que destacan: Vocación de vuelo (1980), Rosario Castellanos mujer que supo latín (1984), El trazo de la memoria (1986), El quebranto del silencio, mujeres poetas suicidas del siglo XX (1989), Bajo el peso del amor me hundo (1994), Diálogo interminable con mi padre (1999) y Confesiones de una divoviuda (2011). Terminó la maestría en “Estudios de la Mujer” en la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, con el trabajo de investigación: Hacedoras de imágenes: directoras de cine en México, el cual próximamente se publicará como libro. Colaboró en la revista Toma y actualmente escribe crítica de cine en www.cineforever.com, www.biosstars-mx.com, y en su blog lineasenfuga-azul.blogspot.mx.
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Rueda de prensa MexiCannes.
Jorge Pantoja
María Aura
Foto: Jesús Herrera
Demian Bichir
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Sucedió así... El GIFF es ya un modo de vida, son sueños que se generan y se cristalizan cada año. Surgen inquietudes, nuevas visiones, mejores propuestas, se mantiene la firmeza por hacerlo mejor .
Edgar Estrada Sucedió así… había escuchado del Festival Internacional de Cine Expresión en Corto, de su propuesta como un festival de cine joven en México, de sus alcances y de sus metas. Los jóvenes cineastas habían encontrado un escenario para mostrar no sólo sus trabajos cinematográficos sino su visión del mundo contemporáneo, inquietudes visuales, sonoras y, sobre todo, el inicio de una carrera tangible dentro del séptimo arte. El cortometraje como género cinematográfico necesitaba de un escaparate para salir no sólo de los talleres de cine, concursos locales o un país, sino al mundo. Por fin se había escuchado el grito desesperado por tener ese vínculo entre jóvenes cineastas, los consagrados y el público ávido de tener ese contacto con el cortometraje a nivel mundial en un solo lugar, y qué mejor sede que Guanajuato capital, sus callejones, arquitectura... y el entusiasmo de su gente. He estado presente en sus últimos años viendo, observando, oliendo y probando los sabores que a través del cine se pueden percibir. He mirado más allá de las personas y/o personalidades que participan, acuden, proponen, disfrutan y hacen posible la magia de un festival. He visto cómo se desarrolla y crece al igual que yo en cada cobertura para los diferentes espacios informativos de Grupo Radio Centro, como lo son La Red de Radio Red con Sergio Sarmiento y Guadalupe Juárez Formato 21, La Red, Última Emisión, La Red de Radio Red del Sábado y por supuesto Noches de Red. Ahora se suma un espacio más para Éxitos 93.9, en los Ángeles, California. Los días y las noches parecieran uno solo, gente que va y viene, algunos caminan, otros corren para tener su encuentro con el séptimo arte; lo mismo que actores, directores, productores, guionistas, organizadores y
prensa, sólo por mencionar algunos de los cientos de personas que se dan cita para sentir esa experiencia que solo el cine da. En ese vaivén del correr del tiempo y del cúmulo de alegrías también pude encontrar no sólo a una actriz que protagonizaba una película (Todos Hemos Pecado de Alejandro Ramírez), encontré a un excelente ser humano y ahora una gran amiga que respira cine: Aleyda Gallardo. De la misma manera que la sólida amistad con Jorge Rendón, hasta hace poco, encargado de Prensa. La cabeza de esta aventura o sueño cristalizado es Sarah Hoch, mujer perseverante, luchadora, propositiva y, desde luego, amante del cine. El cine es parte de su mundo, su vida, quizá su mayor pasión. Su entusiasmo se contagia en cada edición del festival, grita, ríe, llora, se emociona de la misma manera que cada uno de los asistentes. El GIFF es ya un modo de vida, son sueños que se generan y se cristalizan cada año. Surgen inquietudes, nuevas visiones, mejores propuestas, se mantiene la firmeza por hacerlo mejor. He visto la cara de felicidad de los homenajeados: Julio Alemán, Patricia Reyes Espíndola, Spike Lee, Peter Greenaway, Joaquín Cordero, Ana Ofelia Murguía y una larga lista de personalidades que hacen posible que el cine se transforme y regenere. Dos casos en especial me llaman la atención; el primero con Tim Burton, vi cómo se contagió de la magia de Guanajuato, cómo su
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MexiCannes 2009.
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mirada cambiaba como si fuera una cámara captando imágenes con cada parpadeo y cómo su sensibilidad se encontraba a flor de piel. El segundo caso quizá sea el que más me marcó, mi primer entrevista en el Festival era nada más y nada menos que a Gaspar Noé22, joven cineasta, revolucionario y polémico en su realización. Llevarle el paso no era nada fácil, cuando quizá parecía haber terminado una idea, sólo estaba construyendo la siguiente sobre el mismo tema, no se sabía si había concluido su respuesta o si podía continuar con las preguntas de la entrevista, mismas que iban surgiendo conforme avanzaba la conversación; imposible seguir un cuestionario armado. Gaspar me permitió conocer al cineasta pero, sobre todo, me dejó ver al ser humano; habló de su niñez, de su familia, de sus sueños... de su vida. Cada año este Festival se ha convertido en una industria para jóvenes con su rally, evocador de nostalgia con sus homenajeados, un pasaporte libre con cada país invitado, un creador de nuevas experiencias con sus exhibiciones en el panteón; se ha transformado, evolucionado y alcanzado otras latitudes hasta llegar al festival de Cannes. Sensaciones, deseos, sentimientos a flor de piel, sueños creados y unas inmensas ganas por vivir a través de una pantalla de cine son puntos determinantes para vivir el (ahora) Festival Internacional de Cine Guanajuato.
Edgar Estrada Periodista de espectáculos. Es Licenciado en Periodismo y Comunicación por la Facultad de Estudios Profesionales Campus Aragón de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es titular de la sección Escenarios en el noticiero radiofónico que conduce Sergio Sarmiento y Guadalupe Juárez, en la estación La Red de Radio Red 88.1 FM. Conduce y produce el programa de entretenimiento Noches de Red, donde aborda noticias de música, arte, literatura y cine. Entre sus invitados se encuentran Thalía, Juanes, Yuri, Raphael, Lady Gaga, Maná, Moderatto, La Oreja de Vang Gogh, Miguel Bose, Paulina Rubio, Zoé, Miguel Mateos, Enrique Bunbury, Filippa Giordano, Pablo Milanés, Bruno y Demian Bichir, Luz Casal, Joaquín Sabina, Will Smith, Diego Luna, Gael García, entre otros. Colabora habitualmente en el periódico La Crónica de Hoy. Es comentarista de espectáculos en la estación Éxitos 93.9 de los Ángeles, California.
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Homenaje a Pedro Armendรกriz Jr.
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Breve crónica de un gran Festival Nos ha costado trabajo, algunos aún nos resistimos al cambio, pero Expresión en Corto ahora es el Festival Internacional de Cine Guanajuato -GIFF- y por obvias razones, su crecimiento ha sido notable. El esfuerzo es mayor, pues la cantidad de invitados y actividades ha aumentado. No obstante, la esencia del festival es la misma .
Gabriela Álvarez En 2009, cubrí por primera vez El Festival Internacional de Cine Expresión en Corto. En realidad acudí al Festival dos años antes, como parte de una excursión escolar que no resultó satisfactoria. A pesar de ello, en esa ocasión me quedé con la sensación de estar en un festival diferente. En dicho año, las circunstancias fueron totalmente distintas. Honestamente, recuerdo que me sentí abrumada desde el instante en que pisé al Auditorio del Estado. Bajé del camión de prensa, acompañada de mis colegas, y lo primero que hicimos, antes de acreditarnos, fue entrar a una sala. La primera película que vi fue Amor, dolor y viceversa, Ópera Prima de Alfonso Pineda. Apenas terminó la función, las escaleras del Auditorio estaban repletas de jóvenes con pancartas, globos y pompones, esperando la salida del 1er Rally Universitario, el cual tenía especial importancia para mí, pues uno de los equipos representaba a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. En cuanto dieron el banderazo del Rally, ya teníamos que estar, con grabadora en mano, en la conferencia de prensa del Mexicannes. Antes de tener mi gafete que me acreditaba como prensa, todo esto ya había ocurrido, todo ese material ya estaba en mi grabadora. El día no terminaba ahí: siguió la Conferencia Magistral y Homenaje a Jorge Fons23, la Ceremonia de Inauguración y, por supuesto, la fiesta. Ese año el Festival no bajó de ritmo: Carmen Aristegui y Paz Alicia Garciadiego fueron las homenajeadas dentro del programa “Las Mujeres en el Cine y la Televisión” y el Rally Universitario sorprendió a todos por el sobrecupo en el Auditorio, donde jóvenes espectadores apoyaban a jóvenes realizadores en la presentación de los cortometrajes producidos en 48 horas antes.
Peter Greenaway nos dejó atónitos: primero, con su Conferencia Magistral; después, con el espectáculo Tulse Luper VJ Performance, en la Alhóndiga, actividad con la que cerró el Festival. De un lado a otro, corriendo con mi grabadora en mano, entre el barullo de las proyecciones en los panteones y túneles; las comidas y los programas de cortometrajes, tenía que preparar la producción del programa Cinesecuencias Radio, en vivo, desde Guanajuato. También tenía que producir las cápsulas, redactar la escaleta, contactar a los invitados y coordinar con los encargados del Auditorio los requerimientos técnicos para la transmisión. Esa primera transmisión desde Guanajuato, no se olvida. La pequeña cabina, que no era más que una mesa, con sus sillas, una consola y el famoso híbrido, quedó ubicada justo en uno de los balcones del lobby del Auditorio. Enfrente de nosotros, estaban las islas de edición del Rally ya abandonadas. Veíamos entrar y salir gente de las proyecciones, pero lo que más recuerdo fue la espectacular vista que teníamos de los cerros que rodean a la ciudad. Durante la transmisión, Roberto y Mariana, los conductores del programa, no dejaron
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Homenaje a Pedro Armendรกriz Jr.
Pedro Armendรกriz y Eliseo Subiela.
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la programación, mantienen la propuesta de apoyo a los nuevos talentos e innovadoras formas para contar historias. En Guanajuato vi dos de las películas mexicanas más sobresalientes de los últimos años: Año Bisiesto, de Michael Rowe y Miss Bala, de Gerardo Naranjo. Ambas películas, de buena manufactura, con historias que perturban y conmueven, llegaron al GIFF sin haberse estrenado en México, después de una gran recepción en el Festival de Cannes. En mi paso por el GIFF, tuve la oportunidad de escuchar la Conferencia Magistral de uno de los directores más sobresalientes a nivel internacional que tiene este país: Alejandro González Iñárritu. Incluso, viví una de las experiencias más lindas de mi carrera: ver la versión extendida de Metrópolis, de Fritz Lang, musicalizada por Alejandro Otaola, con los 25 minutos que estuvieron extraviados durante mucho tiempo y que fueron recuperados de manera fortuita. Una proyección inolvidable. El GIFF, o Expresión en Corto, no dejará de ser nunca una de las paradas obligadas para realizadores, productores, empresarios, funcionarios, prensa, cinéfilos y jóvenes gustosos de pasar cinco días de experiencias cinematográficas al máximo. Así que yo sólo pido: “Más cine, ¡por favor!”
de mencionar lo maravillosa que era esa panorámica. Los invitados fueron Mario Guerrero y Carlos Muñoz, ambos realizadores de cortometrajes en competencia. Ese programa resultó todo un éxito. Así terminó esa primera vez en Guanajuato. Mi trabajo en la cobertura del Festival no ha cambiado mucho con el paso del tiempo: corro, grabo entrevistas, hablo por teléfono, platico con amigos; vuelvo a correr, grabo ambientes, veo películas, redacto, edito; vuelvo a correr, coordino y, cada año, Cinesecuencias Radio se transmite desde el Auditorio del Estado. En contraparte, el Festival sí cambió. Nos ha costado trabajo, algunos aún nos resistimos al cambio, pero Expresión en Corto ahora es el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) y, por obvias razones, su crecimiento ha sido notable. Los cortometrajes siguen siendo fundamentales en el Festival, pero ahora hay más largometrajes que ver, por lo tanto, hay que correr hacia más salas y más sedes para llegar a la proyección. El esfuerzo es mayor, pues la cantidad de invitados y actividades ha aumentado. No obstante, la esencia del Festival es la misma. El Festival conserva ese ambiente de festividad y entretenimiento. Las filas para entrar al Auditorio siguen siendo enormes, los jóvenes todavía son el principal público del GIFF y los invitados, además de
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José María de Tavira y Marina de Tavira. Imagen 2010.
Foto: Jesús Herrera
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Gabriela Álvarez Productora de radio (Ciudad de México, 1984). Es egresada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde estudió la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Desde el 2007 trabaja en el Instituto Mexicano de la Radio (IMER) donde produce, en colaboración con el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), el programa Cinesecuencias Radio, que se transmite por la estación Reactor 105.7 de FM., programa dedicado exclusivamente a la difusión del cine mexicano. También produce El Soundtrack de una vida, en Horizonte 107.9 de FM, en el que diversas personalidades de la cultura comparten los 10 temas musicales que han marcado su vida. Desde 2009, ha cubierto el Festival Internacionales de Cine en Guadalajara (FICG), el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) y, recientemente, el Rivera Maya Film Festival. Actualmente es maestra de asignatura en la Unviersidad del Valle de México, Campus Coyoacán, donde imparte la materia de Lectura y Redacción.
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Regina Orozco
Conferencia de Daniel Ellsberg.
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¿Qué recuerdo tengo del GIFF a 15 años de su creación? Pensaba: si se desarrolla en Guanajuato, el evento debe ser espectacular, bien organizado, con una propuesta visual agresiva y vinculado a los atractivos culturales de la ciudad. No me decepcionó .
Omar Reyes Muchos. Llegué al Festival con muchas expectativas. Pensaba: si se desarrolla en Guanajuato, el evento debe ser espectacular, bien organizado, con una propuesta visual agresiva y vinculado a los atractivos culturales de la ciudad. No me decepcionó. No me costó trabajo adaptarme a esta quinceañera que hoy pide como mejor vals, el que organizadores, cineastas, reporteros, críticos, voluntarios y público pongan lo mejor de sí para que el evento sea inolvidable.
que Peter Greenaway cuando dijo que Harry Potter era basura. Gaspar Noé fue otro de los cineastas que me dejó gratamente impresionado. Cómo olvidar ese pedazo fílmico estresante (en el buen y mal sentido) de Irreversible. Bofetada en plan tumba dientes al sistema nervioso.
Durante los días del Festival hay poco tiempo libre para ver cortometrajes, sello de este festín, pero cuando me he sumido en los asientos del Auditorio del Estado para ver una serie de cortos, lo he disfrutado mucho.
La propuesta de “Mujeres en el cine” me pareció muy buena ya que, generalmente, el medio cinematográfico tiene como protagonistas a hombres, y lo digo en todas sus facetas. Reconocer el trabajo de Brigitte Broch, Fernanda Villeli, por mencionar algunas, tuvo un punto a su favor.
Medianeras, es un ejemplo. Ese formidable trabajo de Gustavo Taretto, un relato contundente de las relaciones interpersonales, de la búsqueda obsesiva de la pareja perfecta, contado a través de la comparación entre los edificios de la ciudad de Buenos Aires y sus habitantes.
Las funciones de medianoche en los panteones son particulares del GIFF y que, en la edición 2007 del Festival, Guillermo del Toro24 haya sido curador en una de sus versiones fue muy bueno. ¿Quién mejor que él?
De sus invitados me quedo definitivamente con Tim Burton. Recuerdo la recepción tumultuosa que tuvo en la inauguración y que, tras los momentos álgidos entre medios y elementos de seguridad por tratar de obtener sus impresiones, este personaje decidió salir a complacer al enjambre de reporteros.
Para finalizar también me quedo con las coberturas, guardias, conferencias, desmañanadas, desveladas, fiestas en el hotel de prensa, en los cuartos de los colegas, o en el propio (donde pensamos que espantaban), de aquellos que amamos el periodismo y que nos gusta el cine.
Su visita causó euforia, excitación, misterio, alegría, pero también dudas. Tim Burton fue en Guanajuato un niño que corrió libremente.
Éramos, somos y seguiremos siendo una banda que creció al unísono de la camaradería, que dio la bienvenida a unos y que vio alejarse a otros.
Otro de los que causó gran expectación fue Oliver Stone, con todo y sus calcetines color naranja; al igual
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Reconocimiento a Lucrecia Martel.
La representaci贸n argentina: Eliseo Subiela, Liliana Amate, Miguel Ivaldi y Lucrecia Martel.
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Omar Reyes Ha realizado las coberturas especiales en los festivales de Cannes, Toronto, Guadalajara, Guanajuato, Morelia y el Festival de Cine Francés de Acapulco. Como entrevistador ha charlado con personalidades de Hollywood tales como: Oliver Stone, Ed Zwick, Ang Lee, Peter Jackson, Sam Mendes, Mark Lawrence, Pierce Brosnan, Adrien Brody, Anthony Hopkins, Antonio Banderas, Paul Giamatti, Jack Gellynhall, Angelina Jolie, Naomi Watts, Hillary Swank, entre otros. Participó como conductor de la sección de espectáculos en el noticiero de canal 4 A las Tres, a cargo de la periodista Paola Rojas. Entre sus reportajes más importantes se encuentran: Los Beatles y Las Estrellas y el Toreo. Actualmente colabora con el periódico Famosos Express.
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Foto: Paulo Vidales
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Más que una Industria, una familia Dedicarse al arte cinematográfico implica, sin lugar a dudas, la aceptación de un estilo de vida un tanto sui generis. Es un trabajo un tanto gitano. En movimiento. Vivo .
Leonardo Zimbrón Dedicarse al arte cinematográfico implica, sin lugar a dudas, la aceptación de un estilo de vida un tanto sui generis. La profesión cinematográfica –más aún, la de un productor de cine– es tan difícil y exigente como muchas otras, pero con un matiz diferente, pues te obliga a renunciar a todo. Una labor que carece de tiempos fijos y de espacios específicos. Es un trabajo un tanto gitano. En movimiento. Vivo. El cine exige una entrega total, y es un medio muy celoso de sí mismo. Para muchos, es difícil mezclar la esfera personal con la esfera laboral. El cine se vuelve el todo. Y con razón: nuestro ritmo no permite mucha interacción fuera del mismo círculo. Con el tiempo, el cine se va integrando a la esfera personal, aunque requiere del entendimiento de nuestros seres queridos. Hoy en día, muchos de mis colegas y compañeros son más que una familia para mí. Esto es consecuencia de la intensidad con la que se vive el cine, si se le toma en serio, con respeto. Un respeto que surge de la relación entre el profesional y su entorno, a través del trabajo diario, en equipo, dentro de una industria basada en vínculos casi familiares. Un gremio que tiene el sabor a hermandad. Todos con un objetivo en común: contar historias en la pantalla grande. Las películas no sólo se hacen en el set o en la locación. No surgen con una idea, ni con un guión, o culminan en la alfombra roja. El cine se hace desde el momento en que una mano se estrecha con otra. Cuando dos personas, conocidas o desconocidas, coinciden en un momento, y comparten posibilidades. Un proyecto se puede gestar en el intercambio de tarjetas de presentación, en una cena o en un coctel. El inicio de un proyecto cinematográfico no siempre está en la pluma del escritor. A veces, con más frecuencia de lo que se quiere aceptar, la génesis de algo grande se da en el lobby de un hotel, en el marco de un festival de cine. De
ahí que la asistencia a festivales, los viajes constantes, las noches largas, sean parte esencial de una carrera que no exige menos. No son muchos los que están a la altura de ese reto. Pero la industria cinematográfica requiere de esa presencia constante. De no existir esos espacios, –lo creo con toda franqueza– no habría un cine tan variado y tan rico en propuestas. Los festivales permiten esa mezcla de ideas y de oportunidades. Son fundamentales. Ahí también se hace cine porque las condiciones dadas provocan que una idea se concrete y se haga realidad. Yo aprendí sobre la importancia de los festivales cuando acudí al Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) que, en ese momento, era La Muestra de Cine de Guadalajara; y al Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF), antes conocido como Expresión en Corto. De este último, recuerdo la primera edición: pequeña, juvenil e íntima. Fui como asistente. Joven con ganas, pero sin conocimientos. Con ideales, pero sin brújula. Aun así, desde el principio, entendí que una parte esencial de esta profesión es conocer gente. Mucha gente. Pero fue hasta que llegó la primera edición del Pitching Market en Guanajuato, en ese 2004, que no suena tan lejano, en donde todo lo aprendido se puso en marcha. Fue una puerta que no podíamos perder, y que sugerí. Era el momento de probar lo que sabía, lo que creí que era necesario para levantar un proyecto cinematográfico. Comunicólogo de carrera, la estrategia de mercado
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Laura de Ita
Jens Junker
Carlos Bardem, Alvaro Longoria y Jennifer Chen.
Andrew Lancaster
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estaba impregnada de fondo en mi estructura de pensamiento. Siempre he tenido la idea de que el arte mismo se vale de ciertas estrategias para llegar a su público. El cine no es ajeno a esto. Y sin duda en mis inicios fui criticado por tales ideas tan descaradamente comerciales. Pero yo tenía claro que mi camino debía ser por ahí. Nos armamos con las herramientas necesarias y nos presentamos en el primer Pitching Market con un proyecto que llevaba por título Radicales Libres, llevábamos un book muy bien presentado, materiales de venta, acondicionamos el espacio que nos dieron, llevábamos un demo producido con escenas de la película –¡muchos creyeron que la película ya estaba hecha! – y demás elementos. Pero creo que lo que mejor llevábamos era nuestra convicción hacia el tipo de película que queríamos hacer, y la claridad de las condiciones que el mercado presentaba en ese momento. La realidad es que nos preparamos a fondo. Con orgullo puedo decir que fuimos un éxito, no sólo ante los invitados al mercado, sino ante los compañeros del gremio. La idea del Pitching Market era –y es– la de acercar proyectos en desarrollo a fuentes de financiamiento y distribución. El mercado nos cumplió. La película fue peleada de inmediato y recibimos muchas ofertas. Al final, Radicales Libres se quedó en Warner Bros. Y para mi sorpresa no sólo hicieron una oferta por la película sino por mí. Guanajuato se volvió un parteaguas en mi carrera y, por tanto, en mi vida. Se le cambiaría el nombre por Efectos secundarios y sería un éxito en taquilla. Y yo ya me encontraba encarrilado y, por fortuna, sin perder piso. Tuve la oportunidad de ser productor dentro de una dinámica de estudio, muy pegado a las decisiones de lanzamiento y distribución, y con un ímpetu personal por los mercados internacionales –el estudio no estaba interesado en que yo saliera a vender, pero aun así lo hice.
Nunca perdí –ni he perdido– esa hambre de conocimiento. De crecer. Y he apostado mi vida misma en ello. Pero lo más importante que he dedicado, es tiempo. Y no me arrepiento. Invertí mis días en la construcción de un sistema industrial que permite a mi compañía25 hoy desarrollar varios proyectos a la vez, lo que implica tener listos proyectos para todos los gustos. La actividad industrial está en movimiento todo el tiempo y el deber de un profesional del cine es estar atento a cada puerta que se abre. Significa estar listo para las oportunidades que se presentan. Los festivales más importantes del mundo tienen una sección industrial, comúnmente en una dinámica de mercado. Usualmente es el mercado lo que sostiene a un festival. Y en ese marco, en donde el tamaño de las secciones en competencia es menor al mercado, Cannes y Berlín son festivales de abolengo. Nadie que se considere un productor de cine puede entender la dinámica del mercado internacional si no acude, al menos una vez al año, a un mercado de este tipo. En la estrategia de mi empresa, Filmadora Nacional, la sección de Industria del GIFF, sigue siendo de vital importancia. No sólo significa disfrutar de la compañía de mis colegas, a quienes considero una gran familia “industrial” y con quienes mantengo grandes charlas, sino concretar proyectos que años después se vuelvan realidad. Las mentes se abren. Las manos se estrechan. Y algunos años después una película aparece en cartelera. Eso es lo que fomentan actividades como Industria. Año con año, a nivel profesional, no puedo darme el lujo de no estar en el GIFF. Con esa motivación, espero poder celebrar otros 15 años de películas. Y charlar sobre cómo hemos consolidado una industria que parecía perdida y que hoy está más viva y activa que nunca. Nos vemos en Guanajuato, porque como toda familia sabemos lo que queremos... “Más cine, ¡por favor!”.
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Miguel Ivaldi, Patricia Vaca y Sarah Hoch.
MexiCannes 2010.
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Leonardo Zimbrón Productor de cine. Es Licenciado en Comunicación y Maestro en Planeación Estratégica de Medios, ambos título otorgados por la Universidad Anáhuac. Desde 1997 su trabajo se relaciona en el ámbito audiovisual. Durante su primera etapa como productor independiente, se involucró en proyectos de empresas como Televisa, Buenavista Columbia y Argos Comunicación.. En 2005, crea el área de Producción Local de Warner Bros. Pictures México, sello mediante el cual se produjo 7 películas de éxito comercial. Actualmente asesora proyectos cinematográficos como consultor, para productores independientes y estudios como Warner Bros. Pictures, Paramount y Universal Pictures en México. Ha sido invitado a dar seminarios y conferencias en México, Estados Unidos, República Dominicana y Brasil. Es socio fundador de Filmadora Nacional.
Foto: Jesús Herrera
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Eliseo Subiela
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Un testigo presencial En 2004, cuando decidimos comenzar a levantar lo que sería mi Ópera Prima, Párpados Azules, mis socios y yo no teníamos idea de por dónde buscar financiamiento. Entonces alguien nos dijo que en Guanajuato se llevaría a cabo un encuentro de coproducción. Era la primera vez que me enteraba del concepto pitch y había que entender cómo funcionaba y prepararlo. Personalmente fue un gran aprendizaje y el primero de muchos intentos para lograr hacer la película. Párpados Azules se estrenó en 2007 .
Ernesto Contreras Una tarde de verano de 1999 recibí una llamada en mi casa. Era una mujer con acento extranjero que hablaba para invitarme a asistir a un nuevo festival que se realizaría en San Miguel de Allende. Aquella mujer, de nombre Sarah Hoch, se escuchaba entusiasta y decidida a conseguir que me animara a ir a su evento, pues mi cortometraje Ondas Hertzianas estaba en competencia. En aquel tiempo, como estudiante de cine del CUEC, trasladarme al festival no resultaba tan fácil, por lo que llamé a algunos amigos, quienes eran realizadores y también les había hablado aquella “gringa”– con la idea de organizarnos y viajar juntos, aunque la pregunta que nos hacíamos todos era si valdría la pena lanzarnos. Poco tiempo después, llegué a San Miguel de Allende en donde se llevaba a cabo la segunda edición del pequeño festival. De inmediato, me gustó la vibra del lugar, la gente y las proyecciones; Sarah me cayó muy bien. Y aunque no gané ningún premio, la pasé realmente bien y tuve encuentros con varios amigos como Valentina Leduc, Alejandro Solar, Carlos Salces, Jorge Villalobos y María Inés Roqué, entre otros. Honestamente, no sabía si aquel sería uno más de esos festivales que desafortunadamente no pasan de una o dos ediciones. Tiempo después, en 2003, recibí una invitación de parte de Javier Patrón Fox para formar parte del equipo de realizadores del primer Rally Malayerba, que se llevaría a cabo durante el Festival Internacional de Cine Expresión en Corto. El equipo era increíble: estaba integrado por Iván Ávila, Ivonne Fuentes, Alejandro Cantú, Érika Ávila, Chano Cabiya y yo, con Eduardo Arroyuelo y Ximena Rubio como conductores. La experiencia fue muy intensa, pero satisfactoria también. Aunque lo más sorprendente fue descubrir cómo
había crecido el Festival en tan pocos años. De entrada, la sede principal se había trasladado a Guanajuato Capital, con una respuesta increíble del público, que año con año comenzaba a asistir más nutridamente al encuentro fílmico. Los años siguieron y, en 2004, cuando decidimos comenzar a levantar lo que sería mi Ópera Prima, Párpados Azules, mis socios Luis Albores, Érika Ávila, Sandra Paredes y yo no teníamos idea de por dónde buscar financiamiento. Entonces, alguien nos dijo que en Guanajuato se llevaría a cabo un encuentro de coproducción. Era la primera vez que me enteraba del concepto pitch y había que entender cómo funcionaba y prepararlo. Y así fue, era el primer encuentro de coproducción que se celebraba en México y todos
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Reuni贸n Anual de Mujeres en el Cine y la Televisi贸n M茅xico.
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íbamos un poco igual, desde Ignacio Ortiz hasta Leonardo , pasando por Rodrigo Plá y Walter Navas. Eran jornadas en las que cada quien tenía una junta individual con los posibles inversionistas y para que nadie se olvidara del transcurrir del tiempo, José Antonio Elo pasaba por los pasillos del lugar tocando una campana. Personalmente, fue un gran aprendizaje y el primero de muchos intentos para lograr hacer la película. Párpados Azules se estrenó en 2007 y con enorme gusto coincidí con Sarah y Ernesto Herrera en el Festival de Cannes, en donde me acompañaron a la primera proyección de la película en la Semana de la Crítica. Posteriormente, en algún coctel, tuvimos la oportunidad de hacer memoria de todo lo que había pasado en esos años de coincidencia y complicidad por el cine. Y luego, en 2008, recibí nuevamente una llamada de aquella mujer con acento extranjero (por cierto, ¡me gusta mucho recibir sus llamadas!), esta vez para invitarme a participar en la primera edición del Mexicannes, en el que durante varios días estaría conviviendo en Guanajuato con los recién egresados de la Residencia de Cannes y su director Georges Goldenstern, invitación de Sarah me pareció no sólo generosa, sino también importante, pues al mismo tiempo estaría participando en otra edición del Encuentro de Coproducción con un nuevo proyecto. El grupo estaba conformado por Adrian Sitaru, Rebecca Daly, Nikias Chryssos, Manuel Nieto y Rubén Imaz. En dicha edición de Mexicannes tuvimos el privilegio de tener sesiones privadas con Spike Lee, Spike Jonze, Deepa Mehta y la querida Adriana Barraza. Puedo decir y casi presumir que a lo largo de estos 15 años he sido testigo del desarrollo y crecimiento del Festival Internacional de Cine Guanajuato, de la importancia que ha adquirido y de los logros alcanzados no sólo a nivel nacional, sino también internacional. A través de su trabajo y el de su equipo,
Sarah ha demostrado con valentía y talento, su amor por México, por el cine y por quienes lo hacemos. Cada año el festival se convierte en ese pretexto para ver películas, encontrarse con amigos y pasarla realmente bien. Así que por todo lo anterior quiero decir y, si pudiera, gritar: ¡Larga vida al festival y más cine, por favor!”.
Ernesto Contreras Director y productor. Es egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC). Ha sido becario de las fundaciones Rockefeller, Ford, Typa, Toscano y el Instituto Sundance. En 2007, su primer largometraje, Párpados azules, obtiene los Premios al Mejor guión y Mejor película iberoamericana así como el Premio Mezcal del jurado joven en el XXII Festival Internacional de Cine en Guadalajara, posteriormente es nominado a la Cámara de Oro del 60º Festival de Cannes como parte de la Selección Oficial de la 46ª Semana Internacional de la Crítica. En 2010 estrena a nivel nacional el largometraje documental Seguir siendo: Café Tacvba sobre los veinte años de la banda de rock más importante de México.
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Marten Nilsson
Yordi Capo
Hendrick Dusollier
Jens Junker
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El GIFF, una bocanada de cine fresco. Su sello característico radica en la jovialidad, presente incluso en su genuina identidad gráfica, que tiene la cualidad de renovarse completamente en cada edición. La magia del certamen ha traspasado las salas de cine para adherirse a los guanajuatenses, quienes año con año se mimetizan con el GIFF. 15 años de mantenerse en la cúspide como el mejor festival de cortometraje en México .
Clara Sánchez Hace quince años nació en Guanajuato un festival de cine único y contundente, de nombre Expresión en Corto. Su alumbramiento, en 1998, coincidió con una etapa compleja para la industria cinematográfica nacional, ese año se produjeron sólo 11 largometrajes y, en diciembre, se aprobó la Ley Federal de Cinematografía que buscaba, además de fomentar la producción fílmica, garantizar por lo menos una semana de exhibición para el cine mexicano. Estando así las cosas el slogan “Más cine, ¡por favor!” fue adoptado rápidamente como la bandera de lucha de la comunidad cinéfila y cinematográfica nacional. Desde esa primera edición hasta la fecha, el GIFF se ha caracterizado por ser un festival genuino. Su espíritu jovial se manifiesta en cada una de las actividades que realiza y es, sin duda, el certamen más importante para los jóvenes cortometrajistas por cuatro razones primordiales: la primera, por el alto nivel competitivo; la segunda, por exhibir las mejores y más recientes propuestas de cortos a nivel internacional; la tercera, porque sus proyecciones son de carácter gratuito y la cuarta por el Rally Universitario, que desde sus inicios en el 2009 se ha convertido en un rasgo distintivo del festival. Expresión en Corto logró posicionarse rápidamente como una gran fiesta del cine internacional dado que las actividades que organiza están pensadas no sólo con la intención de vincular a la comunidad cinematográfica, sino también para fomentar y crear un público cinéfilo desde la infancia, mediante el taller que ofrece “La Matatena” para los niños y los ciclos infantiles. De igual forma, existen opciones para los adolescentes, como el programa Cine entre muertos o el Oscar Night, además de una selecta gama de documentales para todas las edades y gustos. La comunidad lésbico-gay también
tiene su lugar gracias al ciclo Locura de Medianoche, que se proyecta en los túneles de la ciudad. El GIFF siempre ha combinado de forma equilibrada su propuesta fílmica con la oferta académica a través de los Foros Bilaterales, las conferencias, los talleres y las clases magistrales que ha ofrecido. El crecimiento exponencial del GIFF que, sólo por citar un ejemplo, en 1998 recibió 32 trabajos y en el 2011 cerca de más de 2 mil 738, habla de la importancia y el impacto que tiene a nivel internacional, mismo que lo han posicionado entre los festivales de cortometrajes más importantes del mundo. Expresión en Corto dio la bienvenida, en su cuarto año, a la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión, que anualmente otorga un reconocimiento a las personalidades más destacadas de la industria, entre ellas cabe mencionar a Brigitte Broch, Katy Jurado, Carmen Aristegui, Carla Estrada y Bertha Navarro. Además de la competencia y la exhibición, el Festival ha fomentado la producción cinematográfica. En el marco de la séptima edición, inolvidable por su
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Homenaje a Manuel Ojeda.
Homenaje a Alejandro González Iñárritu.
Homenaje a Eliseo Subiela.
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de Marga López; las filas interminables de jóvenes –no todos alcanzarían un lugar- a la entrada de los panteones, donde se proyectaba el ciclo Cine entre Muertos; el revuelo que causó Tim Burton cuando visitó el Auditorio del Estado; la pasión con la que fue recibido el animador Bill Plymton en San Miguel de Allende; la conferencia magistral que ofreció Irving Kershner y el inolvidable espectáculo multimedia que brindó Peter Greenaway en la Alhóndiga de Granaditas.
temática sobre los siete pecados capitales y las siete virtudes que incluía múltiples expresiones lúdicas, entre ellas una degustación gastronómica en San Miguel de Allende, nació el primer Pitching Market, en el cual los realizadores tenían la oportunidad de mostrar sus proyectos a productores, inversionistas y diversos representantes de instituciones financieras internacionales, con la finalidad de concretar coproducciones. Del Pitching Market han surgido películas como Efectos secundarios, de Issa López; la multipremiada Párpados azúles, de Ernesto Contreras y Los últimos cristeros, de Matías Meyer. En el 2007 surge Mexicannes, programa de Residencia de Verano en Guanajuato, en el cual una decena de cineastas de todo el mundo, becados por La Résidence de la Cinéfondation del Festival de Cannes, tienen la posibilidad de presentar sus proyectos durante el International Pitching Market. El GIFF también ha tenido una presencia constante durante los últimos años en el prestigiado Short Films Corner, sección del Festival de Cannes orientada a la exhibición, venta y distribución de cortometrajes, donde también se ha lanzado, en conjunto con Avón, la convocatoria Alza la voz. El GIFF cumple sus quince años consolidándose como un festival que, pese a los años, ha conservado su frescura y sigue a la vanguardia con sus propuestas y sus escenarios inigualables. Su sello característico radica en la jovialidad, presente incluso en su genuina identidad gráfica, que tiene la cualidad de renovarse completamente en cada edición. Hablar de Expresión en Corto implica enlistar una serie de momentos gratamente memorables para el cine mexicano: los icónicos desfiles-homenajes en San Miguel de Allende, en donde han figurado tanto personalidades nacionales, como Manuel Esperón y Miguel Zacarías, como internacionales de la talla
También son memorables las grandes joyas fílmicas que han surgido de sus salas, como lo fue el cortometraje Medianeras (2004), del cineasta argentino Gustavo Taretto, quien el año pasado presentó en el marco de la catorceava edición del festival el largometraje que produjo a partir de ese primer trabajo. La magia del certamen ha traspasado las salas de cine para adherirse a los guanajuatenses, quienes año con año se mimetizan con el GIFF, no sólo al asistir de forma entusiasta a sus actividades, sino al mostrarse como gentiles anfitriones, pues prestan sus casas, locales y restaurantes para la filmación de los cortos universitarios; incluso en varias ocasiones se han sumado como extras. De igual forma, son fieles asistentes a la proyección de los cortos del Rally Universitario, donde contribuyen con su voto en el Premio del Público. El GIFF cumple orgullosamente 15 años de mantenerse en la cúspide como el mejor festival de cortometraje en México, ésa es su alma mater y aunque se hayan sumado los largometrajes a la sección oficial en competencia, el Festival seguirá siendo la cuna de los realizadores que optan por expresarse en corto. Sarah, muchas felicidades por este enorme esfuerzo. Gracias, Ernesto, por deleitarnos año con año la pupila, y que siga... Más cine, ¡por favor!
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Alejandro González Iñárritu
Foto: Jesús Herrera
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del Festival Internacional de Cine de Acapulco. En noviembre del 2005 fue jurado en el Concurso de Cortometraje Universitario ULSA en Corto. Participó en el Cine Club con debate del Centro Eleia en diciembre del 2006 en el ciclo Sexo, Drogas y Rock & Roll en el que discutió ¿Qué Diablos es el sexo? de Agnes Obadia y en febrero del 2007 en el ciclo Los Géneros Cinematográficos en el que debatió Los Duelistas de Ridley Scott. En febrero del 2012, analizó Las vírgenes suicidas de Sofia Coppola dentro del Cine Debate del Instituto Hispanoamericano de Suicidología.
Clara Sánchez Es egresada de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Iberoamericana y de la Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica por el Centro Eleia. Desde 1998 ha trabajado como reportera de la fuente de cine. Ha publicado entrevistas, reportajes, crónicas, reseñas y notas en periódicos como El Universal, Reforma, El Independiente y The News, así como en las revistas Cinemanía, 24xSegundo y Toma. Ha cubierto en dos ocasiones el Festival de Cine de Cannes (en el 2008 y en el 2010). Desde el 2006 a la fecha ha dado seguimiento fotográfico del Rally Malayerba y el Universitario en el marco del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF). Produjo y coordinó los contenidos de la página del Festival Internacional de Cine de Morelia del 2004 al 2011 y, a partir del 2007,
En paralelo, Clara se ha desarrollado como docente desde hace 10 años en la Universidad La Salle (ULSA) en la que se integró como catedrática en las carreras de Ciencias de la Comunicación y Diseño Gráfico. Entre las materias que ha impartido destacan Apreciación Cinematográfica, Lenguaje Cinematográfico, Cortometraje Digital, Comunicación y Psicología.
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Conferencia magistral Alejandro González Iñárritu.
Rally Universitario Expresión en Corto 2010.
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El festival que creció conmigo El GIFF conjunta la proyección y la competencia: de ser un escaparate de cortometrajes, ha pasado a ser un verdadero Festival, un festival con la preocupación por la cinematografía nacional y por todos los que somos parte de ella .
Walter Navas Guanajuato, México, año 2001. Cuarta edición del Festival Internacional de Cine “Expresión en Corto”. Con los nervios de punta y el corazón latiendo de forma impresionante, me encontraba sentado en el Auditorio del Estado en la proyección de mi tesis fílmica, La última noche de Oliver D., con la que me había graduado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM (CUEC). A la salida de la proyección, mi primer entrevista para la prensa... Con cuánto cariño recuerdo ese día y ¿qué mejor manera de iniciar una relación profesional con un festival?
Durante dos días estuvimos presentando los proyectos. Al escuchar la campana que tocaba el coordinador de los encuentros con los inversionistas, y quien se hiciera mi entrañable amigo, José Antonio Elo, yo iba corriendo desde el espacio de Efectos secundarios al espacio de Mezcal y viceversa. Fueron dos días muy intensos y finalmente tuvimos éxito. Obviamente no hubo un cheque por el total del costo de la película, sino la invitación por parte de Warner Bros. México para seguir platicando sobre el proyecto. Efectos secundarios se filmó al año siguiente y fue el inicio de una muy fructífera relación profesional con WB. Mezcal se filmó a finales del 2004.
A partir de ese año me he perdido muy pocas ediciones del festival y siempre me he encontrado con algo nuevo, algo interesante, algo provechoso para la industria cinematográfica mexicana. Al siguiente año la presencia de un país invitado de honor; dos años después un importante incremento en la proyección de largometrajes y el primer encuentro de coproducción de su tipo en América latina, el International Pitching Market26 en 2004. Este evento realmente ha sido el parteaguas en mi carrera como productor cinematográfico. La idea de poder presentar un proyecto a posibles coproductores e inversionistas fue impactante, así que el equipo de producción encabezado por mí y que estábamos desarrollando la película Efectos secundarios (que en ese entonces se llamaba Radicales libres), decidimos inscribir el proyecto a esta aventura.
He participado en el International Pitching Market del, ahora, Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) con cuatro proyectos, de los cuales tres se concretaron directa o indirectamente como resultado de ser presentados en el Festival. Después de esas experiencias me tocaba a mí dar el siguiente paso, ahora recibiendo los pitchings de nuevos productores y directores. Ahora estando del otro lado de la mesa pude encontrarme con mucho gente con mucho talento y empuje, con el entusiasmo de llevar a cabo sus proyectos y aprovechando al máximo la increíble oportunidad que brinda el GIFF con el International Pitching Market.
Después de buscar información sobre lo que se debe y lo que no se debe hacer durante un pitching y, a partir de sesiones de tormentas de ideas, preparamos nuestro pitch del proyecto. A la vez me había invitado el maestro Ignacio Ortiz a presentar junto con él el proyecto Mezcal.
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Presentaciรณn del libro Un cine en libertad de Francisco Javier Millรกn.
Proyecciรณn de Metrรณpolis, versiรณn completa musicalizada por Alex Otaola.
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Lo que distingue a un festival de una muestra son los eventos paralelos que se llevan a cabo durante el evento. Está claro que todo gira alrededor de las proyecciones pero hay otros eventos que consolidan a un festival como tal. El GIFF conjunta la proyección y la competencia con encuentros de coproducción, foros bilaterales, concursos de guión, paneles de discusión, master class con invitados internacionales de renombre, incubadoras de proyectos, residencias y talleres. De ser un escaparate de cortometrajes ha pasado a ser un verdadero festival, un festival con la preocupación por la cinematografía nacional y por todos los que somos parte de ella.
Walter Navas
El GIFF me ha dado la oportunidad de mostrar mi cortometraje en competencia y me ha permitido presentar mis proyectos a coproductores que han invertido en ellos para que se lleven a la pantalla. He podido conocer nuevos proyectos, productores y directores. He sido invitado a ser jurado del Rally. He podido intercambiar impresiones y experiencias con productores como ponente durante el encuentro bilateral con el Reino Unido en 200927 y asistiendo a muchos otros eventos. He hecho innumerables amigos. He pasado momentos increíbles en el Festival.
Realizador y productor (Bremen, Alemania 1964). Egresó del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) como Administrador de Empresas, y del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), en 1997, como realizador y productor. Ha desempeñado varios puestos en el campo de la producción de películas mexicanas y extranjeras. Fue productor ejecutivo de dos Óperas Primas del CUEC: Rito Terminal (Óscar Urrutia, 1997) y Un mundo raro (Armando Casas, 2000); director de producción de las películas Virgen de la lujuria (Arturo Ripstein, 2002), Mezcal (Ignacio Ortiz, 2004) y Cansada de besar sapos (Jorge Colón, 2006), y productor de Bajo la sal (Mario Muñoz, 2008) y Viento en contra (Walter Doehner, 2011). Actualmente se encuentra desarrollando varios proyectos de largometraje mexicanos y coproducciones internacionales.
Enhorabuena por estos primeros quince años. Gracias por crecer conmigo, y gracias por ayudarme a crecer.
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Concierto de Fobia en el Parque Bicentenario. Clausura 2010.
Concierto de Jaguares en el Parque Bicentenario. Clausura 2010.
Fotos: JesĂşs Herrera
Elan en el Auditorio del Estado.
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Diez años con el GIFF Los festivales de cine fueron mi campo de entrenamiento. Estar en un festival te ubica, te enfrentas al público y a las relaciones de la prensa, intercambias ideas con otros directores y comparas tu trabajo, tanto en lo técnico como en lo temático. En México hay poco apoyo a los cortos, por eso el GIFF es uno de los espacios más importantes .
Michel Franco La primera vez que asistí al Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF - Expresión en Corto), en 2003, aún no sabía si me dedicaría de lleno a ser director de cine. Tenía mis dudas, por obvias razones, y la gente no paraba de señalarme que sonaba poco realista. Los festivales de cine, a donde acudí a presentar mis cortometrajes, fueron mi campo de entrenamiento. Estar en un festival te ubica, te enfrentas al público y a las reacciones de la prensa, intercambias ideas con otros directores y comparas tu trabajo tanto en lo técnico como en lo temático. Para mí, era muy importante creer que sí podía dirigir.
Sarah: se involucra en el Festival delante y detrás de la organización.
Y ahí es donde Guanajuato hace la diferencia. Si un realizador joven no tiene dos o tres experiencias satisfactorias con sus trabajos; es decir, si no recibe una atención especializada y profesional, su carrera se puede ir al despeñadero.
Regresando a México me invitó a Mexicannes, y a la par, yo ya estaba aplicando para la residencia y tuve la suerte de que me eligieran.
Salvo un par de convocatorias de IMCINE, en México, hay poco apoyo a los cortos. Por eso, el GIFF es uno de los espacios más importantes.
Del Festival resalto las actividades alternas, nada convencionales. Recuerdo, especialmente, la cena privada con Peter Greenaway a la que me invitaron junto con otros jóvenes directores. Ahí nos enfrascamos en una discusión a momentos acalorada, sobre la vanguardia en el cine, cosa que fue bastante interesante. Aparentemente el tono en el que nos hablábamos parecía agresivo, pero en realidad era una discusión interesante y de lo más sana.
En la etapa formativa, delicada, los festivales son muy importantes en ese sentido. Cinco años tardé en saltar de mi último corto, Entre dos, a mi Ópera Prima, Daniel y Ana. En ese lapso, escribí varias películas que no filmé. Y cuando decidí dar el salto, partí de la experiencia que me legó mi corto más exitoso, volver al inicio.
Arremetíamos contra él porque, a pesar de que sus ideas sobre el cine ahora son más valiosas, sus películas son menos buenas a la manera de ver del grupo de directores reunidos ahí. Y a su manera de ver nosotros estábamos haciendo cine muerto, películas nada propositivas. Nos decía: “Cómo es que un viejo como
Daniel y Ana fue bien recibida en Cannes28. Después del estreno, Sarah Hoch, quien siempre me apoyó desde mi etapa como cortometrajista, me dijo que el programa de la Residencia de la Cinéfondation de Cannes valía mucho la pena. Y ése es un acierto de
Mario Almada Foto: Jesús Herrera
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yo está revolucionando el cine y ustedes, jóvenes, están repitiendo la misma fórmula.” Aprendí mucho de Greenaway. No tengo más que expresar mis buenos deseos al GIFF, que todo el equipo siga trabajando para impulsar a los nuevos directores.
Michel Franco Nació en la Ciudad de México en 1979. Estudió la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Iberoamericana. Inició su carrera como director, filmando cortometrajes, entre los más destacados se encuentran Cuando sea grande (2001) y Entre dos (2003), ganador del Danzante de Oro en el festival de Huesca. Su Ópera Prima Daniel y Ana, escrita, dirigida y coproducida por él mismo, fue parte de la selección de Cannes 2009 en la Quincena de Realizadores. Ese mismo año fue becado por el Programa Mexicannes del Giff. Desarrolló la idea de su segundo largometraje, Despues de Lucía, con el apoyo de la Cinéfondation La Résidence. Después de Lucía se estrenó en el Festival de Cannes, en donde obtuvo el premio “Una cierta mirada”. Actualmente, dirige comerciales y videos musicales en su casa productora, Pop Films.
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Homenaje a Mario Almada.
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Logros y retos a quince años del GIFF Uno de los retos que tiene el GIFF, ahora que está en la celebración de sus 15 años, es lograr un financiamiento independiente de los gobiernos municipal, estatal o federal, ya que se corre el peligro de ser víctima de los vaivenes políticos .
Luis Carrasco García Más cine, ¡por favor!, ése es el lema que acompañó desde sus inicios, en 1998, a un certamen que nunca imaginó el impacto y la proyección, tanto nacional como internacional, de la que hoy goza: el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF), cuyo cambio de nombre respondió, en buena medida, a la realidad que hoy vive y que lo ha convertido en uno de los 3 eventos fílmicos más importantes y antiguos del país. Los otros dos son el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) y el Festival Internacional de Cine Morelia (FICM).
pensarse en los cortometrajes que, durante mucho tiempo, no fueron apoyados económicamente ni contaron con un mínimo de pantallas donde exhibirse.
Expresión en Corto –como originalmente se conoció al GIFF– nació en una época donde prácticamente no habían espacios para promocionar el cine mexicano, y mucho menos para el cortometraje. En aquella época, sólo existía, por un lado, la Muestra de Cine Mexicano en Guadalajara, que en el 2000 se transformó en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), que este año llegó a su edición número 27 y que lo convierte en el certamen de mayor duración ininterrumpida del país.
El cortometraje, como ahora sucede con el documental, fue el que permitió abrir, nuevamente, en la década de los 90, las puertas al cine mexicano a nivel internacional; en una época donde no había una industria, no se producía y tampoco existía un numeroso público que se interesara en la producción de nuestro país. En 1997, la industria cinematográfica se colapsó, pues sólo se filmaron 9 películas en total, el menor número de los últimos 25 años de la cinematografía nacional.
Por otro lado, se encontraban las Jornadas de Cortometraje Mexicano, cuya primera edición fue en 1994, en la Cineteca Nacional, una selección de materiales nacionales que, de manera reciente, se habían producido en el país. Dichas Jornadas fueron el antecedente de lo que hoy es el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) que este 2012 cumplirá su primera década de vida.
Fue justo con títulos como El último fin de año, de Javier Bourges (1991); Me voy a escapar, de Juan Carlos de Llaca (1992) y El héroe, de Carlos Carrera (1993) que México obtuvo un importante número de reconocimientos en los principales festivales del mundo, lo que impulsó, en parte, la producción en formato corto. A partir de ese momento, proliferaron nuevos cineastas, quienes poseían gran creatividad, talento e imaginación.
Salvo esos dos eventos, en México no había plataformas donde -de manera periódica- se mostrara las Óperas Primas de directores mexicanos. Y si no había espacios para presentar los largometrajes, mucho menos podría
El número de trabajos aumentó, año con año, de manera consistente; lo que ahora faltaban eran espacios
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El elegido
Alexandra de la Mora
Inauguraci贸n San Miguel de Allende 2011.
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No obstante, el incremento anual en el número de asistentes y las actividades que se ofrecen alrededor de la funciones, ha provocado que el Festival empiece a desbordarse, situación que de no controlarse a tiempo puede echar atrás el camino andado y perder los logros que han obtenido hasta el momento. De igual manera, el GIFF no debe olvidar sus orígenes: apoyar y promover la difusión del cortometraje, sobre todo ahora que cuenta con una sección de largometrajes, tanto en ficción como en documental.
donde se proyectaran. En Expresión en Corto muchos encontraron la oportunidad que no ofrecía la cartelera comercial ni los nuevos multiplex, que difícilmente veían como atractivo incluir dentro de su programación cortometrajes de cineastas desconocidos, mucho menos si sus propuestas eran atrevidas o de avanzada. Expresión en Corto se convirtió, entonces, en la plataforma ideal para mostrar dichos materiales que no se exhibían en ningún otro espacio; eso explica, en parte, que el festival haya crecido en muy poco tiempo. De haber iniciado de manera muy modesta, con pocos recursos y con una sola sede, después de 5 años, dio el salto para extender sus actividades a la capital del Estado, donde pudiera dar cabida a la gran cantidad de personas que año con año asistían a San Miguel de Allende y cuyo espacio e infraestructura eran insuficientes.
El cortometraje fue la génesis del Festival, lo que lo impulsó a lo largo de estos 15 años y eso es lo que debe de distinguir al GIFF del resto de los certámenes que actualmente existen, pues, de acuerdo a las cifras del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), prácticamente en todas las Entidades Federativas hay un evento cinematográfico. Nada que ver con aquel lejano 1998, año en que comenzó Expresión en Corto.
Con la extensión a su nueva sede, el Festival empezó a consolidar dos de sus principales cualidades: por un lado, ser el principal escenario del país para programar cortometrajes tanto nacionales como internacionales y, por el otro, convertirse en un evento en el que los jóvenes, no sólo de la entidad anfitriona sino de todo el país, disfrutan de la diversidad de actividades que se llevan a cabo en espacios tan inusuales como los panteones y los túneles de la ciudad.
Otro de los retos que tiene el GIFF, ahora que está en la celebración de sus 15 años, es lograr un financiamiento independiente de los gobiernos municipal, estatal o federal, ya que se corre el peligro de ser víctima de los vaivenes políticos. Por ello, debe consolidar la participación de la iniciativa privada, a fin de garantizar los recursos sin depender del Estado, pues es común que en tiempos de crisis la cultura, el deporte y la ciencia son los primeros programas que sufren recortes presupuestales
Pocos festivales se han consolidado en tan poco tiempo y han logrado el reconocimiento dentro y fuera del país como el GIFF, lo que le ha permitido establecer una serie de alianzas estratégicas con otros festivales y contar con la presencia de invitados de primer nivel, entre los que destacan Oliver Stone, Peter Greenaway o Tim Burton. Pocos festivales son tan esperados entre los jóvenes, quienes acuden de manera masiva a las exhibiciones, conferencias magistrales y rallyes, además de competir en las diversas secciones.
Algunos festivales han estado a punto de cancelar sus actividades, debido a que no son afines a los proyectos del gobernante en turno o bien han desaparecido, como es el caso del Festival de Cine de Zacatecas Fronteras Migrantes, que, a causa de pugnas partidistas, se le retiró todo tipo de apoyo. Con ello, todo lo que se había construido a favor del cine despareció de un plumazo. Ya con anterioridad había sucedido en otros
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estados con festivales como el Festival Internacional de Cine de Mazatlán (2001), el Festival de Cine de la Frontera en Ciudad Juárez (2008) y recientemente el Festival Internacional de Cine de la Ciudad de Chihuahua (2009, 2010) que, por distintas razones, no pudieron contar con apoyos gubernamentales, o qué decir del Distrito Federal, donde la cancelación del Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México (FICCO) (2004, 2009) dejó un gran vacío en la capital del país Durante su existencia, el GIFF ha visto la creación, transformación y desaparición de diversos festivales que no tuvieron su misma suerte, de ahí que los festejos de sus tres primeros lustros deban servir para diseñar una estrategia que garantice, en la medida de lo posible, su viabilidad económica. Dicho plan debería establecer un límite en el número de actividades que lo integran, para evitar que se convierta en un elefante blanco incontrolable, en donde asistentes, invitados y quienes realizan la cobertura periodística no puedan acudir, como ya empieza a suceder, a todos los eventos que se realizan a la misma hora y en diferentes sedes. Igualmente, el GIFF debe reforzar su presencia a nivel internacional, pues no es lo suficientemente conocido en muchos países, como en Latinoamérica, donde algunos de los directores de los festivales que existen en la región no sabían de la existencia del Festival hasta que los invitaron. El propio Anuario Estadístico del Cine Mexicano 2011 establece, en el apartado “Encuesta: impacto de los festivales”, que a nivel de percepción internacional el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) se sitúa en el tercer lugar, con un 41,2 por ciento, debajo del 61,3 que tiene el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), y del 62,7 del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG).
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No obstante, el GIFF tiene una veta de oportunidad. En el mismo Anuario... se lee que el 58,4 por ciento de los encuestados cree que en el Estado de Guanajuato debería haber más festivales, encima del 51,6 en Morelia y 42,3 en Guadalajara, lo que coloca en un terreno privilegiado al GIFF, el cual aún tiene muchos retos, metas y caminos por recorrer. Son muchos los vaivenes que el Festival ha tenido que superar, entre ellos, los cambios en las distintas administraciones locales, estatales y nacionales de los cuales ha salido adelante. Los 15 años que en este 2012 está cumpliendo constituyen una excelente oportunidad para reflexionar acerca de los aciertos, pero también de los errores. De no hacerlo, podría venirse abajo todo lo construido hasta el momento, provocando la desaparición de este importante evento fílmico como, desafortunadamente, ha sucedido con otros certámenes ya consolidados.
Luis Carrasco García Ha sido productor y conductor de los progra-mas de radio Charlas sin café. Magacine, Cinematógrafo 04 y Cinesecuencias radio. Es profesor-investigador de la UACM y de la UNAM; ha sido reportero de El Diario de México, Radio Educación y el IMER, así como colaborador de las revistas Mira, Cablevisión, Cine y video, 24 por segundo Magazine y Cine Premiere. Coordinador Editorial de la Revista Canacine en acción y participó en el libro Reporteros de a pie, publicado por la Asociación Nacional de Periodistas de Espectáculos y Cultura (ANPEC) del que es Secretario de Educación. Actualmente, es productor del programa de radio Cinergis y pasante de la Maestría en Comunicación y Estudios de la Cultura por el Instituto de Investigación en Comunicación y Cultura (ICONOS).
El GIFF debe continuar con el objetivo que motivó su creación, resumido en el lema que lo ha acompañado todos estos años: “Más cine, ¡por favor!”
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Conferencia Magistral Paul Schrader.
Paul Schrader
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La necesidad del asombro ... no es fácil, especialmente porque en nuestro país los gobernantes creen que con apoyar los proyectos ciudadanos pueden decidir sobre ellos y justificar sus gestiones, así que los presupuestos suelen estar determinados, ya sea por el favor político o por el capricho de las necesidades electorales. La creación de una empresa cultural refleja la madurez ciudadana y la realidad política y económica, entenderlo y crecer en ese contexto no es nada sencillo .
Huemanzin Rodríguez Cuando en 1997 se dio a conocer la primera edición del festival Expresión en Corto, hubo muchas expectativas, especialmente en un entorno nacional donde la industria cinematográfica completó en ese año sólo 8 largometrajes (uno de los peores registros en la historia), al tiempo que los teatros de exhibición desaparecían en las entrañas de los centro comerciales y los cortometrajes mexicanos ganaban prestigio en el mundo, pero no se podían ver en México. Era contradictorio ver a cientos de cinéfilos jóvenes de todo el país que añoraban ser cineastas o críticos de cine en una realidad tan cruel. El perfil dedicado al cortometraje y la exquisita selección internacional, que permitió conocer la obra de artistas del mundo frente a la de los creadores mexicanos, le dio a Guanajuato un lugar propio en un calendario de festivales cinematográficos que ha llegado a tener 50 propuestas nacionales, de las cuales muy pocas han sobrevivido o crecido.
pueden participar con campañas “agresivas” (como suelen decir en su infamia etimológica), y a la edición siguiente reducir su participación debido al cambio de director o de sus políticas empresariales. Lo que quiero subrayar es que la creación de una empresa cultural refleja la madurez ciudadana y la realidad política y económica, entenderlo y crecer en ese contexto no es nada sencillo.
No todo ha sido miel sobre hojuelas. Al final de la edición número 7, le pregunté a Sarah Hoch, su directora: “En la historia de los festivales suele haber un momento de crisis, ya sea por los patrocinadores o por el agotamiento. ¿Cómo superar la comezón del séptimo año?”... La respuesta de Sarah fue crecer, y cada año tuvieron más de todo, no sin un nivel de caos, hasta que decidieron detenerse y afinar detalles. No es fácil, especialmente porque en nuestro país los gobernantes creen que con apoyar los proyectos ciudadanos pueden decidir sobre ellos y justificar sus gestiones, así que los presupuestos suelen estar determinados, ya sea por el favor político o por el capricho de las necesidades electorales. Otro punto importante son los patrocinadores, que en un año
¿Qué es lo que mantiene con vida a este festival? Me lo he preguntado muchas veces, y la respuesta volvió a golpearme con fuerza en 2011. Era la noche final del Rally Universitario (idea que surgió aquí en 2003, cuando fue organizado durante tres años por Producciones Malayerba y que de inmediato se propagó en diferentes partes del país), estaba sentado en primera fila, al lado de Sarah Hoch y las actrices Ilse Salas y Claudette Maillé; cuando toda la energía y furor
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Udo Kier
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eso. Así es como he sentido mi propia vida”.
Supongo que con la posible salvedad de Gilbert & George, la mayoría de los pintores son muy singulares, hacen las cosas demasiado a su manera. Pero cuando me veo como director de cine, la situación en muy compleja, descubro estar demasiado asociado a un enorme número de nombres de talento. Pero me siento muy afortunado de estar en esa posición”. En ese año, Greenaway dio, a mi parecer, la única gran clase magistral que hasta ahora ha tenido el Festival, la opinión es por la ligereza con que algunos invitados han participado hasta el punto de “contar” sus películas, como lo hizo Alejandro González Iñárritu29 (quien por cierto, no permitió a los periodistas grabar por ningún medio nada de su “ponencia”, a riesgo de no salir al escenario). No, Greenaway está en otro nivel y eso lo sabemos todos, él expuso el proyecto en el que estaba trabajando, la intervención digital a la pintura Las bodas de Caná (1563) del veneciano Paolo Veronese. Una clase magistral ofrecida a todos los presentes sin importarle el tiempo o el registro electrónico, y reflejó el conocimiento y la variedad estilística de Greenaway, lo que nos permitió entender mejor el espectáculo de clausura de ese año, un performance audiovisual con seis pantallas en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas, donde se proyectaron fragmentos de más de mil horas de videos, determinados por el autor de Una zeta y dos ceros, quien fungió como videojockey (VJ). Esta obra forma parte del proyecto La valija, integrado por una larga película, un libro, un CD-ROM, una exposición plástica, una ópera, un cortometraje creado con una cámara Lumiére y el performance que ha presentado en algunas capitales artísticas de Europa
También emocionante fue la edición de 2009, cuando el cineasta inglés Peter Greenaway recibió un homenaje, entonces tuve mi cuarta entrevista con él, quien con menos pretensiones y más generoso conversó extenso y relajado: “He estudiado mi vida como una pintura.
También, para el recuerdo, están en 2011 las palabras del divertido cineasta coreano Bong Joon-ho: “Mi mayor inspiración viene de la gente coreana, la que no tiene poder, pero que al juntarse logra un poder mayor
de los equipos de jóvenes, muchos de ellos sin dormir en días y con su corto recién terminado, estremecieron con sus porras al Auditorio del Estado. No era la primera vez que era testigo de esto, pero por una extraña razón, ese día recordé la emoción de recibir de la imprenta mi revista adolescente, o el momento en que tuve la versión final de mi cortometraje documental; sí, el resultado es imperfecto, pero en pocas ocasiones se es tan involuntariamente honesto con la sorpresa de un mundo aparentemente nuevo. He conversado en varias ocasiones con los directores y el talento que ha colaborado en las diversas versiones del Rally, y lo que me queda claro es que, como lo contaba Orson Welles cuando se refería a un rodaje: “Te subes a un tren y pase lo que pase, sólo podrás bajar en la estación final”. Otros momentos gratos son las anécdotas de los invitados especiales, como en 2007, cuando el cineasta estadounidense Tim Burton, inquieto como niño, buscaba escaparse de sus compromisos cada vez que le era posible y a la media noche se perdió entre los túneles de Guanajuato. La gente creía imposible encontrarlo en la madrugada, sentado en las escaleras del templo de San Diego. Incluso se desapareció momentos antes de las entrevistas con los medios de comunicación y, enmascarado como luchador, apareció caminando solitario, para sorprendernos al rebelar su identidad. Entonces me dijo: “A Frankenstein, King kong o la criatura de la laguna negra, en las películas los ves como villanos, pero realmente son personajes con alma, mi cine siempre ha respondido a
y en Guanajuato.
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que el político, eso me inspira. Si tuviera tiempo, me gustaría caminar por todos los túneles de Guanajuato. Me gustaría hacer una película aquí, pero para decir más cosas necesito un tequila...” De ese mismo año, la presencia del fotógrafo y cineasta estadounidense Larry Clark30: “Quiero hacer películas verdaderas, de todo lo que pasa en EU, realmente trato de hablar de lo verdadero. Estoy influenciado por W. Eugine Smith, fotógrafo de los años 50 en la revista LIFE, él subrayaba las diatribas de lo publicado, ¿por qué no podemos decir la verdad? ¿Por qué escondemos cosas? ¿Por qué no puedo contar con detalles aquello de lo formamos parte? A eso trato de responder con mi trabajo”. O un amable Eliseo Subiela, autonombrado cursi, con férula en una pierna: “Trato de hacer un cine popular, no populachero, que llegue a la mayor cantidad de gente posible. Ayer en el homenaje, me aguanté la emoción por lo que se estaba diciendo. Donde casi flaqueo es cuando aparece la primera imagen de El lado oscuro del corazón y la gente reaccionó como si estuviera en una cancha de fútbol... Para eso trabajo”. Otros invitados internacionales importantes que hemos conocido en Guanajuato son el delimitado Oliver Stone, un engreído Spike Lee, un gracioso Irving Kershner, un donjuanesco Gaspar Noé, o la gran conversadora Deepa Mehta, entre otros. Pero el Festival también ha impulsado el desarrollo cinematográfico local y nacional, a través de becas, coproducciones y el obsequio de equipo o servicios a los ganadores. Una de las personas involucradas fue el desaparecido dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda, quien promovió los premios para guión cinematográfico. Importante es también, desde 2004, la creación del Internacional Pitching Market, el primer evento de Spencer Tunick
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respondió con otra pregunta: “¿Mejor en cine o mejor en diversión?” En Guanajuato he tenido ambos.
este tipo en México y América latina, donde se reúnen anualmente productores e instituciones financieras del mundo, que han impulsado proyectos como Mezcal, de Ignacio Ortiz; Parpados Azules, Ópera Prima de Ernesto Contreras, graduado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC); Camino al mar, del ganador de Cannes, Michel Franco, egresado de la (Universidad Iberoamericana) UIA; Los últimos cristeros, de Matias Meyer, creador de un cine particular asociado a la expresión artística contemporánea, o Paraisos artificiales de Yulene Olaizola, quien este año también participó en Cannes; estos dos últimos realizadores estudiaron en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC).
Un siglo antes de que fuera creado en México el festival que dio origen al GIFF, mientras Edison y los Lumiére perfeccionaban la linterna mágica, el poeta español Antonio Machado (1875-1939), miembro de la Generación del 98, escribió: “... el ojo que ves / no es ojo porque tú lo ves / es ojo porque te mira... “ Siempre he relacionado al cine con esta frase, porque es la mirada la que determina nuestros vínculos, por ejemplo, la mirada de los artistas le da sentido a las cosas que aparentemente pasan desapercibidas frente a los ojos de los demás, y en este caso terminan por convertirse en un largometraje o cortometraje. Pero a su vez, el resultado se reinterpreta por todas las miradas que aguardan en la oscuridad de una sala de cine. La experiencia equivale a ser testigo de las historias contadas frente al fuego, dentro de una caverna, en una ceremonia primigenia que le da significado a un grupo de personas.
Cuando hago memoria de los quince años de actividad de Expresión en Corto, (que a partir de 2011 se llama Festival Internacional de Cine Guanajuato, por sus siglas GIFF), me quedo con el cine, los maestros, los colegas y los amigos; de hecho, a una de mis mejores amigas la conocí hace diez años en las proyecciones de medianoche de los túneles, a la fecha hablamos durante horas sobre cine y arte en cada encuentro en Guanajuato. Esa intensidad no es fácil de encontrar.
GIFF tiene un público fiel que sabe su cita en Guanajuato cada verano. Público mayoritariamente joven cuya presencia recuerda que, en el momento en que perdemos el asombro, envejecemos. Celebro y recuerdo a todos los que han participado en tres lustros de cine. ¡Felicidades!
Una vez, a principios de siglo, cuando me invitaron a formar parte del jurado en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, en Andalucía, le pregunté a un colega: ¿Cuál es el mejor festival de España? Y él me
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Larry Clark
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Thomas Glassford?. Fue co-fundador del programa “Ludens” dedicado al deporte y la historia del mundo, donde trabajó de 2008 a 2010. Ha participado en los talleres de periodismo cultural de Julio Villanueva Chang, periodismo encubierto con Günter Walrraf, y el seminario Política y elecciones con Jorge Islas. En 2003, el Club de periodistas le entregó el premio nacional de periodismo por su trabajo como conductor y reportero del noticiero cultural “Ventana 22”. En los años 2000 y 2001 fue jurado de la crítica internacional del Festival Iberoamericano de Cine de Huelva, España; y en 2011, jurado del Rally universitario en el Festival internacional de cine en Guanajuato y el Festival DocsDF. En febrero del 2011 fue invitado especial del Festival internacional de Rennes, Francia, dedicado a México. Desde hace 15 años es reportero de las actividades del Festival Internacional Cervantino.
Huemanzin Rodríguez Ha trabajado en televisión desde los 9 años. Como conductor y reportero del programa infantil Pequeños viajeros de Canal 7, recorrió México en más de tres ocasiones. Al mismo tiempo fue locutor de diversos programas en Radio Educación y Radio UNAM. Durante la adolescencia trabajó en proyectos transmitidos en Imevisión (canales 7 y 13), Canal 11 y la Unidad de televisión educativa. Desde los 20 años es conductor y reportero de los programas informativos de Canal 22, lugar donde también ha sido conductor y realizador de programas especiales, políticos y culturales. Ha trabajado en Alemania, Canadá, China, Colombia, España, Estados Unidos, Francia, Inglaterra e Italia. En 2006 realizó el cortometraje documental ¿Quién es
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Bong Joon-ho, Homenaje Internacional 2011.
Foto: JesĂşs Herrera
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“Buñuel me liberó con sus memorias” publicar esta historia”, comenta, si bien accede a ello por la reflexión que entraña sobre la duda, la culpa y el derecho a morir dignamente. En julio de 1983, Maxwell tenía 28 años y era jefe de residencia de la unidad del hospital ABC donde se encontraba ingresado Buñuel. Le quedaba poco para terminar la especialidad y el día del fallecimiento del cineasta estaba de guardia. Recuerda que todo el personal del hospital estaba emocionado por la presencia de tan insigne paciente y que la evolución de su estado era seguida con especial interés y preocupación por tratarse del maestro Buñuel. Durante su turno de guardia, las enfermeras le avisaron de que el cineasta había entrado en parada cardiorrespiratoria. El protocolo para reanimarle se activó en el acto, pero al entrar en la habitación, el doctor Maxwell ordenó que no se hiciera nada. “Cuando entramos al cuarto algo me dijo, no hagas nada”, recuerda con la mirada perdida en un pasado que le dejó huella. “Le dije a mi equipo, no vamos a hacer absolutamente nada”, explica, y Buñuel exhaló su último suspiro ante la mirada atónita del resto del personal sanitario. Tras el fallecimiento del cineasta, los compañeros de Maxwell le reprocharon lo que había hecho. “Mira Max, cómo se te ocurre la decisión que has tomado, me decían”, cuenta el doctor más de un cuarto de siglo después con toda la experiencia adquirida con el tiempo y que en aquel entonces todavía no tenía. El estado de salud del realizador de Calanda era crítico. Se encontraba en estado comatoso y padecía una insuficiencia hepática. “Eso es lo que me obligó a tomar la decisión que tomé -comenta el facultativo-, porque su calidad de vida así iba a ser terriblemente mala”. En el hospital, en cambio, no veían la situación con la misma racionalidad de Maxwell. Les afectaba emocionalmente la importancia del paciente, un ícono del séptimo arte del siglo XX que tras exiliarse a México
Javier Millán Agudo Cuando Luis Buñuel cayó en paro cardiorrespiratorio el 29 de julio de 1983, el doctor que atendía al cineasta en el hospital American British Cowdray (ABC) de Ciudad de México, Roberto Maxwell, tomó una decisión, no hacerle la maniobra de reanimación para intentar mantenerlo con vida. Todavía hoy no sabe por qué lo hizo. Ese comportamiento le valió las críticas de sus compañeros y arrastró la culpa durante un tiempo hasta que dos años después de aquello llegó a sus manos un ejemplar de ‘Mi último suspiro’, las memorias del realizador de Calanda. En la última página del libro, el cineasta expresa un deseo, que cuando esté a punto de morir, el médico que lo atienda se apiade de él y lo deje ir sin intentar prolongarle la vida artificialmente. “Fue el propio Buñuel quien me liberó de la carga que llevaba desde su muerte”, confiesa hoy el doctor Maxwell desde el municipio mexicano de San Miguel de Allende. Han pasado casi tres décadas de aquello y en todo este tiempo el doctor Maxwell no había dado a conocer esta historia fuera de su ámbito más privado. “No son cosas para ir contándolas por ahí”, se justifica. Pero el año pasado atendió a otro cineasta en San Miguel de Allende durante la celebración del Festival Internacional de Cine de Guanajuato, el argentino Eliseo Subiela, y se lo contó. Impresionó tanto la vivencia al director de películas como ‘El lado oscuro del corazón’ y ‘Hombre mirando al sudeste’, que no dudó en plasmarla en un relato que fue publicado en ‘Babelia’, el suplemento cultural de ‘El País’. Al doctor Maxwell le sorprende que casi tres décadas después de que ocurriese aquello todavía pueda interesar a la gente lo que pasó en el último suspiro de Buñuel, e incluso se muestra receloso de que se divulgue. “No sé qué tan conveniente es hablar y
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Moon-Hee Kim
Tae-Yong Kim
Kim Dong Ho, fundador del Festival de Busan, Whan Bok Cho, embajador de la RepĂşblica de Corea y Sarah Hoch.
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había adoptado esa nacionalidad. “Habríamos tenido que aplicarle cuidados intensivos por su insuficiencia y con suerte hubiésemos conseguido sacarlo vivo”, argumenta el doctor. “Yo opté que no valía la pena hacerlo para que no sufriera y claro, me llevé una críticas terribles de los compañeros”. “Ya estaba muerto, ya no había nada que hacer. A los diez o quince minutos me hablan por teléfono del New York Times porque querían confirmar la muerte del señor Buñuel –relata Maxwell-. Pero usted cómo sabe, le dije, si no he hablado ni con la viuda todavía”. Firmó el acta de defunción, rellenó los trámites burocráticos y no supo nada más hasta el día siguiente cuando vio la noticia en los diarios. “Nosotros en medicina estamos entrenados para salvar vidas, no para dejar morir”, reflexiona. Eso fue lo que le sumió en un gran pesar sobre si se había equivocado. “Durante dos años siempre tuve la duda de si hice lo correcto o no”, comenta. Se atormentó durante ese tiempo hasta que un día llegaron a sus manos las memorias de Buñuel, Mi último suspiro. Desconocía la existencia del libro y alguien se lo prestó.
“Gracias a que fue él, un cineasta famoso, porque cualquier otro ser humano casualmente no deja escrito un libro y no puedes saber cuál es su deseo, pero esas memorias fueron las que me liberaron a mí de la carga que llevaba conmigo”, explica Maxwell, quien reconoce que de no haber sido por esa publicación, “yo hubiera tenido que vivir con esa duda el resto de mis días”. Durante esos dos años no comentó nada, solo en su entorno más cercano. “Lo que a mí me impactó durante ese tiempo fue la duda, de si hice lo correcto por tratarse de Buñuel”, insiste el doctor. Sin garantía de sobrevivir A la pregunta inevitable de qué hubiera pasado de haberle hecho las pruebas de reanimación al cineasta y si hubiera vivido más tiempo, el facultativo contesta: “No había ninguna garantía, le hubiéramos extendido la muerte, le hubiéramos prolongado la vida tres, cuatro, cinco días, quién sabe si dos semanas, pero tenía el 95 por ciento de probabilidades de morir en ese tiempo, y con un porcentaje así no vale la pena hacer sufrir a la persona”. Tras conocer el deseo de Buñuel a través de su autobiografía, el doctor Maxwell se sintió tranquilo consigo mismo porque fue como si el cineasta hubiese escrito su voluntad anticipada para que le dejaran morir en paz. El facultativo argumenta que en una decisión así pudo influir también haber pertenecido a una asociación de cuidados paliativos. “Aprendí que hay que morir dignamente”, comenta, porque aunque se desconoce qué siente una persona en coma, él está convencido de que “de alguna manera sienten”. Al recordar aquella vivencia, rememora otra muy distinta con un compañero suyo, doctor como él. Estando de guardia en urgencias tuve que atenderlo por un dolor en el pecho. Cuando estaba realizándole un electrocardiograma, su colega sufrió una parada cardiaca.
El deseo escrito de Buñuel Lo devoró con interés y al llegar al final sintió un gran alivio por la reflexión que hace el cineasta, justo en la última página, sobre la muerte y su deseo de morir en paz sin que nadie le prolongue la vida de manera artificial. “El menciona que ojalá al final de su vida se encuentre con un médico que tenga compasión de él y que lo deje morir en paz en lugar de dejarlo entubado con un marcapasos”, comenta Maxwell, que admite que hoy solo recuerda esa última página del libro. “El resto lo tengo en blanco, excepto ese renglón final”. “Para mí lo que yo sentía desde la muerte de Buñuel era como un costal que traía encima, el saber si hice bien o mal, y afortunadamente salió ese libro y de alguna manera me liberó”, afirma.
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Fernando de la Mora, homenaje a Jorge Negrete.
Conferencia Magistral Bong Joon-ho
Presentaci贸n del libro Jorge Negrete, no basta ser charro de Francisco Javier Mill谩n.
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En estos casos, a partir de 3 o 5 minutos el cerebro de los pacientes comienza a padecer, pero con las maniobras de reanimación, el riesgo de sufrir secuelas se puede reducir. A otro le hubiera dado no más de 30 minutos de reanimación, pero con él estuvo una hora y media, con el consiguiente riesgo de muerte cerebral. Volvieron a criticarlo al igual que había ocurrido con Buñuel, pero esta vez por hacer todo lo contrario. “Max, porque te queremos, pero eso no es hacer buena medicina”, explica que le dijeron. “Yo me dejé llevar por mi instinto, por mis emociones”. Cuando el paciente se recuperó, le reprochó que no le hubiera “dejado ir” cuando tuvo la parada. “Me contó que se murió, pero pudo ver la hora y media que yo pasé intentando reanimarlo. Usted estaba terco tratando de retenerme en esta vida cuando yo no quería regresar, me dijo, porque estaba muy bien donde estaba. Yo me quedé frío, no es posible, pero está vivo, le dije. Doctor Maxwell, me contestó, le pediré que la siguiente vez que yo me sienta un dolorcito en el pecho que no me toque, le prohíbo que me haga maniobras de reanimación cardiopulmonar”. El doctor Maxwell se queda meditabundo y afirma: “Haciendo un poquito de memoria, ni un paciente que hayamos sacado de la unidad (de cuidados intensivos) ha sido bueno para dar las gracias. Cuando pienso en todo eso digo, bueno, qué conflicto tener que estudiar para salvar vidas cuando no te lo agradecen y al
contrario te dicen: no quiero que me hagas nada”. “La muerte es lo único seguro que tenemos en esta vida, y además nada tiene que ver ser rico o pobre, de un país latino que del primer mundo”, reflexiona el doctor, quien reconoce que experiencias así “cambian su manera de ver la vida y la muerte. Creo que me marcaron muchísimo y sin embargo no son temas que andes platicando por ahí”. “Quién me iba a decir a mí que más de veinte años después de que ocurriera aquello resurgiera todo al contárselo a Eliseo Subiela”, comenta Maxwell, quien sostiene que una historia así debe servir para comprender la importancia de que una persona pueda decidir sobre su muerte en caso de caer enferma dejando escrita su voluntad por anticipado. “La vigencia de este asunto sigue y seguirá, porque después de contárselo a Eliseo Subiela me llegaron dos cartas de Argentina diciéndome: “Doctor, no sabe cómo le agradezco lo que hizo por Luis Buñuel”, afirma antes de guardar silencio y viajar con sus recuerdos de nuevo a julio de 1983. “Es muy curioso cómo se van enlazando los cabos y de qué manera pueden impactar estas cosas, como Luis Buñuel nunca supo cómo me iba a impactar a mí lo que escribió en sus memorias”; concluye el médico, quien sabe si doblemente liberado al contar cómo fue aquel último suspiro del turolense más universal.
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Stephanie Sigman
Foto: JesĂşs Herrera
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Sarah Hoch y Stephanie Sigman.
Daniela Wong y Enrique Monta単o.
Ilse Salas
Rupert Friend
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Francesca Romero, Udo Kier y Cristina Voros.
Vatche Boulghourjian , Mitsuyo Miyazaki y Pedro G贸mez.
Silvia Navarro
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Ernesto Herrera y Victoria Mahoney.
Daniela Wong
So Young Kim
Homenaje a Isela Vega.
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Teresa RuĂz
Homenaje a Marisa Garrido, entrega de reconocimiento por Sarah Hoch y Gloria Cano.
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Teatro Juรกrez, Guanajuato capital.
Gala Coreana Crossroads of youth
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Hong-jin Roh
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Henning Kamm
Mitsuyo Miyazaki
Alma Ha ´rel
Spencer
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Spencer Tunick en Guanajuato, GIFF 2011.
Foto: JesĂşs Herrera
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Reuni贸n con los becarios de la Cinefundation para la Residencia de Verano en Guanajuato MexiCannes.
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Coctel de presentaci贸n del GIFF en el Short Corner del Festival de Cannes.
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Encuentro MexiCannes durante el Festival de Cannes, producto de la relaci贸n de la Cinefundation y el GIFF.
Fiesta GIFF en el Short Film Corner de Cannes.
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Guanajuato le pone sabor a la Fiesta MĂŠxico en Cannes.
Alza la Voz contra la Violencia DomĂŠstica en el Short Film Corner de Cannes.
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Ernesto Herrera, Co-Fundador , Director General de Imagen y Promoción Sarah Hoch Delong, Fundadora y Directora Ejecutiva Nina Rodríguez, Directora de Programación Ali Khechen, Dirección de Industria Daniel Kandell Zamudio, Director de Relaciones Internacionales
Gladys García, Directora Operativa e Invitados Nancy Hoch, Coordinación de Redes Sociales / Transporte Aída Pérez Martín del Campo, Coordinación de Hospedaje Kika Jurado, Atención a Realizadores Adriana Castillo, Coordinación Educación Julio Mackissack, Atención a Realizadores Jorge Cuaik, Coordinación de Industria
Edgar Sotomayor, Dirección Técnica Yazmín Portugal, Coordinación de Producción Diego Luna, Apoyo Montajes Carolina López, Comercialización y Coordinación de Eventos Especiales Mayela Licea, Apoyo Producción
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Jesús Herrera, Diseño Gráfico y Fotografía Héctor Lozano, Diseño Gráfico y Página Web Judith Escalante, Diseño Gráfico Erick Baena, Coordinación y Cuidado Editorial Israel Morales, Cuidado Editorial
Elihu Jiménez, Apoyo Realización Audiovisual Martha UC, Semblanzas y Realización Audiovisual Santiago Hoch, Postproducción, Animación y Realización Audiovisual Omar Said, Semblanzas y Realización Audiovisual
Liliana Baeza, Asistente de Programación Ariadna del Castillo, Coordinación Rally Universitario Viridiana César, Coordinación de Eventos Especiales Emmanuel Guerrero, Coordinación de Tráfico de Películas
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NOTAS
Levy, El evangelio de las maravillas, de Arturo Ripstein, La última inquisición (Los ocultos), de Daniel Goldber, y Violeta de Alberto Cortés”. IMCINE. “Línea del tiempo”, 1998-2002 [Diciembre de 1998]. Colapso industrial. Pocos largometrajes mexicanos producidos. Disponible en la web: http://www.imcine.gob.mx/ linea-de-tiempo.html
Forjada con el metal derivado de los residuos de películas del cine mexicano, la medalla de la Filmoteca está reservada a quienes con su trabajo hayan enriquecido el lenguaje cinematográfico. Disponible en la web: http://www.filmoteca.unam.mx/quienessomos. php#mision
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4.
En la Inauguración oficial del Festival Internacional de Cine Expresión en Corto 2010, en Guanajuato, se llevó a cabo con un homenaje al 50 aniversario de la Filmoteca de la UNAM. Guadalupe Ferrer, directora de la institución e Iván Trujillo, ex director de misma recibieron la Cruz de Plata. “Yo participé el año pasado en este mismo Rally como actriz y a veces los chavos no tienen esta experiencia de hablar con los actores o pedir un gesto dramático y tal, entonces me pidieron que diera como una plática con ellos y ahí pude conocerlos y ver su entusiasmo y sus inquietudes”, dijo Ximena Ayala. Miriam Rojas. “Homenajea Expresión en Corto a UNAM”. PERIÓDICO A.M. jueves 29 de julio de 2010. Disponible en la web: http://www.am.com.mx/Nota.aspx?ID=416811
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En el sitio web del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) se señala: “En 1997 sólo se producen 9 largometrajes mexicanos, lo que se considera un colapso industrial al ser la cantidad más baja en la historia del cine sonoro mexicano. Es la cifra de producción más baja desde 1932. De estos 9 largos, 7 son apoyados por el Estado, como son, El cometa, de José Buil y Maryse Sistach, De noche vienes Esmeralda, de Jaime Humberto Hermosillo, Del olvido al no me acuerdo, de Juan Carlos Rulfo, El día y la noche, de Bernard Henry
Jeremías Vasillas Ramírez, et. al. Análisis Crítico de la Cultura. Importancia de ir al Cine en Guanajuato: primer acercamiento: “En Celaya, por ejemplo, en la década de los 80, sólo había 9 salas de cine. Hacia finales de la década ya habían cerrado 7 de ellas, sólo continuaban operando las de la Cadena Ramírez. Hacia mediados de los noventa una nueva estrategia de mercado de la exhibición recuperó al público perdido en la década pasada a través de los complejos: la construcción de pequeñas salas, con tecnología reciente tanto en la proyección como en la reproducción del sonido (aspectos que adolecía las grandes salas antiguas) en un mismo sitio para ofertar al mercado opciones de diversas películas de estreno. Esta estrategia dio buen resultado con la consecuente activación de la producción fílmica principalmente de las grandes firmas norteamericanas, aunque no ha sucedido así con el cine nacional”.
En la nota referida se señala: “De 1996 a la fecha [en aquel entonces 2003], el Imcine apoyó 74 cortometrajes con un monto de 22 millones 87 mil pesos, 4 millones menos que lo concedido en el mismo periodo a los seis proyectos fílmicos que dirigió Arturo Ripstein, revelan cifras de la dependencia en el marco de la Ley de Acceso a la Información”. Agencias. “Corto apoyo para realizadores”, EL SIGLO DE
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DURANGO, Viernes 18 de julio de 2003. Disponible en la web: http://www.elsiglodedurango.com.mx/noticia/6153. corto-apoyo-para-realizadores.html 6.
7.
El IMCINE realizó en 2011 una encuesta en las ciudades sede de tres festivales: Morelia, Guanajuato y Guadalajara. Sentencia en sus resultados: “A grandes rasgos, se tiene una idea positiva de los encuentros cinematográficos, principalmente en la contribución a la generación de nuevos talentos y la proyección internacional. Un análisis por ciudad, nos lleva a concluir que en Guanajuato se percibe un mayor impacto gracias a la atracción de turismo, además de que genera mayor promoción de las películas participantes; este último impacto también se percibe en Guadalajara”, en Anuario Estadístico de Cine Mexicano 2011, Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), México, 2012, pp. 55. Marina Moguillansky explica que: “Hacia finales de la década de 1980 y comienzos de la siguiente, la producción cinematográfica en Brasil comenzó a declinar en parte por el agotamiento de cierto modelo de producción y principalmente por la crisis económica que sufrió este país junto con el resto de América Latina. Pero el declive de la actividad se transformó en crisis profunda y parálisis de la producción con el comienzo del gobierno de orientación neoliberal de Fernando Collor de Mello (1990-1992), quien desmanteló todo el aparato estatal de cultura. Transformó el Ministerio de Cultura en una Secretaría de gobierno, eliminó la ley de incentivo fiscal para inversiones culturales, disolvió la Fundación Nacional de las Artes (FUNARTE), la Fundación del Cine Brasileño (FCB), la Empresa Brasileña de
Filmes (Embrafilme) y el Consejo de Cine. Además, eliminó la cuota de pantalla para la cinematografía nacional y promovió la apertura irrestricta de las importaciones. Como resultado de estas medidas, la industria cinematográfica brasileña entró en una profunda crisis que se observa en la escasa cantidad de estrenos nacionales en esos años: entre 1990 y 1994 se estrenó un promedio de sólo seis películas por año, mientras que en la década anterior ese promedio era de 73 películas anuales. […] En el año 1993, ya bajo la presidencia de Itamar Franco –quien reemplazó a Collor de Mello tras el que lo destituyera en 1992– se restableció el Ministerio de Cultura y se crearon la Secretaría del Audiovisual y una Comisión de Cine. Como una de las primeras medidas para la reactivación de la producción cinematográfica se lanzó el Premio Rescate del Cine Brasileño que canalizó los recursos antes manejados por Embrafilme hacia la producción de cine nacional. Además se logró la promulgación de la Ley del Audiovisual (Nº 8.685) que fijaba nuevamente una cuota de pantalla para el cine nacional y establecía el marco legal para el financiamiento de proyectos audiovisuales a través de distintas vías. El mecanismo principal de apoyo estatal a la producción era una forma de mecenazgo que permitía a las empresas privadas y estatales deducir un porcentaje de sus impuestos a las ganancias a través de la inversión en un proyecto audiovisual. La rearticulación de un sistema de patrocinio estatal para la actividad cinematográfica, sin embargo, distó mucho de ser completa. El esquema estuvo centrado en el fomento a la producción, pero dejó la distribución y exhibición libradas al mercado. Esta falencia de la Ley de Audiovisual se tornó doblemente grave por cuanto la existencia durante más de veinte años de Embrafilme, empresa estatal que se ocupó de
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la distribución del cine brasileño, había obtenido el paradójico efecto de eliminar a muchas de las distribuidoras nacionales independientes del mercado brasileño”, en La imaginación regional en cuestión. La circulación de cine brasileño en Argentina desde la creación del Mercosur (19952008) Editorial Académica Española, 2011, pp.1518 Dieciocho años después, gracias a la reactivación de la producción cinematográfica, Brasil produce alrededor de 90 filmes al año. 8.
dedicados a promover el desarrollo profesional y los logros de las mujeres que trabajan en todas las áreas de cine, video y otros medios de comunicación audiovisual. Más información en: http://www.wiftichapters.org/ Ver también: http://www.mujerescineytv.org/ Durante el Festival Expresión en Corto de 2003 se llevóa cabo un evento sin precedente. El Rally Malayerba convocó a jóvenes realizadores a terminar un cortometraje en 24 horas. En esta edición, actores de renombre como Julio Bracho o Ana Claudia Talancón se unieron a la carrera. A partir de 2009, Expresión en Corto daría pie a la 1ª edición del Rally Universitario, como hasta la fecha se le conoce. Disponible en la web: http://www.golemproducciones.com/prod/ malayerba04.htm
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“Se publica una modificación el Artículo 226 del Impuesto Sobre la Renta para acreditar una parte del pago de este impuesto a la producción cinematográfica nacional, lo que implica, mediante estímulo fiscal, un beneficio a favor del cine mexicano. Sin embargo, el criterio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) frena su aplicación durante meses. Hasta noviembre de ese año se pone en circulación tal estímulo”. IMCINE. Op. Cit, 2003-2007 [Febrero de 2006]. Artículo 226, de la Ley del ISR. Disponible en la web: http://www.imcine.gob.mx/ linea-de-tiempo.html
Norman McLaren (11 de abril de 1914 - 27 de enero de 1987) fue un animador y director de cine canadiense de origen escocés reconocido por sus trabajos en el National Film Board of Canada. Es famoso por sus experimentos con la imagen y el sonido. Disponible en la web: http://biografia.cine.hispavista.com/n34859-normanmclaren
12.
“Escogieron esta película por ser la más completa en fotografía, guión y actuación. En total fueron 12 categorías. El 2º lugar fue para Nanciyaga de Julio Fons, y el 3º para El Muro, de Sergio Arau. Los filmes ganadores se presentaron en el Festival de Arte Contemporáneo de León, Guanajuato”. Pedro Guerrero. “Breviario. Cortometraje”. El Sol del Bajío. Martes 20 de julio de 1999.
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En la inauguración de la 7ª edición (2004), Marga López rememoró su trabajo en diversas películas de la Época de Oro del cine mexicano al lado de Pedro Infante, Germán Valdés: Tin Tan, Abel Salazar, Arturo de Córdova y Sara García. “No quiero llorar como en mis películas, porque he sido una llorona del cine nacional. Me siento muy contenta porque a estas alturas me están dando algo que no esperaba. No se imaginan lo que ésto significa para
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Women In Film & Television International (WIFTI) es una red global compuesta por 40 mujeres del cine de todo el mundo, y más de 13.000 miembros
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mí, porque yo he amado al cine durante toda mi vida”, aseguró. Agencia Notimex. “Recibe Marga López merecido homenaje”, EL UNIVERSAL, Lunes 19 de julio de 2004. Disponible en la web: http://www2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/noticia. html?id_nota=54406&tabla=ESPECTACULOS Durante una cena, en la séptima edición del Festival Internacional de Cine Expresión en Corto, también se rindió tributo al dramaturgo y guionista Víctor Hugo Rascón banda, por su incesante defensa del cine nacional. “El cine mexicano sigue vivo, a pesar que las autoridades hayan pretendido desaparecer la última infraestructura que el neoliberalismo dejó para la creatividad y la cultura fílmica mexicana.” Redacción. “Guanajuato y San Miguel, banquete de cine”, PROCESO, 15 de julio de 2004. Disponible en la web: http://www.proceso.com. mx/?p=234889 Ver también: http://www.jornada.unam.mx/2004/07/23/09an1esp. php?origen=espectaculos.php&fly=1
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En la IX edición del Festival de Cine Expresión en Corto, en 2006, se rindió homenaje a las actrices Ofelia Media y Ana Ofelia Murguía, dos damas de la actuación se ofrecieron halagos mutuos, pero fue Medina, quien al llegar al recinto donde se celebró el evento, se arrodilló ante su compañera Ana Ofelia para demostrarle su admiración,. Por su parte Ana Ofelia expresó sentirse halagada con dicho reconocimiento: “Estos premios son un estímulo para seguir y ponerle más ganas a cada uno de los proyectos, es un honor que un organismo como Mujeres en el Cine y la Tv me hayan distinguido, le agradezco su existencia
porque han fortalecido a la mujer”. Medina abogó por el regreso de la estudiante chilena del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), Valentina Palma, quien fue deportada a su país por haber estado presente durante los hechos violentos en San Salvador Atenco: “Aprovecho para hablar de una mujer que estudiaba cine y fue expulsada de México desde los hechos de Atenco; también, deseo que mi voz sea escuchada para hablar sobre las injusticias que se cometieron con las mujeres y la injusticia a Palma, que fue golpeada y violada”, expresó. FIROBRI en Guanajuato. “Ofelia Medina recibe homenaje en Guanajuato”. La Crónica de Hoy. Lunes 31 de julio de 2006. Disponible en la web: http://www.cronica.com.mx/ nota.php?id_nota=253793 Véase también: http://www.eluniversal.com.mx/ espectaculos/70698.html La Comisión Estatal para la Planeación de la Educación Superior (COEPES) es un órgano colegiado que integra a diversas instituciones educativas y agrupaciones sociales interesadas en el fortalecimiento del sistema educativo superior de los Estados, con el propósito de colaborar en las tareas de planeación de la educación superior que realizan las autoridades educativas. Disponible en la web: http://www.coepes.sep.gob.mx/
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En abril de 2011, el cineasta Carlos Hagerman visitó la ciudad de San Miguel de Allende para apoyar con conferencias y talleres a los equipos seleccionados para el Segundo Concurso Documental Universitario “Identidad y Pertenencia”, impulsado por Expresión en Corto en el GIFF. Además, cada equipo contó con asesorías privadas de una hora y media de duración, para responder dudas sobre el rumbo que sus historias tomarán. Los jóvenes
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tuvieron la oportunidad de recibir su experiencia como productor y director, pero sobre todo como creador de historias que dejan huella en la construcción de diálogos sobre nuestra identidad y raíces. Disponible en la web: http://www.oem.com.mx/elsoldelbajio/notas/ n2139678.htm y http://es.paperblog.com/mx/ festiternacional-de-cine-guanajuato-510140/
Tras una intensa jornada de actividades en el XII Festival de Cine Expresión en Corto, en 2009, la clausura de éste fue ejecutada por el cineasta británico Peter Greenaway, con su espectáculo audiovisual The Tulse Luper Suitcases Vj Performance. Con un escenario al aire libre, montado en la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato, el realizador dio una muestra de su trabajo audiovisual, por el que se le ha considerado un visionario del cine contemporáneo. Redacción. “Peter Greenaway clausuró Festival de Expresión en Corto”. La Crónica de Hoy. Lunes 03 de agosto de 2009. Disponible en la web: http://cronica.com.mx/nota.php?id_nota=449290
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Eliseo Subiela asistió al Festival Expresión en Corto en 2010, como jurado y homenajeado en esta edición del festival dedicada a la Argentina, compartiendo bicentenario patrio junto a México. Durante el marco del Festival se le rindió un homenaje al director argentino por su trascendencia dentro del cine latinoamericano. No obstante, en el vuelo de ida, una lesión en una pierna se complicó derivando en una tromboflebitis. Estuvo internado en el Hospital de la Fe, en San Miguel de Allende, donde el Dr. Maxwell le atendió y compartió su experiencia con Luis Buñuel cuando éste cayó en paro cardiorrespiratorio en 1983. Eliseo Subiela (Relato). “Escena final de Luis Buñuel”. EL PAÍS. Sábado 09 de octubre de 2010. Disponible en la Web: http://elpais.com/diario/2010/10/09/ babelia/1286583186_850215.html Véase también: Javier Millán. Diario de Teurel, domingo 20 de noviembre de 2011, “Buñuel me liberó con sus memorias” y “Me estremeció que cumpliera con el deseo del paciente sin saberlo”, pp. 6-7. Disponible en la web: http://www.diariodeteruel.es/ teruel/20309-bunuel-me-libero-con-sus-memorias. html Información sobre premiación: http://thecitylovesyou. com/cinerex/homenaje-a-eliseo-subiela-festivalinternacional-de-cine-expresion-en-corto/
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En el año 2005, Oliver Stone recibió un homenaje en la 8ª edición del Festival Internacional de Cine “Expresión en Corto”, por su reconocido trabajo en la producción cinematográfica. Durante el homenaje el comité organizador del festival le entregó la Medalla de Plata de la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El creador de películas como Platoon (1986), JFK (1991) y Nacido el 4 de julio (1990) dictó una conferencia magistral en el Auditorio del Estado, para hablar sobre el tema: “Censura, autocensura y provocación”, en el arte cinematográfico. Agencia Notimex, “El VIII Festival Internacional de Cine ‘Expresión en Corto’ que se realiza en Guanajuato, otorga reconocimiento al cineasta Oliver Stone”, ESMAS.COM, 29 de julio del 2005. Disponible en la web: http://www.esmas.com/ espectaculos/cine/463958.html Ver también: http://www.eluniverso.com/2005/08/01/0001/1065/ F889F4A961CE4E05B0D30B699A09CEA0.html
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Durante una conferencia magistral, ofrecida en el marco de las actividades del Décimo Festival Internacional de Cine Expresión en Corto (2007). El realizador de películas como Beetle juice (1988), Batman (1989) y Charlie and the Chocolate Factory (2005), Tim Burton, recibió un homenaje por su relevancia en el cine de rompimiento. Agencia EFE. “Homenajearán a Tim Burton en festival de Guanajuato” EL UNIVERSAL”, 11 de julio del 2006. Disponible en la web: http://www.eluniversal.com.mx/ notas/361680.html Ver también: http://www.elsiglodedurango.com.mx/ noticia/136118.anima-tim-burton-guanajuato.html
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Gaspar Noé, director Franco-Argentino de las controversiales películas Irreversible, I Stand Alone y Carne, recibió un reconocimiento como cineasta de rompimiento, y representó en 2006 al país invitado de honor, Francia, durante la 9ª edición del Festival Internacional de Cine Expresión en Corto en Guanajuato capital. Redacción. “Gaspar Noé Voltea de cabeza a Expresión en Corto”, LA JERGA, junio de 2007. Disponible en la web: http://www.lajerga.com/articles_issues/3160/issue33/ gasparnoe_es.html
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En la 12ª edición del Festival Expresión en Corto, Jorge Fons recibió la Cruz de Plata del festival, la Medalla de la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como diplomas y presentes de personajes del círculo cinematográfico. En alusión al cine del Reino Unido –país invitado del 2009–, el homenaje de Fons abrió con un performance donde dos jovencitas bailaron y lucharon en un entorno con música e imágenes del legendario espía inglés,
James Bond, el agente 007. “Soy feliz haciendo lo que hago, en un mundo donde pocos logran vivir haciendo lo que les gusta” expresó Jorge Fons. Carlos García. “Reconocen la trayectoria del cineasta Jorge Fons en Expresión en Corto” LA JORNADA, Viernes 31 de julio del 2009. Disponible en la web: http://www.jornada.unam. mx/2009/07/31/espectaculos/a10n1esp Durante la 10ª edición del entonces Festival Expresión en Corto, Guillermo del Toro aceptó seleccionar las películas que se proyectaron dentro del ciclo “Cine entre muertos”, que como cada año tiene lugar en los panteones de San Miguel de Allende y Guanajuato. Del Toro revisó las cintas que formaron parte del programa que se llevó a cabo del 20 al 29 de julio del 2007. Redacción. “Del Toro, directo al panteón”, EL UNIVERSAL, Miércoles 27 de junio de 2007. Disponible en la web: http://www.eluniversal.com.mx/ notas/433581.html
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Leonardo Zimbrón es socio fundador de Filmadora Nacional, y encabeza la producción de Cine de Películas Imaginarias y de Traziende Films. Filmadora Nacional es una compañía productora de contenidos audiovisuales y entretenimiento; nace de la unión de tres productores experimentados, que han trabajado en innumerables ocasiones en el pasado tanto de manera individual como en equipo. Disponible en la web: http://filmadora.mx/filmadora
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En el año 2004, en la 7ª edición del Festival Expresión en Corto, se inauguró el primer Pitching Market, que consistía en lanzar un proyecto cinematográfico que integrara profesionalismo,
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creatividad y pragmatismo a través de una sugerente presentación que, realizada en poco tiempo, transmitiera los puntos clave y culminara en que un productor, distribuidor o fondo se interesara y comprometiera con el proyecto. “La idea del Pitching Market era traer a los productores a la mesa aquí en México y crear esa cultura del pitch, que se usa a nivel mundial, para que fuéramos competitivos para vender nuestros proyectos”, expresó su fundadora Sarah Hoch. Daniel Kendell. “Pitching Market, un año después” LA JERGA, junio 2007. Disponible en la web: http://www.lajerga.com/articles_issues/0-30/issue22/ sarah-hoch.html Ver también: http://www.razonesdeser.com/vernota.asp?d=25&m= 5&a=2005&notaid=9213
en la sección de la Quincena de Realizadores. La película plantea un dramático cambio en la relación entre los protagonistas -una historia basada en hechos reales- llevados al límite en cuestión de minutos y obligados a afrontar posteriormente las consecuencias de una relación sexual forzada que transforma su forma de verse. Agencia EFE. “Ovacionan cinta mexicana en Cannes”, ESMASCINE, 18 de mayo del 2009. Disponible en la Web: http://www2.esmas.com/ entretenimiento/cine/064005/ovacionan-daniel-yana-cannes/ Alejandro Gonzáles Iñárritu fue invitado especial en la 13ª edición del Festival de Cine Expresión en Corto (2010), en donde ofreció una conferencia magistral en el Auditorio del Estado. Iñárritu habló sobre lo que es la cinematografía y lo que representa para él como realizador. Parafraseándolo, la idea que tiene es que la realidad cinematográfica dialoga con la verdad del realizador, entran en cierta resonancia y se convierten en historias paralelas. “Cada película tiene un ritmo, Amores Perros, Babel, 21 Gramos, cada una es una canción distinta, Amores Perros es rock y 21 Gramos es jazz, uno es un fuerte sonido de garage y el otro es un sonido fragmentado que armoniza en su conjunto.” Redacción. “Alejandro González Iñárritu @ Festival Internacional de Cine Expresión en Corto”, CINEREX, 31 de julio del 2010. Disponible en la Web: http://thecitylovesyou.com/cinerex/alejandrogonzalez-inarritu-festival-internacional-de-cineexpresion-en-corto/
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En el año 2009, el país invitado para la edición número 12 de Expresión en Corto fue el Reino Unido. En esta cita del encuentro bilateral, participaron instituciones fílmicas como el London Short Film Festival, British Film Institute, BRAFTA, London Internacional Film Festival y London Lesbian and Gay Film Festival. Redacción. “Reino Unido, país invitado en el Expresión en Corto 2009”, INFORMADOR.COM, julio 2009. Disponible en: http://www.informador.com.mx/ entretenimiento/2009/71622/6/reino-unido-paisinvitado-en-el-festival-expresion-en-corto-2009.htm Ver también: http://www.imcine.gob.mx/media/4883. pdf
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El único largometraje mexicano en competición en el Festival de Cannes 2009, Daniel y Ana, de Michel Franco, fue ovacionado en su presentación
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En el marco del 14 Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF, 2011), se llevó a cabo un
homenaje al director coreano Bong Joon-Ho en el Teatro Juárez de la ciudad de Guanajuato. La ceremonia comenzó alrededor de las 20:00 horas ante un público expectante en conocer al realizador de cintas polémicas como El huésped, Antarctic journal y, la más reciente, Mother. Dentro de los invitados internacionales de ese año, se encontraba el cinefotógrafo Larry Clark, famoso por sus películas Kids (1995) y Ken Park (2002). “Entre mis 10 películas favoritas se encuentra Profundo Carmesí, de Arturo Ripstein, a quien vi en un festival de San Sebastián, España, pero me dio miedo acercarme” expresó Joon-Ho. Columba Vértiz de la Fuente. “Guanajuato rinde homenaje al cineasta coreano Bong Joon-Ho”, PROCESO, 29 de julio de 2011. Disponible en la Web: http://www.proceso.com. mx/?p=277385 Ver también: http://cine3.com/homenajes-ciclos-ysorpresas-de-festival-de-guanajuato-2011/
BIBLIOGRAFÍA VASILLAS RAMÍREZ, Jeremías y CONTRERAS SOTO, Ricardo. Análisis Crítico de la Cultura. Importancia de ir al Cine en Guanajuato: primer acercamiento, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Enero 2008. INSTITUTO MEXICANO DE CINEMATOGRAFÍA (IMCINE), Anuario Estadístico de Cine Mexicano 2011, México, 2012. MOGUILLANSKY, Marina. La imaginación regional en cuestión. La circulación de cine brasileño en Argentina desde la creación del Mercosur (1995-2008), Editorial Académica Española, 2011.
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