Es, constituye el vuelo del alma que surge del coraz贸n, a trav茅s de boca, labios y lengua.
Un beso es una gran herramienta para combatir el desánimo y una excelente forma de mejorar la salud. El beso se ha introducido en nuestros grupos sociales de múltiples formas y prueba de ello es que los mismos mayores han asimilado este rasgo cultural en su propio sistema de comunicación. Estaríamos hablando de que el beso no ha perdido significado, sino que sus significados se han multiplicado, al igual que sus formas dependiendo a los grupos sociales a los que pertenezcamos a cada momento: creando lazos de unión entre individuos de un mismo grupo, adaptándose a los nuevos modos de entender las relaciones afectivo-sexuales, integrado en las relaciones sexuales de un modo predominante; como un modo de presentación y señal de aprecio personal. El beso es misterioso. Entre placentero, amoroso, cariñoso, pasional, leve o profundo, sensual o dándonos mutuamente el alma. Posee tantas formas y variantes como el acto sexual en cualquiera de las sesenta y tantas formas descritas en el Kama Sutra o en el Ananga Ragna. Es sorprendente ver cómo una acción humana tan arraigada en nuestra sociedad y tan cotidiana, podría tener tantas lecturas, así que decidimos hacer nuestra propia lectura, desde la Neuroquímica del Amor, proyectada en diferentes historias por medio de la fotografía.
Hicimos una distinción entre las tres concepciones que nos parecían más importantes: ·Estructura molecular (Endorfinas como herramientas de seducción). Probadas están sus propiedades físicas y químicas, que han sido objeto de varias investigaciones y su relación con la producción de endorfinas que producen impulsos nerviosos y asociados con sensaciones placenteras. Pero nosotros queríamos dar un paso más y analizar las diferentes concepciones sociales que los seres humanos damos a este acto. Sensación de placer ante situaciones agradables con recursos alimenticios como chocolate, platano, pastas, cereales, algas, caviar, tapioca, etc. Si a todo ello se le suma una dosis de sobreesfuerzo, el amor debería tener los ingredientes para ser duradero. Al menos en teoría.
·Estructura social (Variantes de un beso). “Hay que salvar el beso: está en vías de extinción” publicado en el periódico El Clarín en el 2013, la nota menciona que especialistas afirman que los besos son “Una herramienta y un recurso erótico que te permite muchísimas variantes, no solamente hablando de besos en los labios. Cuando empiezas a jugar con besos en diferentes partes del cuerpo tienes muchas más variantes todavía” (Beso Francés, Beso Negro, Beso Blanco, Beso Esquimal, Beso Queer etc.)
·Desmolecularización de un beso (Enfermedades, riesgos a la salud e higiene) Todos recuerdan al beso como algo especial, lo recuerdan como algo bueno, a pesar de ello se creen que hace años el beso tenía un significado más especial del que ahora tiene, pero también tiene un lado oscuro. El beso entre los amantes era algo casi inconcebible, y mucho menos el beso entendido como saludo. Es aquí donde aparece una de las cuestiones más reseñables, y con lo que se desmorona un mito colectivo y tabúes sobre sexualidad. Es, en resumen, su carácter cotidiano, integrado en nuestros sistemas sociales lo que hace percibir su devaluación con respecto a décadas pasadas, donde su simbolismo se restringía casi prácticamente a las relaciones de pareja y familiares muy íntimas, restringiéndose de padres a hijos. Es la misma sociedad y los cambios políticos y sociales, lo que ha hecho que el beso y más en general la expresión de las emociones se dé con más naturalidad.
Gilberto Pixeles es un voyeur nato. Su pasión y placer por la imagen han transitado por el diseño, la creatividad visual y la dirección de arte, primeramente dentro del campo de la publicidad para finalmente desembocar en la exploración de inquietudes más íntimas. Su obra fotográfica #136Penes marca sin duda esa línea rotunda autoimpuesta que separa al voyeur desbordado del artista visual en maduración, los mensajes y contenidos externos han dado paso a expresiones propias, discursos y planteamientos personales acerca de la resistencia homoerótica dentro del acervo visual. Dora Margon