Anotaciones sobre las plantas alimenticias de los pobladore

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ALGUNAS DE LAS COSTUMBRES DE LOS INDÍGENAS REGISTRADAS DURANTE EL PROCESO DE LA CONQUISTA Francisco C Yepes R

PROLEGÓMENOS. Antes y durante el proceso de la invasión de los españoles, los indígenas tenían una organización social exitosa que les permitía realizar actividades agrarias (explotación de flora y fauna terrestre y acuática), artesanales, comerciales y religiosas. Vale la pena rescatar la información registrada por cronistas e historiadores con el fin de dar publicidad al manejo de las explotaciones agrarias, indispensables para producir, almacenar y procesar los alimentos que requería la población de cada región, la cual sirvió simultáneamente para sostener a sus opresores. Dentro de esta riqueza cultural es importante rescatar la información sobre comportamientos extraños o extravagantes para los humanos del presente siglo, como la antropofagia, la idolatría, los compromisos matrimoniales y la exhumación de sus cadáveres. Con el presente escrito se quiere contribuir al estudio de algunos de los temas mencionados, considerándose que no se ha hecho justicia con los indígenas, quienes han sido ignorados y marginados en este país, como seres humanos y como poseedores de un rico filón cultural, del cual sólo se han extraído jirones para la historia.

PARTE I: ANOTACIONES SOBRE LAS PLANTAS ALIMENTICIAS DE LOS POBLADORES COLOMBIANOS EN LA ÉPOCA DE LA CONQUISTA

INTRODUCCIÓN. Los escritos sobre los sistemas de producción agrarios y los productos básicos alimenticios, al decir de ahora, de la canasta familiar, son numerosos. Los autores se pueden catalogar desde los más modernos o actuales, representados por autoridades gubernamentales, sociólogos, antropólogos, políticos, economistas, ecólogos, profesionales del sector agrario y por los cronistas de los conquistadores españoles, testigos afortunados del quehacer cotidiano de los habitantes de las comarcas visitadas o materialmente saqueadas por sus compañeros de aventura. 1


Todos ellos han narrado a su manera, las actividades productivas de aquellas sociedades primitivas, quienes han dejado como herencia cultural, un invaluable patrimonio representado por plantas domésticas, herramientas y utensilios inventados y precioso conocimiento que prolongó la sobrevivencia, aumentó la población humana, a medida que se garantizaba la seguridad alimentaria y administraba su soberanía por el aumento de la tecnificación de este proceso productivo o se arrebataba a través de las tradicionales guerras fratricidas. 1. LOS NOMBRES DE LOS POBLADORES PRIMITIVOS. El término primitivo se refiere a una civilización poco evolucionada. De acuerdo con la definición del diccionario pequeño Larousse Ilustrado (1992), los primitivos moradores de un país son los aborígenes (Del latín Ab: desde y Origo: Origen), llamados también Indígenas ó Indios. Con este adjetivo se alude a los antiguos pobladores del territorio americano. 2. EL DESARROLLO DE LA AGRICULTURA PRECOLOMBINA. 2.1. EL ARRIBO DE LOS HUMANO A AMÉRICA. Varios autores citados por Arias y Vélez (1987), afirman que el territorio americano fue poblado por los humanos durante el último período glacial, probablemente a través del estrecho de Behring. Este comenzó hace más de 90.000 años y los grupos asiáticos que arribaron eran recolectores y cazadores diversívoros y efectuaban su actividad en hordas o bandas. 2.2. LA DOMESTICACIÓN DE LAS PLANTAS. 2.2.1. El VIEJO CONTINENTE. Derry y Williams (1982), sostienen que los dos grandes pilares de los productos alimenticios de los europeos fueron los cereales y las leguminosas o legumbres, debido a la facilidad de su cultivo y a las posibilidades para almacenarse. De Zubiría (1986) afirma que las grandes civilizaciones se han dividido en tres grupos: La europea o del trigo; la asiática o del arroz y la americana precolombina o del maíz. 2.2.2. EL CONTINENTE AMERICANO. De acuerdo con Cohen (1981), citado por Arias y Vélez (1987), la agricultura en América data desde el año 10.000 antes del presente. En esta 2


época, se cree, se inició el proceso de domesticación de las Calabazas (Cucurbita pepo) y los fríjoles ( Phaseolus coccineus), en México. Loa autores citados anteriormente indican que la domesticación de vegetales se produjo independientemente en Europa y en algunas de las regiones del continente americano. En cada un de los centros se atendió un cultivo como el principal y varios como complementarios. Fue así como en los Andes se destacó la papa (Solanum tuberosum), en mesoamérica, el maíz (Zea mays) y en las tierras bajas tropicales, la yuca ( Manihot esculenta). Morán (1993), dice que la mandioca o yuca brava evolucionó en el noroeste de la cuenca amazónica, probablemente en el Vaupés, territorio colombo-brasileño. Los indios Tucanos de esta región cultivaban más de 100 variedades, de las cuales obtenían un 70% de energía en forma de cazabe o tapioca. 2.2.3. MESOAMÉRICA. Esta región está integrada por territorios de México, Guatemala y Belice. Los cultivos impulsados fueron los siguientes: Fríjol, Calabazas, Ají (Capsicum spp), Aguacate (Persea sp.) y otros (Arias y Vélez, 1987). El maíz domesticado en México, 2.000 años antes de Cristo, hizo parte de la subsistencia de los humanos. Este cereal logró los más altos rendimientos en las regiones tropicales húmedas del norte de Suramérica (Reichel-Dolmatoff, 1998). 2.2.4. LOS ANDES CENTRALES. Comprende las tierras altas del Perú y Bolivia y la costa central del primero. Varios autores citados por Arias y Vélez (1987), dicen que los fríjoles (Ph. vulgaris y Ph. lunatus), tuvieron su centro de origen en esta región, hacia el año 7.600 de la era presente. En la misma época, se consideran domesticadas las calabazas y la quinua (Chenopodium quinua). Los autores ya mencionados anteriormente indican que las calabazas C. ficifolia y C. moscata, se conocieron en mesoamérica y en suramérica. Ph. vulgaris y Ph. lunatus, fueron probablemente, domesticados de manera independiente de las especies de América Central. La papa ha sido el tubérculo más importante de la región de los Andes centrales, lugar de domesticación de otros más, conocidos como Ulluco (Ullucus tuberosus), Oca (Oxalis tuberosa) y Cubia (Tropaeolus tuberosum), además del Ají, Tomate (Lycopersicum spp) y la Coca ( Erytroxylon coca). De Acosta (1940) sostiene que “es el grano de maíz y cuasi se ha hallado 3


en todos los reinos de las Indias Occidentales, en Pirú, en Nueva España, en Nuevo Reino, en Guatimala, en Chile, en toda Tierrafirme. De las Islas de barlovento, que son Cuba, La Española, Jamaica, San Juan, no sé que se usase antiguamente el maíz; hoy día usan más la yuca y cazabi, de que luego diré. El grano de maíz, en fuerza y sustento pienso que no es inferior al trigo; es más grueso y cálido y engendra sangre; por donde los que de nuevo lo comen, si es con demasía, suelen padecer hinchazones y sarna. Nace en cañas y cada una lleva una o dos mazorcas, donde está pegado el grano, y con ser granos gruesos tienen muchos, y en alguna contamos setecientos granos. Dáse en muchas partes de Indias con grande abundancia; coger trescientas hanegas de una desembradura, no es cosa muy rara. Hay diferencia de maíz como también en los trigos: uno es grueso sustancioso; otro chico y sequillo que llaman moroche; las hojas del maíz y la caña verde es escogida comida para cabalgaduras, y aún seca también sirve como de paja. El mismo grano es demás sustento para los caballos y mulas que la cebada, y así es de ordinario en aquellas partes teniendo aviso de dar de beber a las bestias, primero que coman el maíz, porque bebiendo sobre de él, se hinchan y les da torzón, como también lo hace el trigo. El pan de los indios es el maíz; cómenlo comúnmente cocido en grano y caliente, que llaman ellos mote, como comen los chinas y japonés el arroz también cocido con su agua caliente. Algunas veces lo comen tostado; hay maíz redondo y grueso, como los de las Lucanas, que lo comen españoles por golosina, tostado, y tiene mejor sabor que garbanzos tostados. Otro modo de comello mas regalado es moliendo el maíz y haciendo de su harina, masa, y de ella unas tortillas que se ponen al fuego, y así calientes se ponen a la mesa y se comen; en alguna partes las llaman arepas. Hacen también de la propia masa unos bollos redondos, y sazonándolos de cierto modo que duran y se comen por regalo. Y porque no falte la curiosidad también en comidas de Indias, han inventado en hacer cierto modo de pasteles de esta masa, y de la flor de su harina con azúcar, bizcochuelos y melindres que llaman. No les sirve a los indios el maíz, solo de pan, sino también de vino, porque de él hacen sus bebidas con que se embriagan harto, más presto que con vino de uvas. El vino de maíz que en el Pirú llaman azua, y por vocablo de Indias común, chicha, se hace en diversos modos. El más fuerte al modo de cerveza, humedeciendo primero el grano de maíz hasta que comienza a brotar, y después cociéndolo con cierto orden, sale tan recio que a pocos lances derriba; éste llaman en el Pirú sora, y es prohibido por ley, por los graves daños que trae, emborrachando bravamente; mas la ley sirve de poco, que así como así lo usan, y se están bailando y bebiendo noches y días enteros. Otro modo de hacer el azua o chicha, es mascando el maíz y haciendo levadura de lo que así se masca, y después cocido, y aun es opinión de indios que para hacer buena levadura, se ha de mascar por viejas podridas, que aun oíllo, pone 4


asco y ellos no lo tienen de beber aquel vino. El modo más limpio y más sano y que menos encalabria, es de maíz tostado; esto usan los indios más pulidos, y algunos españoles, por medicina; porque en efecto, hallan que para riñones y urina es muy saludable bebida, por donde apenas se halla en indios semejante mal, por el uso de beber su chicha. Cuando el maíz está tierno en su mazorca, y como en leche, cocido o tostado lo comen por regalo los indios y españoles y también lo echan en la ola y en guisados, y es buena comida. Los cebones de maíz so muy gordos y sirven para manteca en lugar de aceite; de manera que bestias y para hombres, para pan y para vino, y para aceite, aprovechan en Indias el maíz”. Haciendo referencia a las hortalizas, De Acosta (1940) afirma que en territorio europeo poseen más abundancia que en el de América. “Las que ahora se me ocurren, ultra de las papas que son lo principal, son ocas y yanaocas, y camotes y batatas, y jícamas y yuca, y cochuchu y cavi, tótora y maní, y otros cien géneros que no me acuerdo”. “Las piñas son del tamaño y figura exterior de las piñas de Castilla; en lo de dentro, totalmente difieren, porque ni tienen piñones ni apartamientos de cáscaras, sino todo es carne de comer quitada la corteza de fuera; y es fruta de excelente olor y de mucho apetito para comer; el sabor tiene un agrillo dulce y jugoso; cómenla haciendo tajadas de ellas y echándolas un rato en agua y sal. Algunos tienen opinión que engendra cólera, y dicen que no es comida muy sana; mas no he visto experiencia que las acredite mal. Nacen en una como caña o verga, que sale de entre muchas hojas al modo que el azuceno o lirio, y en el tamaño, será poco mayor, aunque más grueso. El remate de cada caña de estas es la piña; dáse en tierras cálidas y húmedas; las mejores son las de las Islas de Barlovento. En el Pirú no se dan; tráenlas de los Andes, pero no son buenas ni bien maduras. Las que llaman ciruelas, son verdaderamente frutas de árboles y tienen más semejanza con verdaderas ciruelas. Son en diversas maneras: Unas llaman de Nicaragua, que son muy coloradas y pequeñas, y fuera del hollejo y hueso, apenas tienen carne que comer; pero eso poco que tienen es de escogido gusto, y un agrillo tan bueno o mejor que el de guinda; tiénenlas por muy sanas, y así las dan a enfermos y especialmente para provocar gana de comer. Otras hay grandes y de gusto, que son como chabacanas”. “Las calabazas de Indias es otra monstruosidad de su grandeza y vicio con que se crían, especialmente las que son propias de la tierra que allá llaman capallos, cuya carne sirve para comer, especialmente en cuaresma, cocida o guisada. Hay de este género de calabazas mil diferencias y algunas son tan disformes de grandes, que dejándolas secar hacen de su corteza cortada por medio y limpia, como canastos, en que ponen todo el aderezo para una comida; de otros pequeños hacen vasos para comer o beber, y lábranlos graciosamente para diversos usos. Y esto dicho de las plantas menores, pasaremos a las mayores, con que se diga primero del axi, que es todavía 5


de este distrito”. El cacao es una fruta menor que almendras y más gruesa, y la cual, tostada, no tiene mal sabor. Esta es tan preciada entre los indios y aún entre los españoles, que es uno de los ricos y gruesos tratos de la Nueva España, porque como es fruta seca, guárdase sin dañarse largo tiempo, y traen navíos cargados de ella de la provincia de Guatemala, y este año pasado, un corsario inglés quemó en el puerto de Guatulco, de Nueva España, más de cien mil cargas de cacao. Sirve también de moneda, porque con cinco cacaos, se compra una cosa, y con treinta otra, y con ciento otra, sin que haya contradicción; y usan dar de limosna estos cacaos, a pobres que piden. El principal beneficio de este cacao es un brebaje que hacen que llaman chocolate, que es cosa loca lo que en aquella tierra le precian, y algunos que no están hechos a él les hace asco; porque tiene una espuma arriba y un borbollón como de heces, que cierto es menester mucho crédito para pasar con ello. Y en fin, es la bebida preciada y con que convidan a los señores que vienen o pasan por su tierra, los indios y los españoles, y más las españolas hechas a la tierra, se mueren por el negro chocolate. Este sobredicho chocolate dicen que se hace en diversas formas y temples: caliente, fresco y templado. Usan echarle especias, y mucho chili; también le hacen en pasta, y dicen que es pectoral y para el estómago, y contra el catarro”. 2.2.5. TIERRAS BAJAS DEL CARIBE Y CENTROAMÉRICA. La planta de mayor importancia en esta región fue la yuca, acompañada de la Batata (Ipomoea batata) y el Ñame (Discorea trífida) y en ciertos lugares con el Maní (Arachis hypogaea). La domesticación de la primera especie pudo suceder en el año 9.000 de la era presente, pero la yuca tóxica fue posteriormente cultivada (Arias y Vélez, 1987). Reichel-Dolmatoff (1998) dice que la yuca es originaria de las tierras bajas de Suramérica y fue domesticada primero que el maíz. Dice de Acosta (1940), “en algunas partes de las Indias usan un género de pan que laman cazabi, el cual se hace de cierta raíz que se llama yuca. Es la yuca raíz grande y gruesa, la cual cortan en partes menudas, y la rallan y como en prensa, la exprimen, y lo queda es una como torta delgada y muy grande y ancha, cuasi como una adarga. Esta así seca, es el pan que comen en La española. Es cosa de maravilla que el zumo o agua que que exprimen de aquella raíz de que hacen el cazabi, es mortal veneno, y si se bebe mata, y la sustancia que queda es pan sano, como está dicho. Hay género de yuca que llaman dulce, que no tiene en su zumo ese veneno, y esta yuca se come así en raíz, cocida o asada y es buena comida. Dura el cazabi mucho tiempo, y así lo levan en lugar de bizcocho pata navegantes. Donde más se usa esta comida es en las islas que llaman de Barlovento, que son, como 6


arriba está dicho, Santo Domingo, Cuba, Puerto Rico, Jamaica y algunas otras de aquel paraje. Otro extremo contrario es el que en otras partes de Indias quita el pan de trigo y de maíz, como es lo alto de la sierra del Pirú y las provincias que llaman del Collao, que es la mayor parte de aquel reino, donde el témpano es tan frío y tan seco que no da lugar a criarse trigo ni maíz, en cuyo lugar usan los indios otro género de raíces que llaman papas, que son a modo de turmas de tierra, y echan arriba una poquilla hoja. Estas papas cogen y déjanlas secar bien al sol, y quebrándolas hacen lo que llaman chuño, que se conserva así muchos días, y les sirve de pan, y es en aquel reino gran contratación lo de este chuño para las minas de Potosí. Cómense también las papas así frescas, cocidas o asadas, y de un género de ellas más apacibles que se da también en lugares calientes, hacen cierto guisado o cazuela, que llaman locro”. 2.2.6. LA COSTA PACÍFICA ECUATORIANA. Arias y Vélez (1987) sostienen que en el período Valdivia (6.000- 4.300 años de la era presente) se hallaron en este territorio, granos de Canavalia (Cannavalia spp.) y fríjol común; tubérculos como Malanga (Xanthosoma sp.) y Batata, Algodón (Gossypium spp) y Achiote (Bixa orellana). En este período se cree de la existencia de una variedad bastante evolucionada de Maíz. Se considera, entonces, que la península de Santa Elena, Provincia de Guayas, Suroeste Ecuatoriano, haya sido un centro de domesticación de especies vegetales de las zonas tropicales bajas de la América del sur. 2.2.7. LOS ANDES DE COLOMBIA Y ECUADOR. Los autores mencionados anteriormente por Arias y Vélez (1987), apoyados en varias investigaciones, afirman que son pocos los datos arqueológicos encontrados en esta región. Sin embargo, se refieren a la utilización de productos agrícolas en un período tardío, hacia 4.000 años, entre los que se destacan en los sistemas de horticultura mixta, los siguientes: Maíz, Papa, Fríjol, Calabazas, Arracacha y Yuca. 2.2.8. EL IMPERIO INCA. Según Arias y Vélez (1987), este vasto imperio tuvo su origen en el valle de Cusco, Perú. Cuando se produjo la invasión española, se extendía desde el sur de Colombia hasta la región central de Chile. La gran red de caminos construída permitía el control del macro imperio, que tuvo a la agricultura como su enorme pilar de desarrollo. Se dice que la agilidad de las comunicaciones terrestres permitía remitir un mensaje desde Quito y 7


entregarse en Cusco, separados por dos mil kilómetros, en sólo cinco días. El calendario agrícola giraba alrededor del Maíz, cuyas cosechas se producían durante todo el año, merced a la programación de siembras en todos los pisos térmicos. La planificación de este cereal y de otros cultivos acompañantes, obedecía a sistemas de rotación, descanso de tierras, y períodos de barbecho. Dentro de estas actividades estaban consideradas las de preparación de los suelos, desyerbas y aplicación de riego en los cultivos, épocas de cosecha y almacenamiento de los excedentes. 2.2.9. TERRITORIO COLOMBIANO. De acuerdo con los autores citados en este trabajo, las Tribus que contribuyeron grandemente al desarrollo agrícola del país son las siguientes: 2.2.9.1. REGIÓN ORIENTAL. En el territorio del altiplano Cundiboyacense estaban los Muiscas. Las principales plantas cultivadas Son: Papa, Maíz, Fríjol, Oca, Ulluco, Arracacha, Calabazas, Quinua, Tomate y Ají. 2.2.9.2. REGIÓN NORTE. En la Sierra Nevada de Santa Marta y la zona costera del Atlántico, fueron importantes los Taironas. Se caracterizaban por los conocimientos sobre adecuación de tierras, aplicados en sistemas de riego, drenaje y construcción de terrazas para sus cultivos de Maíz, Yuca, Calabazas, Batata, Fríjol, Ñame, Ají, Cacao (Theobroma cacao), Achiote, Tabaco (,icotiana tabaco) y Coca. 2.2.9.3. REGIÓN DE LOS RÍOS SINÚ Y SAN JORGE. Estas llanuras extensas fueron territorios ocupados por los Zenúes, distribuidos en tres provincias denominadas Panzenú (Cuenca del San Jorge), Finzenú (Cuenca de Sinú) y Zenufana (Cuenca del Bajo Cauca y Nechí). Estos indígenas fueron cultivadores de Yuca, Ñame, Batata, Malanga y Frutales. 2.2.9.4. REGIÓN CENTRAL DE LA CUENCA DEL RÍO CAUCA. Este territorio fue dominado por los Quimbayas, famosos orfebres, practicantes de sacrificios humanos, antropofagia ritual y deformaciones corporales. Sus cultivos principales fueron: Maíz, Fríjol, Calabazas, 8


Algodón, Tabaco, Coca, Palmas y Frutales. 3. LOS CALENDARIOS AGRÍCOLAS. Anotan Arias y Vélez (1987), que las actividades agrícolas se programaban con base en conocimientos astronómicos, físicos y biológicos. Las labores de tala, roza, quema, siembra y cosecha de las plantas cultivadas, obedecía a calendarios muy utilizados por los Mayas, Aztecas e Incas. Duarte (1605) afirma que en el territorio del Darién (isla de Taboga) como son pocos, siembran poco, y dello se sustentan el año i traen alguno á Panamá. Siembran de Abril y vienen á coger por el mes de Septiembre ya sazonado y luego lo desgranan i acaban de secar i curar i este mismo modo i orden tienen en todo el distrito deste gobierno en quanto á sembrar i coger este genero, aunque muchas personas que tienen gente de servicio siembran dos veces al año i la postrera que así la llaman la siembran por fin del mes de Septiembre y la vienen á coxer por fin de Diciembre; pero no es tan abundante como la primera i estas dichas simenteras ó rozas si no las guardan con mucho cuidado y las benefician i limpian se pierde todo porque las aves i especialmente papagayos las destruyen i lo mismo hacen venados i tejones i otros animalejos que llaman sahinos i de otras suertes por lo qual las guardan i miran con mucho cuidado hasta que las coxen”. “En Panamá, el maíz y el arroz. Granos los mas esenciales y cuasi únicos en esta provincia, se siembran en Abril y se recoge la cosecha en Agosto, y el arroz vuelve a retoñar sin mas siembra y da otra cosecha en Enero; tambien el maíz la da, pero es preciso sembrarlo. El arroz produce regularmente por cada almud que se siembra seis fanegas de doce almudes cada una, y el maíz por cada almud cinco fanegas tambien de doce almudes”. 4. LA ALIMENTACIÓN DE LA POBLACIÓN INDÍGENA EN TIEMPO DE LA CONQUISTA. Rodríguez (1990), sostiene que los recursos alimenticios fueron variados en los tiempos prehispánicos. Las plantas domesticadas para el uso en la dieta alimenticia correspondían al Maíz, Papa, Ají, Caimito, Ciruela, Pijibaye (Chontaduro), combinados con la carne de Venado, Borugo, Pecarí, Chucha, y Pescado. En el suroeste de Colombia se alternaba en ocasiones con la carne humana. En algunas épocas soportaban la escasez provocada intencionalmente al negarse a cultivar, buscando con esta actitud, la migración de los españoles de sus tierras ocupadas por los encomenderos. Cieza de León (1985) se refiere al mismo acontecimiento en los siguientes términos: “Los indios naturales estaban tan porfiados en no querer tener 9


amistad con los españoles, teniendo por pesado su mando, que no quisieron sembrar ni cultivar las tierras; y se pasó por esta causa mucha necesidad y se murieron tantos, que afirman que falta la mayor parte dellos”. LOS TESTIMONIOS DE LOS CONQUISTADORES Según los documentos históricos presentados por Patiño (1985), con relación a la fundación de Cali y del Valle geográfico del río Cauca, los siguientes españoles hicieron referencia en sus escritos a las costumbres, cultivos y alimentación de los indígenas de esta región, durante los años de 1536 a 1551. • Cieza de León (1985) escribió que “el valle es muy llano y siempre está sembrado de muchos maizales y yucales y tiene grandes arboledas de frutales y muchos palmares de las palmas de los pijibayes”.... “Las riberas están bien pobladas de las frutas que hay de la misma tierra, entre las cuales hay una muy gustosa y olorosa, que nombran granadillas.” Haciendo alusión a Cartago dice: “Hay en esta provincia, sin las frutas dichas, otra que se llama caimito, tan grande como durazno, negro de dentro; tienen unos cuesquecitos muy pequeños y una leche que se apega a las barbas y manos, que se tarda harto en tirar; otra fruta hay que se llama ciruelas, muy sabrosas; hay también aguacates, guabas y guayabas y algunas tan agras como limones, de buen olor y sabor.” Después de su recorrido entre Cali y Popayán escribió lo siguiente:“ En otras partes deste reino se da el maíz a cuatro y a cinco meses, de manera que hacen en el año dos sementeras. En este pueblo no se siembra sino una vez cada año y viénense a coger los maíces por mayo y junio y los trigos por julio y agosto, como en España. “En estas provincias hay de las mismas comidas y frutas que tienen los demás, que quedan atrás, salvo que no hay de las palmas de los pijibayes; mas cogen gran cantidad de papas, que son como turmas de tierra”. • Con relación a los pueblos y habitantes de la provincia de Popayán, Robledo dejó escrito lo siguiente entre 1539 y 1541: “Los indios desta tierra comen mui poca carne; lo mas de su comer es frutas e yerbas guisadas de muchas maneras con ají, i comen mui poca carne humana i la que comen es de indios de guerra de tierras lejanas.” El maíz servía también, para la preparación de la chicha, bebida infaltable en múltiples eventos. Robledo afirmó que “la mayor felicidad destos señores es vicio de beber i en esto ocupan siempre, 10


porque estas mujeres que consigo traen, las que son de servicio, todas vienen cargadas de vasijas de vino, al cual llaman chicha: hácese de maíz i con otras confecciones que ellos hacen i cuando quieren embeodarse, hácenla fuerte con ciertas yerbas que ellos echan, que se llaman tabaque. El comer de ellos es poco, porque nunca dejan de tener la taza en la mano. Cuando ellos hacen alguna fiesta es juntarse en la casa del señor muchos caciques e muchos hombres principales a beber e bailar; allí cantan i hacen otras maneras de fiesta, que les duren tres y cuatro días i noches, porque como la noche les tome en la fiesta, no se van a echar ni se quitan della sino borrachos e haciendo visajes; e cuando salen dellas vanse contra otros, los mas cercanos a ellos, aunque sean sus amigos”. Refiriéndose a los indios de Hebéjico, anotó lo siguiente: “En esta provincia hay muchos géneros de frutas mui buenas, e mas que en Cartago ni Santana”. Sobre los indios escribió que “es gente crecida e de grandes fuerzas. No usan tanto el beber como los de destotras provincias; son mui grandes comedores, especialmente de carne. Tienen muchas maneras de raíces e de yerbas para comer”. “Son en gran manera amigos de mujeres los hombres, porque con el vicio que tienen de beber, todo es accidente i aparejo para aquel efecto, es gran cosa de ver las criaturas que nacen i los hijos que paren todas las mujeres, que no se pasa un año que no paren”. • El tesorero Cristóbal Salinas, quien anduvo con Pascual de Andagoya, entre los años de 1541 y 1543, resaltó la importancia del maíz de la siguiente manera: “y por la falta que tenían de maíz les fué forzoso de hacer una roza junto al dicho pueblo y la sembraron de maíz y como creció poco, los cangrejos talaron, y comieron cangrejos y tortugas, ya que no tenían otra cosa que comer”. “Vino a verle con engaño el cacique Buenbya con mucho maíz y fruta y cierto oro…” “y en esto conocieron que los dichos indios habían muerto al dicho teniente y a los dichos cristianos y cristianas, y así se volvió el dicho capitán con la gente al real y trajo ciertas canoas cargadas de maíz para provisión del real que tomó a los indios”. • De acuerdo con Juan Baptista Sardella, escribano de Robledo, citado por Duarte (1605), durante el descubrimiento del Valle de Aburrá , los mensajeros de Jerónimo Luis Tejelo encontraron que “ allí habia comida de maiz para mas de dos meses, é se aposentó en él. Donde en los bohios, sin lo que en el campo estaba, se halló mucha infinidad de de comida, asi de maiz como de frisoles, que casi son como alverjas, é muchos coríes, que son como conejos, 11


salvo que son mas chiquitos, que tienen muy lindo comer, é muchos perros medianos como los de Castilla, salvo que son mudos. Esta Provincia se llama en nombre de indios Aburra, y le pusimos por nombre el Valle de San Bartolomé”. 5. LA ALIMENTACIÓN INDÍGENA EN LA ÉPOCA POSTERIOR A LA CONQUISTA. Los sistemas productivos tradicionales. De Arango y Sánchez (2004) se extrajo la siguiente información relacionada con este importante tema: “Los sistemas productivos indígenas expresan la complejidad de la relación población (producción), medio ambiente y son entendidos como estrategias de sobrevivencia. Esta relación está cruzada por el sistema de valores y ciencias relativas a la producción y distribución agropecuaria, forestal, pesquera y a la recolección de productos silvestres. Estos sistemas se conocen en la literatura como adaptativos por su estrecha relación con la oferta ambiental y por ser el resultado de un largo proceso histórico de observación, conocimiento y convivencia con los espacios naturales. Sin embargo, la adaptación es apenas un aspecto de la realidad productiva de las comunidades. La chagra o huerto habitacional es el eje de las actividades productivas de muchos grupos”. “En general, y haciendo abstracción de innumerables variantes, los sistemas productivos indígenas están orientados a la autosubsistencia. Su organización para la producción es familiar y/o comunitaria”. “Hay una división estricta de las labores por sexo. En la Amazonía, por ejemplo, Los hombres talan el bosque, fabrican las armas tradicionales, instrumentos musicales, hamacas de Cumare, chambira u otras fibras, cierto tipo de cestería como los balayes y cebucanes o matafríos (un exprimidor de yuca) y canoas; las mujeres siembran y mantienen los cultivos, fabrican recipientes de barro y los budares, fogones para hacer las tortas de casabe, la mayor parte de los objetos de cestería u procesa los alimentos. La cacería y la pesca definen en general el papel masculino”. “La unidad productiva utiliza el trabajo doméstico y formas solidaria como la mano cambiada, la minga, la cuadrilla; presentan una marcada división sexual y generacional del trabajo; la acumulación mas que una función económica está relacionada con el prestigio social; la tierra y los recursos naturales tienen además de un valor productivo, un valor cultural. La valorización está referida a lo económico a los rendimientos físicos y en lo social, a los sistemas de intercambio y alianza entre grupos, los rituales y las festividades colectivas; comprenden un 12


conjunto de conocimientos, técnicas, prácticas e innovaciones tradicionales que se transmiten de manera directa en las prácticas productivas; mantienen sistemas propios de selección y manejo de semillas, colinos y pié de cría, así como su intercambio y circulación, los sistemas de regulación están dictados por la tradición y son ejercidos por autoridades tradicionales y/o jefes de las unidades domésticas”. Para Cabrera et al (1999), la distribución de los siguientes oficios se repartía por género, de la siguiente manera: Los hombres se encargaban de la cacería, la pesca, la recolección de la miel, la elaboración de la lanza, la cerbatana, los dardos, el veneno, el arco, la flecha, la flauta de hueso, la zampoña, andamios, puentes, antorcha, tapapene y trepar a los árboles. Las mujeres se responsabilizaban de la recolección de crustáceos, elaboración de totumos y canastos, el tejido del chinchorro, pulseras, la preparación de las bebidas, elaboración de la barra de achiote y la cocción de los alimentos. Las actividades desarrolladas por la pareja consisten en sembrar y cuidar los huertos: Los hombres adultos realizan la tumba. Todos los miembros del grupo local participan en la siembra y recolección. La captura de los insectos, la recolección de los frutos, ahumar la carne, elaboración de chinchorros temporales de la fibra de la corteza de árboles, de los ralladores de yuca, collares, aretes, pilón, perinolas, cernidores. De acuerdo con Gumilla (1994), los indígenas del Orinoco tenían un sistema de producción agrícola consistente en las siguientes labores: Corte de la maleza, derribamiento de los árboles, quema de este material vegetal para descubrir el terreno que deberían sembrar. Para llevar a cabo estos trabajos se valían de hachas de pedernal de dos bocas, o de dos cortes, encabadas en trozos de madera, de las macanas o espadas de mano, palas fabricadas de maderas. La siembra las hacían con herramientas de madera y propagaban la yuca o mandioca, el maíz, otras raíces y el pimiento, que según este autor citado anteriormente, son de “muchas especies y algunas demasiado picantes, de que gustan mucho; y es el único condimento de sus comidas”. Continúa el autor diciendo que aunque “no tienen el maíz de los , dos meses, con todo, como es el año uniforme el temperamento, continuamente tienen maíz tierno y maduro, otro en flor y otro naciendo; y cada uno siembra cuanto se le antoja, o cuando acaba de preparar la tierra, sin riesgo de que le falte la cosecha, con tal , que tenga cuidado de espantar las bandadas de papagayos, loros, pericos y guacamayas, con otras inundaciones de pájaros, que a poco que se descuiden, les destruyen las sementeras”. Narra el padre Gumilla (1994), que en el año de 1735, en las colonias donde había misioneros, se utilizaban las herramientas de metal, como 13


las hachas y los machetes. La roza del monte y la preparación del lote se hacía en los meses de verano (enero, por ejemplo), pues debían calcular que el tiempo de secado de los árboles derribados demoraba unos 3 meses. Durante la preparación para la siembra se efectuaba un acto previo, que consistía en poner en fila a los jóvenes responsables de este trabajo; luego los sometían a varios golpes de azote, con pita retorcida, con el fin de quitarles la pereza. Esta costumbre la practicaban los Achaguas los Sálivas y otras tribus. Según el testimonio del padre Gumilla (1994), se sembraba primero la sementera del cacique, luego la de los indios casados, después, la de las viudas y por último, la de la iglesia, la que servía para alimentar los huérfanos. Añade el padre Gumilla (1994), que “cuando siembran el maíz, la yuca lleva un cuarto de retoño y entre una y otra mata de yuca, siembran una mata de maíz; y entre la yuca y el maíz, siembran batatas, chacos, calabazas, melones y otras muchas cosas, cuyos retoños, como corren extendidos por el suelo, no impiden al maíz ni a la yuca; antes bien, como cubren todo el suelo, a manera de una verde alfombra, impiden que brote de la tierra otras malas yerbas”. La mayor parte de la cosecha de maíz se consumía como grano tierno, en forma de panes o bollos, cocidos en agua hirviendo. También servía para preparar la chicha. Esta misma bebida se podía producir con la yuca. La importancia del cultivo y del uso de los ajíes los pondera Uscátegui (1963), diciendo: “Nuestros contemporáneos indígenas emplean el ají, no solo como preciado condimento, sino también en medicina interna como poderoso estimulante, carminativo y febrífugo y en la externa como contrairritante, probablemente por su carácter de astringente”. De Acosta (1940) sostiene que “en las Indias Occidentales no se ha topado especiería propria, como pimienta, clavo, canela, nuez, jengibre, aunque un hermano nuestro que peregrinó por diversas y muchas partes, contaba que en unos desiertos de la isla de Jamaica había topado u os árboles que daban pimienta, pero no se sabe que lo sean ni hay contratación de ella. Pero la natural especiería que dio Dios a las Indias de Occidente, es la que en Castilla llaman pimienta de las Indias, y en Indias por vocablo general tomado de la primera tierra de islas que conquistaron, nombran ají, y en lengua del Cuzco se dice uchu, y en la México chili. Esta es cosa ya bien conocida, y así hay poco que tratar de ella: sólo es de saber que cerca de los antiguos indios fue preciada y la llevaban a las partes donde no se da, por mercadería importante. No se da en tierras frías, como la sierra del Pirú; dase en valles calientes y de regadío. Hay ají de diversos colores: verde, colorado y amarillo; hay uno bravo que llaman caribe, que pica muerde reciamente; otro hay 14


manso, y alguno dulce que se come a bocados. Algo menudo hay que huele en la boca como almizcle, y es muy bueno. Lo que pica del ají es las venillas y pepitas; lo demás no muerde. Cómese verde y seco, y molido entero, y en la olla y en guisado. Es las principal salsa, y toda la especiería de Indias; comido con moderación ayuda al estómago para digestión, pero si es demasiado tiene ruines efectos, porque de suyo es muy cálido, y humoso y penetrativo, por donde el mucho uso de él en mozos, es perjudicial a la salud, mayormente del alma, porque provoca a sensualidad,, y es cosa donosa que con ser esta experiencia tan notoria del fuego que tiene en sí, y que al entrar y salir dicen todos que quema, con todo eso quieren algunos y no pocos defender que el ají no es cálido, sino fresco y bien templado. Para templar el ají usan de sal, que le corrige mucho, porque son entre sí muy contrarios, y el uno y al otro se enfrenan; usan también tomates, que son frescos y sanos, y es un género de granos gruesos, jugosos, y hacen gustosa salsa, y por sí son buenos de comer. Hállase esta pimienta de Indias universalmente en todas ellas, en las islas, en Nueva España, en Pirú, y en todo lo demás descubierto, de modo que como el maíz es el grano más general para pan, así el ají es la especia más común para salsa y guisados”. De acuerdo con los escritos de Duarte (1605) referidos a las actividades agropecuarias desarrolladas en el Darién, “la gente de las estancias que hay mucha en este sitio del eio Grande, siembran cada año y hacen rozas de maiz y coxen para su sustento i para traer a vender á Panamá mas de seiscientas fanegas entre todos i tambien siembran cañaverales de cañas dulces de que hacen miel en dos trapiches que hai en este dicho rio i tambien la traen á vender á Panamá. Y ANSI mismo siembran grandes platanares, yucas, auyamas, patatas y otros muchos generos de legumbres i todo produce i da fruto que les sirve de sustento todo el año. Las simenteras de maíz que esta dicha gente hace que acá se llaman rozas no cogen dellas en esta dicha isla (Taboga) quinientas fanegas”. En las cercanías de la desembocadura del río Caymito, debido a la mayor población humana asentada en este territorio, la producción agropecuaria era mas representativa. Narra Duarte (1605) que “ Hay mucha gente en todos estos sitios Españoles, negros, indios y mulatos, i todos se sustentan de maiz, carne, platanos, yucas, auyamas, batatas i otras cosas que siembran i coxen para el dicho sustento: Tiene tambien para los viernes i vigilias i temporas del año muchas comidas, como son iguanas que las cosen en el monte que son de hechura de los lagartos de España, i este reino las comen i son buenas i en las cienagas hai icoteas que son como los galapagos de España aunque son mejores i muy buena comida, hai mucho pescado y camarones en los rios con lo qual i con arroz que siembran gran suma i con frisoles y otras muchas legumbres 15


que hai y mucha leche i quesos que nunca faltan pasan muy bien los dichos dias y la cuaresma i si baxan á la boca del dicho rio i á la mar hay gran suma de ostiones pescado, langostas i otros generos de mariscos de que llevan mucha carga en caballos i tienen con que pasar la vida i este modo de sustento es general en todo el distrito deste gobierno. La gente que está poblada en este dicho rio del Caymito cogen por año mas de un mil i quinientas fanegas de maiz i dello se sustentan haciendo bollos y tortillas para lo cual lo echan en remojo i en unos pilones de madera grandes con dos manos de madera recia lo pilan hasta que le quitan una cascarilla que cada grano tiene por encima, la qual es dura y para que salga con facilidad lo echan en remojo i en habiendo salido la dicha cascara queda el dicho maiz mas blanco que la nieve y luego en una piedra llana con su mano tambien de piedra travesada la muelen y hacen masa como de harina de España i si han de hacer bollos los hacen i envuelven en unas hojas anchas de arboles, i los lian con unos bexuquillos del monte como cordeles delgados y en una pila con agua al fuego los ponen á cocer i en hirviendo un buen rato quedan cocidos i buenos para comer i si han de hacer tortillas las hacen de medio dedo de grueso, en una cazuela de barro ancha puesta al fuego las ponen á cocer i con brevedad se cuecen i estan buenas para comer”. Afirma el citado autor que “ Hay en el distrito de Chiriquí muy gran suma de ganado vacuno de que se saca mucho sebo para trae á Panamá. Tambien se cria mucho ganado de cerda, gallinas, i demas mantenimientos y frutos de la tierra, como son muchos platanares, auyamas, yucas, batatas, arroz, frisoles y muchas legumbres y frutas de las Indias, como son guayabas, piñas, aguacates, mameyes y muchos limones y naranjas dulces y agrias. Cóxese aquí por año mas de cuatro mil fanegas de maiz con que se sustentan y traen mucho en fragatas á vender á Panamá”. Las variedades de maíz programadas para las siembran tenían sus períodos vegetativos de acuerdo con los pisos térmicos seleccionados. Las rozas de los climas fríos demoraban mas en dar sus frutos y las de cortos períodos de cosechas eran las de tierras calientes. Al respecto anota Duarte (1605), que en territorio de Popayán “ los mantenimientos de aquellas provincias son maiz y unas raíces que llaman allí papas que son como una castaña de hechura de una nuez, y otras raíces que saben á navos, y frutas muchas que tienen, y todo su mantenimiento principal es el vino que del maiz hacen en aquella tierra, que es de un maiz que llaman niorocho, menudito y muy duro que se coge á dos meses después de sembrado, y deste hacen pan muy bueno , y vino y miel, y aceite y vinagre. Y en esta provincia de Lili no comen el maiz hecho pan, sinó tostado ó cocido, no embargante que tienen piedras en que lo muelen, hacen la chicha y ven comer á sus vecinos, que son los de Atunceta en 16


bollos hechos del maiz de pan de masa y ansí son gentes de mas fuerza estos que los de Lili”. “De acuerdo con Arango y Sánchez (2004), “hay una interacción entre los diferentes espacios de uso productivo, domésticos y selváticos; lejanos y cercanos; agropecuarios y extractivos; comunitarios y familiares, siendo el eje el huerto familiar (llamado chagra, conuco, cultivo huerto habitacional, colino) y la dinámica productiva que lo relaciona con los ciclos de uso de áreas de montes y rastrojos”. Sostienen estos autores que los Nukak dependen de la caza y de la recolección .Otros comunidades por su condición de ribereños, practican la pesca y la horticultura. Arango y Sánchez (2004) afirman que los habitantes de los Andes son buenos agricultores, ocupando en esta actividad agraria los diferentes pisos térmicos. Los Pastos, Yanacoas, algunos Paeces y Guambianos, cultivan pequeñas parcelas. En las regiones frías se siembran la papa, las hortalizas, el maíz, ulluco, trigo y calabazas. Crían ovejas, algunas ovejas y el curí. Las tierras cafeteras se ocupan con plátano, guineo, maíz, yuca, café, cacao, frutales y caña. En las tierras calientes de los valles interandinos, se siembra el maíz, arroz, plátano y yuca. Algunas comunidades siembran el fique. Sólo dos productos generan excedentes para los mercados y corresponden al café y a la papa. Las actividades productivas se realizan en grupo o forma comunal, llamado Minga. Estos autores citados anteriormente, argumentan que los pueblos de las regiones amazónicas practican un sistema de producción representado por la tala, roza y quema de los lotes seleccionados para la agricultura. En la chagra siembran principalmente la yuca amarga para preparar la fariña (harina) y el casabe (torta), productos de la dieta alimenticia de los indígenas, variedades de ñame, chontaduro, banano, mafafa, ají, caimo, aguacate, piña, calabaza, papayo, anonáceas, lulo, marañón. Otros cultivan el maíz y la caña de azúcar. Muy pocos establecen cultivos de cacao. Dicen Arango y Sánchez (2004), que cada chagra sigue un modelo con atribución de funciones para cada parte. La yuca, por ejemplo, es femenina y se siembra en manchas, la coca es masculina y se siembra en el centro, la piña se establece de manera lineal y los otros frutales, se cultivan en los bordes. Algunas de las plantas sembradas no son alimenticias sino de uso ceremonial o ritual. Las yucas, las piñas, chontaduro, caimo y los ajíes cumplen ambas funciones. El tabaco, la coca, los barbascos, las totumas las cuyabras las pinturas y las utilizadas como remedios, son rituales. Los Guambianos, según Dagua et al (1998), siembran el maíz y el fríjol en el mismo hueco, para que el segundo se enrede en el tallo del primero. Esta parcela se rodea con siembras de papa, alverja, haba, oca 17


y mauja. La papa se cosecha en primer lugar, después los otros productos en el mismo orden de establecimiento. Lo que buscan los indígenas es que el terreno esté ocupado al máximo, protegido contra la erosión, tener alimento permanente (seguridad alimentaria) y un mejor manejo de plagas y enfermedades. La arracacha se utiliza también en estos arreglos agrícolas; se siembra con el maíz, la papa y las habas. 5.2. Algunos ritos y costumbres. Dagua et al (1998), registran en sus escritos que los Guambianos siguen las fases de la luna para establecer sus cultivos, pues siembran en menguante, en el tercero o cuarto día de la luna. El maíz se debía desgranar a mano, ya que si se aporreaba con garrotes, la planta produciría los granos reventados. Cuando se desgranaba con la ayuda de una tuza, la mazorca no cargaba mucho grano. El maíz almacenado durante largo tiempo en una troje, se debía almacenar durante una noche dentro de una cabeza de venado, antes de la siembra. Si esas semillas se guardaban en una jigra cerrada y amarrada, la mata crecía torcida y tampoco cargaba suficiente cantidad de granos. Con el fin de cosechar el maíz dulce, se remojaban las semillas con higuerillo y aguardiente. Para obtener buenas cosechas se soplaban las semillas con aguardiente y sustancias medicinales. Aseguran los autores en referencia que la selección de las mejores mazorcas para utilizar las semillas representativas de la variedad deseada, hacían lo siguiente: Las mejores formadas, gruesas, largas y de grano característico no se desgranaban, sino que se colgaban al humo de los fogones. Los indígenas consideran que encarnan el espíritu de la abundancia del maíz y no se podían comer. La cosecha también se programaba para la fase de menguante, para evitar el ataque de gorgojos. El almacenamiento se realizaba en zarzos o trojes, construidos encima de los fogones, para recibir la deshidratación y la protección contra las plagas. En cuanto a las siembras de otros cultivos, los autores consultados anotan lo siguiente: La papa se sembraba en menguante, entre el tercero y quinto día de la luna. Es el segundo cultivo en importancia para los Guambianos. Esta programación de siembras les permite obtener dos cosechas por año. Si aparecían tubérculos ramificados (mellizos), se sembraban en la mitad del lote. Para que las cosechas pesen bastante, se arranca el producto en tiempo de luna llena o de menguante. La arracacha se sembraba en luna llena y antes de despuntar el sol, buscando que sus raíces se extendieran como sus rayos luminosos. Antes de sembrarla, se limpiaban y golpeaban las pantorrillas gruesas de una mujer, buscando que el producto final se produjera con las mismas 18


características. Los días sin luna y los dos primeros de ella no son buenos para las siembras sino para las desyerbas. De acuerdo con Arango y Sánchez (2004), “para todo se utilizan las fases de la luna. Muchos eventos biológicos son indicadores para los cultivos. El vuelo de las hormigas en las sabanas del oriente amazónico, al comienzo de las lluvias, después de la temporada seca, le anuncia a los indígenas el tiempo de la siembra. Cada tiempo, cada evento social trae su ritual. Estos rituales son liturgias complejas donde se reedita la historia del grupo, se afirman los nexos comunitarios y donde la vez que se hace una afirmación colectiva, se garantiza el pasaje de un papel o de una situación social a otra”. Silva (1963) dice que “muchos pueblos indígenas de América relacionan de una manera mística la fertilidad de los campos a la fecundidad de la mujer. Siendo la mujer el principal actor en el proceso de la procreación, y a los ojos de un gran número de pueblos primitivos la causante única, ella es considerada poseedora de un poder y de una influencia especiales, que pueden obrar sobre la fertilidad de los campos”. El padre Gumilla (1994) escribió que “el sembrar, limpiar, coger los frutos y almacenarlos, todo pertenece ya a las pobres mujeres”. Cuando los invitó a colaborarles en estas faenas agrícolas, los hombres le replicaron en los siguientes términos: “Tú, padre, no sabes de estas cosas y por eso te da lástima: has de saber, que las mujeres saben parir y nosotros no; si ellas siembran, la caña del maíz da dos mazorcas: la mata de yuca da dos o tres canastos de raíces y así multiplica todo: ¿ por qué? Porque las mujeres saben parir y saben como han de mandar parir al grano que siembran; pues siembren ellas, que nosotros no sabemos tanto como ellas”. 5.3. Los festejos. Durante los períodos de siembra se realizaban grandes mingas, las cuales se culminaban con bailes, comidas y bebidas de chicha, para augurar las buenas cosechas (Dagua et al, 1998). Silva (1963), al respecto anota lo siguiente: “para asegurar éxito en los cultivos, los Chibchas realizaban una función de carácter sexual en el momento de las siembras. En las cabas de sus labranzas, esto es, en los linderos de sus sembrados, celebraban, según el P. Simón (1891), grandes fiestas, donde se convidaban unos caciques a otros. Y hacían grandes gastos y presentes de oro y mantas y de su vino, porque todas sus fiestas las hacía éste, supliendo las faltas de la comida, pues esta no les daba cuidado como él anduviese en abundancia; asíanse de las manos hombres con mujeres, haciendo corro y cantando canciones, ya alegres, ya tristes, en que se referían las grandezas de los mayores, pausando todos a una y llevando el compás...al son de unas flautas y fotutos...;tenían en medio las 19


mucuras de chicha, de donde iban esforzando a los que cantaban otras indias que estaban dentro del corro, que no se descuidaban en darles de beber. Duraba esto hasta que caían embriagados y tan excitados de la lujuria con el calor del vino, que cada hombre y mujer se juntaban con el primero o primera que se encontraba, porque para esto había general licencia en estas fiestas, aun con las mujeres de los caciques y nobles. Cosa semejante ocurría entre los Quimbayas. Así, pues, por virtud de la unión real de los seres humanos, las plantaciones crecerían y fructificarían mejor”. Según Dagua et al (1998), “la minga es sinónimo de fiesta. El momento para estar juntos, es el acompañamiento para el trabajo. Se comparte una fuerza de trabajo y promueve la unidad. La música, el trabajo y la comida son inherentes a la minga, la cual puede ser cuatro tipos: • De caciques. Es al parecer la más antigua. Una parte de la producción se repartía entre los participantes. La otra, se guardaba y se entregaba al pueblo en tiempo de escasez. • Del cabildo. Una parte de la producción se repartía entre los participantes y el resto, para las necesidades del cabildo. El maíz para la chicha se pulverizaba en piedras de moler y se preparaba con suficiente anticipación para que fermentara. O se masticaba después de cocinarlo y se vaciaba en recipientes para acelerar la fermentación y mejorar el sabor. • De hacer o arreglar puentes. • De Dios. Se hacían cosechas de trigo para la iglesia Católica. También se llamaba la roza del Santo”. 6. ETNIAS DE COLOMBIA Y ALGUNAS DE SUS ACTIVIDADES AGRARIAS. De acuerdo con Castillo (s. f), las tribus que habitaron el territorio antioqueño en la época prehispánica fueron las siguientes: En el suroeste y en la ribera izquierda del Cauca, moraban los Caramantas, Cartamas, Catíos, Chocoes, Tatabes, Guacas y Nores. En el Centro habitaban los Carautas, Pencos, Hevéxicos, Peques, Ituangos, Tecos, Nutabes y Moriscos. En la regiòn de Urabá, los Péberes, Nitanas, Cuiscos, Araques, Urabaes y Guazuzúes. En el Sureste, Los Sinifanaes, Aburraes, Armas, Punchinaes, Pantágoras y Amaníes. En el Nordeste, Los Yamecíes, Tahamíes y Guamocoes. Estos aborígenes practicaban una agricultura mixta o de policultivos, representada por fríjol, maíz, Yuca, ñame, batata, arrracacha, ahuyama, ají, victoria, cidrayota, chachafruto, algodón, piña, papayo, aguacate, guayabo, guanábano y chontaduro. Los Nutabes se consideraban los mejores cultivadores de maíz, fríjol, algodón y frutales. 20


El apego o afición a las siguientes frutas, se debió también, a las posibilidades de utilizarlas como bebidas fermentadas o no, programadas en las ceremonias o reuniones familiares y religiosas: Chirimoya, piña, guanábana, anón, aguacate, guamo, ciruela, mamey, madroño, cacao, papaya, papayuela, guayaba, tomate, lulo, algarroba y chontaduro. Por su parte el achiote se utilizó para darle color a las comidas y unido al ají, sirvió como condimento de raíces y tubérculos (Estrada, s.f.). El ají fue cultivado en toda la América, habiendo pruebas de su existencia desde hace unos 9.000 años antes de la era presente. Es más rico en vitamina C que los cítricos y el tomate. Posee también las vitaminas A y F. “Es un gran estimulante del estómago y los intestinos, porque aumenta la circulación y sus efectos colagogo (Ayuda a evacuar la bilis) y colerético (mejora la digestión). Ayuda a quemar energías. Evita la formación de coágulos, causantes de los infartos del miocardio. Por sus contenidos de flavonoides y riboflavonoides, ayudan a reducir las grasas en la sangre. Tiene efectos expectorantes y descongestionantes, porque estimula la secreción del fluido nasal. El elemento picante, caliente y abrasador, se debe a la capsicina, que se concentra en las semillas y en las membranas interiores (Cambio, 2001). Esta agricultura era de gran productividad, al decir de Melo (s. f). El maíz y el fríjol cultivado, rendían más que el trigo europeo y facilitaba la alimentación de la numerosa población existente en el período precolombino. Dice la Fundación Hemera (2005) que en el territorio colombiano sobreviven 80 grupos étnicos indígenas, los cuales practican más de 64 idiomas y unas 300 formas dialectales. Se calcula su población en 701.860, distribuidos en 32 departamentos. Las tribus registradas en cinco regiones colombianas, son las siguientes: Costa ,orte. Wayú, Kogi, Kankuamo, Arhuaco, Mokaná, Chimila, Yuco, Wiwa, Pacabuy, Zenú y Emberà Katío. Occidente.Cuna, Emberá, Waunaan, Pàez, Totoroe, Coconuco, Guambiano, Siapidara, Guanacota, Pastos y Awa.

Guanaca,

Centro. Bari, Uwa o Tunebo, Guane, Muisca, Pijao, Tama y Dujo. Oriente. Chiricoa, Makaguaje, Betoye, Sáliba, Masiguare, Sicuani, Amorúa, Cuiba, Piapoco, Achagua y Guayabero. Sur. Piaroa, Puinave, Curripaco, Coreguaje, Kamsá, Inga, Kofán Siona, 21


Huitoto, Miraña, Siriano, Yurutí, Taibano, Pisamira, Cubeo, Carapana, Wanano, Bara, Piratapuyo, Tatuyo, Yauna, Muiname, Tuyuca, Barasana, Tariano, Desano, Makú, Yucuna, Letuama, Bora, Carijona, Andoque, Nonuya, Matapí, Macuna, Caribayarí, Tucano, Ticuna, Yurí, Tanimuca, Ocaina, Cocama y Yagua. Las actividades agropecuarias que realizan algunas Tribus de las mencionadas anteriormente son las siguientes: • CUNA: Cultivan Plátano, Yuca, Fríjol, Caña, Ñame, Cacao, Malanga y Maíz. Las siembras las realizan en abril. • EMBERÁ KATÍO y WUANAAN: Cultivan Plátano, yuca, Maíz, Arroz, Fríjol, Caña, Frutales como Chontaduro, papayo, Guamo, Badea, Bacao, Caimito, Árbol de Pan, Cítricos. • ARHUACO, KANKUAMO, SANHA y WIWA. Su principal producto es café. Además de papa, arracacha, batata, ajo, col, plátano, coca, tabaco, yuca, fríjol, aguacate, maíz, ahuyama, caña y cebolla. • WAYÚ. Cultivan maíz, yuca, ahuyama, pepino, melón, patilla y fertilizan con estiércol. Siembran en compañía con la mujer y ayudados por los vecinos y familiares. • CHIROCOA. Cultivan en grupos la yuca amarga, plátano, piña, fríjol, batata, ñame y frutales como guama, mango, papayo, cítricos. • UWA. Aprovechan muy bien los diferentes pisos térmicos de su territorio para sembrar fríjol, apio, repollo, maíz, ñame, yuca, plátano, piña, lulo, aguacate, chontaduro y coca. • GUAMBIANO. Siembran maíz, papa, trigo, cebolla, arracacha, yuca, ulluco. • PÀEZ. Trabajan los policultivos en pequeña escala. Las mingas son integradas por personal masculino. El maíz es el principal producto, seguido de fríjol, arracacha, alverja, haba, yuca, papa, ulluco, café, caña y fique. Las principales tribus que ocupan el territorio antioqueño en la actualidad y desarrollan actividades agrícolas en sus resguardos, son las siguientes: Emberá Katío, en los municipios que se registran a continuación: Frontino, Urrao, Dabeiba, Mutatá, Jardín, Tarazá, Apartadó, Chigorodó, Murindó y Segovia. Emberá, en Dabeiba, Vigía del Fuerte, Frontino, Dabeiba, Murindó y Urrao. Cuna, en Necoclí. Katío en Tarazá y Uramita. Emberá Chamí, en Ciudad Bolívar, Valparaíso, Támesis y Apartadó.

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PARTE II: LA ANTROPOFAGIA. INTRODUCCIÓN. Se trató de una práctica acostumbrada por indígenas de centro y de América del sur, llevada a cabo con fines ceremoniales (cultos a sus ídolos o dioses), ofrecimientos rituales (como augurio de buenas cosechas), venganzas posteriores a los enfrentamientos bélicos y al parecer, por necesidades de la comunidad. De acuerdo con la información consultada, en este oficio fueron maestros consumados los Caribes. 1-.ALGUNAS DE LAS TRIBUS COMPROMETIDAS PRÁCTICA.

EN

ESTA

1.1-.ALGUNOS INDIOS DE LA GOBERNACIÓN DE POPAYÁN De acuerdo con De Herrera (1944), “la Villa de Santa Ana de Ancerma, fundóla el Capitan Jorge Robledo, por orden de Lorenzo de Aldana. Tambien los Naturales comedores de carne Humana”. “La Villa de Santiago de Armas. Pobló esta Villa el Adelantado Belalcazar, i aquí cortó la cabeza al Mariscal Jorge Robledo: los Naturales son tan carniceros, que los vivos son sepultura de los muertos; porque se ha visto comer Marido á Muger, Hermano à Hermana, i Hijo à Padre; i aviendo engordado algun Cautivo, el dia que le han de comer, le sacan con muchos Cantares, i el Señor manda, que un indio le vaia cortando cada miembro, i vivo se lo van comiendo; i después de la Población de Arma, se han comido mas de ocho mil Indios, i algunos Castellanos han padecido este martirio”. “La Villa de Timaná, hai un Teniente de Governador, que tambien tiene a su cargo á San Sebastián de la Plata: ván disminuyendo los indios de la comarca, porque son tan inhumanos, que en muchas partes tienen publicas Carnicerias, de Hombres que cautivan”. “San Sebastián de la Plata: los Naturales se ván acabando, porque se los comen los Caribes, que llaman del Rincón, i tienen publica Carniceria de ellos, sin que se pueda remediar”. Las tribus dominadas por el Cacique Nutibara, en especial los del Valle de Guaca, eran caníbales. Al respecto Acosta (1971) dice lo siguiente: No los recibieron de paz los indígenas; por el contrario, sin cesar los atormentaban picando la retaguardia y asesinando a los que se quedaban atrasados para comerlos, pues todos estos moradores eran antropófagos”.

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Acosta (1971), afirma que el Mariscal Jorge Robledo fue muerto en la Loma del Pozo, el 5 de Octubre de 1546, de manos de la tropa de Sebastián de Belalcázar. “Sepultaron sus cuerpos en una casa, que quemaron antes de abandonar aquel lugar, a fin de borrar toda huella de las sepulturas; pero nada valió, pues los indios de las inmediaciones las descubrieron, y desenterraron sus cuerpos para comérselos con aquel apetito voraz y desenfrenado de carne humana que caracterizaba a esta tribus casi salvajes. Así, el cráneo del Mariscal Robledo verosímilmente adornaría por mucho tiempo uno de aquellos palenques de guaduas situados en lugares testigos de sus primeras hazañas”. “En las provincias de Antioquia, agora nuevamente pobladas, hay una costumbre antigua muy horrible y espantosa, y es que los caciques principales de ellas, demás de la mujer natural tienen muchas mancebas, habidas de otros pueblos por su rescate, solamente para producir de ellas generación, y cuando la criatura está ya de un año o poco más criada de leche, mátanla para comer , siendo propio hijo, y después que lo ha comido, mata así mismo a la madre y cómesela; fue primero descubridor de este secreto el Licenciado Badillo Oidor de V. M. en la Isla Española, en la jornada que hizo desde Cartagena hasta esta Gobernación” (Belalcázar, 1544, citado por Patiño, 1985). De acuerdo con Fernández de Oviedo (1548), citado por Patiño (1985), la provincia de Antioquia está sesenta leguas más abajo que las dos ciudades ya dichas, e los indios Della son belicosos e muy entendidos, e más carniceros que todos los otros que se han nombrado de suso, porque tienen jaolas de madera, donde ponen a engordar indios para los matar e comer después, cuando les parece que están bien en carnes, como se hace con los puercos en Castilla; e para que engorden más presto, quiébranles los ojos”

1.2-. LOS PANCHES. Según Aguado (1956), “son los indios Panches muy carnívoros de carne humana, y así se venden unos a otros los hijos y parientes para comerse. Acaeció estando yo entre estos bárbaros, una crueldad no menos inhumana que rústica, y fue que un indio de estos Panches iba de casa de un hermano suyo para su propia casa; y el hermano tenía un hijo, de edad de nueve o diez años, el cual, con amor que al tío tenía, se fue con él a holgarse como niño y yendo por su camino encontraron con otro indio Panche, el cual traía al cuello una sartillas de cuentas blancas, de las que atrás hemos tratado, y el tío del niño, como las vio, aficionose a ellas, no obstante que él traía otras tan buenas a su cuello. Dijo al otro Panche si quería Della aquellas cuentas que traía al cuello, que él se las pagará; respondió el otro que sí 26


daría si le daba aquel muchacho para comer, porque así como a él le habían parecido bien las cuentas y se había aficionado a ellas, así él tenía muy gran gana de hartarse de la carne de su sobrino. El malo del tío, con la codicia de las cuentas, y olvidado del amor de su propia sangre, tomó al muchacho por la mano y llevolo a dar al carnicero indio, porque el niño, porque oyó la plática, temió, y con el temor se había desviado de ellos. El indio hambriento por la carne humana, dio las cuentas al otro, y no contento con tener ya la caza, por no tomar trabajo de matarla, dijo al tío: yo no paso por la venta ni compra si no me lo das muerto y hecho pedazos. El tío, por no perder la posesión que ya tenía de las cuentas, echó mano a una macana de palma que tenía, que es una arma de palo como una espada, y con ambas manos alzando dio al sobrino un golpe en la cabeza que se la abrió y cayó muerto, y segundando con otros golpes, con mucha liberalidad lo hizo pedazos, y así hechos cuartos, se lo dio y entregó al fiero y bruto can, el cual, no con menos diligencia, lo tomó y lo llevó a su casa, donde creo yo no dejaría oliscar la carne de él”. 1.3-. LOS MUZOS. Aguado (1957) narra los sufrimientos experimentados por el capitán Valdés y sus compañeros españoles durante el tiempo que duró el cerco programado los indios de esta tribu. “Ibanse cada día muriendo de los españoles que los indios flecharon en el acometimiento que a Machín de Oñate hicieron, y el día que levantaron este último cerco murieron once españoles juntos en bien trabajosa muerte, y estos y todos los demás que morían eran enterrados en el lugar donde tenían los caballos, porque no fuesen halladas por los indios las sepulturas y desenterrados los muertos para comer, porque esta malvada gente es tan caníbal, o a lo menos lo era en este tiempo, que por comer de un español, cavaron todo un campo donde presumieran que estaba enterrado, sólo por haberles dado en la imaginación que comiendo ellos la carne de españoles habían de ser valientes y animosos guerreros”. 1.4-. INDIOS PERUANOS. De acuerdo con De Acosta (1940), “en muchas naciones usaron matar para acompañamiento de sus difuntos, como se ha dicho arriba, las personas que les eran más agradables y de quien imaginaban que podrían mejor servir en la otra vida. Fuera de esta ocasión usaron en el Pirú sacrificar niños de cuatro o de seis años, hasta diez, y lo más de esto era en negocios importaban al Inga, como en enfermedades suyas para ancanzalle salud. También cuando iba a la guerra, por la victoria. Y cuando le daban la borla al nuevo Inga, que era la insignia del rey, como acá el cetro o corona, en la 27


solemnidad sacrifican cuantidad de doscientos niños de cuatro a diez años: duro e inhumano espectáculo. El modo de sacrificarlos era ahogarlos y enterrarlos con ciertos visajes y ceremonias; otras veces los degollaban, y con su sangre, se untaban de oreja a oreja. También sacrificaban doncellas de aquellas que traían de al Inga de los monasterios, que ya arriba tratamos. Una abusión había en este mismo género, muy grande y muy general, y era que cuando estaba enfermo algún indio principal o común, y el agorero le decía que de cierto había de morir, sacrificaban al sol o al Viracocha, su hijo, diciéndole que se contentase con él y que no quisiese quitar la vida a su padre. Semejante crueldad, a la que se refiere la escritura haber usado el rey Moab en sacrificar su hijo primogénito sobre el muro, a la vista de Israel”. 1.4-.CHOROTECAS DE NICARAGUA Herrera (1945) dice que estos indígenas tenían como rito el sacrificio de humanos en las fiestas realizadas en los templos por sus sacerdotes. “subidos en el gradario o sacrificadero, que tenían los patios de los Templos: i teniendo en la mano el Cuchillo, con que habrían el sacrificado; decían cuantos Hombres havian de Sacrificar, y si havian de ser Mugeres, o Hombre presos en Batallas, para que todo el pueblo supiese, como se havia de celebrar la Fiesta, i que Oraciones, i Ofrendas havía de hacer. El Sacerdote, que hacía el oficio, daba tres vueltas alrededor del Cautivo, cantando en tono lloroso; abriale por el pecho, sacabale el Corazon, rociabale la Cara con Sangre, i desmembrabale el Cuerpo, daba el Corazón al Perlado, Pies i Manos al Rei; i los Muslos al que lo prendió: las Tripas á los Trompetas: el resto al Pueblo, para que todos comiesen: ponian las Cabezas en Arboles, que tenían figurados, divididas la de los Cautivos de cada Provincia, con quien tenian Guerra: si era comprado al que sacrificaban, sepultaban las entrañas, manos i pies, metidos en una Calabaza, i quemaban el corazón, i todo lo demás: salvo, que ponían la Cabeza en los Arboles”. “Era licito vender el Padre á los Hijos, i cada uno á si mismo, i por esto no comian la Carne de los tales Sacrificados, por naturales de su Tierra, ó de su Sangre. Quando comian la Carne de los sacrificados Forasteros, haian grandes Bailes, i Borracheras de Vino. Quando el Sacerdote untaba la Cara al Idolo, con la sangre del Sacrificado, cantaban los otros, i oraba el Pueblo con lagrimas, i devoción, i andaban la Procesion, aunque no en todas las Fiestas , llevaban los sacerdotes sus Sobrepellices de Algodón, blancas, cortas, i muchas chicas, otras colgadas de los hombros, hasta los talones, con Bolsas por Borlas, en que llevaban Navajas de azabache, papeles, carbon molido, ciertas Iervas: los Legos Vanderillas, con el Idolo que mas preciaban, taleguillas con Polvos, i punzones; los Mancebos Arcos, flechas, 28


Dardos, i Rodelas: el Pendon, i Guia era la Imagen del Diablo, puesta en una Lanza, i llevavala el mas Anciano Sacerdote: iban en orden, i cantando los religiosos, hasta el lugar de la idolatría. Tendían Mantas en el suelo, echaban Rosas, i Flores, porque el Diablo no tocase en tierra: paraba el Pendon; cesaba el Canto, andaba la Oración, daba el Prelado una palmada,, sangrabanse la Lengua, otros de las Orejas, del Miembro secreto, ó de donde mas devoción tenian: tomaban la sangre en papel, ó en el dedo, por ofrenda; fregaban la cara del Idolo: entretanto escaramuzaban, i bailaban los mozos por honra de la Fiesta: curaban las heridas con polvos de Iervas, ó Carbon, que llevaban para esto: bendecían Maiz en estas Procesiones, rociando con sangre de sus genitales, i lo repartían como Pan bendito, i lo comian”. 1.5-.INDIOS DEL REINO DE MECHOACÁN Los indios de este reino, afirma De Herrera (1945), “especialmente los Tarascos, son valientes, i en tiempo de su infidelidad, por maravilla perdían Batalla: tenia el Rei sus Guarniciones en las Fronteras, para la Guerra con Mexicanos, Xaliscos, Coimas, Matalzingos: usaban las mesmas Armas que los otros: iban en Cueros embijados de Colorado, Negro, i Amarillo, con Petos fuertes de Maguei: todo su negocio era tomar Cautivos para sacrificar”. 1.6-.INDIOS DE TLASCALA (MÉXICO). En el año de 1517, sostiene De Herrera (1945 a), que los indios Tlascaltecas, pertenecían al imperio de Moctezuma, hacían sacrificios humanos a sus deidades. “Tenían Abstinencias, Aiunos, Penitencias, Romerias i Estaciones. Sus Templos eran conforme de Pirámides, excepto que se subia por gradas hasta la cumbre, i en lo mas alto havia una, una ó dos Capillas pequeñas, i delante de ellas grandes colunas de piedra, adonde estaban lumbres, i perfumes, de Noche, i de Dia. Servian los Templos, los que prometian de hacerlo hasta la muerte, i algunos por tiempo limitado. Estos se mantenian de las primicias, i ofrendas de los frutos que cogian. Eran mui puntuales en el servicio de los Templos, i el maior sacrificio era el de los Hombres, i de Perros, i asi havia Carniceria de Perros sacrificados; i sobre todo, era grandísimo el sacrificio del primer prisionero en Guerra, como se ha dicho. Y decia uno, que havia sido Sacerdote, i se convirtió a Dios, que quando arrancaban el corazon al miserable sacrificado, que era tan grande la fuerza con que pulsaba, que le alzaba del suelo tres ó cuatro veces, hasta que se iba el corazón enfriando: i acabado, echaba a rodar el cuerpo, palpitando, por las gradas”. “En los sacrificios de los Hombres, eran cruelisimos, por aprovecharse de 29


las carnes, aunque no comian sino de los enemigos: i no havia mucho que havian comenzado, i nacio de sus terribles pasiones, por vengarse de sus enemigos, i rabiosamente lo introdujeron poco a poco, hasta que se convirtió en costumbre comerse unos a otros, i asi havia Carnicerias publicas de carne Humana; i los mas antiguos decian, que este uso havia procedido de la Provincia de Chalco, i la idolatria, i el sacarse sangre de sus propios cuerpos, i hacer ofrenda de ello à los Dioses: sacabanla de la lengua, i de los parparos de los ojos, por haver hablado, i mirado: de los brazos, por haver pecado en flojedad: de los muslos, piernas, orejas, i narices, según lasa culpas en que havian errado: i vendian Niños recien nacidos, i de dos Años, para cumplir sus promesas, i ofrecer en los Templos, como nosotros las candelas, i sacrificarlos, para alcanzar sus pretenciones, i esto les servia de confesion vocal”. “Estos Idolos, según el Pueblo decia, eran Hermanos, aunque en los oficios, i advocaciones diferentes; porque Texcatlipucatl, era Dios de la Providencia; i Vicilipuztli, de la Guerra. Era este mas venerado, i tenido en maior estima, que los demas. Havia otro Idolo, de mui maior estatura que estos dos, puesto sobre la Capilla donde ellos estaban. Era esta Capilla la mayor, mejor, i mas rica de todas havia en el Imperio de Motezuma; i era la cuasa, porque á Mexico, acudian todas las riquezas de la Tierra; i la devocion de todos à estos Idolos. Era este Idolo mui grande, hecho de cuantas Semillas se hallaban en la Tierra, que se comen, i se aprovechan de algo molidas, i amasadas con sangre de Niños inocentes, Dueñas, Vírgenes sacrificadas, abiertas por los pechos, para ofrecer los corazones por primicias al Idolo: el cual, aunque era tan grande, era mui liviano, i de poco peso, como si fuera de corazones de cañaeja”. A la fiesta de algún ídolo podía ir Moctezuma. De Herrera (1945 a) agrega lo siguiente sobre este acontecimiento: “Iba a esta Ceremonia Motezuma, con gran Caballeria, riquísimamente aderezado. Después de la Fiesta, en honra de ella, mandaba hacer grandes banquetes, muchas fiestas, i regocijos. Los demas Dioses, aunque eran tantos, cada uno era Abogado para cosa particular; i como las enfermedades son tantas, cada uno era de la suia, i asi para las demas necesidades Humanas, especialmente para las Sementeras de sus Maizales, porque quando las Cañas estaban pequeñas, sacrificaban Niños recien nacidos: i quando mas crecidas, maiores, i asi iban subiendo, hasta que el Maíz estaba en mazorca, i maduro, que entonces sacrificaban Hombres viejos. Estos sacrificios ofrecian à los Dioses de las Sementeras, porque las guardasen”. En las comidas de Moctezuma podían servir carne humana, según lo escrito por De Herrera (1945 a): “ los platos, i todo el servicio, era de Barro mui bueno, i no se servia al Rei mas de una vez: tenia mui gran Baxilla de Oro, i Plata, con diversas figuras de Animales: no se servia de ella, por no usarla 30


dos veces, porque se tenia por baxeza: llevabanla toda, ò parte de ella, à los Sacrificios, i fiestas de los Dioses. Algunas veces (aunque pocas) comia carne Humana, i havia de ser de la sacrificada, i aderezada por extremo”. Con relación a la sumisión que debían rendir al poderoso Mandatario, que debían ofrendarle de todo, sin abstención ninguna, tratándose aún de su propia familia. Al respecto De Herrera (1945 a), registró lo siguiente: “Era., finalmente, tanto el señorio, que Reies de Mexico tenian sobre ellos, que callaban, aunque les tomasen las Hijas para lo que quisiesen, i los Hijos: i por esto decian algunos, que de tres Hijos, que cada Labrador tenia, daba uno para sacrificar; lo qual, aliende de que fuera demasiada crueldad, no permitiria, que tanto se poblára la Tierra, i asi es falso, por lo que después se supo: porque los Nobles, ni señores, no comian carne Humana, si no era sacrificada, i esta era de Hombres Esclavos, presos en Guerra, porque por maravilla sacrificaban al que sabian que era Noble. Eran crueles carniceros, i mataban entre Año muchos Hombres, i Mujeres, i algunos Niños, aunque no tantos como dicen: i estos eran Hijos de Esclavos, i Personas condenadas, ó á destierro perpetuo, ó á servidumbre”. De Acosta (1940) afirma que “había otro género de sacrificio en diversas fiestas, al cual llamaban racaxipe valiztli, que quiere decir desollamiento de personas. Llamóse así porque en ciertas fiestas tomaban un esclavo o esclavos, según el número que querían, y desollándoles el cuero se lo vestía una persona diputada para esto. Este andaba por todas las casas y mercados de las ciudades, cantando y bailando, y habíanle de ofrecer todos; y al que no le ofrecía, le daba con un canto del pellejo en el rostro, untándole con aquella sangre que tenía cuajada. Duraba esta invención hasta que el cuero se corrompía. En muchas de estas fiestas hacían un desafío entre el que había de sacrificar y el sacrificado, en esta forma: Ataban al esclavo por un pie en una rueda grande de piedra y débanle una espada y rodela en las manos, para que se defendiese, y salía luego el que le había de sacrificar, armado con otra espada y rodela. Y si el que había de ser sacrificado prevalecía contra el otro, quedaba libre del sacrificio, y nombre de capitán famoso y como tal, era después tratado. Pero si era vencido, allí en la misma piedra en que estaba atado le sacrificaban. Y era tanta la multitud de los que eran sacrificados con esta infernal crueldad, que parece cosa increíble; porque afirman que había vez que pasaban de cinco mil, y día hubo que en diversas partes fuero así sacrificados más de veinte mil”. 1.7-. COSTA DE PANAMÁ. Dice Duarte (1605) que llegó en una ocasión a esta región un ejército procedente de Nicaragua y “era gente tan feroz que en todas las Provincias les salian de paz y á darles lo que les pedian, comian carne humana, y con 31


esto ponian mucho temor en las tierras que llegaban. En una Provincia que se dice Jauraba que confina con la de Paris, asentaron Real en un llano donde les traian de los pueblos muchachos que comiesen, y otros mantenimientos que pedian”. 1.8-. PROVINCIA DE HEBÉJICO De acuerdo con Robledo (1539-1541), citado por Patiño (1985), los indios de esta comarca “es la gente más cruel y más carnicera de toda cuanta en aquellas tierras hay, e que más se comen unos a otros. 1.9-. VALLE DEL CAUCA. Agrega el investigador citado ( Duarte, 1605), que en territorio del Valle del cauca, “hallose en las casas principales del señor desta provincia de Lili en alto tanto como tres ó cuatro estados dentro de la casa á la redonda de la principal sala puestos en cantidad de cuatrocientos hombres, ó los que cabian en aquella sala desollados y llenos de ceniza, y sin que les faltase figura ninguna y sentados en una silla juntos unos con otros con las armas con que los prendian puestas en las manos como si estuviesen vivos : y á estos que ansi prendian y mataban los comian la gente de guerra por victoria”. 1.10-.LOS TEMIDOS CARIBES Aguado (1957 a) refiere la espeluznante cacería humana realizada por los indios Caribes en una hacienda denominada Daguao, en la isla de Puerto Rico, de la siguiente manera: “ pues estando como he dicho, Cristóbal de Guzmán en esta su estancia, de repente llegaron sobre él, un domingo de mañana, gran cantidad de indios caníbales o caribes, naturales de la isla de Dominica, tierra bien apartada y dividida de la de San Juan por las aguas del mar que en medio están y otras muchas islas que se anteponen entre las dos islas, los cuales, habiéndose metido con bárbara temeridad en navegar con tan pequeños esquifes como son las piraguas, y meterse en un golfo y mar tan impetuoso como es el que atravesaron y pasaron, y llegando al puerto de aquella estancia del Daguao, estaba apartada la distancia que ha dije, al cuarto del alba, por no ser vistos ni sentidos de la gente de la tierra, saltaron con las armas en las manos, y saltando con brío de fuerzas que, por la antigua enemistad que en el linaje humano tienen, se sustentan de cuerpos de hombres, aquel cortijo, donde tan descuidados vivían de ver semejantes enemigos sobre sí, mataron gran cantidad de indios e indias y esclavos y esclavas, y como el Cristóbal de Guzmán, a quien ellos deseaban tomar vivo y sin ninguna lesión, para tener larga ocasión de 32


pasatiempo con él, se defendiese valerosamente, fue herido de algunos flechazos, y con ellos constreñido a rendirse a los caribes y por ellos preso y metido en sus piraguas”. “Tomaron vivos a algunos indios e indias y negros y negras, a los cuales, con los demás cuerpos muertos, con todo el demás despojo que en el cortijo pudieron haber, se embarcaron y dieron la vuelta a su tierra”. “Partidos los caribes con este triste espectáculo, aunque para ellos de gran alegría y contento, se fueron a una isla que cerca del Daguao estaba, dicha Bique, don de parecerles lugar seguro tomaron puerto y saltando en tierra comenzaron a solemnizar su victoria, haciendo grandes convites y banquetes y comidas con la carne de los cuerpos de los muertos que llevaban, los cuales comían con tanto contento y alegría como si naturalmente lo hubiera el poderoso Dios criado para su sustento y mantenimiento, acompañando sus cenas y comidas de muchos alegres cantos, de que en semejantes regocijos suelen usar”. También Aguado (1957 a) hizo referencia a las actuaciones de indios de la misma tribu, en territorio de Venezuela, durante la conquista realizada por Alonso de Herrera. Escribió el autor lo siguiente: “Toparon otro día de cómo salieron del carao, dos piraguas de indios caribes que venían de saltear de los pueblos comarcanos al río arriba. Fueron ciertos soldados en una canoa de perlas a tomar las piraguas. Los indios, desque las vieron cerca, arrojáronse al agua y dejaron las piraguas con lo que en ellas traían que era cantidad de cuartos de indios frescos y asados en barbacoa de los pueblos que habían arruinado el río arriba”. “Alonso de Herrera tomó consigo veinte hombres con sus espadas y rodelas y se fue derecho a donde las lumbres estaban, y acercándose a ellas todo lo que pudo, conoció ser indios caribes, de los cuales algunos dormían y otros andaban asando cuartos de indios de los que habían tomado, y otros hacían barbacoas para asar sus partes” 2-. ¿CANIBALISMO FACULTATIVO? Aguado (1956) refiere el escalofriante caso de antropofagia desarrollada entre los propios españoles, de la siguiente manera: “Pero como dice el vulgar castellano, todos los duelos, etc., de lo cual les sobrevino tanta falta, que les constreñía y forzaba a imitar muchas veces la brutalidad y crueldad de los tigres y caimanes; porque dejado aparte el comer los cueros unas y otras partes impúdicas de los caballos que se morían, lo cual tenían por muy particular y preciado regalo, había y hubo hombres que por conservar su vida procuraban con diligencia ver y saber si acaso se quedaba algún hombre muerto, a cuyo cuerpo acudían y cortaban y tomaban de él lo que les parecía, con lo cual oculta y escondidamente guisándolo, y aderezándolo al fuego, comían sin ningún asco ni pavor sus propias carnes, 33


y hubo y les sobrevino tiempo en que considerando la canina hambre que entre los españoles había, miraba cada uno por su persona temiendo que el hambre no fuese causa de recibir de mano de sus propios compañeros la muerte; y aunque los bergantines iban navegando por el río para prevenir estas necesidades y hambres, no podían dar bastimento a tanta gente, porque ya en este paraje las poblaciones de los indios eran ralas, y esa comida que tenían, la ponían con tiempo en cobro, alzándola y escondiéndola en lugares ignotos, y que no podían ser hallados de españoles; y así se iban cada día muriéndose de enfermos, débiles, flacos y hambrientos muchos españoles, demás de los que tigres y caimanes vivos arrebataban, y hombres hubo que con la gran aflicción y dolor que hambrientos y caminando padecían, tenían que mejor quedarse por las montañas y arcabucos y padecer con reposo que ir caminando y muriéndose, y así vivos se quedaban muchos, escondiéndose, porque la gente que el general Jiménez de Quesada llevaba puesta de retaguardia, para que con semejantes desesperados hombres tuviesen cuenta, no fuesen ni fueron vistos, y aunque después los volvían a buscar, no eran jamás hallados”. Alfìnger, el Gobernador de Maracaibo, después de un recorrido por territorio Colombiano, ya de regreso con su tropa a su jurisdicción, en las vecindades de Chinácota, fue asesinado. Reemplazado en su cargo de comandante, por Juan de San Martín, continuaron la marcha y hallaron en el camino a un coterráneo llamado Francisco Martín, uno de los soldados compañeros de Bascona, quienes habían salido desde Tamalameque, hacía unos dos años, los cuales se perdieron en la selva, quien según Acosta (1971), les narró la siguiente aventura: “enterrando el oro, que no podían ya cargar, al pie de una ceiba, y obligados por el hambre a matar sucesivamente todos los indios de servicio de ambos sexos para comerlos, hasta que, agotado este horrible recurso, y temiendo cada uno ser víctima de sus compañeros, se separaron espontáneamente en todas direcciones”. 3-.PROHIBICIÓN DE LA ANTROPOFAGIA De acuerdo con De Herrera (1945), se le puede atribuír este mandato a Hernando Cortés, después de la reedificación de México, considerada la mayor Ciudad del mundo, contribuyendo al ennoblecimiento de la ciudad “como cualquiera de las ilustres de Europa”. Dice el historiador que “por hacer bien á sus Amigos, mandó a los que proveia en semejantes Encomiendas, que tuviesen un Clérigo, ó Fraile, en cada Pueblo, ó Cabecera de Pueblo, para enseñar la doctrina Christiana á los Indios, i entender en la Conversión de ellos, porque muchos se inclinaban á la Fé, i la pedian; reconociendo sus Diabólicos Ritos, i abominaciones. No pudo dár á todos repartimientos, porque fuera 34


imposible, por lo cual huvo muchos quejosos: puso gran cuidado, en que se derrocasen los Idolos, i se vedase en todas partes el sacrificio de Hombres” 4-.SECUESTROS Y TRÁFICO DE INDIOS De acuerdo con la información de De Herrera ( 1945 a), durante la Residencia de Rodrigo de Figueroa en la isla de la Española y con la asistencia de los Padres Dominicos y Franciscanos en la Costa de Cumaná y el Valle de Chiribichi, “cesaba el desasosiego, que los Armadores daban á los Indios, porque no los cautivaban , temiendo de incurrir en las penas de las prohibiciones, i ser denunciados de los Frailes; pero nació de aquí otro mal, que como los Indios conocieron , que los Castellanos compraban de buena gana Esclavos, entraban por la Tierra á cautivarlos: i como esto tambien, por la diligencia de los Frailes, se Prohibió, los vendían á los Caribes, que los compraban para comer, como se compra un carnero”.

BIBLIOGRAFIA Acosta, J. Historia de la Nueva Granada. Editorial Bedout. Bolsilibros. Medellín. 1971. 469 p. Aguado, Fr. P. Recopilación Historial. Primera Parte. Tomo I. Biblioteca de la Presidencia de la República de Colombia. 1956. 672 p. Aguado, Fr. P. Recopilación Historial. Primera Parte. Tomo II. Biblioteca de la Presidencia de la República de Colombia. 1957. 585 p. Aguado, Fr. P. Recopilación Historial. Segunda parte. Tomo III. Biblioteca de la Presidencia de la República de Colombia. 1957 a. 526 p. De Acosta, J. Historia Natural y moral de las Indias. Fondo de Cultura Económica .México. 1940. 638 p. De Herrera, A. Historia general de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firme de el mar océano. Tomo I. Editorial Guaranía. (Período 17261730). Buenos Aires. 1944. 399 p. De Herrera, A. Historia General de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firme de el mar océano. Tomo III. Editorial Guaranía. Década Segunda. Buenos Aires. 1945 a. 392 p. 35


De Herrera, A. Historia General de los hechos de los castellanos, en las islas y tierra firme de el mar océano. Tomo IV. Editorial Guaranía. (Período de 1726- 1730). Buenos Aires. 1945. 387 p. Duarte, A. Relación anónima de la Costa sur del Istmo de Panamá. 1605. 543 p. Patiño, V. M. Ojeada sobre los pueblos indígenas de la fosa central del cauca y su zona de influencia en la época de la conquista. EN: Cespedesia XIV, Nº 51-52, p.13-106. 1985

PARTE III: LA VIDA SEXUAL Y MARITAL

INTRODUCCIÓN La información que se registra en este escrito se ha consultado básicamente en los libros de Aguado (1996, 1957 y 1957 a) y De Herrera (1944, 1945, 1945 a y 1945 b). Algunos de los comportamientos actuales se remontan a los tiempos inmemoriales, descubiertos y registrados por los cronistas de los colonizadores españoles. La poligamia, la promiscuidad sexual y el homosexualismo se vivieron con extrema normalidad, antes, durante y después del arribo de los españoles al territorio americano. En aquella época, algunos de estos comportamientos sexuales fue censurado por los religiosos y civiles extranjeros, pero en la actualidad ha resurgido con tanta fuerza que reclama espacios vedados y la promulgación de leyes en el viejo y en el nuevo continente.

1-.LOS INDIOS PATANGORAS Dice Aguado (1957), que los indios de esta tribu tenían los siguientes principios relacionados con los matrimonios: “Es, pues, la que ninguno que no tuviera hermana se casará fácilmente, porque el que se quisiere casar ha de rescatar o comprar su mujer por una hermana suya, y si dos hermanas tuviere dos mujeres comprara, y si más. Más, porque tantas cuantas hermanas tuviere para trocar, tantas mujeres habrá por ellas, y si las 36


mujeres son hermanas, aunque sean muchas, con todas tiene acceso. Hay otra costumbre muy donosa entre estos bárbaros acerca de estos casamientos, y es que si dos ha habido dos mozas doncellas para casarse con ellas, y el uno está aficionado a la que el otro tiene y le habla sobre ello, a la hora las truecan y cambian, y toma cada uno la que el otro tenía para su mujer. Concertado el trueco, que es entre estos bárbaros casamiento, la desposada pinta al desposado con pintura de jagua, que es tinta negra, y con bija, que es colorada, y con otros colores, y en seis días que las fiestas duran no han de consumir cópula, aunque duerman juntos, y para estorbárselo echan en la cama de los desposados muchachos o muchachas, para que de vergüenza de ellos dejen de ajuntarse, y al seteno día pónense muy pintados, así el desposado como la desposada, y después de haberse regocijado, venida la noche, llégase uno de los más ancianos de aquella familia, y toma por la mano al desposado y dícele que ya es hora de dormir, y un hermano de la desposada la toma por la mano y le dice: cata ay tu marido, echate con él y obedécele, y de esta suerte los juntan y echan en su barbacoa, en la cual tienen a la cabecera puesta cierta cantidad de maíz y en echándose los desposados, se lo arrojan y echan encima, en señal de que el desposado ha de mantener su casa,, y a los lados le tienen puestos los palos con que hacen sus rozas o labranzas, en señal del trabajo que ha de tener, y en lo alto tiene puestas armas, en señal que ha de defender su casa y su familia”. “El principal ajuar que la esposa ha de tener es que ha de saber muy bien las pinturas y labores con que los maridos se suelen engalanar y pintar, y si esto no sabe hacer bien es causa bastante para deshacerse el casamiento; y luégo es el guisar y hacer de comer y criar sus hijos y el contentar sus maridos, aunque de esto les da poco, por el poco respeto que les tienen”. “Y si las hermanas tienen más de un hermano, el mayor de todos reparte las hermanas entre los otros sus hermanos, para que con ellas hayan mujeres; y si un indio es solo y tiene más hermanas que ha de menester mujeres, provee y da de aquellas sus hermanas a otros parientes suyos de parte de su madre, para que con ellas hayan mujeres”. “Otra diferencia de casamientos, que es de las hijas de las viudas. Si una viuda tiene hijas doncellas y no tiene ningún hijo para que las trueque, tiéneselas siempre consigo, hasta que algún indio se aficione a ellas; y para haber la que quiere o pretende, ha de hacer cerca de la casa de la viuda una labranza de maíz con la cual podrá tener exceso todas las veces con la que pretende fuera de casa de la viuda, pero no la ha de llevar a su casa el desposado, y si ella quiere ir con él, háse de volver luégo a casa de su madre y si son huérfanas de madre, el pariente más cercano de su madre tiene esta preeminencia sobre las sobrinas, porque en la opinión de estos bárbaros ningún parentesco tiene ni han los hijos ni hijas con los parientes del padre ni la mujer con los del marido” 37


“Por la mucha libertad que las mujeres tienen, si están impúdicas y lujuriosas y topan a su cuñado en parte donde puedan tener ayuntamiento con él, lo hacen con mucha facilidad; y aun con otra cualquier persona que topen, como no sea su deudo por parte de madre, que con este tal, aunque el parentesco sea muy lejano, no se ayuntarán con él, por temor de la gran pena y castigo que se les da, como luégo se dirá”. “Hay otro modo de casarse las viudas, y es que, de consentimiento del marido, la mujer se casa con el hermano del marido, y si no tiene hermano, con el pariente más cercano; y esto hacen estos bárbaros porque la mujer que consigo tiene el hermano de la viuda no se vuelva a su pueblo, porque no turan estos casamientos más de cuanto vive uno de los dos desposados, porque en muriendo cualquiera de ellos, las mujeres se vuelven cada una al pueblo do es natural, o a casa de sus parientes; y si muere cualquiera de las mujeres, la que queda viva, si no tiene su marido otra hermana que dar al viudo, se vuelve a casa de su hermano, pero si hay otra que supla por la muerta dársela al viudo, y si no, como he dicho, se vuelve a casa de su madre, hermanos o parientes, a quien tiene tanta sujeción, las mujeres que aunque estén muy contentas con sus maridos, y cargadas de hijos, si su hermano u otro pariente, por defecto de hermanas, le dice que deje el marido y se vaya a su casa, luégo le obedece, sin que ose hacer otra cosa ni su marido se lo pueda estorbar, y lleva consigo sus hijos; y luégo la hermana del marido de esta tal mujer se vuelve a casa de su hermano. Esto suele muchas veces hacerse por pasiones e intereses que entre ellos hay”. “La misma libertad tiene el marido para echar de sí la mujer cada y cuando que quiere, y enviar por su hermana a casa de su cuñado; y todas las veces que estos truecos se deshacen llevan las mujeres todos los hijos que las mujeres han parido consigo, sin que los padres hagan ningún sentimiento ni se lo estorben”.“Todas las mujeres que tiene uno de estos bárbaros habitan y están juntas, sin darse pesadumbre la una a la otra, ni reinar entre ellas discordia por vía de ser más querida la una que la otra. La orden que entre ellas tienen para dormir con su marido es por días, y a la que le cabe hoy tiene aderezado y hecho de comer o cenar a su modo, y las tintas con que lo ha de pintar aderezadas, y en viniendo el marido de la labor o de la guerra beben un vaso de vino de maíz o dos, y luego se va a lavar al río o fuente: después de bien lavado, vuelve a donde su mujer está, la cual le pinta todo el cuerpo de muy galanas pinturas, desde el rostro hasta los pies, y con esto quedan él y ella muy satisfechos de su amor, lo cual acabado cenan las comidas que atrás he referido que estos bárbaros usan con lo cual se van a dormir”. “Una de las causa más evidentes por que se halla tener cada indio de estos tantas mujeres cuantas puede haber, es porque dende que la mujer se siente preñada hasta que pare y ha criado su hijo y quitádole la teta o la leche, no ha de tener ayuntamiento carnal con ella el marido, ni en el ínterin que les 38


baja sus costumbres mujeriles, y como los varones sean muy lujuriosos procuran siempre tener con quién cumplir sus apetitos”. “Las mujeres son muy libres y aun muy desordenadas, como he dicho, en sus actos impúdicos, los cuales, aunque sepan los maridos no les han de castigar de ellos, porque luégo se van en casa de sus hermanos y si les hacen algún sinsabor o disgusto, y así les son los maridos muy sujetos y obedientes contra toda razón, y así son ellas con ellos tan inhumanas que en la hora que el marido cae enfermo, mayormente si la enfermedad tiene insignias de ser larga, toma esta tal mujer a todos sus hijos consigo y vase en casa de su hermano, y la hermana del enfermo, que está casada con el hermano de su mujer, se vuelve a casa de su hermano, cosa cierto de bárbaros. Pues tienen otra ceremonia no menos de reír que las dichas, y es que, perpetuamente, mientras tura el casamiento, la suegra no ha de mirar al rostro al yerno ni el yerno a la suegra, y si se encuentran en algún camino, vuélvense los rostros en contrario uno de otro, y en algunos pueblos tienen hechas trochas o caminos por donde los yernos puedan ir seguros de encontrar con las suegras; y durante el tiempo que la mujer de cualquier indio está en casa de su madre no ha tener en aquella casa ayuntamiento carnal con ella, y cuando lo quisiere tener ha de llegar cerca del bohío de su suegra, y dar ciertos silbos con que es conocido y entendido, y luégo sale la mujer a él y le lleva de comer, y allí tienen sus impúdicos actos. Y porque dije que les hacían señas con silbos, es cierto y averiguado que con cierta manera de silbar con el hueco de entrambas manos juntas hacen, hablan todo el lenguaje, de tal suerte que se entienden y oyen de mucha distancia de camino apartados, con más facilidad que con la voz natural”. “Entre estos bárbaros el adulterio ni otro delito ninguno es castigado con el rigor que el quebrantar el parentesco que por parte de las madres tienen unos con otros, y si se averigua que dos deudos de este parentesco se juntaron carnalmente, los matan a macanazos y palos, porque dicen estos bárbaros que cuando los indios que semejantes maleficios han hecho mueren, que andan por los arcabucos sin cabeza, padeciendo y penando; y así como he dicho, con gran rigor y lealtad, guardan este parentesco, el de los padres, dicen que es incierto y dudoso, por la poca lealtad que entre ellos hay, y así no lo tienen por ningún deudo ni parentesco; y por el temor de esta pena son tan continentes los indios con sus parientas que aunque de su natural son tan lujuriosos ellos y ellas, cuanto se ha dicho, aunque se hallen en lugares muy estrechos y solitarios no se desmandarán a ningún acto impúdico por temor de la pena”. 2-.LOS INDIOS AMANÍES.

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Aguado (1957), afirma que entre estos indios sus “casamientos se hacen entre éstos por vía de trueco, como entre los patangoros, excepto que después de concertado un casamiento para efectuarse y venirse a juntar los dos, ha de pasar término y espacio de cuatro meses, que comúnmente es el discurso de cuatro conjunciones de lunas, en las cuales el varón inquiere y sabe la manera de vivir de su mujer, si ha tenido o tiene buena o mala fama, si es cuidadosa y trabajadora, y si será para criar sus hijos y gobernar y mandar su casa, y otras muchas cosas que la mujer es obligada a saber hacer para el servicio y contento de su marido, como es pintarle galanamente, que es la principal cosa que entre estos bárbaros se usa, y el aderezar el comer en casa. La mujer, por el contrario, en el tiempo dicho, se informa e inquiere y sabe quién es y ha sido el que ha de ser su marido, y si es hombre trabajador y tal que mediante su industria pueda y sepa sustentar su casa y su familia; y si es buen guerrero y valiente batallador y otras cosas que a ellas les conviene saber para su contentamiento, como si es bien acondicionado, afable y bien quisto con sus deudos o parientes o vecinos, ques señal que lo será con su mujer y con los de su casa; y pasados los cuatro meses, si os dos están satisfechos de la información que el uno del otro ha habido, se efectúa y celebra su casamiento en una casa que para este efecto tienen diputada y hecha, donde se congregan todos los del pueblo a cantar y bailar y beber, con que regocijan sus bodas, y allí estos desposados residen cierto tiempo señalado, en el cual un indio que para ello hay diputado les hace en cada día cierta exhortación o parlamento induciéndoles a que vivan bien y en paz y amistad y que ella no haga adulterio ni traición a su marido, sino que le sirva y críe sus hijos como es razón, y haga las otras cosas que debe hacer en utilidad y pro de su marido, casa y familia; y asimismo, particularmente al desposado, encarga el buen tratamiento de la mujer, y el no ser disoluto ni absoluto ni desmandarse en tener exceso con ella cuando está preñada y cría, porque en este caso y en lo de tener muchas mujeres, guardan estos amaníes la orden y regla que los patangoros, excepto que en el sujetarse las mujeres y hacerlas vivir castas y limpiamente usan de todo rigor”. “Estos amaníes, porque después o en la hora que el marido prueba o averigua el adulterio que la mujer le hace, y aunque no lo pruebe sino que a él le sea notorio, que nunca falta quién se lo dice, toma la mujer y pónela en la casa donde se celebró el casamiento, en las cual tienen hechos ciertos retretes o apartamientos algo oscuros, y allí están personas que la aguarden y miren no se salga y huya, al cual lugar han de acudir todos los indios de aquel pueblo que quisieren ir a tener exceso carnal con la adúltera, la cual ha de obedecer sus apetitos a los impúdicos lujuriosos, sin excusarse aunque mucho número de indios acudan a ella al día, y si con este uso y trabajo bestial dentro de cierto tiempo que está limitado y señalado, la tal 40


adúltera no muriese, las guaras que allí está, le van estrechando el comer de suerte que se va consumiendo hasta que de hambre y cansada de sus lujuriosos actos viene a morir en aquella pena, y aunque el marido ame mucho a la tal mujer y la quiera reservar de esta pena y tenérsela consigo, no lo puede ni lo osa hacer, porque demás de ponerse a peligro de que sus parientes lo maten, es habido por público infame, de tal manera que desde en adelante no puede entrar en sus acuerdos ni borracheras y es menospreciado y abatido de todos, y si su adúltera mujer no se puede casar con otra, porque no se la darán, y así vive con mucha miseria y vituperio y menosprecio de todos hasta que muere; y es costumbre entre estos bárbaros que a la adúltera y al carnudo de su marido, después de muertos no se les dé sepultura ninguna, mas llevándolos fuéra del pueblo les ponen los cuerpos en un lugar público y pasajero donde sean comidos de los gusanos, y allí les ponen cierta señal que permanece y tura por mucho tiempo, por lo cual los pasajeros y viandantes conocen estar en aquel lugar los cuerpos de las personas dichas; y con estos ejemplares castigos, como he dicho, viven estos bárbaros entre sí casta y honestamente”. “Si acaso alguna doncella, sin casarse, sino solo por su desordenado apetito, se echa con algún indio, a esta tal se le da y tiene por pena el no poderse casar jamás, sino vivir en perpetua servidumbre de sus padres o parientes más cercanos, y al indio que cometió el estupro se le da por pena que en la casa pública de la borrachera y casamientos esté por espacio de seis meses sin salir della a ninguna parte, haciendo los reparos de que la casa tuviese necesidad, en el cual tiempo no se le da a comer y beber más de una vez al día, lo cual dicen hacer por castigo de los delincuentes y para ejemplo de los presentes que escarmienten y no cometan semejantes delitos” 3-. INDIOS DEL ALTIPLANO CUNDIBOYACENSE De acuerdo con Duarte (1605), “ en el casarse no dicen palabras ni hacen ceremonias ningunas mas de tomar su muger y llevársela á su casa, casanse todas las veces que quieren y con todas las mugeres que puedan mantener y ANSI uno tiene 10 mugeres y otro 20 según la qualidad del indio, y Bogota que era Rey de todos los Caziques tenia 400, esles prohibido el matrimonio en el primer grado y aun en algunas partes del dicho nuevo Reino, en el segundo grado tambien, los hijos no heredan á sus padres, sus haciendas y estados, sino los herederos y si no hay los hijos de los herederos muertos y á estos como que tampoco no le heredan sus hijos sino sus mesmos sobrinos ó primos viene á ser todo una cuenta con lo de aca, salvo que estos bárbaros que van por estos rodeos tienen repartidos los tiempos de meses y años muy al propósito”.

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4-.LOS INDIOS MUZOS Para Aguado (1957), estos indígenas “en sus casamientos no son menos bárbaros que los demás indios, porque como estén o sean naturales de un propio pueblo, aunque entre ellos no haya parentesco ninguno no se pueden casar, y el que tal lo hiciese sería gravemente castigado; y así celebran sus casamientos con mujeres de otros pueblos; toman una, dos y más mujeres, las que puede sustentar, y como sean ellas de diferentes pueblos y el marido tenga hijos en todas, los unos se pueden casar con os otros, porque dicen que por aquella diferencia de las madres no tienen ningún parentesco entre sí los hijos de un solo padre; cosa por cierto de gran barbarería y rusticidad”. “El orden de sus casamientos es hablar el desposado a la madre de la novia que se la dé por mujer, y si ella viene en ello, él le ha de hacer una roza o labranza de maíz junto a la casa de la suegra, y para la desposada ha de dar una o dos mantas, y con esto queda el casamiento hecho, y él se leva su mujer y tiene libertad de dejarla por leves causas, y si ella se quiere apartar de él le devuelve su manta o lo que le ha dado, y con esto queda deshecho el casamiento”. 5-. INDIOS DE LA COSTA DE PANAMÁ. Duarte (1605) indica que estos indios “ tenían matrimonio que tomaban una muger, con la cual se hacia fiesta el dia de su casamiento, que se juntaban todos los parientes della y esta habia de ser de las principales de la tierra y hacian gran convite de beber y los padres la traian y la entregaban al señor ó al que habia de ser su marido, y los hijos desta eran los que heredaban el señorio, ó la casa, tomaban otras muchas mugeres los señores sin esta ceremonia que residian y estaban con la muger principal, la cual por ninguna manera las habia de pedir celos ni tratar mal, mas que las mandaba y la obedecían como á señora. Los hijos destas se tenian por bastardos, y no heredaban ninguna cosa de los padres, con los de la muger principal, mas de los que heredaban la casa los tenian y mantenian como hijos de aquella casa: estas mugeres se habian de guardar unas á otras sopena de muerte. La sodomia tenia por mala y vituperaban al que en ella tocaba, y ansi eran limpios deste pecado”. 6-.LOS INDIOS DEL VALLE DE SANTIAGO EN LA VILLA DE SAN CRISTÓBAL (VENEZUELA). Según Aguado (1957), los habitantes de esta región cercana de Pamplona y de Mérida, “tiene por costumbre de en naciendo el hijo o hija casarlo y 42


darles compañero o compañera de su propia edad, los cuales se crían juntos y duermen juntos y están juntos en su infancia y puericia y juventud sin consumir cópula carnal ni llegar el marido a la mujer hasta tanto a ella le baje su mujeril costumbre y si antes esto hiciese serían entrambos castigados gravemente por sus padres y parientes, porque, como he dicho, entre ellos no hay principales, y si se tiene algún respeto o veneración es a algún pariente que tiene muchos hijos e hijas y posee más labranzas y bienes temporales que los demás, y que por esta vía vive o ha vivido tiránicamente, y que por vía de tiranía se hace respetar y acatar, mas no para que por esta causa pueda castigar civil ni criminalmente ni entremeterse en otras diferencias populares ni particulares, porque en esto tienen ellos su antigua costumbre convertida en ley inviolable y que se guarda enteramente”. “El día que a la mujer le baje su regla la primera vez, da ella noticia de ello a sus padres, os cuales lo hacen saber a todos los demás deudos y parientes suyos, y a los padres y parientes del desposado, todos los cuales se juntan y celebran las bodas con mucho regocijo de bailes y cantos a su modo, mezclados con todo el vino que pueden juntar, y el que allí puede beber más aquel se tiene por mejor; y aunque se emborrache no por eso pierde ninguna reputación, ni honor de su persona, porque entre ellos hay poco rastro de esto ni de honra, que no hay injuria ni afrenta que les dé pesadumbre, ni que les haga aborrecerse los unos a los otros, excepto dos, que son el hurtar y fornicar con mujeres ajenas, como luégo se dirá, pero palabras que injurien ni agravien a ninguno ni que les muevan a ira, no las hay. Acabadas las fiestas de las bodas, que como he dicho, todo es beber, cantar y bailar, luégo les hacen a los desposados su casa aparte donde vivan por sí; porque hasta este tiempo, aunque estaban juntos, estaban en casa de los padres y parientes de la moza o desposada”. “Los adulterios no los venga el marido, sino los hermanos y parientes de la mujer, que es a su cargo el satisfacer esta injuria con matar al fornicador, con que el marido, que es el agraviado, se tiene por satisfecho y se queda con la mujer e n su casa, muy contento; y si esto no se hace, él echa la mujer de sí y la repudia como adúltera y fornicaria, a la cual sin recibir otro daño ni afrenta más que aquesta del repudio, que es muy grande entre ellos, se vuelve a casa de sus padres o hermanos”. “ Si la mujer muere y el marido queda vivo por diez lunas siguientes, que son diez meses, no se ha de lavar ni limpiar ni comer cosa alguna con sus propias manos, sino que se lo ha de dar y poner otro en la boca, y cuando le falte al viudo quien de esto le sirva, abaja el rostro y boca al suelo, a imitación de los otros animales irracionales, toma la comida o bebida entre las muñecas de los brazos y con aquello la lega a la boca. Las mismas ceremonias guarda la mujer si el marido se le muere, por los diez meses siguientes, los cuales ellos cuentan por nucos que ellos dan en una cabuya o 43


hilo grueso: como va pasando la luna o haciéndose la conjunción, ahí van dando el nudo, y pasando este tiempo, por obsequias o cabo de año hacen las mismas ceremonias y regocijos y borracheras que al tiempo que se casó y la viuda o viudo fueron hechas; y con esto dan fin a sus lloros y austera vida”. 7-.LOS INDIOS DE LA PROVINCIA DE NICARAGUA. Sostiene De Herrera (1945 b) que los hombres de estas comunidades “tenían muchas Mujeres, aunque una era legitima i se casaban de esta manera: Tomaba el Sacerdote á los Novios por los dedos menores, metialos en una camarilla, a donde havía fuego, hacialos ciertas amonestaciones; i en muriendose la lumbre, quedaban casados, no la repudiaban, sino hallando, que no era doncella, i tomandola por tal, i muchos las daban á los caciques para que primero las corrompiesen : no dormían con ellas, estando con su costumbre, ni en tiempo de las Sementeras, ni Ayunos: ni comian entonces Sal, ni axí, ni se embriagaban, ni con su costumbre entraban las Mugeres en los Templos: desterraban al que se casaba dos veces ceremonialmente, i daban el hacienda á la primera Muger: repudiabanlas, cometiendo Adulterio; bolvianles sus dotes, i hacienda, i no se podian mas casar: los Parientes de ella eran los afretados y los que vengaban la deshonra: á la muger, que se iba con otro, no la buscaba su Marido, sino la queria mucho, ni recibia de ella pena, ni afrenta; consentianlas tratar con otros Hombres, en ciertas Fiestas del año; eran comunmente malas antes de casar, i casadas buenas. Havia Pueblos de común, a donde escogian las Doncellas los Maridos, entre muchos Mancebos. Quien forzaba virgen, si se quexaba, era Esclavo o pagaba el dote. Enterraban vivo con ella al Esclavo, o criado que dormía con Hija de su Amo. Havia Mugeres públicas, i adonde las havía, apedreaban a los sodomitas”. 8-.INDIOS DE TLASCALA (MÉXICO). Según De Herrera (1945 a), los indígenas “para demostrar a Cortés la buena voluntad, con que le havian acogido, le presentaron mas de trescientas Mugeres hermosas, i mui bien ataviadas, para su servicio, que estaban condenadas a se sacrificadas por delitos, i las dieron a los castellanos por ofrenda: las cuales iban llorando su desventura. No las quiso recibir Cortés, diciendo, que no se permitia en su Religión tener mas de una Muger, i que aquella havia de ser Christiana. Y al fin, porque los indios sienten mucho, que no se admitan sus dadivas, se recibieron algunas, á titulo der servir a Marina, Melinche, que en todas las Platicas, i razonamientos, intervenia, i era mui respetada. Porque se usaba entre los Indios, que una Muger principal, tuviese mucho numero de Mugeres, que la 44


sirviesen: i viendo los Indios, que estas Esclavas, i otras, que siempre iban dando á los castellanos, se hallaban bien con ellos, los Principales les daban despues sus Hijas propias, para que quedasen entre ellos generaciones, de Hombres tan valientes. Y Xicotencatl dio una Hija suia, hermosa, á Pedro de Alvarado, que se llamó doña Luisa Techquilvafin, porque en su Gentilidad no usaban mas Matrimonio, de el que se contraía por voluntad”. “Preciabanse de tener muchas Mugeres, i Xicotencatl tenia quinientas, pero casaba con una, ó dos. No se casaban con hermanas, ni con Madre, Tia, ni Madrastra. Gastaban mucho en los casamientos, i ofrecian todas las Parentelas, porque los de la parte del Desposado, ofrecian el Ajuar, i Ropas para la Desposada, Joias, Esclavos, i Esclavas, Hilo, Algodón, Cofres, Esteras; i los de la parte de la Desposada, Joias, Plumerias, i cosas para el Desposado, con que tenian que gastar grandes tiempos; i después de esto, daban grandes comidas de Aves, Venados, i otras cosas: i duraban estas fiestas, con Juegos, Bailes, i pasatiempos, según la calidad de las Personas. Y estos mismos Ritos tenian, quando paria una Muger, con grandes Presentes, i fiestas: i los niños recien nacidos, los lababan en Agua fria: i tambien se lababan las Mugeres recien paridas; i aunque tenian tantas Mugeres, estimaban mucho, que viviesen honestamente. Y á este proposito aconteció, que un Hijo de Xicotencatl se enamoró de una Mozuela hermosa: pidióla por Muger, llevóla á su Casa con las otras, i la tenia como una de ellas: i después de mucho tiempo, que estuvo en esta figura, se enamoró de algunas de las otras, i usó con ellas del sexo varonil, i en un año que el Señor estuvo ausente, empreño mas de veinte de ellas; i recibiendo de ello gran alteración, se vino á saber de donde havia procedido: i por haber tenido él mismo la culpa de haver metido entre ellas al Hermafrodito, no las hizo matar, aunque las repudió; i caso que para ellas no fue poco castigo, mas al miserable Hermafrodito le mandaron sacar en publico á un Sacrificadero, que estaba para los malhechores, manifestando las gran traicion que havia contra su Señor, Amo y Marido”. De Acosta (1940) informa que “en los matrimonios había su modo de contraerlos. Casábanse los mexicanos por mano de sus sacerdotes, en esta forma: poníanse el novio y la novia juntos, delante del sacerdote, el cual tomaba por las manos a los novios, y les preguntaba que si se querían casar, y sabida la voluntad de ambos, tomaba un canto del velo con que ella traía cubierta la cabeza, y otro de la ropa de él, y atábalos haciendo un ñudo; y así atados, llevábanlos a la casa de ella a donde tenía un fogón encendido, y a ella hacíanle dar siete vueltas alrededor, donde se sentaban juntos los novios, y allí quedaba hecho el matrimonio. Eran los mexicanos, celosísimos en la integridad de sus esposas, tanto que si no las hallaban tales, con señales y palabras afrentosas lo daban a entender con muy grande confusión y vergüenza de los padres y parientes, porque no miraron bien por ella. Y a la que conservaba su honestidad, hallándola tal, hacían muy 45


grandes fiestas, dando muchas dádivas a ella y a sus padres, haciendo grandes ofrendas a sus dioses, y gran banquete, uno en casa de ella y otro en casa de él. Y cuando los levaban a su casa, ponían por memoria todo lo que él y ella traían de provisión de casas, tierras, joyas, atavíos, y guardaban esta memoria los padres de ellos, por si acaso se viniesen a descasar, como era costumbre entre ellos, y no llevándose bien, hacían partición de los bienes conforme a lo que cada uno de ellos trajo, dándoles libertad que cada uno se casase con quien quisiese, y a ella le daban las hijas y a él los hijos. Mandábanles estrechamente que no se tornasen a juntar, so pena de muerte, y así se guardaba con mucho rigor”. 9-.LAS MUJERES DE MOTEZUMA. Afirma De Herrera (1945 a), que este gobernante era el “Gran Príncipe y el Gran Señor. Las Mugeres que Motezuma tenia, que eran las mas hermosas, i las mas nobles de todos sus Reinos, por hacerle fiesta, danzaban de esta manera, ó en los Jardines, ó en la Sala, sin que otro lo viese, sino algunos mui Privados.”. “Havia mil Mugeres, aunque otros dicen, que tres mil, i esto se tiene por mas cierto, entre Señoras, Criadas, i Esclavas. Las Señoras, Hijas de caballeros, que eran muchas, i mui bien tratadas, tomaba para si Motezuma, en especial las que bien le parecian, i las otras daba por Mugeres á sus Criados, i á otros caballeros, i Señores. Y asi dicen, que huvo veces, que tuvo ciento i cincuenta preñadas a un tiempo: las quales, á persuasión de el Diablo movian, tomando cosas para lanzar las criaturas, para estar desembarazadas, para dár soláz á Motezuma, ó porque sabian que sus Hijos no havian de heredar. Tenian estas Mugeres muchas Viejas por guarda, que jamás se apartaban de ellas, no dexando que aun las mirasen los Hombres: porque asi Motezuma, como los Reies sus antepasados, procuraron en su Casa toda honestidad: i castigaban rigurosamente qualquier desacato, i desverguenza, que en ella sucediese; i mui raras veces acontecia esto. Tenian estas Señoras mui gran servicio de Mugeres: andaban á su modo, ricamente aderezadas: labanse muchas veces, porque era Motezuma mui amigo de limpieza” 10-.LOS INDIOS DE CUMANÁ. De acuerdo con De Herrera (1945 b), “poco estiman la Virginidad: las casadas traen Zaragüelles, o Delantales: viven honestas; repudianlas, en cometiendo el Adulterio, i el Marido castiga el adulterio. Los Señores tenian cuantas Mujeres querian, i daban las mas hermosas al Huésped, que les llegaba: los Caballeros enceraban a sus Hijas dos años antes, antes que las casasen, i en tiempo convidaban á las Bodas a los Deudos, i Amigos, las 46


Mugeres de los convidados llevaban la comida, i los maridos los materiales, para hacer la casa, adonde havian de vivir: las Mugeres bailaban, i cantaban a la Novia, i los Hombres al Novio: cortaban los cabellos un poco por delante: comian i bebian, has emborracharse: daban al novio la Muger por la mano; i con esto quedaban casados, lo cual se hacia con las mugeres legítimas, porque las otras las acataban : i los Sacerdotes, á quien tenian por Hombres santos, i Religiosos, no dormian con estas Mugeres, sino con las otras; porque tenian por honrosa costumbre, que ellos las quitasen la Virginidad”. 11-.LOS INDIOS DE LA ESPAÑOLA Comenta De Herrera (1944), que estos indígenas “en los Matrimonios usaban una Muger propia, á quien reverenciaban otras muchas, para usar diferentes maneras de pecados bestiales, i abominables, con cada una á su modo, i entre ellas jamás havia disconformidad. Eran viciosos del pecado nefando, cosa que las Mugeres mucho aborrecian; las quales con los Naturales eran continentes, i con los castellanos deshonestas; los Hombres no usaban con Madres, Hijas, ni Hermanas, en los demás grados no guardaban respeto”. 12-.INDIOS DE LA CIUDAD DE SANTO DOMINGO Para De Herrera (1944), estos aborígenes “Tenian por señal de gran amistad, comunicarse las Mugeres, i Hijas con Amigos, i Huéspedes. El Padre i la Madre tenian por gran honra, que qualquiera tuviese por bien levarle su Hija, aunque fuese Doncella, i tenerla por Amiga, i lo estimaban por confirmacion de amistad”. 13-.LOS COLIMAS DE LA VILLA DE LAS PALMAS Según Aguado (1957), esta población fue fundada en el año de 1561 por Don Antonio de Toledo. Existieron en aquel tiempo “mujeres públicas que con su mal uso se sustentan y mantienen, y dan audiencia a cuantos se lo pagan. Andan estas tales mujeres más galanas que otras ningunas, y no les puede nadie ofender. Viven por sí en sus casas, una y dos y más, las que quieren juntas. Los que van a conversar con ellas les pagan en hacerles las labranzas o rozas de maíz, o en orejeras o caricuries, o en pampanillas y otras cosas de las que tienen. Son conocidas y difieren de las otras mujeres en los trajes, porque siempre andan estas más polidas y galanas y bien tratadas, como he dicho, que otras ningunas mujeres. Son, en su propia lengua maternas llamadas estas tales, putas, según que en la castellana es costumbre llamar a las tales”. 47


“Los casamientos, por la mayor parte son por vía de ferias, que los hermanos truecan las hermanas por mujeres a los hermanos de otros indios y tienen en este caso más señorío los hermanos sobre las hermanas que el padre ni la madre, y algunas veces se casan hermanos con hermanas. Y si un indio es solo y no tiene hermana qué feriar para haber mujer, conciértase con el padre y la madre de la con quien pretende casar, y háceles una roza o labranza de maíz, porque se la den por mujer; pero no la ha de llevar a su casa ni sacarla de poder sus padres hasta que la tenga preñada, que empreñándola la puede llevar a donde quisiere; de suerte que si nunca empreña la mujer, nunca la ha de sacar de la casa de sus padres, y cuando éstos le faltaren, ha de estar en casa del pariente más cercano. Los indios que no quieren hacer las rozas de maíz dan a los padres de la moza cuatro vueltas de cuentas blancas de hueso, que cada vuelta es del codo a la mano, y con este pagamento se puede levar su mujer donde quisiere. Y la fiesta y borrachera que en regocijo de las bodas se suele hacer, la hacen los parientes de la novia su propia costa. Algunos indios toman las mujeres de ocho o diez años, y dicen que lo hacen por hacerlas a su condición y costumbre; y algunas buenas viejas hay que con el dedo corrompen a sus hijas pequeñas, diciendo que porque después, cuando crecidas y grandes las vengan a casar, ni ellas padezcan dolor ni sus maridos fuerza”. 14-. LOS INDIOS DE LA PROVINCIA DE CASTILLA DE ORO. De Herrera (1945 a), afirma que “Quando los Principales se casaban en aquel Dia se juntaban todos los Parientes de la Muger, i se hacia un gran Combite: entregabanla al Marido, i los Hijos de esta heredaban el Señorío, porque las otras Mugeres que tenian, no eran recibidas con esta ceremonia, ni la legitima en ninguna manera las havia de pedir celos, ni tratar mal, sino que las mandaba, i era de ella obedecida, i servida, i unas á otras se guardaban, so pena de muerte, i sus Hijos eran tenidos por bastardos, i eran alimentados de los legitimos, que heredaban el Señorío. La Sodomía era aborrecida, porque vituperaban en gran manera al que la usaba”. 15-. INDIOS DE PANAMÁ. Duarte (1605), afirma que en esta región habia mucha mugeres hermosas, y tenian por costumbre los padres cuando eran doncellas para casar, enviarlas á ganar para su casamiento; y ansi andaban por toda la tierra ganando públicamente, y de que tenian ajuar ya para su casa y para poder poner algun trato, volvianse á casa de sus padres y casabanlas, y los maridos les eran tan sujetos, que si ellas se enojaban los echaban de casa, y aun ponian las manos en ellos; haciendoles servir y hacer todo lo que á un mozo podrian mandar, y él se iba á los vecinos á rogarles que viniesen á rogar á 48


su muger que le recibiese y no hubiese mojo. Esto no era entre generales, sino los que no tenian lo que habia menester; tenian otra costumbre que cuando se casaban algunos, la noche antes habia de dormir con la novia uno que tenia por papa que residia en la mezquita”. 16-.INDIOS DE LA REGIÓN NORTE DE LA GOBERNACIÓN DE POPAYÁN (Anserma, Irra y otros): 1539-1541. En unos escritos atribuidos al Mariscal Robledo se puede leer lo siguiente: “Las mujeres que los señores toman son hijas de señores de la comarca i toman diez o doce mujeres, i cuando duerme, duerme entremedias de todas, i otras veces con una, i como se le antoja. Guárdase entre los indios desta tierras hasta el hermano y hermana i a la sobrina i fasta el tercero grado; de allí arriba no. Cuando una mujer de un señor está preñada de cinco meses, luego se aparta de su marido e se va a su tierra, porque todas las mujeres que tiene son hijas de señores de otros pueblos, i envíala allá hasta que pare, hasta que la criatura es de tres años i no la torna a ver. I tienen esta costumbre, que entre todas estas mujeres que tienen, la primera que pare hijo se tiene por principal de todas, i el hijo hereda; y desde que se crian los tienen en mucha veneración los vasallos, aunque el padre sea vivo; i por consiguiente, si el mayorazgo muere, queda en el segundo, i si no hay hijo, hereda hija. Son en gran manera amigos de mujeres los hombres, porque con el vicio que tienen de beber (i) todo es accidente i aparejo para aquel efecto, es gran cosa de ver las criaturas que nacen i los hijos que paren todas las mujeres, que no se pasa año que no paren” (Patiño, 1985). “Los indios naturales destas provincias son gente bien tratada i tienen a sus señores en mucho; tráenlos en hombros cuando van(a) alguna parte que ellos se han de mostrar; e ansí los traían cuando me venían a ver de paz. Usan de llevar consigo diez o doce mujeres mui bien aderezadas, i hermosas, i cuando lo abajan de los hombros los indios, lo toman estas mujeres sin que toquen al suelo, y los asientan encima de sus muslos y otros le toman los pies porque no le lleguen al suelo, por mayor veneración. Aquellas mujeres de las que trae consigo, las más dellas son sus mujeres i otras criadas” (Patiño, 1985). 17-.LOS REYES INGAS DEL PIRÚ. De acuerdo con De Acosta (1940), muerto el Inga que reinaba en el Pirú, sucedía su hijo legítimo, y tenían por tal el que había nacido de la mujer principal del inga, a la cual llamaban Coya; y ésta, desde una que se llamó Inga Yupangui, era hermana suya, porque los reyes tenían por punto casarse con sus hermanas, y aunque tenían otras mujeres o mancebas, la sucesión en el reino era del hijo de la Coya. Verdad es que cuando el rey 49


tenía hermano legítimo, antes de suceder el hijo, sucedía el hermano, y tras éste, el sobrino de éste e hijo del primero”. 18-.HOMOSEXUALISMO. En jurisdicción del territorio Inca había ciertos territorios con costumbres tan diversas como las que refiere Duarte (1605). Dice el autor que “desde San Miguel comienza ya la tierra hacia el norte y Puerto viejo, ya de otra calidad, que llueve por sus tiempos y es tierra mas cálida, y la gente muy diferente de la otra: salen á la mar á sus pesquerias y navegan por la costa con balsas hechas de unos palos livianos y tan fuertes, que la mar tiene harto que hacer para desbaratillos: llevan en ellas caballos y mucha gente; navengalas con sus velas como navio. En esta Provincia de Puerto viejo hay en la mayor parte della tanta desolucion en la sodomia que traian los muchachos públicamente por mugeres, y á las mugeres hacen servir como esclavos. Lo cual en lo demas de aquellas tierras se tiene por malo y lo castigan”. De acuerdo con los relatos de varios investigadores, el homosexualismo no estuvo generalizado en el territorio hispanoamericano. Al respecto, Cieza de León, citado por Patiño (1985), después de sus recorridos por el Valle del Cauca y en compañía de Jorge Robledo, se refiere al mismo de la siguiente manera: “El pecado nefando no he oído que éstos ni ninguno de los que quedan atrás usen; antes, si algún indio por consejo del diablo comete este pecado, es tenido dellos en poco y le llaman mujer”.

BIBLIOGRAFÍA Aguado, Fr. P. Recopilación Historial. Biblioteca de la Presidencia de la República de Colombia. Primera Parte. Tomo I. 1956. 672 p. Aguado, Fr. P. Recopilación Historial. Biblioteca de la Presidencia de la República de Colombia. Primera Parte. Tomo II. 1957. 585 p. Aguado, Fr. P. Recopilación Historial. Biblioteca de la Presidencia de la República de Colombia. Segunda Parte. Tomo III. 1957 a. 526 p. De Acosta, J. Historia natural y moral de las Indias. Fondo de cultura económica. México. 1940. 638 p. De Herrera, A. Historia General de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firme de el mar océano. Tomo I. (Período de 1726 a 1730). Editorial Guarania. Buenos Aires. 1944. 399 p. 50


De Herrera, A. Historia General de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firma de el mar océano. Tomo II (Período de 1726 a 1730). Segunda Década. Editorial Guarania. Buenos Aires. 1945 a. 392 p. De Herrera, A. Historia General de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firme de el mar océano. Tomo IV. (Período de 1726 a 1730). Editorial Guarania. Buenos Aires. 1945 b. 387 p. Duarte, A. Relación anónima de la Costa sur del Istmo de Panamá. 1605. 543 p. Patiño, V. M. Ojeada sobre los pueblos indígenas de la fosa central del cauca y su zona de influencia en la época de la conquista. EN: Cespedesia XIV, Nº 51-52, p. 13- 117. 1985.

PARTE IV: LAS SUPERSTICIONES O CEREMONIAS QUE USABAN CON LOS DIFUNTOS. INTRODUCCIÓN. Tanto los antepasados como los humanos actuales, han demostrado especial veneración por sus difuntos. Este comportamiento puede estar relacionado con el temor al mas allá, a posibles represalias de parte de sus familiares fallecidos o para alcanzar por su intermediación, grandes favores o premios a sus deseos. El dolor por el ser querido desaparecido o el miedo desatado por su fallecimiento pueden conducir a comportamientos muy particulares, como enterrar a los difuntos con todas sus pertenencias (tiempo pasado) o instalar en las modernas acrópolis, equipos de sonido para difundir la música preferida por el finado. Vale la pena rescatar del olvido los relatos de ritos y ceremonias, registrados en sus interesantes escritos por los cronistas ya desaparecidos. 1-.LOS INDIOS DEL PERÚ. 1.1-. SACRIFICIOS DE HUMANOS. Afirma De Acosta (1940), que “viniendo a nuestros indios, por los mismos pasos que pinta la Escritura vinieron a la cumbre de sus idolatrías. Primeramente los cuerpos de los reyes y señores procuraban conservarlos, y permanecían enteros. Sin oler mal ni corromperse, más de doscientos 51


años. De esta manera estaban los reyes ingas en el Cuzgo, cada uno en su capilla y adoratorio, de los cuales el Virrey Marqués de Cañete (por extirpar la idolatría) hizo sacar y traer a la ciudad de los Reyes tres o cuatro de ellos, que causó admiración ver cuerpos humanos de tantos años con tan linda tez y tan enteros. Cada uno de estos reyes ingas, dejaba todos sus tesoros, y hacienda y renta, para sustentar su adoratorio, donde se ponía su cuerpo y gran copia de ministros y toda la familia dedicada al culto. Porque ningún rey sucesor usurpaba los tesoros y vajilla de su antecesor, sino de nuevo juntaba para sí y para su palacio. No se contentaron con esta idolatría de los cuerpos de los difuntos, sino que también hacían sus estatuas, y cada rey en vida hacía un ídolo ó estatua suya, de piedra, la cual llamaba guaoiqui, que quiere decir hermano, porque a aquella estatua en vida y en muerte se le había de hacer la misma veneración que al propio inga, las cuales levaban a la guerra y sacaban en procesión para alcanzar agua y buenos temporales, y les hacían diversas fiestas y sacrificios”. Agrega este autor que “comúnmente creyeron los indios del Pirú, que las ánimas vivían después de esta vida, y que los buenos tenían gloria y los malos penas, y así en persuadirles estos artículos hay poca dificultad. Mas de que los cuerpos hubiesen de resucitar con las ánimas, no lo alcanzaron, y así ponía excesiva diligencia, como está dicho, a conservar los cuerpos y honrarlos después de muertos. Por esto sus descendientes les ponían ropa y hacían sacrificios especialmente los reyes ingas en sus entierros habían de ser acompañados de gran número de criados y mujeres para el servicio de la otra vida; y así el día que morían, mataban las mujeres a quien tenían afición, y criados y oficiales, para que fuesen a servir a la otra vida. Cuando murió Guanacaza, que fue padre de Atahualpa, en cuyo tiempo entraron los españoles, fueron muertas mil y tantas personas de todas las edades y suertes, para su servicio y acompañamiento en la otra vida. Matábanlos después de muchos cantares y borracheras, y ellos se tenían por bienaventurados; sacrificábanles muchas cosas, especialmente niños, y de su sangre, y hacían una raya de oreja a oreja, en el rostro del difunto”. 1.2-. COMIDAS Y BEBIDAS. De Acosta (1940), sostiene que “hay otra mucho mas común y general en todas las Indias, de poner comida y bebida a los difuntos sobre sus sepulturas y cuevas, y creer que con aquello se sustentan, que también fué error de los antiguos, como dice San Agustín. Y para este efecto de darle comer y beber, hoy día muchos indios infieles desentierran secretamente sus difuntos, de las iglesias y cementerios, y os entierran en cerros o quebradas, o en sus propias casas. Usan vestirles ropas nuevas y provechosas, dobladas debajo de la mortaja. Creen que las ánimas de sus difuntos andan vagando, y que sienten frío y se, y hambre y trabajo, y por eso hacen sus aniversarios llevándoles comida, bebida y ropa”. 52


2-. INDIOS MEXICANOS. 2.1-. USO DE MORTORIOS. Relata De Acosta (1940) que “era oficio de sacerdotes y religiosos en México, enterrar a los muertos, y hacerles sus exequias, y los lugares donde los enterraban, eran las sementeras y patios de sus casas proprias; a otros llevaban a los sacrificaderos de los montes: otros quemaban y enterraban las cenizas en los templos, y a todos enterraban con cuanta ropa, y joyas, y piedras tenían y a os que quemaban, metían las cenizas en unas ollas, y en ellas las joyas, y piedras y atavíos, por ricos que fuesen. Cantaban los oficios funerales como responsos, y levantaban a los cuerpos de los defuntos muchas veces, haciendo muchas ceremonias. En estos mortuorios, comían y bebían, y si eran personas de calidad, daban de vestir a todos los que habían de acudir al enterramiento. En muriendo alguno, poníanle tendido en un aposento, hasta que acudían de todas partes los amigos y conocidos, los cuales traían presentes al muerto, y le saludaban como si fuea vivo; y si era rey o señor de algún pueblo, le ofrecían esclavos para que los matasen con él, y le fuesen a servir al otro mundo. Mataban así mismo al sacerdote que dentro de casa les administraba las ceremonias, y así le mataban para que fuese a administrar al muerto. Mataban al maestresala, al copero, a los enanos, y corcobados, que de éstos se servían mucho, y a los hermanos que más le habían servido, lo cual era grandeza entre los señores servirse de sus hermanos y de los referidos. Finalmente, mataban a todos los de la casa, para llevar a poner casa al otro mundo. Y porque no tuviesen allá pobreza, enterraban mucha riqueza de oro, plata y piedras, ricas cortinas de muchas labores, brazaletes de oro y otras ricas piezas, y si quemaban al difunto, hacían lo mismo con toda la gente y atavíos que le daban para el otro mundo. Duraban las exequias diez días de lamentables y llorosos cantos”. 3-.INDIOS TLASCALTECAS De acuerdo con De Herrera (1945 a), que estos indígenas “fueron mui amigos de poner sus Hechos en Cantares: i en los casos funestos cantaban Endechas, i en los mortuorios lloraban: comian y bebían en la casa del difunto; i estas eran las Obsequias que hacian. En muriendo un Señor, mui ataviado, peinado, i compuesto, i el rostro descubierto, le ponian en unas Andas asentado: i si era Rei, de la misma manera: iba con la Mitra en la cabeza, i los Principales de la republica le levaban, acompañado de sus Hijos, i Mugeres, lamentando, i otros Personages, publicando sus Hazañas. Si el quemaban, se echaban en la hoguera con él, las Mugeres, que mas queria, vivas, i algunas Esclavas, i Esclavos, que decian, que iban á la otra 53


vida, i Enanos, i Corcovados, con mucha comida, i riqueza de Oro, Ropa, i Plumeria, para el camino, que llevasen, hasta llegar á la gloria, i lugar para los Dioses: porque entendian, que havia gloria, i premio para los buenos, i castigo para los malos; i si le enterraban en Sepulcros, que usaban, de Bobedas, los enterraban vivos”. 4-.INDIOS DE LA ESPAÑOLA Los habitantes de esta isla del caribe tenían la siguiente costumbre: “Quando moría algun Cacique, le abrian i le secaban al fuego para que se conservase entero, i le enterraban en alguna Cueva, o parte hueca, adonde le ponian PANM Vino i sus Armas: i der las Mugeres que tenia, la que queria mostrar, que le havia amado mas, se encerraba con él, i alli moria, i algunas veces eran dos. De la Gente del Pueblo, solamente guardaban la cabeza de los que morian: quando los vian en punto de muerte, los ahogaban; i esto, por la mayor parte, se hacia con los Caciques: i á otros los sacaban de la casa, i á algunos metian metian en una Hamaca, que eran sus camas, i con Pan, i Agua á la cabecera, los dexaban solos, sin Bolverlos á ver. A otros, que estaban mui malos, los llevaban al Cacique él decia, si los havian de ahogar: tanto estaban sujetos á sus Señores. Creian, que despues de muertos iban á un Valle, el qual entendia cada Cacique Principal, que estaba en su Tierra, i alli afirmaban , que havian de hallar á sus Padres, i Antecesores, i que tenian Mugeres, i comian, i se daban á todo genero de placer” (De Herrera, 1944). 5-.INDIOS DE LA REGIÓN CUNDIBOYACENSE. Dice Duarte (1605), que “ en lo de los muertos entiérranlos de dos maneras: métenlos entre una mantas muy liados sacándoles las tripas y o demas de las barrigas y echándoselas de su oro y esmeraldas y sin esto les ponen también mucho oro por de fuera á raiz del cuerpo, y encima todas las mantas liadas y hacen unas como camas grandes un poco altas del suelo y en unos santuarios que solo para estos muertos tienen dedicados, los ponen y selos dexan alli encima de aquellas camas sin enterrar para siempre de lo cual después no han habido poco provecho los españoles. La otra manera de enterrar muertos es en el agua, en lagunas muy grandes metidos los muertos en ataúdes y de oro si tal es el indio muerto y de dentro del ataud el oro que puede caber y mas las esmeraldas que tienen puestas allí dentro del ataud con el muerto lo echan en aquellas lagunas muy hondas en lo mas hondo dellas”. 5-. INDIOS PATANGOROS 5.1-. LAS EXEQUIAS 54


De Acuerdo con De Acosta (1940), “ las ceremonias que usan con los muertos son en esta forma: júntanse en casa del muerto todas las hermanas y parientes y lo primero que hacen es amortajarle, atándole los pulgares de los pies juntos uno con otro y las piernas una con otra, por cima de la rodilla, y tras esto lo pintan todo el cuerpo de diversos colores , lo mas galanamente que puede ser pintado; y entre las demás tintas con que pintan a estos muertos, la blanca y amarilla no se usa de ellas en otros regocijos sino es en mortuorios, porque las tienen estos bárbaros aplicadas a este efecto, y luego le ponen todas las joyas que tienen y se hallan en su poder, que son cuentas blancas, que entre ellos las había antiguamente, y plumajes y otras maneras de galanerías hechas de plumas de aves de diversas colores, y puestos en este estado le revuelven por mortaja una estera al cuerpo; y conclusas estas ceremonias del amortajamiento, por algún espacio de tiempo todas las mujeres que están presentes le lloran con una manera de endechas y cantares dolorosos y que incitan a tritura, dichos por buen concierto y compás, que en sólo esto parece que tienen policia. Estos bárbaros lo que en los cantares dicen es las fuerzas de que el difunto había usado en la vida, loándole de virtuoso, bien acondicionado y hombre trabajador y sustentador de su casa y familia y de la honra, buen guerrero y animoso; y por aquí van discurriendo hasta acabar de decir todo lo que de él saben y han oído y entendido, y con esto lo levan a sepultar, y al tiempo de charle en la sepultura se hace otra ceremonia en el muerto, no menos bárbara que las demás. Llégase a él un viejo, así como de los de su familia y el mas principal de ella, y con una flecha que trae en la mano da tres punzadas al difunto en el labio bajo de la boca, y en las asillas entre los hombros y el pescuezo le da cada tres punzadas y en los lomos hace lo mismo, y luego le atraviesa la flecha por entre la barriga y la mortaja, lo cual dicen hacer porque el demonio debajo de llevar consigo al difunto aquestas ceremonias y flechas, está obligado a hacerle allá todo buen tratamiento y amistad; y conclusa esta última superstición lo entierran en su sepultura, y le cubren el cuerpo con tierra”. 5.2-. LAS ÁNIMAS DE LOS DIFUNTOS. “Sobre el paradero de estas ánimas tienen diversas opiniones, porque unos dicen que van a parar a las riberas del río grande de la Magdalena, a donde hay mucha caza, montería y pesquería, y de todos otros géneros de mantenimientos y bebidas, porque la principal felicidad de estos bárbaros sea el comer y beber, aplican por lugares aptos y cómodos para las ánimas de sus difuntos aquellos donde ellos les parece que hay mas abundancia y fertilidad de comidas y bebidas; otros tienen por opinión que estas ánimas de sus difuntos van al otro hemisferio y parte del mundo a quien comúnmente solemos llamar antípodas, y para significar esto dicen que 55


van donde el sol va a dormir o está cuando donde ellos habitan es de noche, lugar que ellos figuran asimismo abundantísimo de todos los géneros de comidas, porque como he dicho, su fin de estos miserables es dar a las ánimas lugar de mantenimientos; y esto dicen haber sabido de muchos difunto, parientes y hermanos suyos, que volviendo a este mundo se lo han dicho, cosa no menos por cierto de reír y aun de llorar que las demás que el malvado demonio, tomando forma de hombre, se les aparezca a estos miserables fingiendo ser sus parientes difuntos, y para darles más priesa, a que aborrezcan esta vida y vayan a gozar de los tormentos infernales, les diga y dé a entender que los lleva a donde hay mucha abundancia de comidas y bebidas; y esto tienen tan creído los indios que, como en lo atrás escrito, se sabe y ha visto, muchos por irse con tiempo a gozar de estas falsas promesas, se ahorcaban en tiempo de necesidad, y aún sin ella, con cualquier leve enfermedad, se dejaban morir con decir “ voy a ver a mis hermanos y parientes, y a comer y beber sin trabajar” (Aguado, 1957). 6-. INDIOS MOSCAS DEL RINCÓN DE VÉLEZ. Cuenta Aguado (1957 ) que “en sus entierros y otras ceremonias y ritos siguen la costumbre de los demás indios moscas de quien atrás se ha escrito largo, aunque estos lo hacen más bestialmente, porque después de hecha la sepultura, que es un hoyo hondo y redondo y tal cual conviene, hacen en lo hondo de él una barbacoa a manera de descanillo o banquillo donde asientan el difunto, y con él meten a la más querida mujer que tienen y a los esclavos y esclavas que le sirven, todos vivos, y todas sus armas y múcuras o cántaros y piedras de moler, y casi todas las baratijas señaladas que hay en casa, y todo el oro que tiene, lo cual le ponen por las orejas y narices y en la boca y en otras partes de su cuerpo; y luego les cubren el hoyo de surte de que quede hueco en donde está el muerto y la demás gente, pero de suerte que jamás puedan salir de allí; y esto solamente lo hacen los caciques y algunos capitanes de mucho posible”. 7-.INDIOS CHERIGOTOS, PARAGOTOS Y PITAGOTAROS Según Aguado (1957 a), En los mortuorios de los caciques y señores, llamados por ellos los principales, efectuaban las siguientes ceremonias: “ Tomaban el cuerpo del cacique muerto y embijábanlo todo, que es darle color o untarlo con un betún colorado de que generalmente todos los indios de las Indias usan, y componiendo de todas las joyas de oro y cuentas que en vida tenían de más estima y valor, y asentábanlo en una barbacoa o cañizo que tenían o le hacían aposta, y luégo le ponían fuego por debajo templadamente, de suerte que se iba consumiendo el humor del cuerpo y no quemando, y allí lo tenían hasta que se acababa de tostar y secar muy bien, 56


lo cual turaba algunos días, en los cuales ocurrían todos los súbditos del señor y moradores circunvecinos a dar el pésame a la madre o parientes del muerto; en el cual tiempo tenía por oficio una india vieja de salir a la plaza o sitio donde el cuerpo del cacique estaba secando, compuesta de ciertas sartas de corales a manera de pretales de cascabeles, y con paso y semblante triste, al son que los cascabeles hacían, cantaba con triste canto las proezas y valentías que en su vida hizo el muerto, unas veces sacando a vista de todos el arco con que peleaba, otras las flechas, otras la macana, otras la lanza, y así discurría por todo lo que había que sacar, no callando en sus lamentables endechas las fiestas, convites y regocijos y otras cosas que a ella le parecían que eran grandeza del señor; lo cual turaba, como he dicho el tiempo que se tardaba en consumir la humedad del cuerpo, y aun la carne, hasta quedar los huesos solos; e ya que no había más que el fuego por gastar, limpiaba muy bien los huesos de la seca carnosidad que encima les quedaba, y untándolos con bija, metíanlos en un cataure o cestillo y colgábanlos en la cumbrera de su bohío. Para este día de esta última ceremonia, los parientes del muerto tenían aderezado muy largamente de comer y beber a su modo de todos los géneros de comida que podían haber de los que ellos usaban; y en una plaza donde se había hecho las antecedentes ceremonias, tendían en el suelo muy gran cantidad de tortas de casabe y sobre ellas muchas presas de venado asado en barbacoa, y sentándose por su orden, los principales primero, comían y bebían y aun se emborrachaban muy bien, y conclusa la comida se concluye el llanto y tristeza y cada cual se volvía a su casa, y si en el ínterin que se hacían las ceremonias dichas en el cacique, legaba algún español y les tomaba de las joyas que el muerto tenía sobre sí, no osaban contradecírselo aunque pudiesen, antes con muy grandes ruegos se lo tornaban a comprar como si no fuera suyo, y le daban por ello más de lo que valía por parecerles que iría descontento el muerto sin su hacienda y joyas”. 8-. LOS INDIOS SAES DE LA PROVINCIA DE SAN JUAN DE LOS LLANOS Presentaban comportamientos similares a los Cherigotos, Paragotos y Pitagotaros. Aguado (1956) relata que estos indios “ ponen el cuerpo del difunto en una barbacoa o lecho, y allí debajo le ponen fuego para que se ase, y a medio asar lo sacan del fuego y quitan de la barbacoa, y allí lo parten por suertes entre los parientes más cercanos del muerto; y si las personas a quien cupo aquesta carne es pobre y no puede hacer el gasto del vino que es necesario para hacer borrachera o convite general, con el vino que tiene, él su mujer e hijos se comen el cuarto del muerto que les cupo y beben tanto vino hasta que de embriagados se caen dormidos en el suelo, y allí se quedan y están hasta que otro día les amanece y recuerdan, 57


olvidados de la tristura del día pasado, porque el comer de la carne del muerto, aunque en ella intervino el beber, la celebran con grandes llantos y tristura, todo lo cual les hace olvidar el vino. Los indios que son ricos y tienen abundancia de yuca y maíz para hacer convite general, luégo que les dan su cuarto de parte del muerto lo hacen ceniza y polvos, los cuales guardan en una múcura o cántaro, en el ínterin que el vino necesario se hace, y después de hecho, el que hace las fiestas u obsequias del muerto, convida a los demás del pueblo, y congregados todos en casa del que convida, se celebran las obsequias mezcladas con fiesta, de la propia suerte que los Guayupes; y sólo comen estos indios Saes este género de carnes de sus difuntos y no otro ninguno de ninguna condición que sea ni de aves”. 9-.LOS ZIPAS, XEQUES Y USAQUES. Acosta (1971) dice que “luego que el Zipa moría, los Xeques le sacaban las entrañas y llenaban las cavidades con resina derretida; introducían después el cadáver en un grueso tronco de palma hueco, forrado de planchas de oro por dentro y por fuera, y lo llevaban secretamente a sepultar en un subterráneo que tenían hecho desde el mismo día que comenzaba a reinar, en parajes lejanos y ocultos. De todos los panteones más o menos suntuosos imaginados por la adulación para los soberanos, el de los Zipas de Bogotá ha sido hasta hoy el único que no ha sido violado por la posteridad, por la sencilla razón de ignorarse dónde se halla, a pesar de las exquisitas diligencias que la codicia ha hecho por encontrar alguna de las tumbas. Con los cadáveres de los Usaques y otros indios principales sepultaban en bovedas a sus mujeres más queridas, y a cierto número de sirvientes, a quienes se hacía tomar el zumo de una planta narcótica para privarlos del conocimiento; además ponían en la sepultura mantenimientos, joyas de oro, las armas y la chicha, bebida a que eran tan aficionados. Lloraban por seis días a sus difuntos, y les hacían aniversarios. Al común de las gentes se sepultaban también con sus alhajas, armas y mantenimientos, en los campos, sin ninguna señal exterior, cuidando sólo de plantar un árbol encima para proteger el sepulcro, pero jamás desnudos, sino revestidos de sus mejores mantas”. 10-. LOS INDIOS DE CALI Los indígenas de esta región eran los súbditos del señor Petecuy. De acuerdo con Cieza de León, citado por Patiño (1985), usaban como ceremonias con sus difuntos las siguientes: “Cuando los Principales morían, hacían grandes y hondas sepulturas dentro de las casas de sus moradas, adonde los metían bien proveídos de comidas y sus armas y oro, si alguno tenían. No guardan religión alguna, ni tampoco se les halló casa 58


de adoración. Cuando algún indio dellos estaba enfermo se bañaba, y para algunas enfermedades les aprovechaba el cocimiento de algunas yerbas, con la virtud de las cuales sanaba algunos dellos”. 11-. INDIOS DE POPAYÁN. Según Cieza de León, citado por Patiño (1985), estos nativos “ no tienen conocimiento de la inmortalidad del ánima enteramente; mas creen que sus mayores tornan a vivir; y algunos tienen (según a mi me informaron)que las ánimas de los que mueren entran en los cuerpos de los que nacen; a loa difuntos les hacen grandes y hondas sepulturas, y entierran a los señores con algunas de sus mujeres y haciendas, y con mucho mantenimiento y de su vino; en algunas partes los queman hasta los convertir en ceniza, y en otras no más de hasta quedar el cuerpo seco”. 12-. INDIOS DE LA PROVINCIA DE HUMBRA (ANCERMA) Los indios de esta región, dice Robledo (1539-1541), citado por Patiño (1985), “la manera que tienen de enterrarse cuando muere algún señor, es en el campo, en parte escondida e ansí hacen la sepotura con criados i gente que guarde secreto dónde está, i primero que le entierren, le ponen entre dos fuegos en una barbacoa amanera de parrillas a desainar, hasta que se para mui seco, i después de mui seco, le embijan con aquella bija colorada que ellos estando vivos se ponen, i pónenle su chaquira en las piernas i brazos i todas las joyas de oro que él estando vivo se ponían en sus fiestas, i envuélvenlo en muchas mantas de algodón, que para aquel efecto tienen hechas y guardadas de mucho tiempo, i es la cantidad de mantas que ponen tanta, que hacen un bulto como un tonel, que veinte hombres que tienen harto que alzar, i van tan por orden puestas i cosidas, que hai que deshacer en él para quitárselas cuando alguno se topa mucho. I después de puesta toda esta ropa, estando él en medio della envuelto en sus algodones, le llevan a la sepoltura que tienen hecha i allí matan dos indios de los que a él le servían i pónenle el no a los pies i el otro a la cabeza. La sepoltura es mui honda e de dentro hecha una gran bóveda que pueden estar cuatro de a caballo, con una puerta que se cierra con unos palos que no se pudren, i ansí queda el cacique en esta bóveda, i cerrada esta puerta, se salen los indios que metieron al cacique e hinchen de tierra aquel hoyo que han hecho, ques mui grande de cuatro o cinco estados en alto i queda el cacique metido en hueco, i para que no se vea que allí (ha) habido sepultura ni señal Della, labran encima i siembran maíz o otras cosas, por manera que no se vea ni haya señal. Cuando al cacique meten en aquella bóveda, a un cabo della ponen sus armas e sillas en que se solía asentar, i tazas en que solía beber, e vasijas llenas de vino i platos llenos de las maneras de manjares 59


que él solía comer, i dicen que lo hacen para que coman de noche, i ansí escuchan de noche encima de la sepultura muchos días, para ver si lo oirán, e como ellos son abusioneros e milagrosos e cualquier cosa creen, especialmente algunos que entre ellos hay maestros, hacen creer que hablan e que come e que pregunta por sus padres i por su gente. Primero que lo entierren, le tienen muerto en casa más de dos meses e cada noche hacen fiestas de borracheras e allí le lloran e allí le alaban de las hazañas que solía hacer, a manera de endechas”.

BIBLIOGRAFÍA Aguado, Fr. P. Recopilación Historial. Biblioteca de la presidencia de la República de Colombia. Primera Parte. Tomo I. 1956. 672 p. Aguado, Fr. P. Recopilación Historial. Biblioteca de la Presidencia de la República de Colombia. Primera Parte. Tomo II. 1957. 585 p. Aguado, Fr. P. Recopilación Historial. Biblioteca de la Presidencia de la República de Colombia. Segunda Parte. Tomo III. 1957 a. 526 p. De Acosta, J. Historia natural y moral de las Indias. Fondo de cultura económica. México. 1940. 638 p. De Herrera, A. Historia General de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firme de el mar océano. Tomo I. (Período de 1726 a 1730). Editorial Guarania. Buenos Aires. 1944. 399 p. Herrera, A. Historia General de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firma de el mar océano. Tomo II (Período de 1726 a 1730). Segunda Década. Editorial Guarania. Buenos Aires. 1945 a. 392 p. Patiño, V. M. Ojeada sobre los pueblos indígenas de la fosa central del cauca y su zona de influencia en la época de la conquista. EN: Cespedesia XIV, Nº 51-52, p. 13- 117. 1985.

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