InĂŠs Cornejo Potugal (UAM-C) Luis Alfonso Guadarrama Rico (UAEM) Coordinadores
CONTENIDO Presentación
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Retos de los Estudios de Comunicación para el nuevo milenio: ¿Disciplina o transdisciplina? María del Carmen de la Peza Casares Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco
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La comunicación entre ciudadanos e instituciones mediada por la tecnología. Un estudio en México Salvador de León Vázquez Universidad Autónoma de Aguascalientes
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En defensa propia. El papel de las audiencias y sus defensores en la era de las redes sociales Jerónimo Repoll Universidad Autónoma de la Ciudad de México
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Jóvenes, “¿Un lujo de clase?”. Juventud y actitudes políticas hacia el 2012 Victoria Isabel Corduneanu Universidad Autónoma de la Ciudad de México
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Audiencias y ciudadanos Jóvenes. Análisis de prácticas políticas entre jóvenes universitarios en Internet María Rebeca Padilla de la Torre Universidad Autónoma de Aguascalientes
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Teléfonos Personales: Usos Sociales en Jóvenes Universitarios (Primera Aproximación) Luis Alfonso Guadarrama Rico Universidad Autónoma del Estado de México
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Análisis de la espectacularización y el infoentretenimiento en la teleivisión mexicana Maricela Portillo Universidad Iberoamericana
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Interculturalidad y radio de servicio público. Hacia un modelo de comunicación Vicente Castellanos Cerda Universidad Autónoma Metropolitana - Unidad Cuajimalpa
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“Si llegamos a Diciembre”. Documental Sonoro entre mayas yucatecos para contribuir al cambio social Inés Cornejo Portugal Universidad Autónoma Metropolitana - Unidad Cuajimalpa
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PRESENTACIÓN Este dossiere de trabajos de investigación forma parte de los esfuerzos que
se realizaron en la Primera Sesión del Intercambio Nacional de Cuerpos Académicos PROMEP, efectuada el 21 de Junio de 2012; cuya sede fue la Casa Galván, en la Ciudad de México, Distrito Federal. El objetivo general del evento fue el intercambio de ideas, propuestas y reflexiones sobre cómo construímos nuestros objetos de estudio, cuáles son las vicisitudes teórico-metodológicas que enfrentamos y cómo seleccionamos la heurística pertinente para desarrollar los trabajos de investigación en los que forman parte todos los participantes. De acuerdo a las políticas que impulsa PROMEP, pretendemos desarrollar una agenda de investigación que, mediante el intercambio sostenido de nuestras experiencias y temáticas de estudio, nos permita contribuir al fortalecimiento de nuestros Cuerpos Académicos. Tenemos la perspectiva de hallar cauces para la formación de redes temáticas y fomentar la colaboración interinstitucional para ampliar nuestro ámbito de acción en las áreas de estudio que cultivamos. El ejercicio de diagnóstico se dio entre Cuerpos Académicos de la Universidad Autónoma Metropolitana – Unidades Cuajimalpa y Xochimilco --; la Universidad Autónoma del Estado de México y la Red FAMECOM; la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y la Universidad Iberoamericana (UIA), siendo coordinadas por la Dra. Inés Cornejo Portugal (UAM-C) y el Dr. Luis Alfonso Guadarrama Rico. Esta primera sesión estuvo enmarcada en el Programa PROMEP (UAMPTC-242) y en el Proyecto de Investigación Colaborativo Interdisciplinar de la Rectoría UAM-C (RC.1189.11).
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Los participantes fueron: Ma. Del Carmen de la Peza Casares (UAM-X), Vicente Castellanos Cerda (UAM-C), María Rebeca Padilla de la Torre (UAA), Jerónimo Repoll (UACM), Salvador de León Vázquez (UAA), Victoria Isabela Corduneanu (UACM), Maricela Portillo (UIA), Inés Cornejo Portugal (UAM-Cuajimalpa) y, Luis Alfonso Guadarrama Rico (UAEM). Durante esta primera sesión se brindó a cada uno de los participantes 20 minutos de exposición que fue sucedido con preguntas y respuestas. La segunda sesión se llevará a cabo en la primera semana de Septiembre del año en curso. El intercambio realizado en el mes de Junio, permitió revisar, analizar y discutir nuestros trabajos, a efecto de mejorar nuestros aportes. Después de celebrarlas dos jornadas de trabajo intercuerpos académicos, vamos a explorar la posibilidad de coeditar un libro colectivo en el que daremos cuenta de nuestros ejes temáticos, áreas de interés y objetos de estudio que cultivamos desde una mirada interdisciplinar.
L@s Auto@s
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Retos de los estudios de comunicaci贸n para el nuevo milenio: 驴Disciplina o transdisciplina? Mar铆a del Carmen de la Peza Casares Universidad Aut贸noma Metropolitana- Unidad Xochimilco
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INTRODUCCIÓN La ponencia que hoy presento es una respuesta a dos interpelaciones con temporalidades distintas, una inmediata: la convocatoria a este congreso y otra, largamente diferida, al trabajo de Raúl Fuentes sobre la dinámica del campo de estudio de la comunicación. Interpelaciones a las que intentaré responder conjuntamente en el espacio tiempo –presente continuo- del XI Congreso de ALAIC y específicamente del Grupo de Trabajo: Teoría y Metodología, que Raúl coordina desde hace mucho tiempo. El enunciado “XI Congreso de ALAIC” refiere a la duración en el tiempo del espacio de discusión que ha significado la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación. Espacio que permanece abierto para quienes como yo “entramos y salimos en él de manera intermitente”, gracias al esfuerzo de quiénes –como Raúl- han buscado mantener reunidos a investigadores, que sin ese esfuerzo, no podrían reconocerse como parte de una comunidad. Comunidad de comunicólogos que, debido al dinamismo de su crecimiento y de acuerdo a la 2ª ley de la termodinámica, tiende a la dispersión. Me siento obligada a dar una explicación a la dilación de mi participación en el diálogo abierto por Raúl desde hace ya tanto tiempo. No fue por falta de interés, sino porque en el momento en el que él formulaba las preguntas, yo, como tal ves muchos otros, no estábamos en condiciones de dar respuestas, aunque éstas fueran provisionales, como aún lo son hoy en día. Mientras el realizaba esta importantísima tarea que podría denominarse meta-investigación sobre la investigación de la comunicación en México y América Latina, yo –entre otros muchos- hacíamos investigación en una dimensión particular del campo general de los estudios de comunicación –en proceso de formación.
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n grupo de investigadoras de la UAM-X partimos de los estudios de recepción y mediante el ejercicio crítico de reflexión teórica y aproximación empírica a ese fragmento de los fenómenos comunicativos, nos fue indispensable recurrir a distintas aproximaciones teórico-metodológicas fuera del campo para comprender y explicar mejor los fenómenos mal llamados “procesos de recepción”. Mi caso no es relevante en sí mismo, sino como parte de ese grupo de investigadoras que formamos con Sarah Corona y Margarita Zires, cuya trayectoria, y en su particularidad, resulta paradigmática para comprender la dinámica del campo de la comunicación en tensión, entre el esfuerzo de delimitación e institucionalización y su constante dispersión y desbordamiento.
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Durante algún tiempo, quienes nos separamos del canon, estuvimos “fuera de foco” de la atención o de marco impuesto por la mirada que circunscribía a los estudios de comunicación al campo de “los medios” (perspectiva impuesta tanto por la academia norteamericana como por los herederos de la escuela de Frankfurt) y nos desplazamos hacia un campo que hoy se configura bajo el nombre genérico “estudios culturales”. Campo de investigación que sólo se volvió “reconocible” en México y América Latina gracias a la expansión de los “Cultural Studies” británicos en la academia norteamericana1. Sin duda uno de los temas de reflexión indispensable para comprender el desarrollo del campo de estudios de comunicación son las relaciones de poder saber desniveladas en las que se inscriben, que no tienen que ver con el rigor teórico metodológico de las investigaciones sino con los lugares desde donde son enunciadas –considerados legítimos o no desde las instancias del poder. Mi trayectoria académica –37 años investigación y docencia- me ha llevado a trabajar en los intersticios que se abren entre disciplinas que pertenecen a dos culturas académicas que, hasta el día de hoy, para algunos parecen irreconciliables: las ciencias sociales: economía, sociología y ciencia política (nomotéticas) y las humanidades: epistemología, filosofía política y estética, antropología, historia, crítica literaria, lingüística y análisis del discurso (ideográficas). De ahí la participación intermitente de algun@s de nosotr@s en las reuniones académicas de los comunicólogos, alternando con participaciones en congresos de antropología, estudios culturales, comunicación intercultural, entre otros. Para pensar los fenómenos de comunicación en su complejidad, al menos en mi caso, ha sido necesario trabajar en los intersticios de las ciencias nomotéticas e ideográficas y renunciar a la inscripción fija en un campo específico, definido a priori. Posición emergente y sin duda incómoda pero estimulante y rica para la reflexión y construcción de un marco conceptual, teórico metodológico, sólido. Más allá del relato anecdótico de nuestra trayectoria de trabajo, a continuación propongo algunas reflexiones con el fin de aportar algunos elementos para la discusión de la pertinencia de los estudios de Comunicación como una disciplina, en el marco de la convocatoria que circunscribe la discusión en torno a tres ejes de reflexión que dan nombre a este encuentro: Interdisciplina, Pensamiento Crítico y Compromiso Social, acotado a su vez por la discusión de largo alcance que se ha venido dando en este grupo de trabajo: Teoría y la Metodología, en el que participo por primera vez.
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Cabe señalar que los estudios culturales Latinoamericanos tienes su propia historia
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1. EL CAMPO DE LA COMUNICACIÓN EN MÉXICO: DISPERSIÓN Y FRAGMENTACIÓN La pregunta sobre la necesidad de constituir el campo de la comunicación como un campo de conocimiento ordenado, sistemático, con perfiles bien definidos y relativamente autónomo, es un asunto político. El problema es complejo y tiene muchas aristas que se pueden agrupar en dos grandes dimensiones que presionan al campo en sentidos opuestos. Una al interior mismo del proceso de investigación y en relación con los objetos de estudio, la construcción teórica y los métodos y técnicas de investigación. La legitimidad del campo de estudio de la comunicación se funda en la potencia explicativa de sus teorías y en la validez de sus herramientas metodológicas. La otra es exógena, y se refiere a la relación del campo académico de la comunicación con los campos de las ciencias sociales y de las humanidades en particular y el campo científico en general. No existe una sola respuesta para la pregunta que nos hemos planteado y las opciones resultan paradójicas. El diagnóstico de los estudios de comunicación en México realizado por Raúl Fuentes, y las sucesivas actualizaciones de su investigación muestran claramente distintas etapas y dimensiones de la trayectoria del campo en nuestro país. En los años 70 la investigación en comunicación experimentó un fuerte impulso inicial en el que se perfilaron dos paradigmas distintos y enfrentados: el paradigma estructural funcionalista y el paradigma crítico de orientación marxista heredero de la escuela de Frankfurt. De acuerdo con el punto de vista de Raúl Fuentes, en la década de los ochenta la investigación experimentó un nuevo impulso, una tercera generación de investigadores “se integró al campo académico con retraso pero con la ventaja de representar tanto una “postura crítica” como una “actitud de rigor” (1997: 39). Su postura privilegiada en el campo derivó por un lado de una sólida formación académica de posgrado y por otra de la legitimidad institucional que les otorgaba el grado de Doctores en el marco del proceso de consolidación creciente del campo científico en México. La legitimación personal contribuyó a la legitimación del campo académico de la comunicación en México y viceversa. La década de los ochenta se caracterizó como un periodo de integración y colaboración mutua entre los distintos agentes del campo, en cambio en la década de los noventa, de acuerdo con Fuentes “la tendencia a la fragmentación cobró mayor fuerza… que la tendencia hacia la síntesis”. (1997: 42). En el último tercio del siglo XX, las licenciaturas y las maestrías en comunicación, así como la investigación en el campo crecieron exponencialmente. En los últimos 20 años, como parte del mismo proceso de expansión de los estudios de comunicación en México, no ha cesado la tendencia a la dispersión y a la fragmentación de los temas y enfoques de investigación en el campo.
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la disyuntiva entre la disciplinarización y la disolución disciplinaria de los estudios de comunicación en México es el desafío fundamental que el campo habrá de seguir enfrentando en la primera década del siglo XXI. Los avances “postdisciplinarios” (Fuentes, 1999) en la investigación podrán desembocar en una u otra de las alternativas, dependiendo de las estrategias adoptadas por sus propios agentes, por los practicantes de otras disciplinas, y sobre todo, por la orientación de las políticas nacionales en el sector universitario y científico (Fuentes 2002 citado por Fuentes 2010a).
En un estudio posterior sobre los referentes teóricos de las tesis de los cinco programas de maestría de comunicación incorporados al PNPC, Raúl Fuentes (2010a) confirma su hipótesis de 10 años atrás: el desarrollo de la investigación de la comunicación en México, según su proyección de tendencias en las tesis de maestría, no tiende hacia una convergencia conceptual o una consolidación disciplinaria, sino hacia lo contrario: a una creciente diversificación de marcos d fundamentación y a una especialización temática que se basa en marcos transdisciplinarios de las ciencias sociales y las humanidades (Fuentes, 2008: 51).
Los resultados de la investigación de la dinámica de los campos profesional y de investigación de la comunicación en México “en tiempo real” de Raúl Fuentes durante 25 años, nos invita a la reflexión crítica sobre nuestro desempeño en la doble función de profesores/investigadores y sobre las posturas intelectuales y políticas frente a un proceso sociohistórico complejo que muestra una tendencia clara y persistente a la dispersión y fragmentación del campo, no sólo en México sino también en Estados Unidos como se puede observar en la Enciclopedia Internacional de la Comunicación publicada en 12 tomos con la participación de más de mil autores, editada por el profesor alemán Wolfgang Donsbach (2008) (citado por Fuentes 2010a:41). El reconocimiento institucional de la comunicación como un campo de saber legítimo y autónomo en relación con los demás campos disciplinarios presiona al campo para constituirse –tal vez prematuramente- en una disciplina. Su estructuración disciplinaria significaría por una parte la clausura del pensamiento y por otra, un lugar legitimo de enunciación que otorgue el derecho a la a la palabra a los miembros del campo para que su voz sea escuchada, tenga credibilidad y repercusión como voz autorizada en materia científica y en la toma de decisiones de carácter político cultural. Dos dimensiones que responden a reglas sociales e institucionales distintas y en ocasiones contradictorias pero que se determinan y condicionan mutuamente
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2. LA ORGANIZACIÓN DISCIPLINARIA DE LA CIENCIA MODERNA Y LA JERARQUÍA DE LOS SABERES. Para pensar la dinámica del campo académico de la comunicación es necesario inscribirlo en la dinámica del campo científico en el que está inscrito. La estructura del campo de investigación científica como campo de poder desde el siglo XIX, esta organizado en torno a disciplinas2. De acuerdo con Wallerstein el proceso de división y organización del saber en campos disciplinarios distintos, como estructura dominante y de poder, fue el resultado de la acumulación de conocimientos por más de cien años. Respondiendo a la lógica del desarrollo capitalista y del poder político dominante de modo que las ciencias sociales se dividieron en torno a tres ejes: La oposición entre el pasado (la historia) y el presente (la economía, la ciencia política y la sociología); la antinomia Occidente (las cuatro disciplinas ya mencionadas) y el resto del mundo (la antropología y los estudios orientales), y la estructuración del presente nomotético occidental alrededor de la distinción liberal entre el mercado (la economía), el Estado (la ciencia política) y la sociedad civil (la sociología)(Wallerstein 2005:144).
Esta división disciplinaria marcó el desarrollo y jerarquización de las ciencias sociales. Mientras unas adoptaron por los principios de las ciencias naturales (las ciencias nomotéticas) y fueron aceptadas como ciencias propiamente dichas, otras en cambio permanecieron cercanas a los métodos de la filosofía (ciencias ideográficas), aunque no por ello dejaron de verse afectadas por el proceso de secularización del conocimiento. La historia, la antropología, la lingüística, a pesar de sus esfuerzos por constituirse como ciencias “positivas”, permanecieron más cercanas a la Filosofía. Paralelamente al desarrollo de la perspectiva nomotética dominante, algunos investigadores ubicados en posiciones “sub-alternas” dentro de las disciplinas mencionadas3 siguieron investigando temas y problemas con estrategias metodológicas alternativas respecto al canon establecido. Esos trabajos hoy constituyen una base sólida desde la cual se cuestiona la estructura disciplinaria dominante, que se resiste a la transformación.
3. CRISIS DISCIPLINARIA: INTERDISCIPLINARIEDAD O INTERTEXTUALIDAD Las ciencias sociales modernas -entre ellas los estudios de comunicación- se han desarrollado en el contexto socio-histórico del capitalismo trasnacional. El fin del siglo XX se vio marcado por el derrumbe del bloque socialista y el predominio concomitante de la lógica del mercado capitalista a nivel global. Esto significó por un lado el fin de la guerra fría y por otro la perdida de contrapesos necesarios a la expansión del capitalismo “salvaje”. Organización que hasta la fecha goza de cabal salud, como se expresa claramente en los criterios de clasificación de la investigación por disciplinas y subdisciplinas y de la evaluación del trabajo académico en las instituciones de gestión de la ciencia en México, como el SIN y el CONACYT. 3 En la sociología destacan la escuela de Chicago en Estados Unidos y en Europa la sociología fenomenológica de Schultz, en el campo de las humanidades destacan la hermenéutica, la socio-lingüistica y la crítica literaria entre otras. 2
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El derrumbe del bloque socialista dejó al descubierto la desigualdad social creciente a nivel planetario y la verdadera polaridad entre el norte/sur marcada por la migración creciente a los centros de poder y la explotación de la fuerza de trabajo Las ciencias sociales y sus modelos explicativos entraron en crisis junto con la ideología del progreso compartida por las dos grandes utopías eurocéntricas de la modernidad: el marxismo y el liberalismo. Los marcos explicativos de las ciencias sociales resultaban claramente insuficientes para explicar y comprender la realidad social y la necesidad urgente de alcanzar mejores condiciones de existencia para la gran mayoría de la población mundial, crecientemente excluida de los beneficios del desarrollo económico y tecnológico capitalista, cuya inconformidad se expresa en los movimientos sociales emergentes que se han manifestado desde hace tiempo y entre los que podemos mencionar las movilizaciones más recientes en el Norte de África, España y Estados Unidos. En este contexto, la crisis de las ciencias sociales se expresa también en la crisis de la división disciplinaria desde el punto de vista del desarrollo del conocimiento y de la capacidad explicativa de las teorías desarrolladas al interior de cada una de ellas. Sin embargo como instituciones cada vez más vinculadas a los poderes político y económico las disciplinas tradicionales gozan de cabal salud. De acuerdo con Wallerstein: “Las disciplinas, en cuanto organizaciones, controlan en gran medida el ingreso, confieren prestigio y rigen el avance dentro de la jerarquía de la carrera académica. También tiene la autoridad para poner en vigencia leyes “proteccionistas”. Aunque en público rinden pleitesía a la interdisiciplinariedad, al mismo tiempo se aseguran de remarcar los límites de su ejercicio” (Wallerstein 2005:31).
En síntesis, lo que hoy existe institucionalmente son disciplinas sólidamente constituidas y campos de conocimiento emergentes –como los estudios de comunicación- en lucha por su legitimación. Sin embargo la producción científica en los campos emergentes, no disciplinarios, organizados en torno a campos problemáticos, adolecen todavía de la solidez teórica y rigor metodológico, alcanzado por las disciplinas constituidas. Un acercamiento más preciso a los proceso de conocimiento en curso, nos muestra que las disciplinas tampoco son compartimentos estancos, lo que parece un campo de saberes claramente delimitados es solo una falsa impresión. El campo del saber es un tejido complejo de discursos, cada teoría es un texto y en la definición de Barthes un texto es: “un entramado de citas”. La ciencia, como ámbito de la comunicación discursiva, es la resultante de un proceso dialógico. Toda teoría es un enunciado y como tal, en términos bajtinianos, es la respuesta mediata o inmediata a enunciados previos, un eslabón en la cadena de la comunicación discursiva.
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Para explicar este proceso en curso incluyo algunos ejemplos de conceptos que han sido desarrollados en campos disciplinarios específicos y problematizados posteriormente ya sea al interior de la misma disciplina o desde otros ámbitos del conocimiento. Particularmente, como parte del trabajo científico epistemológico, algunos conceptos teóricos estructurantes de las distintas disciplinas que derivaron en métodos y técnicas de investigación específicos, han sido sometidos a la crítica y reconsiderados gracias al trabajo germinal realizado por los estudios de área, los estudios culturales, los estudios de género y los estudios de comunicación, entre otros. Desde dichos campos se cuestionaron, algunas nociones sustantivas. La noción de tiempo cronológico de la historia fue complejizada desde la perspectiva sociohistórica de Braudel quien introdujo la noción de duración para designar procesos con temporalidades distintas según su duración y los clasificó en tiempos largos, muy largos y cortos (citado por Wallerstein 2005:68)4. La oposición entre modernidad/tradición que configuró la división entre la antropología como ciencia de las culturas tradicionales pre modernas y la sociología y la historia como ciencias propias de la sociedad moderna y la categoría de tiempo homogéneo y vacío de la modernidad eurocéntrica, se vieron cuestionado por los estudios poscoloniales con la categoría de “tiempo heterogéneo” de Chatterjee (2008). La categoría de clase –derivada del marxismo- fue problematizada desde el punto de vista de las relaciones de poder a nivel micro social por Michel Foucault y desde los estudios de género y los estudios culturales con categorías como género, etnia y generación, complejizando los aportes del marxismo en la compresión de las relaciones de poder en las sociedades contemporáneas. La teoría del inconciente del psicoanálisis es sustancial para comprender los alcances y límites de la dominación social, la acción colectiva y la participación política. Los aportes de la filosofía del lenguaje son sin duda los que han encontrado mayor resistencia en las ciencias sociales nomotéticas en virtud del cuestionamiento que significa poner en el centro de la discusión epistemológica la mediación del lenguaje en todo proceso de conocimiento. La crítica peirciana a la epistemología cartesiana hace cimbrar a la ciencia moderna desde su fundamento. El reto desde mi punto de vista consiste en la reconstrucción genealógica y la deconstrucción crítica de los conceptos estructurantes de las distintas disciplinas y sustituir la yuxtaposición arbitraria de nociones y conceptos traídos de distintas disciplinas –ejercicio que suele hacerse en los estudios de comunicación- por un trabajo sistemático y riguroso de evaluación de los efectos que produce el uso de dichos conceptos en otros contextos y en el planteamiento de nuevos problemas. La reformulación, adecuación y transformación de las categorías de análisis sacadas de un aparato teórico para llevarlo a otro, requiere de un trabajo de construcción teórica coherente y sistemático. Según Wallerstein “El texto –de Braudel- concluye con dos afirmaciones. Por un lado hay múltiples tiempos sociales que se entrecruzan y deben su importancia a una especie de dialéctica de duraciones. Y, por otro lado, ni el acontecimiento efímero y microscópico ni el concepto dudoso de realidad eterna pueden ser la base de un análisis lúcido” (2005:69). 4
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Si partimos del postulado sassureano según el cual el punto de vista crea el objeto, multiplicar los puntos de vista necesariamente producirá nuevos objetos. En consecuencia el trabajo de “abrir las ciencias sociales” propuesto por Wallerstein consiste, desde mi punto de vista, en complejizar los objetos de investigación mediante la concurrencia de las distintas miradas que ofrecen hoy las distintas disciplinas de modo que los objetos mismos de investigación se transformen en objetos distintos y la compartimentación disciplinaria de los saberes sea desbordada. No se trata de ajustar y someter los aportes de las distintas miradas disciplinarias a una mirada que le otorgue unidad al objeto –y volver a obturar el conocimiento-, sino transformar los objetos de investigación en objetos diferentes mas complejos.
4. LA ESPECIFICIDAD DE LOS ESTUDIOS DE COMUNICACIÓN El campo de la comunicación es extenso y complejo, pero no puede incluirlo todo. Un concepto que abarca “todo”, dice absolutamente “nada”. Un primer ejercicio indispensable en la delimitación del campo de estudios de la comunicación es la definición de su especificidad. El recorte que prevalecía en los años setenta eran “los medios masivos” de comunicación. La definición del campo tenía un carácter empírico y una finalidad estrictamente instrumental. En la UAM-X, desde los albores de los años 80 nos planteamos la reflexión en torno a la especificidad de la comunicación como objeto de estudio y de formación profesional. En el diseño de los planes y programas de estudio, partimos de la crítica de la “Communication Research” norteamericana, heredera de la sociología empirista y la psicología conductista, y del enfoque profesionalizante meramente instrumental de los medios de comunicación. Los conceptos de industrias culturales y cultura de masas propuestos por la escuela de Frankfurt nos permitieron problematizar la noción de “mass media” y su papel en la reproducción del sistema capitalista por medio de la ideología. La noción de ideología anclada en la separación entre condiciones materiales y el carácter “inmaterial” y engañoso de las ideas, seguía siendo insuficiente para explicar los mecanismos específicos de ejercicio del poder y exigía nuevas herramientas que permitieran una mejor comprensión de la especificidad de las industrias culturales y su función en la reproducción social en formaciones sociales capitalistas dependientes, como la nuestra. La crítica de la noción marxista de ideología en confrontación con la noción gramciana de cultura nos abrió el camino para pensar el modo particular de contribución de las industrias culturales en la “reproducción” social. Las nociones, gramciana de hegemonía, foucultiana del poder y el inconsciente freudiano, tuvieron un lugar significativo en el trabajo teórico conceptual que desarrollamos en aquellos momentos.
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Las contribuciones teóricas de Emilio de Ípola (1979) primero y de M. Bajtín (1982)5 después, nos permitieron articular los aportes de la lingüística, la semiología, la semiótica y la filosofía del lenguaje con una perspectiva socio-histórica, para comprender la especificidad de los procesos de comunicación como procesos sociales de significación, es decir, socio-históricamente determinados, y su especificidad como lenguajes6.La reflexión sobre la problemática del lenguaje nos abrió un camino de gran riqueza para pensar la especificidad de los procesos de comunicación y el fundamento epistemológico de nuestro quehacer científico. La reflexión teórica de los lenguajes y su inserción concreta en procesos locales, singulares, ha marcado el desarrollo de nuestro trabajo docente y de investigación, no sólo desde la perspectiva del poder de los medios sino desde la perspectiva de los sujetos y las colectividades (Corona, De la Peza, Zires 2001). Más allá de la discusión planteada por quienes privilegiamos enfocar la comunicación desde los sujetos, la centralidad de los medios de comunicación (el poder de los medios en la vida social) sigue siendo el enfoque predominante, como se puede observar en el diagnóstico que nos presenta Raúl Fuentes (2010b), en el artículo: Investigación de la comunicación: referentes y condiciones internacionales de un diálogo transversal de saberes publicado en la revista colombiana Signo y Pensamiento. El objetivo del artículo según el autor es: “propone una reflexión sobre las condiciones latinoamericanas para asumir las implicaciones de la “centralidad de la comunicación” y reorganizar las estructuras académicas en función de una orientación más definida hacia “fines” sociales relevantes” (Fuentes 2010b:38).
El texto hace un recuento de un conjunto de publicaciones recientes que pretenden ofrecer un panorama global, internacional, del “estado del arte” en investigación en comunicación. Una de las conclusiones en las que coinciden todos los estudios citados y el propio autor, es la dispersión de los objetos, teorías y métodos de investigación en el campo y la centralidad de “la comunicación” en las sociedades contemporáneas, entendida centralidad de la comunicación como centralidad de las nuevas tecnologías de información y comunicación que le han impuesto a las sociedades contemporáneas su impronta.
Orden no cronológico sino en el que tuvimos conocimiento de cada uno de ellos Nuestro trabajo docente y de investigación fueron espacios de trabajo que permitieron la reflexión teórica. Los resultados se expresan las investigaciones y en las tesis de los egresados de la licenciatura, la maestría y el área de Comunicación y Política del Doctorado en Ciencias Sociales. En esta perspectiva teórica se inscribe la creación de la Maestría de Comunicación y política y el área del Doctorado en Ciencias Sociales del mismo nombre de la UAM-X. El doctorado inició actividades en 1991 y la maestría se configura en torno a la confluencia de tres ejes problemáticos: lenguajes, política y medios de comunicación. Fue inaugurada en 1997 y recientemente incluida de nuevo en el PNPC de CONACYT, del que estuvo fuera cuatro años. 5 6
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El diagnóstico revela una tendencia “global” a la “internacionalización” de las comunicaciones en “las prácticas cotidianas” y en el “campo profesional” en las sociedades contemporáneas en contraste con la “infinita segmentación”, “paricularización” y “singularización” de los temas de investigación que se concentran en problemas locales, regionales y cuando mucho nacionales, en el campo académico. A partir del análisis de la situación del campo (profesional) de la comunicación y del campo académico, Raúl Fuentes concluye que el gran reto para la “disciplina” o para el campo de la investigación de la comunicación, particularmente para los investigadores como agentes sociales será: “La implicación principal es la constitución, mediante la comunicación (entendida como producción social de sentido), de los investigadores en agentes sociales, capaces de influir en los sistemas y procesos más diversos en los que los sujetos sociales interactúan entre sí y con las estructuras culturales e institucionales. Pero obviamente habrá que destacar que tal agencia trasciende a los individuos, y que la “comunicación” no supone el acuerdo. Si la comunicación puede, para fines prácticos, considerarse “central” en la comprensión y determinación del futuro social es porque se constituye en un medio, en un recurso colectivo, para la coordinación de acciones metodológicamente reguladas (y, por lo tanto, reversibles), tendientes a la consecución de fines determinados. El debate sobre los fines no se puede obviar, al menos en la academia”.
Desde mi punto de vista el trabajo de reflexión crítica nos demanda desagregar la afirmación precedente en problemas de índole distinta para lo cual tomaré por separado las siguientes afirmaciones: 1) la “centralidad” de “la comunicación” en las sociedades contemporáneas; su importancia para 2) la comprensión y para 3) la determinación del futuro social, 4) la coordinación de acciones metodológicamente reguladas… tendientes a la consecución de fines 1) La noción de comunicación en los textos citados es por lo menos polisémicas y por lo tanto ambigua. Es necesario definir con claridad el concepto “comunicación” en sus diferentes acepciones, como concepto teórico, como práctica social, como herramienta, como objetivo político, etc. La centralidad de la comunicación remite a un fenómeno concreto que requiere de problematización. Muchas investigaciones abordan ese problema hoy en día desde distintas perspectivas que van de la fascinación tecnológica a su negación, pasando por muy diversas posiciones. 2) Las nociones de “comprensión” y “acciones orientadas a fines” nos remite a las prácticas profesionales del investigador. Es necesario distinguir claramente los objetivos de “conocimiento” de la intervención política. No invoco de ninguna manera algún principio de “neutralidad”, toda acción social está socialmente determinada y orientada por los sistemas de valores de los sujetos. Sin embargo, el trabajo de investigación y de reflexión teórica es un trabajo distinto de la acción política. Son modos y momentos distintos de intervenir en el mundo. Me refiero a la diferencia que establece Hannah Arendt (1974) entre la vida activa y la vida contemplativa.
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“Pensar” y “actuar” son dos modos de participar en el mundo, dos tipos de “agencia” social distinta. En calidad de investigadores estamos comprometidos con la “verdad” como horizonte de sentido y la finalidad es alcanzar la “mejor” explicación posible para la comprensión de los procesos sociales de comunicación, en su complejidad. El trabajo de investigación exige rigor teórico y consistencia metodológica, y nos obliga a establecer distancia del objeto para verlo en perspectiva. La investigación y la acción política a diferencia del trabajo productivo, no están orientadas a fines pre-determinados y por lo tanto tienen un destino incierto. 3) En cuanto a la determinación del futuro social, podemos pensar en dos modos posibles de incidencia en el futuro: como docentes y como investigadores. Existe una diferencia entre la labor docente y la labor de investigación. En cuanto a la formación de nuestros estudiantes, nuestra tarea, además de ofrecerles herramientas útiles para el desempeño de su trabajo profesional en el “mercado de trabajo” existente, consiste en “enseñarles” –si eso fuese posible- o favorecer condiciones para que “aprendan a pensar”, a pensar libremente, lo cual significa tener “autonomía” y capacidad de “creación” y “juicio crítico”, a partir del conocimiento sistemático e informado de la realidad social. Esa sería la mejor forma de incidir en el futuro de las comunicaciones como parte de la realidad social. 4) En cuanto a nuestra incidencia como investigadores en el futuro social, es impredecible e indeterminada. Las acciones políticas, orientadas a fines previamente determinados –como la sociedad sin clases o la purificación de la raza- han dado como resultado sistemas totalitarios. La acción política, solo se da en espacios de libertad y es indeterminada por definición, porque depende de la convergencia de muchas voluntades, que no siempre se dirigen en una misma dirección. La acción concertada, implica convivir, pensar y actuar, en la diferencia, en el desacuerdo, implica pactos y negociaciones. Lo que une a una comunidad no es el consenso, sino el desacuerdo. En una comunidad académica lo que la hará más rica y dinámica es la discusión y el desacuerdo que nos lleva a reformular nuestras posturas al incluir la mirada o el punto de vista del otro. La participación política de los investigadores es una práctica distinta que su práctica académica. Requiere de competencias y habilidades distintas. Es necesario distinguir claramente las distintas dimensiones de nuestra práctica académica (como docentes e investigadores) y la proyección política que puedan tener dichas prácticas.La práctica académica y la intervención política son uno de los motivos de la tensión interna que se experimenta entre el campo de las comunicaciones y el campo académico de la comunicación. La distancia y la libertad para pensar con autonomía y capacidad de “juicio crítico” y la inscripción e intervención política son prácticas diferentes y necesarias, pero no siempre puede realizarlas la misma persona. La organización colectiva de los investigadores tiene dos objetivos distintos. Uno académico, de reflexión teórico metodológica y otro político.
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Las estrategias políticas están encaminadas a incidir en la toma de decisiones tanto para obtener los recursos necesarios para “investigar” como para incidir en la orientación de las prácticas profesionales en el “mercado de trabajo” o en las decisiones “políticas” en materia de comunicación. La investigación y la intervención política son prácticas sociales distintas en tensión, no siempre puede realizarlas una misma persona. Esta misma tensión es la que atraviesa la discusión sobre la pertinencia de constituir a los estudios de comunicación en una disciplina: como campo de estudio o como organización político institucional.
CONCLUSIONES Volvamos al tema de discusión que nos ocupa: la pertinencia de constituirse o no en una disciplina. Polémica que data de por lo menos 15 años, no sólo en América Latina sino en el mundo y particularmente en Estados Unidos. Una postura que aboga por la disiplinarización de la comunicación se expresa en la posición asumida por Craig (2008) quien la formula en los siguientes términos: “La cuestión no es si el de la comunicación seguirá siendo un campo interdisciplinario, pues ciertamente lo seguirá siendo. La pregunta abierta es si la comunicación puede también tener un núcleo teórico que permita a los investigadores de la comunicación abordar tópicos interdisciplinarios desde un punto de vista disciplinario particular, que aporte valor real a la empresa interdisciplinaria” (Graig 2008: 686 citado por Fuentes)
En oposición a dicha propuesta Raúl Fuentes retoma la propuesta de Susa Herbst (2008) y propone en lugar de un trabajo interdisciplinario, “una forma de organización académica –posdisciplinaria- adecuada para abordar problemas que rebasan los marcos disciplinarios tradicionales” (citada por Fuentes 2010:44). Algunas preguntas que se derivan de dichas propuestas son: ¿es pertinente constituirnos en un campo disciplinario? ¿qué significa una organización académica postdisciplianria? Para Wallerstein la interdisciplina es una coartada que reafirma “la existencia de disciplinas con un saber específico” (2005:147). Su propuesta –inspirada en Braudel- es la construcción de una interciencia entendida como: “la totalidad de lo que se ha catalogado como ciencias sociales o ciencias humanas y, en verdad no termina ahí. Son esas ciencias tomadas como un todo, no como una federación de principados que defienden su dominio de los avances de la categoría incluyente, sino como una tela de trama compleja urdida con innumerables hebras” (Wallerstein 2005:57).
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Esta tarea será el fruto de un proceso socio-histórico complejo que involucre distintos actores y cuya resultante es impredecible. Sin embargo desde la academia hay un trabajo teórico, intelectual y político que está en curso y en alguna medida en nuestras manos. Esta tarea exige, más que voluntarismo, un ejercicio de reflexión teórica, serio y sistemático, en torno a los supuestos epistemológicos de los distintos cuerpos disciplinarios en función del trabajo de confrontación de las categorías conceptuales entre si y con la realidad misma. Categorías puestas a prueba y confrontadas de manera privilegiada justo en los intersticios, en las fronteras, en los bordes, de los campos disciplinarios. La propuesta de Braudel es sin duda audaz pero desde mi punto de vista atendible: “La interdisciplinariedad es el matrimonio legítimo de dos disciplinas lindantes. Yo estoy a favor de la promiscuidad generalizada… mezclemos todas las ciencias, incluso las tradicionales, la filosofía, la filología, que no están tan muertas como parecen” (Braudel 1984, citado por Wallerstein 2005:57)
En este momento en el campo de estudios de comunicación existe consenso en la riqueza que significó la confluencia de distintas disciplinas para la comprensión de nuestros objetos de investigación aunque resentimos todavía la carencia de un aparato teórico coherente y sistemático. A pesar de los años que han pasado, muy significativos en los tiempos “cortos” de la duración de la vida personal y aún más cortos si se refieren a la vida profesional y académica de un sujeto, sin embargo en la conformación de un campo de conocimiento emergente, con el dinamismo de cambios tecnológicos del campo, la frase del tango “20 años no es nada” resulta verdadera. No es una disculpa ni una coartada para la inmovilidad. El ritmo de trabajo y los resultados de investigación en el campo de la comunicación –gracias al seguimiento que le ha dado Raúl y su equipo de trabajo- están a la vista. Sin embargo, los ritmos de la maduración conceptual y el avance significativo del conocimiento no se pueden acelerar con puro voluntarismo. Hay que trabajar mucho, a veces con resultados precarios pero lo que sin duda resulta indispensable tanto en la formación de nuestros estudiantes como en la producción de investigación es el trabajo sistemático y el rigor en la reflexión teórico-metodológica, consustancial al pensamiento crítico. La división de los campos del saber en disciplinas –producto de la modernidad occidental- ha sido desbordada por los estudios de comunicación, los estudios de área, los estudios culturales y los estudios de género. La emergencia de estos campos de conocimiento se caracterizaron por la confluencia de perspectivas teórico metodológicas desarrolladas en distintos campos disciplinarios y han colaborado en una mejor comprensión del mundo. Desde mi punto de vista, constituirnos en un campo disciplinario significaría obturar un proceso muy estimulante y creativo y sacrificar la posibilidad de hacer investigación desde las múltiples fronteras de la comunicación con todas las disciplinas sociales y humanas, que ha permitido abrir nuevos horizontes al conocimiento científico.
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En esta ponencia he propuesto algunos temas de reflexión a partir de mi experiencia. La discusión sigue abierta. En cuanto a su constitución en un campo disciplinario este ¿es o no deseable? ¿podría decirse que son más bien estudios interdisciplinarios, pos disciplinarios o trans disciplinarios?, ¿en que medida los estudios de comunicación merecen el calificativo de “científicos”?; ¿son o no un campo de conocimientos relativamente autónomo? ¿en qué sentido los estudios de comunicación han contribuido o pueden contribuir a una mejor comprensión del mundo contemporáneo?, ¿cuál sería su aporte para la construcción ya sea de una “interciencia”, en términos de Braudel, o de la “ciencia social histórica” propuesta por Wallerstein (2005:93)?, ¿qué otras alternativas de colaboración científica se podrían proponer, acordes a las necesidades de comprensión del mundo contemporáneo, desde distintas miradas situadas socio históricamente? Dar respuesta a estas preguntas no es de ninguna manera una tarea simple o trivial. Si bien el destino del campo de estudios de comunicación es impredecible, no por eso hay que desdeñar la capacidad de agencia de sus actores.
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La Comunicación entre Ciudadanos e Instituciones mediada por la Tecnología. Un estudio en México
Salvador de León Vázquez Universidad Autónoma de Aguascalientes
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Resumen Este estudio muestra la evaluación de los portales de internet de las instituciones públicas en la ciudad de Aguascalientes, México, en función de su capacidad para permitir la participación ciudadana con mediación de la tecnología. Se revisaron tres niveles de prácticas comunicativas posibles: a) informativa, b) expresiva, c) comunicativa. Los hallazgos muestran un mayor énfasis en el nivel de la información, en detrimento del nivel de comunicación, que interpretamos como uno de los rasgos de las sociedades en transición, en donde la participación ciudadana es gestionada por la desconfianza y el control, en oposición a la apertura que supone un régimen democrático. Palabras clave: comunicación pública, Internet, ciudadanía, democracia deliberativa.
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a revolución tecnológica a la que hemos asistido, de acuerdo con Castells (2006), ha generado una infraestructura técnica que en gran medida condiciona nuestra relación con la tecnología existente y ha contribuido a la construcción de una ideología que orienta las actividades sociales, económicas y políticas hacia la aceptación acrítica de la implementación tecnológica (Sfez, 2005). Dicha revolución, implica no solamente la incorporación de nuevos dispositivos tecnológicos, sino también nuevas configuraciones sociales para adoptar finalmente un modelo de sociedad-red. Los portales de Internet son sitios ubicados en una dirección URL específica en el ciberespacio. Son lo que conocemos generalmente como sitios web. Desde los portales se pueden ejecutar una multiplicidad de trámites como tener acceso a bases de datos, usar motores de búsqueda, acceder a foros de discusión, correo electrónico o comunicación directa (chats, mensajeros, etcétera), al tiempo que muestran la presencia institucional o corporativa oficial. Frente a las posibilidades de acción y los bajos costos de operación, una mirada más crítica nos permite identificar también las asimetrías sociales y las condiciones de inclusión/exclusión bajo las que se gestiona la producción de estos dispositivos tecnológicos. ¿Qué mecanismos contemplan las instituciones para facilitar el acceso de sus portales a los sectores que aparecen excluidos del manejo de las nuevas tecnologías como Internet? La problemática de la exclusión del acceso a Internet queda de manifiesto con el más reciente estudio de hábitos de los usuarios de la red en México (AMPICI, 2010) que contabiliza 30 millones de internautas en el país. Si en México habitan 107.8 millones de personas (Instituto Nacional de Geografía y Estadística, INEGI, 2010) tenemos que sólo el 27.8 por ciento de la población tiene acceso a Internet.
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En este texto presentamos un estudio interpretativo de las condiciones políticas, organizacionales y técnicas que orientan la construcción de espacios de interacción entre instituciones y ciudadanía a través de los recursos que ofrece Internet. Nos aproximamos a las condiciones en las que la ciudadanía tiene acceso a la participación pública mediante el uso de las innovaciones tecnológicas, específicamente de los portales institucionales en Internet. El estudio se desarrolló en México, en el estado de Aguascalientes, el cual define una región de ocurrencia de procesos sociopolíticos, algunos de los cuales aparecen mediados por la tecnología, en razón de la adscripción de instituciones a esta región político-administrativa. Este trabajo está organizado teóricamente a partir de tres dimensiones: a) participación en línea; b) ciudadanía; c) los procesos sociales (y no únicamente técnicos) que orientan la configuración del uso de la tecnología en la comunicación pública. El recorte teórico-metodológico ubica específicamente a los portales de instituciones que se manifiestan en el escenario de lo público. Siguiendo a Norberto Bobbio (2005), lo político se presenta como el conjunto de intereses públicos, mientras que lo económico corresponde al interés privado. Sin embargo, ambos aspectos lo político-público y lo económicoprivado no son mutuamente excluyentes, sino que en muchas ocasiones se articulan, como el caso de la política económica de los Estados nacionales. La ciudadanía aparece como un conjunto de prácticas ligadas a la participación política (es decir, pública) por la vía del ejercicio de los derechos civiles y políticos en primer término (Somers, 1993; Marshall, 2005), y mediante su ampliación hacia la esfera de lo económico, social y cultural (Taylor, 1993; Cortina, 1997; Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, 2005). Al ubicarnos en estas coordenadas de instituciones públicas en interacción con sujetos cuyo ejercicio principal frente a estas instituciones es la ciudadanía, es que definimos al ejercicio ciudadano como la práctica central que orienta el diseño de este análisis. Asumimos una postura fenomenológica en la que se considera que las prácticas sociales (la ciudadanía incluida) son el resultado de una construcción permanente mediante la interacción social en la cual los significados de la realidad y de cómo participamos en ella permanecen en constante negociación (Schutz, 2003; Berger & Luckman, 2006). El ejercicio de la ciudadanía puede extenderse del cumplimiento de las responsabilidades establecidas hasta la participación activa en la deliberación de los temas de interés público desde diferentes frentes. Castells (2006) indica que existe una relación intrínseca entre la innovación tecnológica y un cambio histórico que está definiendo de manera compleja un nuevo sistema de economía, sociedad y cultura. Por eso consideramos importante identificar los procesos, no sólo técnicos, sino
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prioritariamente los sociales y culturales que definen posturas, decisiones y mandatos respecto a la producción de instrumentos tecnológicos como los portales institucionales de Internet. Al acotar el análisis a las instancias gubernamentales e instituciones públicas, también estamos considerando una de las sugerencias de Castells (2006) cuando apunta a considerar el papel del Estado como un factor decisivo en el proceso general de cambio social y tecnológico en tanto que expresa y organiza las fuerzas sociales y culturales que dominan en un espacio dado.
ESTRATEGIA METODOLÓGICA El estudio se desarrolló en dos etapas. La primera consistió en el análisis de 59 portales institucionales. La Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de Aguascalientes contempla el catálogo de las instituciones del sector público que deben poner a disposición de los ciudadanos un sitio de internet para dar cumplimiento a esta normatividad. El criterio que hemos tomado al decidir el corpus de análisis ha sido censal. Durante el periodo de revisión de los portales institucionales, que se llevó a cabo de marzo a diciembre de 2010, veintinueve correspondían a entidades gubernamentales, doce eran dependencias del poder ejecutivo de gobierno, dos a los poderes Legislativo y Judicial, un fideicomiso, cuatro organismos autónomos y los 11 ayuntamientos que componen al estado de Aguascalientes (ver anexo 1). En esta fase inicial, se realizó el análisis de contenido retomando las propuestas de Wolton (2000), Fuentes (2001), Martínez y Micheli (2005) y Karakaya (2005). Estos autores identifican los recursos de internet considerando tres niveles de acuerdo a sus funciones comunicativas1 : Los tres tipos de funciones conviven en la Red en proporciones diferentes, pero van en el mismo sentido. La función de información refleja lo que es necesario para el funcionamiento de una sociedad compleja; la de expresión muestra la necesidad de hablar en una sociedad libre pero llena de soledades, y la de comunicación implica la dificultad de la intercomprensión. Podemos oponer, pues, la velocidad de la información a la lentitud de la comunicación (Wolton, 2000, pág. 108).
Recuperando esas reflexiones desarrollamos un instrumento de análisis encaminado a medir la proporción en la que esas funciones conviven bajo los siguientes parámetros: 1.Informativa: colocación de datos pertinentes en línea. Es conveniente señalar que la manera de nombrar a cada una de las categorías es distinta de acuerdo con cada autor, aunque en términos generales designan la misma relación. Para este documento hemos tomado la terminología de Wolton (2000). 1
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2. Expresiva: recursos para la interacción como correo electrónico, foros de discusión, salas de plática, contacto con los responsables del sitio. 3. Comunicativa: posibilidad de que el usuario pueda acceder a colocar su propio discurso u opinión de manera pública en la red, es decir, transitar hacia una forma de esfera pública. A partir de lo anterior, se diseñó un instrumento basado en la siguiente operacionalización:
El instrumento diseñado permitió cotejar la presencia o ausencia de cada indicador en los 59 portales revisados. La captura de la información se registró en una hoja de cálculo del paquete Excel Office 2007, a través de la cual se obtuvieron frecuencias y porcentajes de las dimensiones y categorías establecidas. Los datos permitieron reconocer tendencias de los portales con respecto a las funciones que privilegian, en contraparte con aquellas menos atendidas. En un segundo momento, se empleó el programa de uso libre Site Orbiter para hacer el análisis de la arquitectura virtual de los portales, lo que posibilitó identificar el diseño estructural de los sitios mediante imágenes de árbol que ilustran visualmente la ramificación de los enlaces que contienen. Toda esta información aportó elementos para determinar la complejidad o facilidad en la navegación de los sitios revisados, la disponibilidad de enlaces y la actualización de la información en los portales.
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LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA GESTIONADA POR EL CONTROL GUBERNAMENTAL Lo que los datos permiten identificar es una gran dispersión que existe respecto a las características de los portales, las cuales pueden ser clasificables de acuerdo a la adscripción de cada una de las instituciones. En primer lugar, es necesario notar de la existencia de un “macro-portal” del Gobierno del Estado de Aguascalientes (www.aguascalientes. gob.mx), en el cual se concentran, a manera de enlaces, los portales de todas las instituciones comprendidas en su estructura. Esto otorga ventajas, al tiempo que desventajas. La concentración de toda la información y posibilidad de interacción en línea con todas las actividades gubernamentales en un solo sitio, facilita la confluencia de ciudadanos que buscan soluciones a sus problemáticas, sean administrativas, sean de participación política. Pero al mismo tiempo, esa concentración incrementa de manera exponencial la cantidad de datos, recursos, aplicaciones y archivos que forman parte del macro-portal, configurando lógicas de navegación complejas, confusas y, en general, poco amigables para los ciudadanos. Por otro lado, están los portales de los municipios del interior del estado, cuyo contexto rural sugiere una brecha tecnológica amplia en contraste con el municipio capital urbano, el cual es sede de los poderes del Estado y de las instituciones principales. Existen municipios, como el de Cosío, en los que el portal parecía ser una respuesta burocrática a las exigencias de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información del Estado de Aguascalientes, y la única información disponible consistía en un enlace al cumplimiento de los criterios que establece la propia ley. Lo anterior evidencia la poca, o quizás nula, tecnologización del contexto en el cual esos portales han sido producidos. En una revisión más específica, por categorías de clasificación de las instituciones (ver anexo 1: Listado de instituciones y sus portales respectivos) encontramos los siguientes datos:
Entidades. Este conjunto de 29 portales corresponde a organismos descentralizados del Gobierno del Estado que se desempeñan en los ámbitos educativo, social, cultural y de la salud. La revisión de estos sitios de internet permitió identificar mayores porcentajes en la categoría informativa, algunos de ellos con cifras por encima del 65% de cumplimiento en los indicadores, aunque en promedio, apenas rebasan el 50% de esta función que consiste en poner a disposición datos en línea. En cuanto a la categoría expresiva, a pesar de que algunos portales cuentan con recursos para la interacción de los ciudadanos con los funcionarios y desarrolladores, son pocos los que superan el 25% de los aspectos considerados para esta función y algunos no alcanzan la cuarta parte, lo que significa limitaciones en las posibilidades de diálogo.
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La categoría comunicativa prácticamente se encontró sin registro puesto que en 22 del total de portales de las entidades no se identificó uno solo de los indicadores respectivos y aquellos que disponían de herramientas para la discusión pública permitieron, al menos, situarse en promedio con un porcentaje inferior al 3%.
Dependencias y fideicomisos. En este bloque se integran 12 portales de dependencias o unidades auxiliares del Gobierno del Estado que son responsables de la administración pública, así como un fideicomiso creado por decreto. El análisis realizado señala que de las tres categorías de estudio, estos 13 sitios de internet cumplieron en mayor medida con la informativa, aunque de manera limitada en términos generales ya que algunos de estos portales no alcanzaron el 50% de los indicadores correspondientes, es decir, ofrecían información insuficiente sobre la dependencia y sus funciones. En la categoría expresiva las cifras fluctuaron entre el 16 y el 41% de los aspectos considerados, sin embargo en conjunto, el promedio no rebasa el 30%, por lo tanto estos portales no disponían de una variedad de herramientas que posibilitaran la interacción entre ciudadanos y funcionarios. De manera incipiente se encuentran los resultados para la categoría comunicativa ya que siete de los portales no registraron indicadores; tres cumplieron con el 5.5% y tres más superaron el 10% en esta categoría. Se destaca el portal del fideicomiso con más del 16%, por encima de los demás en cuanto a posibilidades de una mayor participación ciudadana a través de los recursos comunicativos disponibles.
Organismos autónomos. Se trata de cuatro instancias independientes del Gobierno del Estado, con personalidad jurídica y patrimonio propios: El Instituto Estatal Electoral, la Universidad Autónoma de Aguascalientes, la Comisión Estatal de Derechos Humanos y el Instituto de Transparencia del Estado de Aguascalientes. De manera general, los portales de estos organismos autónomos privilegiaron la función informativa en más de un 70 u 80%, por lo tanto estos sitios ofrecían a los ciudadanos datos importantes para identificarlos y solicitar sus servicios básicos. La categoría expresiva se reduce, lo que significa que los recursos que propician la interacción de los usuarios son escasos, en promedio no cumplen con el 25% de los indicadores que le corresponden.En menor grado se atiende la categoría comunicativa, de hecho solamente dos de los cuatro portales tenían disponible algún elemento que permitía a los usuarios colocar su propio discurso y por lo tanto, en promedio, alcanzaron un porcentaje menor al 3% de cumplimiento en esta función de portales de internet.
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Poderes del Estado. Los portales de los Poderes Legislativo y Judicial registraron un porcentaje cercano al 70% en los indicadores de la categoría informativa, superior al que se observó en algunas dependencias y entidades, por lo tanto ofrecían información suficiente . A nivel expresivo, en ambos sitios se apreció interés por incorporar herramientas que permitieran la interacción debido a que cumplieron con más del 20% de los indicadores. No obstante lo anterior, la categoría comunicativa es inexistente en estos portales ya que no contaban recursos que posibilitaran a los ciudadanos entablar diálogo con los funcionarios sobre los asuntos de su competencia.
Municipios. Aguascalientes está dividido territorialmente en 11 municipios o ayuntamientos que son entidades administrativas supeditadas al Estado. El análisis de los 11 portales correspondientes reportó que nueve de ellos cumplieron entre un 60 y 70% con los indicadores de la categoría informativa, lo que señala que en general los municipios de Aguascalientes se han preocupado por ofrecer en sus sitios información necesaria para los habitantes. En la categoría expresiva las cifras están muy por debajo de las anteriores, en conjunto llegan al 10% e incluso en algunos municipios no se registraron indicadores. Únicamente el portal del municipio de Aguascalientes, capital del Estado, obtuvo el 47%, muy superior a la que presentaron el resto de los portales ya que disponía de mayores recursos para promover la interacción de los usuarios con funcionarios y/o desarrolladores del sitio de internet. Por otra parte, solo un municipio que se ubica al norte de la capital presentó cifras en la categoría comunicativa ya que contempló en su portal un blog que posibilitaba la participación ciudadana. A partir de los resultados de cada bloque de portales, enseguida se presentan cuadros comparativos por categoría. Tabla Categoría Informativa
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Como puede apreciarse, los portales de los organismos autónomos cubren con un mayor porcentaje de indicadores en la categoría informativa, superior al 70%, seguidos por los municipios y Poderes del Estado. Las entidades, dependencias y fideicomisos apenas rebasan el 50%, siendo que estas instancias de la administración pública están especialmente obligadas a cumplir con la ley que les exige transparentar información por distintas vías, incluyendo sus sitios de internet. En lo que se refiere a la categoría expresiva, el siguiente cuadro muestra las cifras de cada bloque de portales institucionales: Tabla Categoria Expresiva
Contrario a lo anterior, se observa que en la categoría expresiva son los portales de las dependencias y fideicomisos los que obtuvieron el más alto porcentaje, cercano al 30% de cumplimiento en los indicadores, por lo tanto mostraron mayor preocupación por disponer recursos de interacción que información básica, la cual sería necesaria para realizar trámites en línea (uso instrumental), como para ampliar la participación ciudadana. Los portales de los organismos autónomos, Poderes del Estado y entidades también posibilitaron el intercambio con funcionarios y/o desarrolladores, aunque en menor grado; y en este caso, los municipios contaban apenas con la mitad de los elementos (10%), lo cual señala limitaciones para el diálogo en estos sitios de internet. Los porcentajes obtenidos en la categoría comunicativa se presentan a continuación: Tabla Categoría Comunicativa
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Al igual que en el cuadro correspondiente a la categoría expresiva, observamos que nuevamente los portales de las dependencias y fideicomisos registraron el mayor cumplimiento, aunque con porcentajes muy bajos en general, puesto que no alcanzan el 5% de los indicadores respectivos. En esta categoría, los portales de los Poderes del Estado no cumplieron con ningún indicador y en cuanto a los municipios, su cumplimiento es apenas perceptible. De manera global, es posible afirmar que a pesar de que los 59 portales revisados marcan una clara tendencia informativa más que expresiva y comunicativa, los sitios de internet de los organismos autónomos son los que contenían información más completa. Es de llamar la atención que sean las dependencias de gobierno las que menos datos ponían a disposición de los usuarios y sin embargo contaban con mayores recursos para la interacción. Sin duda, el análisis expuesto señala que estos 59 portales han mostrado escaso avance en el establecimiento de mecanismos que permitan a los ciudadanos deliberar sobre asuntos públicos, aprovechando las herramientas tecnológicas de internet, y se centran en una gestión de la comunicación tecnológica orientada hacia la provisión de datos controlados.
RESULTADOS DE LA ETAPA CUALITATIVA Por otro lado, se realizaron entrevistas para profundizar en cuatro casos ejemplares de portales institucionales del estado de Aguascalientes durante el periodo de julio de 2009 a diciembre de 2010. A partir de los datos arrojados, se definieron los siguientes casos de profundización: la Universidad Autónoma de Aguascalientes, el Gobierno del Estado, el Congreso local y el Ayuntamiento de la capital. Se diseñó una guía de entrevista focalizada que puso énfasis en cuatro procesos que juzgamos complementarios con la etapa de análisis de los portales: 1.Organización del equipo de trabajo. 2.Equipamiento técnico. 3.Procedimientos de la toma de decisión. 4.Imaginario de los usuarios.
Organización del equipo de trabajo. En esta dimensión se cuestionó sobre los perfiles profesionales de los sujetos encargados de desarrollar los portales institucionales, bajo el supuesto de que la formación profesional implica una toma de posición, y por lo tanto el desarrollo de un marco ideológico, respecto a los procesos políticos y sociales. En este caso se implica el dispositivo tecnológico, además, como una mediación para la práctica política-gubernamental o de servicios de parte de las instituciones y de posible participación por parte de la ciudadanía.
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La evidencia muestra que los sujetos con una formación técnica son los gestores de los portales. En tres casos, el desarrollo del portal está asignado a los departamentos de informática de las instituciones y es un ingeniero en sistemas computacionales el responsable del portal. En el caso de la Universidad, el portal está asignado al departamento de Comunicación y Relaciones Públicas, pero a pesar de ello, los responsables del portal tienen el perfil de profesionales de la informática. Para las instituciones el aspecto técnico tiene un peso mayor en el desarrollo de los portales, mientras que la gestión de espacio comunicativo -en tanto que el portal representa un enlace con la ciudadanía- pasa a una segunda etapa del desarrollo, cuando los responsables de la información ofrecen el dato que permite llenar la estructura ya creada, pero siempre bajo la vigilancia del ingeniero. Esta situación hace pensar que existe una ideología asociada a los dispositivos tecnológicos de la comunicación que pondera que al resolver los problemas que permiten la eficiencia técnica, el vínculo comunicativo queda establecido automáticamente. De forma que la tarea de gestión del espacio comunicativo queda obviada ante la valoración de que existe primordialmente una necesidad de contar con plataformas técnicamente eficientes. Sin embargo, se manifiesta la necesidad de contar con algunos especialistas que pueden generar el ambiente comunicativo necesario para que se establezca la relación entre institución y ciudadanos, estos últimos categorizados como “usuarios”. Por ejemplo, los ingenieros se ven en la necesidad de vincularse con diseñadores gráficos que establezcan un ambiente visual ordenado y atractivo, y con comunicadores que les provean de contenido textual y audiovisual. Solamente en el caso de la UAA, la lógica se invierte, en donde el ingeniero es subordinado en el área de comunicación institucional. En este caso, la estructura organizacional sugiere que el portal es resultado de la gestión comunicativa, primordialmente, y la labor del profesional de la informática es de apoyo para solucionar la parte técnica del proceso. Por otro lado, es el portal del Gobierno del Estado el que por su nivel de complejidad (un macroportal) tiene una profesionalización mayor. Su implementación estaba coordinada la Secretaría de Gestión e Innovación (SEGI) a través de un consejo que
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involucraba a varios funcionarios, entre ellos los responsables de difusión institucional. También contaba con una normativa. Y era el único cuyo desarrollo estaba pensado dentro de un proceso más amplio que se relacionaba con una distribución de dispositivos variados (cajeros automáticos, centros comunitarios de acceso a la red, convenios con cibercafés, entre otros) que buscaban ampliar la base de usuarios que pudieran vincularse con las instituciones a través de la tecnología. Particularmente en el caso del Gobierno del Estado hay un concepto que el desarrollador del portal llamaba “comunidades de práctica”, que consisten en estrategias vinculadas con las prácticas innovadoras de gobierno, para proveer información al portal y probar la manera en la que los diferentes dispositivos funcionan.
Equipamiento Técnico. En lo que se refiere al equipamiento, algunas instancias son más favorecidas que otras. El Congreso del Estado se ve en la necesidad de contratar bajo el esquema de outsourcing a una compañía privada que les genera “el cascarón” que ellos deben de llenar de contenido, le da mantenimiento al sitio y ofrece el hosting, mientras el área correspondiente al interior de la institución desarrolla su trabajo desde equipos personales. En contraste, el Gobierno del Estado, el Ayuntamiento y la UAA poseen su equipo de especialistas así como los servidores necesarios para ser autosuficientes. En el Gobierno del Estado, desde la administración del periodo 1998-2004 comenzó a desarrollarse la implementación del gobierno electrónico, pero sin una normativa clara y dejando que cada dependencia generara sus portales a discreción. Esto ocasionó que en el siguiente periodo de gobierno (2004-2010), los desarrolladores se encontraran con experiencias muy distintas, resueltas de múltiples maneras, lo cual introdujo una gran dificultad para concentrar la información en un macroportal, aunado a resistencias para modificar contenidos y plataformas con la finalidad de la unificación
Procedimientos de la toma de decisión. En su incursión en el ciberespacio, las instituciones se encuentran determinadas por la reglamentación sobre transparencia y acceso a la información pública. Una parte importante de los portales institucionales han sido generados por la obligación establecida por la. En los procedimientos para decidir la conformación de cada sitio, la atención prestada a dicha información es prioritaria en función de su obligatoriedad con carácter vinculante.
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En casi todos los casos, el esquema de la toma de decisión tiene dos vertientes. La primera es vertical, debido al esquema burocrático que por definición establece una línea vertical de autoridad y a lo largo de esa línea una serie de puestos con funciones especializadas. De manera que el proceso de decisión sigue una ruta de arriba hacia abajo. Por lo regular, los desarrolladores del portal tienen solamente una función operativa, implementando los recursos y contenidos. La segunda vertiente es horizontal, en la medida en la que diferentes áreas de la institución se enlazan en el procedimiento de producción del portal correspondiente. Como los departamentos de informática, en donde recae la responsabilidad, no son productores de información, que además en muchos casos es especializada (de acuerdo al área temática de cada institución: salud, educación, desarrollo social, desarrollo urbano, seguridad, etc.), la propia dinámica del desarrollo de los portales lleva a una suerte de colaboración entre diversas áreas que confluyen con información, necesidades e ideas. Imaginario de los usuarios. Los usuarios representan en primer lugar cifras: los usuarios son vistos como un puntaje de productividad en función del número de visitas que un portal recibe, su sección más visitada, el tiempo de permanencia en las secciones. En algunos casos es posible identificar otros aspectos más específicos como grupos etarios o el sector de la ciudad desde donde se conectan. En segundo lugar los desarrolladores ponen atención en la gratificación del usuario. Identificamos este aspecto como un problema en términos estimular la participación social y las prácticas ciudadanas, porque se presenta como un asunto mercadológico y no ciudadano ni político. En tercer lugar, los desarrolladores identifican a quienes los visitan como ciudadanos que buscan un servicio. Por lo tanto se enfatizan dos aspectos: brindar información y facilitar trámites..
LOS RASGOS DE LAS SOCIEDADES EN TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA Y LA GESTIÓN DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN LÍNEA Este reporte muestra los planteamientos y resultados de un proyecto de investigación en el que se ha desarrollado una evaluación de los portales institucionales de internet que operan en Aguascalientes, con base en tres dimensiones comunicativas: información, expresión y comunicación. La primera etapa del estudio, consistente en un análisis de contenido de los portales para evaluar esas tres funciones y da cuenta de un énfasis de la primera de ellas.
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Es posible señalar que desde el diseño de los portales institucionales locales se inhibe que éstos se conviertan en espacios públicos susceptibles de ser apropiados por la ciudadanía, por su enfoque vertical e informativo que evita poner a disposición de los ciudadanos recursos que los empoderen. La segunda etapa, en la que se desarrollaron entrevistas a desarrolladores de los portales muestran la presencia de una ideología que privilegia los aspectos técnicos por encima de los comunicativos para el desarrollo de los portales. Los portales son responsabilidad de ingenieros y no de especialistas en campos relacionados con la comunicación, cuestión de pone de realce una cierta manera de gestionar estos espacios relacionados con la calidad técnica y la productividad y poco con la socialización, la interacción y la comunicación más plena. El análisis reveló que los portales de las instituciones revisadas están concebidos prácticamente como sitios informativos de internet y en algunos casos, se ofrece información muy limitada sobre las funciones que desarrollan para el servicio público. El hecho de limitar o excluir recursos para la expresión y la comunicación en estos sitios es un indicio de la falta de oportunidad para la participación ciudadana y una tendencia a considerar a los usuarios en su papel de consumidores de información más que de ciudadanos interesados en la intervención de asuntos públicos. Esta tendencia ha evitado que los portales se constituyan en espacios públicos abiertos y útiles para la participación ciudadana.
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En defensa propia. El papel de las audiencias y sus defensores en la era de las redes sociales Jer贸nimo Repoll Univesidad Aut贸noma de la Ciudad de M茅xico
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El Defensor del lector es un oficio en construcción. Oficio, por una parte, variado y por otra, titubeante. Pero un oficio que concentra, como los agujeros negros, una enorme potencia, porque sirve de espejo de las turbulencias que viven a diario las relaciones entre medios de comunicación y sociedad, derecho a la información y poder (Rey, 2003) Palabras clave: Audiencias, redes sociales, medios públicos, ombudsman, defensor de la audiencia.
INTRODUCCIÓN Como señala Castells (2010), la era de las redes sociales supone el fin del monopolio de la intermediación social ejercida por los medios masivos de comunicación tal como lo hicieron durante el siglo XX. Es evidente que el ecosistema comunicacional está en un proceso acelerado de cambios estructurales. Para comprender esta transformación no ayudan las posiciones tecnofílicas o tecnofóbicas. Al contrario, ante el peligro de recaer en posiciones apocalípticas o integradas, como las definió Umberto Eco (1997) para describir una radicalización intelectual improductiva frente al papel de los efectos de los medios masivos de comunicación, es necesario mantener una distancia crítica, basada en investigación empírica sobre lo que realmente está pasando. Considerando la brecha digital entre distintos sectores sociales (sucedánea de brechas sociales y culturales más amplias, las cuales al mismo tiempo contribuye a ahondar), que separa a los infotecnoricos (hiperconectados) de los infotecnopobres (desconectados), es innegable que las redes sociales abrieron un mundo a las audiencias de los medios masivos para reaccionar de inmediato, quejarse, denunciar, organizarse y tomar la palabra. Esto va más allá de un mero cambio en los patrones de consumo mediático, sienta las bases para el ejercicio de una nueva ciudadanía en un espacio público ampliado y polifónico. El tránsito del ser meros receptores a ser prosumidores de contenidos no describe una línea recta, hacia delante y vertiginosa. Al contrario, y aunque la mutación cultural es imparable, las transformaciones son más lentas de lo previsto. Mientras tanto, los medios siguen ocupando un lugar central en las sociedades contemporáneas. El rol activo de las audiencias a través de las redes (y no sólo como agentes de producción de sentido como hasta ahora estaban confinadas a ser) comienza a minar la naturaleza unidireccional del sistema de broadcasting, sin que ello signifique una alteración significativa de las asimetrías entre medios y audiencias.
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En este trabajo presentamos un análisis del papel de los defensores de la audiencia u ombudsman en México entendiéndolo como un actor clave, por un lado, en tanto que articulador de las demandas de la audiencia y su traducción en acciones concretas por parte de los medios y, por otro, como formador de audiencias críticas e “interactivas”. Nos concentramos, especialmente, en la defensoría de la audiencia de medios públicos: canal 11 y 22, de televisión; Radio Educación e IMER, de radio; y NOTIMEX, Agencia de Noticias del Estado Mexicano.
EN DEFENSA PROPIA
L
os medios de carácter público, cuyo único objetivo es o debiera ser el servicio público1 , respecto de los que privados, cuyo interés es casi con exclusividad el interés comercial (y con él todos los coadyuven a su desarrollo y fortalecimiento, especialmente la estrecha relación que establece con el ámbito político-gubernamental) tienen, por estas características fundacionales, dos concepciones de la audiencia totalmente distintas. Mientras para los medios privados o comerciales las audiencias constituyen el principal activo y atractivo para la venta de espacios publicitarios a sus clientes, para los medios públicos las audiencias constituyen o deberían constituir mucho más que meros consumidores de productos comunicativos informativos o de entretenimiento, es decir, son concebidos en tanto que ciudadanos a los cuales deben su razón de ser. Esto último ha sido sistemáticamente ignorado por los sistemas de comunicación pública al ser concebidos como órganos de gobierno (sin que lo expliciten) del régimen en turno. De esta manera, la figura del defensor de la audiencia asume funciones y características distintivas en los medios públicos. A diferencia de sus homólogos en medios privados donde su papel es mantener la confianza de la audiencia en el medio en pos de mantener los índices de rating, los defensores de la audiencia u ombudsman de medios públicos deben procurar mantener la confianza de la audiencia garantizando la calidad de los contenidos y la producción de éstos a través del cumplimiento del código deontológico del medio ya no en aras de la cuota de pantalla sino para que el medio cumpla con el objetivo de brindar un servicio público a la audiencia concebida como ciudadano con derechos a la información y a la comunicación.
En tal sentido, aquí seguimos la distinción que hace Villamil al “concebir como medios públicos todos aquellos que prestan un servicio no comercial (estaciones gubernamentales, culturales, universitarias, comunitarias, indígenas, etcétera)” (2009: 160). Esto no significa, por otro lado, que le servicio público sea o debería ser exclusivo de los medios públicos. Al contrario, coincidimos con Woldenberg cuando sostiene que la legislación en medios y telecomunicaciones debe “considerar a la radio y a la televisión y a las telecomunicaciones como un servicio público que tiene por objeto subrayar la importancia que en la construcción del espacio social tienen esas actividades. No se trata de una labor empresarial más, porque de su calidad, pertinencia, diversidad, profesionalismo, objetividad, dependerá en buena medida la convivencia social” (2009: 166). 1
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Así, mientras el rating es la razón de ser de los medios comerciales y por tanto el reclamo para ofrecer al público “lo que quiere”, la ausencia de esta presión económica (no sólo para generar ganancias sino como sucede en muchos casos, para garantizar la supervivencia del medio) para los medios públicos convierte al defensor de la audiencia en una figura clave en el proceso de autorregulación. La autorregulación, desde sus inicios, estuvo preocupada casi con exclusividad en el tratamiento informativo de las noticias. Esto es lógico siendo que surgen como garantes de los códigos deontológicos de los medios impresos. Sin embargo esta razón original, esto mismo se mantuvo para los medios electrónicos donde hasta entrados los años ochenta se comenzó a poner atención en la influencia de los programas de entretenimiento (ya sean de ficción o de no-ficción) en tanto que vehículos ideológicos tan o más penetrantes que las noticias. Hoy, en el caso que nos ocupa, esta tendencia parece revertirse y considerar como órbita de incidencia del defensor de la audiencia a la totalidad de la programación. Es en torno al primer ámbito, el informativo, que Villanueva define a la autorregulación: “es un sistema voluntario de reglas de conducta ética del trabajo periodístico, susceptibles de ser exigidas por la sociedad, es decir, es un sistema a través del cual el gremio periodístico, de manera organizada, bien dueños de empresas informativas, bien periodistas, deciden crear no sólo un código deontológico, que vendría siendo algo así como una especie de ley interna, sino también un órgano de aplicación de ese código” (Villanueva, 2000: 86). El defensor de la audiencia es parte de este órgano de aplicación o, incluso, llega a encarnar la defensoría cuando se trata de un órgano unipersonal. Es preciso subrayar que estamos refiriéndonos a una medida voluntaria de autorregulación de los medios que, por tanto, se inscribe en el marco de la ética y no del derecho. Esto responde, en México, a la escasa o nula reglamentación de los derechos humanos a la libertad de expresión, el derecho a la información y el derecho de réplica, todos de rango constitucional, y que deja a las audiencias sin la posibilidad de ejercer sus derechos. Es en este sentido que Dorcé propone como uno de los derechos de las audiencias en un futuro marco normativo el “contar con una figura institucional dentro de las organizaciones mediáticas (públicas y privadas) que represente sus intereses en tanto audiencias y vele por el cumplimiento de ellos en función de normativas claras” (2011: 156). A lo cual podemos sumar el derecho a una programación de calidad, que responda a criterios de diversidad, veracidad y oportunidad. Lo anterior, si bien deseable, no parece poder concretarse en un corto plazo si atendemos a los muchos e infructuosos esfuerzos por reformar la Ley Federal de Radio y Televisión y la Ley Federal de telecomunicaciones desde la Reforma Política impulsada por el presidente José López Portillo en 1977, en cuyo paquete quedó contemplado el derecho a la información en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
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(artículos 6 y 7) hasta nuestros días2 . Los nulos resultados, pese a los muchos intentos, se deben, según Beatriz Solís (2009), a que siempre terminaron por imponerse los poderes fácticos por sobre los intereses del Estado. En síntesis, los partidos políticos y, particularmente, el Poder Ejecutivo Federal (la presidencia de la república), acabaron cediendo a las presiones de los medios, encarnados últimamente en la Cámara de la Industria de Radio y Televisión (CIRT).
EL OMBUDSMAN O DEFENSOR DE LAS AUDIENCIAS: ANTECEDENTES Y CARACTERÍSTICAS Se reconoce a Suecia como el país en que se originó la figura. En 1916 se constituye el Consejo de Prensa como un órgano encargado recibir las quejas contra los periódicos del reino (Villanueva, 2000; Rey, 2003; Herrera, 2005). Respecto de la figura del ombudsman individual, del órgano unipersonal, Restrepo (2003) la fija en 1967 en Suecia y Estados Unidos. Más allá de estas referencias históricas, las características que en la actualidad definen la figura del ombudsman son las siguiente: “en términos generales, atiende quejas y trata de encontrar soluciones satisfactorias […], su labor se orienta a recibir e investigar las quejas de los consumidores sobre la exactitud, la imparcialidad, el equilibrio y el buen gusto en la cobertura de las informaciones. Una vez recibidas e investigadas las quejas, el defensor recomienda respuestas adecuadas para corregirlas o aclararlas. Aunque las formas de trabajo difieren de un defensor a otro, todos ellos comparten el mismo propósito: servir de intermediarios entre los receptores y los emisores de un medio” (Herrera, 2005). Si las anteriores son características comunes a todos los ombudsman, las variaciones responden a las especificaciones que cada medio establece en torno a la procedencia del defensor (relacionada directamente con la profesión o del ámbito del derecho); permanencia en el cargo; al nombramiento o sistema de designación; a la dedicación (a tiempo completo o parcial); a las formas de trabajo (a iniciativa del público, por iniciativa propia, presentación de informes, publicidad de las recomendaciones, etc.); así como la mayor o menor cercanía con los periodistas. No obstante estas diferencias, como señala Herrara “lo que está claro es que, como exponentes del media criticism, los defensores se encargan de fiscalizar la actividad de cada medio” (2007: 32-33). En América Latina la figura se introduce por primera vez en Brasil, más precisamente en 1989 en el periódico Folha de Sao Paulo. Mientras que en el terreno audiovisual, el primer caso es el de Caracol Televisión, en 1997. Incluyendo la reforma llamada Ley Televisa (2006), por tratarse de una reforma diseñada a medida del principal Grupo Multimedia de México. Esta reforma, si bien fue aprobada en las dos cámaras del poder legislativo federal, sufrió un revés judicial que dejó sin efecto muchas de sus modificaciones al ser declaradas inconstitucionales por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. 2
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De acuerdo con Zeta de Pozo y Herrera (2005), de todos los medios que incorporaron la figura de ombudsman, solo Teleantioquia es de carácter público. Este panorama, al menos para el caso mexicano, se va a modificar significativamente a partir de 2007, cuando las dos televisoras del estado, Canal 11 y Canal 22, tomaron medidas de autorregulación y crearon la figura del defensor de la audiencia. A ellos les siguieron Radio Educación (2008), el Instituto Mexicano de la Radio (IMER) (2009) y la agencia de noticias del Estado Mexicano, Notimex (2010). Al respecto, el actual Defensor de la audiencia de Canal 22 e investigador de la UAM-Cuajimalpa, André Dorcé considera que “todas estas instancias han contribuido de distintas maneras a abrir canales de comunicación y atención a las audiencias de cada uno de los medios respecto a los cuales median. Estos organismos han sido mediadores fundamentales en la socialización y deliberación, aunque sea parcial, de los principios éticos de la vocación de servicio público; en ese sentido, representan una conquista sociocultural fundamental, sobre todo a la luz de recientes manifestaciones participativas de intervención pública de audiencias en diferendos entre medios, marcos regulatorios y conductores” (2011: 158). Finalmente, antes de presentar el análisis de estas cinco experiencias, daremos cuenta del extraordinario caso de la institución del ombudsman de MVS Radio en tanto surge de un particular proceso de crisis donde las audiencias tuvieron un papel relevante exigiendo sus derechos comunicativos a través de las redes sociales.
AUTOREGULACIÓN 2.0: EL CASO CARMEN ARISTEGUI Y LA EMERGENCIA DE LAS AUDIENCIAS CIUDADANAS El 7 de febrero de 2011 amanecimos con la noticia de que Carmen Aristegui, conductora del noticiero radiofónico Primera edición de MVS Noticias, había sido despedida. La versión de la empresa sobre la cesación de la periodista, a través de un sucinto comunicado, fue la siguiente: “En MVS nos regimos por un código de ética, el cual es aceptado y signado por ambas partes. Como empresa, lo respetamos aun en las circunstancias más difíciles o comprometedoras. Y con el mismo rigor, le exigimos a nuestros conductores su estricto cumplimiento. En nuestro código de ética, nos comprometemos a rechazar la presentación y difusión de rumores como noticias. La periodista Carmen Aristegui transgredió nuestro código ético, y decidimos dar por terminada nuestra relación contractual. Los conductores de MVS seguirán gozando de la libertad de expresión que nuestra Constitución otorga” (http://www.youtube.com/watch?v=IQTwRcITQxg). La transgresión a la que se refiere el comunicado, como si difundir un rumor se tratara, es el comentario que Aristegui realizara sobre la manta que el diputado Fernández Noroña exhibiera durante la sesión del pleno de la Cámara de Diputados en la cual,
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sobre una imagen del Presidente Calderón, con los ojos extraviados, sentado frente a unas copas, se podía leer: “¿Tu dejarías conducir a un borracho tu auto? ¿No, verdad? ¿Por qué lo dejas conducir el país?”. Al comentar esta acusación al Presidente de la República respecto de un supuesto alcoholismo, la periodista señaló que la presidencia de la República debería dar una respuesta. Aristegui ya contaba con una experiencia similar, cuando “en una decisión que peca contra su dios, el rating, Televisa decidió no renovarle el contrato a la periodista Carmen Aristegui, responsable del noticiario más escuchado de W Radio. A diferencia de otras ocasiones, el Grupo Prisa, copropietario de la estación y proclamado defensor de la modernidad informativa (en Europa), avaló ese acto de censura y venganza política” (Villamil, 2008: 16). Si bien la rescisión de contrato no es igual a una no renovación de contrato, el telón de fondo es el mismo: la incomodidad que genera la agenda informativa que propone la periodista, diferente a la de la mayor parte de programas informativos, con temas incómodos para diversos actores e instituciones que detentan el poder en México. Por señalar algunos ejemplos de esta agenda, podemos destacar las denuncias de pederastia sobre Marcial Maciel, líder de la orden Legionarios de Cristo; La reforma a la Ley de Radio y Televisión, la Ley de Telecomunicaciones y la Ley Electoral; el seguimiento a los abusos del Gobernador de Puebla, Mario Marín, protector y cómplice de Kamel Nacif, éste último acusado de pederastia por la periodista Lidia Cacho, a quien Marín se encargó de reprimir. El último gran tema, evidentemente, es la violencia desatada en México como consecuencia del enfrentamiento armado entre el Estado y los cárteles de la droga. Entre muchos otros. Está claro que ambas decisiones, pese a lo que señala el comunicado de MVS, afectan el pluralismo informativo, base para una sociedad democrática, atentando contra el derecho a la información de la audiencia, de los ciudadanos devenidos audiencias. Es aquí donde el consumo mediático y el acceso a una oferta múltiple y plural se sigue demostrando una clave para entender la ciudadanía y la democracia. Si las cosas hubieran terminado ahí, este no hubiera sido más que un lamentable caso de censura. Sin embargo, tres acontecimientos lo vuelven extraordinario. El primero, sin dudas, lo constituye la inmediata reacción de la audiencia en las redes sociales, llevando el tema a convertirse en hashtag3 y, si bien no es la única razón, a revisar la decisión por parte de MVS. He aquí el segundo acontecimiento extraordinario: después de una semana de negociaciones, MVS decide restituir en su espacio informativo a Carmen Aristegui. En Twitter, el hashtag #Aristegui se convirtió esta tarde en el tema más comentado a nivel mundial, por encima de otros temas como el nuevo sencillo de Lady Gaga o la carrera solista de Joe Jonas” (SDPnoticias.com (2011)). 3
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Finalmente, como parte de los acuerdos signados por la periodista y la empresa MVS, la institución, como parte de los acuerdos, de un ombudsman de la audiencia, garante del cumplimiento del código de ética firmado por ambas partes y que en ese entonces se hizo público. Como podemos ver, la reacción de la audiencia a través de las redes sociales, aún relativizando su poder de presión entre otros actores y circunstancias específicas, constituye la emergencia de una audiencia ciudadana, capaz de exigir sus derechos comunicativos. A esta nueva circunstancia nos referimos cuando hablamos de autorregulación 2.0. En este nuevo entorno, entonces, también emerge la figura del ombudsman como un mediador entre el medio y la audiencia, capaz de canalizar las inquietudes de esta última.
EL DEFENSOR DE LA AUDIENCIA EN LOS MEDIOS PÚBLICOS EN MÉXICO
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TOMAR LA PALABRA: RECEPCIÓN Y REACCIÓN DE LAS AUDIENCIAS Lejos de ser suficientes y representativos, los cuestionamientos y comentarios, las quejas y las sugerencias, la crítica y la felicitación, son una ventana (o una rendija) a través de la cual asomarnos a la recepción de las audiencias. Decimos que no es suficiente ni representativo por cuanto se limita a aquellos sujetos de la audiencia que, por una u otra razón, se comunicaron con el Defensor de la audiencia. Por otro lado, no deja de ser una nueva e importante rendija desde donde asomarnos al proceso de recepción. El sesgo más significativo lo constituye que solo tenemos acceso a aquellos sujetos que hacen uso de las herramientas de la defensoría de la audiencia para comunicarse con el medio. Esto tiene dos claves de lectura. Por un lado, la participación de la audiencia vía comentarios y sugerencias constituye una extraordinaria retroalimentación para el medio y la posibilidad de ajustar su oferta programática y sus modos de hacer. Por otro, sabemos que la porción de la audiencia que participa activamente con sus comentarios es mínima respecto del total de telespectadores, radioescuchas o lectores del medio de que se trate. Es evidente, entonces, que no todas los sujetos se quejan directamente al medio, como tampoco se comunican todos aquellos que se sienten satisfechos con su propuesta. Aquí, en definitiva, podemos acceder a la recepción de aquellos sujetos de la audiencia que tuvieron motivos suficientes como para comunicarse con el ombudsman. No es poco. En el presente apartado analizamos tres de las cinco experiencias de defensores de la audiencia en medios públicos en México, correspondientes a Canal 22, Once TV México e IMER. La implementación y desarrollo de la figura, en el marco de los procesos de autorregulación iniciado por estos medios, ha seguido un derrotero particular. Debido a estas particularidades, para dar cuenta de estas experiencias contamos con evidencias diversas. En el caso de Once TV, se analizaron los 3 informes anuales y los 16 trimestrales que dan cuenta de la experiencia entre 2007 y 2011. Por su parte, Canal 22 presenta algunos informes en su página Web, con una significativa discontinuidad entre los primeros cinco informes (correspondientes a 2007-2008) y los últimos dos (correspondientes a 2011). Sin embargo, como estos últimos no permiten el acceso por algún error tecnológico, el análisis se limita a los primeros cinco. Como paliativo contamos con el visionado de los programas del Defensor de la Audiencia que se emitieron durante la gestión que tuvo a Gabriela Warkentin como Defensora, hoy fuera del aire sin explicación alguna, y las breves cápsulas informativas que graba André Dorcé, el actual Defensor del televidente, que se emiten a lo largo de la programación. Para analizar la experiencia de la defensoría de la audiencia del IMER contamos con 14 informes con recomendaciones y sus respectivas respuesta por parte de la “Mesa de atención” a dichas recomendaciones que instituyó el IMER como parte del proceso de autorregulación. Y, como complemento, también tenemos la edición del programa semanal “Mediación IMER”
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Para los casos de Radio Educación y NOTIMEX, al no contar con informes públicos por parte de sus respectivos defensores de la audiencia, solo consideramos las características de la defensoría pero no reportamos datos de su interacción con la audiencia. NOTIMEX presenta un blog que, ante la inexistencia de comentarios de la audiencia se convierte en un monólogo del defensor de la audiencia. En este caso, la actual defensora continuó el mismo espacio que el primer defensor. En contraste, es importante señalar que el Defensor del radioescucha de Radio Educación atendió los mensajes de la audiencia al aire y en vivo en el programa homónimo.
CANAL 22 Entre septiembre de 2007 y septiembre de 2011 la Defensoría del televidente recibió 5437 (499 en 2007; 1486, en 2008; 1922, en 2009; 1193, en 2010; y 337 en 2011)4. Después de un incremento significativo de los mensajes, la participación parece haber llegado a una meseta en torno a los 1500 mensajes al año. Los datos más significativos del perfil de los televidentes que enviaron mensajes es que hay una proporción de 60% de hombres por 40% de mujeres; de los cuales el 80% son solteros; el 40% con nivel licenciatura y el 30% nivel medio superior; 50% son estudiantes y 15% empleados privados; el 80% accede por señal abierta; y, en su mayoría (50%) son jóvenes de 18 a 29 años mientras que los que tienen entre 30 a 41 años significan 20%. Mientras estuvo al aire, el programa del Defensor del televidente fue uno de los que recibió mayor número de mensajes. En general se trata de reflexiones de la audiencia en torno a los temas abordados en el programa. Pese a ello, con el cambio en la dirección del Canal, se tomó la decisión de suspender este programa sin explicar al público las razones que la sustentan. Como constantes en la exigencia de la audiencia de Canal 22 tenemos la solicitud de que el Canal informe de manera más oportuna acerca de los cambios en la programación; que se revisen la calidad y consistencia de la transmisión de la señal del Canal 22 a través de sistemas de cable o en los estados de la República y que se verifique la pertinencia de cortes comerciales en medio de la transmisión de películas. Otra constante, ahora como solicitud, es que se incorpore más programas de género Anime. También hay un buen porcentaje de mensajes que buscan la reprogramación o cambios de horario de determinados programas. 4
Información proporcionada por el Dr. André Dorcé, Defensor del televidente de Canal 22.
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Finalmente, en torno a la diversidad y pertinencia de la programación de Canal 22, destacamos que la felicitación prima sobre la crítica. Entre los programas que mayor cantidad de comentarios positivos reciben sobresalen los programas de ficción (especialmente dos teleseries españolas: Con dos tacones y cuéntame cómo pasó), Anime y Zona D (espacio dedicado a la diversidad sexual). Es preciso señalar, que si bien en lo general Zona D ha sido celebrada e incluso defendida por los televidentes, también ha provocado controversia respecto a su pertinencia, su tono, o que esté programada los domingos (un “día familiar”).
CANAL 11 En los primeros tres años la Defensoría de la audiencia recibió un total de 722 mensajes (181, entre 2007-2008; 368, entre 2008-2009; 173, entre 2009-2010). Para entender la diferencia entre los mensajes recibidos por la Defensoría del televidente de Canal 22 respecto de la Defensoría de la audiencia de Canal 11 considero que es importante señalar que este último no cuenta con un programa de televisión que visualice su tarea, posicione su figura y plantee temas de discusión sobre la propia televisión y los medios en general. Ante una figura que no tiene arraigo ni tradición (la figura del ombudsman), sino que se está construyendo a partir de su incorporación en años recientes, es vital redoblar esfuerzos en el tarea de informar y formar a las audiencias para que estas se apropien del espacio y presenten sus inquietudes. Perfil de los televidentes que comentan: equilibrio entre hombres (30-50 años) y mujeres (1840 años). El 50% son habitantes de la Ciudad de México. A lo largo de los tres años reportados En términos generales, los motivos de la audiencia de Canal 11 para enviar mensajes al Defensor de la audiencia son: cambios súbitos e inexplicados en la programación; polémica por los contenidos debatidos en el programa Primer Plano; quejas por la transmisión del programa Toros y toreros; imprecisiones en la información y uso incorrecto de algunos términos en los Noticiarios; falta de disponibilidad de la señal de Once TV en ciertos estados de la República; y, finalmente, la actualización de los diferentes sitios contenidos en la página Web de Once TV. En lo particular, quizá el elemento más significativo de los comentarios sobre contenido programático sea el referente a las múltiples y diversas reacciones que genera el programa de opinión y análisis político Primer Plano. Aquí nos encontramos con el abanico de lecturas que Hall (1973) describiera entre las lecturas preferentes y las lecturas oposicionales al mensaje propuesto por el emisor, haciendo hincapié en la negociación del sentido que se produce entre audiencia y medios. Si bien se reconoce la valía del programa, también se vislumbra una crítica generalizada sobre la parcialidad que los miembros del programa asumen en sus intervenciones.
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Por otro lado, aunque son pocas, no dejan de llamar la atención los señalamientos a los noticieros sobre imprecisiones en las informaciones que presentan. En tal sentido, la sutileza de muchas de ellas nos habla de una audiencia atenta y crítica con la información que recibe. En la misma línea los televidentes cuestionaron la censura “conservadora” sobre determinadas escenas de algunas películas. En contraste con éstas, es notable que la incorporación de la temática sexual en la programación de ficción sea una de las que ha reportado mayores quejas. Por otro lado, como ya se señaló, el programa Toros y Toreros es foco de una particular y sostenida queja por parte de los telespectadores, centrada en la posición de defensa de los animales y su correlato, la denuncia de crueldad y violencia de las corridas de toros. Por último, también es de destacar la referencia de las audiencias al servicio público al que se debe el canal. Sobre todo, lo que se pone en juego muchas veces en este tipo de comentarios es la noción de cultura que tiene cada televidente. En tal sentido, no es fácil encontrar una noción común y dejar conforme a toda la audiencia. En lugar de discutir cada noción, se toman en cuenta los principios de pluralidad, diversidad, calidad, etc. que rigen la producción y transmisión de la programación.
IMER Tendencia: quienes más escriben son los jóvenes escuchas de rock y el público general que escucha música de concierto La primera respuesta del IMER a las recomendaciones del mediador fue constituir un Mesa de atención integrada por los funcionarios responsables de tomar las decisiones que competan al IMER respecto de las evaluaciones o sugerencias que haga el mediador. Motivación: Solicitan: restitución y retransmisión de programas; incorporar mayor programación para jóvenes. Se quejan por la falta de objetividad; la inclusión de publicidad comercial; porque la programación no refleja las particularidades regionales; la calidad deficitaria de la reproducción de música; los problemas con la recepción (disminución potencia/interferencia de frecuencias: pobre calidad de la emisión) y, en la misma línea, aquellos que acceden a las transmisiones vía Internet reportan que la señal se cae con frecuencia. Una queja que debemos subrayar por la frecuencia con que se presenta es el reclamo respecto del incremento paulatino de programas oficiales o ajenos a lo que perciben como el perfil de las estaciones de música.
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Una radioescucha se queja porque, al no contar con los datos de contacto del mediador, al llamar a la radio se topó con el desconocimiento de la existencia de la figura del mediador por parte de varios trabajadores hasta que al fin logró dar con alguien que le pudo proporcionar el correo electrónico del mediador. La queja, más que en términos personales, subraya la radioescucha y el mediador, remite a que es posible que le haya ocurrido lo mismo a otros radioescuchas, generando un efecto negativo, desincentivando la participación de la audiencia y la comunicación con el mediador. El mediador subraya que, ante el proceso electoral intermedio, la ausencia de críticas por parte de la audiencia constituye un indicador positivo respecto del tratamiento informativo, el cual demuestra equilibrio, pulcritud y confianza. Aquí vemos como la figura del mediador se convierte en un intérprete de los interpretantes (de la audiencia). Por tanto, la actividad del mediador constituye una hermenéutica de segundo grado. El cambio de titular en Mediación IMER, el nuevo mediador recomienda difundir con mayor ahínco la figura del mediador, para generar mayor participación de la audiencia. Paradigmáticamente, el mediador señala que la cuenta institucional en Twitter @imerhoy no ha reportado un solo mensaje desde que se abrió. No obstante, si reporta participación a través del blog o de su cuenta personal (@telecomymedios). Para subsanar este problema recomienda abrir y difundir una cuenta específica de Twitter y otra de Facebook para que la audiencia tenga dos canales directos más, sin intermediación, con el Mediador. A diferencia del primer mediador, el nuevo titular presenta resultados cuantitativos en su informe, reportando un total de 107 mensajes en el período agosto- diciembre de 2011 (47 a través del teléfono; 51 a través del blog; y 9 por e-mail). El Mediador sugiere que para ejercer de mejor manera su función, ante el desconocimiento de la figura por parte de la audiencia y su correlato en la baja cantidad de mensajes dirigidos al titular de la figura, se le remitan los mensajes que la audiencia hace llegar a la emisora sobre la programación.
CONCLUSIONES La resignificación del receptor no es suficiente. De la democracia semiótica anunciada en la década de los ochenta por Fiske (1987) y los estudios culturales, la economía política crítica nos aporta importantes datos respecto de la profunda asimetría entre medios y audiencias, subrayada en América Latina por una notable concentración de medios (Becerra y Mastrini, 2009) que resulta en detrimento de la diversidad y pluralidad de la producción mediática.
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Así, mientras las audiencias se hacen presentes y críticas de los medios a través de las redes sociales, la figura del ombudsman o defensor de la audiencia se demuestra necesaria en tanto que el articulador de dichas demandas y cuestionamientos, las cuales puede canalizar para que tengan efecto sobre el desempeño del medio a corto y largo plazo. Esto exige, por parte de los defensores de las audiencias, que actúen de oficio cuando la producción de las audiencias no se presenta a través de los canales establecidos por el medio. Coincidimos con Rey en que el propósito de estudiar y tramitar las demandas de los lectores “crece en la medida en que se aumenta la participación de la sociedad (es decir, en la medida en que los lectores son más ciudadanos)” (Rey, 2003). Evidencia de ello es la reacción de la audiencia del noticiero de la periodista mexicana Carmen Aristegui, quien después de una semana de estar fuera del aire, retomó su espacio y al mismo tiempo firmó un “Acuerdo general de política editorial y reglas de conducta ética” con la empresa MVS, la cadena que emite su noticiero, y a partir de la cual se instituyó la figura del Mediador el 16 de mayo de 2011. Del análisis de las experiencias de defensoría de la audiencia de medios públicos en México, quisiera destacar lo siguiente: -La figura del Defensor de la audiencia requiere difusión para que la audiencia la re-co nozca como un canal a través del cual hacer valer sus derechos a la información y a la comunicación. -El desconocimiento de la figura del mediador y la histórica unidireccionalidad del modelo de broadcasting han generado una audiencia pasiva frente a los medios. Cambiar esta cultura es una tarea ineludible e imprescindible en pos de la democratización de los procesos comunicacionales. De momento, los pocos mensajes (quizá a excepción de Canal 22) constituye el correlato de esta situación histórica. - Uno de los motivos que provocan la reacción y comunicación de la audiencia con sus defensores son las fallas técnicas en la transmisión. Este aspecto ha sido muy descuidado en los estudios de recepción y, por tanto, este hallazgo constituye un llamado de atención a los investigadores al mismo tiempo que nos abre un camino de investigación necesario. El ruido, como lo conocemos desde el primer y más básico modelo matemático o informacional de comunicación, desarrollado por Shanon y Wever (1981), retoma un vigor perdido y señala que el modelo de la comunicación centrado en los procesos de producción de sentido no es la única vía válida para estudiar los procesos de comunicación.
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- Otro de los motivos por los que reacciona la audiencia y que tampoco responde al modelo de producción social de sentido, es la decisión de suspender o cambiar de día u horario a un programa específico sin que se informen y expliquen las razones de dicha decisión por parte de quienes la tomaron. - Por su parte, ahora sí en el ámbito de la producción social de sentido, podemos comprobar la hipótesis de Hall (1987) respecto de la multiplicidad de lecturas posibles que entran en juego en todo proceso de codificación-decodificación, respondiendo a diversas variables socioeconómicas, culturales, psicológicas, cognoscitivas y situacionales, entre otras. Para finalizar, subrayo como una misión fundamental de los ombudsman en general, pero sobre todo de los defensores de las audiencias de medios públicos, la tarea pedagógica con las audiencias. Una tarea que supone, como señala Restrepo (2003), que la sociedad conozca y reclame el derecho a la información. Como hemos podido observar, la autorregulación de los medios de comunicación y, en su marco, la figura del defensor de la audiencia, va mucho más allá del mero hecho de recibir y dar respuesta a críticas, quejas o sugerencias de la audiencia. Empieza por reconocer los derechos de las audiencias, la necesidad de establecer códigos deontológicos que definan con precisión cada una de las actividades del medio de comunicación (especialmente aquellos principios a partir de los cuales realizar los productos comunicativos), la formación de audiencias críticas y el establecimiento de un canal de comunicación bidireccional entre medios y audiencias que, en conjunto, permitan mejorar la calidad de los contenidos de los medios y garantizar el derecho de las audiencias tanto en su dimensión de consumidores como de ciudadanos.
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SITIOS WEB DE LOS MEDIOS ANALIZADOS Y LAS DEFENSORÍAS DE LA AUDIENCIA — Canal 11: http://oncetv-ipn.net/index.php; sitio específico del defensor de la audiencia: http://www.oncetv-ipn.net/buzon/defensor/ — Canal 22: http://www.canal22.org.mx/; sitio específico del defensor de la audiencia: http://www.defensor.canal22.org.mx/ — IMER: http://www.imer.gob.mx/; sitio específico del defensor de la audiencia: http://www.blogs.imer.gob.mx/mediadorimer/ — NOTIMEX: http://www.notimex.com.mx/; Sitio específico del defensor de la audiencia: http://www.notimex.com.mx/interior/blog/index.php —Radio Educación: http://www.radioeducacion.edu.mx; Sitio específico del defensor de la audiencia: http://www.e-radio.edu.mx/el-defensor-del-radioescucha/
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Jóvenes, “¿Un lujo de clase?” Juventud y actitudes políticas hacia el 2012 Victoria Isabel Corduneanu Universidad Autónoma de la Ciudad de México
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RESUMEN El presente artículo trata el problema de la participación política de los jóvenes mexicanos tomando en cuenta diversas variables explicativas de la participación (como la confianza en las instituciones y la eficacia política) pero también algunas conclusiones de estudios internacionales sobre el tema de la juventud y la política, como el efecto generacional o de ciclo vital sobre la participación política. La última parte del artículo presenta un análisis de una encuesta en vivienda aplicada en julio de 2011.
ABSTRACT The topic of the present paper is Mexican youth´s political participation, taking into account several explicative variables, such as trust in political institutions, political efficacy, social capital, as well as international studies on youth and politics that treat the concepts of cohort effect or life cycle effect. The last part of the article presents a quantitative analysis of a survey realized in July of 2011. Palabras clave: Jóvenes, actitudes políticas, participación política, juventud, apatía, eficacia política, confianza en las instituciones. Key Words: Youth, political attitudes, political participation, Young people, apathy/disenchantment, political efficacy, trust in political institutions.
INTRODUCCIÓN El presente artículo trata un tema que ha sido del interés de los periodistas y los líderes de opinión, así como de los políticos, pero no tanto de un estudio académico más sustancioso y de profundidad: los jóvenes y las actitudes políticas. Se dice, con base en la cobertura mediática por lo menos, pero también en un arraigado “sentido común” al que poco lo separa del prejuicio, que los jóvenes son apáticos, tienen poco interés en la política, y, muchas veces, se les criminaliza en la cobertura noticiosa como más proclives a conductas delictivas. Algunas de las preguntas a las cuales este estudio va a contestar, son: ¿cuáles son las actitudes políticas de los jóvenes mexicanos en las vísperas del año electoral del 2012?; ¿son los jóvenes un actor, sea político o ciudadano, a tomar en cuenta en este periodo electoral? Pensando en los movimientos sociales y la eficacia política, ¿Qué tan innovadora o qué tan tradicional es nuestra juventud? ¿Son los jóvenes un potencial actor que se pueda movilizar en la escena social, o son más bien respetuosos de las instituciones tradicionales de la democracia?
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El artículo presenta primero un estado del arte de los estudios sobre juventud, jóvenes y sujetos juveniles, con el objetivo de poder contextualizar y conceptualizar mejor a nuestros sujetos de estudio, más allá de un estrecho criterio etario. En una segunda parte, se discuten los principales conceptos teóricos que se van a utilizar para el análisis y la interpretación de los resultados de la investigación empírica, así como actitudes políticas, confianza en las instituciones y eficacia política (externa e interna). En una tercera parte se explica la metodología del estudio empírico (encuesta en vivienda) y se presentan el análisis cuantitativo de los resultados, en relación con los principales conceptos teóricos. En la cuarta parte, se presentan las conclusiones sobre las actitudes políticas de la juventud mexicana, así como posibles líneas para futuras investigaciones.
1. DE JUVENTUD, JÓVENES, SUJETOS JUVENILES: LA COMPLEJIDAD CONCEPTUAL Y EL RETO TRANSDISCIPLINARIO Una pregunta que puede parecer ingenua hoy en día: ¿desde cuándo hablamos de “jóvenes”? La mirada histórica nos puede decir que es una categoría sociocultural bastante reciente (se debe especificar que no estamos tocando aquí los criterios biológicos o biologistas, que, de una u otra manera, se adaptan o se quieren adelantar a los criterios socioculturales). Los “juvenólogos” están de acuerdo que los jóvenes (como nueva etapa de vida, entre la infancia y la adultez) son el producto de la sociedad moderna y del capitalismo; sobre todo, la institución de la educación obligatoria es la que marca por primera vez una condición intermedia entre la infancia y el ser adulto. También se tiene que tomar en cuenta el estado del bienestar (el Welfare state) que surge después de la segunda guerra mundial. No se puede decir que antes no había jóvenes: sólo que esta etapa de transición entre niñez y adultez era muy corta y los jóvenes tenían “prisa en adultizarse” por decirlo de alguna manera, sobre todo a través de la condición de padres; los niños se insertaban en la vida laboral muy temprano, desde los 8 o 10 años de edad, hasta que el sistema educativo impone una nueva etapa en sus vidas. No se tiene que subestimar tampoco el factor demográfico: con la prolongación de la esperanza de vida, también es posible que surja esta etapa intermedia entre infancia y adultez. Un dato relevante es que la expectativa de vida en 1910 era de 29.5 años, lo que hoy se considera, por IMJUVE e INEGI, como el límite etario superior para los jóvenes1.
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Pérez Islas, José Antonio y Maritza Urteaga Castro-Pozo, coordinadores, Historias de los Jóvenes en México. Su presencia
en el siglo XX, Instituto Mexicano de la Juventud, México, 2004, passim.
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Conceptualmente, es necesario hacer una primera diferencia entre “la juventud”, como una categoría sociocultural y “los jóvenes”. De acuerdo a Sergio Balardini, “jóvenes hubo siempre, pero juventud no (…) la juventud como tal (no los jóvenes) es un producto histórico resultado de relaciones sociales, relaciones de poder, relaciones de producción que generan este nuevo actor social (…) es un producto histórico que deviene de las revoluciones burguesas y del nacimiento y desarrollo del capitalismo.”2 De acuerdo a Rossana Reguillo3, se pueden identificar tres momentos fundacionales en la emergencia del actor joven en México, en la segunda mitad del siglo pasado: la emergencia del actor político juvenil en su categoría “estudiantil” con el movimiento del 68; la emergencia del joven popular urbano a través de las “bandas juveniles”, desde los años 60 hasta los 80s y la emergencia de las “culturas juveniles”, que se inscriben en la globalización cultural de los años 90. Actualmente, se considera que la juventud es “una construcción social de una fase particular en el ciclo de vida, que cambia de forma, de contenido a través del tiempo y del espacio (…) una concepción sociocultural de la juventud como construcción relacional entre los actores juveniles y los agentes de sus entornos sociales inmediatos (adultos, ancianos, jóvenes y niños) y los entornos más lejanos pero presentes.”4 La misma autora afirma que es importante también considerar que la juventud, como variable del análisis social, no se puede separar de otras variables, como la clase, la etnia y el género, que le dan heterogeneidad al interior. Si bien una primera separación conceptual se debe hacer entre “juventud” (como concepto, como variable) y “jóvenes”, una segunda precisión teórica vierte sobre la diversidad interna del concepto de “juventud”. La propuesta teórica es más bien hablar de “juventudes,” tomando en cuenta la multiplicidad de esta categoría cruzada con género, clase, etnia, entre otros. Es importante subrayar el proceso histórico que nos lleva desde “la juventud”, como un gran grupo social, encaminado a la revolución y al movimiento social, en una sociedad de metanarrativas de la justicia social, como en los años 60; a “Juventudes”, en la sociedad de los años 90. Este proceso se debe a la perdida de la metanarrativa social, al posmodernismo, al narcicismo social, a la individualización de las sociedades; hoy podemos hablar de un multiculturalismo juvenil.5 Balardini, Sergio, “De los jóvenes, la juventud y las políticas de la juventud”, en Ultima Década,Chile, Centro de Investigación y Difusión Poblacional de Achupallas, septiembre, número 13, 2000, p. 11. 3 Reguillo, Rossana, “Presentación”, en Reguillo, Rossana (coordinadora), Los Jóvenes en México, Fondo de Cultura Económica, Conaculta, México, 2010, pp. 9-10. 4 Urteaga, Maritza, “Género, clase y etnia. Los modos de ser joven”, en Reguillo, Rossana (coordinadora), Los Jóvenes en México, Fondo de Cultura Económica, Conaculta, México, 2010, pag. 18. 5 Balardini, op.cit, p. 15. 2
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Es este un multiculturalismo que se empieza a formar desde los años 70, con las múltiples culturas juveniles, estudiadas por las ciencias sociales tanto en Europa (Inglaterra) como en América Latina. Por lo tanto, se considera el estudio del sujeto joven desde la perspectiva cultural, pero con una consecuencia importante: se dejan fuera a los que no son parte de estas culturas. Se estudian a los jipitecas, darketos, punks, etc., pero faltan, hasta en la actualidad, estudios sobre los jóvenes de clase media y alta que sí escogen integrarse en la sociedad, que sí logran caminar la avenida de la educación y la integración al mundo laboral, que se consideran dos de los criterios que se utilizan, desde una perspectiva sociocultural, a definir al sujeto joven. Otro tema de debate en los estudios de juventud -y la vez una limitante metodológica- es el problema de la edad: ¿entre qué años se es joven? La literatura actual maneja varios rangos: de 12 a 29 años, de 15 a 29 años o hasta los 35 años, en algunos estudios europeos. Si bien la pregunta es válida, sobre todo para poder hacer estudios cuantitativos donde la variable se tiene que delimitar, la respuesta es, según Pérez Islas 6, la conjunción entre la edad biológica y la edad social. En otras palabras: se deben de tomar en cuenta las coordinadas socioculturales que demarcan los territorios de transición del sujeto joven hacia la adultez, para poder analizar y determinar la localización de un sujeto en la etapa sea de “juventud”, sea de “adultez”. Esto es, la edad no es el único criterio a tomar en cuenta; lo más importante, según el mismo autor, son las cinco transiciones que marcan la etapa entre la adolescencia y la adultez, y que asimismo se incorporan en el dinamismo del ser joven: dos vinculados con el espacio público: terminar estudios e incorporarse al primer trabajo, y tres con el espacio privado-familiar: dejar la casa paterna/materna, tener una pareja estable y tener el primer hijo.7 Sin embargo, estos criterios son severamente cuestionados por la dinámica social y económica actual, no sólo en América Latina, sino también en Europa. Sergio Balardini menciona algunos de los criterios que, si bien vigentes desde 1960 hasta los 80s, han ido cambiando paulatinamente desde los 90, lo que cambia también la discusión epistemológica sobre la(s) juventud(es). En primer lugar, la moratoria de responsabilidades sociales, vigente en las décadas de los 60 y 70, ya no son vigentes hoy, en un contexto en el cual, por ejemplo, el acceso a la educación o al trabajo es mucho más difícil e implica decisiones que deben tomar los propios jóvenes. En segundo lugar, las transiciones que definían la condición de joven, como salir de la familiar primaria para tener la propia, del sistema educativo al mundo del trabajo, de la dependencia a la autonomía, de la socialización primaria (familia y amigos) a participación en instituciones sociales y políticas tradicionales, son también desafiadas hoy en día. En muchos casos, los caminos son circulares (se sale de la casa paterna, pero también se regresa, se entra en el mundo laboral, pero a través de relaciones informales, en la economía familiar o se regresa al mundo educativo para especializarse), o las transiciones son parciales, como en el caso de la Pérez Islas, José Antonio, “Las transformaciones en las edades sociales. Escuela y mercados de trabajo”, en Reguillo,Rossana, Reguillo, Rossana (coordinadora), Los Jóvenes en México, Fondo de Cultura Económica, Conaculta, México, 2010, pág. 53. 7 Pérez Islas, op.cit, p. 57. 6
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dependencia/autonomía o la participación social y política, especialmente esta última que es un tema de investigación en sí. Según Balardini, los jóvenes de hoy se agrupan de manera informal, fuera de las instituciones tradicionales, y lo hacen para una gestión concreta y no para una representación de intereses, como los jóvenes de los años 60 y 70. Pérez Islas señala dos nuevas condiciones posibles o redefiniciones en la condición juvenil, a principio del siglo XXI, que impacta en las definiciones de clases de edades (entendidas como la combinación de la edad biológica con la edad social): la primera condición son los jóvenes permanentes, que no logran transiciones como inserción en el mercado laboral o tener un hogar propio, o lograr la autonomía de los padres; la segunda, la juventud truncada por un contexto de riesgo, como la violencia, el narcotráfico, o condiciones laborales precarias. Son dos condiciones a tomar en cuenta en el México del principio de la segunda década del siglo XXI, cuando los “ninis” son tema de noticias o de propuestas socio-políticas, y cuando se criminaliza a los jóvenes como partícipes de la violencia desatada por el narcotráfico. Un elemento importante en la definición de la clase de edad juvenil, además de la demografía, la educación y el mercado de trabajo (que son coordinadas que han surgido desde la mitad del siglo pasado), han sido los medios de comunicación y la industria del consumo en general, que delimitan un nicho joven y diseñan productos específicamente para los actores juveniles. Llegamos así a otra coordinada importante en la delimitación de la juventud: el consumo cultural y la interacción con los medios masivos de comunicación.10En los últimos años, con la explosión de las nuevas tecnologías, se añade un nuevo elemento: la tecnología. Los medios (que desarrollan representaciones sociales de lo juvenil, que proponen productos para los jóvenes, que desarrollan historias para la juventud), y las nuevas tecnologías de comunicación, introducen en la ecuación nuevos parámetros para delimitar y definir la pertenencia de los sujetos a la categoría sociocultural de “juventud”.
2. JÓVENES Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA Un lugar común del discurso público sobre los jóvenes es la apatía de estos en cuanto a la participación de las “cosas públicas”. El discurso político se queja de la ausencia de los jóvenes en las instituciones tradicionales de participación democrática, de su desinterés hacia el espacio público político, de su abstencionismo electoral Otros discursos los estigmatizan como sujetos pasivos, “ninis”, que rechazan la integración en la sociedad. Es a partir de estas líneas discursivas que abundan en los medios que hemos decidido indagar un poco más en las percepciones de los jóvenes hacia el mundo político. Para empezar, tenemos que precisar el significado de tres conceptos importantes: eficacia política, confianza política y legitimidad; los tres nos llevan a definir el concepto de participación política. 10
Pérez Islas, José Antonio, op.cit, p. 74.
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Por eficacia política se entiende “el desempeño real, en la medida en que el sistema satisface las necesidades básicas del Gobierno, tal como la gran mayoría de la población y los grupos poderosos contenidos en ella (…) las encaran” 11. Por lo tanto, la eficacia política tiene un carácter instrumental y objetivo: el régimen funciona y también sus instituciones. La literatura distingue entre dos tipos de eficacia política: la eficacia política externa y la eficacia política interna. Por la eficacia política externa se entiende la percepción de los ciudadanos de que las instituciones de la democracia representativa toman en cuenta sus intereses y los representan; es el sentir o percibir de la ciudadanía de ser representados por estas instituciones, como los partidos políticos, la presidencia, o los diputados y los senadores. Por eficacia política interna se entiende la percepción de los ciudadanos de poder influir o incidir en las tomas de decisiones de las mismas instituciones de la democracia representativa. La legitimidad, de nuevo de acuerdo a Lipset12 “implica la capacidad del sistema para engendrar y mantener la creencia de que las instituciones políticas vigentes son las más apropiadas para la sociedad”. Así, la legitimidad tiene un carácter evaluador, un juicio subjetivo que incluye los valores de los grupos y del sistema político. La estabilidad de la democracia depende de la eficacia y de la legitimidad de su sistema político. Sin embargo, los estudios empíricos a efectos de medición han introducido un tercer concepto, el de confianza política que está vinculado con la legitimidad. Es importante precisar que esta confianza política se refiere al gobierno, mientras que la legitimidad se relaciona con el sistema político en general13. El concepto de “confianza” ha sido objeto de varios estudios donde se ha evaluado qué factores influyen en su presencia (desagregándola como confianza en el gobierno, en las instituciones etc.). En ellos se ha encontrado que algunos de estos factores son: las evaluaciones sobre el desempeño económico, los factores socio-culturales, como las percepciones sobre el crecimiento del crimen, las evaluaciones de los ciudadanos sobre el desempeño del presidente y de las instituciones políticas y los escándalos políticos y el enfoque o tratamiento informativo dado por los medios a la corrupción política.14 Además, la confianza política ha sido una de las principales variables que se ha utilizado para explicar la participación electoral, aunque los estudios han encontrado resultados contradictorios: si de un lado, la confianza política se correlaciona de manera positiva con la participación electoral, se ha encontrado también que ésta se correlaciona de manera Lipset, 1967, citado en Pereira Porto, Mauro, “La crisis de confianza en la política y sus instituciones: los medios y la legitimidad de la democracia en Brasil”, en América Latina Hoy, agosto, vol 25, Universidad de Salamanca, 2000, p. 24. 12 Lipset 1967 citado en Pereira Porto, M., op.cit, p. 24. 13 Pereira Porto,M., op.cit., p. 25. 14 Chanley, V. A., Rudolph, T. J. y Rahn, W. M., “The Origins and Consequences of Public Trust in Government. A Time Series Analysis”, en Public Opinion Quarterly, 2000, 64(3), pp. 239-254. 11
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positiva con la participación política convencional (que incluye la participación electoral)15. Otro concepto importante es la participación política, que se entiende como la relación entre gobierno y gobernados/ciudadanos que hace posible la construcción y el funcionamiento de la democracia.16 La forma más directa y recurrente es la participación política electoral, mediante el voto. Otras formas son el interés en la política, la participación en debates sobre asuntos políticos en ámbitos informales (amigos, familia) y formales, y la participación en organizaciones tradicionales o no tradicionales (partidos políticos, asociaciones). Por participación política se entiende, de manera tradicional, la manera en la cual los ciudadanos pueden influir en las decisiones políticas, siendo el voto la más directa, además de la participación indirecta como la implicación en campañas políticas, participación en organizaciones formales, de tipo weberiano (reguladas, jerárquicas, burocráticas), como las iglesias vinculadas con los partidos cristiano-democráticos, los sindicatos, las cooperativas, las organizaciones voluntarias etc. Si bien esta definición se desarrolla en los años 50 y 60 con el auge del estado del bienestar, los 68 y los movimientos sociales de protesta han provocado una reconsideración de las formas de participación política. 17 Los movimientos sociales, extraordinarios en los 60, se han vuelto comunes en los 70 y 80, con el auge del feminismo, el pacifismo, y de manera más reciente, los movimientos ecológicos, por ejemplo. De esta manera, se desarrolla el concepto de “participación no convencional” que es aquella que no considera los canales tradicionales de la democracia representativa para buscar influir en las decisiones políticas. La forma más representativa de esta participación no convencional son las movilizaciones sociales.18 Pippa Norris 19 propone diferenciar entre dos formas de participación política: “citizenoriented” y “action-oriented or cause-oriented”). Las primeras son equivalentes a la participación convencional, donde el ciudadano de una democracia representativa utiliza los canales tradicionales e institucionales de la misma para influir en las decisiones políticas. Las segundas se refieren a acciones orientadas a causas que se enfocan a problemas específicos, por ejemplo las políticas de los consumidores, peticiones, manifestaciones y protestas. Sabucedo Cameselle, José Manuel, Psicología Política, Editoria Síntesis, Madrid, 1996, p. 103. Alejandre Ramos, Gonzalo y Claudio Escobar Cruz, “Jóvenes, ciudadanía y participación política en México,” en Espacios Públicos, México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UAMex, año. 12, vol. 25, 2009, p. 104. 17 Norris, Pipa, “Democratic Phoenix. Agencies, Repertoires, and Targets of Political Activism”, Conferencia presentada en la Conferencia American Political Science Association, Boston Septiembre 2002. Disponible en línea: http://www.hks. harvard.edu/fs/pnorris/Acrobat/APSA%202002%20Democratic%20Phoenix.pdf (última fecha de consulta 31 de enero 2012) 18 Norris, Pipa, op.cit, p. 2-3. 19 Norris, Pipa, “Young People and Political Activism: From the Politics of Loyalties to the Politics of Choice?”, Ponencia presentada en la conferencia “Civic engagement in the 21st Century: Toward a Scholarly and Practical Agenda”, Universidad de California de Sur, octubre 2004. Disponible en línea, http://www.hks.harvard.edu/fs/pnorris/Acrobat/COE%20 Young%20People%20and%20Political%20Activism.pdf, última fecha de consulta 31 de enero 2012. 15
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Las acciones orientadas a causas se han desarrollado de tal manera que hay una línea borrosa entre lo político y lo social, con el impacto de los valores postmateriales como ecología, género, globalización, etnicidad y sexualidad. Las acciones orientadas a causas no tienen como meta sólo a los actores políticos (gobiernos, políticos, partidos) sino otros actores sociales, en los sectores públicos, privados o non profit, tanto nacionales como transnacionales. Esto sería una primera modificación en la participación política: la modificación en las formas o repertorios de las mismas, que encabezan sobre todo los jóvenes, de acuerdo a Pipa Norris. 20 Mannarini, Legittimo y Taló afirman que hay evidencia, en los últimos años, que los jóvenes se han distanciado de los canales tradicionales de la participación política (voto, participación indirecta como participación en campañas políticas, afiliación partidista, interpelaciones directas de los políticos). Sin embargo, los jóvenes escogen implicarse en los procesos políticos sobre todo a través de actividades sociales y civiles: la participación de los jóvenes no es sólo social o sólo política, sino que es socio-política, lo que nos lleva a un nuevo concepto: el de la participación social, además de la participación convencional y no convencional21. Tres son las características principales de la participación social. Primero, es la prevalencia de las relaciones horizontales e igualitarias (a diferencia de las relaciones jerárquicas de los partidos políticos, por ejemplo, o de otras organizaciones objeto de la participación política tradicional). La segunda característica se refiere a la presencia de motivaciones pro-sociales, y la tercera a estructura de redes con conexiones débiles.22 Además de una modificación en las formas o repertorios de participación política, se han transformado las agencias o los canales de las mismas. Además de los canales tradicionales, como las organizaciones de la democracia representativa, aparecen nuevas formas, como los movimientos globales, desterritorializados, internacionalizados, horizontales, con una conformación de redes y los cuales, recientemente, tienen auge a través de las redes sociales virtuales.23 De otro lado, Martín Hopenhayn afirma que el impacto de la globalización en la ciudadanía se da en dos niveles muy disímiles. El primero es el tipo político y cultural, que se caracteriza por una difusión de una sensibilidad proclive a los valores de la democracia y el respeto a los derechos humanos, a veces asociado a lo “políticamente correcto”, respecto a las normas del estado de derecho, la tolerancia ante la diversidad cultural y étnica. Esta difusión podría explicar, por ejemplo, porqué las variables “tradicionales” en los estudios cuantitativos sobre la democracia reciben altas calificaciones. Norris, Pipa, op.cit., p. 3-5. Mannarini, T., Legittimo M., y Taló, C. “Determinants of social and political participation among youth. A preliminary study”, en Psicología Política, vol. 36, 2008, pp. 95-117. 22 Mannarini, T., Legittimo M., y Taló, C, op.cit. 23 Norris, Pipa, op.cit., pág. 7. 20 21
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Es políticamente correcto reconocer que un sistema democrático es preferible a cualquier otro sistema o declarar que el voto es importante. El segundo es de tipo económico y financiero, en un escenario en el cual la globalización financiera debilita el Estado nación, amenaza los derechos económicos y sociales de los ciudadanos de este Estado, y promueve actores multi o transnacionales a los cuales los ciudadanos se deben remitir para hacer valer sus derechos.24 Así, según Hopenhayn, el ciudadano deja de ser un depositario de derechos promovidos por el Estado y busca convertirse en un sujeto que participa en ámbitos de “empoderamiento” que va definiendo según su capacidad de gestión y la evaluación que hace sobre la posibilidad de gestionar una demanda específica. Crece el consumo individual, disminuye el espacio público del estado y aumenta la dispersión de campos en la producción de sentido y en la interacción de sujetos. Esta individualización, pero también globalización del ciudadano, impacta directamente en las formas de participación política y en la diversificación de la misma.25Así, prácticas una vez individuales y privadas son llevadas al campo de lo público y del reconocimiento de derechos: diferencias de género, etnia, preferencias sexuales, consumo de drogas, en movimientos que caracterizan participación no convencional y participación socio-política. Retomando entonces la disyuntiva entre la juventud y la participación política, varios estudios han concluido que los jóvenes son más presentes en las formas de participación no convencional, mientras que, si bien respetan las instituciones democráticas tradicionales, son más críticos sobre el funcionamiento de las mismas. En cuanto a las causas de la diferencia en la participación de los jóvenes y los adultos, se han tomado en cuenta tres factores que la puede influir: el factor generacional o de cohorte (contexto donde se produce la socialización de cada generación), el factor de ciclo de vida y el factor contexto, además de otras variables sociodemográficas como edad, sexo, nivel socioeconómico y nivel educacional. Sin embargo, los hallazgos no son conclusivos Así, por ejemplo, Antonio M. Jaime Castillo encuentra que los efectos del ciclo vital son los más importantes; los más jóvenes en la edad de estudiar (18-24) son más proclives a la participación no convencional que los de 25 a 29 años de edad que entran en otro ciclo de vida; el nivel educacional influye: a mayor educación, mayor participación. También, que el nivel de participación de los jóvenes no ha disminuido en las décadas de 1980 a 2000: se ha incrementado la participación no convencional 26. Pippa Norris, trabajando con datos del European Social Survey, llega a conclusiones similares: el activismo encaminado hacia causas (participación no convencional) es más común entre los jóvenes que el activismo encaminado hacia causas ciudadanas, o participación convencional, especialmente baja entre los más jóvenes (18 a 24 años). Hopenhayn, Martín, “Viejas y nuevas formas de ciudadanía”, en Revista de la Cepal, no. 73, abril 2001, págs. 117-118. Hopenhayn, M., op.cit., pág. 119. 26 Jaime Castillo, Antonio M., “Trayectorias de participación política de la juventud europea: ¿Efectos de cohorte o efectos de ciclo vital?”, en Revista de Estudios de Juventud, Instituto Español de Estudios de Juventud, no. 81, 2008. 24
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También encuentra que sólo el 41% de los jóvenes sienten cercanía para un cierto partido político, menor que los mayores de 30; los mismos mayores de 30 tienen mayor interés en política y satisfacción con el gobierno. Sin embargo, los jóvenes demuestran mayor sentido de eficacia política y mayor confianza en las instituciones. Concluye Norris que, en cuanto a formas de participación, la participación convencional es más común entre los 30 y 60 años de edad y la participación no convencional, en los menores de 30, lo que lo atribuye a un efecto de ciclo de vida. En el mismo tiempo, los jóvenes tienen mayor probabilidad de participar en acciones sociales que las generaciones de sus padres o abuelos, lo que sugiere un cambio social. De la misma manera, los jóvenes participan más en organizaciones no convencionales que los mayores de 30, lo que sugiere un efecto de ciclo de vida 27. En las palabras de la autora. “En vez de ser apáticos, los jóvenes están más orientados a participaciones no convencionales y se alejan de las formas convencionales de participación política, lo que indica un desarrollo de múltiples canales de acción cívica, movilización y expresión que suplementan las modalidades tradicionales, lo que representa un importante desafío para la democracia representativa.” 28 Además de los efectos de ciclo de vida, generacional y de contexto, hay otras variables que se han considerado que intervienen en el nivel de participación, como el interés en la política, la confianza en las instituciones, el cinismo político, la eficacia política y el capital social.
3. ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS Brevemente, vamos a mencionar que los resultados que se presentan a continuación son los de una encuesta en vivienda, levantada en agosto del 2011 por Gabinete de Comunicación Estratégica; el tamaño de la muestra fue de 3,000 casos (1,500 mayores de 30 y 1,500 18-29 años); el margen de error para los resultados de toda la muestra es menor a +/-1.8 a un nivel de confianza de 95%, y para los resultados por segmentos de edad es menor de +/-2.53 con un nivel de confianza de 95%. Primero, algunos datos sobre las variables que la literatura ha encontrado que tiene impacto sobre la participación política, como el interés en la política, la confianza en las instituciones, eficacia política, y las formas de participación política. En cuanto al interés en la política, calculando los promedios (en una escala de 1 a 5, donde 1 es nada de interés y 5 es mucho interés) aparentemente hay diferencias entre los grupos de edades. Con un F(2, 2980) = 4.274, p =.014< .05, 27 28
Norris, Pipa, op.cit., pp. 8-10. Norris, Pipa, op.cit., pp. 16-17.
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se observa que esta diferencia entre grupos es real – menor interés en la política para el grupo de 18-24 años y mayor para los 25 a 29 años, lo que nos remite a la teoría del ciclo vital; este interés crece con la edad. Se debe de tomar en cuenta que los promedios, todos, están por debajo de la media teórica, lo que indica una falta de interés en la política en todos los grupos etarios. Gráfica 1: Interés en la política
Otra variable que mide el interés en la política es el acuerdo o el desacuerdo con la afirmación de que “la política es tan complicada que la gente como yo no entiende”. En este caso, no tenemos diferencia entre los grupos etarios (F(1, 2948) = 2.872, p=.90 > .05), pero, otra vez, todos los promedios están por debajo de la media teórica (M=3), lo que nos habla de un acuerdo generalizado sobre la complejidad de la política. Gráfica 2: Acuerdo con la afirmación “la política es tan complicada que la gente como yo no la entiende” (escala de 1 a 5)
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En cuanto a la confianza en las instituciones, destaca en primer lugar que las instituciones de mayor confianza son, en este orden: la familia, la iglesia, la Universidad Autónoma del Estado, el ejército, otras universidades, el CNDH, la Comisión Estatal de Derechos Humanos, los Medios, el IFE, el Instituto Estatal Electoral, y, apenas en el lugar 11, una institución de la democracia representativa: el gobernador. Es un dato muy interesante para un debate en cuanto a la legitimidad de la democracia representativa en México. Tabla 1: Promedios de confianza en las instituciones.
Si bien el promedio total de confianza en las instituciones está por debajo de la media teórica en todos los grupos de edad (M=3), no hay diferencias significativas entre estos grupos (F(2, 2992) = .047, p=.638 > .05). Gráfica 3: Confianza en instituciones, promedios totales. Escala de 1 a 5.
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En cuanto a la eficacia política, tanto interna como externa, las dos están por debajo de la media teórica, y, a diferencia del estudio de Norris, no se encuentran diferencias significativas entre los grupos de edades, esto es, los jóvenes no tienen un mayor sentido de la eficacia política que los adultos. Gráfico 4: Eficacia política externa (qué tanto toman en cuenta las opiniones de usted las siguientes instituciones) (Escala 1 a 5, M=3). F(2, 2983) = 1.407, p > .05
Gráfica 5: Eficacia política interna: incidir en las decisiones de los políticos: la gente como yo incide poco en las decisiones políticas (escala de 1 a 5, desacuerdo-acuerdo, M=3). F(1, 2900) = .047, p=.828 > .05
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Gráfica 6: Eficacia política (interna y externa). F(2, 2983) = 1.407, p=.245 > .05
Lo mismo se puede decir para la calificación del funcionamiento del sistema democrático, cuyo promedio, en todos los grupos de edades, es por debajo de la media teórica, sin diferencias estadísticas entre los grupos, lo que nos recuerda la hipótesis de los ciudadanos críticos con el funcionamiento de las instituciones representativas, aunque respetuosos de las mismas. Gráfica 7: Promedio funcionamiento del sistema democrático (escala de 5 a 10, M=7.5)
La importancia del voto, una de las expresiones de la participación política muy convencional, goza de un promedio por arriba de la media teórica, y, una vez más, sin diferencias estadísticas entre los grupos de edades. Es la única variable de las que componen la participación política que tiene un promedio por arriba de la media teórica, lo que nos habla, en todo los grupos de edades, de ciudadanos comprometidos con el aspecto más tradicional de la democracia, un aspecto del siglo XIX: el voto.
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Gráfica 8: Importancia del voto. M=3 (escala 1 a 5). F(2, 2983) = 1.403, p =.352> .05
Lo interesante, a diferencia de los resultados europeos, es que la diferencia entre los grupos de edades aparece en el cinismo político. Para calcular esta variable, se tomaron en cuenta cinco variables elaboradas como acuerdo/descuerdo en una escala de 1 a 5 con las siguientes afirmaciones: “Las personas como yo inciden poco en lo que el gobierno hace o decide”; “La política es tan complicada que las personas como yo no pueden realmente entender qué es lo que pasa”; “Creo que a los funcionarios oficiales y los políticos les importa poco lo que las personas como yo piensan”; “Los partidos políticos están sólo interesados en los votos, pero no en la opinión de la gente”; “Creo que para personas como yo, los jueces y el sistema de justicia no funcionan como deberían”. El cinismo político (también conocido como desafección con el sistema democrático) se ve marcado claramente en la percepción de los partidos políticos como interesados sólo en los votos (con un promedio por arriba de la media teórica y una diferencia estadística clara entre los grupos de edades); al nivel acumulado para todas las variables que miden el cinismo político, se observa una tendencia de diferenciación entre los grupos con un p=0.51 y un promedio arriba de la media teórica; los más jóvenes (18-24 años) son los menos cínicos; el cinismo aumenta con la edad. Son estos resultados que contradicen, por lo tanto, muchas de las teorías de apatía de los jóvenes; nuestros más jóvenes, a pesar de su exposición a los medios, son menos cínicos en los asuntos políticos que los mayores de edad; son los que, más fácilmente, podrían volver a creer en una democracia representativa.
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Gráfica 9: Cinismo político. F(2, 2973) =2.974, p=0.51 > .05
Finalmente, las formas de participación. Es interesante ver que la forma de participación convencional, el voto, es considerada en todos los grupos de edades como la más efectiva para cambiar las cosas, sin diferencias entre los grupos de edades, seguida por “hacer bien lo que a mí me corresponde”. El dato más interesante aquí es que no se han demostrado diferencias al interior de los grupos por el criterio etario: los que piensan que el voto es efectivo, son tanto jóvenes como adultos. Esto nos lleva a la hipótesis de que el factor de la socialización primaria y secundaria previa a los 18 años de edad es un factor importante en determinar la participación política sea convencional o no convencional, más allá del efecto de cohorte o el efecto de ciclo de vida: una vez llegados a los 18 años, los jóvenes escogerán la forma de participación que han aprendido en sus años de adolescencia, en la familia y en la escuela. Tabla 2: Formas de participación política: ¿Qué es más efectivo para que usted pueda influir y cambiar las cosas? X2(6) = 7.898, p=.246 > .05
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4. CONCLUSIONES En primer lugar, se observa una diferencia en el interés en la política entre los jóvenes de 1824 años (con el más bajo interés), los de 25 a 29 años y los mayores de 30. Sin embargo, estamos aquí hablando de la política “tradicional”; un concepto más restringido que los “asuntos públicos en general”. En segundo lugar, llama la atención el índice de confianza en las instituciones. A nivel general se puede afirmar que tenemos mayor confianza en las instituciones no representativas, premodernas y jerárquicas: familia, iglesia, ejército, mientras que hay menor confianza en las instituciones de la democracia representativa: gobierno, presidencia, partidos políticos. Hay una tendencia de diferencia entre los grupos de edad (p=.052>.05) En cuanto a la importancia del voto, no se han encontrado diferencias entre los grupos de edades: para todos, el voto es muy importante (y se debe subrayar esta conclusión, ya que es la forma más tradicional de participación política convencional). En la eficacia política, tanto externa como interna, se han encontrando bajos niveles y sin diferencia por grupos de edad. De la misma manera, en cuanto a la participación política, la diferencia entre grupos no se demuestra: el comportamiento electoral tradicional es igual entre los grupos de edades, lo que contradice tanto el ciclo vital, como el patrón generacional y el factor del contexto. Sin embargo, esto nos hace desarrollar una hipótesis para estudios posteriores, que tomen en cuenta el papel esencial de la socialización primaria y secundaria en el desarrollo de las formas de participación política y convencional. Finalmente, otra variable del análisis fue cinismo político o desinterés/desencanto en la política; de manera sorprendente -y quizá el hallazgo más importante de este estudio- se encuentran diferencias entre los grupos de edades, con los más jóvenes indicando menor cinismo político comparados con los mayores de 30 años. Es este un hallazgo que merece estudios posteriores, por tener también posibles implicaciones en las teorías sobre el papel de los medios en la generación del cinismo político.
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Audiencias y Ciudadanos Jóvenes. Análisis de prácticas políticas entre jóvenes universitarios en Internet María Rebeca Padilla de la Torre Universidad Autónoma de Aguascalientes
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RESUMEN Esta investigación analizó las prácticas políticas de jóvenes universitarios, en Internet, durante las campañas y elecciones locales en la ciudad de Aguascalientes, México, en el 2010. A través del registro de diarios en línea y sesiones de grupo presenciales, se explica su naturaleza y las reflexiones y autocríticas de los propios jóvenes sobre ellas. Los resultados muestran que las prácticas políticas en la red representan un porcentaje muy bajo con respecto a otras. Sobresale la capacidad de los jóvenes para generar comunidades en la red, sin embargo estas no están orientadas hacia la construcción de comunidades políticas participativas y democráticas.
I.
INTRODUCCIÓN
A
ctualmente, las nuevas generaciones de ciudadanos arriban al escenario político con mayores competencias para el manejo de las diversas modalidades de tecnología digital. Esta realidad puede observarse a nivel internacional, en donde las redes sociales en Internet han sido claves en la organización juvenil para oponerse a regímenes dictatoriales o manifestar su inconformidad ante sus gobiernos, principalmente en el caso de los países del norte de África y en España. La comunicación política se ha complejiza debido al quehacer de promoción de los candidatos políticos, de manera presencial en la plaza pública, se ha agregado el “nuevo” espacio público (Ferry, 1998; Aceves, 2002), que los medios han acaparado, en una lucha y tensión por el poder entre los actores políticos tradicionales como el Estado y los partidos. Este “nuevo” espacio público adquiere mayor presencia y desdibuja a la comunicación más cercana de los actores políticos con los ciudadanos, en esta lógica emerge ahora además el espacio público “digital”.1 Este aspecto mediatizado/digital de la política contemporánea es muy discutido tanto entre las opiniones cotidianas y en el campo académico, como una práctica de comunicación política en donde las relaciones del poder, el quehacer político de diversos actores y de los medios masivos de comunicación han ganado un descrédito por su desempeño entre los ciudadanos. En tiempos y coyunturas políticas, los excesos y el manejo deshonesto de la información, tanto de los políticos como de los medios, han provocado un desencanto. Para los ciudadanos más jóvenes es una de las razones por las cuales la política es objeto de desinterés y rechazo. Lo que es una realidad más común para la mayoría de los jóvenes, es la política representada y narrada principalmente por los medios de comunicación y de ahora por Internet. Los ciudadanos más jóvenes, que recién se estrenan en este status, se desenvuelven con mejores competencias comunicativas en la convergencia digital, en sus nuevas lógicas y lenguajes. En sentido estricto, el espacio público “digital”, también es un espacio mediatizado, dado que no hay una comunicación presencial, “cara a cara”, sin embargo se hace la distinción debido a que tiene otras características distintas a la comunicación masiva tradicional, siendo la principal la posibilidad de la comunicación interactiva. 1
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Martín Barbero, (2006) las define como “un regalo con el cual insertarse en la velocidad de los tiempos”. ¿Realmente es un don?, ¿qué hacen estas nuevas generaciones con él? En este marco, se plantearon preguntas de investigación, ¿este “don” o capacidad redunda en una cultura política democrática? ¿Las esperanzas cifradas en las posibilidades de democratización de la comunicación a partir de la Internet se están volviendo una realidad emergente entre los nuevos ciudadanos? En esta ponencia se presentan los principales resultados de un estudio realizado en la ciudad de Aguascalientes, México, entre jóvenes universitarios, en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, una institución de educación superior pública. Los hallazgos permiten discutir la situación en un ámbito local con relación a las tendencias mundiales, aportando una comprensión matizada entre las posturas extremas entre el optimismo y fatalismo sobre el papel de Internet en la participación de los jóvenes en la búsqueda de comunidades políticas más democráticas.
EL PAPEL DEL INTERNET ENTRE LAS AUDIENCIAS Y CIUDADANOS JÓVENES Existen varios estudios que abordan el tema de jóvenes y política o de jóvenes e Internet, pero en México son muy escasas las investigaciones que trabajen estas tres temáticas puestas en relación. Revisando la literatura a nivel internacional, existen trabajos que se interesan en las prácticas políticas en la red con relación a los jóvenes. Fundamentalmente han tenido como objetivo revisar y evaluar la comunicación política que se dirige a ellos. Otros temas relevantes son comprender mejor la brecha digital entre los propios jóvenes, a pesar de que son el grupo de edad que más utiliza el Internet; la relación de la apropiación del espacio público, físico, es decir las calles y plazas en las ciudades, con la generación del espacio público digital y los nuevos sentidos de lo político que surgen entre los jóvenes. Esto se refiere a que existe un interés en los problemas públicos y sobre el desempeño del poder y gobierno, pero un alejamiento de su participación en las prácticas políticas formales (Padilla y Flores, 2011). A nivel teórico, esta investigación partió de dos desplazamientos centrales en los conceptos de audiencias y ciudadanía en la era de Internet, provocados por los cambios que la comunicación digital interactiva introduce en las lógicas tradicionales sobre el papel de los medios masivos en la conformación de una esfera pública y la participación de los actores políticos y ciudadanos en ella. Los estudios de audiencias precedentes no deben desecharse frente al arribo de Internet, dado que la comunicación digital no sustituye la masiva, sino que convergen. El conocimiento generado sobre las audiencias se mantiene pertinente, sin embargo debe problematizarse y resituarse en el nuevo escenario reconfigurado (Livingstone, 2004; Orozco, 2011). Por otra parte, el concepto de ciudadanía, con relación a los jóvenes, en Internet se sitúa en el plano de lo sociocultural, debido a que como argumentan
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Hermes (2006) y Reguillo (2003), las características interactivas del Internet permiten que los usuarios se integren entre sí, como públicos alrededor de temas que se comparten por pertenecer a identidades y marcos socioculturales comunes, por ello, la ciudadanía cultural se vuelve una dimensión esencial para entender la lógica de la ciudadanía política que viven los jóvenes en Internet. En sentido estricto, la ciudadanía política, se comprende como el acuerdo de una comunidad y un Estado nacional, en donde todos sus integrantes son considerados y tratados como iguales, y a partir de ello se establecen relaciones de derechos y obligaciones que se respaldan legal e institucionalmente. Como claramente distingue Lechner (2002), el concepto de ciudadanía constituye no una realidad, sino un horizonte o meta deseable, una tarea difícil y nunca totalmente acabada de un orden deseado. Históricamente la ciudadanía ha sido un concepto que se ha construido a partir de una ampliación en la toma de conciencia de los derechos y obligaciones individuales (Marshall, 2005). Esta ampliación de la conciencia, no ha sido en un sentido evolutivo, sino incluso existen etapas de claro retroceso. Además, su conformación no ha sido nítida debido a que existen diferentes posturas, fincadas en la filosofía política que se traducen en una polaridad entre la perspectiva liberal, a favor del sujeto individual y sus derechos, y la republicana, que enfatiza el vínculo del ciudadano con su comunidad política, anteponiendo el bien común a su propia particularidad y diferencia, lo cual ha sido cuestionado como una falsa dicotomía (Bárcena, 1997; Sermeño, 2004). En esta investigación se trabajó el concepto de “ciudadanía” vinculado con el de la “práctica”, para conformar una definición de “prácticas políticas”. A partir del pensamiento de Bourdieu (1999) y De Certeau (2000) esta investigación centró su interés en “las maneras de hacer” cotidianas dentro de las determinantes fijadas por la producción sociocultural, es decir, el análisis se enfocó en la capacidad diversa y creativa de apropiación de los sujetos consumidores, sin desconocer que existe una estructura impuesta por los intereses de poder y económicos. (De Certeau, 2000). Sin embargo, el estudio de las prácticas políticas en Internet, implicó pensar éstas con relación a las prácticas en Internet en general. Esto significó que la investigación no abordó Internet en sí mismo, sólo como una estructura que da lugar a ciertas prácticas de comunicación distintas, sino que el interés se situó fundamentalmente en las prácticas mismas. Por ello, el marco conceptual de este estudio recuperó las ideas Castells (2002) y de Martín Barbero (2006), los cuales reconocen el papel de la tecnología como una mediación potente, y a la vez, las mediaciones estructurales que moldean su papel en la sociedad. Martín Barbero (2006) propone un mapa conceptual para mantener las tensiones entre comunicación, cultura y política vigentes.
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De una manera más concreta, Fuentes (2001) plantea una estrategia conceptual para el estudio de la Internet, basada en la teoría de la estructuración de Giddens (1995), en donde a través del estudio de las prácticas de comunicación, y no sólo considerando la tecnicidad de un medio, se constituyen un objeto de estudio integral y más completo que permita dar cuenta de una manera más amplia lo que significa estas prácticas socioculturalmente, es decir, como se reflexionan, se producen sentidos que se articulan y paulatinamente su acción se convierte en una agencia más amplia que logra estructurarse socialmente (Giddens, 1995). El trabajo conceptual de Fuentes propone tres categorías de análisis para el estudio de la Internet: información, comunicación y difusión. Coincide con Karakaya (2005) al proponer para el estudio de la participación política en Internet, tres facetas: Internet como fuente de información, como medio de comunicación y como un espacio público virtual. Esta investigación se circunscribió en estas propuestas, e intentó potenciar la experiencia acumulada de los estudios de comunicación, para comprender a las tecnologías de la información y comunicación como un producto de las prácticas socioculturales y como sitios en donde aprehender los tránsitos o cambios en los sentidos políticos a partir de la reflexividad de los propios sujetos (Giddens, 1995; Hand y Sandywell, 2002; Markham y Couldry, 2007).
LOS DIARIOS EN LÍNEA COMO MÉTODO DE INVESTIGACIÓN El objetivo general de esta investigación fue identificar y analizar las prácticas políticas que realizan los jóvenes universitarios utilizando como soporte mediático Internet, con relación a instancias políticas formales para recuperar su reflexividad con respecto a estas prácticas y definir cómo asumen a través de sus competencias comunicativas una cultura política. Para lograrlo, la aproximación fue sociocultural a través de una estrategia metodológica cualitativa e interpretativa. Consistió en combinar el registro de diarios en línea de un grupo de estudio conformado por catorce alumnos universitarios, con distintos perfiles, con nueve sesiones presenciales. Éstas tuvieron como objetivo dar seguimiento al registro de los diarios abordando de manera gradual distintas temáticas sobre Internet y política que se reflexionaron y discutieron entre los sujetos de estudio. Ambas técnicas se realizaron de marzo a julio del 2010, periodo durante el cual se llevaron a cabo las campañas para gobernador, presidente municipal y diputados locales en el Estado de Aguascalientes, México. En el diseño de la investigación, se supuso que el registro de diarios durante tiempos electorales representaría una coyuntura que permitiría visibilizar con mayor claridad las posibles prácticas políticas de los jóvenes en Internet.
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Los métodos de investigación basados en diarios se entienden como aquéllos que recopilan información a partir de datos escritos de manera periódica por los participantes en un estudio. En el caso de esta investigación, los diarios en línea fueron formalmente solicitados y tuvieron un mínimo de estructura, sólo situada en cuanto a la temática y la extensión. Temporalmente, pretendieron recuperar las prácticas cotidianas en Internet. Finalmente, se consideró la retroalimentación en el sentido de aclara dudas y motivar a los participantes a no abandonar la tarea, estableciendo las temáticas que se abordarían en los diarios y enviando recordatorios sobre la dinámica o si se daba un retraso en su registro. No se intervino con observaciones o comentarios sobre su contenido. Esto se debe a que a diferencia de algunos estudios en el campo de la salud, sobre todo con respecto a las adicciones o en apoyo a procesos educativos, no se tenía como objetivo la intervención. Para esta investigación, se tomó la decisión de trabajar con un grupo de estudio de jóvenes universitarios, lo cual implicó un sesgo dado que los universitarios son un grupo no representativo de la juventud, en Aguascalientes o México, dadas sus características de mayor escolaridad y acceso a Internet. Sin embargo, se intentó recuperar la mayor heterogeneidad posible en la integración del grupo de estudio. Además, constituyó un sector de la población juvenil accesible para este estudio, logrando que su participación, en el estudio, se les tomará en cuenta como horas de servicio social, para poder establecer una exigencia con respecto a la responsabilidad sostenida que se les demandaría durante un periodo de tiempo considerable.2
ESTRATEGIA INTERPRETATIVA El corpus de material analizado fue los registros diarios de aproximadamente una cuartilla, generados por el grupo de catorce alumnos durante cuatro meses (del 4 de marzo al 17 de julio del 2010), lo que se tradujo en 1,470 textos o entradas. Éste se complementó con las nueve sesiones presenciales de dos horas aproximadamente, las cuales se transcribieron para su análisis. El software Atlas-ti ofreció la posibilidad de sistematizar y clasificar los datos de naturaleza cualitativa, de manera tanto cuantitativa como cualitativa, dado que fue necesario primero, identificar las prácticas, sus frecuencias y porcentajes, y después los sentidos en las reflexiones que sobre ellas surgieron. Fue sorprendente la riqueza de información que los jóvenes ofrecieron no sólo sobre sus prácticas políticas en Internet, sino sobre las prácticas en Internet, en general, y los diversos soportes y modalidades a través de las cuales las llevan a cabo. Los jóvenes se insertaron en esta investigación a través del proyecto de servicio social, “Análisis sociocultural y político de las prácticas mediáticas”, lo cual permitió estimular su participación y exigir su permanencia. 2
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Por esta razón, se decidió organizar el análisis en dos niveles: a) un primer nivel se clasificó los tipos de prácticas que se realizan en Internet, cuantificando su frecuencia y el soporte en el cual se llevaron a cabo y b) un segundo nivel en el cual se identificaron los tipos de prácticas políticas y las reflexiones sobre ellas. Para el primer nivel se construyó una matriz de categorías de análisis a partir de los mismos datos proporcionados en los diarios. Se fueron revisando los diarios e identificando las prácticas, agrupándolas y definiendo su naturaleza, discutiéndolo entre el equipo de investigación, hasta que se logró que todas las prácticas registradas en los diarios se pudieran clasificar a partir de esta matriz. Para esta construcción se partió de la lógica de la Teoría Fundamentada (Coffey y Atkinson, 2003). Con relación al segundo nivel de análisis, se partió de la teoría sobre política de Beck (1997), la cual ha sido trabajada por Bakardjieva (2010) para explorar las prácticas de los jóvenes en Internet que sean relevantes para su ejercicio ciudadano. Se asumió, de acuerdo a esta autora, la operacionalización de lo político considerando los tres niveles de participación ciudadana de Beck como categorías de análisis para distinguir distintos tipos de prácticas políticas en Internet: 1) en la política institucional formal; 2) en la subpolítica, que define como la participación en organizaciones civiles y movimientos sociales y 3) en el subactivismo, el cual significa indagar en la esfera de lo cotidiano y privado la gestación y emergencia de los sentidos políticos. Esto último tiene relación con la idea de “los nuevos sentidos en la política” de Lechner (2002).
PRÁCTICAS POLÍTICAS ENTRE LOS JÓVENES El propósito de este estudio fue identificar las prácticas políticas que los jóvenes universitarios realizan en Internet; partiendo del supuesto de que sí las llevan a cabo; sin embargo, éste se cuestionó en los datos obtenidos. Por ello, la primera aproximación a los datos fue identificar qué prácticas realizan los jóvenes en Internet, en general, para definir en un contexto mayor qué lugar ocupan las políticas. Una vez analizadas las prácticas, en los diarios que llevaron los sujetos de estudio, se identificaron diez categorías, además de nueve diferentes tipos de plataformas o soportes en las cuales se ejecutan. La investigación, aunque se planteó fundamentalmente en la lógica cualitativa y construyó categorías sobre las prácticas juveniles en Internet, además se apoyó en la cuantificación de estas categorías, lo que permitió una mejor comprensión de los datos. Por ello, se presentan los resultados de la siguiente manera: primero, a través cuadros, se dan a conocer las frecuencias y porcentajes de las prácticas que se llevan a cabo, en general en Internet, como de las plataformas y soportes. Segundo, se integran
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un cuadro con las frecuencias de los enunciados en los diarios que remiten a alguna de las categorías sobre el tipo de prácticas políticas: formales, subpolíticas y subactivismo, así como de las reflexiones de los jóvenes sobre éstas.3 Se identificaron y se enlistaron las prácticas que corresponden a cada una de estas prácticas políticas y el soporte en Internet en el cual se realizan. Finalmente, se describen las principales temáticas que surgieron al detonar la reflexividad de los jóvenes sobre estas prácticas. La reflexividad que manifestaron los jóvenes en sus diarios fue sobresaliente, no sólo con respecto a la política, fueron evidentes otros temas, como las diferencias generacionales en las interacciones en Internet, sobre el papel del propio Internet en la vida de los jóvenes y las prácticas intermediales, es decir el manejo de más de un medio a la vez. Presentamos entonces, las frecuencias y los porcentajes tanto de las prácticas, como los soportes en los cuales se realizaron. Se puede observar que las prácticas políticas representan apenas el 4.84%, mientras que las sociables, 28.75% y de entretenimiento, 23.55%, juntas son más de la mitad de las prácticas que los jóvenes realizan en Internet. Llama la atención además el bajo porcentaje de las prácticas lúdico creativas, que se refieren a la capacidad productividad y de creación en Internet, estos datos nos muestran que las prácticas de los jóvenes aún se centran predominantemente en su papel como usuarios y consumidores.
Esta clasificación fue posible a partir del trabajo de codificación realizado en Atlas.Ti. Con el objetivo de resumir los resultados, no se incluyó en este texto la definición y la descripción de estas categorías, que permiten replicar el estudio u orientarlo con otros fines, como el estudiar las prácticas académicas y educativas de los jóvenes en Internet. 5 El mes de marzo registra un número menor de prácticas debido a que fueron menos los días durante los cuáles se llevó el seguimiento de los diarios en línea de los jóvenes sobre sus prácticas en Internet. 6 Abril representa un sesgo en el número de prácticas debido a que durante este mes hubo un periodo vacacional. Como se explicará más adelante, en los ciclos de uso de Internet por parte de los jóvenes, durante las vacaciones se disminuyen sus prácticas en la red. 3 4
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Con respecto a las plataformas empleadas por los jóvenes, sobresalen los sitios o portales, 28.84%, con un porcentaje incluso mayor que las redes sociales, 23.66%, lo cual detona nuevas preguntas sobre el valor informacional de Internet en la vida diaria juvenil. También llama la atención que tienen un menor uso las plataformas o soportes que requieren mayores conocimientos y capacidad productiva como los blogs, las plataformas de entretenimiento y operativas.
El siguiente cuadro muestra las prácticas políticas distinguiendo los distintos tipos de prácticas que sugiere Beck referidas a la política formal, la subpolítica y el subactivismo. Además, se puede observar la reflexividad que detonaron, entre los jóvenes, en sus diarios en línea. Sobresalen las que Beck clasifica como subactivismo, 32.18%, es decir las que se quedan como una posibilidad, una reflexión o toma de conciencia, pero no se llevan a la práctica o se insertan en actividades concretas. Habría que considerar que incluso durante los meses de mayo y junio, cuando se intensificaron las campañas políticas locales, prevalecieron, lo cual nos lleva a inferir que durante periodos no electorales las prácticas políticas formales son escasas. En lo que se refiere a la subpolítica, la cual sería el tipo de prácticas más relacionadas con los jóvenes, en el sentido de la historia de la participación juvenil en la organización de marchas, protestas o actividades de oposición, presentan un porcentaje mínimo en la red, el 1.44%.
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PRÁCTICAS POLÍTICAS FORMALES Las prácticas políticas formales que sobresalieron fueron las actividades de grupos juveniles que se integran en la red para apoyar a los distintos candidatos. Estos grupos se dedican a promover el voto entre los jóvenes, invitando además a asistir a actividades de apoyo y a comentar favorablemente sobre el candidato en la red. Durante el estudio se hizo alusión principalmente a las campañas de los candidatos Martín Orozco, del PAN, Partido Acción Nacional, en su sociedad “Causa Común”; y del PRI, Partido de la Revolucionario Institucional, Carlos Lozano, con el grupo “Expresión” y con respecto a Lorena Martínez, se mencionó su propuesta de “Una Nueva Política”, sin nombrar a un grupo juvenil como tal. Una pregunta que surgió revisando los comentarios de los jóvenes con respecto a estos grupos es: ¿quién sigue a quién? ¿Los políticos siguen a los jóvenes a través de sus cuentas en las redes sociales o los jóvenes siguen a los políticos? Se da una comunicación política en ambos sentidos. Se busca que los jóvenes se integren al grupo, sigan los comentarios y se manifiesten y a la vez los políticos identifican jóvenes que son populares en la red con varios seguidores y están presentes en sus publicaciones en estas redes.
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Los jóvenes son muy críticos de las prácticas políticas, tanto presenciales como en la red. Son abundantes las alusiones y los ejemplos de la guerra sucia y la falta de respeto hacia todos los candidatos. Explicaron cómo esto es promovido por los seguidores de los candidatos a través de distintas prácticas como la creación de perfiles falsos y el envío de mensajes no sólo críticos, sino de burla. Además, criticron la falta de autenticidad y honestidad en el manejo de las campañas en la red. Identificaron cómo es común que otras personas que apoyan al candidato respondan sus mensajes simulando ser ellos mismos y la manera estereotipada con la cual se aborda a la juventud en la comunicación política que es dirigida a ellos. Señalaron que no hay diálogo ni discusión con los candidatos sobre sus propuestas; sus sitios o foros, en las redes, los manejan como espacios de elogio, y si hay algún comentario adverso, es eliminado rápidamente. También se da el caso inverso, se crean sitios para devaluar y hacer escarnio de los candidatos contrarios. Los jóvenes distinguieron que las posibilidades de una comunicación horizontal y dialógica que ofrecen las modalidades en la red no son aprovechadas y se sigue la lógica unidireccional de los medios masivos. Otra crítica recurrente de los jóvenes, con respecto al uso de la red durante las campañas políticas, fue la falta de respeto a la privacidad, señalaron una invasión a los espacios cotidianos de los jóvenes no sólo en la red, sino además en su hogar y en algunos casos en su trabajo. Resaltaron cómo la lógica de Internet da lugar a que aparezcan mensajes políticos, aún en espacios que consideran restringidos en las redes sociales. A pesar de las críticas al mal manejo de las campañas políticas en la red, tanto por la falta de creatividad y uso de sus posibilidades, como por la guerra sucia que domina sus contenidos, los jóvenes reconocieron que es indudable el apoyo que significan para promover a un candidato entre su grupo de edad. Se vuelven las dos caras del mismo fenómeno de la comunicación política dirigida a los jóvenes, en la red. Advirtieron que no puede señalarse una misma postura o perspectiva frente a la política entre ellos, la diversidad juvenil es amplia. A través de sus diarios, distinguieron varias posturas políticas entre los universitarios. Consideran que son los menos quienes son muy conscientes de la política y militan con compromiso en algún partido; un mayor número de jóvenes se adhieren a los partidos aparentando un gran compromiso, pero dan a conocer su oportunismo y la búsqueda de relaciones para colocarse laboralmente. Otra postura es aquella de los jóvenes que son muy críticos del sistema, manteniéndose alejados de todos los partidos.
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Las prácticas políticas presenciales, de las que dan cuentan en la red, son mínimas, esto debido a que explícitamente se les requirió a los jóvenes que registraran principalmente sus prácticas políticas en Internet. A pesar de ello, relataron actividades políticas que se relacionaron con las campañas de los diversos candidatos en la calle, en el barrio, por teléfono, correo o en la promoción casa por casa que realizaron los distintos partidos. Además, los jóvenes dieron testimonio de la promoción del voto a través del regalo de diversos objetos y prácticas deshonestas, como el pago por el voto. Con relación a las prácticas políticas formales, dieron cuenta que la realización de trámites propios de la ciudadanía en la red es aún muy incipiente; como el gestionar el CURP, Clave única de registro de la población, la licencia para conducir o pagar la tenencia. En la mayoría de las ocasiones se realizaron como apoyo a sus padres.
SUBPOLÍTICA Este tipo de prácticas políticas fueron aun más escasas que las relacionadas con las campañas políticas. En sus diarios, los jóvenes describieron que protestan frente al sistema a través de sus consumos, evitando consumir carne, defendiendo los derechos de los animales y promoviendo una marcha en contra de las corridas de toros en este mismo sentido. Sólo se dio una alusión a la participación en un grupo que trasciende sus prácticas en la red: “Humanizar la tierra”, que se debió a que un padre de familia promovía la militancia de su hija en él.
SUBACTIVISMO La mayoría de estas prácticas se centraron en grupos que se crean en la red para criticar y discutir sobre temas políticos, pocos son serios y se dan muchos casos en donde el sentido político se desdibuja, se convierten en una diversión y son efímeros, sin impacto en la práctica política. En varias ocasiones, confesaron que se adhieren a estos grupos sin compromiso alguno, sólo por seguir a sus conocidos y amigos que se encuentran ya afiliados a ellos en la red. Los jóvenes reportaron leer sobre los acontecimientos políticos, principalmente en las noticias, pero fueron muy críticos de las fuentes legítimas, como la prensa, a la cual le concedieron muy poca credibilidad. En sus anotaciones diarias, refirieron que en la red reciben una cantidad importante de información alterna a la que maneja la agenda pública de la prensa, que critica a los actores políticos y sus prácticas, sean candidatos o de los gobiernos actuales, sobre estos últimos son una mayoría.
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Asimismo, los jóvenes son incrédulos con respecto a las fuentes de esta información y cuestionaron sus intenciones. En la red, también reciben mucha información sobre diversos temas, no necesariamente políticos, sino públicos, que les interesan, los temas son diversos, como la problemática del medio ambiente, la discriminación hacia homosexuales e inmigrantes, la corrupción y el abuso de poder en los gobiernos, los riesgos que corren los jóvenes en Internet y los monopolios empresariales. Sobresalieron los que se refirieron a temas internacionales, luego nacionales y son menores los que tratan problemas locales. No se advirtió una tendencia o consenso, entre los jóvenes, en torno a un asunto, ni la gestión de su movilización como generación hacia una problemática en particular, quizás un poco hacia el medio ambiente de manera global y casi nula en el plano local. Su adhesión a estas causas se centró en publicar notas u opiniones en sus perfiles o manifestar su acuerdo o desacuerdo en Facebook.
REFLEXIVIDAD SOBRE LA POLÍTICA FORMAL Una reflexión clave entre los jóvenes fue “el valor del voto”, distinguieron su valor real con relación al valor que adquieren en el contexto político actual. Consideraron que pierde sentido en las prácticas deshonestas y manipuladas que se llevan a cabo para promoverlo, agregron que pierde valor porque se ha mostrado que independientemente de quién resulte ganador y forme el gobierno, termina realizando una mala administración. Esto se relacionó con la amplia reflexión que dedicaron en sus diarios al desinterés entre los jóvenes ante la política. Sus argumentos señalaron que su cultura política democrática y como ciudadanos es pobre porque tal es el contexto en el cual la aprendieron. Reconocieron que les faltan muchos conocimientos sobre política y como ciudadanos y que la información que les llega, aunque es amplísima, más aún con la red, tiene poco impacto en su conciencia y en promover una participación más orientada y comprometida. Varios confesaron que a partir de su participación en este proyecto de investigación, se interesaron más en la vida política y vivieron de una manera más consciente las campañas políticas y las elecciones locales del 2010. Se revisaron los diarios intentando identificar si los jóvenes dentro de sus reflexiones ofrecen soluciones o propuestas para activar la participación política entre su generación, éstas son muy escasas y la mayoría apuntan a opciones radicales como una revolución o un golpe de estado.
CONCLUSIONES Los resultados anteriores generan una discusión muy amplia en varios sentidos, sin embargo, se presentará sólo una síntesis sobre las perspectivas más importantes.
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Primeramente, sí revisamos estos datos con respecto a otros estudios internacionales sobre el tema (Padilla y Flores, 2011), se confirma que el acceso y uso de Internet no es motivo de una mayor participación ciudadana de parte de los jóvenes, se requieren otras condiciones previas de concientización y detonantes para que se integren a prácticas políticas comprometidas. La distinción que sugiere Bakardjieva (2010) para estudiar las prácticas políticas de los jóvenes en Internet resultó ser adecuada, porque permitió entender con mayor claridad no sólo el tipo de participación, sino el grado de compromiso y los sentidos que adquieren entre los jóvenes. Además, permite comprender, como esta autora sugiere, la manera en la cual se relacionan entre sí los tres niveles de política. A partir del análisis de las prácticas políticas formales, la subpolítica y el subactivismo, se muestra que entre los sujetos de este estudio: jóvenes universitarios en Aguascalientes, sus prácticas políticas se quedan en el nivel más superficial, en donde se identifican posturas y reflexiones, pero no se da una participación política que se traduzca en acciones y resultados concretos. Lo que parece generarse en Internet, entre los jóvenes, es la posibilidad de reconocer otros sentidos sobre los problemas de sus comunidades, no necesariamente políticas, distintos a los que maneja política formal sobre la cual sostienen varias críticas y desinterés. Si se pregunta sobre cómo Internet empodera a los jóvenes con relación a su ciudadanía política puede responderse argumentando que el Internet representa una importante herramienta para conformar comunidades en la red, pero faltan elementos para que estas tengan fines políticos. En este caso, los jóvenes explicaron que la manera en la cual entienden y ejercen su ciudadanía es el resultado de un escenario y unas prácticas políticas que los han formado de una manera deficiente, el comprobar su falta de calidad y honestidad, los desmotiva a formar parte de ellas, a menos que tengan un interés individual específico para participar. Como señalan otros estudios (Padilla y Flores, 2011), las prácticas políticas en Internet, entre los jóvenes universitarios aguascalentenses, deben interpretarse considerando el contexto político en el cual se generan, particularmente el bajo perfil que han tenido los jóvenes en actividades de subpolítica, en la Universidad y en Aguascalientes. Lo cual denota nuevas preguntas sobre la influencia tanto del entorno inmediato como de las dinámicas globales en la perspectiva política de los jóvenes. La principal limitante de este estudio, fue el reducido número de sujetos de estudio que participaron, sin embargo dada su naturaleza cualitativa, fue necesario trabajar con pocos sujetos para poder analizar los diarios que generaron a lo largo de cuatro meses e integrar las sesiones de grupo, lo cual no hubiera sido posible entre un mayor número de jóvenes con los recursos que se contaron.
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A pesar de ello, su principal contribución fue el haber logrado identificar varias categorías sobre las prácticas que realizan los jóvenes en general y en particular sobre la política en Internet. Esto constituye un antecedente clave para el diseño de un proyecto de investigación que amplíe el alcance, aplicando una encuesta estatal entre una muestra representativa o incluso el replicar este estudio en otros contextos para comparar resultados. Permitió, a través de la propia reflexividad de los jóvenes, entender sus percepciones sobre la política y comprobar que el Internet por sí mismo no implica un cambio favorable para una participación ciudadana democrática. Lamentablemente en la red se reproducen las prácticas políticas que se observan en los medios tradicionales. Otra posibilidad que abrió este estudio fue el aportar elementos para emprender una mejor formación de los jóvenes, tanto con respecto a su uso del Internet, es decir, una alfabetización mediática y una formación ciudadana en el sentido de una cultura política democrática. Estos elementos son indispensables para promover una optimización de las posibilidades que representa el Internet fundamentalmente para las nuevas generaciones de ciudadanos.
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Teléfonos Personales: Usos Sociales en Jóvenes Universitarios (Primera Aproximación)1 Luis Alfonso Guadarrama Rico2 Universidad Autónoma del Estado de México
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ADVERTENCIA El presente documento trata de dar cuenta, a manera de esbozo, de los primeros hallazgos que arrojó una encuesta online que logramos aplicar con el propósito de explorar los usos sociales de la telefonía celular, en jóvenes escolarizados de licenciatura. Aunque inicialmente la investigación se circunscribía a una muestra incidental con los estudiantes de la UAEM, a la fecha hemos logrado desarrollar su aplicación en un total de 14 instituciones de educación superior tanto públicas como privadas. Ello ha sido posible porque contamos con la decidida colaboración de colegas del campo académico y de quienes integran la Red Iberoamericana de Investigación FAMECOM, quienes se han sumado a este esfuerzo a escala interinstitucional. A la fecha, disponemos de poco más de 3,000 estudiantes que se han animado a responder la encuesta de 42 ítems y la base de datos que se ha constituido, se encuentra en la fase de explotación, mediante el trabajo de minería de datos en nuestra área de informática. La información y el análisis que comparto en esta ponencia, únicamente corresponde a nuestro levantamiento y procesamiento inicial de datos online correspondiente a la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). A su vez, por la amplitud de los ejes temáticos que decidimos explorar, en este primer acercamiento ofrezco las primeras reflexiones de aquello que hemos considerado como de óptica estructural. He optado por dejar para futuros esfuerzos, aspectos más finos que nos aporta la presente investigación. Desde luego, celebro que hayamos logrado cristalizar es iniciativa dialógica para comenzar a discutir nuestros trabajos. Como hace varias semanas lo propuso mi colega Inés Cornejo: Se trata reunirnos para hablar de nuestras investigaciones en comunicación. Lo suscribo, por supuesto. Debo señalar, con cierto rubor, que he dejado inscrita en esta versión una colección de referencias y de estudios que habrán de robustercer el estado de la cuestión que --por ahora— sólo he desarrollado parcialmente. También hallarán algunas ideas desarrolladas de manera germinal pero he optado por dejarlas macerar, para que durante la sesión del mes de septiembre, tengan una mejor amplitud y textura, a fuerza del diálogo con cada un@ de ustedes. Esta ponencia forma parte de un estudio más amplio, denominado “Usos Sociales de la telefonía celular en jóvenes escolarizados”. La investiigación en su conjunto ha sido financiada por la Red Iberoamericana de Investigación FAMECOM. Asimismo, ha sido desarrollada en coautoría con Jannet Valero, Gisela Gómez, Diego Alfonso Guadarrama, Ana Laura Garduño, Alberto Escobar, Antonio Quintero y Lourdes Villanueva. 2 Profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Líder del Cuerpo Académico “Estudios Interdisplinarios sobre Planeación, Desarrollo y Calidad de Vida”. Coordinador Ejecutivo de la Red Iberoamericana de Investigación FAMECOM. Integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), nivel 1. 1
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LAS RAZONES Y LA ÓPTICA Quizá podríamos inciar con una pregunta elemental ¿Por qué investigar sobre usos de los teléfonos celulares? Actualmente son artefactos tan populares que podría parecer poco serio dedicarse a estudiar este tema. Acaso más, se podría decir que se trata de una moda que casi de manera natural está llamada a acampar exclusivamente en los estudios de comunicación, ante la creciente expansión y uso entre niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad. Mi respuesta es que el teléfono celular es uno de los dispositivos tecnológicos que permite dan cuenta del paradigma que campea en nuestra época. Quiero explicar en qué sentido. Por un lado, estos artefactos constituyen una de las resultantes de la cuarta revolución tecnológica, generada por el vertiginoso desarrollo de la informática, las telecomunicaciones, el desarrollo de software, la aplicación de la nanotecnología, la miniaturización y por su creciente enlace a Internet. Particularmente, respecto a las telecomunicaciones, hay que tener presente que están profundamente vinculadas con los servicios transmediáticos que se agolpan en el celular, así como con las posibilidades que abre la transmedialidad y, por ende, la sincronización-desincronización así como la localización-deslocalización de la dimensión espacio-temporal que conlleva este aparato. Por otro, los usos que hacemos con esta Tecnología de Información y Comunicación (TIC), explica amplios procesos de permanencia-mutación socioantropológica, lingüística, familiar, interaccional y relacional. Los usos sociales que hacemos de la telefonía celular, dan cuenta que seguimos experimentando añejas y no del todo resueltas necesidades a escala humana, entre las que sobresalen la protección, el afecto, el entendimiento, la participación, el ocio, la identidad y la libertad (Max-Neef, 2006). A su vez, el paradigma en boga, marca como tendencia el hiperconsumo, una suerte de multi-zap de objetos (Cohen, 2001) que nos conduce al permanente reemplazo y desecho de aparatos, producto de una voraz necesidad de venta, vehiculizada por la innovación y la competencia entre los consorcios de la telofonía personal. Galopa un torrente mega-informativo que para bien, para mal, para poco o para nada, nos habita diariamente (Gitlin, 2005; Carr, 2011). El apego a la velocidad y al uso intensivo de bienes como el celular, se torna en una constante, a pesar de que muchas ocasiones las distancias que priman entre unos y otros, estén a la vuelta de la esquina, a unos cuantos metros, minutos, dentro de la casa o bien, palpablemente distantes. Un elemento más del paradigma que nos ocupa, estriba en esa sed inapagable que busca lo nuevo, aquello que mediante artilugios promete ser personalizado para dar cuenta de que algún rasgo identitario de la persona se puede incrustar sobre aquello que se produce en serie y de manera masiva.
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No sólo pretendemos ser o parecer, también queremos tener, y si es más, en mayores cantidades, con más funciones, con más ancho de banda, de mejor marca o modelo, tanto mejor, a pesar de que ello amenace con ser menos y quizá no siempre lo mejor (De Botton, 2004; Barry, 2005; Verdú, 2003; Bruckner, 2002). Buscamos una creciente y permanente zambullida en el entretenimiento y en lo lúdico. Aquello que exija tiempo, atención, concentración, desglose, análisis, esfuerzo, lectura intensiva y extensiva, para tratar de comprender, está fuera de los canones del paradigma imperante. De ahí que, como lo señala Neil Postman, “Cualquier información, historia o idea debe ser inmediatamente accesible, puesto que lo primordial no es el crecimiento del alumno [o de cualquier persona], sino conseguir que se sienta contento” Postman, 2001:154). Por ello, más adelante agregará: “El nombre más apropiado que podemos dar a una educación sin prerrequisitos, perplejidad y explicación es entretenimiento (Postman, 2001: 155). También el paradigma da cuenta de la creciente inestabilidad de nuestro tiempo, así como de la pérdida del topos, puesto que rompe, pierde o desdibuja fronteras entre lo íntimo, lo privado y/o público (García Canal, 1998; Sofsky, 2009) y con ello resquebraja y trastoca el sentido de comunidad debido a la creciente e imparable movilidad (Bauman, 2008). Por si fuese poco, cuando hacemos uso medio o intensivo de lo que neciamente o por costumbre seguimos llamando teléfono celular, la hipervulnerabilidad y vigilancia --cada día más porosa en todo lugar, horario, género y/o condición socioeconómica, emerge como una constante. Ya lo señaló hace más de una década el canadiense Reg Whitaker, “La explotación de la debilidad humana, y desde luego el uso del chantaje como arma, especialmente cuando se basa en ese viejo recurso que es el sexo, siempre ha estado muy cerca de las raíces del espionaje…” (Whitaker, 1999:26). Para el grupo poblacional del que me ocuparé en este trabajo, no tendrámos que ir tan lejos, pero comienzan a ser documentados casos de ciber-acoso y de extorsión a través del los celulares. Es decir, que el teléfono personal que nos ocupa, se ha convertido en el testaferro de un avance tecnológico y de un desequilibrio antiangélico, aunque nos pretenda ofrecer una buena vida por el sólo hecho de estar a la vanguardia de las telecomunicaciones y de la conectividad. Aumenta la búsqueda y la necesidad de contemplarnos y de que nos reconozcan en el mundo virtual, aunque seamos un ávatar extendido, parecido, mezclado o distante de lo que somos en la calle, la esuela, el (des)empleo o en la familia (Quéau, 1995). Campea un hiper-individualismo, fallido episodio de lo personal (Lipovestky, 2007). Crece el ego-ismo en en tanto desconsideración de la otredad porque lo que interesa y sobresale es lo que demandamos de los demás, en un aquí y ahora férreo y duro. ¿Cómo no abrevar en los usos sociales del celular, cuando muchos, casi todos, estamos allí?
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Desde una perspectiva más general, a través de la multiplicidad de aplicaciones y usos que se han logrado integrar a los teléfonos celulares, la economía, la educación, la salud, la política, los movimientos sociales, el mundo laboral y la cultura en general, se han visto tranformados en diversas direcciones y sentidos, unos de manera favorable, aunque otros –por diversos factores, condiciones y perfil de los propios usuarios-- en claro perjuicio. Adicionalmente, se trata de un aparato que ha sido concebido para tener una alta sensibilidad a la obsolescencia y, por ende, su creciente y acelerada producción, venta, adquisición, uso, obsolescenciadesecho y búsqueda de un nuevo producto, se corresponde con uno de los cánones de lo que marca el capitalismo tardío: la reducción del ciclo de vida del producto. Estos elementos nos conducen a plantear que el teléfono celular se torna, en ese sentido, paradigmático.
ESTADO DE LA CUESTIÓN: FASE INICIAL El interés por el impacto social de los teléfonos personales en distintos segmentos de población ha trazado una trayectoria vertiginosa. A manera de un breve recuento, quiero referir los estudios más significativos que hemos identificado en torno a los usos sociales de la telefonía celular, se han centrado en tratar de averiguar cómo están siendo empleados estos dispositivos de intercomunicación en el ámbito laboral. Por ejemplo, Doherty Eamon y Joel Liebesfeld, encontraron que las empresas corporativas están preocupadas por la filtración de información y el espionaje, mediante el uso de los teléfonos móviles (Eamon y Liebesfeld , 2007). Un conjunto de investigaciones se han preocupado por analizar diversos procesos de interacción social que han cobrado visibilidad debido al uso de estos dispositivos tecnológicos. Yu, Sacher y Louden, analizaron cómo los jóvenes norteamericanos percibían el valor y la accesibilidad de sus teléfonos celulares, especialmente por lo que tocaba a la mensajería móvil. También hallaron que los jóvenes se incomodaban porque a través de los teléfonos móviles sus padres o sus jefes de empleo buscan ejercer un control permanente; obligándoles a “ponerse en guardia”, algo así como a estar a la defensiva y/o a tener que generar estrategias de resistencia (Sacher y Louden, 2002). Otros estudios han estado interesados en las distintas formas en que los grupos de tercera edad o adultos mayores, han tratado de incorporar los teléfonos personales a su vida diaria. Respecto al foco de interés en esta ponencia, he localizado pesquisas cuyo grupo central han sido los jóvenes. El impacto del uso de la telefonía celular en ámbitos académicos ha ganado un notable interés entre los especialistas.
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Harman Britanny y Toru Sato, sometieron a prueba de hipótesis, si el rendimiento académico de jóvenes entre 18 y 24 años de edad –medido a través del promedio de calificaciones-- estaba asociado con el alto número de mensajes que enviaban y recibían los estudiantes durante sus sesiones de clase. Los resultaron mostraron, mediante prueba de correlación, que a mayor número de mensajes a través del celular, menor era el rendimiento académico (Harman y Sato, 2011). Con la amplia propagación y masificación del acceso a los teléfonos personales, Barry y Yu, se dieron a la tarea de analizar qué papel jugaba entre los adolescentes y jóvenes japoneses, la posibilidad de “personalizar” sus dispositivos telefónicos, mediante lo que se conoció como el “I-model”. Los autores concluyeron que el éxito de la personalización del artefacto cubría necesidades y deseos identitarios del consumidor japonés (Barry y Yu, 2002). En esta misma línea, pero con jóvenes belgas, Lobet-Maris y Henin, reportan que la propagación de la adquisición y uso de teléfonos celulares entre la población juvenil se debe a un proceso de mimetismo social pero, también se asocia a la necesidad de mostrar que se forma parte del segmento de población exitosa, especialmente cuando los dispositivos tecnológicos que poseen los usuarios jóvenes exhiben que sus modelos están a la vanguardia en las nuevas funciones que generaron los modelos más recientes (Lobet-Maris y Henin, 2002). Carole-Anne Rivière, se dio a la tarea analizar de qué manera las prácticas [inter]comunicativas se han modificado a través del uso de los mini-mensajes, en tanto recursos disponibles y ampliamente difundidos entre los usuarios de teléfonos celulares. La autora señala que a través de los mini-mensajes (de 160 caracteres, por cada uno) viaja la voz y la escritura, pero en modalidades diferenciadas como son: como voz medida por el teléfono; como correo electrónico y, como mini-carta, sin que dicha aplicación se reduzca a ninguna de ellas, al tiempo que le imprime la cualidad de lo instantáneo. Dicho recurso intercomunicativo, señala la autora, ha encontrado un sitio particular en el marco de las interacciones cotidianas (Rivière, 2002).
EL ESTUDIO ONLINE EN LA UAEM Nos hemos propuesto aportar datos, indicadores y algunas reflexiones en torno a los usos sociales que están realizando los jóvenes escolarizados universitarios, a través de sus teléfonos celulares, al tiempo que tratamos de poner de relieve cómo viejos y nuevos procesos comunicativos y disruptivos se fraguan a través del uso que se hace de estas microcomputadoras manuales. No osbtante, para este primer esfuerzo, únicamente logré avanzar en torno a indicadores conectados con algunas dimensiones estructurales, mismas que me permitieron dar cuenta de aspectos que, me parece, traslucen no sólo usos sociales de la telefonía celular, en este segmento de usuarios y de consumidores sino, acaso, más condiciones de orden socio-político y económico.
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MÉTODO El estudio tuvo como base la aplicación de un cuestionario online de 45 ítems, distribuidos en siete segmentos subtemáticos, mismos que nos permitieron explorar los usos sociales que, en esta primera etapa, nos interesaron. Tratamos de explorar ocho categorías, mismas que se pueden apreciar en la siguiente tabla. Tabla de Validez de Contenido
Desde luego, como lo he señalado, se trató de un primer acercamiento, pues no se logró seleccionar una muestra aleatoria de estudiantes. En la encuesta participaron un total de 403 estudiantes que cursaban estudios de licenciatura, entre los semestres 2º y 10º de su plan de formación. Un total de seis programas educativos de pregrado concentraron a la mayoría: Comunicación (107), Ciencias Políticas y Administración Pública (92) Derecho (75) Psicología (56), Sociología (24) y, Trabajo Social (12). Otros 37 alumnos procedieron de diversos programas educativos de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), de sostenimiento público. Debido al tamaño de la muestra lograda, creemos que es posible contar con algunos indicadores y pistas relativamente confiables. Ver siguiente gráfico.
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El rango de edad de la muestra fue de 18 a 24 años, con una media de 19.8 años y una desviación estándar de 1.4 años. Este indicador permite apreciar la homogeneidad etaria del grupo participante, en tanto representan a los alumnos de estudios superiores de una universidad pública, cuya población estudiantil corresponde a dicha esfera temporal. Es necesario destacar que nuestra encuesta digital contiene una “sobrerepresentación” de mujeres universitarias (66%) en contraste con la relativa baja participación de los varones, pues apenas contamos con 34% de los respondientes masculinos.
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Dicho sesgo no corresponde del todo a la distribución de la matrícula en estos programas de licenciatura de la UAEM, ya que de los 22,252 alumnos que cursaban sus estudios en nuestra institución, 44% son varones y el restante 56% es población femenina (UAEM, 2012). Si bien en los estudios superiores y, particularmente en estas carreras, se registra una matrícula con un ligero pero notorio predominio de las mujeres, en términos globales, la diferencia no es tan notable como se aprecia en nuestra encuesta. Sirvan estas líneas para comentar que observé una mejor actitud por parte del sector estudiantil femenino para colaborar con el presente estudio, que con respecto a sus pares masculinos3. Pero indudablemente ello será tema a tratar en otro espacio. Con plena conciencia de la sobrerrepresentación femenina en esta investigación, para mantener a raya el sesgo de nuestras sub-muestras, realizamos una serie de procesamientos estadísticos --por ahora de corte descriptivo— a efecto de que siempre tuviesen en consideración los respectivos grupos de referencia, es decir, cuántos hombres y cuántas mujeres respondieron la encuesta online.
Realizamos distintas estrategias (fallidas) para tratar de conseguir mayor participación de varones universitarios, pero cuando nos dimos cuenta que ello era una tendencia generalizada entre las instituciones de educación –públicas y privadas-- entonces dejamos en paz nuestros intentos. Total –dijimos—si están las cosas, debemos de agregar al texto de Elisabeth Badinter (1993) que en plena posmodernidad, no sólo se trata de cumplir con los viejos imperativos de la masculinidad, sino que para “ser muy hombre” no se debe responder cualquier encuestas online requerida a diestra y siniestra. 3
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RESULTADOS ¿Quiénes fueron los jóvenes implicados en el estudio? En México, como en otros países subdesarrollados, los jóvenes que alcanzan el ingreso a los estudios de licenciatura forman parte de un segmento poblacional muy reducido; especialmente si nos comparamos con otros países del orbe4 . El grupo de jóvenes que logran ingresar a la mayoría de las universiades públicas, apenas constituyen una tasa de 26.3%, para el periodo 2001-2009, es decir, de cada 100 jóvenes entre 18 y 24 años de edad, que están en condiciones de estar en la educación terciaria, casi las tres cuartas partes está fuera del sistema educativo (IDH, 2010). Esta situación, aparte de aludir a un problema estructural y de profunda desigualdad en nuestro país, nos conduce a advertir que los usos sociales de la telefonía celular que reportamos en este acercamiento, corresponde a un segmento juvenil minoritario y podríamos decir que hasta selecto. Todavía más, de acuerdo a cifras oficiales reportadas para el Estado de México, la cobertura en educación superior, para el ciclo escolar 2009-2010, apenas bordeaba el 22% (Tuirán, 2011). Por ende, no hemos de caer en la tentación de pensar que el perfil trazado en los siguientes apartados de esta ponencia, corresponden a todos los jóvenes cuyas edades fluctúen entre los 18 y 24 años de edad. Esta condición, de jóvenes que tienen entre 18 y 24 años de edad y que están cursando sus estudios de licenciatura en una universidad pública, permite comprender por qué siete de cada diez estén dedicados exclusivamente a estudiar y, los tres restantes cuentan con empleo (Ver siguiente gráfico). Quizá sea relevante este dato, pues los usos sociales y el consumo del servicio telefónico podría tener algunas diferencias en los chicos con empleo, con respecto a sus pares sin empleo. Aunque esperábamos una baja proporción --porque la tendencia indica que la mayoría de ellos/as no desempeña una actividad laboral-- se registró que dos de cada diez jóvenes escolarizados contaba con empleo al momento de responder a la encuesta. ¿A qué edad tuvieron su primer teléfono personal? Nuestra encuesta arrojó que el acceso y uso de los teléfonos celulares, en población escolarizada, inicia desde los diez años de edad. Conforme los jóvenes crecen, aumenta la probabilidad de que tengan mayor acceso a este dispositivo tecnológico pero ello sucede hasta los quince años, punto máximo en el que la mayoría ha conseguido tener su primer teléfono personal, por mediación de su mundo adulto. A partir de los 17 años, una menor proporción de hombres y mujeres da cuenta de lo que podría considerarse como una incorporación tardía a esta tecnología. Ocupamos la posición número 54 en el tablero internacional, debido a que la tasa de cobertura en educación terciaria y, con respecto a la OCDE, nada más tiene el penúltimo sitio entre los países miembro. OECD Multilingual Summaries (OECD, 2009). 4
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Es posible que el subgrupo que va de los 18 a los 20 años de edad viva condiciones socioeconómicas limitadas y que ello explique este rezago en particular; no debemos olvidar que no sólo se trata del artefacto en sí (el teléfono celular) sino cierta capacidad para destinar, de manera intermitente, recursos para tener acceso al servicio.
Aprecio que predominan dos etapas clave en las que despunta el acceso y uso a la telefonía celular. Un primer momento, cuando cumplen doce años. Cuando llegan a esta edad, usualmente los chicos escolarizados están concluyendo sus estudios de primaria. Los padres y/o las madres optan por reconocer este punto de inflexión sociocultural –cumplir doce años y concluir sus estudios de primaria—mediante diversas ceremonias, expresiones o reconocimientos sociales, pero han agregado el obsequio del primer teléfono personal; es como si trataran de rubricar que se ha concluido un ciclo en su formación escolar, al tiempo que quizá simbólicamente marcan el cierre de la infancia. El segundo momento, como se puede apreciar en el gráfico siguiente, está marcado justo a los quince años de edad, aunque de manera un poco más notoria se aprecia en el caso de las chicas. Hemos de tener presente dos aspectos. Por un lado, el hecho de que en el segmento de los jóvenes escolarizados, hacia los 15 años, la gran mayoría está concluyendo sus estudios de secundaria; quizá por ello el teléfono celular se convierte en otra manera de reconocer un logro valorado familiar, social y culturalmente. De ahí que, algunos padres o madres que por diversas circunstancias optan por retardar la adquisición del primer teléfono celular para sus hijos o hijas, esperen a que llegue esta emblemática edad.
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El pico que muestra la figura referida, muestra que para el caso de las chicas –posiblemente debido a la tradicional fiesta de XV años y, consecuentemente al género— el celular constituye un dispositivo que se adiciona de manera preponderante entre los obsequios de esta celebración. Respecto al papel que parecen jugar los teléfonos personales, quizá valga traer a este lugar los aportes de Arjun Appadurai, cuando nos recuerda que los bienes de lujo no están del todo contrapunteados con las necesidades, sino que parecen desempeñar, básicamente, una función retórica y social. El autor señala que: La necesidad a la que ellos responden es fundamentalmente política […] tendría más sentido concebirlos como un “registro” especial de consumo [cuyos atributos es que exigen] el conocimiento especializado en tanto prerrequisito [para] su consumo “adecuado”, es decir, la regulación por medio de la moda [así como] un alto grado de vinculación de su consumo con el cuerpo, la persona [las interacciones y relaciones en diversos planos, agregaría] y la personalidad” (Appadurai, 1991: 56-57).
Aunque las reflexiones del autor se remontan hacia la primera mitad de la década de los ochenta y poco se avizoraba lo que estaba a punto o de iniciar en la telefonía celular, sus planteamientos parecen corresponder con lo que hoy observamos en estos bienes tecnológicos. En efecto, se aprecia una necesidad de orden política, en tanto los jóvenes, especialmente desde los doce años y luego repuntan en los 15 años, hacen pública su pertenencia al sector de los “conectados” a través de celulares; dan continuidad a la expansión de sus redes sociales y se fortalecen procesos vinculatorios hacia el mundo adulto (aspecto comprensible) pero de manera especial emergen y se amplían sus vínculos con sus pares (amigos, compañeros de escuela, nuevos conocidos, nuevos contactos). Hay que reconocer, también, como sucede en otros grupos sociales, la mayoría de la veces, dichas redes socio-virtuales pueden tener una duración efímera, en parte provocada por su tránsito en el sistema escolar. En la misma escena de lo público y del “registro”, habrá tenido cierta importancia tanto el modelo como la marca del primer aparato al que acceden los jóvenes, así como el tipo de servicio con el que cuentan (plan o prepago) pues saben que ello connota determinado reconocimiento y diferenciación social entre sus pares. A partir de entonces, los sucesivos dispositivos a los que acceden los jóvenes, seguirán en la batalla de los registros y de la diferenciación. Este acceso a la telefonía personal, cada día a más temprana edad, quizá nos resulte “natural” y una explicable ventana por la que se aprecian los efectos de esta cuarta revolución tecnológica. Pero también pone de relieve el papel que desempeñan la publicidad, la mercadotecnia, los medios de comunicación y las mega-empresas que fabrican y venden estos dispositivos telefónicos, así como los consorcios que han recibido, por parte del Estado, la concesión de este servicio público para su explotación entre los consumidores; aun entre aquellos que no disponen de ingresos económicos propios.
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Desde los diez años y, de allí en adelante, el complejo de la telefonía celular –desde sus diversos ángulos y formas de operación—atrapa y cautiva, con la ayuda y gasto de los padres y/o de las madres, a un grupo de jóvenes, muy jóvenes, que estarán cada día más habituados al acceso, uso y constante renovación, de estos dispositivos transmediáticos y multitareas.
GASTO HORMIGA, MULTIPLICADO POR MILLONES DE JÓVENES: BONANZA PARA SLIM Cuando les preguntamos a los jóvenes qué tipo de servicio disponían en su teléfono personal, de manera compresible, casi ocho de cada diez estudiantes usaba el servicio de pre-pago; en contraparte, uno de cada cinco, contaba con el servicio denominado “Plan” o, como se conoce en el sector, “Pospago”. Como se sabe, esta segunda condición ofrece a los usuarios mayores ventajas y funciones en sus dispositivos tecnológicos, pero debido a los criterios de contratación, acceso a tarjeta de crédito y capacidad de consumo, dicha modalidad está dirigida a personas de clase social más alta. En contraparte, la opción de Prepago, no sólo ha sido elegida por la mayoría de los jóvenes, sino por el resto de la población. Pero ¿qué se trasluce detrás de estos indicadores que nos arroja la encuesta? Veamos. Como se puede apreciar en el siguiente gráfico, la multiplicación de estos dispositivos personales y consecuentemente la mayor cobertura del servicio telefónico despuntaron a partir de que los concesionarios que explotan este bien común, abrieron tanto la opción de prepago (año 1996) y cuando articularon dicha estrategia con una forma de cobro denominada “El que llama, paga”, medida incorporada a partir de 1999 (COFETEL, 2012). Ver siguiente figura.
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A pesar de ello, hay que subrayar que el impacto de estas medias comenzarían a apreciarse un poco más adeltante. Para dar una idea de ello, en el año de 1990, como en varias partes de América Latina, apenas reportabamos 63 mil usuarios de telefonía celular; diez años –con las dos medidas comentadas líneas arriba-- habíamos alcanzado una cifra ligeramente superior a los 14 millones. Seis años más tarde, dicha cifra se cuadruplicó pues llegamos a 56 millones de suscriptores (COFETEL, 2006). De allí en adelante, el crecimiento ha sido considerablemente sostenido, pues se estima llegaremos a 97 millones de usuarios para fines de este año 2012. Es decir, este dispositivo de intercomunicación privado, cubre ya a poco más del 80 por ciento de nuestra población (COFETEL, 2011). Una tendencia similar se ha apreciado en varios países de América Latina. Dichos movimientos estratégicos por parte de los concesionarios que capitalizan el servicio a los celulares, vinculados con fuertes campañas publicitarias basadas en los imperativos dictamos por el marketing, hicieron posible que los teléfonos personales llegaran a otros consumidores de clases sociales más bajas y, como lo hemos visto, al creciente segmento de los jóvenes. Hemos de recordar que a mediados de los años 90, este dispositivo tecnológico inició su posicionamiento y uso entre el sector de clase alta, personas que ostentaban cargos ejecutivos o empresariales y muchos pensaron que estaba confinado a quedar entre las étiles socioecnómicas. Sin embargo, pronto la nueva fase del capitalismo, caracterizada por la denominada cuarta revolución tecnológica5, ha generado tanto una nueva base productiva como inéditas formas de producción que explican y dan cuenta de los productos que día a día surgen y desaparecen; en este caso, un sinnúmero de teléfonos celulares, modelos y marcas; de servicios (en alusión a sistemas de conexión y de venta por minuto) así como a ramas de actividad, referidas a venta de suplementos para los teléfonos celulares como fundas, audífonos, protectores, bolsos, software y tiendas o talleres para reparar los dispositivos telefónicos, todas ellas --en conjunto-- inauguran sectores capaces de articular una parte de la actividad económica al tiempo que dinamizan el crecemiento (Ordóñez, 2004). Por ello se habla de una nueva fase del capitalismo. Estas condiciones estructurales a escala global, permiten entender cómo a través de la telefonía celular los empresarios hallaron un nuevo nicho de mercado y de consumidousuarios entre los infantes y los jóvenes, para colocar artefactos de intercomunicación transmediática, a precios relativamente accesibles, aunque a costa de los bolsillos del mundo adulto. Nótese en el mismo gráfico de referencia, que en realidad el vertiginoso crecimiento de la telefonía celular en países como el nuestro, tiene que ver más con las personas con baja capacidad económica (la mayoría) que con los consumidores que forman parte de las clases sociales más altas. Sergio Ordoñez habla de cuatro fases de la revolución tecnológica. Precisamente la cuarta, está caracterizada por la convergencia de la informática y las comunicaciones, a través del módem, la televisión interactiva, el acceso a internet y, desde luego, la telefonía celular (Ordoñez, 2004). 5
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Dicha tendencia se puede apreciar en la zona color ambar que se forma en la parte baja de la sucesión de barras; también en tanto constituyen un menor segmento en países con notables desigualdades como el nuestro. Lo que también queda de relieve es que a pesar de que el gasto diario o semanal, per cápita sea reducido o bajo, al multiplicarlo por más de 70 millones de usarios, entre ellos los jóvenes escolarizados, las cuentas bancarias de empresarios como Carlos Slim Helú6 arrojan no sólo números negros sino ganacias considerablemente robustas.
TENER UN SMARTPHONE ES COMO “PERTENE-SER” AL GRUPO DE LOS “SOBRESALIENTES” Los dispositivos telefónicos bautizados como “inteligentes” o más comunmente identificados como Smartphone, han gando amplio terreno en el segmento de los jóvenes escolarizados; incluso con independencia del tipo de contratación a la que pueden acceder este tipo de usuarios. Puede verse en el siguiente gráfico que cuatro de cada diez estudiantes de licenciatura que cuentan con teléfono personal, corresponden a las características y multifuncionalidad que ofrecen los dispositivos inteligentes. Dicha proporción nos indica el creciente acento que cobra entre los jóvenes escolares, el interés y la “necesidad” de mantenerse a la vanguardia de los dispositivos telefónicos personales. Vamos, podrán no contar con reservas en el crédito para realizar llamadas, pero deben tener condiciones para hacer palpable que están a la moda, para alcanzar el “registro” sobresaliente, en materia de esta tecnología.
Se trata del concesionario que detenta la mayor parte del mercado en materia de servicio telefónico para celulares, a través de la empresa Telcel. 6
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Al tratarse de un dispositivo tecnológico que ostenta un costo mayor, se puede apreciar cómo en este segmento de consumidores y de usuarios, todavía la mayor proporción de jóvenes escolarizados no logra el acceso a una generación de tecnología personal que quizá le redituaría mayores ventajas, a pesar de que prácticamente la totalidad de ellos cuenta con este tipo de dispositivo. No podemos pasar por alto el hecho de que prácticamente la cuarta parte de los encuestados (26%) –en tanto condición de estudiantes de licenciatura-- tenía empleo y, por ende, ingresos propios. Es posible que en pocos años lo que ahora conocemos como Smartphons, en térmionos de funciones, herramientas y aplicaciones, vayan cubriendo una mayor porción del pastel juvenil que ahora se aprecia en nuestra encuesta, pero sin duda, también otras innovaciones serán integradas a los nuevos modelos y, entonces, nuevamente quienes menos recursos económicos tengan, quedarán nuevamente en una zona de rezago tecnológico. Esta y otras condiciones y vínculos que mantenemos con las TIC (porque no es exclusivo de los jóvenes) me coloca de bruces frente a la imagen de esa roca que, por castigo de los dioses, Sísifo tenía que empujar hasta los alto de una montaña y, al conseguirlo, la piedra volvía precipitarse hacia el fondo. Entonces, Sísifo --héroe absurdo y atormentado--, según lo cuenta Albert Camus (1981) vuelve a emprender eternamente su esfuerzo. Ese castigo es por el “desprecio a los dioses, su odio a la muerte y su pasión por la vida le valieron ese suplicio indecible en el cual todo el ser se dedica a no rematar nada. Es el precio que hay que pagar por las pasiones [tecnológicas] de esta tierra” (Camus, 1981. 156). Así, cuando ya se tienen los recursos y las condiciones para un Smartphone de tercera generación, al poco tiempo (18 meses, o menos) se asoma una nueva y más versátil tecnología telefónica personal. Y todo ello como una suerte de trampa para hacernos ver que el deseo y la efervescencia tiene un precio alto.
PRIMER BALANCE Detrás de ese inicio precoz en el acceso, uso y apropiación de la telefonía celular, un artefacto transmediático, de amplia convergencia tecnológica, interrelacional y multitareas, se avizora una generación de jóvenes que, desde los años 90, se prepara para estar conectada de manera permanente, sin descanso, acaso dispuesta –sin darse cuenta—a vivir una existencia conectada y reflejada en la pantalla hipermediática, proclive a que discurrra en ellos y ellas, una proceso de explotación sistemático y voraz, pues si tienen la (des)fortuna de contar con empleo, el celular, como hoy lo experimentamos desde el mundo laboral, de manera soterrada, en tanto grillete posmoderno, nos va carcomiendo descansos, fines de semana, vacaciones y el despliegue de otras actividades e interacciones que nutren nuestra vida.
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Otro ángulo de la temprana vinculación al teléfono personal es que las empresas han conquistado, casi a perpetuidad, un nicho de consumidores que, paradójicamente sin tener ingresos propios, acrecientan y desarrollan sus hábitos intercomunicativos, relacionales, informativos, de entretenimiento y lúdicos, a través de un dispositivo que les transforma en consumidores y en dependientes de aquello que la moda y la marca dicte para estar dentro de sus distintos y distantes grupos de referencia. Por el costado luminoso, la anticipada inmersión en los usos de esta tecnología hipermedíatica y nómada, aporta habilidades digitales y algoritmos que les permiten y facultan a los jóvenes para seguir en el procso de integración a la sociedad red de la que forman parte generacionalmente. El costo que implica contar con el servicio de telefonía celular, dada la condición de que tienen la mayoría de los jóvenes, es absorbido parcial o totalmente por el mundo adulto. Desde luego, dicha condición cambia notablemente cuando los jóvenes escolarizados cuentan con empleo, pues destinan parte de sus recursos para cubrir el adeudo o consumo de tiempo aire que requiere su dispositivo telefónico. Como sucede con muchos otros dispositivos tecnológicos y software para uso masivo, se apreció una clara tendencia a la subutilización de los recursos, aplicaciones y funciones con los que cuentan los teléfonos celulares de los jóvenes escolarizados. Este aspecto pone de relieve lo que ya ha sido señalado por Gerald Cohen (1996), en torno a la vía media del uso de los bienes (tecnológicos). El uso e interacción con el teléfono celular genera constantes procesos disruptivos de: la conversación interpersonal y/o familiar; de la dedicación en la lectura o realización de tareas escolares e incluso en actividades recreativas como la asistencia al cine. Las madres de los jóvenes escolarizados aprovechan que sus vástagos tienen acceso al servicio de telefonía celular, para ampliar el radio de acción y de control que busca monitorear las actividades y rutinas de sus hijos, así como el retorno a sus hogares. Aunque dichos sistemas de control se apreciaron de manera más acentuada en el grupo de las jóvenes, a diferencia de sus pares masculinos. Sin embargo, conforme la pericia y edad de los chicos escolarizados aumenta, ponen en marcha un conjunto de estrategias para tratar de escapar de estos procesos de control parental. Los jóvenes escolarizados de nivel superior utilizan sus dispositivos tecnológicos de telefonía para salir airosos de situaciones incómodas o indeseables, empleando la simulación de recepción de llamadas, poniendo en marcha las aplicaciones con las que cuentan sus propios artefactos.
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A pesar de que en el segmento de los jóvenes y particularmente en el subgrupo de los escolarizados podemos hallar significativas variaciones o brechas entre los dispositivos, aplicaciones y servicios con los que pueden contar sus teléfonos celulares (especialmente en comparación con grupos de población de mayor edad y que gozan de capacidad económica u otro tipo de condiciones socioculturales) no es menos cierto que estos aparatos –por el impacto de la publicidad, la coacción de los propios jóvenes y el consentimiento de los padres-- lograron llegar rápidamente a manos de niños y jóvenes. Se trata de una tecnología de uso individual y multitareas con la que, desde que estos ellos nacieron, formaba parte de su entorno inmediato, al tiempo que otras tecnologías como los videojuegos y la televisión interactiva, constituyeron parte de los dispostivos que aportaron contenidos para dar cuenta de su aprendizaje sociocultural, sus juegos, el entretenimiento y sus momentos de diversión, así como de su interacción y relaciones tanto con sus pares como con el mundo adulto. De aquí que, la incorporación, apropiación y usos sociales de la telefonía celular entre los jóvenes de los que nos ocupamos, marque un parteaguas con respecto a los usos que podemos hallar en adultos y, más aún entre adultos mayores.
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An谩lisis de la espectacularizaci贸n y el infoentretenimiento en la televisi贸n mexicana Maricela Portillo Universidad Iberoamericana
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INTRODUCCIÓN En esta ponencia expondremos los resultados de la medición de la espectacularización de la información política y la presencia del infoentretenimiento en la televisión mexicana. La primera hace referencia al uso de recursos provenientes del entretenimiento y de los programas de ficción en los programas informativos. Y el segundo se refiere a la presencia de información política en los programas de humor y entretenimiento. Partimos de la idea de que la utilización de este tipo de recursos permite a los productores televisivos y asesores políticos, acercarse a una audiencia que no está acostumbrada a ver noticieros ni programas de información, pero que sí ha crecido inmersa en una cultura audiovisual y se ha expuesto repetidamente a un determinado patrón de programación comercial, como es el caso de la televisión en México. La espectacularización de la información y el infoentretenimiento son una tendencia hoy en el mundo entero. El problema radica en que, como resultado del uso de estos recursos, la información política se trivializa. Además, según señala Lozano (2005) la cuestión se agrava cuando se convierte en la forma dominante en la que se presenta la política, como suele ocurrir en México. La metodología utilizada en este estudio consistió, por un lado, en un estudio de panel haciendo el seguimiento a los dos informativos de los principales noticiarios nocturnos de la televisión abierta mexicana (canales 2 y 13), replicando la metodología utilizada por Lozano (2005). Y, por otro lado, llevamos a cabo un trabajo de análisis de los contenidos de infoentretenimiento detectados en telenovelas y series de ficción (2009, 2010 y 2011). Los resultados que hemos obtenido apuntan a la constatación de nuestra hipótesis: la creciente espectacularización informativa en los noticieros mexicanos y la significativa presencia de infoentretenimiento en los contenidos de la parrilla televisiva. Esto nos plantea algunas interrogantes de carácter más profundo y que tienen que ver con la recepción de la comunicación política mediatizada. Los datos son reveladores y nos permiten afirmar que en la medida en que la espectacularización va impregnando otros niveles de la comunicación política (las campañas electorales, por ejemplo) podrá irse midiendo, en el largo plazo, el impacto de la recepción de la comunicación política mediatizada en las culturas políticas de las generaciones de jóvenes ciudadanos.
ALGUNAS CONSIDERACIONES Introducimos aquí, en primer lugar, la discusión en torno a las formas en que el espectáculo va impregnando diversos órdenes de la vida social. Y, en un segundo momento, planteamos las consecuencias que se desprenden específicamente de la espectacularización de la información noticiosa.
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ESPECTÁCULO Y SOCIEDAD La sociedad contemporánea se caracteriza, entre otras muchas cosas, por su creciente mediatización. Es decir, por la serie de fenómenos sociales que se ven afectados por la irrupción en la escena pública de los medios masivos de comunicación. Resulta imposible explicar lo social sin tomar en cuenta el relevante papel que toman hoy en día los mensajes difundidos por los medios. Es indudable que los medios de comunicación en general han coadyuvado a modificar el paisaje y la dinámica social de las sociedades urbanas desde mediados del siglo pasado. Han estado presentes en estos momentos de transición de un sistema a otro: de la llamada sociedad de masas a la sociedad informacional. Con respecto al papel que la información está teniendo en la sociedad actual, se dice puede considerársele como su elemento definitorio. Dice Castells: (...) yo sostengo que la información, en su sentido más amplio, es decir, como comunicación del conocimiento, ha sido fundamental en todas las sociedades (...) en contraste, el término informacional indica el atributo de una forma específica de organización social en la que la generación, el procesamiento y la transmisión de la información se convierten en las fuentes fundamentales de la productividad y el poder, debido a las nuevas condiciones tecnológicas que surgen en este período histórico (1996, p. 47).
Este autor establece la distinción entre los términos información e informacional para distinguir a la sociedad en la que la información no sólo existe, como ha existido siempre en distintas épocas, sino que además impregna todas las esferas de la actividad industrial y todas las formas de la organización social. Los medios masivos de comunicación devienen su importancia actual de aquí, pues son ellos los responsables de generar, procesar y transmitir la información que después se convertirá en fuente fundamental de la productividad y el poder. Ahora bien, otro elemento distintivo de esta sociedad mediatizada es el de la representación en sustitución de lo real. Debord (1976), Postman (1991), Morley (1998), entre otros autores, suelen referirse a la sociedad del espectáculo para hablar de la representación de la realidad a partir de imágenes detrás de las cuales ya no existe nada. Lo real sólo es tal si es transmitido por los medios. Y, de entre todos los medios, la televisión constituye en muchos aspectos, el “medio por antonomasia” a través del cual la realidad puede ser narrada. Vivimos inmersos en un mundo lleno de imágenes, en donde la información circula a gran velocidad y los sujetos apenas tienen tiempo de digerir ese bombardeo informativo. Por ello, “lo único que queda es el espectáculo sin significado” (Morley, 1998, p. 104). Pero, a pesar de que la espectacularización de la vida social sea un hecho que se ha intensificado en las últimas décadas, en realidad ha iniciado mucho antes, sobre todo
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si entendemos, como dice Debord (1976), que las condiciones modernas de producción posibilitaron una inmensa acumulación de espectáculos. Las vivencias de los seres que conforman la sociedad en que vivimos son representadas. En este entendido: El espectáculo no es un conjunto de imágenes, sino una relación social entre personas mediatizadas por imágenes (...) no puede entenderse el espectáculo como el abuso de un mundo visual (...) es una visión del mundo que se ha objetivado. El espectáculo, entendido en su totalidad, es a la vez el resultado y el proyecto del modo de producción existente. No es un suplemento al mundo real, su decoración sobreañadida. Es el centro del irrealismo de la sociedad real (...) el espectáculo constituye el modelo presente de la vida socialmente dominante” (Debord, 1976, pp. 6-7).
Según este planteamiento, el espectáculo constituiría una característica inherente a la sociedad contemporánea. Pero el espectáculo toma forma a partir del medio. Por eso la pregunta acerca de los medios que lo posibilitan es de gran importancia. Como sostiene Postman refiriéndose a McLuhan, es bien cierto aquello de que: “la forma más clara de ver a través de una cultura es prestar atención a sus instrumentos de conversación” (1991, p. 13). Cuando los instrumentos cambian, están modificándose, a su vez, las conversaciones; es decir, la comunicación. Esto es necesariamente así, ya que, aunque parezca una verdad de perogrullo, no es lo mismo el acto de leer, que de escuchar o ver. Ejercitar un sentido u otro, o más aún, comunicarnos presencialmente o por la mediación de alguna tecnología, transforma lo que decimos y no sólo la forma en que lo decimos. El espectáculo invade las formas, prácticas y dinámicas sociales, modificando también nuestras percepciones, modos de estructurar el conocimiento y de construir nuestro discurso. La experiencia social, trastocada por el mundo de imágenes a través de las cuales nos relacionamos, se está modificando, no sólo a nivel superficial, sino a un nivel más profundo y con consecuencias que se verán a futuro, aunque ahora ya sea fácil detectarlas o intuirlas. Ya Postman (1991) en el prefacio de su libro Divertirse hasta morir, hace referencia a dos obras literarias que plasmaban ideas de futuro contrapuestas. Es el caso de 1984 de George Orwell y Un mundo feliz de Aldous Huxley. La visión pesimista de Orwell, auguraba una sociedad terrorífica en la que la gente sería privada de su historia. El gran hermano se encargaba de controlar la vida de los demás. Por su parte, Huxley veía una sociedad hedonista, completamente alienada en la cual la gente llegaría a amar su opresión y a adorar las tecnologías que anulan su capacidad de pensar: “lo que Orwell temía eran aquéllos que pudieran prohibir libros, mientras que Huxley temía que no hubiera razón alguna para prohibirlos, debido a que nadie tuviera interés en leerlos” (Postman, 1991, p. 5). La hipótesis de Postman es que tal vez sea Huxley y no Orwell quien tenga la razón.
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Esta idea, según la cual en nuestra sociedad el espectáculo lo ha impregnado todo, concita gran preocupación y grandes interrogantes. El discurso público, al tomar forma de espectáculo, deviene en entretenimiento. Es éste un valor a la alza en nuestra sociedad. El desplazamiento de la cultura impresa, la imprenta, hacia la cultura audiovisual, la televisión, tiene consecuencias de considerable dimensión, si entendemos que ahí está transformándose no sólo el medio que vehicula el mensaje, sino el mensaje mismo: La decadencia de la era de la tipografía y el ascenso de la era de la televisión (...) ha representado un cambio dramático e irreversible del contenido y significado del discurso público, puesto que dos medios tan diametralmente diferentes de ninguna manera pueden dar cabida a las mismas ideas. A medida que la influencia de la imprenta disminuye, el contenido de la política, la religión, la educación y todo aquello que comprenda las cuestiones públicas debe cambiar y ser refundida en los términos más apropiados a la televisión (Postman, 1991, p. 12).
Debord alerta sobre la transformación del espectáculo en capital, en “un grado tal de acumulación que se transforma en imagen” (1976: 18), mientras que Postman enfatiza la cuestión epistemológica en tanto que los medios están alterando las formas de conocer, sus explicaciones giran en torno a la manera en que han cambiado “nuestras nociones de verdad y nuestras ideas sobre la inteligencia como resultado del desplazamiento de los viejos medios por los nuevos” (Postman, 1991, p. 31). La conversión de la ideología a través de la cosmética, del discurso en imagen, de la argumentación en entretenimiento, está ocurriendo ya desde hace tiempo. Las consecuencias apenas las intuimos. Y sin ser fatalistas a lo Orwell ni a lo Huxley, pues ambos en cierta medida lo son, tal vez debamos empezar a pensar en las implicaciones que tiene la aparente confusión entre comunicación y política. Es decir, de las maneras en que estos dos campos se están determinando mutuamente. Y en donde, peligrosamente, la lógica mediática, está ganando terreno, pues no es que la televisión -es éste el medio al que nos estamos refiriendo concretamente- se adecue al lenguaje político, sino al revés.
ESPECTACULARIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN NOTICIOSA En este sentido observamos algunas consecuencias que operan en el corto plazo y que tienen que ver con la producción de la información. Nos referimos específicamente a los contenidos de los programas informativos. Estos se caracterizan hoy por hacer uso de recursos provenientes del entretenimiento y de los programas de ficción (Lozano, 2005). Estos recursos permiten a los productores acercarse a una audiencia que no está acostumbrada a ver noticieros ni programas de información, pero que sí ha crecido inmersa en una cultura audiovisual y se ha expuesto repetidamente a un determinado patrón de programación comercial.
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La espectacularización de la información es una tendencia hoy en el mundo entero. Para ello, los productores echan mano de estrategias tales como la dramatización, personalización, uso de cámara subjetiva, efectos de sonido, entre otros. El problema radica en que, como resultado del uso de estos recursos, la información noticiosa se trivializa. Además, según señala Lozano (2005) la cuestión se agrava cuando: se convierte en la forma dominante en la que se presenta la política, se hace para esconder algo o se lleva a una imagen distorsionada de la política. Por ello se deben realizar investigaciones que den cuenta, por un lado, del grado de espectacularización de los noticieros y, por otro, de la presencia y el contenido de los programas de infoentretenimiento (El Informal en Argentina, Los Guiñoles en España, El Weso o El Privilegio de Mandar en México), ya que suelen ser programas con altos niveles de raiting. En términos de establecimiento de la agenda, los noticieros abarcan el corto plazo. Aquí prima la instantaneidad y la velocidad vertiginosa que imponen los tiempos mediáticos. Los temas van sucediéndose unos tras otros y se van desechando de la misma manera. Los medios de comunicación apelan a un sujeto que necesita estar informado, pero que dispone de poco tiempo para detenerse a revisar con detalle la información cada día. En este sentido, Wolton (1998) señala que la comunicación política constituye “un equilibrio inestable entre lógicas contradictorias” (Wolton, 1998b: 112). Estas contradicciones aparecen cuando se rompe el frágil equilibrio entre las lógicas que la componen. La comunicación política implica el frágil equilibrio entre componentes contradictorios. Los discursos de los elementos que la componen pugnan por hacer valer su propia interpretación de la realidad. En este juego, a veces uno logra imponerse sobre el otro. Como podemos constatar fácilmente, en los últimos tiempos, la política ha tendido a supeditarse al medio. Y una de las consecuencias que este hecho acarrea es la emergencia de la videopolítica (Sartori, 1998; Landi 1991, 1992). De hecho Wolton (1998b: 95130) hace un análisis exhaustivo de estas contradicciones que encarna la comunicación política hoy en día, que en definitiva pueden sintetizarse en tres ideas. La primera es la propia contradicción que presenta la comunicación política en la disputa por la interpretación del espacio político del momento entre periodistas, políticos y opinión pública. La segunda hace relación a los desfases entre el tiempo de la política propiamente dicho y el tiempo de los medios de comunicación. Y la tercera se refiera al conflicto entre experiencia y representación; es decir, al creciente distanciamiento entre el ciudadano común y los lugares de poder. Esto acarrea una disminución en la capacidad de acción del sujeto, quien percibe una lejanía de la política de su experiencia de la vida cotidiana.
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ANÁLISIS Como mencionamos al inicio, la metodología implementada en este estudio consistió, por un lado, en un estudio de panel haciendo el seguimiento a los dos informativos de los principales noticiarios nocturnos de la televisión abierta mexicana (canales 2 y 13), replicando la metodología utilizada por Lozano (2005). Y, por otro lado, llevamos a cabo un trabajo de análisis cualitativo de los contenidos de infoentretenimiento detectados en telenovelas y series de ficción (2009- 2011).
ESPECTACULARIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN TELEVISIVA Las varibles de análisis consideradas fueron las siguientes: 1.Personalización 2.Dramatización 3.Editorialización 4.Contextualización 5.Tono de voz obtrusivo 6.Acercamiento extremo 7.Efectos de sonido 8.Efectos musicales 9.Cámara subjetiva 10.Cámara lenta 11.Efectos especiales Estas son las variables utilizadas en el estudio de Lozano (2005). Acá presentamos la réplica a esa investigación, que venimos realizando desde 2009. Nos interesa constatar la permanencia de este tipo de recursos en la presentación de la información política en televisión. Como este mismo autor señala, resulta indudable que el empaquetamiento visual y auditivo de las noticias ha cambiado radicalmente en los últimos años, y que es en la forma en que se presenta la información donde se pueden encontrar los rasgos más claros de espectacularización (Lozano, 2005). Los noticieros televisivos son hoy un claro producto de la neotelevisión (Farré, 2008). Tienen como modelo de referencia a las cadenas norteamericanas y el esquema de televisión comercial, que en México ha existido desde siempre. Como podemos constatar en el Cuadro 1, la personalización ha disminuido (del 54% al 40.82%). No obstante se ha mantenido en alrededor del 40% de 2009 a 2011.
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Eso significa que hay un énfasis importante en la centralidad en las personas y los individuos en detrimento de la descripción de los procesos. Las notas suelen enfatizar la presencia de grandes personajes de la vida pública y política nacional, dejando de lado la explicación de los acontecimientos o procesos en los que ellos participan. Cuadro 1: Elaboración propia
La contextualización de las notas, por otra parte, ha aumentado. Pero no deja de llamar la atención que lo sean sólo, en promedio, el 42 o 55% de las notas. Más de la mitad de la información noticiosa aparece descontextualizada en 2005 y en 2009, como puede constatarse en el Cuadro 1. Los recursos de acercamiento extremo y el uso de la cámara subjetiva se han incrementado en 2009 y 2011, respecto del 2005. Son recursos que refuerzan la personalización, al construir notas centradas en las personas con énfasis en la cercanía y en la narración ficcionalizada. La fragmentación de las notas continúa también. En 2005 Lozano identificaba un tiempo promedio de 6 segundos por nota. En 2009 y 2011 es de 8 segundos. Notas ligeramente más largas, pero que siguen siendo cortas y fragmentadas, si consideramos que, en promedio, hay un promedio de 17 notas por toma. El estilo de producción de los noticieros también ha ido incorporando en los últimos años las sofisticadas plataformas digitales que permiten presentar las notas con la introducción de datos e imágenes que se visualizan al lado del presentador. En 2009, el 97.70% de las notas presentó este contó con esto que denominamos efectos especiales, mientras que en 2011 bajó ligeramente hacia el 96.81%. Prácticamente todas las notas son empaquetadas con este diseño digital, que resulta innovador y que empaqueta las noticias en un formato audiovisual ágil y fácil de digerir.
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INFOENTRETENIMIENTO El infoentretenimiento en la televisión mexicana ha estado presente en los últimos años en la factura de las telenovelas, que han integrado significativamente en sus historias alusiones directas a situaciones políticas vigentes, dando como resultado el posicionamiento de la televisora en turno a través de esas producciones. Orozco la denomina “neotelenovela, que en 2007 y 2008 sobre todo se propagó como idea de cambio desde Televisa” (2011: 204). Las dos televisoras más importantes de México, Televisa y TVAzteca, han incluido en las historias de sus telenovelas respuestas o planteamientos directos sobre temas de discusión pública desde 2007 (Ver Cuadro 2). Han colaborado directamente con el gobierno federal para defender políticas presupuestarias, electorales, de la extracción del petróleo o de las crisis económicas. En ese sentido, han colaborado a defender diversas posturas gubernamentales, “como telenovelas con proposiciones ideológicas particulares abiertas, por lo general conservadoras y favorables al statu quo o a intereses creados acordes a poderes fácticos, incluidos los mismos mediáticos o sus anunciantes” (Orozco, 2011: 204). Cuadro 2: datos proporcionados por OBITEL, México a cargo de Guillermo Orozco y publicados en Orozco, 2011)
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El caso más reciente de telenovelas que incluyen temas políticos en sus historias con un posicionamiento diferente al de Televisa y TV Azteca es el de El Octavo Mandamiento, producida por Epigmenio Ibarra y Argos Televisión y emitida por Cadena Tres. Esta telenovela, fue emitida diariamente en un horario nocturno (del 8 de agosto de 2011 al 12 de febrero de 2012) e incursionó, de lleno, con el infoentretenimiento al cruzar deliberadamente en cada capítulo de la historia, la ficción y la realidad. En la telenovela había referencia directa a las notas del día, que se comentaban ahí y se editorializaban. El propio Epigmenio Ibarra, afirma que “la ficción es el periodismo por otros medios”. La apuesta por abordar la realidad desde la ficción para proponer hipótesis sobre acontecimientos que atraviesa México (en esta telenovela se propone un supuesto pacto entre el gobierno mexicano con uno de los narcotraficantes de mayor renombre, el Chapo Guzmán) y editorializar a través de los personajes que emiten opiniones y juicios sobre la realidad política dio un paso adelante al proponer a la ciudadanía un portal llamado Pulso Ciudadano, en donde se propuso llevar a la realidad la propuesta periodística de Tiempo, periódico en el que la telenovela se desarrollaba. Así pues, constatamos en la actualidad que la transmedialidad de la ficción televisiva en México, es donde el infoentretenimiento está provocando interesantes fenómenos de apropiación y resignificación de los mensajes por parte de las audiencias. En el caso de El Octavo Mandamiento, telenovela que no alcanzó niveles de raiting significativos1, sí tuvo, no obstante, un seguimiento fuerte de audiencias que interactuaban con la producción de la misma a través de twitter. Habrá que dar seguimiento a estas comunidades interpretativas (Jensen, 1987) que aunque minoritarias, pueden comenzar a reconfigurar posibilidades de acción ciudadana que rebasen la recepción pasiva de las series de ficción y telenovelas clásicas.
CONCLUSIONES La espectacularización de la información noticiosa se ha mantenido a través del tiempo en el formato de los noticieros televisivos mexicanos. Nos aventuramos a decir que ésta no es una situación excepcional, sino que forma parte de una estrategia global, en la que los formatos noticiosos son empaquetados a través de estrategias provenientes del espectáculo y el entretenimiento. La información aparece descontextualizada, personalizada y excesivamente fragmentada.
Como señala acertadamente Darwin Franco, en referencia al impacto de El Octavo Mandamiento en las audiencias: Sin embargo, pese a lo arrojadas que pueden llegar a ser estas ficciones o la necesidad evidente de tener una mejor televisión, estas ficciones no han logrado penetrar en los gustos de la audiencia tal y como lo reflejan sus ratings de no más de dos puntos, los cuales son pocos en comparación a los más de 15 que obtienen en promedio las ficciones de Televisa y a los diez que alcanzan las de Tv Azteca más allá de lo pobre de sus contenidos. (Darwin Franco, El Octavo Mandamiento la realidad en la ficción en Nuestra Aparente Rendición, 3 de mayo de 2012: http://nuestraaparenterendicion.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=722:el-octavo-mandamiento&Itemid=106). 1
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La pregunta que nos formulamos acá es ¿de qué manera afecta en el corto y en el largo plazo la exposición a este tipo de mensajes?. Coincidimos con Lozano (2005) en la necesidad de llevar a cabo investigaciones que nos permitan medir el impacto de la exposición a estas nuevas formas de empaquetar la información noticiosas por parte de las audiencias. En el largo plazo, entendemos que será relevante extrapolar este tipo de planteamientos con la formación de la cultura política de las generaciones de jóvenes ciudadanos y la construcción de ciudadanía. En el mismo sentido, proponemos generar indicadores de medición para el infoentretenimiento en la televisión mexicana y estudios que den cuenta de su respectivo impacto entre las audiencias jóvenes.
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Interculturalidad y radio de servicio p煤blico. Hacia un modelo de comunicaci贸n.
Vicente Castellanos Cerda1 Universidad Aut贸noma Metropolitana - Unidad Cuajimalpa
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RESUMEN Se pone a discusión los resultados aún en proceso de un proyecto de investigación que da cuenta de la oferta intercultural de cinco estaciones del cuadrante metropolitano de la Ciudad de México que se definen a sí mismas, o se deriva de su propuesta comunicativa, como medios de servicio público. Esto con la finalidad de proponer los rasgos de un modelo de comunicación radiofónica que contemple, en el marco del servicio público, programación intercultural, no sólo referida a grupos étnicos minoritarios, sino también a aquellos grupos que asumen una identidad y existencia diferente, en comparación con lo ajeno, con el otro.
ANTECEDENTES, PRECISIONES CONCEPTUALES Y METODOLÓGICAS
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l tema surgió de una coyuntura muy reciente de carácter institucional al interior de la Universidad Autónoma Metropolitana2, (UAM) al serle otorgado, el 11 de marzo de 2010, los títulos de cinco permisos para transmitir señales de radios en el 94.1 de frecuencia modulada. La potencia es de 0.02 kW para cada estación lo que alcanza a radiar entre cinco y ocho kilómetros, es decir, se trata de una cobertura que privilegia cada uno de los espacios físicos que ocupan cuatro de las cinco unidades de la UAM, las instalaciones de Rectoría General y las cercanías inmediatas de cada sede. El proceso para desarrollar un proyecto de comunicación de tal proporción, nos condujo a reflexionar los temas de la comunicación intercultural y de los medios de servicio público con el prisma de la incidencia social que debe tener todo proceso mediático que se inscriba con intenciones de transformación y enriquecimiento cultural. Este prisma obligó a replantear una serie de nociones abstractas y preceptivas de la misión de los medios culturales, alternativos, universitarios o comunitarios, para llevarla al terreno de una práctica social que deberá ser puesta al escrutinio de la investigación. El punto de partida es una crítica a la normatividad vigente. La condición tercera de la Ley Federal de Radio y Televisión a la letra especifica la naturaleza y propósito de los permisos:
1 Doctor en Ciencias Sociales y Políticas, con orientación en Comunicación, por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Actualmente Profesor Titular “C” del Departamento de Ciencias de la Comunicación en la División de Ciencias de la Comunicación y Diseño, Unidad Cuajimalpa. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Responsable del Grupo de Investigación Comunicación Intercultural de la AMIC. Vicecoordinador del Grupo Temático de Comunicación Intercultural de la ALAIC. 2 La UAM cuenta actualmente con cuatro unidades, una en cada punto cardinal de la Ciudad de México y una quinta en la ciudad de Toluca, Estado de México, a unos 50 kilómetros al poniente. Las oficinas de Rectoría General se hallan al sur del Distrito Federal.
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En términos del artículo 13 de la Ley, la estación de radio a que se refiere la Condición Segunda tiene naturaleza y propósito cultural, para difundir programación con fines educativos, incluyendo programas musicales, culturales e informativos, por lo que el Permisionario no deberá transmitir anuncios comerciales, ya sean insertados por él en forma directa, o por la retransmisión de señales que contenga anuncios comerciales.
Los permisos otorgados a la UAM se fundamentan jurídicamente en una “naturaleza y propósito” poco claros en relación a lo “cultural”, referido por una prohibición y no tanto por una caracterización conceptual de la noción de cultura. La prohibición jurídica es clara: una estación cultural no comercializa sus espacios. También resalta de esta redacción el anacrónico concepto de cultura a la que apela la Ley, pero paradójicamente se reconoce su operatividad para distinguir ofertas de programación distintas de las comerciales, o más bien limitadas en su capacidad de comercialización, al ser etiquetadas como culturales. La oposición cultura – comercio a la que se alude ya ha sido revisada críticamente por la investigación en comunicación y se conoce la falsedad de tal dicotomía, como si la construcción que se hace de la realidad en los medios comerciales no definieran modos de pensar y prácticas culturales, la mayoría de las veces impuestos y otras resignificados o refuncionalizados por los medios al ser extraídos de sus contextos originales como puede ser de la alta cultura (Juan Gabriel en Bellas Artes) o de las culturas populares (la música folclórica en la radio). La noción subyacente de cultura en esta condición tercera tiene una intención clara de distinguir para proteger. La naturaleza cultural de las estaciones, acompañada de la condición legal de ‘permisionarias’, se enmarca en el conocido paradigma funcionalista de la comunicación al apelar a dos de las tres funciones clásicas atribuidas a los medios masivos en cuanto educación e información, dejando fuera de la cultura el entretenimiento, de lo cual se puede inferir, por omisión, que esta última formaría parte de la naturaleza de los medios comerciales. La distinción ‘cultural’ protege expresamente a los medios comerciales a través de una prohibición, la de transmitir directa o indirectamente anuncios comerciales. En suma, lejos de definir una naturaleza y propósito específicos para las estaciones de radio culturales, la Ley las caracteriza por una negación, dejando el campo abierto a la ambigüedad de lo que puede ser una programación educativa e informativa. Lo dicho hasta aquí es bien conocido entre los estudiosos de la comunicación, nuestra intención era resaltarlo para que, pese a propuestas, legislaciones, sorpresas políticas y juicios legales, las cosas no hayan cambiado en esencia desde los años 60 cuanto se publicó la Ley Federal de Radio y Televisión. En el ámbito académico la noción de cultura es uno de los términos más problemáticos no sólo para la comunicación, sino para las ciencias sociales en general. De origen antropológico, la cultura como campo problemático de estudio, pasó de ser un todo
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determinista a ocupar una posición comodín relativista en la que cultura era aquello que al menos dos definían como tal. De alguna manera, se imponía, en la visión determinista, la cultura blanca anglosajona como la no cultura, como el modelo no cuestionado de la normalidad naturalizada de lo social, pero en contraste a esta postura y en movimiento pendular, la visión relativista pluralizó morfológicamente el término y lo empleó como ‘culturas’ para designar un mundo delimitado y concreto de creencias y prácticas pero igualmente amplio e impreciso. Sin dejar de reconocer el debate inacabado al respecto de la cultura y de las culturas, nos hemos decidido para realizar este trabajo por un sentido performativo de esta compleja noción. Es así como entendemos a la cultura en su dimensión de práctica social lo cual nos ubica en contextos específicos de usos de las palabras y de sus implicaciones con las relaciones de poder, la resistencia y el cambio. También nos permite construir variables comunicativas que den cuenta de la oferta de programación como un repertorio de estrategias de acción destinadas a una audiencia caracterizada por la clase, la pertenencia étnica, el nivel educativo y otras variables por el estilo. En resumen, se trata de pensar a la cultura como una noción que puede desplegarse en variables explicativas cuanti y cualitativas que den cuenta del ‘hacer’ de los medios. La noción de lo intercultural, lejos de desambiguar el problema, le suma otras consideraciones teóricas. La adición de prefijos a nociones problemáticas ha arrojado más estridencia que precisiones conceptuales en las ciencias sociales: posmodernidad, transdisciplina e intersubjetividad, o más cercano a nuestro interés de investigación, multicultura e intercultura, intentan mostrar estadios diferentes, interacciones emergentes o procesos de evolución sociohistórica, sin que exista forzosamente un aporte real en la comprensión de las realidades que permanecen y otras que cambian por situaciones tan simples como el paso del tiempo. En lo referente a lo multi e intercultural, los prefijos parecen orientar las explicaciones hacia situaciones ideales cuando grupos sociales diferenciados y amplios entran en contacto con otros por motivos económicos, de migración, de cooperación o cualquier otra índole de carácter social e histórico. Una primera revisión nos lleva a concebir lo multicultural como el resultado del proceso de globalización del capitalismo que no sólo acelera los flujos de capital a lo largo del orbe, sino también afecta a los fenómenos de migración de países pobres a otros que ofrecen mejor calidad de vida a sus habitantes. Mientras tanto lo intercultural pone el acento en la interacción entre grupos que se saben diferentes pero que pueden negociar para llegar a ciertos acuerdos fundamentales para la convivencia. La vieja crítica a ambas posturas acerca de la ausencia de la contradicción y de sus consecuentes estrategias de resistencia de una cultura respecto a otras, es pertinente recordarla ahora.
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Se trata de pensar la noción de interculturalidad como un proceso de interacción en la diferencia que pone a debate discursos, contenidos y estrategias de normalización y de rompimiento en las prácticas cotidianas de un grupo social autoidentificado respecto a otro u otros que considera fuera de la esfera de su autoadscripción. Sin la presencia de lo diferente, no existiría el problema de la interculturalidad. Con esto queremos afirmar que lo intercultural es un trabajo a favor de la comprensión de la diferencia. Esto es lógico si consideramos que uno se pone de acuerdo ahí donde no hay acuerdos, si éstos no se requieren, o ya se dio un proceso comunicativo previo, o bien, se trata de una imposición del poder y por lo tanto carece de sentido todo intento de interacción intercultural. La problematización de la cultura, en cuanto noción teórica o realidad objetivada, ha llevado a las ciencias de la comunicación ha institucionalizar una línea de investigación al respecto en la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC), haciendo eco de lo que con anterioridad ya había propuesto la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (ALAIC). Este dato es relevante por la orientación teórica que pretendemos rescatar en este trabajo, es decir, se trata de tomar como eje la comunicación intercultural para explicar: los modos de apropiación y réplica de las diversas ofertas culturales, explorando la realidad social desde una idea aparentemente simple, esto es, que la vida de los hombres y las mujeres y los objetos/textos culturales que conforman su mundo, se insertan en un ámbito tridimensional: en el tiempo, en el espacio y en lo social (Lalive: 1998) Desde esta propuesta se conceptualiza a los sujetos sociales como productores de significados y se entiende la capacidad de los objetos o textos culturales de sugerir o apuntar hacia algo más, la dimensión simbólica. (Cornejo y Castellanos: 2009, 207).
Ofertas culturales que para ser explicadas deben confrontarse con las intenciones de las emisoras y con el modo en que las personas que “hacen la radio” las utilizan para construir visiones acerca de ellos mismos y de los otros, esto es, contrastar la producción cultural con la dimensión simbólica, para lo cual el modelo propuesto contempla como uno de los ejes transversales aquellas ideas y caracterizaciones propio de una interacción intercultural siempre en negociación y conflicto, en ocasiones en relaciones horizontales (otros grupos de producción), otras en función de jerarquías (el Estado, la ley, la emisora). Es importante poner en debate otra ramificación del tema de la comunicación intercultural. La Ciudad de México por ser una de las más pobladas del mundo se distingue por su riqueza intercultural, no obstante los medios masivos de comunicación no suelen reflejarla y reducen su programación, sobre todo la radio y la televisión, a fórmulas probadas provenientes del melodrama, el rumor, la intriga, el chisme y el tratamiento sesgado de la información periodística. Tenemos una ciudad plural culturalmente hablando con medios monoculturales, con la agravante que son de cobertura nacional. Pero
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los medios no son toda la realidad del país ni mucho menos de la Ciudad de México. Día a día en este espacio, conflictuado por la sobrepoblación, se dan intersecciones múltiples, pero a la vez desiguales ocasionadas por diferencias sociales muy diversas y que requieren de procesos de comunicación intercultural donde se reconozca el conflicto. El corpus de análisis de este trabajo, cinco radios públicas, constituye un sistema de microespacios mediáticos que representan este diálogo entre diferentes, y no sólo una yuxtaposición de discursos contradictorios, cuyos ejes de debate son la identidad, el respeto a las diferencias sexuales, las diversidades urbanas de los jóvenes, la casi nula inserción en los medios de la riqueza ético-cultural de la zona y la necesidad de expresión y reconocimiento de unos y otros, en un contexto de descentramiento de territorios y fronteras simbólicas. Esto nos lleva a considerar que la comunicación intercultural tiene una imposibilidad de principio: no es posible sin obstáculos semánticos o sociales. O dicho de otro modo, este principio nos obliga a trabajar con las diferencias culturales objetivadas en ofertas de programación radiofónicas y confrontarlas con los dichos que afirman las emisoras acerca de sus intenciones, las cuales, adelantamos, serán buenas intenciones a favor de la pluralidad cultural y política, así como orientadas a enriquecer espiritualmente al radioescucha. Una ramificación más debe ser precisada conceptualmente. Para buscar donde pensamos que vamos a encontrar el fenómeno comunicativo que nos interesa y no naufragar a lo largo de las sesenta y seis estaciones del cuadrante metropolitano de la Ciudad de México, se ha reducido el corpus de análisis a aquellas emisoras que expresamente se consideran de servicio público. No hacemos referencia al interés público como señala el artículo cuatro de la Ley Federal de Radio y Televisión por obvias razones de su anacronismo jurídico, pero bien superado por una especie de espíritu de cambio democrático que ha contagiado a ciertas estaciones dependientes del presupuesto federal. El cuadrante que nos ocupa tiene 29 estaciones en FM y 37 en AM (dos fuera del aire por problemas de tipo jurídico), de este total, once son permisionadas y dependen de universidades públicas y privadas, o bien, de organismos gubernamentales. Está el caso de la Radio Ciudadana dependiente del Instituto Mexicano de la Radio que, no obstante su condición legal de concesionada, funciona en la práctica como un medio de servicio público. Dadas estas cuentas, la posible programación intercultural se puede hallar en doce estaciones o en el 18% del total del cuadrante metropolitano. En el cuadro siguiente se ubican las emisoras públicas según el tipo de organismo del que dependen:
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¿Cómo asumen estas emisoras, entre sus objetivos institucionales, “lo público”? Por ejemplo, el Instituto Mexicano de la Radio, órgano descentralizado de la Secretaría de Educación Pública, expresa en su visión finalidad de: Conformar una oferta radiofónica y de comunicación de servicio público, con presencia nacional e internacional, referente por la representatividad social y cultural de su programación, la calidad de sus emisiones y la credibilidad de sus contenidos 3.
Por su parte, Radio Educación, órgano desconcentrado de la Secretaría de Educación Pública, coordinado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, expone en su misión: Radio Educación es una radiodifusora de servicio público, con carácter cultural y educativo. Produce, transmite y promueve una programación de calidad que contribuye a la construcción de ciudadanía y a fomentar el diálogo intercultural. Se fundamenta en los valores de diversidad cultural, inclusión, convivencia democrática, libertad de expresión, responsabilidad y ética informativa para un mundo abierto4.
Lo que pretendo mostrar con estos dos ejemplos es una tendencia proveniente de las discusiones académicas que ha permeado a estas emisoras. Si bien no existe un soporte jurídico al respecto y se trata de buenas intenciones institucionales, es importante resaltar el hecho de la toma de conciencia por parte de estos medios de servir a la ciudadanía y no estar a disposición, como todavía ocurre en radios y televisoras estatales, de los intereses políticos de presidentes, secretarios de estado o gobernadores. 3 4
El subrayado en nuestro, consultado el 19 de mayo de 2011 en http://www.imer.com.mx También el subrayado en nuestro, consultado el 19 de mayo de en http://www.radioeducacion.edu.mx
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El tema de medios de servicio público también ha sido una constante en el campo de estudios de la comunicación que tiene su reflejo en un grupo de trabajo en la AMIC, titulado Medios Públicos. Nos parece un aporte relevante la forma en que este grupo se refiere a este fenómeno como un modelo de comunicación que juega un papel específico en las sociedades contemporáneas a la luz de las nuevas reconfiguraciones socioculturales, políticas y económicas. Queda claro que la función social de estos medios debe ser sometida a evaluación y vigilancia por representar los múltiples intereses de la ciudadanía. El investigador mexicano, Javier Esteinou (2005), caracteriza de modo integral el deber ser de los medios públicos en el siglo XXI, aquí retomamos algunas de sus ideas referentes a los objetivos institucionales y a la programación. Para el investigador estos medios deben: 1) fomentar la participación comunitaria y el beneficio social colectivo, y 2) promover la creación de una cultura ciudadana. La programación debe distinguirse por difundir contenidos multiculturales y pluriétnicos, así como mejorar la calidad de los contenidos informativos (Esteinou: 2005, 277 y 280). El desarrollo de los medios públicos no puede entenderse fuera de los procesos de democratización y de expresiones plurales de la ciudadanía. Se trata de medios moldeados por quienes se benefician de ellos al ser referentes y defensores de principios democráticos. Estos principios se concretizan en el derecho a la información, el respeto a la diferencia y en la diversidad de contenidos culturales que transitan de un medio a muchos públicos, principios que rescatamos en el modelo líneas adelante. Otra investigadora mexicana, Patricia Ortega (2004), reconoce la dificultad para definir la especificidad general de los medios públicos, pero insiste que en cuanto a contenidos, los medios comprometidos con este modelo de comunicación deben fomentar: La pluralidad y la diversidad de los contenidos de la programación (…). Su principal reto consiste en lograr una producción original y de calidad que se distinga claramente de la oferta del mercado. En este sentido los canales públicos proporcionarán a la sociedad información, cultura, entretenimiento y educación buscando satisfacer necesidades de mayorías y minorías. Se trata de brindar opciones de programación para distintos públicos en diferentes horarios5.
Este deber ser expuesto por ambos colegas de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, es otro referente para identificar las particularidades de carácter contextual que debe tener un modelo de comunicación intercultural, pues lo intercultural, de acuerdo a lo dicho, no lo consideramos únicamente como una interacción entre grupos indígenas y mestizos, o entre personas de diferentes nacionalidades, lenguas y color de piel, tampoco está limitado a las zonas fronterizas de tipo físico o simbólico. Consultado el 19 de mayo de 2010 en revista Etcétera en línea, 1º de noviembre de 2004, http://www.etcetera.com.mx
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Lo intercultural es una condición para la expresión de prácticas sociales diversas que distinguen a un grupo de personas frente a los demás. Es de carácter dinámico por lo que no siempre refiere a identidades permanentes, sino a existencias espacio-temporales definidas unas veces por algo tan natural como la edad y otras por principios ideológicos como formar parte de una religión, un equipo deportivo, o bien, por tener cierta preferencia sexual. Así entendida la interculturalidad, buscamos saber qué datos nos puede arrojar el estudio de la oferta radiofónica de cinco estaciones que se autoasumen de modo explícito o cuya evidencia está en su programación, para ser consideradas de servicio público. A saber, estas estaciones son: - - - - -
Radio Educación 1060. Radio UNAM 96.1 y 860. Radio Ciudadana 660. Ibero90.9. Radio IPN 95.7.
Lo que se busca con el análisis de estas estaciones es aportar elementos empíricos que ayuden a la conformación de los rasgos de un modelo de comunicación intercultural de servicio público. Una vez que se tengan identificados y probados empíricamente estos rasgos, se suma un objetivo operativo a la investigación y es el de aprovechar el modelo para diseñar programaciones interculturales. Para alcanzar estas metas se han empleado en el transcurso de la investigación herramientas metodológicas probadas, a saber: el análisis de contenido a las cartas programáticas, el monitoreo a la programación, las entrevistas a programadores y productores, así como el proceso mismo de modelización.
ANÁLISIS DE CONTENIDO DE LAS CARTAS PROGRAMÁTICAS Y RESULTADOS DEL MONITOREO Se realizó el primer acercamiento a las cartas programáticas de cada una de las emisoras con el objetivo de hallar las constantes de tipo temporal en dos direcciones: horizontal y verticalmente hablando. Las lógicas de programación suelen estar estructuradas sobre un principio genérico abstracto que define el perfil de la estación, para luego fragmentarlo en unidades temáticas de programación según los hábitos de vida y de escucha de los públicos. Se trata de las llamadas barras, por ejemplo, la noticiosa, la deportiva, la femenina, la política, la de derechos humanos, la de consulta legal o médica, entre muchas otras. La organización por barras no siempre se da por bloques de horarios, aunque se trata de la estrategia más común, pues en algunas estaciones los temas se distribuyen a lo largo de 24 horas y en diferentes días de la semana. El elemento mínimo de la oferta de las emisoras es el programa,
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entendido como una unidad de contenido completo, con pocas variaciones formales y caracterizado por su modularidad en cuanto que se puede ubicar en cualquier parte de la carta programática o transformarse en un nuevo formato en otro medio, como puede ser el caso de podcast 6. Los documentos claves de este primer paso del análisis de contenido fueron precisamente las cartas programáticas de cada una de las emisoras, las fichas técnicas de los programas publicadas en sus páginas web y la confrontación con las intenciones expresas en sus misiones, visiones y objetivos institucionales acerca de la oferta que hace cada radio como medio de servicio público. Fue importante identificar aquellas microunidades de la programación relacionadas con el tema de la interculturalidad para dar lugar al siguiente momento del análisis del contenido, el cual consistió en el monitoreo de cada una de las emisoras para identificar elementos significativos provenientes de los discursos lingüísticos y sonoros en situación de comunicación en tiempo real. Ambos procesos de investigación se realizaron en junio de 2011 para lo cual se diseñó una plantilla de información que se anexa al final de este reporte. La plantilla contempló las siguientes categorías: nombre del programa, descripción del principal rasgo intercultural, descripción del principal rasgo de servicio público, así como análisis de las marcas lingüísticas o sonoras de identidad e interacción cultural. Con esto se obtuvo información acerca del tratamiento de los contenidos y el modo en que sonoramente se construye cada programa. Uno de los aportes más valiosos de esta primera etapa consistió en pensar en las primeras características que a nivel de unidades de programación podría tener el modelo, al identificar en los programas diversidades culturales referidas a género, generación, preferencia sexual, jergas lingüísticas y al sentimiento de pertenencia a un grupo por la búsqueda y vivencia de una causa común. Esto permitió elegir los programas más representativos para la investigación y realizar las entrevistas a los productores, que junto con las aplicadas a los programadores, completan el trabajo empírico y la base del modelo. A continuación se exponen los resultados del análisis a las cartas programáticas y del monitoreo en el contexto de los objetivos expresos de cada emisora en sus documentos orientadores como códigos de ética, misión, visión o valores.
CARACTERIZACIÓN DE LA RADIO DE SERVICIO PÚBLICO Y DE LA COMUNICACIÓN INTERCULTURAL DEL CUADRANTE METROPOLITANO DE LA CIUDAD DE MÉXICO Dividir las cartas programáticas según géneros o formatos radiofónicos permitió conocer el tiempo dedicado a cada uno de éstos en la programación general de la emisora de lunes a viernes, así como identificar las diferencias con la programación de fin de semana, y establecer cierta congruencia con la intención comunicativa del medio. 6
Programa que puede ser escuchado o descargado de Internet.
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Quisimos evitar describir los datos sin un contexto adecuado de interpretación, por lo que a partir del análisis de las cartas programáticas y se plantearon una serie de hipótesis acerca del modo en que cada emisora entiende su rol intercultural en una radio de servicio público. En términos generales, el distintivo de cada emisora se puede resumir como sigue: - Radio Educación o temáticas culturalmente diversas que requiere de oyentes disciplinados. - Radio UNAM o las expresiones de la cultura universal legítima cuyos fundamentos son el arte, la música clásica y las expresiones de la universalidad del conocimiento científico y humanístico. - Radio Ciudadana del Instituto Mexicano de la Radio o la ciudadanización de los espacios mediáticos mediante la participación directa en el “hacer” radio. - Ibero90.9 o la construcción de una cultura musical cuyo eje es el rock internacional en inglés con algunas referencias a la escena independiente del país. - Radio IPN 95.7 o la estación de los alumnos politécnicos en plena experimentación ingenua y de alcances limitados en lo social y cultural. No se trató de prejuzgar a las emisoras, sino de poner énfasis en lo que se ve y se escucha de ellas, más allá de sus discursos institucionales o de sus intenciones a favor de la construcción de un país plural y democrático, dicho más o menos común en todas éstas. Revisemos a detalle cada emisora.
RADIO EDUCACIÓN: DIVERSIDADES CULTURALES Radio Educación es una difusora de tradición, fundada en la década de los veinte, ha presentado importantes cambios a través de su historia, siendo en 1968 cuando empezó “un nuevo ciclo”. De modo que hablamos de un medio sólido en su formación que, gracias al tiempo, ha ido construyéndose una identidad, a la par de un prestigio. Puede corroborarse que se incluyen prácticamente todas las diversidades culturales definidas hasta ahora en el presente trabajo. En las referentes a las generacionales podemos encontrar programas como Tenemos tarea, Aprendiendo en familia, A todo ritmo y Niño sapiens. Además de programas con un claro corte de género como Escucha tu cuerpo, es interesante la existencia de un programa llamado Entre hombres sin vergüenzas, transmitido los lunes de 7:00 a 8:00 pm, que aborda las construcciones de la masculinidad contemporánea. También existe un programa que incluye música rock e información sobre la cultura skate, Pueblo de patinetas, que se transmite los domingos a las 9:45 pm.
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Estos dos últimos pudieran ser la apuesta más arriesgada con que cuenta la programación; lo demás, generalizando, atiende a demandas mucho más comunes que dan oportunidad a la estación de ser más “segura”, de estar más “a salvo” en el sentido de incluir a un sector mayoritario de la población que a quienes les interesen estas dos manifestaciones de lo intercultural (una de diversidad sexual y otra de causa, según nuestra clasificación). Al revisar la carta programática se cayó en cuenta de que de 37 programas que se transmiten de lunes a viernes sólo 1 es musical (sin contar, claro, las casi 59 horas de música programada), es decir sólo el 2.70% del tiempo al aire le corresponde a esta categoría. Mientras que los sábados y domingos, 9 de 19 programas, o sea el 47.36%, son musicales. Esto resulta interesante si se piensa que el discurso de la estación no descansa tanto en la música como en los contenidos hablados, por decirlo de alguna manera: asume su identidad de emisora a partir cada cápsula, noticiero, revista, y no tanto por la programación musical. El componente predominante de servicio público en la difusora es que responde a las demandas de cierta audiencia y cuenta con un espacio de retroalimentación, donde el radioescucha puede dar su opinión, expresar sus inconformidades y así construir junto a la estación contenidos que vayan más de la mano del mismo al contar con la figura del Defensor del Radioescucha. A través de su programa, se abre el espacio para que la audiencia exprese sus opiniones acerca de la difusora, este punto es clave, ya que hace constar que Radio Educación considera las críticas y toma en cuenta a su público, o sea, edifican conjuntamente el medio, conversan y negocian. El concepto de educación que, a primera instancia pareciera tener la emisora, es uno en donde se reafirman los conocimientos con que de antemano cuenta su audiencia, y quizás ahonde en las ideas generales que pudiese tener para brindarle información más específica, pero siempre acerca de un tema conocido por erudito que sea. Es decir, se cuenta más bien con una difusora que considera a su audiencia apta para escuchar cierto tratamiento culto del lenguaje, temas no al alcance de la media, música que responde a un gusto no tan popular o masificado; delimita su público de manera estricta: demanda cierto nivel intelectual o bagaje cultural. Vislumbrar el peso que aquí se le da a la información es clave porque ayuda a intuir mejor el perfil de radioescucha a quien se dirige. Hay en la programación los Noticiarios Pulso, que se transmiten diariamente por la mañana, tarde y noche; también el Noticiero Internacional RFI, de lunes a viernes, a mediodía; NOTISEP, que pretende mantener informada a la sociedad acerca de
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lo que se realiza en la Secretaría de Educación Pública (de la cual, por cierto, depende la emisora), y se encuentra al aire los martes por la mañana. Por otro lado, se ofrece un programa de análisis periodístico de las noticias que se han venido dando a lo largo de la semana. Volviendo al punto, la audiencia es una que desea estar informada, un público consciente de lo que sucede a su alrededor o que intenta estarlo, y también que participa, alejando a los que podrían llamarse oyentes indisciplinados. Como metáfora, la programación de radio educación es este rompecabezas de orilla recta, que no construye a partir de las fronteras culturales o identitarias; no permite que embonen los distintos, únicamente los coloca uno al lado del otro, como dejando que la vista periférica les haga saber que existen pero sin darles espacio para comunicarse entre ellos.
RADIO UNAM (AM Y FM): REIVINDICACIÓN DE LA CULTURA UNIVERSAL Radio UNAM-AM, “Para ir a un mundo nuevo, oír al mundo de nuevo”, inaugurada en 1937 con pocas horas al día al aire y de un alcance no mayor a 5,000 watts, durante sus primeros años, tenía una programación de carácter artístico y destacaba un programa encabezado por Octavio Paz “Una antología caprichosa, Poetas del siglo XX” en 1957. En la actualidad se concibe como un proyecto de carácter cultural y universal, al menos eso deja ver en sus fichas técnicas, ya que la presentación de sus objetivos, formatos y definición de temas abordados presenta una concepción más o menos de ideas precisas sobre la música clásica que abarca un 55.35% de la parrilla en lo que se ha determinado como demanda común7, el análisis de temas sociales, políticos y económicos que afectan a la sociedad con un 14.4%. En cuanto a los programas musicales, destaca lo específico de géneros y temas a tratar por medio de un conductor especializado que charla con los radioescuchas o a través de la música contextualiza hechos históricos y las problemáticas sociales que se dieron en el nacimiento de las obras musicales. Existe una oferta de espacios dedicados a las facultades académicas o dependencias propias de la institución universitaria que abordan temas relevantes enfocados desde perspectivas interdisciplinarias. En propuesta cultural pueden rescatarse transmisiones como “Goya Deportivo”, un espacio que atiende la información relacionada con el deporte universitario, único dentro de la barra programática y agendado por las mañanas de los sábados, se rescata por dirigirse a un grupo unido por la afición deportiva y, lo más importante, definido dentro de una comunidad con características particulares como son las organizaciones y las competencias destinadas a universitarios. 7
Espacio horario de lunes a viernes entre las 6am y las 12am en que se escucha mayormente la radio.
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“Radiosfera” y “Chiapas, expediente nacional” son espacios dirigidos a activistas sociales, específicamente el segundo a la preocupación sobre este tema en las zonas indígenas. Su oferta es amplia y lo constatan alrededor de 50 programas transmitidos a través de su frecuencia en amplitud modulada. El formato más explotado es el de revista, dada las características de libertad implícitas en el mismo junto con el formato de análisis, cabe destacar que la producción corre mayoritariamente por parte de Radio UNAM. Respecto a su señal en frecuencia modulada, Radio UNAM, es la emisora que presume mayor tradición en México y América Latina, siendo un medio concebido por los universitarios, donde sus objetivos buscan fomentar la difusión de la cultura en todas sus manifestaciones, la diversidad de pensamiento y las obras musicales de calidad de todos los tiempos y todos los géneros, así como la vigorización y modernización de la emisora basada en los principios y valores universitarios y una programación de calidad que genere nuevos públicos para ser un referente en el ámbito cultural y científico. Radio UNAM es de importante reconocimiento en México por su amplia producción que se exporta mediante convenios a otras radiodifusoras de América Latina, generando ese lazo cultural entre diferentes países, así como su distinción en la difusión de alta cultural. El servicio público de Radio UNAM FM privilegia un canon de la alta cultura que evidentemente se califica en la programación presentada, la música y los programas musicales por ejemplo muestran un porcentaje de 59.90 % y 16.37 % en series que presentan grandes obras musicales muy privilegiadas, en el sentido de que poca gente puede entender la música clásica. Se percibe un compromiso de educar al pueblo mediante expresiones letradas, los reportajes, por ejemplo, abarcan un 1.9% de la programación con temas especializados, como las artes plásticas, instrumentos musicales, compositores, entre otros. Con el afán de expandir su voz a diferentes grupos sociales ofrecen a la audiencia cápsulas con variados temas, así como noticias que ponen a disposición del público la comunicación directa, esa retroalimentación indispensable; la interacción intercultural como parte fundamental de la radio de servicio público se puede observar en el rango de edad al que van dirigidos sus programas, por ejemplo “Trovando para los niños”, es un programa musical infantil que sin embargo corresponde sólo a un 0.77% del tiempo semanal. Radio UNAM todas las mañanas de lunes a viernes transmite en sus dos frecuencias el programa Plaza Pública conducido por el periodista más importante del país, Miguel Ángel Granados Chapa. Un programa híbrido de análisis político y social con inserciones musicales elegidas por el propio conductor. Sin duda, es un programa insignia para la estación por la
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calidad de información y de análisis que propicia el grupo encabezado por Granados Chapa. Un formato que suele parecer anti-radiofónico al estar centrado en una sola persona, pero que por la capacidad discursiva y el oficio periodístico del conductor, es una voz imprescindible en la comprensión del devenir cotidiano de México. Destaca la importancia que Radio UNAM brinda a la experimentación sonora en un programa en el que convergen tecnologías y artes: Bastidor Acústico. Se trata de un proyecto radiofónico que difunde una obra visual plástica, fotográfica o cinematográfica mediante los recursos del arte sonoro. Música, voz y ruidos se unen para realizar un diseño audiovisual creativo en el que el radioescucha puede hallar recreaciones sonoras e interpretaciones de obras conocidas o ser testigo de un proceso de elaboración artística.
IBERO 90.9: MÚSICA Y CULTURA Ibero90.9 es una difusora joven, con alcance metropolitano desde el año 2001, a cargo de la Universidad Iberoamericana, institución privada de carácter confesional y administrada por jesuitas. Su historia es corta, sin embargo, ofrece una perspectiva interesante de analizar desde el ámbito de servicio público e intercultural. Parece no tener otro cometido que no sea el de entretener; de entrada, de veintisiete programas que la conforman, dieciocho son musicales, es decir, más del 66%; casi no hay programas de contenidos analíticos o informativos si se le compara con otras estaciones, en su misma página web puede leerse: “Ibero90.9 es una estación radiofónica que entiende al discurso musical, los contenidos hablados y la exploración sonora como una propuesta integral y una combinación original, cuya finalidad es enriquecer la oferta mediática de México y proponer un entretenimiento inteligente.”
Si bien es cierto que ofrece un panorama musical más contemporáneo, amplio y al corriente de los nuevos lanzamientos principalmente anglosajones (aunque también tiene un programa llamado Saperlipopette, que expone las tendencias de la industria musical francesa y Mercado Negro para el rock hispanoparlante), se limita a ofrecer un espacio de distracción y quizá de curiosidades, es fácil imaginarse en el coche buscando música nueva y sintonizar para ello Ibero90.9. Los puntos clave de la emisora son la experimentación y el entretenimiento programas como Tripulación Kamikaze obligan a reflexionar sobre esos otros enfoques y ése algo más que pudiera ser la radio como ejercicio artístico. Además, es una radio hecha por y para jóvenes, lo cual es apreciable debido a las maneras de funcionar más cerradas o arcaicas y faltas de frescura de otras difusoras. Sin embargo, a veces ignora identidades menos difusas o realidades regionales que son parte fundamental del contexto en que ella misma existe.
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Ibero90.9 considera que su público, entre otras cosas, es heterogéneo, con necesidad de aprendizaje musical y que busca “alternativas musicales y de contenido hablado que le permitan comprender mejor la complejidad de su cotidianeidad”, a pesar de adjudicarse estas características, en la carta programática no puede apreciarse ninguna inclusión de programas dirigidos a una audiencia que no sea la del perfil de joven citadino seguidor de tendencias musicales, un público hipster que sigue la vanguardia y las nuevas tendencias. De repente escuchar Ibero90.9 y explicar su imagen sonora parece quedar perfecto con seguir la moda urbana, ir a Starbucks, ser trendy 8, ver cine independiente estadounidense o las películas que se proyectaron en el Sundance de este año, es ser cool pero no de la media sino con estilo, haber ido a raves en los 90 pero ya pasar de largo esa escena porque hay cosas más in, porque se escucha mejor a Bob Dylan ahora que Coppola (el papá de la Sofía que filmó a una María Antonieta de Converse rosas) le ha hecho un documental, por sus letras y participación en los movimientos de protesta. Y también es preciso sentenciar una afinidad en el sector editorial materializada en links y publicidad en la página web con Replicante, Picnic, Marvin, Vice y sus fiestas a las que no puede dejarse de asistir. El peso de la difusora descansa en la música, en la experimentación, es una radio bastante libre en su construcción, sin embargo, es cerrada y elitista en su práctica; una radio por y para esos jóvenes, esos nosotros que no consideran a los otros. Ibero 90.9 no desarrolla como pudiera las herramientas que tiene, se queda en el juego, en el “vamos a divertirnos como si no hubiera mañana”; es el reflejo de esa generación llena de posibilidades y talento, pero falta de dirección. El único componente que puede distinguirse en cuanto a servicio público es que ofrece ese espacio para los jóvenes, y su objetivo en esta línea pareciera ser la identificación entre los miembros de ese grupo.
RADIO CIUDADANA: CONSTRUYENDO CIUDADANÍAS RADIOFÓNICAS Radio Ciudadana, “Todas las versiones”, en el 660 de AM, de creación reciente (2003), aunque pertenece al Estado es quizá el esquema más cercano al modelo de radio de servicio público confeccionado por el “deber ser” del mismo, y esto debido a que en ella se distinguen tanto espacios dedicados a producciones del Instituto Mexicano de la Radio (IMER) en conjunto con grupos ciudadanos, y otros dedicados a instituciones públicas mediante convenios con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y espacios asignados a programas bajo la modalidad de convocatoria, los cuales deben cubrir un mínimo de 30 horas a la semana.
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Persona que está muy a la moda.
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Hemos de agregar que dentro de esta apertura se encuentra un elemento de defensa para el radioescucha que se distingue de las otras emisoras, basado en la recepción de las opiniones y críticas que tiene la ciudadanía con respecto al contenido de las estaciones pertenecientes al IMER, dentro de las cuales se encuentra Radio Ciudadana. Este figura definida como “Mediador IMER” se encarga de recepcionar y comunicar a los titulares de la estación cuál es el pulso de los radioescuchas, sus principales demandas; el proceso se lleva a cabo mediante la redacción de oficios dando a conocer el sentir del radioescucha y quedando a la espera de una respuesta por parte del IMER, documentos que están disponibles en la página web del mismo organismo. Es importante hacer referencia a este espacio radiofónico pues si lo colocamos dentro de los rasgos de “radio de servicio público” fortalece la dirección del medio, la cual debe obedecer a la problemática social que enfrentan diversos grupos de mexicanos. Además de tener organizada su barra programática de acuerdo a la naturaleza de su producción es decir, institucional IMER o ciudadanas, se pueden diferenciar categorías interculturales de espacios que se dedican a difundir preocupaciones de los grupos que existen en la sociedad, siendo algunos de ellos: •El hombre y la sociedad moderna “Polifonía H20” •Género “Radio equidad” •Adultos mayores “Gracias a la vida que me ha dado años” •Indígenas (rescate de lenguas) “Lo que borra el viento” y “Los guardavoces” •Ambientalistas “Qué perro” •Migrantes “Hecho en México” •Regiones “Desde el sur” Al permitir el ingreso a la radio de organizaciones civiles, las producciones responden al reconocimiento de ciertos grupos sociales que de otro modo no podrían dar a conocer sus inquietudes, eventos y formas de pensamiento que les hacen definirse entre los demás, provocando un clima de identificación y reflexión, no sólo entre ellos sino con los otros, esos que no pertenecen a su cultura y que a través de la crítica pueden entender, comprender o discernir de ellos, pero tomando en cuenta que ser distintos no da cabida a la idea de violentarles, más bien se fomenta el enriquecimiento de los acuerdos sociales y esto es parte de ese servicio público. Si bien no forma parte de los resultados del monitoreo, es pertinente apuntar en este momento, como rasgo distintivo de medio de servicio público, que la emisora cuenta con un consejo ciudadano de programación, conformado por representantes de organizaciones civiles, del gobierno y por ciudadanos, cuyo objetivo es definir la orientación de la oferta de programación de la
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emisora y seleccionar los programas ciudadanos que por concurso ganan un espacio en la estación. Respecto al perfil musical la estación está experimentando con un híbrido entre la música de trova y expresiones musicales diversas de carácter popular provenientes de América Latina. Es la única estación con este perfil musical en el cuadrante metropolitano de la Ciudad de México.
RADIO IPN 95.7: LA RADIO DE LOS ALUMNOS La radio de Instituto Politécnico Nacional (IPN) inicia sus operaciones el 5 de septiembre de 1994 en las instalaciones de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, transmitiendo en forma interrumpida y denominándose como “La voz del Instituto Politécnico Nacional”. Sus objetivos destacan el hecho de proporcionar información sobre acontecimientos de México y el mundo, difundir la educación, cultura y tradiciones populares, además de las manifestaciones de cultura universal, los avances de la investigación científica y tecnológica, la transmisión de programas recreativos de carácter artístico, cultural y deportivo, así como programas de servicio, socialmente útiles a la comunidad y a fomentar los valores a la patria y solidaridad. La emisora del Instituto Politécnico Nacional se ha caracterizado por transmitir contenidos elegidos y producidos, en su mayor parte, por estudiantes logrando una radio hecha por alumnos de las áreas de ingeniería y con la consecuente falta de orientación que proporcionarían las ciencias sociales y las humanidades a un proyecto universitario. La música continua es la que ocupa el mayor tiempo al aire, con un 46%, pero se trata de una propuesta musical sin orientación, sin identidad como sí la tiene Ibero90.9. Lo mismo se puede encontrar cumbia que rock comercial. Por otro lado, la emisora destina el 11.8% de su tiempo a programas noticiosos y el 11.2% a programas de revista. Reportajes de diferente índole y de contenidos variados y abarcan un 3.5%; mientras que el deporte se detectó con un de 1.7%. El servicio público ofrecido por la emisora del Instituto Politécnico Nacional se encuentra evidentemente en la realización de los programas por parte del estudiantado, pero más que realizar una propuesta proveniente de una institución de educación superior, se imita la oferta dominante de carácter comercial. Se trata de una programación ingenua, muy amateur, que aún no asume su compromiso de emisora cultural, mucho menos de servicio público. Al escuchar la estación de modo “espontáneo”, uno no puede dejar de pensar en aquellos laboratorios escolares que a falta de una causa social, cultural o mediática, imitan superficialmente la fórmula probada y que cuando se atreven a dar un salto creativo el resultado suele ser decepcionante por falso e ingenuo. Sin embargo, reiteramos el servicio público de dar voz a los estudiantes que proporciona la emisora, no es poca cosa, pues los jóvenes tienen negados los espacios de los medios desde hace muchos años y cuando se les invita es sólo para llenar butacas y solicitarles una breve opinión descontextualizada.
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LOS RASGOS DE UN PRIMER MODELO A partir de esta primera etapa de la investigaci贸n se obtuvo una serie de rasgos generales de la comunicaci贸n intercultural en medios de servicio p煤blico en el marco de las nociones desarrolladas en los apartados conceptuales. En forma de lista se presentan las posibles articulaciones de un primer modelo.
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El cuadro anterior permite identificar un avance sustantivo en categorías empíricas que permiten trabajar con la noción de comunicación intercultural en la práctica radiofónica. Asimismo, se ubica en un nivel adecuado de concreción la preceptiva ética y jurídica que ha sido una constante en la definición del “deber ser” de los medios de servicio público, a partir de la intención de proponer un modelo de aquello que insistentemente hemos llamado otra forma de hacer comunicación. Las ideas y conjeturas de lo que cada emisora propone como rasgo intercultural y como rasgo de servicio público, permiten prever la dificultad de representar en un modelo las diversidades culturales a los que están obligados los medios de comunicación y, en concreto radios pretendidamente diferentes, sin embargo, se considera pertinente trabajar con el problema de construir un modelo alternativo que pueda servir de referencia para acercarnos un poco al horizonte de la utopía de la comunicación democrática y multicultural.
SELECCIÓN DE PROGRAMAS Y ENTREVISTAS Una vez realizado el monitoreo general a cada una de estas estaciones, se seleccionaron diversos programas para darles un seguimiento más puntual, primero en la escucha y segundo en entrevistas a sus productores con la finalidad de contar con elementos más sólidos en la construcción del modelo. También se realizaron entrevistas a los programadores de algunas de las radios estudiadas pues son las personas que de alguna manera materializan en una carta programática la intención cultural, social y política de la estación. Con esta información, se pudo proponer un segundo modelo mucho más consecuente y útil que el primero. Sin embargo, ciertas nociones ejes sobre lo público y lo intercultural siguieron teniendo fuerza pues se demostró su corrección conceptual y nivel de aplicabilidad a cierta realidad del quehacer radiofónico. En términos generales, se procuró elegir los programas para un segundo monitoreo, así como a los productores de los mismos y a los programadores generales de las estaciones de radio, bajo el principio de las posibles diversidades culturales reflejadas en las ofertas de comunicación de estas radios y en el modo en que ponen en juego la noción de servicio público, sea al abrirse a la crítica por medio de una figura como la del defensor o mediador, sea porque existen mecanismos de toma de decisiones en los que los ciudadanos participan directamente. Las guías de entrevista tuvieron la intención de identificar qué tanto el discurso de la emisora como medio de servicio público y cultural (o bien, inter o multi o pluri, según la expresión de cada una) se halla presente en el trabajo cotidiano de los equipo de producción de los programas, así como en el trabajo de diseño de la carta programática. Las preguntas se pueden consultar en los anexos de este reporte.
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En el siguiente cuadro se desglosan los programas que fueron monitoreados por segunda ocasión y de los que se derivaron las entrevistas correspondientes según algún distintivo identificado en el primer modelo 9.
En lo que respecta a la estación IPN 95.7 no fue posible que nos brindaran información ni nos concedieran la entrevista, en una actitud desconcertarte respecto a no querer hablar de su propuesta comunicativa. En el caso de Ibero90.9 se eligió un solo programa dada la similitud de propuestas respecto a la difusión de la música. 9
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Se suma a este selectivo corpus de programas, las entrevistas realizadas a los responsables de la programación de las emisoras de Radio Educación, Radio Ciudadana e Ibero 90.9. Se decidió que con estas entrevistas era suficiente pues el modelo alcanzó niveles comprobables de pertinencia y coherencia a partir de los dichos extraídos de las y los entrevistados. A continuación se extraen algunos fragmentos de los rasgos de servicio público y de comunicación intercultural que se destacan en estas últimas entrevistas, que sumadas a las referidas en el cuadro, nos permiten lograr un buen diseño del modelo de comunicación intercultural para medios de servicio público.
MEDIO DE SERVICIO PÚBLICO 1. Ibero 90.9. “Me imagino que leíste los factores de identidad de la estación, esos los redacte yo con base en unas juntas que tuvimos con el fundador de la carrera de comunicación, que fue el Padre Cortina y que está muy vinculado con la carta de fundación de Sánchez Villaseñor. La idea era tener algo medible, algo palpable y algo que sea cierto o real para una estación como ésta, salió una radio pública como reacción a que no somos una radio comercial, ni podremos serlo por las características del propio permiso y además considerando también la institución a la que pertenecemos. Decir que sí somos una radio pública es porque nos debemos a la gente en principio, pensamos desde el principio y desde las primeras pruebas de transmisión en que es lo que nos gustaría que sonara pero también en que es lo que le hace falta al radioescucha. A lo largo de ocho años, casi ocho años, nos hemos dado cuenta que el público de 90.9 es muy diverso en todos los sentidos”.
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2. Radio Ciudadana. “Lo que me llama mucho la atención es que es un proyecto que no surge directamente de la demanda ciudadana, es un proyecto que recoge de estas voces dispersas de muchos lados, pero lo recoge el gobierno federal y lo trae al IMER. Sale un proyecto muy interesante, a pesar de eso, de que no haya sido una lucha de una organización o de varias por contar con una emisora ciudadana que además tuviera una serie de dependencias ciudadanas y de derecho ciudadanos, pero sale una radio subsidiada, proyectada en otro ámbitos para dar voz a la voz ciudadana y a lo largo del tiempo se va afinando el proyecto. Tenemos una radio que tiene características muy diferentes a las características de otras radios que tienen subsidios públicos, pues recoge las principales preocupaciones de la ciudadanía a través de proyectos y los difunde a través de la radio”. 3. Radio Educación: “El término radio pública no me convence porque yo lo entiendo como un modelo muy europeo que tiene unas características legales de aterrizaje de participación ciudadana, incluso de costumbre, muy claras referidas a una circunstancia europea también muy bien identificada. Por otra parte con lo que me he encontrado es con una gran terminología ambigua para esta radio que es radio educación: radio cultural, educativa, no comercial, alternativa. En la búsqueda de mayor información con lo que me encontré fue con unos documentos de la UNESCO sobre, justamente lo que llaman a ese nivel o a esa circunstancia internacional, la radio de servicio público y leyendo el documento me ha parecido que lo que describen tienen una aplicación, que en radio educación puede ser oportuna y pertinente. Me convenzo cada vez más de ese término, es muy aplicable al concepto y características de Radio Educación, pues da un servicio cuya calidad está referenciada con algunos parámetros de calidad en términos de contenidos y en términos también de calidad en el servicio técnico. Otro elemento de servicio público es que rinde cuentas, con transparencia y con oportunidad según el marco legal”.
COMUNICACIÓN INTERCULTURAL 1. Ibero 90.9. “La pluralidad yo creo que la entiende la gente de afuera en el sentido de que no están siendo excluidos, creo que hemos tratado, al menos en el sentido de la música, de abrir el espectro entre distintos géneros musicales, o incluso entre géneros artísticos que van acompañados también de su música. Lo que mencionaba sobre la diversidad cultural creo que también hay que darle cuenta al público, por ejemplo tenemos radioescuchas de edad avanzada y no específicamente estamos diciendo ahora viene el programa de todos los que tengan menos de 60 años cámbienle ahora sigue el programa de los que tienen más de 60 años. También tiene que ver cómo haces o como estructuras un programa que está hecho para la diversidad cultural, pero nunca hemos pretendido tener una fórmula para pues correríamos el riesgo de caer en el lugar común, como sería el caso de un programa de diversidad sexual conducido por un gay y una lesbiana”.
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2. Radio Ciudadana. “En cualquier trabajo u obra que hagas siempre hay una armonía, la música, sobre todo, tiene una estructura, cualquier obra, la cucaracha tiene una estructura, una cosa que se repite y una cosa que se cambia. Todo debe tener ese ritmo y esa armonía musicales. Pero ya en una cuestión temática es diferente, pero es igual, tiene uno que buscar eso, tú vez una cosa de arquitectura y tiene una armonía, tiene una torre aquí y tiene otra torre acá y un camino así, y aunque sea la idea más loca, tiene una forma y es lo mismo con una programación, tienes que buscar siempre una lógica de programación una armonía interna, una cuestión que te dé, por eso lo de los colores en la carta programática, hay los colores que te dan la idea de cambio de diferente, de igual”. 3. Radio Educación: “Los elementos de multiculturalidad en Radio Educación comenzaron a aparecer aun antes de que el término aterrizara como masa crítica. Tito Vasconcelos hace más de 20 años que hacia Media noche en Babilonia, De puntitas que ahora lo estamos retransmitiendo cumplió 25 años. La causa de las mujeres es uno de los programas emblemáticos de perspectiva de género desde el punto de vista de las mujeres que se hizo también en Radio Educación a finales de los 80. Creo que aun antes de que el termino aterrizara y se diera su popularización aquí ya aterrizaba en la práctica, entonces es algo que se asume naturalmente en Radio Educación y hoy en día no vamos a darle una cuota obligatoria a los azules, y el 10% a los verdes, y al amarillo un 18.22%. A pesar de que lo público puede ser conflictivo porque tiene lo negativo o lo positivo, el modelo da resultados, no hay un cuestionamiento de donde está lo multicultural que ha estado siempre, no apareció de repente como una necesidad o moda como pudo haber aparecido en otras emisoras”. Las zar sión sino
entrevistas han ayudado a complejizar el modelo, no sólo al jerarquiy valorar ciertos elementos contextuales y al detallar con mayor precilas posibles diversidades culturales en las estaciones de radio analizadas, también a ubicar las interacciones conflictivas de tipo legal, político o cultural.
EL MODELO Dos grandes nociones son el eje del modelo: la comunicación intercultural, entendida como un proceso se acuerdos y desacuerdos, de interacciones dialógicas y otras en conflicto, que aparecen cuando dos o más formas de pensar, existir y ser en el mundo se encuentran, en nuestro caso en un espacio radiofónico común, lo cual deriva en dos tipos de movimiento: uno centrípeto cuya función es amalgamar la identidad de grupo y otro centrífugo que obliga a esta identidad a interactuar en un acelerado proceso de comunicación y a relativizar el espacio de significación y de existencia de uno por la presencia de muchos otros
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diferentes. La noción de servicio público, con una carga histórica de sentido proveniente de los países de la Europa Occidental, obliga al medio a hacer explícito su contrato de comunicación con los radioescuchas en términos de calidad de sus contenidos, transparencia en el uso de recursos públicos y en la rendición de cuentas, tanto en el manejo del dinero como en el tratamiento de la información y de las consecuencias que esto puede traer. De ahí se entiende que estos medios fomenten figuras y espacios en la misma programación de los defensores o mediadores del radioescucha, consejos ciudadanos en la toma de decisiones, o bien, reportes permanentes de los gastos corrientes y de inversión. El medio de servicio público regula su modelo de comunicación gracias a una serie de disposiciones éticas o deontológicas acerca del uso y tratamiento de la información, la cual es resultado de procesos internos de autorregulación, así como por los alcances y limitaciones que la ley obliga, por ejemplo: proteger a los niños y jóvenes o prohibir la publicidad directa en su programación. Las omisiones legales y los manejos políticos que se hacen de los medios permisionados en México, dificultan el cumplimiento de la misión de servicio público de estos cinco emisores, de ahí la insistencia de ciertos sectores académicos y sociales, de modificar estas situaciones que en última instancia benefician a los ciudadanos en términos de derecho a la información y de libertad de expresión. En el modelo que se propone confluye el contexto social y político de las emisoras con sus esfuerzos por instrumentar una serie de intenciones que el discurso académico y de las organizaciones civiles en torno a los temas de la democracia y la pluralidad deben atender los medios de servicio público. De ahí que sean comunes las paradojas entre el discurso y el quehacer cotidiano de las radiodifusoras; esta falta de congruencia es reflejo de un proceso de transición democrática aún sin horizontes claros, además de la falta de compromisos reales que los partidos políticos y gobernantes deberían tener con la ciudadanía.
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Respecto a los derechos culturales, Ordóñez Cifuentes (2010), citando el artículo 2º de la Declaración de Friburgo signada el 7 de mayo de 2007 alude a tres nociones fundamentales: 1. Cultura. “Abarca los valores, las creencias, las convicciones, los idiomas, los saberes y las artes, las tradiciones, instituciones y modos de vida por medio de los cuales una persona o un grupo expresa su humanidad y los significados que da su existencia y a su desarrollo”. 2. Identidad cultural. ““Conjunto de referencias culturales por el cual una persona, individual o colectivamente, se define, se constituye, comunica y entiende ser reconocida en su dignidad”. 3. Comunidad cultural. “Grupo de personas que comparten las referencias constitutivas de una identidad cultural común, que desea preservar y desarrollar”. 10
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El modelo está prácticamente terminado, pero hace falta problematizarlo según tres categorías históricas: tiempo, espacio y sociedad. En términos sociales es necesario considerar su aplicabilidad en un nivel adecuado de concreción respecto a la cultura, la preceptiva ética y jurídica que ha sido una constante en la definición del “deber ser” de los medios de servicio público y a la negociación conflictiva en los niveles comunicativos del modelo. Las ideas acerca de lo que cada emisora propone como rasgo intercultural y como rasgo de servicio público, han permitido prever la dificultad de representar en un modelo las diversidades culturales a los que están obligados los medios de comunicación y, en concreto radios pretendidamente diferentes, sin embargo, ha sido posible construir un modelo alternativo que puede servir de punto de referencia para acercarnos un poco más a una comunicación realmente democrática y multicultural.
BIBLIOGRAFÍA — Cornejo, Inés y Vicente Castellanos (2009). “La línea de investigación Estudios Socioculturales” como campo problemático de análisis”, en Vega Montiel, Aimée (coord.) La comunicación en México. Una agenda de investigación. AMIC. México. — Cebrián Herreros, Mariano (1995). Información radiofónica. Mediación técnica, tratamiento y programación. Madrid, España: Síntesis. — Danesi, Marcel and Paul Perron (1999). Analyzing Cultures. An Introduction and Handbook. Indiana University Press. USA. — Ducrot, Oswald (1986). El decir y lo dicho; polifonía de la enunciación. Paidós Comunicación. Barcelona. — Esteinou Madrid, Javier (2005). “Hacia un nuevo modelo de servicio público en México”, en revista Ámbitos, números 13-14, Universidad de Sevilla, Sevilla, España. — Kaplún, Mario (1978). Producción de programas de radio: el guión y la realización. Cromocolor. Quito. — Lotman, Yuri (1991). “Acerca de la semiosfera” en Criterios 30, VII 91 – XII 91. La Habana. — Navarro, Fidelia y Ernesto Villanueva (2008). Medios de servicio público y transparencia: análisis y medición de su desempeño. UNAM / Senado de la República. México. — Ortega Ramírez, Patricia (2004). “Medios públicos: La otra transición”, en Revista Etcétera. Noviembre. México.
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ANEXOS Entrevista a productores de programas. 1.La estación en la que se transmite su programa se define como una radio pública o de servicio público, ¿cuáles son los rasgos (en cuanto a programación y organización) de la emisora que permiten definirla como tal, según su punto de vista? 2.¿Cómo han asimilado, usted y su grupo de producción, la realización de un programa en una radio servicio público? 3. ¿Cuál el valor que usted le otorga a la diversidad cultural en la realización de su programa, misma que se expresa en las diversidades de género, generacionales, sexuales, de pertenencia a un grupo? 4.¿Cómo y dónde se refleja este valor en su programa? 5.¿Cómo conocen a sus radioescuchas, más allá de las vías formales como el teléfono, aplicaciones de Internet o estudios de rating? 6.¿Cuál es el valor más destacado de su programa? 7.¿Qué limitaciones tiene su programa en cuanto al cumplimiento de sus objetivos y qué está haciendo para superarlas? 8.En lo particular… Entrevista a programadores. 1. Esta radio en su misión se define como una radio de servicio público, ¿cuáles son los rasgos de programación y de organización de la emisora que permiten definirla como tal? 2. ¿Cuál es la característica transversal de esta radio que el radioescucha puede identificar como un medio de servicio público? 3. El personal, grupos o equipos de producción de los programas, ¿cómo han asimilado su tarea de radio de servicio público? 4.¿Cuál el valor que le otorga esta radio a la diversidad cultural en su programación que se expresa en otras diversidades como las de género, generacionales, sexuales, de pertenencia a un grupo? ¿Cómo y dónde se refleja este valor en la programación? 5.¿Cuáles son los programas más representativos en cuanto diversidad cultural? 6.¿Qué papel juegan estos programas en el conjunto de la lógica de la carta programática? 7. ¿Cuál ha sido el proceso histórico de toma de decisiones para conformar la oferta comunicativa actual de esta radio? 8. ¿Cuál es el conocimiento o imagen que tienen de sus radioescuchas? En este sentido, ¿se trata de grupos multiculturales (en lo urbano, en lo musical, no exclusivamente en lo lingüístico y étnico)? ¿Cómo se acercan a ellos, más allá de las vías formales como el teléfono, aplicaciones de Internet o estudios de rating? 9. ¿Cuál es el valor más destacado de esta emisora? 10. ¿Qué limitaciones tienen identificadas en la programación en cuanto al cumplimiento de sus objetivos y qué están haciendo para superarlas? 11.En lo particular…
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Tabla general del monitoreo (ejemplo) RADIO UNAM AM y FM
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“Si llegamos a Diciembre” Documental Sonoro entre mayas yucatecos para contribuir al cambio social Inés Cornejo Portugal Universidad Autónoma Metropolitana - Unidad Cuajimalpa
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RESUMEN En términos generales, sobre la problemática migratoria existen importantes contribuciones desde la perspectiva de la antropología, la sociología, el derecho e incluso la comunicación, pero es todavía escasa la información acerca de las modalidades y la diversificación de los comportamientos culturales y comunicativos de los indígenas migrantes y sus problemáticas sobre salud. Es así que, en la presente ponencia se trata de explorar cómo las voces de los protagonistas -a través del registro en un documental sonoro- en lengua maya y español pueden aportar y difundir conocimientos básicos, prácticos y operativos sobre medicina doméstica o casera1, medicina tradicional mexicana y medicina alopática o moderna2 para la atención a la salud de los migrantes en EE.UU. y sus familias que permanecen en las comunidades en México, ya que esta forma de comunicación, podría constituir un nodo cardinal para las redes sociales y, en el caso de los que se trasladan a la Unión Americana, no sólo de alcance local sino regional e internacional. El reto es elaborar el documental sonoro para promover y fomentar el acceso de los yucatecos a información y conocimientos sobre atención básica para la salud (diabetes, obesidad, depresión, alcoholismo, drogadicción, violencia, entre otras), desde las perspectivas señaladas y, de esta manera, contribuir al bienestar general y al cambio social mediante estrategias de comunicación. De acuerdo con Zolla Luque se denomina medicina tradicional indígena “al sistema de conceptos, creencias, prácticas y recursos materiales y simbólicos destinado a la atención de diversos padecimientos y procesos desequilibrantes, cuyo origen se remonta a las culturas prehispánicas, pero que, como toda institución social, ha variado en el curso de los siglos, influida por otras culturas médicas (española, africana, moderna), por los cambios en el perfil epidemiológico de las poblaciones y por factores no médicos de diversa índole (económicos, ecológicos, religiosos). Constituye un recurso fundamental para la atención a la salud de millones de mexicanos y es ejercida por terapeutas conocidos popularmente en español como curanderos, parteras, hueseros, hierberos, rezanderos, sobadores o graniceros, y en las lenguas indígenas como h’men (mayas), mara’akáme (huicholes), h’ilol (tzeltales, tzotziles), etcétera” (Zolla, 2008). En términos de los medios de comunicación, investigaciones precedentes permiten afirmar que, además de otros medios, prácticamente la totalidad de la población del sur de Yucatán cuenta con un aparato de radio 3, siendo notable la presencia de más de uno en los hogares mayas yucatecos. 1 La mujer es el agente principal de la medicina doméstica. Asimismo, el ámbito de atención de la medicina doméstica es parental y, a veces, vecinal, no público (Zolla, 2008). 2 Resulta pertinente esta distinción pues es frecuente que se mencione la diferencia entre “enfermedades del médico” y “enfermedades de la gente, del curandero, nuestras, de Dios”, de la brujería (“mal puesto”). (Zolla: ibídem). 3 Véase Cornejo: 1994, 2000, 2002, 2006, 2008, 2009; Canto: 2000; Tallens: 2000, 2002, 2009, entre otros autores.
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No hay duda que es un forma universal de interacción social, donde se almacena, recupera y distribuye información sobre diversas problemáticas (salud, conocimientos tradicionales, migración, proyectos productivos y culturales, música, cuentos, leyendas, por mencionar algunos). Así, la gestión de la documentación sonora va unida de forma inseparable a la historia de la radio. De una u otra manera, la propuesta radiofónica en las lenguas indígenas de la región se ha ido adaptando a las diversas audiencias que atiende fragmentándolas por temáticas y por géneros.
INTRODUCCIÓN ¿Por qué es pertinente el documental sonoro para registrar, difundir y responder a las necesidades de salud de los que se van allá lejos y los que permanecen en su lugar de origen? ¿Cómo el documental sonoro, desde las voces de los protagonistas, puede contribuir para la difusión sobre conocimientos básicos en salud? ¿Un producto comunicativo se relaciona de manera directa con la calidad de vida de la población receptora?. Es probable que tanto la expresividad de los sonidos como la práctica experiencial de los propios actores involucrados (monolingües o bilingües mayas) den respuesta a las interrogantes formuladas sobre salud y bienestar general. En tal sentido, Cebrián Herreros marca la expresividad4 del documental sonoro en los siguientes puntos: • Narran el ambiente de una situación mostrándonos la realidad. • Sirven de fondo para la información. • Pueden convertirse en información (no todo sonido es información ni puede o debe convertirse en hecho noticioso). • Subrayan una acción, un hecho, una declaración. • Valoran con redundancia la palabra o la música. • Sustituyen la palabra por otro tipo de sonido. Un sonido puede evocar una situación, una persona, un lugar, entre otros. • Contrapuntean palabras, música y silencio. • Aumentan el clima en una situación determinada. Este mismo autor determina las principales funciones de la información sonora que se concentran en torno a dos ejes: a) Sonido como documento/testimonio de la realidad: representa de manera exacta los acontecimientos recogidos por el sonido. b) Sonido como expresividad: el sonido ambiente es el más expresivo de la diferente tipología sonora ya que es la mejor manera de representar emociones y sentimientos que no siempre deja entrever la palabra. (Cebrían Herreros en Caldera Serrano: 2004. Asociación Andaluza de Bibliotecarios, No. 74. Pp.29-39) 4
En énfasis es nuestro.
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Parece entonces central y decisiva la participación de alguno de los instrumentos de comunicación (radio/documental sonoro) en la vida cotidiana de la población yucateca para dar cuenta de la problemática de salud en los términos y expresiones propias de los que se van y de los que se quedan. Valga reiterar, apelamos a los conocimientos básicos, prácticos y operativos de la medicina doméstica, tradicional y, en el mejor de los casos, alopática generados por y para la misma población.
ANTECENDENTES
E
s importante mencionar que esta propuesta es continuación de la investigación “La otra ruta maya”: migración y salud, cuyos hallazgos más puntuales son: a) Las condiciones de salud en Yucatán revelan que, pese a unidades médicas existentes, gran parte de la población no es derechohabiente ni tiene acceso a cuidados de salud. INEGI (2005), señala que la población del estado es 1,818,948 habitantes, Oxkuztcab y Dzab presentan 89 y 92 por ciento de no derechohabientes5 respectivamente; b) En Estados Unidos, los migrantes no se someten a cuidados médicos profesionales; tampoco cuentan con seguro de salud; c) El problema más común que encaran los yucatecos es la depresión. Los agentes de estrés son alejamiento de la familia, dificultad para cruzar la frontera y soledad (Cornelius et al., 2008); d) Las redes sociales constituyen grupos de apoyo para enfrentar la incertidumbre de la nueva estancia, igualmente, parecen fungir como condiciones de riesgo para el consumo de enervantes en círculos cercanos; e) La Encuesta Estatal de Adicciones en Yucatán (EAY, 2005) muestra que a edad más temprana se bebe alcohol en el estado; f) El consumo de mariguana y cocaína, evidencia que 40.2 por ciento probaron drogas ilegales antes de los 18 años (EAY, 2005).
JUSTIFICACIÓN Con base en la propuesta de intervención radiofónica, es decir, el documental sonoro y la exploración sobre los conocimientos básicos en salud (tradicionales, domésticos y “modernos”) este trabajo servirá como herramienta de información y educación tanto para las comunidades de origen y destino como para quienes atienden el tema de salud y migración, en especial, para promotores de salud, médicos, trabajadores sociales en México y la Unión Americana, además de aportar elementos para la toma de decisiones vinculadas con políticas públicas en ambos países. Los resultados se difundirán y discutirán para resaltar la importancia de fortalecer procesos de bienestar y salud; para ello, se retomarán los repertorios culturales del pueblo yucateco. También la propuesta servirá como documento/registro sonoro de la experiencia migratoria, que dará a conocer la problemática tanto en presentaciones académicas como en foros de salud y coadyuvar en el bienestar general de esta población. 5
Elaboración propia, con datos del INEGI (2005).
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MARCO DE REFERENCIA Y AVANCES EN EL CAMPO RESPECTIVO El Consejo Nacional de Población (Conapo) señala que las comunidades de origen de los indígenas se caracterizan por alta tasa de natalidad, carencia de servicios de salud y agua potable; habitar en viviendas con piso de tierra y hacinamiento; analfabetismo o educación primaria incompleta, o bien, los niños no asisten a la escuela; hay conflictos por la tenencia de la tierra, focalizados en las áreas de las reservas naturales; además de tener un alto índice de migración laboral. La esperanza de vida es siete años inferior al resto de la población. Así, “los más pobres de los pobres son los indígenas” (Embriz et al., 1998: 160-162). En Yucatán habita cerca de un millón doscientos mil indígenas (Proyección de índices demográficos 1990-2030, Conapo, 2005), cifra que representa casi el 65 por ciento de la población total del estado. El 38.2 por ciento de los migrantes yucatecos son de flujo interno (Estudio Regional de la Migración, Indemaya, 2011), y 45 por ciento de los campesinos ha emigrado a Cancún, Isla Mujeres, Cozumel o Mérida, en busca de trabajo. Mérida concentra una importante población de indígenas en el área urbana. Como en otras regiones del país, el fenómeno migratorio se debe a la falta de oportunidades de trabajo y desarrollo en el área rural, situación que contrasta con el aparente poder adquisitivo de las grandes ciudades. Los recién emigrados se enfrentan a varios problemas, por ejemplo, asentamientos irregulares, empleos subcalificados y mal pagados, viviendas de mala calidad, entre otros. Además de Mérida, los municipios donde la presencia indígena destaca son Valladolid, Tizimín e Izamal; mientras que la migración al extranjero es, principalmente, a Estados Unidos y Canadá. (Indemaya, 2005, <www.indemaya.gob.mx>). Municipios yucatecos como Oxkutzcab y Dzan poseen altos porcentajes de población migrante de origen maya, que impactan sobre todo en la población joven y masculina. La migración de la población indígena no es nueva en la historia del país. Sin embargo, ésta ha aumentado considerablemente en los últimos años, especialmente a partir de los años noventa. En el año 1995, el fenómeno migratorio internacional en Yucatán se presentaba en 56 de sus 106 municipios. Cinco años después, se incrementó 32.14 por ciento al abarcar a 74 municipios (Estudio Regional de la Migración, Indemaya, 2011). Datos del INEGI correspondientes al año 2000, indican que cuando el promedio de expulsión nacional era 1.6 por ciento, en Yucatán era del 0.4 por ciento. Y que en un lapso de 5 años, de 2000 a 2005, el flujo migratorio hacia los Estados Unidos de Norteamérica pasó del 0.4 por ciento al 1.8 por ciento, es decir, se incrementó en un 450 por ciento del total de la población. En el año 2007, sumaban 160 mil yucatecos en Estados Unidos; en 2008 llegaron a ser 170,000.
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La región sur-sureste —que concentra la mayor parte de la población indígena del territorio nacional—, ha emergido como la nueva región de origen expulsora de emigrantes en México. Los migrantes que provienen de esta región han alcanzado, además, una importante presencia en algunas ciudades estadounidense: en primer lugar en Los Ángeles donde se concentra más de 50,000 y en segundo, San Francisco, California. En toda la Costa Oeste de la Unión Americana suman más de 150,000 migrantes yucatecos. Otras ciudades receptoras son Portland en Oregón y Denver en Colorado (Indemaya, 2010). Los estudios e investigaciones sobre este fenómeno demográfico, confirman estas tendencias, de manera que la migración indígena recién ha comenzado a recibir una atención diferenciada dentro de los marcos conceptuales y las prioridades de la investigación social. La historia social del país y la poca flexibilidad institucional de los programas gubernamentales han colocado a los indígenas migrantes frente a un doble proceso de discriminación: han sido subordinados históricamente en su calidad de población indígena y, recientemente, han sido marginados en su condición de migrantes. Es imprescindible, entonces, revertir estas condiciones y reconceptualizar al indígena migrante como sujeto prioritario de la política pública en esta materia. La migración yucateca comenzó con el Programa Bracero, vigente durante los años 1942 a 1964, pero en los noventa inició una migración más numerosa no sólo hacia el extranjero, sino también a nivel nacional. Los mayas yucatecos jóvenes, varones en su mayoría, son atraídos por el espejismo del “sueño americano”.
LA CUESTIÓN ÉTNICA EN YUCATÁN El universo de estudio está compuesto por personas originarias de Yucatán, la mayoría de ellas son bilingües en español y maya yucateco. Aquéllas originarias de localidades menores y más aisladas tienen como lengua materna el maya yucateco y como segunda lengua el español, mientras que las pertenecientes a poblaciones mayores como Oxkutzcab (25 mil habitantes), cabecera del municipio del mismo nombre, tienen como lengua materna el castellano y como segunda el maya yucateco. En la Península de Yucatán, no se utiliza el vocablo indígena, aunque los habitantes hablen una lengua indígena. La terminología etnolingüística en esta región por razones históricas es muy compleja, pero sobre todo, distinta al resto del país. En el estado de Quintana Roo, a los campesinos de origen maya, descendientes de los “mayas” rebeldes de la Guerra de Castas (1847/1902), se les denomina macehuales. En Yucatán y Campeche, la gente mayor de edad (más allá de los 40 o 50), que habla en lengua maya yucateca, se auto identifica como mayeros.
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Se llaman mestizos o mestizas a los adultos, más bien del sexo femenino que todavía visten con el huipil tradicional, para distinguirlos de los catrines que visten a la usanza occidental. Aunque el maya yucateco se considera una lengua indígena más de la familia mayence y en consecuencia se cuenta la población que la habla como indígena, los campesinos, gente del campo y/o de comunidades rurales, no se reconocen ni definen como indígenas, ni tampoco como mayas6. En los pueblos de Yucatán, la gente dice que los “mayas” son los hombres y mujeres que construyeron los templos prehispánicos y que vivieron en las grandes ciudades como Uxmal, Chichén Itzá, Mayapán, etcétera. El vocablo maya es asignado e impuesto desde otras clases sociales, en forma particular desde el Estado a través de las agencias de gobierno que en los últimos años han incorporado el gentilicio con el objetivo de politizar sus programas asistencialistas y populistas. El más fuerte referente de identidad lo encontramos en la localidad de origen, sea ésta una comisaría o una cabecera municipal. Así lo expresan la mayoría de los inmigrantes que se entrevistaron en trabajos anteriores, como aparece en el siguiente diálogo sostenido, en 2009, en San Francisco, California: ¿Roberto, cuándo te preguntan qué eres, qué dices? Ante lo cual respondió: Yo digo, soy de Yucatán, vengo de tal lugar así, de Ox [abreviatura de Oxkutzcab], de Yaxhachén, tengo varios chavos que me conocen aquí. Los inmigrantes (mayas) yucatecos que llevan dos décadas o más, sobre todo en el estado de California y que por consiguiente, ya tienen cierta estabilidad laboral, económica y social, constituyen el blanco de agencias de los gobiernos estatales en los consulados o embajadas, pues son la población que está en condición de enviar remesas colectivas a sus lugares de origen7. Los inmigrantes que establecieron relaciones con estas instancias gubernamentales, han comenzado a reactivar una identidad indígena cultural, más no una identidad étnica en el sentido estricto del concepto. “…identidad indígena es básicamente una identidad cultural adscrita a pueblos indígenas por pueblos no indígenas, la etnicidad es una forma de auto identificación que surge de la oposición, el conflicto y la autodefensa. Es importante recordar la distinción entre comunidades indígenas y culturas, tal y como se les identifica oficialmente, versus comunidades constituidas a partir de la etnicidad…” (Kearney, 1994: 61,62 énfasis nuestro).
Durante la Guerra de Castas, el gobierno yucateco en alianza con la federación, ofreció la hidalguía a los mayas del norte de Yucatán que se unieran al ejército federal para acabar con los rebeldes mayas, sus hermanos. A partir de este momento, los indígenas se llamaron mestizos para distinguirlos de los blancos dominantes y de las clases sociales que se encontraban en posición económica, política y social superior a los indígenas. La voz de indígena o indio comenzó a caer en desuso mientras que la de mestizo se hizo más popular. 7 Las agencias estatales de atención a migrantes, INDEMAYA en el caso del estado de Yucatán, contactan a los líderes naturales de la comunidad inmigrante para formar organizaciones y reorientar las remesas colectivas hacia el programa 3x1, con la intención de llevar a la práctica algún proyecto con recursos de migrantes y de los tres niveles de gobierno (municipal, estatal y federal). Aunque los objetivos del 3x1, son supuestamente beneficiar a la población residente en el lugar de origen, el factor político y la magnificación de la imagen del partido en el poder, resultan ser los factores determinantes del programa (ver Solís Lizama, 2008). 6
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SALUD Y MIGRACIÓN Desde 1994, la muerte de inmigrantes indocumentados ha ido en aumento. Las principales víctimas son hombres, ya que son los que más participan en la migración internacional. Esto refuerza la idea de que actualmente se aplica desde Estados Unidos una política de selectividad de inmigrantes: que quienes crucen sean hombres arriesgados y fuertes, después de vencer una serie de obstáculos, como el candente desierto en verano o las gélidas montañas en invierno, así se evita que lleguen mujeres y niños, quienes son los más propensos a solicitar servicios de salud (García, 2001). En la migración internacional de los mayas yucatecos es común que se ponga en riesgo su integridad física y su vida durante el traslado y, también, en los procesos laborales en los cuales se ven involucrados, pues con frecuencia son sometidos a explotación. No es raro que terminen endeudados o enganchados a un ciclo de trabajo y riesgo que transforma por completo su vida, la de su familia y su comunidad. Los esfuerzos y “estrategias de supervivencia” que ponen en práctica son insuficientes, y reúnen un precario ingreso con el cual tienen que subsistir a diario (Indemaya, 2005, <www.indemaya.gob.mx>). Las causas de morbi-mortalidad más frecuentes son las denominadas “enfermedades de la pobreza” (parasitosis, diarreas, cólera, infeccionas agudas y de vías respiratorias altas), lo cual no sorprende si a la mala alimentación se suman los severos problemas de contaminación ambiental, la falta de higiene al preparar o consumir alimentos, el hacinamiento y la fecalización al aire libre (Ruz, 2006). Pero también la inmigración tiene sus implicaciones psicológicas, tanto para el migrante como para su familia y la sociedad receptora. Migrar es un Acontecimiento Vital Estresante (Ahmad Beirutí, 2006) y como tal, podría ser un factor de riesgo para la salud mental de los inmigrantes, pudiendo “producir enfermedades mentales habituales, pero matizadas por el estrés migratorio y la visión del mundo de la cultura de la persona inmigrante, siendo las más frecuentes las somatizaciones, las alteraciones adaptativas, afectivas y ansiosas, además y como máxima expresión del sufrimiento mental, situación psicótica (Castilla, 1980 citado por Ahmad Beirutí, 2006), debido a las circunstancias de incertidumbre y a la pérdida del sentido de realidad” (Ahmad Beirutí, 2006, p. 30). Las investigaciones de Ahmad Beirutí (2006) en materia de salud mental en migrantes en España, reportan que el individuo al tomar la decisión de migrar ponen en marcha un proceso de adaptación que activa mecanismos psicológicos. Éste es heterogéneo ya que depender de factores culturales, de género y de edad. “No es lo mismo adaptarse si se pertenece a una religión/cultura cercana a la de la sociedad receptora o tener el mismo idioma o pertenecer a otra muy diferente (hispanoamericanos, europeos o norteafricanos). Tampoco es lo mismo si se es niño, mujer, o si los motivos son por necesidad económica, por estudio o exilio forzoso”. (Ahmad Beirutí, 2006, p.15) .
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Ahmad Beirutí (2006) destaca que es un proceso complejo porque en él están implicados el migrante, la sociedad de origen y la receptora. Y está divido en varias etapas: la primera de toma de decisión y preparación, en la que el sujeto experimenta sentimientos que contrastan porque van de la pena, el estrés, la ansiedad, el miedo al fracaso, el duelo migratorio a la ilusión. Estos sentimientos los comparte con la familia que se queda. La segunda, ocurre a la llegada a su lugar de destino, donde siente miedo y confusión por el desconocimiento de las normas y cultura de la sociedad receptora. Sin embargo, siente alegría por haber alcanzado el objetivo de llegar y tristeza por lo que dejó. Este contraste de sentimientos marca el comienzo del denominado duelo migratorio (Ahmad Beirutí, 2006), es decir, depresión, ansiedad y confusión que responden a un proceso de reorganización y adaptación a una nueva realidad. Además, ocurre el rito de iniciación a la inmigración (Ahmad Beirutí, 2006), que se refiere a la labor de orientación y apoyo que prestan las redes sociales del inmigrantes que facilitan la adaptación de los recién llegados. La tercera, es la etapa de adaptación - integración intercultural, la cual se inicia cuando se superan los problemas económicos y sociales. Se trata de un proceso bilateral ya que es interdependiente entre el inmigrado y la sociedad de acogida y el inmigrados y su entorno sociofamiliar. Para Ahmad Beirutí (2006) adaptarse es asumir una actitud intercultural, es decir, “una actitud receptiva a lo diferente y diverso” sin tener que renunciar a lo que se ha sido o es. Concluye el investigador, que para que esto ocurra, debe haber disposición de ambas partes, del migrante y de la sociedad receptora en cuanto al deseo a contribuir en la integración basada en el respeto mutuo de los valores culturales. Y la cuarta etapa, llamada la encrucijada, se refiere al momento en el cual el migrante experimenta sentimientos ambivalentes y se plantea la posibilidad de volver. Se cuestiona si seguir el proceso de adaptación es conveniente. Lo que vale destacar de esta etapa es que la posibilidad de regresar y de mantener contacto con su país de origen y la familia hace más tolerable el proceso. Mientras que en sujetos que no pueden regresar, por ser indocumentados o exiliados, aumenta la posibilidad de experimentar estrés y ansiedad. Ahmad Beirutí (2006) cita a los Grinberg (1984) quienes han identificado tres formas en las cuales la ansiedad se manifiesta en el proceso migratorio. Éstas son la ansiedad depresiva que ocurre ante la pérdida de lo que se deja en el lugar de origen, ya que se teme no poder recuperarlo, facilitando el inicio del duelo migratorio. La otra es la ansiedad paranoide que ocurre frente al proceso de adaptación ante el miedo al fracaso. Y la ansiedad confusional que se presenta por el contraste de sentimientos ante lo que se ha dejado y lo nuevo.
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En líneas generales Ahmad Beirutí (2006) identifica que las enfermedades mentales y reacciones adaptativas más comunes son las relacionadas al síndrome ansioso – depresivo y el trastorno por estrés crónico. Un poco menos frecuentes son los trastornos de la esfera afectiva como la depresión tardía y cuadros maníacos o bipolares. Mientras que las reacciones psicosomáticas como cefalea, dolor abdominal, malestar general, mareos, trastornos del sueño, entre otras, son mucho más habituales como manifestaciones del estrés y la ansiedad. Y por su parte, trastornos de conducta y de la personalidad como los del tipo de comportamientos defensivo – agresivos, paranoide o disociativo, son poco usuales. Además, como se ha mencionado los familiares del migrante también son vulnerables a padecer algún trastorno en su salud mental. Un ejemplo de ello son los resultados de la encuesta aplicada en el estado de Yucatán para el Estudio Regional de Migración 2010. Esta muestra que los familiares de migrantes yucatecos expresaron que es la tristeza, el sentimiento que experimentan frente a la partida de uno de sus miembros. Y como consecuencia de la partida del emigrante, los jefes de la vivienda experimentan cambios emocionales, en la región I Litoral Oriente sobresale el sentimiento de soledad y la facilidad con la que se enojan. En la región II Occidente, III Litoral Centro y VII Litoral Poniente destacan que son los sentimientos de tristeza o nostalgia los que se presentan con mayor frecuencia. Las regiones IV Centro, V Centro Sur y VI Influencia Metropolitana indicaron experimentar con mayor frecuencia cambios diferentes a los proporcionados en el instrumento. Frente a esta situación, los investigadores sugieren estar atentos para identificar y por ende prevenir los efectos sobre la conducta, como la drogadicción, la prostitución y la delincuencia como consecuencia de la marginación y exclusión social. Por lo tanto, los inmigrantes y la sociedad receptora, con sus instituciones, deben tomar conciencia de este riesgo, para así poder prevenir sus posibles efectos perjudiciales, especialmente cuando el 56 por ciento, de los cerca de 12 millones de migrantes mexicanos en Estados Unidos, carecen de un seguro médico. Además, aunque los migrantes mexicanos tienen una mejor salud que el promedio de los residentes Estados Unidos, presentan mayor prevalencia de enfermedades crónicas como insuficiencia renal o diabetes, que requieren una atención médica costosa (INSP, 2010). En consecuencia, durante la última década se ha registrado un flujo constante y creciente de migrantes radicados en EU que han decidido regresar por presentar problemas de salud (Coordinación de la Estrategia Integral para la Salud del Migrante, Ssa, 2010). Panorama que se complica para los migrantes ilegales, quienes ante la aprobación de nuevas leyes migratorias estatales en EU (Ley Arizona SB 1070), enfrentan cada vez mayores dificultades para acceder a los servicios de salud.
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DERECHO A ESTAR INFORMADO8 El concepto de derecho a la información es relativamente conocido en México a partir de la reforma política de 1977, particularmente con la adición al artículo 6º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ya señalada. De acuerdo con el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos es la garantía fundamental que toda persona posee a: atraerse información, a informar y a ser informada. De la definición apuntada se desprenden los tres aspectos más importantes que comprende dicho derecho fundamental: a) el derecho a atraerse información, b) el derecho a informar, y c) el derecho a ser informado a) El derecho a atraerse información incluye las facultades de i) acceso a los archivos, registros y documentos públicos y, ii) la decisión de que medio se lee, se escucha o se contempla. b) El derecho a informar incluye las i) libertades de expresión y de imprenta y, ii) el de constitución de sociedades y empresas informativas. c)El derecho a ser informado incluye las facultades de i) recibir información objetiva y oportuna, ii) la cual debe ser completa, es decir, el derecho a enterarse de todas las noticias y, iii) con carácter universal, o sea, que la información es para todas las personas sin exclusión alguna9. El derecho a la información emplea los más diversos espacios, instrumentos y tecnologías para la transmisión de hechos e ideas. Algún medio puede presentar peculiaridades propias pero las instituciones del derecho a la información son las mismas para todos ellos, aunque acomodándose a sus características. SE TRATA ENTONCES DE diseñar una estrategia de comunicación -vía documental sonoro- para registrar, promover y fomentar el acceso de migrantes yucatecos – a través de emisiones radiofónicas- y sus familias de Oxkutzcab y Dzan (Sur de Yucatán), a información y conocimientos básicos domésticos, tradicionales y alópatas sobre salud y bienestar integral. Gómez, Perla (2006; 2011). Escobar de la Serna, Luis. Manual de derecho de la información. Dykinson. España. 1997. pp. 54-60 y 380-381. López Ayllón, Sergio. El derecho a la información. Miguel Angel Porrúa, librero-editor. México. 1984. pp. 160,161. Villanueva, Ernesto, Régimen jurídico de las libertades de expresión e información en México. UNAM. Instituto de Investigaciones Jurídicas. México. 1998. pp. 34-36. 8
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METODOLOGÍA Se trabajará con un enfoque cualitativo/interpretativo y dos técnicas -interrogativas y de observación- de investigación: a) entrevistas en profundidad a yucatecos (muestra intencional), migrantes directos (con experiencia de migración) e indirectos (los familiares); b) entrevista a informantes clave (curanderos, médicos tradicionales, trabajadores de la salud, enfermeras, sacerdotes, pastores y c) observación etnográfica selectiva no participante (viviendas, parques, lugares de entretenimiento, centros de salud).
VIABILIDAD
El proyecto será de utilidad para divulgar en las comunidades de origen y destino, a través del Documental sonoro en lengua maya y en español, los retos que mujeres y hombres (monolingües o bilingües mayas) deben enfrentar en términos de padecimientos físicos y emocionales. El Documental sonoro se entregará a representantes de las asociaciones de migrantes de Oxkutzcab y a la Red de Radiodifusores del Pueblo Maya, coordinados por el Sistema Rasa. Así, la investigación y el Documental sonoro en lengua maya y español, serán de gran ayuda para el análisis y balance de la problemáticas de salud y migración de un grupo indígena mexicano que han ampliado sus fronteras a través de diversas redes sociales que la hacen posible.
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