COLEGIO AGUSTÍN FERNÁNDEZ INSTITUCION EDUCATIVA DISTRITAL RESOLUCIÓN DE INTEGRACIÓN No.1652 del 24/05/2002 RESOLUCION APROBACION DE ESTUDIOS 7437 DEL 13/11/1998 “DISENO Y EJECUCIÓN DE PROYECTOS PARA LA CONSTRUCCIÓN Y CONSERVACIÓN DE LA VIDA” CÓDIGO ICFES JORNADA MAÑANA 056283, JORNADA TARDE 056291, JORNADA NOCTURNA 056481 DANE – 111001029955 / NIT 830092890-3
PROYECTO ESCUELA INCLUSIVA CAF APRENDIENDO JUNTOS… YA – 2016 -2019
Antecedentes
En la institución educativa Agustín Fernández se evidencio la necesidad de generar estrategias para detectar, atender y responder a las necesidades educativas de estudiantes que no lograban apropiar saberes propuestos en los tiempos determinados y acordes a su rango de edad , por lo que el grupo de orientación a cargo, en el año 2010 se vio a la tarea de proponer un proyecto que tendría como objetivo dar respuesta a la atención de aquellos cuyo ritmo y proceso de aprendizaje no permitía el logro de los objetivos académicos propuestos. De esta forma nace el proyecto APRENDIENDO JUNTOS… YA con el cual se logró que el colegio contara con un profesional de apoyo a inclusión nombrado por la SED, ya que para esa época los gobiernos de turno habían empezado a hacer realidad los pactos mundiales, a través de políticas que orientaban la atención educativa de los niños y niñas en condición de discapacidad, referente a ello para este momento se contaba con políticas establecidas desde la constitución nacional 1991, la ley general de educación 1994, decreto 2082 de 2008 y 366 de 2009.
Con ideas generales en marcha los docentes orientadores y la docente de apoyo generaron las bases del proceso educativo inclusivo en la institución, logrando canalizar y direccionar a los estudiantes que no podían apropiar saberes y que presentaban conductas disruptivas, a entidades de salud (salud mental), para determinar a través de una caracterización diagnostica la causa de dichas problemáticas; así se empezó a orientar las acciones pertinentes y la identificación de aquellos que requerían de apoyos diferentes a sus compañeros para la apropiación de saberes,
estudiantes que ya formaban parte de la comunidad
educativa y que fueron diagnosticados con déficit cognitivo.
Es así que dicho equipo empieza
a orientar
un apoyo específico para los
estudiantes que contaban con un diagnóstico diferencial.
Durante estos últimos seis años la institución ha experimentado una trasformación en la atención de estudiantes con discapacidad cognitiva y se ha permitido ser identificada como una comunidad inclusiva ante el distrito, generando diversas estrategias que han dado luces a lo que requiere la población. Entre estas trasformaciones se mencionan las siguientes:
Los docentes del colegio reconocen a los estudiantes con déficit cognitivo y los aceptan en sus aulas sin el temor y la resistencia inicial.
Se ha logrado consolidar un equipo de docentes de apoyo quienes tienen por función liderar, orientar y gestionan las acciones pertinentes en la educación inclusiva de los estudiantes.
La comunidad educativa considera como practica acciones iniciales de flexibilización, término que se usa indiscriminadamente pero que empieza a tener sentido.
Dados los anteriores logros surge la necesidad de dar continuidad y generar la segunda fase del proyecto APRENDIENDO JUNTOS… YA
INTRODUCCION: En cumplimiento de una “educación para todos” propuesta por la “UNESCO” ha surgido la necesidad de crear escuelas inclusivas, con las cuales se pretende no solo la inmersión de las niñas y niños en condición de discapacidad al medio escolar, sino la garantía de un desarrollo pleno de habilidades, que no son solo sociales, como se pensaba, sino que va más allá, en términos de proporcionar el medio pedagógico necesario para promover habilidades que le permitan a los niños alcanzar su propio máximo de aprendizaje y así optimizar la construcción de un proyecto de vida, en garantía de sus derechos.
Atendiendo a lo anterior el colegio Agustín Fernández incluye en sus aulas diversidad de estudiantes entre los que hay niños y niñas con déficit cognitivo.
La institución ha logrado reconocer y caracterizar a sus estudiantes con NEE, cumple con mantener y recibir en sus aulas a dichos estudiantes y a través de las docentes de apoyo, ha logrado establecer algunas rutas de atención, con la pretensión de direccionar y orientar el servicio educativo.
Pese a los logros alcanzados es importante decir, que la garantía de mantener a los estudiantes en el aula, no es la única pretensión, ni es la meta final de una educación inclusiva, por lo cual este proyecto pretende ampliar las rutas actualmente utilizadas e implementar otras acciones que guíen en el camino amplio de la inclusión y el respeto a la diversidad, en el que toda la comunidad sea participe.
Entre dichas estrategias se debe contemplar la necesidad de enriquecer la práctica pedagógica mediante la formación y capacitación docente y la participación total de la comunidad; garantizando así mejorar la calidad de la educación que se da a la población en general y en particular a los estudiantes con discapacidad, de igual forma, generar un ambiente de respeto y reconocimiento a la diversidad, promoviendo el pleno desarrollo de habilidades; garantizando al máximo las
herramientas necesarias para proyectos de vida exitosos.
Con este proyecto se pretende organizar un CAF inclusivo, capaz de responder a la diversidad, pero sobre todo que garantice el desarrollo pleno de los estudiantes en situación de discapacidad cognitiva.
OBJETIVO. Mejorar la atención educativa para los estudiantes en condición de discapacidad, promoviendo el aprendizaje, la cooperación, participación, el reconocimiento y respeto por la diversidad y la sensibilización de toda la comunidad educativa, para ser una escuela inclusiva.
Objetivos específicos
Bajar los índices de deserción y repitencia escolar de estudiantes con discapacidad, especialmente de aquellos que llegan a bachillerato.
Proporcionar a todos los estudiantes en condición de discapacidad el máximo de
oportunidades,
diversificación,
flexibilización,
adaptación
y
su
reconocimiento como actores fundamentales en el proceso de formación.
Lograr la participación máxima de agentes que intervienen y son fundamentales en el desarrollo social, académico y personal de los estudiantes con discapacidad (familia, maestros, compañeros, sociedad, redes de apoyo)
Eliminar las barreras de distinto tipo que limitan la presencia, el aprendizaje y la participación de los estudiantes con discapacidad en el colegio Agustín Fernández.
Reforzar y promover habilidades cognitivas, sociales y emocionales, fortaleciendo la construcción de un proyecto de vida.
Establecer convenios con entidades y universidades que proporcionen apoyos a la gestión de los objetivos.
Metas
Lograr que para la totalidad de los estudiantes incluidos en la institución se implemente el PEP (Proyecto Educativo Personalizado)
Flexibilizar como propuesta toda la malla curricular, para proporcionar una herramienta útil a los maestros de aula.
Hacer partícipe del proceso educativo a la familia como un agente activo, fundamental en el éxito del mismo.
Capacitar y orientar a la totalidad de los maestros en el uso de estrategias para el manejo, la flexibilización y adaptación de actividades.
Orientar y formar padres y/o acudientes en atención y apoyo de las necesidades específicas de sus hijos.
Aportar material guía para el trabajo con los estudiantes (diseño de material, guías adaptadas y banco)
Implementar un boletín informativo trimestral que permita a la comunidad educativa saber y compartir experiencias sobre inclusión.
Institucionalizar jornadas de sensibilización y respeto por la diferencia en la que toda la comunidad participe.
Diseñar y generar una cartilla con los acuerdos institucionales que le permita a los docentes nuevos en la institución, reconocer los protocolos de acción y manejo, fomentando una mirada de inclusión.
MARCO TEORICO Para el siguiente marco teórico tendremos en cuenta aquellos conceptos fundamentales que nos llevaran a entender el camino y la finalidad de la escuela inclusiva, lo que será el soporte para que CAF alcance de los objetivos propuestos en este proyecto. INCLUSION VS INTEGRACION Empezaremos por aquí para llegar a la transformación que ha tenido este término a lo largo de la experiencia de incluir en las aulas a estudiantes con discapacidad y
que en su paso ha concluido y permitido trazar las metas de una educación para todos con calidad y equidad. ¿Qué es la educación integradora? “Los niños y niñas van a la escuela local y asisten a las clases normales con otros compañeros de su misma edad sin discapacidades (Porter y Stone, 1998) este es de hecho, el sistema más simple y natural en que se puede organizar la educación de los niños y las niñas”. “También es la única forma de educar a una población diversa de un modo que respete la compleja estructura de la sociedad del siglo XXI, la integración es hoy en día el valor democrático que se debe poner en práctica en las escuelas”. Teniendo en cuenta la propuesta de los orientadores en la búsqueda de un docente de apoyo y la caracterización de la población, el colegio consigue brindar ese espacio de integración a estudiantes con déficit cognitivo, garantiza su participación en las actividades institucionales con pares de su misma edad, sin embargo como se ha dicho este no es el fin último de una escuela inclusiva, así que el camino por recorrer aun es largo.
La educación inclusiva Es importante precisar lo que entendemos por “inclusión” o “educación inclusiva”, La educación inclusiva se basa en la concepción de los derechos humanos por la que todos los ciudadanos tienen derecho a participar en todos los contextos y situaciones. Por la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad (2006) se reconoce el derecho de las personas con discapacidad a una educación de calidad. Con miras a hacer efectivo este derecho sin discriminación y sobre la base de igualdad de oportunidades, se asegurará un sistema de educación inclusivo a todos los niveles así como la enseñanza a lo largo de la vida.
La educación inclusiva supone una actitud y un compromiso con la tarea de contribuir a una educación de calidad para todo el alumnado. Se preocupa por identificar y minimizar las barreras al aprendizaje y a la participación de todos sus estudiantes. El concepto de inclusión abarca a los alumnos pertenecientes a grupos en situación de vulnerabilidad, como los alumnos inmigrantes, los pertenecientes a comunidades indígenas o los alumnos con necesidades educativas especiales. La inclusión implica que todos los alumnos de una determinada comunidad aprendan juntos, independientemente de sus condiciones personales, sociales o culturales. Se trata de lograr una escuela en la que no existan “requisitos de entrada”, ni mecanismos de selección o discriminación de ningún tipo, una escuela que modifique substancialmente su estructura, su funcionamiento y su propuesta pedagógica para dar respuesta a las necesidades educativas de todos y cada uno de los alumnos, incluidos aquellos que presentan algún tipo de discapacidad. Desde esta perspectiva, es la escuela la que debe adaptarse a los niños y no éstos a ella. Por todo ello, la inclusión tiene que ver con un proceso de búsqueda que cada comunidad escolar debe llevar a cabo para encontrar mejores formas y más eficaces de responder a la diversidad del alumnado. Se trata pues de un proceso de mejora o de desarrollo institucional en el que se compromete la comunidad escolar. Como se ratifica en el anterior planteamiento la escuela inclusiva debe concebir una transformación, esta misma se ha vivido en el colegio, una transformación que sin mencionar la infraestructura, los modelos pedagógicos y demás, se ha dado desde el pensamiento y la forma como se concibe la educación de niños con NEE con respecto a lo que se tenía en mente hace varios años, tiempo en el que para un docente era impensable tener el gran reto de enseñar a un niño con discapacidad, de aquí muchos mitos, como pensar que era imposible, que debían estar en un lugar diferente donde hubiera solo personas con discapacidad, la imposibilidad que se creía tenían estos niños para desarrollar habilidades sociales y académicas iguales a las de sus pares, el hecho de sentir y creer que se debía tener una formación
particular para poder hacer practica pedagógica con dichos estudiantes inmersos en las aulas, el cambio de pensar con respecto a estos mitos por mencionar algunos han hecho que la educación inclusiva de CAF tenga una verdadera transformación. “Sin embargo, la situación de buena parte de las escuelas de nuestros países no reúne las mejores condiciones para el desarrollo de experiencias inclusivas. El número de alumnos por aula, la falta de maestros de apoyo, los recursos insuficientes, el desconocimiento de los docentes de las estrategias pedagógicas para enseñar a los alumnos con necesidades educativas especiales y escasa sensibilidad social a las políticas inclusivas hace aún más difícil la acción innovadora de las escuelas y de los maestros.” “A pesar de estas dificultades, se avanza gradualmente hacia el respeto de los derechos de los alumnos con necesidades educativas especiales y en la mejora de la calidad de la educación ofrecida a dichos alumnos”. Álvaro Marchesi, David Durán, Climent Giné, Laura Hernández Izquierdo (panamá, 2009) El avance gradual de CAF por transformarse en una escuela inclusiva ha tenido que soportar los cambios de docente de apoyo, la falta de los mismos, la distancia entre las sedes, el número de jornadas, el número amplio de educandos por aula, las políticas de turno que favorecen y desfavorecen las condiciones y los recursos, el mínimo de recurso para la formación y capacitación de docentes en prácticas inclusivas entre otras, sin embargo los cambios se han dado y son cambios intangibles…. Así pues, este sustento teórico ratifica una vez más la pertinencia de este proyecto. Veamos entonces. “¿Qué pueden hacer las escuelas para implantar la educación integradora? Pueden empezar fomentando el sentimiento de comunidad que hay en los pueblos, las ciudades y los barrios en que se encuentran. Las familias recibirán un buen servicio cuando las escuelas pongan todo su empeño y recursos en educar a todos los niños y niñas en clases heterogéneas. Pág. 16
He aquí la explicación y sustento del porqué este proyecto es tan amplio y ambicioso, pretender que toda una comunidad educativa hable un mismo idioma, que se reconozca y respete la diversidad; que la educación sea flexible y reconozca las diferentes formas de aprender y sus ritmos; que permita diferentes formas de acceder al conocimiento, con múltiples oportunidades de construcción acordes a las capacidades de cada estudiante. “Es muy fácil malinterpretar las intenciones de los que defienden la integración. Lo que no pretenden es que un niño o niña con discapacidad mental grave pueda lograr los mismos objetivos académicos que los otros niños. Lo que quieren es que estén allí y participen en la medida de sus posibilidades. Quieren que los otros niños y niñas los acepten como compañeros de clase, con los mismos derechos que cualquier otro ciudadano, la misma dignidad y la misma calidad de vida. Quieren que los profesores utilicen estrategias conocidas y probadas para que sus hijos cumplan los objetivos académicos y sociales, al tiempo que participen en clase con el resto de compañeros. Pretenden que la integración social en la escuela sea la base de la integración social una vez terminado el periodo de escolarización. Los estudios demuestran que los niños y niñas con discapacidad educados en clases normales, en escuelas primarias y secundarias, de mayores tiene muchas más posibilidades de acceder a la educación superior, encontrar trabajo, recibir sueldos más elevados y tener un mayor grado de participación en la comunidad que los niños y niñas educados en entornos segregados”. (pág. 18- 19) Amplias las anteriores pretensiones, pero cabe la siguiente pregunta; ¿Qué se espera lograr con los educandos en general?, seguramente la respuesta será todas las anteriores, una formación integral, que no discrimine, segregue o señale a ninguno bajo ningún tipo de situación de diferencia, desventaja o vulneración. Ahora bien hablemos de la importancia y necesidad que se tiene de aquel que lidera y apoya todo este proceso “Docente de apoyo” la función y la mirada que se tenía para con este profesional ha cambiado, ya no está solo para hacer un trabajo en la segregación, sino para orientar, apoyar y gestionar practicas inclusivas.
“En la escuela integradora el antiguo profesor de educación especial se puede convertir en un “profesor de métodos y recursos” (Porter 1991) la función primordial de este nuevo rol es apoyar a los profesores y profesoras y compartir con ellos los conocimientos y aptitudes necesarias para atender a estos niños en las clases normales. El profesorado de métodos y recursos ofrece consejos, ayuda y apoya la enseñanza del alumnado”. “Los buenos profesores de métodos y recursos ahora se consideran elemento fundamental de los programas de integración educativa”. “Una tarea esencial de su trabajo es la solución activa y permanente de los problemas que surjan en la escuela. También es fundamental la capacidad de trabajo con los adultos (profesores, directores y padres)”. (pág. 19 – 20)
Una mayor equidad es un factor fundamental para conseguir un mayor desarrollo y una cultura de la paz basada en el respeto y valoración de las diferencias y en la tolerancia. Difícilmente se puede aprender a respetar las diferencias si no se convive con ellas, si las diferencias de cualquier tipo se obvian y se excluyen. Una cultura de paz tiene que ver con equidad, justicia e igualdad. Conseguir el acceso de toda la población a la educación básica es un primer paso para avanzar hacia una mayor equidad, pero ésta sólo será realmente efectiva cuando se asegure la verdadera igualdad de oportunidades y cuando la calidad de la educación sea para todos y no sólo para unos pocos. Es difícil separar calidad de equidad si se considera que la equidad no es sólo igualdad de acceso, sino también de derechos a recibir una educación de calidad, y que un criterio importante para definir una educación de calidad es precisamente que ésta sea capaz de dar respuesta a la diversidad.
El concepto de necesidades educativas especiales implica que cualquier alumno que encuentre barreras para progresar en relación con los aprendizajes escolares, por la causa que fuere, reciba las ayudas y recursos especiales que necesite, ya sea de forma temporal o permanente, en el contexto educativo más normalizado
posible. Podemos encontrarnos con alumnos cuyas diferencias tienen su origen en una historia personal, educativa o experiencial que no les ha permitido desarrollarse y/o socializarse adecuadamente, y van a necesitar ayudas pedagógicas especiales o de carácter extraordinario, de forma temporal o permanente, aunque sea más frecuente lo primero que lo segundo y, sin embargo, no presentan ningún tipo de discapacidad. Podemos encontrarnos también con alumnos que provienen de ambientes especialmente marginales, o que pertenecen a diferentes etnias o culturas, que pueden tener dificultades en una escuela que no considera sus características sociales y culturales. El carácter habitual o extraordinario de las actuaciones pedagógicas que hay que poner en marcha para atender las necesidades individuales de los alumnos, no depende sólo del origen de las diferencias de éstos, sino que está también estrechamente relacionado con el tipo de respuesta educativa que se les ofrece. Las necesidades educativas que pueden presentar determinados alumnos, por las causas anteriormente señaladas, no serán exactamente las mismas en un centro u otro, sino que tendrán una dimensión y matices distintos en función de las oportunidades educativas que se le brinden, los recursos y características de cada centro. Es más, muchas dificultades de aprendizaje tienen su origen en una respuesta educativa que no contempla la diversidad, como por ejemplo el hecho de no enseñar a un niño de una determinada etnia en su lengua materna.
Precisamente uno de los avances más importantes del concepto de necesidades educativas especiales es que pone el acento en lo que la escuela puede hacer para compensar las dificultades del alumno, ya que desde este enfoque se considera que las dificultades de aprendizaje, sea cual sea el origen de las mismas, tienen un carácter interactivo dependiendo tanto de sus características personales como de la respuesta educativa que se le ofrece. Es decir, las dificultades derivadas de su propia problemática pueden compensarse, minimizarse o incluso acentuarse en función de la respuesta educativa y de las características del contexto escolar en el que se desenvuelve.
Este enfoque no implica obviar el origen del problema, pero da un paso hacia adelante porque se preocupa sobre todo de identificar las necesidades educativas que presenta el alumno como consecuencia no sólo de sus limitaciones personales sino también de las deficiencias de la respuesta educativa. Esta perspectiva implica cambios importantes en la evaluación y la intervención. La evaluación no se centra en clasificar al alumno, sino en identificar sus posibilidades de aprendizaje en relación con los requerimientos del currículo escolar, y se amplía al contexto educativo para identificar aquellos aspectos que dificultan su aprendizaje con el fin de introducir los cambios necesarios. El concepto de necesidades educativas especiales sigue siendo un dilema y presenta ciertos problemas en la práctica que es preciso resolver. Por un lado, la administración educativa necesita identificar qué alumnos presentan necesidades educativas especiales para proporcionarles los recursos que necesitan, y asegurar que itineren en el sistema educativo con unas condiciones adecuadas; por otro, el proceso de etiquetaje implica unas bajas expectativas que pueden conducir a un bajo nivel de logros. En la mayoría de los países se sigue considerando como alumnos con necesidades especiales sólo a aquellos que presentan una discapacidad, porque se sigue utilizando como criterio el origen del problema en lugar de considerar el tipo de ayudas o recursos que hay que proporcionar a ciertos alumnos para facilitar su proceso de aprendizaje y su progresión en relación con el currículo escolar. La dificultad de ampliar el concepto a otro tipo de alumnos se debe, a mi juicio, a los siguientes aspectos. Existe una larga tradición en asociar el término especial a alumnos con discapacidad, de tal forma que en muchos casos existe cierta resistencia a considerar a otro tipo de niños, para que no se les etiquete como “discapacitados”. Otra razón tiene que ver con la creencia de que al ampliar el número de alumnos con necesidades educativas especiales hay que incrementar de forma significativa los recursos y servicios especiales. Esta creencia está condicionada por una concepción errónea de que cualquier necesidad especial requiere para ser atendida métodos específicos de enseñanza, material muy sofisticado y personal muy especializado de forma permanente, cuando muchas de
ellas se pueden resolver simplemente a través de una buena enseñanza, sin necesidad de recursos específicos.
De la integración a la inclusión Un nuevo término que encontramos en la literatura reciente es el de “inclusión”. Como suele ocurrir frecuentemente cuando aparece un nuevo término enseguida empieza a utilizarse sin cambiar realmente las concepciones y significaciones previas. Esto es lo que está sucediendo con el término de inclusión, que se está empezando a utilizar como sinónimo de integración, cuando se trata de dos conceptos y aproximaciones distintas. Como se ha visto anteriormente, la integración está referida al grupo específico de las personas con discapacidad y es un movimiento que surge desde la educación especial e implica la transformación de ésta. Obviamente, la integración también implica modificar las condiciones y funcionamiento de la escuela común, pero el énfasis ha estado más en lo primero que en lo segundo. Con gran frecuencia la integración ha implicado trasladar el enfoque educativo individualizado y rehabilitador, propio de la educación especial, al contexto de la escuela regular, de tal forma que en muchos casos no se ha modificado la práctica educativa de las escuelas, y sólo se ha ajustado la enseñanza y prestado apoyo específico a los niños “etiquetados como de integración”. El concepto de inclusión es más amplio que el de integración y parte de un supuesto distinto, porque está relacionada con la naturaleza misma de la educación general y de la escuela común. La inclusión implica que todos los niños de una determinada comunidad aprendan juntos independientemente de sus condiciones personales, sociales o culturales. Se trata de lograr una escuela en la que no existan “requisitos de entrada” ni mecanismos de selección o discriminación de ningún tipo; una escuela que modifique substancialmente su estructura, funcionamiento y propuesta pedagógica para dar respuesta a las necesidades educativas de todos y cada uno de los niños y niñas, incluidos aquellos que presentan una discapacidad. Mientras que en la integración el énfasis está en la adaptación de la enseñanza en función de las necesidades específicas de los niños integrados, en la inclusión el centro de atención es la transformación de la
organización y respuesta educativa de la escuela para que acoja a todos los niños y tengan éxito en su aprendizaje. La educación inclusiva implica una visión diferente de la educación común basada en la heterogeneidad y no en la homogeneidad. La atención a la diversidad es una responsabilidad de la educación común porque las diferencias son inherentes al ser humano y están presentes en cualquier proceso de enseñanza- aprendizaje. Sin embargo, al igual que ha ocurrido en la sociedad, las diferencias en el ámbito educativo se han obviado, lo que ha dado lugar a la creación de estructuras y propuestas educativas diferenciadas para distintos colectivos de alumnos y alumnas (niños con discapacidad, niños indígenas, etc.). La escuela inclusiva no es, por otro lado, algo totalmente nuevo en la educación; un ejemplo claro es la escuela rural en la que todos los niños y niñas de esa comunidad se educan juntos. El desafío es avanzar hacia una mayor generalización, especialmente en las zonas urbanas y de mayores recursos, donde existe un mayor nivel de exclusión. Los modelos y propuestas educativas están influidos por la percepción y connotaciones de valor que se tengan respecto de las diferencias. Cuando se habla de diferencias sociales se está hablando no sólo de alumnos diversos, sino de alumnos que tienen diferentes oportunidades (unos tienen más que otros). Cuando se habla de diferencias culturales, suele considerarse que hay una cultura mayoritaria y otras minoritarias que tienen menos valor e influencia en la sociedad. Cuando hablamos de diferencias individuales suele haber una tendencia a valorar más a aquellos que tienen altas capacidades; especialmente las de tipo intelectual. La atención educativa a la diversidad está condicionada asimismo por la concepción que se tenga sobre las dificultades de aprendizaje. Como señala Ainscow (1998), existe una tendencia muy arraigada a percibir las diferencias en función de criterios normativos, de tal manera que aquellos alumnos que no se ajustan a los criterios establecidos como normales o estándares, son considerados diferentes, con dificultades o anomalías, y en consecuencia han de ser objeto de programas o servicios diferenciados, o simplemente son excluidos del sistema. Otra forma distinta es considerar que cada alumno tiene unas capacidades, intereses,
motivaciones y experiencia personal única, es decir, la diversidad está dentro de “normal”. Desde esta concepción el énfasis está en desarrollar una educación que valore y respete las diferencias, viéndolas como una oportunidad para optimizar el desarrollo personal y social y no como un obstáculo en el proceso de enseñanzaaprendizaje. Finalmente, las opciones y modelos educativos están condicionados por las distintas concepciones que existen sobre la sociedad. Según Marchesi y Martin (1998) es posible diferenciar tres ideologías en educación: la liberal, la igualitaria y la pluralista y cada una de ellas tiene repercusiones diferentes en la respuesta a la diversidad, la calidad y la equidad.
Condiciones para el desarrollo de escuelas inclusivas Incluir a todos los alumnos en el sistema educativo y lograr que aprendan lo máximo posible es una tarea compleja, pero no por ello hay que renunciar a este objetivo. Actualmente existe un consenso mundial en relación con los principios y filosofía de la integración y de la inclusión educativa, razón por la cual el debate se centra ahora en analizar las condiciones y estrategias que facilitan su puesta en práctica.
ADAPTACIONES CURRICULARES: Son los ajustes o modificaciones que se realizan a los diferentes elementos de la oferta educativa regular, para responder a los estudiantes con necesidades especiales, en un continuo proceso de atender a la diversidad. Estas adaptaciones pueden darse en la Institución, en el aula o en las condiciones inmediatas que rodean al individuo. (Flores 2006), dichas adaptaciones deben quedar registradas en el proyecto Educativo Personalizado PEP
PROYECTO EDUCATIVO PERSONALIZADO (PEP) Son los planes educativos para los estudiantes que presentan una excepcionalidad, se basan en evaluaciones continuas y valoraciones que dan como resultado un plan que contiene objetivos específicos y recomendaciones para ofrecer servicios educativos que respondan a las necesidades y fortalezas del estudiante. Este es un
plan que contiene los ajustes recomendados para las metas educacionales y programas que identifica los soportes y servicios que efectivamente le permitirán al estudiante excepcional aprender y progresar. (MEN)
FLEXIBILIZACIÓN CURRICULAR: Un currículo flexible es aquel que mantiene los mismos objetivos generales para todos los estudiantes, pero da diferentes oportunidades de acceder a ellos: es decir, organiza su enseñanza desde la diversidad social, cultural de estilos de aprendizaje de sus alumnos, tratando de dar a todos la oportunidad de aprender (MEN).
El PEP servirá de instrumento al docente de aula regular y apoyo para efectos del proceso de la evaluación, en él se estipularán logros, temas, actividades, siguiendo los criterios de particularidad de cada estudiante y debe ser socializado con la familia previo formato establecido por los profesionales de apoyo quienes orientaran y apoyaran el desarrollo del mismo.
Se pueden ajustar las metas, los logros, la intensidad en la jornada escolar, el horario de clase, los tiempos para cumplir las metas, las actividades, los materiales, el tipo de evaluación y los contenidos entre otros.
DIVERSIFICACIÓN CURRICULAR: Se trata de un procedimiento de especial importancia al que se debe acudir solo con carácter extraordinario y previa evaluación psicopedagógica, tras haber agotado todos los mecanismos previos de atención a la diversidad para acceder al currículo (refuerzos, adaptaciones, etc).
REFERENCIAS FALTAN POR CITAR La Escuela Inclusiva, Practicas Y Reflexiones, Editorial Laboratorio Educativo, 2004, Leonor Ardanaz, Rita Armejach, Cecilia Asencio, Rafael Bascon, Roa M Belles, Luis Del Carmen, Merce Castella, Escuela De Educacion Infantil Piruetas,
Eguskiñr Extave, Teresa – Atalia Gil, Lilia Mirete, Anabel Moriña, Montse Morral, Asuncion Moya, Joan Jordi Muntaner, Ángeles Parrilla, Manel Perez, Montserrt Pibernat, Gordon L Porter, Ignasi Puigdellivol, Merce Renter De Cabo, Etel Salvador, Jordi Tudela.
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