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Nuestra historia
Como empresa familiar con 125 años de historia, Glatz es sinónimo de espíritu innovador, coraje y mujeres fuertes: De ser un taller de una sola persona, nos hemos convertido en una empresa con más de 100 empleados, y en la actualidad somos uno de los fabricantes líderes de sombrillas en Europa y el mundo entero.
Nuestra historia está hecha de personas que creyeron en su visión. Si la creatividad del fundador de la empresa, Albert Glatz (nacido en 1870) se reflejó en sus paraguas y sombrillas de mano, su hijo Albert Junior (nacido en 1899) empezó a ampliar el surtido a partir de 1926. Con las sombrillas de jardín y la articulación de corona dentada Alexo, avanzó hasta convertirse en un empresario de éxito. Más tarde, fue tarea de Dölf Glatz, inventor de la sombrilla de brazo lateral y de sombrillas grandes con soluciones patentadas, el seguir desarrollando la comodidad de la sombra que daban las sombrillas de jardín y de gran tamaño.
Si antes vendía sombrillas como complementos, Glatz distribuye ahora sus 19 artículos de sombreado para la casa, el jardín y la terraza en todo el mundo, y es el mayor ofertante para la hostelería y los hoteles. En 1988, Dölf Glatz pasó el testigo a su hijo Markus. A este le tocó la ardua tarea de detectar las debilidades para el futuro. Gracias a su trabajo, hoy Glatz tiene un pie en todo el mundo y se está haciendo un nombre a nivel internacional. El 40% de todos los productos son «de diseño suizo»; el 60%, fabricados en Suiza, en Frauenfeld.
Glatz es sinónimo de precisión, fiabilidad y una alta calidad con un diseño funcional. «El impulso de concebir siempre mejores productos, combinado con la elegancia atemporal, la estabilidad al viento, la durabilidad y el manejo fácil es parte de nuestro ADN», afirma Markus Glatz. Resulta decisiva para el éxito la motivación de los trabajadores: «Aunque los conocimientos se aplican a todos los modelos, antes están en sus cabezas y es gracias a su gran compromiso que adquieren forma».
«Nos ponemos los retos que dictan los tiempos», explica Markus Glatz. Ya hoy, Glatz produce ahorrando recursos, mantiene los recorridos de transporte cortos, adquiere telas de países vecinos y utiliza materiales duraderos.