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EDUARDO GARRIGUES

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HISPANOS

HISPANOS

EDUARDO GARRIGUES

Eduardo Garrigues, hijo del ilustre jurista Joaquin Garrigues, es Embajador de España. Diplomático y escritor, es uno de los mayores expertos en la historia y divulgación de la presencia hispana en los Estados Unidos. Fundador y presidente del Capítulo de Toledo.

—A qué propósito responde la creación del Capítulo de Toledo, ¿cuáles son sus fines, que personas lo integran, en qué consisten sus actividades y programa de acción?

La constitución del Capítulo de Toledo, registrado como Asociación sin Ánimo de Lucro, responde a la preocupación de personas de diferente formación y profesión, que pensamos que la actuación de un grupo de la sociedad civil resulta oportuna y necesaria para la defensa y difusión del legado de España en Norteamérica. Creo oportuno aclarar que en este caso la palabra “defensa” no puede interpretarse como una reacción integrista sobre lo que se expresa y se publica en diversos medios, sino un intento de exponer una versión más objetiva de lo que por la tendencia, que algunos llaman “autoflagelación” , prevalece en amplios sectores de la historiografía y la enseñanza en España.

LA ACTUACIÓN DE UN GRUPO DE LA SOCIEDAD CIVIL RESULTA NECESARIA PARA LA DEFENSA Y DIFUSIÓN DEL LEGADO DE ESPAÑA EN NORTE AMÉRICA.

—En 2026 se conmemorarán los 250 años de la independencia de EEUU. ¿Cuál es su valoración de aquel acontecimiento?

El aniversario de la Independencia de los Estados Unidos es sin duda una fecha importante en la relativamente corta historia de ese país, pero también debería ser considerada en España como una buena oportunidad para que se conozca y reconozca la imprescindible ayuda de la Corona Española en la Guerra de Independencia. Me parece evidente que para poder valorar esa importante contribución deberíamos intentar que se conociera antes en España, para poder explicarlo mejor en los Estados Unidos.

—¿Cree que, tras un largo olvido, la participación de España en el mismo está siendo finalmente reconocida como se merece?

El que el Congreso de los Estados Unidos haya reconocido a Bernardo de Gálvez como ciudadano honorario (muchos años después de haber nombrado a La Fayette) puede ser considerado un dato indicativo pero claramente insuficiente. La falta de conocimiento y reconocimiento en los Estados Unidos sobre el papel imprescindible que le corresponde a España en la época en que estaba en juego la Independencia de las Colonias de Norteamérica de la metrópoli, Inglaterra, obedece a varias razones. Existe un elemento claramente subjetivo en la mentalidad de los líderes americanos rebeldes: es cierto que luchaban para independizarse de Inglaterra pero muchos de ellos se habían formado ya con los prejuicios que este último país y otros europeos habían difundido en relación con España. Como elemento objetivo es importante destacar que, mientras que la ayuda de la Corona Francesa, que había perdido en la guerra anterior la mayor parte de sus posesiones en Norteamérica y no pretendía recuperarlas al ayudar al ejército rebelde, España seguía ocupando amplios territorios, sobre todo al oeste del río Mississippi; por lo que nuestro país se convirtió en poco tiempo de potencia aliada a potencia rival (especialmente en relación con la expansión hacia el oeste que juzgaba necesaria la nueva nación)

—Como profundo conocedor de la relación entre el Mundo Hispánico y de Estados Unidos, ¿cuál cree que es el papel que está llamada a desempeñar la población hispana en aquel país? ¿Cuál habría de ser a su entender la posición de España? ¿Estamos haciendo lo suficiente para que el elemento hispánico ocupe en Estados Unidos el lugar que se merece por historia, cultura, peso demográfico y económico?

Intentaré contestar de la mejor forma posible a una cuestión que resulta difícil responder de forma satisfactoria. Si nos atenemos a los datos publicados por las agencias especializadas la población de origen hispano en los Estados Unidos sumaría unos 60 millones de personas. Mucho más difícil sería intentar precisar cuántos ciudadanos que en ciertos casos se autodenominan “hispanos” y en otros se consideran “latinos” se sienten herederos del legado de España en Norteamérica. Resulta evidente que, debido a la escasez de fondos que los gobiernos de distinto signo dedican a temas culturales, desde el punto de vista de la diplomacia pública no se ha hecho una tarea satisfactoria a la hora de intentar atraer a esa población hispana a la órbita de la cultura española. En comparación con los numerosos centros culturales de otros países europeos sólo existen cinco Institutos Cervantes distribuidos en diferentes estados de esa gran nación.

EL ANIVERSARIO DE LA INDEPENDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS DEBERÍA SER CONSIDERADO EN ESPAÑA COMO UNA BUENA OPORTUNIDAD PARA DAR A CONOCER LA IMPRESCINDIBLE AYUDA LA CORONA ESPAÑOLA EN LA GUERRA DE INDEPENDENCIA.

—Además de su eminente carrera como diplomático, otra de sus facetas es la de escritor. ¿Cuál es la relación a su entender entre diplomacia y literatura tanto en general como en su experiencia vital en particular?

A finales del siglo XIX y principios del XX se nombraban con cierta frecuencia a escritores de renombre como cónsules o embajadores; ejemplos recientes serían los escritores Octavio Paz y Carlos Fuentes. De alguna forma esos nombramientos parecían justificados en cuanto al deseo de ofrecer un puesto en la administración a quienes habían demostrados un alto nivel cultural; pero creo que también respondían a la convicción de que la profesión de diplomático se prestaba a una dedicación intermitente, lo que ha cambiado en la actualidad porque es evidente que el desarrollo de un puesto de responsabilidad en la carrera diplomática puede resultar incompatible con la vocación artística o literaria.

—Si puede decirlo, ¿puede compartir con nosotros si está preparando algún proyecto de novela o ensayo?”

Debido a que desde hace tiempo estoy reuniendo una biblioteca sobre la relación de España con América (especialmente con Norteamérica) con frecuencia me piden que coordine o participe en seminarios o conferencias que tratan de ese tema. En la actualidad estoy trabajando en un proyecto literario que no tiene una relación directa con el legado de España en América, pues estoy escribiendo sobre la obra literaria de Herman Melville y otros autores de su tiempo que influyeron en la expansión del gobierno de Estados Unidos en el océano Pacífico que hasta mediados del siglo XIX había sido considerado como un “lago español”.

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