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Nuevas realidades del sector de servicios petroleros para el 2023

El 2022 fue un año de recuperación de la actividad de exploración y producción. Las alteraciones en el mercado, producto de la caída brutal de actividades en 2020 y la detonación del conflicto entre Rusia y Ucrania al inicio del año 2022, han sido factores que amenazaron el desarrollo sostenido de la producción de hidrocarburos, sin embargo, la recuperación económica de los países grandes y las acciones de penalización a las exportaciones de Rusia estimularon la demanda adicional de este tipo de energía.

La recuperación del negocio de los hidrocarburos se ha hecho evidente. Los países han retomado sus actividades para acelerar el crecimiento económico, originando así un aumento de la demanda de crudos y productos y se evidencia que el sector cuenta con suficiente capital en las empresas operadoras para invertir en nuevos proyectos y agilizar la continuidad de los diferidos como consecuencia de la pandemia y la guerra en Ucrania. Esto se ve reflejado en las ganancias operativas de estas empresas para el año 2022, las cuales, en el caso de las dos privadas más grandes, superaron los 50 mil millones y 40 mil millones de dólares respectivamente; asimismo, algunas empresas nacionales superaron los 30 mil millones de dólares, lo cual les da suficiente músculo financiero para competir por nuevas tecnologías y talento disponible para seguir adelante en el logro de sus metas. Todo ello apuntalado por un mercado que ha encontrado un rango de estabilidad que sitúa su línea base en alrededor de los 70 dólares por barril, a pesar de las circunstancias recientemente vividas.

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Esto ha sido fundamental para la recuperación de la industria de bienes y servicios de manera global, tomando en cuenta las realidades y exigencias específicas de cada país al momento de establecer los fundamentos de la cadena de suministro y el modelo de negocio. Uno de los temas de mayor importancia tiene que ver con las tecnologías, pues la exploración de nuevos yacimientos ubicados en lugares de difícil acceso y en profundidades que superan los 8,000 metros presentan desafíos técnicos que demandan el uso de equipos de mayor potencia, más eficientes y capaces de reducir costos y tiempos en la construcción de pozos. La perforación en aguas ultra profundas requiere cada día de tecnologías robóticas para poder realizar trabajos a profundidades de aguas donde es imposible para el ser humano acercarse. Asimismo, la existencia de campos maduros con volúmenes importantes asociados, y que pueden ser recuperados obliga a desarrollar tecnologías de inteligencia artificial para obtener mayor productividad de estos. De igual modo, los compromisos formales y morales con la sociedad también obligan el continuo desarrollo de tecnologías que reduzcan la contaminación, controlen el venteo del gas y los derrames de hidrocarburos. Todo un menú de oportunidades para las empresas de servicio, pues desde hace tiempo unas cuantas han hecho de los desarrollos tecnológicos su principal fuente de ingresos. Ello incluye a empresas fabricantes de equipos de perforación, barrenas y herramientas de diferentes tipos necesarias para la desviación de pozos verticales y la terminación de pozos horizontales.

Como todo negocio innovador la existencia de sus nuevos productos despierta el interés de las empresas operadoras, las cuales, con base a sus portafolios de oportunidades, evalúan y demandan con suficiente tiempo esas soluciones que les permiten un posicionamiento competitivo en la perforación, desarrollo y producción de pozos para seguir incrementando su valor.

En México, la empresa petrolera nacional, la cual sigue siendo preponderante en la producción de hidrocarburos, cerró el año con una producción por arriba de los 1.6 MMBPD y enfrenta el difícil compromiso de elevar su producción en más de 200 MBPD este año, sin tomar en cuenta la declinación que debe compensar y que pueden representar otros 150 MBPD adicionales, razón por la cual debe tomar provecho de ese menú que ponen a su disposición las empresas de servicios para que se facilite alcanzar esas metas anuales y apuntarle a los 2.0 MMBPD en el 2024.

En su último informe financiero publicado, PEMEX reportó ganancias operativas del orden de los 36 mil millones de dólares asociados a un volumen de exportación del orden de 900 MBPD. Esos ingresos, generados básicamente por el negocio de Exploración y Producción, deben asegurar los recursos necesarios para recuperar la producción declinada por efectos mecánicos y energéticos y el crecimiento planeado por sus técnicos. Solamente la operación y el mantenimiento de la producción actual representan unos 2000 millones de dólares anuales, asumiendo un costo de producción de 20 dólares promedio por barril. Adicionalmente hay que agregar la perforación de alrededor de 90 pozos exploratorios a un costo promedio estimado por pozo de 40 millones de dólares, lo cual representa un total de 3600 millones de dólares anuales, y otros 200 pozos estimados para el desarrollo e incremento de la producción, para lograr las metas de crecimiento, lo cual significarían otros 6000 millones de dólares, representando un presupuesto anual de inversiones (CAPEX) y gastos (OPEX) que superan los 11,000 millones de dólares, unos 200,000 millones de pesos a la tasa de cambio actual. Esto solamente incluye las necesidades presupuestales mínimas de la función de Exploración y Producción.

Lograr este reto de crecimiento, en el tiempo previsto y al mejor costo para PEMEX, requiere una inmensa capacidad de ejecución y un enorme esfuerzo de servicios y tecnologías lo cual demanda una extraordinaria planeación, misma que involucre a las empresas de servicios, de modo que compartan su conocimiento y experticia con relación a las tecnologías disponibles asociadas a la perforación, el tipo de herramientas requeridas y el tipo de fluidos más adecuados dependiendo del tipo de pozo, ubicación y profundidad de los mismos.

Ese acercamiento contribuye de una manera eficaz al acceso a prácticas de “libro abierto” con procesos que beneficien a ambas partes, pero sobre todo que le facilite a PEMEX disponer de nuevas tecnologías que pueda necesitar. El único impedimento para las empresas de servicio consistiría en recibir sus pagos a tiempo y así lograr el apoyo de sus casas corporativas, las cuales solo se rigen por las reglas mercantiles del mercado. Esa es la mejor forma de competir en esta aldea petrolera, que, aunque global, da prioridad a la relación en aquellos países donde operan, buscando ser un verdadero asociado de sus clientes, principalmente las empresas nacionales.

◼ Líderes hablan en Davos

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