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Todo empieza con un sueño
Cuando era niña algo que tenía claro era como me quería ver cuando trabajara. Me imaginaba siendo una mujer ejecutiva, con un buen par de tacones, un traje sastre y un portafolio. Sentada en el aeropuerto lista para ir a dar una conferencia sobre un tema importante. A los 8 años no tenía claro cuál iba a ser el tema, ni la formación que requería para llegar a ese día, solo tenía claro que así me quería ver.
Justo cuando estaba en preparatoria y tenía que seleccionar el área para el último año, decidí que me entusiasmaba dedicarme al área de Ingeniería. La decisión de mi carrera paso unos meses después al conocer el código de color de los valores de las resistencias. No sabía que ese día iba a iniciar mi viaje para empezar a construir el sueño que tuve de niña.
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Toda mi formación básica la estudie en una escuela de mujeres, mi gran sorpresa fue al entrar a la Universidad a estudiar Ingeniera en Electrónica y Comunicaciones, el número de mujeres era muy bajo, a tal grado que en los últimos semestres éramos entre 2 y 3 mujeres en las clases.
Al entrar al mudo laboral este número tampoco cambio, no es sorprendente decirles que el número de mujeres en la Industria de automatización es muy bajo. Pero ¿Por qué? ¿Cuál es la razón?
Hoy en día las empresas tienen políticas de inclusión y diversificación. Es por todos muy bien sabido los beneficios que aportamos las mujeres a las compañías y al ambiente la laboral y aun así el número de mujeres en la Industria es muy reducido. Le pregunte al gerente de Recursos Humanos de Endress+Hauser México ¿Cuál es el porcentaje de currículos que recibe de mujeres para aplicar a un puesto que se requiera alguna ingeniería? La respuesta es sorprendente, es menor al 10%. De 10 currículos que se reciben solo 1 es de mujeres. Para puestos estratégicos el número es aún menor. De los currículos que se reciben ¿Cuál es la principal limitante que observan para que las mujeres puedan entrar al mundo laboral? Me comentaron que principalmente es la falta de experiencia, se observa un sesgo muy grande de experiencia laboral entre hombres y mujeres. Sin embargo, observan que en capacidades “Soft skill” las mujeres están mucho más preparadas.
Sin embargo, hay luz al final del camino. Recursos Humanos ha experimentado que cuando se aplica para un puesto de becario estas cifras cambian abruptamente y el porcentaje de solicitudes de mujeres es la mayoría. Lo cual nos indica que las próximas mujeres ingenieras de la Industria actualmente se están formando.
Otro aspecto que les pregunte es sobre la política que se tiene sobre selección y reclutamiento. Fue muy grato saber que dentro de Endress+Hauser si se tiene que decidir a quién darle el puesto cuando los dos candidatos, uno mujer y el otro hombre, que tienen el mismo perfil, la misma experiencia y las mismas cualificaciones la preferencia siempre será para la mujer y con esto lograr el balance de genero que hoy en día es tan necesario.
A nivel global en Endress+Hauser también se cuenta con un programa de Inclusión y Diversificación llamado W.I.N. “Woman Integrated Network” que tiene como finalidad activar el potencial de las mujeres profesionales en nuestra industria y en el Grupo Endress+Hauser, con el objetivo a largo plazo de aumentar el número de mujeres en puestos clave (experto, proyecto y liderazgo) y roles de gestión dentro del Grupo E + H.
En los últimos años las empresas están activamente buscando mujeres para incorporar a sus puestos de trabajo, se cuentan con políticas de inclusión y diversidad tanto locales como globales lo cual nos muestra que las condiciones del mercado están abiertas para nosotras, en las universidades cada vez hay más mujeres estudiando carreras STEM “Science, Technology, Engineering and Math”, sin embargo, sigue faltando algo para elevar el número de participación femenina en las empresas.
En mi opinión ese último empujón que falta debe de venir desde adentro de nosotras, sin duda desde que somos pequeñas debemos tener esa referencia que nos impulse, nos abra los ojos y nos muestre el mundo que tenemos por delante, con todas las oportunidades que existen y el esfuerzo que debemos de vencer, que nos haga creer que el famoso techo de cristal que nos hemos autoimpuesto esta para romperse.
Definitivamente estoy segura de que todo empieza con un sueño. Si a los 8 años no me hubiera visualizado como lo hice es muy probable que el día de hoy no estuviera escribiendo este artículo.