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Nuevos SSDs NVMe de Kingston

Durante este año 2021,

Kingston pretende mantener su liderazgo en el mercado de tecnologías de estado sólido y tiene preparada una amplia cartera de productos, incluyendo SSDs NVMe en formato U.2 para centros de datos, pero también SSDs para PC gaming de alto rendimiento con interfaz PCIe 4.0, así como un SSD externo con interfaz USB-C 3.2.

«Tenemos una mejor oportunidad que nunca para conectarnos con las comunidades tecnológicas nuevas y existentes de todo el mundo».- dijo Louis Kaneshiro, director de la división de ingeniería de productos de Kingston.- «El CES fue el mejor escenario para compartir lo que Kingston tiene preparado para el resto del año, y estamos muy emocionados por el lanzamiento de nuestro primer SSD NVMe Gen 4.0 así como una unidad externa USB-C. Cuando se trata de NVMe, cubriremos todos los segmentos de cliente, desde consumidores hasta prosumidores a centros de datos». Ghost Tree: Se trata de los nuevos SSDs de alto rendimiento orientados a PC gaming de gama alta. Con nombre en clave Ghost Tree (que seguramente sea temporal), estos SSD NVMe de Kingston cuentan con el habitual formato M.2 e interfaz PCIe 4.0 x4 de 8 canales, y se venderán sin disipador (no lo necesitan) en capacidades de entre 1 y 4 TB, con un rendimiento de hasta 7.000 MB/s. NV Series: Esta gama de SSDs tiene formato M.2 e interfaz PCIe 3.0 x4, y para Kingston conforman la gama de entrada de este tipo de dispositivos NVMe.

Están disponibles en capacidades de hasta 2 TB, pero el fabricante no ha dado datos de rendimiento.

XS2000: Son los SSD externos de los que se ha hablado. Cuentan con un factor de forma ligeramente más grande que un SSD M.2 y vienen en una carcasa de aluminio protegida con gomas.

Tienen interfaz USB-C 3.2 Gen 2, vienen en capacidades de entre 500 GB y 2 TB, y permiten un rendimiento de transferencia de hasta 2.000 MB/s.

DC1500M: Son los SSD NVMe para centros de datos, y representan la actualización de los DC1000M. Vienen en este caso en formato U.2 y están diseñados para soportar las altas cargas de trabajo propias de cualquier centro de datos.