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En Perspectiva
¿Fue buena la decisión de no endeudarse para México?
Para México, endeudarse habría tenido un costo anual de 400 mil mdp, pero en solo un año la economía del país perdió 19.3 millones de millones de pesos.
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En números cerrados, el valor del PIB mexicano terminó el año 2019, previo a la pandemia, en niveles de 1.14 billones de dólares, según cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI), luego del ligero retroceso que tuvo ese mismo año de 0.01 por ciento.
El 2020 parecía un mejor periodo, con ligeros incrementos en el PIB en una expectativa de 2 por ciento, es decir, México regresaría a la llamada “trampa del crecimiento”, con avances modestos en su PIB, similares a los registrados al menos los 10 años recientes, lo que tampoco era buena noticia. Sin embargo, nadie sabía lo que le esperaba al país y al mundo, algo mucho peor.
Al conocer la caída de 8.5 por ciento del PIB durante 2020, informada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el mayor desplome en prácticamente 9 décadas, es evidente que el valor de nuestro PIB se redujo, hoy la economía de México vale menos, hoy tenemos un PIB que alcanza para producir menos.
El debate ahora es si ese PIB cayó tanto sólo por los efectos de la pandemia y no tuvo nada que ver con la política económica adoptada por el gobierno federal, o si fue una combinación de ambas. Difícilmente sabremos la verdad porque cada parte dará argumentos a su favor: El gobierno ha dicho una y otra vez que se hizo lo correcto, e incluso ha ido más allá, señalando que la estrategia fue, es y será exitosa; por su parte quienes lo cuestionan dicen todo lo contrario.
LA PEOR CAÍDA DEL PIB EN MÉXICO DESDE 1932, FUE EN PICADA DESDE 2018, AUNQUE SE CONSIDERA QUE LA CAÍDA DE 8.5% ES POR COVID, MÉXICO ES DE LOS MÁS AFECTADOS DE AMÉRICA LATINA
El punto central de la estrategia se ubicó en los apoyos y sus beneficiarios. El gobierno también ha dicho en innumerables ocasiones que no se siguió la misma “receta neoliberal”, que ahora se rescató y apoyó a los pobres y no a los potentados ni a sus empresas, mientras que quienes lo cuestionan señalan que la falta de medidas contracíclicas, entre las que se pudieron incluir el apoyo a empresas, provocó una caída del PIB no vista por prácticamente ninguna generación actual de mexicanos.
¿Era posible endeudarse para apoyar a las empresas?, ¿el gobierno de México debió asumir deuda en los mercados locales o internacionales para proteger la planta productiva nacional? Eso para no hablar de la posibilidad que se tuvo para reorientar los proyectos de infraestructura que abanderó desde su inicio la actual administración y a los cuáles no se les modificó ni una coma (Aeropuerto de Santa Lucía, Tren Maya y Refinería de Dos Bocas, básicamente). Este es el desplome del PIB, en dólares
Si consideramos la caída ya señalada del PIB en 2020, equivalente a 8.5 por ciento, para un PIB que valía 1.14 billones de dólares al cierre de 2019, tenemos que en 2020 ese mismo PIB se achicó a un valor estimado
de 1.0431 billones de dólares; habrá tiempo de conocer las estadísticas oficiales pero el desplome del PIB del país, no tan alto como se llegó a especular, pero sin duda un ajuste considerable y cerca del doble dígito, es brutal. Si las cifras se confirman, tenemos que en términos de dólares la caída fue de 969 mil millones de dólares, que equivaldrían a aproximadamente 19.3 billones de pesos. Son cifras astronómicas, incluso inimaginables y difíciles de expresar en términos numéricos, el PIB del país estuvo muy cerca de caer un millón de millones de dólares.
¿Salió más caro el caldo que las albóndigas?
El gobierno mexicano ha defendido a capa y espada su política de no endeudamiento, aunque el aumento de sus obligaciones financieras es de todas maneras una realidad por el simple desplome del PIB. Pero, dando por entendido a que se refiere a la no emisión de deuda para apoyar a la economía en general, valdría la pena conocer qué fue más caro: no endeudarse o dejar que el PIB se desplomara en la magnitud en la que lo hizo.
El secretario de hacienda, Arturo Herrera, explicó hace poco que de haberse endeudado el país en un porcentaje de entre 20 y 30 por ciento del PIB, le habría representado a la hacienda pública un costo anual aproximado de 400 mil millones de pesos, ante las elevadas tasas de interés que tiene México (sí, para los estándares actuales en el mundo y bajo la actual coyuntura México tiene una tasa muy elevada).
A reserva de los posteriores datos oficiales, al parecer saldrá más cara la caída del PIB, a menos que este se recupere aceleradamente. Nuestro PIB perdió 19.3 billones de pesos en un año, y no se quiso pagar 400 mil millones por un tiempo, a modo de evitar el histórico derrumbe, con todo y los múltiples mecanismos que tiene el estado para el manejo de deuda.
México fue casi una excepción en el mundo, los otros gobiernos que no se endeudaron tienen cifras públicas que no son certeras, como es el caso de China, o que son extremadamente subdesarrollados, como Uganda. Como consecuencia, el “rebote” económico, que no la recuperación en forma de V, será de los más lentos del mundo.
Un análisis de Banco Base señala en su escenario más optimista que la economía mexicana regresaría a los niveles previos a la pandemia hasta el año 2024, asumiendo el crecimiento del PIB de 4.6 por ciento esperado por el gobierno para este año, y que en términos per cápita el PIB del país que teníamos en 2019 lo volveremos a ver hasta el año 2028, “nada más” 8 años después de la gran tragedia económica.