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HOGAR DULCE HOGAR
Dicen que hay que luchar por los sueños, porque los sueños se cumplen y eso fue exactamente lo que la familia, el club, los amigos y el pueblo bodeguero hicieron por el Tomba. Todos fueron parte del sueño más grande de Godoy Cruz, un anhelo que llevaba casi 16 años de espera: el “volvamos a casa” un
día se hizo realidad.
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En la mañana del 11 de abril, Godoy Cruz volvió a jugar un partido oficial en su casa, el Estadio Feliciano Gambarte: el reloj marcaba a las 11 am cuando se escuchó el pitido del árbitro para que la pelota comenzara a rodar y así fue como, por fin, el sueño pasaba a ser una realidad. El equipo del Gallego Méndez recibió en su cancha a Arsenal de Sarandí por la novena fecha de la Copa de la Liga Profesional, partido que terminó con derrota para Godoy Cruz, pero aun así había mucho que festejar.
Los pibes que se formaron en la Bodega, los trabajadores del club, la gente desde diferentes puntos fuera del Gambarte, las familias en sus casas, los amigos en asados, todos estuvieron a la espera del retorno al barrio desde sus lugares, unidos por el mismo amor por los colores.
Dicho acontecimiento quedará por siempre en la historia de nuestra institución y una vez más, el hincha es el protagonista gracias al amor incondicional, ilusión y trabajo que vienen haciendo hace varios años. Testigo de esto es la familia bodeguera que se la pudo ver hasta un día antes en el Feliciano Gambarte, pintando y dando una mano en cada detalle, día y noche.
Nuestra cancha fue el centro de atención del partido que se disputó, se llevó todas las miradas y recibió los mejores halagos. El césped, la tribuna popular “Julio Roque Pérez”, la pintada con el rostro del Loco Julio, el mural en homenaje fuera de la cancha a Santiago “Morro” García, las banderas que amanecieron colgadas en las tribunas y, por supuesto, el tanque de agua (declarado interés cultural por el Concejo Deliberante de la Municipalidad de Godoy Cruz) detrás de la tribuna oeste, con sus colores azul y blanco que da identidad al club y nuestro sello, fueron las estrellas de ese domingo por la mañana.
El amor, la pasión, la ilusión, la espera y el gran acontecimiento histórico que vivió el pueblo tombino se hizo notar en las calles de Mendoza: los hinchas se hicieron sentir, estuvieron presentes en los alrededores y vistieron al departamento de Godoy Cruz de gala acorde a la situación.
¡A BRILLAR MI AMOR!
Desde el momento en que la diri-
gencia del Tomba decidió llevar a cabo el regreso al barrio, las acciones y trabajos en el club no se detuvieron ni un minuto: desde el césped nuevo en el campo de juego donde lo jugadores dejan la vida por los colores, bancos de suplentes, vestuarios, cabinas de transmisión para la televisión, hasta cada rincón que pintaron los hinchas.
Pero eso no fue todo, el Expreso jugó de local en casa y la segunda vez que lo hizo brilló de una manera especial. El Gambarte se vistió de gala nuevamente, pero esta vez estrenando su sistema lumínico LED de alta potencia que terminó de iluminar una vuelta histórica.
Todo fue una fiesta, todo fue festejo, porque se cumplió un sueño muy esperado y porque hoy podemos brindar por el barrio que volvió a sonreír. Godoy
Cruz somos todos, somos familia, somos el club y somos el barrio.

