CAUSALES DE LOS MALOS TIEMPOS DE LOS ARGENTINOS Carlos Alberto Ricchetti
A la eterna memoria del escritor, pensador, filósofo y entrañable periodista argentino, Raúl Bordaverry Al entusiasta compatriota, amigo, colega y ferviente simpatizante del Club Atlético Tigre, Glenn Miller, en permanente agradecimiento por esos difíciles años maravillosos.
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PRÓLOGO Porque nos conocimos por esas cosas mágicas de la vida sin saber cómo ni dónde. Porque coincidimos en nuestra pasión radial y periodística hace más de veinte años en una FM de Martínez, Argentina. Porque por aquél entonces formamos un grupo humano y profesional inolvidable. Porque compartimos parte de nuestra juventud detrás de un micrófono soñando ideales, imaginando agraciados futuros y absorbiendo sabiduría del Maestro Bordaverri. Porque pasaron los años y un día nos reencontramos en otro tiempo, en otro lugar, con otra tecnología pero con la alegría de saber que esa semilla de los noventa que habíamos plantado terminó por germinar. Vos en Colombia, yo en Argentina pero la vida y las redes sociales nos volvieron a unir. Porque de esa manera el arte a través del humor y del tango -pasiones compartidasel deporte a través del fútbol -pasión de multitudes- y sobre todo nuestra amistad que resurgió a pesar de la caída de las hojas del almanaque nos puso otra vez frente a frente. Porque encima y además de todo, y ya en nuestra plena adultez, descubrimos que la política, más que nada argentina, nos ocupaba y preocupaba por demás. Porque así de esta forma, vos en el Eje Cafetero y yo en mi Martínez natal, empezamos a pensar, reflexionar, debatir, opinar, filosofar, acerca de nuestra amada Patria. Acaso no compartiendo exactamente la misma ideología pero si el mismo espíritu y visión general con los que debieran solucionarse los problemas. Porque dado esto nació el 1 de mayo de 2016, como marca la historia, “Proletarios Unidos”, un espacio digital para dar cabida a todas aquéllas voluntades del campo popular que quisieran formar un solo cuerpo, sin distingos partidarios pero con plena conciencia de clase, para luchar y resistir contra un régimen neoliberal, anti popular y de derecha que increíblemente llegó a la Argentina en 2015. Porque a partir de ese advenimiento vos sin titubear y con mucha convicción formaste parte de ese proyecto enviando sabrosas, profundas y contundentes artículos acerca de la realidad nacional vista desde el exterior. Tus notas poseían un sello inconfundible, la de un periodista sagaz, informado, con memoria y buen archivo y dueño de un estilo muy propio: Vehemente, claro, conciso y adjetivador.
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Porque luego de varios meses de mucho escribir y " batallar " me llega la grata noticia de la aparición de un libro con tus eximias y clarificantes notas y yo tengo el inmenso beneplácito de poder redactarte unas líneas. Porque venero toda nuestra historia en común, porque valoro lo que hacés, porque tu jerarquía requiere de un proyecto como éste, porque es necesario que tus escritos se masifiquen, porque sos una buena persona y el camino que elegiste desandar por la vida tiene mis idénticas convicciones, por todo, todo eso y más, deseo fervientemente que este libro llegue en breve a infinidad de personas que puedan leer y contemplar la magnitud de tu trabajo. Glenn Miller
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INTRODUCCIÓN Desde muy joven, la historia, la política, me despertó un interés fuera de lo común. Incluso en mis juegos virtuales o de mesa, solía inclinarme por aquellos donde tenía que ver la organización de una comuna indeterminada, tácticas y estrategias de batalla para conjugar fantasía con realidad, deseo de bien común trasladado a la diversión ante la imposibilidad de trasladarlo al hecho objetivo. Invariablemente, la meta era el interés por el desarrollo espiritual, material de los pueblos a través de la equidad, junto a la realización del individuo gracias al escenario propiciado por el entorno afín, el cual viene a enriquecer al conjunto de la sociedad. Un gran amigo periodista, Glenn Miller, con quien laboré en el noticiero “El Electrón” de FM Fénix de la localidad de Martínez de la zona norte de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, cuando hacía mis primeras armas en la vilipendiada profesión periodística, me inspiró este humilde aporte. Veinte años después de aquella experiencia notable, parafraseando el contenido de viejos manuales de escuela primaria, quizás hasta de frases puestas con el afán de dimensionar próceres buenos o no tanto, “nos convocó la Patria”, a sabiendas de entender la magnitud con la cual todo cuanto amamos, forma parte de la vida de muchas compatriotas se encuentra tarde o temprano bajo amenaza y puede desaparecer, desde la dignidad hasta el pan llevado con el sudor diario a la mesa. Glenn Miller me convocó a escribir en su blog bautizado “Proletarios Unidos”, con la evidente intención de aglutinar a quienes tienen inquietudes referentes a los protagonistas del mundo del trabajo, el supremo generador del bienestar y la riqueza jamás llevada en la medida justa, como si lo que corresponde por derecho inalienable debiera ser pagado de mala gana, sin contar la insuficiencia crónica de un salario en alarmante desproporción al costo de vida. Aficionado incurable a escribir, a volcar la energía, el ácido existencial en artículos llamando a la reflexión, quise atreverme a reunir la primera parte de mis colaboraciones, aunadas con el título de “Causales de los Malos Tiempos de los Argentinos”. Sentí eran las palabras apropiadas para un momento conveniente, donde de nuevo a nombre del privilegio, antiguos conocidos aunque con nombres nuevos, vienen a pedirnos cambiar, mientras echan la culpa a otros de los males que ellos mismos generan. Tuve la necesidad de desenmascarar, de denunciar a esta pandilla de incapaces de acceder al poder de manera sincera, carente de plataforma circunstancial, menos aún de ideología sustanciosa, capaz de ahogar toda iniciativa autónoma para aparecer siempre como los capataces de esas enormes plantaciones de esclavos de los Estados Unidos del siglo XIX, tan difundidos en cine y televisión. Reconocerlos, sería demasiado fácil. Combatirlos, ni siquiera necesario, a no ser por sus cómplices entre nosotros, primando el interés individual que en una 5
sociedad desarrollada alcanza inexorablemente a cada uno, al del colectivo, cual eternos victimarios primero, para acabar la mayoría de las veces después siendo víctima del previsible final. Son los mismos enseñados a “hablar de democracia”, haciendo verdaderas homilías de civismo incluso para someter al favor popular el mismísimo remate de la Argentina, cuando la verdadera vocación republicana se fundamenta en generar las distintas condiciones capaces de generar bienestar a las mayorías, sin atentar contra quienes a fuerza de talento, iniciativa e inteligencia, pudieron situarse en consonancia material, espiritual, con sus aspiraciones. ¿Entonces, qué? Si aparece un gobierno entregando el país al empréstito extranjero, transformándolo en una colonia, poniendo el riesgo su independencia, el trabajo, la educación, la salud de los ciudadanos; ¿lo dejamos actuar por qué lo eligió la mayoría? Bien decía San Martín que “todo es lícito para defender a la Patria, menos dejarla perecer”. Su mayor capital, son los hijos del país, hacia quienes en esencia viene a intentar defender este escrito. Votar es importante, pero no es todo para tener República. No son las ideas acerca de cómo administrar el estado o manejar el gobierno. Es establecer el parámetro de hacerlo a nombre de determinados intereses, excluyendo al resto y los que a la inversa, crean la armonía del conjunto social. Admitir en elecciones democráticas a quienes reclaman la libertad de usufructuar, se quejan cuando se lo impiden y buscan aliados para lucrar, sabotear, lograr sus espurios designios, es similar a elegir entre grupos ajenos a los intereses nacionales, a ver cuál de ellos se atiene a realizar la tarea encomendada. Por lo tanto, su misma participación, lejos de concebir una retorcida forma de pluralidad, constituye un delito premeditado. Para esa gracia, mejor poner directamente el país adentro de una valija y regalarlo. No se diga más. Carlos Alberto Ricchetti
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PROCLAMA A todos mis amados hermanos, compatriotas argentinos: Me dirijo a ustedes para invitarlos a darles a conocer algunos de mi punto de vista y reflexiones acerca de los recientes acontecimientos electorales en Nuestra Patria y de cara al futuro próximo. Personalmente, respeto la decisión mayoritaria. Pero si algo quedó claro, es que con la democracia sola no se come, se cura, ni se educa. En su estado verdadero, esta se da cuando el gobierno elegido por el pueblo promueve el bienestar general y asegura los beneficios de la libertad, como diría el Preámbulo de la Constitución Nacional. Pero cuando eso no sucede así, no hay democracia tampoco, porque se vulnera incluso el principio básico de un contrato social entre el estado como garante de la suma de los derechos adquiridos y la ciudadanía, asumiendo a la vez sus respectivas obligaciones. Si esas condiciones no se cumplen, la continuación de los reclamos por la vía de la acción directa será inminente e inevitable, como lo es la confrontación entre los ciudadanos incluidos y quienes prefieren sostener su beneficio propio, sin reparar en la necesidad ajena, ni en el equilibrio de lo colectivo con lo individual. Por desgracia, es probable que hallamos iniciado el camino hacia una violencia innecesaria ante la eventual pérdida de la patria., ante la falta de otras instancias republicanas donde apelar. Basta que Mauricio Macri o cualquier presidente electo y su parafernalia tecnócrata neoliberal toque el más insignificante de los derechos, un solo subsidio o conquista, para recomendarle a mis compatriotas salir a marcar territorio y destrozarle el país si es necesario, porque tal como lo enseña la experiencia de lo contrario lo van a mercar, como ya sucedió a lo largo de la historia. Y para finalizar, si la Nación Argentina no puede ser de su pueblo, a quien inapelablemente corresponde, si el mandato de los traidores puede más que la verdad, mejor será no le pertenezca a de nadie. ¡Ojalá truene la hora del escarmiento de una vez por todas si es necesario, a fin de erradicar para siempre a estos inmundos y asquerosos vende patrias, apodados gorilas, nostálgicos de Videla o Menem, para que se hundan en el infierno junto a todos sus designios de cipayaje y entrega!
Con el Corazón en el Pueblo de la República, 23 de noviembre de 2015
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I NEOLIBERALISMO, FORMA ANTIDEMOCRÁTICA E IMPOPULAR QUE AMENAZA CON VOLVER
Concebidas con el objetivo de libertades al hombre en duros tiempos de oprobio político, económico y social, el escocés Adam Smith pensó hallar en el llamado liberalismo una fundamentación filosófica, casi matemática, para asegurar los derechos económicos del hombre. Hablo de leyes naturales, de oferta, demanda, libre competencia, términos que a primera vista lucen una inocencia casi seductora, pero manipulados de forma inescrupulosa y tomando al mercado como un dios todopoderoso, tiende a transformar a los ciudadanos en súbditos, arrebatándoles sus derechos republicanos esenciales. De forma paradójica, ese liberalismo, capaz de seducir con su boato de conceptos, haciendo juego con términos tan genuinos e inmensos como “libertad”, acaba por devolverle al continuismo político y sus adláteres económicos de toda clase, aquello cuanto las formas republicanas le arrebataron a la monarquía tras su derrocamiento. Advenimiento del sistema neoliberal Esas llamadas “leyes naturales”, las cuales, aunque sin lugar a dudas lo son, pueden ser manipuladas por corporaciones internacionales, monopolios, potencias económicas con intereses pecuniarios exorbitantes, capaces de generar tendencias mundiales positivas o negativas tan irresistibles, como la imposibilidad de un pequeño fabricante de zapatillas para competir contra Adidas, Nike y Reebok, por mencionar algunas de las empresas de indumentaria deportivas más poderosas. Debido a esa razón, de la noche a la mañana, las mujeres, los hombres, que sintieron el renacimiento de una esperanza donde sus derechos fundamentales fueran reconocidos, se sintieron utilizados de manera incipiente a través de un modelo cuyo cambio de actores, de apariencia, implicaba en la práctica la misma sujeción, trayendo a la postre idénticas demandas de cambio. Nacido a comienzos de la década del treinta, como una forma extremista y exagerada aún para el mismísimo Adam Smith, el neoliberalismo cobró forma e identidad a finales de la década de los ochenta del siglo XX, cuando tras el colapso del bloque comunista dio rienda suelta al discurso rapiñero versando sobre el presunto “final de la historia”, la “muerte de las ideologías” o “el definitivo triunfo de la democracia liberal de mercado”. Así, con las características de una depredación nunca vista hasta entonces en la historia económica de la humanidad, ya no sólo fueron los imperios, las potencias, las responsables de imponer sus nefastos designios sobre los pueblos nacidos libres. Existen organismos de crédito, bancos, conglomerados internacionales de 8
diversa índole, operando como verdaderos pulpos para imponer agendas determinadas en países que dicen respetar, pero mantienen bajo control a través de sus socios locales. Estos verdaderos emporios, determinantes de la división internacional del trabajo entre productores de materias primas y manufacturadores, que se adjudican a beneficio propios los favores de las tecnologías, la salud, las armas, la investigación científica, el poder mediático, la cultura, así como a partir de esta última la generación de conciencias, ahogan las atribuciones inherentes del individuo cuando no les resultan rentables ni consecuentes a sus intenciones. Los despojos de un sistema económico perverso La concepción del mundo como una “aldea global”, sin fronteras, lleva implícito el aplazamiento de la identidad, el avasallamiento del derecho y hasta la degradación de los valores éticos, para favorecer en cambio la concentración, el acaparamiento de bienes en pocas manos, so pretexto del “ingreso en la modernidad”. Los pueblos se encuentran a merced de la pulverización literal de sus elementos idiosincráticos, amenazados de muerte por la imposición de modelos ajenos que pretenden crear una “pseudocultura” uniforme a nivel universal, acordada, consensuada de forma previa en oscuros directorios ni siquiera pertenecientes a gobierno alguno, sino conformados por funcionarios o testaferros, tendiente a generar las distintas condiciones para la aceptación colectiva del empoderamiento ajeno. Por otra parte, los medios de comunicación, sobrevolando el ciberespacio, diarios, revistas, radios, canales de televisión, buscan “darle forma a la realidad circundante” por intermedio de la tergiversación, el amarillismo, superficializar los acontecimientos en el marco de un enfoque predeterminado, de acuerdo a la necesidad de generar formas de pensamiento afines a los verdaderos dueños del poder. Hijos directos de este despojo son la contaminación, el calentamiento global, el cambio climático, la destrucción del ecosistema, por el afán inescrupuloso del enriquecimiento que, dentro de las normativas de apariencia legal, adquiere matices de ilícito. El estado de situación La consecuencia directa de esa falsa noción de ser los ciudadanos “dueños de su destino”, naufraga estrepitosamente cuando estos son testigos de la paulatina pérdida del poder adquisitivo; de la posibilidad de optar por lo mejor, de acuerdo con sus intereses colectivos e individuales; cuando el trabajo cobra matices de esclavitud, sin protección social o salarios injuriantes; es imposible acceder a la vivienda, la salud, la educación y por ende, la carencia de una realización, del goce de los múltiples beneficios materiales, espirituales, los condicionan a realizar tantos 9
llamados a la libertad como lo crean necesario, hasta obtener la tan ansiada liberación. Sumergidos en la pobreza, la reiteración permanente de los inconvenientes, el continuismo, la mayoría de los hombres y mujeres, son prisioneros de clase política dirigente que los convoca a base de dádivas o favores transitorios para mal disimular dificultades de fondo, legitimándose en el poder político. Una vez repartida la cuota burocrática de acuerdo con el porcentaje obtenido durante las elecciones, sacrificados en detrimento de intereses ajenos, los cuales a veces hasta escapan a la comprensión y el conocimiento, ven impotentes el incumplimiento del mandato popular. El panorama es desolador, frente a una dirigencia claudicante, lejos de estar a la altura de las circunstancias, partidos políticos cooptados; sindicatos débiles, vendidos al mejor postor, organizaciones sociales con escasas posibilidades de ser tenidas en cuenta y reducido margen de maniobra; la existencia de un aparato estatal represivo, atento al aplastamiento del más mínimo reclamo, derrapa la arquitectura perversa de un sistema funcional orquestado en función a una minoría, concesionaria de un poder local limitado, “otorgado” por el verdadero, que dicta su “mandato” desde el exterior. La reconocida y predecible “derecha que se viene” Utilizando en su favor los argumentos de una democracia que desconoce, en la cual no cree y además se mofa, dada su vocación plutocrática de reconocer como bastión de autoridad los intereses de los acaparadores de dinero, los partidarios del neoliberalismo desalojado por el ascenso de las masas hacia una mayor concientización social, usaron como arma política su “particular” interpretación del derecho para retornar al poder. Para conseguirlo, de la misma manera que en pasadas épocas con Joao Goulart (Brasil), Jacobo Arbenz (Guatemala), Salvador Allende (Chile) y de alguna forma también con Raúl Alfonsín (Argentina), los opositores a la justicia e inclusión social se dedicaron a planificar el sabotaje a la economía mediante distintos mecanismos que van desde el ocultamiento de las mercaderías hasta los intentos simultáneos de generar golpes de mercado. El esfuerzo de los gobiernos progresistas, cuyas obras de desarrollo y crecimiento del consumo interno van decididamente en contra de estos partidarios de la dependencia del exterior en todos sus matices, encuentra por ende serias dificultades para combatir la inflación producto de ese modelo necesario para el crecimiento de sus respectivas naciones. La lucha contra la destrucción heredada no se conforma con los enemigos del exterior, pugnando por generar una opinión pública negativa contra los dirigentes con ideas nacionales y populares, los cuales hicieron que los países dejaran de sometérseles a políticas de vaciamiento o endeudamiento fracasadas, sino con los 10
internos, luchando por recuperar su viejo papel de concesionarios, con el consiguiente privilegio destinado a unos pocos. El ejemplo en el cono sur El caso de América Latina es excluyente: Cuando los gobiernos progresistas de la región buscan generar una auténtica alternativa de cambio, se encuentra con la resistencia reaccionaria de los “cómplices del no cambio”. Al no contar como antaño con la alternativa de un golpe militar para lograr su propósito –excepto en Honduras, donde se agitó una insurrección armada contra el presidente Mel Zelaya- se favorecen golpes institucionales o económicos, cuya culminación más contundente a manera de ejemplo es la del golpe cívico dado en el Paraguay contra el gobierno de Fernando Lugo. No obstante, los mecanismos más “civilizados” recomiendan en los viejos manuales de desestabilización poner la suma de las trabas posibles a la demanda popular de cambios, sea de naturaleza económica, jurídica, legal y de centenares de posibilidades, por supuesto validas al momento de alcanzar los macabros fines. Pero por sobre todos y cada uno de los mencionados, a sembrar el descrédito de las autoridades constituidas por el voto entre la sociedad. En estos casos, el mal uso de la libertad de expresión se torna la principal herramienta para esquilmar la imagen y convencer desde el experto al más desprevenido ciudadano, de la ineficiencia de cualquier gobierno por inmerecida que pueda ser. No en vano Joseph Goebbels, ministro de prensa y propaganda del Tercer Reich alemán (1933 – 1945), solía decir que “una mentira mil veces repetida, se transforma en verdad” y “hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades, son culpa de nuestros opositores y hacer que nuestros simpatizantes se los repitan en todo momento”. Tarde o temprano, los medios hegemónicos logran su cometido, siendo que la ciudadanía, por su propia voluntad, acaba eligiendo en las urnas un cambio de rumbo que no debería tener lugar jamás de pensar nada más las nefastas consecuencias de quedar a merced de las fuerzas del mercado, carente de cualquier tipo de protección de carácter social o gubernamental. El concepto retórico acerca de la democracia –la cual permite poner a idéntica altura el reclamo de los derechos fundamentales, con el del mantenimiento de un modelo nefasto de privilegio- el signo reformista de algunas administraciones, opuestas a tomar medidas más radicales para avanzar en materia de desarrollo con inclusión y el agotamiento psicológico de la población, saturada de una situación en la creencia de que la desfavorece, hacen posible los triunfos impensados del neoliberal, Mauricio Macri o de la oposición anti bolivariana en Argentina y Venezuela, respectivamente. 11
Entre la espada y la pared En vista de que la presente situación amenaza con condenar a la miseria permanente y al despojo a los pueblos de Latinoamérica, a destruir la sola concepción de un modelo de estado o gobierno donde resulte compatible el desarrollo de los países con la participación de los ciudadanos en el acceso a su bienestar material o espiritual, los partidos políticos o movimientos sociales responsables de los mismos deben reorganizarse, tomar medidas tan concluyentes como contundentes. Es fundamental en primer término realizar una autocrítica sincera sobre los factores determinantes del retroceso, hacer una revisación tanto de la organización interna, de la conducta de los dirigentes y de la capacidad de los mandos medios partidarios a quienes se confió la conducción sin ser los más idóneos o bien, cuyas actitudes no hayan estado a la altura del grado de responsabilidad encomendada. Las agrupaciones deben revisar si la visión reformista es la adecuada, conforme al escenario donde impulsar las políticas populares una vez asumido el gobierno. Si bien el balance es positivo y los cambios son indiscutibles, se cae en el ciclo de comenzar una tarea para más tarde que temprano a veces, llegue una administración empeñada en reducir a fojas cero los avances obtenidos, brindando un panorama perpetuo de reconstrucción permanente que termina por agotar a los sectores más conscientes de las distintas necesidades Esto implica la decisión inapelable de dirigir los focos de atención hacia todas aquellas medidas y formas de resistencia proveniente de los empresarios, los terratenientes, los banqueros, que pretendan entorpecer al gobierno legítimo, al punto de ensañarse con el poder adquisitivo de los ciudadanos para después salir a culpar estado por la carestía en los costos y la calidad de vida. Debe existir, es cierto, la libertad de expresión, pero llevada a cabo con seriedad, de manera responsable, sin apelar a la mentira sino teniendo a la verdad por fundamento, siendo el gobierno votado por la mayoría el encargado de poner límite a los excesos de un poder mediático no siempre objetivo, sino al servicio de intereses ajenos al bien del país, de los ciudadanos, sea mediante una ley antimonopolios, que permita una mayor diversificación mediática, la multiplicación de canales de televisión, emisoras, radios, diarios, medios virtuales; la adquisición pecuniaria de los más recalcitrantes o una legislación eficaz, concerniente en crear leyes capaces de dar penas de cárcel a quienes en nombre de un falso concepto de “libertad de expresión”, sean cómplices o funcionales a intereses opuestos a los de las naciones. Se trata simplemente de crear un sistema político democrático en el verdadero sentido de la palabra, sostenible, con bienestar general e igualdad de oportunidades para todas y todas, con la posibilidad de elegir a quien, dentro de ese modelo nacional, popular, de inclusión mejor pueda llevar las riendas del poder o de lo contrario, simplificar todo a la elección de un sistema de gobierno, ejerciendo un 12
arquetipo de libertad sólo útil en la práctica para morir de hambre, con derechos apenas existentes en la teoría, pero donde la libertad, la legítima dignificación del ser humano brille por su ausencia.
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II RESPUESTAS EL GORILA QUE TODOS LOS ARGENTINOS LLEVAN DENTRO
El enfrentamiento oficialismo - oposición, resulta innegable. Puede palparse donde sea. Es el producto, la consecuencia lógica de un país, que va dejando atrás décadas de dependencia y se abre paso a la autonomía, la verdadera independencia, enmarcada dentro del verdadero concepto de soberanía política, a través de importantísimas transformaciones en todos los aspectos. Los cambios, conducen al inminente conflicto. De la reforma todavía parcial de las estructuras, deviene el falso, el destructivo análisis de la "división social", orquestada por la impotencia del andamiaje opositor, que ve en el descrédito al gobierno la alternativa para recuperar antiguos privilegios. Carente de plataforma, doctrina, apuesta a la artimaña de sembrar malestar, condicionar el terreno de la queja “potable”. Siente temor, estalla furiosa, indignada. Tiembla al ver circular tanto dinero, antes destinado a sus bolsillos descarados, invertirse en crecimiento con inclusión social, a la salud, a la educación, al empleo. No puede ganar elecciones a falta de méritos, porque lo prometido en demagógicas campañas, lo hizo efectivo el gobierno al cual combate. Le faltan figuras de relieve, a la altura de gobernar. El pueblo los reconoce, los identifica como los adalides del despojo, de la concentración de la riqueza, de la desigualdad, de la fiesta, del disfrute de pocos, abonado por el sacrificio, las privaciones, la miseria, el hambre, la muerte de muchos… Cuesta más “poner de pie” a un cuerpo en estado de coma, que inducírselo. Una nación puede ser destruida con media docena de decretos, pero demandar años en recuperarla. Las falencias, los errores –de los que apenas están exentos quienes nunca hicieron nada- conviven junto a las debilidades funcionales; la corrupción, siempre existente en diversos grados y esferas; las burocracias sindicales, hábilmente utilizadas para obtener “créditos” electorales para dar continuidad al proceso político actual. El puntapié inicial esta dado. La transición avanza a marcha forzada. Ahora, resta dar los pasos para promover el verdadero bienestar general, neutralizando a los enemigos del bien común desde la raíz, de los nódulos donde poseen su habitual margen de maniobra: Infraestructura, estructura y superestructura. Crímenes impunes –Mariano Ferreyra, Maximiliano Kosteki, Claudio “Pocho” Lepratti, Darío Santillán, Caros Fuentealba- la desaparición de Julio López, auténticas “deudas pendientes”, aguardan ser esclarecidas para escarmiento de los culpables. Los tiempos de la justicia, del deber de cumplirla, de la sed de ella y de llevarla a cabo de inmediato, el de los asesinatos que siguen transcurriendo, por desgracia, son incompatibles con los de la política. Es el “precio transitorio” a pagar, hasta que llegada la hora, el momento oportuno, acompañando la superación de las 14
defecciones, caiga sobre los responsables el pesado brazo de la ley y paguen en la cárcel, de donde no deben salir nunca. Sumar a las fuerzas de izquierda, como garante de profundización del modelo El país está unido. Trabaja, se desarrolla, crece económicamente, quizás no siguiendo al pie de la letra o el sentido estricto del marxismo clásico, ortodoxo, el cual exige cambios legítimos, justificables, comprensibles e inmediatos. La idiosincrasia argentina, prefiere la moderación, la “maldita convivencia” con una burguesía nacional, no siempre sumisa a la demanda de cambios. Apoya en su mayoría el actual modelo, aunque como sucedió con el primer peronismo, “deja las puertas abiertas” para oír y dejarse entusiasmar. De allí, la creencia de vencer en la batalla ideológica con gestión, ahínco, inteligencia, derrotando de una vez a los artífices del dominio por la colonización mental, los promotores de las falsas conciencias. Si algunos están persuadidos de la imperiosidad de una mayor profundización hacia la izquierda, jamás la lograrán sin convencer, ni empiezan por superar diferencias de método y forma, hallando puntos de coincidencia. Tal acuerdo, sería la antesala de la unidad en un futuro frente común, hacia el perfeccionamiento paulatino del proceso de liberación. Del fruto de ese esfuerzo mancomunado, la izquierda ganaría en pragmatismo, de cara a la acción concreta; dejaría de lado las vacilaciones, sin por ello perder la identidad, contribuyendo con el aporte de la reserva moral que la distingue, a desechar la ambivalencia ante el rumbo delineado. Los integrantes del gobierno, de esa tendencia, aunque más moderada, depurarían dirigentes oportunistas, advenedizos, aprovechados, devolviendo a la derecha al lugar que pertenece: Los pequeños partidos antinacionales. Priorizaría, también, la liquidación de los esquemas estructurales de dependencia, en lugar de limitarse a convivir con los responsables de la ruina, prestos a la conspiración, al permanente acecho del poder popular. El tercer paso, sería que ese gran movimiento, de profundo contenido humanista, transformador, se encargue de estimular mediante la palabra y a través de acciones concretas, la convicción de ir más allá de lo alcanzado. Los protagonistas de las revoluciones, en el sentido de cambios positivos, no son “una secta de iluminados”, creyéndose los dueños de la verdad, ni los hombres o los líderes, sino los pueblos, conscientes de su destino. El resumen de una exitosa gestión de gobierno El kirchnerismo, al interior del Movimiento Nacional Justicialista, a la vez de adquirir un peso mayúsculo en la escena política local, potencia la Argentina desde sus fortalezas inmediatas, ingeniándolas para crear nuevas. Lo demuestra el crecimiento del PBI en los últimos diez años, a razón de una política económica que por más defectos habidos o por haber, llevó bienestar, en especial, a los estratos más humildes, cumpliendo con los compromisos de solvencia. Desarrollo la industria, reactivó el aparato productivo, recuperó el salario y el empleo; implementó la jubilación para amas de casa; estatizó en parte Yacimientos Petrolíferos Fiscales, 15
para que la intervención del estado haga proclives negocios provechosos para el país. Estatizó las Asociaciones de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), a fin de que el trabajo de toda la vida, no siga siendo usufructo del enriquecimiento de particulares mediante la especulación, so riesgo de pérdida o robo; restituyó la asignación universal por hijo, como garantía económica de manutención de los niños argentinos. Progresos en educación, investigación científica, salud, vivienda, medidas proclives al autoabastecimiento, por ejemplo, significan responder con gestión, tender puentes, dar un abrazo de amor al pueblo mediante ayudas sociales, para cubrir los requerimientos de la inmediatez; no por clientelismo, según algunos, mientras los puestos de trabajo se abren y el empleo es una realidad contundente. A los elogios de economistas experimentados, cabe añadir la paradigmática figura adquirida por la Argentina en materia derechos humanos, transmisión del conocimiento de la historia, al desnudar la verdadera, la silenciada, al enfatizar el pasado reciente, para evitar la repetición de episodios infortunados, escritos con la sangre de compatriotas, sin resentimientos, por el contrario a lo que alertan ciertas “voces especializadas” en “reabrir heridas”. El humilde espacio disponible, no es suficiente para enunciar o describir la inmensa labor de las administraciones netamente progresistas de Néstor y de Cristina Kirchner. Con la ventaja de presidir un poder desde donde implementar medidas, otorgado por la voluntad popular, nada hubiera sido posible de obtener, sin la base de la persuasión como sistema, de lo cualitativo, con el pensamiento, el “termómetro” inmerso en la realidad, el contexto, el “tiempo” de los argentinos y así forjar, asegurar el porvenir de los años venideros, de las próximas generaciones. Porque la argamasa para alcanzar los logros, las metas, garantizando el espíritu democrático, es el convencimiento de la gran mayoría de la ciudadanía, desde la razón al corazón, a partir de lo único innegable: La evidencia de lo cierto, frente a la falacia que encierra la mentira, el engaño, el arte de manipular y el error, instrumentado por quienes se beneficiarían de forma ostensible con “un glorioso retorno al pasado”. Una oposición apátrida, sin propuestas Frente a los intentos de descrédito –disfrazados con sevicia de “exigencia de libertades o derechos coartados”, a falta de desconocimiento e ignorancia- existe un país unido. Lo demuestra el pueblo, sabedor de lo que quiere, de dónde se dirige. La Argentina de la “Segunda Década Infame”, carcomida por el desempleo, la exclusión social, la desesperanza, entre otras “calamidades del libre mercado”, esa obra dantesca de los mismos que hoy, con absoluto desparpajo, salen de sus madrigueras donde los echó el pueblo a gritos y huevazos, a pregonar “cómo se debe gobernar el país”, agoniza. Pero estará distante su hora de morir, si antes no se profundiza el exitoso camino iniciado, noqueando a los actores políticos, sociales, económico, conspirando para recrearla. Inevitablemente, llegar a tal propósito, demandará de manera inexorable una severa reestructuración de los medios de 16
producción y cambio, como se viene gestando en la Suramérica del Siglo Veintiuno, con la idiosincrasia local por astrolabio natural de orientación. Los alcances físicos de ésta humilde crónica, son desbordados por la amplia gama de variantes o variables existentes, para “darle apariencia sólida” a la calidad de la “oposición formal al modelo”, al del “contradictor”, unificando los distintos criterios de una masa de “inconformes”, muy “distinta” a la de Estados Unidos o Europa. El contenido, el carácter, el sustento ideológico, el plan alternativo al nacional y popular, es mero espejismo, una cáscara vacía, cuya plataforma superficial “presentable”, para llamarla de algún modo, es retraer a fojas cero lo reconstruido hasta ahora. El arco opositor, ante su asombrosa carencia de propuestas –salvo la de abalanzarse sobre el superávit de las cajas del Estado Nacional, lo cual, desde luego, no hará público- pretende acentuar, centrarse en la crítica como si ella, de por sí, fuera un recurso cuasi dogmático. Parte de sus principales “exposiciones”, con la finalidad de “reencauzar a la Argentina en la “senda del neoliberalismo”, de “dar garantía indefinida al vaciamiento”, de “devolverle a los privados lo obtenido en desmedró de lo público”; en fin, de “llenarse los bolsillos”, son las siguientes. Desde luego, cada una tiene una respuesta objetiva, por breves e incompletas que parezcan: Autoritarismo El Gobierno Nacional, a la cabeza de la Sra. Presidente de la Nación, Dra. Cristina Fernández de Kirchner, reelecta para un segundo período, cuenta con todas las atribuciones constitucionales de un sistema representativo - republicano - federal, habiendo sido elegido por una abrumadora mayoría, en comicios limpios, transparentes. Es improbable pensar siquiera en una elección fraudulenta, ni “comprada”, a causa de que en la Argentina el voto es libre, secreto y obligatorio, no existiendo la obtener la suma capaz de “re direccionar” la intención de voto, mucho menos por la suma de los obtenidos por Kirchner. La administración, durante ambos períodos, jamás incumplió norma o artículo constitucional alguno, ni pagó para sancionar normas, como en efecto ocurrió en las presidencias de Carlos Saúl Menem (1.989 – 1.999) y Fernando de la Rúa (1.999 – 2.002), etapas en que las administraciones destinaron dineros de las arcas nacionales, para sancionar leyes como las de flexibilización laboral, escándalo por las coimas (sobornos) mediante, por citar casos puntuales. Lejos de “dejarse tentar por métodos espurios”, “toleró en silencio” cuando pese al clamor popular, el vicepresidente “radical K” de entonces, Julio Cobos, “traicionó al gobierno”, al votar contra de la Ley de Retenciones, proyecto que éste impulsaba, frente al abuso de sectores con fuertes intereses ligados al campo y al sector rural – agropecuario.
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De esa manera, las acusaciones de autoritarismo no poseen otro fundamento, que la falta de docilidad del gobierno, a partir de la figura presidencial, ante los reclamos de quienes sostienen la creencia de ser los dueños del país y se manifiestan en contra, porque sienten como nunca el sabotaje a sus centenarios intereses. La oposición, con el sustento de malintencionados, desmemoriados, ignorantes o acudiendo a los multimedios, los manipuladores sociales, pasando por un espectro de figuras deplorables y hasta las más patológicas de la sociedad, es la autora de este falso señalamiento. La politización de la sociedad no es autoritaria. Es sana, porque crea conciencia colectiva, descarta el individualismo egoísta, amplía el sentido de la participación en democracia e impide el desarrollo de rasgos autoritarios de una sociedad. En cambio, los malos ejemplos públicos, los sofismas de distracción, son, fueron y serán mecanismos fascitoides para desviar la atención, hecho harto consumado por los que hoy parecen erguirse frente a su presunción. Intolerancia frente al disenso político – ideológico. La opinión de la mayoría y de las minorías, por más absurdas, manipuladas que parezcan, están garantizadas. El gobierno no persigue ciudadanos por pensar distinto, ni los estigmatiza. En todo caso, con argumentos válidos, denuncia primero y aplica el peso de la ley después, cuando detrás de aparentes solicitudes de “derecho a la expresión”, “a las libertades individuales”, se detecta una consabida maniobra de saqueo. Aunque el ideal democrático, llevado a la retórica, puede amparar e incluso justificar tales hechos, no lo hace en el terreno de lo práctico. La obligación de todo gobierno que se auto caratule como “auténticamente popular”, “defensor del patrimonio del conjunto”, de las “libertades y garantías individuales”, a través de su significancia, así lo ameritan. Disentir es válido, aunque no siempre hay honestidad en esa clase de alegatos. Una cosa, es el ciudadano común, convencido de manera filosófica; el pueril, el equivocado, la víctima del engaño, acerca de algo indeterminado. Distinto, cuando estar en contra proviene de la angurria de algunos sectores ultra minoritarios, de hacerse de mayores e injustos privilegios, de autonomía para delinquir, concierto para la dependencia del extranjero, abuso y desigualdad social; etc. Por esa razón, la clase politiquera, verdadera depredadora de las riquezas nacionales, detesta tanto los controles, las regulaciones. Adora el “dejar hacer, dejar pasar”, para que “ni se haga nada” y en cambio, “ocurra de todo”. No se los puede llamar delincuentes comunes, teniendo en cuenta que a la Argentina, la han perjudicado desde militares a doctores, pasando por una bailarina fracasada, si a detalles se hace referencia. A sus móviles se los puede describir como sofisticados, audaces, peligrosos; a falta de ideas, de una grandilocuencia capaz, a veces, de convencer al millonario y al muerto de hambre, eterno prisionero de esas “nobles formas democráticas del abuso”, de ir del brazo. Se disfrazan de los garantes de la libertad: de culto, de asociación, de competencia, de cambio, de precios, entre tantas, pero decretando la de una sola, acaban para siempre, en la práctica, con la 18
totalidad de las demás: La libertad económica, la cual al concentrarse el capital en pocas manos, nunca podrá ser democrático, obrando a favor del interés de quienes lo ostentan, contra los de la mayoría que fue despojada. El deber del gobierno, entendible, justo, es acabar con las tramas de éstos “bribones de la media noche” camufladas de disenso, perjudiciales para el país, sin temblarle la mano, manteniendo el equilibrio entre lo individual y lo colectivo. Reelección Con una increíble sucesión de “ataques epilépticos de constitucionalismo”, la oposición habla de un intento de perpetuación del gobierno en el poder. Emplea vocablos como “caudillismo”, cuando son los procesos económicos los que demandan el surgimiento de líderes, conductores. Están desconociendo –los delata su propia misoginia hacia el pueblo- que al encontrarse un determinado proceso avalado por la voluntad popular, sea cual fuere, debe ser respetado. Un conocido estadista, dijo en alguna oportunidad: “El pueblo tiene derecho a tomar la soga y aún, a elegir el árbol en el cual desee ahorcarse”. Especialistas en la materia, llegan a calificar que “el poder corroe”, “agota”, “desgasta”. Ejemplos y motivos, avalan el resultado dispar de esas apreciaciones razonables, que pueden sustentarse con la observación de la historia, pese a su relatividad. Sin embargo, en una democracia concreta, formal, son los pueblos los amos y señores del destino al cual pretenden dirigirse para bien o mal, aunque muy difícilmente se equivoquen, más, cuando tuvieron que atravesar penosas experiencias. De igual forma, los conductores, los líderes, deben procurar vencer al tiempo desde la construcción de organizaciones que los sobrevivan, para consolidar los procesos. El fundamento termina de caer en picada, cuando se descubre a famosos “anti reeleccionistas”, apoyando la segunda y la planificada tercera, pero fracasada rereelección del presidente Carlos Saúl Menem. En ese caso, desde luego, las argumentaciones se dejaban de lado: El mayor concesionario de los Estados Unidos “en democracia”, fue el propio Menem. La “trampa”, la “mula”, el “chafe”, brilla a simple vista. Para concluir con la devastación de ésta ridícula hipótesis, en alusión a los “hermanos del Norte”, un poderoso enemigo de la Argentina durante los años treinta, cuarenta del pasado siglo, Franklin Delano Roosevelt… ¡Fue electo presidente tres veces y lo hubiera sido una cuarta, de no morir súbitamente! Si para la oposición tiene tan claro el “deber de imitar” a los Estados Unidos, “el de servirlos con tamaña diligencia”; ¿por qué se oponen cuando la Argentina torna paralelas algunas de sus políticas? ¿Causa o consecuencia? ¿Ideología, oposición o conveniencia? Desempleo
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Los gobiernos de Néstor Carlos y de Cristina Kirchner, fueron los máximos responsables de la reactivación del aparato productivo, de recuperar muchos de los puestos de trabajos “desaparecidos” en los años noventa y de la creación de fuentes de empleo. El diario “Clarín”, cuando no veía amenazada su hegemonía mediática, habló del impulso de la presidencia de Néstor Kirchner para reactivar el cordón industrial en la periferia de la ciudad de Buenos Aires y en el interior. Líneas ferroviarias, ramales enteros que al ver interrumpido su tráfico, volvieron fantasmas a los pueblos en su camino, fueron reactivados, hicieron parte de ese emprendimiento nacional, encargado de facilitar por esa vía la circulación de bienes. La firme posición del gobierno de entonces ante los países y organismos acreedores, posibilitó dar alivio y respiro a los deudores hipotecarios. Desensambló el corralito, el corralón, devolvió el dinero a los ahorristas, evitó que por pedido del Fondo Monetario Internacional (FMI), no perdieran su vivienda miles de familias endeudadas. A propósito de la mencionada posición, surgió el mito de una de las tantas frases del presidente: “Si persisten con el ajuste, no va a haber deudor capaz de poder pagar deudas, ni ustedes la podrán cobrar”. Para dar muestras de cuanto vendría más tarde, sin titubeos, expropió a la empresa privada, de origen francés, encargada del suministro de agua, por negligencia, irresponsabilidad e incumplimiento de condiciones de contrato. Ello, sin contar con la definitiva ruptura de relaciones carnales con Estados Unidos. La oposición, no conforme con su estruendoso fracaso, haber causado tantos males al país, el creciente desprestigio y en vistas del repudio a sus personalidades más destacadas, aún en plena vía pública, comenzó desde el “vamos” a conspirar para el retorno. Los primeros síntomas de tensión, se vieron cuando, dado el aumento del consumo interno, logrado gracias a una hábil política de exportaciones, buscaron inducir un aumento en los precios y el gobierno se los impidió. Era el germen del odio, de la bronca, de la indignación al recorte de privilegios. En las postrimerías de su mandado, el presidente dijo que a él, “le había tocado apagar el incendio” y que a Cristina Kirchner, su esposa, senadora y candidata, profundizar el modelo nacional y popular emprendido y un panorama “más aliviado”. Agregó además: “No es bueno aspirar a una reelección. Son otros tiempos”. Quizás en las segunda y tercera apreciación, estuvo en lo cierto, pero en la primera, es probable que no. Su fallecimiento, la crisis económica mundial y la profundización de los cambios iniciados, le jugaron en contra a sus dichos, pero él no tenía manera de saberlo”. Cristina Fernández de Kirchner, ganadora de los comicios presidenciales, cumplió a rajatabla la tarea asignada. La desaparición física de Néstor, quien iba a ser electo por amplia mayoría, la obligó a un postularse a un segundo mandato que obtuvo, logrando eclipsar a los adversarios y determinando la “muerte política” de algunos referentes de la escena local, como Eduardo Duhalde, “Lilita” Carrió o la dinastía de los Rodríguez Saa. El país prosiguió su crecimiento ininterrumpido. La crisis económica mundial, aunque disminuyó el ritmo, no evito saldar cuentas con el FMI, cumplir compromisos financieros pero menos, desde luego, proseguir un camino 20
imposible de detener, sin obviar la presidente que “falta mucho todavía por hacer en la Argentina”. La mandataria, además de pasar a la historia como la primera mujer en ocupar democráticamente la presidencia de la República, lo hará gracias a la re implementación de las asignaciones universales por hijo, la nueva Ley de Radiodifusión, la re estatización de las jubilaciones privadas, la jubilación a las amas de casa, la mejora de las condiciones de la educación pública, etc. Y del empleo, que sus destructores por antonomasia durante casi treinta años, reclaman hoy como faltante. Inseguridad Queda demostrado que a toda crisis económica, deviene otra, de índole ético moral, producto del desenfado que promueve el capitalismo salvaje en su afán de consumo, poniendo a “todos contra todos”, en una carrera individualista, competitiva, individualista. Es decir, el “culto a la eficiencia”; imponer el ser material, de su “modelo”, sobre la esencia del humano: La realización del bien, la honradez, la solidaridad, el espíritu colectivo, independiente de las religiones, credos, caracteres agnósticos o ateos. El afloramiento de patologías, abominaciones, la degeneración, lo intolerable, inconcebible e insano, aparecen como “alternativas viables”, frente a la escasez de posibilidades de progreso. Esto, con el agravante de que a las consecuencia de este desgarramiento, sectores liberales, de izquierda, los bautizan con el mote de “libertades legítimas”, haciéndoles flaco favor a su propia causa. Sin embargo, se observan sociedades con un alto grado de desarrollo, asoladas por desórdenes derivados de su evolución, sufrir el aumento del flagelo de la inseguridad. La crisis ético – moral de la sociedad, la ausencia de valores, no es suficiente para darle explicación ni a los lugares donde surge, si son ricos o pobres. Alcanza mirar los “paraísos emulables” de la oposición, como América del Norte, Europa, para comprobarlo. La inseguridad está vinculada a defectos en la educación, la formación, la justicia social, la inclusión. Del éxito en esas áreas específicas, será posible alcanzar logros, allí donde la “solución mágica” del “gatillo fácil”, del “revólver matón”, se topó con infructuosas salvedades. Tras años de dilema libertad – libertinaje, la dictadura, con su estruendoso exterminio y aniquilación, ni los gobiernos democráticos “condicionados”, fueron capaces de superar este mal. Pero al igual que con otros factores, se los azuza con interés político y curiosamente, también por los responsables de abrirle las puertas, fomentar el desorden mediante el caos o el descalabro. En “democracia”, De mayor a menor, el delito fue poniéndose como “móvil de éxito rotundo”, dejando en libertad a los genocidas a través del indulto, al amparo de cobijar las actuaciones de ineptos, oscuros o personajes poco creíbles de la talla de como Enrique “Coti” Nosiglia, Facundo Suárez Lastra, Ricardo Mazzorín. En la “era Menem”, llegarían el “clan” Alsogaray, Roberto José Dromi, José Luís Manzano, Carlos Grosso, Eduardo Duhalde, Carlos Corach, Mauricio Macri. El fenómeno De la Rúa, traería aparejado consigo el retorno de alfonsinistas y viejos “conocidos” 21
como Carlos “Chacho” Álvarez, Juan Vital Sorrouille, José Luís Machinea, Juan Manuel Cassella, Alberto Flamarique, Graciela Fernández Meijide e Hilda “Chiche” Duhalde. Basta el puñado de nombres de una extensísima lista, para intentar explayar lo que se pretende. Quedan fuera los nombres de empresarios, sindicalistas, allegados, hombres del espectáculo, del deporte, tras bambalinas, haciendo de la impunidad un símbolo. Si los referentes cometen ilícitos y “salen triunfadores”; ¿cómo no esperar que los demás, por acto reflejo vertical, de arriba hacia abajo, roben en la medida de lo posible? La democracia, la libertad, para ser efectivas, demandan de una responsabilidad, de orden. Porque si “los que mandan” no son los primeros en dar el ejemplo, el contrato social se quiebra, al punto de volverse un contrato usurero. Los asaltos a cualquier hora del día, a mano armada, las víctimas, los robos, los delincuentes, existen. Son legítimos, aunque en índices muy inferiores al de otras ciudades del mundo, como lo omiten los multimedios al servicio de los opositores. Mientras en Bogotá (Colombia), mueren sesenta personas diarias, en Caracas (Venezuela) alrededor de cuarenta, en Buenos Aires, por citarla de ejemplo “visible”, lo hacen entre siete y diez. Desde luego, cuando el “mal de muchos se vuelve el consuelo de los tontos”, es señal inequívoca de que “algo no funciona bien”. La inseguridad vigente, de no ser consecuencia de la proliferación de una evolución desordenada, lo es de la falta de educación en la sociedad desde la formación, producto de la carencia de oportunidades y del ruinoso legado neoliberal que impacto en el tejido social de manera determinante, rotunda. En menor medida, de una policía con resabios de derecha, que con fines desestabilizadores, ante las condenas a represores en sus filas, “contribuye” a liberar delincuentes, repartiéndose el botín con las altas cúpulas, ni bien estos retornaban a las celdas. Ya durante el gobierno de Néstor Kirchner, se asestaron violentos golpes a delitos como la “piratería del asfalto” y a los “desarmaderos” de vehículos, sucio negocio al cual del cual en su momento, salió muy mal librada la policía. En lugar de dar “canilla libre” a la argucia de quienes para volver al gobierno, estimulan el odio, la intolerancia, la “mano dura” contra vastos sectores de la población que dejaron desguarnecidos, en pos de reducir gastos y obtener mayor peculio, son precisas algunas aclaraciones. El robo agravado, calificado, el crimen, es injustificable y el deber es encarcelar al delincuente que los cometa sin vacilar. Ningún niño nace malvado, ni ladrón. La herramienta es la erradicación de la desigualdad, de la cultura de que “para sobrevivir, es necesario perjudicar a un tercero”, de los medios, destructores de lo cultural, constructivo, educativo, para darle espacio al exhibicionismo, el mal ejemplo, la trivialidad, el embrutecimiento. Todo acto violento, no puede deparar algo distinto a otro peor. Los argentinos conocen de sobra el abuso de autoridad, de cuando los militares y la policía actuaban con renovada impunidad, violando elementales derechos humanos también en democracia. La policía, el pueblo trabajador, odiaría al delincuente; este, frente a la furia generalizada, rodeado, tan prisionero del entorno como las víctimas, 22
recobraría impulso para contraatacar, sin sentir remordimientos al disparar, esgrimir la puñalada trapera. He aquí la resultante de la política del “garrote a diestra y siniestra”, en lugar de la de generar oportunidades sociales para no tener ni el pretexto de usarlo. En los estados norteamericanos de la Florida, Texas, donde esta instituida la pena capital, la misma sirve como elemento inhumano de represión. Pero en el campo de la persuasión y disuasión, fracaso. La violencia sexual, la prostitución, el robo, el asesinato, continúan, sin descender los porcentajes; sus victimarios, no le guardan ningún resquemor. Si a algún “prócer opositor” se le ocurriera implementarla, en la Argentina no hay la suficiente legalidad para imponerla, al margen de su inutilidad y consabido sadismo. Como parte de sus obligaciones y tareas para mitigar el daño social, los focos potenciales donde germina la delincuencia, el gobierno Kirchner lleva a cabo una política adecuada de recuperación de los privados de la libertad, mediante programas de rehabilitación. Por otra parte, se pretende otorgar el voto obligatorio a los dieciséis años, con el objeto de darle plenas libertades, del mismo modo que busca subir la edad de aplicación de las condenas. El rumbo emprendido es promisorio. El pesimismo, forma parte de la cadena del desánimo y su contagio, a cargo de los aprovechados que “anhelan el pastel” sin compartirlo. Falta de libertades económicas e inflación No existe libertad alguna, cuando se sustenta en detrimento de la del otro. Tampoco de la anulación de la opinión disidente, la cual al ser genuina, enriquece y aporta al esfuerzo de la democracia, ni del autoritarismo tan reconocido por los argentinos. Un gobierno coherente, tiene que procurar soluciones para el colectivo; no apenas la de unos pocos “afortunados” o “allegados al poder”. Es imposible complacer a todos, así dejando por fuera a un cinco por ciento que dista de sufrir carencias sociales, frente a la inmensa demanda del noventa y cinco restante. Como se enunció con anterioridad, hay sectores interesados en el sabotaje, el derrumbe, el boicot del modelo de desarrollo nacional y popular, porque los dejó sin prebendas. El gobierno, en lugar de ceder a los poderes de las “maquinarias de impedir”, defendió al pueblo tomando medidas acertadas cuando lo creyó necesario, como el riguroso control fiscal y políticas antiinflacionarias. En lugar de coartar la libertad económica, defiende los derechos de todos a la misma, sin contar los intereses del país. Las molestias ocasionadas ante medidas como la justificación legal de dineros llevados al exterior, que sin dudas todavía afecta a ciudadanos particulares, al igual que las mecanismos tendientes al control inflacionario, ha sido bien aprovechada por la oposición, la verdadera causante en sus pretensiones de desestabilizar. En cuanto a las primeras, a pesar de tratar de “pretender tapar el sol con el dedo índice”, el arco opositor expolió con éxito parcial, la inquietud de algunos sectores, 23
desde los vinculados a las grandes empresas, el uso de la tierra, las clases altas – que venían traficando sus capitales con holgura- hasta los estratos medios, grandes beneficiados por el gobierno, que les recuperó el salario y “devolvió” el futuro, evidenciando su desacuerdo a raíz del “malestar particular” por las medidas antiespeculativas. Años de individualismo neoliberal, de la falsa convicción del “sálvese quien pueda”, tienen que ver con esa actitud enajenada, la cual “pone el grito en el cielo”, pero en su ceguera colectiva, es incapaz de atreverse a “pegarle” a la causal de sus males. Los segundos, se deben y son ocasionados por los mismos “enemigos sociales”. El gobierno nacional enfrenta alrededor de ochenta empresas extranjeras que aumentan los precios, en desproporción a la continua suba de los salarios. Debe soportar permanentes intentos de desabastecimiento, a fin de encarecer el valor de los productos, el derroche de alimentos, como el perpetrado por conocidas firmas lácteas, capaces de desechar materias primas con idéntico objetivo, sin contar infinidad de delitos económicos. La oposición ubica al acusado en la silla del acusador. Tergiversa los papeles. Promueve, acrecienta, provoca, incita contra el gobierno e intenta abrogarse su representación, cuando son sus aliados, contactos, resortes, los que forman parte de una conspiración silenciosa, buscando golpear al pueblo para sacrificar su gobierno. De allí, el advenimiento de los “cacerolazos” en distintos puntos de la Argentina. No asombra, en un “singular espectro multifacético”, la convergencia de medianos, pequeños empresarios –los grandes y la mayoría de los promotores políticos, tuvieron no se dejaron ver, salvo pocos, para “reconciliarse” con quienes les gritaban “¡Que se vayan todos!”- haciendo “bulto”. Miembros de los patriciados locales, personas de solvencia desahogada, fueron “parte del convite al trasnochado divague”, donde pudieron verse, para asombro de algún opositor de religión judía, el tránsito de una pequeña columna, portando un pendón nazi. El resto, en vertiginosa línea descendente del escalafón social, engrosaron filas cual prescindibles peones del ajedrez opositor, en la ignorancia de permanecer a la espera de volver a ser traicionados como en el pasado. Salvo quienes se encuentran “detrás” de los “cacerolazos”, los disconformes harían mejor en ir a desatar su “musical ira” sobre los promotores del desorden, en vez de atacar a un gobierno, que contra la opinión de agudos observadores, no alzó la mano para expropiarles un centímetro cuadrado a sus adversarios antinacionales. Pero quizás en algún momento, debería ponerse a considerarlo si quiere conservar la cabeza y por consiguiente, profundizar el modelo, despojando de las herramientas de poder y presión de los arquitectos de la destrucción, del engaño. Queda recorrer un largo sendero, como lo advirtió Kirchner. Con la fuerza del liderazgo, el carisma de persuadir acerca de la conveniencia de llevar más adelante las transformaciones iniciadas, será posible llegar a poner coto a los inconvenientes derivados de la controversial política mega minería, por ejemplo. Aunque como diría un famoso ex futbolista: “Paso a paso”… El pueblo advierte lo hechos e identifica a los responsables 24
Como se explicó antes, aunque las intenciones dañinas retornen disfrazadas de ideologías y preceptos democráticos, las conclusiones son posibles al comprender una sabia regla de oro de la política, la cual indica que la plataforma, es circunstancia, mientras la doctrina, es la sustancia haciendo al alma de un futuro gobierno. Si el más furibundo anti kirchneristas puede hallar una respuesta contradictoria a dichas afirmaciones, en la oposición, sería recomendable que juegue a la lotería de Navidad, porque seguro se quedaría con el primer premio del pozo. La Argentina atraviesa una situación crucial. No es la elección de un cuadro de fútbol, ni la de la reina de la primavera. Por lo tanto, no hay lugar para las actitudes ambiguas: Es la opción de apoyar un proceso político, así sea con afán de profundizarlo, lograr su paulatino perfeccionamiento o bien, trabajar para reinstaurar la decadencia dependiente, la insolidaridad, el egoísmo, la venta del patrimonio nacional a máxima escala. Es elegir el mañana promisorio o tomar el túnel del tiempo a la época del autoritarismo policial militarista, donde se atropellaba a las personas, se las hacía desaparecer, el dinero entraba y salía a plazo fijo, al grito de “¡gol!”, a del clamor de villas miserias, emparedadas para no ser vistas, la persecución, la muerte. A la de las “democracias de cartón”, donde parecía bastar que haya elecciones para comer, curar y educarse, se hablaba de derechos humanos, pero no se investigaba el origen de la deuda externa, ni de los “ñoquis” del Congreso. Retornar a cuando la “democracia”, significaba estar desposeído de lo elemental, seguir a un presidente que no defraudaría a nadie, garantizando pan en todas las mesas, mientras en lo económico implementaba las políticas de la dictadura, dictadas en Washington. A un gobierno, donde las patillas se cambiaron por las corbatas de un concesionario, donde un dólar valía un peso y uno por uno, iba quedando en la calle, sin trabajo, ni hogar, viendo como los poderosos amasaban fortunas con el desfalco de lo público. Un país, donde los escándalos de corrupción era la moneda de cada día, mataban periodistas, conscriptos, dirigentes obreros que no claudicaban, se asesinaban jóvenes por mucho menos de lo que el “autoritarismo kirchnerista” tolera en nombre del derecho. La “republiqueta bananera” prosiguió el curso. Las privatizaciones se trocaron en falsas promesas de centro izquierda, pero no de negociados, como el que flexibilizó el trabajo, incentivando la sanción con tarjetas de crédito o débito. Un nuevo mandatario, calvo, anunciaba por televisión que sería un maestro en cada escuela, un médico en cada hospital, un policía en cada esquina, pero terminó siendo la fuerza de choque del escuadrón antimotines, cargándose la vida de diecinueve argentinos hambreado para huir luego en helicóptero. Le sucedieron seis presidentes sin pena ni gloria. Otro pelado, con aire de galán, declaró la cesación de pagos y tuvo que delegarle el lugar a un narco bañero, coprotagonista de la “aclamada estabilidad”, el cual decidió llegada la hora de devaluar, licuando el setenta por ciento de los salarios. De entre los escombros, fue cobrando imagen un hombre al que la mayoría aún veía como más de lo mismo. Alguien que a pesar de la ligera desviación en la 25
mirada, veía, entendía la necesidad de guardar silencio, aprovechar la disputa personal, política, entre dos protagonistas antagónicos de una vieja fórmula presidencial, para aguardar el momento. Apadrinado por “el ayer”, sin el cual no hubiera podido posicionarse para cambiar de verdad a la Argentina, alcanzó la segunda vuelta de las elecciones. Y sin esperarlo, la “otra parte del pasado que se dispuso a enfrentar”, arrojó la toalla por temor al descrédito de ser vencido por un “pingüino”. Cuando asumió el poder, desalineado, jugaba con el bastón presidencial y el inmenso corazón que tenía, le dictaba las palabras. A su lado, una mujer hermosísima, maravillosa, lo felicitaba. Lo demás, es la conocida historia de los mejores presidentes de la historia Argentina, junto al maestro de ambos, Juan Domingo Perón: Néstor Carlos y Cristina Kirchner.
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III ¿LOS ARGENTINOS SON HIJOS DEL RIGOR?
Los resultados de las elecciones en la Argentina, en las cuales se descartaba de antemano el triunfo arrollador del candidato oficialista, Daniel Scioli, sorprendió y llenó de consternación los corazones de quienes esperaban que el retorno al neoliberalismo era una posibilidad remota. Tanto, como lo fue el advenimiento del modelo nacional y popular, con Néstor o Cristina Kirchner después, incorporando las figuras mayúsculas de la integración, de los derechos humanos, como eje del crecimiento, en lugar de las clásicas políticas de mercado. Si bien el kirchnerismo no perdió los comicios, así como la figura del peronismo sigue habitando indiscutiblemente en el alma de la ciudadanía como el único modelo de desarrollo viable, sostenible, capaz de garantizar el desarrollo autónomo definitivo del país, se prenden las alarmas y como diría una frase textual de esa obra maestra de la cinematografía documental, “La República Perdida”, “el ciclo del eterno retorno” amenaza con volver a confabularse en contra todos los argentinos. De allí la comprensible aflicción de un inmenso número de personas, preguntándose cómo puede resultar posible que después de los durísimos padecimientos económicos, de las múltiples privaciones sociales, de haber sido testigo de una clase dirigente sin representarla, ajena a sus intereses, ni a la altura de las circunstancias aún democracia, tanto dolor parece no haber servido para nada. El principal inconveniente radica en el polémico concepto de esos mismos segmentos enormes de la sociedad, a veces no tan vacíos de incultura política, viendo con mayor indulgencia la evasión impositiva, la manipulación de los aportes al fisco, desde el comerciante al dueño de empresas, pasando por propietarios de la tierra o capitanes de la industria, al dinero destinado a la reconstrucción del tejido social y a la incorporación vastos sectores de la población al engranaje productivo. El veredicto final sobre los alcances reales acercas de las presuntas causas del retorno eventual a la ruina, tendrá lugar el próximo 19 de noviembre. En una de las contiendas electorales más trascendentales de toda la historia, se enfrentarán la memoria del pasado, aliada a la realidad objetiva y efectiva de soberanía política, justicia social e independencia económica. Del otro lado, la cirugía impracticable, letal, sin anestesia, contra el corazón del pueblo argentino, la cual no distinguirá entre “peronchos” ni “gorilas”, a la hora de la desocupación, el hambre, la miseria, la exclusión social, la destrucción de los derechos adquiridos, la evaporación casi automática de años de logros e importantes avances, sin contar el deliberado remate del país sobreviniendo por añadidura. El cómplice de esta posibilidad 27
descabellada, es el cansancio, el desgaste, producto de una situación provocada por sectores de la economía asociados y enrolados tras la oposición, que utiliza los mismos efectos de ese sabotaje en su campaña apátrida contra el gobierno popular. Somero balance Aunque se logró el triunfo más no el objetivo –ganar en primera vuelta por mayoría abrumadora, aguardando en la mente de muchos el “glorioso e hipotético retorno triunfal” de Cristina Kirchner a la presidencia de la República- los resultados constituyen indudablemente una respuesta social. Carente de argumentos sólidos para sustanciar la ponencia valedera de proyectos alternativos, la oposición halló en el factor mediático con sus exageraciones, constantes intrigas y mentiras nunca probadas, direccionar un mensaje hacia la idiosincrasia, el sentimiento de la clase media. La exacerbación constante de las bajas pasiones, pareció en ciertos casos otorgar mayores cuotas de credibilidad a falacias grandes como casas, en lugar de hacerlo con las acciones efectivas realizadas a lo largo de la denominada “década ganada”. Así, esa misma clase media triplicada gracias a la creación de condiciones dignas de desarrollo colectivo e individual, apolítica, dócil, comenzó a opinar, dando la impresión de adquirir buena parte una conciencia errónea de los hechos, al punto de escucharlos tanto durante el día y la noche, como para llegar a creérselos. Desde otra perspectiva, la inflación generada desde los actos económicos del arco opositor, jamás dispuesto a enmarcarse en un modelo de desarrollo autónomo ni consecuente con la incorporación de las mayorías, fue generando un malestar que por sus alcances tendió a saturar de igual forma incluso a los acérrimos acompañantes del actual modelo. Tal resabio del desarrollo que exige límites como los niños maleducados, devenido en la pérdida de valor del dinero, no pudo neutralizarse con el aumento de los salarios, su mejoramiento, no los subsidios. Para colmo, la falsa conciencia pregonada a través del accionar irresponsable de la prensa amarillista, donde se alerta que los descuentos “son para alimentar vagos”, los planes sociales, “un objeto demagógico tendiente a financiar la holgazanería con claros fines electorales” y absurdas creencias donde se hace ver “a un preso ganar más que un jubilado”, contribuyen a caldear aún más los ánimos. Por ende, al margen de comprenderse o no la magnitud de la situación, de identificar a los verdaderos responsables con resultados dispares, existe un cansancio real por la constante reiteración de este hecho lesivo. Por su parte, lo logrado en materia de derechos humanos, la apuesta lenta y esforzada hacia un proceso de reconstrucción social, no fue tampoco suficiente para persuadir la conciencia de quienes ante la inseguridad surgida como consecuencia de la etapa neoliberal, de la violencia inoculada desde los propios medios de comunicación, suponen que es haciendo “tabla rasa” devolviendo palo por palo, equiparándose con el delincuente teniendo como única diferencia el distintivo de la chapa policía, la única solución posible. Lo cierto, además de esa confusión entre 28
el orden y el control, donde el primero implica el conocimiento de las reglas de juego a través de una culturalización ciudadana en todas sus formas, mientras el segundo tiende a resumir la cuestión al tema estricto de la seguridad, es que la violencia tiene cierta autonomía de la situación política o socio – económica del estado. Aunque el aumento de la delincuencia común puede explicarse como la resultante de las drásticas políticas de vaciamiento nacional de los años noventa, la violencia demostró ser independiente del grado de desarrollo de las naciones. Omitiendo cualquier disparador de orden patológico, la prédica indiscriminada de antivalores, son la consecuencia directa del individualismo o el egoísmo fomentado por el tipo de sistema económico que hoy hace serios amagos de pretender reinstalarse. Este a su vez hace su agosto en el embrutecimiento, así como en el deterioro ético y moral de la sociedad, donde encuentra “caldo de cultivo” para la “institucionalización” de un consumismo, a partir generar en las personas la imperiosa necesidad de comprarse o venderse, relegando todo escrúpulo a fin de asegurar su supervivencia. Sólo el pueblo salvará al pueblo De manera independiente a la resistencia de algunos sectores recalcitrantes a la inclusión de las mayorías otrora postergados, a la igualdad, la considerable mejora de la calidad de vida, lo grave es que pese al duro camino transitado, a muchos no les importa la verdad, la mentira, ni conocer siquiera las consecuencias inmediatas tras depositar el voto. No elegirán de seguro un proyecto político por su calidad o sesgo, sino votarán “en contra de”, buscarán hacer su propósito sin importarle el compatriota, comprando dólares sin importarle dar al traste con la especulación; siendo permisivos con la evasión de los “de arriba”, pero inapelables al condenar la concesión de los derechos de las clases sociales más vulnerables. En líneas generales, creerán permanecer a salvo desde lo individual, pero de hacerse realidad sus anhelos, naufragarán colectivamente entre el excremento por tanto veneno acumulado, al momento de recrear la arquitectura de su propia audestrucción. Los grandes avances en materia de conciencia política no son todavía suficientes. Restan muchos años para que el pueblo, a través de una adecuada formación ciudadana, sea consiente tanto de sus conquistas como de cuánto puede perder, por siempre blindado para “evitar caer en la tentación” de resignar el actual estado de bienestar, a causa de un afán de lucro que lejos de obtener esas metas, lo sepultarán en el empobrecimiento irreversible como en el pasado. Por ello, ojalá los verdaderos beneficiados por este proyecto político, la mayoría del pueblo argentino, sean capaces de asumir el reto de defenderlo; de identificar a los conspiradores contra su futuro. Aquellos, que persisten en atentar para dividir, al encontrar en la disociación el poder para volver a robar y que en definitiva, opte por un modelo de crecimiento con inclusión, en lugar del adefesio político conocido por 29
su larga historia y tradición en el saqueo del patrimonio de los argentinos. Nadie será capaz de devolverles a los compatriotas lo que se dejen arrebatar. Un momento de meditación final Por último, a nombre del autor de este modesto artículo, resta dejar a consideración de los apreciados lectores uno de los tantos versos con las semblanzas de Arturo Jauretche: “Les he dicho todo esto pero pienso que pa’ nada, porque a la gente azonzada no la cura los consejos: cuando muere el zonzo viejo queda la zonza preñada” Pero sin pretender ponerse a la altura de las malintencionadas aves de mal agüero, detractores a ultranza del modelo nacional y popular que le devolvió al país la dignidad, como antídoto perfecto para evitar semejante presunción, a modo de epílogo para dejar librado un contundente interrogante, también los de “Martín Fierro”, la clarividente obra del gran José Hernández: “Sólo queda al desgraciao lamentar el bien perdido”. No sean los argentinos los responsables de arrebatarse el pan de cada día de la mesa, el trabajo, el empleo, la salud, la educación. El futuro. Lo demás, el resto, son todas estupideces.
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IV INESPERADO RETORNO A LA VIEJA ESCUELA INTIMIDATORIA DEL AJUSTE
Doce años de gobiernos con talante nacional y popular, significaron una verdadera catástrofe para los sectores políticos o socio económicos afines a intereses antinacionales, que hicieron “su agosto” a expensas de la dependencia argentina de la segunda mitad del siglo XX. Frente a la reaparición del viejo y verdadero peronismo “aggiornado” al tiempo presente, con sus banderas de soberanía política, independencia económica y justicia social, desdibujadas por el menemato (1989 -1999), encontró al nuevo gobierno neoliberal de cara a un país distinto. El resurgimiento de una conciencia social en la clase trabajadora, el reconocimiento de derechos antes postergados, la reactivación del aparato productivo, así como de una economía basada en el consumo interno con proyección hacia el autoabastecimiento, a fin de generar mayor productividad, lo encontró en el mismo dilema de sus antecesores. Los gobiernos kirchneristas, atentos a las necesidades, los inconvenientes y las reivindicaciones sociales, como parte de una clara política de orientación nacional popular, generaron anticuerpos de concientización desde el poder, pero utilizando como herramienta el apoyo oficial a organizaciones de derechos humanos, como Madres o Abuelas de Plaza de Mayo, entre otras de carácter político como La Cámpora, Unidos y Organizados y el Movimiento Evita, por citar algunas. Ante semejante panorama, frente a un país distinto al que desgobernaron hasta caer en la crisis de 2001, además de verse obligados a aceptar ese hecho, supieron de inmediato que si bien las operaciones mediáticas, la instalación de la mentira, les habían servido para llegar al poder por muy poco margen de votos, para implementar el ajuste, el recorte a los derechos fundamentales, debían tomarse el trabajo de desmontar todo lo logrado, cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Desde luego no inventaron nada. La Revolución Libertadora (1955) se encontró en el mismo dilema; la Revolución Argentina (1966) y diez años después el nefasto Proceso de Reorganización Nacional, debieron sepultar en fábricas, universidades, cualquier conato de resistencia para enriquecer a la misma clase política que hoy gobierna con Mauricio Macri, como primero antes fue cómplice civil de la dictadura militar y después del vaciamiento durante los gobiernos de Carlos Menem, en plena democracia.
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De allí que en esa prepotencia de omitir el furioso endeudamiento del Gobierno, de justificar hasta los más insignificantes secuelas de su fraudulenta administración, la cual día a día se lleva más dinero de los argentinos a las cuentas del presidente y sus amigos a paraísos fiscales, se renueva el sometimiento de la población lanzándole al ejército, la gendarmería o a la policía, cuyos excesos inundan las redes sociales. En tanto, al cabo van llevándose detenidos niños inocentes, a sacrificados vendedores ambulantes y chicas por hacer topless, la impunidad de los verdaderos delincuentes, sigue quedando relegada a un segundo plano.
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V EL DIA DESPUES DE MACRI
A pocos días del 22 de noviembre de 2015, concluido el balotaje en el cual el candidato neoliberal, Mauricio Macri, se impuso por poco más de dos puntos al oficialista, Daniel Osvaldo Scioli y donde mientras la mitad del país festeja “el fin de la década ganada”, una parte de la otra inunda las redes sociales pidiendo recuento de votos, sin querer resignarse a la certeza de cuanto tendrá lugar en la Argentina del próximo lustro. Los esbozos o resquemores ideológicos, no hicieron falta. El presidente electo por la alianza Cambiemos, tal su estilo, fue tajante, contundente y lacónico al momento de dar a conocer algunos de los primeros anuncios, los cuales, por su inconfundible naturaleza conservadora, auguran un retorno al modelo de país que muchos creían sepultado en 2003, con la asunción de Néstor Carlos Kirchner y la profundización del modelo nacional y popular por parte de Cristina Fernández. Sin lugar a dudas, luego de doce años donde hubo una transformación indiscutible en el país, la ausencia de reactivación económica no hubiera permitido las importantes obras de gobierno ni superar la profunda crisis heredada, la interrupción del modelo de desarrollo autónomo nacional no puede adjudicarse sólo a la constancia de la oposición y mucho menos, a su eventual talento. De hecho, si el Frente para la Victoria hubiera alcanzado un triunfo contundente, siquiera hoy los fiscales, presidentes de mesa, los militantes de esa fuerza política que aún mantiene mayoría en el Congreso, cuyo peso mayúsculo y gravitación se mantiene en la vida política, no estarían discutiendo por la diferencia de unos cuantos votos, independientemente de la existencia de un fraude. Ganar por unos pocos puntos como lo hizo Macri tampoco habría representado un triunfo contundente, sino apenas la elección de un modelo de gobierno heredero de un proyecto político con las directrices de sus fundadores, pero sin ellos, aún con la asignatura pendiente de dar por tierra con aquello que a la postre, le impidió llegar a la Casa Rosada. De hecho, aunque algunos kirchneristas hablen de la inconveniencia de una autocrítica pública, sea por razones de ortodoxia o el temor de estar poniendo en duda incluso hasta eventuales yerros en la conducción nacional del movimiento no resultaría tan desacertado, cuando es posible hacer una nueva lectura de ciertas decisiones que podrían dejar a los adversarios políticos y hasta el propio Perón, admitió haberse equivocado, advirtiendo que “los únicos exentos de no cometer errores son quienes no hacen nada”. 33
A la hora de la verdad, el reconocimiento de las fallas, el análisis, la revisión de los factores determinantes de los acontecimientos, aunque más la capacidad de corregirlos dentro del marco de la realidad objetiva e incontrastable, llevar esos hechos a la práctica, podrían convertir al movimiento peronista en inexpugnable. Por lo tanto, valdrían la pena. Factores determinantes y asignaturas pendientes a futuro En su artículo intitulado “¿Los argentinos somos hijos del rigor?”, el autor de ésta crónica quiso referirse anticipadamente a los factores que posibilitaron el transitorio éxito de la derecha del no retorno, exponiéndolos de manera sintética para facilitar su comprensión. “Carente de argumentos sólidos para sustanciar la ponencia valedera de proyectos alternativos, la oposición halló en el factor mediático con sus exageraciones, constantes intrigas y mentiras nunca probadas, direccionar un mensaje hacia la idiosincrasia, el sentimiento de la clase media. La exacerbación constante de las bajas pasiones, pareció en ciertos casos otorgar mayores cuotas de credibilidad a falacias grandes como casas, en lugar de hacerlo con las acciones efectivas realizadas a lo largo de la denominada “década ganada”. Así, esa misma clase media triplicada gracias a la creación de condiciones dignas de desarrollo colectivo e individual, apolítica, dócil, comenzó a opinar, dando la impresión de adquirir buena parte una conciencia errónea de los hechos, al punto de escucharlos tanto durante el día y la noche, como para llegar a creérselos. Desde otra perspectiva, la inflación generada desde los actos económicos del arco opositor, jamás dispuesto a enmarcarse en un modelo de desarrollo autónomo ni consecuente con la incorporación de las mayorías, fue generando un malestar que por sus alcances tendió a saturar de igual forma incluso a los acérrimos acompañantes del actual modelo. Tal resabio del desarrollo que exige límites como los niños maleducados, devenido en la pérdida de valor del dinero, no pudo neutralizarse con el aumento de los salarios, su mejoramiento, no los subsidios. Para colmo, la falsa conciencia pregonada a través del accionar irresponsable de la prensa amarillista, donde se alerta que los descuentos “son para alimentar vagos”, los planes sociales, “un objeto demagógico tendiente a financiar la holgazanería con claros fines electorales” y absurdas creencias donde se hace ver “a un preso ganar más que un jubilado”, contribuyen a caldear aún más los ánimos. Por ende, al margen de comprenderse o no la magnitud de la situación, de identificar a los verdaderos responsables con resultados dispares, existe un cansancio real por la constante reiteración de este hecho lesivo”. A su vez, se alertaba acerca de la necesidad de articular los distintos mecanismos para dar a entender a la población que se transitaba sobre el camino adecuado. “Por su parte, lo logrado en materia de derechos humanos, la apuesta lenta y esforzada hacia un proceso de reconstrucción social, no fue tampoco suficiente para persuadir la conciencia de quienes ante la inseguridad surgida como consecuencia 34
de la etapa neoliberal, de la violencia inoculada desde los propios medios de comunicación, suponen que es haciendo “tabla rasa” devolviendo palo por palo, equiparándose con el delincuente teniendo como única diferencia el distintivo de la chapa policía, la única solución posible. Lo cierto, además de esa confusión entre el orden y el control, donde el primero implica el conocimiento de las reglas de juego a través de una culturalización ciudadana en todas sus formas, mientras el segundo tiende a resumir la cuestión al tema estricto de la seguridad, es que la violencia tiene cierta autonomía de la situación política o socio – económica del estado. Aunque el aumento de la delincuencia común puede explicarse como la resultante de las drásticas políticas de vaciamiento nacional de los años noventa, la violencia demostró ser independiente del grado de desarrollo de las naciones. Omitiendo cualquier disparador de orden patológico, la prédica indiscriminada de antivalores, son la consecuencia directa del individualismo o el egoísmo fomentado por el tipo de sistema económico que hoy hace serios amagos de pretender reinstalarse. Este a su vez hace su agosto en el embrutecimiento, así como en el deterioro ético y moral de la sociedad, donde encuentra “caldo de cultivo” para la “institucionalización” de un consumismo, a partir de generar en las personas la imperiosa necesidad de comprarse o venderse, relegando todo escrúpulo a fin de asegurar su supervivencia”. En resumen de cuentas, se trata de decir que en el caso de recuperar el poder, si el kirchnerismo no es capaz de superar el bombardeo permanente de los ataques de la derecha neoliberal conservadora, privatizadora y entreguista en materia política, en el actual contexto de la Argentina no le alcanzará con sólo los hechos de la realidad efectiva si le resulta imposible instalarlos en la mente de los ciudadanos, con la misma fuerza que la mentira, la infamia o la intriga de sus detractores lo llevaron a cabo, a falta de una doctrina y programa de gobierno auténtico. Más, cuando todavía resta concientizar políticamente a gran parte de la población, los sectores vulnerables no identifican a los responsables de su inclusión y ruina, mientras la clase media, deseosa de aumentar la prosperidad, no advierte que optar por las viejas recetas llevando al país al fracaso, la arrastraran hasta el último escaño de la pirámide social. ¿Una derrota que podría volverse triunfo rotundo? Los anuncios del líder del PRO de solicitar la expulsión de Venezuela del MERCOSUR, de acompañar el reclamo a los presuntos atropellos contra la oposición de derecha en ese país; medidas en el plano local, como el levantamiento del cepo al dólar, permitiendo las fluctuaciones del mercado libre en la economía, el reciente aumento de los precios como consecuencia de reuniones de Macri con empresarios, los cuales comienzan a notarse antes de la asunción del nuevo gobierno, permiten anticipar que la restauración conservadora en la Argentina no es una teoría. Lo ratifican no sólo el escepticismo de la gobernadora electa de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, cuando se la interrogó sobre el pago de los aguinaldos, sino el despido de quinientos empleados públicos anticipando la llegada 35
del nuevo intendente macrista a la intendencia de San Martín de Tucumán, de un indeterminado número de docentes del primer estado argentino, de las cesantías de funcionarios en el ANSES, entre otras medidas recesivas. Dejan de ser necesarias las palabras de probables integrantes del gabinete como Carlos Melconian, de Horacio Rodríguez Larreta, el conocimiento de las medidas del futuro titular del Sistema de Medios Públicos, Hernán Lombardi, quien tras anunciar el cambio de nombre para el Centro Cultural “Néstor Kirchner”, de seguro vetará programas de cuño oficialista como 6, 7, 8 por orden de Macri, para atenerse a un gobierno de nuevo tipo, pretendiendo reemplazar las palabras ajuste y austeridad, por “sinceramiento”. Omitiendo de forma momentánea la hipótesis de fraude, aunque la democracia le haya otorgado a la administración macrista el mandato, el autoritarismo implícito, la impopularidad de las nuevas medidas, el levantamiento del proteccionismo en la economía, la cancelación de la figura del Estado Nacional como mediador de los distintos intereses de los argentinos, en especial de los sectores vulnerables, le propinará tarde o temprano un golpe a sus propios electores, restándole apoyo al gobierno dentro del corto y mediano plazo, pese a la reserva de U$S 26.000 millones dejadas como producto de las políticas de las tres gestiones peronistas. Desde luego la Argentina no es la misma de 2003. Existe una mayor conciencia política, social, organizaciones dentro o fuera de los partidos políticos fortalecidas, todo lo cual no podrá ser desaparecido de la noche a la mañana por supuestos e improbables crímenes a nombre del gobierno, ni de la mano de la violenta represión devenida como consecuencia de las distintas reacciones populares, como consecuencia de los atropellos y del fuerte ajuste programado de antemano, que promueven desde el exterior organismos de los alcances del Fondo Monetario Internacional y el gobierno de los Estados Unidos, con el cual se retomarán las “relaciones carnales”. Inexorablemente, la puesta en marcha de dicha “cirugía sin anestesia” a través del voto, pero no consensuada por la ciudadanía en lo político ni económico, apelará otra vez al peronismo revitalizado durante la gestión del matrimonio presidencial por pedido de sus protagonistas, testigos y entre otros, muchos de sus actuales detractores, sin encontrar otro camino posible al del crecimiento económico con inclusión, para asegurar tanto el bienestar general como las oportunidades a todo el conjunto social. En ese entonces, el peronismo deberá haber incorporado a sus filas los anticuerpos necesarios cuya carencia, hoy, le hicieron perder el poder de manera circunstancia, pero que tras el sonar de cacerolas verdaderamente vacías, la carencia de alternativas o posibilidades de supervivir con dignidad, lo volverán a convocar a sostener las riendas de la República como el único sistema sostenible y viable para garantizar la grandeza del Pueblo Argentino.
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Frente al actual panorama nacional, el día después de Macri será el de la continuación de la confrontación ya no por la dinámica del resurgimiento de antiguos y legítimos protagonistas demandando ser tenidos en cuenta, sino por el intento de un segmento político ajeno al Pueblo, consistente en tecnócratas, burócratas, empresarios, capitanes de la industria u oportunidad, que funcionales en carácter de concesionarios locales de los intereses extranjeros, intentarán imponer sus designios por la razón de la fuerza. Resta preguntarse si lo hecho durante doce años de exhaustiva labor, serán de por sí suficientes para impedirlo, o resignarse a la existencia de una Argentina donde lo único insostenible, es asegurar por siempre el progreso del país en conjunto con el de la prosperidad de sus habitantes.
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VI ¿HASTA DÓNDE PUEDE DECIRSE QUE SE TRAICIONARON A LOS ARGENTINOS?
Los días transcurren inexorables desde la asunción del ingeniero y empresario fraudulento, Mauricio Macri, hijo de un corrupto que le enseñó cómo amasar fortunas a expensas del Estado, el cual a su vez se las sustrajo al pueblo argentino y de una justificadora funcional, cuyo mérito mayor fue saber poner en contexto al hoy presidente para no ver en cada ciudadano más allá de un potencial hacedor de fortunas mal habidas. Sin pretender entrar en connotaciones de índole personal, éste verdadero concesionario perverso que vive de la rentabilidad del bajo costo de la mano de obra, no podía tener otro destino mejor al de casarse con Juliana Awada, algo así como la reedición de las señoritas de la oligarquía a cuyo nombre se acumulan los despojos de una reedición de las antiguas faenas del campo a precio esclavo, para no dejar dudas sobre el destino que le aguarda el país en manos de estos malvados personajes, propios de las novelas de Alejandro Dumas. Pero si de algo no debe quedar duda, es que el país entero sabía quién era. Ese pueblo, el cual según Perón “difícilmente se equivoca”, no se dejó engañar. Su cultura egoísta, aprovechada, egocéntrica, privativa del derecho del conjunto a nombre de la individualidad, distó de ser erradicada a pesar de doce años de ininterrumpida labor. En el fondo, el argentino medio quería volver a la época donde llenaba el changuito con veinte pesos de mercaderías baratas, aunque sean importadas y se hayan fabricado a costos irrisorios u obtenidos a expensas de una desocupación preocupándole menos que las maniobras inflacionarias de los corruptos hoy en el poder. No importaba que esta sea una consecuencia del desarrollo del país, con la obligación de controlarla a través de precios cuidados. Debían hacer su propósito. Por esa razón tampoco le interesó dejar de “mantener vagos” sin saber que era “otro más”, para volver a engordar a históricos parásitos desangradores de la República, a cuyo modelo de desarrollo inequitativo suele llamar “iniciativa empresarial”, mientras desde la cuna las falsas conciencias le inculcan a renegar de sí mismos, acusando de “asistencialistas” a las políticas permitiendo el desarrollo de los suyos. Para nadie era un secreto el negocio de los Macri con la Junta Militar, beneficiados por la estatización de sus deudas en 1982, con Roberto Aleman en el Ministerio de Economía del General Leopoldo Fortunato Galtieri y Domingo Felipe Cavallo desde la presidencia del Banco Central de la República Argentina, continuador años después de los modelos económicos de Krieger Vasena o Martínez de Hoz, en la actualidad reeditados por Alfonso Prat Gay y después Nicolás Dujovne. 38
En definitiva, lo sabía el “medio pelo social”, poniendo de moda los “insultos a la yegua”, gracias a la cual se pudieron ir de vacaciones, gozando de una elevación de su estándar de vida como nunca en los últimos cincuenta años. Además, vieron varias veces películas como “La República Perdida” parte uno o dos, “Memorias del Saqueo”, de Pino Solanas, “Un peso, un dólar”. Hasta “Plata Dulce”, de Héctor Olivera. Tampoco olvidaron la lección. Sencillamente, no les interesó y ahora están pagando por haberse vuelto a traicionar.
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VII ELIMINAR CONOCIMIENTO Y EDUCACION PARA FACILITAR EL VACIAMIENTO No queda lejano el recuerdo de los docentes festejando el triunfo macrista en la provincia de Buenos Aires. Ya no deberían pagar más ganancias, ni tendrían las aulas superpobladas de “aguaches”, despectivamente llamados así al tratarse de los beneficiados de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y a causa de lo despectivo del verbo “aguachar”, referente a los animales que se dedican a comer o beber, engordando sin realizar ninguna faena. Es decir, otra forma solapada más para el viejo concepto del “gorilismo apátrida” cuando hace alusión a las obligaciones sociales del Estado con los ciudadanos, a lo cual cataloga como “asistencialismo”, “alimentar vagos”, mientras pondera la desviación de esos mismos recursos a empresarios, ruralistas, terratenientes corruptos, a lo cual cataloga como mentalidad empresarial. Pero aunque desgraciadamente muchos maestros no puedan escapar a dicha concepción retrógrada, en cierta forma amparada por algo así como el conformismo, la mediocridad o la “ley del menor esfuerzo”, son los encargados de preparar a las jóvenes generaciones para los nuevos desafíos. Entre ellos, saber elegir a sus gobernantes a partir de la capacidad, el liderazgo, de la eficacia de las medidas tomadas durante el período que les tocó conducir los sagrados destinos de la Nación. De allí que el primer atentado contra la escuela pública no sólo sean los reiterados intentos de privatizarla, lo cual haría ver a las contribuciones a la cooperadora como una verdadera dádiva en comparación a los costos para el bolsillo de los padres. Le sigue la pauperización de los contenidos a partir de la eliminación de asignaturas como la historia, civismo y de cuanto permita el debate, el diálogo, el análisis, la evaluación acertada, el discernimiento de la realidad. Le sigue la “frutilla del postre”: La destrucción de las condiciones elementales de los maestros, de paso para impedir que a nadie se le ocurra en los años venideros dedicarse a una profesión “tan sacrificada”, pagando “tan poco”, aunque pueda ser accesible sin necesidad de tener “demasiadas luces”. Una escuela, universidad pública, donde la inexistencia de los establecimientos educativos o el grave deterioro estructural, obligue a implementar una suerte de pedagogía al estilo griego clásico, con los educandos recibiendo conocimientos al aire libre y por qué no, caminando como lo hacían los antiguos sofistas, sin sentirse obligados a ir a levantarle la cosecha al patrón después de distraerse un poco aprendiendo tantas tonterías. El país agro exportador, el modelo de venta de bienes y servicios que según la vicepresidenta, Gabriela Micchetti forma parte de la visión del “paraíso macrista” 40
para los tiempos, impone el re direccionamiento de los gastos. Ya no más científicos, ni “heladeras en órbita”. ¿Para qué, si en el extranjero lo hacen mejor? Por ese motivo; ¿cuál es la razón, dicho sea de paso, para no educar a las nuevas generaciones de argentinos, acerca de la imperiosa necesidad de vivir en la incertidumbre y acostumbrarse a esta situación, ocupando el papel que le corresponde a cada uno en la pirámide del desarrollo? ¡Abajo las carpas docentes! ¡Arriba los containers para dar clases!
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VIII EL “HOLOCAUSTO” DE LOS ABUELOS ARGENTINOS El Sistema de Jubilaciones fue creado en la Argentina durante el primer gobierno del Gral. Juan Domingo Perón (1946 – 1952), incorporándose miles de adultos mayores a un sistema previsional que los hacía partícipes de la renta nacional. Tras su derrocamiento en 1955, de las sucesivas administraciones, las mayor parte de las ganancias del país dejaron de llegar a los jubilados, para compensar “las pérdidas” y el lucro de las minorías “en nombre de la libre empresa”. La “Revolución Argentina” del Gral. Juan Carlos Onganía, en 1966, fue “pionera” en el establecimiento de decretos de “necesidad y urgencia”, que impedían los incrementos jubilatorios. Al “oasis” del Pacto Social del tercer gobierno de Perón (1973), le sucedió la vuelta a la precarización de las jubilaciones, bajo el mandato de María Estela Martínez. Dos años más tarde, la dictadura militar (1976) se encargaría de pulverizarlas. Con el retorno de la democracia (1983), los abuelos entendieron que no bastaba la democracia para comer, curar, educar, ni tener jubilación decente. La caída de Raúl Alfonsín precipitó el “menemato” (1989 – 1999) y con él, la privatización de las cajas, remesas de 200 pesos - dólares e ignorar el destino de los aportes, en manos de las AFJP donde la mayoría eran obligados a ingresar contra su voluntad. Recién después de Fernando de la Rúa y cinco presidentes más, Néstor Kirchner dio inicio a políticas favorables a los pasivos, algunas víctimas de la crisis de 2001, el corralito y el corralón. Su administración así como la de su esposa y sucesora, Cristina Kirchner (2007 – 2015), devolvió la dignidad a los jubilados, al liderar la recuperación económica a través de la generación de empleo e incremento del consumo interno. Una paulatina pedagogía de la mentira, implementada desde los medios masivos dominados por el poder económico desalojado hasta entonces del poder, erosionó la credibilidad de las clases media y baja, principales beneficiarias de la política económica kirchnerista. Era la hora de Mauricio Macri Nada mejor para lograrlo que un gobierno neoliberal para retrotraer a “fojas cero” los avances obtenidos, con el argumento de una falsa “pesada herencia”. Los abuelos, que hasta hacía poco se iban a vacacionar criticando a veces al gobierno kirchnerista, el cual se los hacía posible, advirtieron tarde las consecuencias de haber “cambiado futuro por pasado”.
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La nueva puesta del PAMI bajo amenaza de desaparición, el amague de aumentar la edad jubilatoria, el incremento del precio de los medicamentos, si tenemos en cuenta el actual promedio de vida o la usual precariedad de la salud, constituye un sistemático “holocausto pensional”. No en vano, los postulados de “otra Cristina”, Lagarde, titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), al decir que los ancianos “son una amenaza para la economía mundial por los gastos que producen”, se siguen a rajatabla por el gobierno Macri.
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VI REPRESION, HERRAMIENTA ESENCIAL DEL MACRISMO
Alguna vez, un tal Lisandro de la Torre, en medio del escándalo de la carne debatido en pleno Senado de la Nación, dijo que determinadas cuestiones cuando no tienen explicación lógica, deben apelar a lo subjetivo y malintencionado. El líder demócrata progresista se refería a los argumentos esgrimidos por las derivaciones del tratado Roca – Runciman, el cual para garantizar compras de materias primas de Gran Bretaña, otorgaba facilidades lesivas para el país. En ese entonces, con el radicalismo “integrado” como hoy al régimen conservador; la izquierda sumida en una visión más internacionalista que local; la inexistencia del sindicalismo, la marginación de los sectores populares, bastaba con reprimir para ahogar todo intento de cambio si la mentira o el descrédito no eran suficiente. Años después, el peronismo no sólo concientizó a las desprotegidas masas obreras, sino vino a modificar de manera sustancial las estructuras socioeconómicas y política, beneficiando a todo el espectro de la sociedad. La consecuencia fueron cambios estructurales irreversibles que ni siquiera el temor, la delación, las persecuciones o la muerte pudieron erradicar. Con el advenimiento de los sucesivos gobiernos populares, díganse de Hipólito Yrigoyen (1916 – 1922, 1928 – 1930), de Juan Domingo Perón (1946 – 1952, 1952 – 1955 y 1973 – 1974), de Néstor Kirchner (2003 – 2007) y de Cristina Fernández (2007 – 2011 y 2011 – 2015), los partidarios de la dependencia, agrupados en la oposición desalojada del poder, comenzaría a atacarlos sin piedad. Pese a calar desde lo ideológico hasta la concreción en la realidad efectiva, al no aplicarse instrumentos jurídicos concretos para recuperar el poder económico, la influencia sobre el poder judicial o el manejo de la prensa aún en manos de la minoría, los cambios definitivos no se pudieron consolidar. Lo había predicho el desaparecido diputado radical, César “Chacho” Jaroslavsky: “Atacan desde los medios en forma de partido político, para defenderse después en nombre de la libertad de expresión”. Así, tras minar la credibilidad de vastos sectores de la población “curiosamente beneficiada” por los gobiernos nacionales y populares, era de esperarse la violenta reacción de los antiguos “amos”. Por supuesto a la hora de gobernar, para recuperar sus prebendas, volver a enriquecerse de manera ilícita e impune, si no hay crisis deben inventarla y cuando los argumentos no le alcanzan, al decir del cantautor Piero, necesitan someter “a machete y a balazos”.
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Eso es el macrismo revanchista. Un conglomerado sediento de venganza, al servicio de concesionarios de la entrega impuestos de hecho, proveniente de lo más rancio de las estructuras proclives a la dependencia, máximo común divisor de los argentinos, mentiroso e impostor, al cual no le alcanzará la violenta represión implementada para ajustar, dominar, ni mucho menos salirse con la suya. Frente a su pretendida emulación de la dictadura militar, desde la reprobación silenciosa, la aparente indiferencia, hay un pueblo que entiende, conoce, sabe muy bien cuánto le pertenece y va camino a recuperarlo con los dirigentes a la cabeza o la cabeza de los dirigentes traidores, para garantizar que no vuelvan nunca más.
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VII LA VUELTA DE LA VIEJA “UCeDé”
Para los jóvenes y desmemoriados, la sigla “U. C. D.” o el conjunto de palabras “Ucedé”, corresponden a la Unión del Centro Democrático, una agrupación política neoliberal todavía existente, pero reducida a un espacio ultra minoritario aliado al PRO, el partido de Mauricio Macri. Sucesora de otras colectividades similares como el Partido Cívico Independiente o Nueva Fuerza, comandada por un representante de grupos económicos o de gobiernos militares, como el acérrimo antiperonista ingeniero Álvaro Alsogaray (1913 – 2005), aunque fundada en 1982, su auge tuvo lugar a fines de los años ochenta durante el final de la etapa alfonsinista. Al igual que hoy lo hacen Macri o el ex jefe de gabinete de Cristina Fernández, Sergio Tomás Massa, la Ucedé, dueña de un fracasado modelo económico lacayo del consenso de Washington que sumió a millones en la ruina, coincidió con una época de acusaciones hacia la presunta ineficiencia administrativa estatal, pregonando ideas después conocidas como “neoliberales”, donde todo debía ser privatizado. La verdadera función de la Ucedé, entonces tercera fuerza detrás del peronismo y el radicalismo, fue asegurar al establecimiento un contrapeso permanente desde el centro a la extrema derecha para inclinar la balanza en las elecciones. Ídem el Frente Renovador de Massa, creado para dividir el Frente para la Victoria, dándole ventajas electorales al PRO, a cambio de la participación de su burocracia. Otra coincidencia es que del mismo modo que Alsogaray llegó a ser muy cercano de Eva Perón, Sergio Massa lo fue de Cristina Fernández, aunque como se dijo con anterioridad, lo redundante pasa indefectiblemente por el mencionado aspecto anterior. Pese a estar integrado por remanentes del gobierno kirchnerista, el Frente Renovador, además de no ser peronista, es tan neoliberal, antidemocrático, pro militarista o de derecha como el macrismo más rancio. Constituye la carta de recambio del actual modelo económico frente a un gobierno que “hace agua” y se juega “a muerte” por implementar el voto electrónico para consumar un fraude monumental en las próximas elecciones parlamentarias. De lo contrario, las perdería “como en la guerra” por el enorme resentimiento generado en una mayoría ciudadana empobrecida, despojada de sus necesidades más básicas. De allí que mientras el presidente es un empresario corrupto comprobado debido al hallazgo de cuentas off shore en Panamá; la familia se enriqueció a partir de la 46
expoliación del Estado Nacional, patrimonio del pueblo, su gabinete conforma la asociación ilícita gubernamental jamás reunida hasta ahora en la Argentina, Massa es de naturaleza política, más astuto, menos predecible y por supuesto, de mayor peligro. Como diría el viejo Diario Crítica en uno de sus encabezados: “El gobierno está muerto; sólo falta su entierro”. Ahora, la importancia para evitar la prolongación del saqueo y la miseria de los argentinos, es neutralizar su continuidad en Sergio Tomás Massa.
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VIII QUITAR CONCIENCIA DE DERECHOS A PUNTA DE GARROTE
Frente a los notables avances del kirchnerismo en materia de reconstruir la conciencia social heredada de los primeros dos gobiernos peronistas (1946 – 1955), el retorno al poder de los sectores más reaccionarios no puede “quedarse en los papeles” de lo estrictamente político o económico, sino actuar en lo social. De allí que en una impronta racista y xenófoba, junto a la pretensión de instalar la falacia de una “pesada herencia”, se busca culpar especialmente a los inmigrantes de los países limítrofes, a los vendedores ambulantes, a todo cuanto sirva como “chivo expiatorio” para abrirle paso a la recreación de una Argentina dependiente, abierta a las inversiones donde pocos ganan y la mayoría debe sacrificarse. Una vez más, los encargados del orden son instruidos para desempeñar el papel ejecutor, actuando como fuerza de choque represiva y por ende, materializar el despojo para aumentar la brecha de desigualdad. Así, mientras se demoniza el mero concepto de inclusión, es posible avanzar sobre derechos adquiridos e intimidar a cuantos deseen hacerlos valer. Algunos sectores sinceramente preocupados por el futuro de la familia, de las buenas costumbres, quizás verán con buenos ojos ese accionar que busca detener mujeres en la playa por exhibir sus senos o amamantar en público. Pero lejos de atacar el fondo de la cuestión –intolerancia, violencia social y su instalación en la cultura, insolidaridad; etc.- se realiza una simulación a partir de la forma. El macrismo, con su impronta autoritaria nostálgica de los días del Proceso de Reorganización Nacional, con Jorge Rafael Videla a la cabeza y la política económica de José Alfredo Martínez, el cual se jactaba de ser Domingo Felipe Cavallo su más esmerado continuador, bajo el gobierno de Carlos Menem, recibe con agrado las consecuencias de la descomposición de la sociedad, porque le permite consolidar su objetivo de país. Un sistema político que promueve la concentración de capitales, necesita asegurar la rentabilidad reduciendo el Estado, los costes de mano de obra. Por eso abre la importación, reduce el proteccionismo, aplaca cualquier instancia de defensa de los derechos inalienables, para consolidar una sociedad manipulable y dócil. El gobierno de turno asume el papel de “gran tutor”, coordinando a los sectores de la vida nacional en propósito de su programa. La permanencia del modelo genera tal resignación y abulia, que fomenta la crisis de valores, los lleva a la destrucción, creándoles a las personas la necesidad de prescindir de los más elementales códigos éticos, a fin de venderse a sí mismas para poder sobrellevar el sistema. 48
Por esa razón el macrismo, como cualquier sistema neoliberal, suele acceder “por la vía legítima democrática”, allanándose el camino a través de la “libre expresión” que “financia” pero aborrece como a la verdadera libertad, buscando asignar una forma de pensar, de concebir la existencia, hacerla parte de la idiosincrasia. Y aunque impedir la desnudez no parece asumir propósitos políticos, como se pudo explicar, es un “pequeño detalle” dentro del enorme paquete de imposiciones ajenas a los legítimos intereses de los argentinos.
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X RADICALISMO, BRAZO PERPETUO DE LA DERECHA DEL NO CAMBIO
Cualquiera que trate de interpretar los propósitos políticos actuales de la Unión Cívica Radical a través de sus orígenes o de un pasado que supo de glorias, podría incurrir en el más grave de los errores. Salvo por honorables excepciones como Leopoldo Moreau, expulsado hace poco del centenario partido argentino que se jactó de hablar tanto de democracia, de constitucionalismo, habiendo aplicado tan poco en su vida institucional, no le queda ni el rumor de su legendaria ética civilista republicana. A pesar de sus orígenes en el riñón de contubernio que se repartían Bartolomé Mitre, Julio Argentino Roca o Domingo Faustino Sarmiento, su precursor, Leandro Nicéforo Alem, a pesar de ser un híbrido entre padre mazorquero rosista y línea histórica “mayo- caseros”, se las ingenió para confeccionar un movimiento de oposición al régimen más romántico que político. Por consiguiente, como las salchichas se hacen de carne, no de humo, las peleas con su sobrino, Hipólito Yrigoyen, más pragmático y hábil, no tardarían en llegar. Así, sin volcarse de plano al planteo de una transformación visceral del establecimiento, el partido fue direccionado como movimiento de trabajadores y clase media, de carácter demócrata, constitucionalista, cívico, liberal, pero a su vez ligeramente nacionalista e incluyente. Abandonada la alternativa de tomar el poder por las armas al vedarse el camino a través de las urnas, la Ley Sáenz Pena permitió el acceso del radicalismo al poder. Los gobiernos yrigoyenistas (1916 – 1922 y 1928 – 1930), aunque estaban integrados por los mismos actores sociales, políticos o económicos que decían combatir, favorecieron en líneas generales al país pese a las profundas contradicciones que serían la génesis de su caída. A la crisis alentada por enemigos internos, externos, la eventual incapacidad de respuesta del gobierno, la avanzada edad del presidente, sobrevino el “crack” de 1930 como “tiro de gracia”. Con esto, el escenario propicio para el primer golpe de estado, consumado en medio de la devastada economía, así como la división radical entre “azules” o “galeritas” e yrigoyenistas. Ante las primeras elecciones libres ganadas por abrumadora mayoría en la provincia de Buenos Aires, pero anuladas desde el nuevo gobierno de facto de José Félix Uriburu (1930 – 1932), la UCR, ahora conducida por el “azul”, Marcelo Torcuato de Alvear, afín a la oligarquía terrateniente a la que pertenecía, rompió la “abstención revolucionaria” y se integró a la vieja maquinaria liberal - conservadora. 50
Cómo “Roma no paga traidores”, Alvear fue víctima del fraude que ayudó a propiciar. El radicalismo histórico, el de Alem e Yrigoyen, el de las primeras conquistas sociales, había muerto. Más adelante, el sector yrigoyenista se alinearía dentro del peronismo. Debido a su sustancia política, le resultaría imposible oponerse a un segundo movimiento nacional capaz de recoger sus viejas banderas, arriadas en beneplácito de quienes precedieron a los actuales enemigos del país. Fallecido Hipólito Yrigoyen y enterrado en su concepción histórica por su nuevo jefe, el ex presidente Marcelo Torcuato de Alvear (1922 – 1928), el radicalismo conservaría la mayor parte de sus vicios, pero escasas virtudes. El sector que no se integró al naciente peronismo, preso del interés de las maquinarias, primero acompañó a la Unión Democrática, conformada para las elecciones de 1946 por la partidocracia adicta al régimen de la “década infame” (1930 – 1943). Después, a traicionar su propio legado y conspirar. De allí en adelante, utilizando un discurso falsamente amparado bajo formas democráticas que en la práctica no respetó jamás, sirvió de aglutinante al eventual inconformismo, la propagación de la inexactitud, las falsas conciencias, al punto de conformar el principal brazo civil del golpe militar de 1955 contra Juan Domingo Perón, como lo recuerda un conocido cartel durante los festejos de la triunfal asonada, donde se podía leer claramente “UCR. ¡Viva la Marina!” De espaldas a un pueblo que perdió a causa de sus mezquindades e ineptitudes políticas constantes, participó de la constituyente auspiciada por los autores del golpe y como si esto fuera poco, “el gran colectivo demócrata” se presentó a elecciones con la mayoría proscripta. Con el partido dividido, así como los votos peronistas a condición de levantar la prohibición a su movimiento, asumió Arturo Frondizi (1958 – 1962), precursor de las políticas menemistas que colapsó entre la ineptitud crónica y el deseo de conformar a todos los sectores en el naciente clima de ingobernabilidad. Golpe de estado solapado y la elección de un nuevo presidente con apenas el 22% de los votos. El médico Arturo Humberto Illia (1963 – 1966), pese a su comprobado carácter honesto, diligente, incorruptible, austero, tomar medidas acertadas, alentar cierta participación, no pudo omitir la naturaleza del partido que lo llevó al poder, como tampoco aclarar nunca su implicancia en el operativo de colocación de una bomba en un acto peronista, cuya explosión dejo muertos y heridos. El retorno de Perón al país, además de devolver a los radicales al eterno segundo lugar en las preferencias populares, encontró al más visible de sus líderes entre los años cuarenta y ochenta del siglo XX, Ricardo Balbín, hablar de “intolerancia absurda”, “reencuentro de argentinos”, mientras por palabras del propio genocida, Jorge Rafael Videla, “golpeaba la puerta de los cuarteles”, rogando por el golpe de estado contra María Estela Martínez, que por fin llegó en 1976. 51
Al cabo que buena parte de su dirigencia hizo “la vista gorda” a los crímenes de la dictadura, mientras Hipólito Solari perdía las piernas en un atentado o Mario Amaya sucumbía a los efectos de la picana eléctrica, la figura mayúscula de Raúl Alfonsín emergía para consagrarse presidente en 1983, frente a un peronismo que al igual a su “primo” radical, había relegado sus lineamientos históricos y venía de sacrificar parte de la militancia propia sobre el atrio de la claudicación. Manteniendo la suma de las reminiscencias que marginaron al radicalismo de proseguir en la senda del campo popular, Alfonsín, a base de una oratoria extraordinaria, pareció traer consigo la llave de la reconciliación nacional, al igual que uno de sus lemas de campaña: “Somos la vida”. Sus promesas se cumplieron a medias. Por un lado, si bien las banderas radicales de democracia, tolerancia, libertad, brillaron como no lo hicieron ni en los sueños de Alem, la capitulación al consenso de Washington, el desinterés de investigar los orígenes de la deuda externa, sumado el deterioro de la situación económica con condena a la junta genocida mediante, precipitó su entrega anticipada del mando. En esa eterna manía de quedarse en la retórica, a medio camino, más en el discurso que en la concreción, sin propuestas y una imagen deteriorada hasta el tuétano, en vez de reinventarse como se lo pedía a gritos la historia, volvió a incurrir cuanto mejor sabía: Pactar. El menemato (1989 – 1999) le arrojaría las migajas para comprar la reelección de 1995, profundizando con su colaboración la ruina nacional. Fernando de la Rúa, afamado compañero de fórmula de Ricardo Balbín en la fórmula de 1973, apodado por esa razón “Chupete”, no supo aprovechar las esperanzas de cambio que encarnó frente a la postración del país. Electo en 1999, la esperanza de encarnar una remozada utopía alfonsinista, pronto se desvaneció. A las promesas de centro izquierda incumplidas, la falta de cintura política, por su dinámica el establecimiento no se dejó encandilar del talante neoliberal – menemista a de la Rúa, quien como versa el tango “Cafetín de Buenos Aires”, se entregó sin lugar, dejando 19 muertos en Plaza de Mayo, para huir en helicóptero. Luego de abandonar dos veces consecutivas la presidencia, la UCR dio la apariencia de lograr reinsertarse a una corriente nacional y popular, ya con el kirchnerismo en el poder, acompañando la fórmula presidencial de Cristina Fernández por intermedio de Julio Cleto Cobos, el más representativo de los flamantes “radicales k”. Volviéndose a traicionar a sí misma, a los principios que en su momento la transformaron en una alternativa válida, el vicepresidente Cobos votó en contra de la aprobación de la Ley de Retenciones, vital para poner en cintura a los actores que no permitían la democratización de los poderes económicos.
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Por ende, perdió su última oportunidad de ser el partido de Alem, de Yrigoyen, de cristalizar materialmente los propósitos teóricos de Alfonsín, devenido en amigo y admirador de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner. Alejada de una actitud contrapuesta a todo régimen “falaz y descreído”, como en 1932, 1955, 1958, 1963, en lugar de “prepararse a perder elecciones” como recomendó el líder, hace parte del furgón de cola de macrismo neoliberal represivo, renunciando por su cuenta al verdadero significado de llevar una gloriosa y heroica boina blanca en la cabeza, pero sobre todo dentro del corazón, como efigie de la endereza, la democracia, la defensa integral de las sagradas libertades argentinas.
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XI ENTRE EL DIA DE LA MEMORIA Y EL “NEOTERRORISMO DE ESTADO” EN DEMOCRACIA
A pesar de los muchos años que debieron transcurrir para asegurar un escenario político propicio al juicio y castigo de los culpables de la dictadura cívico militar, de superar para algunos “adefesios necesarios” al estilo de las leyes de obediencia debida, punto final, el indulto menemista y los distintos intentos de reivindicar el genocidio tanto político como socio económico, queda el amargo resabio de que poco o nada se aprendió. El advenimiento del macrismo es la conclusión final mayor al respecto, por no decir un bochorno a la memoria del pasado reciente. La ignorancia voluntaria sobre el oscuro período transcurrido entre 1976 y 1983, no sólo es un crimen solapado. Habla de nuestra calidad humana a nivel personal, indistintamente de lo ideológico. Muerte es muerte de donde provenga, sin importar los beneficios obtenidos de acuerdo a la posición ocupada en la sociedad, de las causas o causalidades promotoras del último golpe de estado. La mayoría queda en silencio cuando se le habla del impacto de las políticas del Proceso de Reorganización Nacional, las cuales pudieron ser continuadas a pesar de voto desde la “primavera radical” de principios y mediados de la década del ochenta, hasta la llegada de los gobiernos Kirchner. Se erradicó el gobierno de hecho, pero su persistencia en democracia es tan alarmante como anacrónica. Para mayor evidencia, salud, educación, empleo, siguen siendo deudas pendientes, más aún en momentos donde el país se halla gobernado por una auténtica asociación ilícita Superada la etapa histórica, muertos o presos los protagonistas, a más de cuarenta años del hecho las maniobras para justificar lo sucedido siguen “a la orden del día”. Ni hablar durante etapas nefastas como ésta, donde el gobierno intentó eliminar asignaturas como historia de universidades e instituciones educativas. Se repiten sandeces de que “fue una guerra”, cuando consistió en el exterminio sistemático ordenado por una de las cúpula antecesoras del proyecto neoliberal actual, para propiciar el asalto del Estado; de no haber sido treinta mil los desaparecidos, sino mucho menos, dándoles el mote de “terroristas” porque militar por convicción, sin prebendas, tener conciencia de derechos adquirido y hacerlos valer a través del accionar, indispone al régimen autoritario ladrón del patrimonio de los argentinos, al no poder operar tranquilo ni a su antojo. Si hoy se pretende deslegitimar, olvidar a quienes no se dejaron arrastrar de la indiferencia para soñar con la construcción de una Argentina mejor, donde los beneficios sean para todos en lugar de algunos, sin caer en el terreno de las comparaciones, será factible mañana poner en duda por qué San Martín, Cabral o 54
Belgrano, entre otros grandes, arriesgaron la vida, sufrieron o murieron en aras de la libertad contra la tiranía, la injusticia, a fin de promover el bienestar de sus compatriotas a expensas del porvenir o el peculio. Por esa razón, la continuidad del nefasto macrismo al frente del país, aún a nombre de preservar el orden constitucional, de utilizar la terminología, el hecho democrático para dejarlo hacer permitiendo lo inconcebible, es un agravio a la memoria, la verdad, la justicia y más que nunca, a la reparación de los argentinos, a la debida vigencia de quienes en un mundo sumido por el individualismo, dieron desinteresadamente todo por sus hermanos de sangre.
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XII ¿A QUIÉNES LES DUELE LA INCLUSIÓN SOCIAL EN LA ARGENTINA?
A sabiendas de mi trabajo desempeñado en calidad de periodista, una docente argentina tomó contacto conmigo. Como producto de la larga conversación, los años de experiencia trabajando en el ámbito político me permitieron descubrir, en primer lugar, su ideología, pero ante todo una sensibilidad que con gran infortunio no veo en la totalidad de mis compatriotas. En sus palabras podía percibirse una indignación temperamental, mesurada a través del aprendizaje, la comprensión y la necesidad de evitar caer en el mismo desborde que pretendía denunciar. A pesar de considerar acertadas algunas de las medidas de gobierno, la mujer no era peronista, ni mucho menos kirchnerista. Por el contrario, poseía una actitud crítica aceptable y constructiva. En ese sentido, me recordaba al desaparecido colega, Rodolfo Walsh, quien por el hecho de no comulgar con algo, jamás hubiera omitido las injusticias cometidas siquiera contra aquello que distaba de aprobar. Detrás de esos retazos de sentido común, de los arrebatos analíticos, era posible interpretar una sensibilidad mal disimulada, al igual que un pesar humanista por ver como a otros argentinos, desde el comienzo de su vida, se los maltrata, margina y desprecia. La causa, recibir sus familias la Asignación Universal por Hijo (AUH), decretada por la presidente Cristina Fernández de Kirchner, para que los beneficios del Estado Nacional puedan llegar cuanto antes a los estratos más sensibles. La docente había sido testigo privilegiada de hechos deplorables, donde quedaba para siempre en flagrancia la mano del victimario, descubierto mientras cometía la agresión de la cual se jactaba de ser la víctima. No se trata de sucesos aislados, porque se conoce que esto sucede muy a menudo, como si devolverles a los ciudadanos los beneficios por los impuestos que pagan, generar igualdad de oportunidades, fuera un crimen abominable a los ojos de quienes no toleran la inclusión. Detalles de una agresión alevosa y premeditada Antes de darme un detalle mayor del acoso escolar a los niños beneficiarios de dichas políticas oficiales, la mujer quiso apelar al significado de una de las palabras entre las cuales se había consumado una de las tantas agresiones tan habituales. Se trataba de “aguache” y nada mejor para hacerlo, que remitirse a un viejo amigo del alma de la infancia, conocido como el Pequeño Larousse Ilustrado, el famoso diccionario ahora posible de encontrar también en el vasto universo del ciberespacio.
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La impresión inicial fue hallar en el inusual vocablo, el inofensivo sinónimo de “enaguachar”, “poner demasiada agua en algo”. Sin haber terminado el renglón del texto, las alarmas se encendieron, así como afloró el discernimiento, al entenderse como la acción y efecto de “causar en el estómago estorbo y pesadez, como consecuencia de beber mucho o comer mucha fruta”. Sobran las conclusiones cuando se retoma la búsqueda de la palabra “aguache”, para determinar que se trata de cierta programación neuro-lingüística de la Argentina, empeñada en detallar cuando un caballo, por haber estado ocioso, echa barriga y carnes. De allí que llame la atención escuchar a los niños, que entre improperios, golpes de toda clase y laya, de actitudes discriminativas, tendientes a marginar a otros compañeros de clase, les griten: “¡Aguache!”. No sólo por su significación, sino más bien a causa de encontrar una extraordinaria similitud con la siga A. U. H, de “Asignación Universal por Hijo”. Desde ese contexto, tampoco resulta extraño que muchos maestros y directivos hagan visible su repudio a los aguache. ¿Sería, entre otras causas, porque les estorban, ya que tienen por eso más alumnos en las aulas, debiendo confeccionar certificados de escolaridad para ellos o acaso largos listados? Sin embargo, lo que más sorprende no sólo a las familias de los “aguaches”, sino a muchos de quienes están exentos de semejante “asistencialismo demagógico”, es la capacidad para elaborar ingeniosas asociaciones de palabras, a falta de fórmulas alternativas al modelo político en cuestión, las cuales sean distintas a las cuales llevaron el país a la ruina y la crisis de comienzos del presente siglo… Lo que la mayoría sabe y a “algunos” les queda por conocer Al parecer, para los familiares de estos alumnos es más nocivo que el Estado Nacional destine el producto de la renta y los impuestos a posibilitar la educación, el “rescate productivo” de los futuros ciudadanos, catalogándolos de “vagos”, a seguir subvencionando a quienes evaden, especulan y aprovechan sus fortunas amasadas en su mayoría, gracias a la generalización de la desgracia ajena. Consideran inadecuado el desempeño una administración de gobierno humanitaria, tendiente a reconstruir el tejido social lesionado de muerte durante décadas, a dar el bienestar necesario para crear nuevas generaciones de contribuyentes, pero son partidarios del “impuestazo”, de “limitar el gasto público”, a fin de destinar sumas siderales a la corrupción, disfrazada detrás de proyectos improductivos. Hablan de poseer concepciones liberales, aunque pretenden ignorar el concepto fundamental de uno de los mayores mentores de dichas tesis, como lo fue Juan Jacobo Rousseau, quien en su celebérrimo contrato social habla de establecer un entendimiento entre un estado que otorga beneficios, a razón del pago equitativo de 57
los contribuyentes de toda la sociedad, aún cuando los sectores de mayores recursos deberían tener una aportación mayor. Atentan contra el respeto, la dignidad y el derecho de los que por su propia impronta, surgida del afán de lucro en desmedro del colectivo, vieron en descender hasta límites insospechados su calidad de vida en medio de una Argentina rica, que gracias a un accionar nefasto, para el disfrute de pocos, empobreció a la mayoría. Es por esa razón, que existen interesados en menoscabar, difundir la imagen del pobre, del necesitado, como la de un holgazán engordando a expensas de los demás, cuando es exactamente al revés, siendo ellos los que se sirvieron de esquilmar a amplios sectores de la población para construir sus mal habidas fortunas. Ni hablar de la desesperación que les produce la carencia de cuadros opositores, de líderes capaces de impulsar sus propósitos neocoloniales, sin contar la prolongación indefinida de un modelo de gobierno que para unos, en forma de transición y otros, como singular alternativa frente a la tradicional política de dependencia, da todas las señales de volver a contar con el consenso del pueblo en las próximas elecciones. No hay ignorancia, sino una clara intencionalidad Diatribas al margen, no resulta tan curioso saber a los “pequeños autores” de tales afrentas, provenientes de los sectores que consideran al gobierno argentino el verdadero creador de una profunda división social, en base a la recreación de una conciencia política necesaria para inculcar la defensa de legítimos derechos adquiridos. No está en discusión la inocencia de los niños. No son dueños de sus actos. Pueden estar más adelantados que las anteriores generaciones por el ingrediente tecnológico y la evolución ocurrente en sociedades incluso como la argentina, la cual tiene demasiado por desandar. La educación primigenia tiene lugar al interior del hogar, siendo referentes indiscutidos los padres o cualquier protagonista externo o interno de la crianza durante la formación de su personalidad. Lo observado es una historia repetida en otros tiempos. De una u otra manera, los antepasados de estas familias incurrían en actos igualmente deplorables, independientemente de las formas, con la violencia como constante y el egoísmo en calidad de aliciente. Aunque no es inútil apelar a una cultura de acumulación burguesa de las riquezas, de la propiedad; de los bienes económicos de servicios, de consumos, a estas alturas sería incurrir en un lugar común. Es en estas evidencias cuando se terminan por descubrir los grandes males que afectan a los argentinos, bajo la permanente amenaza de volver a la desocupación crónica, a la expoliación, a la pobreza extrema; a la precariedad en los sistemas de salud, de educación. Hasta de garantizar desde la cuna, la continuación del germen 58
de la tan difundida inseguridad, cuyas raíces se encuentran, precisamente en el egoísmo, el deseo de acapararlo todo, sin importar el recurso, la ética, los valores y la imagen del prójimo no vista con amor, sino como al competidor que se debe neutralizar a como dé lugar, con tal de empoderarse de lo suyo. Estos y otros hechos, si bien son pregonados desde la base de una cultura proclive a la dependencia, buscan en vano ocultar intencionalmente la utilización, por parte de la antigua clase dirigente, desalojada del poder mediante elecciones democráticas habida cuenta de su ineptitud, de importantes sectores de la población que anteponen sus propios intereses a las amplias demandas de cambio. Por supuesto, todo ello, llevado a cabo en nombre de la libertad de expresión, del derecho a disentir, del no atropello a las libertades individuales, por parte de aquellos que de manera simple, trabaja de manera constante para administrar dichas atribuciones al arbitrio de su conveniencia. La respuesta adecuada para una circunstancia adecuada Poco antes de despedirse, la docente explico las alternativas de un intercambio de palabras con un alto directivo escolar, responsable en buena medida de dar el mal ejemplo y alentar con sus actos los eventuales malos tratos tanto de los maestros subordinados como de los alumnos, que reiteran en aulas o recreos las actitudes de sus padres. -A mí en verdad me molesta mucho tener que hacer confeccionar más certificados de escolaridad –decía de forma visceral la directora de cierta escuela pública, cuyo nombre e identidad, parafraseando a Miguel de Cervantes Saavedra, no vale la pena recordar. Ahora por esto de las asignaciones, hay más alumnos… La docente, fiel a la serenidad que la caracteriza, se limitó a interrogarla. - ¿No le tenés que hacer certificados escolares a los hijos de quienes trabajan en una fábrica para permitirles cobrar la escolaridad? - Pero esa gente trabaja… - Vos también debés trabajar y hacer las constancias. ¿O lo que no querés es hacer tu tarea? La directora permaneció observándola absorta, sin pronunciar palabra alguna. El remate fue instantáneo, sin anestesia ni atenuantes. -Lo que pasa que sos una mala persona. ¿Para qué te dedicás a la docencia si pensás así? Personalmente, debo admitir haberme quedado mudo también, a excepción de sentir la necesidad de decirlo, no sin un dejo de emoción a flor de labios: “Me siento 59
orgulloso de que una persona como usted, a pesar de no compatibilizar conmigo en muchas cosas, sea argentina‌�.
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XIII SOMERO ANÁLISIS DEL “GORILA” ENDÉMICO Y SOCIAL
Lo más lamentable, no son estos periodistas: es la gente que les cree a estos mercenarios pagos y encima, te escriben en el muro para bardearte, así se hagan los tolerantes y los chistosos. ¿Saben cuándo le voy a creer a Jorge Lanata?...El día que anuncie algo malo de la señora de noble o cuanto menos, de algún "no allegado" al actual gobierno. A mí personalmente, me parecía un gran periodista. incluso, antes de que yo vaya a mi escuela de periodismo cuando le vendió a la argentina la imagen de "zurdo progre" que ahora pretende compartir, siendo director de Página 12 -hoy ultra oficialista- un tipo que en verdad me gustaba. Pero el mundo está lleno de desilusiones, de la misma manera que existe gente que no solo busca su hambre, sino el hambre del otro, sea por pillo o ignorante; ¿qué importancia tiene?, arrastrándote con él, quizás, incluso, porque no conciben que se pueda vender un computador, por ejemplo, sin una política económica que perjudique a terceros. Esta gente no es cristiana. No cree en dios. Es profundamente individualista, insolidaria. Ni siquiera es argentina, porque para volverlos "argentinos", es necesario hacer alguna transa que los favorezca, para que así apoyen al gobierno de turno, porque en realidad, todo les importa un comino. Deberían irse a España, a Estados Unidos, a chile, a México, a los "paraísos económicos o fiscales" donde pueden hacer lo que quieran y que en países como la argentina, se los impide. Por otra parte, siempre andarán en conspiraciones, nunca propondrán nada. Verán todo mal, siempre y cuando no los beneficie, claro y en nombre de una falsa libertad, solo útil para morir de hambre, denunciaran las obligaciones de un gobierno con el pueblo, como "asistencialismo" o "clientelismo", cuando los ciudadanos tienen derecho a exigir por el pago que hacen de impuestos. Por eso tampoco, jamás podrían ser peronistas, socialistas ni comunistas: porque ello no les permitirían ser en realidad lo que son, es decir, personas que no le interesa ningún equilibrio social, ni colectivo, ni individual, porque son producto de una clase media codiciosa, que le muerde la mano a quienes le debe su bienestar porque quieren ascender socialmente, pisoteándose unos a otros, pero que de forma inexorable, víctima de la "subcultura de nacer y vivir en buenos aires, creerse los dueños del país y ser históricamente de mentalidad centralista porteña" -causa endémica de los males de la argentina- terminan pontificando a los encargados de volverla a la pobreza, la cual fue su punto de partida en la pirámide que va de pobres a una estrecha punta de ricos. 61
A este grupo de personas es imposible hablarles de derecho. No solo porque no los tienen, sino porque no los conoce o los desconoce salvo para ellos y de tal razón, por eso, ni siquiera los defienden. Lo que tiene, en su lugar, son intereses particulares y querrán conservarlos a sangre y fuego, caiga quien caiga. Aunque desde luego, para poder oprimir, llenarse los bolsillos -creen en el desarrollo individual, el del lucro donde reina la eterna desigualdad y no en un crecimiento humano en comunidad con equidad- apelaran a la libertad, a la democracia, cuando son ellos unos pobres reaccionarios impotentes, que son incapaces de cumplirlas, pero que a su vez cuando les toca gobernar, no cumplen y para peor, excluyen, escatiman, explotan y se quedan con la dignidad de muchos millones de argentinos. A tal efecto, soy de la idea de que este tipo de cucarachas no se merecen ni agua, porque al menor descuido, están tan resentidos de egoísmo, de avanzar sobre el bien del prójimo, que si no es controlada su reproducción, o se los limitas en cuanto atribuciones, cuanto menos, te despedazan vivo. Y no les vayas a decir nada...porque si no, el agresivo, el intolerante, el autoritario, sos vos, hagas lo que hagas o pienses lo que se te ocurra. Recojo el ejemplo de uno de ellos, quien una vez, incluso, me comento que antes de mi amigo, lo era de la verdad. Y yo, aunque no fui tan rápido en el momento justo, después pensé que nadie puede ser amigo de la verdad, si al menos, primero, con todas las defecciones que pueda tener un gobierno legítimo y elegido por el pueblo, no es amigo de la Argentina. Por suerte no se lo mencione, porque seguramente no me hubiera entendido, quizás a causa de su incondicional amistad, después de todo, con verdades tan particulares como la necesidad de volver, de manera inexplicable, al que para ellos es la panacea de aquel pasado reciente, donde en medio de tanta miseria, desocupación, escándalos, corruptelas y sainetes de cualquier tipo, algunos como ellos estaban tan bien, que ni siquiera se quejaban por mucho más de lo que podría ocurrir ahora.
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XIV
PRO: “PROCESO” DE REORGANIZACIÓN NACIONAL, SEGUNDA PARTE Tras volver a rever magistrales films como “La República Perdida”, apelando otras veces a la virtud de los memoriosos, no caben dudas la Argentina se encuentra atravesando la continuación del peor período de su historia política, social y económica, el cual fue el autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional”. Con ese “constructivo” nombre que auguraba entre los incautos un ordenamiento imaginario frente al vacío real existente, hoy como ayer se promueve el “acomodamiento” de la “filial Argentina” a los intereses de las élites, en asocio a multinacionales extranjeras, con la venia y acatando directivas de Estados Unidos. Sin caer en el discurso reiterativo, se trata de ahondar en meras bases o puntos de partida para sustentar una comparación vergonzante, empezando por resaltar los “méritos” de este verdadero atropello neocolonial padecido por los argentinos. Debido al contexto actual histórico, el gobierno de Mauricio Macri no se dejó tentar con la posibilidad de desapariciones forzadas, grupos de tareas, ni tumbas N.N., las mayores calamidades de la antigua Junta Militar junto a la Guerra de las Malvinas y el descalabro económico. La nueva concepción de este modelo represivo en aparente democracia es la fuerte persecución, el hostigamiento a las fuerzas políticas, sociales o ciudadanas que se le oponen de manera tenaz. El régimen excluyente se conformó con encarcelar a una de las figuras emblemáticas en materia de conciencia nacional y lucha popular: Milagro Sala. La dirigente de “Túpac Amaru”, es el ejemplo de empoderamiento de clase, liderazgo, conducción, activismo en favor de los más sensibles. Para consumarlo, fue necesario el escenario de una provincia feudal al estilo de Jujuy, un gobernador “constitucionalista de la boca para afuera” como el radical golpista Gerardo Morales y el oligarca, Juan Manuel Uturbey, “peronista de circunstancia aunque “traidor serial” al movimiento, quien debería estar pugnando por su liberación inmediata. La acción represiva no es ya durante las sombras de la noche, sino a plena luz del día, con policías que golpean vendedores ambulantes, esposan niños, requisan jóvenes y molestan en especial a ciudadano pobres, para facilitarle a “los de arriba poder hacer cuanto se les venga en gana con el país. Víctima de una censura no vista desde los tiempos del asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas, la prensa tampoco escapa a la defenestración de defensores de derechos humanos, señalar actores “no adeptos”, dirigentes “no negociables”, empleando serviles apólogos de la dictadura militar, desde figuras públicas hasta maestros de escuela ignotos. En suma, contra lo incompatible al proceso de reorganización nacional excluyente, retrógrado, autoritario, impuesto por Macri a nombre de un cambio nefasto que es necesario cercenar de cuajo lo antes posible. 64
No hace falta un gobierno de las tres armas para oprimir la Argentina. Basta tener el presidente farsante necesario, tan blindado por el periodismo como sus acólitos. Un detalle. La culpa no es ahora de los trasnochados de antaño, de Macri o su séquito apátrida. Para responsables, los cómplices del común de llevarlo al gobierno, su empecinada defensa de lo insostenible, quienes pagarán las consecuencias de un sufrimiento merecido y “cargaran con el muerto” de justificarlo, como lo hicieron con el golpe de estado genocida de 1976.
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XV VETAR MUSULMANES, PRECIO VIL DE LA DEPENDENCIA MACRISTA
Cada día queda más claro el modelo de sumisión a Estados Unidos impuesto por los herederos del “Proceso” en la República Argentina, donde para consumar la entrega es necesario “que los enemigos de mis amigos sean a su vez los del país”, a modo de resignar a la otrora orgullosa Nación diciéndole no al ALCA, a los fondos buitres, a los cuales Mauricio Macri les pagó los reclamos de “deuda no contraídas”, además de calificar el hecho de “reparación histórica”, como si la Argentina no tuviera otro derrotero distinto al de la dependencia permanente. A ese sometimiento voluntario atroz, genocida, donde es necesario golpear al pueblo para “hacerlo entrar en razones”, resignarlo a vivir en continua miseria y convencerlo de que el estado anterior de bienestar era “ficticio”, le sigue el de renegar de uno de los valores más tradicionales de la política argentina, anexado a su Preámbulo: “…Para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino…”. Un gobierno conformado por minorías parasitarias como el actual, cada día necesita más culpables, estigmatizar, para reinaugurar otra era donde el desfalco, el saqueo, la estafa, el fraude, la traición, vuelvan a ser moneda corriente. Y entre mafiosos, corruptos, déspotas, cuando el “chivo expiatorio de costumbre” ya no puede ser la “pesada herencia” ni el pueblo, tamaña imaginación delictiva es capaz de hallarlos donde a nadie se le ocurriría. Ahora, para no admitir que los responsables del escarnio se encuentran fronteras dentro, pertenecen o están ligados al poder, tampoco alcanza con señalar a chilenos, paraguayos, bolivianos, uruguayos, peruanos, provenientes de países que apoyaron a la Argentina en sus reclamos por las Islas Malvinas, pelearon para recuperarlas o llegaron a construir de verdad el país. De allí la razón de humillarse no sólo por tener el presidente más corrupto del mundo, sino por permitirle como fiel empleado de Donald Trump vetar el ingreso de inmigrantes musulmanes. El Islam no es una religión solamente compuesta por fanáticos o extremistas, como pretende engañar Estados Unidos o sus esbirros que oprimen hoy a la Argentina. Enseña el amor al prójimo, una forma práctica de pensar o de vivir, la cual puede ser aceptada o no libremente, aportando buenos, constructivos valores a la sociedad en general. Por lo tanto, ser musulmán no constituye un peligro mayor al de los extremistas católicos, el sionismo ortodoxo, las sectas, los grupos radicales existentes en cualquier parte del mundo, pero no menos que el de los seguidores del macrismo aún admitiendo poseer valores espirituales y cristianos cuando por su impronta no podrían ser capaces de ponerlos en práctica… 66
Macri no llegó a solucionar los problemas nacionales. Encabeza un simposio de mal vivientes necesitados de acusar a la mayoría para usufructuar el patrimonio de todos y máximo escapar cada diez años, antes que los argentinos salgan a la calle a derribarlos de la nube fecal donde se arruman a sus espaldas. A lo sumo, este gobierno de incapaces tan pobre de alma debería intentar emular a un pueblo justo, noble, sufrido y valiente como el musulmán, de quien podrían aprender su solidaridad, cortesía, amabilidad, inteligencia, sin contar la virtud esencial que el macrista promedio jamás podrá representar ni sentir: ¡Amor por su País, Nación, Cultura, Pueblo e Identidad!
XVI ARGENTINO: ¿DE QUE LADO ESTÁS Y HASTA CUANDO?
El pueblo argentino tuvo su bautismo de fuego contra la usura y entrega macrista durante la primera huelga general, en desacato a las políticas de precarización en usufructo suyo. Como era de esperarse de un gobierno conformado por peligrosos delincuentes poniendo en juego el patrimonio y el futuro del país, tan mentiroso e incompetente hasta donde “lo cierto se hace dudoso”, tuvo lugar una represión sin atenuantes desde los reclamos de democracia de la Multipartidaria a la Junta Militar saliente en 1982. De nada valió la promesa de respetar a las columnas de manifestantes en caso de liberar una vía al tránsito sobre la autopista Panamericana. Camiones hidratantes, cachiporras, balas de goma; todo fue válido para tirar como “tierra bajo la alfombra” los síntomas de ingresos drásticamente diezmados, tras acentuar el creciente empobrecimiento. No hubo excepciones para nadie: Ciudadanos de a pie, del Frente para la Victoria, movimientos sociales kirchneristas o no, incluidos del trotskista Frente de Izquierda de los Trabajadores, quienes a fuerza de una letra entrada con sangre, fuego y acero, en definitiva fueron “persuadidos” de que “Macri no era igual a Scioli”. Es innecesario el desgaste de reiterar aquello de lo cual es capaz de hacer el régimen falaz macrista, con su ola de recortes, despidos, represión brutal e intentos furtivos de retrotraer al país tanto en la práctica como la sujeción mental a los tiempos de la última dictadura. Suficiente con hacer memoria para recordar los elementos asistentes a la marcha en su apoyo, celebrada días atrás. La abundancia de ropas finas, peinados producidos, no pudo disimular la escasa concurrencia ni la apología del delito perpetrada por verdaderos nostálgicos del 67
Proceso, algunos ex integrantes de las antiguas fuerzas de “seguridad” e inteligencia vestidos de fajina, Falcon verde incluido, desplegando discursos revanchistas sin poder disimular el perverso terror que sienten a la restauración de de los derechos inalienables, hoy usurpados por el gobierno neoliberal corrupto de un empresario fraudulento. Ese apoyo, junto al de medios de comunicación “comprados”; los responsables de hacer campaña en las redes sociales a favor de la Alianza Pro – Cambiemos, recibiendo dádivas comparadas a las fortunas que día a día pierde el país y de los analfabetos políticos u “odiadores seriales gratuitos”, hizo “sentir fuerte” al gobierno “títere” de Macri y lo alentó a avanzar sobre un pueblo indefenso, abandonado por sus sindicatos aunque imbuido por una conciencia social que llegado el momento, hará rodar la cabeza de los responsables. El tiempo apremia; también la necesidad de subsistir. La ciudadanía debe a resistir y defenderse, comenzando desde señalar, delatar, aislar a quienes todavía apoyan esta verdadera desgracia que se cierne sobre la Argentina, hasta conformar organizaciones encargadas de hacer justicia ante el atropello e incumplimiento de la ley. A su vez, sus acciones deben extenderse empezando por el policía, soldado, gendarme con “sabor a sangre en la boca”, pasando por el periodista apólogo que aplaude la represión terrorista, para concluir en la cúspide de la pirámide con el político, el empresario, el ruralista, el testaferro o cualquiera sea la clasificación del criminal asociado al desfalco. Para dar inicio, debería preguntarse a cada argentino de qué lado está.
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XVI ¿QUIÉNES IRÁN A PELEAR LA GUERRA DE ESTADOS UNIDOS EN LA ARGENTINA DE MACRI? La asunción del republicano Donald Trump pone de manifiesto sin lugar a dudas, la pretensión de las corporaciones de Estados Unidos de ir por los recursos mundiales a gran escala, a fin de robustecer su poder y para lograrlo, necesitan recuperar el que suelen denominar su “patio trasero”: América Latina Para lograrlo, apelo a la complicidad de los “aliados interiores”. Su primer blanco, fue el golpe contra el Gobierno de Manuel “Mel” Zelaya en 2009. Le siguió la destitución del ex sacerdote católico Fernando Lugo de 2012, líder opuesto al poder de la maquinaria política paraguaya. Ese mismo mecanismo utilizó en Brasil para derrocar a mediados de 2016, a la presidenta constitucional, Dilma Rousseff. Mientras la vigencia de la constitución impuesta por el dictador Augusto Pinochet amordaza cualquier intento de instalar un gobierno chileno alternativo, Tabaré Vázquez, proveniente de la “derecha al interior de la izquierda” del Frente Amplio uruguayo, impuso sus propias condiciones. Sin desalentarse por estruendosos fracasos tanto en Ecuador como Bolivia, la rapacidad imperial siguió allanándose el camino hacia una restauración pro norteamericana. No fue necesario invadir, ni alterar el orden constitucional así sea de la manera más exquisita. Bastó emplear los “socios de Estados Unidos” como ariete, amparados en erróneas concepciones de democracia, una irrisoria defensa derechos o de la libertad de prensa, para atacar en forma de partido político invisible una vez cerciorada de la inutilidad de financiar una oposición incapaz, carente de argumentos. Fue la gran prensa de Buenos Aires y sus satélites la que posibilitó instalar un gobierno sin más programa que el de asaltar la caja del Estado, cuyo encaje se triplicó por las políticas de los gobierno kirchneristas; calificar de “reparación histórica” la entrega de parte de ese dinero al exterior y endeudar irremediablemente al país para pretender garantizar el continuismo de administraciones neoliberales. No en vano el macrismo redobló la apuesta de la década menemista. Se abstuvo de las viejas políticas de “seducción” a los kelpers, renunciando en la práctica al soberano reclamo sobre Malvinas. Habla de una pasada “mala administración”, de “pesada herencia recibida”, recorta el presupuesto educativo, reprime salvajemente a los maestros, destruye fuentes de trabajo, quita remedios a jubilados, pero gasta dos mil millones dólares en la mayor adquisición de armas de los últimos cuarenta años. Y si el país estaba tan mal; ¿por qué le dan tanto crédito?
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¿Será para “combatir al terrorismo”? ¿De dónde viene la amenaza? ¿Del pueblo? ¿Justo ahora que los líderes mundiales se afilan las uñas, de cara a una eventual Tercera Guerra Mundial? ¿En realidad no pretenderán enviar a la Argentina a combatir a favor del interés de los socios norteamericanos de Cambiemos, transformándola de paso en un objetivo militar peor que cuando los atentados a la AMIA o la DAIA? ¿Sería que quieren revivir la “colimba” ya no para que los jóvenes argentinos “le hagan el siervo gratis al sargento, el coronel de turno” o “rescatarlos de la delincuencia”, sino para mandarlos a robar su petróleo a los venezolanos, atacar Corea del Norte o usarlos de “carne de cañón” peor que la dictadura en la Guerra de las Malvinas, porque de esta manera ni siquiera caerían defendiendo la Soberanía Nacional? Lo que no terminan de comprender Macri y sus secuaces, es la existencia de un pueblo empoderado, consciente de sus derechos, el cual aunque las calles vuelvan a teñirse de sangre, se los va a impedir así sea con el último aliento.
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XVII SI EL PAIS NO LE PERTENECE A LOS ARGENTINOS, QUE NO SEA DE NADIE
En la retórica democrática es conveniente acatar la opinión de la mayoría, acompañar los procesos a partir de la aceptación de le disensión, mientras la misma no implique claudicar la Patria a nombre de las prebendas de una minoría, que bajo el manto de lo ideológico ostente intereses perjudiciales para el país y su pueblo. En su estado verdadero, esta se da cuando el gobierno elegido por el pueblo promueve el bienestar general y asegura los beneficios de la libertad, como bien establece el Preámbulo de la Constitución Nacional. Pero cuando eso no sucede así, no hay democracia tampoco, al vulnerarse el principio básico de un contrato social entre el Estado, como garante de los derechos adquiridos y la ciudadanía, asumiendo a la vez sus respectivas obligaciones. Si esas condiciones mínimas no se cumplen, la continuación de los reclamos por la vía de la acción directa, de la confrontación, será inminente e inevitable entre los ciudadanos incluidos y quienes prefieren sostener su beneficio propio, sin reparar en la necesidad ajena, ni en el equilibrio de lo colectivo con lo individual. El abuso, la represión, la respuesta represiva del régimen macrista frente a los justos reclamos, viene a instalar una violencia innecesaria, provocada desde un poder despótico, omnímodo, con matices dictatoriales, el cual ahoga cualquier instancia republicana donde apelar. El presidente y su parafernalia tecnócrata neoliberal se atreve a tocar un solo derecho, subsidio o conquista, la traición de los dirigentes de ningún modo deben justificar la inacción así sea espontánea del pueblo soberano. Se está mercando la Argentina por la desfachatada entrega de los líderes sindicales, de reconocidos traidores de la clase política, hecho concedido por la asombrosa abulia de quienes se reconocen como leales, pero con su silencio cómplice permiten destruir avances obtenidos durante doce años e hipotecar el porvenir, gracias a los empréstitos concedidos a Macri y sus secuaces por sus cómplices del exterior. Hoy, la larga noche iniciada por Uriburu, consumada por Aramburu – Rojas, precedida con Onganía, bajo la profundización de la dictadura militar, perfeccionada a su vez en democracia a manos de Menem – Cavallo - De la Rúa, encontró en la descreída, falaz, corrupta y malviviente asociación ilícita recreada desde la administración de gobierno su más ferviente exposición. En caso que la Nación Argentina no pueda pertenecerle al Pueblo, su indiscutible legatario sobre el cual descansan los sacrificios y méritos de sus legítimas conquistas, si el mandato de los traidores puede más que la verdad, rebasando aún 71
el derecho de todos los argentinos, mejor serĂa no le pertenezca a de nadie antes de verla pasar como un bien enteramente ajeno.
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PANORAMA LATINOAMERICANO PREVIO Y POSTERIOR A LOS GOBIERNOS KIRCHNERISTAS EN LA ARGENTINA
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Crisis brasileña pone en riesgo avances políticos y socio económicos Hay una realidad incontrastable y es que toda protesta, es válida en todo país que se diga democrático. La ilegitimidad del aumento en el gasto público, de algunos precios –en especial el transporte- es inadmisibles, si para colmo, el argumento más persistente tiene mayor sustento en la estadía de un Papa o bien, la realización de la próxima Copa del Mundo. Si hay insumos para que Francisco I salga de gira a lo largo y ancho del Brasil; si desde el mismo Estado Nacional, surgen “mágica y misteriosamente” dineros, con el propósito de organizar un torneo futbolístico –el primero, un evento semejante a una fiesta; el segundo, uno de los entretenimientos más costosos del planeta- lo debería haber para determinar el valor de una módica tarifa al momento de abordar el colectivo y no impacte en los sectores sensibles de la población, así la medida sea menos demagógica o populista, pero sí popular, porque recala en la mayor parte del pueblo. Se está del lado del capital, de los intereses particulares o de la ciudadanía, la cual eligió la continuidad de un modelo y de determinadas políticas socioeconómicas, que legitiman a todo gobierno. Por otro lado, aunque es posible la sucesión de hechos que no se pueden prever, carecen del suficiente peso para justificar un viraje ideológico – programático. Evitarlo, dependerá del genio del líder, del conductor de la Nación, proveniente de la base del pueblo, quien debe tener, como eje, el mantenimiento a toda costa, la realización de la voluntad de sus electores, sin claudicar, pasando a generarle beneficios sólo a los sectores influyentes. Fueron buenas las palabras de la presidente Dilma Rousseff, al afirmar que “ella siempre estará dispuesta a oír lo que la gente quiera o tenga que decir. Incluso, el ex mandatario, Luiz Inacio “Lula” Da Silva, ratificó esta posición. Ahora, la verdadera resolución de los acontecimientos, por llamarla de alguna forma, pasara por interpretar de forma correcta cual es el deseo de la gente que hoy ocupa calles y plazas. ¿Consideran excesivos los gastos por la venida del Sumo Pontífice de la grey católica? O mejor aún; ¿quizás no deba ser el gobierno el cual contando con recursos, los destine a fin no solamente de saciar las demandas políticas, sociales, económicas, sino de dar una respuesta a quienes los colocaron en la casa de gobierno, para no generar, de paso, la necesidad de un vacío de poder? Sería un despropósito que ello no ocurriese. La justa razón, asociada a la parafernalia de dar respuestas inmediatas cuanto antes, reconoce la necesidad, pero desdeña de la memoria y esto, puede ser el punto de inflexión que muchos sectores antidemocráticos, porque representan el capital siempre concentrado en manos minoritarias, estuvieron esperando. No sea que por la actual crisis, el Brasil resigne un proceso en la dirección adecuada no por mera teoría, sino porque demostró ser capaz de sustraer a treinta millones de personas de la extrema 74
pobreza, de generar puestos de empleo. De un sinfín de logros, otrora inimaginables, en salud, vivienda, educación, disparando un potencial de recursos e industrialización, con inclusión social mediante, hasta lugares donde antes no era probable acceder ni soñando. Bienvenida la protesta. Ahora, el turno le corresponde al talento de la estadista sujetarse al diálogo. No, a la clásica receta del ajuste, logrando, de seguro, resultados positivos al menos al comienzo, a partir de lo elemental, para que mañana no aparezcan actores, entre los más críticos de hoy, a quienes en el futuro no deba salírseles en una manifestación, por ser ellos los que después se vuelvan una máquina de incumplimiento organizado, como lo supieron demostrar, fueron y aún puede observárseles, con hacer apenas una fugaz mirada hacia el pasado reciente. La única verdad, es la realidad. Lo demás es un híbrido, un aborto de la naturaleza, un producto artificial, provocado por la necedad, la incapacidad, sumada al oportunismo de los “astutos” de siempre, colmados de protestas airadas –no por convicción, sino beneficio propio- quienes a la hora de gobernar, de instrumentar políticas acordes, estarán lejos de dar la medida adecuada, más que por falta de capacidad, a causa de negarse a hacer cuanto deben realizar: Constituir un gobierno donde haya lugar sino para todos, al menos lo sea para la inmensa mayoría. Toca por ende, a la presidenta, a sus asesores, aprovechar que el mundial todavía no comienza, detener unos instantes la pelota y mirar cual será de la suerte de esa gente llamada a festejar los goles de su selección “en casa” después de sesenta y cuatro años, quien será la “salsa haciendo al plato” del espectáculo, de igual forma a cuando transcurrió la visita papal. El pueblo cree, espera. Pero también se puede impacientar con razones de sobra y sin considerar tanto lo logrado, como si se lo estuvieran quitando delante de sus narices.
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Venezuela, una cuestión que atañe al continente entero A mi amigo y compañero Fortune Modeste Valerio. Gracias por inspirarme con tu claridad para poder elaborar éste humilde artículo. Durante los últimos días transcurridos, en todo el continente suramericano, las noticias sobre Venezuela tomaron las pantallas de televisión, los medios virtuales, las radios y las redes sociales. Sin importar las tendencias noticiosas, es probable que nunca el país bolivariano ni su revolución socialista del siglo XXI, hayan adquirido tal popularidad entre el público, aún en tiempos de Hugo Rafael Chávez Frías. Pero como lo que atiene a éste artículo no sólo es informar, sino hacerlo con la verdad, la idea sugiere hacerlo con la imparcialidad demandada, en el deseo de lanzar la verdad a los cuatro vientos, aunque el corazón pretenda traicionar y sea deber obligado reconocer, primero, falencias propias, para tener autoridad moral, derecho a diferenciarse de lo éticamente incorrecto. Resalta la inconveniencia de lanzar críticas, alzar el índice acusador, cuando en una parodia de “La Naranja Mecánica” -magistral film de Stanley Kubrick- no existe diferencia ente victimario y víctima o se pretende diferenciar la verdad de lo incorrecto, al mostrar la credencial policial, así como la utilización del capital, concentrado en pocas manos, para burlar la voluntad mayoritaria. Ciudadanos de países como Colombia, Chile, el Perú, México, en muchos casos persuadidos desde medios de comunicación tendenciosos, lejos de hacer una mirada introspectiva de sus oscuros panoramas nacionales, fueron impulsados a sumar un punto de vista negativo. El mismo, que en reiteradas ocasiones, a pesar de parecer ridículo, los llevó a “archivar” necesidades básicas, a ponderar a los verdugos de turno, en detrimento de líderes y sistemas sociopolíticos – económicos, en capacidad de procurar un cierto grado de bienestar. ¿Pero por qué? ¿Quiénes son los beneficiarios de semejante falta a la verdad? ¿Los medios desinformativos, al servicio de los centros de poder? Sí. ¿La ignorancia de la gente, incapaz de ver entre líneas de qué se trata, al punto de olvidarse hasta del hambre, el desempleo, el difícil acceso al sistema de salud, de educación, de la criminalización en todos los estratos de la vida nacional? También. Frente a los distintos interrogantes devenidos ante la alarmante incapacidad por defender lo propio, se suma, como si ello no fuera suficiente, el grave defecto de defenestrar a quienes están decididos a hacerlo. La opinión no siempre es tal, inteligente, sabia, inocente, despreocupada, irresponsable. Se juegan casi tantos intereses como estrellas hay en el cielo, para que los ciudadanos hablen de fútbol, desvíen la atención a inconvenientes devenidos de su cotidianidad y en cambio, sigan “mirando hacia afuera”. Son demasiados artimañas las cuales son puestas en riesgo. Artilugios para preservar 76
desde la continuidad impostergable del saqueo de países enteros, al simple hecho de “venderse por moneditas”, en cualquier sentido de la palabra. Es en ese momento, donde se duda si en vez de utilizar el término “opinión”, se lo debería reemplazar por el de “inducción de la voluntad”, la cual de no existir semejantes factores de deformación de la naturaleza de los hechos, nadie sería capaz de creer. Es imposible hallar diferencias entre el pasado y el presente, aún con independencia de contexto. Por ejemplo, no hace falta azuzar pueblos contra gobiernos como el de Gustavo Rojas Pinillas, para facilitar el retorno conservador – liberal al poder. Alcanza con Caracol, RCN, NTN24, CNN, o “periodistas” como Claudia Gurissati, al frente de los medios de difusión masivos. Es importante resaltar ese detalle, entre otros, a la versión remozada de “caceroleros” argentinos, temerosos de ver transformado su país en “Argenzuela”, porque ello limitaría su afán enfermizo de consumo. Para lograrlo, no importa la identidad de los responsables de generar inflación. Los monopolios y sus aparatos, los exacerban contra el gobierno nacional y popular, porque no permite con sus políticas, perjudicar a la mayoría de los argentinos. Otro renglón aparte, merecerían los pinochetistas chilenos, denunciantes de la “falta de libertad”, de la “dictadura chavista”, pero justificadores de la masacre de los mapuches “entre casa”. Por supuesto, no se quedan atrás los fujimoristas peruanos, insistiendo en la falta de “libre mercado” que “asfixia a la economía”, aunque a favor del “intervencionismo gubernamental” para impedir la gestación y con esto, de la “libertad” de venir al mundo los niños, hijos de las familias de escasos recursos. Así como el “pavor” que despiertan “los acontecimientos venezolanos para Enrique Peña Nieto, el presidente de México, cuando más debería horrorizarse por la escalada de muertes y el azote del narcotráfico –con participación directa del gobierno en ambas- los cuales tiene al país azteca al borde del colapso. Haciendo honor a la célebre sentencia: “La caridad bien entendida, comienza por casa”, aunque no se puede ignorar lo acontecido en una nación hermana, es imprescindible tanto comenzar, como concluir, volviendo los ojos a Colombia. Bajo le égida de un estado viciado por la corrupción, negociados, mafias enquistadas dentro del poder, la miseria y la ruina de su gente, se intenta “prevenir” el advenimiento de un modelo inclusivo, generador de oportunidades. De allí, los señalamientos de “falsa ausencia de libertad”. Por supuesto, prohibiendo la señal de Telesur. No vaya a ser cosa que vivir bien, se vuelva subversivo y contagioso… Los artistas tampoco se salvaron de pontificar sobre lo humano y lo divino… Quizás cometiendo el error de resaltar lo pintoresco, es imperativo resaltar la forma en la cual los distintos establecimientos, mancomunados en un fin común, se abstuvieron de descartar a algunos de sus popes artísticos, para conjugar el lavado de cerebro, con la identificación de la ciudadanía a través de sus ídolos. ¿Quiénes mejor que ellos, para terminar de “alertar a las personas” sobre lo bueno y lo malo, 77
cuanto conviene hacer o no, de cómo vivir, justamente, por tratarse de auténticos ganadores, campeones de la vida, paladines de la existencia? Una de las primeras en manifestarse, fue la superestrella ítalo norteamericana Louise Verónica Ciccone, más conocida como “Madonna”. En tiempos de la guerra de Irak, sufrió la censura de un video por parte del gobierno de George W. Bush (h), al punto de verse “comercialmente obligada” a declarar de manera pública, darle “apoyo a los soldados del Imperio”. Sin embargo, contradictoriamente a su usual postura pacífica, sin la necesidad de vender más millones de discos compactos y sin nadie que la obligue, la “princesa del pop”, al oponerse al gobierno bolivariano, se suma a quienes piden una intervención armada. En menor medida, lejos de dejarse encandilar por los inconvenientes de la juventud portorriqueña y mexicana, sin futuro de desarrollo personal que no sea, a criterio de muchos, “entrar por el hueco”, los cantantes Marc Anthony, así como Marco Antonio Solís, respectivamente, “niños mimados” en el mercado latino, homologando la defensa de una libertad, opuesta a los líderes populares electos, por considerarlos dictadores, manifestaron su apoyo al sector desestabilizador universitario de Venezuela. ¿Sería también para ampliar las posibilidades de que algún trabajador ilegal, devenido en cantante, pueda acceder a un Grammy? De nuevo, la mirada se vuelve a recostar en Colombia, cuya dependencia extrema la mantiene en el deber de velar cuidadosamente que ningún país de la región sea libre. Celebridades como la actriz Sofía Vergara, coprotagonista de series y de películas norteamericanas, volvió a desenfundar el arma al igual que en la secuela de “Machete”, pero en dirección al pueblo venezolano y lejos de las salvas del cine, con munición gruesa. Lo mismo Juanes, el cantautor rockero, muy cercano junto a Shakira, del presidente Álvaro Uribe Vélez. Pero sería una ofensa culparlo, porque de todos modos, tampoco sería el primero en afirmar que los estudiantes colombianos son “terroristas camuflados”, estilo “Gina Parodi” y sus similares venezolanos, por el contrario, “jóvenes luchando con conciencia de patria”. Quizás la más “conmovedora” de las observaciones, provenga del autor de “Pedro Navaja”, el cual tal vez cansado de morir en películas de dudosa categoría, desea tener un funeral de lujo en tiempo real, tras acabar de morir por la boca. Rubén Blades es un músico sensacional, sin dudas. Pero se adivina al leer recién su respuesta al presidente Maduro, el intento de “empachar” sus aseveraciones sin salir demasiado indispuesto de la conjura verbal. Y como dice la canción casi al finalizar: “La vida te da sorpresas”, como la que recibió Pedro Navaja o Rubén Blades, aunque el artista no haya sufrido el rigor, en carne propia, del simpático bribón de su creación, menos irreal que los bandidos de pura cepa, que generalmente responden a fines espurios, a jefes inescrupulosos, asesinos, a quien le deben una especie de lealtad más parecida al tributo a causa de un cierto sentido de pertenencia sin el cual darían la impresión de no saber qué hacer. Al margen de la antinomia “liberación –dependencia”; ¿será qué el fin perseguido hace la diferencia, en cuanto a los métodos para alcanzarlo? 78
La “verdad de la milanesa” Opiniones al respecto, como las del amigo dominicano, Fortune Modeste Valerio, son por demás, concluyentes y hacen una reseña magnífica del verdadero estado de situación existente: “La Revolución Bolivariana de Venezuela –dice, es revolucionaria con marcada preferencia socialista, funcionando en una estructura capitalista. Eso quiere decir que, los suministros de bienes y servicios al pueblo venezolano, se encuentran en propiedad de la burguesía. Ésta y los Estados Unidos, se oponen tanto al gobierno, como a Nicolás Maduro, un presidente electo democráticamente por el pueblo. Ese fue el resultado de las últimas elecciones hace dos meses. La Revolución gano 422 alcaldías y la oposición sacó 75. La primera, obtuvo 5.2 millones y la derecha, 4.3 millones. Esa es la cuestión”. Más adelante, Fortune prosigue de forma magistral con su alegato, ahora, tratando desde él mismo de buscar una luz en las tinieblas: “Pero respóndanme algo. ¿Con quién está el pueblo? La estructura capitalista es la responsable de abastecer a la población de bienes y servicios. Esa burguesía corrupta y los EUA son los responsables del desabastecimiento en Venezuela. Todo un plan muy bien elaborado, donde los medios de comunicación juegan un papel determinante, en primera etapa". El éxito de dicha crónica, tendrá lugar dependiendo de la comprensión que pueda despertar, transformada en verdad esclarecedora masiva o revelación para unos pocos. Por supuesto, siempre y cuando los segundos tengan igual, mejor capacidad convicción, capaz de superar la argumentación de los mentirosos de siempre; los idiotas útiles, haciéndoles publicidad por esa terca costumbre de limpiarse la boca con papel higiénico, junto a los aprovechados de costumbre.
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Verdades sobre los colombianos deportados de Venezuela Más allá de la "cantaleta mediática", los dramáticos hechos afectando la vida de miles de colombianos, son consecuencia directa o más bien, respuesta a la "guerra fría" librada en todos los ámbitos posibles por Colombia desde hace años, como cartabón de los intereses de Estados Unidos o de sus clases dirigentes en la región. A su vez, al contrario de lo demostrado en los medios masivos de comunicación al servicio de los centros de poder, el daño no está pensado para colombianos, sino para el gobierno que ahora tendrá que soportar en territorio nacional a conciudadanos que por su mediocridad y mala administración, será incapaz de dar de comer. ¿Seguirán esperando al Chapulín Colorado? A decir verdad, los colombianos no tienen quienes los defiendan. Mientras el gobierno, asociado a empresarios, terratenientes, mafiosos, corruptos, conspira, los medios desenfocan la realidad. Al mismo tiempo, en departamentos como Cúcuta, por ejemplo, se esconden los productos venezolanos para provocar desabastecimiento. Toca entonces desviar las culpas, tirar la piedra y esconder la mano, como de costumbre. Existe el contrabando; son ocultadas grandes sumas de dinero, a fin de garantizar la escasez de circulante y "de postre", desde Colombia le mandan paramilitares, los cuales no son todos, por supuesto, aunque se comprobó su colaboración estrecha con la oposición del país vecino, el caos, la desestabilización. ¿Cuál es la reacción del gobierno bolivariano? Amén de la crisis del precio del petróleo, se blindan. Se encuentran obligados a proteger al propio país, a sus ciudadanos, cuando en Colombia es al revés: Se prefiere el dinero, los intereses, los negociados, a la prosperidad, la tranquilidad y el bienestar de las personas, en especial las más humildes. Problemas ajenos para ocultar los propios ¿Por qué en Colombia no se origina el mismo desorden ni se prenden las alarmas como con Venezuela, por los 14.5 millones de pobres, los 4.5 en extrema pobreza, los 5.2 millones de desplazados, siendo los segundos de mayor numero en este último rubro mencionado? ¿En qué reside la razón por la cual los medios lo ocultan y en cambio, hablan del país de bolívar? ¿O es posible pensar que si los propios colombianos expulsan a sus connacionales de su propia tierra, los extranjeros no van a estar exentos de hacer lo mismo? Lo harán, entre otros motivos, para "hacer notar la otrora bondadosa cuchara”, hoy negada por responsabilidad de un gobierno incapaz de garantizar la supervivencia 80
de aquellos a quienes sólo recurre al momento de pedirle el voto para perpetuar si no a los hombres, a los sistemas generadores de pobreza y exclusión. Un sabotaje continuo El cierre de frontera decretado por Venezuela el 19 de agosto tiene su causa en un complejo entramado político-delictivo, en el que destaca la acción de grupos paramilitares vinculados al expresidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez. La estrategia paramilitar es controlar porciones cada vez mayores de territorio, donde se organizan acciones de financiamiento, entrenamiento y de operación política, en el marco de la guerra híbrida que se desarrolla en el continente. Como es conocido, en el período de Gobierno de Uribe (2002-2010) fue cuando los grupos paramilitares alcanzaron su esplendor en la guerra “sucia” colombiana. Desde entonces datan los primeros planes para involucrarlos en Venezuela, con el objetivo de derrocar a Chávez. Fracasado en abril de 2002 el golpe en un formato más clásico, a partir de ese momento la guerra seguiría por medio de otras variantes. En mayo de 2004, una gigantesca operación es desactivada en pleno centro del país. A pocos minutos de Caracas, en una quinta de El Hatillo propiedad del terrorista cubano-venezolano Robert Alonso, son detenidos 153 paramilitares colombianos, a punto de realizar una operación encubierta con el sello típico de las fuerzas especiales norteamericanas. El objetivo era atacar el palacio de Miraflores portando uniformes venezolanos, para presentarlos como un sector de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) que se insurreccionaba contra el Gobierno del comandante Chávez, a quien planeaban asesinar. Luego, los políticos derechistas locales, los medios privados de comunicación y las propias estructuras infiltradas en la FANB harían lo suyo. Abortado ese plan, a los pocos años Robert Alonso, ya prófugo en Miami, conceptualizaría la nueva variante táctica: la punta de lanza serían los grupos guarimberos, conformados por jóvenes con entrenamiento y apoyo logístico del paramilitarismo. Estos grupos comenzarían a organizar protestas callejeras violentas, apoyados por francotiradores, con el objetivo de generar caos social. La acción de las fuerzas de seguridad, calificada como “represión a manifestantes opositores pacíficos, que luchan por la democracia y los derechos humanos”, sería presentada como prueba de la existencia de una dictadura, pretexto necesario para diversos niveles de intervención extranjera en los asuntos venezolanos. Sobre la base de esa estrategia, durante varios años, en todo el país se fueron asentando núcleos paramilitares, construyendo vínculos con el “hampa común” a partir del control del narcotráfico y otros negocios ilícitos, como el contrabando, los 81
secuestros, la trata de personas y las redes de “protección”, sustentados también en la corrupción de elementos de las fuerzas de seguridad venezolanas. En la frontera el fenómeno alcanzó niveles alarmantes en los últimos meses, mientras se adelantaba una ofensiva total en la guerra de baja intensidad, con miras a derrocar al Gobierno de Nicolás Maduro. Éste es el formato que emergió con fuerza en los dos últimos años y medio: primero en abril de 2013, con el llamado a “descargar la arrechera” del candidato perdedor en las elecciones, Henrique Capriles, que dejó a 11 personas asesinadas en sólo dos días; y luego entre febrero y mayo de 2014, con la campaña “La Salida” liderada por Leopoldo López, Antonio Ledezma y María Corina Machado, con 43 personas asesinadas, varias de ellas pertenecientes a las fuerzas de seguridad, baleadas por francotiradores expertos. Pero también en acciones de sicariato con gran impacto político, como los asesinatos de Eliecer Otaiza (abril de 2014) y de Robert Serra (octubre de 2014) y los atentados contra Eduardo Samán, entonces presidente del Indepabis (octubre de 2013) y contra el ministro de Educación, Héctor Rodríguez (septiembre de 2014), a lo que se debe sumar los planes para asesinar a Daniela Cabello, la hija de Diosdado Cabello (entre mayo de 2014 y julio de 2015) y una gran cantidad de ataques a funcionarios policiales y escoltas de líderes políticos. La captura de Lorent Gómez Saleh, líder de la ONG “defensora de los derechos humanos” Operación Libertad (septiembre de 2014) y de José Rafael Pérez Venta, de Alianza Bravo Pueblo, y de Carlos Trejo, de Primero Justicia (agosto de 2015) proporciona evidencias contundentes sobre los vínculos entre el paramilitarismo colombiano, el terrorismo de la derecha venezolana y todo tipo de crímenes y negocios ilegales, que financian las operaciones políticas contrarrevolucionarias. El descuartizamiento de la activista opositora Liana Hergueta a manos de estos mismos grupos no es más que la guinda de un pastel que apesta desde hace demasiado tiempo. Si todos estos eventos de mayor impacto se registraron fundamentalmente en Caracas, es en la frontera donde se desarrolla la avanzada principal, una suerte de retaguardia estratégica que desde hace años vienen denunciando las organizaciones populares con presencia en zonas rurales y urbanas de Apure, Táchira y Zulia. En este contexto se produce el ataque paramilitar del 19 de agosto, cuando son heridos en Táchira, a pocos kilómetros de la frontera colombo venezolana, tres efectivos del Ejército que se encontraban realizando un operativo anti contrabando. Este evento es el que desencadena la decisión de pasar a la contraofensiva contra el paramilitarismo y entre otras medidas, el cierre de la frontera.
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Desde ese momento, en sólo diez días, han sido capturados varios integrantes de grupos paramilitares. En Táchira, fueron detenidos Wilmer Alexis Tarazona, venezolano, acusado de participar en la emboscada del 19 de agosto; y Diego Armando Muentes Burgos, colombiano, integrante del grupo Los Urabeños, luego de que una escuadra se enfrentó el 26 de agosto con efectivos de la FANB. Cinco paramilitares huyeron hacia Colombia. Poco después, Wilquin Alexander Roa, alias “Care Niña”, jefe de Los Urabeños en el corredor fronterizo, se entregó a las autoridades colombianas. A Roa se lo acusa por secuestro, extorsión y homicidio en varios casos, además de la desaparición forzada de seis personas halladas en una fosa común en Táchira en mayo pasado. Casi en simultáneo, en el otro extremo del país -en El Tigre, Estado Anzoategui-, fueron arrestados Darío Leguizamón Pulido, alias “El Boyaco”, y Fabio Leguizamón Pulido, ambos hermanos de nacionalidad colombiana, quienes tenían pendientes 64 órdenes de captura por secuestro, tortura, homicidio y desaparición de personas, según el alerta roja de Interpol. Apenas algunos casos emergentes, que si tienen lugar en los medios privados internacionales, serán simplemente como hechos aislados. Nunca como parte de un problema gigante, que es preciso abordar y cuyas pistas conducen a los principales operadores -y objetivos- del imperialismo en la región.* Responsables, a dar la cara Quizás, además de al gobierno de Juan Manuel Santos, los deportados deban ir a pedirle ayuda a Claudia Gurisatti, a Vicky Dávila, a NTN 24 y otras lacras desinformativas, sin olvidarnos de solicitarles alimentos a la ex ministra Marta Lucia Ramírez, debido a su actual “preocupación" por los compatriotas en Venezuela, pero que no reparó en protegerlos cuando debían procurarse el alimento, el trabajo, la salud, la educación y la vivienda que el pésimo gobierno al cual perteneció, les negaba. Va lo mismo para el personajes polémicos como el ex presidente y actual senador, Álvaro Uribe Vélez, quien ahora "se desgarra las vestiduras", cuando además de ser el máximo responsable del vaciamiento, de la usura, la corrupción, la entrega, los falsos positivos, las gravísimas violaciones a los derechos humanos elementales y desapariciones forzadas comprobadas, fue incapaz de brindar las mínimas condiciones de dignidad a las cuales aspira cualquier ser humano. Sin embargo, como si todo esto fuera poco, ahora pretende sacar rédito político a causa de una megalomanía y sed de poder tan enfermiza como despreciable, que ni siquiera le servirá para retornar al gobierno. Mucho menos, si se firma la ansiada paz, cuando acabará por convertirse del todo en un auténtico cadáver político. La frutilla del postre 83
Hasta un poderoso diario del Eje Cafetero, cuyo nombre, parafraseando al gran Miguel de Cervantes Saavedra, este esmerado cronista “no quiere acordarse”, no es capaz de mandar ayuda a pocas cuadras donde hay hambre. En cambio, sí papel a Venezuela para poner “su granito de arena, en pos de la libertad, la democracia, la justicia social”, contribuyendo al advenimiento de un golpe de estado contra el estado de bienestar instalado mediante elecciones libres por el Socialismo del siglo XXI. ¡El colmo del descaro y la infamia, no obstante disfrazado de la más ridícula estupidez posible! Breve reflexión irrefutable ¿Porque, mejor, no enfocarse en la paz, lo urgente, las cuestiones colombianas, así este maravilloso país puede ir hacia donde le conviene y no, donde los negociados de cinco o diez familias corrompidas, al servicio del gran capital, pretenden imponer? Nadie le enseñará a nadie a lavarse la cara para ser más lindo. El veredicto, la consecuente respuesta, independientemente de su naturaleza o forma, es proporcional al número de colombianos cansados de vivir de rodillas y que desean ponerse de pie. *Aporte libre de Yesenia Belandria Chacón
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Importancia y legado de Hugo Rafael Chávez Frías A diferencia de los subproductos mediáticos, devenidos por la adicción de los medios masivos a la égida de los centros de poder mundial, la figura de quien fuera en vida Hugo Rafael Chávez Frías, posee el peso propio de hechos comprobables, construidos a partir de la realidad objetiva. De lo contrario, no hubiera sido él, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), ni el chavismo en sí, responsables de acciones concretas sobre el país, la sociedad local, América Latina, Rusia, China, el mundo, superando cualquier aclamación provocada. Chávez superó el plano físico. Hoy posee una invulnerabilidad mayor a la que ostentaba presente, como líder indiscutido e invicto. Lo único capaz de derrotarlo, sería el olvido, del cual está distante, porque subsiste en una sustancia doctrinal, la aplicación la misma a través distintas plataformas, de acuerdo con el rumbo de la realidad. Pero el factor determinante de esa vigencia, es en el acierto político de lograr la inserción de la revolución bolivariana al interior de la inmensa masa del pueblo. Una ideología, como a las palabras, se la puede llevar el viento, corre el riesgo de ser producto de una circunstancia, de quedar caduca. Lo inamovible, es el mecanismo adecuado, la forma de aplicar esa certeza, para lo cual es imprescindible el conocimiento del valor idiosincrático del pueblo, de lo posible y lo que no dentro contexto. La lucha es por la idea, persuadir acerca de una forma humanista de pensar, de vivir, de sentir. Lo último, es llevarla a los hechos para terminar por convencer. Al ser humano, el líder político, el jefe espiritual humano, el referente, le resultó infructuoso de vencer al tiempo, de gobernar hasta donde le fuera posible, de escapar a la condición vulnerable de todos los mortales. Se visibiliza, vive en el espíritu, aunque no se puede descartar que el marco de dicha suposición, se deba a una obra de gobierno, a la construcción del movimiento político que eterniza su memoria, el pensamiento social, político, económico, que generó y es su herencia. Las exequias de Chávez: Un testimonio elocuente Las emotivas escenas que tuvieron lugar durante la despedida del presidente comandante, son el reflejo más elocuente del drama de su pérdida para el pueblo venezolano. Ninguna figura de ese país, había tenido semejante reconocimiento masivo antes, ni después. El dolor demostrado en las lágrimas, los gritos desgarradores y silenciosos, ante los restos mortales en la capilla ardiente, muestran el reconocimiento indiscutible, el amor incondicional, la admiración, el terrible sentimiento de orfandad, el cual descarta de plano cualquier cuestionamiento negativo de cuanto significó de Chávez para Venezuela. Porque sin el paso de un líder positivo, generador de oportunidades, de la grandeza del país, hubieran sido inexistentes también las lágrimas de una tragedia irreparable. 85
La iconografía oficialista de un hombre que trabajó para su país, el criterio mediático favorable; la vigilia sin fin, organizada por sus adictos e implorando una recuperación jamás sucedida, resultan insuficientes para inclinar la balanza de favorabilidad, si no hubiera existido una acción concreta de gobierno. La creación de hospitales de tercer nivel, el acceso a la salud, los planes de vivienda, el aumento del empleo, la eliminación del setenta por ciento de la pobreza, el incremento del presupuesto destinado a la educación, no pueden borrarse con el codo, por más carismático que sea el orador con las palabras. Hasta los opositores más enconados tanto dentro, como de fronteras afuera, no pueden dejar de resaltar la figura del único presidente, preocupado de hacer algo a favor de los más necesitados del país, al adalid de la grandeza contemporánea nacional y al encargado de darle proyección internacional al país, aunque por sobre todo, a una forma de gobernar que influyó al continente entero. La figura del comandante en América Latina, el Caribe y el mundo Muy por el contrario a la dominación de los centros de poder, en base a la fuerza, la dominación violenta, el recorte neoliberal, la destrucción del adversario político, la administración Chávez, a nivel internacional, se caracterizó por ser colaboracionista con los potenciales socios de la región. A través de una asociación económica positiva, ofreció en tiempo de crisis global, los apoyos imposibles de obtener de distinta manera. Países como es el caso de Cuba, gracias al intercambio favorable con el gobierno chavista, pudo tener un “respiro” del atolladero al cual la viene sometiendo estados Unidos con el sexagenario bloqueo económico. La Argentina, insolvente en 2.003, sin entidades que le otorgaran créditos, encontró un socio ideal en Venezuela para reactivar a mayor velocidad su aparato productivo. Los gobiernos de Evo Morales, Fernando Lugo, Rafael Correa, encontraron, de la misma manera, un puntapié inicial con la participación de la nación caribeña, colaborando en la reconstrucción de la esperanza de lograr sus anhelados designios. Por eso, ya no sólo lo sufre el llanto con aroma a mar caribeño; lo hace el del pampero de la tierra argentina, el de las montañas que congregan a miles de trabajadores chilenos. El de las sierras bolivianas, el del monte paraguayo, el de las selvas brasileñas, ecuatorianas y los llanos colombianos, que inconsolables por la ausencia física de un hombre máximo, no atinan a ver al magno referente de la segunda independencia de los pueblos de América Latina, convertido en inmortal, una idea invencible para lograr la victoria final. Un león, en defensa de la soberanía de la “Gran Patria Latinoamericana” Venezuela, tampoco Chávez, generaron una suerte de “imperialismo bolivariano”, opuesto al de Estados Unidos, ni un “resurgimiento comunista”, de la manera como 86
la prensa aliada de la derecha mundial pretendió demostrarlo. El criterio fue simple: Demostrarle al mundo que no sólo se vive de “paraísos” de inversión favorable, sino de la legítima generación de prosperidad, de aumento del empleo y del consumo interno, como ejes de una política de bienestar, por medio de un Estado conformado los ciudadanos, legislando a favor de la ciudadanía entera. El comandante presidente no fue egoísta. Su país creció; los gobiernos que tuvieron el buen tino de aproximarse al de él, de comprender la oportunidad histórica que se les presentaba con su liderazgo y grandeza, obtuvieron beneficios inesperados en aspectos políticos, sociales y económicos. Aún países por fuera de la región, mientras observaron reglas de juego claras, pudieron realizar inversiones provechosas, sin poner en riesgo su patrimonio. A esa forma innovadora de hacer política, generadora de riqueza a través del trabajo, que establecieron el equilibrio del interés individual con el colectivo, impulsaron el comercio bilateral, el estímulo de las relaciones entre los países de la periferia, conscientes de su destino histórico, se la denomina “Socialismo del Siglo XXI”. Su autor, fue Hugo Rafael Chávez Frías. El resto es fácilmente advertible… Los países detractores del gobierno chavista, “títeres” del imperialismo y sujetos a la sumisión de sus pueblos, en nombre de las prebendas de sus elites, como Chile; Paraguay, después del golpe de estado de Franco, México o Colombia, sufren en carne propia el escarnio de sus políticas desacertadas. Los mentores de sus modelos neoliberales fracasados y caducos, no fueron capaces siquiera de resistirse a la aplicación de los mismos fronteras adentro, incluido los Estados Unidos, para tener que observar, perplejos, prosperar a su antiguo patio trasero, al tiempo de empalidecer en una crisis interminable. En tanto, queda el milagro de un paladín que sentó las bases, lineamientos y puntos de partida de la verdadera democracia, la libertad genuina. Un ser intachable, el cual guerreo, luchó, vio, venció en vida a los enemigos de la dignidad de los pueblos. Aquel, cuadrándose de igual a igual, cuando el lacayo de Norteamérica, narco paramilitar y reconocido delincuente común, jefe de sicarios, Álvaro Uribe Vélez, pretendió a nombre de espurios designios, enviar a una conflagración fratricida al pueblo colombiano contra su hermano de Venezuela. Y como Chávez se lo dijo en la cara, no tuvo los cojones suficientes, porque sabía de la imposibilidad, del desastre que le sobrevendría de intentar siquiera enfrentarse a un pueblo con conciencia política, decidido a morir antes de ver sus conquistas sociales aplastadas. Por eso es que los pueblos del mundo, desde presidentes a actores, pasando por personalidades de todos los ámbitos, están tristes porque el comandante no está, aunque se haya quedado a vivir para siempre en los corazones de quienes vieron al mito, hacerse carne y a la carne, transformarse en leyenda, como una mariposa recorriendo el inmenso jardín de la América Latina eterna… 87
Una “sopa paraguaya” de golpe de estado Los gobiernos surgidos del fracaso estrepitoso del “libre mercado”, de las consecuencias nefastas de la concentración progresiva del dinero en pocas manos, de las facilidades otorgadas por los estados corruptos a mafiosos con aire de empresarios, tienen un largo desafío por delante. Una vez superado el apoyo popular, con su convicción de cambios sustanciales; el entusiasmo inicial a partir de la consumación de importantes medidas, las cuales son el primer paso para trasvasar el país de las manos de un grupo de poderosos, al de las mayorías, llega la tarea más difícil, que es la de consolidar y validar el rumbo positivo adoptado. Es en ese momento cuando los grupos reaccionarios, desalojados fríamente de los poderes de turno por la voluntad de un pueblo harto, consciente de sus derechos, tenderán a reagruparse. Jamás renunciaran a lo que consideran suyo por herencia; quizás por el arduo trabajo, las dificultosas estratagemas o la paciencia destinada en su empoderamiento de lo ajeno. Como en el judo o el aikido, artes marciales japonesas, utilizaran el peso de los enemigos acérrimos en su contra. Los gobiernos populares, cuya bandera es consolidar modelos alternativos de estado, incluidos las reivindicaciones que los pueblos les delegaron sobre las espaldas, se encuentran con el desafío de dejar atrás la herencia nefasta del subdesarrollo, el atraso y las postergaciones. Tomándose de esa responsabilidad irrenunciable para alcanzar sus fines, los legatarios de la mentalidad y de la cultura colonial, los verdaderos generadores del retroceso, tratarán de utilizar esa fuerza progresista para derribarlos. Apostarán al fracaso, buscando minar por todos los medios posibles, primero, la credibilidad. Se atreverán hasta a dar lecciones de cómo gobernar a las naciones que dejaron en la ruina, para generar inestabilidad y el derribo de los gobiernos, de las instituciones a las que dicen respetar con creces. Pero no cuentan con la suma de la conciencia social de los distintos pueblos, la cual aunque desnivelada por los distintos grados de desarrollo, advierte a simple vista que cualquier nación, puede demandar décadas para su reconstrucción, pero es muy fácil de destruir con menos de cinco decretos, tras una breve discusión al respecto entre ministros. El establecido político repudiado, mandado a sus lujosos hogares con el voto, no cambió de artimaña a pesar del paso de los años. A falta de propuestas, buscarán con dispar grado artístico la elaboración de mentiras despiadadas. Echarán mano a posibles actos de corrupción, para poner en juicio a la suma de un gobierno que les es adverso a su voracidad sin límites, al defecto más insignificante, para derribar los cimientos de una paz social, construida a partir de la distribución justa de los ingresos, de la generación de empleo, de la equidad, de la recuperación del poder adquisitivo y en definitiva, de un orden transformador, basado en el equilibrio entre el interés individual y los del colectivo. Estos grupos despiadados, antiguos concesionarios y en la actualidad, verdaderos agentes en asocio o al servicio tanto de privados como de estatales extranjeros, pretenden recuperar aquello que se les fue de las manos a partir de una conciencia nacional, generada en el papel retomado por el estado, de asumir sus obligaciones 88
con la comunidad, en lugar de imponerle sólo continuas exigencias. Planes de viviendas como el de la Venezuela de Hugo Chávez; la garantía a la salud gratuita, decretada en el Ecuador por Rafael Correa; los treinta millones de rescatados de la pobreza extrema por el presidente “Lula” del Brasil; las importantes reformas constitucionales de Evo Morales de Bolivia; la recuperación del aparato productivo que llevaron a cabo Néstor y Cristina Kirchner en Argentina y el intento de reforma agraria del legítimo presidente constitucional del Paraguay, Fernando Lugo Méndez, son apenas ejemplos de algunas de las medidas que a ciertos sectores del establecimiento, les causan terror. Ese sentimiento bien fundado, los hace aludir a la democracia en un sentido abstracto de la palabra, pero nunca más alejado de su auténtica aplicación. Desde luego, encandilarán a las almas radiantes por tanto derroche de civismo, de espíritu ciudadano y aún constitucional. Todo en teoría válido, armonioso, aunque devenido en la construcción de una medida para alternarse en la administración de los bienes, las riquezas, la infraestructura, la estructura de los países y lo que es peor: La determinación sobre cómo deben vivir los ciudadanos y aún hasta donde pueden llegar de lejos. Dichos sectores minoritarios, no pueden ser menos que autoritarios a la fuerza, porque provienen justamente del “riñón” del manejo arbitrario del capital. Los condena de antemano su asociación implícita con multinacionales, compañías, empresas, potencias que vienen usufructuando, en provecho propio, aquello que les corresponde por justicia, primero, a quienes producen las riquezas nacionales, beneficio millones de veces superior, si se lo compara con la riqueza gestada en base a un trabajo casi siempre a destajo, a cambio de salarios irrisorios e injuriantes para la dignidad humana. Muchos de quienes despotrican contra los gobiernos que legislan a favor del pueblo, poseen, están relacionados con antepasados fundacionales en el esquema de dependencia que llevo a la ruina de los distintos estados. Fueron elites asociados de forma irremediable al capital, las cuales no conformes con compartir los ingresos del estado sin ver amenazada su posición, en lo alto de la pirámide social, quieren apoderarse de la suma de todo, dejando caer para el resto las migajas, como si fueran perros al pie de la mesa, atentos a la caída de un mísero mendrugo. Los intentos golpistas de la policía boliviana y ecuatoriana, el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya en Honduras, las actitudes hostiles hacia la integración regional de los gobiernos de Colombia, México, Guatemala, Chile y de la dictadura cívica establecida en Paraguay, encabezada por Federico Franco, son el mejor ejemplo del escaso apego de estos sectores al respeto a la voluntad mayoritaria. A tal razón y en ese sentido, la supervivencia de la democracia, apartada para siempre de la supresión de la libertad de pensamiento, depende de la lucha, así como de la erradicación definitiva de estos grupos y de sus instrumentos para vulnerar el derecho de todos. La democracia no es sólo una concepción académica, producto de la definición de un profesor de educación cívica. Es libertad, pero también es soberanía política, independencia económica, justicia social y por sobre 89
todo, un gobierno que haga ello posible. No existe, sin garantías ni oportunidades de prosperidad, de trabajo, salud o educación gratuita. Por lo tanto, obstruirles su accionar, no es un atentado contra la libertad de opinar o de disentir de la que tanto se quejan, porque no las tienen, más allá de su afán de enriquecerse, del producto de una ambición enfermiza de ostentar el poder. En cualquier caso, coartarlos, es un acto de defensa propia contra el simple hecho de llevar adelante una vida digna, que alcance a cubrir las mínimas expectativas espirituales y materiales a las cuales pueden aspirar los seres humanos. El golpe de estado contra el legítimo presidente del Paraguay, Fernando Lugo Méndez, en vistas a la eventual reforma agraria que asestaría un efecto demoledor a los “amos del país”, cuando apenas faltaban diez meses para las elecciones, simboliza el enorme desprecio de semejantes personajes a la división de poderes, al cumplimiento de las obligaciones del estado con los contribuyentes, que por si eso fuera todo, además de pagarles el salario, les deben cuanto tienen, traducido en bonos, cuentas bancarias en paraísos fiscales, infinidad de tierras y propiedades de diversa índole, por las cuales jamás sudaron. Con gran hipocresía, pretenden acusar a los gobiernos populares con argumentos “constitucionalistas”, “republicanos”, dan “cátedra” de democracia, pero a la hora de cumplir con el designio asqueroso de apoderarse de lo ajeno, del patrimonio de la gente, de los fondos destinados a generar crecimiento con prosperidad legítima, manipulan la ley en su favor, igual o peor que en México, cuando le robaron las elecciones presidenciales a Manuel López Obrador. Tergiversan, confunden, engañan, bastardean para recuperar, en nombre de un revanchismo implacable, lo que nunca les perteneció. Hoy, lo ocurrido en Paraguay, podría extenderse a la región, aplastando la decisión inapelable de los pueblos latinoamericanos por cambiar el rumbo, la cual debe ser respetada y cumplirse a rajatabla, sin miramientos ni los costos del mantener esta premisa, ni de quien caiga. Es por ese motivo que los gobiernos populares, lejos de aplicar una receta democrática “clásica”, donde “todos tienen derecho a opinar”, así sea para destruir hasta la menor aspiración de aquellos que por fuerza de razón merecen lo justo, deben instrumentar mecanismos destinados a aclarar la intencionalidad con la cual son llevados a cabo ciertos reclamos. Quedan exentos, por supuesto, los que con claridad, pretenden la excelencia en el funcionamiento de las instituciones. Pero es el contexto, la realidad, en el sentido de un reclamo que aplica o no, como ocurre con la ley, en concordancia con el supremo sentido de afianzar el bienestar general, el determinante de los actos de gobierno en últimas instancias, debe residir en la defensa de la mencionada prioridad y por ende, del patrimonio público. Los grupos, sectores, empresas o personas, que en nombre de la democracia pretenden vulnerar los soberanos intereses de las naciones y de su componente fundamental, el pueblo, deben ser declarados por fuera de la ley. No es su derecho el cual se viola, sino establecer por medio de una herramienta legal, cualitativa, la defensa de los derechos del colectivo. Y la lesión alevosa de éstos, agravada cuando se pretende camuflar los hechos con una deformación del concepto de 90
libertad, es un deliberado acto de desestabilizaciĂłn terrorista, en amenaza directa a los fueros o prerrogativas legĂtimas de los pueblos. SerĂĄ esta y no otra, la manera de garantizar el desarrollo la Gran Patria Latinoamericana, del mismo modo que el bienestar permanente de sus pueblos.
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Una pausita para hablar del amigo Fidel En el momento que me encontraba trabajando en horas de la madrugada en distintas labores de prensa, como me es habitual, me llamó por teléfono muy conmovido, el actor y director teatral, Alonso Marulanda Álvarez, uno de mis mejores amigos, para hablarme de la partida de quien para él, entre millones de seres humanos en el mundo, fue el indiscutible fundador de la Dignidad de América Latina. Horas antes, haciendo “zapping”, me sorprendió la noticia por el canal de cable de la BBC de Londres, mientras hacía la pausa necesaria al largo trajinar de otra noche sin sueño, al frente de la pequeña computadora portátil bajo la penumbra del comedor. Lo habían matado tantas veces, que no atiné a convencerme ni pretendí razonar acerca de la delgada línea de la vida cuando esta sostiene la existencia de un hombre con más de noventa años, sumado al peso mayúsculo de su persona. Cuando pude concebir la idea, además de suponer que finalmente podría sostener la fallida cita con Jorge Eliécer Gaitán, programada minutos después del fallecimiento de éste, el mismo nueve de abril de mil novecientos cuarenta y ocho, recaí en las garrafales fallas que de pronto pueden cometerse al encarar los hechos con un mero pensamiento crítico desde lo ideológico, sin tener en cuenta los escenarios, los momentos históricos, ni dimensionar de forma acertada las razones del singular actuación de los personajes históricos. Para lograrlo, es necesario emprender el camino a la inversa como los cangrejos, pero en el sentido de avanzar, porque si las revisiones se llevan a cabo de manera óptima, pueden representar verdaderos adelantos desde el interior al exterior, a partir del mejoramiento de las convicciones para promulgar un pensamiento válido, capaz sino de construir, al menos de proyectar a futuro un determinado modelo de país. Primera impresión Cuando apenas rebasaba la veintena, profundicé sobre Fidel Castro a partir de las conversaciones con un grupo de trotskistas argentinos integrantes del viejo Movimiento al Socialismo (MAS), en tiempos de Luis Zamora, poco antes que la crisis entre la tendencia morenista y la bolchevique fragmentaran la de por sí pequeña fuerza política, de cara al colapso soviético. Debo reconocer que en ese período tan querido de la existencia como lo es la juventud, donde se trata de llegar a la verdad absoluta a través de la sola crítica, con la “fórmula mágica” de las “ideas preconcebidas listas para la implementación”, sin tener en cuenta factores decisivos como escenario, realidad, actores políticos, estrategias, me deje seducir por la versión del anti estalinismo más puro. El análisis de los partidarios de la Cuarta Internacional, en medio de argumentaciones absurdas, versando que ser comunista es estar a favor de 92
renunciar a la propia persona en favor de la colectividad y estar obligado a compartir el cepillo de dientes con el vecino, de un Fidel Castro funcional a los intereses del viejo Bloque del Este, no me habían parecido tan infundados al interior de mi purismo político primigenio. No estaba preparado para comprender la necesidad de asegurar tanto el mantenimiento del orden como del control frente a un enemigo distante a ciento cincuenta escasos kilómetros, desestabilizando dentro de la isla “a nombre de una democracia nominal y retórica que no sirve más allá de justificar a los enemigos del país o morirse de hambre, de los más de seiscientos intentos de asesinato contra la vida del primer ministro de Cuba. Sí percibía, en cambio, a aquellos hablándome de lo “ruinoso” del castrismo, defender formas centenarias de sometimiento social, político y económico que eclipsaban con su perversidad la más mínima contradicción del sistema socialista implementado. Pero me habían hecho creer que la Revolución había perdido el rumbo a nombre de la burocracia, del “cambio de amo”, pese a lo heroico de su lucha y la trascendencia de su legado. Reflexiones posteriores En medio de los falsos arquetipos hollywoodenses, Jack Palance mediante, interpretando a un Fidel Castro oportunista y más aferrado a los beneficios del capitalismo de lo usual, va aflorando la realidad como hija dilecta del transcurso del tiempo. No es menester apegarse siquiera a las más fieles representaciones cinematográficas, las biografías favorables o detractoras, sino a la observación objetiva de los hechos, como punto de partida de la comprensión de la realidad. Pese a abrazar ideales humanistas, con un original contenido indiscutible de fraternalidad más allá de las cuestionables formas de su aplicación, la versión castrista del socialismo, del comunismo, no estuvo exenta de fallas ni atropellos en todos los ámbitos, aún cuando sus más acérrimos defensores pretendan darles una explicación lógica. A gobierno cubano se lo pudo culpar de crasos errores de planificación económica, de no permitir la salida de sus ciudadanos, de la falta de garantías existentes en una democracia nominal. Pero el acierto de la revolución no se sustentó en esas falencias, sino en el mantenimiento a rajatabla de conquistas de todo tipo que sin apelar a muy cuestionables alternativas e instrumentos dentro del concepto clásico de la libertad, hubiera desaparecido hace décadas y Fidel Castro no ocuparía para muchos un sitial de privilegio entre los mayores estadistas de la humanidad. Se lo culpó de alienar a las masas, pero el nivel educativo del pueblo de Cuba es el mayor de América Latina; de crear un sistema injusto, asistencialista, aunque la cobertura en salud está al alcance de los habitantes de la isla, sea segundo mejor del continente y sus usuarios no se vean en la obligación de escoger en cual 93
medicina prepaga les dejan el cadáver mejor presentable; de generar hambre o miseria, cuando las nuevas generaciones tienen la posibilidad de acceder al deporte como no lo hacen en numerosos países donde la juventud está expuesta a las drogas, el abandono, la delincuencia o a vender la mente, el alma, el cuerpo, hasta los escrúpulos, para poder sobrevivir en países en los cuales aparentemente hay mayores libertades a las existentes en la isla caribeña. Consideración final Como buen cinéfilo, me quedo con esa versión de la vida de Cristóbal Colón, interpretada por el gran Gerard Depardie, donde uno de los enconados adversarios del descubridor reconoce hacia el final de la cinta que la diferencia entre los hacedores de caminos, los cristalizadores de los sueños y la gente del común, incluido el mismo, en el caso de los últimos, será aspirar la de al menos aspirar a poder ser recordada por haber coincidido a la vera de los geniales precursores de cambios. Esa sensación es la que conservaré hasta el final de mis días sobre la figura de Fidel Castro Ruz, un luchador por la libertad bien entendida a partir de la conservación a cualquier precio de los derechos inalienables, de los valores esenciales de bienestar y equidad cualitativos para su pueblo. La sucesión de los acontecimientos lo dice todo. Fue el máximo responsable de impedir el avasallamiento de su país teniendo como enemigo a una de las principales potencias hegemónicas, “soplándole la nuca” a base de fuerzas e influencias militares, políticas, económicas. Frente a los hechos, Castro supo tener la muñeca suficiente para re direccionar el rumbo a seguir, con la fuerza para rectificar errores, preservando las conquistas, el estilo de vida socialista del pueblo cubano, de manera independiente a la dirección de los vientos de la historia. A la siniestra del líder, quedaron los incapaces crónicos, los pigmeos políticos de derecha e izquierda, riñendo en torno a una mesa de café sin ser capaces de hacer absolutamente nada pero criticando la suma de lo logrado con esfuerzos descomunales; los defensores de una clase de libertad amurallada en castillos de individualismo egoísta, de miseria ajena que no reconoce un fin distinto al de morirse de hambre en el pleno goce de los derechos habidos o por haber. Fidel Castro Ruz lo hizo. A la manera cubana, de acuerdo al momento en el cual le toco, vivir, las circunstancias. Pero lo logró. Sus otrora gobernados gozan de salud, trabajo, educación gratuita, tiempo libre para realizarse. Luego de una vida de trabajo, los ancianos retozan asoleándose en las plazas con un habano imposible de adquirir por el valor en sitios donde la libertad de mercados asegura garantizar fueros o prerrogativas indistintas. No deben preocuparse de conservar la merecida remesa. La reciben y punto. Los niños asisten, llegan de la escuela uniformados, 94
preparándose para encarar el futuro sin temor a la inseguridad, a las ollas de degradación surgiendo desde donde en teoría, nada debería faltar. Para finalizar, es en dichas circunstancias cuando al comprobarse con sentido común lo sindicado bajo las irreconciliables antinomias de “dictadura” y democracia, las mentes más abiertas coincidirán que a Fidel Castro Ruz, más allá de cualquier error, contradicción u omisión, la historia lo absolvió tal como predijo hace años, a la espera de que sus predecesores si no son capaces de superar el indiscutible talento, puedan ser dignos de conservar al menos una parte de su legado.
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Después de sesenta y nueve años, Colombia podrá recordar un 9 de abril en paz Fueron tres disparos al corazón de la República los que cercenaron de cuajo la vida del inmenso abogado, Jorge Eliécer Gaitán. Era y sigue siendo demasiado para cuanto las elites colombianas, acostumbradas a mantener a la población bajo el yugo nepotista de un puñado de familias, pueden tolerar. De allí que en Colombia, todo “sea a medias”. Paz con paramilitares, esperando la movilización de los guerrilleros para saltarles encima, trabajando en el Congreso, asociados a los acaparadores de tierras; demócratas “de cotillón”, aterrorizados con la sola idea de ver al pueblo empoderado por miedo a perder el velero, la desinformación mediática; el culto al “que me importa”, para concluir votando contra los Acuerdos de paz, mientras se murmura la queja por tanta corrupción, la carestía de la vida, pero se marcha a la oficina del doctor a pedirle bajar el puntaje o por el puestico de la hija a cambio de dos monedas mensuales y desde luego, el voto. Ese era el país que Gaitán no quería. Sin lugar a dudas, fue la razón a causa de la cual lo mató un pobre loquillo, José Roa Serra, al pie del edificio donde mantenía su oficina, sobre la intersección de la Séptima con Jiménez. Pasarán muchos años más hasta la llegada de las conclusiones, aunque prácticamente todo el mundo sepa quiénes fueron los autores intelectuales o duden de la identidad del encargado de apretar el gatillo. A su vez, como poco después de su vergonzoso asesinato o muchos años más tarde, al igual a Darío Echandía los colombianos reiteran una u otra vez: “El poder; ¿para qué?” y cual pecadores crucificando a Jesús en cada falta grave, vuelven a perpetrar el magnicidio de Gaitán. Y luego de muerto, cientos de veces más, arruman el cadáver poniéndolo de pie sobre la pared, para fusilarlo todas las veces que sea necesarias, a través de pérfidos fines que se renuevan bajo el signo de la “rosca”, la ambición o la prebenda. El “Indio” Gaitán molestaba. La idea de verlo arengar a las multitudes, decir las verdades en la cara de los adversarios sin saber dónde esconder la cabeza de la vergüenza, tras salir de jugar de la cancha de tejo, consternaba a los líderes fundacionales del estado fallido, en el cual lejos de la solución de los problemas se los empujaba con la escoba debajo del gran tapete de la democracia “de mentirita”. Era un insulto para los “señores” tan acostumbrados a la pleitesía, a hacer lo que les viniera en gana con la gente, alguien con poder popular, indicándoles el lugar del nacimiento de cada derecho, como si se tratara de un soberbio e indisimulable agujero sobre las partes nobles de los pantalones. La clase política, hasta muchos de sus copartidarios pertenecientes o ligados al poder, odiaron al “Jefe” porque en lugar de hombre, era un pueblo, el encargado de elevar la voz en nombre del subsuelo de una Patria que no la tenía, a excepción del voto “de adorno” para legitimar al desigual e injusto régimen imperante. Lo odiaban 96
como el chabacano detesta a quienes no se prestan a la letanía de su estupidez o la vecina chismosa, a aquel que reniega del comentario del otro por tener cosas más importantes en las cuales pensar. A Gaitán no lo mató Juan Roa Serra, ni ordenaron su magnicidio el presidente de ese entonces, Mariano Ospina Pérez o su correligionario germanófilo “godo”, Laureano Gómez. Aunque hayan pedido la cabeza desde el Departamento de Estado de los Estados Unidos; el mismísimo Harry Truman, sentado en el escritorio de la Casa Blanca, a Jorge Eliécer Gaitán lo asesinan los imbéciles todos los días, a pesar de verlo a diario en el billete marrón de mil pesos cuando a punta de pistolas, tamales o promesas incumplidas, llevan a los asesinos, los ladrones, los corruptos; en suma, a los descendientes del entorno dando al traste con su vida para que siguieran las cosas igual de injustas. La leyenda Son numerosas las dudas tanto de la fecha como el lugar de nacimiento del prócer, el cual algunas fuentes sitúan en Bogotá o el municipio cundinamarqués de Cucunubá, entre el 26 y el 30 de enero de 1903. El hijo de la maestra Manuela Ayala Beltrán y del librero Eliécer Gaitán Otálora, se precipitó a ingresar a la Universidad Nacional de Colombia en 1919, para egresar con el título de Doctor en Derecho y Ciencias Políticas tan sólo cinco años después. Pero Gaitán estaba para otras cosas debido a la brillantez que ya empezaban a percibir sus profesores y allegados. “Las ideas socialistas en Colombia”, lejos de ser una suerte de daguerrotipo grosero de lo que vendría después, de las incomodidades de un entorno ofendido cuando se le canta la tabla, fue una estocada “sinceridad” de capacidad maestra. Otra de sus tesis, "El criterio positivo de la premeditación", Magna Cum Laude, esta vez escrita en colaboración con su hermano Miguel, le otorga la graduación con honores que incluía el premio con el nombre de su profesor italiano, Enrico Ferri. El futuro “Caudillo” tendía su primer roce con la popularidad cuando desde los días 3 al 6 de septiembre de 1929, expuso la defensa de los trabajadores de la norteamericana United Fruit Company –hoy Chiquita Brands - masacrados un año antes al reclamar sus derechos laborales inexistentes en Ciénaga, Magdalena, episodio conocido como “Masacre de las Bananeras”. Del mismo modo, el proceso contra su responsable material, el Coronel Carlos Cortes Vargas, quien seguía las instrucciones del presidente Miguel Abadía Méndez de “proteger las inversiones de las empresas extranjeras en Colombia”, lo cual trae a colación los daños cometidos por multinacionales actuales del tipo de La Colosa, Anglo Gold Ashanti o Barrick Gold, por citar algunas. Nombrado presidente de la Cámara de Representantes, luego rector de la Universidad Libre (1936 – 1939), como hombre adelantado a su tiempo y verdadero 97
visionario, criticó por primera vez que las grandes decisiones las tomaran un conjunto férreamente cerrado de hombres enquistados en el poder, a espaldas de las masas populares. A pesar de fundar la Unión Nacional de Izquierda Revolucionaria (UNIR), observando el enorme activismo de dicha fuerza política pero comprobando la carencia de aparato político propicio, se deja atraer al liberalismo. Los dirigentes de ese partido, hasta el momento tibio abanderado de las libertades, derechos y reivindicaciones colombianas, aunque perteneciente a través de algunos de sus más importantes cuadros al sector político, económico y social de la denominada “oligarquía conservadora”, intentaron cooptarlo sin éxito. Por el contrario, al “acercarlo”, le permitieron mostrar cuanto sería capaz de hacer de llegar a la Presidencia de la República. Ya con su hija Gloria, producto de su matrimonio con la dama Amparo Jaramillo, ocupó la alcaldía de Bogotá, donde adelantó las reformas sociales pregonadas; la municipalización de los muchos servicios públicos, desgraciadamente al día de la fecha privatizados, junto al establecimiento de los vigentes restaurantes o comedores escolares. Sin embargo, Gaitán era humano. Su formación en cierta forma retórica lo llevó a promover infructuosamente uniformar a vendedores de taxis y “emboladores” a nombre del mantenimiento del aseo personal, equívoco que presionó a su dimisión. Designado a la titularidad del Ministerio de Educación por el presidente Eduardo Santos Montejo, tío abuelo de Juan Manuel Santos Calderón fundador del diario El Tiempo, labró su extraordinaria impronta en una campaña de alfabetización, implantó el zapato escolar gratuito, complementó los mencionados restaurantes escolares, el cine educativo ambulante, la extensión cultural masiva e inició el Salón Nacional de Artistas. Ruta trunca hacia el poder No obstante con todo e impronta, como suele ocurrirles a hombres de su extraordinaria formación, Gaitán cometió numerosos errores políticos quizás observando de manera entusiasta el alto desarrollo de la conciencia popular en su época, lo cual es cierto aunque no todo, cuando es la organización de un partido forjado, nutrido, imbuido en la necesidad de las masas, de la mano con su realidad incontrastable, el único camino capaz de vencer al tiempo y sobrevivir a la existencia de los hombres. Era demasiado para Colombia, la comprensión de sus contemporáneos. Al margen de la mediocridad, de los ataques malintencionados, grupos conservadores o liberales indistintos lo acusaron de comunista. El Partido Comunista, en otra de sus imperdonables equivocaciones hasta lo señaló de fascista por aquello de las marchas de antorchas de Mussolini o Hitler, muy a pesar de la puesta en práctica durante sus administraciones de algunas de los postulados más ambiciosos de ese colectivo, junto a la desafortunada justificación superficial de las purgas estalinistas, como parte de una coincidencia con el contenido jurídico de la constitución soviética. 98
La única coincidencia de Jorge Eliécer Gaitán y los líderes de extrema derecha, era la de intentar “amarrarlo”, neutralizarlo hacia los propósitos de la elite, aunque indudablemente su manifiesto idealismo, avanzada pluralidad, le restaban poseer la astucia, la maliciosa habilidad política de sus contendientes, que a sabiendas del triunfo liberal en caso de permanecer unido, alentaron su aspiración a la Presidencia contra el otro candidato liberal apoyado por el partido, Gabriel Turbay, para permitir la llegada al Palacio de la Carrera del conservador Mariano Ospina Pérez en 1946. Más allá de la apariencia inicial de una voluntad de encuentro en el discurso del nuevo primer mandatario, la creciente popularidad de Gaitán, ahora presidente del Partido Liberal, obligó que un conservatismo temeroso de perder el poder llevara la violencia al interior del país. La crisis económica, las permanentes violaciones a los derechos humanos, una dirigencia ajena a los problemas del país e incapaz de “dar la talla” para la solución de sus necesidades imperiosas, convertían a Gaitán en el candidato más opcionado a ser el nuevo presidente. No lo podían permitir. Camino a la inmortalidad El 9 de abril de 1948 el líder popular amaneció muy contento. Una semana antes, la Universidad Libre lo había nombrado doctor honoris causa en Ciencias Políticas y Sociales. En esa grandeza humana que lo caracterizaba al punto “dar papaya”, de tener una fe ciega en el designio positivo de los hombres, de la inevitable victoria de la justicia sobre la maldad, festejaba la exitosa defensa el día anterior de un militar conservador. Estaba con él su amigo y correligionario, Plinio Mendoza Neira, quien lo invitó junto a todos los presentes a comer al Hotel Continental, a pocas cuadras del edificio Agustín Nieto, omitiendo la advertencia coloquial del “Caudillo” acerca de lo presuntamente “costoso” que solía ser. Al ganar la calle lo tomó del brazo cuando a los pocos pasos, Gaitán pareció amagar a cubrirse la cara, buscando volver de forma presurosa al interior del edificio. No hubo tiempo para nada. Sonaron tres detonaciones. El cuerpo cayó de espaldas entre un rictus de amargura, ojos entreabiertos y un hilo de sangre a los pues del amigo. Falleció pasadas las dos y cinco de la tarde, sin poder llegar nunca a la Presidencia ni mucho menos a la cita programada con un tal joven peruano, Rómulo Betancourt, así como otro abogado cubano de veintiséis años por esos días en la capital colombiana a la espera de sus recomendaciones, el desconocido Fidel Castro Ruz. El revólver del asesino no había terminado de humear, cuando los testigos del hecho, los congregados en el lugar ya estaban pidiendo su cabeza. El pasado nazi de Juan Roa Serra, chofer durante dos años de la embajada alemana, su acercamiento a Gaitán en aras de pedirle trabajo desesperado, las voces de alerta del vidente teutónico sugiriéndole viajar al campo, se desvanecieron en el linchamiento del cual dos policías no lo pudieron salvar ni encerrándolo dentro de una farmacia. El secreto de la identidad de presuntos instigadores, la esperanza del pueblo colombiano, terminó inhumada bajo la tierra yerma. 99
Pérdida irreparable La estupidez, el chisme de esas personas por las cuales había peleado sin caer tan bajo, se empoderaron de él en la muerte como jamás lo hubieran logrado durante su vida, para fotografiarse junto a su reciente cadáver desarreglado de apenas cuarenta y cinco primaveras, luchando ilusionado por arrebatar Colombia del fango, de las garras de los nefastos mesías del averno, sus apóstoles, cómplices, esquiroles y campaneros. Aún con el “Bogotazo” sin llegar al apogeo, el pueblo en la calle, los “rosqueros” de siempre “arreglando las miserias” en palacio presidencial; el pueblo insurrecto machete o cachiporra en mano, demasiado ocupado entonces para marchar con la cabeza de los dirigentes sobre las picas de su floreciente infortunio, comenzaba a lamentar en sus carnes la desgracia de Gaitán. En el momento presente se sigue lamentando la partida del más grande hombre del siglo veinte colombiano, aunque no haya encontrado la forma de dejar tamaño ideario a una fuerza política organizada que llevase su legado hasta el triunfo definitivo. Quedó en su defecto la sinceridad de los meno, ya muy ancianos los testigos de esos tiempos de gloria, citándolo con los ojos vidriosos; los monumentos, estatuas, edificios, escuelas, lugares a menudo erguidos en cumplimiento de cuotas burocráticas, diciendo admirar al hombre que jamás podrán ni tendrán deseos de emular aunque osen decirlo en voz alto, mientras borran sus designios con el codo. Si más de uno hubiera tenido la oportunidad de responderle a Darío Echandía cuando preguntó “el poder; ¿para qué?”, le contestaría en alusión al cumplimiento de las principales garantías constitucionales haciendo a los estamentos republicanos, la democratización del poder, la participación política, la equidad en la distribución de los ingresos o beneficios, al menos a fin de que los partidos mayoritarios puedan volver a tener militancia en lugar de “mendicancia”, vivando personajillos de dudosa valía a cambio de favores electoraleros. El legado es múltiple: Aplicar modelos de desarrollo sin picos de concentración de poder, evitando así el éxodo de los hijos de una Colombia rica a buscar el sustento, la salud, la educación, el trabajo negado por los malos gobiernos de turno; la extirpación del conjunto de la violencia en la totalidad de sus formas, al existir condiciones mínimas de justicia social, de oportunidades, de tolerancia, compromiso, solidaridad, futuro, sin el fraudulento espejismo de las falsas realidades mediáticas del país político, sino del real, comenzando por la regulación de la libertad económica para evitar la pérdida de las demás libertades fundamentales. Los males colombianos son muchos, pese a tener la mayoría escasos puntos de origen en común. Pero indudablemente, la persistencia de los focos de conflicto, la carencia de conciencia social, la peligrosa supervivencia concordante de condiciones semi feudales dentro de determinados aspectos de la vida nacional, 100
también se deben a que “El Jefe”, haya sido impedido de llegar a la primera magistratura de la Nación. Más allá de los hechos consumados, de las hipótesis, de los numerosos análisis de coyuntura, de los minuciosos estudios históricos por demás discutibles, lo único cierto es que aún después de sesenta y nueve años de su vil asesinato, el pueblo colombiano sigue sin merecer un hombre de la talla, la inteligencia, la moral de Jorge Eliécer Gaitán, cuando al margen de la desinformación, la ignorancia inducida por el macabro establecimiento, es posible comprobar altos grados de responsabilidad en la elección del sendero hasta su propio martirio, al negarse a luchar y aceptar una paz por la cual “El Caudillo del Pueblo” ofrendo la vida.
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ACERCA DEL AUTOR
Carlos Alberto Ricchetti nació a los siete días del mes de octubre de mil novecientos sesenta y nueve en la ciudad de Buenos Aires, capital de la República Argentina. Desde temprana edad sintió una profunda vocación por la literatura y el dibujo, destacándose en ambos. En 1979, cuando apenas contaba con nueve años de edad, ya escribía sus primeras redacciones dedicadas a sus compañeros del cuarto grado de la escuela primaria. Tres años después, al concluir la Guerra de las islas Malvinas (1982), una redacción suya en homenaje al Gral. Don José Francisco de San Martín se convierte en la mejor de la Escuela Evaristo J. Badía, donde se gradúa. Con el transcurso del tiempo, a pesar de tener condiciones, va dejando lentamente el dibujo para avocarse más hacia la literatura y se despierta en él un incipiente interés por la música. Su dedicación al arte dilatan un tanto la continuidad de sus estudios, pero en dicho período es cuando su obra va incrementándose. Escribe numerosos compilados de poemas que dedica alegremente a novias, amigos y amigas, según algunos, con una “facilidad casi instantánea”. De orígenes ideológicos justicialistas de "Perón y Evita", como le gusta decir, en 1991, al tiempo que milita en el trotskista Movimiento al Socialismo (MAS), agrupación política argentina por entonces liderada por Luís Zamora, se desempeña de manera efímera como uno de los conductores del programa radial “El Otro Camino”, en FM Class. Ese año forma lo que sería la primera versión del grupo de heavy metal del cual es el verdadero fundador, Gólgota, junto al guitarrista Mario Marcelo Maher, ex integrante de Máuser. Finalmente concluye sus estudios secundarios dos años después. Desiste en comenzar una carrera de ciencias sociales y ciencias políticas –otras de sus grandes pasiones- porque se veía forzado a interrumpir sus actividades artísticas, en especial la literatura. En cambio, cursa en la Escuela de Periodismo de los Dos Congresos, teniendo como profesores a los renombrados periodistas Alicia Barrios, Horacio Viola, Mario Caputo, Tabaré Arias, y María Laura Anselmi, entre otros calificados profesionales. Con el título obtenido de Periodista Integral (1995), comienza a desempeñarse en distintos medios radiales y gráficos. Trabaja en el diario “La Nueva 5ta.”, dirigido por Lázaro Ottonello y en FM. Antena 2, por ese entonces propiedad del periodista y actor Baby Etchecopar, como conductor de “Madura el Knock- Out”, un breve pero 102
exitoso ciclo humorístico de actualidad que las dificultades en la economía Argentina impidieron se afianzamiento definitivamente. Tras una participación en el programa “La Tarde de Mitre” en la renombrada emisora del mismo nombre, ingresa en calidad de humorista en el noticiero radial “El Electrón”, conducido por el periodista Glenn Miller que se transmitía por FM. Fénix, una importante emisora de la localidad de Martínez, en la zona norte de la provincia de Buenos Aires. Al volver a formar una nueva versión de Gólgota, más volcada al metal argentino, abandona de forma transitoria el periodismo para dedicarse de lleno grupo, cantando y componiendo las letras de lo que sería su primera producción independiente, “Monte de las Calaveras” (1997). La música le permitió conocer o vincularse con personajes de la talla de Gustavo Bazterrica (La Máquina de Hacer Pájaros, Los Abuelos de la Nada), Osvaldo Civile (V8, Horcas), Javier Martínez (Manal), Olaff Mangialavore (El Dragón), Juan Carlos Chiapín (Búfalo, Hechizo, Sueño Púrpura, Viento Divino), los integrantes del grupo Rosa Mística, Jorge Pinchevsky (Billy Bond) y Lorenzo Sandoval (miembro original de Los Playeros, trío acompañante del bolerista Rosamel Araya y cesionista de guitarra del cantante Pepito Perez), por citar algunos nombres conocidos. Mientras en Gólgota intercala ensayos con actuaciones, obtiene entre otros postgrados periodísticos: 1) CONSEJO DELIBERANTE DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES - MOVIMIENTO NACIONAL JUSTICIALISTA (1996) -Asesor durante la Jornada Interdisciplinaria “La Ciudad de Buenos Aires y su Evolución Urbana” (Organizado por la Comisión de Planeamiento Urbano y Vivienda). 2) ESTILO DE MUJER –ORGANIZACIÓN CIVIL SIN FINES DE LUCRO- (1996) -Módulo: “El Adolescente y su Inserción en los Medios” 3) CONSEJO DELIBERANTE DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES (1996) MOVIMIENTO NACIONAL JUSTICIALISTA -Asesor durante la Jornada Interdisciplinaria “La Problemática de las Inundaciones en la Región Metropolitana de Buenos Aires (Organizado por la Comisión de Planeamiento Urbano y Vivienda). 4) UNION CIVICA RADICAL –Escuela de Formación -Seminario de Historia Económica de la Argentina.
Política-
(1996)
5) POLICIA FEDERAL ARGENTINA (1997) -Iº Seminario para Periodistas “El Accionar Policial y la Investigación Científica del Delito”. 6) HONORABLE CONGRESO DE -Seminario sobre Periodismo y Derecho.
LA
NACION
ARGENTINA
(1997)
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7) F.A.T.P.R.E.N. -Federación Argentina de Trabajadores de Prensa- (1997) -IIº Jornada sobre Seguridad Profesional de Periodistas. 8) UNION CIVICA RADICAL –Escuela de Formación Política-Seminario de Formación Política para las Nuevas Generaciones.
(1999)
Hacia comienzos de 2001, ya sin el grupo de música, ingresa en el periódico Alcaldía Norte, que dirige el concejal (m.c.), Raúl Padró (Movimiento Nacional Justicialista), en carácter de subdirector. El discurso nacionalista de Padró, a quien aprecia, respeta y admira por su enorme capacidad a pesar de ser de derecha, no sólo lo devuelve a su "primer amor", el peronismo, del cual se había alejado a partir de cuestionamientos ideológicos y una oposición tenaz hacia el régimen neoliberal de Carlos Saúl Menem, en quien veía la encarnación de la destrucción del verdadero justicialismo. Al año siguiente, recibe una mención de honor durante el VIIº Concurso Capitalino y Provincial de Poesía y Cuento Urbano y Suburbano 2002, organizado por Ediciones Baobab y auspiciado por la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires y declarado de interés provincial por la Dirección General de Cultura y Educación de la República Argentina. Sus poemas “Hombre Medieval”, “La Celeste Inmensidad”, “Una Mujer Alucinante” y “Sonidos del Corazón”, en virtud del evento, pasan a formar parte de la 7º Antología de Poetas Urbanos y Suburbanos, publicada tanto en la ciudad como en la provincia de Buenos Aires. Sus últimas incursiones en la política argentina, que lo llevaron a ser también secretario general de varias unidades básicas de la Agrupación "Peronismo Doctrinario", encabezada por Padró, fueron durante las elecciones presidenciales de 2.003. A tal efecto, prestó su apoyo a la candidatura de Adolfo Rodríguez Saa, que por entonces hacía gala de una excelente gestión al frente de la provincia de San Luís. Desconocía, como muchos otros argentinos, que otros tiempos más felices, justos, equitativos, de redistribución de la riqueza y de recuperación del empleo, de la construcción de un país soberano, vendrían de la mano de un gobernador patagónico, más precisamente de Santa Cruz, que de paso sería el enterrador político de Menem: Néstor Carlos Kirchner. En 2002 conoce en Buenos Aires a quien sería su esposa, viajando a Colombia el 24 de diciembre de 2003, donde se radica, intercalando su estadía con esporádicos viajes a su tierra natal. Se casa a comienzos de 2004 y comienza una búsqueda de trabajo que lo llevará a montar varios proyectos propios con suerte dispar. Está decidido a realizar el camino inaugurado por sus bisabuelos paternos, en 1905, cuando llegaron a la Argentina, pero en sentido inverso. Con gran cariño, piensa en brindarle al país que tan amablemente lo albergó, la suma de sus conocimientos y experiencias de su tierra, pero adaptándola a las formas e idiosincrasia de Colombia y sus nacionales. De inmediato, como parte de éste proceso, toma contacto directo con la situación política y socio económico de Colombia. Es testigo en carne propia de las desigualdades, los crímenes, los asesinatos y las injusticias del régimen 104
neoliberal de Álvaro Uribe Vélez, decidiéndose a trabajar por los que menos tienen, aun cuando todavía no encuentra trabajo estable. Denuncia las atrocidades del neoliberalismo, al que conoce muy bien por la experiencia argentina y detesta. Critica los puntos álgidos de la política impulsada por el establecimiento, como la ausencia total de democracia, derechos humanos, persecuciones y crímenes de estado. Simpatiza con el ala moderada del Polo Democrático Alternativo (PDA), movimiento político de izquierda democrática, aunque no comienza a militar en esta agrupación hasta que conoce a Carlos Enrique Duque Vargas, abogado laboralista y hombre muy vinculado a la defensa de los menos favorecidos, quien por entonces comenzaba a construir su candidatura a la alcaldía de Calarcá (departamento del Quindío). En esta ciudad participa de distintos eventos políticos, sociales y culturales en teatros, organizaciones campesinas, espacios de la cultura, etc., donde conoce políticos, militantes sociales, artistas y demás personalidades destacadas a nivel municipal y nacional, como los senadores Gustavo Petro, Jorge Enrique Robledo y Gloria Inés Ramírez, el caricaturista "Calarcá", el dirigente social y político Jhon Jairo Salinas -una de sus grandes amistades hasta la actualidad- coordinador de REDEPAZ QUINDIO y al periodista y director del semanario "Voz", Carlos Lozano Guillén. La campaña política, por defecto, le permite también conocer a las distintas personalidades relevantes de otros partidos políticos del municipio. Desde aquel momento inicia una militancia ininterrumpida, a partir de entregarse permanente a la causa popular, la cual lo lleva a veces a dejar de compartir momentos con su familia recién conformada y a sufrir algunos pequeños "sacrificios y renuncias personales". A su vez va construyendo una sólida y gran amistad con Carlos Duque. Pronto es nombrado Jefe de Prensa de la Campaña del Polo Democrático Alternativo en Calarcá y aunque Duque, debido a las enormes limitaciones presupuestarias, a algunos desacuerdos de sus partidarios y a la maquinaria política tradicional, no consigue hacerse con la alcaldía, es el candidato de izquierda que obtiene la mayor cantidad de votos en la ciudad, los cuales triplica. En los últimos días de campaña, conoce al acordeonista Libaniel Marulanda Velázquez y este, a raíz de un episodio fortuito, descubre la capacidad de Carlos para interpretar tangos, contratándolo de inmediato para actuar el 24 de noviembre en el espectáculo tanguero "Calarcá en el Corazón" y lo invita a formar parte de su conjunto estable: "Los Muchachos de Antes", donde intercala el escenario con figuras de la escena local e internacional como Álvaro León, Ana Patricia Collazos, el bajista Jairez y el cantante argentino Roberto Lamas. Si bien nunca se termina por desvincular de Calarcá una vez concluida la campaña, tampoco lo hace con el tango, que también representa para él una salida laboral. Afianzado en Colombia, realiza entre otros cursos hasta el presente: 105
1- Seminario Internacional de RENOVACION URBANA, desarrollado en el Hotel “Meliá”, Pereira, departamento de Risaralda), con el auspicio del MINISTERIO DE AMBIENTE, VIVIENDA Y DESARROLLO TERRITORIAL, del DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEACION (DNP), AGENCIA DE COOPERACION INTERNACIONAL DEL JAPON (JICA) y la ALCALDIA DE PEREIRA (2007). 2- Seminario Nacional - Sindical "LA CRISIS ECONOMICA - POLITICA ESTATAL Y LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES", (en el Hotel “Americana”, departamento de Valle del Cauca), convocado y organizado por la Asociación de Abogaos Laboralistas al Servicio de los Trabajadores (2.009) 3- Seminario de “MARKETING POLITICO”, DOSQUEBRADAS (2.011) -Seminario dictado por la Escuela Superior de Administración Pública (Realizado en la Sede Regional Quindío Risaralda de Dosquebradas, departamento de Risaralda –República de Colombia). 4- SEMINARIO DE “FORMULACION, GESTION Y EVALUACION DE PROYECOS DESDE EL ENFOQUE PRODUCTIVO”, DOSQUEBRADAS (2.011) -Seminario dictado por la Escuela Superior de Administración Pública (Realizado en la Sede Regional Quindío Risaralda de Dosquebradas, departamento de Risaralda –República de Colombia). 5DIPLOMADO EN "MARKETING POLÍTICO" (2.011) -Dictado por la Escuela Superior de Administración Pública (Realizado en la Sede Regional Quindío Risaralda de Dosquebradas, departamento de Risaralda – República de Colombia). 6- HISTORIA SOCIAL Y POLITICA DEL ESTADO COLOMBIANO (2.011) -Dictado por la Escuela Superior de Administración Pública (Realizado en la Sede Regional Quindío Risaralda de Dosquebradas, departamento de Risaralda – República en la Sede Regional Quindío Risaralda de Dosquebradas, departamento de Risaralda –República de Colombia). 7- 1° FORO DE DERECHOS HUMANOS “QUINDIO AL DERECHO, QUINDIO POR LA PAZ” (2.016) -Jornada organizada por la Gobernación del Quindío, dictada en el Salón de Conferencias de la ciudad de Armenia, Departamento del Quindío, República de Colombia- (2016). La actividad política, lo lleva a conocer, tomar contacto o dialogar con personajes públicos de distintos partidos, además de los del PDA, como el senador Juan Carlos Valencia Montoya, los concejal Amancio Córdoba, Juan Carlos Reinales y Alfonso Molina Corrales, los diputados Ernesto Zuloaga y Atilano Córdoba (Partido Liberal de Colombia); los senadores Elsa Gladys Cifuentes Aranzazu y Enrique Soto, Ana Vallejo de la Pava (Partido de la "U") y Nora Oyola Cutiva (Partido Conservador de Colombia). 106
Con una situación económica más holgada y resuelta, por intermedio de un tal "Chepe", propietario del local "El Firulete" de la ciudad de Pereira, conoce al maestro Jaime Duque López, acompañante de Pepe Aguirre, Armando Moreno, El Caballero Gaucho y Raphael, por citar algunas figuras de renombre, formando el grupo "La Gran Orquesta Típica de Sebastián y Los Muchachos del Cantón", al que luego se agrega ocasionalmente Carlos Alberto "Tito" Moreno en el bajo y hacia mediados de 2.010, el pianista Serafín Nieto León. Con el tiempo, traba contacto con los artistas locales "Don Tango", "Candelo", Alberto Giraldo, el prestigioso acordeonista Alberto Laverde y a su hijo Juan Diego, tenor, conocido como "La Voz Mayor de Colombia", de quien en forma paulatina también se hace amigo. Desde luego, no deja su activa militancia política y social. También de la mano de Carlos Duque, se vincula al PDA de Risaralda y por intermedio de éste, traba relación con el dirigente Marino Alzate Salazar, de quien hasta hoy es amigo y colaborador. En vistas al posterior decaimiento, la incertidumbre y la crisis al interior del movimiento político por el cual tanto laboró, en lugar de apelar a la política como móvil de cambio efectivo, decide recurrir a sus iniciativas personales para favorecer a quienes lo necesitan. Por azar, en una de sus actuaciones musicales al interior de una sede política, donde funcionaba un centro de adultos mayores, conoce a la secretaria del mismo, Gloria María Ramírez Restrepo, quien termina por vincularlo de manera definitiva. Tras un corto período, se separan de la dirección principal para constituir el suyo propio. El "Club Nuestros Queridos Abuelitos", nombre con el que sale a la luz la entidad, el 9 de julio de 2.010, se transformará luego en fundación por sugerencia de Jhon Jairo Salinas, el 22 de noviembre de ese año. A comienzos de 2.011, aduciendo razones personales insalvables, Ramírez, cofundadora de la institución, renuncia por escrito al cargo de suplente del presidente, Carlos Alberto Ricchetti, de directora y miembro de la entidad, la cual llegó a reunir de cuarenta a sesenta personas por reunión, con expectativas de alcanzar sus metas inmediatas para direccionar la entidad hacia otros sectores y áreas específicas. Durante todo el año 2.010, enseñó computación en lo referente al manejo de programas como Draw, Power Point, Word, Internet y su especialidad: Audio y Video, en el Centro Tecnológico Arquitectónico, donde por la calidad de su ejercicio docente, el centro de enseñanza decidió renovarle el contrato, destinándole una nueva cátedra, en provecho de sus altos conocimientos en materia de ciencias sociales: Historia de la Comunicación. Sus recientes conocimientos adquiridos en materia de marketing político, asociados a su formación, lo llevan a asesorar a varios aspirantes a distintos cargos y aunque , todavía brinda colaboración al interior del PDA, donde posee excelentes amistades y afectos, contribuye al desarrollo del incipiente Movimiento Progresista, orientado por Gustavo Petro, logrando por su intermedio, de alguna forma, unificar aquello que políticamente, por criterios opuestos y enfrentados, da la impresión de ser irreconciliable. En desacuerdo con decisiones de la conducción de Alianza Verde, se distancia de manera amistosa aunque sin dejar la política que lo apasiona. A mediados del 2013, 107
graba su primer disco solista, “Tango Argentino”, con el acompañamiento musical del prestigioso pianista Carlos Edward Ríos Sánchez, haciendo un registro visual de la confección general del mismo. Tras ser invitado a presentarse en La Virginia, Risaralda, una semana después, el 8 de diciembre de 2013, fallece su progenitor, motivo que lo lleva a trasladarse a su país natal donde permanecerá durante un lapso de cuarenta días, acompañando a la familia en ese momento de profundo pesar. Una vez en Buenos Aires, consolida una sólida amistad con el actor, director y productor de cine, Mariano González, haciendo parte del staff actoral de su película inédita de terror “Shembo, EL Esclavo del Mal” donde se vincula con importantes figuras del cine, la televisión, del espectáculo y el deporte argentino. De regreso, traba una gran amistad con el concejal de Dosquebradas por Cambio Radical, Manuel Leonel Rojas Hurtado, por medio de quien se vincula a las personalidades más prominentes del cabildo de ese importante municipio del departamento de Risaralda. Aunque comienza a laborar brevemente en el Diario del Otún, renuncia para concentrarse en la creación de un medio virtual independiente, donde prime la pluralidad más allá de lo ideológico para dar cabida a todas las opiniones. Decide llamarlo “Diario El Politicón de Risaralda”, el cual después de numerosas idas y venidas ve la luz por primera vez de manera oficial el 2 de abril de 2014. Así, logra capturar con el tiempo la preferencia de los referentes políticos del departamento, junto a la de los amantes de la actividad política en general, al recrear una forma de periodismo diferente donde se alternan la cultura, el arte, la opinión, el deporte y la suma del quehacer municipal, regional y nacional. A su vez, trabaja en calidad de bibliotecario en la Institución Educativa “Manuel Elkin Patarroyo” durante seis meses. Al año siguiente, el actor y director teatral, Alonso Marulanda Álvarez, lo invita a hacer parte de la Asociación Teatral “Blanco y Negro”, donde alterna la actuación con la promoción del colectivo en el área de prensa. Durante el “Cuarto Encuentro de Directores de Puesta en Escena”, realizado los primeros días de octubre de 2015, modera casi la totalidad del evento, siendo uno de los autores y el diseñador de la compilación del evento. Durante el verano, conoce por accidente al periodista deportivo, Rubén Darío Llano Londoño, que lo convoca a hacer parte del staff de su creación radial, “Escenario Deportivo”, siendo su mentor e introductor en esa compleja especialidad de la comunicación, abriéndole a la vez las puertas de entrada a AM 1520 “Antena de los Andes”, emisora donde durante casi un año más se vinculara también al programa de información general “Hablando de Todo un Poco”, moderado por el reconocido locutor e ingeniero de sonido, Armando Serna Suárez. A pesar de los ensayos con “Blanco y Negro”, su debut oficial en escena se produce en la obra el 5 de agosto de 2016, haciendo un pequeño papel en “La Tuya es la Mía”, una obra del argentino Santiago Serrano, adaptada por Francy Yasmith Quintero Grajales, actriz y guionista del grupo. Hacía fin de año, actúa dos veces en “El Hombre que no perdió la memora”, una puesta de Alonso Marulanda 108
retroalimentada por obras de Gabriel García Márquez, Pastor Alape y Mario Benedetti, entre otros literatos. En la actualidad, complementa sus múltiples ocupaciones, entregado a sus escritos y actividades periodistas para el blog “Proletarios Unidos”, creado por Glenn Miller entre otros importantes medios de comunicación, mientras continúa participando de recitales o presentaciones ante numerosos públicos seguidores de la "música de Buenos Aires" La mayor parte de su obra, constituida por cuentos, novelas, redacciones, artículos periodísticos y crónicas, por distintas causas y motivos, permanecen todavía inéditas.
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