La Senda del Cangrejo (Obra de teatro) de Carlos Alberto Ricchetti

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LA SENDA DEL CANGREJO (O El Proclive Arte de Avanzar Yendo Cada Vez Mรกs Hacia Atrรกs)

de Carlos Alberto Ricchetti


Obra de teatro en tres actos, Concebida originalmente para el actor y director de la Agrupación “Teatral Blanco y Negro”, Alonso Marulanda Álvarez.


A los mártires y líderes que luchan o lucharon por arrebatar al pueblo colombiano del estado de postración en el cual aún se encuentra. A todos aquellos por quienes valió la pena jugarse, aún habiendo caído al intentar darles dignidad, respeto, el país que merecen. Al artista dramático, Alonso Marulanda Álvarez, para compensar tanto dolor cuando se tienen demasiados sueños, pero se vive en un entorno ciego, mudo, sordo, miserable y profundamente enfermo.


PRÓLOGO Cuando me decidí a escribir esta humilde obra, la cual constituye de manera oficial mi primera incursión en el género, aunque no en materia de argumentaciones, lo hice con la mirada puesta en la crónica problemática que afecta a la sociedad colombiana, de la cual sin excepciones son fatalmente responsables quienes la integran. La Agrupación Teatral “Blanco y Negro”, bajo la dirección inigualable del destacado actor y director de puesta en escena, Alonso Marulanda Álvarez, el cual además de aceptarme en calidad de improvisado actor, me concedió el honor de brindarme la inconmensurable calidad de su amistad, constituye como pocas en Colombia, el espacio adecuado para representar con excelencia el drama social que atañe a la mayoría, por la exquisita calidad dramática de sus integrantes. Al estar enmarcada en el rubro del teatro político iniciado por el maestro alemán, Bertholt Brecht a principios del siglo pasado, pero a su vez poseer la necesaria personalidad para sacar adelante proyectos de su autoría, “Blanco y Negro” cuenta con todos los atributos para representar “La Senda del Cangrejo o El Proclive Arte de Avanzar Yendo Cada Vez Más Hacia Atrás”, sin contar la ventaja otorgada por las vivencias propias de sus líderes fundacionales. De allí, la iniciativa en agradecimiento y homenaje permanente a la figura de Alonso Marulanda, a la extraordinaria capacidad de un artista jamás proporcional a las demandas constantes de producciones edulcoradas y sobre todo, inofensivas a la conciencia para el establecimiento. Esta obra pretende dejar en evidencia, al personaje malicioso sabedor de la ruina hacia dónde conducen los graves errores conceptuales. Pero no le importa porque en su alevosa displicencia, le complace la actitud sumisa de la mayoría, ante lo cual experimenta genuina satisfacción de convivir en dicho entorno de estupidez, falsa ostentación, mediocridad, donde se siente el rey. Por supuesto, lo complementa el ignorante útil a quien domina, repitiendo domesticado lo que considera una verdad cierta de tanto escucharla repetir, más allá de la certeza de los hechos e intentando apabullar inhibir, coartar o difamar a cuantos se rehúsan a acatar esas normas tácitas de cómplice subordinación. En última instancia, aparece el clásico “profeta repudiado”, aquel que sin querer se pone a la altura e infructuosamente, pugna por abrirle los ojos a quienes optan y hasta gozan vivir entre tinieblas, los cuales no contentos con abstenerse de destacar los valores que no poseen, como la impronta, el compromiso, el sacrificio, la solidaridad, prefieren burlarse, estigmatizarlo, señalarlo como idiota, loco, iluso, delincuente, guerrillero. ¿Las razones verdaderas? No soportar la existencia de


personalidades independientes, de pensamiento libre, conscientes de la tragedia sin dejarse doblegar. Como a las personas favorables a generar contextos superadores de la decadencia se las suele eliminar de raíz, el final resulta más que previsible. Esa tarea no sólo se le encomienda a las balas, al acero, a las traiciones, sino a la oscuridad del olvido, la inhumanidad de la marginación, la ingratitud de desconsiderar a cuantos luchan desinteresadamente por un mañana mejor, al desengaño del “compañero” que nunca fue tal. Desde luego, no va a faltar el hipócrita a destiempo, rescatando al héroe - mártir a través de la evocación, de alguna efeméride perdida, con tal de divertirse; pasar gratos momentos, rememorando “aquellos días en los cuales luchó”, servirse de su ejemplo para un interés indeterminado, cuando antes en numerosas ocasiones le jugó en contra. Roles Aunque recogí las enseñanzas del director general, en cuanto a la inexistencia de papeles protagónicos y secundarios, ya que a la hora de interpretar todos los actores en escena cobran importancia, además de redefinir la calidad de una obra, me tomé el atrevimiento de construir la mayoría de los personajes sin nombre, pero en función de cada uno de los actuales integrantes de la Asociación Teatral “Blanco y Negro”. Nadie podría asumir mejor el rol de la Voz en Off, que el propio Alonso Marulanda Álvarez. Su amplia experiencia, dicción canora excelente, adecuada tonalidad, capacidad expresiva y el don de pronunciar palabras sin dejar por fuera vocales o consonantes, lo convierten en la persona ideal. El papel del Protagonista podría recaer en manos del joven actor, Cristian Bernal. Me basó no sólo en el aspecto físico del actor, sino en la capacidad interpretativa demostrada a través de papeles como el de Simón Bolivar, durante la puesta en escena de “El hombre que no perdió la memoria”, realizada también por la asociación. Aunque no se encuentra actualmente trabajando junto a “Blanco y Negro”, sugiero respetuosamente asignar el rol de Parce 1 a Rafael Cano Isaza. El desenvolvimiento y dramatización de los diálogos requeridos por este personaje, a mi entender encajan a la perfección con su talento. En cuanto al papel del Parce 2, considero a Héctor Savogal el actor idóneo para asumir ese desafío. La impostación, las características del personaje, remiten a pasados ensayos de una obra que por distintas razones a la asociación no le fue


posible poner en escena, donde da forma a un personaje visiblemente hostil, ignorante y negativo que se adaptaría perfectamente al perfil exigido. Tras haberla visto añadirle características propias al personaje de “Sexilia” en “La tuya es la mía”, adaptación suya de la magistral obra del escritor argentino, Santiago Serrano, pienso que el rol de María Fernanda podría recaer en Francy Yasmith Quintero Grajales, dada la facilidad demostrada para confeccionar un personaje de talante sectario, avasallante y aristocrático, muy similar al que se pretende hacer referencia. En ese sentido, puede hacerse alusión a quien elaboró un formidable dúo con Quintero Grajales. Me refiero a Rosa Elizabeth Giraldo Franco, increíble intérprete del arquetipo de mujer sencilla, proveniente de un hogar trabajador, carácter coloquial e inteligencia mediana, descendiente y legataria de la idiosincrasia de los viejos colonizadores paisas. El rol de la Joven, se lo asigne a Luisa Rojas. La vehemencia instalada en sus declamaciones, la juventud y el dejo de inocencia instalado sobre la flor de su personalidad, la ubican para lucirse en ese segmento interpretativo. Finalmente, el papel del Muchacho de la fábrica, podría quedar en manos de Christian Montes, al cual observé caracterizar a un trabajador negro en “El hombre que no perdió la memoria”, elaborarlo con exquisitez y por decirlo de alguna manera, “a su imagen y semejanza”. Apuntes finales Al margen de estos argumentos, esgrimidos, más desde la imaginación, la subjetividad o las buenas intenciones de un autor que le dedica integralmente esta obra a Alonso Marulanda Álvarez y a sus queridos amigos de la Asociación “Teatral Blanco y Negro”, dejo librada la decisión final, las características de la puesta en escena, de los personajes y sus nombres, de la identidad de los actores favorecidos para desempeñar los distintos papeles de “La Senda del Cangrejo o El Proclive Arte de Avanzar Yendo Cada Vez Más Hacia Atrás”, al criterio de quien o de quienes corresponda. Otorgo además absoluta libertad creativa, de interpretación e ingenio, a fin de que sea el talante actoral de cada uno, no las limitaciones impuestas, el garante de llevar a buen término la palabra, el mensaje intencional del contenido de esta pieza, con la única excepción de rogarle a los responsables tengan a bien rescatar el nombre de su esforzado autor, al llevarla a escena como lo saben hacer.


Carlos Alberto Ricchetti (Pereira, departamento de Risaralda, Colombia, 13 de mayo de 2017)


LA SENDA DEL CANGREJO (O El Proclive Arte de Avanzar Yendo Cada Vez Mรกs Hacia Atrรกs)


Acto Primero LA JAULA DE LOS PSICÓPATAS (Se abre lentamente el telón. A la izquierda del escenario, aparece un grupo de personas sentadas, hablando entre ellas mientras toman tinto en torno a la mesa de un café, indiferentes. El protagonista principal aparece agazapado en el con los brazos extendidos, dando a entender que está sólo, atado de pies y manos a cadenas invisibles de cautiverio, odio e impotencia. Posee la mirada en un punto fijo, sobre el vacío inalcanzable de una tristeza escapándole de sus manos. Permanece unos instantes en esta posición, intentando generar el interés del público a través del silencio, antes del surgimiento de la voz en off). Voz en Off: “Estoy preso. Espero la muerte con el sinsabor de haber llevado a cabo una lucha sin sentido, el cargo de conciencia y el pesar de los muertos. No me angustia la derrota cuando sobran las razones de luchar, frente a las imágenes o los sonidos de engaño, de vivir entre el suicidio de verdades mentirosas, grandes como casas montadas sobre el cielo, la contrariedad de soportar tanto absurdo, llevándonos al más cruel de los abismos oscuros. Me siento satisfecho de no haber querido ser otra gota de algo, flotando sobre cadalsos de la nada. Acaso busqué ser un árbol tratando de tocar a otros con la vida, de cumplir ya no con mi sueño, sino la necesidad de darme, de tender la mano sin el pavoneo más sutil, de elevar entre gritos, abrazos, palabras, la contradicción a tanta humanidad insolidaria, pendiente de sí misma como una isla enlatada de soez aliento primitivo… (Voces féminas y masculinas gritando desde los cuatro rincones del escenario: “¡Guerrillero!”, “¡Terrorista!”, “¡Mamerto!”, “¡Asesino!”). “…No me intimidaron ni detuvieron los gendarmes del averno, los enemigos poderosos de siempre, sujetos a la molicie del poder por la riqueza, a falta de un ideal distinto a la miseria de la mayoría. Quise abrir la jaula de los psicópatas donde muchos son cautivos sin querer escapar. Apenas fui culpable de no verme luchando sólo, presa de los propios demonios del instinto, predicándole a las bestias que se revolvieron para devorarme. De falsos amigos y compañeros de causa, renunciando en favor del animal salvaje al cual osaron alguna vez combatir dentro de ellos, pero los hizo más de lo mismo, de la prebenda despreciable; del imperioso instinto de sobrevivir; de la renuncia a tiempo por resignación. No es el temor a morir con el machete de la verdad en la mano, sino la repugnancia de hacerlo en nombre de quienes me alentaron al cadalso: La ignorancia permanente de los alienados de costumbre, la rígida omnipotencia mesiánica de los estúpidos en perpetuo naufragio hacia el fracaso y la alevosa displicencia de los malintencionados alegando del verdugo, pero a la espera de sus huesos a cambio de los míos”. (Luego de unos instantes, el protagonista se endereza,


recupera su forma de ser cotidiana y se dirige caminando lentamente a la mesa donde están tomando tinto).

Parce 1: ¡Hola, amigo! –le dice al verlo llegar mientras se pone de pie para abrazarlo y darle la mano. ¿Qué más? Parce 2: ¡Qué hubo! –lo saluda con indiferencia. Protagonista: Esto no da para más (Dice, mientras se sienta y se acomoda en la silla). ¿Se enteraron las últimas noticias? Mañana sube todo, pero acá como si nada. Todo el mundo hablando de fútbol. Parce 1: Es verdad. Pero es que mañana es el partido… Protagonista: ¿Será qué si gana el de usted le van a pagar algo? Mañana hay que salir a camellar igual y si no hay plata, no podemos decirle al de la ventanilla de los impuestos nos perdone la vida porque ganamos cuatro a cero… Parce 2: Esto esta berraco (Afirma mirando resignado hacia abajo). ¿Pero qué más podemos hacer? Parce 1: Es todo lo mismo. No se puede hacer nada. Siempre los mismos ladrones y se reparten la plata entre ellos (Dirigiéndose al Protagonista). Protagonista: Todo el tiempo se puede hacer algo (Explica tratando de incorporar a Parce 2 a la conversación). No digo dejar de divertirnos, de recochar, de tratar de ser felices. Pero si seguimos sin poder tener cuidado, nos van a seguir comiendo crudos los gallinazos. Parce 2: Miren la mamacita que va ahí… -Levanta la vista asombrado y mira de arriba abajo una eventual silueta de mujer bonita al pasar. Todos acompañan la mirada. Protagonista: Si seguimos así, además de llevarla a la cama, deberíamos pedirle nos pague el predial. Parce 1: Mujeres tan queridas seguramente no deben tener ese problema, porque viéndole la ropa puesta y la cuatro por cuatro de la cual bajó, la verdad debe tener un buen burro que la mantenga. Protagonista: Nuestras mujeres, sin más destino que hacérselo rico a un traqueto para no morirse de hambre; salir del país cargadas para recibir dos monedas o si la


pillan, el consuelo de un canazo donde por siete, ocho años al menos, no le faltará techo ni comida. O acabar de puta, yendo a mover el culo a Europa, donde se mueren por las latinas (Mirándolos a Parce 1 y Parce 2). Parce 1: ¡Jump! Con tal que cuando tenga cuarenta, no le pelee el novio bachiller a la hija de dieciséis años como en la novela… Parce 2: ¡Ahhh! O le haga la guerra al novio de la niña, así se la puede entregar a un viejo delincuente con veinte hijos reconocidos de cuatro o cinco parejas, con tal de asegurar el guaro pa´ fin de año… (Todos ríen unos instantes) Parce 2: Hablando de Roma, miren quien viene ahí… -Advierte al ver llegar alguien a mitad de camino. (Una mujer entra al escenario desde la izquierda, muy elegante y pendiente de su apariencia, con aire altivo e ínfulas despectivas hacia todo el mundo presente o teóricamente en derredor. Al llegar a la mesa, se da vuelta y grita con la mano pegada a la boca: “¡Trabajen, vagos!”). Parce 1: Hola, María Fernanda. ¿Qué pasó? –asombrado, mientras los demás le dirigen la atención María Fernanda: ¡Estoy mamada! ¡Ma – ma – da! Parce 2: Pero… Lucía: (Interrumpe) Me tomé un taxi desde mi casa hasta aquí. Apenas intenté caminar menos de treinta metros al negocio de una prima, cuando los vi a ustedes. Había unos negros tocando esa música espantosa en la esquina, a todo taco, pidiendo limosna con un cartel que decía eran desplazados no sé de dónde, porque la verdad ni mire. No me interesó. Al pasar cerca de uno, tenía un olor a transpirado fuerte, horrible; todos con la ropa sucia, rota, mal vestidos. Trato de hacer dos metros más. La calle, llena de vendedores ambulantes ocupando la acera con gente parada hablando entre ella, comprando cosas. El resto por un espacio estrecho, de aquí para allá, ensuciándome el vestido con este calor insoportable. Al lado de la puerta ese gamín asqueroso, lleno de piojos, soplando. ¿Cómo así? Si me levanto de Lunes a Sábado a las cuatro de la mañana, estar a las seis en punto trabajando como una burra en mi negocio para poder pagar los impuestos; ¿con qué derecho esta parva de vagos se meten ahí, sin poner un peso? Después le meten hijos a la mujer, la ponen a parir y la plata la guardan para tomar trago, vicio, en vez de comprar la comida…


Protagonista: Discúlpeme, señora – hablándole a Lucía y extendiéndole la mano para saludarla. (La mujer lo saluda a regañadientes, mientras lo mira en forma despectiva de arriba abajo) Protagonista: Mucho gusto. La estaba escuchando, pero creo está usted equivocada o mal informada, si me permite con respeto decírselo. Esas personas no tienen mayores opciones. María Fernanda: (Interrumpe y mira indignada en dirección contraria) No es problema mío, señor. Yo pago mis impuestos… Protagonista: Esta muy bien. Pero ellos no tienen la suerte suya de poder hacerlo. Si me permite, el problema de uno es el de todos. Dígame; ¿usted cree que esa gente estaría ahí en la calle, si tendrían fábricas dónde ir? María Fernanda: (Indignada) ¿Por qué no se vuelven al campo o no van a coger café? Mi abuela tenía hacienda. Esos son vagos, montañeros. Se mantienen haciendo pereza y vienen aquí, para matarse el hambre pidiendo en vez de trabajar. Protagonista: No, señora. Vienen del campo porque los dueños de las tierras que hacen parte de la clase política a la cual seguramente usted vota, los amenaza para que se vayan, aprovechan a comprársela por dos monedas si les pertenece o escapan de la violencia a las ciudades, donde los más afortunados logran colocarse a cambio de un salario miserable. Los demás se rebuscan, viven como pueden y el resto, tenga a bien morirse. María Fernanda: ¡En Colombia se vive bueno! ¡No hace nada el que no quiere! Parce 2: Acá hace falta mano dura, como el presidente que había antes. Además, podíamos pasear. Mirar nada más la corrupción del Gobierno de ahora… (María Fernanda mira de reojo al Protagonista, mientras hace como si viera a otra parte con aire despectivo, molesta por palabras que la hicieron sentirse aludida). Protagonista: La verdad no los entiendo. ¿Ahora se quejan, cuando antes vivían igual o peor de llevados? Les molestan los otros, pero están más pendientes del partido de mañana, aunque no sepan cómo van a comer pasado. ¡Cualquiera de nosotros puede vivir como esa pobre gente algún día, pero en vez de tomar conciencia, andamos en otro mundo y cuando no ignoramos a nuestra gente, la queremos matar porque no la miramos sin poderla echar a patadas! ¡La culpa no es


de los pobres, ni del sistema, sino de todos, empezando por quienes estamos sentados a la mesa! Parce 1: (Tratando de poner calma, se dirige al protagonista y le habla aparte) Usted tiene razón en lo que dice. Es muy inteligente y ojala más de uno fuera como su merced. Pero entienda que si le dice la verdad a la gente, la mayoría se emberraca. No les gusta. Cuando sale alguien bueno lo matan. Siempre fue así desde que tengo uso de razón. A nadie le importa solucionar esto. Y hágame caso. Una golondrina no hace verano, aunque usted tenga buen corazón… Protagonista: (Se pone de pie, de mal humor) Voy al baño… (Parce 1 lo palmea en la espalda al irse) Parce 1: (Mira para atrás a comprobar que se allá ido el Protagonista y buscando la complicidad de Parce 2) Es de izquierda… Parce 2: (Hace un gesto arrugando el tabique nasal y sacando los labios hacia afuera como señalando a alguien) María Fernanda: (Con mueca de asquerosidad, arqueando las cejas): Gasssssss! Parce 2: ¿De dónde lo sacó? Parce 1: Un día me lo presentaron. Está equivocado. Siempre se está quejando. No quiere entender cómo es acá. María Fernanda: (Mirando siempre hacia otra parte) Si no le gusta y se queja tanto; ¿por qué no se va con los guerrilleros como él al monte? Prefiero no tener casas, escuelas, hospitales, antes de tener que hacer una cola para un vale. ¡Qué va! ¡Vivir en un país donde todos son iguales, con los mismos derechos, me aterroriza! ¿Se imaginan una dictadura populista, repartiendo mí plata, haciendo asistencialismo para ganar voticos, dándoles de comer a estos aviones lo que me dejó la familia? Nadie me regalo nunca nada. Lo que tengo es mío y no se lo pienso dar a nadie, ni voy a mantener a estos indios y negros sin agarrar un pinche libro en su vida, queriendo recibir gratis de arriba, del esfuerzo de los demás. Prefiero los maten a todos… Parce 1: Es cierto, Lucía. Se lo digo ahora, antes que vuelva porque no tiene sentido discutir. Parce 2: (Poniéndose de pie asombrado, señalando hacia afuera con el dedo) ¡Miren allá afuera!


Parce 1: (Trata de ver a lo lejos lo que ocurre y se acomoda los anteojos que lleva en el bolsillo de la chaquetilla) María Fernanda: (Alborozada de alegría, ríe a carcajadas y aplaude con los brazos abiertos de par en par a la altura del abdomen): ¡¡¡Ja, ja, ja, ja!!! ¡Ahí llegó la Policía a sacar a esas ratas a patadas! ¿Y vieron al negro ese que se le hacía el gallito al tombo, como le dieron con el bolillo en la jeta por pendejo? Parce 1: (Resignado, con lástima, mira a lo lejos meneando la cabeza de un lado a otro) Protagonista: (Llegando y apresurándose a mirar): ¡Pero cómo van a llegar y van a pegarle de esa manera entre tres al hombre! (El Protagonista extiende la mano derecha en dirección al lugar de la represión) Protagonista: ¡Hay una criatura llorando a los gritos junto a la madre, que se agarra la cabeza! María Fernanda: (Sin dejar de reír y festejar ruidosamente): ¡Vuélvase mejor para su selva, mema, que allá va a estar bien! ¡Viva la Policía y Nuestro Ejército! ¡Llévense toda esa ola podrida para su pinche malparidez! Protagonista: (Mirando a María Fernanda de golpe, con mucha ira) ¡Usted está enferma, señora! María Fernanda (Se revuelve violenta contra el Protagonista): ¡Mejor cállese la boca culicagao y si no le gusta, mándese a mudar pal monte con los guerillos muertos de hambre como usted! Parce 1 (Tratando de calmar la situación, separando): Cálmese, María Fernanda y usted, amigo, por favor, mejor ábrase... Parce 2 (Se pone de pie, contemplando perplejo la situación) Protagonista: (Enojado y gritando): ¡Mejor váyase usted! ¡Por culpa de gente tan basura estamos como estamos en Colombia! María Fernanda: (Gritando con los ojos abiertos, queriendo irse lentamente encima del Protagonista como si quisiese aplicarle un correctivo) ¡Mocoso desagradecido! ¡Miré cómo me falta el respeto, maleducado! ¿Con quién se cree que está hablando? ¡Puedo ser su madre!


Protagonista: (Interrumpe, negando con el dedo índice) ¡No lo creo, señora! ¡Igual diría a otros si la persona en el piso fuera usted, aunque no alcance a entender nunca como es posible haya gente con su forma de pensar! (María Fernanda, Parce 1 y Parce 2 contemplan al Protagonista en Silencio, Mientras este avanza unos pasos al público con la mirada perdida en un punto fijo) Protagonista: Sinceramente, pido disculpas por mi atrevimiento. No quise agredirla, ni ser irreverente. Tampoco puedo sentir encono alguno ni siquiera al odio que la alienta. Sentí terror, desespero, al percibir tanta falta de amor disfrazada de pensamiento, la alborotada carencia de humanidad sembrada por quienes nos supieron dividir para quedarse con los hombres, las mujeres, la tierra, el oro, los mares, los ríos, las selvas y los montes, teñidos con nuestra sangre. Ni todo el dinero del mundo fue suficiente para persuadir a la mayoría de dejar de matarnos entre hermanos, de vivir en paz. Tan inmersos estamos en el egoísmo, que no nos importa los campesinos del llano, los indígenas guajiros, los negros chocoanos, las mujeres tomadas por la fuerza en la selva o de cualquier lugar. Los niños a marcha forzada con armas de madera, arrancados de sus hogares sin pan, los cuerpos apilados a bala, machete y motosierra; los jóvenes muertos, pasados por bandidos; la gente sometida a dejar lo suyo junto a los sueños, a veces hasta lejanos destinos para encontrar cuchara, sustento, enseres distintos, negados por malos gobiernos que mandan un país tan rico... (Instante de silencio hasta retomar monólogo) Protagonista: (Extendiendo los brazos) Estamos muy ocupados pensando cuanto no es cierto, pendientes de un balón, de la inmediatez, del chisme grotesco, de embriagarnos dos veces al mes, de palabras vacías, ajenos a lo verdadero y bello… Se nos pasa la vida, resignados bajo el yugo, sin un mendrugo maldito para engañar el estómago, poder amar el trabajo, cuando además de interés falta el mísero centavo para irse a recochar, sacar la familia a pasear, invitarles a arepa quesuda, la gaseosa, el cholao. No lo queremos entender, ni pretendemos enmendarlo. Es la senda del cangrejo. Se repite otra vez. Creyendo ir hacia adelante, caminamos hacia atrás. Somos petulantes, soberbios, presumimos de ser más; aunque vayamos a la escuela decidimos no aprender, salvo ignorar el dolor ajeno. En esta dictadura sumisa, parecida en la práctica a la muerte, hay un secreto latente al cual ven, perciben. Algunos hasta lo festejan, aunque lo comprenden. El acuerdo tácito es callar, pasar desapercibidos, rebuznar indiferentes sabiendo cuanto ocurre. Cuando un rostro compungido alza la vista a la maldad, osa señalar falencias, tamañas insensibilidades, bolsones de miseria humana, aquello subjetivo y evidentemente mal, no dudan en señalarlo, lo acusan de subversivo. (Levanta la cabeza, baja los brazos, extiende señalando hacia arriba con la mano derecha de


forma gradual) Es el precio a pagar porque en tierra de sumisión, en tierra de sumisión… TERRORISMO… ¡TERRORISMO ES DECIR LA VERDAD! (El Protagonista mantiene unos instantes más levantada la cabeza, aunque baja cada vez más el índice derecho señalando hacia arriba hasta dejarlo en la cintura. Parce1, Parce 2 y María Fernanda se retiran cabizbajos, caminando lentamente a la salida derecha del escenario. El Protagonista hace lo propio por la puerta opuesta, dando fin al PRIMER ACTO).


Acto Segundo EL SILENCIOSO CONSENSO DE LAS RATAS (Aparece en primera escena una mujer cocinando sobre la mesa de una cocina, con un pañuelo o bolsa en la cabeza para que el cabello no se le impregne con el hedor de los alimentos. Luego de unos instantes, una adolescente entra entusiasmada. Se sienta pensativa en un rincón a la izquierda radiante, soñadora y emocionada. Entonces la mujer, la mira de reojo, sonriendo a hurtadillas en una especie de complicidad solapada que trata de ocultar cuando la joven la observa, tornando su gesto en adusto). Mujer: (Sin dejar de observar en dirección a las manos con las cuales trabaja) ¿Dónde estuvo usted toda la mañana? Joven: (Vacila en silencio)… Mujer: (Sin dejar de trabajar ni mirarla) ¿Anduvo de nuevo con éste muchacho? Joven: (Baja la vista silenciosa, con mezcla de culpa y alegría) Mujer: (Levanta la vista y la mira, carente de palabras acerca de cómo decirle lo qué piensa, mientras pica verduras con el cuchillo sobre una tabla) Joven: (Mira hacia arriba, al cielo raso de una cercana pared imaginaria al costado, en aspecto aparentemente distraído) Mujer: (Hace una pausa en sus quehaceres y prosigue) Es un buen pelao. Se nota que es leído y estudioso, pero no tiene nada para ofrecerle. Joven: (Medio la interrumpe, con la vista en el piso) Trabaja con Luis en la fábrica… Mujer: (Sigue picando la verdura): Hay que ver hasta cuándo. También, con las ideas que tiene. (Suspirando) ¿Por qué no puede ser igual a todos? Cómo Joaquín, por ejemplo, tan buen mozo y elegante. Trabajando con el padre en la oficina, atendiendo a la gente, sin meterse nunca con nadie, estudiando y pagando su universidad… Joven: (Mira a la mujer) Él es muy inteligente. No es para trabajar en una fábrica. Además es muy educado y siempre me respeto, mientras las veces con Joaquín… Me sentía muy intimidada con la forma de mirarme… Mujer: (Encogiéndose de hombros, siempre trabajando) Todos los hombres quieren siempre lo mismo. Unos lo muestran más, otros menos. Si fuera jovencita como lo


es usted, a mí sinceramente me gustaría tener alguien igualito. (Repica con las pestañas) Tan querido… Joven: (Se voltea a mirarla seria) Papá no era tan así… Mujer: (Dejando de laborar, mirando a la hija): Siempre se las rebuscaba como podía y aunque a duras penas nos alcanzaba para comer, nunca venía con las manos vacías. Salía con la camisa azul claro o la blanca que debía mantenérselas lavadas y planchadas. Lo mismo el saco. De pronto, la camiseta podía aguantar algunos días sin aseo. (Esboza un principio de sonrisa evocando) Recuerdo. Apenas si tenía educación. Es verdad. No era lindo. Un buen hombre. Con el maletín de cuero marrón lo conocí más jovencita que usted, yendo, viniendo. Vendiendo aquí y allá. No se separó de él ni cuando se desplomó en la calle. Debieron cortarle la correa para quitárselo. (Suspira) Era lo que había, pero no me arrepiento. No se debe buscarle tanto la vuelta a las cosas, porque se termina sin hacer nada… Joven: (Bajando los ojos en dirección al piso, como pidiendo disculpas por sus sentimientos) Yo lo quiero. Me gusta… Mujer: (Se acerca a la hija y le pone la mano en el hombro, de manera comprensiva) Cuando una es niña, nos llaman la atención las canciones románticas, las poemas que nos hacen o dicen. Si usted sólo conversa con un muchacho, sin compromiso, no hay problema. Ahora, si busca algo para toda la vida, debe pensar siempre dónde va a vivir, de qué manera, cómo va a criar los hijos. Las ideas son lindas. Los sueños también, pero este sancocho tan especial no se hace de palabras. Lleva carne de res, pollo, cerdo, verdura, plátano, yuca, papas. Hay que comprar hasta la arracacha. ¿Va a salir usted a conseguir esas cosas? ¿Y si un día tiene un niño? No me piense mal. Distinto sería fuera una niña rica, para poder hacer lo que le venga en gana. Tener a cualquier hombre. Su abuela, la finada Doña Benita, ¡Dios la guarde en su Santa Gloria! (Dice elevando los ojos al cielo) me aconsejó, como lo hace su madre que tanto la quiere a usted. Joven: (Sonriendo con ojos encendidos y complicidad) Si usted lo escuchara hablar… Tan lindo. Es muy tierno, especial (Se toma las manos entre las dos piernas). Me cuida y consiente mucho. Entiéndame… Nadie fue capaz de hacerme sentir así. Si viera como escribe… (Se pone de pie y saca una carta, caminando en dirección hacia el centro de la escena) Mujer: (Desestimando el hecho y levantando ligeramente el brazo en señal de intentar detenerla) No. No hace falta… Joven: (Insistiendo) Escucha, madre… Mira cuanta ternura…


Mujer: (Hace un gesto con resignación, impaciencia, cruzando los brazos y moviendo el pie) Está bien. A ver… Joven: (Recita poema con aire de euforia romántica, yendo de un lado al otro del escenario, para culminar en el sector donde comenzó) “Mujer de ensueño, incierto destino al amparo del amor, sin importar los vestigios de tanto dolor impuesto, ni el injusto desatino al laborar de sol a sol. Llegaré hacia el ocaso donde nos halle el camino a deshojarte las sonrisas; tomados de la mano, nacerán los tibios besos anidado en las caricias de mi pequeña rosa apasionada, infinita, al quitarme el aliento sonrojado del deseo bajo el sumiso ventanal que roba un pedazo al cielo. Te haré feliz por cada día oscuro que en demasía me hayas faltado; será mirarte a los ojos, presentir más nada, cuando reciba la fresca tersura de tu piel desnuda, subir descalza a besarme sobre los pies. Entonces te amaré, dibujándote un corazón con el índice alrededor de los labios, antes de volver a crepitar


nuestros corazones, batiendo sus latidos sobre la bruma del silencio. Mujer: (Admitiendo fríamente) Está muy bien escrito. Jóven: (Permanece en silencio, muy enamorada. Hace gestos como si lograra escuchar adentro suyo, viendo a las estrellas). Lo amo tanto… Lo amo… Mujer: (Vuelve a la mesa y arroja lo picado dentro de la paila, sobre un fogón al fondo de la escena). Sabe escribir. ¡Jump! Lástima no sea suficiente para poner la mesa. (Se abre una puerta a la derecha del escenario. Aparece un muchacho de la edad aproximada de la joven, vestido de fajina, con aspecto cansado al volver de trabajar. Deja el bolso al costado de la entrada. La mujer es la única en advertir su llegada. Esperándolo a que la salude con un beso, le dice “¿Qué hubo?”. Luego, se lava las manos en la poceta, al lado de la paila y se sienta en la parte media de la mesa. La mujer le sirve un plato, el cual comienza a comer con cuidado, porque está muy caliente. La mujer trae otro plato. Vuelve al fogón, se sienta a su izquierda y hace la señal de la cruz sobre el sancocho antes de comenzar a comer. La joven guarda la carta, va a asearse a la poceta, sirve y se ubica a la derecha. Al llegar el hombre pasan breves instantes en silencio, hasta que la mujer lo rompe). Mujer: (Levantando la vista hacia el muchacho) ¿Cómo fue hoy? Muchacho: (Sin dejar de comer) Igual de duro, má. Pero pagarán menos por más horas. Joven: (Levanta la vista para mirarlo) Mujer: ¿Cómo así? Joven: (Vuelve a mirar el plato) Muchacho: (Sin apartar lo ojos del plato, jugando con la cuchara sobre la comida) Porque dijeron se está vendiendo poco. Dizque para no echar gente. Mujer: (Con la cuchara a la boca, responde sin dejar de comer) ¿Cómo supo? (Se saca un pedazo de hueso como si fuera un diente, para dejarlo junto al plato)


Muchacho: (Dejando de comer) Lo dijo el patrón por el micrófono, mientras estábamos sobre la línea de producción. Habló de las elecciones, que debíamos camellar más porque la situación está dura. Joven: (Come y de vez en cuando, eleva la vista hacia quienes hablan) Mujer: (Sorprendida) ¿No sabía que Don Alberto había vuelto de las vacaciones?... Muchacho: (Retomando la comida) Sí. Llegó a la tarde con esa camioneta bacana que le decía el otro día. Cuando me vio, bajo el vidrio polarizado. Me saludo con una sonrisa así de par a par (haciendo el gesto del tamaño). Más tarde, apareció en los quince minutos del almuerzo. Vino ayer temprano de Orlando. Mujer: (Con curiosidad y la boca llena): ¿Qué dijeron? Muchacho: (Con dificultades para responderle a causa de la comida, le pide lo espere unos instantes a fin de responderle, haciéndole una seña con la palma de la mano) Mujer: (Vuelve a comer de la cuchara mientras no deja de mirarlo espectante) Muchacho: Habló por el micrófono el sapo ese del Oswaldo. Que votemos al presidente de antes, porque ese tenía pantalones de verdad, además de no haber tanto desorden con la mentira de la paz. Porque el candidato del de ahora habla, pero está untao e´ la mermelada y se le descubrió un tapao del berraco hace poco, con las casas esas regaladas. De la mujer aquella… No me acuerdo el nombre… La que dicen la tiene clara…El abuelo era amigo de la familia, de un tal “Pollo” de hace mucho. Tío de ella o vaya uno a saber. Pero según él, tampoco sirve pa´ na´. También habló del de anteojos. El del pelo blanco… Mujer: (Picando del plato) Mmmm… Sí. Ese viejo del otro día, hablando berraco de los sobornos... Joven: (Come y levanta la vista a la mujer, mientras esta vuelve la mirada al sancocho) Mucho no le entendí. De las inversiones que se pierden. Contra el libre mercado. Aunque hable bueno, dijo: “Si ese tipo llega a la Casa de Nari, al país se lo toma la guerrilla peor a cómo estamos ahora con esta paz de impunidad y quedamos igualaos a la dictadura comunista esa del noticiero”. Agregó que “no nos obliga a ir a votar a quien se le ocurre…” (Se lleva un pedazo grande a la boca y hace una pausa masticando) Perdone, mamá, porque a usted no le gusta diga malas palabras adentro de la casa… Mujer: (Mira al muchacho) Fresco, hijo…


Muchacho: (Observando a la mujer con respeto y vehemencia) Que él… Si no gana el presidente de antes, levanta la empresa y se va para la puta mierda… Mujer: (Abre la boca sorprendida y aspira hacia adentro) Muchacho: (Arrastrando el plato al centro de la mesa al acabar de comer) Así dijo. ¡Dios le pague, mamita! Joven: (Termina la cena y permanece en silencio, con la vista perdida en un punto fijo) Mujer: (Acabando la cena, tomando el plato vacío de la muchacha y el joven, introduce uno dentro del otro, antes de ponerse de pie para llevarlos a la poceta. Empieza a lavar de espaldas) Vea, pues. De nada, mijo. Verdá. A nadie le gusta le roben su plata… Muchacho: (Arregla con el puño en los labios la simulación de un eructo) Mami… ¿Calentó tinto?... Joven: (Con temor) Dicen las malas lenguas que montó la fábrica traqueteando en Cali… Mujer: (Se da vuelta y la mira sorprendida, secándose las manos con el repasador) Muchacho: (La mira en silencio) Joven: (Arquea la vista. Encoge los hombros. Extiende las manos en señal de disculpa) Eso dicen… Mujer: (Frunce el ceño) En esta casa no se habla de esas cosas. Como lo consiguió, no es de nuestra incumbencia. La plata va y viene. Fue inteligente. La supo hacer. Por eso está tapao. Porque aprovechó de su propio esfuerzo… Muchacho: (Mira a la joven y a la madre, esperando una reacción luego de lo dicho) Joven: Espere, mamá. Es muy difícil, salvo uno venga de familia rica, tener dos plantas grandes como una cuadra cada una. Muchacho (Volviéndose con cuidado hacia la Joven e imperándola a guardar silencio con el dedo índice sobre los labios): ¡Shhh! No vaya a decirle eso a nadie. ¡A ver si lo anda comentando por ahí y me hace perder el trabajo!


Mujer: (Interrumpe) ¡Suficiente! ¡No diga eso! Joven: (Contra interrumpe queriendo dar explicaciones) Lo escuché decir a unos compañeros suyos en el café de la esquina de la avenida. Por eso les comento aquí en confianza. Don Alberto tiene a una sobrina presa en España. Iba cargada de droga. La llevaba dentro del estómago y no paso los controles de migración… Mujer: (Fastidiosa) ¡No quiero hablar más del asunto! (Se da media vuelta, sirve el tinto, toma los pocillos. Molesta, los dispone sobre la mesa. Sentada, deja concluir al muchacho) Joven: (Escucha con la mirada en un punto fijo sobre el vacío) Muchacho: (Llamando a la calma) Mamá… No se ponga así. Eso lo dicen todos y tampoco pueden echar a Raimundo y todo el mundo. (Después se voltea para hablarle a la Joven) Solamente le pido escuchar siempre callada, diciendo lo menos posible. Usted es mi hermanita. Yo la quiero mucho. Le pido eso porque se la pasan mandando gente pa´ fuera por cualquier cosa. Ayer, el supervisor mando a cuatro empleados a la bodega a mover algunos bultos. El patrón fue a ver. No le gusto. El jefe se lavó las manos, aunque había dado la orden. Llevaban seis años camellando. Uno fue llorando y Don Alberto no lo quiso ni recibir. Total; ¿qué problema se hacen si tienen esto así (Le muestra la mano con todos los dedos unidos hacia arriba) de lleno de gente esperando para trabajar? Pueden hacer con uno lo que se les de la real gana (Se vuelve a la Mujer) Y perdone, mamá. No le quiero faltar el respeto, pero usted me dijo que soy el de los pantalones en esta casa. Por eso hablo es de ser juicioso. No es para enojarse tampoco. Mujer: (Asistiendo al Muchacho) Tienes toda la razón. El respeto te has ganado porque mientras otros se pierden en el vicio o dejan la familia tirada, vos siempre te ocupaste de nosotros desde que papá no está. Estoy orgullosa de vos. (Se dirige a la Joven con firmeza) En cuanto a usted, mejor vaya aprendiendo en lugar de fisgonear a los demás. La plata no importa de donde venga, sino quien la tiene. Aprenda de su hermano (Señala en alusión al Joven). Nunca nos metimos en nada. Por eso puede ir al estudio, en vez de trabajar como él o yo, rompiéndome las manos (Se las muestra). Entienda de una vez que no es con versos, palabras bonitas, coqueteos, fantasías o siendo ilusa, el modo de progresar en la vida. Debe ser guapa, tirada pa´ lante y el resto, aunque no haya comido, que eructe pollo si es capaz, como diría la finada Doña Benita. Usted, nada más debe pegarse al lao del que es. No, del príncipe azul. Ese no viene nunca ni por esa cosa del “guaifai”, el “guasap”… O eso que juegan ustedes. Aprenda bien, porque hoy me tiene. Mañana no sabe…


Muchacho: (Recuerda algo) Ahhh… Hubo algo más. Este muchacho (Mira a la Joven de forma cómplice) Lo llamaron a descargo. Joven: (Sorprendida) ¿Cómo así? Mujer: (Apenas esboza una sonrisa tenue, disimulando complacencia sin decir palabra) Muchacho: (Explicando con aire de preocupación) Algún sapo de Don Alberto lo mando al frente. Cuando terminó de hablar. Eso que el evangelista que estudia para pastor, el del depósito, le había aconsejao callarse si quería mantener el puesto… Mujer: (Con suficiencia y cómplice de la novedad dándole aparentemente la razón) A ver. Diga, pues, que hizo el “niño prodigio”… Joven: (Mirando al Muchacho) Muchacho: (Dando razones, mira un punto fijo sobre la mesa) Cuando terminaron de hablar por los altavoces, dijo en voz alta: “Está bien. Vayan y voten si quieren al presidente con pantalones que le gusta a Don Alberto. Cuando lleguen las latas de China y Taiwán a bajo costo, deberá meterse las suyas con un palo por el trasero. El patrón siempre está salvado, porque la plata de la cuenta en Suiza la recibe pulpita a fin de mes. Pero ustedes quedarán en la calle de comerle tanto cuento. ¿Van a volver a elegir a quien se robó con los de su gobierno la salud, el trabajo, las horas extras, la educación, la comida de la mesa, las pensiones? ¡Con eso de la mano dura, de la seguridad, de los ricos poder pasear en carro e ir hasta las fincas que a este paso ninguno de esta fábrica va a poder comprarse, quiere es seguir engañando a la gente, controlar la protesta, obligar a la mayoría a pensar igual, meterle miedo, convertir el país en una dictadura! A quienes estén en contra, los manda a sapear y si toca, directamente los manda a quebrar con los asesinos que lo montaron la primera vez. Los mismos de ahora, masacrando líderes sociales, indígenas, negros, campesinos, de derechos humanos, al no querer la paz porque se le termina el negocio de la coca, de la venta de armas”. Joven: (Mira asustada a la Mujer) Mujer: (Indignada) ¡Desacarao! ¡Hablando mal del país y del mejor presidente que tuvimos! ¿Dónde tiene las pruebas para decir tanta mierda? ¡Terrorista asesino lo que es! ¿Quién le metió esas ideas en la cabeza? ¡Ni riesgos! (Observa a la hija de manera intimidadante) ¡Y a usted, no la quiero ver más al lado de ese atarbán! Joven: (Va mirando con lentitud hacia el suelo y comienza lentamente a llorar)


Mujer: (Se va a acomodar platos, cubiertos y utensilios de la poceta a la mesada de la cocina) Muchacho: (Observa a la joven con lástima e impotencia, al no atreverse a revertir una situación injusta) Mujer: (Luego de unos instantes vuelve a buscar algo olvidado en la mesa. Observa a la Joven llorar en silencio, desconsoladamente y se acerca calmada, complaciente. La abraza. Le acaricia la cabeza, las mejillas. Saca un pañuelo de alguna parte y le seca las lágrimas) Hija. Compréndame. No me vaya a odiar por esto. Es por su bien. Usted es una niña muy hermosa. Casi se me recibe del inglés. Tiene futuro. Ese pelao no le sirve pa´ nada. Puede ser bueno, preparao. Pero aquí no funcionan esas ideas. Va a terminar pobre, llevada, yendo a buscarlo cuando caiga preso. Sé por qué lo digo. Yo la conozco. Soy su mamá. Usted esta es deslumbrada. No es como él ¿Se acuerda cuando me dijo quería ser secretaría, viajar a trabajar, vivir en Estados Unidos? ¿Piensa la va a dejar ir, con el odio que encima les tiene? Además, ahora está joven y las oportunidades pasan rápido. Cuando esté preñada, la panza se le va a hinchar. Su cintura no va a volver a ser igual. Le saldrán estrías, várices en las piernas. Los hombres dejarán de mirarla. Envejecerá. Los hijos irán marchándose porque querrán hacerse de una vida. Acabará sola, viuda, abandonada, porque esta clase de personas no creen en Dios, les gusta dar lora a cada rato, se vuelven bebedores y van con cualquier mujer que les de papaya. En el mejor de los casos, usted se cansará mucho antes de dejarlo. Tendrá más de cuarenta, cincuenta años. Andará sin un peso. La invitarán las amigas a salir, a pescar con suerte algún viejo platudo. La va a sacar a bailar. La pondrá a tomar tragó. Aunque usted no lo quiera ni le guste, terminará dándoselo para que la mantenga. ¿Se da cuenta? (Meneando la cabeza en señal de negación) No, mija. Es demasiado inteligente. Confíe en mí. Prefiero llore hoy. No el resto de su vida. Mañana, no. Pasado, tampoco. En unos días se sentirá mejor, verá las cosas distinto. Ahora vaya a descansar tranquila (Le da un beso en la frente y le echa la bendición). Joven: (Abraza a la madre y permanecen de ese modo unos instantes) Muchacho: (Advirtiendo el reloj de pulsera) ¡Uyy! Me voy a bañar, sino mañana no me levanta nadie. (Se retira por un costado del escenario) Joven: (Se retira abatida por donde se fue el Muchacho, sin pronunciar palabra alguna) Mujer: (La va viendo alejarse con lástima. Va a la poceta. Se sirve un vaso de agua. Lo bebe de pie junto a la mesa en señal de satisfacción, de haberse salido con la suya.Apaga la luz y se retira con igual rumbo).


Acto Tercero EL INSANO VEREDICTO DE LOS POBRES IMBÉCILES DE TURNO (El Protagonista aparece a la derecha, arrodillado en el esquinero de una celda imaginaria, abrazándose las rodillas donde apoya el rostro. Tiene la mirada fija hacia adelante, como observando a lo lejos un destino desdichado. Al otro extremo, Parce 1 y Parce 2 hacen como si conversan animadamente, tomándose un tinto). Voz en Off: “Es imposible dormir. Como no tengo a quien decirle que me pasa, lo haré aquí. Hoy estoy triste, cansado, con la amargura de explicar permanentemente que soy una persona de bien, llena de sentimientos, ganas de dar y brindarme sin esperar nada. A estas alturas, tengo miles de palabras ahogadas en un grito silencioso. Me atropella la terrible sensación de ser incomprendido, frente a la dolorosa impotencia de comprobar el señalamiento como si no me hubieran conocido nunca, después de entregar hasta el último destello del alma, las escasas luces de la mente, el testimonio de mi corta vida, el insignificante tiempo que me resta. Esta noche cargo la sensación de un terrible vacío, el inmovilismo de la angustia, donde debería anidar la garganta. El frío inexplicable dentro, porque ni lugar para el dolor me queda. Sólo la desazón de haber intentado entregarme al mundo, sin más gloria que la mortificación por la incredulidad, de comprobar las despiadadas intrigas, de sucumbir a un cúmulo de intereses demasiado poderosos, en comparación a la indefensa sinceridad de las constantes muestras de amor, vueltas hechos o palabras…”. (Desde la derecha, surge María Fernanda caminando con mucha ostentación, coqueteando. Desde la izquierda, la Mujer. En el centro de la escena, una la mira a la otra como si se reconociera después de mucho tiempo sin verse y se detienen a conversar). Mujer: ¡María Fernanda! ¡Imposible no te acuerdes de mí! María Fernanda: (Más serena, despreciativa y queriendo dar a entender encontrarse de afán) ¿Qué más, tanto tiempo? Mujer: (Sonriendo) Siempre me acuerdo de vos. Tan hermosa y elegante como de costumbre… María Fernanda: ¿Para donde ibas? Voy acá a unas pocas cuadras. ¿No me puedes acompañar y mientras vamos charlando? Mujer: No, mi reina. Ojalá pudiera. Me están esperando. (Entusiasmada) ¡Es que la nena se me va del país!


María Fernanda: (Vacilando) Ah… Mujer: ¿Te acuerdas la niñita que a veces llevaba cuando iba a hacerle el aseo a tu mamá a la casa? María Fernanda: (Indiferente y mirando para todos lados mientras la Mujer le habla) Sí. Mujer: ¡Por fin mi pequeña se va a Estados Unidos, sin tener que hacer colas en la embajada, ni perder el tiempo con tanto papeleo! María Fernanda: (La mira y asiente con la cabeza) Mujer: Pensar que hace tantos años, viéndote estudiar tan juiciosa, se me ocurrió ponerle una profesora particular de inglés. Las clases eran carísimas. ¡Cuánto me costó pagarlas! Pero lo hice. Después, a los dos años, la profesora me dijo de prepararla para el ingreso a una Academia, mientras terminaba la primaria y más adelante, el bachiller. Antes de salir, rindió otro examen… No se cómo se llama… Lo mandan a Estados Unidos y si está bien, te mandan el diploma de allá… María Fernanda: (Apagada) Que bien… Mujer: Si tú supieras. Queriendo Dios, será toda una dama como corresponde. ¡Ni siquiera deberá trabajar! ¡Con eso te digo todo! María Fernanda: (Parca) ¿Por qué? Mujer: Hace un año nomás yo me agarraba la cabeza porque salía con un prospecto de guerillo espantoso. Pensé me la iba a hacer perder. Le daba malos consejos. Tenía miedo le meta cosas raras en la cabeza. No sé si a ti te tocó conocer alguna vez a esa clase de gente, tan arrogante, creyéndose superior. Tratándola a una como si fuera ignorante. Desagradecido. Un buen día por la tarde, apareció con mi hijo a la hora de salida de la fábrica. Siempre hablaba de política. ¿Pa´ qué? (Mientras María Fernanda escucha a la Mujer, en silencio dos guardias, policías, soldados o agentes del orden de cualquier tipo, irrumpen en la celda del Protagonista. Lo arrastran entre los dos hasta colocarlo a escasos metros de donde se encontraba, de costado al púbico. Uno lo toma por la espalda y el otro simula gritarle, en una alegoría de interrogatorio. Poco después, comienza a darle golpes tanto en el rostro como el estómago, el protagonista se derrumba en el piso. El guardia que lo golpeaba, es ahora quien lo pone de pie tomándolo desde atrás. El otro, en cambio, le da puñetazos de manera indiscriminada. Al caer, mientras busca refugio de la paliza, le dan puntapiés. Cuando creen haberlo


acabado, se ríen entre los dos, chocándose las manos antes de salir de la celda. El Protagonista se retuerce en el piso, trata de arrastrarse al rincón donde estaba, pero pierde el sentido en el intento). Mujer: (Vehemente) …No sabía más que decir o hacer para quitárselo de encima. Cada tanto venía. Al principio creí lo hacía por el nene. Salían a jugar fútbol los fines de semana. Cuando quise darme cuenta, le arrastraba el ala a la nena. Empezaron a salir. Mucho marica. A veces traía pal´ postre. Le gustaba hacerse el güevon conmigo, hablándome con buenos modales. Las iba de inteligente. Buscaba como amistad. No lo sé. La nena tardó un poco é tiempo en olvidarlo… María Fernanda: (Con curiosidad, simulando un dejo de preocupación) ¿Pero nunca pudiste al menos, averiguar si paso “algo”? Mujer: Ojalá no, aunque lastimosamente creo que sí. Menos mal, en esta época eso ya no es tan importante. Ni hablar quedar una embarazada. Eras la comidilla de gente. A lo sumo, me pregunto dónde lo harían porque siempre llegaba a horario a la casa. María Fernanda: Pero se perdió… Mujer: (Con desinterés) En verdad nunca supe ni me interesó saber que se hizo del pelao ese… María Fernanda: (Advirtiendo) La última vez, hablaste de un muchacho que te gustaba para la nena. ¿Cómo era que se llamaba? Mujer: (Advirtiendo) ¡Ahhh…! ¡Joaquín! El que le atendía la inmobiliaria al papá. El no. Se casó. Vive en España. También… ¿Quién se iba a aguantar? Tanto tiempo perdido mi hija, sosteniéndole la vela a este guache… María Fernanda: (Resignada y parca) Lástima… Mujer: (Tratando de sorprender a María Fernanda) ¡No…! Espere le cuento. Un día Don Alberto, el dueño de la fábrica, le pidió al nene le ayude a cargar unos muebles pa un trasteo. Vino con otro señor, dueño de varias haciendas ganaderas, fincas, propiedades. Una persona de trabajo, por supuesto, muy educada… María Fernanda: (Asombrada): ¿Una persona tan joven, dueña de todo lo que se compra en una vida entera? Mujer: (Como disculpándose): Bueno. Algo mayor, de la edad de Don Alberto…


María Fernanda: (Asombrada, abre un poco los ojos) ¿No te parece demasiado viejo? A ver si es casado. Mujer: (Se excusa y aclara) No. Divorciado. Es un señor muy serio. Tiene cuatro hijos del primer matrimonio; tres del segundo, dos nenas hermosas que me mostró en foto de una relación de cuando era más joven. María Fernanda: (Le echa una ojeada con curiosidad y gesto de asombro, haciendo una pequeña pausa de silencio para generar tensión a la expectativa de la respuesta). Mujer: (Explicando) Igual, al principio no me gustó mucho para la nena. Por un momento creí quería algo conmigo. María Fernanda: (La observa de arriba hacia abajo, mira el reloj y la escucha con impaciencia atendiendo a la respuesta). Mujer: (Continuando)… Luego, mirándome al espejo me vi la panza como un sachet de leche, las marcas de la cesárea, las bolsas de los ojos, las arrugas de la cara y dije “No puede ser”. Después, miré mis pechos caídos, las celulitis en las nalgas, las piernas sin depilar. Definitivamente, imposible. (Se ruboriza avergonzada, mirando hacia el suelo) Ya no estoy para esos trotes… María Fernanda: (Le sonríe, mirándola fijamente) Mujer: ¡Ahí se me prendió el bombillo! Le trajo unas cosas al nene, con quien parecía haberse encariñado… María Fernanda: Bueno. ¿Cómo hiciste para que le gustara a la nena? Mujer: (Como admitiendo) Por supuesto, de entrada no quería saber nada. Al tiempo, el señor vino a hablarme. Estaba nervioso. Le pedí se tranquilice. De un momento a otro, disculpándose de antemano, dicho textualmente, solicitó “permiso para iniciar formalmente relaciones con la niña”. Me le puse seria. Hice una pausa. Entonces, pensé: “¿Me hago la ofendida? ¿Y si pierdo este partido?” Le agradecí la sinceridad. Para no hacer ver que le tiraba a la niña por la cabeza, le dije de esperar poniéndole carita de circunstancia, aunque con el pretexto de una frijolada, lo invité el sábado al mediodía. No quiso aceptar. Por el contrario, se ofreció a llevarnos a un restaurante a la carta, saliendo de la ciudad. Después, fuimos al shopping. Al mayor le compró unas camisas. A la nena, una ropa espectacular, no sin pasar por la peluquería, donde la arreglaron de pies a cabeza. Nos contó de su vida, como había empezado desde bien abajo. Se quedó todo el día con nosotros hasta que oscureció.


(Dentro de la celda, en silencio, el Protagonista va volviendo lentamente en sí. Muy magullado por la golpiza, se traslada despacio y muy adolorido, hacia la esquina donde se encontraba en principio. Permanece sentado en el piso, sobre la pared, intercalando gestos de dolor por los golpes en el estómago, las costillas, el rostro, tratando de tosiendo durante algunos lapsos).

María Fernanda: (Sin lograr salir de su asombro) Es increíble cuanto me cuentas. Tanto, que no me interesó quedarme aquí a perder el tiempo. Pero; ¿y la nena? Mujer: (Advierte las palabras y admite) Se ve le fue tomando cariño. Al otro fin de semana, la invitó a cenar. Salieron temprano; ella con el mejor vestido. La escuché llegar de madrugada, cuando oí el ruido de la llave en la cerradura. Durmió hasta tarde. Al día siguiente, tenía un morado en el cuello, Pero no le dije nada. (Expresando felicidad) ¡Hace seis meses, son inseparables! ¡Si vieras cuanto se quieren!” María Fernando: (Dando por terminada la conversación) Me voy porque me cogió la tarde… Mujer: Hagamos algo; ¿Te acompaño y me sigues después a buscar los boletos de avión, así te presento al novio? Quisiera invitarle a la boda, porque tú la conoces de muy pequeña. María Fernanda: (Con desagrado, mezclando escepticismo con una disimulada atracción por la curiosidad) Mmmm…Será una experiencia interesante. Iré con mi marido. Pero vamos, que sino no llego… Mujer: Bueno. ¡Vamos, vamos! (Ambas se retiran apresuradamente del escenario, en dirección hacia donde iba María Fernanda. Parce 1 y Parce 2, se ponen de pie y al verlas, las saludan. Después caminan hacia el centro del escenario). Parce 1: (Extendiéndole la mano) Me toca despedirme porque debo hacer unas vueltas. Parce 2: Fresco. No se preocupe. (Intenta tratar de retenerlo) Pero hay algo que se me quedó en el tintero, después de estar botando tanta corriente… Parce 1: Diga, parce…


Parce 2: (Extendiendo la mano en señal de desconcierto) ¿Que fue de aquel muchacho? Parce 1: (Dibuja en el aire un gesto de interrogación) Parce 2: Ese, que odiaba tanto al presidente de antes… Parce 1: (Hace un espacio de silencio. Lo mira, tratando de recordar, hasta lograrlo) Sí. Antes, lo cruzaba cada nada. Me enteré se puso berraquito con unos policías por querer requisarle el carro con termos a un vendedor de tintos. La gente miraba sin meterse, pero él no se aguantó. Les empezó a gritar: “¿por qué no se dedicaban a encerrar ladrones de verdad, como los del Congreso, robándose veinticinco millones al mes y dejan tranquilos a quienes salen a rebuscarse? Parce 2: ¿A la final se lo llevaron? Parce 1: No. Qué va. Ni que fuera un gato con siete vidas… Parce 2: (Ríe, asevera con sorna satisfecho) ¡Jajajajaja! Sin embargo, un día termina mal… Parce 1: (Complementando) Me lo encontré entre semana. Estaba sólo. Aquí nomás, arrumado sobre la mesa de una taberna a media luz, con seis botellas vacías. A duras penas me vio. No estaba borracho, ni prendido. Se refregó los ojos con una servilleta al verme llegar. Había estado llorando. Una de las mujeres se acercó a la mesa, pero la despidió. La gente que esperaba no llegó nunca. (Mira a un punto fijo) Nos quedamos juntos. Tardó en decirme que le pasaba. Parce 2: (Con gesto de incredulidad). Injusticias existieron siempre en toda parte del mundo. ¿Se imagina si se van los que mandan? ¿Quiénes vienen después? ¿Los amigos del muchacho ese? ¿Los de izquierda? (Levanta el brazo, echando la mano por detrás del hombro) No, papi… Parce 1: Estamos de acuerdo, aunque a decir verdad soy muy bruto y la verdad, no tengo idea de nada eso. ¿Sabe, parce? Nosotros nos damos el lujo de hablar porque el aire es gratis. Usted está pensionado. Lo que soy yo, deberé camellar hasta el último día de mi vida. A Dios gracias, estoy en casa de la familia de mi hija. Recibimos la remesa de una nieta casada con un gringo en Chicago. Con el puestico que me consiguió el concejal, trapeando en el colegio, la plata no me alcanzaría ni para alquilar una pieza. Y eso porque tuve la suerte de engancharme, llevarle gente, familia, a votarlo. Sino…


Parce 2: (Mirando hacia otra parte): En casa cada vez somos más a la mesa. Viene el cuñado, el suegro, el primo. No nos da para tantas bocas… Parce1: (Asiente): Está cada vez más duro… Parce 2: ¡Estos de izquierda nos tienen llevados del putas! Parce 1: (Proponiendo con sinceridad) La culpa la tenemos nosotros mismos. Si supiera cuantas verdades me habló. Demasiadas para sus años. Parce 2: (Indignado) ¡Jump!... ¡Falta que ahora se haga de izquierda usted también! Parce 1: (Arqueando las cejas y la mirada en un punto fijo) Usted y yo no seríamos capaces de ser, de pensar como él. Aunque naciéramos de nuevo. El pelao es sano, inteligente. Le falta el egoísmo, la mediocridad que nos sobra, la malicia de morderle la mano a quienes llegan para darnos un aventón. De lo contrario, seríamos dignos de vivir en un país de verdad Parce 2: (Abriendo las manos) No tiene que seguir insistiendo. La izquierda, mejor se la deje a los del otro lao de Cúcuta… Parce 1: (Va hacia la celda donde se encuentra el protagonista, apartándose de su interlocutor) Se trata de ser mejores personas, de aprender a ponernos en el lugar del otro, haciendo propio el dolor ajeno porque es el de todos. Me habló de sentirse traicionado por amigos muy queridos; de las divisiones, algunas hasta silenciosas al interior del movimiento donde milita. Del cansancio, de la frustración de ver las mismas rencillas sin llegar a ninguna parte, de los “camaradas” vendiéndose por la limosna del contratico en la alcaldía, la gobernación; de ir a negociar el logotipo del partido por los distintos directorios a tres pesos con cincuenta. Señaló a la gente con verdadero desprecio hacia los ideales que afirman defender, marginando a quienes llegan dispuestos a jugarse para alcanzar las metas, sin ser capaces de renunciar a una vida distendida. Los describió hablando desde lujosos recintos, plagados de libros de valor inaccesible para el pobre, llenándose la boca con términos como “burguesía”, “proletariado”, “lucha de clases”, igualdad. “¿Rodeados de ceniceros de mármol fino, donde apagan sus costosos cigarros de hoja, bebiendo whisky al despotricar sobre el derecho de mujeres, hombres o animales?”, dijo. (Rompe a reir) ¡Jajajajaja! Los llamó “revolucionarios de café con leche”. Entonces me pregunto: “¿De dónde surgen esta clase de adalides libertarios, defensores acérrimos de la ecología, señalando quizás con razón la reiteración de los extremismos exacerbados, sin llevar a nada, aunque partidarios de pontificar a veces hasta las fiesta brava, abonada con la sangre de animales indefensos? Al despedirnos de madrugada, a manera de conciliación me dice: “Querido amigo. Quédese tranquilo. Deje de tenerle tanto miedo a la izquierda. Su gente es tan


colombiana como usted. Por ende, la mayoría no es tan víctima del oligarca como de la complicidad servil de los pobre, en su orgásmica locura de padecer disfrutando. El mayor interrogante, más que comprobar el origen de semejante vocación de suicidas masoquistas, será averiguar cuándo creerán llegada la hora de acabar este macabro desespero”. (El protagonista se pone de pie, dirigiéndose al público de un extremo al otro del escenario, en actitud de ruego al ir exponiendo la Voz en Off las carencias del sentimiento y la desilusión frente a las ingratitudes de la vida. Parce 1 se retira con discreción del escenario.) Voz en Off: (Espera a que el Protagonista se adelante lo suficiente) “No encuentro un maldito lugar donde poner el grito en el cielo, estar, lastimado de percibir tantas vacilaciones, cuando si otorgué motivos fue porque escaparon a la competencia de mis jóvenes manos y porque soy mortal. Tampoco imploro un abrazo partido, cuya ciega necesidad me llevaría a volcar cientos de toneladas de lágrimas. Apenas decir una verdad que al parecer, ni los que dicen amarme desean oír o serían incapaces de creer. Tengo ganas de desaparecer, hacerme anónimo, harto de no encontrar donde puedan recibirme, lejos de la ostentación donde la mayoría parece hallar el descanso a sus pesares. Por ello nunca pedí, ni pude permitirme recibir. Jamás tuve ambiciones materiales. Quise sentirme realizado a través de la felicidad del prójimo. Pensaba contar siempre con el orgullo de brindarme, de guardar el hecho como un tesoro oculto, casi absurdo. Estoy arrepentido de pocas cosas en la vida. Entre esa suma de crasos o pequeños errores, no sería factible encontrar siquiera la mínima reconsideración por haber dado amor a raudales, jugarme por entero cientos de veces, a pesar de no valer la pena en la mayoría de los casos. Más drástica e injusta a la solitaria cabalidad de obrar bien sin testigos, es la tragedia de hallar entre los rostros saturados de una asombrosa falta de fe, a aquella a la cual amaré más que a mi vida misma pese a haberla inventado, a su incomprensión, porque aunque llegado el final de los tiempos y la suma de las cosas dejaran de existir, igual mi amor por ella seguiría flotando sobre el abismo de la inexistencia perpetua… (El protagonista ocupa el centro del escenario. Desde distintos sectores del mismo, todos los personajes se dirigen hacia él con la mano extendida, de forma acechante, como si quisieran tomarlo. Avanzan con suma lentitud, dando tiempo a terminar el discurso de la Voz en Off). Si el mal es rápido y efímero, al punto de imponerse a la virtud, a los valores del espíritu, acabando por hacer añicos la verdad como hazaña suprema de tanta impiedad, me resta asumir el deseo de irme para siempre. Tal vez el bien, al arribar


a sólido destino, pueda alcanzar a brindarme la paz que no supe o pude encontrar hasta ahora. La vida es hermosa. ¿Quién podría negarlo? Pero es avasallada por las realidades siniestras de un orden social injusto, la complacencia quejumbrosa de los malvados, que vetan hasta la más insignificante expectativa de sinceridad frente a los actos puros, desinteresados o buenos. Como dije antes, estoy triste, cansado, abrumado de precisar dar explicaciones, tras demostrar en sobradas circunstancias mis propósitos…”. Protagonista: (Dirigiéndose con los brazos extendidos al público presente en torno al escenario) ¡Perdónenme, pero estoy roto, acabado! ¡Me destrozaron y no soy tan fuerte para guardar ni soportar semejante silencio!... (El protagonista se desploma muerto sobre el piso. Los personajes de la obra se lo llevan. Los más fuertes lo alzan sobre los hombros, mientras el resto forma una fila detrás de quienes lo llevan, retirándose del escenario). FIN


EL AUTOR Carlos Alberto Ricchetti nació a los siete días del mes de octubre de mil novecientos sesenta y nueve en la ciudad de Buenos Aires, capital de la República Argentina. Desde temprana edad sintió una profunda vocación por la literatura y el dibujo, destacándose en ambos. En 1979, cuando apenas contaba con nueve años de edad, ya escribía sus primeras redacciones dedicadas a sus compañeros del cuarto grado de la escuela primaria. Tres años después, al concluir la Guerra de las islas Malvinas (1982), una redacción suya en homenaje al Gral. Don José Francisco de San Martín se convierte en la mejor de la Escuela Evaristo J. Badía, donde se gradúa. Con el transcurso del tiempo, a pesar de tener condiciones, va dejando lentamente el dibujo para avocarse más hacia la literatura y se despierta en él un incipiente interés por la música. Su dedicación al arte dilatan un tanto la continuidad de sus estudios, pero en dicho período es cuando su obra va incrementándose. Escribe numerosos compilados de poemas que dedica alegremente a novias, amigos y amigas, según algunos, con una “facilidad casi instantánea”. De orígenes ideológicos justicialistas de "Perón y Evita", como le gusta decir, en 1991, al tiempo que milita en el trotskista Movimiento al Socialismo (MAS), agrupación política argentina por entonces liderada por Luís Zamora, se desempeña de manera efímera como uno de los conductores del programa radial “El Otro Camino”, en FM Class. Ese año forma lo que sería la primera versión del grupo de heavy metal del cual es el verdadero fundador, Gólgota, junto al guitarrista Mario Marcelo Maher, ex integrante de Máuser. Finalmente concluye sus estudios secundarios dos años después. Desiste en comenzar una carrera de ciencias sociales y ciencias políticas –otras de sus grandes pasiones- porque se veía forzado a interrumpir sus actividades artísticas, en especial la literatura. En cambio, cursa en la Escuela de Periodismo de los Dos Congresos, teniendo como profesores a los renombrados periodistas Alicia Barrios, Horacio Viola, Mario Caputo, Tabaré Arias, y María Laura Anselmi, entre otros calificados profesionales. Con el título obtenido de Periodista Integral (1995), comienza a desempeñarse en distintos medios radiales y gráficos. Trabaja en el diario “La Nueva 5ta.”, dirigido por Lázaro Ottonello y en FM. Antena 2, por ese entonces propiedad del periodista y actor Baby Etchecopar, como conductor de “Madura el Knock- Out”, un breve pero exitoso ciclo humorístico de actualidad que las dificultades en la economía Argentina impidieron se afianzamiento definitivamente. Tras una participación en el programa “La Tarde de Mitre” en la renombrada emisora del mismo nombre, ingresa en calidad de humorista en el noticiero radial “El Electrón”, conducido por el periodista Glenn Miller que se transmitía por FM. Fénix, una importante emisora de la localidad de Martínez, en la zona norte de la provincia de Buenos Aires. Al volver a formar una nueva versión de Gólgota, más volcada al metal argentino, abandona de forma transitoria el periodismo para dedicarse de lleno grupo, cantando y componiendo las letras de lo que sería su primera producción independiente, “Monte de las Calaveras” (1997). La música le permitió conocer o vincularse con personajes de la talla de Gustavo Bazterrica (La Máquina de Hacer


Pájaros, Los Abuelos de la Nada), Osvaldo Civile (V8, Horcas), Javier Martínez (Manal), Olaff Mangialavore (El Dragón), Juan Carlos Chiapín (Búfalo, Hechizo, Sueño Púrpura, Viento Divino), los integrantes del grupo Rosa Mística, Jorge Pinchevsky (Billy Bond) y Lorenzo Sandoval (miembro original de Los Playeros, trío acompañante del bolerista Rosamel Araya y cesionista de guitarra del cantante Pepito Perez), por citar algunos nombres conocidos. Mientras en Gólgota intercala ensayos con actuaciones, obtiene entre otros postgrados periodísticos: 1) CONSEJO DELIBERANTE DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES - MOVIMIENTO NACIONAL JUSTICIALISTA (1996) -Asesor durante la Jornada Interdisciplinaria “La Ciudad de Buenos Aires y su Evolución Urbana” (Organizado por la Comisión de Planeamiento Urbano y Vivienda). 2) ESTILO DE MUJER –ORGANIZACIÓN CIVIL SIN FINES DE LUCRO- (1996) Módulo: “El Adolescente y su Inserción en los Medios” 3) CONSEJO DELIBERANTE DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES (1996) MOVIMIENTO NACIONAL JUSTICIALISTA -Asesor durante la Jornada Interdisciplinaria “La Problemática de las Inundaciones en la Región Metropolitana de Buenos Aires (Organizado por la Comisión de Planeamiento Urbano y Vivienda). 4) UNION CIVICA RADICAL –Escuela de Formación Política- (1996) -Seminario de Historia Económica de la Argentina. 5) POLICIA FEDERAL ARGENTINA (1997) -Iº Seminario para Periodistas “El Accionar Policial y la Investigación Científica del Delito”. 6) HONORABLE CONGRESO DE LA NACION ARGENTINA (1997) -Seminario sobre Periodismo y Derecho. 7) F.A.T.P.R.E.N. -Federación Argentina de Trabajadores de Prensa- (1997) -IIº Jornada sobre Seguridad Profesional de Periodistas. 8) UNION CIVICA RADICAL –Escuela de Formación Política- (1999) -Seminario de Formación Política para las Nuevas Generaciones. Hacia comienzos de 2001, ya sin el grupo de música, ingresa en el periódico Alcaldía Norte, que dirige el concejal (m.c.), Raúl Padró (Movimiento Nacional Justicialista), en carácter de subdirector. El discurso nacionalista de Padró, a quien aprecia, respeta y admira por su enorme capacidad a pesar de ser de derecha, no sólo lo devuelve a su "primer amor", el peronismo, del cual se había alejado a partir de cuestionamientos ideológicos y una oposición tenaz hacia el régimen neoliberal de Carlos Saúl Menem, en quien veía la encarnación de la destrucción del verdadero justicialismo. Al año siguiente, recibe una mención de honor durante el VIIº Concurso Capitalino y Provincial de Poesía y Cuento Urbano y Suburbano 2002, organizado por Ediciones Baobab y auspiciado por la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de


Buenos Aires y declarado de interés provincial por la Dirección General de Cultura y Educación de la República Argentina. Sus poemas “Hombre Medieval”, “La Celeste Inmensidad”, “Una Mujer Alucinante” y “Sonidos del Corazón”, en virtud del evento, pasan a formar parte de la 7º Antología de Poetas Urbanos y Suburbanos, publicada tanto en la ciudad como en la provincia de Buenos Aires. Sus últimas incursiones en la política argentina, que lo llevaron a ser también secretario general de varias unidades básicas de la Agrupación "Peronismo Doctrinario", encabezada por Padró, fueron durante las elecciones presidenciales de 2.003. A tal efecto, prestó su apoyo a la candidatura de Adolfo Rodríguez Saa, que por entonces hacía gala de una excelente gestión al frente de la provincia de San Luís. Desconocía, como muchos otros argentinos, que otros tiempos más felices, justos, equitativos, de redistribución de la riqueza y de recuperación del empleo, de la construcción de un país soberano, vendrían de la mano de un gobernador patagónico, más precisamente de Santa Cruz, que de paso sería el enterrador político de Menem: Néstor Carlos Kirchner. En 2002 conoce en Buenos Aires a quien sería su esposa, viajando a Colombia el 24 de diciembre de 2003, donde se radica, intercalando su estadía con esporádicos viajes a su tierra natal. Se casa a comienzos de 2004 y comienza una búsqueda de trabajo que lo llevará a montar varios proyectos propios con suerte dispar. Está decidido a realizar el camino inaugurado por sus bisabuelos paternos, en 1905, cuando llegaron a la Argentina, pero en sentido inverso. Con gran cariño, piensa en brindarle al país que tan amablemente lo albergó, la suma de sus conocimientos y experiencias de su tierra, pero adaptándola a las formas e idiosincrasia de Colombia y sus nacionales. De inmediato, como parte de éste proceso, toma contacto directo con la situación política y socio económica de Colombia. Es testigo en carne propia de las desigualdades, los crímenes, los asesinatos y las injusticias del régimen neoliberal de Álvaro Uribe Vélez, decidiéndose a trabajar por los que menos tienen, aún cuando todavía no encuentra trabajo estable. Denuncia las atrocidades del neoliberalismo, al que conoce muy bien por la experiencia argentina y detesta. Critica los puntos álgidos de la política impulsada por el establecimiento, como la ausencia total de democracia, derechos humanos, persecuciones y crímenes de estado. Simpatiza con el ala moderada del Polo Democrático Alternativo (PDA), movimiento político de izquierda democrática, aunque no comienza a militar en esta agrupación hasta que conoce a Carlos Enrique Duque Vargas, abogado laboralista y hombre muy vinculado a la defensa de los menos favorecidos, quien por entonces comenzaba a construir su candidatura a la alcaldía de Calarcá (departamento del Quindío). En esta ciudad participa de distintos eventos políticos, sociales y culturales en teatros, organizaciones campesinas, espacios de la cultura, etc., donde conoce políticos, militantes sociales, artistas y demás personalidades destacadas a nivel municipal y nacional, como los senadores Gustavo Petro, Jorge Enrique Robledo y Gloria Inés Ramírez, el caricaturista "Calarcá", el dirigente social y político Jhon Jairo Salinas -una de sus grandes amistades hasta la actualidad- coordinador de


REDEPAZ QUINDIO y al periodista y director del semanario "Voz", Carlos Lozano Guillén. La campaña política, por defecto, le permite también conocer a las distintas personalidades relevantes de otros partidos políticos del municipio. Desde aquel momento inicia una militancia ininterrumpida, a partir de entregarse permanente a la causa popular, la cual lo lleva a veces a dejar de compartir momentos con su familia recién conformada y a sufrir algunos pequeños "sacrificios y renuncias personales". A su vez va construyendo una sólida y gran amistad con Carlos Duque. Pronto es nombrado Jefe de Prensa de la Campaña del Polo Democrático Alternativo en Calarcá y aunque Duque, debido a las enormes limitaciones presupuestarias, a algunos desacuerdos de sus partidarios y a la maquinaria política tradicional, no consigue hacerse con la alcaldía, es el candidato de izquierda que obtiene la mayor cantidad de votos en la ciudad, los cuales triplica. En los últimos días de campaña, conoce al acordeonista Libaniel Marulanda Velázquez y este, a raíz de un episodio fortuito, descubre la capacidad de Carlos para interpretar tangos, contratándolo de inmediato para actuar el 24 de noviembre en el espectáculo tanguero "Calarcá en el Corazón" y lo invita a formar parte de su conjunto estable: "Los Muchachos de Antes", donde intercala el escenario con figuras de la escena local e internacional como Álvaro León, Ana Patricia Collazos, el bajista Jairez y el cantante argentino Roberto Lamas. Si bien nunca se termina por desvincular de Calarcá una vez concluida la campaña, tampoco lo hace con ell tango, que también representa para él una salida laboral. Afianzado en Colombia, realiza entre otros cursos hasta el presente: 1- Seminario Internacional de RENOVACION URBANA, desarrollado en el Hotel “Meliá”, Pereira, departamento de Risaralda), con el auspicio del MINISTERIO DE AMBIENTE, VIVIENDA Y DESARROLLO TERRITORIAL, del DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEACION (DNP), AGENCIA DE COOPERACION INTERNACIONAL DEL JAPON (JICA) y la ALCALDIA DE PEREIRA (2007). 2- Seminario Nacional - Sindical "LA CRISIS ECONOMICA - POLITICA ESTATAL Y LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES", (en el Hotel “Americana”, departamento de Valle del Cauca), convocado y organizado por la Asociación de Abogaos Laboralistas al Servicio de los Trabajadores (2.009) 3- Seminario de “MARKETING POLITICO”, DOSQUEBRADAS (2.011) -Seminario dictado por la Escuela Superior de Administración Pública (Realizado en la Sede Regional Quindío Risaralda de Dosquebradas, departamento de Risaralda – República de Colombia). 4- SEMINARIO DE “FORMULACION, GESTION Y EVALUACION DE PROYECOS DESDE EL ENFOQUE PRODUCTIVO”, DOSQUEBRADAS (2.011) -Seminario dictado por la Escuela Superior de Administración Pública (Realizado en la Sede Regional Quindío Risaralda de Dosquebradas, departamento de Risaralda – República de Colombia).


5- DIPLOMADO EN "MARKETING POLÍTICO" (2.011) -Dictado por la Escuela Superior de Administración Pública (Realizado en la Sede Regional Quindío Risaralda de Dosquebradas, departamento de Risaralda –República de Colombia). 6- HISTORIA SOCIAL Y POLITICA DEL ESTADO COLOMBIANO (2.011) -Dictado por la Escuela Superior de Administración Pública (Realizado en la Sede Regional Quindío Risaralda de Dosquebradas, departamento de Risaralda – República en la Sede Regional Quindío Risaralda de Dosquebradas, departamento de Risaralda –República de Colombia). 7- 1° FORO DE DERECHOS HUMANOS “QUINDIO AL DERECHO, QUINDIO POR LA PAZ” (2.016) -Jornada organizada por la Gobernación del Quindío, dictada en el Salón de Conferencias de la ciudad de Armenia, Departamento del Quindío, República de Colombia- (2016). La actividad política, lo lleva a conocer, tomar contacto o dialogar con personajes públicos de distintos partidos, además de los del PDA, como el senador Juan Carlos Valencia Montoya, los concejal Amancio Córdoba, Juan Carlos Reinales y Alfonso Molina Corrales, los diputados Ernesto Zuloaga y Atilano Córdoba (Partido Liberal de Colombia); los senadores Elsa Gladys Cifuentes Aransazu y Enrique Soto, Ana Vallejo de la Pava (Partido de la "U") y Nora Oyola Cutiva (Partido Conservador de Colombia). Con una situación económica más holgada y resuelta, por intermedio de un tal "Chepe", propietario del local "El Firulete" de la ciudad de Pereira, conoce al maestro Jaime Duque López, acompañante de Pepe Aguirre, Armando Moreno, El Caballero Gaucho y Raphael, por citar algunas figuras de renombre, formando el grupo "La Gran Orquesta Típica de Sebastián y Los Muchachos del Cantón", al que luego se agrega ocasionalmente Carlos Alberto "Tito" Moreno en el bajo y hacia mediados de 2.010, el pianista Serafín Nieto León. Con el tiempo, traba contacto con los artistas locales "Don Tango", "Candelo", Alberto Giraldo, el prestigioso acordeonista Alberto Laverde y a su hijo Juan Diego, tenor, conocido como "La Voz Mayor de Colombia", de quien en forma paulatina también se hace amigo. Desde luego, no deja su activa militancia política y social. También de la mano de Carlos Duque, se vincula al PDA de Risaralda y por intermedio de éste, traba relación con el dirigente Marino Alzate Salazar, de quien hasta hoy es amigo y colaborador. En vistas al posterior decaimiento, la incertidumbre y la crisis al interior del movimiento político por el cual tanto laboró, en lugar de apelar a la política como móvil de cambio efectivo, decide recurrir a sus iniciativas personales para favorecer a quienes lo necesitan. Por azar, en una de sus actuaciones musicales al interior de una sede política, donde funcionaba un centro de adultos mayores, conoce a la secretaria del mismo, Gloria María Ramírez Restrepo, quien termina por vincularlo de manera definitiva. Tras un corto período, se separan de la dirección principal para constituir el suyo propio. El "Club Nuestros Queridos Abuelitos", nombre con el que sale a la luz la entidad, el 9 de julio de 2.010, se transformará luego en fundación por sugerencia de Jhon Jairo Salinas, el 22 de noviembre de ese año. A comienzos de 2.011, aduciendo


razones personales insalvables, Ramírez, cofundadora de la institución, renuncia por escrito al cargo de suplente del presidente, Carlos Alberto Ricchetti, de directora y miembro de la entidad, la cual llegó a reunir de cuarenta a sesenta personas por reunión, con expectativas de alcanzar sus metas inmediatas para direccionar la entidad hacia otros sectores y áreas específicas. Durante todo el año 2.010, enseñó computación en lo referente al manejo de programas como Draw, Power Point, Word, Internet y su especialidad: Audio y Video, en el Centro Tecnológico Arquitectónico, donde por la calidad de su ejercicio docente, el centro de enseñanza decidió renovarle el contrato, destinándole una nueva cátedra, en provecho de sus altos conocimientos en materia de ciencias sociales: Historia de la Comunicación. Sus recientes conocimientos adquiridos en materia de marketing político, asociados a su formación, lo llevan a asesorar a varios aspirantes a distintos cargos y aunque , todavía brinda colaboración al interior del PDA, donde posee excelentes amistades y afectos, contribuye al desarrollo del incipiente Movimiento Progresista, orientado por Gustavo Petro, logrando por su intermedio, de alguna forma, unificar aquello que políticamente, por criterios opuestos y enfrentados, da la impresión de ser irreconciliable. En desacuerdo con decisiones de la conducción de Alianza Verde, se distancia de manera amistosa aunque sin dejar la política que lo apasiona. A mediados del 2013, graba su primer disco solista, “Tango Argentino”, con el acompañamiento musical del prestigioso pianista Carlos Edward Ríos Sánchez, haciendo un registro visual de la confección general del mismo. Tras ser invitado a presentarse en La Virginia, Risaralda, una semana después, el 8 de diciembre de 2013, fallece su progenitor, motivo que lo lleva a trasladarse a su país natal donde permanecerá durante un lapso de cuarenta días, acompañando a la familia en ese momento de profundo pesar. Una vez en Buenos Aires, consolida una sólida amistad con el actor, director y productor de cine, Mariano González, haciendo parte del staff actoral de su película inédita de terror “Shembo, EL Esclavo del Mal” donde se vincula con importantes figuras del cine, la televisión, del espectáculo y el deporte argentino. De regreso, traba una gran amistad con el concejal de Dosquebradas por Cambio Radical, Manuel Leonel Rojas Hurtado, por medio de quien se vincula a las personalidades más prominentes del cabildo de ese importante municipio del departamento de Risaralda. Aunque comienza a laborar brevemente en el Diario del Otún, renuncia para concentrarse en la creación de un medio virtual independiente, donde prime la pluralidad más allá de lo ideológico para dar cabida a todas las opiniones. Decide llamarlo “Diario El Politicón de Risaralda”, el cual después de numerosas idas y venidas ve la luz por primera vez de manera oficial el 2 de abril de 2014. Así, logra capturar con el tiempo la preferencia de los referentes políticos del departamento, junto a la de los amantes de la actividad política en general, al recrear una forma de periodismo diferente donde se alternan la cultura, el arte, la opinión, el deporte y la suma del quehacer municipal, regional y nacional. A su vez, trabaja en calidad de bibliotecario en la Institución Educativa “Manuel Elkin Patarroyo” durante seis meses.


Al año siguiente, el actor y director teatral, Alonso Marulanda Álvarez, lo invita a hacer parte de la Asociación Teatral “Blanco y Negro”, donde alterna la actuación con la promoción del colectivo en el área de prensa. Durante el “Cuarto Encuentro de Directores de Puesta en Escena”, realizado los primeros días de octubre de 2015, modera casi la totalidad del evento, siendo uno de los autores y el diseñador de la compilación del evento. Durante el verano, conoce por accidente al periodista deportivo, Rubén Darío Llano Londoño, que lo convoca a hacer parte del staff de su creación radial, “Escenario Deportivo”, siendo su mentor e introductor en esa compleja especialidad de la comunicación, abriéndole a la vez las puertas de entrada a AM 1520 “Antena de los Andes”, emisora donde durante casi un año más se vinculara también al programa de información general “Hablando de Todo un Poco”, moderado por el reconocido locutor e ingeniero de sonido, Armando Serna Suárez. A pesar de los ensayos con “Blanco y Negro”, su debut oficial en escena se produce en la obra el 5 de agosto de 2016, haciendo un pequeño papel en “La Tuya es la Mía”, una obra del argentino Santiago Serrano, adaptada por Francy Yasmith Quintero Grajales, actriz y guionista del grupo. Hacía fin de año, actúa dos veces en “El Hombre que no perdió la memora”, una puesta de Alonso Marulanda retroalimentada por obras de Gabriel García Márquez, Pastor Alape y Mario Benedetti, entre otros literatos. En la actualidad, complementa sus múltiples ocupaciones, entregado a sus escritos y actividades periodistas para el blog “Proletarios Unidos”, creado por Glenn Miller entre otros importantes medios de comunicación, mientras continúa participando de recitales o presentaciones ante numerosos públicos seguidores de la "música de Buenos Aires" La mayor parte de su obra, constituida por cuentos, novelas, redacciones, artículos periodísticos y crónicas, por distintas causas y motivos, permanecen todavía inéditas.



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