La bellota y el roble by gomezgomezdelia1

“Como el roble está latente en el fondo de la bellota, la plenitud de la personalidad humana, la totalidad de sus posibIlidades creadoras y espirituales, está latente en el fondo del ser humano incompleto, que espera, en silencio, la oportunidad de aflorar”

LA BELLOTA Y EL ROBLE

(Ira Progoff)

EL MÉTODO �� 3

EN PROYECCIÓN �� 18

MI PRESENTE ABIERTO AL FUTURO ��18 Y AHORA QUÉ HACER ��19

POR QUÉ ESCRIBIR SOBRE MÍ MISMO ��3

ANEXOS �� 20

AQUÍ Y AHORA �� 5

I. TURBIO/CLARO �� 20 II. SINTIENDO EL MOVIMIENTO DE LA VIDA �� 21 III. EL PUNTO CENTRAL DENTRO DE MÍ MISMO �� 22 IV. HACIA EL POZO DEL PROPIO SER �� 23 V. EL VIAJE HACIA ABAJO Y HACIA ARRIBA �� 24 VI. LAS AGUAS DE MÁS ALLÁ DEL POZO �� 25 VII. COMPARTIENDO LA CORRIENTE SUBTERRÁNEA �� 26 VIII. ENTRANDO EN LA CATEDRAL �� 27

MI PRESENTE ��5 IMÁGENES CREPUSCULARES ��6 LA HORA DE MI VIDA ��7 CÍRCULOS O VALORES DE MI PRESENTE ��7

MIRANDO ATRÁS �� 8

HITOS DE MI VIDA ��8 HISTORIA DE MI VIDA ��9 ENCRUCIJADAS ��10 CAPÍTULOS DE MI VIDA ��11 MI FILOSOFÍA DE VIDA ��13 MI PRESENTE ESPIRITUAL ��14 CONEXIONES Y ALIENACIONES ��15 MIS MANTRAS PERSONALES ��16 SUEÑOS ��17

EL POZO Y LA CATEDRAL ��20

VAMOS A RELAJARNOS ��29

ENTRANDO EN EL NIVEL 1 �� 29 ENTRANDO A NIVELES MÁS PROFUNDOS �� 29 AFIRMACIONES BENÉFICAS �� 30 PARA SALIR DE LOS NIVELES �� 31

CONTENIDOS DEL CURSO

LA BELLOTA Y EL ROBLE ��1 CONTENIDOS DEL CURSO ��2

LECTURAS RECOMENDADAS ��32 CRECIMIENTO INTERIOR �� 32 PSICOLOGÍA �� 33 ESPIRITUALIDAD �� 33

EL MÉTODO POR QUÉ ESCRIBIR SOBRE MÍ MISMO

El concepto erróneo de que la vida debe ser extrovertida causa frecuentes malestares y sufrimientos mentales,. Carecemos de unos buenos puntos de apoyo internos, y cualquier acontecimiento nos hace tambalearnos. Escribiendo sobre ti mismo y para ti puedes llegar a encontrarte más a gusto en tu pellejo, puedes descubrir el sentido de vivir, aportando así a tu entorno tu granito de serenidad y claridad, que hará que disminuya la confusión y desorientación imperante. Cuando ahondamos en nuestro pozo individual tan profundamente como podamos, en lugar de encontrarnos aislados del mundo, alcanzamos la “corriente subterránea” de agua que alimenta a todos los pozos. Cuando intensificamos nuestra comprensión, entendemos mejor a los demás y nos comunicamos con mucha más intuición y sabiduría. Pero si se niega la necesidad de intimar contigo mismo, se potencia la incomunicación, y las personas nos encontramos solos y alienados.

EL MÉTODO

El intento de ponerte en conexión con tu mundo interior, requiere de nuestra concentración. Y la escritura sirve de “ancla”, para evitar la distracción mental. El registro escrito permite ser releído y seguir el hilo en días posteriores.

El estar en conexión profunda con uno mismo, nos hace capaces de pensar y juzgar por nuestra cuenta. Es una fuente de actividad creativa y original, que nos da fuerzas para enfrentarnos con experiencias o acontecimientos difíciles, destructivos o trágicos. Es una protección para que, con el correr de los años, la vida no te queme. Aunque el ser humano tropiece con obstáculos y acontecimientos traumáticos que detienen su crecimiento interior, el registrar nuestras experiencias nos hace sentirnos animados a avanzar y a progresar.

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CÓMO HACERLO •

En silencio y con tranquilidad. Un clima de silencio interior que favorezca la concentración y la reflexión. Sentémonos en silencio y cómodamente. Nuestros ojos cerrados, nuestra respiración se va haciendo más y más lenta. La paz hace que nuestra atención se vuelva hacia el interior. Con sinceridad y espontaneidad. Espontaneidad y honradez total en lo que se escribe, sin censurar ni corregir, sin miedo a expresarnos. De ahí la importancia de la intimidad y el pacto de confidencialidad. Sin cuidar la redacción, ya que el Diario no es un escrito de literatura sino un ejercicio para nuestra vida.

•

Sobre los acontecimientos internos. “Lo esencial no se encuentra en los propios acontecimientos externos de la vida de una persona, ni en las cosas que le ocurrieron, sino en su relación interior con estos acontecimientos, en cómo los percibió”. Es un lenguaje que viene de la tripa a la cabeza. No es la cabeza la que domina.

EL MÉTODO

•

• No censurar, no analizar, no interpretar. La censura, el juicio, el prejuicio, son factores demasiado utilizados en la vida corriente que nos inhiben e impiden escuchar nuestro mundo interior.

• Sin premeditación, escribir sin pensarlo mucho. Todos los ejercicios comienzan por una serie de instrucciones. Una vez realizados, se termina escribiendo sobre la sensación que ha quedado al realizar el ejercicio. Y escribimos también sobre la sensación que se despierta al volver a leer.

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AQUÍ Y AHORA MI PRESENTE

• Este “presente”, es un período de tiempo que se extiende desde ahora mismo -mientras escribo- hasta un acontecimiento en el pasado no demasiado remoto (hace días, meses…), que cambió perceptiblemente el rumbo, el estilo, el sentido de mi vida; podría ser un matrimonio, una ruptura, un accidente, una enfermedad, un éxito, una feliz noticia… Tomo una hoja y escribo como título “MI PRESENTE”. La fecho. • Creo un ambiente de tranquilidad interior, cierro los ojos, respiro lentamente, con regularidad, me relajo, y me pongo en contacto con las vivencias de mi presente. Me pregunto interiormente: ¿dónde estoy ahora en mi vida? ¿qué acontecimientos la han marcado? ¿qué rasgos la caracterizan? Y callo. Espero que las respuestas surjan espontáneamente. Y simplemente anoto lo que se me ocurra, sin analizar ni juzgar.

AQUÍ Y AHORA

• La inacabada historia de mi vida, se puede dividir en capítulos. Este ejercicio explora el capítulo más reciente, el que estoy viviendo en estos momentos. Intento responder visceralmente a la pregunta: “En este preciso momento de mi vida, ¿dónde estoy? ¿qué clase de persona soy hoy?

• Ahora reconstruyo conscientemente este PRESENTE. Descripciones breves, sencillas, sin adornos, de hechos externos y experiencias internas que han ocurrido durante este período que estoy viviendo. Para recordar estos rasgos, pueden ayudarte las siguientes preguntas: • ¿Cuándo comenzó? ¿qué acontecimiento o experiencia iniciaron este período presente de mi vida? ¿Quiénes son las personas, las relaciones interpersonales? ¿Cuáles son las actividades, trabajos, proyectos… que configuran mi presente? ¿Cuáles son los aspectos físicos (salud, vida sexual, contacto con la naturaleza, arte, música…)? ¿Cuáles son los aspectos sociales, comunitarios, culturales, políticos… de mi vida presente de las que formo parte activa y afectiva? • Cuando acabes, haz una pausa, cierra los ojos, deja que las vivencias suscitadas por el ejercicio se decanten y se aclaren. Anótalas. Lee pausadamente lo escrito, y anota brevemente lo que esta lectura te suscite. IR A CONTENIDO

Toma una nueva hoja y escribe “IMÁGENES CREPUSCULARES”. Anota la fecha de hoy. En este ejercicio exploro mi presente desde un punto de vista simbólico, espontáneo, Ten la hoja delante de ti y el bolígrafo a punto. 1. En paz y quietud interior, con los ojos cerrados, dejo que mi respiración se tranquilice, se regularice. Me relajo. Dejo que mis pensamientos se reposen y, gradualmente, entro en la “zona crepuscular” de mi conciencia entre sueño y vigilia, donde los controles conscientes casi dejan de funcionar. En este estado de duermevela evoco el contenido de mi presente, sin pensar, sin analizar, sin juzgar. Permito que las imágenes surjan por sí mismas del fondo de mi conciencia. Aparecen de forma espontánea y dicen mucho de nosotros mismos. La psique es un maestro, un gran aliado. Puede o no haber imágenes, a veces fluyen como un río, o puede que aparezca sólo una… Pueden ser visuales, auditivas, sensoriales, afectivas, verbales, olfativas… No rechazo ninguna. Las anoto todas, aunque me parezcan absurdas o incomprensibles.

AQUÍ Y AHORA

IMÁGENES CREPUSCULARES

2. Ahora comparo lo que he escrito sobre mi presente: la parte más consciente y deliberada, por un lado, y las imágenes crepusculares por otro; observo las dos, una junto a la otra, y percibo si armonizan, si coinciden, o si se desconectan y divergen, si se contradicen, o si se complementan… Anoto lo que observo, no trato de leer entre líneas, ni caigo en la tentación de analizar o interpretar. Si hay un mensaje en lo que observo me aparecerá sin buscarlo. 3. Como haremos siempre, después de cada ejercicio, hago una pausa, me recojo, dejo que las vivencias suscitadas por el ejercicio se decanten y se aclaran. Las anoto. IR A CONTENIDO

LA HORA DE MI VIDA ¿Qué hora es en mi vida? Se trata de una hora simbólica, tal como yo la entiendo. Coge una nueva hoja y titúlala “LA HORA DE MI VIDA”. Féchala. Para hacer este ejercicio puedes apoyarte en las siguientes frases:

Por ejemplo: Son las nueve de la mañana en mi vida. Demasiado tarde para hacer algunas cosas, pero tengo mucho tiempo por delante para otras. • Es mediodía en mi vida. Todavía me queda la mitad de la vida. • Son las doce de la noche, en espera de ver amanecer… • Son las 10 de la mañana, tarde para hacer algunas cosas, pero con mucho tiempo por delante para otras muchas. Luego desarrollo el tema más ampliamente.

AQUÍ Y AHORA

“Es demasiado pronto para…” “Es demasiado tarde para…” “Es el momento apropiado para…”

CÍRCULOS O VALORES DE MI PRESENTE Coge una nueva hoja y titúlala “CÍRCULOS O VALORES DE MI PRESENTE”. Féchala. Dibujamos unos círculos concéntricos, colocando lo más importante en el centro, y el resto, en orden de importancia, de dentro hacia afuera (personas, actitudes, trabajo, hobbies…). Después hago por escrito una explicación de los mismos. Observo cómo he colocado en el centro lo más valioso para mí en este momento de mi vida, y en qué lugar va quedando el resto de aspectos. Es una forma de determinar mi escala de valores, no lo ideal o lo que creo que debería ser, sino lo que en realidad es, según lo percibo. Sin juzgar, sin analizar.

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MIRANDO ATRÁS

Mi vida se puede dividir en capítulos, cada uno caracterizado por un “HITO”, un acontecimiento o una serie de ellos que dan comienzo a una nueva etapa o capítulo. Por ejemplo, la muerte de un ser querido, una catástrofe económica, un nacimiento, un loco enamoramiento, un éxito, una decisión importante, un fracaso… Son sucesos que vienen a nuestra mente cuando espontáneamente pensamos en nuestra vida, desde el principio hasta el momento presente. Deja que tu vida aparezca en tu mente como una película. Sin analizar, sin juzgar, sin interpretar. En este ejercicio identifico espontáneamente esos hitos que han jalonado mi vida. Coge una nueva hoja y titúlala “HITOS DE MI VIDA”. Féchala. 1. Me aquieto, me relajo, dejo que mi respiración sea lenta.

MIRANDO ATRÁS

HITOS DE MI VIDA

2. En esta quietud interior trato de sentir más que de pensar el fluir de mi vida en su conjunto. En actitud de pasividad receptiva y evitando una elección premeditada, escribo los hitos que se me ocurran (no más de diez o doce), los acontecimientos más significativos, comenzando por el primero y el más fundamental: “NACÍ”. 3. Los escribo primero en el orden que van apareciendo en mi mente. Luego los ordeno cronológicamente. No corrijo, pero escribo cuantas listas desee hasta que encuentre la que más me satisface. 4. Permanezco unos momentos en quietud y silencio. Anoto las vivencias que este ejercicio me haya suscitado.

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HISTORIA DE MI VIDA Este ejercicio lo realizaré con el mismo estilo del anterior: notas breves, casi taquigráficas, pero claras para mí. Coge una nueva hoja y titúlala “HISTORIA DE MI VIDA”. Pon la fecha.

2. Releo los “HITOS DE MI VIDA”. Nada es trivial. Todo puede tener un significado. 3. Dejo que los recuerdos vengan a mi memoria y tomo nota de ellos brevemente. Si nada aparece, enfoco mi memoria en una etapa concreta de mi vida. Por ejemplo, mi infancia, y la reconstruyo con ayuda de mi imaginación, evoco vivamente el lugar donde nací y crecí, la casa, la entrada, las habitaciones, el salón, los muebles, las fotografías… Así surgirán otros recuerdos de mi infancia. Del mismo modo exploro otras etapas de mi vida, la juventud, la adolescencia, la etapa escolar, los años universitarios, el matrimonio, mi maternidad o paternidad… 4. Estos recuerdos constituyen parte de mi historia personal, me pueden venir a la mente en otros momentos. Si es así, tomo nota de ello entonces y lo archivo en esta sección.

MIRANDO ATRÁS

1. En un ambiente de quietud interior, recojo por escrito los hechos y recuerdos que me vengan espontáneamente, las experiencias de mi pasado, de toda mi vida.

5. Cuando el tiempo del ejercicio llega a su fin, cierro los ojos y dejo que los sentimientos, imágenes, sabores, aromas… suscitados se decanten en mi interior, y tomo nota de ellos. 6. Leo pausadamente lo escrito y anoto lo que la lectura me suscite. NOTA: El propósito de estos dos ejercicios (HITOS e HISTORIA DE MI VIDA) es tomar un primer contacto con mi espacio interior y se me vaya revelando más fácilmente en el curso de los ejercicios siguientes. Tienen importancia en sí mismos y como preparación a los que le siguen.

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ENCRUCIJADAS Voy a explorar los caminos seguidos y los no seguidos a lo largo de mi vida.

En este ejercicio voy a considerar mi vida como un camino que comenzó cuando yo nací y que llega hasta mi presente. Hubo momentos en este caminar en que pude haber escogido una ruta diferente de la que tomé. Por ejemplo, pude haber sido abogado en lugar de médico, periodista en vez de cura, casarme o no casarme… En otras palabras, en ciertos momentos elegí (libremente o forzado por las circunstancias) una cierta ruta, y por eso mismo dejé otra u otras que hubiesen configurado mi existencia de manera distinta. Estas son las encrucijadas, las rutas que pude haber seguido. Son posibilidades inexploradas de mi vida, algunas de las cuales voy a explorar en este ejercicio. Algunas de ellas pueden seguir abiertas para mí. Todos tenemos latentes una serie de potenciales que están esperando la oportunidad de expresarse. Como la semilla que se dejó en la tumba de un faraón hace tres mil años y al ser plantada recientemente germinó (Tony de Mello, “El canto del pájaro: Trigo en las tumbas egipcias”).

MIRANDO ATRÁS

Coge una hoja y titúlala “ENCRUCIJADAS”. Féchala.

• En silencio y quietud interior, recorro mentalmente el camino de mi vida, tratando de identificar encrucijadas, grandes o pequeñas. Escribo una lista de todas ellas. • Leo pausadamente la lista y escojo la encrucijada que más me atrae en este momento. Abro este camino no tomado y escribo como si lo hubiese escogido. • Imagino siguiendo la ruta que no tomé y viendo a dónde me lleva. Voy detallando lo que imagino, sin censurar, sin hacer juicio, sin tratar de analizarme. Entro en contacto con aquellos deseos que no se realizaron, deseos válidos, dejo que surjan imágenes. Escribo con detalle lo que aparece en mi imaginación, como si realmente hubiese vivido este camino no elegido en aquel momento. • Cuando acabo, hago una pausa, leo lo escrito y anoto las sensaciones que me evoca la lectura. IR A CONTENIDO

CAPÍTULOS DE MI VIDA En este ejercicio exploro ALGUNO o ALGUNOS de los períodos más importantes. Los HITOS que he identificado en mi vida indican los períodos o capítulos de la misma. Voy a tratar de identificarlos y bucear en ellos. No juzgues, no intérpretes.

2. Espontáneamente, sin reflexionar, trato de sentir más que de razonar la atmósfera de ese período, el tono, la calidad de aquel tiempo en mi vida… “Era un tiempo en el que…” “Este capítulo se parece a…” 3. Escribo ahora qué clase de persona era yo en ese capítulo escogido, mis actitudes, mis emociones predominantes, mis creencias, mis esperanzas, mis angustias, incertidumbres, compromisos, mi filosofía de vida. Unas diez o doce líneas es suficiente. 4. Ahora trato de recordar hechos y experiencias de esa etapa. • Intento identificar las personas que jugaron un papel importante entonces.

MIRANDO ATRÁS

Tomo una nueva hoja y le pongo por título “CAPÍTULOS IMPORTANTES DE MI VIDA”. La fecho. 1. En silencio y quietud interior vuelvo a leer la lista de mis “HITOS”, observando aquel período de mi vida que hoy me gustaría explorar con detalle. Me dejo llevar por el corazón. Ha de ser el que me atraiga. Le doy un nombre al capítulo y lo escribo como epígrafe del ejercicio.

• También las actividades, trabajos, proyectos que llenaron mi tiempo. • Qué aspectos físicos tuvieron relevancia para mí, mi salud, mi cuerpo, mi vida sexual, el contacto o no con la naturaleza… • Observo también los grupos, instituciones o asociaciones en los que tomé parte activa. • Cuáles fueron los “acontecimientos especiales”, coincidencias, intuiciones, inspiraciones, golpes de suerte, sucesos inexplicados… Cuando acabo hago una pausa, cierro los ojos y dejo que las vivencias se decanten y se aclaren. Las anoto. Leo pausadamente el ejercicio, y escribo sucintamente lo que esta lectura me sugiere.

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DIARIO DE CADA DÍA Este ejercicio se redacta en forma de notas breves pero claras, a vuela pluma, a manera de diario o cuaderno de bitácora.

Tomo nota por escrito, breve y claramente, no tanto de hechos como de sentimientos, imágenes, intuiciones, pensamientos, estados anímicos y afectivos… Unas pocas palabras son suficientes para indicar la calidad de la experiencia que se va dando en nuestro interior. En la medida de lo posible, nuestras frases tratarán de enfocar la esencia de la experiencia. Esto nos ayuda a mantenernos en contacto con nuestras vivencias interiores, con más objetividad, siendo más conscientes de nosotros mismos. En una hoja pongo por título “DIARIO DE CADA DÍA”. La fecho 1. Fecho una hoja. Comienzo con una descripción del día en su conjunto, si ha sido disperso, sereno, entusiasta, apático, divertido…

MIRANDO ATRÁS

Empiezo, como en todos los ejercicios, tranquilizándome, recogiéndome por unos instantes. Y en esa quietud interior pienso en el pasado inmediato, en el día o días que acaba de transcurrir.

2. Recorro el día mentalmente, tanto con la imaginación como con el pensamiento ¿qué deseos, esperanzas, miedos, angustias… marcaron el comienzo del día? ¿qué sueños tuve? Lo escribo todo con sucinta claridad. 3. Luego, en la misma disposición, recorro el resto del día, etapa a etapa, encuentros, experiencias personales e interpersonales, sensaciones. 4. Observo lo escrito. Tomo nota someramente, sin analizar o juzgar, y ni mucho menos condenar. Escribo sin premeditación. 5. Retorno a mi quietud interior, permito a los sentimientos y emociones surgidas que se aclaren. Tomo también nota de ellos. Leo pausadamente lo que he escrito y anoto aquello que la lectura me suscite.

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MI FILOSOFÍA DE VIDA Se trata de mi búsqueda de las últimas verdades de la existencia, sea en forma de sistemas religiosos tradicionales o de síntesis científica. Todos, seamos o no religiosos, tenemos una filosofía de vida, todos buscamos un último sentido a nuestra existencia, todos tenemos valores fundamentales.

Tomo una nueva hoja. Le pongo por título “MI FILOSOFÍA DE VIDA”. La fecho 1. En silencio y quietud interior, reflexiono y recapitulo sobre los interrogantes que he experimentado desde la niñez, e identifico los “HITOS” de esta búsqueda de una filosofía o sabiduría personal. Los escribo tal y como se me ocurran. Luego los ordeno cronológicamente. 2. Tras leer dicha lista, anoto las reacciones. 3. Reflexiono sobre las personas que influyeron a la hora de perfilar mi filosofía de vida, personas de carne y hueso a quienes conocí y traté personalmente (padres, profesores, líderes, amigos…) o personas que me han influido a través de sus obras, libros, escritos… (Buda, Gandhi, Jesús, Marx…).

MIRANDO ATRÁS

Este ejercicio es una primera exploración de esta área tan importante de nuestra vida, un primer contacto con la “corriente subterránea” que baña y alimenta las profundidades de todo ser humano.

4. Escojo una de estas personas, con el corazón, a la que me abriría sin reservas. 5. Cierro los ojos, pronuncio su nombre en mi mente y anoto las imágenes crepusculares. 6. Inicio un diálogo con esta persona, dejándome llevar de la fantasía. Hablo con ella, de mí, de ella, o de cualquier cosa que surja, hasta que se agote el diálogo. 7. Leo lo escrito y anoto las reacciones que me suscite.

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MI PRESENTE ESPIRITUAL

En este ejercicio exploro el presente mi vida transpersonal, de mi vida interior. Tomo una nueva hoja. La titulo “MI PRESENTES ESPIRITUAL”. La fecho 1. En un clima de paz interior me pregunto: En este momento de mi vida ¿dónde estoy a nivel espiritual? ¿cuál es el tono y calidad de mi vida interior? ¿cuál es su contenido, sus interrogantes, sus compromisos? No contesto enseguida, dejo que las respuestas aparezcan espontáneamente desde el interior. 2. Sin premeditación, anoto unas cuantas líneas describiendo con brevedad, de forma real o simbólica, la situación de mi vida interior, tolo lo más sinceramente posible. 3. En esta atmósfera de paz interior, hago una descripción más completa del contenido y el carácter de mi presente vida interior:

MIRANDO ATRÁS

Según Ira Progoff, todos, creyentes o no, tenemos una vida espiritual, una vida interior, un contacto con principios y valores, “algo” más allá de nuestros seres individuales.

• Cómo he llegado a las convicciones y puntos de vista que hoy mantengo, qué preguntas me hago. • Quiénes son las personas que actualmente juegan un papel importante en mi vida interior. • Cuáles son las circunstancias, libros, problemas… que configuran mi presente visión del mundo y de la persona. • ¿Han cambiado mis antiguas creencias, se han profundizado, se han debilitado? • ¿He tenido, en este período de mi vida, experiencias fuertes en los aspectos filosóficos, religiosos…? Al terminar, releo el ejercicio y anoto las sensaciones que me provoca.

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CONEXIONES Y ALIENACIONES

La “conexión”, el lazo de unión, tiene fuerza a nivel de sentimientos, de creencias, de lealtad, ya a una tradición religiosa, ya a una causa común de otro tipo. Lo importante es la experiencia interna de los hechos externos, es decir, el hecho de que haya nacido español no tendría gran importancia si yo no me sintiera afectivamente ligado a España y sus peripecias. Y lo mismo se puede decir de otras conexiones. La “alineación” es lo opuesto. Alienadas están las personas que no poseen un sentido íntimo de unión, de vinculación con los demás, con grupos, que no se sienten parte de una clase social, etc., y se sienten separados de las estructuras que comúnmente dan fuerza y apoyo al ser individual. Mi vida interior, mi vida espiritual, se puede describir como ciclos de conexión. Secciones de estos ciclos pueden muy bien ser experiencias de alienación, del sinsentido de la vida, sentimientos desagradables, angustias o desolaciones. Pero nuestra hipótesis es que la vida de toda persona tiene, en su conjunto, un sentido de conexión con algo más allá de sí mismo, con algo transpersonal.

MIRANDO ATRÁS

En este ejercicio recojo los datos de mi vida que me permitirán descubrir el sentido de mi existencia. El individuo se siente fortalecido y apoyado por medio de su conexión con una entidad mayor que él, una familia, un grupo local, una nación, una comunidad religiosa, un partido político, etc.

En este ejercicio recojo, lo más completamente posible, las experiencias de conexión y alienación que he experimentado en el curso de mi vida. Fecho una nueva hoja con título “HISTORIA DE MI VIDA INTERIOR”. • En un clima de paz interior, dejo que los recuerdos de mis conexiones y alienaciones vengan a mí, los anoto con claridad y brevedad, incluyendo la fecha de cuando ocurrió (aproximadamente). Entre un acontecimiento y otro dejo un espacio en blanco para usarlo después. • Hago una pausa, leo las conexiones, y en el espacio en blanco anoto los sentimientos e imágenes que la lectura me sugiere.

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MIS MANTRAS PERSONALES Ahondamos ahora en las experiencias espirituales. Trataremos de cristalizar nuestras más importantes experiencias espirituales, en frases breves de 7 u 8 sílabas como máximo, pero significativas que podremos usar como “mantras” ayudándonos a mantener viva nuestra vida interior.

Encontramos mantras en las tradiciones espirituales del hinduismo y el budismo. También la oración de Jesús puede considerarse como un mantra. Puedes componer tus propios mantras o utilizar frases de poemas, canciones, etc, que realmente exprese una experiencia espiritual propia. Mis mantras serán sencillos en la forma, significativos en el contenido, simbólicos y evocativos más que conceptuales, y fáciles de pronunciar. Es muy importante repetir un mantra con la conciencia de que la meta del mismo es nuestro propio ser. Si alguien nos insulta, las palabras nos afectan inmediatamente, porque nos identificamos con esas palabras. Del mismo modo, cuando repetimos un mantra, al identificarnos con él, recibimos el efecto benéfico de dicho mantra. Podemos componer mantras diferentes según el momento de nuestra vida.

MIRANDO ATRÁS

Un mantra es una palabra o vibración de sonido. En realidad, el mantra es la vibración del SER. Es la verdadera voz del ser, que surge del interior, me ayuda a meditar y a crear un espacio de quietud interior.

Fecho una nueva hoja y pongo por título “MIS MANTRAS PERSONALES”. • Recorro mis experiencias de la “HISTORIA DE MI VIDA INTERIOR”. • Escojo una, aquella que más me atraiga en este momento, la revivo con mi imaginación y mis sentimientos. Trato de captar su significado y plasmarlo en un mantra personal. • Durante unos minutos repito interiormente el mantra, con los ojos cerrados, al ritmo pausado de mi respiración, tratando de no pensar, dejándome llevar por las palabras. • Anoto las experiencias surgidas en la repetición del mantra. IR A CONTENIDO

SUEÑOS

COLECCIÓN DE SUEÑOS. Aquí recogemos por escrito los datos de nuestros sueños que podamos recordar con la mayor objetividad de que seamos capaces, sin interpretar, sin analizar, sin sentimientos ni pensamientos superpuestos. Anotamos incluso aquellos fragmentos de sueños que nos quedan al despertar, aunque no los recordemos completos (es posible que al escribir el fragmento vayamos recordando algo más del sueño). Podemos empezar por anotar sueños de nuestra infancia y juventud, sueños del resto de nuestra vida en orden cronológico, sueños más recientes, los de los últimos meses, sueños del pasado inmediato, de los últimos días. AMPLIACIÓN DE SUEÑOS. Ahora nos ponemos en contacto con la serie cronológica de los sueños anotados, a fin de que nos revelen su mensaje. Hay que evitar analizarlos, interpretar su contenido o racionalizarlos, pues se anularía su fuerza.

MIRANDO ATRÁS

Más allá de lo consciente existen niveles de experiencia que pueden tener la clave dentro de los problemas como las posibilidades de nuestra vida. Uno de esos niveles se manifiesta en los sueños. Los sueños son reflectores insconscientes que expresan diversos niveles de nuestra psique individual. Trabajaremos con nuestros sueños a través de dos ejercicios:

• En quietud y silencio repasa la colección de sueños, cierra los ojos y deja que tu mente retorne no sólo a tus sueños mismos sino a tu soñar en su conjunto. No pienses en ellos, siéntelos. • Cuando te encuentres atraído por uno en concreto, abre los ojos, lee algún sueño anterior y posterior, si no lo tienes anotado, anótalo. Lo importante es experimentar la continuidad de una serie de sueños, como una corriente que te arrastra consigo. Permanece con los ojos cerrados en un estado crepuscular. Deja que el movimiento interior de ese soñar crepuscular continúe por sí solo, sin tratar de guiarlo ni dirigirlo. • Anota lo que hayas experimentado en este momento crepuscular. Procura escribir la experiencia a medida que vaya ocurriendo, aunque sólo sea fragmentariamente. Cuando la experiencia interior haya llegado a su fin, relee lo escrito y anota os sentimientos, pensamientos, sensaciones…

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EN PROYECCIÓN MI PRESENTE ABIERTO AL FUTURO Estamos en el ejercicio final del Diario de Integración. Hasta ahora, hemos explorado nuestro pasado… Posiblemente veamos nuestra vida con una luz diferente. Ahora vamos a intentar recapitular la experiencia, a fin de que nos sirva como guía para este futuro que se nos abre al finalizar este seminario. Toma una hoja. Titúlala “MI PRESENTE ABIERTO AL FUTURO” y féchala. riencia del Diario de Integración? No me apresuro a contestar, dejo que la respuesta venga espontánea, por sí sola. Tal vez aparezca en forma de imagen, metáfora, pensamientos…

2. Recorro mentalmente lo que he escrito y experimentado durante estos días. Observo y anoto lo que este recorrido me sugiere. Podría ser una recapitulación, una serie de imágenes, una cadena de pensamientos, una oración, un poema, una meditación, un slogan, una canción, un cuento, un dibujo, una visión…

3. También puedo escribir el “Credo” o un decálogo de los principios y valores que

dan sentido a mi vida, aunque sólo sea en cierto grado, no los que “debería” tener. Para hacer este ejercicio, también puedo indagar en algunas cuestiones:

• • • • • • • • • • • •

Cosas que he amado, saboreado, contemplado, escuchado, tocado, olido. Experiencias que he tenido y apreciado. Creencias que he dejado atrás. Convicciones de las que he vivido. Ideas que he aprendido sobre el mundo, la vida, Dios, el amor… Riesgos, sufrimientos que me han moldeado. Lecciones que me ha enseñado la vida. Influencias fundamentales (personas, ideas, actividades…) Textos que han iluminado mi camino. Cosas que lamento de mi vida. Logros, metas que he alcanzado. Personas que llevo guardadas en el corazón.

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EN PROYECCIÓN

1. Con los ojos cerrados, enfoco la atención hacia mi interior y me pregunto ¿qué ha surgido de esta expe-

Y AHORA QUÉ HACER

Hemos acabado este trabajo personal y volvemos a nuestra vida cotidiana. ¿Puede serme útil esta experiencia? ¿Cómo me puede servir el Diario?

en sí mismo. Aunque tiremos a la basura los papeles, la experiencia es válida.

• Es importante releerlo al cabo de unas semanas, con receptividad pasiva.

• Podemos anotar los sueños que tengamos. • Cuando nos interroguemos sobre alguna relación concreta que

queremos aclarar podemos realizar un diálogo sin grandes expectativas al releer, estando abiertos a lo que pueda ocurrir.

EN PROYECCIÓN

• El trabajo realizado en el DIARIO DE INTEGRACIÓN tiene valor

• Cuando un asunto te preocupe, puedes trabajarlo más a través de los ejercicios del Diario.

• Si descubres algún mantra nuevo, utilizarlo te ayudará a reactivar tu vida interior.

• Con las imágenes crepusculares, no trates de interpretar lo que dicen, sólo contémplalas con receptividad pasiva.

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ANEXOS EL POZO Y LA CATEDRAL I. TURBIO/CLARO “Al agua turbia, déjala reposar y se tornará clara” (Lao Tse). • Al evocar este proverbio, yo veo dentro de mí mismo. Yo veo, en la pantalla de mi mente, una corriente de agua, que se mueve, que se atropella, que se revuelve. Una corriente lóbrega y cenagosa, llena de cosas. No puedo ver dentro del agua. No puedo ver mi reflejo en este agua.

• La superficie deviene clara, transparente. Puedo ver dentro del agua, más y más. Ahora, a su través, puedo ver hasta el fondo. Allí, el agua refulge. • En el agua tranquila, los cielos se reflejan. El agua está clara. En el agua tranquila el árbol se espeja. El agua turbia se tornó clara.

ANEXOS

• Ahora, el movimiento cesa. El agua está remansada. Tiene un color turbio, oscuro. Comienza a serenarse, se aquieta. En su sosiego, lo cenagoso se estanca.

• Al continuar mirando, en la quietud, un reflejo de mí mismo comienza a dibujarse. Inmerso en la quietud del agua, yo veo un reflejo de mí mismo, mi ser con mil formas diferentes. • Me siento en la quietud y dejo que la imagen se perfile. Aparece multiforme; muchas imágenes surgen en el agua tranquila; muchas cosas emergen para que yo las vea. • En la profundidad del agua, las imágenes que abren la más grande visión dentro de mí, no son las que son visibles. Yo no puedo verlas; puedo, simplemente, intuirlas. Algo dentro de mí las reconoce en la tranquilidad del agua. • El agua cenagosa se ha estancado. Me siento, la mirada clavada en ella, contemplando su interior, viendo imágenes visibles e invisibles. Les dejo que tomen forma, les dejo que cambien, les dejo que se transformen en el fondo del agua tranquila, el espejo del agua serena, en lo profundo de mi ser, moviéndose, moviéndose silenciosamente... en el silencio.

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• Vamos más allá, a las profundidades, explorando lo desconocido, explorando las posibilidades abiertas de nuestra vida.

ANEXOS

II. SINTIENDO EL MOVIMIENTO DE LA VIDA

• El vacío se colma a sí mismo, hasta desbordarse con ideas nuevas, con tomas de conciencia, con relaciones, como la vida se renueva a sí misma fuera de sí misma. Sabiéndolo, nos pacificamos. Nos soltamos respirando lentamente, soltamos los pensamientos a su flujo interior. Cada hilo de pensamiento es libre para seguir su propio cauce. Libres ya nuestros pensamientos nuestra mente está tranquila, como nosotros estamos tranquilos. • Empezamos a explorar en la quietud. Cerrando los ojos sentimos el movimiento de la vida, nuestra propia vida. Su flujo y reflujo, sus mareas constantes, su profundo vaivén. Sentimos el movimiento cambiante de la vida, nuestra propia vida, la vida cambiante de cada uno. • Encontramos en el agua tranquila el escurridizo hilo de la vida, nuestra vida y la vida de cada uno; recuperando el hilo oculto que da sentido y enfila el movimiento de nuestra vida. Explorando los lugares profundos, llegando a lo hondo del ser, a las memorias y misterios de nuestra vida, memorias personales y misterios mucho más que personales. IR A CONTENIDO

• Restaurando en nosotros los acontecimientos de años tempranos, sueños logrados y no logrados, planes, penas y risas, volviendo a trazar los movimientos de nuestra vida no recordados, recuperando direcciones perdidas y metas olvidadas. Tiempos, para nosotros perdidos, regresan, se hacen presentes, a la par que los buscamos en las aguas tranquilas. Acontecimientos antiguos y nuevos se conjuntan mientras miramos dentro, encontrando el sendero de nuestra vida, encontrando el sendero de la vida.

III. EL PUNTO CENTRAL DENTRO DE MÍ MISMO • Saboreando la quietud interior, los pensamientos se acomodan, ya no giran, se reúnen; sin disputar. La armonía del conjunto reemplaza a la discordia en la mente. Mente y cuerpo unidos, pensamientos y emociones girando en torno a un único punto central. Movimientos dentro de un remolino, forman un centro silencioso. Un centro silencioso se forma en medio de ellos.

ANEXOS

• Cerrados los ojos, inmóviles, la respiración rítmica y profunda. Inhalamos, exhalamos, lentamente... Las aguas interiores se asientan, se aclaran y, desde lo hondo, refulgen. Las imágenes toman forma en la quietud del agua, formándose, cambiando, reflejos de nuestra vida, sucesos viejos y nuevos afloran en ellas. La imaginería de nuestra vida, los sucesos viejos y nuevos, y cosas aún por venir, reflejando el sendero de nuestra vida, reflejando el sendero de nuestra vida, silenciosamente... en el silencio...

• Sentimos el centro de nuestro ser, el centro más íntimo de nuestro ser, no es mi cuerpo, ni mi mente, sino un punto central, el centro más íntimo de nuestro ser. • En el corazón de la actividad, la respiración lenta y suave crea un equilibrio. Una quietud interior se hace presente. El punto central dentro de mí, se establece a sí mismo. Así sucede en nosotros. Un punto central íntimo se perfila, está presente, no en el espacio, sino en nuestro ser. Hay un punto central en mí. Toda mi atención se fija en él, presente, ahí, en la quietud, en la quietud del mismo ser. IR A CONTENIDO

• Atravesando este punto central, nos adentramos en profundidad. Es como si fuéramos a las entrañas de la tierra, pero dentro de nosotros. Nos adentramos, más hondo, más hondo…. • Mi vida es el vórtice de un pozo. Yo me sumerjo en él. Cada vida es un pozo; sus fuentes son profundas, pero manan aguas en la superficie. Ahora nos adentramos, avanzando hacia nuestro punto central, profundamente hacia adentro, explorando las infinidades de nuestro pozo.

IV. HACIA EL POZO DEL PROPIO SER • Con los ojos cerrados, vamos hacia adentro, a través de nuestro punto central, ahondamos más, internándonos más en el pozo del propio ser, explorando en el silencio aquél. Nos adentramos en la oscuridad, tratando de ver. La oscuridad silenciosa es el agua turbia de nuestro propio ser hasta que se empoza, hasta que se aclara. Entonces la oscuridad se transforma en luz. La luz brilla en la oscuridad, en la oscuridad del propio ser. En la espera, cerrados los ojos, somos capaces de ver. Aquí, en el seno de la oscuridad, el silencio resuena y nos empieza a hablar. Aquí, en la oscuridad y el silencio del pozo de nuestra vida, empezamos a ver, empezamos a oír. • Giramos entorno, explorando, observando y registrando cuanto descubrimos en las profundidades del pozo de nuestra vida. Cada uno de nosotros baja a su propio pozo. No bajamos a pozos ajenos, únicamente al nuestro, emitiendo, a veces, imágenes desde los lugares profundos, como mensajes a cuantos nos rodean. Giramos libremente en el pozo de nuestra vida. Exploramos individualmente, pero, a la vez, juntos, la plenitud de nuestra vida, sus gozos y tristezas, dejando reflejarse a nuestra propia vida en formas viejas y nuevas. IR A CONTENIDO

ANEXOS

• Por largo tiempo, hemos permanecido en la superficie de nuestra vida. Nos adentramos más hacia adentro, hacia el pozo de nuestro propio ser. Nos alejamos de la superficie de las cosas, dejamos los círculos de nuestro pensar, nuestros hábitos y costumbres; todos los “deberías” y los “tienes que” de nuestra vida, los dejamos atrás. Los dejamos en la superficie, nos adentramos en las profundidades de nuestra vida, a través del punto central, hacia el pozo de nuestro propio ser, tan profunda, tan total, tan libremente como podemos. A través del punto central, explorando los lugares profundos... Silenciosamente...en el silencio.

• Explorando los lugares profundos, nuestra vida nos retorna, experiencias externas e internas. Las gustamos de nuevo, y, tal como son, las reconocemos, sin juzgarlas, sin enojo, sin amargura, sin orgullo, pero reconociendo nuestras experiencias como han sido, como son.

• Tomando conciencia, perceptivos, contemplando en todo lugar y en todas las cosas, giramos en derredor, en el pozo de nuestro propio ser, explorando, observando, registrando, silenciosamente... en el silencio.

V. EL VIAJE HACIA ABAJO Y HACIA ARRIBA • Continuamos sumergiéndonos, nos hemos alejado de la superficie, hemos penetrado en nuestra vida. En la quietud, oteando hacia adentro, nuestra respiración se mueve lentamente, profundamente. La respiración se mueve en el centro de nuestro ser. Orientamos nuestra mente hacia este punto central, hacia el hondón de nuestro propio ser. Nuestra atención está enfocada ahí, ahí nos sentimos presentes, dentro de nuestro mismo ser. • El punto central se relaja, se afloja y se distiende, se abre. El punto central se convierte en eje del pozo dentro de nuestro ser. Al aflojarse y distenderse, sus paredes se dilatan. Dentro de nosotros, el eje se está abriendo, creando espacios donde poder movernos, más hacia abajo del pozo, más hacia el hondón de nuestro ser. Vamos hacia adentro. Descendemos más hondo. Ahora nos desplazamos libremente y nos movemos con más naturalidad, dejándonos arrastrar hacia adentro. IR A CONTENIDO

ANEXOS

• Con los ojos cerrados, nos adentramos en el pozo de nuestra vida, de nuestro ser, registrando lo que vemos y lo que oímos, lo que olemos, gustamos y sentimos, explorando las profundidades de nuestra vida, reconocemos las múltiples dimensiones del universo interior y exterior, reflejadas en el pozo de nuestro ser. Destellos de nuestra vida, personales y más que personales, presentes a nosotros. Son imágenes que revelan la calidad interior de nuestra vida. Nos disponemos ahora a contemplarlas. Las intuímos en toda nuestra sensitividad, en cualquier forma de percibir, conociéndolas directamente. Contemplándolas internamente.

• Al penetrar más en la oscuridad, en el silencio, encontramos una luz copiosa, exuberante, plena. Se nos muestra generosa en varias fases. Múltiples figuras y formas, sonidos y olores; visiones y símbolos se dibujan en el ojo interior. Es un conocimiento interior, un conocimiento inmediato. Es un contemplar, a través de nuestra vida, dimensiones de más allá de nuestra vida. Cosas nunca antes percibidas, emergen ahora. Y al hacerse presentes, las registramos como las percibimos. Nos adentramos más para contemplarlas, y remontarnos a la superficie, velozmente, fugazmente, para registrar lo que se nos ha mostrado en la profundidad del pozo.

• Descendemos lenta y profundamente. Ascendemos fugazmente, para escribir lo que necesita ser registrado; luego, retornamos a la profundidad. Una y otra vez, rehacemos el círculo de nuestro viajar hacia arriba y hacia abajo. Cada vez un poco más abajo, desde la superficie de nuestra vida hacia la profundidad del pozo, moviéndonos hacia la fuente más allá del pozo, un poco más cada vez. Descubrimos en la oscuridad cosas no perceptibles en la luz, reconociendo, explorando los lugares profundos en nuestro peregrinar hacia arriba y hacia abajo. Silenciosamente... En el silencio.

VI. LAS AGUAS DE MÁS ALLÁ DEL POZO • Cada vez ahondamos más, la atmósfera se suaviza, se vuelve más agradable, nos absorbe más cálidamente, nos sentimos enraizados en este lugar. Al ahondar, nos alejamos de nuestra vida diaria, de nuestra rutina. Vemos nuevas cosas que no son extrañas para nosotros. Algo en nuestro propio ser reconoce estas nuevas percepciones.

ANEXOS

• Registramos, para poder rememorar, esa atmósfera, esa realidad que hemos conocido. En el futuro reconsideraremos los mensajes múltiples que nos fueron dados en la profundidad del pozo.

• Cuanto más ahondamos, más reconocemos que estamos llegando a casa, volviendo al hogar. Es bueno estar en casa. Nuestra capacidad es mayor estando en casa, entrando y saliendo. Nos sentimos más fuertes que cuando empezamos. • Nos movemos hacia adentro, más profundamente, percibimos algo más allá de nosotros, más allá de lo más profundo de nuestro pozo. Nos llama, nos atrae a su interior. Vamos dejándonos llevar hacia él. Ahondamos libremente dejándonos atraer a través de la oscuridad silenciosa. Hemos atravesado la total profundidad del pozo. Más allá del pozo, hay una corriente. IR A CONTENIDO

• Juntos exploramos la corriente subterránea. Cada uno bajó por su propio pozo, pero todos nos encontramos en la corriente subterránea. Todos nuestros pozos personales conducen a esta corriente. Es la fuente profunda para todos nosotros. Todos manan de ella. Estas aguas que surgen, son hogar para cada uno de nosotros. Aquí no hay separaciones, libremente entremezclados, encontramos que conocemos cosas, que vemos, oímos, sentimos, reconocemos, intuímos verdades, misteriosas antes, pero aquí las conocemos directamente.Nos llegan como símbolos que se nos abren como el botón de una flor y vemos su interior infinitamente hacia adentro. Miramos en la profundidad de la flor tan hondo como puede el corazón ver. Todo lo que contemplamos, lo integramos en nuestro ser. Atraídos a la corriente, atraemos todo a nuestro ser. La corriente subterránea es una con nosotros, y nosotros somos uno con la corriente subterránea. Fluye en torno nuestro y fluye dentro de nosotros. Compartimos la unidad de ser. La unidad del ser, silenciosamente... en el silencio.

VII. COMPARTIENDO LA CORRIENTE SUBTERRÁNEA • Hemos hecho el viaje al pozo de nuestro propio ser, y más allá de nuestro propio ser, en las aguas vivas de la corriente subterránea. En las aguas de más allá del pozo muchas tomas de conciencia se nos han descifrado una a una. Aquí, en la corriente subterránea, advertimos que otros muchos, en otros tiempos, han entrado en sus pozos, adentrándose hasta donde ahora nos encontramos. En tiempos antiguos, Jacob penetró en su pozo, y donde él resurgió, emplazó una piedra para el recuerdo posterior. En su caminar, bajaron Moisés, Isaías, Lao Tse, Zoroastro, Sidharta y Jesús de Nazareth, Teresa, el maestro Eckhart, Emerson, Walt Whitman, y otros muchos han bajado por sus pozos a la corriente subterránea. IR A CONTENIDO

ANEXOS

• Por fin, hemos llegado a la corriente subterránea. De pronto, nos encontramos dentro de la corriente subterránea. No necesitamos entrar en ella, ella misma nos atrajo, nos introdujo en sí. Ahora, libremente, nos estamos moviendo dentro de ella. Exploramos en la corriente subterránea. Sus aguas son agradables. Fluyen suavemente en nuestro derredor. Ellas nos sostienen y nos llevan. La corriente es profunda, mas sus aguas son alegres. Nadie se puede perder en la corriente subterránea.

• Ahora hemos entrado en la corriente nosotros mismos, y nos rebasamos, haciéndonos presentes el uno al otro, superando toda separación, en la unidad del ser accesible a todos. Compartiendo la corriente subterránea, reconocemos a otros, no sólo a los que entramos ahora, sino a quienes nos precedieron. Su grandeza de ser, su atmósfera aún está presente en la corriente. Los que han entrado antes que nosotros, han dejado la huella de su presencia en las aguas de la corriente subterránea. Al compartir la corriente subterránea, se nos invita a hablar, a preguntar, a considerar respuestas, aquí, en la corriente subterránea, escuchando y hablando con nuestros predecesores que han dejado huella en la atmósfera de la corriente subterránea. Su grandeza de ser nos espera en las aguas sin tiempo. Gratamente, les saludamos, hablando y escuchando, abiertos nuestros corazones a su sabiduría; hablando de la vida, de nuestra vida, con los que nos precedieron. La grandeza de su ser está presente, presente, ahora, a nosotros. Hablando, escuchando, silenciosamente... en el silencio.

ANEXOS

• Estos y muchos más, han estado aquí, famosos algunos en la Historia, desconocidos otros, pero cada uno, por contemplación directa, descubrió muchas cosas maravillosas, mostradas a ellos o por ellos reconocidas, y recuperadas en la corriente subterránea. Y al retornar a la superficie de sus vidas, algunos han escrito libros, algunos han pintado o esculpido, algunos han hecho filosofías, algunos han implantado doctrinas, algunos han vivido sus vidas mucho más plenamente, con abundancia interior, con sabiduría. Pensamos en los que nos precedieron, mientras entramos en la corriente subterránea. No somos los primeros, no seremos los últimos, en marchar hacia el pozo, y más allá del pozo, hacia la corriente subterránea.

VIII. ENTRANDO EN LA CATEDRAL • Hemos aprendido mucho, algo se nos ha mostrado, algo se nos ha dicho, en la corriente subterránea. Atraemos todo hacia nosotros, así como nosotros fuimos atraídos hacia la corriente subterránea. Continuaremos absorbiéndola y aprendiendo de ella, ahora que sabemos cómo llegar y entrar. Los que nos han precedido, tienen mucho que enseñarnos de lo que ocurrió cuando retornaron de la corriente subterránea. En el lugar de su retorno, donde emergieron IR A CONTENIDO

• Desde entonces, muchos han venido a la catedral, a rendir honores, a alabar el nombre de su dios, a pedir múltiples favores. Barruntan todos que aquí hay algo importante, que algo importante está presente en el silencio de la catedral. El pozo que llega a la corriente subterránea, es la base de la catedral, y está ahora cubierto de piedras. Es difícil encontrarlo. ¿Cómo, entonces, llegaremos al pozo, ahora que está oculto por el paso de los siglos? Hemos encontrado un camino. Podemos ir juntos. El eje del pozo está debajo de la catedral, y ¿dónde está la catedral? No tenemos dónde buscar porque cada uno somos la catedral. Yo soy la catedral. El camino hacia la corriente subterránea es el pozo, oculto dentro de nosotros. Dondequiera que estemos, está nuestra catedral. Al buscar un lugar tranquilo en medio del tumulto, un refugio a las presiones del mundo. Dondequiera que estemos, suceda lo que suceda, está nuestra catedral abierta siempre para nosotros. La catedral es un santuario contra los huracanes de la vida, un centro tranquilo dondequiera que estemos, suceda lo que suceda.

ANEXOS

del pozo, muchos emplazaron una piedra para recordar, como había hecho Jacob. Y tantos otros, que no llegaron al hondón de la corriente, también colocaron una piedra para conmemorar el hecho admirable del que les habían hablado. Cada uno emplazó una piedra como un hito, y muchos colocaron sus piedras juntos, hasta que pronto, una catedral magnífica cubrió el pozo, el pozo que conducía a la corriente subterránea.

• Al entrar en la catedral, nos serenamos, cerrados los ojos. Respiramos lentamente, inhalamos, exhalamos, sintiendo el centro de nuestro ser, el punto central interior. Nos dirigimos a través del punto central interior. Las aguas cenagosas de nuestra vida se tornan serenas y claras, como un espejo que refleja dentro de nosotros las alturas y profundidades del ser. El camino hacia el interior queda abierto. Encontramos el pozo bajo de la catedral. • Al entrar en la catedral, dondequiera que podamos estar, el punto central de nuestro ser se vuelve el pozo abierto hacia el interior. Nos adentramos en este pozo, y aún más allá, en las alegres aguas de la corriente subterránea, donde ahora estamos... Uniéndonos a aquellos que nos precedieron, en la unidad sin tiempo, donde ahora estamos. Silenciosamente... en el silencio. IR A CONTENIDO

VAMOS A RELAJARNOS ENTRANDO EN EL NIVEL 1 1. Ponte cómodo. Cierra tus párpados. Toma una respiración profunda, y al exhalar, mentalmente, repite y visualiza el número 3, tres veces.

3. Toma otra respiración profunda, y al exhalar, mentalmente, repite y visualiza el número 1, tres veces. 4. Ahora te encuentras en el nivel 1. Este es el nivel del plano básico que tú puedes usar para cualquier propósito que desees.

ANEXOS

2. Toma otra respiración profunda, y al exhalar, mentalmente, repite y visualiza el número 2, tres veces.

ENTRANDO A NIVELES MÁS PROFUNDOS Para ayudarte a entrar a un nivel mental más profundo, más perfecto y más saludable, voy a contar del 10 al 1. Conforme vaya descendiendo, te sentirás entrar a un nivel mental más profundo, más perfecto, más saludable. 10 – 9 8–7 6– 5–4 3– 2 – 1

Siente entrar a un nivel más profundo Más y más profundo Más y más profundo todavía Ahora estás en un nivel mental más profundo, más perfecto, más saludable.

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AFIRMACIONES BENÉFICAS Desde este estado de conciencia, repite mentalmente después de mí las siguientes afirmaciones: 1. Nunca aprenderé a desarrollar, ni física ni mentalmente, desórdenes mentales ni físicos, ni enfermedades o padecimientos funcionales ni psicosomáticos.

3. Nunca aprenderé a desarrollar, ni física ni mentalmente, enfermedades circulatorias, ni leucemia, ni diabetes. 4. Nunca aprenderé a desarrollar, ni física ni mentalmente, enfermedades del aparato respiratorio, ni enfermedades como artritis o glaucoma.

ANEXOS

2. Nunca aprenderé a desarrollar, ni física ni mentalmente, enfermedades del corazón.

5. Nunca aprenderé a desarrollar, ni física ni mentalmente, dependencia del alcohol, del tabaco ni de cualquier otra droga. 6. Nunca aprenderé a desarrollar, ni física ni mentalmente, la enfermedad conocida como cáncer. 7. Sugerencias y pensamientos negativos, jamás tienen influencia en mí, en ningún nivel mental. 8. Siempre mantendré mi cuerpo y mi mente sanos y en perfecto estado de salud. 9. Mis facultades mentales aumentan día a día, para servirme y servir mejor a la humanidad. 10. Todos los días y en toda forma, me estoy sintiendo mejor, mejor y mejor. 11. Los pensamientos positivos me traen beneficios y ventajas que yo deseo. 12. Tengo total control y completo dominio sobre mis facultades y sentidos, en este nivel mental o en cualquier otro nivel, incluyendo el nivel exterior consciente. Así ha sido siempre, así es, y así será. IR A CONTENIDO

Dentro de un momento, voy a contar del 1 al 5. A la cuenta de 5, abriré los ojos, estaré bien despierto, muy a gusto, bien descansado y en perfecto estado de salud, sintiéndome mucho mejor que antes. 1 – 2

Saliendo poco a poco.

ANEXOS

PARA SALIR DE LOS NIVELES

3 – Recuerdo que a la cuenta de 5 abriré mis ojos y estaré bien despierto, muy a gusto, bien descansado y en perfecto estado de salud, sintiéndome mucho mejor que antes. 4 – 5 Abro mis ojos, estoy bien despierto, muy a gusto, bien descansado y en perfecto estado de salud, sintiéndome mucho mejor que antes.

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LECTURAS RECOMENDADAS CRECIMIENTO INTERIOR * SHADANA. Anthony de Mello. Edit. Sal Terrae. * ¿QUIÉN PUEDE HACER QUE AMANEZCA? Anthony de Mello. Edit. Sal Terrae. * LA ORACIÓN DE LA RANA (1 y 2). Anthony de Mello. Edit. Sal Terrae. * EL MANANTIAL. Anthony de Mello. Edit. Sal Terrae.

* AMOR SIN LÍMITES. Edit. Paulinas. * EL ALQUIMISTA. Paulo Coelho. Edit. Obelisco. * ÁMATE A TI MISMO, CAMBIARÁS TU VIDA. Louisse Hay. Edit. Urano. * PENSAMIENTOS DEL CORAZÓN. Louisse Hay. Edit. Urano.

ANEXOS

* EL PROFETA. Khalil Gibrán. Edit. Orión.

* USTED PUEDE SANAR SU VIDA. Louisse Hay. Edit. Urano. * EL PODER ESTÁ DENTRO DE TI. Louisse Hay. Edit. Urano. * CREATIVIDAD Y PLENITUD DE VIDA. Antonio Blay. * TENSIÓN, MIEDO Y LIBERACIÓN INTERIOR. Anthony Blay. Edit. Cymys. * LA MÚSICA CALLADA. Wulliam Jhonston. Edit. Paulinas. * LA ALEGRÍA DE VIVIR. Phil Bhosman. Edit. Sal Terrae. * NO TEMAS AMAR. Jean Vanier.

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PSICOLOGÍA * ADIÓS A LA CULPA. Gerard Jampolsky. Edit Los libros del comienzo. * EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO. V. E. Frank. Edit. Herder. * INTIMIDAD HUMANA Y ANÁLISIS TRANSACCIONAL. J. Maquirian. Edit. Narcea. * CUERPO MENTE. Debbie Shapiro. Edit. Robin Book * EL ARTE DE NO AMARGARSE LA VIDA. Rafal Santandreu. Ed. Paidós * PODER SIN LÍMITES. Tony Robbins. Ed. Clave

ESPIRITUALIDAD * UN MINUTO PARA EL ABSURDO. Anthony de Mello. Edit. Sal Terrae.

ANEXOS

* LA RESPUESTA. Allan y Bárbara Pease. Ed. Grupo Zeta.

* UNA LLAMADA AL AMOR. Anthony de Mello. Edit. Sal Terrae. * ADULTO Y CRISTIANO. Javier Garrido. Edit. Sal Terrae. * LA ORACIÓN CONTEMPLATIVA. Willis Jager. Edit. Obelisco. * EL CANTO DEL PÁJARO. Anthony de Mello. Edit. Sal Terrae. * EL MANANTIAL. Anthony de Mello. Edit. Sal Terrae. * RELATOS DE UN PEREGRINO RUSO. Anónimo. Edit. Sígueme. * EL PODER DE LA ORACIÓN. Jean Lafrance. Edit. Narcea. * AUTOLIBERACIÓN INTERIOR.. Tony de Mello. Editorial. Sal Terrae

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