1. PRESENTACIÓN. QUIÉNES SOMOS Y QUE HACEMOS. GRIGRI PROJECTS SOMOS una plataforma en la que desarrollamos proyectos desde la investigación, creación y producción cultural, entendida de manera amplia, aunque centrándonos en un trabajo de construcción de ciudad desde el codiseño, el trabajo en el espacio público y apoyando y apoyándonos en los procesos que surgen desde el entorno comunitario. Todo esto tratamos de llevarlo a cabo de forma colaborada, experimental y situada, tratando de mantener siempre un diálogo constante con el contexto, es decir, con lo imprevisto y lo inesperado, y tomando la experiencia compartida y los vínculos como base fundamental para el diseño y la implementación de los trabajos que realizamos. El equipo lo formamos cinco personas, Susana Moliner que trabaja desde el comisariado, la gestión cultural, el diseño e implementación de programas de aprendizaje y experimentación artística; Majo Castells, que es ceramista, diseñadora gráfica e industrial; Suraia Abud, antropóloga y artista culinaria; Blanca Callén que es doctora en psicología social, docente e investigadora; y yo mismo que me formé como arquitecto y que vengo de una experiencia más o menos heterodoxa y bastarda de la arquitectura, tratando siempre de abrir las maneras más disciplinares de la profesión, lo cual creo que no es difícil si tratas de ponerte a la escucha de las realidades y los mundos diversos que existen y que, por sí solos, desde la singularidad de las vivencias que atraviesan nuestros espacios de vida, desbordan y amplían cualquier límite académico o disciplinar. Hacemos, por así decirlo, proyectos que tratan de completar la capacidad de instituciones públicas o empresas para abordar problemas sociales, y de interés general, desde la INCLUSIÓN DE VOCES NO EXPERTAS, o EXPERTAS QUIZÁ EN SABERES Y MODOS DE VIDA que muchas veces NO SE TOMAN EN CONSIDERACIÓN, y también desde el diseño de estrategias que no tienen que ver, exclusivamente, con la necesidad de medir el éxito en términos de plusvalía económica en su sentido más clásico sino que generen también OTRO TIPO DE BENEFICIOS.
2. CÓMO LO HACEMOS. En este sentido, nuestras propuestas, como Grigri Pixel, Cocinar Madrid o el festival Pincha tu Deuda, el último proyecto en el que hemos estado trabajando, se articulan en gran medida alrededor del VÍNCULO DEL HACER, de la CULTURA DEL PROTOTIPADO, de un entendimiento del DERECHO A LA CIUDAD descentralizado y que se apoya en el EMPODERAMIENTO CIUDADANO y de una repolitización de la práctica de la HOSPITALIDAD, entendida como herramienta capaz de poner en cuestión y desautorizar los límites, los cercamientos que establecen hasta dónde se permite a otros tener la capacidad de decidir, con nosotros, cómo hacemos, vivimos. Pues entonces, en torno a estos 3 ejes: el vínculo del hacer, la descentralización del derecho a la ciudad y la repolitización de la práctica de la hospitalidad, voy a tratar de contar sobre las experiencias concretas desarrolladas en el marco de Grigri Pixel y añadiendo también algunos vínculos con otros proyectos.
3. EL VÍNCULO DEL HACER Y LA CULTURA DEL PROTOTIPADO. NO HAY UNA ÚNICA MANERA DE HACER LAS COSAS. En relación al primer eje, digamos, el trabajo desde el vínculo del hacer y la cultura del prototipado, es algo que conecta con casi todo lo que hacemos desde Grigri Projects. En ese sentido, nos acerca con prácticas como Experimenta Distrito, un proyecto que surge desde Medialab Prado, que es, por otro lado, el centro que ha acogido en gran medida al programa Grigri Pixel a lo largo de sus cuatro ediciones, junto a la agencia de cooperación española. Y un proyecto en el que, además, hemos participado a través de la coordinación, durante un año, del laboratorio que se desarrolló en el distrito de Fuencarral en Madrid. Experimenta Distrito es un proyecto que viene promoviendo Medialab Prado desde 2016 y que busca la creación de experiencias de laboratorios ciudadanos temporales, y abiertos a la participación de cualquiera, en diversos distritos de la ciudad de Madrid, en un primer momento y que, posteriormente, ha sido adaptado a otros muchos contextos, como el experimenta rural que se hizo en Asturias, o el programa Experimenta Ciudad que se desarrollará a lo largo de este año en seis ciudades de seis países de América Latina y que coordinaremos igualmente desde Grigri Projects. El tema del trabajo desde el prototipado es especialmente relevante ya que digamos que el hacer, en los laboratorios, es la base para articular espacios de aprendizaje en torno a la construcción de la ciudad, aprendizaje desde los propios espacios en que se ubican los laboratorios y desde los saberes de ese territorio, de las personas que lo habitan. Así, esta forma de desarrollar proyectos, como dice Richard Sennett, “se opone a la creencia de que solo hay una manera correcta de hacer una cosa y rechaza la idea cerrada de que deberían imitarse las mejores prácticas según la opinión de los expertos, sean humanos o digitales”. Volviendo a hablar, ya más concretamente, de los proyectos que hacemos desde Grigri Projects, entendemos que prototipar, puede ser muchas cosas, es decir, es una palabra que, a menudo, se asocia pues precisamente a los laboratorios entendidos como ámbitos de gente experta en saberes técnicos ¿no? O a los fablabs, los laboratorios de fabricación digital. Nosotros hemos tratado, de alguna manera, de resignificar esta palabra, de evidenciar cómo lo que nombra existe en otras prácticas, aunque no lo llamen así. Cocinar Madrid, por ejemplo, es un proyecto en el que trabajamos desde la cocina como un saber que, en sus extremos, o bien se ha visto como una actividad de cuidado, doméstica, invisible, un trabajo que no es trabajo. Que no se remunera, o que, por otro lado, en el otro extremo, al sacarlo de la cocina como ámbito privado y doméstico, y llevarlo a la cocina como ámbito público y de prestigio, en los restaurantes de cocineros estrella , se convierte justamente en un hacer experto, de marca, de formas de hacer exclusivas. Desde Cocinar Madrid sacamos la cocina a la calle, a las plazas, a los mercados, para hacer con y hacer en estos espacios, para recuperarlos y reactivarlos como lugares de encuentro, de compartir saberes y dónde se prototipa y se coopera, donde se desarrolla un hacer que va en el sentido precisamente de que no hay una forma única de hacer las cosas, se comparten recetas, maneras de usar ingredientes, gustos, sabores y memorias en torno a la cocina.
En Grigri Pixel, de igual manera, el hacer es por así decirlo una excusa, un pretexto para encontrarse, colaborar y aprender, educarnos a nosotros mismos desde las maneras diversas de hacer las cosas que tenemos, en este caso desde territorios diversos. ¿Por qué ponemos el foco, en este proyecto, en los saberes y maneras de hacer relacionadas con la construcción de ciudad que existen en los países del continente africano? En primer lugar, es un tema ante todo personal, y es que el proyecto surge por iniciativa de nuestra compañera Susana y a partir de su experiencia personal de trabajo a lo largo de varios años en distintas ciudades africanas como Bamako, Dakar, Marrakech, Tetuán… y con el deseo de invertir las maneras en las que se entiende la cooperación cuando esta se hace desde nuestro territorio y se ubica en el ámbito de estos territorios. Así, desde Grigri Pixel digamos que diseñamos espacios para compartir el hacer desde la igualdad y el reconocimiento; al igual que en Experimenta Distrito se descentraliza la manera de producir cultura, de construir ciudad “desapropiándola, arrancándola de sus “lugares propios”, que la aíslan, cosifican y neutralizan, para implicarla de lleno en la realidad en la que está inscrita” como dice Marina Garcés, o al igual que en Cocinar Madrid se enfatiza la diversidad de haceres, en Grigri Pixel se ponen en diálogo, se mutualizan, prácticas de construcción de ciudad, entre África y Europa, entre territorios, en pie de igualdad, tratando de quebrar la lógica experta desde la que se suelen exportar e imponer los saberes en sentido norte-sur. Y en esta mutualización hemos tratado de ir contribuyendo a armar, poco a poco, una red, un tejido de experiencias, iniciativas de carácter colectivo, que, desde diversos lugares del continente africano, conectan con espacios e iniciativas comunitarias de nuestro territorio sur de Europa en su capacidad de poner en juego formas híbridas, entre lo público y lo privado, lo formal y lo informal, lo sagrado y lo profano, y de innovar en las maneras que tienen de reinventar lo urbano. Hablamos a menudo, en relación al desarrollo de las experiencias de diseño y fabricación desde las que se articula el programa de Grigri Pixel, de haceres que reencantan la vida en común dentro de la ciudad, de ahí que podamos decir, de alguna manera, que los objetos que fabricamos en común en estos talleres de creación son grigris, amuletos colectivos. Así, invocamos en cierto sentido la magia que está detrás de los procesos de hacer colaborativo, nuestros prototipos son amuletos porque son en gran medida y ante todo objetos protectores, que cuidan de estas maneras de construir ciudad desde un sentido movilizador del empoderamiento y lo participativo. Y es que muchas veces nos resulta milagroso, mágico que a partir de procesos digamos tan arriesgados, arriesgados en un sentido de exponer y exponerse a las fragilidades de lo que supone llegar a tomar decisiones en común, se puedan lograr momentos de concreción tan específicos como puede ser la materialización de algo, de un objeto. Visto desde otro lado, creemos también que en esta fragilidad hay mucha potencia, que el cuidado que conlleva entender así el desarrollo de proyectos desde una perspectiva de cooperación, nos exige trabajar desde la escucha, la confianza y el apoyo mutuos, entender que nos necesitamos, entender que lo que no podemos
solos si lo podemos juntos, y que en esto también hay placer y hay disfrute, es así cómo el cooperar adquiere para nosotros todo el sentido, desde este hacer.
4. EL DERECHO A LA CIUDAD DESDE TERRITORIOS NO CENTRALES. NO HAY UN ÚNICO LUGAR DESDE EL QUE CONSTRUIR NUESTROS RELATOS. Siguiendo con los tres ejes que comentaba antes, y que decía que articulan de alguna manera lo que hacemos desde Grigri Projects. Querría hablar ahora un poco de cómo tratamos en nuestros proyectos de conectar acciones e iniciativas que buscan reivindicar las maneras en que se construye ciudad a partir los lugares que son vistos, desde los marcos dominantes de construcción de relato y de sentido, como periféricos. Esta forma de enfocar los proyectos tiene que ver para nosotros con varias cosas. Tiene que ver, por un lado, con entender cómo estas iniciativas apoyan y se apoyan, en gran medida, en la construcción de capacidad crítica que surge desde la ciudadanía y tiene que ver, por otro lado, con cómo estas iniciativas, se apoyan también en la responsabilidad colectiva, la cooperación y la lucha por ampliar los asuntos sociales que puedan ser considerados como temas de interés general. En este sentido, estos territorios, considerados más periféricos, o más Sur o más connotados, desde los sitios de poder, como lugares de carencia, de necesidad y vistos siempre desde una perspectiva asistencialista, son al contrario, para nosotros, espacios de vida con una capacidad y una potencia innovadora de la que tenemos mucho que aprender. Haciéndonos eco de una reflexión que lanzó la escritora Silvia Nanclares, a quien invitamos en 2018 a desarrollar un taller en el marco del programa Fuencarral Experimenta, y en el que planteó un trabajo para repensar la relación centroperiferia, recuperamos algunas de las preguntas con las que iniciaba su taller ¿Y si el corazón de la ciudad no fuera la Gran Vía? ¿Y si hubiera muchos corazones en la ciudad que pusieran en cuestión el sistema centro-periferia? Fuencarral está lleno de espacios e historias de vida por descubrir. Reformulando estos interrogantes, desde Grigri Pixel trabajamos para huir de la idea que habitualmente se maneja de que cooperar es llevar saberes en un sentido centro-periferia o norte-sur y pensamos que en realidad es más enriquecedor compartir preguntas, tratar de ver que existen muchos interrogantes comunes que nos pueden ayudar a entender cuáles son los puntos de encuentro y cuáles son las diferencias en la manera de formular respuestas. Y tratamos de entender también cómo descentrar la atención que muchas veces ponemos en esta idea de centro-periferia, nos ayuda a trabajar desde una voluntad más de conectar, de facilitar el intercambio, de tejer, de constituirnos en una red de espacios desde los que pensar, diseñar y construir, juntos, nuestros lugares de vida en la ciudad.
5. REPOLITIZACIÓN DE LA PRÁCTICA DE LA HOSPITALIDAD. NO HAY UN ÚNICO ESPACIO DE TOMA DE DECISIONES. https://www.youtube.com/watch?v=lOdBn-QRvWM&t=1s