11 minute read

La Villa 1-11-14 cambia su nombre

La importancia de nombrar La Villa 1-11-14 cambia su nombre

La Legislatura porteña aprobó el cambio de nombre del histórico barrio de Flores, que deja atrás la denominación impuesta por los militares para adoptar el nombre de Rodolfo Ricciardelli, un sacerdote tercermundista defensor de los Derechos Humanos.

Advertisement

Texto: El Grito del Sur

La importancia de nombrar, un debate que está más vigente que nunca. Lo que no se nombra no existe y el lenguaje es un arma para resignificar conceptos y miradas impuestas en la sociedad. En esta línea, la Legislatura porteña aceptó la propuesta para cambiar el nombre de la Villa 1-11-14 por el de Barrio Padre Ricciardelli, un histórico cura con 30 años de historia en el barrio y uno de los fundadores del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. La conquista representa una victoria para las organizaciones populares de la zona, que desde hace años claman por el cambio en la nomenclatura de una de las villas más importantes de la Ciudad de Buenos Aires.

La 1-11-14 nació como la unión entre tres barriadas populares ubicadas en el Bajo Flores. Surgida a principios de los años 40 con la instalación de una importante cantidad de habitantes que provenían del interior del país en la búsqueda de una mejora en su calidad de vida, la villa creció al compás de la Ciudad de Buenos Aires hasta convertirse en la más grande de la capital y una de las más pobladas: 25.973 habitantes. Aunque su urbanización fue aprobada en el año 2000, aún no han habido intentos concretos por mejorar las condiciones habitacionales del barrio.

Con la excusa de que constituían lugares «de transición», las dictaduras militares optaron por nombrar a las villas con números: así emergieron las denominaciones de Villa 31, Villa 20, la 21-24 y la propia 1-11-14. Como explican Alejandro Filippini y Julián Cappa, el objetivo de fondo era despersonalizar, quitar toda identidad barrial propia y fundir las particularidades de cada barrio en la frialdad policial de los números.

En la última década, la zona se caracterizó por la proliferación de puntos de venta de droga. Ubicada frente a la cancha de San Lorenzo -entre las ave

nidas Riestra, Varela y Perito Moreno (que durante años supo llamarse Avenida del Justicialismo)-, en su interior se instaló la banda de «Marcos», un renombrado jefe peruano que instaló el negocio de la pasta base y la cocaína detrás de la fachada de una cadena de remiserías. A la proliferación de bandas narco y la ausencia del Estado, fueron las organizaciones sociales (las mismas que consiguieron cambiar el nombre del barrio) quienes se encargaron de sostener el tejido social en un área plagada de necesidades.

En la disputa por el nombre, los vecinos del Bajo Flores ahora ostentan una conquista. Nacido en Buenos Aires en 1939, Rodolfo Ricciardelli fue un padre católico que durante más de 30 años se desempeñó en el barrio en cuestión. Profundamente vinculado con la defensa de los Derechos Humanos, fundador del movimiento de los Sacerdotes para el Tercer Mundo, junto a otros padres, Ricciardelli impulsó en 1968 el «primer piquete clerical» en Plaza de Mayo para reclamar «que se frenara la erradicación de villas». Íntimo amigo de Carlos Mugica, quien le da el nombre a la otrora Villa 31, en 1973 se instaló definitivamente en el barrio donde predicaba.

En los 80, en plena dictadura, Ricciardelli enarboló una bandera exigiendo la aparición con vida de los detenidos-desaparecidos. La protesta no le salió gratis: al poco tiempo la capilla donde se encontraba fue atacada con armas de fuego, aunque el cura resultó ileso. Militante de la corriente del Peronismo Nacional Popular, fue también uno de los sacerdotes que en el año 1972 sostuvo una reunión con el General Juan Domingo Perón y que lo acompañara en 1973 en su retorno al país. En 2008 Ricciardelli falleció dejando tras de sí un importante legado de compromiso con los más humildes, que hoy se plasma en el rebautizo del barrio que lo vio crecer.

Cabe destacar que, hace dos meses atrás, la villa 1-11-14 fue víctima de otra declaración xenófoba por parte de quien fuera candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio, Miguel Ángel Pichetto, luego de una foto que reflejó la venta de droga en este barrio. “El otro día, hay una imagen aberrante, de un país que no tenemos que querer ninguno de los que estamos acá. En una villa de acá, de la 11-14, había dos colas. Y había otros muchachos de afuera del país, también que han venido a este país tan generoso vendían cocaína, con dos colas. Todo esto fue tomado por un drone y después entró la Gendarmería. La verdad, habría que dinamitar todo, que todo vuele por el aire”.

Dora Barrancos

“El peronismo ha sido la fórmula de mayor amigabilidad con los feminismos”

Historiadora, socióloga, ex junta directiva del CONICET y luchadora acérrima, Dora Barrancos encarna una figura icónica para los feminismos regionales por haberse animado a revisar la manera patriarcal en la que se escribe la historia. Política, peronismo y feminismo en diálogo con El Grito del Sur.

Habla en lenguaje inclusivo y asegura que a les jóvenes es a quienes más atiende, aunque algunos se lo cuestionen. «Las jerarquías pueden esperar pero la juventud tiene mucho para decir», explica Dora Barrancos apenas abre la puerta de su casa del barrio de Floresta. Es una mañana soleada de noviembre y por el patio interno se filtra la luz arbolada. Adentro se mezclan libros, plantas, portarretratos, algunos premios acomodados sobre los estantes.

Aunque está apurada nunca pierde el tiempo: escribe, lee, participa de infinidad de charlas en diferentes partes del país. La escucha y la palabra son ejes de su trayectoria. La academia y la militancia: dos terrenos entre los que alterna, cómoda pero sin dejar de ser disonante y erigir posiciones contundentes. Historiadora, socióloga, investigadora ex junta directiva del Conicet, Dora Barrancos recientemente fue candidata a senadora por la Ciudad de Buenos Aires, papel en el cual contó con una ovación única en cada acto de campaña. Aunque no estará a la cabeza del futuro Ministerio de la Mujer, piensa orbitar por la administración

pública y no tiene planes de alejarse de la política.

¿Cuál debería ser el papel del feminismo en este nuevo gobierno?

Debería ser central, estratégico, el feminismo debe permear todos los ambientes gubernamentales. Todas las esferas de decisión del Ejecutivo deberían estar atravesadas por el objetivo de la equidad. Apuesto mucho a que el próximo gobierno encarne esta cuestión. Hay que pensar que la gobernanza siempre tiene un límite; sin embargo, a veces las expectativas desbordan frente a las capacidades de los gobiernos como éste, que va a representar una democracia intensa. Yo creo que en la democracia formal, un poco patética, que tenemos ahora -en el sentido de que son solo el cascarón de la democracia- no se puede lograr. Una política neoliberal es una política que perturba profundamente cualquier formulación de equidad y menos de igualdad.

Fuiste legisladora de la Ciudad entre los años 1994 y el 1998 y después te alejaste de la política partidaria. ¿Por qué la decisión de volver este año a las listas?

Yo no busqué un lugar en la lista. Lo que sí busqué deliberadamente era entusiasmar a cuanta gente estaba más lejos y más próxima, y sobre todo conjuntos sociales como los feminismos, para salirnos de esta ciénaga. Este gobierno que termina en diciembre ha sido pernicioso, doloroso, de retroceso de derechos sociales y personales. Acá hay avería republicana, hay mucha gente presa sin el debido proceso. Una cosa es investigar la corrupción y otra perseguir con prescripción de delito a los que estuvieron en cargos públicos o no públicos, como es el caso de Milagro Sala. Yo sabía que mi candidatura era una situación más testimonial, que era muy poco probable que ganáramos en la Ciudad de Buenos Aires, pero yo tenía la íntima convicción de que si apostábamos y aportábamos podíamos acortar la diferencia, cosa que ocurrió. Era una situación de emergencia política y había que ir a ese ruedo.

“El feminismo debe permear todos los ambientes gubernamentales”

¿Se puede decir que el gobierno de Macri fue un régimen misógino?

Si, es un régimen machista más allá de la presencia de muchas mujeres e incluso en cargos importantes. No son liberales, yo siempre discuto ese término, en Argentina lo que se dio fue un plan de negocios exorbitante más que una configuración neoliberal. Si hubieran sido liberales hubieran estado más cerca de las mujeres. El liberalismo tiene una cuenca histórica de haber discutido la reciedumbre patriarcal, aunque desde ya quienes más lo hicieron fueron históricamente las socialdemócratas. Si hubieran sido liberales hubieran votado el aborto el año pasado.

Hace unas semanas se hizo una campaña en Twitter con el hashtag #gabineteparitario ¿Cómo se hace para que el cupo femenino en las listas no quede como un mero lavado de cara?

Yo creo que la mayoría de las compañeras que ocupan las listas del Frente de Todos son muy competentes y son feministas también. Ahora, ¿cómo hacemos para convencer radicalmente a nuestros compañeros varones de la necesidad de paridad, especialmente a los que tienen en este momento determinación respecto al armado del gabinete? Ahí es un poco más difícil. Es normal que en todo frente haya una negociación, el problema es que los que suelen gravitar en la negociación son varones. Las feministas hemos hecho saber la importancia de que haya igualdad en los puestos de poder. Yo he estado con Alberto y he subrayado que sería formidable que este nuevo gobierno -entre tantas novedades que va a traer- también sea inaugural en materia de gabinete paritario. “ La política neoliberal perturba profundamente cualquier formulación de equidad”

¿Qué papel debe tener un Ministerio de la Mujer y la Igualdad?

Un Ministerio le da fortaleza a las políticas que queremos. Una de las tareas de ese Ministerio es cuidar que todos los ministerios se atengan al pacto de la equidad. Lo primero que tiene que hacer el Ministerio de la Mujer y las Diversidades es construir políticas transversales, que no sea un ghetto la política de equidad.

¿Vos vas ser parte?

No. Primero hay muchas compañeras jóvenes que pueden muy bien estar en ese lugar. Pero fundamentalmente la razón por la cual yo abdico completamente de esto es porque conozco mi temperamento. En caso de estar al frente del Ministerio estaría todo el día fuera de mí y me parece que no es justo para mi espíritu eso. Igual entiendo que sí voy a tener un lugar, quiero acompañar este proyecto y estar muy cerca, me gustaría ser una voz que pueda opinar con características de pluralidad.

“¿Cómo hacemos para convencer radicalmente a nuestros compañeros varones de la necesidad de paridad?”

Sos una gran estudiosa de los feminismos argentinos. ¿Cómo entendés que el avance del movimiento feminista haya tenido lugar en paralelo al de la derecha conservadora?

Yo no estoy tan segura de que el feminismo se empinó más como respuesta al azote neoliberal, porque ya veníamos en alza. El Ni Una Menos aparece el 3 de junio del 2015, cuando todavía no había asumido el gobierno de Macri y creíamos que íbamos al contrario. Lo que ocurrió fue que, frente a la insensatez de estos años, ha habido más combustible feminista. Pero no diría que es un fenómeno de causa y efecto. Hay que pensar la curva ascendente en términos de la conquista de derechos y movilizaciones que hemos tenido. Veníamos con mucho entusiasmo a partir de leyes tan importantes como la 26.485, la Ley de Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género. Les más jóvenes tuvieron la oportunidad de vislumbrar que coagulaban derechos. Creo que hay una experiencia cultural extraordinaria de esa generación de haber puesto en estado de temblequeo al cauce patriarcal en materia de sexualidad y abogar por un mandato que es inexorable: “No tolero que me impongan ni la sexualidad”.

¿Puede haber feministas de derecha?

Hay mujeres en la derecha, muchísimas, pero es difícil en América Latina encontrar mujeres de derecha que sean feministas. En general, las orientaciones en la región están más cerca del arbitraje hacia la justicia social. Es lo que en algún momento Karen Offen llamó ‘feminismos relacionales’, es decir feminismos que van más allá del para sí nuestro, que incorporan los motivos de todas las personas que están sometidas.

“Es difícil en América Latina encontrar mujeres de derecha que sean feministas”

En el podcast de Revista Anfibia dijiste que el peronismo y el feminismo históricamente no se llevaban bien, pero que el peronismo había permitido tiempos más amables para el feminismo. ¿Cómo es eso?

El peronismo, con sus contradicciones, ha sido la fórmula política que ha construido mayor amigabilidad con las mujeres y los feminismos, porque es regente la figura de Eva Perón. Ella desajusta las valencias exclusivamente patriarcales. Algunos dicen que Eva parece un reflejo de Perón, pero no es así. Ahí hay una habilitación imaginaria, política, argentina de cuasi feminización del poder político. Eso le da un trazo particular al peronismo, quieran o no quieran las enemigas del peronismo.

Por último, si pudieras rescatar una mujer de la historia que haya sido invisibilizada, ¿cuál sería?

Argelia Lasha, feminista venezolana afrodescendiente y radicalizada política.

This article is from: