AURORA Y EL DUENDE IVÁN
Aurora era una niña que no le gustaba ir al cole, ni hacer los deberes, ni tampoco ayudar a su mamá. Ella solo quería pasear por el campo. Todo le parecía mal y pensaba que todo sería más divertido si todo fuera al revés. Un día caminando por el campo, escuchó una voz que decía: - ¡¡ Socorro !! ¡¡ Socorro !! Aurora buscaba y buscaba pero no veía nada, buscó en los troncos de los árboles y también debajo de las piedras, pero no encontraba nada. - ¡¡ Socorro !! ¡¡ Socorro !!, seguía escuchando la niña. De repente, en una tela de araña, vio a un duendecillo que estaba atrapado, y lo rescató. El duende le dijo que se llamaba Iván y que jugando se había quedado atrapado y que si ella no lo hubiese ayudado, la araña se lo habría comido. - En agradecimiento te concedo un deseo, dijo el duendecillo. - ¡¡ Gracias !!-dijo Aurora, ¡ya sé lo que quiero!, quiero que el mundo sea al revés. Entonces el duende le concedió el deseo y desapareció. Desde ese momento, todo lo que Aurora veía o hacía era al contrario y la niña estaba muy contenta. Pero cuando llegó a su casa no le gustó lo que vio; la mesa no estaba puesta, la comida no estaba hecha y su madre jugaba a la video-consola. Sorprendida de lo que estaba viendo, se dio cuenta de que ahora ella tendría que cocinar y limpiar, mientras su madre jugaba e iba al cole. Entonces pensó que todo estaba mejor como era antes y asustada comenzó a llamar al duende. - ¡¡ Iván !!, ¡¡ Iván !!, gritaba muy angustiada la niña. Al oír la llamada, el duende acudió rápidamente. - ¿Qué pasa Aurora?, ¿Por qué gritas?
- ¡¡ No quiero tu deseo!!, gritó. Quiero que todo vuelva a ser normal, no me gusta lo que tengo que hacer. Entonces el duende le dijo: - No te preocupes, este deseo solo durará un día y luego todo volverá a la normalidad, pero tienes que prometer que irás al cole todos los días y que ayudarás a mamá. - ¡ Gracias ! ¡ Gracias ! Prometo que desde hoy iré al cole y ayudaré a mamá todos los días, y tampoco me quejaré tanto de todas las cosas que tengo que hacer y que no me gustan. Entonces el duendecillo contento con haber ayudado a la niña, desapareció como por arte de magia. Colorín colorado este cuento se ha acabado.
IVÁN RAYA Y AURORA ALCALDE 3º de Primaria del C.E.I.P. GUILLERMO ROMERO FERNÁNDEZ