2 minute read
Siglo xx
El xx es un siglo marcado en España por la Guerra Civil. Antes de la guerra, existe una primera generación de escritores caracterizados bien por impulsos renovadores en lo estético, bien preocupados por el problema de la nación, pues no hay que olvidar que se inicia como un siglo de decadencia política, económica y social. A los primeros se les ha venido denominando modernistas, a los segundos miembros de la Generación del 98. El Modernismo literario, introducido en España por el nicaragüense Rubén Darío, tiene como principal autor en poesía a Manuel Machado y en prosa a Valle-Inclán y Juan Ramón Jiménez, que más tarde abandonarían esta corriente realizando una obra profundamente personal. La Generación del 98 está representada por Azorín, Baroja, Antonio Machado y Unamuno, sin olvidarnos de su coetáneo Blasco Ibáñez. Alrededor de los años 20, y dado el influjo europeo, los autores empiezan a experimentar nuevos caminos literarios; esta orientación se ha denominado Vanguardia. Gómez de la Serna es el escritor vanguardista español por antonomasia. La Generación del 27 es un importante grupo, sobre todo de poetas como señaló Dámaso Alonso, que asimiló el vanguardismo sin cortar las raíces con la tradición y con los clásicos. Esta generación nace unida a las revistas que publican sus poemas y, en torno a ellas, se reúne la nómina de sus integrantes: Jorge Guillén, Gerardo Diego, Rafael Alberti, Pedro Salinas, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre, destacando la figura universal de Federico García Lorca. El inicio del siglo en teatro estuvo marcado por Jacinto Benavente y por el teatro popular de Arniches y el humorístico de Muñoz Seca. El siglo se trunca con la Guerra Civil. La literatura de posguerra se caracteriza por la desorientación y la búsqueda; durante ciertos años prevalece lo social como tema. En prosa se alcanzó gran calidad a pesar de las limitaciones creativas impuestas por el régimen: La colmena, de Cela y La mortaja de Delibes, abrirán paso a los novelistas posteriores como Juan Benet, Juan Goytisolo y Ana María Matute, entre otros. En poesía, la nómina de autores es extensa y de factura diversa: Francisco Brines, Ángel González, José Ángel Valente, Gabriel Celaya y José Hierro entre otros. En teatro, se dan dos tendencias: el entretenimiento, con Neville y Mihura, y el compromiso social, donde destacan Casona, Buero Vallejo, Sastre y Lauro Olmo. A partir de los 60 la literatura comienza a desasirse del realismo social y va a predominar, de nuevo, un claro interés por el experimento y la renovación del lenguaje, sin olvidar los temas y las formas tradicionales. En poesía destacan Carlos Barral, Caballero Bonald y Gil de Biedma. En prosa, José Mª Guelbenzu. En teatro, Francisco Nieva y Fernando Arrabal, sin olvidar, más avanzado el siglo, a Alonso de Santos y Sanchis Sinisterra, o los más actuales Juan Mayorga o Ernesto Caballero. Las orientaciones literarias, al acabar el siglo xx, serán muy variadas e inclasificables; no habrá corrientes canónicas, sino autores y obras.