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Aproximación extrema
que sólo si eres realmente parte de este bus podrás notar.
De pronto, en este hacinado recinto de soledades, alguien roba un beso a una mujer que sonríe y abraza.
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De pronto alguien, con rosto de cansancio, se levanta del asiento rojo, para que una anciana descanse su fatiga.
Alguien se aprieta contra los tubos, muy fuerte, para que otro pueda bajar.
Alguien se suelta, arriesgando su equilibrio, para que otro se sostenga.
Esta aquí. En medio de todas estas cabezas y estos pies agotados. Aquí.
cansancio y la irritación que produce el contacto demasiado cercano con los otros. Que algo se podía aprender en una aproximación tan real con el mundo del que tan frenéticamente quieres huir.
Y era cierto. Después de viajar por varios días, empecé a ver cosas
Alguien dice “perdón”, alguien susurra “gracias”. Ya sé que me vas a decir, que también alguien se masturba, alguien se soba, alguien roba, alguien insulta.
Pero déjame, sólo por hoy, mirar el lado naranja de la vida.
Alguien declara su amor y es correspondido, alguien recibe una buena noticias por su celular y los desconocidos que están a su alrededor sonríen con él, alguien huele a ducha fresca y piel limpia y todos, por un instante, mientras pasa a nuestro lado, nos sentimos menos sudorosos y más serenos. Acabo del descender del Metropolitano y, aunque no me lo creas, nada de esto me ha debilitado.
Creo que ahora soy más resistente, menos frívolo... más humano. (chaveztoro) e En urbanización El Álamo del Callao