SAQUEAN A ‘MAMA LUCHA’ EN OSCURIDAD

Su verdadero objetivo era la caja fuerte, donde guardaban las ventas de una semana: un botín de billetes brillantes en la oscuridad: $150 mil

ABREN LA TÓMBOLA

La oscuridad envolvía el supermercado Aurrera, antes un bullicioso centro de comercio rebosante de vida. Esa noche, su destino cambiaría drásticamente cuando un grupo de delincuentes decidiera hacer de él su escenario de crimen.

Dominga Torres, jefa de operaciones, se percató de que la alarma no se activaba, generando un nudo en su estómago.

Con temor, exploró el lugar en busca de algún indicio, sabiendo que algo iba mal. Minutos después, la unidad 72734 de la policía y el personal de la tien - da llegaron al lugar.

El hurto Robo en Aurrera.

• Monto: 150,000 pesos en efectivo.

• Los delincuentes desactivaron la alarma y causaron destrozos en cajas registradoras.

• Abrieron la caja fuerte que contenía el botín de una semana de ventas.

• Saquearon objetos de las estanterías.

Al adentrarse en el supermercado, se encontraron con una escena desoladora. Las cajas registradoras estaban destrozadas, como si hubieran sido víctimas de una furia desatada. Sin embargo, lo más perturba - dor fue la lámina desprendida del techo, como una señal ominosa de un mal augurio. Los delincuentes habían planeado meticulosamente su robo audaz. Su primer objetivo fue el centro de monitoreo, donde desactivaron los sistemas de seguridad. La penumbra les otorgó ventaja sobre el mundo exterior. Pero su verdadero tesoro estaba en la caja fuerte: 150 mil pesos en efectivo. La tómbola, anclada al suelo, contenía el botín de una semana de ventas.

Abren La T Mbola

Con pinzas y destreza, los delincuentes abrieron la tómbola y se apoderaron del valioso botín, formado por fajos de billetes que brillaban tentadores en la oscuridad. Su avidez no se detuvo ahí; recorrieron las estanterías saqueando todo lo que llamaba su atención. El tiempo pareció detenerse mientras se llevaban consigo los objetos robados.

Como fantasmas fugaces, los delincuentes se desvanecieron en la noche, dejando tras de sí un rastro de intriga. Este robo a un supermercado evidencia la audacia y planificación que algunos criminales emplean para llevar a cabo sus fechorías, poniendo en riesgo la seguridad de los establecimientos y generando pérdidas significativas.