Relajacion en patologia vocal

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RELAJACIÓN. Tratamos de practicar este concepto con una serie de ejercicios encaminados a conseguir el aflojamiento voluntario de los músculos. La dificultad para relajarse proviene normalmente de las tensiones psíquicas producidas por problemas de trabajo u otro tipo de conflictos personales que causan ansiedad y provocan tensión, lo que en muchas ocasiones afectan a la voz y al habla. RELAJACIÓN GLOBAL. Túmbese en la cama o en una colchoneta, o incluso sentado con una postura que le resulte cómoda. Tome aire dos veces lentamente por la nariz y suéltelo rápido por la boca imitando un suspiro, como si con esa espiración pudiese liberar toda su tensión por la boca. Comience un repaso de todos los músculos de su cuerpo para ver si están en tensión. Empezamos desde la parte inferior, los pies, realizando una flexión de los dedos sobre la planta, y luego los dejamos caer hacia los lados, así contraemos y aflojamos los músculos dos veces, y a la tercera quédese con el músculo relajado. Luego seguimos por las piernas, estirándolas primero como si estuviese empujando una pared con los pies, y suelte suavemente los músculos. Así ha de continuar este trayecto ascendente recorriendo las diversas zonas musculares del cuerpo; nalgas, musculatura abdominal, hombros, brazos, manos, cuello, mandíbulas, nariz, ojos, frente, y cuero cabelludo. Al terminar, quédese unos segundos sintiendo como su cuerpo está relajado y permanece hundido en la colchoneta, notando una sensación parecida a la que tiene al despertarse, y en ese momento empiece a imaginar cosas agradables. Después, comience a mover lentamente los dedos de las manos, los brazos, las piernas, estírese, abra los ojos, descanse un poco y levántese sin prisa para continuar con su tarea cotidiana. RELAJACIÓN DE CUELLO. Con los ejercicios de relajación de cuello trabajará la distensión de los músculos que rodean la laringe para que le permitan moverse con libertad al producir voz, y aprenderá a disociar los movimientos de la mandíbula, cuello, y hombros. Para realizarlos, siéntese en una silla lo más atrás que pueda, enderece la espalda, y rodee con sus brazos el respaldo de la silla para evitar que se muevan los hombros. Realice cada ejercicio tres veces, muy despacio, y con suavidad. •

CUELLO. - Flexión hacia delante de cuello, lento y al llegar al final sentir el peso de la cabeza, como si fuese una gran bola de acero que se descuelga, y luego volver hacia el centro. - Giros laterales de cabeza, hacia un lado y otro, muy lentamente, intentando que el movimiento se realice en un solo tiempo. - Flexión lateral de la cabeza, como si con la oreja intentase alcanzar el hombre de un lado y luego repetir del otro lado. - Giro lateral y a la altura del hombro se baja como si con la barbilla fuese a tocarlo, sin tirar de la zona muscular, simplemente notando el punto de tensión; una vez ahí abajo,


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giramos como si con la barbilla fuésemos pintando un semicírculo por la zona delantera del pecho. Se repite en el otro lado. Pintar círculos en el aire con la punta de la nariz; éstos han de ser pequeños, y concéntricos, sin que impliquen demasiada amplitud.

HOMBROS. - Elevar un hombro hacia arriba y luego soltarlo. - Repetir con el hombro contrario. - Elevar ambos hombros a la vez y luego soltarlos. - Elevar y girar hacia delante un hombro y luego repetir con el hombro contrario. - Realizar el mismo ejercicio pero en esta ocasión el giro se realiza hacia atrás. - Se giran ambos hombros al mismo tiempo hacia delante. - Ídem, pero con el giro hacia atrás. - Se entrelazan los dedos por detrás de la nuca, y se estira de los codos hacia atrás, realizando una pinza con los omóplatos. - Se gira todo un brazo hacia delante, como si nadara y luego el otro brazo, y cuando se termina se repite el movimiento hacia atrás.

MANDÍBULA Y LENGUA. -

Ahuecar la boca para aumentar el volumen del sonido de manera natural. Ello se consigue con un bostezo, el cual permite relajar la zona faringea de manera que el sonido puede expandirse. Para ello, propongo un ejercicio trascrito del libro de Francois Le huche y André Allaili, “Terapéutica de los trastornos vocales” Este ejercicio consta de 6 puntos que hay que realizar lentamente y con suavidad. Hasta que no se hacen todos los puntos el ejercicio no se habrá completado. 1. Con la boca cerrada, colocar la lengua en posición de reposo (detrás de las arcadas dentarias inferiores, y no pegada al paladar.) 2. Abrir la boca. 3. Compruebe que la lengua sigue estando en posición de reposo. 4. Realizar dos o tres desplazamientos del maxilar inferior. 5. Comprobar que la lengua en todo este tiempo ha permanecido en posición de reposo. 6. Cerrar la boca.


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