Depresión

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Depresión, la enfermedad del alma “Todas mis esperanzas están en mí.” Cita de Terencio, autor cómico latino.

«La depresión es una enfermedad común pero considerada grave, ya que muchas personas nunca buscan tratamiento.»

La enfermedad

La mayoría de la población ha padecido en algún momento un episodio depresivo. Es cuando este episodio se alarga que aparece la depresión como enfermedad, un trastorno mental caracterizado por una alteración de los estados de ánimo de forma transitoria o permanente. Estos estados suelen girar alrededor de sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, y puede acabar provocando la incapacidad total o parcial de uno mismo para gestionar su día a día de una forma normal. La depresión es una enfermedad común pero considerada grave, ya que muchas personas nunca buscan tratamiento. Sin embargo, éste se considera imprescindible porque ayuda a encontrarse mejor y mejorar el pronóstico.

Tipos de depresión

«La crisis actual ha disparado en un 19% los casos de depresión en España.»

Existen varios tipos de trastorno depresivo: - Depresión grave: los síntomas de este tipo interfieren en la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de las actividades que antes resultaban placenteras. La depresión grave en la mayoría de casos se

manifiesta de forma recurrente. - Trastorno distímico: se caracteriza porque sus síntomas son de larga duración (2 años o más) y puede que no incapacite a la persona para llevar una vida normalizada. También existen otras formas de trastorno depresivo con características muy dispersas por lo que es difícil categorizarlas. De este modo nos podemos encontrar con: - Depresión psicótica: enfermedad depresiva grave acompañada de psicosis. - Depresión postparto: cuando una mujer que acaba de dar a luz sufre un episodio de depresión severo. - Trastorno afectivo estacional: cuando aparece un cuadro depresivo durante los meses de invierno por la disminución de luz solar.

Síntomas

En cada persona la gravedad, frecuencia y duración de los síntomas puede variar, pero a nivel general se presentan los siguientes síntomas: - Sentimientos de tristeza - Sentimientos de desesperanza - Sentimientos de culpa - Irritabilidad y sensación de inquietud


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- Fatiga - Falta de interés - Insomnio - Hambre desmesurado - Pensamientos suicidas - Dolores y malestares persistentes También existen una serie de enfermedades que pueden coexistir con la depresión, sobre todo en el caso de las patologías crónicas que pueden ayudar a la aparición de la depresión como: - Trastorno de ansiedad - Estrés postraumático - Fobia social - Trastorno de pánico - Abuso de alcohol o de otras sustancias - Enfermedad cardíaca - VIH - Cáncer - Diabetes - Parkinson

Causas

Ciertamente no existe una causa única de la depresión, pero si una combinación de factores genéticos, bioquímicos y psicológicos que la propician. A través de las resonancias magnéticas se puede detectar que las zonas del cerebro encargadas del ánimo, el apetito o el pensamiento no funcionan con normalidad, y se percibe un nivel bajo de serotonina. Normalmente, se da más probabilidad de desarrollar una depresión si se tienen antecedentes familiares, por el factor genético que conlleva la enfermedad. De todas formas, se puede desarrollar la depresión sin tener casos en parientes; simplemente con haber vivido algún acontecimiento que pueda causar un trauma o situación de estrés, se puede desarrollar (pérdida de un ser querido o de trabajo, separación sentimental…).

Depresión y mujeres

La depresión es, por lo general, más común en mujeres que en hombres, ya que existen factores biológicos y psicosociales que ha-

cen que la mujer sea más vulnerable a desarrollar este tipo de patologías. La depresión postparto, el síndrome premenstrual, la transición a la menopausia, el estrés de combinar el trabajo con las obligaciones familiares, son algunas de las razones que ayudan a la aparición de la enfermedad.

Depresión y los hombres

Los hombres, en cambio, experimentan la depresión de otra manera. La mujeres tienden más a tener sentimientos de tristeza y culpa o sentirse poco útiles, en cambio los hombres tienden a reconocer fatiga, estar irritables, perder el interés en cosas que antes si que tenían… El género masculino también está más dado a acudir al alcohol y a las drogas cuando sufre este tipo de síntomas.

¿Como se trata y detecta la depresión?

La depresión es una enfermedad tratable y cuanto antes se empiece el tratamiento más probabilidades se tiene de evitar las recaídas. Lo primero que se debe hacer es acudir a un médico para descartar otras patologías que puedan generar los mismos síntomas y, en el caso en que se descarten, derivar el problema al profesional correspondiente en salud mental para un diagnóstico completo.

Tratamientos

Antidepresivos: estos fármacos ayudan a estabilizar las sustancias segregadas por el cerebro que provocan depresión (serotonina y norepinefrina). Los efectos de estos medicamentos se empiezan a notar a las tres o cuatro semanas de iniciar el tratamiento, y como otros, pueden causar algunos efectos secundarios como dolor de cabeza, náuseas, insomnio, inquietud o problemas sexuales. En este tipo de medicamentos existe lo que se suele llamar “la caja negra” (medicamentos que pueden provocar efectos colaterales como la muerte o lesiones serias en las personas si se abusa de su consumo). Psicoterapia: existen dos tipos de terapia que

«Se calcula que esta enfermedad afecta a 350 millones de personas en todo el mundo.»

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pueden ayudar a las personas con depresión, la cognitivo-conductual y la terapia interpersonal. Éstas son un buen complemento a la medicación, ya que ayudan a la persona a trabajar otras maneras de pensar y actuar para superar la depresión y evitar recaídas. Grupo SIFU entrevista a la Asociación Catalana de Terapias Cognitivas (ACTC), quiénes son especialistas en tratamientos psicológicos para la depresión. Responden a nuestras preguntas Maria Monini, la Presidenta de la Associació Catalana de Teràpies Cognitives, y Raffaele Tuccillo, psicólogo y terapeuta de grupo del Máster en Terapia Cognitivo Social, Universidad de Barcelona.

¿A qué se dedica vuestra asociación? Nuestro objetivo es fomentar y divulgar el conocimiento de los enfoques cognitivos de la psicoterapia, así como impulsar la investigación y la formación en este campo.

«El American Psychological Association (APA) indica la Terapia Cognitiva (TC) como el tratamiento de elección para la depresión.»

Los socios fundadores son psicólogos clínicos y psicoterapeutas que comparten esta orientación y que investigan sobre ella para ofrecer tratamientos cada vez más eficientes a las personas que acuden a la consulta. En cuanto a las iniciativas formativas, por ejemplo, tenemos un convenio con el Máster en Terapia Cognitivo Social de la Universidad de Barcelona, para llevar a cabo practicums

en procesos terapéuticos de nuestra asociación. En investigación, colaboramos con el proyecto multicéntrico “Terapia cognitiva para la depresión unipolar: Eficacia de una intervención centrada en dilemas”, puesto en marcha por el catedrático Dr. Guillem Feixas i Viaplana del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la Facultad de Psicología, Universidad de Barcelona. Cuenta con la financiación del Ministerio de Economía y Competitividad y de la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, con el objetivo de estudiar la eficacia de la terapia cognitiva para la depresión. ¿En qué consiste la terapia cognitiva? La terapia cognitivo-constructivista, a la cual se acogen los miembros de ACTC, concibe la cognición como un todo que engloba estos elementos de la experiencia del ser humano; un proceso terapéutico constructivista conlleva atender los problemas psicológicos prestando atención por igual a cómo piensa, siente, imagina la persona, y a cómo se relaciona, desde el prisma de sus dificultades, y guiarla en el proceso de encontrar maneras alternativas de enfocar los aspectos problemáticos de su vida. En vuestro centro hacéis terapia grupal. ¿En qué puede beneficiar a las personas con depresión? La terapia grupal resulta eficaz para normalizar los síntomas de los afectados, por encima de todos, la percepción de incapacidad para desarrollar las tareas y responsabilidades del día a día, pero también los sentimientos de desapego, el ánimo triste, la culpabilidad y, en ocasiones, los pensamientos de muerte y suicidio. Muchos de ellos creen que todo lo que sienten es algo que los demás no podrían enten-


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der, “es algo raro” y se sienten apartados de su entorno y de la sociedad. Además, muchas personas con depresión tienden a esconder sus síntomas, y con eso su sufrimiento, por vergüenza y miedo al juicio de los demás. En la terapia grupal las personas aprenden que sus síntomas no son tan raros o extraños, que otra gente tiene problemas parecidos y padece su mismo sufrimiento. ¿Qué evolución presenta este tipo de pacientes gracias a la terapia cognitiva? En la actualidad es de las terapias más eficaces para este trastorno, tan es así que el American Psychological Association (APA) indica la Terapia Cognitiva (TC) como el tratamiento de elección para la depresión junto con los fármacos antidepresivos cuando el trastorno es grave. La combinación de los dos tratamientos produce un efecto aditivo, es decir, que la medicación ayuda la mejora del estado de ánimo en el presente, mientras la psicoterapia construye herramientas duraderas para solucionar dificultades cognitivas, mejorar la autoestima y la autoeficacia, e interrumpir los ciclos interpersonales disfuncionales. ¿Qué recomendaciones hacéis a pacientes con depresión, distimia, alteración del humor o tristeza profunda? El primer consejo es que las personas afectadas busquen ayuda profesional y mantengan distancia de todas esas actitudes y sentimientos que tienden a minimizar la entidad del problema, por ejemplo, comparándose con los que están peor o intentando razonar sobre el hecho de que “no me falta nada, ¿por qué tengo que sentirme mal?” En segundo lugar, quisiéramos hacer hincapié en la importancia de reemprender las actividades abandonadas en cuanto se con-

siga recobrar un poco de aliento y valorarse a uno mismo todos los pequeños pasos en adelante. No sirve de nada compararse con niveles de actividad anterior, al contrario, el riesgo es tirar por tierra lo que se ha conseguido reconstruir con mucho esfuerzo, y, con ello, caer en un estado depresivo más grave. No hay que olvidar, tampoco, reforzarse por cada pequeño logro, mejor si a diario, diciéndose a uno mismo lo bien que uno lo ha hecho, o premiándose con pequeñas cosas agradables, sobre todo cuando parece que hay miles de cosas urgentes que hacer alrededor ejerciendo mucha presión y generando estrés. Ésta es una manera efectiva de no retroceder y mantenerse en niveles aceptables de funcionalidad, y maximizar, así, los efectos de los tratamientos.

¿Cómo ayudar a una persona con depresión? - Ayudarlo a conseguir el diagnostico - Animarlo a no dejar el tratamiento - Darle apoyo emocional - Escucharlo y no juzgarlo - Animarlo a hacer actividades

Hábitos saludables para una persona con depresión: - Hacer ejercicio - Marcarse pequeños objetivos a conseguir - Pasar tiempo con los seres queridos - No tomar decisiones importantes en las épocas que no se encuentre bien

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