3 minute read

Prólogo 2021

Next Article
Semblanza

Semblanza

MAESTRO JESÚS (CHUCHO) ELIZARRARÁS FARÍAS

Prólogo

Advertisement

Un acierto es el que, en una segunda edición, gracias a la Dirección General de Cultura y Educación del Municipio de Guanajuato, los lectores guanajuatenses y de otras latitudes, tengan la oportunidad de visualizar parte del legado fotográfico del Maestro Jesús (Chucho) Elizarrarás Farías, un personaje de oro y plata que nació un 26 de junio de 1908 y trascendió un 10 de enero 2005, a las 10:10 horas, hace 16 años. Él, hijo amoroso, al no tener dinero para comprar un regalo para su amada madre, se colocó en su habitación y a la luz de una vela, en 1928, comenzó a escribir y a interpretar la añoranza de su madre por la tierra que le había visto nacer, le platicaba que habían crecido entre sierras y montañas y que Guanajuato tenía un cielo azul bellísimo que inspiraba paz; tiempo antes, su madre con sus hijos, tuvo que salir de su tierra para tratar de salir de la pobreza y voltear con agradecimiento hacia la Virgen de Guanajuato, a quien le profesaba gran devoción, para pedirle les bendijera en su nuevo camino; también le platicó al joven Jesús el gran amor que le tuvo a su padre, de quien se enamoró por vez primera; Elizarrarás supo plasmar en una hoja la poesía y entregársela a su progenitora como obsequio de cumpleaños, al terminar de cantar el tema, le dijo “Pepita”, su mamá: ¿y cómo se titula?, Chucho se quedó atónito, sonrió nervioso y apenado le respondió, no sé, tú ayúdame, sin pensarlo, de inmediato le expresó, pues cómo va a ser, “TIERRA DE MIS AMORES”.

El tema se ha interpretado miles de ocasiones, por noventa y tres años, con arreglos sinfónicos, de mariachi, orquestales, destacados solistas y en diferentes idiomas.

Su producción como poeta y compositor fue amplia, se registran temas como “Serenata a Guanajuato”, “Tus ojos cafés”, “Tengo a quien querer”, “Par de estrellas”, “Dos corazones”, “Estrellita de Acapulco”, el paso doble “Luis de seda y oro”, entre otras más.

La iniciativa editorial de Jesús Antonio Borja, Director General de Educación y Cultura, y del Lic. Mario Alejandro Navarro Saldaña, Presidente Municipal de Guanajuato, deja un importante legado al ofrecer de manera digital, el presente documento en el que se registra una interesante semblanza, bellas imágenes y algunas canciones de su amplio repertorio.

También es justo reconocer que las personas que cuidaron al Maestro Elizarrarás, Doña Paquita y sus hijas, quienes le llamaban “padrino”, fueron quienes donaron a Guanajuato, un archivo fotográfico muy extenso de la trayectoria familiar y artística de nuestro paisano; en las imágenes, se registra su momento de infancia, de juventud, como estudiante de conservatorio, como productor artístico e impulsor de programas de radio y televisión; un punto que quiero destacar es la amistad que por siempre tuvo con Eulalio Ferrer, publicista y donante a Guanajuato de la más grande colección escultórica, pictórica y documental sobre el Quijote, ambos conformaron

una mancuerna que fortaleció una plataforma cultural impresionante para los artistas de la época; entre los años 1959 y 1960, se constituye como empresario y es propietario de su propia agencia de publicidad, promueve cuatro programas de radio cada semana y dos de televisión.

En mayo del 2013 se enalteció a Guanajuatenses al colocar bustos en el Jardín del Cantador, Don Chucho fue elegido y dignamente se ubica en ese espacio de esparcimiento en donde diariamente los niños pasean en bicicleta…; Don Chucho me decía: ¿sabes por qué me gusta venir a Guanajuato?, porque quiero que los niños sepan que el compositor de “Tierra de mis amores” vive…; su comentario de alguna manera fue profético, pues “él está ahí”, disfrutando de la alegría de los niños que seguramente en múltiples generaciones, no dejarán de rondar y Don Chucho los “verá” pacientemente jugar y pasear.

En el año 2009, el Maestro Jesús Elizarrarás Farías, fue reconocido como “Guanajuatense Distinguido”, es un ser humano sumamente querido por los guanajuatenses y con ese afecto él sigue viviendo entre las plazas y callejones de nuestra ciudad, su poema es una añoranza, lo traemos en las venas, en especial cuando dice: “Mi

Guanajuato, yo solamente quiero un rinconcito para descansar en él”.

Disfruten apreciados lectores, de esta obra magnífica, que nos permite apreciar a uno de los guanajuatenses que se ha quedado para siempre entre nosotros.

Guanajuato, Gto., 10 de enero 2021. J. Jesús Octavio Hernández Díaz

This article is from: