SEGURIDAD PARA EL ADULTO MAYOR Los mayores son más propensos a sufrir accidentes o ser víctimas de delitos Por César Ortiz Anderson (*)
La tercera edad no está normado en nuestra sociedad con un número exacto de años. Vemos como la prensa publica "anciano de 60 años muere atropellado". Obviamente una persona a los 60 años muchas veces todavía está “entera”; entonces hablemos del adulto mayor, ya que el tránsito a la vejez (con cambios físicos y lentitud de reflejos notoria) varía de acuerdo al país y realidad. Aunque las personas de edad avanzada están más propensas a sufrir accidentes o ser víctimas de delitos, hablamos muy poco de los cuidados y seguridad que deben tener estas personas mayores; sin embargo el segmento de los adultos mayores viene creciendo en forma sostenida durante las dos últimas décadas, y los adelantos en medicina y calidad de vida hará que la cifra continué creciendo; por ello es importante trabajar para que su calidad de vida sea cada día mejor.
A continuación detallamos algunos consejos generales para su
seguridad: • Es preciso que tengan reserva en sus charlas cotidianas, la sociedad y el aislamiento los hace propensos a conversar con extraños y a realizar confesiones que a nadie le interesa, salvo a quienes esperan aprovecharse de un indefenso.
• Si no puede leer con claridad o distinguir bien un billete, es mejor no consultar con desconocidos "¿Me lee?" o "¿Me explica esta circular?", son una tentación para el engaño y el timo. • No salga a la calle con objetos de valor que llamen la atención. • Avise siempre a donde va. • Porte sus documentos personales debidamente protegidos ante cualquier emergencia; así como los números de familiares a quienes avisar. • Lleve siempre sus medicinas. • No salga de noche y menos aún solo. • Evite realizar esfuerzos físicos innecesarios sobre todo si no está acostumbrado. • No se ponga en posición de víctima, si tiene dudas por ejemplo en el banco, pregunte a los empleados con actitud firme, y solo para que le den una aclaración. • Nunca revele datos personales, nadie tiene que saber cuál es su situación económica, si vive solo o acompañado. • Salvo a personas de suma confianza no tiene porque contar que no tiene familia o que es dueño de algún bien, "al curioso hay que decirle poco, y ese poco, mentira" dice el dicho.
• Nunca lleve desconocidos a su casa, ni mujeres que le juren amor eterno, disfrute pero mantenga un criterio de realidad y reserva. • La familia de los ancianos internados en centros hospitalarios deben estar alerta sobre estafadores profesionales que merodean por los hospitales, realizan visitas "caritativas o voluntarias" para averiguar acerca del núcleo familiar, bienes y posibilidades de arrancarles poderes para administrar sus posesiones, despojarlos de su dinero o sacarle información. • A veces los delincuentes también involucran a toda la familia en la estafa, presentándose en la casa con pedidos de dinero para medicamentos, análisis, etcétera; si los parientes se desentienden del anciano y delegan en cualquiera su responsabilidad de cuidarlo es más fácil que el fraude se concrete.
• Si es víctima de violencia familiar por parte de algún pariente que "hace la gentileza de tenerlo en su casa" , pida ayuda a cualquiera de las líneas telefónicas que se ocupan de violencia doméstica o haga la denuncia a la policía. Vivir en un lugar donde lo castigan no es ningún favor. •
Si es jubilado, trate de no ir solo a cobrar,
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Guarde el dinero en bolsillos interiores del saco, asegúrelos con botones, para dificultar el robo, hay
insista a alguno de sus familiares para que lo acompañe, ese dinero que puede parecer poco para algunos, es muy importante para quien lo cobra.
merodeadores expertos en despojar a jubilados de su pensión en el día de cobro porque son un blanco fácil y seguro. • Por ninguna razón admita que le quiten el saco donde lleva la pensión con alguna excusa así se haya derramado un tarro de pintura encima. • No caiga fácilmente en el error de la codicia, que lo lleve a acceder a compartir lo encontrado, como un fajo de billetes o una billetera supuestamente extraviada; este método consiste en un fajo compuesto por dos billetes verdaderos y por dentro recortes de diario, luego de la primera sorpresa al descubrir un engaño viene una peor, su dinero recién cobrado en el banco habrá desaparecido. • Si pertenece a determinado gremio y acostumbra encontrarse en la cola con colegas, póngase de acuerdo para salir todos juntos y viajar en el auto de un familiar o tomar juntos algún transporte público.
Finalmente es importante el brindar apoyo a las personas de edad avanzada, dándole nuestro respeto, cariño… y cuidado.
(*) César Ortiz Anderson es Presidente de APROSEC de Perú. Artículo publicado en http://www.forodeseguridad.com/artic/prevenc/3065.htm