Universidad del Valle de Guatemala Facultad de Educación Ciclo 2 / 2013 Introducción a la Psicopatología Infantil Licenciada: Liliana Álvarez
Guia Final Psicopatologia Infatil
Ana Laura Ramírez Portillo 08899
Guatemala, Noviembre de 2013.
INDICE 1. Introducción………………………………………………………………………2 2. Evolución histórica de la psicopatología…………………………………………3 3. Lo normal y lo patológico……………………………………………...…………5 4. Bases Neuro-Anatomicas y Neuro-Fisiológicas del comportamiento……………7 5. Trastornos de la esfera Oro-alimenticia…………………………………………..9 6. Trastornos de la Ansiedad………………………………………………………..11 7. Psicopatología de los procesos cognitivos……………………………………….13 8. Psicopatología del lenguaje……………………………………………………….15 9. Psicopatología del sueño ………………………………………………………...17 10. Psicopatología esfinteriana……………………………………………………….19 11. Psicopatología de la conducta…………………………………………………….21 12. Epilogo…………………………………………………………………………....23 13. Referencias Bibliográficas………………………………………………………..24
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INTRODUCCION El presente trabajo pretende mostrar un panorama sobre la psicopatología infantil que abarca la neurosis y las psicosis. Se revisan las neurosis con las diferentes alteraciones de conductas que se pueden presentar en el niño. Observamos que el término neurosis implica una aceptación diagnóstica clínica. Con el transcurrir del tiempo el término ha sido denominado de diferentes formas, como histeria, psiconeurosis, neurosis e inclusive sólo ansiedad. Se hace necesario diferenciar entre los diversos tipos de neurosis que se presentan en el individuo, teniendo en cuenta que algunos síntomas de la ansiedad se presentan en la niñez, los que se van acrecentando a medida que el sujeto analiza en edad. En cuando a las psicosis infantiles, las investigaciones son más pobres porque se pensaba que la esquizofrenia sólo se presentaba a partir de la adolescencia; habiéndose dado mayor importancia al autismo infantil, el que en un inicio, se le define como sinónimo de psicosis infantil. El trabajo ha sido dividido en 10 capítulos al desarrollar cada uno de ellos profundizamos en los síntomas que se pueden encontrar y que forman parte del trastorno psicológico, que estos se pueden llegar a conocer como: psicopatologías, estos desordenes se analizan de acuerdo a los problemas, desordenes, motivaciones y particularidades de determinadas enfermedades. Podemos ver que la Psicopatología es la ciencia que estudia el trastorno de las conductas y el desarrollo evolutivo de la mente y la gama de trastornos psicológicos. Es importante mencionar que en el desarrollo cognitivo este dependerá mucho también de la edad del niño. La conducta normal o anormal se debe considerar dentro de un contexto donde intervienen diversos factores tales como: edad cronológica del niño, lo cognitivo, el factor social, y el ambiente familiar que es primordial para el desarrollo del Individuo. Respecto a las bases Neuro- Anatómicas, sabemos que es un estudio de la estructura y organización del sistema nerviosos. Llamamos Nuero-Anatomía a la ciencia que analiza y compara los sistemas nerviosos de la especie humana. Un estudio profundo de cómo está formado el cerebro nos revela e informa sobre como su estructura eta delimitada dentro de cada individuo
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Evolucion Historica de la Psicopatología Es una disciplina científica cuyo objeto de estudio es la conducta anormal o desviada, y que presta especial interés a la naturaleza u orígenes de los comportamientos patológicos. Sirve como base para disciplinas más aplicadas, como la psicología clínica o la psiquiatría, y guía los procesos de prevención, diagnóstico y tratamiento. Uno de sus principales objetivos es lograr establecer unos principios generales que permitan identificar las causas de la conducta anormal mediante la aplicación del método científico. A lo largo de la historia de la psicopatología, el concepto mismo de enfermedad mental ha ido evolucionando en función del momento histórico y de las circunstancias culturales de cada sociedad. Tanto la conducta anormal como el modo en que debía ser tratada se han entendido de muy distintas formas desde la antigüedad hasta nuestros días. Así, podemos señalar las primeras concepciones mágicas y animistas de las sociedades primitivas; la notable influencia de los factores religiosos durante la Edad Media que impulsaron una visión de la locura como castigo divino ante el pecado; la progresiva tendencia hacia la asunción de posiciones de carácter más organicista a partir del siglo XIX y el posterior desarrollo de la psicobiología y la psicofarmacología; y los modelos de corte psicogénico, que buscan las causas de la desviación conductual en factores de índole psicológico o psicosocial. Sociedades primitivas Existe la concepción generalizada de que el pensamiento mágico y animista que caracterizaba a los pueblos primitivos de culturas preliterarias también sustentaba su concepción del comportamiento anormal, que en algunas sociedades se entendía como la expresión de algún tipo de posesión por parte de espíritus malignos, o como el resultado de un castigo divino. No existen muchas fuentes fiables de épocas tan pretéritas, por lo que las teorías elaboradas al respecto emanan de la información aportada por el análisis de los hallazgos arqueológicos que se han realizado en el último siglo en diversos lugares del mundo. En Perú se encontraron restos de cráneos trepanados que datan de la Edad de Piedra. Civilizaciones preclásicas En las civilizaciones anteriores al pensamiento greco-romano, entre las que se encuentran las culturas mesopotámica, hindú, china, hebrea y egipcia, también predominó una concepción sobrenatural de la naturaleza de los comportamientos anormales, entendiéndose en muchos casos como una suerte de castigo divino o posesión maligna.9 En la cultura mesopotámica, los espíritus vigilaban los actos de los hombres y castigaban sus males acciones enviándoles la enfermedad. Una de ellas era la locura, que se atribuía a la intervención del demonio Idta. Las técnicas curativas pasaban por averiguar la causa del castigo, por lo que se hacía necesaria una labor de investigación e interrogación acerca de los actos cometidos. Ensalmos, oraciones y sacrificios eran prácticas habituales para tratar de alcanzar la sanación. Antigüedad clásica: Grecia y Roma Se considera que el inicio de la psicopatología como tal tiene lugar con la obra de Hipócrates(460 - 370 a. C.), que desde una perspectiva somato génica equiparó las alteraciones mentales al resto de enfermedades físicas, en el sentido de que todas ellas tendrían un origen natural radicado en
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determinadas alteraciones anatómicas o fisiológicas. Hipócrates situó el origen de las funciones intelectivas en el cerebro, y realizó la primera clasificación de los trastornos mentales, dividiéndolos en tres grupos: manía, melancolía y frenitis. Describió las afecciones que hoy relacionamos con los términos de paranoia, alucinosis alcohólica y psicosis postparto, y desdeñó las interpretaciones mágicas al respecto de la epilepsia. Edad Media Durante la Edad Media, la concepción de la enfermedad mental adquiere un carácter marcadamente religioso como consecuencia de la influencia de la Iglesia sobre la mayor parte de los ámbitos de la vida cotidiana. Suele establecerse una distinción en dos períodos. Durante el primero de ellos, que abarca desde el siglo V hasta el siglo XIII, el enfermo mental es considerado una víctima de la acción del diablo, y los tratamientos encaminados a la sanación no resultan denigrantes o agresivos con el enfermo (oraciones, exorcismos, agua bendita, peregrinaciones, etc.) Sin embargo, a partir del siglo XIII, el enfermo mental pasa a considerarse el culpable de su afección, que se entiende bien como un castigo divino a una vida pecaminosa, bien como el resultado de un pacto voluntario con el demonio a cambio de poderes sobrenaturales. En esta segunda época, los tratamientos se endurecen considerablemente, y pueden incluir la tortura o incluso la pena de muerte, al considerarse que el castigo iba dirigido al demonio que poseía a la víctima, y no a la persona en sí. En la Edad Media, en Occidente confluyen tres marcos culturales diferenciados: el bizantino, el árabe y el cristiano. Bizancio se mantiene hasta el siglo XV como un referente cultural de primer orden, sirviendo como vía de transmisión de las aportaciones de la civilización greco-romana hacia el mundo árabe, como la medicina basada en los principios humorales. Desde el siglo IX hasta el XV, los árabes transmiten la cultura griega y romana al resto de Occidente. Las aportaciones de la medicina árabe a la historia de la psicopatología son notables: fueron los árabes los primeros en fundar centros de cuidados para enfermos mentales en ciudades como Bagdad, Damasco o El Cairo, entre otras. El tratamiento al enfermo en estas instituciones era de tipo humanitario, al imperar la idea de que el enajenado debía sus síntomas al hecho de haber sido escogido por Dios para hablar por su boca. Del siglo XX a la actualidad A partir del siglo XX tiene lugar una proliferación de diversas escuelas y modelos psicopatológicos. De entre los movimientos de mayor importancia que han tenido lugar a lo largo de este periodo, cabe destacar el surgimiento del psicoanálisis, el desarrollo de las escuelas fenomenológicas, los descubrimientos y avances en el ámbito de la psicofarmacología y la neurociencia, y el asentamiento de los modelos de atención comunitaria, así como la desaparición de los hospitales mentales como centros de referencia para el tratamiento de las psicopatologías.59 A partir de la segunda mitad del siglo XX se establecen las nosologías y los sistemas de diagnóstico y tratamiento de mayor reconocimiento a nivel general, como el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales y la Clasificación Internacional de Enfermedades.
Conclusiones
Los historiadores se encargan de estudiar los antecedentes en psicopatología, desde la óptica historicista, o desde la óptica presentista. Los trastornos psicopatológicos siempre han existido, aunque cambian las explicaciones, cambia el contexto social.
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Lo normal y Lo patologico En este punto hay un debate acerca de lo que debe considerarse salud y enfermedad mental, pues algunos autores ponen en duda si la adaptación del grueso de la sociedad a la cultura que muchas veces les es impuesta no raya en la enajenación, pues hay personas que aceptan de buen grado las normas que existen en su comunidad, pero a pesar de eso, sufren inhibiciones, ansiedad y son infelices no obstante que su conducta externa corresponde a la cultura en la que viven. Peligroso criterio que ha mantenido muchos años la homosexualidad como enfermedad mental y que ha llevado a muchos disidentes políticos a Siberia. El malestar subjetivo puede utilizarse con un entrenamiento clínico adecuado (lo cual implica prudencia y sabiduría) para separar, entre las emociones o experiencias internas que siente una persona, lo normal de lo patológico, a falta del equivalente psíquico de los análisis de sangre o de las imágenes anormales en una radiografía. Podría, sí, siempre que todas las personas con desequilibrios mentales graves sintieran algún tipo de malestar emocional al cometer actos contrarios al Código Penal, lo cual no ocurre en todas las psicopatías…aunque si en los trastornos por ansiedad, por eso es un criterio no universalmente válido, pero si suficiente. Si ninguno de los criterios anteriores puede ser considerado suficiente por sí mismo para dar una definición precisa, usaremos su conjunto: la mayoría de las formas de conducta anormal son inadecuadas desde un punto de vista cultural, se acompañan de malestar subjetivo, reflejan una deficiencia psicológica y una disminución de la gama de respuestas adaptadas a la realidad que las hace poco útiles para enfrentar las exigencias de la realidad y las tensiones de la vida. La conducta infantil "normal" o "anormal" debe considerarse dentro de un contexto en el cual intervienen diversos factores. Entre ellos, por ejemplo, la edad cronológica del niño, su nivel cognitivo y social, el entorno familiar. La deficiencia del problema dependerá básicamente de la edad del niño, ya que existen conductas sintomáticas a una determinada edad, pero considerados típicos en otra edad. El nivel de desarrollo cognitivo del niño influye en forma similar en la percepción, interpretación y valoración de sus conductas por parte del adulto. Por ejemplo, la conducta agresiva en niños de dos años, pocas veces es motivo de consulta, los padres los perciben como bruscos, pero sin implicancias de intención de dañar a otros niños. Es importante distinguir las conductas aisladas que no necesariamente puede implicar la existencia de un trastorno psicológico. Para ello es necesario obtener información respecto a una serie de síntomas que se correlacionan entre sí y verificar como varían con el tiempo en aquellos individuos que presentan el trastorno (Ollendick 1986). En cuanto a la variable sexo, se descubrieron diferencias sexuales en relación a ciertos problemas. La incidencia para los niños fue considerablemente mayor en los problemas tales
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como la actividad excesiva, la demanda de atención, los berrinches y las mentiras. Los problemas de las niñas se centraban de modo más común en la modestia excesiva, la timidez y algunos temores específicos. Una de las definiciones de normal dice que se trata de “la actividad mental por medio de la cual el conocimiento, la habilidad, los hábitos, las actitudes e ideales son adquiridos, retenidos y utilizados, originando progresiva adaptación y modificación de la conducta. Es un término que se le da a una persona que supuestamente no cuenta con ninguna discapacidad”. Es curioso porque todos, en mayor o menor grado contamos con alguna cuestión negativa aunque no sea una discapacidad en un sentido estricto; bien sabido es que no existe la perfección en el terreno de lo humano. Es cierto que algunas patologías son más visibles o ruidosas y hay otras que pasan más desapercibidas. Tal vez un posible sentido del paso por esta vida sea mejorarnos como personas, modificando esas cosas negativas que nos hacen sufrir y dañan a quienes nos rodean. ¿Qué es la patología? Patología es un término que proviene del griego: estudio (logos) del sufrimiento o daño (pathos). Tiene que ver con la parte de la medicina encargada del estudio de las enfermedades en su más amplio sentido, es decir, como procesos o estados anormales de causas conocidas o desconocidas. Lo Normal Término que se le da a una persona que supuestamente no cuenta con ninguna discapacidad”.
Conclusiones Existe el peligro de confundir lo “normal” con lo que se considera habitual. Además, no puede considerarse que algo por ser común sea siempre normal. Lo patológico Tiene que ver con la parte de la medicina encargada del estudio de las enfermedades en su más amplio sentido, es decir, como procesos o estados anormales de causas conocidas o desconocidas”.
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Bases neuro-anatomicas y nuerofisiologicas del comportamiento La Neurociencia conductual (incluye Neurociencia cognitiva, afectiva y social), también es una rama de la Psicobiologia que se engloba dentro de las Neurociencias y que comparte muchos conceptos metodologías con la psicofisiológica. La Neuropsicología Estudia la relación entre los procesos cerebrales y el comportamiento, tanto en personas normales como en personas con daño cerebral. Este campo del conocimiento también implica la evaluación y rehabilitación de pacientes con alteraciones neurológicas diversas. La neuroanatomía juega un papel crucial en nuestra conducta, ya que es allí donde se genera, se controla y se dirige hacia el cuerpo en general y hacia las diversas reacciones ante el entorno, su complejidad sin embargo nos asombra, pero no podemos explicar y comprender el comportamiento, si no entendemos las bases en las que se fundamenta. Bases neurológicas de la conducta
El Cerebro El Desarrollo Psicoafectivo del Hombre El origen de la Conducta Humana: Factores Sociales. La Integración de la Conducta Tipos de Conducta Conducta Antisocial y Crimen El Estudio de la Conducta Antisocial
Comportamiento Humano Conjunto de actos exhibidos por el ser humano y determinados por la cultura, las actitudes, las emociones, los valores de la persona y los valores culturales, la ética, el ejercicio de la autoridad, la relación, la hipnosis, la persuasión, la coerción y/o la genética. TIPOS DE CONDUCTA Hay tres tipos de conducta principales: agresivo, pasivo y asertivo. Ha de centrarse en ser una persona asertiva. La persona agresiva o o o o
. Trata de satisfacer sus necesidades. . Le gusta el sentimiento de poder, pero en el fondo sabe que se está aprovechando de los demás. . Repite constantemente que tiene razón, pero oculta un sentimiento de inseguridad y d duda. . Suele estar sola, puesto que su conducta aleja a demás; no obstante, nunca admitirá que necesita amigos.
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o o o o
. Suele ser enérgica, pero con frecuencia de una forma destructiva. . En realidad, no se gusta a sí misma, por lo tan o crea un ambiente negativo a su alrededor. . Tiene la capacidad de desmoralizar y humillar a los demás . Se la puede reconocer por su típico lenguaje verbal y corporal
La persona pasiva o o o o o o o o o o
. Los demás se aprovechan de ella fácilmente (además, fomenta esta actitud). . Suele tener sentimientos de inseguridad y de inferioridad, que se refuerzan siempre que entra en contacto con una persona agresiva. . Está enfadada consigo misma porque sabe que los demás se aprovechan de ella. . Es una experta en ocultar sus sentimientos. . Es tímida y reservada cuando está con otras personas. . No sabe aceptar cumplidos. . Se agota y no tiene mucha energía ni entusiasmo para nada. . Su actitud acaba irritando a los demás. . Absorbe la energía de los demás. . Se la puede reconocer por su típico lenguaje corporal y verbal.
La persona asertiva o o o o
. Se preocupa por sus derechos y por los de los demás. . Por lo general, acaba consiguiendo sus metas. . Respeta a los demás, está dispuesta a negociar y a comprometerse cuando lo considera oportuno. . Cumple siempre sus promesas.
Conclusiones La neuroanatomía es la parte de la anatomía que se ocupa del estudio de las diferentes partes del sistema nervioso y órganos de los sentidos Cada persona tiene diferente forma de desarrollar su conducta, todo depende de cómo fueron formado o que traumas haya ocurrido en su desarrollo humano.
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Trastornos de la esfera Oro-alimenticia Alrededor de la alimentación se estructura el eje de interacción más precoz entre madre e hijo, eje que constituirá el núcleo de referencia de diversos estadios posteriores del desarrollo. La importancia de los intercambios entre el niño y su entorno, en lo concerniente a la alimentación, no necesita ser demostrada; no obstante, la multiplicidad de factores que aquí intervienen dificulta el estudio de esta interacción.
. El recién nacido posee una dotación neurofisiológica especialmente bien desarrollada, desde el nacimiento, en el plano de la conducta de succión: el reflejo de orientación acompañado de la rotación de la cabeza, el reflejo de búsqueda y los reflejos de succión y de deglución (acompañados de las tentativas de prensión de los dedos) representan una unidad motriz inmediatamente funcional. No obstante, de ello no debe concluirse que todos los bebés tengan idéntico comportamiento frente a la alimentación. Las enfermeras de maternidad saben distinguir rápidamente, desde las primeras comidas, los «poco comedores» de «los glotones». Cuando se estudia el ritmo de succión del pezón y la frecuencia de las detenciones, pueden distinguirse unos recién nacidos que maman a ritmo rápido, casi sin pausa, y otros cuyo ritmo de succión es lento y jalonado por numerosas pausas. Parece, también, que los varones forman parte con mayor frecuencia de este segundo grupo (1. Lézine y cols.). Pero este comportamiento de succión, en sí diferente de un recién nacido a otro, va acompañado de un conjunto de manifestaciones también variables. Algunos bebés lloran y se agitan ruidosamente ante aquello que seguramente experimentan como una tensión intolerable, otros parecen esperar mucho más sosegadamente la llegada del alimento. Algunos maman con los ojos abiertos, otros con los ojos cerrados. El bebé una necesidad en sí: cuando el alimento ha sido tomado con excesiva rapidez, el bebé tiende a prolongar el tiempo de succión mediante los dedos o algún otro objeto. Además, la alimentación de un bebé no se reduce exclusivamente a la extinción del hambre fisiológica, sino que representa el prototipo de las interacciones humanas. Muy pronto, Freud distinguió entre la necesidad alimenticia en sí (el hambre) y la «prima de placen> (succión) que el recién nacido extrae de la misma. De ahí que pueda decirse esquemáticamente que la huella ontogénica marcará el apetito. En tomo a esta «prima de placer» se organizan en el bebé las primeras interiorizaciones de las relaciones humanas, sobre las cuales se establecerán ulteriormente las diversas elecciones objétales del niño. Actualmente se tiende a considerar que de esta «prima de placen> participan no sólo la succión y la satisfacción del hambre, sino también el conjunto de acciones centradas en el niño (Winnicott): contactos corporales, palabras, miradas, caricias o balanceos maternales, etc., y su necesidad de vinculación (Bowlby).
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El tratamiento de estos trastornos presenta una complejidad tal que requiere del trabajo interdisciplinario. El equipo está integrado por psicólogos, médicos clínicos, psiquiatras y nutricionistas. Primer Etapa: Evaluación Diagnóstica. La finalidad de esta etapa, es considerar la complejidad de cada caso y planificar la estrategia terapéutica apropiada. Segunda Etapa: Tratamiento:
Terapia Individual Entrevistas Nutricionales Entrevistas Médicas y si fuera necesario Psiquiátricas Grupos para Padres Terapia Familiar y Vincular
Tercer Etapa: Unificación de criterios para decidir el alta del tratamiento. Los colegas que compartimos esta tarea inquietante, nos encontramos, semanalmente para pensar y trabajar la clínica de cada uno de estos pacientes en su singularidad. La función oro-alimentaria es la primera en la cual se desarrolla la relación del niño con su entorno, es la primera fuente de satisfacción y la primera vía de descarga de las tensiones internas. Hay distintas funciones en la lactancia;
La función de alimento que satisface y calma el hambre y la sed La función de descarga de las tensiones y la función de satisfacción de las mucosas orales por la actividad de los labios, de la lengua, del paladar. Hemos de distinguir entre hambre, apetito y deseo inconsciente. El hambre es un estado somático provocado por la privación de alimento y que desaparece con la ingestión del mismo. El apetito es un estado consciente caracterizado por el deseo de comer, que está estrechamente vinculado a una experiencia anterior y provocado por el gusto de una comida concreta. El deseo inconsciente tiende a realizarse restableciendo, (según las leyes del proceso primario), los signos ligados a las primeras experiencias de satisfacción. Otra distinción a tener en cuenta es la existente entre necesidad y demanda, entendiendo que la necesidad se origina en un estado de tensión interna que se satisface con una acción específica. (comer y calmar el hambre) es decir, se dirige hacia un objeto específico, el alimento, y con él se satisface.
Conclusiones: Es de suma importancia que la mama siempre mantenga un control de cómo están comiendo sus hijos para evitar complicaciones de conducta Oro Alimenticia. Es importante tomar en cuenta que desde pequeños se les debe inculcar los buenos hábitos de comida, para evitar una mala alimentación durante el desarrollo.
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Trastornos de Ansiedad Es un término general que abarca varias formas diferentes de un tipo de enfermedad mental, caracterizada por miedo y ansiedad anormal y patológica. Las condiciones ahora consideradas trastornos de ansiedad llegaron bajo la égida de la psiquiatría hacia el final del siglo XIX. Gelder, Mayou y Geddes (2005) explican que los trastornos de ansiedad se clasifican en dos grupos: síntomas continuos y síntomas episódicos. Los criterios diagnósticos actuales psiquiátricos reconocen una gran variedad de trastornos de ansiedad. Estudios recientes, además de haber encontrado que hasta un 18% de la población estadounidense y un 20% de la población española pueden estar afectados por uno o más de estos desórdenes, han hallado que la genética encargada en propiciar la aparición y el desarrollo de éstos es la misma que la involucrada en los trastornos depresivos y bipolares. Tipos de trastornos
trastorno de pánico, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), trastorno de estrés postraumático (TEPT), fobia social (o trastorno de ansiedad social), fobias específicas, y trastorno de ansiedad generalizada (TAG).
Cada trastorno de ansiedad tiene diferentes síntomas, pero todos los síntomas se agrupan alrededor de un temor o pavor irracional y excesivo. Trastorno de ansiedad generalizada El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) es una enfermedad crónica común caracterizado por ansiedad de larga duración y que no se centra en algún objeto o situación particular, al contrario que en las fobias. Las personas que padecen de ansiedad generalizada experimentan miedos y preocupaciones persistentes no específicos, muy focalizados en asuntos cotidianos. El trastorno de ansiedad generalizada es el trastorno de ansiedad que afecta a adultos mayores más común. La ansiedad puede ser un síntoma secundario al abuso de medicamentos o sustancias, y los profesionales médicos deben ser conscientes de ello. El diagnóstico de trastorno de ansiedad generalizada se produce cuando una persona ha estado excesivamente preocupada por uno o más problemas todos los días durante seis meses o más. La persona puede tener problemas para tomar decisiones diarias y recordar compromisos como consecuencia de la falta de concentración que le supone la "preocupación por la preocupación". Antes de diagnosticar un trastorno de ansiedad generalizada los médicos deben descartar causas de ansiedad inducido por fármacos. Trastorno de pánico El trastorno de pánico con agorafobia es una variante que suele ir asociado con el trastorno de pánico. Una persona experimenta un ataque de pánico inesperado, y a continuación, tiene temor a la posibilidad de volver a tener otro ataque. La persona teme y evita cualquier situación que podría inducir a un ataque de pánico. La persona nunca o rara vez podrá salir de casa con tal de evitar un posible ataque de pánico que cree que es un terror extremo ineludible.
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Trastorno fóbico Las fobias o trastornos fóbicos corresponden a la mayor y más amplia categoría de los trastornos de ansiedad; incluye todos los casos en que se desencadena miedo y ansiedad por algún estímulo o situación específica. Entre el 5% y el 12% de la población mundial sufre de trastornos fóbicos. Las víctimas suelen anticipar las consecuencias terribles del encuentro con el objeto de su miedo, que puede ser cualquier cosa, desde un animal, objeto, persona, situación particular, o un fluido corporal. Los afectados entienden que su miedo es irracional, no proporcional al peligro potencial real, pero se ven abrumados por el miedo que se escapa a su control. Trastorno obsesivo-compulsivo El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un tipo de trastorno de ansiedad caracterizado sobre todo por la presencia de obsesiones (imágenes o pensamientos angustiosos, persistentes e intrusivos) y compulsiones (insta a realizar determinados actos o rituales). Afecta a aproximadamente el 3% de la población mundial. A menudo el proceso es totalmente ilógico e irracional, al igual que las compulsiones, donde simplemente se tiene la necesidad de completar un ritual con el fin de acabar con la ansiedad provocada por la obsesión. Trastorno de estrés post-traumático Los síntomas comunes incluyen hipervigilancia, escenas retrospectivas rememorando el acontecimiento traumático (flashbacks), conductas de evitación, ansiedad, ira y depresión. Hay una serie de tratamientos que constituyen la base del plan de atención para las personas que sufren trastorno de estrés postraumático. Estos tratamientos incluyen varias formas de psicoterapia, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), terapias grupales y el apoyo de familiares y amigos. También pueden beneficiarse de la farmacoterapia, como los ISRS.
Conclusiones:
Es importante pedir ayuda y aceptar la enfermedad y poder recibir el tratamiento adecuado a tiempo.
Es una enfermedad crónica común caracterizado por ansiedad de larga duración y que no se centra en algún objeto o situación particular.
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Psicopatología de los procesos cognitivos Los Trastornos Cognitivos resultan de alteraciones funcionales de los procesos que sirven a la conducta. En su expresión más específica, en el ámbito de la Psicología Clínica, estas alteraciones funcionales derivan de la experiencia, de cómo la experiencia afecta al desarrollo de creencias irracionales o la búsqueda de objetivos irracionales o inalcanzables en la perspectiva del sujeto que condicionan la forma en que se percibe el mundo y afectan a aquellas habilidades cognitivas implicadas en la acción. Así, los Trastornos Cognitivos se expresan en ciertas conductas desadaptativas o disfuncionales en relación con los objetivos de un sujeto, y que, en última instancia, afectan a su bienestar. En su expresión más general, en el ámbito de la Neurociencia Cognitiva, el término de Trastornos Cognitivos se refiere a alteraciones funcionales de los procesos que subyacen a la ejecución conductual, y que derivan de la interacción entre subsistemas neurobiológicos que soportan el aprendizaje y la experiencia que hace este aprendizaje posible. La clave de este concepto son, pues, los procesos de aprendizaje, los mecanismos neurofuncionales subyacentes al aprendizaje, y la experiencia que permite la conformación de estos mecanismos que se expresan en la formación de redes neuronales con efecto funcional en la conducta. Integrando ambas expresiones, general y específica, el término de Trastornos Cognitivos trasciende una noción reduccionista como la que se expresa en el concepto de Psicopatología de la tradición psiquiátrica que tiende a interpretar la conducta bajo los términos de salud y enfermedad, y una noción reduccionista como la que se expresa en el concepto de Psicología Anormal, que tiende a interpretar cierto tipo de conductas como precursores o desencadenantes de una alteración mental.
El problema para este concepto reduccionista de la Psicopatología al interpretar la conducta bajo el modelo de enfermedad es interpretar correctamente la diferencia esencial en la noción de “enfermedad” entre enfermedades pasivas, aquellas que afectan a las funciones biológicas, y en el mismo sentido neurobiológicas y cuyas causas remotas y próximas no pueden atribuirse a la conducta del sujeto, y enfermedades activas, aquellas que afectando a funciones biológicas y neurobiológicas tienen causas remotas y/o próximas que pueden remontarse a la conducta del sujeto. La difícil imbricación de unas y otras causas hace a menudo muy difícil discriminar entre aquellas conductas del sujeto que resultan funcionalmente lesivas para los sistemas neurobiológicos que permiten la acción del sujeto, y aquellos agentes causales que tienen efectos lesivos para tales sistemas sin que el sujeto pueda, de hecho, hacer nada para evitar sus efectos. Intuitivamente, parece obvio que en la encefalitis herpética, la conducta no tiene el mismo grado de responsabilidad que la que tiene en la drogadicción, la bulimia y la anorexia, o en el suicidio. La Psicopatología, en estos términos, ignora la importancia de un modelo explicativo de los Trastornos Cognitivos que trascienda la noción de enfermedad. En una clasificación general de los Trastornos Cognitivos, pueden reconocerse
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a) alteraciones funcionales específicas de base cognitiva que afectan a funciones cognitivas básicas, típicamente alteraciones del procesamiento perceptivo, de los procesos de categorización o de conceptualización de entidades, eventos o propósitos, del procesamiento de memoria, de los procesos de inferencia, de los procesos de solución de problemas y de toma de decisiones, alteraciones del comportamiento motor y de los procesos de representación y comunicación como se expresan en el lenguaje y la comunicación, tales como la amnesia, la enfermedad de Huntington, los trastornos específicos del lenguaje, las afasias, las apraxias, etc. b)
alteraciones funcionales de base cognitiva inespecífica que afectan a la integración general de procesos cognitivos básicos, tales como los síndromes de espectro autista, la esquizofrenia, los trastornos psicóticos, los trastornos esquizoafectivos, la depresión, los trastornos bipolares, etc.
c)
trastornos somatomórficos relacionados con la percepción sensorial interoceptiva y propioceptiva, que afectan a la percepción del propio cuerpo, a la percepción del dolor, a la somatización de alteraciones funcionales de diverso origen, y que se expresan en el síndrome de fatiga crónica, en el amplio espectro de los trastornos de la conducta alimentaria, en los trastornos de la percepción somatomórfica, etc.
d) trastornos conductuales de la interacción social que incluye trastornos que se expresan en el control activo o pasivo de la conducta ajena, tales como las conductas antisociales o la simulación de trastornos ficticios; y, e)
trastornos de la personalidad, un amplio espectro de conductas que afectan a la expresión social del sujeto, alterando o modificando de forma substancial su libertad de actuación y su habilidad para lograr sus propósitos, tales como los asociados a la conducta de género, el mutismo electivo, los trastornos de conducta, etc. Las alteraciones que se expresan en los Trastornos Cognitivos reflejan conductas adaptativas impuestas por la compleja articulación entre un sistema biológico y un sistema social. Estas conductas adaptativas no son necesariamente invalidantes. El complejo conjunto de interacciones causales que se expresan en la conducta no permiten la adopción de una perspectiva maniqueista.
Conclusiones Trastornos conductuales de la alteración conductual Son alteraciones funcionales de base cognitiva que afectan a la integración general de procesos cognitivos básicos. La cognición es una condición necesariamente previa a la elicitacion de la emoción
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Psicopatología del lenguaje En psicopatología del lenguaje, para clasificar satisfactoriamente todos los trastornos del lenguaje tenemos que saber combinar correctamente varios ejes: habla-lenguaje (se refiere a si el problema está en la capacidad de articular o en problemas cognitivos del lenguaje), producción-comprensión (se refiere si al problema reside en comprender lo que otros dicen o por el contrario el sujeto tiene problemas en emitir mensajes), orgánico-funcional (se refiere a si el trastorno es por un fallo neural o no), innatoadquirido, central-periférico .Además, para que la clasificación sea correcta hay que tener en cuenta los componentes lingüísticos que son: el fonológico, el semántico, el sintáctico y el comunicativo (este último se refiere a la capacidad para comunicar algo -por ejemplo una persona que quiere explicar algo y solo consigue dar rodeos puede emitir frases sintácticamente correctas pero lo que falla es el nivel comunicativo-). Disfasias infantiles Disfasia evolutiva o trastorno específico del lenguaje
La disfasia evolutiva o trastorno específico del lenguaje es una patología que presentan algunos niños en la que presentan problemas serios para utilizar el lenguaje o para la comprensión de éste. El hecho de que se denomine trastorno específico del lenguaje quiere decir que el trastorno no depende de que se deba a una patología previa como parálisis cerebral, retraso mental o autismo. Por tanto el TEL es un trastorno primario del desarrollo del lenguaje por que no se debe a ninguna patología. Por tanto un niño con TEL es un niño de inteligencia normal con discapacidad para bel habla, por lo que se puede diagnosticar al observar una discrepancia entre el CI y las puntuaciones en pruebas del lenguaje hechas en una edad determinada. Existen varios tipos de trastorno específico del lenguaje. La disfasia evolutiva expresiva es la patología que presentan los niños que tienen serias dificultades en la expresión y emisión del lenguaje. En esta categoría hay niños que se consiguen hacer entender y otros que no se hacen entender en absoluto. Se ha observado que los niños con disfasia expresiva tienen menos problemas emocionales y tienen interés por comunicarse con los demás. Por el contrario, los niños con disfasia evolutiva receptiva presentan dificultades para comprender la información que les envían los demás. Estos últimos presentan más problemas emocionales que los difásicos expresivos y tienen poco interés en establecer comunicación con los demás. El DSM-IV clasifica esto trastorno en trastorno del lenguaje expresivo y trastorno del lenguaje mixto. En el trastorno del lenguaje expresivo el sujeto presenta habla reducida cuantitativamente, omisión de palabras, palabras ordenadas de forma incorrecta, fallos gramaticales y desarrollo
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del lenguaje lento, entre otros síntomas. En cuanto al trastorno mixto del lenguaje expresivoreceptivo se caracteriza por un retraso en el desarrollo del lenguaje tanto expresivo como receptivo. En cuanto a los déficits psicolingüísticos se ha observado que: 1. El nivel fonológico no presenta desviación, sino que se desarrolla de forma retrasada (es decir, que el desarrollo del nivel fonológico es el mismo que el de niños normales pero se produce con retraso con respecto a ellos); 2. El nivel sintáctico: los niños normales son capaces de repetir estructuras sintácticas que todavía no son capaces de usar en el habla espontanea (es decir, un niño normal puede repetir el coche cuyo dueño... sin que lo haya usado nunca en el habla espontanea), y se observa que en niños difásicos el patrón es inverso, pues no pueden imitar estructuras que en otras ocasiones han usado; 3. Nivel semántico: en el nivel semántico no se observan demasiadas deficiencias. Disfasia infantil adquirida La disfasia infantil adquirida se puede producir o bien por una lesión cerebral temprana o bien por sufrir un trastorno convulsivo (epilepsia). Se considera que como límite inferior para padecer disfasia adquirida están los 3 años, ya que si se produce la disfasia con menos edad se considera evolutiva, y como límite superior están aproximadamente los 10 años (aunque este límite es más variable), porque si la lesión se produce con más de 10 años de edad se hablará de un trastorno del lenguaje adulto (será por tanto una afasia -esto es lo que he entendido yo-). El hecho de que la lesión se produzca entre los 3 años y los 10 favorece que los sujetos tengan la posibilidad de recuperarse por dos motivos: 1. Por la plasticidad neuronal: es más fácil que los circuitos del lenguaje se reparen cuando el cerebro está en plena fase de establecimiento de conexiones y mielinización; 2. Por qué una vez dañado el hemisferio dominante, es probable que el hemisferio no dominante asuma las funciones del lenguaje. Uno de los efectos mejor documentados que se producen cuando tiene lugar la disfasia infantil adquirida es una reducción importante de la actividad lingüística denominada hipoproductividad. Los niños se comunican muy poco, de hecho es difícil conseguir arrancarles las palabras. Además, conviene saber que las lesiones a partir de los 7 años producen deficiencias en el desarrollo del lenguaje escrito.
Conclusiones
La realización de este trabajo nos ha permitido adquirir conocimiento y comprensión de las múltiples categorías que se conocen del trastorno del lenguaje. Además hemos podido aprender sobre las distintas patologías que existen y sus múltiples causas. Gracias a esto nos fue posible descubrir que los trastornos del lenguaje inciden en un porcentaje mayor en niños que en adultos y que la mayoría de las veces los trastornos no van solos, sino que acompañados de otras enfermedades. En algunos casos no es tan complejo de tratar, ya que los niños menores de 6 años tienen sus conexiones neuronales en proceso de desarrollo, lo que facilita su recuperación.
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Psicopatología del sueno Debemos considerar los Trastornos del sueño como una de las conductas más importantes para determinar el estado psíquico de una persona, es decir, es una de las cuatro grandes conductas autorregulado y es de las primeras que decae cuando alguien tiene problemas. Durante nuestra vida dedicamos la tercera parte a dormir, la mayoría de nosotros suele dedicar de las 24 h del día, 8 a dormir, 8 a trabajar y las restantes a diversas actividades. En una persona que viva 75 años podemos calcular que ha invertido en dormir unas 187.000 horas lo cual corresponde a21 años de sueño. En castellano tendemos a confundir, el sueño con los problemas del dormir, por tanto lo primero que debemos hacer es diferenciar, hablamos del dormir como un proceso Psicofisiológico caracterizado por una parcial suspensión de la actividad consciente y voluntaria; y a los sueños como aquella actividad del pensamiento que tiene lugar durante el sueño. Para los trastornos del sueño infantiles estableceremos una clasificación peculiar, sin correspondencia unívoca con la del DSM, pero (creemos) más ajustada a la realidad de la psicopediatría. Cuando decimos trastornos funcionales nos referimos a aquéllos puramente psicógenos y que involucran mecanismos de beneficio secundario. En aras de una mejor clasificación los exponemos junto con otros trastornos no funcionales, bajo este epígrafe global de "trastornos del sueño". Negarse a ir a la cama: El niño o la niña recurren a excusas y/o a conductas de manipulación para retrasar el momento de ir a la cama. Muchas veces requieren a los padres para que alguno de ellos (o los dos) le acompañen hasta que se duerma, o bien solicitan ir al lecho de los padres. También pueden haber conductas rituales (pedir agua, que todos vayan a besarles, etc.) En todos estos casos el "beneficio secundario", neurótico, es conseguir suplementos de atención, así como "ser el dueño" de la situación", mediante conductas para manipular a quienes le rodean. Es un trastorno funcional, y como tal debe ser tratado. Levantarse durante la noche: Suele ser un corolario del anterior. También la excusa suele ser el miedo. La finalidad es que se le permita dormir con los padres, o desplazar a alguno del lecho para quedarse con el otro. También el beneficio secundario es la atención que se recibe y la manipulación del ambiente. Nuevamente nos las vemos con un trastorno funcional, y en el siguiente apartado exponemos la forma de abordarlo. Terrores nocturnos: El DSM-IV los encuadra en el apartado de "parasomnias" junto a las pesadillas y los sonambulismos. Los terrores nocturnos consisten en episodios recurrentes de despertar súbito, que aparece durante el primer tercio del periodo principal de sueño (fases 3 y 4 del sueño no REM) y que se inicia con un grito de pánico. Cada episodio se acompaña de ansiedad intensa y signos de activación vegetativa (taquicardia, disnea, sudoración). El niño normalmente responde mal, en forma obnubilada o incoherente a las preguntas, pues tras el episodio se presenta invariablemente un periodo de algunos minutos de confusión y desorientación, junto a movimientos estereotipados (por ejemplo:
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agarrarse a la almohada). Si el niño se ha vuelto a dormir antes de cesar el periodo de confusión, es probable que al día siguiente no recuerde lo acaecido. La mayor parte de las veces es un trastorno benigno, transitorio y pocas veces requiere tratamiento. Suele ser evolutivo en forma espontánea. Caso de no mejorar, también puede ser objeto de estudio neurofisiológico. Pesadillas: Suelen presentarse en el transcurso de trastornos por ansiedad. El niño se despierta llorando o gritando, pero resulta fácil comunicarse con él y consolarle. Si se presentan en el transcurso de un trastorno por ansiedad, deberemos abordarlo como quedó expuesto en el apartao dedicado a estos trastornos. Reseñamos aquí las pesadillas episódicas tras haber sufrido algún tipo de miedo, amenaza o películas que nuestras TV gustan de programar en horarios que parecen escogidos por mentecatos o por pervertidos, o por quienes son ambas cosas a la vez. También hay programas infantiles o juveniles que muestran profusión de monstruos, brujas, situaciones límite y dramones lacrimógenos y angustiantes. Las imágenes quedan grabadas en la mente del niño, y posteriormente le impiden conciliar el sueño, o reaparecen en forma de vistosas pesadillas. Sonambulismo: El niño, sin despertarse, se levanta de la cama y deambula por su habitación o por el resto de la casa. Se interpreta como una alteración del ritmo del sueño, con inmadurez de los mecanismos inhibitorios que provocan la relajación y la inmovilidad. Puede explorarse mediante EEG continuo durante el sueño. Si no es recurrente ni implica riesgos puede dejarse sin tratamiento, siendo con frecuencia evolutivo a mejoría en forma espontánea. En el caso contrario puede tratarse con antidisrítmicos (ej.: carbamacepina) en dosis única nocturna (200 a 400 mg). Sea como sea, puede ser interesante el estudio neurofisiológico (EEG continuo du entrante el sueño). Insomnio: Dificultad para conciliar el sueño, o despertarse a media noche sin poderlo reconciliar. Se asocia a trastornos por ansiedad, o a estados depresivos. Algunos problemas somáticos pueden incidir en tipos concretos de insomnio: ej.: adenoiditis con sensación de ahogo al acostarse. También hay que valorar que el niño no esté tomando algún fármaco activador, o anticatarrales que asocien teofilina, efedrina y betaadrenérgicos. También hay analgésicos con cafeína, y gotas nasales con pseudoefedrina. Se produce insomnio relativo si los niños han estado muy excitados antes de ir a la cama: situaciones de tensión, visión de TV, etc. En ocasiones, la incidencia de acontecimientos estresantes actúa como factor de predisposición para el insomnio: hospitalización, enfermedad, problemas relacionados con la escuela, etc. Si resulta persistente o recurrente, vale la pena estudiarlo desde el punto de vista psiquiátrico. Hipersomnia: El niño tiende a dormirse durante el día. A veces se asocia al insomnio y en ocasiones deriva de una alteración de los ritmos del sueño, o del síndrome de apnea durante el sueño. También puede aparecer en el curso de depresiones. Hay que valorar que el niño no esté tomando algún fármaco que produzca sueño: tranquilizantes, antihistamínicos, algún antitusígeno, ciproheptadina o similares. Caso de ser persistente o recurrente, y de no responder a causas visibles, será de interés el estudio neuropsiquiátrico y/o neurofisiológico (EEG continuo durante el sueño).
Conclusiones Los trastornos del sueño están inducidos e inducen a otras enfermedades mentales y en la mayoría de los casos las personas le toman mayor importancia a las enfermedades mentales ya que según ellos son las que crean más problemas, pero el tratamiento debería ser igual para ambos casos.
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Psicopatología esfinteriana Los trastornos esfinterianos (enuresis, encopresis) pueden ser primarios o secundarios, permanentes o intermitentes según el ritmo de los momentos evolutivos, las fases de ansiedad o las separaciones. El retraso en la adquisición del control es habitual, aunque algunas veces, por el contrario la adquisición del control es muy precoz. Sean cuales fueren estas deficiencias de naturaleza psicosomática, no son específicas, pero su aparición en un periodo desusado en relación con trastornos banales, su intensidad, su fijación y su persistencia son indicios inquietantes
Psicopatologia FACTORES BIOLÓGICOS Factor hereditario Se han identificado diferentes loci relacionados con trastorno de control esfinteriano en familias enuréticas en los cromosomas 4, 8,12, 13 y 22, por lo que existe una heterogenicidad genética. El gen GNAZ (cromosoma 22, D22s446-D22s343) en estudio como causa de enuresis nocturna.
Factor maduracional o Retraso maduracional basado en asociación con o Retraso lenguaje o Encopresis primaria o Bajo peso de nacimiento o Inmadurez de musculatura de unión vesicoureteral o Curva de presión con dinámica similar a niños de menor edad o Mayor urgencia de vaciamiento por disminución de la capacidad vesical funcional
Alteración sensopercepción del llene vesical, transmisión de la sensación y recepción cortical Ocurrencia de enuresis en etapas profundas de sueño, sueño más profundo que lo normal, y alteración del despertar Alteración del ritmo de la hormona antidiurética
FACTORES DE ENTRENAMIENTO (Válido tanto para la enuresis como para la encopresis)
Momento de la enseñanza Precoz o intempestiva antes de que se logre madurez biológica, produce miedo / oposición / vergüenza Retraso de entrenamiento asociado en general a sobreprotección parental. Favorece la dependencia Sistema de refuerzo Exceso de presión o castigo / burlas / violencia física
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Falta de refuerzo o refuerzo inconsistente Es mucho más frecuente que el niño haga enuresis por enseñanza precoz que por enseñanza tardía (cuando es por enseñanza tardía, generalmente hay otros factores que influyen).
FACTORES PSICOLÓGICOS
Disfunción conyugal Separación padres Nacimiento de hermano Ingreso a escuela Cambio de casa Abuso físico o sexual Muerte o accidente de un familiar Hospitalización
El estrés psíquico disminuye la capacidad de inhibición de la micción. Preocupación por otras actividades disminuye la capacidad de reconocer la sensación de llene vesical Lo más importante es el abuso (puede producir enuresis/encopresis secundaria). Una población especial son los niños con TDAH, ya que pueden presentar pseudoenuresis (están tan distraídos que se les olvida orinar). En muchos de ellos, al tratarles el TDAH, se pasa la enuresis. Factores de riesgo
Antecedente familiar Método enseñanza inadecuado Eventos estresantes Disfunción familiar Bajo NSE Hacinamiento Mala calidad de vivienda Trastornos del sueño Trastornos del lenguaje Retraso del desarrollo psicomotor Encopresis
Conclusiones Este trabajo nos ha servido, en primer lugar, para darnos cuenta que los padres son tomados como modelos por sus hijos y de ellos depende muchas veces el origen de un trastorno psicológico. Las alteraciones funcionales de la micción y de la defecación son muy frecuentes en la población general, y mucho más entre los pacientes neurológicos.
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Psicopatología de la conducta El trastorno de conducta es un trastorno del comportamiento que puede ser diagnosticado en el niño y el adolescente y se caracteriza por comportamientos antisociales que violan las reglas sociales y dificulta la convivencia con sus iguales. Los comportamientos antisociales pueden incluir: irresponsabilidad, los comportamientos transgresores (absentismo escolar, escaparse de casa…), violación de los derechos de los demás (robar) o la agresión física. Normalmente unos comportamientos acompañan a otros y bien pueden darse de forma aislada. Causa Las causas del trastorno de conducta son multifactoriales aunque se cree que hay un peso genético importante y el tipo de entorno donde crece el niño también, es decir, que los niños que crecen en hogares desestructurados tienen mayor probabilidad de desarrollar un trastorno de la conducta. También se ha visto una relación entre el nivel socioeconómico bajo y este tipo de trastornos. Son pacientes que pueden desarrollar comportamientos delictivos. Los trastornos de la conducta afectan entre 1-4% de los niños entre 9 y 17 años y es más frecuente en los chicos. Síntomas A menudo el trastorno de conducta se manifiesta junto con otros trastornos del estado de ánimo como ansiedad o estrés, trastorno de déficit de atención e hiperactividad o abuso de drogas. La sintomatología de los trastornos de conducta interfiere en las relaciones con los demás, el aprendizaje y en la adaptación del niño en la escuela. Los síntomas más comunes se pueden dividir en cuatro grandes grupos: Conducta agresiva: pueden ser amenazas o agresiones físicas/verbales hacia los demás. Se puede manifestar como un comportamiento intimidante, tendencia a las peleas, uso de armas, crueldad con los animales o abusos de todo tipo. Conducta destructiva: como vandalismo, destrucción de lo ajeno, provocar incendios… Engaño: uso habitual de la mentira, robo y delincuencia Transgresión de las reglas: en los niños o adolescentes es típico el no asistir a la escuela, hacer bromas pesadas, escaparse de casa o iniciar precozmente la actividad sexual.
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Tratamiento El tratamiento se ha de individualizar pero puede incluir terapia cognitivo conductual para aumentar la capacidad del paciente para resolver problemas y aumentar la capacidad de comunicarse o controlar los impulsos y la ira. La terapia familiar o en grupo también puede ser interesante. La medicación no se considera muy eficaz en este tipo de trastorno salvo para paliar algunos síntomas como la ansiedad. Prevención del trastorno de la conducta en la infancia Como en los casos de trastorno con conducta oposicionista y desafiante (ODD), algunos expertos creen que en la manifestación del trastorno de la conducta ocurre una secuencia de experiencias relacionadas con el desarrollo del niño. Esta secuencia suele comenzar con prácticas de crianza ineficaces, seguida por fracasos escolares y relaciones problemáticas con los compañeros. Son experiencias que a menudo producen un estado de ánimo depresivo y que los llevan a involucrarse con un grupo de amigos rebeldes. No obstante, otros opinan que muchos otros factores, como el maltrato en la infancia, la susceptibilidad genética, un historial de fracasos escolares, daño cerebral y, o experiencias traumáticas, pueden influir en la manifestación de un trastorno de la conducta. La detección y la intervención tempranas en las experiencias negativas familiares y sociales pueden interrumpir la secuencia de experiencias que conduce a comportamientos más perturbadores o agresivos.
Conclusiones
El cambiar el comportamiento apropiado del niño puede ayudarlo a obtener el dominio de sí mismo que necesita para que sea responsable y considerado con otros. Los niños pequeños necesitan que sus padres los guíen y apoyen para que comiencen el proceso de aprender a controlarse
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EPILOGO La psicopatología infantil es de mucha importancia porque a través de un número de supuestos y conceptos nos presenta una concepción a la luz de los enfoques que más la han estudiado: el conductual y el psicodinámico, los que utilizando métodos empíricos buscan explicar la conducta desajustada, a la vez que establecen esquemas clasificatorios de abordaje e investigación. Estos enfoques concuerdan que la neurosis no es heredera, y que es el medio ambiente el determinante de ese tipo de comportamiento. Afirman que gran parte de los niños aprendan a comportarse de diferentes maneras teniendo como modelos a sus padres, quienes moldean y refuerzan el comportamiento de sus hijos; lo que viene a constituir la primera fase a través de la cual el niño aprende a desenvolverse y a socializarse. El tema de las psicosis infantiles no ha sido tan revisado como el de las neurosis debido a la poderosa influencia de que la esquizofrenia se inicia en la adolescencia. Por este motivo, los niños cuyo comportamiento era inusualmente peculiar se les consideraban como deficientes mentales con lesión cerebral y eran tratados como tales mediante la reclusión en una institución para deficientes mentales. Los padres y maestros, y la comunidad en general, deben considerar que el tratar con niños no es algo fácil sino que se debe tener cuidado para entender su comportamiento, ya que estos trastornos afectan la vida socioemocional, social y educativa. Cada persona, mediante su desarrollo madurativo, aprende a madurar y, a la vez, a resolver sus problemas. Al niño con trastornos neuróticos, a diferencia del niño normal, le es difícil dar solución a aquello que le genera ansiedad. Peor aún, el niño psicótico, con su falta de interés por su medio, con un pensamiento difuso, relación emocional defectuosa, cambios bruscos en el comportamiento, etc., será más probable que no tenga aceptación por el ambiente que le rodea. Finalmente para poder tener una buena información se tiene que empezar primero por la observación, ya que ésta es el primer paso a través del cual podemos analizar el comportamiento del sujeto ante determinadas situaciones; teniendo en cuenta para el diagnóstico la historia clínica y opiniones de diferentes profesionales que están involucrados con la problemática del niño. Es necesario considerar a los padres en el tratamiento del niño, ya que estos son los que brindan afecto, atención, refuerzo y castigo a sus hijos.
Recomendaciones
Realizar investigaciones que ayuden a identificar nuevos factores de riesgo, que potabilizan los comportamientos anormales; con esto se logrará proponer un concepto o definición clara sobre el término neurosis y psicosis.
Instaurar programas preventivos, en los centros de salud, municipios y colegios, dirigidos a los padres, para que mantengan relaciones afectivas, en un ambiente con normas definidas y consistentes, para que los hijos logren un ajuste social y personal adecuado.
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Revision Bibliografica 1. C.J. Montes, P.E. Rueda, E.Urteaga, R. Aguilar y O. Prospero. “De la restauración neuronal a la reorganización de los circuitos neuronales: Una aproximación a las funciones del sueño.” (02-04-2011) http://www.neurologia.com/pdf/Web/4307/w070409.pdf. 2. http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_psicopatolog%C3%ADa
3. http://www.psicologiacientifica.com/control-motor-bases-neurofisiologicas/ 4. http://www.edipica.com.ar/archivos/leandro/psicoanalisis/psiconinios/ajuriaguerra3.pdf 5. http://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/trastornos-de-ansiedad/index.shtml 6. http://humanidadyciencia.blogspot.com/2012/11/la-psicopatologia-eso-que-es-pedro.html 7. http://www.unioviedo.es/psiquiatria/docencia/material/PSICOLOGIAMEDICA/201213/11PM-LENGUAJE.pdf 8. http://www.elergonomista.com/enfermeria/sue.htm 9. http://www.edipica.com.ar/archivos/leandro/psicoanalisis/psiconinios/ajuriaguerra2.pdf
10. http://www.elergonomista.com/enfermeria/conducta.htm
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