1 minute read

DESARROLLO

Next Article
PREPARACIÓN

PREPARACIÓN

1. Aprende a auto-abastecerte

El hecho de no saber “nutrirnos”, atendernos y autoabastecernos es una maldición, una especie de sortilegio que nos obliga una y otra vez a cometer el mismo error, la misma conducta, el mismo pozo: buscamos en los demás lo que no nos ofrecemos a nosotros mismos. Si iniciamos un proyecto esperamos que nuestra pareja, amigos y familia respalde cada idea, cada ilusión, cada objetivo y cada propuesta. Si no lo hacen, si valoran de forma negativa algún aspecto quizás nos quede la sensación de que en el fondo lo que quieren es tirar por tierra nuestra idea. Así, podemos llegar a tomárnoslo como un ataque personal.

Advertisement

2. Evita las auto-afirmaciones positivas genéricas

Lo señalábamos al inicio. Hay quien no sale de casa sin antes haber cumplido un sencillo ritual, el de ponerse ante el espejo y repetirse aquello de “me quiero, soy capaz, soy hermoso, nadie puede hacerme daño o soy alguien que vale la pena”.

Bien, es muy posible que a más de uno le sirva la fórmula, pero hemos de entender que este tipo de expresiones genéricas funcionan casi siempre como “calorías vacías”. Es decir, dan ánimo para un tiempo determinado, pero a las pocas horas se digieren y el efecto se desvanece. Son ideas resbaladizas, que al no ser concretas difícilmente evocan recuerdos que actúen como asideros.

Por ejemplo: “en el pasado te hicieron daño, te hicieron creer que eras pequeño/a e insignificante, pero ahora has curado tus heridas y tienes la piel mucho más dura. Ahora eres un gigante, atrás quedó el niño asustado de ayer. Ahora nada va a poder contigo”.

3. La autoestima no se alimenta solo de “esperanza”, necesitas convicciones

Hay personas que con el propósito de fortalecer su autoestima se dicen a sí mismas frases como “todo me va a salir bien, voy a tener éxito o voy a lograr esto y lo otro y todo lo que me proponga”.

Tal y como hemos señalado antes, este tipo de refuerzos tienen una batería muy corta. Debemos entender que cuando estamos a ante una persona con una baja autoestima, no le va a servir de mucho que la alimentemos a base de simples esperanzas, lo que necesita son convicciones, aspectos firmes, concretos, realistas y tangibles.

Es necesario por tanto que aprendamos a “retroalimentarnos” y para ello, lo mejor es focalizar la propia mirada hacia nuestras competencias, logros y habilidades siendo realistas.

“A mi se me dan muy bien los temas sociales. Saqué una buena nota en mi carrera universitaria y estoy capacitado para trabajar en este ámbito, no tengo que sentirme inseguro porque tengo adecuadas competencias no hay razón pues para dudar de mí. No debo, por tanto, dudar de mi mismo. Sé lo que valgo y entiendo que tengo altas probabilidades para conseguir lo que quiero, porque en el pasado ya he alcanzado varios logros…”

This article is from: