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Nihilist Blog

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Una idea atroz me asalto una noche que prometía ser placentera. ¿Qué fue? No lo sé… ¿Una idea? ¿Un ser? ¿Un demonio? o la nada misma. Lo que si se es que ese fue el ultimo día en que pude dormir. Una voz me robo el sueño a mitad de la noche, la voz parecía provenir de algún lugar de la habitación en donde me encontraba. Algún lugar en donde los objetos no eran bañados por la tenue luz de la luna que entraba por la ventana. -Despierta… - Dijo la voz.

Prejuicio

No existe libertad más amplia e ilimitada que la libertad que experimentamos en el terreno de las ideas. Allí es donde los conceptos tienen entidad propia y la realidad pierde su origen, su sustento, su causa prima… la materia. Dentro de este universo se encuentra nuestro preciado mundo privado. Nuestro reino intocable y sagrado en donde somos dueños, amos y señores. Allí es donde no existe límite que no sea impuesto por nosotros mismos. Sin embargo, esta vasta libertad se encuentra siendo amenazada constantemente. El pasado y su actitud transformadora deja marcas tan profundas en la comarca, que todo aquello que fluya por su fértil terreno es encauzado, formando corrientes limitadas que aumentan constantemente su caudal a medida socavan aquello que los rodea. Esa libertad que antes se expandía alegremente hasta abarcar todo lo que tenía a su alrededor

Orden, perfección y belleza son conceptos que muy a menudo se encuentran asociados en la conciencia del hombre. La idea occidental de un mundo perfecto requiere necesariamente del orden y la previsibilidad. El hecho que orden, perfección y belleza se encuentren asociados es una injusticia lingüística flagrante contra el caos y su belleza evidente. ¿Existe alguien que no vea belleza en el caos cromático de un bosque otoñal? El caos y la imperfección es lo que reina en el mundo real y si no podemos colocar nuestro concepto de belleza en la realidad, lo colocamos fuera de ella, en oposición a ella, con consecuencias más que obvias. Estamos olvidando también que el caos no solo es parte imprescindible y constitutiva de la realidad sino que también es vital y necesario. La realidad no podría nunca ser perfecta

Hay quienes el color azul les produce tristeza, hay quienes no pueden evitar sonreír cuando ven un niño jugar, hay quienes respiran hondo cuando ven una flor y están los que se ponen melancólicos con el olor que causa la lluvia cuando moja la tierra. ¿Por qué un mismo hecho puede significar cosas tan diferentes? ¿Cuál es el verdadero significado de las cosas? Los hechos en si se encuentran carentes de significado. Es el “yo” el que vuelca su significación sobre todo lo que lo rodea. No tiene otro remedio, una vacuidad de los hechos violaría una ley muy importante de la existencia del ser. ¿Se puede existir sin significar lo que existe? Sería una existencia que no es consciente de su existencia, una existencia

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