CADENA DE SUMINISTRO Y OPERACIONES: NUEVO ENTORNO POST COVID-19 Por: Juan Cisneros, equipo DATADEC
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No hay mal que cien años dure y por supuesto que como todas las anteriores, esta crisis provocada por el COVID-19 pasará, y también como todas las anteriores, dejará su “poso” particular en forma de cambios definitivos tanto económicos como sociales. La gestión de la cadena de suministro no será una excepción, de hecho, será una de las más impactadas dada la importancia y el peso que ha demostrado tener en
situaciones como la actual. Hemos visto de cerca las consecuencias del desabastecimiento de ciertos productos sanitarios en el mercado y también la importancia que ha tenido a la hora gestionarse eficazmente para no desabastecer de productos básicos el mercado, pese a la preocupación colectiva inicial de llenar la despensa del comienzo de la crisis generada por la desconfianza.
No nos quepa duda de que la cadena de suministro ha tenido un papel fundamental a la hora de ir generando confianza en los consumidores confinados e ir tranquilizando las aguas y moderando el consumo de ciertos artículos con el paso del tiempo. Sin el uso de la tecnología y la gestión de la información esto hubiera sido impensable. Los datos han sido la base de decisiones tomadas en base a un mayor conocimiento de la situación forjado a partir del tratamiento y análisis masivo de los mismos. Gracias a la evolución que han experimentados nuestros directivos en los últimos años, que han pasado de basar sus decisiones en intuiciones, para dar paso a información objetiva como base
para apoyar su conocimiento de la situación, se ha podido enfrentar esta crisis en unas condiciones sin las cuales el desenlace hubiera sido mucho peor. La tecnología ha mejorado mucho la gestión y todavía debe hacerlo más y con ella, otros factores van a pasar en pocas semanas de ser opciones “pre COVID-19” a ser necesidades “post COVID-19” para la gestión de la cadena de suministro. Veamos los requerimientos que la cadena de suministro requerirá en el nuevo escenario que surgirá tras el COVID-19.
Nuevos requerimientos de la cadena de suministro Mediante un considerable esfuerzo de abstracción y síntesis vamos a tratar de resumir las principales tendencias de la cadena de suministro
que trataremos de desarrollar en próximos artículos. Esto es lo que llamamos las píldoras de la cadena de valor.
1.- Tratamiento del Big Data
En nuestra opinión está siendo y será el requerimiento más importante en la gestión de la cadena de suministro después del COVID-19. De la misma forma que hoy nadie se plantea trabajar sin ordenadores, en breve el uso de Big Data en todo lo referente al funcionamiento y gestión de la cadena de suministro será lo habitual, imprescindible para ser competitivo y aportar valor. Del uso del Big Data penden el resto de los requerimientos en mayor o menor medida. La recopilación y análisis de datos útiles en grandes cantidades y provenientes de múltiples fuentes, será casi lo único que permita tomar decisiones en el medio plazo, la cadena de suministro se servirá del Big Data para sus predicciones de toda índole, para satisfacer las necesidades de clientes y predecir los requerimientos de producción, pero no solo eso, las interacciones entre los diferentes puntos de la cadena y sus interrelaciones cambiarán a tenor de cómo utilicemos la información que nos proporcione. El control de toda la cadena en cuanto a consumos de energía, datos de procesos internos, datos de clientes, feedback de los pedidos, plazos de entrega, tiempos de reparto, calidad de los materiales, usabilidad de productos, niveles de satisfacción, incidencias, etc dependerán de ello. La eficacia del uso del Big Data será lo que aporte valor y diferenciación a la cadena de suministro. Deberemos ser capaces de aprovechar los datos presentes en la Red junto con los generados por cada eslabón y saber determinar en qué medida esos datos resultan
útiles y de calidad para cada componente de la cadena, es decir, deberemos ser capaces de aprovechar toda la información disponible para convertirla en información útil para tomar decisiones estratégicas, de diseño, de imagen, de producción, logísticas, de atención al cliente, etc.
2.- Sostenibilidad
La sostenibilidad no sólo es un tema que afecte a la elección del transporte menos contaminante. Esta es sólo una parte. Las empresas que formen parte de la cadena de suministro e internamente en cada proceso deberán establecer KPI’s que controlen los objetivos de sostenibilidad a alcanzar. Esto va en paralelo con la formación del personal que debe generar o manejar estos KPI’s, esto a su vez modificará sustancialmente la propia filosofía de empresa que deberá ganar importancia para este nuevo criterio que cada vez cobra mayor importancia. Evidentemente este cambio afecta directamente a sus grandes clásicos, como una importante reducción del uso de plásticos (embalajes, bolsas, flejes, etiquetas, etc.) o la reducción de emisiones, no sólo en lo que respecta a la sustitución de vehículos que funcionan con combustibles fósiles por otros eléctricos o con combustibles alternativos sino también en la adaptación de los recorridos internos y/o rutas de distribución en cuyo diseño deberá entrar un nuevo criterio a tener en cuenta: el menor consumo de energía posible.
3.- Tecnologización
Ya nadie discute que tras esta crisis va a generarse un nuevo entorno con nuevas reglas del juego. La sociedad, las empresas del sector y también las que no pertenecen directamente al sector logístico se han percatado gracias a este “cisne negro” del papel tan importante que juega la logística en nuestra sociedad y, por ende, el papel vital que la tecnología tiene en su desempeño. La digitalización total y la computación en la nube ya no son una opción que debe estudiarse y decidir si interesa o no, es que ya son vértebras de la espina dorsal del sistema. Sin ellas, el sistema se detiene. Las empresas por tanto deberán adaptarse y rápido, con una dificultad añadida por la crisis económica que a todas luces se nos viene encima. Las empresas de menor tamaño no van a poder centrarse en sobrevivir, que seguramente será lo que necesiten, porque su nivel de digitalización y aplicación de dicha tecnología serán las responsables y las claves de su supervivencia. Por tanto, se va a requerir de la cadena de suministro que esté totalmente digitalizada, que aproveche al máximo sus recursos de computación en la nube y que evite despilfarros a fin de controlar sus costes proporcionando un nivel de servicio de altísima calidad y eficacia, algo que será exigido por el cliente más aún si cabe.
4.- Automatización
En esta misma línea el contacto y la intervención humana debe reducirse al máximo e incluso eliminarse de la ecuación, para ello la inteligencia artificial y los automatismos serán una exigencia en la cadena de suministro. La Supply Chain debe empezar su transformación hacia la Smart Supply Chain. Las fábricas inteligentes podrán servirse de cadenas de suministro inteligentes con comunicaciones extremadamente ágiles y redes colaborativas a nivel global interconectadas en tiempo real. Una cadena de suministro hiperconectada, digitalizada y ultraeficaz.
5.- Flexibilidad
La imagen que ilustra una adaptación flexible es siempre la misma, la del junco que se dobla a favor del viento y no cae ni se rompe porque es capaz de mecerse a su ritmo. En el nuevo entorno de vientos cambiantes, todo tendrá que flexibilizarse y adaptarse, almacenes comerciales multicliente, cadenas productivas multiproducto, cadenas de distribución descentralizadas, información compartida a velocidad y niveles nunca vistos, etc. Procesos inteligentes que gracias a la cadena de suministro inteligente podrán asignarse en base al conocimiento que los distintos proveedores proporcionarán y que gracias al tratamiento del Big Data podremos ver qué proveedores tienen capacidad disponible para esas necesidades concretas. La cadena de suministro deberá adaptarse a esa nueva forma de trabajar, de colaborar, y atenderá las necesidades de
aprovisionamiento y/o distribución allá donde se necesiten y siempre actuará hiperconectada adaptándose constantemente a esas necesidades cambiantes al tiempo que recopilará, generará y responderá con información precisa en tiempo real siguiendo en todo momento al producto, en todas las fases de su ciclo de vida.
6.- Centralización
Centralizar la producción en determinados países da rigidez a la cadena de suministro, y la cadena de suministro post COVID-19 es algo que no puede permitirse. De hecho, se espera que la tendencia sea justo la contraria. A veces el mercado se dirige ciegamente hacia su agujero particular y hasta que no se cae dentro, parece no darse cuenta.
7.- Colaborativa e innovadora
Esto más que un requerimiento será una consecuencia. La cadena de suministro post COVID-19 inevitablemente tenderá a la colaboración y la innovación, compartirá información entre múltiples fuentes y destinos y se servirá de ella para poder trabajar. La cadena de suministro para ser eficiente necesitará ser inteligente, visible y transparente, en definitiva, deberá compartir y colaborar para su gestión habitual y para innovar
nuevas formas de gestión que le permitan adaptarse rápidamente al mundo cambiante que le espera.
Conclusiones
Un nuevo entorno requiere una nueva gestión. La cadena de suministro se desenvolverá tras la pandemia en un entorno cambiado y cambiante no solo respecto a cambios de la demanda sino también respecto a cambios de filosofía, de mentalidad social y tecnológicos. Avanzamos
inevitablemente hacia la sostenibilidad, hacia niveles de stock que no rompan la cadena pero que no se acumulen en exceso, hacia sistemas de producción robotizados y conectados y la cadena de suministro está obligada a adaptarse de forma eficaz aprovechando todos los recursos tecnológicos y de información a su disposición. Toda la sociedad en general se ha dado cuenta de la importancia de que la cadena de suministro no se detenga y mucho menos en tiempos de crisis. Este cambio de mentalidad que ya estaba siendo patente en el escenario precrisis, será mucho más acentuado el nuevo entorno que se genere tras ella. Sectores poco vinculados tradicionalmente a la gestión de la supply chain como la restauración, ven (a la fuerza) un nuevo futuro en la tecnologización y buena gestión de su cadena de suministro como posible solución de supervivencia a esta crisis, algunos incluso están creciendo gracias a ello y seguirán haciéndolo previsiblemente después. Algunos están montando “cocinas ciegas” es decir, centros de producción no abiertos al público salvo a través del ecommerce, que requerirán una gestión completa de su supply chain. Han tenido suerte y han podido reaccionar sobre la marcha porque ya era una tendencia establecida en el mercado. Pero los sectores que no miraron en esa dirección pudiendo hacerlo, hoy pagan (quizá demasiado caro) el precio de su error. Sin lugar a dudas, el futuro inmediato se va a configurar como un puzzle de factores críticos entre los que podemos
resaltar: ● La flexibilidad ● La sostenibilidad ● El diseño de un modelo inteligente (smart) Tras la crisis la supply chain ganará mayor peso estratégico, ganará interés social y empresarial y sus distintos eslabones estarán dispuestos a innovar generando nuevas formas de gestión que les permitan adaptarse al nuevo mundo en el que se desenvolverán.