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PLANEADAS PARA NO DEJAR GOBERNAR

Las mentiras políticas del presente tienen como propósito deslegitimar al poder popular y legitimar a la oposición que parece dispuesta a impedir gobernar, con falsedades que edifican odio, extienden la venganza, desvirtúan la política de contrarios, crean desconfianza hacia el gobernante y tienden a separar, fracturar, herir de muerte la posibilidad de los cambios pactados. Por Manuel Humberto Restrepo Domínguez. En agosto de 1762 Cristophe de Beamont, arzobispo de Paris, lanzó falsas acusaciones contra la persona de Rousseau, quien se vio en la obligación de defenderse y al tiempo llamar a sus lectores a no fluctuar como un “necio público” que, sin tener claro un porqué, desconfiaba y pasaba del aprecio al odio. La voz del arzobispo superaba la fuerza de una odiosa mentira común, era una voz de alto impacto político, su capacidad producía daño moral al filósofo y afectaciones sociales en la convivencia por su capacidad para provocar divisiones en la opinión y romper hilos del tejido social. Los nazis encontraron la formula eficiente de la mentira con la regla de Goebels del Repite una mentira con suficiente frecuencia y se convertirá en verdad (ilusión de verdad…leer más

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