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PERO EL EJEMPLO GUÍA
En los últimos años, la crisis ambiental se ha convertido en un tema insoslayable que solo una pequeña minoría se atreve a negar. Pero el cambio climático no se combate con declaraciones de buenas intenciones. Hacen falta acciones concretas, y Cuba — otra vez— sirve de ejemplo. LUIZ BERNARDO PERICAS. La cuestión ambiental adquiere cada vez más centralidad entre los temas que preocupan a los políticos y a la población a nivel mundial. Logra movilizar a un amplio espectro de actores que abarca desde autoridades gubernamentales hasta organizaciones de la sociedad civil. Los activistas que manifiestan su insatisfacción con las posturas negacionistas y rapaces de las grandes empresas y Estados nacionales son heterogéneos: celebridades mediáticas ecocapitalistas, ecopopulistas de izquierda y liberal-radicals. La comunidad científica y las entidades como Greenpeace y WWF también se involucran en este tema candente (y urgente) que cada día suscita más reacciones (y presiones) de oenegés de todo el mundo contra la degradación acelerada de la naturaleza. Sin duda, todos estos actores actúan como una caja de resonancia de las denuncias cotidianas contra la condición crítica en la que se encuentra el planeta. Señalan problemas que incluyen el cambio climático, el desmonte, los incendios, la contaminación de los ríos…leer más
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