año 2 - nº 3 - Marzo 2010
Marosa Di Giorgio / Alicia Preza | El antidetective: sobre una novela de Levrero | Mejores discos uruguayos 2009 | Alaska | Ucronía de una muerte anunciada
> poesía sin costo > crítica a bajo precio > cultura en módicas cuotas
la imaginación
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sumario
(no benedetti)
estamos forrados en guita - staff.................................................................................... 4 editorial................................................................................................................................. 5 poesía I La imaginación desbordada | Marosa di Giorgio............................................................6 poesía II La imaginación incendiada | Alicia Preza...................................................................... 16 esto no lo dije yo El antidetective | Sobre una novela de Mario Levrero................................................ 24 totally wired I Mejores discos uruguayos 2009...................................................................................... 28 totally wired II Alaska | Nada trascendental, puro divertimento.......................................................... 34 celuloide I Achtung | Ucronía de una muerte anunciada............................................................... 38 celuloide II Cuando ver ya no importe................................................................................................. 43 cheque en blanco............................................................................................46 blogósfera......................................................................................................51
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staff
estamos forrados en guita: Redactores:
Editores:
Agustín Acevedo Kanopa
Stephanie Amaro
Nicolás Grandiroli
Juan Manuel Sánchez
Gastón Paolini (Argentina) paolinigaston@gmail.com
Diseño e ilustraciones:
Juan Manuel Sánchez
Stephanie Amaro
Nadia Bukowski Isabel Gallo
Contacto:
Diego Sapienza
revistaguita@gmail.com
Corrección: Stephanie Amaro
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editorial
editorial
¡Se nos vino el verano encima! Esa especie de limbo espacio-temporal que en Uruguay se extiende desde los preparativos de las fiestas hasta la semana de turismo inclusive. Veníamos armando nuestro tercer número, incluso haciendo planes para un especial veraniego, pero el apocalipsis estival llegó antes de lo planeado y casi sin darnos cuenta, todo lo referido a esta revista quedó en suspenso. Lo cierto es que achanchados en una silla playera o empantanados en asfalto derretido, no pudimos continuar. Poco a poco nos fuimos desperezando, una breve reseña que salió en un diario, nos hizo recordar que teníamos una revista llamada Guita. La presión de varios conocidos y amigos que nos preguntaban para cuándo el próximo número, nos daba ánimos a la vez que nos terminó ganando por cansancio. Alicia Preza, llegó a bromear de que su poesía es tan mala que había sido la razón por la habíamos abandonado el proyecto. Finalmente aquí está, tras larga espera, el número TRES de Guita, porque el mundo continúa girando y por la guita gira el mundo.
Juan Manuel Sánchez
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poes铆a I
desbordada la imaginaci贸n
Marosa di Giorgio
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a
poesía I Mucho se ha dicho y escrito sobre Marosa di Giorgio desde su muerte en Agosto de 2004. Quizás queriendo contrarrestar la relativa indiferencia que suscitó mientras vivía. Al revés que los argentinos, ávidos de nuevos dioses y santos que canonizar, los uruguayos tenemos un complejo derecho canónico, que exige estar muerto y varios milagros para acceder al olimpo literario.
No creo entonces que haya nada nuevo que decir
sobre Marosa di Giorgio por el momento, ya vendrán nuevos críticos que con la distancia del tiempo podrán aportar nuevas perspectivas. Leer a Marosa di Giorgio es adentrarse en un mundo denso y líquido, con una naturaleza perturbante y perturbada cargada de ferocidad y erotismo. Donde criaturas de todo tipo acechan con lujuria y voracidad, pulsiones que en el universo marosiano parecen sinónimos o al menos manifestaciones de un misterio más profundo que sólo podemos intuir. Es a su vez una poesía fluida, tanto por el continuo torrente de imágenes que se nos van presentando, como desde el punto vista formal, en el uso de encabalgamientos que liga un verso con el siguiente atenuando de esta forma el corte de los mismos, dándole de esta manera su cualidad líquida a la poesía de di Giorgio. Líquido que es a su vez, amniótico y fluido vaginal (¿de la propia poeta quizás?) conjurado por el mundo erótico creado y que lo termina por desbordar todo. Leer a Marosa di Giorgio es sumergirse y ser llevado por la corriente alucinógena en la que todo es distorsionado, las frutas tienen otro color, los animales adquieren características humanas o minerales. Las cosas tienen movimiento, pierden su identidad, se funden y se confunden, empapadas por la libido que las mantiene en un estado de mutación constante. La poética de di Giorgio tiene una lógica onírica (o una no-lógica si así quiere entenderse) que es en buena parte deudora del surrealismo. Sin embargo, Marosa logró construir una personalísima versión de esta vanguardia. Mientras que para el surrealismo, los elementos subconscientes, eran una nueva forma de aproximarse a la realidad, para Marosa di Giorgio es el mecanismo por el cual desborda una sensualidad que se vuelve ilimitada. Su poesía parece abarcarlo todo, en un desenfreno de deseo que podría consumir al mundo y donde los objetos se tornan a su vez deseosos. Ella también parece disolverse en
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poesía I sus versos, tornarse parte de esa vorágine líquida en la que terminaremos siendo consumidos. Al menos a mí, siempre que la leo no puedo evitar asociarla con aquella pelirroja de boca eternamente torcida y vestida como sacerdotisa de un extraño culto que nunca llegamos a descifrar. Quizás nada de lo que dije en este artículo tenga sentido, quizás no haya hecho más que escribir en círculos, son los riesgos que se corren cuando se escribe sobre una escritura que se contacta con la parte menos racional del ser humano. Siempre he envidiado esa imaginación que emana de Marosa di Giorgio, caudales de imágenes que emanan como de un manantial inagotable. Por lo pronto, lo que importa es empaparse, sumirse, dejarse llevar a donde las corrientes que Marosa di Giorgio produce, nos lleven. Juan Manuel Sánchez
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poesía I
poemas Anoche, volvió, otra vez, La Sombra; aunque ya habían pasado... Anoche, volvió, otra vez, La Sombra; aunque ya habían pasado cien años, bien la reconocimos. Pasó el jardín violetas, el dormitorio, la cocina; rodeó las dulceras, los platos blancos como huesos, las dulceras con olor a rosa. Tomó al dormitorio, interrumpió el amor, los abrazos; los que que estaban despiertos, quedaron con los ojos fijos; soñaban, igual la vieron. El espejo donde se miró o no se miró, cayó trizado. Parecía que quería matar a alguno. Pero, salió al jardín. Giraba, cavaba, en el mismo sitio, como si debajo estuviese enterrado un muer[to. La pobre vaca, que pastaba cerca de la violetas, se enloqueció, gemía como una mujer o como un lobo. Pero, La Sombra se fue [volando, se fue hacia el sur. Volverá dentro de un siglo. De "Los papeles salvajes" 1971
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poesía I Los hongos nacen en silencio; algunos nacen en silencio... Los hongos nacen en silencio; algunos nacen en silencio; otros, con un breve alarido, un leve trueno. Unos son blancos, otros rosados, ése es gris y parece una paloma, la estatua de una paloma; otros son dorados o morados. Cada uno trae -yeso es lo terrible-- la inicial del muerto de donde procede. Yo no me atrevo a devorarlos; esa carne levísima es pariente nuestra. Pero, aparece en la tarde el comprador de hongos y empieza la siega. Mi madre da permiso. El elige como un águila. Ese blanco como el azúcar, uno rosado, uno gris. Mamá no se da cuenta de que vende a su raza. De "Los papeles salvajes" 1971 Mi alma es un vampiro grueso, granate, aterciopelado... Mi alma es un vampiro grueso, granate, aterciopelado. Se alimenta de muchas especies y de sólo una. Las busca en la noche, la encuentra, y se la bebe, gota a gota, rubí por rubí. Mi alma tiene miedo y tiene audacia. Es una muñeca grande, con rizos, vestido celeste. Un picaflor le trabaja el sexo. Ella brama y llora. Y el pájaro no se detiene. De "Obra completa " 2005
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poesía I Bajó una mariposa a un lugar oscuro... Bajó una mariposa a un lugar oscuro; al parecer, de hermosos colores; no se distinguía bien. La niña más chica creyó que era una muñeca rarísima y la pidió; los otros niños dijeron: -Bajo las alas hay un hombre. Yo dije: -Sí, su cuerpo parece un hombrecito. Pero, ellos aclararon que era un hombre de tamaño natural. Me arrodillé y vi. Era verdad lo que decían los niños. ?Cómo cabía un hombre de tamaño normal bajo las alitas? Llamamos a un vecino. Trajo una pinza. Sacó las alas. Y un hombre alto se irguió y se marchó. Y esto que parece casi increíble, luego fue pintado prodigiosamente en una caja. De "La liebre de marzo" 1981
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poesía I Los hongos nacen en silencio; algunos nacen en silencio... Los hongos nacen en silencio; algunos nacen en silencio; otros, con un breve alarido, un leve trueno. Unos son blancos, otros rosados, ése es gris y parece una paloma, la estatua de una paloma; otros son dorados o morados. Cada uno trae -yeso es lo terrible-- la inicial del muerto de donde procede. Yo no me atrevo a devorarlos; esa carne levísima es pariente nuestra. Pero, aparece en la tarde el comprador de hongos y empieza la siega. Mi madre da permiso. El elige como un águila. Ese blanco como el azúcar, uno rosado, uno gris. Mamá no se da cuenta de que vende a su raza. De "Los papeles salvajes" 1971
Había nacido con zapatos. Rojos, finos, de taco alto... Había nacido con zapatos. Rojos, finos, de taco alto, que fueron la desesperación de todos los que vivimos juntos en aquel tiempo. Y en la cara tenía varias dentaduras, y lentes celestes como el fuego. Al pasar, por la tarde, parecía el ángel de la devoración con pie punzó. Mas, en realidad, amó la luz solar. Comía guindas, llevándose una a cada boca. Y sentía temor y amor hacia el Maestro Tigre que llegaba
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poesía I en la noche a buscar doncellas. Y nunca la eligió. De "La liebre de marzo" 1981
Ellos tenían siempre la cosecha más roja, la uva centelleante... Ellos tenían siempre la cosecha más roja, la uva centelleante. A veces, al mediodía, cuando el sol embriaga -si no, nunca nos atreviéramos-, mi madre y yo, tomadas de la mano, íbamos por los senderos de la huerta, hasta pasar la línea casi invisible, hasta la vid de los monjes. La uva erguía bien alto su farol de granos; cada grano era como un rubí sin facetas con una centella dentro. Ellos estaban aquí y allá con las sayas negras o rojas, y parecían escudriñar diminutas estampillas, grandes láminas, o meditar profundamente sobre el Santo de esos lugares. A nuestro rumor alguno dirigía hasta nosotras la mirada como una flecha de oro o de plata. Y nosotras huíamos sin volvernos, temblando bajo el inmenso sol. De "Historial de las violetas" 1965
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poesía I
De súbito, estalló la guerra. Se abrió como una bomba de azúcar... De súbito, estalló la guerra. Se abrió como una bomba de azúcar arriba de las calas. Primero, creíamos que era juego; después, vimos que la cosa era siniestra. El aire quedó ligeramente envenenado. Se desprendían los murciélagos desde sus escondites, sus cuevas ocultas caían a los platos, como rosas, como ratones que volvieran del infinito, todavía, con las alas. Por protegerlos de algún modo, enumerábamos los seres y las cosas: "Las lechugas, los reptiles comestibles, las tacitas...". Pero, ya los arados se habían vuelto aviones; cada uno, tenía calavera y tenía alas, y ronroneaba cerca de las nubes, al alcance de la manos pasaron los batallones al galope, al paso. Se prolongó la aurora quieta, y al mediodía, el sol se partió; uno fue hacia el este, el otro hacia el oeste. Como si el abuelo y la abuela se divorciaran. De esto ya hace mucho, aquella vez, cuando estalló la guerra, arriba de las calas. De "Los papeles salvajes" 1991
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poesía I Los leones rondaban la casa... Los leones rondaban la casa. Los leones siempre rondaron. Siempre se dijo que los leones rondaron siempre. Parecían salir de los paraísos y el rosal. Los leones eran sucios y dorados. Ellos eran muy bellos. Los ojos como perlas. Y un broche brillante en el pecho entre aquel pelo áureo. Los leones entraron a la casa. Corrimos a esconder los floreros de sal, de azúcar, el cometa Halley, las queridísimas sábanas nevadas, la colección estampillas. Y a traer los sudarios. Los leones eran al mismo tiempo, presentes e invisibles, al mismo tiempo, visibles e invisibles. Se oía el rumor de la leche que robaban, el clamor de la miel y la carne que cortaban. Llevaron hacia afuera a la abuela oscura, la que tenía una guía de rositas alrededor del corazón. Y la comieron fríamente. Como en un simulacro. Y -como si hubiese sido un simulacro!- ella tornó a la casa y dijo: -Los leones rondaron siempre. Están delante de los paraísos y el rosal. Dijo: -Los leones están acá. De "Mesa de esmeralda" 1985
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poes铆a II
la imaginaci贸n
incendiada Alicia Preza
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poesía II Podría comenzar este artículo hablando de la persona Alicia Preza, describir sus facciones de actriz de cine mudo, quizás condenada a morir en los brazos de un Conde Orlok interpretado por Max Schrek, del color de sus cabellos rizados y su mirada un tanto ausente, perdida en sus propios pensamientos. Pero esta es una revista de cultura, no de chusmeríos, así que prefiero concentrarme en los mundos interiores de Alicia Preza, o al menos lo que sabemos de ellos a través de su poesía. La poética de Alicia Preza es, en un primer plano, atemporal, no parece tener marcas en sus temáticas de nuestra época, ni gusta de nombrar lugares que nos ubiquen en el Montevideo actual. Sin embargo, aspectos formales como la utilización del verso libre y una sensibilidad deudora, por momentos, del surrealismo, genera una curiosa fusión del universo mitológico con el mundo contemporáneo donde es posible encontrar dragones en 18 de Julio y Gaboto o alquimistas que llevan la piedra filosofal con ellos mientras viajan en el 121. El universo que nos propone Alicia Preza, es un lugar inquietante, las personas se ven afectadas por fuerzas sobrenaturales que no pueden controlar. Sin embargo, parece haber una aceptación de estas entidades sobrenaturales, incluso en muchos casos se da una comunicación erótica con ellas. La comunicación erótica no se da solo con lo sobrenatural, también con la naturaleza, objetos manufacturados o bienes culturales. El tratamiento que recibe lo fantástico genera una relación de extrañeza con el lector. Quien lee se siente extrañado por la naturalidad en la que lo sobrenatural interactúa con el yo lírico y como ésta (en la mayoría de los casos podemos inferir que se trata de un yo lírico femenino) lo acepta como parte de su vida cotidiana. Terror y sensualidad se truecan, en “Anónima” los fantasmas beben de los senos y para no dejar lugar a la duda el verso anterior dice “Es tiempo de celebrar”, en “Escalinata”, seres indefinidos vacían la tumba del yo lírico y se hace notar la ausencia de los huesos del interlocutor. Esta sola imagen permite muchas líneas de interpretación como vampirismo, canibalismo, etc, no es la intención agotarlas todas en este artículo, pero se puede ver en ellas un funcionamiento bastante típico de la poesía de Alicia Preza. Por un lado está lo macabro de la tumba, los huesos y los no nombrados que expulsaron al yo lírico. Conviviendo con este tétrico panorama, se encuentra lo amatorio. A fin de cuentas, una tumba es una cama, una intimidad
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poesía II que comparte el yo lírico con su interlocutor. La referencia a los huesos, la ausencia de los mismos que se intenta menguar con un llamado, da una idea de una relación que pasa en buena parte por lo corporal. De la misma manera en que dos cadáveres son amantes, todas las cosas y seres adquieren propiedades extrañas en la poética de Alicia Preza. El invierno es significado por una calavera, las antorchas son capaces de saludar, los espejismos atrapan, la soledad tiene títulos de propiedad sobre escaleras. Y al igual que la salamandra mítica que tenía propiedades heredadas del fuego, la imaginación en la obra de Alicia Preza se encuentra en constante estado de incendio, ardiendo por un fuego a la vez erótico y mítico que durará mientras permanezcan estos versos en nuestra memoria. Heber Tabuelo
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poesía II
poemas
LA ESCALERA En esta alcoba de lápices hambrientos
[sueños.
juego a las escondidas,
Ahora comprendo,
ahí donde la luz confunde a los fantasmas.
mi soledad tiene cien escaleras habitadas,
Los duendes se hamacan
la desnudez de mi alma transita por la vida.
en el columpio infinito de los árboles.
En cada escalón había un escondite,
A lo lejos, se desmorona tu imagen,
una galera de recuerdos
cae como un pañuelo triste
una diapositiva antigua de mí misma.
como un pájaro inerte. He cerrado la puerta de una lágrima. Un vendaval se llevó tu nombre pasa el silencio, va de luto, pasa la muerte, una vieja postal. Acude un ángel a mi ombligo acude un verso a mi escenario. Siempre volví al mismo sitio, contemplé desde lejos mi absurda inocencia. Me atrapó un espejismo, una repetición de
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poesía II RAROS Cuando nacieron se apagó la luz. Tenían pelos, el sexo prominente. Cantaban el himno, hablaban francés, inglés, italiano. Escribían sonetos, tocaban el arpa. Eran dos, uno negro, el otro blanco. Sabían jugar al truco, al ajedrez. Bailaban tango, flamenco, árabe. Leían a Dante, Sócrates, Kafka. Hablaban de sexo, se masturbaban en la plaza. Fue un parto largo, silencioso. Se investigó el caso inútilmente indagaron a la madre sonreía ausente, pálida. Su diminuto sexo fue observado. Ellos se miraban, cómplices. Tomaban teta, celebraban la leche.
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poesía II LA INCÓGNITA
tus piernas son dos lápices ¿eres nena o varón?
La noche tarda
Hay un duende poeta
en develar testigos
recitando en mi cabeza
las erráticas sombras
me aturde y me fascina
vigilan mi escondite.
su pervertida lengua.
Alguien inventó la palabra
Acabo de darme cuenta
la tinta fatal, irresistible
de esta trampa siniestra,
goteando en el papiro
mi lápiz siempre estuvo al revés
bajo el cáliz azul del pensamiento.
nunca escribí mi nombre
Una congregación de animales
ni un poema, ni una carta.
festejan en el obelisco
Me engañaron,
es hora de contar
mi lápiz está maldito.
la verdadera historia la raza humana ha destilado sangre ellos se ocuparán de hacer justicia. La vida se escribe sola en el callejón del recuerdo. El poeta intenta rescatar imágenes inútil intento de fotografiar la muerte. La misión está oculta jamás sabrás de donde naciste la vagina es un medio, tu madre, el ombligo rosado, tu llanto coloquial. Escribieron tu nombre, te inventaron nunca estuviste muerto ni vivo. Tu mano empezó a gotear poesía y después nació tu sexo
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poesía II LA ESCALINATA Han dejado mi tumba vacía,
Aquí siempre es de noche
ni siquiera están tus huesos.
dicen que Dios no existe.
Te llamo,
Mi vientre se ilumina
un susurro de dragones
ya no quiero escuchar
apaga mi silencio.
los cantos del demonio.
Subo la escalinata del infierno,
Partiré,
se ríen de mi sombra azul.
cuando me olviden,
Anuncian mi llegada,
cuando mi penumbra
una página de fuego me detiene.
sea una máscara de hielo.
Escribo tu nombre,
Saldré volando para salvarme,
se incinera mi alma.
naceré entre tus piernas
En este sitio,
en el último suspiro
los rostros se intercambian.
de nuestro libro olvidado.
A veces soy mi madre, a veces me vuelvo un ogro, una princesa ciega un búfalo sin dientes. No puedo encontrarte. Desapareces como un mago, te ocultas en una oruga en las alas de un engendro. Quiero volver a la tierra me he resignado a amarte pero no me perdonan. Solo espero tu aparición estoy en cautiverio en las vértebras de un lápiz.
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poesía II ANÓNIMA
LA CUCARACHA
La salamandra está habitada.
Su rostro se apagaba lentamente,
Se dibujan seres en el fuego
en sus ojos de insecto vislumbré la tristeza.
animales, espectros, lágrimas.
Suplicaba un minuto de vida.
Dejo caer un fósforo
Quería despedirse de mi casa
un poema olvidado.
quedar inmóvil en un cuadro
El temporal anuncia su llegada.
y que nadie se asuste
Una antorcha me saluda, a lo lejos.
rememorar papeles y visiones.
Se parece a la muerte
Escribía en las noches de tormenta,
entrega una moneda por un cuerpo.
en sus últimas horas
El invierno es una calavera
terminó una novela.
sonrisa alegórica de frío.
Nadie leyó su obra, se la comió
Tengo razones para esperar
tenía hambre y era vieja.
mis cenizas aplauden.
El lamento fue un gemido silencioso
Es tiempo de celebrar
su notable partida
los fantasmas beben de mis senos
fue la perfecta parodia del hombre triste.
leche caliente, sopa de rosas.
Solo quedó una mueca de súplica en el suelo,
El último leño se apaga.
su mirada sabia circunda mi habitación.
Tiembla la luna.
Ella murió y era de tarde.
La oscuridad juega con mis ojos.
De ataúd recibió la pala de la basura,
La ciudad está desierta,
junto con mi persignación y la temible som-
me estremezco
bra de mi mano.
deambulo pálida, ojerosa, feliz. Estoy muerta hace siglos y nadie me avisó. Alumbro al pasar, anónima.
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esto no lo dije yo
sobre una novela de Mario Levrero
el antidetective Siempre hay algo que a mí, como lector de novelas/cuentos policiales, me deja un resquicio para pensar en cuánto pudo haber influido la casualidad en el caso que el detective está investigando. Los primeros detectives, como Dupin o Sherlock Holmes, vaciaban ese espacio con su tremendo poder de razonamiento. Siendo tan cerebrales en sus explicaciones de los crímenes que dilucidaban no había espacio para la casualidad, no había espacio para los hilos sueltos. Ese paradigma de detective fue quedando relegado cuando apareció el policial negro, y allí los detectives privados – que lo hacían como profesión más o menos estable – no tenían tal poder de razonamiento pero con sus conocimientos del alma humana llegaban a descubrir cosas que tal vez todos los otros detectives más racionales no podrían. A veces me pregunto si el tan inductivo Isidro Parodi podría descubrir los casos más elucubrados en los que ha participado Philip Marlowe, porque desde su celda puede llegar a ser complicado encontrar las pistas necesarias que el detective californiano manejaba. A veces en los crímenes pasionales no hay razón y de allí es difícil llegar al esclarecimiento del caso sin un cierto sentido humano. Y ahí parece – repito, sólo parece – que empiezan las coincidencias en el policial negro. Marlowe encontrando ciertas pistas llega a lugares donde no parece haber nada, pero algo siempre pasa y ahí sí hay una punta del ovillo del olvido que nos da alguna pista que puede ser usada. Holmes tal vez lo haría de otra forma, buscaría más la razón y encontraría todo desde el costado más
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esto no lo dije yo racional. Pero para cada crimen hay un detective que es el necesario para descubrir el misterio – ya que al fin el policial es eso, un simple misterio. Pero hay otro tipo de detective. Mejor aún, existe el anti-detective, ese que llega a resolver el caso sólo por las casualidades, ya que por más que aplique su don de gente o un método inductivo a prueba de balas, por esos caminos no llega a develar lo que a él y a nosotros como lectores nos atañe. Sólo encontramos falsas esperanzas y pistas perdidas que llevan a callejones sin salida. Desde mi punto de vista el protagonista sin nombre en primera persona de Dejen todo en mis manos del uruguayo Mario Levrero (Otros trabajos son las novelas que componen la Trilogía Involuntaria: La ciudad, París y El lugar, entre tantas otras obras de este multifacético narrador) es un prototipo de anti-detective. En esta novela el protagonista es un novelista que pasa hambre y necesita publicar su última novela más porque necesita dinero que porque persiga la fama y la fortuna. Su novela es rechazada (Aunque el editor le dice que es: “Buena, pero…”; que según el narrador es todo un tipo de novela en sí misma). Pero con el rechazo aparece un trabajo, buscar a un autor perdido en el remoto interior uruguayo a cambio de dinero y un adelanto por la edición de su novela – que no sería publicada. El autor devenido en detective acepta y con el dinero del encargo viaja en autobús al pueblo de Penurias (Que está en la zona de influencia de los pueblos Miserias, Desgracias y Lamentos). Allí, en el autobús, conoce a una encantadora señorita que lo hace pensar en dejar todo para perseguirla, pero su deseo de conocer al escritor de esa novela, puede más que eso. Gran error. Así es como cae en ese pueblo – en la contratapa del libro, dice que ahí empiezan a aparecer los desenlaces kafkianos, pero a mí no me parece que lo sea; hay cosas raras como en todos los pueblos, pero él siempre está en control de todo lo que pasa no así los personajes de Kafka donde todo los sobrepasa y el control está
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esto no lo dije yo en todos los demás, sea el Estado, los juzgados, las circunstancias o demás – y empieza su búsqueda de Juan Pérez. El narrador-detective traza varios métodos para dar con el autor de esa genial novela, que lee buscando pistas y relee por placer, y más pistas. “… esa novela debe publicarse” se dice dándole pasión a su trabajo casual. Va haciendo planes con una precisa lógica que va más allá de la casualidad. Genera hipótesis y va encontrando “testigos” que le van dando datos. Llega a un punto en que no sabe bien si el autor es hombre, mujer, si es lesbiana o qué. A cada paso que da va encontrando que sus planes se caen y su lógica se pierde en un mar de dudas. En muchos momentos pierde el norte de la investigación, y esa misma muchas veces lo lleva a lugares sin salida. La investigación lo lleva con la prostituta del pueblo, que mostrándole sus encantos, lo atrapa en su red de telaraña de la cual parece no salir. Es la gran historia de amor de un policial negro, que nunca la novela termina de querer ser. Pero el narrador siempre sigue intentando encontrar al autor de esa genial novela que quiere ver publicada. Los probables autores van cayendo uno por uno de su lista mental. Hay sucesos que hacen que se dé cuenta que nunca podrían haber escrito algo así y se va quedando sin fuerzas o ideas. Por varios momentos piensa que lo que debería hacer es poner un aviso en el diario zonal – que es semanario en realidad – La Voz y esperar en su hotel. De hecho, cerca del final lo hace, pero cuando la prostituta le dice que no lo puede ver más, sin esperanzas y sin importarle la novela emprende el camino de retirada. Hay dos momentos de flaquezas extremas, y Esto no lo dije yo, pero creo que sirve para demostrar ese punto:
De pronto se me ocurrió una idea genial: si no se podía encontrar a Juan Pérez, había que inventarlo. Mario Levrero, Dejen todo en mis manos, pagina 92. Y:
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esto no lo dije yo Juan Pérez no podía existir; no existía; todo había sido un chiste. Mario Levrero, Dejen todo en mis manos, pagina 115 Pero el anti-detective, aunque no lo sepa, trabaja con casualidades y a estas nunca hay que subestimarlas. Las cosas en los policiales muchas veces se resuelven y esto las hace ficción: que la mayoría de los casos tienen una forma de resolverse. Porque muchas veces él tiene la resolución enfrente de sus narices, a veces sabe que se olvida de algunos hilos sueltos – que tal vez los pierde por falta de método o ganas – y ahí entra en el final de la novela a jugar todo lo que el protagonista no puede controlar y son los juegos del hado. Y como en una comedia griega, un oráculo (Vestido de personaje extraño, algo loco, y centroeuropeo), le dice:
(…) buscamos causa tiempo pasado, pero muchas veces causa en futuro. Confunden causa y efecto. (…) Mario Levrero, Dejen todo en mis manos; pagina 113. Y escuchándolo, sin esperanzas ni de ver a su amada prostituta – Juana Pérez – ni de encontrar al autor de esa genial novela se vuelve a Montevideo sólo para encontrar el desenlace de su misterio en el camino a casa. Y como todo anti-detective soluciona todo sin método inductivo o un conocimiento preciso de la forma de ser de las personas, sino por la más absoluta casualidad:
(…) me había dado el dato. Y yo lo había descartado sin una mínima investigación. Muy bien, Marlowe. Mario Levrero, Dejen todo en mis manos, pagina 118. Gastón Paolini
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totally wired I
mejores discos urugayos 2009 Mis cinco discos urugayos del 2009 Esto de ninguna manera pretende ser una lista definitiva de lo mejor que dio la música urugaya en el 2009. Más que nada es un top 5 emocional realizado por alguien con demasiado tiempo y una tendencia casi morbosa de cuadricular toda su vida en rankings de cualquier tipo. Narcisísticamente hablando, a uno siempre le vienen ganas de poder abarcar en una lista varios territorios, recurso que suele dar un aire de objetividad y omnisapiencia, y sin embargo me sorprende lo endogámica que ha resultado la selección. Es una lista demarcadamente Indie, y particularmente poco electrificada, donde sólo una de las bandas (Amelia) tiene percusión propiamente dicha. No hay ni un disco proveniente de alguno de los grandes sellos uruguayos, y tampoco hay un álbum que suene a rock propiamente dicho. Quizás es última señal del evidente desinflamiento de aquel Zeppelin gigantesco pero sólo lleno de gas que era el Rock Nacional. Quizás su particular configuración sencillamente se deba a que los músicos más importantes o emblemáticos del rock uruguayo no hicieron aparición (ni Buenos Muchachos, ni La Hermana Menor, ni Fernando Cabrera, ni muchos otros fundamentales), a la vez que otras bandas legendarias sacaron discos decepcionantemente esterilizados al ser pensados para un público internacional más amplio (el Bipolar del Cuarteto de Nos, que sin Ricky Musso, hicieron básicamente un disco para pegarla en México, extirpándole todas las referencias locales que nutrían a sus mejores trabajos). Por otro lado, el último de Los Terapeutas (gran ganador de los Grafitis del año pasado) está re bien, pero a mi parecer no llega a ser mejor que su predecesor Hay cosas que no importan (igual, con respecto a este tipo de rankings, ya lo decía Mandrake Wolf en el 88’ “las mejores canciones nacen y mueren en el número once”. El Hip Hop,
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totally wired I
luego del intenso y movidísimo debut de Contra Las Cuerdas en el 2008 anduvo medio desinflado. Del metal, el cierre de BJ –que en su ocaso fue convirtiéndose paulatinamente de local multigeneracional under a decadente último bastión de operaciones metaleras uruguayas-, ya habla por sí solo. En fin, más que una biopsia de lo que ha sido la música uruguaya en el último año, quizás sería más pertinente considerar esta lista una radiografía de lo que ha sido mi vida en el 2009 *Nota: algunas notas sobre los discos han sido extraídas de revisiones hechas por mí anteriormente en la diaria 05- Vincent Vega- Vincent Vega Entre tantos imitadores de los Moldy Peaches (ya ni siquiera de Elliott Smith) resulta sospechoso en primera instancia la elección de una banda como Vincent Vega en una lista como esta. Podría tratarlos con la misma crueldad con las que me he despachado (en algunos casos injustamente) sobre ciertas bandas-de-librería locales, pero el tema es que a las armonías de Matías González y Mauricio Sepúlveda no hay con qué darle. Tras la aparente sencillez de un dúo que hunde sus inflencias a Simon and Garfunkel, Wilco y lo más melódico de los Beatles (deben hacer una de las más bellas versiones de Hold on me que haya escuchado), el sonido maderoso de las guitarras folk esconde una aritmética perfecta, tan perfecta como un cairel engarzado de miles de cristales que proyectan luces y sombras. Mientras que la mayoría de los cantautores uruguayos han construido su carrera a partir de hacer de sus defectos virtudes, Vincent Vega no necesita cruzar los dedos, construyendo perfectos juegos armónicos entre las voces de sus dos performers, permitiéndose –como al final de Un pez- arriesgadas incursiones en las cuerdas flojas de los agudos (funambulismo que
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totally wired I en cualquier presentación en vivo no tiene red entre el artista y el suelo). En este sentido, lo que diferencia a Vincent Vega del resto de las bandas, es que son, a la medida de sus aspiraciones, virtuosos. Uno no sabe de qué manera la nueva década que se precipita sobre nosotros afectará en la curva de natalidad de bandas folk, pero escuchando Huevo Maraca, o Podríamos haber sido amigos, uno sabe que a Vincent Vega le sobran provisiones para aguantar cualquier invierno. 04- Amelia- Segundo nombre La música uruguaya se ha acostumbrado a definir al pop por la negativa, es decir, como aquella música electrificada que no entra en el terreno estriado del rock. Entre las ruinas duraznenses del rock más neanderthal y las hiedras a podar del glamour choto electroclashero que se trepó de varias de nuestras paredes en los últimos años, pocas son las bandas que se ocupan de su identidad pop de una manera tan holgada y convencidamente como lo es Amelia. Segundo nombre –casi como da a pensar la búsqueda genealógica que indica el título- es una exploración identitaria sobre las facultades expresivas de tal género, que ya había sacado sus picos y palas en el primer disco de la banda –Pocos nombres para muchas personas, álbum en el que Amelia escotomizaba su noción de banda por un colectivo evanescente y atípico de invitados que oficiaba de una especie de dream team Indie local. Con formación estable, Amelia en Segundo nombre muestra elegantemente muchísimos de los viejos trucos del pop, como canciones de ritmos galvanizando contenidos letrísticos jodidos (sí, Morrisey, a vos te hablo), canciones que hablan de nada y de todo a la vez, partidas invisibles de frontón entre amor y lascivia (escuchar Madagascar) y tres vocalistas bastante diferentes, que dejan un sello diferente en cada canción sin perderse la unidad. En un país hipotético en el que me gustaría vivir, temas como Escena postal o Ultimos días serían razonablemente enormes hits radiales, de esos que no molestan ser escuchados en taxis o desde los audífonos de un liceal que se sienta a tu lado en el ómnibus. Sin
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totally wired I embargo, los claroscuros mencionados, así como también cierta producción del disco, atípica en su aspereza sonora, terminará posiblemente alejando a Amelia del gran público. O no. Aún así, tal como dice el tema que abre Segundo nombre, hay mil quinientas treinta y dos formas de verlo. 03- Sr. Pharaon- Siguiendo al rayo Si a Ismael Varela Medina (más conocido como Sr. Pharaón, y más que nada por su presencia tras las tumbadoras en Hablan por la Espalda) le das un llavero y un encendedor, en dos semanas te compone un disco. Siguiendo al rayo es de aquellos trabajos que hacen redimensionar el término “en solitario”. Esculpido con mucho ambiente, el disco parece haber sido grabado en una sala completamente vacía, un hombre y su guitarra, un hombre y sus penas, llorando o impartiendo su demente sabiduría al aire, como las imágenes clásicas de los negros silbando bajito mientras caminan solos río abajo en el Mississippi. Precisamente, Siguiendo al rayo es un disco de blues, pero de su vertiente más rural y arcaica, con un sonido que tiene mucho de Robert Johnson y Skip Spence, pero también del primitivismo rural de John Fahey. El resultado de Siguiendo al rayo es un álbum que cuenta con la relevancia de un verdadero material arqueológico, aún siendo blues, simplemente blues. Volviendo a la imaginería solitaria, Sr. Pharaon silba bajito, pero su silbido ha empezado a rebotar en los rincones más impensados del mundo. 02- 3Pecados- Dios salve a la muerte Dios salve a la muerte fue grabado de manera casi unipersonal en el ojo del huracán de una crisis nerviosa de Pau O’Bianchi (la persona detrás de 3Pecados, Millones de casas con fantasmas y quién sabe cuántas bandas más), durante la cual por casi una semana prácticamente no salió de su baño, grabando todo el disco ahí, intentando dejar su último testimonio antes de una
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totally wired I muerte que creía que vendría en pocos días. Más allá de la anécdota biográfica (viejo vicio de muchos melómanos que prefieren el juego especular entre el artista y su biografía, antes que la música en sí), el último disco de 3Pecados funciona por ser y sonar, efectivamente como lo que fue: la batalla de un hombre entre la tierra y el cielo, un disco que se convierte una botella arrojada al mar, o más que al mar, a un abismo, no quedando verdadera esperanza más allá de la certeza cortante de los vidrios hechos añicos. Pero Dios salve a la muerte no es solamente eso; es quizás la primera gestión idiosincrática uruguaya en el mundo del low fi, un low fi no como producto inevitable de las circunstancias, ni un low fi como mera ornamentación sonora, sino una exploración dentro de sus diversas líneas expresivas, tanto en timbres como en atmósferas y subtextos sonoros. Incluso dentro del ámbito low fi, sorprende el hecho de ser un disco no fragmentario, casi conceptual, en un subgénero donde suele primar precisamente lo contrario. Bitácora de los descensos psicológicos de su artífice (un infierno acuático, lleno de ecos y reverberaciones), o cerebral experimento sonoro, Dios salve a la muerte no suena similar a nada que se haya grabado en nuestro territorio 01- Carmen Sandiego- Nanas En la historia del rock uruguayo ninguna banda ha escrito canciones como las que salen de las voces y guitarras de Flavio Lira y Leticia Skricky. Carmen Sandiego hace un folk popero con raíces rústicas del estilo de Beat Happening. El dúo uruguayo por momentos compone canciones sencillísimas, austeras, tenebristas, como el mero relato de volver a casa después de una larga noche o la historia de personajes serenos, diminutos, dolorosamente humanos. Sin embargo, todo está muy lejos del ambiente suave, apastelado y otoñal de bandas común –erróneamente coalicionadas, es verdad. En el marco de un folk indie que se ha convertido, con sus personajes ligeramente neuróticos, ligeramente sensibles, ligeramente excéntricos (un género que podría resumirse a la ecuación Wes Anderson + Yogurth Diet) en una
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totally wired I nueva progenie que haría ver a Gonzalo Deniz como Pappo Napolitano, Carmen Sandiego funciona completamente fuera del circuito, manteniendo en cierto punto, un sonido común, pero un mundo de referencias, una sinceridad brutal muy lejos de todo lo que puede ofrecer el resto de la escena. Porque los otoños de Carmen Sandiego no son naranja, son una larga gama en greyscale a punto de dejarte ciego. La banda se encarga de regar claroscuros imperceptibles que hielan la sangre, y que vuelven toda una canción en apariencia vaga y tranquila, en una confesión ambigua, llena de miedo latente. En canciones como Amigos en la escena, Flavio Lira relata sencillamente el mero detalle de un grupo de amigos tocándose el pelo, pero es tal el obsesivo anaforismo del detalle que se termina por convertir al mensaje en algo crípticamente diferente, perturbador, con tantas aristas que se clava como abrojos los oídos del escucha. 4:00 am es una de las crónicas insomnes en primera persona más claustrofóbicas que se hayan registrado. La alegre 8 40, código policial con el que se refiere a trata de blancas (capaz que de gigolós, fiolos o algo por el estilo, no me acuerdo bien) habla exactamente de eso. La voz susurrada de Leticia Skricky en Canción para los padres ausentes diciendo "voy a quemar cada cosa que diga que es suya, ah, voy a enloquecer” debe ser uno de los registros de mayor vulnerabilidad que recuerde en el rock uruguayo. Y como contraparte de todo esto el disco cierra con Calefactor, una de las canciones más directas y guarras que se han hecho en estos años (“Sos un calefactor, así que vení, y abrite de nalgas”). En el siempre engañoso Nanas, tal como con Xiu Xiu (aunque no tan proclives al ruido), la sinceridad de Carmen Sandiego siempre va un poco más, funcionando como un pequeño microscopio, en donde, tras la apariencia de una piel suave y tersa, se logra descubrir un montón de microbios, seres unicelulares y mitocondrias debatiéndose en un sucio festín caníbal. Agustín Acevedo Kanopa
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totally wired II
alaska
Nada trascendental, puro divertimento Un martes al mediodía del invierno más frío de la década, decidimos con mi amigo Marcelo que nos haríamos unos tatuajes –él en su hombro y yo en mi brazo-. Ese mismo día fuimos a un lugar X del centro y sin pensarlo dos veces nos encontramos milagrosamente con el que ahora es nuestro actual tatuador de confianza, que ejecutó entusiasmado los respectivos dibujitos en la piel de cada uno. Desde ese día no hay persona que no me pregunte acerca de esa adolescente-punk-de-cresta-roja-vestidaen-cuerina que tengo grabada en la parte interna de mi antebrazo derecho, por lo que quisiera articular, por primera vez y última, una respuesta que esté a la altura de semejante figura con la que debo convivir todos los días de mi vida, y de la que ni siquiera la muerte podrá separarme.
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totally wired II Todo lo que tenía alas ha volado ya (dijo Federico Nietzsche) En los ochenta, algunos realizaban importantes investigaciones sobre el desarrollo infantil que a la postre serían fundamentales para la psicología evolutiva tal como hoy la conocemos. Otros nada más vivían. Olvido Gara Jova nació en México en 1963. Con un padre milico republicano español exiliado, y una madre africana llamada América, supo crecer bajo la hegemonía del imperio musical de David Cassidy, uno de los hijos de la Familia Partridge, que con su estilo romántico y teen, daría el puntapié inicial a grupetes mexicanos del estilo, tales como Menudo o los Parchis. A los 10 años, se radica con su familia en Madrid, ciudad que le provoca una fuerte sensación de blanco y negro, en oposición a su México natal, cuyo recuerdo era siempre en colores, cuenta, e inmediatamente: “Los dictadores fuera!” afirma categóricamente cuando en una entrevista revive la muerte de Franco, junto con la vuelta de su padre a México, para ella y para su madre fue como un alivio. Ya habiéndose vuelto bastante fan de comprar libros de música y revistas, a los 13 años llega a sus manos Gay Rock, de Eduardo Haro Ibars, a través del cual conoce a Bowie y a Lou Reed y se enamora completamente. Al mismo tiempo, se anota en un curso de estética con su madre, punto de partida de lo que sería su gran mutación corporal, una constante a lo largo de toda su vida, manifestación de la bandera del cambio, siempre presente en todos sus discos. Para ese entonces, Olvido ya se hacía llamar Alaska y se paseaba por las calles de Madrid, más específicamente por El Rastro –una Tristán Narvaja madrileña y punk- y haciendo buenas amistades con artistas que posteriormente serían parte junto con ella del gran destape cultural post-franquista de principios de los ’80, movimiento que se conoce como La Movida Madrileña o simplemente La Movida. Se había comprado una guitarra eléctrica con forma de flecha, y con el afán de estrenarla cuanto antes, por más que no sabía ni tocar, se juntó con un amigo proveniente de la prensa marginal, que tampoco era músico, y emprendieron la búsqueda de bajo y batería. En El Rastro les llamó la atención un puesto en el que vendían un disco de Vainica Doble -dúo de pop español referente para aquellos
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totally wired II personajillos “modernos”- y detrás del puesto, sus dueños, dos figuras delgadísimas, de aspecto ramonero. Poco tiempo después, Kaka Deluxe, la primera banda de Alaska estaba formada. Empezaron por juntarse a ensayar, intentando copiar a sus artistas preferidos, y todo era como un juego al principio. Ponían avisos en los fanzines que circulaban por el mundito underground de la noche madrileña, pidiendo para tocar, y tuvieron suerte, pues se convirtiendo ya en el ’77 en la banda pionera de toda una nueva ola de creatividad imponente que se desató más tarde, pero lo que es más importante, es que marcaron una nueva manera de pararse frente a una sociedad hasta entonces avejentada y reprimida, en la que los jóvenes no existían (en sentido estricto del término). Para ese entonces Alaska tenía apenas 14 años, y ya era la adolescente más punk de todo Madrid, había protagonizado el primer cortometraje de Almodóvar, trabajaba en la televisión como panelista de programas de actualidad, y tenía participaciones en programas infantiles. Una mixtura incomprensible, que sólo podía articularse en una pequeña mujer tan poderosa como ella. Era una suerte de visagra entre lo marginal y esa sociedad que ya empezaba a destaparse. La Movida Madrileña terminó para Alaska a principios de los ’80, cuando ya aquel sentimiento libertario estaba extendido por casi toda España, y la capital se poblaba de jóvenes efervescentes en la noche, y en cada esquina había algún lugar para ir a ejercer el divertimento; iban surgiendo cada vez más bandas y artistas e iban afianzando ese costado que a España toda le había sido negado a manos de la dictadura de Franco. Sin embargo, el gusto de Alaska por la buena vida y el deseo de trabajar lo menos posible, la siguieron llevando por el camino de aquello que ya había construido unos años antes. La música le permitiría vivir como una eterna adolescente, por lo que quiso hacer de ella una profesión, tomándola como medio y no como fin, y jactándose en todo momento de ello. Después de Kaka Deluxe, vino Alaska y Los Pegamoides, probablemente la banda que más éxitos cosechó, por mostrar un sonido mucho más limpio, con un costado más popero, que permitía abrir el espectro hacia otro público “más normalito”. De todas maneras las letras siempre tenían una cuota importante de oscuridad un tanto macabra, y temas como “Terror en el Hipermercado”, casi un himno de Los Pegamoides, cuenta la historia de una chica que es asesinada en un Supermercado y escondido su cuerpo entre los congelados;
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totally wired II otro éxito de esta época es “Bailando”, que llegó a ser hit del verano, una auténtica apología a la noche, la fiesta y la diversión nocturna. Con el éxito de “Bailando” llegaron los problemas y la banda se disuelve, principalmente por sus discrepancias en torno a las drogas, casi todos heroinómanos, incluidos los técnicos que los acompañaban en las giras, versus Alaska y Nacho, el bajista, que preferían las anfetaminas. Tuvieron que separarse. Corría 1983, y se concretaba un tercer proyecto: Alaska y Dinarama, con una Alaska más madura, musicalmente inclinados hacia la psicodelia, en la que el amor y la oscuridad son uno solo. Aparecen temas como “Mi novio es un zombie”, “Cómo pudiste hacerme esto a mi” y “A quién le importa”(popularizada unos años más tarde por la mismísima Thalia). Con el pasaje hacia los ’90 Alaska decidió que debía darle otro giro a su carrera musical, debido al aburrimiento que ya le estaba provocando el hecho de haber estado transitando durante más de 10 años por los caminos del pop rockero. Surge Fangoria, su actual banda y la que posiblemente a mi menos me guste, y la que todos más conocen, siendo suceso comercial en toda España, México y llegando a otros países del resto del mundo, como Portugal, Francia, Argentina, Chile, incluso Uruguay, y vendiendo ya millones de discos, con un propuesta que tiene sus raíces en la sociedad de consumo y el material discográfico apuntalado por una gran campaña publicitaria, además de presentaciones en grandes eventos, publicidades de gaseosas, y pequeñas Alaskitas que se venden en los megakioskos. Tiene 47 años. Y sigue viviendo de la misma forma que a los 13, con un poco más de plata y bastante menos rebeldía y punkitud, esas son cosas que las tenemos bien tatuadas. Nadia Bukowski Y para youtubear: - Alaska y Los pegamoides, “Murciana Marrana” (escena de la primera película de Almodóvar Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón) - Alaska y Dinarama, “No sé por qué” (Aplauso, TVE 1980) - Fangoria “La mano en el fuego” (dirigido por nuestro compatriota videoartista Martín Sastre)
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celuloide I
achutng
ucronía de una muerte anunciada
Achutng!!: Si usted no vio la última película de Quentin Tarantino, “Inglorious Basterds” (2009), y tiene interés en hacerlo, si pretende jugar al legendario juego de PC “Wolfenstein 3D” o quiere sorprenderse con diversas ucronías1, absténgase de leer este pedazo de “papel” electrónico. De todas maneras, no se amargue demasiado, siempre es posible imaginar una realidad alternativa en donde la revista Guita nunca fue publicada. “Inglorious Basterds” (2009), el sueño o pesadilla que toda victima del holocausto quizás alguna vez tuvo (aunque claro, la intersubjetividad siempre será jaqueada ante esas experiencias) Es 1944 y Hitler y Goebbels mueren acribillados a balazos en un cine parisiense, lugar escogido para la proyección del último film propagandístico de la maquinaría bélica nazi. Los disparos repetidos, contra ya un caído führer, suenan como gotas de lluvia engordadas y cayendo sobre un latón, la voluntad del poder reducida a un trozo de carne vestido que recibe plomo como moscas, un jamón colgando en algún frigorífico de una ciudad desolada por las bombas. Tarantino juega con la incredulidad del público, logra una suspensión de la misma, realmente estamos dispuestos a creer que Hitler murió en 1944 en un cine de París, cuando en realidad sabemos de primera mano (léase History Channel) acerca de su suicidio junto al de su amante Eva Braun, en un bunker de Berlín, circa abril de 1945.
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celuloide I Estoy seguro de que si la cinta pretendiera ser más fiel históricamente de lo pobre que en realidad es, un final como el planteado daría la sensación de estafa o de conejo arrancado de la galera, bastante traído de los pelos, que clava las uñas en el sombrero mientras chilla. Pero dicha suspensión de la incredulidad que plantea Tarantino no se reduce a la culminación de la cinta sino que opera a lo largo de toda la misma, y por lo tanto es envidiablemente efectiva. Cuando uno empieza a creer que está viendo una película dramática sobre la segunda guerra -¡Pafff!- aparece un jugador de baseball devenido comando tras líneas enemigas, figura trasplantada que alucina ser Babe Ruth festejando un cuadrangular o mandando la bola (globo ocular) fuera del campo de juego. El film muestra así rebeldía ante los lugares comunes de otras películas del género. Las escenas largas, los diálogos muy craneados, en donde todo vale y que funcionan en pos de generar una tensión que finalmente es resuelta por flashes de violencia, conviven con: a) la gracia de un Hitler con un atuendo que lo hace asemejarse a M. Bison a la “Super Street Fighter 2” (comparar toda esta parafernalia con la austeridad decadente y realista mostrada por el Hitler de “La Caída” (Olivier Hirschbiegel, (2005)) y b) con un soldado nazi que busca redimirse inútilmente ante sus futuros asesinos, gracias del hecho de que es el padre de una criatura recién nacida (comparar la respuesta con que se obsequian sus súplicas, con la actitud que toma el escuadrón de Tom Hanks con respecto a un soldado alemán desarmado en “Rescatando al Soldado Ryan” (Steven Spielberg, 1999) y cómo este les agradece el gesto, hacia el final de la película). Inglorious Basterds fluye de manera vertiginosa por momentos y en otros es lenta y meditada, concluyendo en que al salir de la sala, uno suspira, reflexiona y un poco goza la idea de que a Adolfo lo hayan cagado a balas. “Por fin una película que sobre Hitler que termina distinto” sentenció un compañero de facultad y esa frase resume bien parte del espíritu de la película. Como muchas obras de Tarantino, esta versa sobre la venganza y qué individuo parece más merecedor de la misma que el gobernante del Tercer Reich. Tarantino plasmó en el 2009, la idea del mal absoluto siendo ajusticiado, sin derecho a réplica. Sin embargo, esta manera de plantear el asunto no es dominio exclusivo del
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celuloide I séptimo arte. En 1992, apareció en el mercado Wolfenstein 3D, un video juego para PC de la empresa Id Software que popularizó el llamado First Person Shooter, la ahora clásica visión de juego desde los ojos del protagonista, con el arma apuntando y los monstruos viniendo. Uno de los enemigos finales del computarizado entretenimiento (no el jefe final sino uno de los intermedios) era el propio máximo dirigente de la Deutschland. Si bien en las fotos históricas, aparenta ser más bien de estatura media y bastante flacucho, en la pantalla de la PC aparece blandiendo dos pesadas ametralladoras y complicándole la vida a nuestro protagonista. Su muerte, es probablemente la más gore de todo el juego, sólo queda de él una masa sanguinolenta y una cabeza a modo de trofeo. Fue éste, tal vez, el momento más políticamente correcto en la historia de los juegos de computadora. Pero en el mundo de las realidades alternas hay para todos los gustos y una visión más tenebrosa y comprometedora es la que presenta Norman Spinrad en su libro “El Sueño de Hierro” del año 1972. En los ejemplos precedentes, Hitler moría a manos de los protagonistas y por ende de nosotros, quienes nos proyectamos, apretando el gatillo, siendo una extensión de los asesinos. “El Sueño de Hierro”, enfoca el problema desde otro punto de vista, en esta novela la segunda guerra mundial nunca sucede ya que Hitler emigra en su juventud, en 1919, a los Estados Unidos, prosigue su carrera artística y finaliza convirtiéndose en escritor de ciencia ficción. El resultado de todo esto es “El Sueño de Hierro”, que no es más que la última novela que Hitler escribió antes de morir, a causa de un derrame cerebral o sífilis en el año 1953. La historia retratada en la novela es una historia paralela a la de `nuestro´ Partido Nazi el Tercer Reich, solo que se encuentra ambientada en un mundo devastado por la radiación y la impureza genética, mil años luego de un desastre nuclear, un mundo de horrendos mutantes (no-arios) en la cual un héroe Feric Jaggar (probablemente Hitler) viaja desde su impura Borgravia (Austria) hasta Heldon (Alemania), para poder reclamar su derecho de habitar una tierra de helder (arios puros). Allí conoce las malvadas intenciones del Partido Universalista (Partido Comunista), más tolerante hacía los genéticamente inferiores, y se une al recientemente formado Partido del Renacimiento Humano (Partido Nacional Socialista Obrero), toma el control del partido a la vez que se
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celuloide I hace de aliados valiosos como una banda de motociclistas conocido como Los Vengadores (la SA). Los paralelismos siguen a lo largo de todo el libro, solo que no hay derrota posible que detenga a Feric en sus ambiciones. Es éste tal vez el mejor retrato de la victoria del fascismo, en un libro que es a todas luces, y totalmente propósito, políticamente incorrecto. El Héroe nunca siente arrepentimiento por sus atroces acciones, guiado siempre por su voluntad de poder, él es el motor de la historia. Realmente es un libro difícil de leer: por ser largo (poco más 300 pp. en la edición de Minotauro) y por la culpa que pueda causar el disfrute de su lectura debiendo obligarnos a analizar hasta qué punto no compartimos el fascismo y odio que las páginas destilan. Un verdadero Necronomicon, un libro doloroso que nos hace mirarnos al espejo en cada página, una tortura tal vez necesaria, los campos de concentración allí están, también toda la imaginería fetichista de la esvástica y el imperio, la teoría del espacio vital (que en este caso se extiende hasta el universo) y el destino manifiesto hacen acto de presencia, ideológicamente justificados por un escritor que vive lo que escribe, cómo si de sueños frustrados se tratasen. El libro se lee con rapidez ya que es de una prosa muy simple, casi propagandística, no hay metáforas rebuscadas, psicologías complejas, grandes giros de tuerca. Prevalece el triunfo de la voluntad sobre obstáculos transitorios. Es inquietante el parecido en cuanto a su estructura que la novela muestra con respecto a la literatura pulp norteamericana de los años veinte y treinta. Es decir, los malos son malos y feos, los buenos son buenos y carilindos, el fin justifica cualquier medio, se presenta un objeto, un símbolo de poder, una espada de Camelot que vence a las tinieblas (en este caso un cetro de metal, muy parecido a un falo y al cual se debe besar en señal de sometimiento), las mujeres son seres marginales en relación a la trama. En el mundo real de la novela de Spinrad, Estados Unidos Y Japón aparentan ser los últimos bastiones de libertad contra una Unión Soviética que amenaza con conquistar todo el mundo (al nunca haber existido el freno de la Alemania Nazi). De esta manera, en un prólogo ficticio, se explica el éxito del libro de Hitler, como símbolo que encierra un anticomunismo rampante. Pero cómo explicar el éxito de un Flash Gordon, de un Luke Skywalker (seguro todos esos stormtroppers tenían familias), de un Mad Max, de
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celuloide I un George W. Bush y de muchos más planteos maniqueos de nuestro mundo verdadero. Porque el fascismo puede ser entendido como la `negación del otro´, que no lo absorbe como lo hizo el Imperio Romano sino que lo elimina, en todo los ámbitos, desde el político, cultural, hasta el meramente físico; y que otra cosa disfrutamos en “Inglorious Basterds” que no sea el exorcismo, la negación mediante la violencia de que esa violencia habite en nosotros y habiendo salido de la sala nos acompañe a nuestras casas. Hace poco se publicó una noticia en los diarios del mundo según la cual el cráneo agujereado, hallado por las tropas soviéticas en un bunker, no sería el de Hitler sino el de una mujer de mediana edad2. Es imposible no preguntarnos dónde habrá visto el führer sus últimas luces, en una barricada al este de Berlín, en una choza a orillas del Amazonas, en un penthouse de Manhattan o en el centro de la tierra hueca, en Nepal. Tal vez nunca lo sepamos y mientras todos estos años estuvimos viviendo una ucronía dentro de nuestra propia historia, una trampa, ardid expiatorio, que no nos dejó ver que las bombas construidas para fecundar las estrellas vivieron dentro de nosotros cómo pequeños doctores strangelove. Nicolás Grandiroli
1 Una ucronía, es una ficción que se desarrolla en un universo alternativo o hipotético, en el cual su historia se desarrolló, a partir de un punto de divergencia específico, de una manera diferente a la historia a la nuestra. Simplificadamente se podría decir que una ucronía es responder a la pregunta ¿Qué habría pasado sí…? 2 http://www.elmundo.es/elmundo/2009/09/30/internacional/1254269749.html
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celuloide II
cuando ver ya no importe El planteo es bastante simple: ¿cuántas personas ciegas ves en la calle durante el día? Hay una respuesta bastante simple: la sociedad se ocupa de desplazarlas amablemente.
“Pensás que no te va a pasar, pero en un momento estás tirado en la oscuridad, paralizado. No podía hablar con nadie”. Es en este fragmento que se empiezan a jugar los engranajes primarios. Es un documental que ahonda más allá del accidente; habla de un progreso interno, planteos y replanteos frente de objetivos. Y cómo encararlos de la manera más asertiva. Por esta razón se pensaría que no importa si la vista importe, no importa si la audición importe; lo que realmente importa es cómo vivir los cambios y cómo moverse coherente con la vida y con el mundo; consciente de quién es y de qué manera quiere vivir. No es nuevo, siempre alguno se pierde en idioteces y otro toma venganza.
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celuloide II Black Sun “Making films in my head” Otra noche con ese calorcito de verano en la ciudad, Huges se dirige a su apartamento. Afuera, todo es normal, otro día en Nueva York; otro día cayéndose de los 70’. Pensó que nunca le iba a pasar, pero le pasó. Frase conocida. No pensó en la posibilidad, siquiera. Pinta, escribe, también es fotógrafo. Es otro francés en New York. Al oscurecer, el pánico ataca, pasa el tiempo y las cosas no cambian; al menos, no para él. “Si despiertas en la mañana y lo único que quieres es darte vuelta y seguir durmiendo: estás en peligro” dice con voz melancólica. “Sol Negro” (2006) documental donde la imagen experimental juega un papel fundamental y a su vez arriesgado para un público televisivo. Gary Tarn (director) apuesta a la abstracción como vía más próxima de acercamiento a una percepción, a un estado en el que ni él ni los espectadores podrán situarse, a no ser que transiten de espectadores a meros oyentes. Hugues de Montalembert sabía que tenía que combatirse. Había pasado el verano, sus amores, varios de sus amigos; quedaba la familia y mucho tiempo para reconfigurar. Para lidiar con su mente y con un entorno ya no tan conocido. Su familia quiso acercarse, pero serían otro problema. Luces aparecían y se transformaban en otras más fuertes hasta que el cerebro se cansaba y se apagaba como una computadora. En un centro de rehabilitación de New York llamado The Lighthouse aprendió a recobrar algo de independencia. Un año después compró un pasaje a Indonesia sin decirle a nadie. Había estado algunos años antes, sabía cómo comunicarse, dónde ir; era su modo de luchar contra sus miedos. Al combatirlos volvió a New York con objetivos más visibles. Cuando la vista se pierde, la mente se trastorna, la voz se paraliza, el movimiento corporal se ve indeterminadamente incapaz. La voz y narración guían, van atando cabos que se plantean, o por lo menos algunos, puesto que aquí las palabras valen más que mil imágenes. No importa ver; la transmisión es concebible de todos modos a partir del discurso de Huges. Retórica fundamental, pausas, silencios marcan y connotan más de lo que una imagen fija podría llegar a lograr. Más
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celuloide II aún cuando se está refiriendo a la no visión a través de un medio inminentemente visual, pero también auditivo. En un medio donde el silencio no funciona como sinónimo de ausencia de todo sonido, pistas instrumentales corren sigilosamente llenando las pausas, en un tercer nivel. En el camino descubre y reflexiona, está claro, tiene algo menos de distracción y es aquí donde el documental se mueve a otro estadio. En sus 35 años de vida no se había dado cuenta de la poca cantidad de ciegos que había visto desenvolverse en sociedad. Pero sinceramente, era un número muy reducido. De repente llega a la peor conclusión: la sociedad tiene un sistema para desplazarlos amablemente, sin que desarticulen el im/ perfecto statu quo de todas aquellas personas que tienen que seguir viviendo con una conciencia sin muchos sobresaltos. Cabe la posibilidad que el espectador se quede con el concepto del hombre accidentado que logra sobreponerse, pero el documental perdería su mayor concepto. Queda más claro sobre el final cuando Hugues explicita planteos que se van gestando a lo largo del relato. Pone en jaque al espectador en una postura de carácter enteramente filosófico. “No hay realidad, lo que ves es distinto a lo que ve tu vecino. En visión hay una creación, por eso hay personas que ven y otras que no. Hay personas que no están interesadas en lo que ven y por ende no lo entienden. Usan la vista para no llevarse las cosas por delante.” Al final queda pensar que para Hugues la ceguera es un pretexto, excusa en el marco de este documental. Traspasa su condición y narra cómo. Condensa su historia de vida como un eslabón más en la cadena, un ejemplo de una persona que frente a la pérdida de la vista se vio en la necesidad de replantearse cómo vivir. Pero los planteos, así como trascienden la carencia o no del sentido de la vista, permanecen tan válidos y vigentes que todos los soportes utilizados en el documental funcionan como directrices que trasmiten al espectador una inminente introspección. Quizá, también, un inminente cambio. Diego Sapienza
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cheque en blanco POSTALES DEL ABISMO
ORFANDAD
Éste desfasaje del transcurrir;
Un hombre
ésta reminiscencia de algo confuso
siente toda la vida soplándole el rostro.
indefinible.
Está allí
se enreda en mi sombra
desde tiempos inmemoriales.
clava imperturbable
Es sólo un punto frágil
mil estacas victoriosas
apenas algo mas.
lanza su carcajada a mi rostro
"El infierno"; piensa, dice.
espaldarazo final
Atados por él
despeñado voy.
lleva trescientos siglos en la espalda.
Un beso en reversa me corta el labio
Dirige su mirada al cielo
tumba mi humanidad en marturbiodespedida
se redime
un lejano latido reverbera dádivas
ora.
truena al oído del persistente
Mientras las hogueras gritan sus pecados.
persigue
El hombre espera
prosigue
mira alrededor.
éste rayo fulminante liquidasueños
No hay cruces que indiquen
éste traveling sobre vía muerta
camino alguno al paraíso.
inclaudicable hiere en su furia
"No hay paraíso"; piensa, dice.
éste recuerdo y su sombra ahorcada
El hombre espera.
reptan en las entrañas de lo imposible
No hay señales
para caer
sólo derroteros truncos.
rodar lastimándose
No hay voces que guíen el andar.
morir en el fin del trayecto
No hay indícios
para nada nunca
sólo espera.
para nada.
De modo que el único milagro es la Salvación.
Paulo Roddel
"La Salvación está perdida"
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cheque en blanco el hombre piensa, dice. Es de cenizas el mundo; todo lo demás es caída. Paulo Roddel
Hay un instante, un momento, que no por su fugacidad, deja de ser eterno. Es más, la mayoría se priva de él, por ser demasiado intenso. Temen faltarle el respeto a Baco dioniseo, sin un rito en su honor. Yo vencí, muy a mi pesar ese miedo, ya que se acerca el día en que no pueda hacerlo, ese sinsabor atormenta ahora mi existencia… Hacerse humo después del matinal.
Alegoría Somos perversos, siniestros, vivimos entre realidad y fantasía, el bosque nuestro universo. Bebemos un elixir al que otros son adictos… Lo inmoral nos ofende, defendemos ideales muertos para muchos, dominamos las artes oscuras y somos nigromantes. Nos enfrentamos con temeridad a las fuerzas del mal arriesgando la vida. Descendemos al inframundo en donde nos movemos con celeridad en carruajes avanzados para nuestro tiempo, intrépidos y resolutos. Somos salvajes, ocultos bajo el velo de la inocencia. En definitiva, somos realmente de temer…. Somos los osos Gummy!. Martín Riotorto
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cheque en blanco Búsqueda
El sentido transpuesto
Me gustaría volver a caminar
La boca tan roja
Ver los mismos negocios
queriendo compartir fragmentos
Tomarme mi café
palabra
Sentir que falta poco
brutal sostenida múltiple
Para estar en tu risa.
que se duerme entonces cuando intento emigrar a mar tan negro.
Allá, casi sin luz,
Solo la certeza de existencia
me preparo austeramente
me hace añorarte.
para el resto de mi vida. María José Sánchez
No me conformo. No. Me desespero. María José Sánchez
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cheque en blanco El Sentido de la Materia
Good-bye
¿Somos electrones
Good-bye amigos...
ionizando
Nos vemos en el más allá.
y/o neutralizando
Me voy de aquí,
nuestros átomos de amor?...
De este mundo infame
El amor:
Al que una vez comprendí
El sentido de la materia.
Y que hoy compadezco.
La significación con más sentido común
Esta condena de poeta
[que me inspiró
Me ajusticiará
La fotogénica…
cuando yo sólo sea
La modelo…
(como ya lo soy)
La que en penumbras posa para mí.
otra ubicua ausencia.
El sentido común
Good-bye amigos…
(Que es el menos común de los sentidos)
Nos vemos en el más allá,
Es quizá
Y si no…
Lo que me hace especial para vos…
Aquí no habrá pasado
Musa celosa de fe
Absolutamente nada.
Aunque el amor como la muerte Bernardo Laespiga
sigue siendo (todavía) un brillante misterio. Bernardo Laespiga
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blogósfera Apostillas literarias http://apostillasnotas.blogspot.com/ Es este un blog de un tipo que no suelo encontrar muy a menudo. Creado y mantenido por una profesora mexicana, Magda Díaz y Moraes, trata con cuidado y novedad diversos temas de la literatura. En este blog aparecen reseñas a libros, a películas, reflexiones sobre temas que se encuentran en obras literarias conocidas y artículos de actualidad relacionados con el mundo literario. No estamos frente a un blog que crea entradas para
blogósfera
atraer lectores o publicidad a través de temas
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populares, sino ante el cuidado de una autora responsable, inteligente y reflexiva que aporta su visión del mundo y sus conocimientos para una lectura enriquecedora.
Extraños en la plaza http://enlaplazaenlaplaza.blogspot.com/ A cargo de Gonzalo Paredes (escritor, Licenciado en Psicología y orientador de Talleres de Escritura Creativa, esto último desde 1998), Extraños en la plaza ofrece textos brevísimos, escenas que el autor comparte con los lectores, producto de su observación, de experiencias personales o meros relatos de ficción. Podría decirse que se trata de uno
blogósfera más de esos tantos blogs dedicados a lo mismo, no vamos a negarlo. La cuestión es que esta lectura ágil ofrece una complicidad íntima capaz de identificarnos, de dejar pasar como si nada lo leído pero que, seguramente, luego recordemos, avanzado el día e inmersos en otras actividades, con una sonrisa.
Ni muy muy, ni tan tan http://muymuytantan.blogspot.com/ Blog que no logro colocar en ninguna categoría y no me queda más remedio que
blogósfera
referirme al excelente título. Estrella ofrece casi diariamente un post dedicado a diversos temas, observaciones cotidianas, selección de citas de otros autores, reflexiones sobre temas de actualidad, sobre la vida, recomendaciones literarias y varios etcéteras que convierten a este popurrí de cosas en un disparador constante de preguntas, de risas, de idas y vueltas en los numerosos comentarios, que se dedica a responder, con paciencia y compromiso, uno a uno. No es un blog para simplemente pasar el
rato, sino para leer a diario, aunque no entremos en el torbellino de comentarios, para renovar, absorber y compartir ideas.
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es simple, es GUITA
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多te suena? mandanos tu slogan GUITA a revistaguita@gmail.com