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CONTINENTE INTRODUCCIÓN El libro “Fuimos Movilizados”, escrito por mí anteriormente, sólo fue un corto relato de los hechos acaecidos durante nuestra movilización a una de las BAM, (Base Aérea Militar), que la Fuerza Aérea Argentina, tenía distribuidas por la Patagonia, durante la Guerra de Malvinas, contra el Reino Unido, en el año 1982. En realidad, sólo fueron unos pocos recuerdos y anécdotas de esa época, relatadas con humildad y sentimiento, que no tenían la pretensión de llamarse “LIBRO”. Sin embargo, fue leído por mucha gente, colocado en numerosos post en Internet, y bastante comentado. He recibido muchas felicitaciones y agradecimientos por el mismo, sobre todo por un especial motivo, a saber: Al relatar nuestras vivencias de la Guerra de Malvinas, desde nuestro punto de vista, en el Continente, el público en general, que leyó el libro, tuvo la oportunidad de saber y conocer, de primera mano, como vivimos y padecimos la Guerra los soldados que formábamos parte de las Unidades y Sub-Unidades que estaban desplegadas en el sur de nuestro país, sobre todo en la provincias de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Estas Fuerzas de Combate tenían la misión primordial, tal y como lo explico en mi libro anterior, de dar protección a la Bases Aéreas Militares, desde las cuales despegaban los aviones de la Fuerza Aérea y la Armada Argentinas, para atacar a la flota británica, y que le causaran tanto daño, que estuvieron muy cerca de perder la guerra, tal como ellos mismos lo afirman.

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Se han escrito muchos libros sobre la guerra y las acciones de combate llevadas a cabo en las Islas Malvinas, y las Georgias, y Sandwich, tanto en tierra, como en el mar y el aire. Incluso se hicieron películas sobre el tema. Pero nunca se había escrito sobre lo que sucedía en la Zona de Despliegue Continental, mientras tanto, ni qué era lo que mantenía ocupados a los soldados allí apostados. “Fuimos Movilizados” fue escrito para que, al leerlo, el público conociera la realidad sucedida en estos territorios. “CONTINENTE”, va un poco más allá. Aquí, no voy a narrar sólo lo que sucedía en la BAM San Julián, base de la Fuerza Aérea, situada en la localidad del mismo nombre, en la provincia de Santa Cruz, y tampoco voy a relatar sólo lo que le aconteció a mi unidad, allí destacada. A la luz de las noticias conocidas en los últimos años, y, basándome, tanto en los Diarios de Guerra de las diferentes Unidades y sub-unidades destacadas a lo largo del territorio continental, así como en los relatos de los propios protagonistas, y de varios libros que han sido escritos por diferentes autores, el objetivo de este libro es narrar todas las ACCIONES DE COMBATE, llevadas a cabo, en el territorio continental, y que son poco, o nunca fueron, conocidas por el público en general. Por supuesto, no podré relatar las acciones que aún se mantienen en el más absoluto secreto por el Reino Unido, en los archivos sellados, los cuales podrán ser conocidos, públicamente, recién dentro de 90 años, si no prolongan nuevamente el lapso de tiempo. Lo lamentable es que, por parte del gobierno argentino, también se mantengan en secreto estos hechos, sólo conocidos por sus protagonistas, aunque algunos de ellos se han filtrado a la luz pública, a través de comentarios o han sido descubiertos investigando exhaustivamente en los Libros y Diarios de Guerra de las diferentes Unidades.

CAPÍTULO 1 Así, es que comenzaremos con las acciones de combate, que se llevaron a cabo, en el continente, según un extracto del libro MALVINAS. Guerra en el Atlántico Sur, cuyo autor, Alberto Manfredi (h), nos cuenta, con grandes detalles estas acciones, en el 3


capítulo, justamente llamado “La Lucha en el Continente”. Página 309 a 328. Antes, debo aclarar que Alberto Manfredi (h), es Historiador y que escribió más de cien artículos especializados, y nueve libros de su sola autoría, y tres más, en conjunto con Jorge André Lavalle, sobre San Isidro. Se desempeña en el Instituto Histórico de San Isidro. He aquí el capítulo de su libro:

Malvinas. Guerra en el Atlántico Sur 309 LA LUCHA EN EL CONTINENTE Lejos de lo que durante mucho tiempo se creyó, la guerra del Atlántico Sur no se circunscribió solamente a los archipiélagos australes sino que también involucró importantes áreas del continente e incluso, regiones mucho más distantes, como veremos más adelante. Aquel agitado 1 de mayo de 1982, los británicos intentaron una de sus primeras incursiones en el sur argentino. Recordará el lector que al referirnos al “Yehuin” dijimos que una noche de fines de abril, durante una de sus misiones de apoyo en el litoral patagónico, el radar de a bordo captó señales de lo que parecía ser un submarino no identificado navegando en las proximidades. Días después, en la bahía San Sebastián, al norte de Tierra del Fuego, se observaron señales luminosas que alguien hacía en la obscuridad, desde ese punto en dirección al mar. No lejos de allí, se encontraba la Estancia Cullen, establecimiento rural en el que tenía asiento personal del consulado inglés. Aquel fue uno de los primeros indicios de que los británicos intentaban infiltrar tropas en territorio argentino para llevar a cabo acciones de ataque y sabotaje contra las bases aéreas del continente. Ese día fueron detectados dos submarinos ingleses en el Golfo San Jorge, navegando en proximidades de Caleta Olivia, hecho que llevó al alto mando argentino a dar el alerta a toda la región. La novedad no hizo más que confirmar la información suministrada dos días antes por el comando del TOAS en el sentido que comandos británicos habían desembarcado en la costa patagónica, en un punto ubicado al sur de Caleta Olivia, entre esa localidad y Puerto Deseado y que se habían refugiado en una estancia de la región.

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El parte fue registrado en el Diario de Guerra del Liceo Militar General Roca de Comodoro Rivadavia, el 1 de mayo a las 10.30 horas y puso en estado de guardia a las guarniciones del sur. Casi un mes después, el 29 de abril a las 20.15 hs, el director del mencionado establecimiento, teniente coronel Miguel Ángel Clodoveo Arévalo, recibió un llamado urgente en el que se le comunicaba que tropas de elite enemigas habían desembarcado en algún punto al sur del Golfo San Jorge, cerca de Caleta Olivia, y estaban dispuestas a llevar a cabo acciones. En el liceo, se hallaban detenidos varios de los efectivos británicos que se habían rendido a las tropas argentinas el 2 de abril y por esa razón se extremaban las medidas de seguridad. Se trataba de Jeffrey William Warnes, de 37 años de edad; Stephen Charles York de 27, Richard Overall de 22 James William McKay de 21, Gary Moore de 19, Martin Thomas Smith y Stephen Dale, quienes llegaron allí el 5 de abril a bordo de un Hércules C-130 vigilados por un pelotón al mando del capitán Luis Bruno, jefe de la Compañía de Reserva del Liceo. La llegada de los prisioneros fue supervisada por el teniente coronel Arévalo, quien dispuso que fueran alojados en la Sala de Armas de una de las compañías de cadetes, único sitio con rejas del establecimiento disponible en ese momento. Para entonces se especulaba con que los comandos británicos intentarían rescatar a sus compatriotas y por esa razón se ordenó tener a la guarnición lista para entrar en combate, reforzándose las guardias y licenciando a los jóvenes cadetes de entre 12 y 17 años que estudiaban allí, además de alistar dos helicópteros para salir en busca de posibles incursores. Los soldados Eduardo Taboada, Marcos Medina, Edgardo Blaguerman, Enrique Pirani, Luis Daniel García, Oscar Steinbach, Fernando Luis Sieyra, Darío Filazzolau y Claudio Tantignone eran nueve de los efectivos que, al mando del capitán Héctor Marengo, se hallaban de guardia el día en que cundió la alerta en el liceo. Blaguerman y Tantignone 310 hablaban inglés y por esa razón fueron escogidos para custodiar a los prisioneros y hacer las veces de intérpretes. Blaguerman llegó a trabar amistad con ellos, tanta, que una noche en que un apagón sumió en tinieblas el lugar, los ingleses, presas del temor e incertidumbre, recurrieron a él llamándolo a los gritos. Durante su cautiverio, el mayor de ellos, Warnes, le contó varias cosas sobre su persona, entre ellas, que era casado, que tenía dos hijos y que había combatido en Indonesia. 5


A los ingleses detenidos se los trató de acuerdo a la Convención de Ginebra. Se les permitía hacer gimnasia en una habitación contigua a la sala de armas custodiados por hombres fuertemente armados y se les proveyó de lo necesario para sus necesidades básicas. Ellos, por su parte, hablaban poco, obedecían las indicaciones y mantenían en todo momento una actitud muy profesional. Para entonces, las versiones sobre una misión de tipo comando por parte de las fuerzas especiales del Reino Unido, comenzó a tomar cuerpo. Una noche, a poco de la llegada de los prisioneros, se produjo un fuerte tiroteo entre las tropas que defendían el liceo y fuerzas no identificadas que se desplazaban por los alrededores, lo que hizo suponer a las autoridades que se trataba de tropas de elite enemigas que intentaban acercarse a la unidad militar. El 17 de abril, los prisioneros fueron deportados hacia Montevideo y desde allí, devueltos a Gran Bretaña. Su partida no devolvió la calma al cuartel sino todo lo contrario ya que la presencia de fuerzas especiales desembarcadas en el continente cobró más fuerza que nunca cuando se supo que el alto mando británico organizaba ataques a las bases aéreas en territorio argentino, a efectos de contrarrestar la amenaza que implicaban para la Fuerza de Tareas los Super Etendard y A4 allí desplegados. Se tenían indicios de que el gobierno británico era presionado por el Parlamento para apurar las acciones en contra las bases continentales, en especial aquella desde la que operaban los Super Etendard armados con los misiles Exocet, ya que veintiún diputados conservadores de la Cámara de los Comunes habían presentado una propuesta urgiendo a la primera ministra y su gabinete “…a no debilitar la presión militar en el Atlántico Sur con el fin de eliminar la capacidad de las fuerzas argentinas que podrían provocar pérdidas inaceptables a la flota británica”. Alertadas las unidades militares del litoral patagónico, se emitieron circulares a los oficiales de enlace de las policías provinciales de Santa Cruz y Chubut, advirtiéndoles estar prevenidos y ordenándoles efectuar patrullas a lo largo de la ruta nacional Nº 3 para detectar cualquier indicio de presencia foránea y detener a toda persona extraña, sobre todo, si hablaba inglés o con marcado acento anglosajón. Esas personas debían ser remitidas inmediatamente al Destacamento de Inteligencia 182 de Neuquén y se ordenaba la más absoluta reserva al respecto. El 29 de abril, habiendo cundido el alerta ante la posibilidad de un desembarco enemigo al sur de Caleta Olivia, fueron alistados dos helicópteros Bell UH-1H del Batallón de Aviación de Combate 601, el matrícula AE-419, al mando del jefe del Liceo, teniente coronel Arévalo y el AE-414 al del capitán Marengo, los que a poco de ser abordados por efectivos de la unidad militar, partieron hacia el sur, 6


rumbo a Caleta Olivia. Debían efectuar una misión de búsqueda y ataque previo reabastecimiento en la base de la cercana brigada aérea y a las 21.00 horas iniciar un movimiento de aproximación helitransportada mientras efectivos de la Compañía de Ingenieros 3 marchaban por tierra. El AE-419, piloteado por el teniente Marcos Antonio Fassio, llevaba al sargento primero Pedro Andrés Campos como copiloto y al sargento Néstor Daniel Barros como ametralladorista. Había partido en primer lugar, seguido quince minutos después por el 311 AE-414 del capitán Marengo, en el que viajaba Marcos Medina, uno de los soldados que tuvo a su cargo la custodia de los prisioneros ingleses. Según sus palabras, a poco de llegar, saltaron a tierra y se desplazaron hacia la costa, avanzando agazapados, con sus armas sin los seguros, listos para disparar si la ocasión se presentaba. Una vez frente a la playa, el capitán Marengo ordenó cuerpo a tierra y allí esperaron mientras la gente del primer helicóptero montaba un puesto de guardia. Permanecieron en el lugar cerca de media hora hasta que el jefe de la sección ordenó incorporarse y marchar hasta la cercana comisaría de Caleta Olivia, que se alzaba cerca de la playa, donde llegaron al cabo de veinte minutos. A las 2 de la madrugada del 30 de abril los soldados, que se encontraban descansando en el destacamento policial, recibieron la orden de prepararse para reemplazar a los efectivos del primer helicóptero que montaban guardia en la costa. Así lo hicieron y hacia allí se dirigieron, siempre a pie. La vigilancia de aquel punto duró hasta las seis y media de la mañana cuando, a falta de novedades, se les indicó levantar el puesto y dirigirse a los helicópteros que se hallaban posados a 5 kilómetros de allí. Cuando Medina y sus compañeros llegaron al punto donde se encontraba la aeronave, el AE-419 del teniente coronel Arévalo ya había partido. Salieron con rumbo al sur en un día brumoso y volaron sin contacto de radio durante varios minutos, hacia una estancia llamada “La Floradora” donde se suponía que los comandos británicos se habían ocultado. Arribaron al lugar un poco más tarde de lo planificado porque a causa de la niebla, habían equivocado la ruta y a poco de aterrizar, echaron pie a tierra y se desplegaron por el terreno, tomando posiciones cuerpo a tierra con sus armas apuntando hacia el establecimiento rural. 7


Pasaron un buen rato en esa situación, atentos a cualquier movimiento, observando hacia lo lejos, donde se encontraban los principales edificios de la estancia mientras los oficiales recorrían el perímetro con sus prismáticos, todo en el más absoluto silencio, roto únicamente por el soplar del viento. Permanecieron cerca de cuatro horas en el lugar sin noticias de la otra máquina, que debería haberse posado en las cercanías antes que ellos. Por esa razón, pasado el mediodía, el capitán Marengo decidió regresar a la comisaría para informar los resultados de su misión. La pregunta que todos se hacían era, ¿qué había sido de Arévalo y sus hombres? A las 12.15 de aquel misterioso 30 de abril, el helicóptero AE-419 fue declarado en emergencia. Veinte minutos después un aparato similar de la Prefectura Naval de Caleta Olivia informó haber encontrado los restos de una aeronave fuera de la bahía, a unos 10 kilómetros al sur de esa localidad, por lo que a las 13.20 del mismo día, se ordenó a las unidades militares efectuar rastrillaje total utilizando para ello todos los medios disponibles. Mientras se daba cuenta de la novedad y se organizaba la búsqueda, el general Osvaldo García impartió órdenes terminantes en el sentido de no informar el a nadie y mucho menos, comunicar la desaparición de los efectivos a sus familiares. Fue un civil de las inmediaciones quien encontró los primeros indicios del desastre. El poblador, que recorría la zona colaborando con las autoridades, dio con un pedazo del tanque de combustible del helicóptero, que acercó inmediatamente a la comisaría de Caleta Olivia. Según su versión, había restos del aparato esparcidos en un radio de 300 metros. El capitán Marengo ordenó a sus soldados abordar el AE-414 y casi enseguida despegaron hacia el sur. Diez kilómetros después dieron con el siniestro. 312 Las primeras observaciones permitieron establecer que la nave no se había estrellado sino que estalló en el aire. Medina y sus compañeros, uno de ellos el soldado clase 62 Adrián García, entraron al agua intentando alcanzar la ría donde se hallaban los cuerpos. Debieron esperar la bajamar para volver a introducirse en el helado mar y con el agua hasta la cintura, alcanzar el lugar donde flotaban los cadáveres. Los encontraron sin ropa, completamente mutilados. 8


Los soldados extrajeron seis cadáveres hasta que, repentinamente, la orden de relevamiento los obligó, tanto a ellos como al capitán Marengo, a suspender la operación y embarcar en el helicóptero. Volaron de regreso a la comisaría de Caleta Olivia y allí se alojaron por segunda vez, para permanecer en la zona tres días más. Finalmente se les indicó regresar al liceo y allí quedaron hasta el fin del conflicto, cumpliendo su servicio militar. Al capitán Marengo le llamaron la atención varios detalles, el primero, que los cuerpos mutilados de los tripulantes estuvieran completamente desnudos; que el fuselaje del helicóptero estuviese en la ría, recostado sobre la costa y el rotor a 300 metros de distancia hacia la derecha mientras que otras piezas yacían esparcidas por los alrededores de manera irregular. Fue a las 10.30 horas del día siguiente (1 de mayo) que en el Diario de Guerra del liceo se anotó lo siguiente: “01 1030 May 82. Se detectó 2 (dos) submarinos en dirección a Caleta Olivia”. Mientras eso ocurría, el alto mando argentino ordenaba el repliegue del Regimiento de Tanques 8 a Comodoro Rivadavia y dejaba apostados en Caleta Olivia al Regimiento de Infantería 1 “Patricios” (RI1 “Patricios”) y a la Compañía de Ingenieros 3 (CI3). Perecieron ese día, en el helicóptero siniestrado el jefe del Liceo Militar General Roca, teniente coronel Miguel Ángel Clodoveo Arévalo, el teniente primero Roberto Remi Sosa, los soldados clase 61 Fernando Luis Sieyra y Marcelo Gustavo Cini y los soldados clase 63 Jesús Marcial, Oscar Millapi y Daniel Alberto Palavecino además de los tripulantes del helicóptero, teniente primero Marcos Antonio Fassio, sargento primero Pedro Andrés Campos y sargento Néstor Daniel Barros. Los restos del AE-419 y su tripulación fueron retirados del lugar del siniestro en el más absoluto secreto y conducidos hasta un sector lindante a la Compañía de Transporte del Liceo Militar donde se efectuaron las pericias del caso. Esas pericias jamás se dieron a conocer y eso ha llevado a suponer que las Fuerzas Armadas argentinas ocultaron algo, posiblemente, que el helicóptero fue derribado, versión que parecen confirmar las afirmaciones de varios testigos que aseguran haber visto el agujero de un proyectil en la parte inferior del fuselaje. Los efectivos muertos fueron velados a cajón cerrado y condecorados postmortem con la “Medalla de la Nación Argentina al Muerto en Combate” aunque ni Marengo ni sus hombres ni los tripulantes del AE-414 son considerados 9


combatientes por el Ejército, pese a que llevaron a cabo una misión idéntica a la de sus compañeros caídos. Una versión que ha venido circulando desde esos días, no confirmada oficialmente, da cuenta de que un rápido operativo cerrojo de las FFAA habría cercado a los incursores abatiendo a seis de ellos y capturando a un número igual. A treinta años de la guerra, todo parece indicar que efectivamente, el helicóptero Bell UH-1H de la Aviación de Ejército fue abatido por tropas de elite británicas infiltradas el 29 de marzo, las mismas que habrían desembarcado de los dos submarinos que aquel día se aproximaron sigilosamente a la costa. Esos comandos se habrían refugiado en un punto cercano a Caleta Olivia, al parecer la estancia “La Floradora”, propiedad de súbditos ingleses y su objetivo era, probablemente, la base aérea de Comodoro Rivadavia, desde la que operaban las escuadrillas de aviones Canberra que ya habían realizado incursiones sobre las fuerzas navales enemigas en las islas Georgias y llevarían a cabo otras a partir del recrudecimiento de las acciones. A punto de ser descubiertas, el 30 de abril habrían derribado al AE-419 y en la mañana del 1 de mayo debieron embarcar en los submarinos detectados en el Golfo San Jorge. Veinticinco años después, algunos de los soldados que prestaron servicio en el Liceo Militar General Roca iban a recordar esos hechos, relatando a la prensa sus pormenores así como también, detalles del cautiverio de los soldados ingleses que se habían rendido entre el 2 y el 3 de abril en las Malvinas. Edgardo Blaguerman tenía claro en su mente el momento en que varios de ellos les regalaron sus pañuelos y cuando Jeffrey Warner le obsequió su paquete de primeros auxilios, “trofeo” que todavía conservaba un cuarto de siglo después. Escoltándolos hasta el ómnibus que los llevaría hacia el aeropuerto, quedó retratado en una fotografía publicada por un diario chubutense, mientras llevaba en el bolsillo derecho de su chaqueta, los pasaportes de los prisioneros. Sin embargo, durante un reportaje que se le hizo en esa oportunidad, cerró su comentario con una versión que más parece fantasía que realidad. Al parecer, durante una batalla cuerpo a cuerpo en el mes de junio, un teniente primero de apellido Echeverría, luego retirado, estuvo a punto de ser abatido por un inglés que, finalmente, le perdonó la vida. “No lo hago –le habría dichoporque Blaguerman y Bruno me trataron bien en Comodoro Rivadavia”. De ser cierta la versión, el británico en cuestión se la debe haber pasado perdonando a argentinos durante toda la campaña.

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El 5 de mayo de 1982 aviones Grumman S-2E Tracker y helicópteros Sea King de la 2ª Escuadrilla Aeronaval llevaron a cabo el primer ataque aeronaval desde el portaaviones “25 de Mayo”. Mariano Sciarroni relata sus pormenores en Malvinas. Tras los submarinos ingleses explicando que en la madrugada del 3 de mayo, el sistema de vigilancia del destructor “Santísima Trinidad” detectó señales electrónicas intermitentes que se perdieron a poco de aparecer en sus pantallas. A las 10.43 se obtuvo un nuevo contacto en cercanías isla Rasa (48º 38’S de latitud y 65º 36’O de longitud), a escasas 25 millas del Grupo de Tareas que, como el anterior, se perdió a los pocos minutos. En vista de ello, el Comando Naval a bordo del portaaviones decidió enviar uno de los dos Sea King de su dotación, el matrícula 2-H-234, que a las 11.03 despegó de cubierta al mando del teniente de navío Osvaldo Iglesias. Completaban su tripulación el teniente de navío Guillermo Iglesias en calidad de co-piloto y los suboficiales Antonio Barbone, Raúl Llanos y Julio Perea como navegantes y operadores de los sistemas de sonar y detección lejana. El helicóptero decoló bajo un cielo cubierto y precipitaciones y tras un corto vuelo sobre un mar color plomo, llegó al lugar (11.20). Tras posicionarse a 13 metros del agua, la tripulación hizo bajar el transductor del sonar para intentar ubicar al objeto que ocasionaba los ecos. El cable con el hidrófobo desaparecieron bajo las olas sin detectar nada, por lo que el helicóptero se desplazó unas 12 millas náuticas al sudoeste para repetir la operación. Fue en ese lugar donde detectaron un rumor proveniente de un objeto metálico situado entre los 330º y el 030º, novedad que informaron al portaaviones de manera inmediata. A los 110º volvió a bajarse el sonar y ahí fue donde se escuchó con mucha claridad un nuevo rumor que desapareció inmediatamente después. 314 A las 12.56, encontrándose en el límite de su autonomía, el Sea King emprendió el regreso, después de notificar a la torre el nuevo hallazgo. Mucho mas al sur, a las 09.30, el vigía ubicado en la proa del Neptune matrícula 2-P-111 que sobrevolaba las aguas en busca de sobrevivientes del “General Belgrano”, descubrió lo que parecía ser un submarino que se desplazaba semisumergido a 56º 00 S de latitud y 59º 30’ O de longitud. El avión comunicó la novedad a tierra y a los buques que operaban en la cercanía y solicitó 11


instrucciones. Se le ordenó dar caza al sumergible, tarea que le insumió cerca de dos horas hasta que una contraorden lo obligó a suspender la misión y regresar a la búsqueda de los náufragos. En esos momentos, el submarino nuclear HMS “Splendid” (S106) buscaba al “25 de Mayo” con intenciones de hundirlo y, de esa manera, dar el golpe mortal a la flota argentina que aún representaba una seria amenaza para la Task Force. El submarino británico era un arma formidable que, al comando del capitán de fragata Roger Lane-Nott, desplazaba sumergido 4900 toneladas y podía alcanzar hasta 30 nudos de velocidad. De acuerdo al relato de Sciaroni, disponía de cinco tubos de lanzamiento en proa y se hallaba en patrulla en Atlántico Norte cuando al estallar el conflicto le fue ordenado regresar Faslane a fin de avituallarse y ponerse en condiciones para una prolongada campaña en alta mar. La unidad partió del sudoeste de Escocia el 1 de abril y llegó a la zona asignada, al noroeste de Malvinas, dos semanas después. Desde ese punto llevó a cabo diversas misiones de reconocimiento sobre el litoral argentino entre Río Gallegos, Comodoro Rivadavia y las bocas del Río de la Plata y el 21 de abril recibió órdenes de dirigirse a Punta Delgada, al sudeste de la Península de Valdés y 480 millas al noroeste de Malvinas, donde la Central de Inteligencia británica había detectado al “25 de Mayo”. Una vez allí debía aguardar y proceder a hundirlo en caso de comenzar las hostilidades. El submarino localizó al portaaviones dos días después, en aguas poco profundas del litoral, donde le resultaba imposible operar, razón por la cual se le ordenó dirigirse hacia el sur y buscar al resto de la flota. El día 26 detectó al “Hércules” y al “Santísima Trinidad” navegando a la altura de Comodoro Rivadavia, muy cerca de tres corbetas A69 y de acuerdo a las instrucciones que tenía, comenzó a seguir a la formación hasta el día siguiente cuando una nueva orden lo obligó a poner proa hacia el norte donde todo parecía indicar que el “25 de Mayo” navegaba en aguas abiertas. El capitán intentó explicar al Comando Naval que eso era imposible porque el portaaviones debía estar cerca de sus escoltas pero su superior, el vicealmirante Peter Herbert, le exigió en tono firme cumplir la directiva. El “Splendid” buscó al portaaviones hasta el día 29 de abril cuando se le ordenó virar hacia el sur e ir nuevamente en busca de la formación anterior. No le 12


resultó difícil dar con la misma; fue en horas de la tarde y para sorpresa de su comandante, a las unidades navales de superficie se les había incorporado el ARA “Comodoro Py” (D-27). El submarino aminoró su marcha para emitir un mensaje al Comando Naval y ese fue el preciso momento en que los buques argentinos aceleraron y se evadieron hacia el sudoeste. Poco después los equipos de a bordo detectaron un Sea King que hacía exploración emitiendo señales con su radar y eso los obligó a huir también a ellos. El 1 de mayo la Inteligencia Británica señaló al “Splendid” y a su gemelo “Spartan” la nueva ubicación del “25 de Mayo”. Las dos naves se desplazaron hacia allí pero al pero al llegar al punto indicado no hallaron nada.Dos días después, el capitán Lane-Nott fue advertido que unidades de superficie argentinas se encontraban a solo 50 millas náuticas al nornoreste de su posición y que debía atacarlas. Toda esa información provenía de los satélites norteamericanos SIGINT (Signal Intelligence) que habían reorientado sus antenas hacia Buenos Aires y Puerto Belgrano, los KH-11 Nº 3 y Nº 4 (Key Hole) de órbita baja, dotados de resolución diurna óptica máxima de 10 cm y nocturna de 60 cm y radares y sensores infrarrojos que permitían obtener la información en tiempo real. Puestos en órbita el 7 febrero 1980 y 3 septiembre 1981 respectivamente, se reprogramaron sus órbitas normales para que pasasen sobre el Atlántico Sur, haciendo dos sobrevuelos diarios junto a otros tres satélites de inteligencia electrónica cuya triangulación facilitaba un inmejorable panorama de la zona. Como bien explica Mariano Sciaroni, junto a ellos operaba un KH-9 del programa Hexagon/Big Bird de reconocimiento fotográfico lanzado especialmente al espacio el 11 de mayo de 1982, a bordo de un cohete Titán IIID, para cubrir la guerra. Mientras tanto, la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires y la Fuerza de Tareas descifraban las comunicaciones de la Armada Argentina empleando la información suministrada por la empresa suiza Crypto AG, fabricante de las cifradoras/descifradoras que aquella utilizaba, esto de acuerdo a información extraoficial obtenida después del conflicto. Ese mismo día, a las 07.35, la flota argentina ingresó en el Golfo San Jorge y allí se mantuvo en espera de instrucciones. Por entonces, se tenía la certeza en Buenos Aires de que submarinos enemigos merodeaban sus aguas continentales. En el diario de Guerra Liceo Militar “General Roca” de Comodoro Rivadavia quedó asentado el avistaje de uno de 13


ellos ocurrido el 1 de mayo. Tres días después, a las 08.00, el pesquero “Doña Mariela” descubrió otro sumergible desplazándose lentamente en superficie a los 45º 10’ S de latitud y 66º 00’ O de longitud que, al parecer, percatado de su presencia, hizo inmersión de manera inmediata y desapareció. Otros avistamientos en Punta Tombo y Playa Unión, provincia de Chubut se sumaron a los anteriores en esos días, navegando por el Golfo San Jorge fue que se decidió lanzar un segundo avión en busca del submarino. Convocados a la Sala de Prevuelo del “25 de Mayo”, los pilotos de la Escuadrilla Aeronaval Antisubmarina recibieron las indicaciones pertinentes y a las 09.25, corrieron hacia el Grumman S-2E Tracker matrícula 2-AS-24 que se hallaba en la pista para ocupar sus posiciones. El capitán de corbeta Héctor Skare lo hizo en el asiento del piloto, el teniente de fragata Luis Sanguinetti en el del copiloto y los suboficiales segundos Rodolfo Lencina y Jorge César Lencina, en los de los operadores, en la parte posterior. El almirante Allara observaba los movimientos desde la torre de mando junto al comandante del portaaviones, capitán de navío José Julio Sarcona y su segundo, capitán de fragata Ricardo Aumann. Cuando los mecánicos dieron el visto bueno indicando que todo estaba en orden, Skare y Sanguinetti clavaron la vista en el señalero de cubierta y siguiendo sus indicaciones,dieron máxima potencia a sus turbinas e iniciaron la corrida (09.35), levantando vuelo mientras ganaban el mar dejando atrás la imponente mole de hierro del “25 de Mayo”. Volaron cuatro horas sin dar con el objetivo por lo que, en el límite de su autonomía, a las 13.40, emprendieron el regreso. A las 16.16 despegó el Tracker 2-AS-26 del capitán de corbeta Alberto Dabini. Su copiloto, el teniente de corbeta Juan Carlos Bazán, el cabo principal Ernesto Paulinkas y el cabo primero Oscar Condorí completaban la tripulación que estuvo en vuelo hasta las17.40 cuando, después de sobrevolar las posibles rutas del objeto sin localizarlo, estuvo de regreso. A las 23.40 partió el 2-AS-22 al mando del capitán de corbeta Emilio Goitía, con el teniente de corbeta Horacio Núñez como copiloto, el cabo primero Néstor Conde y cabo segundo Juan Carreras completando la dotación. Su vuelo duró algo más de dos horas y finalizó a las 01.18 del 4 de mayo, sin ningún resultado. Hubo un accidentado vuelo nocturno del aparato matrícula 2-AS-26 que después de su derrotero, debió dirigirse a Trelew al experimentar fallas en uno de sus motores, reintegrándose al portaviones a las 09.03 de día siguiente. 14


A las 00.23 del 4 de mayo se lanzó una nueva misión de exploración, esta vez a cargo del Tracker 2-AS-22, piloteado por el teniente de navío Juan José Membrana, con el teniente de fragata Gustavo Ottogalli como copiloto, el cabo principal Ernesto Paulinkas como operador de medidas de apoyo electrónico y el cabo primero Condorí a cargo de la pantalla radar. Debían sembrar una barrera de trece sonoboyas en Golfo San Jorge, para ser monitoreadas de a una, cada 15 minutos, por el equipo AQA-4 de a bordo y así detectar a posibles intrusos.A las 02.40 el “Splendid” navegaba al ras del agua cuando su radar captó presencia enemiga al nornoroeste de su posición. Esa señal se mantuvo hasta las 05.31 cuando aumentó considerablemente obligando a su comandante a ordenar inmersión inmediata a plano profundo. El submarino seguía la derrota del “25 de Mayo” en dirección norte, pegado a la costa del Golfo de San Jorge, cuando descubrió al avión. Como el eco desapareció inmediatamente después de la inmersión, Lane-Nott ordenó el ascenso a superficie, muy cautelosamente para “tantear el ambiente”. Con mucho alivio la tripulación comprobó que no había nada y que podían seguir adelante con su misión. Eran las 06.47 cuando el submarino ubicó al portaaviones junto a uno de sus escoltas y embarcaciones menores. Sin perder tiempo, se dispuso a atacarlo pero de manera repentina, los ecos desaparecieron de sus radares. Dos horas y treinta y cuatro minutos después, el equipo de alerta de a bordo captó una nave de envergadura desplazándose a 11 nudos en dirección al continente, novedad que llevó al capitán Lane-Nott a ordenar a la tripulación ocupar puestos de combate. El comandante sacó el periscopio a la superficie y para su desazón comprobó que la embarcación en cuestión era el enorme carguero “Formosa”, que atacado por error por la Fuerza Aérea Argentina, navegaba hacia tierra firme con una bomba sin estallar en sus bodegas. Después de suspender el ataque por entender que el objetivo no revestía peligro, Lane-Noot trazó un bosquejo de la embarcación y horas después hizo lo mismo con un segundo transporte que ubicó unas millas más adelante. A las 14.55 despegó nuevamente el 2-AS-22, piloteado esta vez por el capitán de corbeta Julio Covarrubias (subcomandante de la escuadrilla), quien llevaba a bordo al teniente de fragata Daniel Alberto Marinsalta (copiloto) y al suboficial segundo Hugo Vallejos y el cabo primero Raúl Cufré como tripulantes. 15


El avión decoló sin novedad y poco después identificó al “Formosa” y a otras tres naves lejanas ajenas al conflicto, sin lograr contactos significativos. Por esa razón, a las 19.35 emprendió el regreso sin saber que una hora y media antes, el “Splendid” lo había ubicado en su pantalla. Durante todo ese día y parte del siguiente, el Grupo de Tareas 79.1 encabezado por el portaaviones “25 de Mayo”, navegó paralelo a la costa patagónica, 70 millas al sudeste de Puerto Deseado, en procura del atacado Aviso “Sobral” que en esos momentos se desplazaba lentamente hacia el litoral, con varios muertos y heridos a bordo, además de importantes daños en su estructura. El 5 de mayo el GT 79.1 hacía lo propio a la altura de Bahía de los Huesos (provincia de Chubut) cuando recibió un pedido de auxilio en 500 kilociclos, proveniente de la mencionada embarcación. Se decidió de inmediato despachar una patrulla de búsqueda para dar con ella, catapultándose a las 07.05 al Tracker muleto 2-AS-23 al mando del teniente de navío Carlos Cal, quien voló acompañado por el guardiamarina Gustavo Ferrari como copiloto, el suboficial segundo Rodolfo Aníbal Lencina y el cabo segundo Enzo Panaritti, como operadores de sonar. El avión, armado con torpedos MK-44 SW de 196 kilogramos de peso, tenía como misión efectuar exploración y búsqueda del Aviso “Sobral” que en esos momentos se desplazaba con rumbo desconocido por el Mar Argentino. A las 07.43 el piloto informó que tenía un contacto chico en la pantalla de su radar, a 44º 20’ de latitud Sur y 64º 40’ de longitud Oeste y que se disponía a explorar. Volando hacia ese sector, detectó a lo lejos la estela de un periscopio perteneciente a un submarino no identificado que navegaba a la altura de Bahía Camarones, en dirección norte a 090º y 10 millas. Decidido a no dejar escapar esa presa, se dispuso a atacar el objeto, convencido que se trataba de una nave enemiga. Cuando los relojes de a bordo daban las 07.46, el avión alcanzó los 44º 20’ de latitud Sur y 64º 40’ de longitud Oeste y tras hacer las correspondientes evaluaciones, disparó un torpedo y una sonoboya pasiva. El aparato permaneció orbitando en el lugar hasta que, al cabo de unos minutos, se le ordenó proseguir con la búsqueda del “Sobral”.

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Cuando el teniente Cal informó sobre la presencia del submarino, dispuso que los pilotos de Sea King y Grumman S-2E Tracker concurrir a la Sala de Prevuelo, para impartirles las instrucciones de una nueva misión de ataque. A las 08.00 se dio por finalizada la misma y a las 08.05 despegó el Sea King SH-3 matrícula 2-H-231 equipado con un sonar ASQ-13, al que tripulaban los tenientes de navío Osvaldo Iglesias (Tarzán) y Guillermo Iglesias (Oaki) como piloto y copiloto, elteniente de fragata Edgardo García como navegador y los suboficiales Martín Ramos y José Ponce, como operadores de sensores. Su misión era restablecer contacto con el submarino enemigo y, de ser posible, atacarlo. A las 08.47 despegó un segundo Sea King, matrícula 2-H-232 que llevaba como piloto al comandante de la escuadrilla, capitán Norberto Barro (Rufo), y como copiloto al teniente Antonio Urbano, con la misión de apoyar las acciones del 2H-231. Un minuto después fue catapultado el Grumman S-2E Tracker matrícula 2-AS24 al mando del teniente de navío Enrique Fortini, a quien acompañaban su igual en el rango, Carlos Ferrer (Chingolo) como copiloto y los suboficiales José Raimondo y Raúl Ignacio Cufre como operadores 3 y 4. Fortini, había volado una misión de exploración antisuperficie la tarde el 2 de mayo a bordo del Tracker 2AS-26 junto al teniente de navío Rafael Sgueglia y los suboficiales Rodolfo Lencina y Ernesto Paulinkas, para ubicar al grupo de portaaviones enemigo. En pleno vuelo hacia el objetivo, el Sea King 2-H-231 efectuó táctica antisubmarina acústica pasiva, arriando el sonar al cabo de varios minutos de búsqueda y efectuando sucesivos saltos en tanto el 2-H-232 se mantenía en apoyo alistando sus torpedos, después de anunciar por radio que su sonar

la presentaba inconvenientes. Fue entonces que el teniente Fortini sembró tres sonoboyas en una trayectoria Alfa a efectos de cubrir una amplia zona en torno a su posición. Eso le permitió confirmar el rumor hidrofónico de hélices que coincidía con el contacto efectuado a las 09.10 por el teniente García del 2-H-231 en un punto situado en los 44º 27’ S de latitud y 64º 19’ O de longitud. Fortini ordenó informar la novedad al portaviones y al resto de la escuadrilla y guiado por los dos helicópteros, obtuvo otros ocho contactos MAD (Anomalías Magnéticas), calificados como submarino navegando en dirección sur/sudeste, 17


evidencia de que la unidad enemiga detectada en la madrugaba, merodeaba todavía por las inmediaciones. A las 10.00 el sonar del Sea King 2-H-231 seguía manteniendo el contacto, observando que el objeto aumenta su velocidad y que, efectivamente, se trataba de una unidad mecánica inteligente. Fortini decidió atacar y por esa razón, efectuó un pronunciado viraje para dirigirse al objetivo, siempre guiado por el helicóptero. Durante el trayecto, su copiloto procedió a programar el torpedo y minutos después anunció que estaba listo para disparar. El avión abrió su bodega de armamento y a los 44º 33’ S de latitud y 64º 16’ O de longitud , a solo a 20 millas del lugar en el que se había producido el ataque anterior, lanzó el torpedo MK-44 SW MOD 1 e inmediatamente después, inició una serie de órbitas para seguir de cerca el desenlace del ataque. El proyectil cayó con su paracaídas de frenado desplegado y se sumergió en las aguas, inició su trayectoria de búsqueda en espiral descendente, activando su motor de 30 caballos de fuerza e iniciando un recorrido helicoidal de 7,7 metros por segundo hacia las profundidades. Inmediatamente después, los escuchas a bordo de las aeronaves que seguían sus evoluciones, sintieron claramente como el proyectil aceleraba las revoluciones de su hélice, clara señal de que había detectado el blanco. Sin embargo, no se produjo ninguna explosión y los rumores hidropónicos desaparecieron. El submarino logró evadir el torpedo mientras descendía presurosamente hacia el fondo del mar para asentarse abruptamente sobre su lecho. Fortini hizo una barrida con el radar para ver si detectaba algo y pasadas las 11.00 cumpliendo la orden transmitida por el controlador de a bordo en el portaaviones, teniente de fragata Guillermo Alfredo Frogone, emprendió el regreso, seguido por los helicópteros. A las 05.06 del 5 de mayo, el HMS “Splendid” se encontraba frente a Bahía de los Nodales, provincia de Santa Cruz, casi a la altura de río Deseado, siguiendo un rumor clasificado como S-36. El día anterior había navegado frente a Cabo Blanco, al sur del Golfo San Jorge, en procura de unidades de la flota argentina, cumpliendo órdenes del alto mando naval. A las 08.38 el controlador de sonar detectó un rumor de hélices y una hora después (09.36) obtuvo un nuevo contacto a 15.300 yardas al nornoroeste de su 18


posición. Se trataba de un objeto que navegaba a 10 nudos con un curso de 140º al que, diecisiete minutos después, clasificaron como submarino. Sin embargo, el mismo desapareció inmediatamente, novedad que el capitán Lane-Noot apuntó en su libro de bitácora señalando que posiblemente se tratase del “Salta”. Por esa razón, mandó quitar los torpedos Mark-8 que tenía en los tubos y los reemplazó por un Mark-24 para ataque submarino. El 6 de mayo a las 07.05 decoló del “25 de Mayo” el Tracker matrícula 2-AS-24 al comando del capitán de corbeta Dabini, acompañado por el teniente de fragata Sanguinetti, el suboficial segundo Vallejo y cabo principal Raúl Cravero. Su misión consistía en sembrar una barrera de sonoboyas para tratar de ubicar el posible intruso que merodeaba desde el día anterior y monitorearlas hasta dar con él. Malvinas. Guerra en el Atlántico Sur 319 El aparato llegó a los 41º 53’ S de latitud y 63º 03’ O de longitud y a las 08.50, su pantalla captó una señal que perdió a solo dos millas de distancia. El avión lanzó sobre el objeto una bomba de profundidad que se perdió en los abismos marinos sin hacer impacto y regresó al portaaviones a las 09.30. El “25 de Mayo” navegaba hacia Viedma sin sus escoltas ya que los mismos se habían rezagado en el Golfo San Matías al cargar combustible. En horas de la tarde, un Fokker F-27 de la Fuerza Aérea (el aparato matricula TC-78), informó haber avistado un submarino que navegaba al ras del agua a 40º 15 S de latitud y 60º 15 O de longitud, a 150 millas de Puerto Belgrano. El avión volaba bajo el indicativo “Titán”, al mando del mayor Osvaldo Botto, con el capitán Julio Mirgone como copiloto, el capitán Carlos Romeo Filippi como navegante, y los suboficiales José Altamiranda, Rubén Seguí y Esteban Godoy completando la tripulación. Esa misma mañana, entre las 08.00 y las 12.50, había realizado patrullajes en apoyo de la Armada, sin resultados, por lo que agotado el combustible, emprendió el regreso a Viedma. El Fokker volvió a despegar a las 14.00 y pasadas las 17.00 sobrevoló al submarino a 5000 pies de altura, cuando navegaba cerca de Bahía Blanca, distinguiendo claramente parte de la torreta, el periscopio y la estela que iba dejando en el agua. Se supo después que era el “Salta”, que en esos momentos ganaba mar abierto para dirigirse a Mar del Plata en cumplimiento de órdenes superiores. 19


En vista de lo que había ocurrido, el Comando de la Fuerza de Submarinos le ordenó al regresar a aguas seguras (al “Salta”) en tanto se decidía un nuevo ataque a la unidad no identificada. El submarino atacado por el Tracker de Dabini era el HMS “Spartan” (S105), que operaba al mando del capitán de fragata James Taylor. De acuerdo a Sciarroni, a fines de marzo la embarcación operaba en el Mediterráneo y allí se encontraba cuando el 1 de abril recibió instrucciones de dirigirse a Gibraltar para reabastecerse y partir de inmediato hacia el sur. Así lo hizo y una vez en la base, recibió los torpedos Tigerfish Mark-24 y Sperafish que le proporcionó el HMS “Oracle”. Navegando a 23 nudos de velocidad el “Spartan” llegó a Puerto Argentino el 14 de abril detectando inmediatamente al decomisado “Forrest” y al “Isla de los Estados” cuando sembraban minas en la entrada del fondeadero. Dos días después se le ordenó desplazarse hacia el litoral patagónico y el 1 de mayo inició la búsqueda del “25 de Mayo” junto al “Splendid”.El 6 de ese mes el submarino se encontraba al sudeste de Puerto Belgrano cuando fue visto por primera vez por la aviación argentina. Para entonces, ya había detectado la actividad aérea de los Tracker e incluso de los Embraer 111 Bandeirantes de origen brasilero y sabía que debería tomar todas las precauciones si no quería ser descubierto y atacado. El 7 de mayo los británicos extendieron la zona de exclusión marítima hasta las 12 millas náuticas del litoral patagónico y bonaerense abarcando de ese, modo, todo el Mar Argentino. Ese día, a las 16.00, partió desde el “25 de Mayo” con muy poca visibilidad y bajo plafond, el Tracker matrícula 2-AS-26, tripulado por el teniente de navío Fortini, el teniente de corbeta Rafael Cornejo Solá, piloto y copiloto respectivamente, quienes llevaban al suboficial Jorge Lencina como operador de radar y al cabo primero Néstor Conde como operador de medidas de apoyo. Iban en busca submarinos, volando rasante hacia el este, efectuando de tanto en tanto un ascenso para encender el radar y ver si descubrían algo, pegándose nuevamente al agua después de tres o cuatro barridas. Alberto N. Manfredi (h) 320

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Recién a las 20.10 el operador descubrió un contacto a 42º 31’ S de latitud y 62º 05’ O de longitud pero el mismo se perdió 11 millas más adelante, sin volver a aparecer. Aún así, Cornejo Solá decidió atacar y después de ordenar el alistamiento del armamento, soltó una bomba de profundidad que estalló con fuerza al llegar a al nivel programado. Fortini y Cornejo se conocían desde los tiempos de la crisis del Canal de Beagle cuando volaron juntos los mismos aparatos esperando el inicio de las hostilidades con Chile. A las 09.31 del 8 de mayo el capitán de corbeta Alberto Dabini dejó la cubierta del “25 de Mayo” a bordo del Tracker 2-AS-24. Lo acompañaban su copiloto, el teniente de fragata Sanguinetti, el operador de radar, cabo principal Paulinkas y el operador de medidas de apoyo, cabo primero Cufre. El aparato voló hacia los paralelos 39º S y 44º S y los meridianos 59º O y 60º O, y después regresó sin ninguna novedad. A las 17.18 hizo lo propio el 2-AS-26 del capitán de corbeta Emilio Goitía, el teniente de corbeta Tomás Pascual, el suboficial segundo Vallejos y el cabo principal Cravero quienes a las 19.15 obtuvieron un pequeño contacto clasificado como posible submarino, que se esfumó a los 42º 00’ S de latitud y 61º 11’ O de longitud. El mismo no pudo ser retomado, por lo que en el límite de su autonomía, el avión emprendió el regreso sin nada nuevo que reportar. En la madrugada del día siguiente partió en la misma dirección el 2-AS-22, pero el tiempo le impidió llegar. Algo que confunde a los investigadores es que además del “Splendid” y el “Spartan”, hubo otros submarinos operando en la zona. Como bien se sabe, las marinas de la Argentina y Gran Bretaña notificaron a todas las naciones, en especial a las de la región y a aquellas que tenían naves en el área, que tomasen los recaudos necesarios para mantenerlas alejadas del teatro de operaciones y evitar incidentes. Varios países alejaron sus flotas pesqueras y buques de transporte y tanto Brasil como Uruguay comunicaron que replegaban sus unidades navales a aguas jurisdiccionales en tanto durase el conflicto. Sciaroni menciona al submarino nuclear norteamericano USS “Parche” que en esos días atravesó el Cabo de Hornos proveniente de su base en el océano Pacifico, en ruta al Mar de Barents. 21


También merodearon submarinos soviéticos de la Patrulla de África Occidental con base en Angola, además de aviones de exploración TU-95RTs de la misma nacionalidad, pertenecientes al 392º Regimiento Aéreo Independiente de Reconocimiento a Larga Distancia con base en Luanda, los que sobrevolaron flota británica en varias oportunidades. Aviones C-212 de la Fuerza Aérea Uruguaya avistaron un submarino en sus aguas jurisdiccionales y según fuentes no oficiales, los sumergibles australianos HMSA “Onslow” y HMSA “Ovens” que operaban para Gran Bretaña en las costas de Libia y China, también habrían estado en el Atlántico Sur durante el conflicto. Junto al “Conqueror”, el “Splendid” y el “Spartan” fueron desplegados hacia Malvinas los submarinos nucleares HMS “Courageous” y HMS “Valiant” y los convencionales HMS “Onyx” y HMS “Otus”, del que Sciaroni y otras fuentes no dan plena seguridad de que hayan participado en las operaciones aunque numerosos trabajos e investigaciones británicas, así como sitios en Internet, afirman que sí lo hizo aunque sin tomar parte en misiones de envergadura. En cuanto al “Onyx”, fue el submarino que detectó el vicecomodoro Riccardini el 21 de abril a las 11.16, cuando volaba a los 35º 23 S de latitud y 43º 44 O de longitud, a 1200 millas al sudeste de Ezeiza3. Malvinas. Guerra en el Atlántico Sur 321 La nave británica había zarpado de Gosport, Inglaterra, la mañana del 25 de abril día siguiente, su comandante, el capitán de corbeta Andrew Jhonson, se vio forzado a regresar a Dolphin para dejar marinero enfermo. Volvió a hacerse a la mar el 23 de abril, navegando en superficie hasta la isla Ascensión, a la que llegó dos semanas después. Tras efectuar una serie de reparaciones, se posicionó junto al RFA “Tidespring” para cargar combustible y finalizada la operación, embarcó a una sección de 40 hombres del SAS y el SBS y a un grupo de especialistas en guerra electrónica que debían operar en distintas unidades. Durante el trayecto fue avistado por las patrullas aéreas de exploración y a poco de su llegada, desembarcó a los comandos del SAS/SBS, tanto en las islas como en el continente.

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El 8 de mayo el “Onyx” se desplazaba en inmersión por el Área María, al norte del archipiélago, entre la Isla Gran Malvina y la Isla Soledad, cuando fue detectado y atacado por el “San Luis”. El submarino argentino le disparó un torpedo MK-37 modelo 3 al que el “Onyx” logró esquivar. Sin embargo, en el intento, sufrió averías en la quilla y la proa que le trabaron dos Mark 8 en el interior de sus tubos. Mario Sciaroni afirma que esos daños pudieron haberse producido el 30 de mayo, cuando el sumergible británico fue atacado por el “Hipólito Bouchard” a la altura de Río Grande, pero el sonido de un estallido, claro fuerte que escuchó la tripulación del “San Luis” el día 8 es más que sugerente. ¿Cómo se hizo las averías el “Onyx”? ¿Fue al de encallar cerca de la costa, después de desprender secciones del SAS y SBS tal como lo declararon los británicos o el MK-37 del “San Luis” llegó a tocarlo? ¿Contra qué impactó el torpedo cuando estalló? ¿Fue contra él o contra alguna roca submarina cercana? Como se podrá observar, son muchos los interrogantes y ninguna posibilidad se descarta, aunque la versión que más se ajusta a la realidad es la que sostiene que los daños se produjeron durante las maniobras de evasión, el 8 de mayo. Ahora bien, ¿era el “Onyx el submarino atacado o fue el “Splendid” que también sufrió averías durante la campaña? Suposiciones y probabilidades a un lado, el submarino debió desplazarse a Gran Bretaña donde recién entonces pudieron remover los torpedos atascados en el interior de sus tubos. El 9 de mayo por la mañana, el “25 de Mayo” navegaba a la altura de Viedma, junto a sus escoltas, cuando recibió la orden de replegarse a Puerto Belgrano. En cumplimiento de esa directiva, el portaaviones se dirigió hacia el norte, desplazándose en forma paralela a la costa bonaerense hasta que a las 15.57, avistó la gran rada, mientras se desplazaba lentamente por el canal de acceso. A esa altura, cuando bordeaba la isla Bermejo, partieron de su cubierta las escuadrillas de cazas A4Q y helicópteros Sea King para aterrizar en la cercana Base Aeronaval Comandante Espora, operación que finalizó pasadas las 16.30. El buque hizo su ingreso en el fondeadero con el “Comodoro Py” navegando a su lado y a las 04.30 del 10 de mayo catapultó a los Tracker, amarrando en el muelle principal a las 08.50. Inmediatamente después comenzó el desembarco del personal. 23


Dice Mariano Sciaroni que su campaña significó “…un pequeño triunfo operacional no debidamente reconocido…” que debería ser motivo de orgullo para toda la Armada Argentina. Al respecto, cita palabras que el capitán Wayne Hughs Jr., de la Armada de los Estados Unidos vuelca en su libro Tácticas de Flota y de Combate Aéreo. Alberto N. Manfredi (h) 322 Ciertamente, en mar abierto, una flota inferior a su oponente (como era la argentina respecto a la británica) sería generalmente destruida por un enemigo aun ligeramente superior, que a su vez sufriría daños menores en el enfrentamiento. Y es por ello –afirma – que la Armada Argentina obró correctamente a nivel estratégico al retirarse a sus aguas territoriales, sustrayéndose a una acción flota contra flota. Resulta evidente que la Armada Argentina no estaba en condiciones de disputar el dominio del mar a su par británica porque carecía de medios adecuados para ello, sobre todo, para enfrentar el potencial de los submarinos nucleares, sin embargo tanto su portaaviones como la aviación embarcada los tuvo a maltraer durante buena parte de la campaña. A partir de esa fecha, el Comando de la Aviación Naval dispuso que la 2ª Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros efectuara patrullajes desde Viedma hasta una distancia de 100 millas dentro del triángulo formado por esa ciudad y los radiales 070º y 200º, precisamente el área donde operaba el “Spartan”. Las mismas estuvieron coordinadas con la 1ª División de Destructores y tuvieron lugar entre el 22 y el 28 de mayo con tres Sea King armados con MK-44 y en ocasiones dos cargas ASA extras, que obtuvieron pequeños contactos (el principal el 27 por la tarde), sin que se concretase ningún ataque. El 28 los Sea King fueron replegados a Espora para planear la misión de rescate a la Isla Borbón y la Escuadrilla Naval Antisubmarina pasó a operar desde Río Gallegos después de incorporar los dos Embraer 111 Bandeirantes facilitados por Brasil. La noche del 16 de mayo ocurrió otro hecho extraño, muy similar al que tuvo lugar en Caleta Olivia el 29 de marzo. Ese día, el HMS “Onyx”, que desde el repliegue de la flota argentina se dedicaba a patrullar el litoral patagónico, se aproximó cautelosamente a Tierra del Fuego 24


para desprender varias balsas neumáticas con efectivos del SAS y el SBS a bordo. Se tenía la certeza de que en la zona, operaban también el HMS “Splendid” y el HMS “Otus” por lo que las unidades de la flota de mar que guarnecían el litoral argentino se hallaban en máxima alerta a fin de prevenir incursiones enemigas en el continente. Los comandos intentaban desembarcar en cercanías de Río Grande y ocultarse cerca de la base aérea desde la que operaban los aviones Neptune, A4, Mirage y el temido binomio Super Etendard/Exocet, dispuestos a llevar a cabo actos de sabotaje y alertar a las unidades de la Task Force sobre la partida de las misiones de bombardeo. Los británicos acababan de poner en marcha la Operación Mikado, encomendada para su organización al general de brigada Peter de la Billière, director del servicio del SAS. El propio almirante Lewin, miembro del Alto Estado Mayor, fue quien ordenó a De la Billière la planificación de una misión en el continente para golpear al enemigo en su centro neurálgico: la base aeronaval desde la que operaban los cinco cazas Super Etendard con sus letales Exocet AM-39. Los comandos debían destruir esos aviones y los tres misiles que aún les quedaban y matar a todos sus pilotos, quienes personificaban el principal peligro para la Fuerza de Tareas. De la Billière había seleccionado un grupo de hombres pertenecientes al Escuadrón G del Regimiento 22 del SBS, que se hallaban embarcados en el “Fearless” y a todos los del Escuadrón B, al mando del mayor John Moss, quienes venían de participar en los ejercicios que la OTAN había estado llevado a cabo en Alemania, dentro del marco de un programa de entrenamiento intensivo para efectuar misiones de captura de aeropuertos enemigos. Malvinas. Guerra en el Atlántico Sur 323 Para ello, debía destacarse en primer lugar un helicóptero Sea King en el que viajaría un grupo de hombres con la misión de reconocer el blanco y evaluar su dispositivo de defensa. Señalado el mismo, dos aviones Hércules C-130 con cincuenta y cinco efectivos a bordo deberían aterrizar en la base enemiga y llevar a cabo la misión, destruyendo los aviones y matando a sus pilotos. Una segunda opción proponía que una fuerza de veinticuatro integrantes del SBS llegase por mar a bordo de botes neumáticos desprendidos desde un submarino, 25


quienes deberían retirarse hacia un punto cercano a la frontera con Chile una vez finalizada la misión. En vista de ello, las tropas especiales estuvieron practicando aterrizajes a bordo de aviones Hércules C-130 hasta que uno de ellos se accidentó y por poco le cuesta la vida a varios de sus integrantes. Sabían los ingleses que la misión era riesgosa porque las tropas de infantería de marina argentinas allí apostadas estaban adiestradas y preparadas para el combate y eso dificultaría en extremo su concreción. El Alto Mando británico desechó la primera opción por considerarla impracticable y se concentró en la segunda, adoptando todos los recaudos del caso. Los relojes señalaban las 16.30 en el “Hipólito Bouchard” cuando el jefe de armas submarinas y el oficial ayudante que se encontraba a su lado, detectaron una emisión sonar en la popa (un pim sonar, es decir, el sonido que producen las emisiones sobre un casco metálico). Media hora después, el capitán impartió la orden de cubrir maniobras de anclas pero a los diez minutos, desaparecidas las emisiones de las pantallas, se volvió a situación normal, con el buque fondeado en el lugar asignado por el Alto Mando Naval4. A las 17.10 se escuchó un rumor hidrofónico y eso llevó al capitán del “Hipólito Bouchard” a establecer contacto con el destructor “Piedrabuena” para preguntar si registraban las mismas señales. La respuesta fue negativa y por esa razón se pusieron a los vigías de a bordo en alerta máxima y se ordenó realizar búsqueda lejana aérea y de superficie utilizando para ello los veteranos radares SPS 40, SPS 10 y los equipos de sonar WLR 1 y MAE, barriéndose en forma manual la banda I5. Al mismo tiempo, se dispuso alistar las piezas de 127.2 mm y las ametralladoras antiaéreas de 12.7 mm mientras se ponían a punto los sistemas de misiles Exocet MM- 38, los de torpedos MK-44 y 244S y los 533 erizos antisubmarinos junto con seis cargas de profundidad MK-96. En plena noche (eran las 19.05), el radarista informó haber detectado un eco pequeño pero intermitente a 3000 yardas del buque y eso llevó a adoptar todas las medidas para verificar el contacto. Siete minutos después se pudo observar que las señales se convertían en tres resonancias nítidas con un punto muy intenso y una “V” saliendo del mismo en 26


dirección contraria al movimiento relativo, la típica señal que producían los gomones al ser detectados. Los objetos se desplazaban con rumbo 340 a una velocidad de 18 nudos, a 1200 yardas de la embarcación. Mientras la tripulación corría a ocupar sus puestos de combate, el encargado del sonar informó que había detectado un nuevo rumor hidrofónico en el azimut 070 y a las 19.22 el radar de control de tiro MK-25 adquirió los blancos. En ese preciso momento, el capitán del “Hipólito Bouchard” solicitó al comandante del “Piedrabuena” autorización para abrir fuego y este la concedió. Alberto N. Manfredi (h) 324 A las 19.25, el destructor abrió fuego, efectuando varios disparos utilizando sus piezas de 127,2 mm de la batería principal de artillería. En ese momento, los gomones giraron y se retiraron en dirección este mientras la lejana ciudad de Río Grande se estremecía con el sonido de los cañones. Las pantallas de radar mostraron claramente como los ecos se abrían en abanico y se alejaban del buque, por lo que pasadas las 19.55, el “Hipólito Bouchard” salió en su busca para batirlos. Sin embargo, para esa hora, los merodeadores habían desaparecido. Pese a lo cerrado de la noche y lo concentrado de la niebla, el destructor recorrió el área apuntando con sus reflectores hacia la negrura del mar, sin encontrar nada. Por esa razón, siendo las 20.40 regresó al mismo lugar que ocupaba antes de las detecciones, y allí fondeó, en espera de instrucciones. Dos días después tuvo lugar el hecho de mayor resonancia en lo que a operaciones en el territorio continental se refiere. En horas de la noche, el “Invencible” navegaba con rumbo oeste cuando a través de los altavoces, su comandante anunció que estaba a punto de iniciarse una operación especial al noroeste del archipiélago con el objeto de desembarcar a un grupo del SBS en la Gran Malvina. Ningún miembro de la tripulación se hubiese sorprendido por ello ya que desde el 1 de mayo ese tipo de acciones se venían efectuando con bastante frecuencia en diferentes puntos de las islas, lo raro fue que, por primera vez, el comandante lo anunciaba por los altoparlantes. Aquella fría y cerrada noche, el buque navegaba escoltado por la fragata “Broadsword”, su fiel y eficiente escudera, a una milla de distancia uno de otro 27


cuando, repentinamente, aumentó la velocidad llegando a superar los 25 nudos. Quienes subieron al puente pudieron ver que las embarcaciones navegaban completamente a obscuras y en el más absoluto silencio de radar. Muy pocos a bordo sabían lo que ocurría. El rumbo a seguir se daba por etapas, parcialmente, segmento a segmento, dándose a conocer el siguiente paso cuando se recibía la orden de efectuarlo. Según John Whiterow, corresponsal del “The Times” a bordo del “Invencible”, al preguntar que era lo que estaba ocurriendo, alguien lo llevó a un costado y le dijo que se planeaba lanzar un helicóptero hacia la Argentina, para depositar efectivos en el continente. El portaaviones navegó a esa velocidad durante toda la noche, con su gigantesca estructura metálica vibrando por el esfuerzo de sus turbinas hasta que repentinamente, al llegar a un punto en medio de la obscuridad, giró en redondo y puso proa hacia el este, alejándose a toda marcha de regreso al corazón de la flota. Cuando amanecía, los observadores pudieron distinguir la obscura silueta de la “Broadsword” navegando siempre a su lado mientras desde su cubierta alguien emitía señales luminosas con la linterna Aldiss. Era un mensaje para el comandante que decía “Pidan a Dios que tengamos éxito”, algo inusual que desconcertó aún más a los tripulantes que en esos momentos se hallaban allí ubicados o en el puente de mando. El Sea King matrícula ZA290 partió del “Invencible” a las 03.15Z (00.15 hora argentina) tripulado por el teniente Richard Hutchings, el teniente Alan R. C. Bennet y el sargento Peter B. Imrie, llevando a bordo a veinte comandos del SAS, que debían ser depositados en Tierra del Fuego, cerca de la Base Aérea Militar de Río Grande, para sabotear a los cazabombarderos Super Etendard allí desplegados. El aparato y su gemelo, el ZA292, habían sido transferido desde el “Hermes” la noche del 17 de mayo, para una operación de reconocimiento de largo alcance en dirección al continente. Pertenecían ambos al Escuadrón 846 con asiento en Yeovilton y habían embarcado en Portsmouth, vía Lee-on Solent, el 3 de abril. Dos días después partieron a bordo del portaaviones con destino a la isla Ascensión. Mientras el ZA290 llevaba a cabo la misión, el ZA292 debía permanecer en el “Invencible” como reserva. En la mañana del 18 de mayo el Sea King del teniente Hutchings apareció misteriosamente en territorio chileno, a 18 kilómetros de Punta Arenas, después 28


de efectuar un supuesto aterrizaje de emergencia en el paraje conocido como Aguas Frescas, a escasos 2 kilómetros de la costa. En un primer momento se pensó que la aeronave se había estrellado pero eso no fue así. Su tripulación lo hizo posar en tierra, posiblemente averiado, y luego lo incendió. Unos obreros que trabajaban en un aserradero cercano, vieron la columna de humo y el resplandor de las llamas que emergían del helicóptero y alarmados, dieron aviso a las autoridades locales. Estas se hicieron presentes y de ese modo pudieron constatar el hecho. El gobierno trasandino inició una investigación mientras ordenaba patrullar la zona en busca de los tripulantes. Tardaron más de una semana en encontrarlos en un bosque cercano, donde se habían escondido. Los ingleses se entregaron a las autoridades locales y estas los condujeron a Punta Arenas para trasladarlos en avión hasta Santiago y devolverlos a Inglaterra por ese mismo medio. Para entonces, hacía varios días que los carabineros habían enterrado los restos del helicóptero y sumido al asunto en el más completo misterio. Como era de suponer, comenzaron a surgir las más variadas versiones, una de ellas la del “Daily Express” de Londres y el corresponsal Michael Nicholson, embarcado en el“Hermes”, según la cual, el Sea King había despegado de ese portaaviones llevando a bordo ocho hombres del SAS. La información era errónea ya que la máquina, como se ha dicho, había partido desde el “Invincible” y llevaba a bordo un total de veinte comandos. Además, el mismo periodista informó que los helicópteros eran dos y que uno de ellos se estrelló en el mar, pereciendo todos sus ocupantes. Jeffrey Ethell y Aalfred Price, autores de Guerra Aérea en el Atlántico Sur, sostienen que el Sea King en cuestión partió a las 19.15Z (16.00 hora argentina) cuando el “Invincible” comenzaba a navegar a máxima velocidad hacia el oeste y que al día siguiente el ZA294 se precipitó al mar con tropas de elite que transportaba desde el “Hermes” al “Intrepid” cuando un albatros se incrustó en su rotor. El hecho habría tenido lugar a 200 millas al este/noreste de Puerto Argentino11. Esa versión fue la misma que dieron a conocer las autoridades británicas, que en su momento afirmaron que el aparato siniestrado había partido desde el 29


“Hermes” con los SAS y que minutos después se accidentó al chocar con el albatros. De acuerdo a la información oficial, la aeronave cayó al mar, flotó invertida unos minutos y luego se hundió, pereciendo 21 de las 30 personas que viajaban a bordo. Entre el personal rescatado se encontraban su piloto y copiloto, P. Humphreys y R. Horton en tanto el cabo M. D. Love, operador de a bordo, se había ahogado con los 20 comandos mencionados.Lo que ninguna versión británica explica es porqué un helicóptero de la fuerza de tareas británica apareció en territorio chileno, porqué se incendió y cuales fueron las causas por las que fue enterrado presurosamente por personal militar chileno. Tantas contradicciones llevaron a los analistas a efectuar una serie de conjeturas entre las cuales destacan algunas verosímiles y otras no tanto. Alberto N. Manfredi (h) 326 Según algunas, el ZA290 a los SAS depositó en Tierra del Fuego y cuando volaba sobre Río Chico, de regreso al portaaviones, comprobó que los radares del “Hipólito Bouchard” y el “Piedrabuena” lo habían detectado. Al intentar escapar, los pilotos se extraviaron y por esa razón, optaron por dirigirse a Chile. Todo parece indicar que el helicóptero despegó del “Invincible” para rescatar a los comandos sobrevivientes que habían intentado desembarcar cerca de Río Grande el día 16, que una docena de ellos perecieron y que tanto los restantes efectivos, una vez en tierra, se desperdigaron en diferentes direcciones buscando protección. Cuando el 18 de mayo el destructor detectó al ZA290 volando sobre Río Chico, el aparato se retiró hacia el oeste, sin lograr su cometido; en proximidades de Punta Arenas hizo un “aterrizaje forzoso” por “desperfectos mecánicos” y luego se “incendió”. El Sea King ZA294 accidentado el 19 de mayo, efectivamente, trasladaba tropas del SAS desde el “Hermes” al “Intrepid” cuando, según versiones británicas, un albatros se incrustó en su rotor y provocó su caída al mar. Solo que la cantidad de comandos no era de 20 sino bastante menor y de ellos, solo un par habría perecido junto con el operador de a bordo. La afirmación hecha por los autores de Malvinas, la Guerra Aérea, de que en días posteriores se encontraron restos de un ave marina flotando en el mar, es poco creíble. Dos días después de esos acontecimientos, otro Sea King británico fue baleado por efectivos del Regimiento de Infantería 24 apostados en Santa Cruz. Según versiones aún no confirmadas, menos de una semana después, tropas que viajaban en ese aparato intercambiaron disparos con soldados de la misma unidad. 30


La noche del 20 de mayo el radar de la Fuerza Aérea captó numerosos ecos de superficie sobre el mar, a una distancia de entre 50 y 60 millas de Río Grande y a 120º de azimut. En vista de ello, el TOAS, le ordenó al Grupo Aeronaval Insular que verificara la información y en cumplimiento de esa directiva, se despachó desde Río Gallegos un Grumman S-2E Tracker que ratificó la presencia de los ecos mencionados. Casi al mismo tiempo, el puesto de comando principal de la I Brigada de Infantería de Marina observó en sus pantallas movimientos inusuales de buques no identificados próximos a la costa, entre Cabo Peña y Punta María, por lo que también solicitó ratificación aérea. Aunque existía la posibilidad de que los ecos en cuestión fuesen producto de “engaño electrónico” del enemigo, se dispuso que el comandante del BIM1 se desplazara al frente de una compañía de vehículos anfibios a oruga (VAO) en apoyo de las tareas de exploración que se estaban realizando 3 kilómetros al sur de Punta María. Al mismo tiempo, se dispuso el control de los puentes de la Ruta Nac. Nº 3 sobre los ríos Chico y Santa Cruz, tareas que se prolongaron hasta la madrugada del día 21. En horas de la mañana, tres helicópteros de la Aviación Naval patrullaron la zona poniendo especial empeño en los establecimientos rurales de la región, las rutas de acceso y los caminos alternativos que conducían a las poblaciones. El 21 de mayo el Regimiento de Infantería 1 “Patricios” recibió la orden del coronel Arturo Alais, jefe de la Agrupación “Comodoro Rivadavia”, de replegar al Escuadrón “Pringles” de la localidad de Pico Truncado, dejando una sola sección para custodiar la planta turbocompresora de gas. El resto del batallón permaneció en el sector, junto al grueso del RI1 “Patricios”, formando parte de la reserva del Comando de la IX Brigada, debido a las constantes intentonas del enemigo de atacar las bases aeronavales continentales. Malvinas. Guerra en el Atlántico Sur 327 La guerra en territorio continental pareció alcanzar su clímax cuando en la madrugada del 22 al 23 de mayo un repentino alerta roja puso en guardia al regimiento. El sábado 22 a las 21.30 horas, el Centro de Información y Control de Comodoro Rivadavia notificó la presencia de tres ecos no identificados en el radial 180 de su pantalla radar, posiblemente helicópteros, que hicieron suponer que se producía un nuevo intento de aproximación enemiga para depositar tropas en el continente. El alto mando dispuso el envío de una patrulla aérea de intercepción y ataque por lo que a las 22.03 partieron desde Comodoro Rivadavia dos Pucará IA-58, el matrícula A-558 al comando del teniente Miguel Filipanics y el A-540 piloteado por el alférez Mario Luis Valko, quienes llevaban la orden de interceptar y atacar al enemigo. Durante ese primer vuelo, los pilotos no divisaron nada y regresaron, aterrizando en su base a las 22.37. Poco más de una hora después, a las 23.41, volvieron a 31


decolar y esta vez sí, a poco de iniciado su vuelo, Filipanics alcanzó a divisar tres aeronaves no identificadas que al verlo venir, apagaron sus luces de posición y se retiraron. Al dar aviso a la torre de control, se le ordenó abrir fuego en tanto en tierra se lanzaba una alarma general hacia todos los aeródromos de Santa Cruz y Chubut y se ordenaba el obscurecimiento total de las ciudades de Trelew y Comodoro Rivadavia. Con el teniente Filipanics aún en vuelo, se perdió todo contacto con el alférez Valko en tanto se alistaba un Mirage III E para interceptar y derribar a los helicópteros británicos. El caza partió al comando del primer teniente Horacio Bosich quien fue guiado hasta los blancos desde la torre de control, después de establecer contacto de radar. Estaba armado con un misil Matra 530 IR y cañones de 30 mm y volaba a 1000 pies de altura sobre un terreno de elevaciones, en plena obscuridad. En esas condiciones hizo el enganche y cuando estaba a punto de oprimir el obturador, una repentina duda lo hizo desistir. No tenía certeza de la naturaleza del blanco y por esa razón decidió seguir adelante hasta hacer contacto visual. No lo logró y eso dio al enemigo el tiempo suficiente como para evadirse. La torre de control lo guió hasta el objetivo en cinco oportunidades más pero en la obscuridad de la noche, a Bosich le fue imposible dar con él. Ya de regreso, cuando estaba a punto de tomar pista, la base apagó las luces ante un nuevo alerta roja, razón por la cual el piloto volvió a tomar altura y efectuó varios giros hasta que la amenaza pasó. Esa misma noche (22 al 23 de mayo), los soldados Marcelo Díaz y Sergio Freire que integraban la sección que debía instalar radares en diferentes puntos del litoral patagónico, llegaron a un paraje conocido como La Lobería. Venían de montar sistemas similares en Caleta Córdova, al norte de Comodoro Rivadavia, Caleta Olivares, Caleta Olivia y Rada Tilly, casi en el límite con Santa Cruz y debían seguir hacia el norte, para emplazar cuatro más. Los trabajos en este punto fueron idénticos a los anteriores y cuando todo estuvo listo, los soldados, junto a sus oficiales, se retiraron a racionar. Eran las 02.00 o 03.00 de la madrugada, plena noche todavía, una explosión estremeció la región. La sección entera se puso de pie y corrió hacia donde se encontraba el radar comprobando, al llegar, que el mismo había sido destruido por un disparo de mortero. Por la mañana, patrullas destacadas en el litoral dieron con cinco botes neumáticos abandonados en la costa, evidencia tangible de que se había producido un desembarco y que tropas británicas se habían infiltrados en la zona. Al día siguiente, efectivos del Ejército detuvieron a un grupo de personas que vestían saco y corbata y portaban maletines. Se trataba de tropas de elite británicas que transportaban armamento y explosivos para actos de sabotaje, novedad que volvió a poner en alerta a toda la región. Alberto N. Manfredi (h) 32


328Por esa razón, se despacharon aviones Pucará IA-58 del Grupo IV de Ataque perteneciente a la Brigada Aérea para efectuar patrullas sobre el litoral argentino. El 23 de mayo por la mañana, al día siguiente de la incursión británica en Lobería, un pelotón del Ejército que recorría la región llegó a una precaria vivienda entre aquel punto y Rada Tilly donde se tenía la evidencia que comandos enemigos se habían alojado allí. Los soldados bajaron del camión que los transportaba y se aproximaron cautelosamente al lugar. Una vez frente a la propiedad, el conscripto Sergio Freire abrió la puerta de una patada y al irrumpir en el interior, él y sus compañeros encontraron a una temblorosa mujer que con su bebé en brazos gritaba desesperada: “¡¡Los gringos ya se fueron!!”. El 24 de mayo se hicieron numerosos vuelos en busca del alférez Valko. Un Fokker F-27 y un DHC-6 Twin Otter, con los indicativos “Negro” y “Romeo”, recorrieron la costa sur del Golfo San Jorge junto a un helicóptero Bell-212, que llevaba el indicativo “Liebre”. Hallaron los restos del Pucará a diez kilómetros al sur de Caleta Olivia y otros dos mar adentro. Como después se supo, su piloto, nacido en la ciudad de Buenos Aires el 28 de junio de 1958, había perecido instantáneamente. La gran pregunta que todo el mundo se hizo inmediatamente después de recuperado su cuerpo fue si lo suyo había sido un accidente o si había perecido durante una acción de combate. Ese día también desapareció el subteniente Juan Omar Abraham cuando se internó en el mar en busca de Valko, aprovechando la bajante. Su cuerpo fue hallado el 25 de mayo, mientras flotaba al sur de la ría. Las fuerzas armadas argentinas combatieron también en el continente, resistiendo y desbaratando intentos de desembarco de tropas de elite enemigas, efectuando misiones de ataque, exploración y rescate e incluso, abatiendo y haciendo prisioneros a cuadros efectivos británicos. Como acertadamente ha dicho el ex combatiente Héctor Cibeira, quien durante la guerra integró la Compañía de Comunicaciones 101, “Es ingenuo pensar que nos estábamos enfrentando a la segunda potencia de la OTAN y que no tendrían comandos, espías y servicios dentro del continente. Justamente el lugar [desde] donde les estaban produciendo los mayores daños. Porque el daño a los ingleses no provino de las islas, sino de la costa, y eso era lo que ellos quería detener. Es inocente pensar que 33


los ingleses se iban a quedar con los brazos cruzados viendo cómo los aviones argentinos les bombardeaban y destruían la flota”.

Malvinas. Guerra en el Atlántico Sur, y su autor, Alberto Manfredi (h) narran con mucho detalle la casi totalidad de las acciones de combate llevadas a cabo por las distintas unidades, de las tres fuerzas armadas, destacadas en la Zona Continental. Un agradecimiento para este autor y su muy completo libro. Aconsejo su lectura a todos los que deseen interiorizarse de las vicisitudes de la Guerra de Malvinas en todos sus teatros de operaciones.

CAPÍTULO 2 La Operación Mikado es uno de los más conocidos intentos británicos por sabotear las Bases Continentales durante el conflicto. Por este motivo, hay varios libros y artículos, de diferentes autores que se refieren a la misma. Ahora, vamos a conocer la versión militar del suceso, de un artículo publicado en el Boletín del Centro Naval N° 823, de ene/abr de 2009, donde sus autores, el Capitán de Navío VGM (R) Eugenio Luis Facchin y el Coronel del Ejército Argentino del Arma de Ingenieros José Luis Speroni, nos cuentan con lujo de detalles, tanto la historia del Destructor ARA “BOUCHARD”, como su participación en las acciones de combate para repeler las operaciones británicas en el continente, como parte de la mencionada Operación Mikado y su lucha en pos de los submarinos enemigos en la zona.

EL BOUCHARD Y EL FRACASO DE LA OPERACIÓN BRITÁNICA MIKADO. Eugenio L. Facchin y José L. Speroni Los buques de guerra funcionan como sistemas integrados, combinan elementos humanos, espirituales y materiales; cada tanto alguno de aquéllos es marcado por vivencias y hechos excepcionales que trascienden épocas y fronteras. Éste es el caso del Borie – Bouchard. 34


Botado en 1944 el USS 704 Borie, un Destructor de la Summer, registra el inicio de su actividad bélica el 21 de septiembre de ese mismo año. A partir de entonces participó en diversas campañas con distintas tripulaciones, en múltiples teatros de operaciones, hasta que fuese transferido a la ARA el 1º de julio de 1972 en la Base Naval de Filadelfia como ARA Bouchard con el numeral D26. (1) En el presente artículo nos enfocaremos especialmente en la Operación Mikado desarrollada por Gran Bretaña durante la guerra del Atlántico Sur, operación con la que el Bouchard tuvo participación entre el 12 y el 19 de mayo de 1982. El trabajo forma parte de una investigación mayor, la cual procurará reflejar una historia rica en sucesos desde la botadura de dicho buque (1944) en la US Navy, hasta su desafectación (1985) cuando revistaba en la ARA. Para cumplir con el objetivo propuesto hemos recurrido a la bibliografía editada sobre el tema. Además, se han analizado el libro de navegación del D26, su diario de guerra, informes oficiales y testimonios brindados por los participantes. Número 823 ENE / ABR 2009

El tema será tratado directamente, pero debido a las consecuencias políticas que produjo creemos necesario introducir un comentario sobre lo ocurrido. El último gobierno militar de la República Argentina fue a la guerra por Malvinas aprovechando un reclamo legítimo, largamente postergado. Sin embargo la falta de profesionalismo en la confección de los planes políticos y la precariedad de las previsiones estratégicas, permiten al menos dudar de la verdadera causa del abandono de la negociación diplomática en el diferendo por Malvinas. Los autores del libro Malvinas la trama secreta (2) sostienen que el acto guerrero fue promovido como una necesidad de permanencia en el poder de la desgastada Junta Militar gobernante. La decisión fue amplificada (¿alentada?) en GB al proporcionar una excusa válida para emplear su marina de guerra en operaciones conjuntas convencionales a gran escala. Zarpa el Bouchard Situación del destructor ARA Bouchard (3) El Bouchard zarpó al Operativo Malvinas con un 40 % de su personal que no conocía ese tipo de unidad, un 5 % provenía de otros destinos y fueron convocados para completar la dotación. De la Plana Mayor sólo un miembro repetía destino, el resto era nuevo y muchos de ellos nunca habían embarcado en ese tipo de buque, ni en ningún otro. Además, debido la altura del año en que se inició la campaña, no fue posible realizar los cursos habituales que brindaban los centros de instrucción de la Armada, que hubiesen dotado a los tripulantes de los conocimientos básicos. Éstos debieron ser adquiridos a bordo, por transmisión de los jefes a sus subordinados y viceversa. A ello se sumó una práctica permanente para perfeccionar las posibilidades de reacción ante las diversas situaciones de combate.

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Con el hundimiento del crucero ARA Belgrano se perdió el único helicóptero que poseía el grupo de tareas, que además era un helicóptero liviano sin capacidad antisubmarina alguna. Las medidas adoptadas para evitar un ataque o minimizar su efecto fueron las posibles dentro de las severas restricciones tecnológicas con las que se contaban y eran producto de la experiencia de combate transmitida por las Armadas amigas en las prácticas combinadas o las obtenidas por el personal de la Armada destacado en diferentes cursos en el exterior. ¿Operación Mikado? Cumpliendo su viaje Nº 87 desde que se izó su pabellón, el destructor ARA Bouchard zarpó el 14 de mayo de la ciudad de Ushuaia a las 06.30 para patrullar el área comprendida entre el Cabo del Medio y el Faro Magallanes. A las 15.00, y como consecuencia de una falla en máquinas, se debió fondear en Puerto Español, lugar del cual zarpó al otro día a las nueve de la mañana, luego de una intensa actividad desarrollada por los maquinistas debajo de la cubierta principal para poder seguir patrullando. A esa altura de los acontecimientos las averías se sucedían, a menudo debido al desgaste y a la casi imposibilidad de contar con personal idóneo de talleres, necesario para solucionar de manera mas definitiva los inconvenientes que aparecían. Día 15 de mayo de 1982 (4) Fue un apacible día de travesías sin sobresaltos, dedicado a ajustar los mecanismos que generaban inconvenientes. A las 09.30 se zarpó de Puerto Español y se fondeó en cercanías del Cabo San Pablo, de donde se zarpó a las 22.00 para recalar al día siguiente en las proximidades del Cabo Domingo. Día 16 de mayo de 1982 (5) El destructor ARA Bouchard fondeó a las 10.42, entre Cabo del Medio y Cabo Domingo, exactamente a 2 millas náuticas de la costa y marcando al azimut 235º de Cabo Domingo a 7 millas de distancia del mismo, en latitud 53º 35´ S y longitud 67º 55´.5 W, (6) el estado del mar era casi calmo, pequeñas ondulaciones apenas mecían al buque, la nubosidad cubría todo el cielo y no permitió en todo el día ver al sol. (4) Libro Historial del buque destructor ARA Bouchard, pág. 467. (5) Datos obtenidos del diario de guerra del destructor ARA Bouchard, folio 77 y subsiguientes del Informe Operaciones Atlántico Sur, Carpeta Nº 12, destructor ARA Bouchard. (6) Libro de navegación del destructor ARA Bouchard, Singladura 3 de Zona de Operaciones a Río Grande día 16 de mayo. No obstante, la visibilidad era razonablemente buena, las temperaturas eran bajas entre2ºC y 6ºC, el clima era generoso para esa época del año, considerando la latitud a la que se encontraba el buque y el hecho de estar en mar abierto. Los vigías apostados agradecían estas alternativas atmosféricas frente a las de otros días, que hacían imposible permanecer atentos a los acontecimientos con heladas lluvias o nevadas, vientos y bajas temperaturas. El agua de mar a 8.8 ºC se presentaba peligrosa para entrar en contacto sin una 36


adecuada protección. Ese día el sol asomó sobre el horizonte a las 08.37 y se puso a las1749, el viento se mantuvo bajo y disminuyó aún más, cerca del crepúsculo vespertino. El destructor ARA Piedra Buena se encontraba fondeado al azimut 154º a una distancia de3.1 millas. El jefe de armas submarinas y otro oficial que lo acompañaba sintieron, a las 1630, en la popa del buque una emisión sonar que consistió en un pim sonar (término utilizado en el argot para describir el sonido que produce una emisión del sonar en un casco metálico) cada 5/7 segundos por períodos de 15 a 30 minutos no continuos. A las 1700 se ordena cubrir maniobra de anclas, ante la desaparición de las emisiones, se ordena pasar a situación normal y se levanta la maniobra de anclas, permaneciendo el buque fondeado. Esto se repitió a las 1710 con el agregado que en esta oportunidad se logró una escucha hidrofónica (se pudo constatar con los equipos de a bordo una emisión de un sonar). Se pudo confirmar que el destructor ARA Piedra Buena no había emitido con su sonar. (7) Se había dispuesto que se mantuviese especialmente el de la timonera, para permitir al oficial de guardia que verificara que el buque se encontraba correctamente fondeado —como se dice en la jerga marina “verificar fondeadero—, y en el CIC (Central de Información de Combate) en escala larga a fin de realizar búsqueda lejana. Los vigías dispuestos por el Comando estaban en máxima alerta en búsqueda de periscopios y aviones incursores. El Comandante del grupo de tareas había dispuesto que la guardia radar del grupo fuera la siguiente: los días pares el ARA Bouchard debía mantener el radar en stand-by y en los días impares debía hacerlo el ARA Piedra Buena. De este modo, uno de los dos destructores en forma diaria se haría cargo de la vigilancia aérea y de superficie con sus viejos radares SPS 40 y SPS 10 respectivamente. El sonar se hallaba en escucha hidrofónica, el equipo de MAE (equipo de guerra electrónica para escucha y detección de emisiones), un viejo equipo “superheterodino” WLR 1 que había detectado una gran cantidad de emisiones, debía mantenerse en escucha y barriendo en forma manual la banda I en búsqueda de emisiones de radar de submarinos. Por su parte, en la artillería estaba cubierta la torre central y el director de tiro, que sólo podían hacer fuego con autorización del jefe de defensa, ya que el buque se encontraba en un área focal de aviación propia. Río Grande era de donde partían las misiones que se dirigían a Malvinas. El buque estaba razonablemente abastecido de munición para sus cañones de 127.2 mm, y para sus ametralladoras antiaéreas de 12.7 mm. Contaba además con todos sus misiles MM-38. Del mismo modo tenía a bordo 2 torpedos MK 44 y 3 A 244 S, 533 erizos y 6 cargas de profundidad MK 9. Su dotación de combustible, agua de alimentación para las calderas y para consumo de la 37


tripulación así como los víveres estaba en un nivel que le permitía operar adecuadamente por días. Entre las 19.05 y las 19.10, en total oscuridad y en el período de emisión establecido en el plan en vigor, el radarista observó, junto con el oficial de guardia en el CIC, al azimut verdadero 070º 3.000 yardas del buque un eco pequeño e intermitente. De inmediato, y por el canal de comunicaciones que relacionaba a las centrales de información de combate de las dos unidades, solicitó autorización para continuar emitiendo y poder de ese modo verificar el contacto. (7) Del informe del Comandante del destructor ARA Bouchard. A medida que pasan los minutos el contacto dejó de ser intermitente y a las 19.12 se convirtieron en tres ecos nítidos, con un punto muy intenso y una V saliendo del mismo en la dirección contraria a su movimiento relativo, típico de los botes tipo “gomones”, que tantas veces habían observado desde los repetidores los operadores radar. Se le pudo determinar, en una febril tarea por parte del equipo del CIC (todo era absolutamente manual) el rumbo 340 y la velocidad 18 nudos. Los tres ecos, firmes y con un movimiento inteligente, imposible de imitar por fenómenos naturales o fauna, se movían en formación y pasaron a 1.200 yardas del buque como punto más próximo y se alejaron hasta las 3.000 yardas. Mientras tanto, y habiendo pasado sólo 4 minutos de la detección, a las 19,14 se cubrió combate, pero el sonar le agregó aún más dramatismo a la situación, a las 1918 informó un rumor hidrofónico al azimut 070, en ese momento los ecos se encontraban en un arco de azimut que abarcaba desde el 350 hasta el 010, a una distancia de 4.000 yardas. El radar de control tiro MK 25 logró adquirir los blancos a las 19.22 y simultáneamente se le solicita al OCT (Oficial en Comando Táctico), que era el comandante del destructor ARA PiedraBuena, autorización para abrir fuego con la batería principal, los cañones de 127.2 mm. En el CIC se hicieron esfuerzos denodados para mantener el contacto ya que para esos momentos se mantenía un solo eco firme y los otros dos intermitentes, pero manteniendo la navegación en formación y el rumbo y velocidad calculados. El ajuste de ganancia y filtros era una cuestión capital para mantenerlos, en eso se abocaba el operador radar, que a esa altura de los acontecimientos había adquirido una sutileza que casi lo hacía formar parte del equipo. 38


En la proa se estaba levando anclas para poder tener libertad de maniobra para perseguir a los blancos y no estar expuestos a un eventual ataque submarino. La presencia de una unidad de ese tipo era muy probable ya que los acontecimientos de la mañana y la tarde, sumados al rumor hidrofónico detectado no hacía más de 10 minutos, daban cuenta de la presencia de un submarino en la zona. A las 19.25 se recibió la autorización para abrir fuego, y con contacto firme en el radar de control tiro, el Comandante le dio la orden al jefe de artillería para que la batería principal del buque jugara por primera vez en toda la guerra el rol que merecía, y es así como se abrió fuego con dos salvas de dos cañones y luego otro cañón una salva. Toda la dotación sintió que la sangre circulaba furiosa y a alta temperatura por las venas; era como haber tomado revancha por tanta ansiedad reprimida, por las esperas, por las largas noches en vigilia, por un sinnúmero de sentimientos profesionalmente resguardados y que con la primera salva tomaron estado público y pudieron ser compartidos sin condicionamientos jerárquicos. No obstante, quienes estaban en la acción plena debieron redoblar su esfuerzo para mantener la cerrada vigilancia sobre los botes. La respuesta no se hizo esperar y los ecos se abrieron en forma de abanico en alejamiento del buque y los radares pudieron, a partir de ese momento, observarlos sólo en forma intermitente. La proa dio aviso al puente a las 19.55 que el buque había zarpado, (8) no obstante ello, continuaban en proa completando las tareas marineras de arranchar la maniobra y dejar ambas anclas listas a fondear, como indica el arte de la profesión. El buque permaneció al garete, el personal del CIC y de control tiro trataban de mantener los contactos, que en pocos segundos se hicieron inconsistentes; se decidió ir en la búsqueda de ellos; la niebla impedía la búsqueda visual, no obstante haber encendido todos los reflectores que el jefe de comunicaciones disponía, algunos de los cuales eran de gran potencia. Con todos los ojos puestos en el espejo de agua y luego de una exhaustiva búsqueda, se dio por terminada la misma y a las 20.40 se fondeó, prácticamente en el mismo lugar que ocupaba el buque antes de la persecución. Noche del 17 al 18 de mayo, Día de la Armada Argentina La noche se presentaba apacible; luego de los acontecimientos del día anterior, la atención en las pantallas era extrema, los pocos minutos de emisión con los que se contaba por el plan de silencio eran aprovechados al máximo. El operador del WLR 1, el equipo MAE (Medidas de Apoyo Electrónico) barría las frecuencias asignadas con avidez profesional, tratando de discernir entre los ruidos y la 39


estática una señal inteligente o concreta que pudiera dar una pauta sobre el enemigo. El cielo estaba totalmente cubierto de nubes, la presión atmosférica bajaba hora por hora, la temperatura exterior no superaba los 6 ºC y el viento iba en paulatino aumento de intensidad con dirección general del sector NNE, no obstante ello el mar se presentaba apenas agitado, también del sector Norte. La temperatura del agua de mar se mantenía en los 9ºC. El buque permanecía fondeado en la misma posición que el día anterior, a una distancia mínima de la costa de 2 millas náuticas. Unos minutos después de hacerse cargo de la guardia de CIC el equipo de 4 a 8, se debía emitir con el radar; a las 04.08 aproximadamente el operador radar le informó al oficial de guardia CIC que había detectado algo, que se aproximara al repetidor para verlo. Este comprobó que había un eco; el operador se trasladó al puente para operar simultáneamente con el radar Decca, que con su emisión en banda I podría discriminar mejor lo obtenido por el SPS 10. Confirmó y mantuvo en emisión ambos radares, e informó al destructor ARA Piedra Buena del hallazgo. Solicitó que confirmara si lograba verlo al azimut verdadero 340º distancia 9 millas (lat. 53º 26.7´ S y long. 68º 00.2´ W y a escasas tres millas de la costa), un minuto después llegó la confirmación. El oficial de guardia CIC ordenó comunicarse con la aeronave por todas las frecuencias posibles, sin obtener por parte de la misma respuesta alguna y con Rio Grande para preguntar si era una aeronave amiga e informarle a la base la presencia detectada. Ante la imposibilidad de establecer contacto en los circuitos establecidos en el plan de comunicaciones, el oficial de guardia CIC le sugirió al OCT (D-29) que informara a Río Grande del acontecimiento. Mientras esto sucedía, la aeronave, que aparentemente, por el perfil de vuelo que mantenía, podía ser un helicóptero, continuaba su vuelo hacia tierra firme. (8)Libro de navegación del destructor ARA Bouchard, Singladura 3 de Zona de Operaciones a Río Grande, día 16 de mayo. A las 04.26 el D-26 volvió a comunicarse con el OCT para informarle que el posible helicóptero había traspuesto la línea de costa y continuaba internándose en la isla; le reiteró la necesidad de informar a Río Grande sobre lo detectado, D29 le informó que lo estaba intentando. Pese a la laboriosa tarea que requería mantener el eco en ambos radares, a las 0431 D-26 insiste con Río Grande para informar lo que está aconteciendo, sin resultados. 40


Luego de una intensa labor a las 04.42 el D-29 informó que logró comunicarse con Río Grande y que no tenían aeronaves amigas volando. Sugirió verificar. La noticia generó en el equipo del CIC un nuevo incentivo para mantener el eco a toda costa. A 04.46 el D-26 informó que aparentemente la aeronave detectada había descendido y se perdió en proximidades de la estancia designada La Sara en la carta de navegación (latitud 53º 26´S – long. 68º 11.5´W). Estancia La Sara está a escasos metros de la ruta nacional 3 a unas 26 millas de Río Grande y a tan sólo 15 millas náuticas de la frontera con Chile. Los ajustes en los equipos de detección se reiteraban, con el objeto de encontrar un eco en la mancha ambar que aparecía en el repetidor. Instantes después volvió a elevarse y volvió la tensión para mantenerlo detectado. Se lo pudo sostener por escasos 10 minutos más, luego a las 05.02 el D-29 informa que aparentemente estaría en la frontera con Chile. El OCT ordenó incrementar la vigilancia. A las 08.04 el buque zarpó y la fuerza se dirigió a Ushuaia, donde ambos destructores amarraron en andana en el muelle de combustible. La maniobra finalizó a las 00.19 del día 19 de mayo cuando se pasó planchada al ARA Piedra Buena. Con su acostumbrado espíritu de sacrificio, los maquinistas comenzaron a preparar la maniobra para reabastecer al buque de combustible para la próxima navegación.

La Operación Mikado vista desde la óptica británica Nigel West, autor británico que, según el mismo, es historiador de temas militares y se especializa en asuntos de seguridad, editor para Europa de la revista World Intelligence Review, (9) profundo conocedor y tal vez participante de la activa y profesional inteligencia británica o, como piensan otros, un relator de la inteligencia británica que desarrolla operaciones de inteligencia a través de la literatura, se ocupó del tema .Cualquiera haya sido su intención, al redactar su libro La Guerra Secreta por las Malvinas, los Exocets y el Espionaje Internacional brinda datos históricos que nos permiten entender la razón de la presencia de un helicóptero británico un 17 de mayo de 1982, en cercanías de la ciudad de Río Grande. Como resultado de nuestra investigación y la revisión de diversas fuentes, presumimos que la presencia de la patrulla compuesta por los dos destructores 41


hizo fracasar en dos oportunidades el intento de golpe de mano proyectado desde el mar y desde el aire los días 16 y 17 de mayo. Sumado a ello los dispositivos organizados en tierra colaboraron en forma importante en hacer imposible el desarrollo detales operaciones. Las SAS fueron creadas en 1940 para efectuar una tarea en el Norte de África con elobjeto de realizar incursiones sobre las tropas italianas allí desplegadas. Su escudo es un puñal con alas y su lema es “Who Dares Wins”, que significa: “quien arriesga, gana”. Según Nigel West, el director del servicio del SAS (Special Air Service) General de Brigada Peter de la Billière, había pedido y tenía a su cargo la planificación y ejecución de una operación que diera un “golpe en el corazón del enemigo”. (10) Ese corazón al que hacía referencia De laBillière era Río Grande, desde donde operaban los Neptune de exploración de la Armada y el justificadamente temido binomio Super Etendard y el misil Exocet AM 39.

(9) Nigel West, La Guerra Secreta por las Malvinas, los Exocets y el Espionaje Internacional, Editorial Sudamericana, segunda edición, orejeta de tapa. (10) Nigel West, La Guerra Secreta por las Malvinas, los Exocets y el Espionaje Internacional, Editorial Sudamericana, segunda edición, pág. 139.

Este general designó a la operación con el nombre clave Mikado. En realidad la operación fue planificada por el Alto Estado Mayor Británico, en concreto por el Almirante Lewin, quien lo encomendó al regimiento 22 SAS – SBS (Special Boat Service, de los Royal Marines), (11) que ciertamente estaba a cargo del General De la Billière. Para ello contaba con algunos integrantes del escuadrón G (el resto de ese escuadrón estaba en Belice) que se encontraban embarcados en el HMS Fearless en la fuerza de tareas del Atlántico Sur. (12) Además contaba con el escuadrón B a cuyo mando se encontraba el mayor John Moss. Este escuadrón luego de concluir prácticas para su participación en un ejercicio de la OTAN en Alemania “se embarcó en un programa intensivo de entrenamiento para practicar la captura de un aeropuerto en poder del enemigo”. (13) (11)http://forejercito.forumup.es/post-229-forejercito.html.Operación Mikado 42


12) Nigel West, La Guerra Secreta por las Malvinas, los Exocets y el Espionaje Internacional, Editoral Sudamericana, segunda edición, pág. 139 (13) Ibidem, pág. 141. La idea general de la maniobra que debían ejecutar los comandos era la de destacar un helicóptero Sea King para efectuar un operativo, que consistía en reconocer el blanco, la ubicación de los aviones y evaluar el dispositivo defensivo y alerta. En este sentido es menester destacar que los aviones de la Armada eran dispersados y replegados contemplando tres opciones o esquemas de dispersión de aeronaves: cercano medio y lejano. (14) Esto hubiese sido una dificultad adicional para quienes debían efectuar el reconocimiento. La noche del 17 al 18 de mayo encontró a los aviones en dispersión lejana (única oportunidad en la que se llevó a cabo) y a los pilotos durmiendo dentro de un frigorífico cercano, (15) lo que nos lleva a concluir que, aun habiendo obtenido éxito en la operación, hubiese sido muy difícil llevar a cabo la misión para la cual habían sido desplegados a suelo argentino. Una vez orientados por el grupo de reconocimiento, debían ejecutar un aterrizaje forzoso en la pista de Río Grande con dos Hércules C-130 con 55 hombres a bordo y destruir los cinco aviones Super Etendard y los tres misiles que aún poseía la Argentina, según los datos que tenía la inteligencia británica, y además matar a todos los pilotos. El autor indica que la inteligencia que poseían era pobre e insuficiente, cuestión esta que es difícil de creer dado que poseían inteligencia de detalle que habría sido otorgada por las autoridades de Chile, como lo permiten entender declaraciones de los más encumbrados participantes de la historia de ese momento. (16) No obstante, según lo que indica el autor, en el foro Fuerzas Armadas Españolas y en el libro de Jorge Muñoz, había dos formas de ejecutar la acción, una era la relatada en el libro mencionado y otra la siguiente: una fuerza de 24 hombres compuesta por SBS/SAS debía desembarcar del submarino Onyx y con botes dirigirse a la costa. El submarino debía dejarlos muy cerca de la costa para evitar que el mal tiempo reinante en esa zona afectara la operación. Los botes irían cargados con misiles Milán y Law, lanzagranadas, cargas explosivas y demás armamento personal. Con ello debían destruir los aviones y matar a todos los pilotos. (17) (18) 43


La primera opción (la aérea) era la menos aceptada por los comandos ya que la consideraban una muerte segura y tenían una gran incertidumbre sobre el posible éxito de la misma. En cualquiera de los dos casos no había modo de escape, debían caminar por la helada tundra de la Isla Grande de Tierra del Fuego hasta Chile para que allí los recogieran y los llevaran de vuelta a Inglaterra. Las especulaciones sobre la posibilidad que las tropas argentinas los persiguieran, era cosa casi asegurada ya que la tropa de IM allí destacada poseía una alto grado de adiestramiento y sobre todo de motivación, lo cual permite especular sin mucho riesgo de error que, de haberse concretado la operación, difícilmente hubiesen podido regresar sin enfrentar duros combates durante la retirada y aún durante la operación misma.

(14) Jorge Muñoz, Ataquen Río Grande operación Mikado. Instituto de Publicaciones Navales 2005, pág. 53. (15) Jorge Muñoz, Ataquen Río Grande operación Mikado. Instituto de Publicaciones Navales 2005. Pág 117. (16) Declaraciones públicas de quien fue Comandante en Jefe de la FACH (Fuerza Aérea Chilena) General Fernando Matthei, revelan el grado de apoyo que fue brindado, y las palabras de Margaret Thatcher en ocasión del apresamiento de Pinochet en Inglaterra y del propio General Pinochet al ser liberado. (17) http://forejercito.forumup.es/pos t-229-forejercito.html Operación Mikado. (18) Jorge Muñoz, Ataquen Río Grande Operación Mikado. Instituto de Publicaciones Navales 2005, pág. 86. Según relata el autor, los comandos, además de las prácticas normales, se pasaron una semana practicando los aterrizajes en los C–130, generándose un incidente en uno de ellos que casi les cuesta la vida. (19) Además de ello la RAF (Royal Air Force), la Fuerza Aérea Británica, debía representar a los defensores (las fuerzas argentinas) e informar en cada una de las prácticas distancias de detección y otros parámetros; esto resultó del mismo modo desalentador e inquietante. La primera fase se llevaría a cabo desde el Invencible, desde donde despegaría el helicóptero Sea King de la escuadrilla aeronaval 846, identificado dentro de la armada británica con la sigla ZA 290 (20) en su versión transporte de tropa, operando en su máximo radio de acción, 44


dejando a los 8 SAS para el reconocimiento en cercanías de la estancia Las Violetas, muy cercana a Río Grande en proximidades de Cabo Domingo, referencia geográfica destacada y fácilmente reconocible aun para quienes nunca surcaron esos cielos. Una vez despegado del Invincible, éste y su escolta el HMS Brilliant regresaron a toda máquina hacia el este para entrar a la zona de exclusión y montar un espectáculo con fuegos artificiales y hasta un ataque a Puerto Argentino para hacer presente a las fuerzas argentinas que allí se encontraban. (21) Otros lo dan como despegado del HMS Hermes. (22) El vuelo se llevaba a cabo cumpliendo taxativamente lo planificado hasta que el piloto fue advertido que había sido detectado por un radar hostil y el copiloto pudo observar una bengala. No obstante ello, se decidió continuar, pero cuando se estaba desembarcando una segunda luz más cercana les advirtió que el peligro los acechaba y decidieron abortar la misión dirigiéndose directamente a Punta Arenas. Luego los hombres fueron trasladados al Teatro de Operaciones para reemplazar a aquellos fallecidos en un accidente. (23) No obstante lo expresado por Nigel West, Jorge Muñoz indica que al suceder el evento con el Sea King, los dos C– 130 se encontraban volando y en cercanías del objetivo, razón por la cual la misión se abortó momentos antes de su inicio y que los comandos debieron soportar largas horas de vuelo y varios reabastecimientos para regresar a la isla Ascensión. (24) Otra versión de lo sucedido con el helicóptero es la brindada por Jorge Muñoz donde expresa que fuentes del Servicio de Inteligencia Naval argentino en forma extraoficial le habrían sugerido que el helicóptero podría haber despegado del RRS Bransfield que operaba desde Punta Arenas o desde el aeródromo de la citada ciudad. Volando desde el Oeste penetró el espacio aéreo argentino y una vez internado en el mar unas cuarenta millas viró y se dirigió hacia la zona de la estancia Las Violetas, hasta desaparecer, luego reapareció y tras sobrevolar las cercanías de la estancia Sara Braun (25) se dirigió con rumbo 290º hacia la frontera con Chile. Con pequeñas variaciones, la versión del final de la operación es casi coincidente; el ZA 290 deja en un lugar alejado al grupo con su armamento y se dirige hacia una huella donde es incendiado por su tripulación en proximidades de la caleta Agua Fresca. A 18 km al sur de Punta Arenas, quienes luego piden ayuda a Carabineros. 45


Son llevados luego a Punta Arenas y de allí a Santiago, desde donde parten, luego de una breve conferencia de prensa, donde expresan haber tenido un desperfecto mecánico, son embarcados hacia Londres.

(19) Nigel West, La Guerra Secreta por las Malvinas, los Exocets y el Espionaje Internacional, Editoral Sudamericana, segunda edición, , pág 143. (20) Nigel West, La Guerra Secreta por las Malvinas, los Exocets y el Espionaje Internacional, Editoral Sudamericana, segunda edición, , pág. 146. (21) Nigel West, La Guerra Secreta por las Malvinas, los Exocets y el Espionaje Internacional, Editoral Sudamericana, segunda edición, , pág. 147. (22) http://forejercito.forumup.es/p ost-229-forejercito.html Operación Mikado. (23) Ibídem, pág. 153. (24) Jorge Muñoz, Ataquen Río Grande Operación Mikado. Instituto de Publicaciones Navales 2005, págs. 114 y 115. (25) Jorge Muñoz, Ataquen Río Grande Operación Mikado. Instituto de Publicaciones Navales 2005, pág 110.

Los restos del helicóptero fueron cubiertos por una máquina vial en forma rápida evitando así toda posibilidad de investigación sobre la veracidad de la versión británica y chilena de los hechos. Los comandos SAS se refugiaron en una zona descampada y días más tarde se entregaron a las autoridades chilenas. Algunas versiones dan cuenta que permanecieron en Santiago de Chile hasta el final de las hostilidades y otras que fueron embarcados hacia Inglaterra sin tomar contacto con nadie o que aprovecharon su estadía para entrenar a los comandos chilenos como prueba de su agradecimiento. Además debemos agregar que el presidente de los Estados Unidos de América fue informado por Inteligencia que los británicos planeaban una operación en el territorio argentino, esto preocupó porque podría involucrar otros países y no sólo extender el teatro de operaciones sino además otros actores. Pese al llamado telefónico realizado por Ronald Reagan, Margaret Thatcher persistió en la necesidad de llevarla a cabo. (26)

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A MODO DE EPÍLOGO. La decisión del alto mando naval de mantener a los destructores ARA Piedra Buena y Bouchard patrullando el área de Río Grande fue absolutamente acertada. No podemos asegurar que la inteligencia naval argentina tuviera datos precisos de las operaciones que se planeaban desarrollar, pero el hecho de haber estado presentes en el momento del desarrollo de los dos intentos nos hace pensar que no fue casual. Pese al celoso resguardo de la información que hacen los británicos, nos permite conjeturar que si bien la noche del 17 al 18 de mayo los aviones y sus pilotos se encontraban cumpliendo un programa de dispersión lejana, que hubiese dificultado la destrucción por parte de los comandos británicos, algo muy diferente ocurrió la noche del 16 de mayo. Durante esa noche el ARA Bouchard, al detectar los ecos de tres botes y abrir fuego, probablemente impidió que los comandos desembarcados de un submarino pudieran ciertamente llevar a cabo su cometido en forma completa y total. A partir de ese momento la sorpresa había sido perdida y, al menos en los destructores, el nivel de alerta era ciertamente mayor que el que se tenía antes de la noche del 16 de mayo. La versión sobre el helicóptero que descendió en cercanías de la estancia Las Violetas luce como errónea frente a los datos contenidos en la documentación oficial argentina y lo poco que trasciende de la británica. Los libros de navegación y de guerra del destructor ARA Bouchard y los informes elevados por el mismo a la superioridad indican que la aeronave en cuestión se encontraba 9 millas al noroeste del buque, a dos millas de la costa y que el eco se perdió a escasa distancia al sur de la estancia La Sara, para luego elevarse y dirigirse directo a la frontera con Chile, perdiéndose el eco radar, entre cinco y siete millas, luego de elevarse. Esa estancia está en una posición muy cercana a la ruta nacional 3 que lo lleva directo a Rio Grande. Es improbable que un helicóptero proveniente de Chile se interne en el mar para regresar a tierra, sabiendo que dos destructores se encontraban patrullando las aguas próximas, a menos que su objetivo fuera el ser detectado. Es manifiesto que la preparación política y estratégica fue muy inadecuada, pero a pesar de todo lo señalado hay un hecho que sobresale, y es el del comportamiento del soldado en el desarrollo de las acciones, tal como pudo observarse en las islas con sus defensores en el buque, la tripulación al mando 47


del Comandante, pese a las carencias de todo tipo, cumplió acabadamente la misión encomendada. (26) Jorge Muñoz, Ataquen Río Grande Operación Mikado. Instituto de Publicaciones Navales 2005, pág. 19, refiriendo a las Memorias inéditas del ex presidente de los EE.UU., Ronald Reagan “.

CAPÍTULO 3 Pero, mientras estas acciones de guerra se llevaban a cabo, por parte de las distintas unidades en el continente que intervenían en las mismas, iba quedando constancia de estos hechos en los distintos Libros y Diarios de Guerra de cada unidad y sub-unidad participante, y en las Actas y documentos secretos de las fuerzas armadas. Pasemos a ver el Acta de creación del CEOPECON (CEntro de OPEraciones CONjunto), creado el 24 de mayo de 1982. En dicha acta, se deja constancia de que el mismo “… será responsable de coordinar las acciones a desarrollar por el poder militar, naval y aéreo en los espacios terrestres, marítimos y aéreos que corresponde al TOAS, incluyendo además las bases aéreas, navales y aeronavales, instalaciones militares, los puntos de apoyo logístico y todo otro lugar en el continente que pueda ser motivo de un eventual ataque del enemigo, para derrotar a las fuerzas de Gran Bretaña que accionan sobre las Islas Malvinas… ” El CEOPECON, tenía su asiento en la Zona Continental, en la ciudad de Comodoro Rivadavia, desde donde coordinaba todas las acciones a llevarse a cabo en todas las zonas de operaciones de guerra, por lo que no extraña que se produjeran eventuales ataques enemigos en los territorios que conforman nuestra Patagonia, ya que, como se deja constancia aquí, ésta también era una zona de guerra, desde la que se comandaban todas las operaciones conjuntas. Dicha Acta fue confeccionada en la sede del Comando de V Cuerpo de Ejército, contando con la presencia de los siguientes altos jefes, a saber: 48


El Comandante del Cuerpo de Ejército, General de División Don Osvaldo Jorge García. El Comandante del Teatro de operaciones del Atlántico Sur, Vicealmirante Don Juan José Lombardo, y El Comandante Aéreo Estratégico, Brigadier Mayor Don Helmut Conrado Weber. Aquí, una copia de la citada Acta, que, como se ve, tiene el apelativo de “SECRETO” :

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Otro documento secreto que viene al caso presentar, ya que demuestra que la Zona de Despliegue Continental, era zona de guerra, es el Decreto 700 S (Secreto), en el cual se designa al Comandante del TOAS y afirma que ejercerá la totalidad de sus funciones, con excepción de “....la Gobernación Militar de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur…”, o sea, comandará las operaciones de guerra tanto en los espacios aéreos y marítimos, como en la zona continental. He aquí el nombrado decreto, por el cual se crea, el día 7 de abril de 1982, el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur, decretado por el Presidente de la Nación, Leopoldo Fortunato Galtieri. 50


Otro interesante documento secreto y que revela las acciones de combate que tenían a su cargo las tropas destacadas en el continente, es la Orden de Operaciones 1/82. Donde, en su página 2, detalla : 2 Apoyo de Fuego. a) Aéreo. En el Continente.

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Según despliegue de medios de caza, interceptación y transporte, desplegados en Comodoro Rivadavia y Río Gallegos. A continuación, copias de las páginas 1 y 2 de la mencionada Orden de Operaciones :

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El Documento que veremos a continuación, con fecha 1° de mayo de 1982, con orden precedencia operativo inmediato, tiene su origen en el Estado Mayor General del Ejército, (EMGE), e indica, en su página n°1, que por esta resolución “El Ejército Argentino, a partir de la recepción del presente mensaje ejecutará la MOVILIZACIÓN DE ELEMENTOS y el DESPLIEGUE ESTRATÉGICO de parte de sus medios para estar en las mejores condiciones de enfrentar un probable conflicto en dos bandos o frentes”. Esta Orden es dada a la Fuerza Ejército, por su Estado Mayor, a fin de movilizar unidades para organizar dos frentes de guerra. Las Unidades designadas en la misma, reciben la Orden de Despliegue, a fin de enfrentar, por un lado (este), cualquier posible ataque de las fuerzas 53


británicas al continente, y por otro lado,(oeste), a las fuerzas armadas de Chile, que se estaban movilizando hacia nuestra frontera, con fines aparentemente hostiles.

Por esta Orden o Resolución, cientos de soldados, de diferentes unidades del Ejército Argentino, fueron apostados en la Cordillera de los Andes, en todos los pasos cordilleranos y a todo lo largo de la Patagonia, a fin de esperar un ataque e invasión por parte de Chile que podría aprovechar cualquier distracción durante los combates con los británicos en Malvinas, para atacar a nuestro país por la espalda. En la Isla Grande de Tierra del Fuego, los encargados de custodiar nuestra frontera oeste, fueron los Batallones de Infantería de Marina, (BIM). Este tema del Doble Frente de Combate, según el Informe Rattembach y numerosos especialistas en el tema, hizo que muchas Unidades de Élite de nuestras Fuerzas Armadas quedaran apostadas en la frontera, en el continente, en vez de ser enviadas a las Islas Malvinas, como por ejemplo, tropas de Infantería de Montaña, que hubieran sido muy útiles en el suelo malvinense, ya que sus elementos están habituados tanto al terreno, como al clima, al estar entrenados en un ambiente similar. A su vez, en el frente del este, también fueron apostadas toda clase de tropas, sobre todo con la intención de proteger el Litoral Marítimo y toda la zona costera, de posibles ataques británicos. Principalmente, se protegieron la Bases Aéreas Militares, (BAM), desde las que despegaban los aviones argentinos a bombardear la flota británica. Algunas de estas BAM, estaban situadas en las localidades de Río Gallegos, Puerto San Julián, en la Pcia. De Santa Cruz, y Río Grande, en Tierra del fuego. Justamente, y como cuento en mi libro “Fuimos Movilizados”, en la BAM San Julián, se encontraba apostado el GADA MIXTO 602, del que yo mismo formaba parte, brindando protección antiaérea a dicha base a fin de repeler cualquier intento de bombardeo, así como ataque de comandos, del enemigo.

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Aquí, una copia de la Resolución, páginas 1, 2 y 3, en la que se explican, detalladamente, las Unidades y Sub-unidades a desplegar, así como los lugares en que se situarán para cubrir sus puestos de vigilancia y combate.

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Como puede verse en la Orden, se realizó un Despliegue Estratégico de Tropas, a todo lo largo y ancho de la Patagonia Argentina, convirtiéndose la misma, en una total Zona de Riesgo de Combate. Todas las tropas destacadas allí, estaban en permanente alerta ante la posibilidad de ataque, tanto por parte de fuerzas británicas, como chilenas. Más adelante veremos que, para estas tropas, estar alerta y vigilantes rindió sus frutos, ya que lograron repeler numerosos intentos de desembarco de comandos, capturando algunos y evitando el sabotaje que éstos intentaban realizar a nuestras bases aéreas. Además de la “Operación Mikado”, o como partes de la misma, se concretaron muchas acciones de combate, que son poco conocidas. Pero que realmente se produjeron.

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CAPÍTULO 4 Pasaré a relatar algunas de ellas, y mostraré las copias de los Libros y Diarios de Guerra de las diferentes Unidades intervinientes en las mismas, según la fecha, a fin de avalar, con dicha documentación oficial, la realización de dichas acciones. En el Libro Histórico del COMANDO BRIGADA DE INFANTERÍA VII, del año 1982, en sus páginas 32 y 33, se anota una acción de guerra llevada a cabo el día 11 de mayo a las 23:50 Hs. En la zona de Cabo Curioso, muy próxima a la Base Aérea militar de San Julián, en Santa Cruz.

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En dichas páginas se puede leer, en forma literal, lo siguiente : “ 112350 may 82 – Se recibió un llamado telefónico del COMODORO MAISTEGUI (BAM SAN JULIAN), informando que fue detectado un barco a 30 millas de la costa, que efectuaba interferencias electrónicas. Paralelamente una patrulla de la Co (-) B. Ing. Comb 181. Observó a 2 hombres ranas que se acercaban a la costa, ante lo cual se abrió el fuego y dichos hombres se internaron nuevamente en el mar. Otra patrulla en esa oportunidad observó un bote de goma a 300 metros de la costa, que se dirigía a la orilla, se abrió fuego de inmediato /// motivando con ello que desde dicho bote se lanzaran dos bengalas blancas y desapareciera en la oscuridad. Al poco tiempo cuando el barco de gran porte desaparece, se terminaron con las interferencias electrónicas.” Obsérvese que eran las 23:50 Hs. A tan altas horas de la noche, y, sabiendo de las tropas apostadas en la costa, ni dos hombres ranas, ni un bote de goma que lanza bengalas y desaparece, eran, por supuesto argentinos. Sólo podían ser comandos británicos intentando ganar la playa a fin de proceder a sus tareas asignadas de sabotaje. A continuación, ya con fecha 13 de mayo, página 33, se describen las medidas de seguridad tomadas por dicho suceso. “ 120530 May 82 - …Cdo. Cpo. Ej V, transmite las siguientes orden verbal del Cte. Dados los acontecimientos producidos en la noche del 11 al 12 de May 82 en Cabo Curioso, se adoptarán las siguientes medidas : 1. Censo poblacional, determinando dueños de las estancias y cuales responde a intereses ingleses. 2. Control de vehículos y personas; aquellos que carezcan de documentación deberán ser detenidos hasta que justifiquen su situación.” Además, se ordenaron rastrillajes de la zona y muchas otras medidas de seguridad, a fin de determinar si los efectivos enemigos repelidos en la costa eran los únicos que habían desembarcado o había más comandos por descubrir. 60


El día 18 de mayo, a las 23:00 Hs. y, tal como quedara asentado en la página 36 del mismo libro, se realizó la siguiente anotación: “ 182300 May 82 – Sobrevoló la zona ????? de la Bahía San Julián, un helicóptero no identificado, que fue localizado por observadores ópticos y detectado por el radar. Que no se abrió fuego porque se estaba en situación de “fuego restringido”. Al día siguiente se confirmó en las tres FF.AA que dicha aeronave no era propia. Que la FFAA. cambió la situación de apertura de fuego y pasó de restringido a limitado y significa que si no se sabe en la base quien vuela, abren el fuego. Que el GA7 abrirá fuego al ??? buque intente ingresar a la ría. Durante el día se rastrilló la zona y se sobrevoló con helicópteros sin encontrar indicio alguno” Aquí, copia de la página mencionada.

Como vemos en esta situación, la zona de San Julián fue sobrevolada por un helicóptero. Eran las 23:00 Hs. Otra vez en plena noche. Al día siguiente, las tres 61


Fuerzas Armadas confirmaron que el helicóptero no era propio, es decir, argentino. Imaginamos que nadie, en su sano juicio, volaría por una zona con cobertura antiaérea total, como era la situación en San Julián. Lo sé muy bien, yo estaba ahí, en mi cañón. Por lo tanto sabemos que dicha aeronave era británica. ¿Estaba haciendo un vuelo de reconocimiento ? ¿ Recogía o desembarcaba comandos ingleses en la zona, con la misión de sabotear la base ? Quizá, nunca lo sabremos. Lo que sí sabemos es que, luego de esa situación, se cambió la orden de apertura de fuego de “ restringido a limitado”. A partir de ese momento, si la Fuerza Aérea no identificaba la aeronave, se abriría fuego y se harían todos los intentos por derribarla. El día 23 de mayo, a las 18:00 Hs. En la página 37 del mismo Diario de Guerra, consta lo siguiente: “ 231800 - May 82. Se recibió información del CIC (S. Cruz) que del puesto de Radar FF AA, habrían visto por medios ópticos 2 o 3 helicópteros con personal desembarcando en la zona NE de la ría de Pto. Santa Cruz. Se alertó a todo el sector “CENTRO “, y se informó al Cdo. Ej. V. “ Por esta situación se ordenó una operación de rastrillaje en la zona, no encontrándose indicios de personal ni helicópteros.

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Y el día 31 de mayo 82, según consta en página 40, se recibe la siguiente orden, a las 09:30 Hs. “ …En razón exitoso ataque a portaaviones enemigo, incrementar vigilancia sector Responsabilidad ante posible ataque a bases aéreas del Continente, para equilibrar poder de combate aéreo. “ Como podemos ver, con el transcurrir de los días, las alertas eran constantes, máxime, teniendo en cuenta que comandos británicos recorrían, en el más absoluto secreto, las zonas de operación de nuestras bases aéreas, esperando el momento y la oportunidad de cometer actos de sabotaje. Aquí, la copia del Diario de Guerra :

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A continuación, veremos el Diario de Guerra de la Brigada de Infantería Mecanizada XI, donde, en la página de fecha 22 de mayo 82, a las 22:04 Hs., se consigna la siguiente anotación :

Se informa en la mencionada anotación por parte del mayor Troyano que a partir de ese momento ALERTA ROJA y a continuación se consigna que TRES HELICÓPTEROS ENEMIGOS INGRESARON AL CONTINENTE, que ya han despegado los aviones Pucará con intenciones de interceptarlos y que uno de ellos parece que le han disparado a uno de los helicópteros y que no pudieron precisar el lugar. Se debe destacar que en esta acción de combate, uno de los aviones Pucará era el del Alférez Valko, con el cual se perdió contacto y que apareciera estrellado, al otro día, en la costa, y su piloto fallecido. Como se ve, esta es una clara acción de combate, aunque no se puedan precisar sus resultados. Que un avión Pucará dispare a un helicóptero implica, como informara el mayor Troyano, que dicha aeronave es enemiga. No es de extrañar que no se pudiera precisar el lugar exacto, ni las consecuencias del ataque, ya que eran las 22:04 Hs. En plena noche, y teniendo en cuenta que el avión Pucará está configurado para combate diurno y lucha antiguerrilla, en las oscuras noches de nuestra Patagonia, se hacía poco más que imposible el combate nocturno. A las 23:50, según otra anotación, todavía continuaba el Alerta Rojo. Se alertó a todas las unidades de la zona, se realizaron patrullajes nocturnos y también al otro día, pero de los helicópteros, ni de sus ocupantes, seguramente tropas de élite británicas, no se halló ningún rastro… 64


El juego del gato y el ratón, que se llevaba a cabo entre los comandos británicos y las tropas argentinas en la zona continental de nuestro país, especialmente en Santa Cruz, Chubut y Tierra del Fuego, estaba dando como ganador a los ratones ingleses. Pero luego veremos que no sería tan así… Las tropas del SAS y SBS británicos, poseían un entrenamiento que se considera de los mejores del mundo, quizá, comparable, o incluso mejor, que sus pares de los Marines o Fuerzas Delta norteamericanas. Para tener una idea acabada de la zona de nuestro país a la que nos referimos, colocaré, a continuación el mapa confeccionado por el Comando del Cuerpo de Ejército V, que es anexo a la Orden de Operaciones 1/82, tal como puede observarse en el mismo. Dicha Orden estipula la operación de VIGILANCIA Y DEFENSA DEL LITORAL MARÍTIMO, a las tropas acantonadas allí.

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CAPITULO 5 Ahora veremos la información que figura en la Página Oficial de Internet, de la Fuerza Aérea Argentina, en su sección Operaciones Aéreas. En dicho informe consta un mapa muy interesante en el que se muestra cómo y dónde estaban situadas las Bases Aéreas Militares, (BAM) en nuestro litoral marítimo. Como dice textualmente, con el título: LA FUERZA AÉREA SUR EN EL CONTINENTE, “ En las bases de despliegue, no se descartaba una posible incursión aérea o la más probable de comandos, contra instalaciones y material de vuelo. Por lo tanto, se reforzaron las medidas preventivas, y parte de los aviones se dispersaban durante las horas nocturnas”. Más adelante indica que la Fas (Fuerza Aérea Sur), desplegó setenta y tres aviones de ataque, situados en las citadas bases y aeródromos patagónicos. Y a continuación informa que el resto de los aviones de la FAA, PERMANECIERON

EN SUS ASIENTOS DE PAZ, listos para producir los reemplazos que fueran necesarios. DE ESTA FORMA, LA FUERZA AÉREA ARGENTINA CONFIRMA OFICIALMENTE QUE LAS BASES AÉREAS NOMBRADAS EN EL MAPA ERAN ZONA DE GUERRA, CON GRAN RIESGO DE SER BOMBARDEADAS O PASIBLE DE ATAQUES DE COMANDOS ENEMIGOS. Por ello dicha fuerza armada entregó, al final de la contienda a todo el personal destacado en las bases patagónicas un certificado de Veterano de Guerra, con medalla y diploma. Un sector no cobra la pensiones correspondientes, como veteranos porque fueron clasificados de forma diferente a los otros Veteranos.

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NACIMIENTO DE LA FUERZA AÉREA SUR A fines del año 1981, el Comando Aéreo Estratégico (CAE) había finalizado la actualización del planeamiento de la FAA para el marco regional. El mencionado planeamiento no contemplaba el caso Malvinas, pues la FAA desconocía (diciembre 1981) totalmente la existencia de una alternativa militar para este conflicto. Con el propósito de motorizar el planeamiento contribuyente, el CAE elaboró entonces una Directiva que establecía la constitución de los comandos de FAA y Bases Aéreas Militares creados para la defensa aérea del país. En lo que se refiere a la Fuerza Aérea Sur (FAS) designó comandante de dicha fuerza al Brig. Horacio Ernesto Crespo, jefe del Estado Mayor de la FAS al Brig Luis Guillermo Castellano y jefe del Dpto Operaciones A-3 al Com José Antonio Juliá. El Brig Crespo después de analizar la aptitud del personal asignado para los distintos cargos del EM y de las Bases Aéreas Militares de la FAS, elevó un expediente al CAE en febrero de 1982 con la propuesta de reemplazos tanto en el Estado Mayor de la FAS como en las jefaturas y planas mayores de algunas de sus bases aéreas. El expediente fue aprobado verbalmente por el CAE. A fines de marzo de 1982 aun no había sido oficializado. El 26 de marzo 1982 el Jefe del Estado Mayor General de la FAA informó a sus mandos superiores de las intenciones del gobierno nacional de recuperar las islas Malvinas. El 31 de marzo de 1982 se informò al Comandante de la FAS lo que había decidido el Comité Militar y se le ordenó trasladarse a Comodoro Rivadavia para desde allí organizar y conducir la FAS.

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El 2 de abril de 1982 el Estado mayor de la FAS en Comodoro Rivadavia estaba constituido por cinco oficiales: el Comandante, el Oficial de Operaciones del Estado Mayor, el Oficial de la Sección Operativa de Transporte Aéreo, el A-4 y un auxiliar. Carecían de planes, facilidades de comunicaciones y conocimiento profundo de la situación. Ante este hecho comenzaron a hacerse los primeros requerimientos de medios empezando por el personal, que fue solicitado en base al conocimiento que los oficiales superiores presentes tenían del resto de la fuerza. Simultáneamente con la creación de la FAS, se implementó el Comando aéreo de Transporte (CAT) y el Comando Aéreo de Defensa (CAD). Además, el Brig Castellano, designado jefe de Estado Mayor de la FAS, debió ser reemplazado, porque el Comando Aéreo Estratégico lo designó jefe del Componente Aéreo Malvinas. Por esta causa el Brig Crespo decidió que su Jefe del Dpto Operaciones asumiera también las funciones de Jefe de Estado Mayor de la FAS. Por los conceptos expuestos, se fue conformando el Estado Mayor de la FAS complementado con los oficiales superiores y jefes del Comando Aéreo de Defensa que arribaron para organizar el CODASUR y que se integraron a la FAS para constituir un solo comando, porque así lo exigía la situación y el sentido común. El Brig Camblor, jefe del Cdo de Defensa Aérea Sur, analizada la situación de personal, rápidamente autorizó la integración, asumiendo él mismo las funciones de 2do Comandante de la FAS y jefe del CODASUR. La FAS debía organizar en un plazo perentorio su fuerza para combatir con un enemigo notablemente superior en tecnología y medios, y en un teatro de operaciones que resultaba extraño a las unidades de la FAA, cuyos medios no se hallaban dotados y adiestrados para la lucha en el mar, la cual doctrinariamente era una responsabilidad primaria de la Armada, como resulta lógico. Solicitó, y le fue concedida, primacía total en la selección de los medios personal y material- para conformar la FAS. La FAS en menos de treinta días debía reconocer las capacidades del enemigo; adiestrar a los pilotos en las técnicas particulares de ataque a buques; realizar pruebas operativas; adaptar los sistemas de armas a la tarea que se avecinaba; reconocer las limitaciones propias -que no eran pocas- y buscarles solución; estudiar las posibilidades operativas de sus aviones de ataque, que apenas podían llegar a las islas por la distancia que las separaba del continente; familiarizar a los pilotos con los problemas de la operación sobre el mar y reconocer el archipiélago en vuelos de práctica. En el Estado Mayor de la FAS, ya se había descartado la posibilidad de disputar la superioridad aérea a baja altura, sobre las islas, enfrentando a los aviones Harrier con los Mirage. El problema era simple: si los Mirage descendían, consumirían mayor cantidad de combustible y ya no podrían regresar. Los pilotos dispondrían de unos diez minutos de permanencia sobre las islas, si mantenían su altitud. En consecuencia, habría combate sólo si los Harrier ascendían, siempre que el enfrentamiento se iniciara a los pocos minutos del arribo de los Mirage, sobre las islas. Por lo tanto, la defensa de las unidades propias en Malvinas, estaría limitada a lo que podría oponer la artillería antiaérea, sin conocer todavía su eficacia, porque no se contaba con verdadera experiencia. 68


Asimismo, las escuadrillas propias que arribaran a la zona de Malvinas, en misiones de ataque a los objetivos navales o terrestres, no contarían con protección aérea real. La principal ayuda disponible, sería la advertencia de los controladores de radar, sobre la aproximación de interceptores Harrier. Se enviarían aviones de cobertura, pero éstos poco podrían hacer, en verdad, por su escaso radio de acción; salvo la diversión, que podrían ejercer al ser dirigidos hacia los Harrier, manteniendo su altitud. Un recurso que dio resultado en muchas ocasiones.

La Fuerza Aérea Sur en el continente En las bases de despliegue, no se descartaba una posible incursión aérea o la más probable de comandos, contra instalaciones y material de vuelo. Por lo tanto, se reforzaron las medidas preventivas, y parte de los aviones se dispersaban durante las horas nocturnas.

Desplegó sus unidades a las bases costeras de la Patagonia, de la siguiente forma: El escuadrón de bombarderos Canberra a Trelew. Los escuadrones de transporte Hercules C-130, caza interceptora, búsqueda y salvamento, y de diversión, en Comodoro Rivadavia. Dos escuadrones de ataque con aviones A-4C Skyhawk y M-5 Dagger en San Julián. Un escuadrón de ataque de aviones IA-58 Pucará en Santa Cruz, en tareas costeras y de reemplazo a la unidad similar desplegada en las Islas Malvinas. Dos escuadrones de aviones A-4B Skyhawk en Río Gallegos. Un escuadrón de aviones M-5 Dagger en Río Grande.

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La FAS desplegó así unos setenta y tres aviones de ataque basados en las mencionadas bases y aeródromos patagónicos. Ocho aviones Pucará fueron desplegados a la BAM Cóndor, el 29 de abril, en previsión de un probable ataque masivo a la BAM Malvinas; se mantenían a la orden del CIC, para tareas de reconocimiento ofensivo y ataque a objetivos terrestres, especialmente, para repeler cualquier intento de desembarco por parte de las fuerzas de asalto de la Task Force. El resto de los aviones de la FAA permanecieron en sus asientos de paz, listos para producir los reemplazos que fuesen necesarios.

El comandante de la FAS debió enfrentar una relación con otros comandos colaterales que se iría tornando tanto más difícil cuanto que los límites de su teatro de operaciones se superponía con el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur y comprendía además a la Guarnición Militar "Malvinas", con cuyos comandos no tenía relación de dependencia pues de acuerdo con la orgánica establecida por el Comité Militar al crear los comandos operacionales, el Comando Aéreo Estratégico -y la FAS que le dependía- era un comando específico, es decir, integrado por medios pertenecientes exclusivamente a una sola fuerza. Al Brigadier Crespo se le impuso una misión y los medios para cumplirla. Alertó a sus superiores acerca de los problemas y les informó que -si había guerra- sus hombres lucharían hasta las últimas consecuencias, sean cuales fueren los peligros a enfrentar y las bajas que se sufrieran. El 30 de abril al ocaso, sus hombres, que provenían prácticamente de la totalidad de las unidades de la Fuerza Aérea, se hallaban en una tensa vigilia, listos para enfrentar su hora de prueba. FUERZA AÉREA ARGENTINA.

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Así, queda más que claro que nuestra Patagonia toda, se había convertido en zona de guerra y no extraña a nadie que, como nuestros altos mandos intuyeran, se desarrollasen en dicha zona acciones efectivas de combate. Y, hablando de acciones de combate en la zona continental, durante la Guerra de Malvinas, por la parte inglesa veamos una carta, del año 2011, del Coronel (R) Richard Hutchings, autor del libro “ Special Forces pilot” o “Piloto de las Fuerzas Especiales”. Richard Hutchings fue el piloto del helicóptero ZA 290 que apareció incendiado en Punta Arenas, Chile, y que, como parte de la reconocida “Operación Mikado”, introdujera comandos británicos en Tierra del Fuego, con la misión de sabotear la base aérea, destruir los aviones y matar a los pilotos. Al final de la guerra, y junto con su copiloto Alan Bennet, fue condecorado con la Cruz de Servicios Relevantes por el gobierno británico. El otro tripulante del ZA 290, Peter Imrie, también fue condecorado, recibiendo la Medalla de Servicios Relevantes. Del pelotón de la SAS que traía consigo, nada se supo oficialmente. Suponemos que su misión secreta habrá tenido resultados positivos muy satisfactorios, ya que es muy dudoso que el gobierno británico los haya condecorado por estrellar el helicóptero. Además, aclaro que Hutchings fue el único piloto ingles en recibir tal condecoración. Aquí la copia de la carta en la que no sólo confirma la operación llevada a cabo en Tierra del Fuego, sino que dice creer ser capaz de “demostrar” otras, en otras áreas, inclusive una en Río Gallegos. La aclaración final, que dice el intento de sabotaje fue abortado por las tropas argentinas en el continente, pude ser dudoso. Ya que, según informaciones, el helicóptero ingresó en Tierra del Fuego, recorrió unos kilómetros, aterrizó y volvió a despegar. Por lo que no sería de extrañar que haya logrado desembarcar comandos en la zona, que, si bien no lograron atacar la base de Río Grande, destruir los aviones Super Etendard y los misiles exocet, según lo planeado, (cosa que no 71


sabemos), bien pueden haber colocado aparatos de rastreo electrónicos,(balizas), que informaran a la flota enemiga cuando despegaban nuestros aviones. También mostraré la foto tomada al helicóptero caído en Punta Arenas, en Chile, el ZA290, así como unas fotos en las que se muestra a la tripulación de dicha nave.

Carta de salutación del Coronel (R) Richard Hutchings* leída el 2 de Abril 2011, en Santa Fe, durante el acto organizado por la Federación de Veteranos de Guerra 2 de Abril, presidida por el VG José Luis Ramón Vega. La carta fue enviada a Nestor Tacconi, para el acto y respondió a una invitación de este. "Es un privilegio ser invitado a participar en este día tan especial para ti y la gente de Argentina . Soldados, marineros y aviadores del mundo entero son compañeros de armas . Hacemos la oferta de nuestros políticos . La guerra es simplemente una extensión de la política. No es para los hombres y las mujeres a la cuestión de servicio , sino para servir, y para servir a nuestros países con honor y valentía. He participado en una operación de las fuerzas especiales diseñadas para atacar a los aviones Super Etendard con sede en Rio Grande. Tengo la esperanza de ser capaz de demostrar que otras operaciones de las fuerzas especiales también tuvieron lugar en otras áreas, como la de Río Gallegos. La solución de este problema debe ayudar a que usted y sus compañeros a seguir su causa justa por haber sido galardonado con la condición de veterano , aunque mucho tiempo después del fin de las hostilidades . Yo a usted ya sus compañeros veteranos deseo lo mejor y la velocidad a Dios en su honrosa misión de alcanzar la condición de veterano . Espero que voy a ser capaz de conocer a algunos de ustedes si soy capaz de visitar Argentina a finales de este año. ¡Mis mejores deseos" Richard Hutchings. *Richard Hutchings fue piloto del helicóptero Sea King ZA 290, que penetró en Tierra del Fuego el 17 de mayo de 1982, en un intento de sabotaje que fue abortado por el accionar de las fuerzas Argentinas en el Continente.

Es una lástima no tener la versión en español del libro del Coronel Hutchings. Pero, según tengo entendido, menciona la operación ya citada. Seguramente, por aquello del secreto total no podrá revelar 72


dicha información en su totalidad, ya que si lo hiciera, quién sabe qué problemas legales se le presentarían con su gobierno. Posiblemente, si hablara en forma oficial, le quitarían su medalla y pasaría varios años en alguna prisión olvidada. La foto, en color, muestra como una máquina vial de Chile, por orden del ejército de este país, cubre los restos del helicóptero británico ZA 290, caído en las cercanías de la localidad de Punta Arenas.

Por más que trataran de borrar las huellas del incidente, el ejército 73


chileno no pudo evitar que se filtrara la información a la prensa, dejando muy mal parado a Chile, ante la opinión pública internacional y sobre todo latinoamericana, y probando sin lugar a dudas que eran aliados de los ingleses en su lucha contra nuestro país. Mucho tiempo después de la guerra, se supo oficialmente y por la misma ex Primer Ministro, Margaret Tatcher, toda la ayuda que el gobierno y las fuerzas armadas chilenas le habían proporcionado a Gran Bretaña. Desde emisoras de radio espías, hasta lugares de aterrizaje, información sobre el despegue de nuestros aviones de combate, y tantas cosas que jamás sabremos.

Arriba, el recorte de un periódico de la época, en donde se ve la foto de la tripulación del ZA 290, Hutchings, Bennet e Imrie, y sobre ella la máquina vial cubriendo los restos de la aeronave. 74


Este mismo recorte trae a colación el comentado caso de la compañía fantasma que, según dichos de sus componentes le disparara al ZA 290, y lo hiciera caer, en su paso hacia la frontera con Chile. Hasta ahora, no he encontrado documentación oficial que detallara esta acción de combate, aunque sigo buscando el Diario de Guerra del Rimec 24, así que nos apoyaremos en una nota periodística del Diario Clarín, en la que se detalla la acción, según los recuerdos de los soldados que participaran en ella, 25 años después de la guerra. Aquí la reseña de la nota: MALVINAS 25 AÑOS DESPUÉS : EL HELICÓPTERO INGLÉS QUE CAYÓ EN CHILE

La compañía fantasma que le disparó al misterioso Sea King A 25 años de la guerra, un grupo de soldados argentinos revela que la madrugada del 18 de mayo balearon un helicóptero británico. Creen que es el que cayó en Punta Arenas.

Alberto Amato aamato@clarin.com

La task force británica enviada a Malvinas tenía una enorme preocupación en mayo de 1982, cuando el conflicto se había convertido en guerra: los ataques de la Fuerza Aérea Argentina y los misiles Exocet que lanzaban los pilotos de la Armada desde los aviones Super Etendard. El 14 de mayo el almirante John "Sandy" Woodward ordenó una misión ultrasecreta. Tres buques de la flota inglesa, el portaaviones Hermes y las fragatas Glamorgan y Broadsword se acercaron a la isla Pebble, al norte de la Gran Malvina y enviaron a tres helicópteros Sea King con 45 hombres de la SAS (Special Air Service). El resultado de la incursión de ese grupo operativo selecto de los británicos, fue la destrucción de seis aviones argentinos Pucará, cuatro Mentors y un Skyvan, más el combustible y las municiones almacenadas en las cercanías. Esto es lo que revela el historiador británico sir Lawrence Freedman en su obra"The Official History of the Falklands Campaign". Freedman y documentos ingleses desclasificados recientemente también dan cuenta de otra misión británica aprobada el 23 de abril por el gabinete de guerra de Thatcher: atacar las bases argentinas en el continente. Los ingleses querían destruir la base aeronaval de Río Grande, de donde salían las principales misiones aéreas de la Argentina y los temidos Super Etendard de la Armada, cargados con los pocos Exocet con los que contaba el país: sólo seis misiles. El 14 de mayo el gabinete de guerra inglés aprobó otra misión secreta,esta vez contra el continente argentino. El plan consistía en enviar helicópteros Sea King, con fuerzas SAS, para dejarlos "lo más cerca posible de Río Grande para retirarse después al otro lado de la frontera chilena, luego de lo cual la tripulación hundiría el helicóptero para entregarse más tarde a las autoridades chilenas", narra Freddman. En la tarde del 17 de mayo el portaaviones Invincible y la Broadsward se acercaron a las costas argentinas. Algunos periodistas memoriosos recuerdan un alerta roja y apagón en Comodoro Rivadavia, y testimonios posteriores sobre una espectral aparición, en la noche y en silencio, de los buques ingleses "al alcance de la mano" de las costas argentinas.

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Uno de los Sea King del Invincible, matrícula ZA290, despegó con ocho hombres del SAS en una primera misión de exploración e inteligencia a la que seguiría otra todavía más audaz. Ni Freedman, ni los documentos desclasificados explican con claridad qué sucedió con el helicóptero. Los británicos admiten que la máquina 2"como consecuencia del mal tiempo, cayó en la costa chilena a 16 kilómetros de Punta Arenas y a 24 de donde estaba previsto". Pero no había mal tiempo aquella noche del 17 al 18 de mayo, a no ser por una densa niebla que cubría Río Gallegos y buena parte del sur argentino. Londres informó días después que la máquina estaba en misión de reconocimiento y había tenido problemas debido al mal tiempo y se había perdido seguramente cuando trataba de llegar a Punta Arenas para hacer un aterrizaje de emergencia", cita Freedman. El 25 de mayo tres soldados ingleses, los pilotos y un navegante del Sea King, aparecieron sanos y salvos en Chile y fueron llevados a Santiago. Del grupo SAS, nada se sabe. Pero veinticinco años después, la historia tomó un giro imprevisto. Siete ex soldados del Regimiento de Infantería 24 de Río Gallegos, reunidos por Clarín, contaron una experiencia. Fue vivida por parte de treinta y seis soldados de ese regimiento, todos de la clase 1963, que, por sus condiciones, habían sido destacados por el Ejército como AOR (Aspirantes a Oficial de Reserva) y destinados a la Compañía "C" de esa unidad, Una compañía que no existía entonces, y no existe hoy en los papeles oficiales. Es una compañía fantasma. Lo que narran, con el rigor de lo vivido que Freedman envidiaría, es que en la madrugada del 18 de mayo de 1982 sintieron zumbar sobre sus cabezas una aeronave, que era un helicóptero, que no era argentino y que fue baleado por uno de ellos, en medio de la niebla. Al día siguiente supieron que una máquina británica había caído en Punta Arenas. Y aún hoy, tienen la certeza que se trataba del ZA290. Con Clarín dialogaron Carlos Vivas, Germán Leeuwarden, Andrés Rebord, Daniel Giménez, Walter Piccin, Roberto Sesti y Horacio Yegro. Algunos de ellos volvían a verse después de un cuarto de siglo. Varios aportaron sus recuerdos de guerra: fotos, las chapas identificatorias que colgaron de sus cuellos, las cartas enviadas a sus familias. Vivas y Piccin, el soldado que baleó al helicóptero, llevaron la voz cantante del grupo y el resto aportó datos más precisos, más nítidos. —Esta historia la hemos contado muchas veces a nuestras familias y amigos; la conocen quienes eran nuestros jefes en el regimiento, pero nunca hemos sido vistos como veteranos de guerra o como participantes del conflicto. Ninguno de nosotros busca una pensión de veterano. Pero esto que vivimos, lo vivimos. La fantasmal compañía "C" del RIMEC 24 estuvo a punto de ser destinada a Malvinas pero finalmente fue a custodiar una precaria pista de aterrizaje, en medio de la nada, en un campo del sur de Gallegos. —Allí estuvimos cinco o seis días, en aquello que parecía un aeroclub. Después nos reemplazaron y fuimos a un viejo casco de estancia en Punta Loyola. Punta Loyola está a treinta y ocho kilómetros de Río Gallegos, donde la ría se vuelca al mar y donde se alza el Puerto Presidente Illia, el puerto de aguas profundas de Gallegos. —Ese fue nuestro lugar hasta el final de la guerra. Cavamos los pozos de zorro, en un terreno que era piedra pura, y nos quedamos dos meses allí, congelados como las aguas de un lago cercano. Nos decían que íbamos ganando, pero nosotros escuchábamos las radios chilenas que decían que los argentinos eran unos mentirosos. La noche del 17 al 18 de mayo, tal vez ya eran las primeras horas del 18, tuvimos una alerta roja. Ya había habido algunas, sobre todo cuando encontraron algunos botes de goma en la costa. Supimos que no era un helicóptero argentino por un par de cosas: primero, cuando venía un helicóptero argentino te avisaban, para que no le tiráramos; segundo, este no hacía el ruido de un helicóptero argentino. Era más bien un zumbido. Y venía del mar, y muy bajo, como de aquí al techo, sentías el viento. Piccin es quien cuenta ahora. —Había una niebla muy espesa. Pero el ruido nos llegó del mar y, según mi posición, desde la izquierda. Lo único que veías era una lucecita roja, intermitente; el helicóptero iba y venía, como si estuviera perdido o buscara algo. Yo lo seguí como dos mil metros por un terreno totalmente irregular. Hasta que decidí tirarle. Le vacié un cargador y moneditas. Pegarle, no te puedo asegurar que le pegué. Pero tirarle, le tiré. Enseguida volví corriendo en zig zag a mi posición, con la idea de que iban a pegar la vuelta y a liquidarme. Nos cagaron a pedos. Un capitán de apellido Wingar, se enojó muchísimo porque pensaba que era un helicóptero argentino. Pero los argentinos llegaban de día. Igual nos decía "Ustedes tienen orden de

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disparar sólo si les disparan primero" Y yo le decía: "Bueno, él me disparó primero y yo se la devolví". Nos querían estaquear a todos. Al otro día nos enteramos que un Sea King había caído en Punta Arenas. A los doce soldados que estábamos de guardia, no nos quedaron dudas: era el helicóptero que nos había sobrevolado. A partir de ese momento, la "compañía fantasma" del RIMEC 24 vivió en estado de alerta permanente: sus oficiales, pensaban, y acaso con razón, que un comando inglés podía haberse infiltrado en territorio argentino. —A los pocos días —recuerda Vivas— fui a buscar la comida y, desde un cerro cercano, como a doscientos metros, empezaron a dispararme; eran cerca de las nueve de la noche y hubo un tiroteo bastante intenso. Formaron entonces dos grupos, uno con un Unimog salió a rodear a los que disparaban, y yo fui con otros tres soldados, un sargento y un subteniente a pie hacia donde nos disparaban. Nos empezaron a disparar otra vez, a mí me temblaban las manos y las piernas, no hubiera podido darle ni a un barco; y el subteniente que iba con nosotros, con seis granadas, me decía: "Mirá Vivas, yo nací para esto..." Como también les disparaban a los atacantes desde la trinchera, nosotros quedamos entre dos fuegos. Así que nos tiramos al piso y esperamos. Todo habrá durado unos veinte minutos, separados en dos tandas. Nunca supimos quiénes nos disparaban. AL final de la guerra la Compañía "C" del RIMEC 24 fue disuelta. No hay registros de su existencia en el regimiento. Sus soldados tienen un certificado de servicio militar cumplido allí, pero no figura la Compañía "C" como su destino. Un secreto tan insondable casi, como la misión británica en territorio argentino. Pese a esa frustrada misión de reconocimiento, Gran Bretaña siguió los preparativos de la segunda fase del plan, un tanto suicida, que consistía en el desembarco de cincuenta y cinco miembros del SAS desde un avión Hércules en un punto cercano a Río Gallegos; una vez que hubieran destruido los Etendard, cuenta Freedman con algo de tino, "se los habría sacado del lugar, no se sabe con certeza cómo". Los tres ocupantes del Sea King inglés, los tenientes Richard Hutchings y Alan Bennet y el tripulante Peter Imrie, fueron rescatados por un ex miembro de la Fuerza Aérea Chilena, Jorge Freyggang, que según la prensa de ese país habría cumplido misiones de espionaje en beneficio británico. (ver: "Chile y...") Desde Santiago Hutchings, Bennet e Imrie fueron enviados a Londres. Contaron que habían tenido un problema en el motor del Sea King y que se habían dirigido a unas colinas. Y que habían destruido el helicóptero porque no sabían con certeza si estaban en Argentina o en Chile. Nunca explicaron, ni les fue preguntado, el destino de los ocho miembros del SAS que viajaban con ellos. Los tres fueron condecorados al final de la guerra. Chile y otra vuelta de tuerca Los tripulantes ingleses del Sea King, y probablemente los comandos SAS, fueron auxiliados en Chile por el aviador Jorge Freyggang. Según la prensa chilena de la época, los británicos debían buscar un contacto de nombre "Andy" en aquel territorio desconocido. Freyggang, un ex miembro de la Fuerza Aérea de ese país, piloteaba un Beechcraft que fue de las primeras naves en sobrevolar el hundimiento del crucero General Belgrano. Se dice incluso que fotografió Goose Green escenario de una batalla decisiva de la guerra. En mayo de 1982 Freyggang llevaba la palabra "Andy" pintada en una de las alas de su avión. Fue él quien llevo a Santiago a los tres tripulantes del Sea King. El viernes 4 de junio de 1982, cargó en el avión a su esposa, a sus dos hijos y a la empleada de la familia para regresar a Punta Arenas. Durmieron en Puerto Montt y el sábado despegaron hacia el sur. Nunca llegaron. Se cree que el avión cayó en el mar de Drake. Otro extraño giro en una historia alucinante.

Quizá, para muchas personas, estas declaraciones de ex-soldados no tengan demasiada validez a la hora de querer probar esta acción de combate, que eso es dispararle a un helicóptero enemigo. Si estas 12 personas fueran testigos en un juicio cualquiera, la justicia tomaría sus declaraciones como lo que son, justamente declaraciones de testigos, y esa justicia les asignaría el valor que les corresponde. Pero, dejemos 77


el caso como una “anécdota” más, hasta conseguir documentación que lo avale y pasemos a otro caso con documentación oficial.

CAPITULO 6 Este es un informe (secreto) enviado “ AL SEÑOR COMANDANTE DE LA INFANTERÍA DE MARINA”, el cual destaca en su punto 1.C, que los batallones de Infantería de Marina BIM 3, BIM 4 y BICL, asumían, a partir del 2 de abril, la responsabilidad de la SEGURIDAD ESTRATÉGICA OPERACIONAL y la PROTECCIÓN DE OBJETIVOS VITALES en la ISLA GRANDE DE TIERRA DEL FUEGO. Todo esto, de acuerdo con la Orden de Operaciones 1/82 de Vigilancia y Defensa del Litoral Marítimo.

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Como vemos, la Infantería de Marina también cumplía sus órdenes de guerra en Tierra del Fuego. “Seguridad Estratégica Operacional y Protección de Objetivos Vitales”, dicha orden demuestra cabalmente que toda la zona era zona de guerra, pasible de ser atacada por el enemigo. Ahora veremos algunas páginas interesantes de la Cronología de la Infantería de Marina de la Armada Argentina en el Conflicto del Atlántico Sur, realizada por Jorge A. Errecareborde CNIM. (R), publicación propiciada por la Comisión Directiva de la Asociación de Oficiales Retirados de la Infantería de Marina, AORIM.

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MAPA DE LA ARMADA ARGENTINA, DONDE SE DELIMITA LA ZONA DEL TOAS, EN EL QUE, COMO SE VE, CONSIDERA INCLUIDA, Y COMO ZONA DE OPERACIONES DE GUERRA, LA ZONA DE DESPLIEGUE CONTINENTAL.Recordemos que el Ara Bouchard estaba fondeado frente a R铆o Grande cuando particip贸 en la acci贸n de combate de repeler la Operaci贸n Mikado

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AquĂ­, otro mapa de la Armada Argentina, donde se describe la Zona de Operaciones de Guerra, del Arma. Como se puede observar tambien incluye la Zona de Despliegue Continental. En el mismo, se detallan localidades con puertos y bases navales y aĂŠreas que participaron activamente del conflicto.

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En esta pรกgina vemos que se cierra el TOM, Teatro de Operaciones Malvinas, y se crea al Teatro de Operaciones del Atlรกntico Sur, TOAS, que abarca Malvinas, 83


las Georgias y el mar adyacente. TambiĂŠn informa que se mantiene el Teatro de Operaciones Sur - TOS-, que contiene la Patagonia hasta su litoral.

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En la presente se comenta que la Junta Militar y el COMIL,(Comité MILitar), desactiva el TOM y crea el TOAS designando como jefe al Vicealmirante Lombardo. A continuación se consigna que el General García sigue como Comandante del Teatro de Operaciones Sur - TOAS. Así, queda perfectamente claro que el TOS-TOAS, eran solamente UN Teatro de Operaciones de Guerra, bajo el mando unipersonal del Vicealmirante Lombardo. Como quedó consignado en el decreto N° 700 S, de fecha 7 de abril, sobre la creación del TOAS, se designó al Vicealmirante Lombardo como comandante de toda la zona a excepción de Malvinas, Georgias y sándwich del Sur. Aunque el General García tendría a su cargo la Zona Continental o sea el Litoral Marítimo, bajo las órdenes de Lombardo.

En esta página, N° 51, se registra la Planificación Orgánica del TOAS, quedando absolutamente claro, que el Litoral Marítimo patagónico, así como la Isla Grande de Tierra del Fuego, estaba bajo las Órdenes Directas del Comandante del TOAS, Vicealmirante Lombardo, que actuaba desde la base Naval de Puerto Belgrano, en la misma Patagonia argentina. También lo estaba la Reserva Estratégica militar ubicada en Comodoro Rivadavia y las Unidades del Comando Aéreo Estratégico.

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A pie de página, en el llamado (1), informa que a partir del 23 de mayo el Comando es reemplazado por el CEOPECON, Centro de Operaciones Conjuntas. (N del Autor: El Acta de creación del CEOPECON puede verse en las páginas N° 49 y 50 de este libro.) El CEOPECON tenía su asiento en la ciudad de Comodoro Rivadavia y, desde allí, se impartían las órdenes al TOAS. Es decir, que la sede del Comando del TOAS se encontraba en el Continente. Abajo, en la siguiente hoja, se consigna que el Batallón de Infantería de Marina BIM 4, asume el Plan de Defensa en Río Grande. O.O 1/82. Es decir, que se apresta para entrar en combate, en una zona de guerra.

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A continuación, otra página en la cual se cuenta que el Comandante del TOAS promulga el Plan Esquemático de operaciones (N del A: Operaciones de Guerra), 1/82 S, el cual habla, entre otras cosas, de proceder a la Vigilancia y Defensa del Litoral Marítimo. Ver Anexo 1 (mapa) en la página 65.

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Aquí, dice textualmente, “ Son detenidos en Río Grande tres periodistas ingleses acusados de espionaje, los mismos quedan a disposición del Estado Mayor Conjunto. Realmente serían “periodistas”. O serían tres comandos ingleses, disfrazados de periodistas haciendo espionaje?

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En esta página hay dos informaciones interesantes. Por un lado se consigna que el Comité Militar y Poder Ejecutivo Nacional ordena extremar las medidas de seguridad a partir del día de la fecha, en puntos vitales del país a fin de disminuir riesgos de atentados, sabotajes o ataques. Como la información del Comil va dirigida al TOAS y menciona la palabra “país”, se entiende que la orden va dirigida a las tropas acantonadas en nuestra Patagonia, convertida en zona de guerra. También se destaca la información, situada en Comodoro Rivadavia, sobre la caída al mar de un helicóptero del Ejército. Como recordaremos, se refiere a la aeronave del Liceo Militar Gral. Roca, que posiblemente fuera derribada por comandos ingleses en una acción de combate, y costara la vida de 10 militares, entre ellos el propio jefe del Liceo, Coronel Arévalo. Esto ocurrió cerca de Caleta Olivia.

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El día 7 de mayo, se consigna que el Reino Unido extiende la Zona de Exclusión hasta 12 millas de las costas del litoral atlántico. Si la pelea era en las Islas Malvinas, porqué querían acercarse a 20 kilómetros de nuestra costa ? Se nota claramente la intención de atacar al continente, como puertos vitales y bases de la Fuerza Aérea. Por eso, un poco más abajo dice que la BNR1 efectúa coordinaciones con la Fuerza de Infantería de Marina N°1 para los planes de defensa del área de Rio Grande.

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Ustedes mismos pueden leerlo. La Infantería de Marina desplegada masivamente en la Isla Grande de Tierra del Fuego listos para defender nuestras fronteras. Dicho de otra forma, los soldados en su puesto de combate en zona de guerra. También informa que la Brigada de Infantería de Marina N°1 se mantiene a las órdenes del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur, TOAS, y fue la Reserva Estratégica Operacional del Teatro- RETOAS.

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Aquí se consigna : “ Se reúne el Comandante del TOAS con el Comil y recibe orden de trasladar su comando a Comodoro Rivadavia. El mismo se encontraba en Puerto Belgrano”. El cambio de base del Comando del TOAS de puerto Belgrano a Comodoro Rivadavia, se debe seguramente a cuestiones operativas, pero como dijimos antes, sigue estando en el Continente, y forma parte de la zona de guerra de toda nuestra Patagonia.

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AquĂ­ vemos algunas anotaciones interesantes extractadas de diferentes pĂĄginas.

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CAPITULO 7 Lo que sigue son unos relatos interesantes de Acciones de Combate en el continente, contadas por sus protagonistas. Así que, como anteriormente, las tomaremos sólo como “anécdotas”, ya que no dispongo de Diarios de Guerra que confirmen estos hechos. De todas formas, al decir que tomo tales declaraciones como “anécdotas”, no quiero significar que las mismas sean MENTIRA. Por el contrario yo creo que todas estas acciones de combate narradas por sus protagonistas fueron reales, aunque no figuren en los diarios de guerra de las distintas unidades ( Tema al que me voy a referir más adelante). Yo sé, por experiencia propia, que en aquellos tiempos de la guerra, a veces, un soldado no tenía ni la menor idea de lo que hacían sus camaradas, aunque estuvieran viviendo en el mismo puesto de combate, y comiendo y durmiendo juntos todos los días. Bastaba para ello que se acercara al grupo de soldados un suboficial u oficial y dijera: “ A ver soldados, usted, usted y usted. Tomen equipo de combate y vengan conmigo”. Podían pasar minutos u horas, o hasta días, para que volvieran nuestros camaradas, y si lo que habían hecho, no era nada importante, nos lo contaban. Ahora bien, si habían recibido órdenes de no revelar las acciones que habían llevado a cabo, no hablaban de ello en lo absoluto. Hay que recordar que todos los soldados que cubríamos la zona de guerra estábamos regidos por el Código de Justicia Militar, el cual es bastante estricto y, como no se cansaban de repetirnos nuestros oficiales, revelar secretos militares puede ser considerado Traición a la Patria y el traidor fusilado de inmediato. Por lo tanto, no es de extrañar que muchas acciones de combate realizadas en el continente no se hayan conocido ni asentado en los Libros de Guerra porque quizá no eran militar o políticamente correctas. A continuación, los relatos de estas acciones, contados por los propios protagonistas. 94


En cuanto a lo del radar volado, si yo fuera militar, dudaría en asentarlo en algún libro. No sé ustedes … En cuanto a los prisioneros ingleses detenidos, ya oí rumores sobre ello, pero quizá el servicio de inteligencia decidió mantener todo en secreto. Yo lo haría, ya que de confirmar oficialmente que tropas enemigas recorrían la Patagonia planeando acciones de sabotaje provocaría, seguramente, gran pánico entre la población civil. Guerra de Malvinas Ex combatientes denunciaron ataques ingleses al continente Héctor Cibeira señaló: “Es ingenuo pensar que nos estábamos enfrentando a la segunda potencia de la OTAN y que no iban a tener comandos, espías y servicios dentro del continente. Justamente del lugar donde les estaban produciendo los mayores daños”. Las Fuerzas Armadas argentinas resistieron y desbarataron operaciones británicas con infiltrados, ataques y enfrentamientos en el litoral marítimo de la Patagonia durante la Guerra del Atlántico Sur de 1982, según denunciaron ex combatientes. También resaltaron que 18 bajas se produjeron en las costas del continente y entre los caídos figura el militar de más alto rango que perdió la vida durante el conflicto bélico de hace 27 años, el coronel Clodoveo Miguel Arévalo, que fue ascendido post mortem a general. Los ex combatientes afirmaron que sus mismos superiores los alertaban sobre posibles incursiones nocturnas de tropas inglesas en las playas de Chubut, Santa Cruz o Tierra del Fuego cuando debían permanecer de guardia en las bases costeras, con la mirada fija en el mar, repeliendo el cansancio y en medio de gélidas condiciones climáticas. “No se queden dormidos que les cortan el cogote”, era la advertencia que recibían los soldados, según comentaron integrantes de un grupo de ex conscriptos que participaron del conflicto bélico apostados en el continente y que aún hoy reclaman al Estado nacional que los reconozca como Veteranos de Guerra. Se trata de muchachos que cumplían diversas labores de prevención, control y mantenimiento en las bases militares ubicadas en el litoral patagónico, a las órdenes del V Cuerpo del Ejército, el mismo que comandaba las acciones en las Islas Malvinas y sus alrededores. Las tropas que se desempeñaban en la costa resistieron ataques británicos, abrieron fuego contra blancos enemigos y hasta tomaron como prisioneros a soldados ingleses durante la guerra, además de protagonizar enfrentamientos y detener a infiltrados en el continente, dijeron los ex combatientes. “A nosotros nos reventaron un radar”, expresó Marcelo Díaz, que integraba el Regimiento de Infantería 1 (RI1) Patricios y efectuaba tareas de radio operador. El incidente “Colocamos radares en Rada Tilly, Caleta Olivia, Caleta Córdoba y el día que llegamos a Lobería, colocamos el radar y a las dos o tres de las mañana nos tiraron un morterazo y lo reventaron”, indicó. El incidente, que desencadenó una de las noches más movidas en Comodoro Rivadavia y sus alrededores para las tropas argentinas, se produjo entre la noche del 22 y la madrugada del 23 de mayo de 1982. “Fue una de las alertas rojas más grande que hubo”, recordó Díaz. “A la mañana, ya con la luz del día, se encontraron cuatro o cinco gomones en la costa. Había gente que había desembarcado. A los cinco días se encontraron cuatro o cinco personas que eran ingleses, vestidos de civil, de traje y corbata, con maletines que adentro tenían armas”, agregó. “Eso salió en los diarios, yo lo leí (...) A los ingleses los tomaron como prisioneros, tenían armas y estaban dispuestos a reventar cualquier cosa dentro del continente”, subrayó Díaz, que instaló nueve radares en total. 95


Esta otra “anécdota” también es muy interesante, y pasible de ser verdad. ¿ Que no figura en ningún Diario de Guerra, ni documento oficial ? POR SUPUESTO QUE NO !!! Acaso nuestro gobierno admitiría haber violado la frontera con Chile, haber destruido una emisora de radio y matado a sus operadores, justamente miembros del ejército de Chile ? NO. Nadie se hubiera enterado de esta acción. Seguramente habrá sido ordenada verbalmente a comandos especiales argentinos, los cuales son todos oficiales y suboficiales que saben obedecer órdenes y guardar secretos. Y saben qué pasaría si los revelasen. Y seguramente, no fue asentada en ningún Diario de Guerra o Libro Histórico. Imagínense el escándalo internacional !!! Comandos argentinos cruzando secretamente la frontera y asesinando a los “hermanos” chilenos de la emisora, que sólo se entretenían poniendo música en el aire para que se divirtieran sus paisanos !!! Tampoco es de extrañar que el gobierno chileno lo mantuviera en secreto, tanto por las represalias que podía tomar Argentina, como por las repercusiones que tendría en todos los países hermanos latinoamericanos, al quedar demostrada la ayuda que proporcionaban a los enemigos británicos. Aquí la confidencia: Escuchamos decir a un conocido nuestro que fue diplomático argentino en Europa lo que le contó, a su vez, un ex oficial del Ejército Argentino que tuvo una muy difícil misión con unos comandos en territorio chileno en tiempos de la guerra malvinense. Interceptada una señal proveniente de una base militar espía del Ejército chileno cerca de la frontera con nuestro país, en la cual se pasaban informaciones de Inteligencia sobre nuestras tropas, el grupo de comandos argentinos se introdujo secreta y clandestinamente en Chile y, una noche, cayó por sorpresa en la base de espionaje trasandino. El resultado, ocultado hasta el día de hoy por las máximas autoridades del Ejército chileno, fue que los comandos nuestros no solamente destrozaron todos los equipos de transmisión del lugar, sino que, además, pasaron a degüello a todos los militares chilenos que estaban apostados allí. Y los dejaron así, para que al día siguiente los refuerzos observaran lo que les ocurría a los traidores al continente americano.

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En el libro “Ataquen Río Grande”, editado por el Instituto de Publicaciones Navales, su autor Jorge Muñoz, relata con mucho detalle el tema de la Operación Mikado, la cual ya hemos conocido anteriormente. Sin embargo, la parte que más me interesa destacar es como describe el autor, tanto los preparativos para el combate, como las acciones desarrolladas en la Zona Continental. Remito a mis lectores a leer el libro completo, a fin de informarse con más detalle. A continuación colocaré algunos párrafos del mismo: INTRODUCCION “Cuando en la mañana del 4 de mayo de 1982, en plena guerra de Malvinas, un Misil Exocet AM-39 disparado desde un avión Super Etendard (SUE) de la Aviación Naval Argentina logró impactar en el 97


destructor inglés HMS Sheffield provocando su destrucción y posterior hundimiento, se dio comienzo no sólo a un impresionante e inédito capítulo de la guerra misilística, sino también a un episodio casi olvidado de la confrontación bélica, la Operación Mikado, nombre en clave que los mandos británicos dieron al plan que tuvo como objetivo atacar la base aeronaval Almirante Quijada situada en Río Grande, Tierra del Fuego, con objeto de destruir los aviones Super Etendard juntamente con los misiles Exocet AM-39 y eliminar a los diez pilotos que operaban la letal combinación.”

…”Para los mandos británicos existía la atrayente posibilidad de tener éxito, contando con el elemento sorpresa, sobre un objetivo militar más desguarnecido que Malvinas. Según los estrategas británicos la provincia argentina estaba escasamente poblada, poco defendida, poseía dos campos de aterrizaje en Río Grande y Ushuaia y de ser capturada se obtendrían cuatro notables beneficios: 1) el costo de la operación sería menor que largarse directamente sobre Malvinas. 2) Seguramente produciría un impacto emocional importante en el sentimiento nacional argentino, induciéndolo rápidamente a considerar su irremediable derrota. 3) Serían aprovechadas las instalaciones militares argentinas, que de no ser capturadas, serían utilizadas contra las fuerzas británicas. 4) El territorio ocupado podría utilizarse como prenda de cambio por Malvinas. No obstante existía en medio de todo ello un riesgo importante a tener en cuenta. Sin despreciar que en sentido contrario, los argentinos, heridos en su orgullo se pondrían aún más belicosos, la Task Forcé estaría muy al alcance de la marina argentina y además desde las otras bases continentales se iniciarían raids aéreos imparables sobre Tierra del Fuego. “

“La primera tentativa fue una incursión de comandos helitransportados que llegaron cerca del objetivo, pero allí las medidas implementadas por las defensas les imposibilitaron cumplir su misión. La segunda fase de la operación, consecutiva de la primera, consistía en tratar de hacer llegar a la base de Río Grande un avión Hércules con tropas para un golpe de mano tipo Entebbe pero tuvo que ser abortada en un tramo avanzado de su vuelo por no contar con las garantías suficientes que le aseguraran éxito. El tercer intento se trató de cumplir por medio de una incursión de comandos anfibios que tras ser lanzados en botes desde un submarino debían irrumpir en las playas de Tierra del Fuego…” “… La contundente orden emitida desde la más alta conducción política- militar británica fue: ¡Ataquen Río Grande! Pero si bien las medidas tomadas por el gobierno británico para impedir que los agentes argentinos obtuvieran una mayor provisión de Exocet logró un buen resultado, no tuvieron tanta suerte en concretar un ataque contra la base aeronaval de Río Grande desde donde despegaba la 2a Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque y sus temibles cargas, pues ello fue obstaculizado, además de las defensas navales y aéreas, por el accionar de dos unidades de la Armada: la Fuerza de Infantería de Marina N° 1 y la Brigada de Infantería de Marina N° 1. Estas unidades de Infantería reforzaron la seguridad existente en el ámbito interno de la Base, desarrollando un plan de defensa que, entre otras medidas, dispuso utilizar en forma centralizada las armas antiaéreas allí existentes e instalar en el perímetro externo minas de circunstancia intentando conformar, en líneas variables, un contorno oval que debió haber alcanzado, aproximadamente, 12.000 metros de longitud, sin llegar a completarse al final del conflicto. De igual forma y siempre con la idea de ajustar las medidas que ofrecieran una mayor protección a toda el área, parte del personal de la Brigada de Infantería N° 1 fue destinada a reforzar el perímetro de la zona, próximo a la costa, donde se encontraba un radar de la Fuerza Aérea ubicado sobre la ruta nacional Nro.3, entre la localidad de Río Grande y la Misión Salesiana.”

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“…El presente libro contiene el relato de una acción casi inadvertida de la batalla por Malvinas. Es el triunfo de las armas sin proyecciones estruendosas y es un homenaje a todos los efectivos militares, en especial de la nuestra Infantería de Marina que, desde los más recónditos puestos de servicio, posibilitaron con su labor la ejecución de muchas de las más espectaculares hazañas de la gesta.” “En este caso, por mencionar un punto al respecto, dicen que la operación Mikado se malogró: porque el mal tiempo los obligó a abortarla a sólo 70 kilómetros del objetivo. Desde cuándo a los famosos SAS el clima les impide una operación? Claro, lo que les cuesta decir es de qué manera la eficacia de las defensas argentinas les impidieron accionar y cómo debieron huir en condiciones lastimosas hacia una frontera más acogedora. La historia oficial inglesa sobre la Guerra de Malvinas contempla también un episodio, no por cierto novedoso. La colaboración anglo-chilena. Ese tema, de ninguna manera menor, es tratado en uno de los capítulos del presente libro.”

PRÓLOGO DE LOS EDITORES En esta obra se expone el resultado de un trabajo meticuloso de investigación por parte de Jorge Muñoz quien, a través de información oficial argentina, británica y chilena, de libros publicados en Estados Unidos y en Europa, y de entrevistas con los actores de los sucesos, nos ofrece el relato de las operaciones desarrolladas por las fuerzas británicas durante la Guerra de Malvinas con el objetivo de neutralizar los ataques aeronavales argentinos que provenían de la Base Aeronaval Almirante Quijada en Río Grande, Tierra del Fuego. Hasta este momento de dichas operaciones sólo se conocían parcialmente algunos hechos. El principal, el aterrizaje en territorio chileno de un helicóptero Sea King que transportaba comandos británicos y algunas detecciones de blancos radar por parte de unidades navales de superficie y de unidades terrestres. …Aquí se expone el éxito de las fuerzas propias en la defensa de los medios que causaban más preocupación a la Fuerza de Tareas que comandaba el almirante Sandy Woodward: las aeronaves Super Etendard de la Armada Argentina. Nunca se había hablado ni escrito sobre esta operación. Nunca, pese a tratarse de una victoria vernácula, había encontrado un espacio donde se relatara lo sucedido y brindara justo homenaje a los participantes . Habiendo transcurrido más de veinte años de aquellas acciones el Instituto de Publicaciones Navales, ofrece esta obra dentro de un contexto internacional que ha cambiado completamente, en particular en lo que hace a la política exterior argentina… Siempre existe cierto riesgo en este tipo de obra cuando la historia es reciente y los actores pueden acceder a sus páginas. Ha sido producida con toda la información obtenida al hurgar en históricos cajones cerrados. Nada ha sido dejado de lado ni nada se ha agregado. Todo tras el único objetivo de difundir nuestra epopeya y honrar a quienes participaron; sean más, o menos, conocidos; se los mencione más, o se los mencione menos. Si algo no ha llegado a nuestras manos o lo hecho está en una versión diferente, pedimos a quien corresponda nuestras sinceras disculpas; nuestro objetivo es destacar actitudes y no esconder verdades. El éxito ha sido de todos ellos, de los actores en esta obra, y creemos que tiene además el gran mérito de estar sustentado en acciones que no tuvieron la misma repercusión pública que otras, pero que muestran la eficiencia de nuestra Armada en una operación defensiva que pudo forzar a la Armada Británica a cambiar sus planes operativos y seguir sufriendo en silencio la espada de Damocles que significaba la dupla SUE/ Exocet….

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NOTA DEL DIARIO POPULAR, EN SU VERSIÓN INFORMÁTICA, DE FECHA 12 DE AGOSTO DE 2012. Otra “anécdota” contada por uno de sus protagonistas. Quizá, a esta operación de sabotaje se refería Richard Hutchings en su carta, al hablar sobre acciones de comandos en otras zonas. Con respecto al empecinamiento en ocultar los ataques británicos de comandos al continente, lamentablemente esto parece ser así. Tanto los ingleses, como los argentinos los ocultan, quién sabe por qué motivos. Quizá por aquello de la política o geopolítica, estas acciones no eran, como dije antes, militar o políticamente correctas, como para contarlas e incluirlas en la Historia Oficial. El relato de Barcos, de 48 años, casado y padre de dos hijos de 18 y 20, refiere a un detalle al cual la historia oficial de la contienda del Atlántico Sur se empecina en ocultar: los ataques del enemigo al continente en pleno desenlace de la guerra. Barcos, que vivió años con el secreto que las autoridades de la base que defendió lo obligaron a guardar, empezó a sentirse más liberado cuando decidió romper el silencio y desde que encontró en Plaza de Mayo un precario campamento donde había otros ex soldados con historias similares a la suya, pelea más convencido por su reivindicación. “Un día pasé por acá, me enteré de lo que hacían y quise ser parte de esto, ya que también aquí encuentro contención” explicó a HISTORIAS DE VIDA porque, aclaró, aquello que tenía guardado dentro, “no lo contaba por miedo a que nadie me lo creyera”. Lo que este carpintero y lustrador de muebles residente en Merlo que vive de los trabajos ocasionales que consigue en su actividad guardó, es la lucha que entabló junto a un soldado, Alejandro González y el cabo Daniel Bustos en la madrugada del 22 de mayo del 82, en uno de los puestos de guardia diseminados en torno a la base aérea de Comodoro. El ex conscripto clase 63 recordó que como integrante de la Compañía Policía Militar Escuadrón Tropa de la VII Brigada Aérea con asiento en Morón, fue trasladado a Comodoro a 100


poco de iniciadas las hostilidades. En una de las guardias junto a su compañero González, percibió una serie de movimientos extraños, casi imperceptibles, indicadores que algo estaba mal. Medianoche agitada

“Era medianoche y la visión que teníamos en el puesto era amplia. Mi compañero González me dijo que había visto moverse algo y de hecho, a los minutos se nos apareció un tipo todo vestido de negro, con ropa ceñida al cuerpo, pasamontañas, equipo de visión nocturna y un cuchillo, que se abalanzó sobre González. Yo le vi los ojos –apuntó- y en segundos, como doce o catorce más subían por la colina en la que estábamos. Ya disparaban y entonces con mi fusil barrí la zona porque eran un montón y se los veía por todos lados. Enseguida -dijo- llegó la patrulla nuestra que tiró bengalas para iluminar la oscuridad”. “Delante nuestro habían quedado tirados dos de los atacantes, uno no sé si estaba vivo, a quienes los cargaron en un camión y se los llevaron” precisó, para luego detallar las casi seis horas de presión que en el mismo puesto oficiales de la base ejercieron sobre Barcos y González para que no contaran a nadie la acción que habían protagonizado.”

Muy probablemente la acción relatada por este protagonista, tenga que ver con la detección de los helicópteros enemigos la noche del 22 de mayo y que ya fuera descripta por mí, exponiendo inclusive, la página del Diario de Guerra de la Brigada de Infantería Mecanizada XI, donde consta tal alerta. (Ver página 64). También quedó asentada en el Diario de Guerra del Comando del Centro de Información y Control de la Fuerza Aérea, pero no poseo el Diario de Guerra.

Aquí, la anotación en el Libro de Guerra y un mapa realizado a fin de conocer geográficamente la zona citada, en los alrededores de Comodoro Rivadavia.

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Esta nota, del Diario Clarín, extraída de la página web de www.fundacionmalvinas.org.ar, con fecha original de publicación del 2 de abril de 2002, no tiene mucho que ver con el tema tratado en este libro. Pero en mi búsqueda de información bibliográfica la encontré y decidí colocarla aquí, como muestra de la forma en que los gobiernos de turno de nuestro país han estado tratando, sistemáticamente, a nuestros HÉROES DE MALVINAS. Da asco y revuelve el estómago ver que un HÉROE de nuestra guerra de Malvinas, con la más alta condecoración “ La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate”, 20 años después de la guerra, se encuentre en esta situación. Espero sinceramente, de corazón, que en los pasados 11 años, su situación haya cambiado y se le compensara a este SOLDADO la entrega y sacrificio que realizó en Malvinas. Aquí va el reportaje. Aguántense las lágrimas….

EL SOLDADO MÁS CONDECORADO DE MALVINAS VIVE EN LA POBREZA Y NO TIENE TRABAJO Creado el Viernes, 21 Enero 2011Publicado por Roberto Briend

Por Alberto Amato. De la redacción de Clarín.

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Peleó en el monte Dos Hermanas. Detuvo, solo y durante horas, el avance inglés. Salvó a parte de su compañía. Como muchos de los veteranos, vive en el olvido y la indiferencia. Me ahogo. Qué querés. No puedo seguir (Seca sus lágrimas) Por esta casa, que, mirála, todavía está en parte sin techar, que me dieron con dos piezas y una cocinita donde había que entrar de costado, el resto lo hice yo, todo lo demás lo agrandé yo, por esta casa la municipalidad de General Rodríguez me pide ahora que pague una deuda de tres mil pesos. ¿De dónde saco yo tres mil pesos, si no trabajo desde hace tres años? Para la sociedad, nosotros, los veteranos de guerra, es como que no existimos. Oscar Poltronieri es el máximo héroe civil, vivo, que tiene la Argentina. Lo certifica una medalla conformada por una Cruz de Malta en la que brilla, ya apenas, un Escudo Nacional y la leyenda "La Nación Argentina al heroico valor en combate" Sólo doce condecoraciones de ese tipo fueron entregadas luego de la guerra de Malvinas. Poltronieri es el único soldado que la recibió pero ya ni siquiera la luce. La guarda, junto a muchas otras medallas, en una vieja y oxidada lata que bien pudo contener té, tuercas o hilos de hilvanar refajos: poco puede leerse entre la escarcha saltada del esmalte rojo de la tapa y el indescifrable idioma alemán. Pero es seguro que la latita no fue diseñada para contener las medallas de un héroe de guerra. En un momento pensé en venderlas. A todas. No sabía cuánto me podían dar. Pero yo necesitaba la plata. Después no lo hice. Antes preferí pasar la vergüenza de ir a pedir por los trenes. Pero dejé porque me decían: "Andá a pedirle a Galtieri...". Uno de los máximos héroes no militares de la guerra de Malvinas vive hoy en la pobreza más extrema. Su casa, la número siete, se tambalea sobre una calle de tierra (que se convierte en un barrial cada vez que el cielo se lo propone) en General Rodríguez, muy cerca de La Serenísima, donde Poltronieri trabajó diecisiete años. Su caso sea tal vez el más paradigmático, pero no es el único de entre miles de veteranos de guerra que viven hoy olvidados, marginados, desamparados, hasta despreciados por una sociedad que festejó el inicio de la guerra con el siempre sospechoso exitismo de los aludes a la Plaza de Mayo, y miró para otro lado después de la rendición de Puerto Argentino, el 14 de junio de 1982. La mirada al costado dura ya veinte años. Poltronieri era un soldado analfabeto cuando fue a combatir a Malvinas. "No leo las letras, señor, decía hace veinte años. Pero ahora voy a ir a la escuela". Hoy, al menos, sabe firmar. Pero todavía pelea con aspereza con las palabras, que apenas si le alcanzan para describir su impotencia: Poltronieri casi no tiene palabras, con tanto que tiene para decir. Los fundamentos por los que le dieron la distinción más alta que duerme su sueño oxidado en la lata donde Poltronieri atesora sus recuerdos en su casa sin techo, eran contundentes: "Por haberse convertido en un ejemplo para sus camaradas", decía una frase. Otras decían que Poltronieri había tenido espíritu de lucha, sencillez, arrojo, que se ofreció como voluntario para misiones riesgosas y que en combate en los montes Dos Hermanas y Tumbledown "operó eficazmente una ametralladora, deteniendo ataques enemigos. Fue siempre el último en replegarse, resultando sobrepasado en ocasiones por los ingleses. Dos veces se lo tuvo por muerto, pero logró reunirse siempre con su sección." La realidad, siempre más dramática que los argumentos, dice que Poltronieri salvó la vida de cerca de ciento cincuenta de sus compañeros.

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Yo estaba en el monte Dos Hermanas. Adelante nuestro estaba el regimiento 4 de Corrientes. Al costado teníamos al Regimiento de Infantería 7 de La Plata. Lo pasábamos todo el día en la trinchera. A veces bajábamos del cerro para matar un par de ovejas, sancocharlas así nomás y comerlas. Cuando venía un compañero de curso del Teniente que me mandaba a mí, que se llamaba Llambías Pravaz, yo le pedía los binoculares y él me los prestaba Así vi cómo que desembarcaron los ingleses. Pasaron unos días desde el desembarco hasta que llegaron adonde estábamos nosotros. Tomaron todo a las corridas. Los gurkas mataron a un montón del regimiento 4 de Corrientes. Y a nosotros nos rodearon así, en forma de medialuna. Yo estaba arriba, en el monte, cuando los veo, serían las cinco o las seis de la mañana, en medio de la neblina. Allí matan a tres o cuatro de los soldados nuestros, todos cerca mío: a uno que tiran un morterazo que cae cerca mío y una esquirla le vuela la tapa de la rodilla, limpita, y se desangra, cuando llega al hospital de Puerto Argentino llega desangrado. A otro una esquirla le da en la espalda. Y a otro que trepa un poco el monte para montar la ametralladora también lo bajan con una ráfaga de ametralladora. Ese era Ramón, que era amigo mío. Yo pensé que si lo habían matado a él me iban a matar a mí también, ¿por qué me iba a salvar? A mí me dio como un ataque de locura y empecé a sacudirles con la MAG, que es una ametralladora pesada. Mi abastecedor estaba cansado de ponerle las cintas de balas a la MAG, pero yo seguía tirando. Eran como las nueve de la mañana.

Las balas me pasaban cerquita: a las trazantes se las veía clarito. El Subteniente me decía: "Vámonos Poltronieri, que te van a matar..." Pero yo le decía que se fueran ellos. Porque yo sabía que el Sargento Echeverría había tenido familia en esos días. Entonces les dije: Váyanse ustedes que tienen hijos, que tienen familia. Yo no tengo a nadie...". Poltronieri tiene cuatro hijos. Se casó en 1989 con Alejandra Viviana Carrizo. Después llegaron Jonathan Oscar (11) Melina Judith (9), Lucas Hernán (7) y Matías Sebastián (4). Boquenses irredimibles, los varones amasan su sueño de jugar alguna vez en la Bombonera en el piso de tierra de la cocina de la casa, donde cabecea una mesa simple de madera basta y dos bancos largos y toscos. Poltronieri nació en Mercedes y en el regimiento de esa ciudad, el 6, General Viamonte, hizo la hoy abolida "colimba". Le faltaba un día para salir de baja cuando fue embarcado hacia Malvinas. Llegó a Puerto Argentino el 13 de abril en un avión de línea, sin asientos, con dos centenares de soldados. Me acuerdo de que el Capitán del avión nos habló, nos dijo que lo único que podía hacer por nosotros era traernos comestibles; que todo lo que habíamos aprendido en el cuartel teníamos que desarrollarlo en las islas. Que a él le gustaría estar con nosotros. Y se largó a llorar el tipo. Allí nos dimos cuenta de que la cosa iba en serio, porque el tipo se puso a llorar. Tan en serio iba la cosa que casi un mes después Poltronieri estaba solo, con una ametralladora pesada, disparando sin cesar contra el enemigo. Aún hoy, cuando recuerda el combate, vuelve a la misma posición de aquel día, mientras ciento cincuenta de sus compañeros se replegaban hacia Puerto Argentino, amparados por su decisión de morir allí para salvarlos. Los tipos venían cantando, tirando al aire, como de paseo... y bien chupados. Así que no le di bolilla al Teniente y me quedé esperando que mi Compañía se replegara. Hasta que se me acabaron las balas y empecé a repechar para Puerto Argentino. Llegué a la tarde adonde estaba el batallón de Infantería de Marina 5. Les pregunté si sabían dónde estaba el 6 de Mercedes, porque yo quería juntarme con los míos. Me dijeron que cerca del cementerio, que era el punto de reunión. Cuando me vieron no lo podían creer: me habían dado por muerto. Allí me enteré de que se habían rendido a las diez de la mañana. Y recién como a las tres de la tarde nosotros habíamos dejado de combatir. Cuando vimos la bandera blanca colgada en el mástil, la mayoría nos largamos a llorar. La otra guerra de Poltronieri y de sus compañeros ex combatientes de Malvinas empezó cuando volvieron al continente. Nos llevaron al Hospital Militar, nos dieron de comer y nos tuvieron hasta el otro día, nos tomaron los datos, hicieron una planilla y mis propios compañeros me propusieron para la medalla. Después a nadie le importó nunca nada de nosotros. Cuando vinimos, no había nadie que nos esperara. ¿Sabés quiénes sí estaban?

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Los chicos y los maestros de entonces. Cuando nos traían a Mercedes, al costado de la ruta, por cada pueblito que pasábamos, allí veías un montoncito de chicos con sus guardapolvos y su banderita argentina, sus maestros y sus maestras. Gentes particulares no había. Nos trajeron escondidos: les debe haber parecido una vergüenza esa derrota nuestra. Como muchos otros veteranos, el héroe condecorado el 04 de abril de 1983 vivía sin trabajo. Consiguió uno, de casualidad, en 1985. No nos decían nada, pero a los veteranos nos tenían apartados. Entré a trabajar a La Serenísima gracias a Juan Carlos Mareco, que estaba en Canal 7. Estuve allí diecisiete años hasta que cambiaron de dueños y quisieron que me fuera para contratarme. Pero no acepté. Eso fue en diciembre del 94. La Municipalidad me dio una casa y me descuentan parte de un préstamo que nos dieron, de la pensión que recibimos por veteranos de guerra. Nos prometieron no pagar impuestos, luz, gas, trabajo, becas de estudio, viviendas... Nada de eso se cumplió. No trabajo desde el 99. Ahora el Ejército dijo que me iban a contratar como personal de maestranza en Campo de Mayo. Encontrar trabajo es difícil: si no decís que sos veterano y lo descubren cuando ya entraste a trabajar, te echan. Y si decís que sos veterano, no te llaman. La sociedad nos da la espalda porque perdimos la guerra. Pero si hubiésemos ganado sería igual. En este país se olvidaron de lo que hicimos. Y deberían recordar que pusimos el pellejo, y muchos compañeros lo perdieron, por nuestros padres, por nuestros hermanos. Pero pedís algo y te cierran la puerta. No se acuerdan del veterano. Y a los cuarenta años, si yo tuviera que volver, volvería. Los hijos del héroe que vive en la pobreza, y que acaso algún día venda por nada esas medallas que guarda en una caja oxidada de lata, cuentan un secreto: papá apenas soporta el estallido de los cohetes cada fin de año, desde hace ya dos décadas. Fuente: Diario Clarín. Publicado el 02 de abril de 2002

Realmente, es para derramar lágrimas de BRONCA, esto no es más que una muestra del Proceso de Desmalvinización que se venía realizando desde que terminó la Guerra. Y que aún sigue.

Pero, volviendo a nuestro tema, veremos una nota periodística publicada por el Diario Popular con fecha del domingo 11 de abril de 1982, en la que se informa sobre el “…impresionante aparato defensivo…” que las tres fuerzas armadas estaban desplegando en las costas patagónicas. Una pregunta… Estas no son Acciones Bélicas ? Los soldados, aviadores y marinos que componían este Despliegue Estratégico Operacional, no estaban participando de la Guerra ? ¿Acaso no estaban en Zona de Guerra ? ¿No estaban realizando operaciones de guerra? Aquí el artículo :

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Si leemos con detenimiento el artículo titulado “ Para enfrentar eventuales agresiones”, en una parte dice textualmente “ …esa fuerza (Ejército) tomó las previsiones “para enfrentar eventuales acciones de agresión sobre el Litoral Atlántico” argentino. En fin, zona de guerra … “ Han sido tomadas disposiciones operacionales para la organización y ejecución de una adecuada acción defensiva en el área de Malvinas y previsiones de igual naturaleza para enfrentar eventuales acciones en el Litoral Marítimo”. Del Comando en Jefe del Ejército.

Capítulo 8 Aquí, tenemos otro artículo, esta vez del Diario Clarín, con fecha 30 de abril de 1982, titulado “ ESTADO DE GUERRA EN EL ATLANTICO SUR”, y se refiere a las ejercitaciones militares que se llevaron a cabo en Comodoro 106


Rivadavia y otras localidades del Litoral Marítimo, como medida preventiva ante un enfrentamiento bélico con Gran Bretaña, que se considera inminente. Esta “medidas preventivas” no son operaciones de guerra ?

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Aquí hay un mapa, del cual perdí las referencias, en el que se muestra el despliegue de las bases de la Fuerza Aérea Argentina, tanto en las Islas Malvinas, como en la Zona de Despliegue Continental, en la Patagonia Argentina. Es un mapa muy completo, incluso en él se consignan las distancias de cada BAM hasta las Islas Malvinas y además, se detalla qué escuadrón, y qué tipo de aviones se encontraban destinados a cada base en particular. Supongo que este mapa debe venir del Blog ” Mis vivencias en la Guerra de Malvinas”, de José Luis Martínez, ya que el posee muchísima información y fotos de la Fuerza Aérea Argentina, que fue recopilando mientras estuvo destinado a la BAM San Julián durante la guerra, y otra que habrá recogido a lo largo de los años. José Luis Martínez, es un veterano de Guerra reconocido por la Fuerza Aérea Argentina, en una de sus categorías. Y, aunque no cobra Pensión de Guerra, muy merecida por cierto, posee medalla y diploma extendidos por la FAA, “ A los Combatientes”… Los colocaré a continuación y espero que el camarada no lo tome a mal. Es un homenaje que deseo rendirle humildemente desde aquí en agradecimiento a su esfuerzo en pos de la causa Malvinas. Se puede decir que don José Luis es un Malvinizador de aquéllos… Gracias, José Luis, te mando un saludo desde aquí, e invito a mis lectores a ver tu Blog para conocer, de primera mano, la actuación de la Fuerza Aérea Argentina en nuestra Guerra de Malvinas.

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Y ahora, el mapa prometido, que muestra toda la Zona de Guerra, incluida la Zona de Despliegue Continental y sus bases aĂŠreas.

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Encontré un Blog, muy interesante, que trata muchos y diversos temas. Su autor es Carlos Alberto Santostefano. Voy a “robarle” algunas fotos muy interesantes que tiene y por ahí, alguna información. Como cito la fuente y este humilde libro será publicado en internet, sin fines de lucro, espero que no lo tome a mal. Muchas gracias, Carlos, por tus aportes a la Historia.

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Helic贸ptero Sea King . Nuestra Sra. De Luj谩n.

Avi贸n Super Etendard de la Armada Argentina 112


TOAS, O NO TOAS… VETERANOS DE GUERRA O NO ? SÍ, TOAS. SI, VETERANOS DE GUERRA. Lindo título, para empezar a describir, con pruebas que la Zona de Despliegue Continental era parte del TOAS en 1982. Aclaro que en 1982, porque años después, y políticos mediante, la Patagonia Argentina dejó de ser parte del TOAS. Y los soldados que allí cumplieran Misiones de Guerra, dejaron de ser Veteranos de Guerra. Debemos considerar que la Guerra de Malvinas fue iniciada por militares, durante un gobierno militar, todas las operaciones de guerra fueron llevadas a cabo por militares, y fueron militares los que impartían las órdenes hasta su finalización. Por lo tanto, y si nos ceñimos al RIGOR HISTÓRICO, los Militares, y SOLAMENTE ellos, son los que pueden afirmar si la Patagonia fue parte del TOAS y zona de guerra, y las tropas movilizadas y acantonadas allí, son Veteranos de Guerra. (N. del A.: Y lo han hecho). PERO, CUIDADO, me estoy refiriendo a LOS MILITARES que cumplían funciones durante la guerra, en el año 1982. No a los que han estado supeditados a los diferentes gobiernos democráticos de turno desde la vuelta de la Democracia. Todos sabemos que los MILITARES DEMOCRÁTICOS sólo responden a su Comandante en Jefe, el Presidente de la Nación, un POLÍTICO, y, también sabemos que los Políticos atienden más a sus propias conveniencias que a las del PUEBLO.

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Por este motivo, años después de terminada la guerra, surgieron decretos que modificaron las leyes, según conveniencias de los Políticos de turno, dejando a todos los soldados de la Zona de despliegue Continental, fuera de las leyes para Veteranos de Guerra. Yo, no hago caso a esos políticos, ni a los militares de esas épocas, de después de la guerra, que cambiaron los hechos para su propia conveniencia o por obedecer órdenes. Yo creo en los militares de 1982, creo, como decían ellos en la época de la guerra, que la Patagonia formaba parte del TOAS, y que los soldados que cumplían Órdenes de Operaciones allí, eran Veteranos de Guerra. Y, a las pruebas me remito. Como verán abajo, en MI certificado, expedido por el Tte. Primero Regalini, Jefe de la Batería B del Gada Mixto 602 de Mar del Plata, consta que formé parte de las dotaciones movilizadas al TOAS. Dicho certificado fue confeccionado en el año 1982, a poco de que yo regresara de la BAM San Julián, en la provincia de Santa Cruz.

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Ustedes creen que, al Tte 1° Regalini, Jefe de la Batería B del Gada Mixto 602, algún político de turno debería decirle que se equivocó, que no sabía a dónde mandó las tropas a su cargo?... YO CREO QUE NO !!! En persona, vi un certificado, ahora perdido, de un compañero que estuvo en San Julián conmigo, certificado copia del mío, pero firmado por el Teniente Coronel Felipe Mataloni, Jefe del Gada Mixto 602, y sé de la existencia de otros. A VER, UN POLÍTICO POR AHÍ !!! Para explicarle al Teniente Coronel a dónde mandó a sus soldados y cañones !!! El Jefe del GADA Mixto 602 no lo sabe !!! Disculpen la ironía latente en mis afirmaciones, pero no puedo evitarlo, y, si bien dicen, para muestra basta un botón, veamos cuántos botones tengo en la manga.

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Como verán, es, REGIMIENTO DE MARTÍN”.

nada menos, que el LIBRO HISTÓRICO GRANADEROS A CABALLO “GENERAL

DEL SAN

En la página presente, N° 49, se consigna: Jueves 24. Punto 2:

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REGRESO DEL ESCUADRÓN “PRINGLES”, PROCEDENTE DEL TOAS (COMODORO RIVADAVIA). En la página siguiente, la N° 48, el lunes 21, dice textualmente:” REGRESO DEL PERSONAL DEL TOAS.” Con fecha 21 jun 82 regresó del TOAS (Comodoro Rivadavia) el siguiente personal del Esc. Pringles”

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Otro “botón”. Página N° 47 del mismo Libro Histórico: Textual “ domingo 13. 1. REGRESO DE PERSONAL. Proveniente del TOAS (Comodoro Rivadavia) regresó a la unidad, por modo aéreo, el Cabo 1ro…” Si se lee con cuidado las páginas presentadas, se verá que el personal que regresa de Malvinas, es consignado aparte, con la aclaración “regreso de Malvinas”. Por lo tanto, y, hasta ahora, hemos visto que Comodoro Rivadavia y Puerto San Julián eran parte del TOAS EN 1982.

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A ver, otro Político, o un Militar “moderno” por acá!!! Para informarle al Jefe del Regimiento de Granaderos a Caballo de dónde regresaron sus tropas !!! A continuación, otro “botón”. El certificado extendido por El HONORABLE CONGRESO DE LA NACIÓN A LOS COMBATIENTES, LEY 23118. Fue extendido a José Luis Martínez, por su participación en la Guerra, desde la Bam San Julián en Santa Cruz. Como ven, habla de COMBATIENTES y está fechado en 1990. ¿QUÉ PASÓ LUEGO? ¿DEJAMOS DE SER COMBATIENTES? ¿NI SIQUIERA “VETERANOS DE GUERRA”?

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Aquí voy a presentar diferentes páginas del Libro Histórico del Grupo de Artillería 101, GA 101, de 1982. Esta es la tapa del libro, para avalar dicha documentación.

Como veremos en la página siguiente, con fechas 16, 17 y 18 de abril de 1982, el día 17 se consigna textualmente: “ La Unidad recibe la orden de marchar hacia el TOAS …” Día 18 de abril: “ La Unidad inició la marcha con destino al TOAS con personal y material” 120


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En la siguiente, se anota el derrotero llevado a cabo por el GA 101 a fin de llegar a su lugar de ACANTONAMIENTO. Llega a Comodoro Rivadavia el 24 de abril, luego a Caleta Olivia, el 30 de abril, y el 1° de mayo reciben la orden de marchar a la localidad de Luis Piedrabuena. “2 de mayo: El GA 101 arribó al G 11, con asiento en la localidad de Cte. Luis Piedrabuena”. “4 de mayo: La Ba a realiza una marcha táctica a efectos de entrar en posición y realizar un tiro de ejercicio, una vez culminado el ejercicio, que fue de resultados positivos, se dirigió hacia el lugar de acantonamiento de la Unidad. Como vemos el GA 101 entró en posición, realizó tiro de ejercicio y fue acantonada en la localidad de Cte. Luis Piedrabuena.

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En esta página, la N° 30, se observa claramente que el día 20 de junio, el GA 101 participa de la formación para el juramento a la bandera por parte de los soldados de la clase 63 en la localidad de Cte. Luis Piedrabuena. De esta forma, con Información y Documentación Oficial, queda perfectamente claro que la localidad de Cte. Luis Piedrabuena, localizada en la provincia de Santa Cruz, también formaba parte del TOAS. Habrá algún politiquillo por ahí, para decirle al Jefe del Grupo de Artillería 101 que sus tropas NO fueron desplegadas al TOAS; que no estaban en zona de guerra ? O aceptaremos la palabra del 2do Jefe de Unidad de aquella época ?

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Última hoja del citado Libro Histórico, firmada por, según sello, 2do Jefe Grupo Artillería 101.

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CAPÍTULO 9 A continuación, expondré algunos mapas de la zona del TOAS, EN 1982, en los que se verá que la ZONA DE DESPLIEGUE CONTINENTAL FORMABA, EN AQUELLA ÉPOCA, PARTE DEL MISMO:

MAPA DE LA ARMADA. AREA DE OPERACIONES TOAS. LA ZDC FORMA PARTE DEL MISMO.

MAPA DE LA PÁGINA OFICIAL DE LA FUERZA AÉREA ARGENTINA. COMO PODEMOS OBSERVAR, LAS BASES AÉREAS DEL CONTINENTE FORMAN PARTE DEL MISMO. NO PODRÍA SER DE OTRA MANERA YA QUE, DESDE ESTAS, DESPEGABAN LOS AVIONES A BOMBARDEAR LA FLOTA ENEMIGA.

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Ahora, algunos mapas que muestran las Operaciones de Combate de la Fuerza Aérea Argentina, sobre la zona de Malvinas. Como puede verse, las aeronaves despegaban exclusivamente de la Zona Continental, en la Patagonia Argentina.

ESQUEMA DE LA OPERACIÓN DE ATAQUE AL HMS INVINCIBLE. LAS AERONAVES PARTIERON DE RÍO GRANDE Y RÍO GALLEGOS.

Otros ataques a la flota enemiga, con salida de aviones Super Etendard desde la Base Aeronaval de Río Grande.

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RECORTE DEL DÍARIO CLARÍN, DE FECHA 15 DE JUNIO DE 1982. UN DÍA DESPUES DE FINALIZADA LA GUERRA. EN EL MISMO SE INFORMA QUE EL JEFE DE LA FUERZA VISITÓ LAS BASES DEL TOAS, UBICADAS EN EL SUR DE NUESTRO PAÍS. ES DECIR LA ZONA DE GUERRA EN LA QUE ESTABA CONVERTIDA LA PATAGONIA EN ESE MOMENTO.

Alguien podrá decir que la información citada es dada solamente por un periodista, que no es una versión oficial… Sin embargo, hay que recordar que toda información periodística estaba, en aquellos tiempos, controlada estrictamente por los militares, por lo tanto, quien dictó la información, por la parte militar, sabía de lo que hablaba. El jefe de la Fuerza Aérea regresó del TOAS. Esto es la Patagonia Argentina, sin dudas. 127


En el mapa de la presente página, ( agradezco a quien lo realizara), se pueden ver los contactos con naves enemigas en la zona de guerra de la Patagonia argentina. En el mismo, se sigue el raid del submarino HMS Esplendid, muy cercano a nuestra costa, y el avistamiento y contacto de un helicóptero Sea King británico en la zona de Puerto Deseado.

También, confirmamos así, que dicha zona era Zona de Operaciones de Guerra de la flota enemiga.

Mas certificados que demuestran que Comodoro Rivadavia, y las demás localidades del Sur, formaban parte del TOAS EN 1982. Aquí, copias de los Diplomas de Jura de la Bandera, del 20 de junio de 1982. Vean con detalle y observaran que dicen que prestaron juramento a la bandera “ EN EL TOAS”. Y más abajo, están fechados en Comodoro Rivadavia. 128


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A VER OTRO POLÍTICO POR ACÁ, QUE LE INFORME AL JEFE DE ESTAS TROPAS QUE NO ESTABAN EN EL TOAS.

A CONTINUACION UN MAPA DEL TOAS, QUE EXPLICA CUÁL ERA LA ZONA DE GUERRA EN 1982. COMO VEREMOS,

TAL

MAPA

LLEGA

HASTA

LA

COSTA

ARGENTINA, Y AHÍ TERMINA… ES SENCILLAMENTE RÍDICULO, YA QUE DEJAR AFUERA DEL TEATRO DE OPERACIONES

DE

GUERRA

A

LOS

PUERTOS

DE

ABASTECIMIENTO DE COMBUSTIBLE Y MUNICIONES DE LA FLOTA DE MAR, Y SOBRE TODO LAS BASES DE 130


LA FUERZA AÉREA Y AERONAVAL, QUE SON LAS QUE MÁS

DAÑO

CAUSARON

AL

ENEMIGO,

MAS

QUE

RÍDÍCULO ES CAPCIOSO, POR USAR UNA PALABRA “ DECENTE”. HABRÍA QUE PREGUNTARLES A LOS MILITARES DE 1982 COMO HUBIERAN PODIDO COMBATIR EN LA GUERRA, SIN EL APOYO Y PARTICIPACIÓN DE LAS FUERZAS DESTACADAS, DE LAS TRES ARMAS, DESDE EL CONTINENTE.

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AquĂ­, en este otro mapa, se muestran las Unidades desplegadas en la frontera con Chile, a fin de crear un segundo frente de defensa, segĂşn orden emanada del Presidente de la NaciĂłn, que ya fuera citada anteriormente.

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CAPÍTULO 10 A continuación veremos algunas páginas del libro “Malvinas, Ellos También Combatieron”, escrito por el entonces Primer Teniente Guillermo Sabino Posadas, quién se desempeñó como Jefe de Mantenimiento del II Escuadrón Aeromóvil en la BAM San Julián. ACLARACION DE www.radarmalvinas.com.ar El siguiente relato se encuentra en el sitio www.malvinas.falklands.tripod.com, en donde usted puede leerlo directamente en su formato original y acceder al resto del sitio. Copyright © 2008 GUILLERMO SABINO POSADAS Es el libro Malvinas, Ellos También Combatieron, escrito por el entonces Primer Teniente Guillermo Sabino Posadas, quien se desempeñó como Jefe de Mantenimiento del II Escuadrón Aeromóvil Dagger en la BAM San Julián. A efectos de preservarlo como documento histórico para el caso en que el archivo original o el sitio que lo contiene no figurasen más en internet, a continuación se ha realizado una copia. Puede comprar el libro completo con fotos en esta página web: http://www.bubok.com/libros/2383/MALVINAS. ELLOS TAMBIEN COMBATIERON‐ HISTORIA‐DEL‐II‐ESCUADRON‐AEROMOVIL‐DAGGER Esta historia la escribí para rescatar del olvido al sufrido Personal Técnico de todos los Escuadrones Aeromóviles que lucharon gallardamente, para posibilitar los triunfos y la gloria de las alas argentinas durante la Batalla por las Islas Malvinas. ……….. CAPITULO II EL DESPLIEGUE “El 5 de abril por la tarde comenzaron a llegar los aviones de transporte C-130 y Boeing 707que llevarían el equipo de apoyo, repuestos y al personal. El I Escuadrón Aeromóvil Dagger desplegaría a Río Gallegos; el II Escuadrón -el nuestro- lo haría a Comodoro Rivadavia.”… …” Sin embargo, me di cuenta que, por la tarea que nos esperaba y si llegábamos a la guerra, íbamos a ser insuficientes, había especialidades en las cuales venía un solo hombre. En fin, la guerra aún estaba lejos, casi ni creíamos que llegara a desatarse, pero, ¿vendrían los ingleses a quitarnos las Islas nuevamente?. Así transcurrieron las horas de vuelo y antes dela medianoche estábamos llegando a la IX Brigada Aérea, en Comodoro Rivadavia, Provincia de Chubut, a aproximadamente 1.500 Km de nuestra base de origen. Pensé que al día siguiente llegarían los aviones y en como hacer para que todo estuviera preparado al arribo de los mismos. Lo que mas me preocupaba era que al aterrizar, trajeran novedades, ya que la orden era tener los aviones en servicio las 24 horas y si llegaban fuera de servicio, sumado a que teníamos que instalarnos en la Brigada, íbamos a tener que multiplicarnos para poder tener todo listo en el menor tiempo posible, estaba en estas cavilaciones, cuando sentí el toque del avión en la pista, comenzaba la tarea. Una vez que descendimos del Boeing, le dije al S.M. DANIEL ALVAREZ que, cuando todo el equipamiento fuera descargado, se controlara que no faltara nada, se lo dejara en la Terminal de Carga y que el personal se reuniera en el Casino de Suboficiales para esperar ordenes.

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LA FUERZA AEREA SUR En la IX Brigada Aérea se estableció entonces el Comando de la Fuerza Aérea Sur, al mando del Brigadier Ernesto CRESPO, a partir del día 7 de abril comienzo a trabajar en forma coordinada con el Vicecomodoro Belarmino FERNANDEZ y el Mayor CASTRO, que eran los responsables de la logística de las operaciones, en el Estado Mayor….

……. EL PERSONAL Hasta el día 18 de abril continuamos con los vuelos de adiestramiento de combate y reconocimiento a las Islas, el personal técnico trabajaba arduamente en la puesta en servicio de los aviones, el alistamiento para reducir los tiempos entre una y otra misión era nuestra obsesión. Aquí debo destacar la labor desarrollada por los mecánicos de primera línea y por los mecánicos de armamento, cariñosamente llamados "armeros", a cuyo cargo estaba el Suboficial Ayudante UBALDO QUIROGA, realmente eran muy pocos por la tarea a desarrollar que comenzaba por la descarga de las bombas, espoletas y municiones desde los camiones que hacían de polvorines móviles, el armado y preparación de las bombas, el cargado de los chasis cañón con munición de 30 mm, la colocación de las bombas en los portabombas e inspección de los mismos. Toda esta tarea se realizaba con un riesgo muy alto, ya que muchas veces se trabajaba desde temprano en la madrugada o hasta altas horas de la noche y solo alumbrados por linternas, viéndolo a la distancia puedo decir que en ese momento estábamos trabajando en condiciones ideales en comparación de lo que vendría luego. El personal técnico trabaja en forma excelente, con un gran espíritu de sacrificio. Este día 18, en una reunión con la asistencia de todos, Suboficiales y Civiles, felicito por su labor a la gente de Apoyo Terrestre y a los electricistas, especialmente al Cabo MIGUEL BISTOCO. Los aviones comienzan a vencerse por horas de vuelo, por lo que solicito al Comodoro PEDRO MARTINEZ me autorice a hacer en campaña las inspecciones "V", estas son inspecciones menores cada 60 horas de vuelo; se accede a ello y de esta forma el escuadrón pasa a ser aún mas autónomo. CAPITULO III EL REDESPLIEGUE A LA BASE AEREA MILITAR SAN JULIAN El 19 de abril, la dotación de aviones se completó con el C-404, que llegó de Tandil aproximadamente a las 16:30 hs.. El Mayor SAPOLSKY me había dicho que se estaba por efectuar un redespliegue del Escuadrón, pero no sabia donde ya que se estaban evaluando las alternativas. El problema de nuestra ubicación era que la autonomía de los Daggers, daba muy justa y en caso de tener que combatir no podrían regresar al continente, ya que la distancia entre Comodoro Rivadavia y las Islas es de aproximadamente 720 Km. Durante esa mañana el Mayor me llama para comunicarme que se había decidido nuestro redespliegue a la BASE AEREA MILITAR SAN JULIAN (SJU), y que nos trasladaríamos con un avión Guaraní GII hasta esta Base a fin de ver que facilidades, equipos y suministros podíamos tener. El vuelo resulto muy accidentado, ya que en esta época del año la meteorología es muy mala, con fuertes vientos y nevizas, pero a media mañana estábamos aterrizando sin novedad. San Julián es una pequeña ciudad ubicada en la costa atlántica de la provincia de Santa Cruz, a aproximadamente 380 Km al sur de Comodoro Rivadavia y a unos 670 Km de las Islas. Su gente es muy amistosa y nos atendió muy bien, haciendo que nos sintiéramos muy cómodos. El problema, que creo mas serio de esta ciudad es la escasez de agua potable, problema que tuvimos que sobrellevar durante toda la campaña que pasamos allí. …………… LOS VUELOS DE ENTRENAMIENTO Y TRASLADO La actividad de vuelo, práctica de bombardeo y tiro continuaba sin descanso. desde el día 21 al 25 de abril, mantuvimos la dotación completa de 6 aviones en servicio. Contábamos con 12 soldados que nos servían de apoyo, sobre todo para la sección armamento, debo decir que hasta ese momento se comportaban magníficamente. Una tarde me pongo a conversar con ellos y me comentan que hay problemas con la merienda y que no les habían pagado el viático, consecuentemente no podían comprar papel y sobre para escribir a sus familiares. El mismo problema lo teníamos los oficiales y suboficiales, ya que la unidad no disponía de suficientes recipientes como para llevar la merienda a los Bunkers y por otro lado no llegaban los viáticos, así que decidimos hacer una especie de colecta entre nosotros y reunimos 250.000.= pesos para la compra de lo que nos estaba haciendo falta. El 24 de abril teníamos los 6 aviones en servicio, listos desde temprano con 3 tanques auxiliares de 1300 litros cada uno, pero no hicimos ningún vuelo ya que comenzamos con los preparativos… …….

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LAS FRANJAS AMARILLAS Por la tarde me dan la orden de pintar franjas amarillas de 1 metro de ancho en las alas de nuestros Daggers, arriba y abajo y en el empenaje, a efectos de que nuestra Artillería Antiaérea reconociera los aviones. En esa tarea estábamos cuando el Vicecomodoro LLABRES me llamó pues teníamos que ir a ver al Jefe de Base, allí reunidos con otros oficiales nos informaron que la Base podía ser atacada por comandos ingleses o por bombarderos Vulcan.

EN ALERTA Son las 15:15 hs.: recibo la orden de colocar bombas a los aviones para realizar una salida para atacar a la flota, que ya se encuentra muy cerca, la actividad vuelve a su punto máximo. A las 19:00 hs. la noche comienza a hacerse mas oscura y de pronto llega la orden inesperada, "¡¡Sacar las bombas y misiles de los aviones de inmediato, vienen los Vulcan a bombardear la Base!!"... Rápidamente nos ponemos a realizar esta tarea... no habían pasado 15 minutos cuando veo que los pilotos vienen a la carrera a los aviones y el Mayor me ordena que prepare la puesta en marcha ya que los bombarderos ingleses estaban poco mas de 40 minutos del blanco... es decir de nosotros... los aviones replegarían a Tandil de inmediato. Seguíamos sacando bombas y misiles los aviones uno a uno iban encendiendo sus motores y en medio del ruido infernal de los reactores, continuábamos trabajando. De pronto veo que el C-432 comienza a moverse y lo sigue n el 407 y el 421, pero en este avión aún estaban trabajando dos armeros tratando de sacar el misil del ala izquierda, tan ensimismados estaban en su tarea que no se daban cuenta que el avión se movía, así que les grite que si el misil estaba bien tomado allanzador lo dejaran así... en el momento en que me contestan por señas que sí, el Dagger acelera su motor y entra en la pista para ir hacia la cabecera 07. CAPITULO VIII LA BATALLA CONTINUA II

Madrugada del 22 de mayo. No sé que hora es, pero me despierto sobresaltado por un ruido poco común, y cuando alcanzo a darme cuenta que es el tableteo de ametralladoras, no dudo un instante, me levanto, me coloco en segundos el buzo de vuelo y salgo con la pistola cargada a ver que sucede, los mecánicos están con su armamento listo, pregunto a los que están de guardia que pasa?... y no saben, solo que escucharon disparos; a partir de este momento nos quedamos varias horas despiertos sin que nada vuelva a ocurrir. Fantasmas de una guerra!!.

(Nota del autor: Fantasmas ? Sí, esa noche hubo muchos fantasmas. En la noche del 22 al 23 de mayo, se puso en Alerta Roja a toda la Patagonia Argentina: El día 23, según afirmaciones de un soldado, se encontraron 4 o 5 gomones enemigos en la costa de Comodoro (pág. 95) ; También esa noche, un helicóptero enemigo sobrevoló San Julián(ver pág. 102) y diferentes episodios en otras zonas. Sí, había “fantasmas” y eran ingleses!!! EPILOGO II 21 de mayo de 1992, pasaron ya diez años de la batalla por nuestras Islas Malvinas. En un vuelo especial con un Boeing 707 de la Fuerza Aérea, que partió de la I Brigada Aérea, nos dirigimos hacia el sur, a través de la ventanilla puedo ver la costa patagónica, marrón, sin vegetación y un mar azul, miro a mi alrededor y veo a los mismos hombres, oficiales, suboficiales y civiles que participaron de esa batalla y no puedo dejar de emocionarme, son ellos, con el cabello en algunos casos mas blanco, con algunas arrugas mas en sus rostros, han pasado diez años, pero su espíritu sigue igual, son ellos los integrantes del II ESCUADRON AERÓMOVIL DAGGER, hace una hora y media decolamos de la VI Brigada Aérea en Tandil... igual que hace 10 años, pero esta vez para cumplir una misión diferente, es el REENCUENTRO. El reencuentro con nosotros y con la población de la Ciudad de PUERTO SAN JULIAN, que con gran cariño esta aguardando nuestra llegada, ellos también sufrieron la angustia de las esperas luego de una salida para el combate y respiraban con alivio y alegría al ver regresar nuestros aviones sanos y salvos, también lloraron nuestros muertos.

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OTRO LIBRO PARA LEER SOBRE LA GUERRA DE MALVINAS, CONTADO POR UNO DE SUS PROTAGONISTAS. GRACIAS, DON GULLERMO POR AYUDARNOS A NO OLVIDAR…

Primer Teniente, Guillermo Sabino Posadas, Jefe de Mantenimiento del II Escuadrón Aeromóvil Dagger en la BAM San Julián, durante la Guerra de Malvinas. Él escribió el libro, según nos dice para “ rescatar del olvido al sufrido Personal Técnico de todos los Escuadrones Aeromóviles que lucharon gallardamente, para posibilitar los Triunfos y la Gloria de las alas argentinas durante la batalla por las Islas Malvinas”. La Fuerza Aérea Argentina, como dije antes, reconoció como COMBATIENTES, con Diploma y Medalla a este Personal de las bases aéreas, pero les negó cualquier tipo de Pensión. Al Personal del Ejército Argentino, tanto de Infantería, como de Artillería que estaba alrededor o incluso dentro, de las mismas bases aéreas, protegiéndolas de ataques de comandos o bombardeos del enemigo, no se le reconoció absolutamente nada. Ni siquiera un Diploma. No debemos olvidar que, como demostráramos en este libro, con documentación oficial, las tropas apostadas en el continente participaron de acciones de combate comprobadas. Quizá algún día llegue el reconocimiento que todos esperamos. Pasados más de treinta años de la guerra, si las acciones secretas llevadas a cabo durante ella, se contaran en forma oficial, sería otra la Historia.

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CAPITULO 11 No pude sustraerme a la idea de colocar este artículo que encontré en el Foro de Zona Militar. Se refiere a la BAM San Julián. Cuántos recuerdos me trae !!! Sé que mis camaradas estarán de acuerdo en que lo haya colocado. Aquí, la sección elegida del foro:  Muy buenas noches Señores Foristas y Visitantes Desde hace unos días estoy adjuntando información y documentos en el "hilo" Imágenes Anteriores al Conflicto,referente al Aeródromo de Hooker´s Point. Hemos regresado por estos "pagos virtuales" de Imágenes del Conflicto con el fin de poner punto final a una zaga de comentarios y fotografías que titulé LOS COLORES DE LA BAM SAN JULIAN. Esta noche la última entrega,con datos de la BAM SJU, para que no solo disfruten sus fotografías, sino se interesen por su funcionamiento y tal vez sea el inicio de otra secuencia de fotografías,referidas a otra BAM de la FAS. Es solo un resumen que no quiere ser más que eso….un compendio rápido para que si alguna vez les pregunten acerca de la BAM que se desplegó en el Aeródromo de Puerto San Julián ,no pretende ser un análisis de aciertos y errores,de deficiencias por subsanar…solo responde al punto final de mis fotografías adjuntadas y también las de otros Foristas que pediré prestadas… Por favor repasen todas las fotos, solo incluiré unas muy pocas...usen el "buscador"...hay muchas y casi todas tienen una explicación. Resumen Tactico de la Base Aerea San Julian Jefe de la BAM San Julian: Vicecomodoro Carlos Alberto MAIZTEGUI Personal Fuerza Aerea.650 hombres Ejército Argentino.250 hombres Total.900 hombres Infraestructura La Pista (RWY)07-25 era de 2000 mts de largo por 20 mts de ancho. Contaba además,con una plataforma reducida,para recibir vuelos de LADE,Torre de Vuelo y en el año 1978 fueron construidos bunquer o refugios de hormigón armado con sus respectivas calles de acceso e instalaciones complementarias. La terminal de pasajeros contaba con una Sala de Embarque,que fue dividida en Sala de Pilotos,lugar donde se planificaban las OOFF,Sala de Equipos,lugar donde se vestían los pilotos,hay fotografías de esa porción de la Sala de Prembarque con los trajes Anti-G,trajes antiexposicion,cascos etc...y una estufa a gas. Además toda esa sala de preembarque también fue seccionada en Sala de ICIA (SIACOM),Sala de Primeros Auxilios y Abastecimiento. En una de las alas del edificio se instaló el Jefe de la BAM SJU, y en la otra ala, la Sala de Situación de la BAM.Contigua a esta estaba la oficina de MET ,y al final un depósito de la Terminal de Cargas 137


(TAC-SJU).

Sala de Pilotos

Y al lado....Sala de Equipos... La pista fue extendida 250 metros con las placas de aluminio extruido ,que allá por 1972 fuera la pista de Hooker´s Point. De igual forma se extendieron con este noble material la plataforma de aviones y calles de rodaje. Apoyo del Grupo 1 Construcciones de la FAA Se solicitó el envío de placas de aluminio extruido, que arribaron en los primeros días de abril, asimismo se solicitó la colaboración de varias empresas privadas que se hallaban construyendo caminos muy cerca de la ciudad para la colaboración, la respuesta fue inmediata y con trabajos las 138


24 horas al dia, con personal, maquinaria e insumos propios…nunca se habló de costos, si de PATRIA, empresas como DICASA, SEMINARA S.A. y otras.

Se extendieron las superficies de maniobras de los cazabombarderos a 10.000 metros cuadrados,finalizando todo el ultimo dia de paz en la Patagonia. Se contruyeron polvorines a cielo abierto ,optimizar viejos refugios,instalación de barreras de contención,enmascaramiento general,puesta a punto de una serie de baterías de pillow o tanques de JP1,ya que el aerodromo no tenia reservas o tanques de combustibles.

http://www.zonamilitar.com.ar/foros/threads/imágenes-del-conflicto-de-malvinas-fotos.258/page873#post-1377604 Defensa antiaérea , vigilancia y control del espacio aereo Contaba con una Bateria de 9 (nueve) cañones RH-202 de 20 mm ,asociados a un Radar ELTA,todo este equipamiento dependía de la Cuarta Bateria de la BAM Mar del Plata.Se completaba con una 139


Sección de Cañones Oerlikon de 35 mm y DT Skyguard perteneciente al GADA 602 Mixto del Ejercito Argentino,tambien de Mar del Plata. La BAM SJU contaba con un Radar CARDION MkII Alert,del Ejercito Argentino,pero operado por personal del Grupo 2 de Vigilancia y Control Aereo (G2VYCA).

DT "SKYGUARD" de la Sección de Oerlikon 35 mm del GADA 602 MIXTO ,bajo comando y control de la BAM SJU ,responsables junto a los RH-202 de la BAM MDP de la defensa antiaérea de la BAM SJU.

Defensa perimetral y externa Si bien tenía asignada la Compania de Defensa de la IV Brigada Aerea para defensa perimetral,el dispositivo externo , en profundidad y sobre la costa estaba a cargo del Regimiento de Monte 29 (RIM29) de Formosa y el Grupo de Artillería 7. Existian campos minados en distintas zonas. Colaboraron en forma exitosa mediante coordinaciones y asignaciones de areas de responsabilidades,organismos como la Prefectura Naval,la Policia Federal y la Policia de la Provincia de Santa Cruz,para control de estancias,controles de rutas,patrullaje marítimo y de playas y control de oscurecimiento de la ciudad,que fue todos los días a partir del 28 de abril de 1982,hasta la finalización del conflicto.

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Compañía de Defensa de la IV Brigada Aérea.

Personal del RIM 29 junto al Bell 212 de la Gobernación del Chaco. 141


Puesto Comando del RIM 29 y Grupo de Artilleria 7,defensa externa y en profundidad de la BAM SJU Comunicaciones TTY (teletipos encriptadas via microondas,recibía las OOFF) PaP(telefonía via microondas encriptado) HF GRINNEL (encriptado con salto de frecuencia,canal secundario para las OOFF,retransmisores) Central telefónica para distintos servicios VHF HF tactico HT VHF/ AM/FM Medios Aéreos para el cumplimiento de la misión 142


Un Escuadrón de Cazabombarderos SKYHAWK A4-C (IV Brigada Aérea-DOZ)

Un Escuadrón de Cazabombarderos IAI DAGGER M5 (VI Brigada Aérea-DIL) Una Escuadrilla SAR (un BELL 212 (H-856),un H-500 (H-63) y el Bell 212 de la Provincia del Chaco (LQ-CHP)

Los dos Bell 212 SAR ,el H-86 despegando desde plataforma y más atrás el LQ-CHP de la Gobernación de la Pcia. del CHACO. 143


H-500 Una secci贸n del Escuadr贸n F茅nix para retransmisor, enlace y gu铆a de cazabombarderos (dos (2) LR35,VR-17 y LV-ALF)

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Arribo del Escuadrón A4-C:11 de abril Arribo del Escuadrón M5:25 de abril Durante el mes de abril se volaron 100 hs. aproximadamente por Escuadrón de adiestramiento en ataques a buques ,vuelo bajo y se voló a las Islas Malvinas para familiarizarse con el futuro ambiente operacional.

Levantando la moral a la BAM MLV!!!! y a todos nuestros camaradas desplegados en Malvinas-abril de 1982-SDA A4-C Apoyo técnico Escuadron técnico aeromóvil IV (SDA A4-C) Escuadron técnico aeromóvil VI (SDA-M5) Taller móvil de electrónica del Area Material Rio Cuarto Primera Orden Fragmentaria: 01 de mayo de 1982:OF 1095-cuatro A4-C-Indicativo OSO-Mision.AON,Ruta:SJU-REV-MLV-REV-SJUArmamento:tres BRP-Tripulacion:Capitan Fernando CASTELLANO (C-322),Teniente Daniel PAREDI(C318),Capitan Mario CAFARATTI (C-319),Teniente Ricardo LUCERO (C-302),Dep SJU: 11:00 hs (L) Arr SJU:13:30 hs (L) Ultima Orden Fragmentaria: 13 de junio de 1982:OF 1319 cuatro A4-B-Indicativo:NENE-Ruta:SJU-REV-MLV-REV-SJUArmamento:tres BRP-Mision:AOT Mte Dos Hermanas-Tripulacion:Capitan Antonio ZELAYA (C230),Teniente Omar GELARDI(C-227),Teniente Luis CERVERA(C-212),Alferez Guillermo DELLEPIANE(C-221)-Dep SJU:10:35/ArrSJU:13:30.En el REV de IDA,el N°1tuvo sobretemperatura por ingestión de JP-1,el N°3 se hizo cargo de los NENE.Los CHIPAS habían partido cinco minutos antes...mismo objetivo. 145


Escuadrilla "CHISPA y "NENE"-13 de junio de 1982...listos para salir 14 de Junio de 1982:dia más triste de la BAM SJU. Promediando la mañana arriba el Cte en Jefe de la FAA,Brigadier General Basilio LAMI DOZO y por HF el Jefe del Componente Aereo Malvinas le conunica la situación de inminente rendición, Pto Comando de la FAA fue destruido por orden del Jefe del Componente, hablaba del Pto Comando alternativo en la BAM MLV, de igual forma el ANTPS-43 habia quedado momentáneamente fuera de servicio. En esos momentos los dos Escuadrones estaban preparando sus aviones. Relacion con la Comunidad de Puerto San Julian. Fue excepcional,con una entrega total y desinteresada para con la Gesta, se prestaron vehículos (camiones, ómnibus, jeeps etc.) para el movimiento del personal, vehículos pertenecientes a la Municipalidad, y privados de empresas y particulares. Se recibían donaciones, en especial se recuerdan las meriendas enviadas por familias y el entretenimiento en distintos lugares. Muchas familias alojaban a efectivos en sus hogares. La totalidad de los tripulantes se alojaban en hosterias de la ciudad…LA CIUDAD DE PUERTO SAN JULIAN…ERA UNA CIUDAD EN ARMAS!!!! digno ejemplo para otros lugares al Norte del Rio Colorado. Todos sus habitantes estuvieron de una manera u otra involucrados en la misión de la BAM SJU…SU BASE AEREA!!!!...que no era nada más y nada menos que su pequeño aeródromo utilizado por LADE. Sus habitantes se detenían en sus calles cuando los veían o escuchaban partir…en la estación de servicio del ACA, miraban al cielo….y los contaban de regreso aquellos que estaban por la Avenida 146


que da al mar…los dueños de la Hostería del ACA sabían quienes faltaban a la cena esa noche…http://www.zonamilitar.com.ar/foros/threads/imágenes-del-conflicto-de-malvinasfotos.258/page-851#post-1358441 BIGUA82, 28 Jul 2013 Mecánicos A-4C Skyhawk en San Julian

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Aquí tenemos un comunicado de prensa, fechado en el 26 Aniversario de la creación de la Federación de Veteranos de Guerra de la Provincia de Corrientes. Ustedes mismos pueden leer lo que dice, ya que el texto está claro. GRACIAS, hermanos correntinos, Veteranos de Guerra Reconocidos, por recordar la época de la Guerra y reconocer nuestra participación en la ella!!! Lamentablemente, no todos los Veteranos de Guerra Reconocidos por el Estado piensan de esta manera de nosotros, los que estuvimos apostados en la Patagonia cumpliendo con las órdenes asignadas. Algunos, inclusive nos comparan con civiles que nada tuvieron que ver con el conflicto. En fin… Véase que también se refieren a los hechos bélicos en el sur del país, con la presencia de tropas inglesas en el continente. Nuevamente, GRACIAS.

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CAPITULO 12 ALGUNOS RECORTES DE DIARIOS QUE INFORMAN SOBRE CAPTURA DE COMANDOS INGLESES EN EL CONTINENTE. Ahora entiendo la orden del Poder Ejecutivo sobre restringir la información en los medios de comunicación. El gobierno no quería que se supiera sobre las infiltraciones de fuerzas especiales inglesas en el continente, por eso se controlaba estrictamente cualquier información dada al público.

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Esto es invento de los periodistas? Yo no creo, realmente, que un periodista “inventara” esta información, durante un gobierno militar, y en época de guerra. Más bien diría que se “filtró” a la prensa y listo. Ya no hubo remedio. A continuación un recorte que se refiere a los “presuntos” periodistas ingleses acusados de espías. Como verán, fueron detenidos y entregados a la justicia, y luego del cese de hostilidades se les permitió salir del país… 151


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POR MÁS QUE INTENTEN CAMBIAR O ESCONDER LA HISTORIA, SIEMPRE ALGO SE FILTRA. ME IMAGINO LA ZARANDEADA QUE HABRÁN RECIBIDO ESTOS PERIODISTAS, SÓLO POR DECIR LA VERDAD. “MIENTE, MIENTE, QUE ALGO QUEDA.” Recuerdo que decía Joseph Goebbels, el ministro de propaganda nazi. Parece que las tácticas de Goebbels han sido usadas con profusión, tanto por los militares “democráticos”, de después de la guerra, como por los mismos políticos de nuestro país en todo lo referente a este tema.

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Lo más lamentable es que aún se siguen usando, del mismo modo, y en lo que se refiere a una infinita cantidad de temas.

CAPÍTULO 13 En cuanto a este tema, ya comentado anteriormente al referirnos a la Operación Mikado, realmente, no sé qué pensar… Se trata del caso del helicóptero del Batallón de Aviación de Combate 601, que despegara en misión de combate el día 29 de abril, del Liceo Militar General Roca de Comodoro Rivadavia. Como recordaremos, dichas aeronaves, salieron en busca de comandos enemigos infiltrados en la zona de Caleta Olivia. Tomaron rumbos diferentes y perdieron contacto de radio. Luego, se encontró al uno de los helicópteros estrellado sospechosamente en el mar, a metros de la costa. “Estrellado” es un decir… Según cuenta el Capitán Marengo, que viajaba en la otra aeronave, junto con varios soldados, los restos estaban diseminados en un radio de 300 metros, lo que hacía suponer que había estallado en el aire. Otro detalle es que los cuerpos estaban destrozados y desnudos. Pero lo más sospechoso fue que, oficiales de más alto rango, al ver que el capitán y los soldados estaban recogiendo los cuerpos, lo impidieron y los llevaron al destacamento de policía de Caleta Olivia, donde los dejaron 3 días. En esa aeronave falleció el Coronel Clodoveo Arévalo, el oficial argentino, de más alto rango, fallecido en la guerra. En la página 86/82, con fecha 1° de mayo, del Libro de Guerra del Liceo Militar Gral. Roca, quedó asentado que ese día, FALLECIERON EN MISIÓN DE COMBATE, tanto el Coronel Arévalo, como así también los tripulantes y soldados que viajaban en él. Aquí, la mencionada orden del día:

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Como se puede observar en dicha orden del día, se cita textualmente: “Fallecido en misión de combate, al siguiente personal “y a continuación se coloca el nombre y cargo de los soldados, y oficiales fallecidos en el mencionado incidente. Además, debemos destacar que todos estos componentes del ejército que fallecieron en esta acción forman parte de los 649 muertos de la guerra de Malvinas, y sus nombres se encuentran en los cenotafios que se construyeran tanto en Malvinas, como en nuestro país. 155


Aquí tenemos partes del Decreto 577/83 del Poder Ejecutivo Nacional, en el que figuran las CONDECORACIONES recibidas por el personal que viajaba en el helicóptero citado.

Decreto nacional 577/83 - Condecoraciones al personal que ha intervenido en el conflicto armado con el Reino Unido por la recuperación de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur ANEXO IV "MEDALLA LA NACIÓN ARGENTINA AL MUERTO EN COMBATE" Grado

Nombres y apellidos

Ejército Argentino Coronel Capitán Teniente Primero Teniente Teniente Teniente

CLODOVEO MIGUEL ÁNGEL ARÉVALO MARCELO SERGIO NOVOA ROBERTO REMI SOSA MARCOS ANTONIO FASSIO ALEJANDRO DACHARY LUIS CARLOS MARTELLA

Como se ve dice “MEDALLA LA NACIÓN ARGENTINA AL MUERTO EN COMBATE”. TEXTUALMENTE. Así, quedan claros tres puntos: 1- Que fueron consignados como “Fallecidos en misión de Combate” el 1 de mayo 1982. 2- Sus nombres figuran entre los 649 muertos de la guerra y están anotados en los distintos cenotafios. 3- Con fecha 15 de marzo de 1983, por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional, recibieron condecoraciones “...AL MUERTO EN COMBATE”. Ahora, bien… Vean esto, que ocurrió en el año 2003, 21 años DESPUES de la Guerra.

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MODIFICACIÓN DEL LISTADO DE CAIDOS EN EL TOAS DE LA FUERZA EJERCITO Como resultado de las actuaciones que el Ejército realizaba desde febrero del 2002, con fecha 15 de diciembre de 2003, el Jefe del Estado Mayor General del Ejército ha dictado la siguiente Resolución: VISTO el expediente letra 4Q Nro. 02 10220/5, relacionado con la condición de “Veteranos de Guerra”, “Muertos en Combate” y “Muertos a consecuencia de Malvinas”, lo propuesto por el Juez de Instrucción Militar Nº 1, la Dirección general de Bienestar, y CONSIDERANDO: Que el Boletín Reservado del Ejército Nro. 5066 del 09 de setiembre de 1983 nomina el personal de “caídos en el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur” incluyendo a los que murieron a consecuencia de la Guerra de Malvinas, en acto del servicio fuera del TOAS. Que la condición de “Muertos a consecuencia de Malvinas” debería subdividirse en “Muertos por accidente” y “Muertos por enfermedad”. Que dichas rectificaciones no modifican los derechos adquiridos por los causantes Por ello, EL JEFE DEL ESTADO MAYOR GENERAL DEL EJERCITO RESUELVE ARTICULO 1º.- Rectificar EL listado de “Caídos en el TOAS” que figuran el BRE Nro. 5066 excluyendo al personal nominado en el Anexo I, que se agregará a continuación bajo el título de “Muertos a consecuencia de Malvinas”, subdividido en “Muertos por accidente” y “Muertos por enfermedad”. ARTICULO 2º.- Déjese constancia de que lo expuesto no significa privar a los deudos del personal nominado de ningún derecho que se les haya otorgado o que les corresponda en el futuro por su condición anterior a la presente. ARTICULO 3º.- Comuníquese, publíquese y archívese en la Dirección general de Bienestar Fdo. General de División ROBERTO FERNANDO BENDINI JEFE DEL ESTADO MAYOR GENERAL DEL EJERCITO Cabe aclarar que no son muertos en combate pues no se encontraban en el momento de su fallecimiento en el Teatro de Operaciones Atlántico Sur (TOAS)

Ir al Anexo I

ANEXO I Cabe aclarar que no son muertos en combate pues no se encontraban en el momento de su fallecimiento en el Teatro de Operaciones Atlántico Sur (TOAS) Ir a la resolución

MUERTOS POR ACCIDENTE Grado Militar-Post Mortem Fecha fallecimiento General. de Brigada (PM) 30/04/1982 Capitán (PM) 30/04/1982 Teniente (PM) 30/04/1982 Sargento (PM) 30/04/1982 Cabo 1º (PM) 30/04/1982 Cabo (PM) 30/04/1982 Cabo (PM) 30/04/1982 Cabo (PM) 30/04/1982 Cabo (PM) 30/04/1982 Cabo (PM) 23/05/1982 Teniente (PM) 25/05/1982 Teniente (PM) 08/07/0192 Cabo (PM) 22/04/1982

Apellido y Nombre AREVALO, Clodoveo Miguel Ángel SOSA, Roberto Remi FASSIO, Marcos Antonio CAMPOS, Pedro Andrés BARROS, Néstor Daniel CINI, Marcelo Gustavo SEYRA, Fernando Luís MILLAPI, Oscar Calixto PALAVECINO, Daniel Alberto MARCIAL, Jesús Artemio ABRAHAM, Juan Omar AUVIEUX, Julio Cesar GOMEZ, Sergio Oscar 157


MUERTOS POR ENFERMEDAD Grado Militar-Post Mortem Fecha fallecimiento Suboficial Principal (PM) 28/05/1982 Cabo (PM) 15/06/1982

Apellido y Nombre SANAGUA, Alberto Antonio CANTEROS, Aldo Rubén

El regreso de los Militares “Democráticos”… Como puede observarse, 21 años después de la guerra, ya dejan de ser “Muertos en Combate”, AHORA SON “Muertos por Accidente”. Y, se deja bien en claro que al momento de su fallecimiento, no se encontraban dentro del TOAS. Por suerte, no se priva a los deudos de ningún derecho que se les haya otorgado. “MIENTE, MIENTE, QUE ALGO QUEDA”.

Si continuáramos buscando, tanto pruebas oficiales, como testimonios de testigos y recortes de periódicos, referidos a combates en el Continente, veríamos muchos más y este libro se haría interminable, así, que pasemos al Epílogo y dejemos que concluya.

EPÍLOGO Y AFIRMACIÓN FINAL. HEMOS PODIDO VER, A LO LARGO DE ESTE LIBRO, Y DOCUMENTANDONOS

CON

PRUEBAS

OFICIALES

DE

LAS

DISTINTAS FUERZAS ARMADAS, QUE LA LLAMADA ZONA DE DESPLIEGUE

CONTINENTAL,

DURANTE

LA

GUERRA

DE

MALVINAS, FORMABA PARTE DEL TEATRO DE OPERACIONES DEL ATLÁNTICO SUR (TOAS). SIN NINGUNA DUDA.

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TAMBIEN HEMOS DOCUMENTADO CON INFORMACIÓN OFICIAL DE

DIARIOS

DE

GUERRA

Y

LIBROS

HISTÓRICOS,

DE

DIFERENTES UNIDADES, QUE, REALMENTE, HUBO EFECTIVAS ACCIONES

BÉLICAS,

DE

COMBATE,

EN

LA

PATAGONIA

ARGENTINA, DURANTE LA GUERRA DE MALVINAS. DE ESTO TAMPOCO QUEDAN YA DUDAS. QUE SE HAYAN MANTENIDO EN ABSOLUTO SECRETO POR NUESTRAS FUERZAS ARMADAS, YA LO DIJIMOS, ES POR CUESTIONES MERAMENTE POLÍTICAS Y QUIZÁ ECONÓMICAS. TAMBIEN SON MANTENIDAS EN SECRETO POR EL GOBIERNO BRITÁNICO, COMO YA INFORMARAN OFICIALMENTE, POR UNOS 90 AÑOS MÁS. NO IMPORTA. NOSOTROS SABEMOS LO QUE PASÓ. POR LO TANTO PODEMOS FINALIZAR ESTE LIBRO, AFIRMANDO LO SIGUIENTE.

LA PATAGONIA ARGENTINA FORMABA PARTE DEL TEATRO

DE

OPERACIONES

DEL

ATLÁNTICO

SUR

(TOAS) EN EL AÑO 1982, DURANTE LA GUERRA DE MALVINAS. EN

DICHA

BÉLICAS,

DE

ZONA

HUBO

COMBATE

EFECTIVAS

DIRECTO,

CON

ACCIONES FUERZAS

ENEMIGAS INFILTRADAS. LOS SOLDADOS QUE CONFORMABAN LAS TROPAS DESPLEGADAS

ALLÍ

TIENEN

EL

DERECHO

INALTERABLE DE SER CONSIDERADOS VETERANOS DE GUERRA DE MALVINAS. 159


SERÁ JUSTICIA… SERGIO GUSTAVO OJEA MAR DEL PLATA 18 DE 0CTUBRE DE 2013.

MALVINAS. POR SIEMPRE ARGENTINAS !!!

AGRADECIMIENTOS TENGO QUE AGRADECER A MUCHA GENTE POR LAS INFORMACIONES, FOTOS Y MAPAS INCLUÍDOS EN ESTE LIBRO. ESPERO NO HABER INFLINGIDO NINGÚN DERECHO DE AUTOR. SI ESTE FUERA EL CASO, PIDO PERDÓN E INFORMO QUE EL PRESENTE LIBRO SERÁ PUBLICADO EN INTERNET, GRATIS, SIN NINGÚN ÁNIMO DE LUCRO.

Agradeceré, entre otros a: José Luis Martínez, y su blog: Mis vivencias en la guerra de Malvinas. A www. Radar Malvinas A www.fundacion-malvinas.org.ar A Jorge Muñoz por su libro: “Ataquen Río Grande” A www.combatientestoas.org Por la gran cantidad de información que nos brinda en forma generosa y gratuita. Alberto Manfredi (h), por su libro: “Malvinas. Guerra en el Atlántico Sur.” 160


Al Boletín del Centro Naval. A TODOS LOS QUE DÍA A DÍA LUCHAN PARA LOGRAR EL RECONOCIMIENTO DE LOS VETERANOS DE GUERRA DE MALVINAS DE LA ZONA DE DESPLIEGUE CONTINENTAL.

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