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Carta Hermano Mayor
Queridos hermanos en Cristo, Nuestro Señor:
Una vez más me dirijo a vosotros, mis hermanas y hermanos, para daros las gracias. Gracias en primer lugar a nuestro párroco y Director Espiritual D. José Miguel, por su comprensión y apoyo durante estos años. Gracias también a nuestros hermanos oficiales de Junta de Gobierno y auxiliares por su trabajo constante y desinteresado. Gracias a nuestras bandas, cuyo trabajo y dedicación hace que nuestra Estación de Penitencia sea ejemplar año tras año. No quiero dejar atrás a nuestra queridísima Agrupación Musical Nuestra Señora de la Esperanza del Proyecto Fraternitas por su compromiso ejemplar para con nuestra Hermandad. Y gracias, como no, a todos vosotros, hermanos y hermanas del Sol, por hacer que nuestra Hermandad siga hacia adelante.
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A través de estas líneas y desde el mayor de los amores fraternales, quiero hacer un llamamiento para que todos, sin excepción, y empezando por mí mismo, hagamos un ejercicio de reflexión y recapacitemos juntos sobre el verdadero significado de pertenencia no solo a una Hermandad de Penitencia, si no a la Iglesia. Si somos ejemplos de vida cristiana, si tenemos a Cristo en el centro de nuestras vidas, o si actuamos consecuentemente.
Debemos restaurar la paz y el diálogo entre hermanos, vamos a seguir siempre en el intento y, aunque en alguna ocasión hayamos dado pasos en falso, nos toca mirar al futuro, sin rencores, por el bien de nuestra Hermandad. Mentiría si dijera que todos mis actos y decisiones tomadas hasta ahora han sido correctas, y desde aquí quiero pedir disculpas si alguno de vosotros os habéis sentido defraudados o molestos.
Tenemos que buscar entre todos ese soplo de aire fresco y creemos que gran parte de esa solución pasa por involucrar a nuestros hijos, intentando atraer a sus amigos, hacerles partícipes del día a día de nuestra Hermandad, buscando una nueva juventud que se convierta en futuro y motor de nuestra Hermandad y nuestra Parroquia. Como decía Santa Teresa de Calcuta, “los niños son como las estrellas, nunca hay suficientes”. Y es que sin duda ellos son el mejor patrimonio que le podemos dejar a la Hermandad, el germen de una nueva Hermandad en crecimiento.
Aunque tenemos todavía muchos proyectos en el tintero y nos queda mucho por hacer y mejorar, durante estos años hemos llevado a cabo la profesionalización de algunas de nuestras diputaciones (las no espirituales) cuyos procesos, algunos obsoletos, hacían que nuestra Hermandad no pudiera avanzar en su día a día, hablamos especialmente de mayordomía y secretaría.
También hemos logrado responder al deseo de muchos hermanos y devotos, nuevo la apertura durante la semana de la Capilla Sacramental para poder acompañar a nuestros Sagrados Titulares y poder tener un momento de oración. Nuestra Capilla, nuestra casa, ese sueño que tanto esfuerzo, trabajo y sacrificio de tantas y tantas personas requirió y que, después de nuestros Sagrados Titulares, es el mayor símbolo de unidad que tenemos.
Entre nuestras siguientes actuaciones está conseguir, al fin, un lugar donde poder convivir con nuestros hermanos y mantener dignamente nuestros enseres, ese lugar no es otro que una Casa de Hermandad, pero para ello necesitamos primero que los todos los hermanos nos comprometamos más con la Hermandad y con nuestra Parroquia.
Sabemos que tenemos muchos factores en contra del natural crecimiento de nuestra cofradía como por ejemplo la despoblación de nuestro barrio del Plantinar y el envejecimiento de sus vecinos. También probablemente no hayamos sabido abrirnos a la Sevilla cofrade o transmitir nuestra singular idiosincrasia, el largo recorrido, el día que hacemos nuestra Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral y algunas más que ahora mismo no somos capaces de vislumbrar, por eso os hago también un llamamiento para que entre todos las hablemos en el foro adecuado, que no es otro que el Cabildo de hermanos, y busquemos entre todos soluciones y alternativas. Se de primera mano que es muy difícil por la vida que llevamos todos pero debemos de hacer un esfuerzo más por el bien de nuestra Hermandad y demostrar que somos una Hermandad fuerte, unida y en constante crecimiento. Que tenemos mucho que aportar espiritual y patrimonialmente hablando.
Para finalizar, y a título personal, os pido de nuevo ese esfuerzo que nos permita seguir creciendo como Hermandad y en nuestra Fe cristiana. Y a todos los hermanos decirles que aquí estamos a vuestra disposición para escucharos, hablar y resolver todas las diferencias que pudiera haber y que así, entre todos, consigamos ser la Hermandad que siempre hemos soñado.
Paz y Bien.
Antonio José Luca de Tena Pardo Hermano Mayor