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Si no tienes control, ¿te deprimes?

Por:Habacuc Cardona, CECP, CBCP

Lectura de 7 min.

¡Control, hermoso control! La realidad es que a muchos de nosotros nos encanta el control, ya sea que controlemos o seamos controlados. Te sorprendería saber la cantidad de personas que se sienten bien cuando los controlan, pero gran parte de ellos no saben o no se han dado cuenta. ¿Acaso cuando vemos un anuncio donde quieren vender algo y nos crean la necesidad de tenerlo no es una forma de control? Nos están canalizando a tomar una acción que es la forma más delicada de controlar, pero vamos a darle un vistazo al significado de control.

Control es el dominio sobre algo o alguien, una forma de fiscalización, un mecanismo para regular algo manual o sistémicamente.

Cuando reflexionamos en el significado de la palabra control, nos damos cuenta que la utilización mayor del control está dirigida a aquellos que no tienen una conciencia desarrollada y rápido vienen a nuestra mente los niños y con razón. Los más controlados son ellos pues los padres, dentro del proceso de una educación, controlan a sus hijos en muchas áreas: sus comidas, sus horas de juego, su vestimenta, su cabello o a dónde van y a la hora que van, entre otros detalles.

Conozco muy bien este tema, pues sufría de un deseo insaciable de controlar o de tener el control de todo mi entorno. No sé era un sentimiento de seguridad que surgía en mí cuando sentía que tenía el control.

Por ejemplo, el control de mi peso, el control de mis gastos en el área económica, el control en mi hogar de quién y cómo se hacían las cosas.

Increíblemente, esto no es algo de lo cual te puedas dar cuenta a simple vista. Muchas veces tienes hasta una justificación para controlar a otras personas que han cometido algún error. ¿Sabes? Es algo que sucede y que está muy adentrado en tus creencias y en tu forma de actuar, es muy difícil de percibirlo como acciones egoístas controladoras.

Es relativamente sencillo establecer control en aquellos que nos aman, porque en algunos casos hay personas que se sienten frágiles o vulnerables. Lo increíble es que cuando estás vulnerable puedes hasta creer que este control sobre ti es una profunda demostración de amor. Entonces, cuando la persona siente que no necesita o no desea más ese control nosotros sentimos que nos está confrontando y entramos en desacuerdos que, muchas veces, terminan en algún conflicto o en una ruptura de la relación.

Esto sucede en todos los ámbitos: entre padre e hijo, entre esposo y esposa, entre amigo y amiga, incluso, en el plano profesional entre patronos y empleados.

Algunas personas o instituciones suelen sentirse intimidados frente a una persona con características de liderazgo. Una persona líder sabe muy bien cómo manejar las diferentes circunstancias que van surgiendo tanto en el área de trabajo como en el plano personal. Existe una gran diferencia entre cómo saber manejar de forma armoniosa circunstancias difíciles y el deseo o la necesidad de controlar. Una de las formas más efectivas para crecer en conciencia e identificar si estamos ejerciendo en otras personas un control desbalanceado y negativo es la auto observación. Cuando nos observamos a nosotros mismos como si nuestros ojos salieran de nuestro cuerpo y miramos nuestras acciones, lo que decimos y evaluamos las intenciones con las que tomamos decisiones podemos llegar a la comprensión de cómo somos en realidad.

Por lo general, les creamos a otras personas emociones negativas cuando tratamos de controlarlos; muchas veces no nos damos cuenta. Basta con ponernos en la posición de la otra persona para comprender que estamos cometiendo un error. Las emociones de odio, tristeza y esfuerzo no recibido son unas de las más frecuentes cuando tratamos de controlar.

El peligro que existe cuando las personas comienzan a sentir estas emociones que se van desarrollando y estas vibraciones pueden quedar atrapadas en algún órgano de la persona, incluyendo el corazón. En el mundo energético se ha comprobado que la persona puede crear un muro de emociones negativas en su corazón. Este muro es literalmente una pared creada por el subconsciente, es real y en la mayoría de los casos la persona presenta síntomas que van desde emocionales, patrones de conducta o, incluso, síntomas o condiciones físicas.

Estamos hablando de arritmias, dolores de pecho, migrañas y problemas digestivos, entre muchos otros. ¿Has oído hablar de la diabetes emocional? O ¿la alta presión emocional? Pues es real, existe y hay toda una ciencia que trabaja con esto y se llama medicina energética. En el libro el código de la emoción escrito por el Dr. Bradley Nelson habla sobre esto en particular y explica cómo sucede y cómo identificarlo.

De todas maneras, saber que podemos hacer daño sin tener la intención de hacerlo es una gran conquista de nuestro recurso físico más importante llamado cuerpo. Creo que estamos

aquí por varias razones, pero, sin duda, una de ellas es para expandir nuestra conciencia y experimentar sensaciones que solo con el cuerpo puedes lograr sentir de una forma más aguda utilizando los sentidos. Meditar en lo que nos afecta con el noble propósito de sanar, mejorar o resolver algo es una acción que siempre traerá una recompensa por la divinidad. Si controlas a alguien es un reflejo de ti mismo, lo que quiere decir que fuiste controlado y esa energía fue absorbida por ti y es en la que estás vibrando, o sea la que estás manifestando. La respuesta no es seguir el patrón negativo sino cortar la acción negativa y mejorar nuestra vibración que, a su vez, mejora la expresión del ADN que tiene la capacidad de autosanar. Sanar, no solo heridas emocionales sino también síntomas físicos y traumas que nos llevan muchas veces hasta la muerte. La medicina convencional no se explica porque el corazón falla y los doctores dicen estrés, alimentación, colesterol que, en realidad, no son la raíz sino parte de los síntomas. He visto personas sumamente delgadas con el colesterol alto y diabéticos, y no comen huevos ni dulces. Bueno, si tienes el páncreas lleno de emociones créeme que no trabajará de forma

correcta.

¿Sabías que tu páncreas es quien genera las emociones de ansiedad, desesperación, asco, nerviosismo, preocupación, fracaso, impotencia, desesperanza, baja autoestima y falta de control, precisamente lo contrario al tema de este articulo? Atrapas una emoción de falta de control cuando alguien te controla y no puedes lograr tus objetivos, porque esa persona controla tus procesos y no puedes avanzar.

Así que una excelente decisión es entender tu cuerpo y buscar información para expandir tu conciencia. Descubrir el poder que yace en ti y la potencia otorgada por nuestro creador para conquistar las pruebas y lograr nuestra evolución hacia la luz. Siempre hay alguien que nos despierta, en mi caso mi esposa me habló de este maravilloso tema y me explicó su proceso y cómo ha tenido que expandir su conciencia. Su lucha entre el control y no permitir ser controlada. Nos atraíamos porque nos necesitábamos para evolucionar, al principio yo pensaba que le daba dirección y cuan preciosa sorpresa saber que es ella quien me ha estado dirigiendo a una mayor conciencia. Un ángel puede estar cerca de ti y tú creer que es una piedra en tu camino porque te sientes incómodo, pero esa piedra es lo que necesitas corregir para que llegue a tu vida la verdadera expresión de libertad que al final es el regalo divino más hermoso llamado libre albedrío. La verdadera dirección está dentro de ti, llámala, búscala y la hallarás.

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