ARNOLD IN
RIHNESTONELAND
Lookbook by Arnau p.boscH “Arnold in rihnstoneland” .................................................. Fotografía y Diseño: Albert P. Centeno Barcelona 2010
ARNOLD IN
RIHNESTONELAND …y si te digo que volví a ese lugar en un día frío como la sensación de enfrentarse a ello. Y estar en la puerta esperando a que viniera mi amiga para no perderme solo entre tanto recuerdo. y que ese mismo recuerdo me envalentonara a pasar de la claridad de la calle para tantear ese mundo oscuro plagado de desorden como mi propia memoria a cada paso que daba. y no será porque los años son cada vez más cortos y que en algún momento tuve la impresión de atraparlo todo con mis propias manos ni que ese mismo espacio tan diminuto y a la vez tan potente me haya arrancado el perdón de no haberlo visitado en los últimos años... …acumulación, recuerdo, objetos perecederos, locura, todo entonces se tambalea… ni el silencio ni haber pasado tiempo ahí fuera sin entrar aquí ha curado la herida… me creía fuerte habiendo dado de lado esto… ..es entonces cuando rebuscas entre la propia morralla, el polvo y el olor a naftalina. es entonces, sí entonces, cuando sale el brillo, la lentejuela, la piedra rosa, el dorado,… …el color, el destello, ya nada simboliza pena… puedo sentirme como antaño, saber bien quién soy ahora e imaginarme un mundo de colores, texturas, seres inanimados a modo de broche que me transmiten más vida que cualquiera que conozco de esa vida de ahí fuera, la que llaman real… …hoy te tengo cariño, te tengo calor, cercanía… y te he echado de menos pero he salvado mi esperanza, he podido volver… ...y es así mi mundo perfecto. entre cosas que ya conozco y me son familiares, cosas que creía que me hacían daño y ahora me salvan. una auténtica diógenes de lujo, algo que mi abuela me ha transmitido de alguna manera y que ni que cualquiera de hoy en día por muy por encima mío que se crea podrá estarlo. yo así me siento fuerte… …y brilla y brilla y brilla… y me invade de colores, un mínimo instante aquí y sé que me puedo comer el mundo… que puedo cambiarlo… y colores y colores y más colores… qué destello más grande, qué irreducible me puedo sentir…