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Fazine de Rock Colectivo Hékate

En el futuro las princesas salvaran el rock

Leticia Belquia letto.belquia

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Escribo estas líneas mientras veo los juegos olímpicos Tokio 2021, que han sido muy atípicos, no sólo porque se celebran un año después por esta pandemia que estamos viviendo, sino por la cantidad de niñas y mujeres dándonos grandes lecciones de vida. Pienso en mi infancia, cuando yo era una niña, hubiera muerto de alegría por tener más mujeres referentes en la ciencia, tecnología, literatura, en deportes que habían sido exclusivos de hombres y en la música que siempre ha sido mi salvavidas, esa música que invariablemente me ha acompañado pero que en mi infancia volteaba a todos lados en busca de más mujeres cantando, tocando y componiendo rock pero en los noventa era una labor titánica encontrarlas. A los 13 años sabía -no sé cómo- pero sabía y estaba cierta que todo aquello tenía que cambiar. Y es que, sólo fue cuestión de tiempo y paciencia para darme cuenta que mujeres músicas de rock, aguerridas y transgresoras siempre ha habido, invisibilizadas y olvidadas por la siempre cuestionada “historia oficial”, pero que el tiempo les está dando su justo lugar, que su coraje, valentía y ejemplo ha dado frutos en otras mujeres músicas. Ahora miro con maravilla y extasiada que las hadas y princesas tocan la batería, se avientan por rampas a gran velocidad y gritan con furia; niñas de 12 años patinando y armando sus bandas de rock; a mujeres afrodescendientes ganando medallas; mujeres al micrófono, orgullosas del color de su piel, con sus hermosas cabelleras de colores; de mujeres que distribuyen su tiempo y dedicación a la música mientras también están maternando; chicas que vienen de la pobreza de las favelas para compartirnos su ímpetu , dedicación y arte lo mismo en el deporte que con sus letras y rimas; veo a niñas temerarias, seguras de sí, valientes y fuertes haciendo cosas impresionantes, mujeres que anteponen su cuidado antes que cualquier cosa, compitiendo entre ellas pero dándose ánimos, con toda la distancia e idioma que las separa pero toda la sororidad que las une. Veo a la poderosa Nandi Bushell, niña de tan sólo diez años de edad

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