El comercio está en todas partes

Por David Gutiérrez Medina*

Esta profesión está presente en muchas más actividades de las que creemos; basta con decir que de ella depende la estabilidad económica mundial.

Durante los últimos 50 años aproximadamente, se han profundizado una serie de cambios económicos, culturales, sociales, y políticos, desde la muy celebrada revolución de la tecnología de la información a la disminución de las fronteras nacionales y geo-políticas en la cada vez mayor circulación transnacional de bienes, servicios, y capitales; la creciente homogenización de los gustos de los consumidores, la consolidación y expansión del poder corporativo, el fuerte aumento de la riqueza y la pobreza, además de la presencia de las ideas liberales.

Por otra parte, existe cada vez mayor integración económica de todos los países del mundo como consecuencia de la liberalización a través de bloques económicos y el consiguiente aumento en el volumen y la variedad de comercio internacional de bienes y servicios, la reducción de los costos de transporte, la creciente intensidad de la penetración internacional de capital, el inmenso crecimiento de la fuerza de trabajo mundial y la acelerada difusión mundial de la tecnología, en particular las comunicaciones.

Estamos hablando del gran desarrollo del sistema capitalista, mismo que ha logrado inclusive que países socialistas se incorporen al mercado y sean protagonistas, provocando el gran desarrollo del comercio internacional, reducción y/o eliminación de aranceles, cuotas de importación, y rebaja en las restricciones a los movimientos de capital e inversiones.

Las empresas están aprovechando la situación dispersando sus bases de producción hacia lugares que les permiten ahorro de costos, en el entendido de que ya no se limitan a sólo abastecer a su localidad, sino comercializar a muchas partes del mundo, teniendo que producir en gran volumen con la ventaja de generar economías de escala, y facilitando igualmente la distribución mundial de bienes y servicios. Muchas de esas compañías subcontratan a pequeñas y medianas empresas en condiciones favorables para ellos, negociando producción intensiva.

Efectivamente el mercado está en todas partes y se puede manifestar de manera espontánea cuando deseamos vender algún bien o prestar algún servicio como particulares, igualmente se da de manera informal, formal, física, y virtual, donde se intercambian bienes perecederos, duraderos, industriales, servicios, además de la existencia de mercados de distribuidores locales, regionales, internacionales, globales, y laborales, entre otros.

Actualmente nos percatamos al salir a las calles que la gente abre las cajuelas de sus automóviles para realizar la entrega de pedidos a sus clientes, con quienes se citan en ciertos lugares para concretar el intercambio; personas que contactaron por medio de redes sociales, mostrando mediante imágenes el artículo y resaltando sus características, utilidad, y aplicación, logrando captar al consumidor, quien a medida que pasa el tiempo ha reducido notablemente la desconfianza de realizarlo por esta vía.

Otra evidencia contundente de que el comercio está en todas partes es el desarrollo del mercado inmobiliario comercial. Estas instalaciones físicas han colaborado para que haya detonado el crecimiento de dicha actividad incluso en zonas que antiguamente estaban destinadas para otros usos, ejemplo en el cual destaca por mucho el desarrollo de uso mixto, que combina uso residencial, comercial, cultural, de esparcimiento, ocio, e institucional, lo cual permite al usuario realizar múltiples actividades en un solo lugar, garantizando flujo de clientes, ahorro de tiempo al limitar la necesidad de salir del inmueble al encontrar tiendas, oficinas, sitios de recreación, y hasta hoteles, con la idea de cubrir el concepto de trabajar-vivir-jugar y por supuesto consumir; sitios con expresiones arquitectónicas llamativas. Igualmente somos testigos de la edificación continua de locales comerciales más sencillos en cualquier rumbo, y el mejor ejemplo son las tiendas Oxxo.

Para hablar de que el comercio se encuentra en todas partes obviamente debemos comentar sobre el mercado laboral, ya que tiene relación directa con la idea de millones de personas que vamos en búsqueda de un mejor nivel de vida, generando crecimiento, pero también declive en algunos sectores. El empleo genera ingreso, mismo que permite tener

Otra evidencia contundente de que el comercio está en todas partes es el desarrollo del mercado inmobiliario comercial

capacidad de compra y realizar actividades de intercambio para satisfacer nuestras necesidades. Estamos afirmando que existe una división del trabajo, en el sentido de que las personas desempeñamos diferentes labores y eso nos convierte en especialistas de cada área, pero sólo nos concentramos en ciertos aspectos de producción, por lo que tenemos que comerciar con otros, quienes a su vez ofertan bienes y servicios diferentes, utilizando como facilitadores de la transacción al dinero físico, pero también virtual, además de que actualmente aún en ocasiones se aplica el trueque.

En los últimos años se ha producido una nueva revolución en el comercio gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías. La revolución online está cambiando drásticamente la forma de vida del ser humano y el comercio, como era de esperar, ha sido uno de los grandes abanderados de esta revolución.

El comercio electrónico sin duda ha sido el gran ganador debido al gran incremento de las ventas en línea; como muestra está el hecho de que cada vez existe un mayor número de consumidores, donde incluso algunos estudios realizados afirman que de cada 10 usuarios que compran por medio de Internet, nueve vuelven a hacerlo en el corto plazo. Se trata de una opción cómoda, misma que se adapta para muchas personas que la prefieren, comparándola con salir de casa a buscar lo que desean.

Debemos reconocer que aún se tiene la percepción de que se trata de un comercio inseguro, existiendo dudas y temores en el pago y en la distribución logística, pero aun así esto no elimina el hecho de que existe un mercado muy grande por explorarse.

Se argumenta que los cambios de hábitos de consumo se han magnificado a causa de la pandemia, pero la realidad es que sin duda esta vía ya empujaba con fuerza desde tiempo atrás por la visión de empresarios que identificaron la nueva realidad.

La transformación del comercio tradicional y la forma de comprar de los consumidores incluye no sólo al comercio mayorista sino también al minorista, y el auge de ambos obviamente se debe al mayor acceso a tecnología y al aumento en el número de usuarios que se conectan a Internet, donde a su vez un protagonista importante es el incremento en la venta de los smartphones, ya que mediante una aplicación o navegador se pueden realizar compras en cualquier momento y lugar sin ningún tipo de limitación.

Desgraciadamente debemos afirmar que el comercio también se encuentra en actividades ilícitas como el tráfico de personas y drogas no permitidas, con la existencia inclusive de organizaciones preparadas para hacer llegar productos a consumidores fuera de los marcos legales y regulatorios, adquiriéndolos mediante engaños.

La importancia del comercio no sólo tiene que ver con el ámbito económico, a éste se adhieren los aspectos social y cultural, ya que compradores y vendedores establecemos contacto buscando espacios, y al no ser autosuficientes tenemos que recurrir a entornos, ya sea locales, estatales, o internacionales, para acceder a una amplia gama y variedad de cosas. Esto a su vez mantiene el dinero en circulación, mejora la economía y el nivel de vida de los ciudadanos, y en muchos casos impulsa el desarrollo equitativo y las inversiones.

Es muy importante el compromiso hacia los consumidores al intercambiar calidad a precios justos y competitivos, situación que debe ser impulsada mediante políticas públicas adecuadas.

*Docente de las licenciaturas en Comercio Internacional y Aduanas, Administración y Desarrollo Empresarial, y Nutrición de Universidad Xochicalco campus Ensenada.