Realizar un evento es un gran desafío
Lya Martínez
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¡Es tan emocionante cuando te preguntan si puedes preparar un artículo para la premier de una revista que promete tanto como esta...! Y, además, escribirlo sobre lo que más me apasiona: planificar un evento y dejar, al mismo tiempo, algo de mí al lector. ¡Wow! Vienen tantas ideas a mi mente. Planificar un evento, para mí, es totalmente subjetivo, pues me doy a la tarea de conectarme con el sentimiento que quiere transmitir al público mi cliente y, a la vez que envuelvo con la energía del éxito, a nuestro artista o invitado. Cuando planeo un evento, estoy en el centro de todo. Soy el intermediario entre quien realiza el evento y el invitado, artista o conferencista que lo hace realidad. Entre ellos están los proveedores de absolutamente todo lo que se requiere, el público, los patrocinadores, nuestros empleados, especialistas y expertos, la publicidad y los medios, y los “bichitos con uñas”, como les llamo a todos esos imprevistos que aparecen queriendo hacer que nuestro acontecimiento no sea tan exitoso. Al final… los vencemos. Trabajar con tantos sentimientos como, la risa, el llanto, el asombro, el entusiasmo, la melancolía, la nostalgia, el deseo, la magia, la sorpresa, el aprendizaje, la instrucción, la apreciación, el embelesamiento… sostenido todo esto por el Interés; es algo que me ha fascinado toda la vida. Siempre he tenido un sueño que sobresalió, entre muchos: crear para todos, momentos especiales llenos de amor, emociones y detalles excepcionales, los que al contarlos, estén entre los más inolvidables de nuestras vidas. Para lograr que toda esta energía sea apreciada de forma tangible, debe ser transformada en un evento llevado a cabo a través de un plan de acción lo más detallado posible.
Cuando planeo un evento, estoy en el centro de todo. Soy el intermediario entre quien realiza el evento y el invitado, artista o conferencista que lo hace realidad.
