Publicación del Colectivo: “Jorge B. Rivera” Equipo UBACyT - Instituto de Estudios para América Latina y el Caribe (IEALC) Cátedra de Historia General de los Medios y Sistemas de Comunicación Carrera de Ciencias de la Comunicación Social - FCS - UBA
PERSPECTIVAS EN
HISTORIA DE LOS MEDIOS
ISSN 2422 - 6718
Año 2 Número 3 // Diciembre de 2016
ENTREVISTA: José Claudio Escribano “Estamos en la edad de piedra digital” De De la la telegrafía telegrafía sin sin hilos hilos aa los los sonidos sonidos de de la la radio radio Por Por Oscar Oscar E. E. Bosetti Bosetti
El dibujo científico en la prensa diaria de fines de Siglo XIX Por Alejandra Ojeda
Revistas y política durante la dictadura Por Marcelo Borrelli
ESPECIAL:
Cuaderno temático Aportes desde México
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES CARRERAS DE GRADO LICENCIATURAS » Ciencias de la Comunicación Dir: Diego de Charras Contacto: ccom@sociales.uba.ar | comunicacion.sociales.uba.ar » Trabajo Social Dir: Nicolás Rivas Contacto: tsocial@sociales.uba.ar | trabajosocial.sociales.uba.ar » Sociología Dir: Hugo Lewin Contacto: sociología@sociales.uba.ar | sociologia.sociales.uba.ar » Ciencia Política Dir: Elsa Llenderrozas Contacto: cpolit@sociales.uba.ar | cienciapolitica.sociales.uba.ar » Relaciones del Trabajo Dir: Hernán Sandro Contacto: rtrab@sociales.uba.ar | relacionesdeltrabajo.fsoc.uba.ar PROFESORADOS » Enseñanza Media y Superior en Ciencias de la Comunicación Social » Enseñanza Media y Superior en Ciencia Política » Enseñanza Media y Superior en Relaciones del Trabajo » Enseñanza Media y Superior en Trabajo Social » Enseñanza Secundaria, Normal y Especial en Sociología
Mayor información en www.sociales.uba.ar Santiago del Estero 1029 CABA Tel: +54 (11) 4305- 6087/6168
Perspectivas en Historia de los Medios Publicación del Colectivo “Jorge B. Rivera”. Equipo UBACyT - Instituto de Estudios para América Latina y el Caribe (IEALC) Cátedra de Historia General de los Medios y Sistemas de Comunicación. Carrera de Ciencias de la Comunicación Social – FCS-UBA
Facultad de Ciencias Sociales - UBA
Decano: Glenn Postolski. Vicedecana: Patricia Funes. Proyección Institucional: Pablo Hernández. Director de la Carrera de Ciencias de la Comunicación: Diego de Charras.
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Año 2 Número 3 // Diciembre de 2016 Índice de contenidos
NOTA DEL EDITOR OPINIÓN
De la telegrafía sin hilos a los sonidos de la radio Por Oscar E. Bosetti Equipo de Cátedra: Julio Moyano (Titular) Rubén Levenberg (Adjunto) Marcelo Borrelli Máximo Eseverri Patricia Faure Enrique Fraga Ariel Gurmandi Alejandra Ojeda Equipo Editorial: Director: Rubén Levenberg Coordinador general: Julio Moyano Redacción e investigación: Marcelo Borrelli, Máximo Eseverri, Patricia Faure, Enrique Fraga, Ariel Gurmandi y Alejandra Ojeda. Maquetación original: Cristina Agostoni Diseño: Jesica Miño jesica.dycv@gmail.com Corrección: Manuel Camino manucamino@yahoo.com
ENTREVISTA José Claudio Escribano “Estamos en la edad de piedra digital” TEMAS Y DEBATES
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Las imágenes de Horacio Quiroga Por Patricia Faure
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Revistas y política durante la dictadura Por Marcelo Borrelli
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Amalia, como fin o como principio Por Máximo Eseverri
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El dibujo científico en la prensa diaria de fines de Siglo XIX Por Alejandra Ojeda
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CONGRESOS
IEALC: América Latina - Escenarios en disputa
INTERNACIONALES
Historiadores de la prensa y el periodismo
AYER Y MAÑANA
Imagen y letra, un nuevo entramado en la era digital Por Ariel Gurmandi
LETRAS ISSN 2422-6718 DNDA: en trámite Editores responsables: Julio Moyano y Rubén Levenberg Santiago del Estero 1029 – Piso 1 – Of. 100. (CP) C1075AAU - CABA. http://historiaymedios.sociales.uba.ar/ https://www.facebook.com/ historiadelosmediosUBA Contacto y suscripciones: historiamediosuba@gmail.com
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Los periódicos oficiales en México en el Siglo XIX Por E.F y J.M.
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TESIS Y TESINAS
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CUADERNO TEMÁTICO
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CALENDARIO
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NOTA DEL EDITOR Tras haber encarado con éxito el desafío de editar una revista digital dedicada a la historia de los medios, con contenidos académicos y formato periodístico, desde el colectivo “Jorge B. Rivera” decidimos dar un nuevo paso en la oferta de material que resulte de utilidad a docentes, investigadores, alumnos y otros interesados. Con ese propósito, en nuestro tercer número publicamos un Cuaderno Temático, con artículos que fueron sometidos al referato con el sistema de doble ciego. El propósito es canalizar la producción académica en la disciplina. En este caso, ofrecemos cuatro trabajos de autores mexicanos que hacen un aporte valioso para nuestros lectores. En el cuerpo de la revista publicamos una entrevista al periodista Claudio Escribano, quien nos cuenta su experiencia y sus puntos de vista sobre el ejercicio del periodismo en distintas épocas de su larga trayectoria, que comenzó en 1956, cuando ingresó al diario La Nación. En la sección Opinión, el docente e investigador Oscar Bosetti escribe sobre un tema que ha estudiado profundamente: los comienzos de la radio como medio en la década de los 20. A su vez, Patricia Faure rescata un aspecto poco conocido de la vida de Horacio Quiroga, su pasión por la fotografía y su relación con Leopoldo Lugones. En la misma sección, Temas y Debates, Marcelo Borrelli describe el resultado de sus estudios sobre la relación entre las revistas y la dictadura militar impuesta desde 1976 en la Argentina; Máximo Eseverri resalta el valor histórico del centenario de la película argentina Amalia, que nuestra cátedra proyectó recientemente para alumnos y la comunidad en general; y Alejandra Ojeda encara un aspecto poco conocido de la prensa de fines del siglo XIX: el dibujo científico. En Ayer y Mañana, Ariel Gurmandi aborda como siempre un tema de la historia reciente, que en esta oportunidad recibimos con una sonrisa en código ISO: de los símbolos a los emojis, una evolución de la comunicación a través de esos pequeños dibujos que expresan emociones. En otras secciones, Julio Moyano y Enrique Fraga hacen la reseña del libro Los periódicos oficiales en México, coordinado por la doctora Adriana Pineda y editado este año por el Senado de la República de México. También comentamos algunas de las jornadas y congresos en los que participamos durante el año. Entre ellos, el X Encuentro de la Red de Historiadores de la Prensa y el Periodismo en Iberoamérica, realizado en esta ocasión en conjunto con la Asociación de Historiadores de la Comunicación de España en la Universidad de Valencia; las III Jornadas de Estudios de América Latina y el Caribe, organizadas por el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe ––(IEALC- Universidad de Buenos Aires), institución en la que desarrollamos nuestra tarea como investigadores; y el congreso de la Red de Carreras de Comunicación Social (Redcom), que organizaron conjuntamente la UBA (Facultad de Ciencias Sociales) y la Universidad Nacional de La Plata (Facultad de Periodismo y Comunicación). En ese marco hicimos la presentación oficial del número 2 de la revista, con la participación de Carlos García Da Rosa, de la Universidad Nacional de Misiones, y Oscar Bosetti, de la Universidad Nacional de Quilmes, investigadores con los que compartimos también el IV Encuentro de Cátedras de Historia de los Medios organizado en Paraná por nuestros colegas de la Universidad Nacional de Entre Ríos.
Perspectivas en Historia de los Medios
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OPINIÓN
DE LA TELEGRAFÍA SIN HILOS A LOS SONIDOS DE LA RADIO Por Oscar E. Bosetti *
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l desarrollo de los media es desigual según cada país y, por tanto, resulta diferente a la hora de abordar temas políticos, económicos o aquellos ligados a los valores socioculturales. En el caso de la radio, su momento experimental vino de la mano de la hegemónica American Marconi Company, aunque la primera transmisión regular y continua ocurrió en una pujante Buenos Aires atravesada por una prolífica “imaginación técnica”. Desde aquella noche fundacional del 27 de agosto de 1920, impulsada por el entusiasmo de Enrique Susini, Miguel Mujica, Luis Romero Carranza y César Guerrico (y del no siempre recordado Ignacio Gómez) pasaron 96 años y cientos de sonidos. Quedaron registrados los momentos de esporádicas alegrías o infinitas penurias que acompañaron la vida cotidiana de varias generaciones. Ahí se cruzan los personajes tiernos e irrepetibles de Niní Marshall y la inconfundible máscara del “Felipe” de Luis Sandrini; la ductilidad vocal de Pepe Iglesias, “"El Zorro”", y la ácida ironía de su tocayo Arias; los relatos de Luis María Sojit, Lalo Pelicciari o “El Gordo” Muñoz y las narraciones de los elegantes y atildados Fioravanti u Osvaldo Caffarelli en sus noches luminosas desde el Luna Park o —-más acá en el tiempo — - del multifacético Víctor Hugo Morales. Y, también, perduran, las huellas dibujadas “en el aire” por Ariel Delgado, Antonio Carrizo y “Cacho” Fontana, Héctor Larrea y Mario Pergolini, Elizabeth Vernaci y Eduardo Aliverti, o Hugo Guerrero Marthineitz y Nora Perlé… En fin, de tantos y tantas que han habitado o aún moran en esos domicilios situados en una frecuencia de la AM o de la FM. La cadena de transformaciones tecnológicas que hizo posible la aparición de la radio como la conocemos hoy comienza con el descubrimiento de la electricidad, que es la madre de todas las demás. Así, uno de los célebres investigadores del siglo XIX fue Samuel Morse con su telégrafo. Por su parte, en 1865, el escocés J. C. Maxwell formuló matemáticamente la teoría de las ondas electromagnéticas. Y, por esos años, Antonio Meucci (un marginado por la voracidad empresarial de Alexander G. Bell) y Thomas Watson darían al mundo el invento de mayor relevancia para esos tiempos: el teléfono, el primer dispositivo capaz de transmitir la voz humana. Los adelantos científicos y técnicos se fueron acumulando y se sucedían unos a Perspectivas en Historia de los Medios
otros. Todos pretendían solucionar el planteamiento central: lograr un sistema de intercomunicación que fuera lo suficientemente práctico como para responder a las demandas políticas, económicas y militares. La necesidad de disponer de máquinas idóneas, rápidas y seguras que cubrieran largas distancias, se incrementó considerablemente a medida que el capitalismo se tornaba más complejo. La necesidad de disponer de un medio de comunicación que fuera capaz de cruzar rápidamente los océanos era urgente para las potencias imperialistas, principalmente. La Revolución Industrial trajo consigo un ritmo vertiginoso. El intercambio comercial, el maquinismo, la aceleración de los procesos sociales y culturales, el cambio de los valores, fueron factores que requerían la búsqueda de esos sistemas de interconexión a distancia. En este trayecto de más de nueve décadas no se puede hablar de una única y homogénea radio. Más preciso sería, entonces, dar cuenta de tantas radios como momentos atravesamos y, aun así, para cada etapa habrá tantas radios como intereses empresariales, políticos y mediáticos alcancemos a develar. Porque, a veces (muchas veces), como ocurría con los acusmáticos, las radios son las sonoridades con las que se expresan ciertos grupos dominantes cuyas siluetas apenas podemos intuir. * Profesor titular e investigador de la historia de la radiofonía argentina. UBA, UNER y UNQUI. Fundador de FM UBA: 90.5, la Radio de la UBA y de la Agencia Radiofónica de Comunicación de la UNER.
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ENTREVISTA
José Claudio Escribano
“ESTAMOS EN LA EDAD DE PIEDRA DIGITAL” En su charla con Perspectivas en Historia de los Medios, el ex subdirector y actual directivo de La Nación habló sobre la antigua competencia con La Prensa y la llegada de Clarín. Desglosó las transformaciones del trabajo del periodista, rescató el rol de los oficios con los que se relaciona y puso énfasis en los cambios de la capacitación profesional.
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abla de un modo tranquilo, relajado, casi doctoral. Conoce –y disfruta compartir-– anécdotas en un amplio espectro de actividades periodísticas a lo largo de medio siglo: desde las rutinas de la redacción hasta la competencia empresarial; desde el periodismo internacional hasta los detalles de la prensa local en Santa Fe o Entre Ríos; desde la época de la linotipo hasta la digitalización completa. Cada tanto, hace una pausa para pensar la respuesta, y nadie podría decir que durante muchos años, como subdirector de uno de los dos diarios más antiguos de circulación nacional, ha sido –y lo es actualmente con sus columnas de opinión-– uno de los hombres que mayor influencia política tuvo en los últimos treinta años, con definiciones que generan odios y amores. Exponente de aquella tradición de un diario que, al decir de Ricardo Sidicaro, se posicionó como interlocutor de la sociedad y del poder, Escribano es también protagonista y testigo de la historia del periodismo, al menos desde 1956, cuando entró al diario como cadete. -¿Qué cambios vivió desde La Nación en los diarios locales? -Nunca trabajé en otro diario; me inicié en La Nación, adonde a los diecisiete años llevaba algunas cosas, para entrar en planta a los dieciocho. Allí viví, entre otras cosas, la transformación de los oficios, el paso del plomo a la composición en frío, la irrupción de la computadora en la redacción y el ingreso de periodistas con distintas experiencias y formaciones. Un hecho simbólico que me tocó personalmente fue abrir el ciclo de una tecnología que fue importante en el periodismo: en 1957 transmití, por primera vez, al menos para La Nación, directamente desde un télex. Fue desde el Paraninfo de la Universidad del Litoral, en Santa Fe, donde se hacía la Convención Constituyente el 30 de agosto. En 1999, tuve la responsabilidad de dar de baja al último télex. -A mediados de la década de los 90 dijo que el diario tenía que adaptarse a competencias como Perspectivas en Historia de los Medios
la de la televisión y la de la computadora. -¿Cuál es su visión de esta nueva época? -En 1995, estábamos en el ojo de la tormenta. De algún modo seguimos allí, es la mitad de la década más revolucionaria en la historia, del mundo de las comunicaciones. Pero a pesar de todos los cambios que se produjeron, todavía estamos en una suerte de edad de piedra de la era digital. Porque mientras hablamos aquí, no me sorprendería que algo nuevo esté ingresando en el mercado y de una fuerza tal que pueda volver a sorprendernos una vez más. También hay que pensar que en la misma década Nicholas Negroponte decía que en la década siguiente el viejo diario en papel debería convivir con una tableta. -¿Convivencia o sustitución? - Decía que compartirían una audiencia que has6
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ta el momento era cautiva del papel. Es interesante, porque la expresión tableta estuvo bien pensada, hoy hablamos de tabletas como algo corriente. La revolución ha sido impresionante. El télex tuvo una existencia corta, algo más de 30 años y no mucho mejor le fue al fax, que fue su reemplazo apurado por los países orientales ante la dificultad que generaban los teclados, por el uso de ideogramas. Esto no había ocurrido con otros medios del pasado, como el telégrafo o el teléfono. -Durante esos años también dejaron de existir algunos oficios, nacieron otros y el periodismo se transformó. -El tipógrafo es uno de los tantos oficios que desaparecieron, como el tipista, el saca pruebas, el ordenanza. Por otra parte hay oficios imprescindibles. Una vez Franklin Rawson Paz, quien era prosecretario general de Redacción cuando yo era secretario, me llevó al atril en el que estaban los diarios de los últimos quince días y me dijo: “Fijate qué macana el título que publicamos hoy”. Yo lo leía y no veía el error, hasta que me lo tuvo que marcar. Había pasado por todos los filtros, por todos los niveles de fiscalización, que eran múltiples y muy severos. Hoy, en lugar de mejorar, se cree que la corrección humana no es necesaria, pero la máquina no alcanza porque las posibilidades de que el diablo meta la cola son inmensas. Los correctores son las figuras más sacrificadas, porque de pronto salvan a un diario casi de una catástrofe y no se los reconoce, pero cuando cometen un error todo el mundo los señala. -¿El ordenanza? -Era una figura fundamental, que llevaba los originales al taller con toda la rapidez que exigía el caso. -¿Cómo fue el paso del plomo a la composición en frío? -Fue un proceso gradual. La conversión de la composición llamada en caliente a la que se denominó en frío comenzó de una manera muy balbuceante. Había que vencer no sólo una cultura, sino impedimentos de orden material, como la entrada en todo un proceso de digitalización. Recuerdo que la primera computadora que se compró para La Nación en los años 70 no cabía en una habitación y costaba 17.500 dólares. Se colocó en la Secretaría de Redacción, pero no tenía aplicación práctica alguna. O la tenía, pero por razones psicológicas, aunque parezca broma, Perspectivas en Historia de los Medios
era simplemente para que los redactores la vieran, pasaran, la tocaran y comprendieran que no mordía. Por entonces cada diario tenía su estrategia. -¿Por ejemplo? - Al comienzo, en The New York Times era muy escaso el número de redactores que decía que estaba en condiciones de pasar de una máquina de escribir a una computadora. Para acelerar el proceso, colocaron un gran cartel en la redacción: “Se hace saber a los redactores que a partir de la fecha todo aquel que ponga en conocimiento de las autoridades que está en condiciones de realizar su trabajo en la computadora, podrá llevarse a su casa, como de su propiedad, la máquina de escribir que estaba utilizando”. Les dio muy buen resultado. -También cambiaron los roles de los periodistas... Yo entré como cronista volante, que era el muchacho para todos los mandados. Las redacciones estaban mucho menos especializadas y segmentadas. Darío López, que era un hombre de unos cuarenta y tantos años largos, con quien trabamos una relación amistosa, cubría de manera simultánea el Ministerio de Agricultura y Ganadería y el de Salud Pública de La Nación. Eso era posible porque no había una segmentación tan definida, salvo casos muy específicos, como el ajedrez, del cual se ocupaba Julio Bolbochan. Los redactores volantes cumplían un horario durante el cual cubrían lo que fuera, no se ocupaban de un tipo de información específica. Si no había nadie en Policiales, podían ir a cubrir un incendio, o un asalto. Pero también una conferencia de prensa de un político o la renuncia de un ministro. -¿Cuánto tiempo trabajó como cronista volante? -Un mes, porque era tan tronco que el secretario general me llamó y me dijo que me iban a prolongar la prueba, que era de treinta días, por dos meses más. Me había tirado un centro para que lo cabeceara durante ese período de gracia. Antes de cumplir el plazo me destacaron como cronista en la Casa Rosada. Creo que cuando un joven reportero siente profundamente el interés por el oficio va a salir del paso. -¿Su formación fue totalmente empírica? -Hice la carrera de abogacía, di la primera materia veinte días después de haber entrado en el diario, pero mi formación tuvo componentes emocionales muy importantes, porque en la mesa de mi casa se ha7
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blaba mucho de La Nación. Mi bisabuelo paterno, mi abuelo paterno y dos hermanos de mi madre habían estado en el diario. Yo fui la cuarta generación, de modo que existía una ligazón emocional. Sobre todo influyó un hermano de mi madre, Andrés Durán, abogado, periodista y parlamentario. Era una figura de una ascen dencia casi paternal y había sido cronista parlamentario en el diario entre 1946 y 1953, cuando murió. Dos años después fui a buscar trabajo a La Nación.
-Fue después de que terminaran con las galeras a una columna…
-Algunos periodistas recuerdan con afecto las tertulias de los diarios, las reuniones en las cuales, dicen, aprendían mucho del oficio. ¿Cuál fue su experiencia?
No, eso había sido hasta el 3 de febrero de 1951, cuando el peronismo la interviene, luego la confisca y la pone en manos de la CGT, que en relación con los otros diarios del oficialismo hace un producto de verdadera sobriedad. Con no poca astucia, entendieron que algo había que hacer para preservar la enorme masa de lectores que tenía La Prensa. La Nación siempre fue el segundo diario. La popularidad de La Prensa se basaba en su rigurosidad para verificar los hechos, hasta el punto de que era extenuante para sus periodistas. Pero era muy importante el hecho de ser el diario de los trabajadores y los inmigrantes, porque tenía una gran sección de avisos clasificados y lo compraban para buscar trabajo. De eso se dio cuenta Roberto Noble.
-Había una bohemia que dejaba frutos de enriquecimiento cultural múltiple, pero también una dilapidación de tiempo, de energías y, por qué no, de la salud física. Personalmente tuve que tomar una decisión y me gradué porque conseguí sustraerme a la noche de Buenos Aires. Recuerdo que tenía 19 años y salimos del diario a las tres de la mañana, después de una larga tertulia a la que yo me había sumado a las 12. Luego seguimos, y a las seis y veinte comprendí que los demás estaban acostumbrados a acostarse a las siete, pero yo no. Me fui y le dejé una nota a mi madre para que me despertara a las nueve. Había decidido dejar la tertulia y hacer mi carrera. -Ingresó al mundo del periodismo en un ambiente del cual se dice que tenía la idea de la bohemia, pero un contacto menos intenso con el de la composición y más vinculado a las carreras de humanidades. ¿Lo percibe de esa manera? -Entre los periodistas había muchos estudiantes crónicos de varias carreras. Las más clásicas eran Abogacía, Letras, Filosofía y algún descolgado que hacía Ciencias Económicas. Por entonces no se pensaba en la posibilidad de que hubiera escuelas de periodismo. Después, cuando comenzaron a llegar los primeros graduados, había mucha bulla sobre el tema, las viejas generaciones fueron muy reticentes. En cuanto a la relación con la composición, debe haber habido en La Nación redactores que nunca, pero nunca, entraron al taller. Allí iban los que tenían más vocación. Y los que no, se perdían muchas cosas. El secretario de Redacción bajaba con un piolín como los de los barriletes y medía cuánto tenía la composición del discurso. Entonces le decía al jefe del taller “tiralo a cuatro”, y el tipo, con la habilidad y los conocimientos que tenía, tiraba ese plomo en cuatro columnas, dejando los espacios perfectos para que después hiciera el título. Perspectivas en Historia de los Medios
- Sí, el cambio fue en 1983 cuando se hizo el primer diseño profesional en la historia del diario, a cargo de Rolf Rehe, un profesor de la Universidad de Indiana. -¿Cuando usted entró al diario la competencia todavía era La Prensa?
-¿Cómo lo aprovechó? Cuando la confiscan, Noble hace un trabajo de captación de avisos clasificados y tiene éxito. Cuando La Prensa es devuelta a sus dueños, si bien vuelve a superar a La Nación en circulación, ya no era lo mismo. El espacio lo va cubriendo Clarín. En 1963, La Nación alcanza por primera vez a La Prensa, que en 1974 se desafilia del Instituto Verificador de Circulaciones (IVC). Allí está la información que los anunciantes utilizan para ver a cuánta gente llega el mensaje por el que pagan, y La Prensa ya estaba comenzando a perforar el piso de los cien mil ejemplares. Veinte años antes llegaban a 400 mil. -¿Cómo fue el impacto de la innovación que introdujeron las revistas en los años 60? Fue notable. Hay que reconocerle a la suma de Primera Plana, Análisis y Confirmado una fuerte gravitación sobre la forma en la que se confeccionarían en adelante los diarios. Las revistas terminaron por confirmar algo que ya se sabía y que La Nación venía practicando por inspiración de Juan Santos Valmaggia: había que ser menos informativos y disponer de un mayor espacio para la interpretación de los sucesos. De la pequeña dotación de editorialistas salía la columna política, y ulteriormente las dedicadas a temas gremiales o a la vida religiosa. La Nación tiene muchas páginas, se dicen muchas cosas, algunas contradictorias entre sí. La única que vale como opinión oficial del diario es la que aparece en la página de Editoriales. 8
TEMAS Y DEBATES
LAS IMÁGENES DE HORACIO QUIROGA La selva y las letras son parte de la vida más popular del escritor uruguayo, pero era un apasionado por la fotografía, rasgo que lo llevó a oficiar muchas veces como un virtual reportero gráfico. Por Patricia Faure
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odo quedaba entre escritores: Horacio Quiroga fue invitado por Leopoldo Lugones para participar como fotógrafo en una expedición con destino a las ruinas jesuíticas en 1903. El Ministerio del Interior, a cargo de Joaquín V. González, le había encomendado la tarea de investigar las reducciones de San Javier, Apóstoles, San Carlos y San Ignacio, en el Territorio de Misiones, en Argentina y en Paraguay. Entre letras e imágenes la aventura prometía ser impactante y lo fue para el inquieto Quiroga, a quien marcó su proceder y obra como escritorperiodista en los años futuros. Ello fue así a pesar de que la cosecha concreta publicada de su labor hayan sido dos fotografías de santos de madera, recortados sobre un fondo blanco, y que llegaron a la obra definitiva publicada en 1904 por Lugones titulada El imperio jesuítico. La mirada fotográfica de Quiroga se expresó aún con las dificultades técnicas para capturar el verde del monte misionero, ahorcado por el asma, con callos y escasamente preparado para machetear ramas. El pretexto de unas tomas fotográficas sirvió para que tuviera su encuentro cuerpo a cuerpo con la densidad de la selva, con su lujuria y sus desafíos.
Las razones de una elección Los conocimientos adquiridos por Quiroga durante la educación secundaria en el politécnico de su Salto natal (República Oriental del Uruguay) fueron decisivos para que Lugones lo convocara. El equipo fotográfico, según conjeturáramos con Jorge Baqueta del Museo de la Ciudad de Buenos Aires, debió incluir una cámara de madera con fuelle, porta-placas, algunas cubetas, los químicos, los negativos, tal vez una prensa para hacer el papel, lo que constituiría un complicado esfuerzo al momento del desplazamiento entre la densidad de la vegetación. Sin olvidar las cambiantes condiciones climáticas, que alteran los químicos, y la pobreza lumínica dentro del follaje selvático que perturbaría el Perspectivas en Historia de los Medios
momento de la toma, porque entonces se tomabala foto sin fotómetro, se sacaba “a ojo”. No existían emulsiones fotográficas sensibles a todos los colores y por ello, el proceso de revelado se hacía inspeccionando constantemente en la cubeta lo que iba sucediendo en la imagen sumergida. Las emulsiones ortocromáticas de principio de siglo XX no eran sensibles al rojo ni al verde. Por ello muchas veces las fotografías resultaban borrosas y sólo servían como base para realizar posteriores grabados. Fue gracias a aquel proyecto de apropiación fotográfica que conoció la selva de la que se enamoró. Y a la que le fue más fiel que a sus esposas: Ana María Cirés, su primer cónyuge, se suicidó al no soportar la vida allí, y la segunda, María Elena Bravo, lo abandonó por la misma razón llevándose a la pequeña hija que tenían.
(1) En el legajo 11, carpeta 2143 del año 1904 figura el remito firmado por Leopoldo Lugones dirigido al Ministro del Interior del original de la obra que por decreto de fecha junio 2 del año próximo pasado me encargó(…) sobre las ruinas de Misiones (…) también cinco dibujos, cuatro planos un mapa y dos fotografías que servirán para ilustrar dicho libro. El sello de mesa de entradas dice 24 de mayo. Archivo General de la Nación.
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TEMAS Y DEBATES
A Quiroga no parece importarle demasiado que lo filien exclusivamente con una práctica bien vista, casi obligada para un intelectual, como sería la escritura con pluma inspiradora. Se desenvuelve entonces menos pautado por las obligaciones y más decidido con el placer y, llegado el caso, con plegarse a apoyar un proyecto editorial que lo publica, como el magazine Caras y Caretas. En el semanario se lo reconoce como exponente de la cultura desde el lugar de un nuevo intermediario cultural en un nuevo medio con un recurso nuevo y desde un lugar nuevo. No importa dónde está, si delante o detrás de la cámara, por eso la foto no lo asusta. En Caras y Caretas le solicitan periódicamente “notas para ser ilustradas con fotografías”, según consigna en cartas a sus amigos.
ne (El vampiro, El espectro, El puritano y Miss Dorothy Phillips, mi esposa) y en la fotografía (El retrato, Corto poema de María Angélica y La cámara oscura); desarrolló una sostenida labor como temprano crítico cinematográfico; participó como docente en clase inaugural de una Academia de Cine; proyectó filmar junto a Fede rico Valle, autor de los noticieros cinematográficos Film Revista Valle; posó desprejuiciadamente como modelo en reportajes fotográficos de Caras y Caretas; era un cinéfilo confesó. Así como cuando el señorito se vistió de punta en blanco y con sus stromboot para buscar ruinas jesuíticas cubiertas de vegetación, la mediatización de mano de las fotos le abrió nuevos caminos entre la densa mata que él domesticó para modelar magistralmente su obra escrita.
La imagen y la imaginación Quiroga interpretó la comunión entre literatura y la fotografía fija y también a la fotografía en movimiento también. Tomaba fotografías habitualmente. Esa práctica puede contextualizarse como una característica que se corresponde con su actitud de dandy: así como de jovencito fue un precoz ciclista, luego motociclista, automovilista y pasajero de frágiles avionetas. Las máquinas no lo amedrentaban, es más, lo seducía desarmarlas y volverlas a armar, nos decía Alejandro Storni. Siempre de amigable actitud hacia aquello que de algún modo acelerara al tiempo y al paisaje, recortándolo y encuadrándolo a su estilo personal, modernizándolo y adecuándolo a la nueva visión que imponía el mundo visiblemente dinamizado. La revelación de la selva llega mediatizada de la mano de la tecnología fotográfica.
La mirada fotográfica de Quiroga se expresó aún con las dificultades técnicas para capturar el verde del monte misionero, ahorcado por el asma, con callos y escasamente preparado para machetear ramas.
Sensaciones sin límites La captura tecnológica de la selva con el artefacto fotográfico y el descubrimiento en cuerpo presente y, a través del lente de la cámara, de un espacio y de un conjunto de temas, germinaron en un vínculo que se volvió insoslayable en sus relatos. Animales, hombres y mujeres en situaciones límite, paisajes que se tragan a las personas, naturaleza humanizada y humanos naturalizados, descripciones e imágenes visuales atraviesan sus escritos periodísticos y literarios.
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Más tarde, madurará la selva en su literatura y llevará la literatura a la selva. La selva misionera pero también la selva de cemento de la ciudad, a donde publicará su relato impulsando la profesionalización de escritores y periodistas, siempre sin olvidar su lugar de homo faber en la naciente industria cultural. En sus obras, figuran cuentos inspirados en el ciPerspectivas en Historia de los Medios
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TEMAS Y DEBATES
REVISTAS Y POLÍTICA DURANTE LA DICTADURA Una aproximación al estudio del papel desempeñado por las revistas políticas durante la última dictadura, los reposicionamientos y su margen de acción. Por Marcelo Borrelli
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urante la última dictadura militar en la Argentina (1976-1983) se publicó una cantidad significativa de revistas de carácter político. En su mayor parte tenían una existencia previa al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, por lo que se vieron obligadas a posicionarse de cara a la nueva realidad, delineada ahora por el terrorismo de Estado y el intento de las Fuerzas Armadas por “refundar” a la sociedad argentina. Pero pese al contexto general de censura y autocensura, estas revistas contaron con un mayor margen de acción que los diarios nacionales para publicar informaciones e interpretaciones sobre la actualidad política, las internas del poder militar y la situación socioeconómica en general, a la vez que tenían un acceso privilegiado a ciertas fuentes de información, esto último vinculado a la relación cercana que los directores de estos medios tenían con el poder militar. En efecto, como el control estatal se centró especialmente en los medios escritos de mayor alcance en la opinión pública, la prensa de carácter político -más restringida en su circulación, aunque dirigida hacia un público informado y en algunos casos con poder para influir sobre la actualidad política- pudo dar cuenta de temas, problemas y análisis vinculados a la realidad nacional excluídos o tratados superficialmente por la prensa diaria. De manera que estas publicaciones periódicas se convirtieron en actores políticos de relevancia que establecieron relaciones de conflicto y de colaboración con otros actores de la escena política argentina a través de su labor productora de representaciones sobre la realidad que abordaban. En este breve artículo nos referiremos a tres de las revistas que hemos estudiado en el marco de una investigación más amplia (1): Redacción, Extra y Somos.
(1) Proyecto PICT 2012-0284 de la Agencia Nacional de Promoción ción Científica y Tecnológica (Argentina), dirigido por el autor.
Perspectivas en Historia de los Medios
Sobre las revistas Redacción nació en marzo de 1973 bajo la dirección del periodista Hugo Gambini, quien en ese entonces ya tenía una importante trayectoria en medios escritos. Su publicación era mensual y su extensión promediaba las 68 páginas. A fines de la década del 90 Redacción pasó a llamarse Re-dacción Económica y fue publicada hasta el año 2003. La revista no estaba separada por secciones pero abarcaba diversos temas, desde la actualidad política pasando por la economía, hasta la cultura y la historia, entre otros. Se presentaba como un exponente del periodismo de interpretación, destinada a un lector informado. El primer número de Somos salió a la venta el 24 de septiembre de 1976 y se publicó por última vez el 22 de diciembre de 1993. Su director era Aníbal C. Vigil, quien también se desempeñaba como presidente de la Editorial Atlántida, empre sa de medios de la cual formaba parte la revista. Su periodicidad durante la etapa de estudio fue semanal, publicándose los días viernes. Se trata ba de una publicación orientada fundamentalmente a fracciones de la clase media, incluídos los sectores empresariales interesados en la coyuntura política y económica nacionales, así como en la vida cultural (aunque Somos se caracterizó también por publicar notas de interés general o de “color”). Extra fue una revista de aparición mensual dirigida por el periodista Bernardo Neustadt y publicada por editorial El País, entre julio de 11
TEMAS Y DEBATES
1965 y mayo de 1989. Formaba parte del entramado multimediático del que Neustadt en algunos casos era propietario y en otros ejercía como periodista y nació con el objetivo de abordar temas relacionados con la política, la economía y el plano internacional. Era una publicación destinada al poder político y económico de la Argentina, que también buscaba hacerse eco en un ciudadano con interés por los temas políticos financieros e internacionales y con una orientación tendiente al liberalismo económico. Su extensión promediaba las 50 páginas.
Ante la dictadura Luego del golpe de 1976 Redacción reconoció la legitimidad de las Fuerzas Armadas para modelar el nuevo sistema político, pero con cierta premura le reclamó a los militares que concretaran algún tipo de propuesta hacia los civiles y que arribaran hacia su objetivo declamado de una “democracia madura” en un plazo no excesivo. El paso del tiempo sin una propuesta política precisa pareció generar mayor desconfianza en la revista en torno a las verdaderas “intenciones democráticas” del gobierno y desde 1978 le otorgó un espacio relevante a la voz de los dirigentes políticos. Si bien Redacción compartía la visión extendida en la época sobre la responsabilidad de los grandes partidos nacionles en la crisis que había llevado al golpe -y, en su visión, principalmente la del peronismo-, a medida que la dictadura fue extendiéndose en el tiempo dejó de lado ese énfasis crítico para revalorizar el rol de los partidos, aunque reconociendo que debían corregirse los “vicios” de la “vieja política”.
Pese al contexto general de censura y autocensura, estas revistas contaron con un mayor margen de acción que los diarios nacionales para publicar informaciones e interpretaciones sobre la actualidad política. Por su parte, el dictador Jorge Rafael Videla fue presentado como una especie de “garante” del objetivo democrático declamado por la dictadu ra, ya que era señalado como quien debía realizar un difícil equilibrio entre las facciones internas de las Fuerzas Armadas que se disputaban el futuro dictatorial. Finalizada la presidencia de Videla, en marzo de1981, tuvo una mirada por demás Perspectivas en Historia de los Medios
complaciente hacia su figura, pero fue concluyente en que el nuevo periodo que se abría con la sucesión de Roberto Viola en el cargo debía establecer sin dilaciones una “salida” hacia la “democracia pluralista”. Desde el inicio de la dictadura, la Editorial Atlántida ofreció un apoyo enfático y militante a las Fuerzas Armadas en el poder. Este apoyo tuvo como uno de sus emblemas la aprobación de la “lucha antisubversiva” y el rechazo a las denuncias sobre las violaciones a los derechos humanos difundidas en el extranjero. Además coincidió con el anticomunismo militante de las Fuerzas Armadas y con la visión autoritaria que profesaban en ámbitos como el educativo y el de la organización familiar. Somos, en particular, se destacará por su adhesión al liberalismo económico y su apoyo a la política económica de José Martínez de Hoz, ministro de Economía de la dictadura en el periodo 1976-1981, a quien le exigía que aplicara a fondo su política pese a las resistencias que fue generando en civiles y militares. En relación al futuro del gobierno, en el período 1976-1978 rechazó una desembocadura “apurada” hacia una etapa política, sin dejar de reconocer que los militares tendrían que ofrecer una resolución eficaz en este tema para asegurar sus planes de refundación social. Sin embargo, la revista entendía que, una vez eliminada la “acción subversiva”, todo tiempo político debía estar supeditado a la puesta en práctica de los cambios económicos. Extra, apoyó explícitamente la intervención del actor militar en 1976 y mostró un discurso apologético sobre la idea de restauración del “orden público” y el disciplinamiento social. Desde el inicio expresó abiertamente su aprobación a dos de los pilares de la dictadura: la “lucha antisubversiva” y la política económica de Martínez de Hoz, ubicándose así en lo que hemos denominado como la “zona de confianza” de la dictadura. Pero, paradójicamente, esta cercanía con el actor militar también le permitió hacer saber susreparos con respecto a lo que consideraba como “excesos represivos”, su apoyo a los sectores que consideraba más “moderados” dentro de la dictadura o la insistencia en que las Fuerzas Armadas debían realizar una“convergencia” con sectores civiles liberal-conservadores para asegurar su futuro político, posicionamiento que le valió que quedar envuelta en las pujas interinas de los militares. 12
TEMAS Y DEBATES
AMALIA, COMO FIN O COMO PRINCIPIO Por Máximo Eseverri
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ace más de cien años se proyectó en el Teatro Colón Amalia, el primer largometraje argentino. Restaurada por el Museo del Cine “Pablo Ducrós Hicken”, recientemente fue exhibida en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA a instancias de la cátedra de Historia de los Medios. Amalia (1914) es considerado el primer largometraje de ficción realizado en la Argentina. Fue presentado por primera vez en diciembre de 1914 en el Teatro Colón en una función de gala con fines benéficos, y cincuenta años más tarde volvió a ser exhibido en ese mismo sitio. El 24 de abril de 2015, el film fue proyectado nuevamente allí, como cierre del Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires. En esta última ocasión ya se trataba de una preservada y digitalizada por el Museo del Cine “Pablo Ducrós Hicken”, acompañada por música en vivo del Adrián Iaies Drumless Trío. El museo posee la única copia existente, aunque incompleta, en 35 milímetros. Está en nitrato y virada a diversos colores. Ese metraje fue combi nado con otra versión digital en blanco y negro que se logró a partir de una reducción del film a 16 milímetros. La confección de la nueva copia completa demandó hacer un negativo color en nitrato, y luego una de ese negativo en alta definición, que se completó con la copia en 16 mm. Sobre esa nueva versión, se corrigieron los colores de acuerdo a la versión original y se ajustó la velocidad de proyección. El carácter pionero de esta creación se remonta a la novela homónima en la que está basada: fue escrita en 1851 por José Mármol, quien se encontraba exiliado en la ciudad de Montevideo por razones políticas. Se la considera la primera novela argentina. Antes de editarse como libro, había aparecido por entregas en el periódico La Semana y fue un gran alegato en contra de Rosas, gobernador de Buenos Aires. En 1914, algunos de los miembros de las familias más tradicionales del país decidieron hacer una versión cinematográfica de la novela, con el objetivo de reunir fondos para la Sociedad del Divino Rostro. La película contaría con actores no profesionales (los mismos integrantes de estas familias patricias), pero también con figuras Perspectivas en Historia de los Medios
de renombre tras la cámara: fueron convocados el dramaturgo Enrique García Velloso -quien también realizó la adaptación de la obra-, el empresario de cine Max Glücksmann y, como camarógrafo, Eugenio Py.
La presentación en Sociales El martes 27 de septiembre de 2016 la película fue exhibida en el aula 300 de la sede Constitución de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. El evento fue una iniciativa de la cátedra Moyano-Levenberg de Historia de los Medios, el Museo del Cine de la Ciudad “Pablo Ducrós Hicken” y el Grupo de Investigación en Comunicación “Circulación, Recepción y Crítica de Cine en Argentina”. La proyección fue musicalizada en vivo por Enrique Fraga –docente de la cátedray Santiago Cundari. A la proyección asistieron no sólo cursantes de la cátedra, sino también interesados en la película como hecho fílmico o especialistas del campo de la literatura. Uno de estos últimos, el doctor Gustavo Bombini, acabó exponiendo frente a los presentes un ejemplar original de la Historia de la literatura argentina que García Velloso había publicado poco más de un siglo antes, en los años previos a la realización de Amalia. Esa confluencia habilita una posible reflexión. Tanto en historia de los medios como en los estudios de cine, Amalia tiende a ser descripta como una obra pionera, como la primera manifestación de una cinematografía madura en el Río 13
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de la Plata. Si bien en Buenos Aires se realizaban proyecciones con relativa regularidad desde 1896 y se habían filmado ya tanto obras de carácter documental (como las desarrolladas por Py) o breves ficciones (como obras históricas de Mario Gallo), Amalia constituía no sólo una obra de largo aliento, sino también una realización validada en su pretensión artística por la participación de García Velloso. Sin embargo, es posible pensar también a Amalia como un punto de llegada, como la culminación tardía de una forma de entender la intervención en el terreno cultural por parte de una clase social, hasta ese momento hegemónica. El estreno de la película tiene lugar cuando se cierra el largo siglo XIX (para tomar la periodización del historiador Eric Hobsbawm) y despunta el “siglo corto”, que se inicia con la Primera Guerra Mundial y culmina con la caída del Muro de Berlín en 1989.
Las letras al cine Por aquellos años el campo literario local alcanzó una primera madurez: el trabajo de Rojas, Lugones y el mismo García Velloso permitió por fin pensar las letras argentinas como un pequeño universo, con una historia narrable, sistematizable, en un libro como el que el mismo realizador de Amalia publicó en el año del Centenario. No menos significativo resulta que Angiolina Astengo, viuda de Emilio Mitre y nuera del general Bartolomé Mitre, quien presidía la Sociedad del Divino Rostro, eligiera la novela de Mármol para llevar al cine. La época en la que estos integrantes de las clases acomodadas reinterpretan (en el sentido de releer, pero también en el más concreto del reenactment) una obra -insignia de una tradición asentada, las masas comienzan a ganar definitivamente un lugar perenne en el espacio público: el ascenso del radicalismo yrigoyenista marca un punto de no retorno en la historia argentina, y su impacto no sólo se siente en el terreno de la política, sino también en el ámbito social y en una irrefrenable revolución en los consumos culturales. Si en 1914 el cine argentino era representado por una obra no comercial (que no conocerá sucesores) de y para gente rica, apenas un año más tarde otra obra cinematográfica, Nobleza gaucha, colocará al rico estanciero en el lugar del malhechor y al gaucho pobre –que en Amalia no pasa de extra– en el de héroe y protagonista. Y lo Perspectivas en Historia de los Medios
hará en clave comercial, como pocos años antes lo habían hecho otros medios, los gráficos mutando de un modelo faccioso (que pertenece al mismo mundo que retrata Amalia) a otro que interpela al lector como consumidor.
Tanto en historia de los medios como en los estudios de cine, Amalia tiende a ser descripta como una obra pionera, como la primera manifestación de una cinematografía madura en el Río de la Plata. En 2007, en el artículo “Del ‘cine primitivo’ a la ‘cinematografía--atracción’”, el teórico e historiador André Gaudreault critica la idea de un “cine de los inicios”. Plantea que el cine puede entenderse, por ejemplo, entre muchas otras posibilidades, como un momento avanzado de la fotografía. Los “puntos de partida” de los procesos históricos dependen, claro, de los enfoques que se practican sobre esos mismos procesos. En ese sentido, incluso, el “enfoque” es más que un recorte: puede entenderse como la construcción misma del proceso histórico como objeto científico--académico. Historizar a la película Amalia como representante de una “cinematografía argentina temprana” u obra hecha de y para la élite pareciera tan inevitable como sesgado, porque nos distrae, entre otras cosas, de la instancia de realización; es decir, de la figura de García Velloso, y de su peso de la misma en el circuito cultural e intelectual porteño de principios de siglo. O de la ligazón que esa obra establece no con el cine que vendrá (con el que no comparte lógica ni gramática ni horizonte), sino más bien con la literatura que ha sido.
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Bibliografía Gaudreault, André, “Del ‘cine primitivo’ a la ‘cinematografía--atracción’”, en Secuencias. Revista de Historia de Cine,, N° 26, 2° semestre, págs. 10- a 28, Madrid, Universidad Autónoma de Madrid, 2007.
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EL DIBUJO CIENTÍFICO EN LA PRENSA DIARIA DE FINES DE SIGLO XIX Por Alejandra Ojeda
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urante el siglo XIX, el dibujo fue, mucho más que la fotografía, el camino de observación y categorización más habitual en las ciencias. El científico era entrenado en técnicas de dibujo, y buena parte de su trabajo de campo - fundamentalmente en las ciencias fácticas - consistía en “tomar nota” por medio del dibujo de lo observado. Muchos de esos registros servían después como base de ilustraciones más complejas, que ya incluían ordenamientos, operaciones de síntesis y sistematizaciones que las alejaban mucho de un simple registro mecánico como, por ejemplo, los trabajos del biólogo e ilustrador alemán Ernst Haeckel (1834-1919) o Charles Owen Waterhouse en Londres (1843-1917). Este florecer del dibujo artístico en su capacidad de registro científico converge con las tradiciones ligadas al dibujo técnico de edificios, barcos, cartografías, croquis, tablas y gráficos. La fotografía generaba un tipo de registro diferente, que hacía más difícil jerarquizar rasgos esenciales de la tipología descripta. El registro fotográfico captaba el fenómeno en su ocurrencia concreta, sin discriminar aquellos detalles que caracterizaban al espécimen de aquellos contingentes. En el dibujo, en cambio, se puede elegir qué rasgos destacar, aunque siempre el tipo estará expresasado como un conjunto de cualidades articuladas en un espécimen concreto. Como expresa Klinkenberg: “En el ícono podemos eliminar seguramente un cierto número de elementos no prototípicos –como es el caso de la estilización–, pero resulta imposible eliminar totalmen te la manifestación accidental de rasgos no prototípicos: será imposible dibujar el pico de un pájaro sin que sea corto o alargado.” (2003: 23) Sin embargo, con el correr de las décadas, la fotografía se fue abriendo paso en las ciencias como elemento de registro auxiliar. Las grandes aplicaciones de la fotografía en su etapa pionera eran el retrato, el registro de lugares emblemáticos y paisaje, el taller de arte y el registro científico. Talbot expandió las potencialidades que había demostrado el cianotipo en torno al registro botánico y el daguerrotipo fue utilizado para describir especímenes paleontológicos. La fotografía de colodión húmedo y seco expandió esta función hacia el registro antropológico y la exploración, en un contexto de fuerte hegemonía del positivismo. Esta hegemonía positivista se hace notar en la clara preferencia por la Perspectivas en Historia de los Medios
Ilustración realizada por Ernst Haeckel para el libro Kunstformen der Natur (Arte de la naturaleza), publicado por entregas entre 1899 y 1904.
fotografía –fija o animada–- por sobre el dibujo, en el momento de irrupción del cinematógrafo: “Reynaud y los Lumière no tipifican necesariamente un destiempo tecnológico en el que a uno de los términos de la ecuación le toca asumir la peor parte (la del anacronismo), sino que se los debe considerar más bien como dos opciones paralelas y contemporáneas frente a un mismo problema: el de la reproducción cinética de imágenes encarada en un caso a partir de dibujos directos sobre la película (…) y en el otro, a partir de la cronofotografía o fotografía cinética de Muybridge y Marey, fuertemente valorizada con el éxito de la propia fotografía en la cultura burguesa y tecnológica del siglo XIX.” (Rivera, 1997: 18-19) La ilustración científica, sin embargo, muestra una notable fortaleza del dibujo, no sólo debido a las dificultades tecnológicas que se le presentan a la reproducción de fotografías en la prensa periódica, sino al hecho de que el dibujo, presente en la formación escolar de científicos y lectores, compensa su desventaja en “realismo” con una enorme capacidad de categorización, disección y síntesis. En términos de Ríos Alanís : “ilustrar es dar luz al entendimiento y en este ejercicio la ilustración nos conduce por conocimientos obtenidos a través del escrutinio minucioso, de la disección, la separación, la descomposición en elementos más simples del fenómeno para reconfigurarlos en un conocimiento laminar”. (2007:1) 15
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Entre los campos científicos en los que hemos encontrado ejemplos en las ilustraciones de prensa están la botánica, la zoología, la antropología, la paleontología, la arqueología, la geografía, la física - sobre todo la mecánica y la astronomía-. Observaremos a continuación algunos de ellos. La descripción de adelantos científicos y técnicos. La descripción de aparatos utilizados o creados por la ciencia ocupa un lugar central ente las divulgaciones científicas. En general van acompañados por extensos textos que explican su funcionamiento y aplicaciones.
El Multífono Dussaud. Nota publicada en la página 3 del diario La Prensa el 7 de enero de 1900.
La nota ilustrada por esta imagen describe el equipamiento y su modo de funcionamiento, aclarando que no pretende ser “un trabajo científico”. Diario La Nación, 6 de octubre de 1894.
Grabado de una iIncubado- La luz de Auer, La ra. La Prensa, 2 de noviem- Nación, 29 de bre de 1894. noviembre de 1894.
“Planeta Marte. Observaciones de Lowell. Campos, bosques, habitantes”. La Nación, 11 de febrero de 1896.
Pruebas y esquemas de adelantos científicos La imagen de una mano o de un pez, registrada por el novedoso procedimiento de los rayos X parece constituir una prueba del logro experimental obtenido. Pero son, todavía, grabados que representan la imagen fotográfica obtenida. La función principal sigue siendo didáctica y divulgativa, más que de prueba. A estos registros se agregan mapas y dibujos que acompañan relatos escritos de viajes - tanto científicos como de la imaginación- cuyo despliegue como subgénero periodístico era ya amplio a fines del siglo XIX. El registro visual que acompaña este tipo de materiales abreva así en casi todos los subgéneros: mapas y planos, retratos individuales, grupales, típicos y arquetípicos, paisajes, dibujo naval, dibujo botánico, zooPerspectivas en Historia de los Medios
gico y antropológico. La elección del dibujo cocomo forma de ilustración estuvo, inicialmente, condicionada por la imposibilidad tecnológica de incluir imágenes fotográficas en la prensa hasta fines del siglo XIX (y en el diarismo argentino hasta 1900), pero también es posible explicar la presencia y características de estas ilustraciones desde su continuidad con las formas científicas de ilustración, donde el dibujo prevaleció por sus capacidades de síntesis y categorización.
“La fotografía a través de los cuerpos opacos Damos hoy a nuestros lectores un grabado representando el primer experimento que hizo el profesor Röntgen, demostración del descubrimiento de los rayos luminosos que tienen la propiedad de pasar a través de los cuerpos opacos.” Grabado sin firma publicado el 15 de febrero de 1896 en La Nación. “La Luz de Röntgen. Experimentos interesantes en la facultad de Matemáticas. Hace apenas algunos días que se practicaron en Buenos Aires los primeros ensayos o aplicaciones de la luz de Röngten a la fotografía de los cuerpos opacos, pero de todos los experimentos hechos, ninguno había dado los resultados espléndidos que se consiguieron anoche en la Facultad de Ciencias Exactas. […] Se fotografiaron compases, plumas, una cadena y varios otros objetos de metal que habían sido encerrados dentro de algún cuerpo opaco […]”
El grabado que reproduce la radiografía fue realizado por Augusto Ballerini y publicado en La Nación el 13 de marzo de 1896.
Este artículo está basado en un fragmento de la tesis doctoral de la autora, en proceso de evaluación por la UNLP, páginas 398-418.
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CONGRESOS
AMÉRICA LATINA: ESCENARIOS EN DISPUTA Con la participación de docentes e investigadores de distintos países de la región, se realizaron las terceras jornadas internacionales organizadas por el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe (IEALC).
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as III Jornadas de Estudios de América Latina y el Caribe se realizaron entre el 28 y el 30 de septiembre último en la sede de la Facultad de Ciencias Sociales en el barrio de Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fueron inauguradas por Glenn Postolski, decano de la institución; Patricia Funes, vicedecana; Mercedes De Virgilio, secretaria de Estudios Avanzados; Mabel Thwaites Rey, directora del Instituto; y Waldo Ansaldi, director de la Maestría en Estudios Sociales Latinoamericanos. Entre otros eventos, la conferencia magistral de Juan Carlos Monedero, quien viajó especialmente para las jornadas, y la función de la Orquesta “Rector Ricardo Rojas”, de la Universidad de Buenos Aires, le dieron un marco muy destacado a las actividades de intercambio académico. Durante el encuentro se organizaron cuatro paneles centrales y doce especiales –varios con destacados académicos del exterior–, y un total de 97 mesas en las que se expusieron cerca de 400 ponencias, presentadas por investigadores de Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Honduras, México y Venezuela. También procedentes de Europa (Alemania, Austria, Italia y España) y América del Norte (Canadá y Estados Unidos). Hubo además una entusiasta participación de diversas universidades del país. Al evaluar la experiencia, Mabel Thwaites Rey, directora del IEALC consideró que “la creciente presencia de investigadores del exterior en las jornadas del IEALC es muy importante, porque contribuye a consolidar el perfil latinoamericanista en los estudios regionales. Estos encuentros e intercambios estimulan la consolidación de grupos existentes y permiten gestar proyectos articulados en función de intereses y perspectivas afines entre investigadores de diversas procedencias”. Como en todo encuentro académico, una de las actividades nucleares fue el debate de ponencias en las mesas de los ejes temáticos (ver recuadro), donde nuestra cátedra –cuyos proyectos se encuentran radicados en el IEALC–- tuvo una presencia activa en la coordinación y presentación de investigaciones. Durante los tres días que duraron las jornadas se mantuvieron intensos y muy enriquecedores debates, Perspectivas en Historia de los Medios
enraizados en las problemáticas de la región y con especial preocupación por la dinámica regresiva que adquiere América latina en estos últimos tiempos. El cierre fue un emotivo acto en solidaridad con las resistencias populares, en el cual hablaron representantes de los movimientos en lucha de Brasil, Colombia, Paraguay, Haití, Honduras, México y la Argentina, y se escuchó el mensaje de Miguel Angel Beltrán, recientemente liberado tras un injusto encarcelamiento en Colombia, contra el que el IEALC se manifestó en varias oportunidades estos años. Como concluye la directora del IEALC, “reconocerse como parte de un espacio-tiempo-historia común es un primer paso, fundamental, para desplegar conocimientos latinoamericanistas más sólidos”.
Los temas Los participantes presentaron sus ponencias en mesas distribuidas en dieciséis ejes temáticos Comunicación y medios; Ideas, intelectuales y política; El siglo XIX americano: actores, discursos y nuevos órdenes; Cultura, arte y política en América latina; Teoría política y social; Estado y políticas públicas; Luchas populares y movimientos sociales; Sindicalismo y mundo del trabajo; Tierra, campesinos y pueblos originarios; Desarrollo y modelos de acumulación; Clases dominantes y sus reconfiguraciones sociales y políticas; Construcción del orden y violencia(s); Integración y democracia en América latina; Defensa, seguridad y derechos humanos; Geopolítica e imperialismos y Asia y América latina. 17
INTERNACIONALES
HISTORIADORES DE LA PRENSA Y EL PERIODISMO
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na nutrida delegación argentina participó de las jornadas que se realizaron en octubre último en Valencia, España, donde se dieron cita docentes e investigadores de distintos lugares del mundo en el marco del X Encuentro de la Red de Historiadores de la Prensa y el Periodismo en Iberoamérica. La cita fue durante los días 27 y 28 de octubre pasado y fue doblemente simbólica, porque era la primera vez que la sede se trasladaba al Viejo Continente, y la segunda que se realizaba fuera de México, como parte del natural proceso expansivo de la Red a casi dos décadas de su creación. En esta ocasión convergieron varias instituciones: a la labor de la Red de Historiadores de la Prensa y del Periodismo en Iberoamérica se sumó el protagonismo de la Asociación de Historiadores de la Comunicación de España (ACH), profundizando el lazo iniciado en reuniones previas de la Red, así como en los encuentros de la AHC de Cuenca (2013) y Valladolid (2015). Fue anfitriona la Universitad de Valencia y coorganizaron la Universitad Jaume I de Castelló, la Universidad de Castilla la Mancha, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. Esta edición se desplegó con el eje “De la imprenta a la empresa multimedia: El negocio de la comunicación en la historia”, continuación de ejes de trabajo de encuentros precedentes, en los que se ha trabajado recorridos de la prensa moderna a la prensa actual, así como, en el caso de la AHC, prácticas como el humor y el sensacionalismo en la historia de la comunicación. Se sesionó en el histórico edificio del Centro Cultural La Nau, de la Universitat de València, con la coordinación general de los investigadores anfitriones, doctores Francesc A. Martínez Gallego y Antonio Laguna Platero. Se presentaron mesas temáticas sobre transformaciones del periodismo regional en la era digital, la libertad de expresión en la historia, prácticas laborales y condiciones de trabajo, formación de las nacionalidades y periodismo, rol del Estado, evolución de la imagen de prensa, sensacionalismo y estudios comparados, métodos y conceptualizaciones, cultura popular, migraciones, etc. Sesionaron 36 mesas de trabajo, exponiéndose 180 trabajos provenientes de 10 países. Se presentaron los dos libros surgidos Perspectivas en Historia de los Medios
del encuentro de la AHC de 2015, así como los dos generados en el encuentro de la Red en Querétaro (2014). Además, se realizó la presentación -con un panel internacional- de la exposición comisariada por Antonio Laguna Platero y Francesc A. Martínez en homenaje a la obra gráfica y editorial de Vincent Miquel Carceller,y se efectuaron reuniones de equipos internacionales de investigación, así como de nuestro Nodo Sur de investigadores, que en el caso de la delegación argentina contó con la presencia de miembros de la UBA, UNLa y UNQui. El X Encuentro Internacional de Historiadores de la Prensa y el Periodismo cuenta con la ayuda del Proyecto I+D+I, “Cambios en la empresa periodística: la estrategia del sensacionalismo. Su emergencia histórica en España y América”, en tanto que en la reunión Nodo Sur participaron colegas de dichas universidades y del Museo Roca. En la asamblea de cierre se despidió con ovación a la doctora Adriana Pineda Soto (Universidad Michoacana), quien ejerció la presidencia de la Red durante el último quinquenio, y se designó para el período siguiente al Dr. Carlos Sánchez Silva, de la Universidad Autónoma Benito Juárez, de Oaxaca, México, quien a nombre de esa casa de estudios invitó a los asistentes a participar en el XI Encuentro, en Oaxaca, México. Una selección de ponencias será nuevamente publicada –con el método de referato doble ciego–- y presentada en el próximo encuentro.
Las mesas, títulos de ponencias, características del congreso, autoridades, contacto con investigadores y contacto institucional pueden consultarse en el sitio:http://xencuentrohp.blogs.uv.es/
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IMÁGEN Y LETRA, UN NUEVO ENTRAMADO EN LA ERA DIGITAL Emoji: una nueva sociabilidad histórica Por Ariel Gurmandi
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os emojis producen transformaciones en los sistemas de comunicación y son producto de la historia de las formas de la escritura. En la cultura digital, estos nuevos modos de relacionarse se convirtieron en un nuevo lenguaje. Aunque no todo grafismo primitivo se establece como “prefiguración” de un sistema escrito, según Calvet (2008) la escritura apareció alrededor del año 4.500 a.C. en la zona de la Mesopotamia. Su génesis se vincula en ese periodo con el surgimiento de asentamientos humanos y, por tanto, la aparición de lo que podemos llamar necesidades administrativas. Urbanismo y administración son dos de las condiciones, según el autor, necesarias para el desarrollo de la escritura. Desde las escrituras conventuales hasta la actua lidad, los tres grandes motores de cambio y evolución tipográfica fueron, y son según Alejandra Ojeda (2006), la legibilidad, la necesidad comercial de novedad u originalidad y el requerimiento económico de ahorro de espacio. Los emojis y emoticones se enmarcan en esta evolución. El mismo Marshall McLuhan, en la Galaxia Gutenberg, planteaba que la escritura alfabética había impuesto a la cultura occidental una racionalidad abstracta que en la actualidad se transtransformaba por las nuevas tecnologías. Sin embargo este lugar hegemónico de las letras de molde iba a modificarse a mediados de siglo XIX con la fotografía, luego a principios de siglo XX con el cine, hacia 1950 con la televisión, los carteles, los videos, y recientemente con toda la explosión del contenido multimedia y transmedia que configuran nuevas prácticas culturales basadas en el campo audiovisual. En el marco de la alfabetización digital, la escritura, en tanto artificial desde sus orígenes, puede ser pensada como la fase inicial de un devenir tecnológico. Varios especialistas en nuevos medios dan sustento teórico a los cambios tecnológicos a lo largo de la historia. La comunicación digital modifica el criterio de interactividad creando nuevos modos de sociabi lidad. En la cultura de los bits & bytes ya no se privilegia el lugar hegemónico que ocupó el libro, como objeto de conocimiento, sino que se Perspectivas en Historia de los Medios
realizan nuevas prácticas culturales mediadas por experiencias electrónicas e interactivas. Lejos del orden lineal de la lectura y escritura, la comunicación móvil no sólo es una herramienta, sino que crea el contexto que posibilita nuevas formas de ser, nuevas cadenas de valores y nuevas sensibilidades sobre el tiempo y el espacio. Estos nuevos usuarios son internautas, como afirma García Canclini (2007), que leen y escriben de otra forma en esta sociedad mediatizada como tan apropiadamente explica Castells (2007).
La palabra de 2015 En 2015, el diccionario de Oxford determinó que la palabra del año era el emoji que llora de risa, por ser el más utilizado entre los usuarios. Por primera vez la palabra del año es un emoji. Este acontecimiento se enmarca en un cambio en la noción tradicional del espacio lineal de la escritura. Emoji es un término japonés para los ideogramas o caracteres usados en mensajes electró nicos y sitios web. El término deviene de la palabra compuesta que significa imagen + letra. Mientras que los emoticones se encuentran forformados por símbolos del teclado, como por ejemplo la cara sonriente se establece con dos 19
AYER Y MAÑANA
puntos, un guion y un paréntesis :-). Su creación, en 1982, se debe a una broma de Scott Fahlman. El científico estadounidense propuso un uso de la secuencia de caracteres :-) en el asunto de un mensaje para indicar que el comentario contenía una broma, en respuesta a la sugerencia de Neil Swartz de usar (*) con el mismo fin. Mientras que en 1999, y por una cuestión de falta de espacios en las pantallas de los celulares, el japonés Shigentaka Kurita comenzó a diseñar las primeras caritas para celulares inspirado en las señales de tráfico y algunos caracteres del alfabeto chino. Lo cierto es que Kurita no fue el primero en representar emociones por medio de signos gráficos especiales. Fue Ambrose Bierce quien lo propuso en 1912 y finalmente en 1963 Harvey Ball diseñó la carita sonriente universal representada por el círculo amarillo con dos óvalos por ojos y una amplia curva sonriente. En la actualidad en la mayoría de los dispositivos móviles existe además del teclado alfanumérico un teclado emoji. Y las principales plataformas que lo tienen son: Apple, emojidex, Emoji One, Emojipedia, Facebook, Google, HTC, Instagram, LG, Microsoft, Mozilla, Samsung, Slack, Snapchat, Telegram, Twitter, Viber, Whats App, Yo Status. Según Juan Mendoza (2011), el emoji es una palabra humanizada. La concepción de la informática no sólo reduce a información todos los sabe res, sino, que reduce a información la experiencia sensorial, transmite emociones más allá de la propia información: alegría, sonrisa, risa, enojo, tristeza, incertidumbre, entre otras. Las palabras no se cambian ni desaparecen, se apoyan de manera empática o anempática con una imagen, emoticón o emoji. Se podría ejemplificar con emoticones: • Estoy muy feliz :) • Estoy muy feliz :( En el primer ejemplo, el emoticón refuerza el significado del texto, mientras en el segundo, la aparirición del emoticón sugiere ironía. Su uso contribuye de una manera característica a nuestra comprensión del mundo. Sin embargo, la utilización del emoticón también se expresa por sí solo: • :) alegría, felicidad, complacencia, etc. • :) :) :) :) :) exceso de alegría, felicidad, complacencia, etc. En relación con el concepto narrativo transmediático, el emoji que llora de risa, al igual que otros emojis, se inventó para ser transmitido y difunPerspectivas en Historia de los Medios
dido a través de diferentes plataformas mediáticas y sobre todo en la inmediatez de envío de mensajes, que se ofrecen con las nuevas tecnologías. En la actualidad se dispone de más de 700 emojis que existen en distintos dispositivos inteligentes, para comunicar diferentes expresiones y emociones. Incluso los emojis promueven más la diversidad. Si bien en un principio todos los pictogramas eran de color amarillos, en 2015 aparecieron con distintos tonos de piel. Los emojis, y también en gran medida los emoticones, se convirtieron en un nuevo modo de expresión de la escritura digital. En una nueva forma de expresarnos en esta cultura. Modifican el lenguaje. En este sentido, los emojis podrían ser un lenguaje en sí mismo. Estas emociones que se expresan mediante una tecnología, que más que instrumental es estructural y da cuenta de códigos universales, son comprensibles en múltiples idiomas.
Bibliografía -Calvet, Louis Jean, Historia de la escritura. De Mesopotamia hasta nuestros días, Buenos Aires, Paidós, 2008. Capítulo 6 “La aparición del alfabeto”, páginas 127 a 141, y capítulo 8 “Escritura en América Central”, páginas 201 a 221. -Castells, Manuel, “Innovación, libertad y poder en la era de la información”, en: Sociedad mediatizada, Barcelona, Gedisa, 2007, págs. 175 a 182. -Dutour, Pedro. (2016, julio 2),“El lenguaje universal de los emojis”, recuperado noviembre 5, 2016, desde: http://www.cromo.com.uy/ el-lenguaje-universal-los-emojis-n935176 -Emojipedia. (2013), recuperado octubre 6, 2016, desde: http:// emojipedia.org -Flichy, Patrice, “La burbuja comunicacional” y “Reflexiones finales”, en Una historia de la comunicación moderna. Espacio público y vida privada, México, Gustavo Gili, 1993, págs. 221 a 231. -García Canclini, Néstor, “Audiencias”, en: Lectores, espectadores e internautas,. Gedisa, España, 2007, págs. 23 a 39 y 68 a 98. -Lévy, Pierre, “Sobre la cibercultura”, Revista de Occidente, Nº 206, junio 1998. -Martín Barbero, Jesús, “Tecnicidades, identidades, alteridades: desubicaciones y opacidades de la comunicación en el nuevo siglo”, en: Sociedad mediatizada,. Barcelona, Gedisa, 2007, págs. 69 a 98. -McLuhan, Marshall. La galaxia Gutenberg. Génesis del Homo typographicus, Madrid, Aguilar, 1972. -Mendoza, Juan., El canon digital, Buenos Aires, La Crujía, 2011. -Ojeda, Alejandra, Sobre la génesis del alfabeto occidental, Remedios de Escalada, Universidad Nacional de Lanús, 2006.
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LETRAS
LOS PERIÓDICOS OFICIALES EN MÉXICO EN EL SIGLO XIX Por E.F y J.M.
PINEDA SOTO, Adriana, Coord. (2016). Los periódicos oficiales en México. Doce recuentos históricos. México: Senado de la República y Red de Historiadores de la Prensa y el Periodismo en Iberoamérica. El periódico oficial cumplió en México un rol de vanguardia al hacerse parte de la consolidación del Estado democrático liberal, articular las relaciones entre poderes –y entre éstos y la ciudadanía- pero también habilitar otros contenidos, propendiendo a la construcción de identidades y consensos, la defensa de los intereses regionales, o –en situaciones de guerra civil– la reafirmación de legitimidad. Aproximarnos a este complejo fenómeno supone un rico entramado conceptual y una imprescindible discusión metodológica. A esta tarea se ha abocado un conjunto de prestigiosos investigadores mexicanos, para lograr el libro que ha comenzado a circular tanto en versión electrónica como en una cuidada edición papel con imágenes facsimilares. La doctora Fausta Gantús abre el primero de los doce aportes que hilan el trabajo, con “Apuntes para una discusión conceptual y metodológica”, en el que pone en cuestión las sucesivas miradas –desde el propio Estado- de lo que debían ser la prensa y sus funciones (desde la publicidad de los actos de gobierno hasta el apoyo a actores de la prensa política), así como la necesidad de diferenciar procesos de conformación territorial con o sin presencia directa de conflictos político-militares en curso, los cuales afectan, por su propia dinámica, la posibilidad de expresar “al conjunto” desde la prensa estatal, sin deslindar un enemigo a batir. Sobre la base de esta primera aproximación, los once trabajos restantes construyen el objeto común desde las realidades regionales presentes en el proceso de configuración nacional en el siglo XIX: Jalisco (Jaime Olveda), Oaxaca (Carlos Sánchez Silva y Francisco Ruiz Cervantes), Nuevo León (Miriam Martínez Wong), Veracruz (Miguel López Dominguez), Zacatecas (Marco Antonio Flores Zavala), Michoacán (Adriana Pineda Soto), Chiapas (Sarelly Martínez Mendoza), Guanajuato (José Elías Guzmán López), Estado de México (Laura Edith Bonilla de León), Querétaro (Margarita Espinosa Blas) y Ciudad de México (Luis Felipe Estrada Carreón). Su lectura permite ensamblar la prensa oficial decimonónica mexicana tanto en el marco histórico del desarrollo de la prensa en Occidente –y su versión hispanoamericana- como también en los notables elementos homólogos entre las experiencias de cada Estado mexiPerspectivas en Historia de los Medios
cano, así como entre éstas y las de otras naciones hispanoamericanas en proceso de conformación tras las guerras de independencia. Pero a su vez, nos acerca a sus posibilidades como objeto de estudio y al mismo tiempo fuente: "El periódico oficial ofrece claves para la interpretación histórica tanto por lo que publica —y su valor documental— como por quién lo publica —y los intereses que defiende—, llegando a convertirse en medio decisivo en el proceso histórico de la construcción del Estado liberal”, nos recuerda Pineda Soto en la Presentación. Los textos abundan en hallazgos cuyo interés trasciende los casos. Por ejemplo, el doctor Sarelly Martínez Mendoza –quien abordó recientemente casos de prensa semi-estatal en el Buenos Aires de la década de 1810- nos recuerda, a través del caso chiapaneco, el peso relativo de la prensa oficial en la mayor parte de las capitales de Estados mexicanos: “fueron los más importantes, tuvieron las mejores maquinarias y sus redactores percibieron sueldos con regularidad, lo que constituía una rareza en aquellos tiempos". La doctora Laura Bonilla, por su parte, explicita una implicancia presente en el resto de los estudios: la extensión de la experiencia de periódicos oficiales largamente dentro del siglo XX. El trabajo permite así múltiples lecturas, estimula estudios comparados, y permite reflexionar sobre la relevancia de esta prensa, a veces opacada por la historia del periodismo comercial de masas, para reivindicar su interés no sólo como fuente sino como objeto de investigación histórica. 21
TESIS Y TESINAS
Título: “El exilio intelectual republicano español en la Argentina. La escritura como espacio imaginario de restauración y discurso en contra del olvido en Rafael Alberti y María Teresa León.” Autores: Federico Funes y Agustín Sanz. Tutora: Cecilia Eraso. Calificación: 10 El trabajo aborda puntualmente el exilio del intelectual español de la posguerra en la Argentina y su relación con el auge de la industria editorial nacional, a partir de los casos de Rafael Alberti y María Teresa León. El boom del mercado del libro en nuestro país coincide con la crisis industrial del libro español, debido a que la Guerra Civil Española (1936-1939) provocó el destierro de muchos de los productores culturales de ese entonces a causa de la censura y la persecución política impuesta por el gobierno de Francisco Franco (1939-1975). La pareja de autores, como otros artistas peninsulares que llegaron a la Argentina, pudo instalarse en el mercado editorial local luego de la expulsión de su país después de haber perdido la guerra. Se trató, en su mayoría, de exiliados que pertenecían a sectores medios y profesionales. El relato de los desterrados se presentó a los editores locales como un discurso capaz de ser comercializado. La nostalgia, la tristeza, el olvido y la derrota son figuras que atraviesan ese discurso y que constituyen un determinado producto cultural. Durante el proceso de consolidación de la industria editorial argentina, se establecen importantes editoriales, entre las que se destaca el sello de Gonzalo Losada. En el caso de Alberti y León, de filiación comunista, tuvieron una relación muy estrecha con Losada, de ideología liberal y republicana, quien publicó las obras de los desterrados. Estos exiliados se instalaron en un campo en movimiento y contribuyeron a la conformación de una comunidad o subcultura que se sustentó en la defensa de esos ideales. En este sentido, los autores observan que las ideas de estos tesistas provienen de una tradición de izquierda mientras que sus editores estaban bien vinculados a ideologías más conservadoras. La comunidad de los exiliados se construye, asimismo, en el discurso de estos desterrados y puede reconocerse tanto en sus publicaciones en revistas como en el discurso autobiográfico que en la tesina se analiza. Una nueva identidad, la del exiliado republicano, surge como resultado de un discurso así investido de sentido, y la escritura se vuelve el espacio posible para reconstruir una comunidad que había sido devastada por el franquismo. Perspectivas en Historia de los Medios
Título: “Las representaciones de la tuberculosis en La Novela Semanal 1917-1927.” Autora: Elfenbaum, Wanda (2015) Tutora: María del Coto. Calificación: 10 El recorrido por La Novela Semanal (LNS, de aquí en adelante) de carácter temático permite “reconstruir”, a partir del juego de estos textos narrativos con otros con los que comparte idéntico tópico y que remiten o bien a diferentes géneros ficcionales, o bien a otro tipo de discurso (el publicitario), un pequeño fragmento del discurso social sobre dicha enfermedad en el período que va de 1917 a 1927. La exploración, centrada en aspectos del contenido textual, observa la convivencia de elementos residuales de las representaciones que el romanticismo realizó acerca de la enfermedad y una visión moderna de las causas y del impacto social ocasionado por el mal, además de la perspectiva “optimista” (oportunista) que el discurso publicitario pregonaba proponiendo tratamientos, curas y modos efectivos para prevenir. Los componentes que proceden de las representaciones modernas de la tuberculosis relacionan los textos de LNS con los discursos que ponen en escena las tensiones y ansiedades propias de la etapa de transformación económica, urbana y social que se vivía en la capital durante el período. Algunas de estas tensiones nos muestran el “choque” que se establece entre dos modos de entender la tuberculosis, concebirla como una enfermedad del individuo (cuyo cuidado y prevención dependía de la higiene, una buena alimentación, la ausencia de vicios) o pensarla como problema social (allí los cuidados institucionales y las campañas de prevención públicas jugaban un rol fundamental). Se detecta en las representaciones de la tuberculosis la presencia de rasgos que ponen énfasis en situaciones “cotidianas” (como el diagnóstico de la enfermedad) para extremar su dramatismo y generar fuertes reacciones en el lector, lo que emparienta estas representaciones con el melodrama como se lo ha concebido desde el siglo XVIII. También se hacen presentes el estilo romántico decimonónico, que pinta un retrato estetizado de la enfermedad y sus síntomas, enalteciéndolos como ideal de belleza y distinción, así como características de un discurso moderno, cínico, preocupado por la productividad y el progreso, para el que la enfermedad es un problema, ante todo, social. Para finalizar, se puede decir que, en los textos de LNS, la enfermedad fue un tópico insistente que le permitió al narrador insuflar emotividad al drama, finalizar el relato de forma efectiva y simple (con la muerte). 22
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INTRODUCCIÓN E
n el presente Cuaderno, Perspectivas en Historia de los Medios tiene el placer de cumplir con uno de sus propósitos fundacionales, que es brindar un espacio para la producción académica en la disciplina. En esta primera ocasión ofrecemos cuatro artículos que fueron sometidos a evaluación según el método de doble ciego para su publicación. Abordan aspectos de los estudios sobre la prensa en México con distintas perspectivas que, entendemos, serán no sólo de interés para nuestros lectores, sino que aportarán un punto de vista y análisis originales para la historia comparada o para la revisión de algunas concepciones acerca de la prensa. En primer lugar, Luis Felipe Estrada Carreón desarrolla la idea de una historia conceptual a partir de la experiencia del Seminario Multidisciplinario de Estudios sobre la Prensa. Luego Tania Hernández analiza la relación entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y la publicación Le Monde diplomatique en español que, además, aporta antecedentes para profundizar en la historia de esta versión en castellano del periódico francés, editada en distintos países de América latina. Por su parte, Diego Noel Ramos Rojas toma como objeto de estudio la revista Ferronales, que fue el medio oficial de Ferrocarriles Nacionales de México (FNM), editada entre 1930 y 1991, y reflexiona acerca de la relación entre política y medios oficiales. Finalmente, Guillermo García Espinosa de los Monteros aborda el tratamiento que los medios extranjeros dieron a la noticia de la nacionalización del petróleo mexicano ocurrida en 1938. Toma como base de su estudio los casos de La Nación, de Buenos Aires, y El Comercio, de Lima, pero también suma referencias a las agencias noticiosas de los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. La decisión de comenzar la sección temática de Perspectivas, sometida a referato con trabajos referidos a México, obedece no sólo al interés intrínseco del tema –una prensa que en el siglo XX testimonia ricas y sinuosas trayectorias de relación con el Estado durante la vigencia de la etapa sustitutiva latinoamericana–, sino también un reconocimiento a la importancia pionera de los estudios mexicanos en el desarrollo de la historia de la prensa en Hispanoamérica. Por un lado, al momento de publicación de este número, la Red de Historiadores de la Prensa y el Periodismo en Iberoamérica acaba de completar exitosamente su décimo congreso internacional, a partir de un protagonismo decisivo de universidades y centros de investigación mexicanos, cuyos sucesivos avances en estudios coloniales, prensa estatal, prensa de logias y facciones, modernización y autoritarismo en el auge agroexportador de fines del siglo XIX, prensa revolucionaria o periodismo en el contradictorio período del Estado de Bienestar han marcado tendencia e influenciado estudios sobre otros países hispanoamericanos en los últimos años. Por el otro, se está profundizando la circulación internacional de libros originados tanto en los encuentros específicos de la Red como en instituciones y equipos que la conforman, como sucede con los estudios sobre caricatura de prensa publicados recientemente por Fausta Gantús, el trabajo sobre prensa oficial (estatal) en capitales de provincias mexicanas a lo largo del siglo XIX, coordinado por Gantús y Adriana Pineda, o las ediciones colectivas emanadas de sucesivos encuentros de la Red. El avance en volumen y tópicos del estado del arte en estudios históricos de la prensa mexicana no sólo es bienvenido por los aportes teóricos, metodológicos o de resolución de casos nacionales que genera, sino por su potencial impacto en el desarrollo de estudios comparados para una historia de la prensahispanoamericana que año a año nos muestra señales de homologías estructurales, aun en su rica diversidad.
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HISTORIA DE LA PRENSA Los conceptos como base de un trabajo multidisciplinario. Por Luis Felipe Estrada Carreón *
Más que explicar la importancia del estudio de la prensa, en esta comunicación lo que pretendo es fundamentar la importancia del estudio de los impresos en un ámbito que no siempre se considera para su análisis: el de la historia conceptual. El Seminario Multidisciplinario de Estudios sobre la Prensa es un grupo académico que se formó el 27 de febrero de 2009 con el objetivo de constituir un espacio de estudio multidisciplinario para el fomento, desarrollo y difusión de las investigaciones sobre distintos aspectos de la prensa periódica en México. Por tanto, el reto de nuestro grupo es recuperar las experiencias obtenidas en este campo desde las distintas perspectivas de conocimiento para ir diseñando las herramientas teórico - metodológicas que permitan la construcción de un objeto de estudio multidisciplinario. En este sentido, se reconocía la necesidad de abrevar de todo el trabajo desarrollado hasta ahora sobre la materia, y enriquecerlo con las investigaciones propias del seminario, con la intención de conformar un acervo que permita contrastar las diferentes condiciones de la prensa en distintos períodos históricos, y así estar en posibilidad de delinear algunas explicaciones generales de los procesos que la prensa periódica ha experimentado a lo largo de nuestra historia. Asimismo, el seminario tiene el interés de definir un andamiaje multidisciplinario que permita abordar la prensa periódica de nuestro país de una manera compleja para estudiarla desde sus distintos planos y con diversas técnicas y herramientas. Por tal motivo, se acordó en ese momento que el seminario debía ser incluyente y convocar a especialistas de distintas áreas del saber, y además se asumieron otras tareas que debía cumplir este grupo académico, particularmente: - Efectuar sugerencias teóricas y metodológicas para el estudio de la prensa. - Definir formas de difusión de los avances del seminario y del seminario mismo. - Propiciar la interacción de los integrantes mediante el empleo de Internet - Elaborar un inventario de los estudios y materiales que se han generado en torno a la prensa tanto en la UNAM (Facultad de Estudios Superiores Acatlán, Instituto de Investigaciones Bibliográficas, Instituto de Investigaciones Históricas, Facultad de Filosofía y Letras, Facultad de Arquitectura), como en otras instituciones (UAM, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, la Universidad Autónoma de Tlaxcala, por mencionar algunas). - Efectuar labores de formación de jóvenes investigadores en el área. En cuanto al aspecto teórico-metodológico, se sugirió por empezar por la definición de los conceptos fundamentales que originan el seminario: los conceptos de multidisciplina y de prensa. Así es como, con 19 integrantes (ahora somos 22 investigadores) se comenzó una fase de integración de los trabajos, la exposición de las investigaciones que los miembros del seminario cultivan y, sobre todo, la conformación de un discurso común a base de reflexión, diálogo y lecturas compartidas; además de la organización de diversos coloquios encaminados a presentar los avances del seminario y dialogar con investigadores externos sobre nuestros temas de interés. Sin embargo, con la experiencia adquirida a través de cinco años continuos de trabajo, y una vez comprendidos los intereses, temas y perspectivas disciplinarias con las que abordamos el estudio de la prensa periódica (comunicación, ciencias políticas, historia, arquitectura, diseño, lingüística, literatura y periodismo), el seminario se ha planteado la necesidad de emprender un proyecto de investigación que nos permita, sin abandonar nuestros objetos de estudio y nuestros intereses en torno a la prensa periódica, integrar todos estos conocimientos de una manera que permita articular los saberes construidos en un trabajo de interpretación complejo sobre el devenir de las publicaciones periódicas en México. Si bien el estudio de los conceptos fue un aspecto importante desde el inicio del Seminario, la reflexión central se detonó por un problema en torno a los repositorios que resguardan la memoria impresa de México: la Hemeroteca Nacional propuso una nueva nomenclatura para las publicaciones periódicas, con el objetivo de facilitar los problemas de clasificación y manejo del material hemerográfico. La denominación propuesta es “Recursos Continuos”, y así se incluirían todas las publicaciones que constituyan series o cuya edición sea periódica (diaria, hebdomadaria, mensual, etc.). Esto provocó un conflicto entre los investigadores que afirmaban que si bien la administración del archivo hemerográfico era compleja, situar bajo un mismo término todas las variedades de publicaciones periódicas sin distinguir su periodicidad, formas, tamaños, temáticas, y características era condenar al extravío a un sinnúmero de publicaciones que todavía no han sido identificadas, catalogadas y estudiadas. Esta contingencia hizo evidente lo que muchos en la hemeroteca no percibían: las publicaciones periódicas no significan lo mismo para aquellos que las ordenan, administran y conservan; que para los que Perspectivas en Historia de los Medios
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las estudian y para los que las consultan. Es por ello que en el Seminario Multidisciplinario de Estudios sobre la Prensa se decidió partir de esta situación para hacer una primera reflexión sobre cómo efectuar un estudio conceptual de las publicaciones periódicas, lo cual compartimos con ustedes en este momento. Por ello, consideramos que el estudio conceptual implica, en primera instancia, observar también la historicidad del objeto de estudio y la contextualizaciónde las denominaciones para inferir los cambios conceptuales que se ocultan tras la aparente continuidad de las formas lingüísticas. La historia de las publicaciones influye por tanto en las designaciones estudiadas, pero también dominan los intereses y necesidades denominativas de los investigadores del área. Lo anterior plantea una serie de actividades importantes, a saber: a) identificar los conceptos que históricamente se han construido en torno a las distintas publicaciones periódicas, b) determinar cuáles son las bases culturales a partir de las cuales se han construido estos conceptos, c) conocer las unidades terminológicas que vehiculizan esos conceptos, y por último, y quizá lo más importante, d) si estas unidades terminológicas representan cabalmente la realidad que pretenden denominar. Evidentemente, estas tareas no podrán resolverse en primera instancia, pero son los ejes que tarde o temprano deberán ponerse sobre la mesa para un detallado análisis. La determinación del proyecto debía buscar, por tanto, una propuesta articuladora de la experiencia multidisciplinaria del grupo de investigación, que se ajustara además a los distintos períodos de interés de los integrantes del Seminario. Por ello, se consideró que la propuesta metodológica podría surgir del ámbito conceptual, en el sentido que plantea Mieke Bal: “Repensar el uso y significado de los conceptos como principio metodológico”. (Bal, 2009, pág. 18). La propuesta, como señala esta investigadora, partiría de pensar los conceptos: No […] como términos univocales y firmemente establecidos, sino como términos dinámicos en sí mismos. Al esforzarnos por definir de forma provisional y parcial lo que un cierto concepto podría significar, nos damos cuenta de lo que podría hacer. En ese esfuerzo hay un valioso trabajo que llevar a cabo. Ésta es la razón por la que he llegado a valorar tanto los conceptos. Ese esfuerzo es una tarea colectiva. Los conceptos, incluso aquéllos que sólo se han establecido tenuemente, quedando suspendido entre el cuestionamiento y la certeza, oscilando entre la palabra ordinaria y la herramienta teórica, constituyen la piedra angular del estudio interdisciplinar de la cultura, sobre todo a su potencial intersubjetividad. No porque signifiquen lo mismo para todo el mundo, sino precisamente porque no lo hacen. (Bal, 2009: 20) Así, los conceptos serían el punto de partida para constituir a la prensa en un objeto de estudio multidisciplinar pero resultaba necesario hacer un seguimiento diacrónico de éstos a lo largo de la historia de la prensa en México. La prensa como fuente y objeto de estudio Establecer que la prensa puede constituirse en una fuente y en un objeto de estudio es prácticamente un lugar común. En diversos textos y foros se ha expuesto la manera en que las publicaciones periódicas pueden ser una rica fuente de información de diversa índole y que, por tanto, pueden nutrir de valiosa información a diversas ciencias sociales. Por otra parte, también se ha señalado en reiteradas ocasiones la necesidad de constituir a estas publicaciones como objeto mismo de estudio, y con ello describir, comprender y desentrañar los mecanismos internos que las dotan de significación y que posibilitan su existencia en el mundo de los objetos, de las ideas, de las acciones y del acontecer social. Por ello, más que explicar la importancia del estudio de la prensa, en esta comunicación lo que pretendo es fundamentar la importancia del estudio de los impresos en un ámbito que no siempre se considera para su análisis: el de la historia conceptual. Debido a que el manejo, uso y estudio de la prensa periódica se ha desarrollado a lo largo de casi 500 años en México, se perciben problemas metodológicos cuyo origen radica muchas veces en las variaciones conceptuales de la terminología, dado su desarrollo histórico. En este sentido, pensamos emprender un trabajo de historia conceptual. Esta perspectiva de estudio plantea diversos elementos necesarios para su conformación y abordaje, por lo que aquí nos vamos a centrar en tratar los que consideramos como los ineludibles: a) La definición de la historia conceptual y de los conceptos. b) Las fuentes para la historia conceptual de la prensa. c) El método de estructuración del concepto. La definición de la historia conceptual Como ya indicamos, se han hecho diversos estudios históricos de la prensa, o mejor dicho, de periódicos, periodistas y de algunos procesos, sobre todo políticos, en torno a estos medios de comunicación. Se ha hecho historia de las técnicas de producción de los impresos, así como de su diseño y de algunos de los contenidos. Gracias a ello, hemos podido concebir un pasado que nos muestra, en distintas dimensiones, la importancia, las funciones y los procesos más significativos de los impresos noticiosos en México. No obstante, lo que normalPerspectivas en Historia de los Medios
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mente se deja de lado es precisamente el contenido de estos impresos, y más que nada, la acción que la prensa produce a partir de los textos que vehiculiza. Los contenidos se han visto, a veces ingenuamente, como una documentación de los hechos cotidianos e históricos, pero como señala Koselleck: Desde un principio el historiador parte del hecho de que ningún testigo hablado puede registrar en su totalidad la realidad sobre cuyo conocimiento está tratando. No investiga un texto, un diario, una carta, una cédula, una crónica, una representación por sí solos. En general, sólo le sirven como fuente para recrear un contexto referencial que apunte hacia aquello situado detrás de los textos. (Koselleck, 2013: 117) Esto ha hecho que, sobre todo los historiadores, menospreciaran a la prensa como fuente en la medida que más que un testimonio de los acontecimientos era una representación subjetiva e interesada de éstos. Por otra parte, esta visión subjetiva de los acontecimientos que nos ofrece la prensa, la hizo objeto de la historia cultural, en tanto que ésta hallaba en los impresos una rica fuente para el estudio de las ideas y mentalidades de las distintas épocas, y con ello se pretendía comprender la transformación del pensamiento y sus representaciones. Sin duda cada una de estas perspectivas han aportado mucho al estudio de la prensa, pero se ha dejado de lado un aspecto que para el asunto que nos interesa es nodal: la prensa y sus textos no son sólo un hecho histórico y la descripción de los acontecimientos cotidianos o históricos, ya que la prensa en un sentido amplio es algo más que el conjunto de escritos en papel distribuidos periódicamente, y también es algo más que los profesionales que trabajan en ella: con el paso del tiempo la prensa se ha conformado como una institución social, como un medio de comunicación, como un sistema informativo y como un factor económico. Todo ello implica una serie de conceptualizaciones en torno a ella a partir de lo que los mismos integrantes de la prensa se atribuyen y de cómo el resto de las instituciones la ubican, configuran y significan social, económica, política y culturalmente. Por otra parte, la prensa no es sólo una productora de textos, es una institución que ejerce una acción social específica, sus textos no son una mera descripción de hechos, son actos de habla específicos: informan, atacan, defienden, condenan, explican, argumentan, convencen y disuaden. Y cada una de estas acciones tiene significación en su contexto. Los textos, y por tanto las publicaciones, son una respuesta simbólica a los acontecimientos, y cada una de las acciones responden a la conceptualización que se hace de ellos, es decir, a la forma en cómo estos se interpretan, y esta interpretación está construida con base en las distintas condiciones de producción textual: saberes, intencionalidades, creencias, valores e intereses. Estos conceptos se plasman lingüísticamente. Por ello, desde nuestro punto de vista, las diferentes historias de la prensa han dejado de lado esto, el estudio de los conceptos de la prensa, los que la configuran y los que produce y emplea en su devenir histórico; de ahí la importancia de la historia conceptual aplicada a la prensa en México. Reinhart Koselleck define la historia conceptual como aquella que: “[…] vincula la historia del lenguaje y la historia factual. Una de sus tareas consiste en el análisis de las convergencias, desplazamientos y discrepancias en la relación entre el concepto y el estado de cosas que surgen en el devenir histórico.” (Koselleck, 2012, pág. 45). Para esta perspectiva de estudio histórico, la lengua es una codificadora de las experiencias dadas, pero también es un factor que actúa y transforma la experiencia que codifica, por lo que no nos muestra sólo los hechos acontecidos, sino que nos indica la manera en que éstos fueron asimilados y comprendidos por los diferentes sectores de la sociedad. Por lo tanto, la historia conceptual se ocupa de analizar cómo algunos aspectos de la realidad histórica se vuelven tan significativos que se condensan lingüísticamente con usos concretos y significados sincrónicos peculiares, pero también se interesa por los usos que se hacen de esos conceptos, a partir de los cuales se condicionan las acciones individuales y colectivas, con las que se desarrolla la historia. En este sentido, los conceptos son la condensación de experiencias pasadas que se plasman en una unidad lingüística, pero que a su vez son condiciones para las acciones futuras, por eso Koselleck afirma que: […] todos los conceptos poseen una estructura temporal. En función de la cantidad de contenidos de experiencia que se han acumulado en el concepto y en función de cuántas expectativas innovadoras incluye, un concepto tendrá distintas valoraciones temporales. Hay conceptos orientados al pasado, que conservan grabadas experiencias antiguas y que se cierran frente a cambios en su significado, y conceptos que anticipan el futuro. Anticipaciones que evocan un futuro nuevo o distinto, hablando terminológicamente: conceptos de experiencias, expectativas, movimiento, futuro, etcétera. (2012: 46) Este aspecto es fundamental para la metodología de la historia conceptual, ya que los conceptos se articulan en sistemas sincrónicos y diacrónicos, por lo que el plano temporal es necesario en la descripción conceptual. Sin embargo, el concepto es parte de una unidad más amplia: el término. Debemos decir que el término especializado no se objetivó hasta la época de la Ilustración, particularmente por los esfuerzos que se llevaron a cabo en el siglo XVIII para conformar una enciclopedia que difundiera todos los conocimientos alcanzados en “esos años de luz”. Si bien el tema de la denominación, compilación y organización del conocimiento había ocupado a diversos eruditos y pensadores desde la antigüedad Clásica y la Edad Media, es en el proyecto de la enciclopedia de D’Alembert donde esta organización persigue los propósitos de difusión del saber. (D’'Alembert, 1953) Perspectivas en Historia de los Medios
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La consolidación del término como unidad especializada se fundamenta en la desconfianza que se tiene en el significado de las palabras para denominar de una manera certera y unívoca los hechos de la realidad, debido a su historicidad y a su carácter convencional. En este sentido, la terminología se fundamenta en un tipo de unidad que, aunque se sustenta en lo lingüístico, es capaz de articular las unidades de pensamiento que se abstraen de la realidad concreta y que sirven para el desarrollo del conocimiento: el término. El término tiene una designación, que en muchas ocasiones tiene una forma lingüística, pero que en lugar de un significado tiene un concepto. Un concepto es una unidad del plano del contenido integrada por un conjunto sistemático de características de distinto tipo. Las características del concepto son “[…] cada una de las propiedades que lo describen. Y la expresión del conjunto de las características de un concepto constituye su paráfrasis o definición”. (Cabré, 1993: 196). De acuerdo con estos supuestos, los conceptos se diferencian entre ellos porque poseen características diferentes. Una descripción conceptual adecuada debe recoger, pues, esta contraposición de rasgos con capacidad distintiva que hacen que los conceptos sean diferentes entre sí. Sin embargo, un estudio conceptual no puede tener como objeto de estudio los conceptos aislados, sino analizarlos dentro de un sistema, ya que: Los conceptos siempre están integrados en redes conceptuales. De lo que se trata es de saber el grado de precisión con el que se analizan los conceptos: si se analiza la diacronía o la sincronía de los conceptos, si las unidades textuales se analizan según frases, párrafos, capítulos, libros y los correspondientes textos que las contradicen, o si el vocabulario lingüístico fáctico o virtual se investiga en conjunto con los correspondientes equivalente de otras lenguas. Si quiere comprenderse la historia, ninguna ampliación o limitación de la investigación puede ignorar la actividad creadora de sentido y progresiva de los conceptos en su transformación. (Koselleck, 2012: 47) Pero desde el punto de vista de la historia conceptual no todos los conceptos son iguales, hay algunos que pueden denominarse como fundamentales: […] son más que simples significados, comprenden muchos significados individuales, los aglutinan en un compuesto superior y se refieren a sistemas filosóficos, formaciones políticas, situaciones históricas, dogmas religiosos, estructuras económicas, clasificaciones sociales, etc. Cuando esta clase de conceptos se vuelven insustituibles o no intercambiables, se convierten en conceptos fundamentales sin los que no es posible ninguna comunidad política y lingüística. Simultáneamente son polémicos porque distintos hablantes quieren imponer un monopolio sobre su significado. (Koselleck, 2012: 45) En consecuencia, Koselleck afirma que los conceptos fundamentales no son atemporales, y que tienen que enmarcarse en un contexto de larga duración que permita dilucidar las intenciones que animan esta codificación de la experiencia histórica, así como sus usos. Las fuentes En función de lo anterior, consideramos que ha quedado clara la distinción entre los significados y los conceptos. Los primeros se definen, los segundos se interpretan no sólo a partir de los textos en los que aparecen, sino también a partir de su contexto de producción. Esto resulta significativo a la hora de determinar las fuentes para el estudio de la historia conceptual, ya que como señala Koselleck: El historiador permanece sometido a una instancia de control de forzosa racionalidad. Se trata de una instancia de control de tipo negativo, que resulta del método histórico. Esta instancia no permite ninguna afirmación que no haya sido destilada a través de la lectura de las fuentes, y las fuentes poseen una resistencia peculiar. Una fuente nunca muestra lo que debe ser dicho, sin embargo, siempre enseña lo que no debe ser dicho. Las fuentes tienen un derecho de veto. (Koselleck, 2013: 119) En este sentido, se requieren fuentes que permitan comprender la integración entre los significados, los conceptos, las intenciones y las acciones históricas con la finalidad de tener los elementos para la interpretación del concepto, a partir de ello, se propone el siguiente esquema: Textos históricos
Fuentes históricas
Esquema 1. Fuentes para la interpretación del concepto.
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Periódicos
Acciones
Conceptos
Intenciones
Significados Diccionarios
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El método de estructuración del concepto Como ya señalamos, la estructuración del concepto se tiene que hacer en un plano temporal, para lo cual retomamos los conceptos de Braudel, que propone la división de la historia en tres movimientos: los de larga, mediana y breve duración. Fernand Braudel señaló que la historia de cualquier período era posible explicarla a partir de los tres tipos de movimientos señalados, lo cuales pueden estructurarse jerárquicamente pero son, hasta cierto punto, independientes y se rigen por sus propias leyes. El primero de esos movimientos es el de larga duración, los del tiempo geográfico que cuya lentitud hace suponer casi una cuestión estática. Este tiempo constituye estructuras que permanecen por largos periodos. Después tenemos los movimientos de mediana duración, correspondiente al tiempo social, que articula los movimientos históricos que se fundamentan no en las estructuras geográficas, sino en las sociales, más dinámicas que las anteriores y cuyas interrelaciones generan las llamadas coyunturas. Por último llegamos a los movimientos de corta duración (o tiempo individual), que más o menos corresponden a los hechos puntuales que registran las crónicas y las narraciones históricas. Se trata de una historia de acontecimientos, compuesta de movimientos breves, rápidos y visibles en el entramado de las estructuras y coyunturas de larga y mediana duración. Considerando lo anterior, el esquema para la historia conceptual de la prensa sería el siguiente:
ESTRUCTURA (Prensa) Institución
COYUNTURA (Período)
Función
Marco Social
Economía
Marco Cultural
Política
Marco Económico
Cultura
Marco Político
ACONTECIMIENTO (Concepto)
Continuidad
Ruptura
Particularidad
Esquema 2. Estructura temporal de los conceptos.
De esta forma, se propone un esquema conceptual que pueda aplicarse de manera multidisciplinaria a los distintos períodos históricos de la prensa, con la finalidad de acercarnos a ese devenir de este objeto de estudio que se constituye en palabras y que repercute en acciones y hechos. Podemos concluir con una frase de Koselleck que afirma: “La historia siempre es más o menos de lo que conceptualmente puede decirse sobre ella. Del mismo modo que la lengua siempre produce más o menos de lo que está contenido en la verdadera historia.”. (Koselleck, 2012:. 47-48) Bibliografía -Bal, Mieke. Conceptos viajeros en las humanidades. Una guía de viaje. Murcia,: Ad Litteram, Cendeac, 2009. -Cabré, María. Teresa, La terminología. Teoría, metodología, aplicaciones. Barcelona, Empúries, 1993. -D’Alembert. Discurso preliminar de la enciclopedia. Buenos Aires,: Aguilar, 1953. -Koselleck, Reinhart. Esbozos teóricos ¿Sigue teniendo utilidad la historia? Madrid, Escolar y Mayo Editores, 2013. -Koselleck, Reinhart. Historias de conceptos. Estudios sobre semántica y pragmática del lenguaje político y social. Madrid, España, Trotta, 2012.
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El PRI y Le Monde diplomatique Traducción, ruptura y coexistencia de un proyecto periodístico Por Tania Hernández *
Este artículo examina el papel del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el lanzamiento y coexistencia de dos publicaciones llamadas Le Monde diplomatique en español que circularon en la Ciudad de México entre 1986 y 1987. La internacionalización de Le Monde diplomatique: autonomía editorial y ediciones extranjeras Le Monde diplomatique [en adelante LMd] es un periódico mensual francés especializado en política internaciocional con una línea editorial de izquierda radical (Harvey, 2011). Para el sociólogo francés Pierre Bourdieu (1996), este mensual se encuentra en uno de los espacios más autónomos del campo periodístico francés; esta posición descansa en su independencia económica y editorial. Editorialmente, LMd se independizó del diario Le Monde durante la década de los setenta, cuando los servicios de los corresponsales extranjeros de Le Monde empezaron a ser reemplazados por las colaboraciones de periodistas, intelectuales y otros expertos que residían fuera de Francia; con lo cual se buscaba diversificar y legitimar los puntos de vista del periódico (Harvey, 2009), en especial cuando se trataba de criticar las políticas de otros países. En esa década también arranca la fundación de ediciones de LMd en otros espacios nacionales. Dominique Vidal, colaborador y antiguo responsable de las ediciones extranjeras de LMd, divide la emergencia de estas ediciones en dos olas (2006). La primera empieza en la década de los setenta y termina a principios de los noventa. Durante esta ola, el mensual francés contaría con ediciones en Lisboa, Atenas, Ciudad de México, Buenos Aires, Túnez, Beirut, Budapest y Madrid. La segunda ola de ediciones, más contundente y duradera, empezaría a mediados de los noventa y se extendería hasta la época actual. Por lo que se refiere al mundo hispanoamericano, países como Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, España, Honduras, México, Perú y Venezuela, acogerían al menos una edición de dicho mensual (Hernández-Hernández, en prensa). Le Monde diplomatique en español y el PRI “En 1979, Le Monde diplomatique concedió a un grupo de latinoamericanos la concesión para que se tradujeran la mayor parte de los artículos publicados en su periódico” (Julien, 1986), bajo el nombre de Le Monde diplomatique en español. En su mayoría, el grupo de latinoamericanos estaba compuesto por exiliados políticos e inmigrantes sudamericanos que habían abandonado sus países de origen para huir de las dictaduras militares que, en aquella época, habían invadido el mapa latinoamericano. Le Monde diplomatique español publicaba textos sobre política internacional. Por lo que, al menos desde el punto de vista del contenido, la llegada del mensual rompería con la monotonía informativa que reinaba en la sección internacional de gran parte de los periódicos mexicanos. En efecto, especialmente por lo que respecta a noticias internacionales, la prensa mexicana se abastecía de fuentes informativas, agencias y periódicos estadounidenses (González, 1965). De acuerdo con Antonio Tenorio, quien fuera el gerente administrativo de esta publicación (Julio 1982-Diciembre 1987), “los medios escritos para entonces no estaban tan desarrollados [...] fue un momento en que había la necesidad de buscar otros enfoques”. Para Tenorio, antiguo militante del PRI, el apoyo del gobierno al lanzamiento del mensual en México, también puede interpretarse como un intento por reducir “la dependencia informativa a los Estados Unidos”. Hasta cierto punto, esta dependencia puede explicarse por la ausencia de incentivos, la falta de recursos y la escasa profesionalización de la prensa mexicana. A diferencia de lo que ocurriría en la segunda ola, la nueva edición en español sería publicada y traducida en la Ciudad de México, y distribuida en Latinoamérica y España. A pesar de los cambios constantes en el personal, la edición en español sería publicada prácticamente sin interrupción durante nueve años por el grupo editorial Le Monde diplomatique en español S. A. De acuerdo con cartas y artículos de periódico, los editores de la edición francesa cada vez estaban más inconformes con la calidad de la traducción y la maquetación de la edición en español (Hernández-Hernández, 2014 . En marzo de 1986, a raíz de una serie de desacuerdos, los editores de LMd reasignaron los derechos traducción y publicación a otro grupo editorial llamado Raza Cósmica, el cual era dirigido por Iván Menéndez, sociólogo y miembro activo del PRI. No obstante, en una carta, el entonces editor de LMd, Claude Julien señala que “pese a que Le Monde diplomatique en español S.A. no podía editar más los artiartículos cubiertos por el Copyright de Le Monde diplomatique Francia , los números del de marzo, mayo y junio (*) Argentina; 1986-1990 y 1990-presente; Bolivia: 2009-presente; Chile: 1999-actual; Colombia: 2002- presente; México: 1979-1987, 1986-1988, 1997-2002 y 2008-2010; Perú: 2007-2010; España: 1993-1994 y 1995-presente; Venezuela: 2011-presente. Perspectivas en Historia de los Medios
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fueron editados” (Carta 5). En septiembre de ese mismo año, aparecería el primer número editado por el grupo de Menéndez, el cual correspondía el número 91 de Le Monde diplomatique en español. El número 91 de Le Monde diplomatique en español también sería publicado por Le Monde diplomatique en español S.A. que, en ese entonces, era dirigido por Fasano y Solana. Le Monde diplomatique en español sería editado por partida doble al menos hasta diciembre de 1987. La presencia del PRI no fue un rasgo exclusivo de los Monde diplomatique en español, ni, para el caso, del campo periodístico mexicano. Desde 1929 hasta el año 2000, la vida política, social y económica de México, estuvo prácticamente bajo el dominio de un solo partido (Márquez y Meyer, 2011). En el caso del periodismo, este dominio se tradujo en la entrega de subsidios, sobornos, apoyos económicos y la compra de publicidad oficial. A cambio, la prensa tuvo, las más de las veces, una postura sumisa y favorable al régimen priísta (Orozco, 2010). En el largo plazo, el ‘sistema de recompensas y castigos’ (Díaz-Cayeros et al., 2003) transformó a la prensa en un instrumento más de legitimación del Estado y, a periodistas y editores en fieles tributarios del régimen. Dado que no había verdaderos incentivos para atraer a los lectores, este modelo también rezagó significativamente la profesionalización del oficio periodístico (Hernández-Ramírez, 2010). En el corto plazo, este sistema permitió el florecimiento de distintos tipos de publicaciones puesto que el apoyo del gobierno existía independientemente del número de lectores y de la venta de ejemplares. La piedra angular de los subsidios estatales era la compra de publicidad oficial, la cual fue usada como instrumento para controlar el contenido de la prensa: cuando una publicación criticaba continuamente al gobierno mexicano, éste reducía y/o suspendía la compra de publicidad y, por ende, la asignación de recursos. Este equilibrio empezaría a trastabillar con la masacre de estudiantes y civiles de Tlatelolco en 1968. El silencio de la prensa ante esta tragedia sólo sería roto por el periódico Excélsior bajo la dirección del periodista mexicano, Julio Scherer. A partir de ese momento la relación entre el gobierno y el editor se volvería tensa. En julio de 1976, la situación explotó y Scherer sería obligado a abandonar su puesto. Unos meses después, Scherer fundaría Proceso semanario político que se caracterizaría por ejercer una crítica sostenida hacia las políticas del PRI y por ser una de las primeras publicaciones en tratar de subsistir sin el respaldo del partido oficial (Hernández-Ramírez, 2010). De manera gradual, a raíz de una profunda crisis económica, el gobierno disminuiría los subsidios a los medios y a otras instituciones y organismos que formaban parte del complejo entramado de soporte del partido. La reducción de subsidios, la incapacidad para resolver pacíficamente la creciente disidencia civil y la dramática devaluación del peso mexicano dañaron irreversiblemente al PRI. En poco tiempo, la relativa unidad interna del partido también empezaría a resquebrajarse. La propuesta de soluciones radicalmente opuestas a la crisis dividió al partido y provocó la salida de algunos de sus miembros. En julio de 1986, surgiría el grupo Corriente Democrática. 1986 es también el año en el que los dos Monde diplomatique en español empezaron a circular en la Ciudad de México. Entonces, si bien la intervención del partido gobernante no fue algo exclusivo de estas ediciones, la coincidencia entre la división del PRI y la coexistencia de las ediciones sí supone un evento singular. Ruptura y coexistencia La hegemonía del PRI fue lo suficientemente larga como para albergar partidarios, indiferentes, escépticos y detractores. Por lo que respecta a la prensa escrita, las publicaciones se dividían entre aquellas que eran completamente leales al régimen, las que ofrecían una crítica sutil y las que se atrevían a criticar abiertamente las políticas del PRI. Paradójicamente, unas y otras recibían algún tipo de financiamiento. Dado que LMd cubría más bien temas de política internacional relacionados con las ex-colonias de Francia y que, hasta cierto punto, el gobierno mexicano aún gozaba de cierto prestigio internacional, la edición en español no suponía, per se, un verdadero riesgo para la élite política. Para Tenorio, el apoyo a Le Monde diplomatique en español y, por ende, a los exiliados que ahí laboraban, se dio en el marco del apoyo que el gobierno del PRI dio a periodistas en el exilio y a los exiliados políticos en general (Palma, 2003). No obstante, conforme las dictaduras fueron cayendo y algunos de los exiliados empezaron a regresar a sus países, este motivo perdió vigencia. Lo que sí es notable es que, a partir de 1982, uno de los responsables de la edición fue Luis Javier Solana, quien fuera el Secretario de Comunicación del entonces presidente mexicano José López Portillo (1976-1982). Tomando en cuenta la posición de Solana, parecería viable considerar que el acceso a ciertos apoyos del gobierno pudo haberse simplificado. La historia es un tanto similar en el caso de la otra edición fundada por Iván Menéndez, miembro activo del PRI. De acuerdo con su entonces asociado, Antonio Leal, Menéndez era muy cercano al ex-presidente mexicano Luis Echeverría (1970-1976). Más aún, Leal, quien fungiera como gerente administrativo de la “nueva” edición, destacó en una entrevista que el interés de Menéndez y Echeverría en la edición en español de LMd, descansaba en la posibilidad de tener una voz en el espacio público mexicano. Esta posibilidad se desvanecería con el asesinato de Menéndez en noviembre de 1986 (Hernández-Hernández, 2014). Entretanto, la crisis económica había nutrido el encono en el interior del PRI. La oposición de perspectivas saldría a la luz pública el 13 de agosto de 1986, fecha en la que las páginas del diario mexicano Unomásuno, daban cuenta de la existencia de Corriente Democrática, un grupo integrado por distintos miembros del PRI que se sentían disconformes con las decisiones del Poder Ejecutivo (Garrido, 1993). Si bien el PRI había experimentado Perspectivas en Historia de los Medios
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otras guerras internas, la de 1986 sería la primera vez en la que los desacuerdos internos culminarían en la creación de un nuevo partido político: el Partido Revolucionario Democrático. Esta escisión debilitó significativamen te la legitimidad y poder políticos del partido oficial de México. Una de las pruebas más claras de estas pérdidas sería la derrota del PRI en las elecciones presidenciales de 1988 (Crespo, 2012). La división, pérdida y transferencia de poder político también impactó los recursos asignados para sustentarlo. En el caso de los medios impresos, ello se tradujo en la reducción y, en algunos casos, la cancelación de recursos estatales. Frente a esta atmósfera de ruptura, parecería razonable postular que la aparición de otra edición de Le Monde diplomatique en español estaba relacionada con las batallas intestinas que se libraban dentro del partido. Sobre todo, si tomamos en cuenta que el editor de la “nueva” edición había colaborado con Le Monde diplomatique en español como responsable del suplemento especial para América Latina hasta marzo de 1986 (Hernández-Hernández, 2014). Es decir, hasta sólo unos meses antes de la ruptura oficial del partido y del lanzamiento de la segunda edición. Sin embargo, no existen elementos suficientes para demostrar que, en efecto, la salida de Menéndez y la fundación de la segunda edición hayan estado directamente motivadas por las filiaciones partidistas de cada uno de los editores. Lo que sí es posible sostener es que la convivencia de las dos ediciones refleja el papel predominantemente económico desempeñado por el Estado en el campo periodístico mexicano. Pues las dos ediciones, como muchas otras publicaciones, le vendían espacios publicitarios al gobierno independientemente del númerode lectores (Sánchez, 1994; Trejo, 1995-1996). Además, el hecho de que distintos agentes del campo político mexicano respaldaran la publicación de las dos ediciones también es un indicio de cómo el Estado proporcionó la base económica que permitiría el florecimiento de buena parte de las publicaciones impresas que circularon en el México priísta. Con todo, la poca o nula presencia del lectorado y/o de fuentes de financiamiento no gubernamentales en el modelo económico de los Monde diplomatique en español las condenaría a desaparecer una vez que los recursos del Estado empezaron a flaquear. En conclusión, el papel del estado en la prensa mexicana tuvo una naturaleza innegablemente económica y reguladora. Ahora bien, el carácter de los efectos de este papel se ha revelado y continúa revelándose, aún hoy, como sumamente complejo. Bibliografía -Bourdieu, Pierre (1996), Sur la télévision, suivie de L’emprise du journalisme, Paris, Liber-Raisons d’agir. -Crespo, José (2012), Elecciones y transición democrática en México (1976-2012), Estudios, 103, 2012, vol. X, págs. 81-111. -Garrido, Luis (1993), La ruptura. La Corriente Democrática del PRI, Ciudad de México, Grijalbo. -González, Pablo, (1965) La democracia en México, Ciudad de México, Era. -Harvey, Nicolas (2011)., “Le Monde diplomatique (France/Transnational) ”, en Encyclopedia of Social Movement Media. , J. Downing (ed.), London, SAGE, 2011, págs. 298-299. -Hernández, Tania (2014)., Whither Le Monde diplomatique? A Bourdieusian Approach to the Role of Translation in the Mexican editions of Le Monde diplomatique , tesis doctoral, Manchester,: Universidad de Manchester, 2014. -Julien, Claude (1987), “Asesinato”, Le Monde diplomatique en español, enero 1987, pág. 1. -Márquez, Graciela. y Meyer, Lorenzo, “Del autoritarismo agotado a la democracia frágil, 1985-2010”, en Nueva historia general de México,. E. Velásquez et al (ed.), Ciudad de México,: El Colegio de México, 2010, págs. 747-792. -Orozco, Rosalía, Relaciones prensa-gobierno en Tepic. Una caracterización de prácticas predominantes en el periodismo local de México, Guadalajara,: Universidad de Guadalajara, 2010. -Riva, Raymundo, La prensa en México. Una aproximación crítica”, en Comunicación y Sociedad, 1995-1996, núm. 25-26, págs. 11-33. -Sánchez, Enrique, “El público de la prensa: la insoportable levedad de casi no ser”, en Anuario de Investigación de la Ccomunicación Coneic I. J. Lozano (ed.), Ciudad de México, Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de Comunicación, 1994, págs. 165-185. -Trejo, Raúl, “Prensa y gobierno: Las relaciones perversas. Los medios, espacios y actores de la política en México”, en Comunicación y Sociedad, 1995-1996, núm. 25-26, págs. 35-55. -Vidal, Dominique, L’internationale du ”Diplo”, Le Monde diplomatique, 1996. En línea: http://www.monde-diplomatique.fr/2006/11/VIDAL/14139 (Fecha de consulta: 4 de agosto de 2015).
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PRENSA OFICIALISTA EN MÉXICO La revista Ferronales (1930-1991) Por Diego Noel Ramos Rojas *
La presente investigación examina la prensa del siglo XX a partir de la historia de la revista Ferronales (1930-1991). Fue el medio oficial de Ferrocarriles Nacionales de México (FNM) y su manejo editorial reflejó la relación entre el Estado y un sector específico de la prensa en México: los medios oficiales. En tiempos posrevolucionarios de México, exactamente en junio de 1930, salió a la luz una revista de nombre Ferronales, que tenía información relacionada con el mundo del gremio ferrocarrilero, pero también un variado contenido de diversas secciones. Esta revista perteneció a Ferrocarriles Nacionales de México (FNM), que en su lema citaba “Todo lo que nos una, nada que nos divida”. Desde los contenidos en sus páginas se pueden identificar ciertos elementos que aluden a un discurso oficial totalmente partidista. Por otra parte, el contexto social, político y cultural del objeto de estudio ofreció una riqueza histórica para la investigación, siendo imprescindible implementar un análisis de sus distintas etapas, en su mayoría ligadas a los intereses del Estado. Se acudió al fondo de la revista Ferronales del Museo Nacional de Ferrocarriles en la ciudad de Puebla para sustentar la investigación . En las distintas etapas de la revista se identificaron los distintos contextos que vivía el país cuando la revista llegó a su auge y a su declive. Para indagar sobre la revista Ferronales, fue necesario conocer quiénes fueron los fundadores de la revista, qué concepto crearon y cómo se presenta su línea oficialista. Los orígenes “A mediados del siglo XX estaban registradas en México 376 revistas informativas, 110 culturales, 48 literarias, 41 sociales, 18 deportivas, 44 industriales/ténicas, 15 infantiles-humorísticas y 35 sindicales” (Borras, 1983: 40). En el ámbito técnico y sindical se encontraba la revista de circulación mensual Ferronales cuya primera aprición fue en junio del año de 1930, misma que fungía como medio de comunicación de la empresa Ferrocarrilera con el subtitulo de portada que decía “Órgano Oficial de los Ferrocarriles Nacionales de México”. El concepto de Ferronales poseía características de contenido misceláneo, pero su carácter era de órgano oficiaAunque esta publicación fue la primera en su tipo en México debido al público específico y al contenido especializado (netamente ferroviario), hay un antecedente a esta publicación, la revista Express, que en su paso efímero de tres años de vida impresa logró dar cabida a una idea mayor, la revista Ferronales. El nombre de Ferronales se formó contrayendo las palabras Ferrocarriles Nacionales, y como revista ferroviaria se pensó que debía estar enfocada principalmente al gremio ferrocarrilero. En su primer número, el ingeniero Javier Sánchez Mejorada, presidente ejecutivo de la empresa, expresó el objetivo general en el primer editorial de la revista. El objetivo era que sus creadores los señores Francisco M. Riveroll y César R. Alcaraz, extendieran su radio de acción a todos los departamentos y a todo el personal de esta empresa para promover el mensaje de los propios trabajadores en FNM. Riveroll y Alcaráz manifestaron que las metas fundamentales que se debían alcanzar con la publicación eran convertir a la revista en un elemento que indujera al gremio al estudio de los ferrocarriles; fomentar las relaciones cordiales entre los diversos departamentos de la empresa, sin distinción de categorías; y estrechar los vínculos entre los trabajadores. Las palabras de los creadores al momento de dar respuesta fueron: Las alentadoras frases del Ing. Sánchez Mejorada nos ha dado bríos para emprender la publicación de Ferronales, contando además con todos y cada uno de los elementos que conforman el gremio ferrocarrilero de nuestro gran sistema (Riverroll & Alcaráz,1930: 3) Expresaron también su ofrecimiento de una idea en la que se exhorta a sus compañeros a cooperar a colaborar con artículos y hacerla crecer. Al preparar la publicación de Ferronales se demostró el deseo que la revista fuera el “órgano del personal de los Ferrocarriles Nacionales de México” como era el subtítulo de las portadas. Es menester señalar que Ferronales fue bien correspondida por los lectores en su primera etapa de gestación que abarcó de 1930 a1939. En el primer número empleó como subtítulo el de “Órgano Oficial de los Ferrocarriles Nacionales de México”, pero curiosamente, a partir de su segunda edición fue cambiada por el de “Órgano del del Personal de los Ferrocarriles Nacionales de México”. (1) Las primeras tres décadas, (1930 a 1960) se analizaron de la colección del fondo Ferronales de la biblioteca especializada del Centro de Documentación e Investigación Ferroviaria (CEDIF), en el Museo Nacional de Ferrocarriles, Puebla, Pue. Las siguientes tres décadas (1960-1991) son de la colección personal del autor de esta investigación. Perspectivas en Historia de los Medios
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Al pertenecer a una empresa paraestatal, recibía subsidio y se mantenía con los recursos del gobierno. Este apoyo hacía posible que la revista circulara mensualmente de manera gratuita a los trabajadores como un medio de comunicación de la familia ferrocarrilera. En el sexto número, en noviembre de 1930, apareció por primera ocasión el tiraje de la revista: 5000 ejemplares por mes para los empleados de FNM, aproximadamente el 15 por ciento de los 40000 ferrocarrileros que contaba la empresa en ese entonces, es decir, una octava parte del total de estos trabajadores poseía un ejemplar de la revista. El tiraje aumentó aceleradamente a diez mil ejemplares, con el paso del tiempo llegaría hasta 40000 ejemplares, su distribución siguió siendo gratuita hasta 1935. Ese año comenzó a venderse entre los trabajadores del gremio. El costo variaba constantemente: inició en 15 centavos y las suscripciones anuales llegaron a costar hasta cuatro pesos. La revista no sólo era bien aceptada por los lectores del gremio ferrocarrilero, sino también por los colaboradores espontáneos. En un editorial se destaca este hecho: Vamos logrando que Ferronales sea la revista de los ferrocarrileros, contribuyendo cada quien con lo que es capaz de producir, en beneficio de los compañeros de trabajo. (…) con la ayuda moral y material de todos los colaboradores, y la de nuestros entusiastas corresponsales, Ferronales irá mejorándose hasta que nos sintamos todos satisfechos de haber creado una revista que haga honor a los Ferrocarriles Nacionales de México. (Riverroll & Alcaraz, 1930: 20) La revista ferroviaria nació un año después de la creación del Partido Nacional Revolucionario (PNR), actualmen te Partido Revolucionario Institucional (PRI), el cual aglutinaba a prácticamente todas las fuerzas políticas del país. Con el paso de los años Ferronales cobró fuerza, sus administradores lucharon por hacer necesaria su publi cación. Para inicios de la década de 1940 contaba con 20000 suscriptores y un lugar destacado entre las revistas ilustradas de México. Los primeros cuatro lustros representaron la esencia ferrocarrilera, pues para los siguientes años la revista paulatinamente entraría en una transición hacia otros intereses, que definitivamente, no eran los de los rieleros. Ferronales se abrió paso para confrontar complejos sucesos, entre ellos, la Segunda Guerra Mundial. La contienda mundial que desconcertó la mayor parte de la tierra, menguó el desarrollo del magacín ferrorroviario; redujo sus páginas, porque el racionamiento del papel afectó a los medios impresos por igual. En 1936 surgieron demandas y paros por parte del gremio ferrocarrilero, considerados ilegales para la patria según la empresa, que el propio presidente Cardenas desconoció, causando cierta fricción entre obreros y líderes, pero estos hechos nunca fueron informados en las páginas de la revista. En cambio, Ferronales si publicaría los acontecimientos bélicos, inclusive, la dirección de la revista implementó una nueva sección a princpios de los años cuarenta a la que llamó “En los frentes de la guerra”, en la que mostraba, con imágenes impactantes, su clara postura a favor de los aliados. En su paso por esta década, FNM adquirió la tecnología necesaria para la transición hacia la modernidad, la máquina de diesel, considerada en aquellos años como la fuente de energía de fuerza motriz. Con la llegada de la modernización y su promoción a las nuevas máquinas, también se conmemoraron las tradiciones que unieran al gremio. Las costumbres jugaron un papel muy importante para que el trabajador ferrocarrilero siguiera identificándose con la revista, entre ella está la importante relación entre los ferrocarrileros con un personaje y su sacrificio, la figura de Jesús García Corona, mejor conocido como el héroe de Nacozari (SCT, 1996). Asomos del oficialismo El diccionario de la Real Academia Española define la palabra “oficial” como aquello que es de oficio, o sea que tiene autenticidad y emana de la autoridad derivada del Estado, y no particular o privado, esto puede manifestar se mediante un Documento, una noticia, entre otros. De forma más general, también se puede concebir al oficialismo como el conjunto de tendencias o fuerzas políticas que apoyan al gobierno. La personalidad oficialista de la revista se haría más notoria en el número de diciembre de 1940, en ella se publicaría por primera ocasión la toma de posesión del presidente del país, en este caso Manuel Ávila Camacho (Ramos, 2011). Una portada que realza la imagen del nuevo ocupante de la silla presidencial, el cual tuvo todo el apoyo de su antecesor Lazaro Cardenas, y en sus páginas se mostraba el tren presidencial, el cual, según muestra la nota, era de lo más lujoso. Seis años después, la portada del ejemplar de enero de 1947 aparece con la imagen de otro presidente, ocasión en que Miguel Alemán Valdés posó para los lectores como el nuevo mandadatatario. El apoyo de infraestructura otorgado por el presidente Alemán Valdés a FNM, significó el favoritismo hacia su gobierno, y con ello hubo más presupuesto para que Ferronales siguiera con su línea oficial. Para finales de la década de los años cuarenta, el diseño y el tamaño cambiaron en su calidad física y aumento de contenido. La plantilla laboral se incrementó, se contrataron a siete redactores y colaboradores en las diversas secciones de la revista. Un cambio en la revista fue la aparación de una sección titulada “los ferrocarriles y la prensa”, la cual era (2) El valor heróico de este particular ferrocarrilero en tiempos previos a la revolución mexicana, simboliza para la mayoría del gremio, aún en la actualidad, un digno ejemplo de admiración. Perspectivas en Historia de los Medios
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utilizada para publicar las notas y artículos de los periódicos más importantes del país como, Excélsior, El Nacional, La Prensa, Novedades y El Universal, que hablaran sobre las novedades y actividades de FNM. Las portadas del mandatario, sus giras y los informes presidenciales se volvieron comunes en las páginas de Ferronales. Hubo un sesgo político en la revista desde esos años, y esto sería evidenciado por sus contenidos oficialistas y porque dejaría de ser, tanto en su subtítulo como en su forma de manejarse, el “Órgano del Personal de los Ferrocarriles Nacionales de México” para transformarse de nueva cuenta en el “Órgano Oficial de FNM”. Sesgo político y declive de Ferronales La revista cambió de director a principios de los cincuenta, a la par que las giras presidenciales se apreciaban en las hojas de Ferronales con menor disimulo. El licenciado Miguel Alemán Valdés mostró atención prioritaria a los ferrocarriles y a su revista, inspeccionaba en cada oportunidad las máquinas diesel; de la misma manera que la empresa y Ferronales le agradecían con el realce de su nombre y sus obras en sus números y boletines. En las filas del poder llegó el turno de Adolfo Ruiz Cortines en el año de 1952, recordado, entre otras cosas en el gremio, por enfrentar las necesidades del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM). Según el análisis sobre la revista Ferronales, Ruiz Cortines inició su gobierno con un especial interés para las relaciones obrero-patronales de las industrias del país para salvar la crisis y elevar el nivel de vida. En esos años Ferronales se renueva y deja de mostrar en sus páginas fotografías de estaciones, locomotoras, equipo de arrastre, que los propios trabajadores enviaban, para lucir ahora imágenes que eran captadas por fotógrafos profesionales o que se tomaban del Archivo del Departamento de Relaciones Públicas de FNM. En estas décadas de renovación de la revista y hasta el final de su edición, los trabajadores ferrocarrileros ya no -colaboraron con artículos. En sus números se aprecian las propagandas políticas del candidato a la presidencia, Adolfo López Mateos y contraportadas que invitaban a sus lectores a votar por el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Pero el parteaguas de la revista, es decir, lo que la definió en su carácter, fue el movimiento ferrocarrilero de 1958 que por momentos paralizó la comunicación del país. La huelga ferrocarrilera estalló de manera generalizada el 1° de julio del 58, que si bien era por aumento salarial, rápidamente se convirtió en el movimiento democratizador del sindicato, que había caído en manos de dirigentes corruptos subordinados al Estado (Alonso, 1972). Del ejemplar de julio de 1958, sólo la página cinco habla del problema sindical, en un pequeño párrafo titulado “Equidad y justicia en el problema de los salarios”: El señor Presidente de la República, Adolfo Ruíz Cortínez, por acuerdo de 30 de junio y 5 de julio, ordenó que los Ferrocarriles Nacionales de México, Ferrocarril Mexicano, y Ferrocarril del Pacífico, elevaran sus salarios de los trabajadores hasta $ 215.00 mensuales por hombre y por mes, incluyendo en esta cantidad el pago del séptimo día, a partir del primero de julio; asimismo, decretó un aumento de $ 100.00 mensuales en las pensiones de los jubilados. (Redacción Ferronales, 1958: 4) La demagogia política intentó dar fin con el movimiento con un acuerdo de salario, pero la situación siguió. La revista hizo caso omiso a las actividades huelguistas y las demandas. En el mes de julio de 1958, las inconformidades del gremio se reflejaron en las demandas y paros, mientras que Ferronales tenía que tomar la decisión de informar o ignorar el movimiento del sindicato ferrocarrilero que detonaba huelgas en distintas partes del país, consecuencia de los bajo salarios y la ausencia de prestaciones como el seguro médico. Con el suceso enfrente y las órdenes de la empresa FNM y el poder ejecutivo como prioridad, la revista se limitó a no informar los acontecimientos. En esos tiempos de tensión obrera, el número de sus páginas disminuyó a 130. El gremio jugó un papel muy importante en este movimiento, y a pesar de ello, no se encuentra registro detallado del movimiento ferrocarrilero en la revista. Ferronales tuvo un sesgo político para esos años, se ve la tendencia partidista, introducen precampañas políticas e ignoran la realidad sindical, modificando la revista acorde a los intereses de la propia empresa. El sindicato luchó para no ser un instrumento de la clase y no ser manipulado por los “charros” (lideres sindicales corruptos); sin embargo, quedó demostrado que la fuerza de los trabajadores a veces no es suficiente (Robles & Gómez, 1997), sobretodo cuando no se cuenta con el apoyo de los medios de comunicación, en este caso, la revista ferroviaria. La solución al conflicto intergremial fue publicada en agosto de 1958 decorosamente con un párrafo corto. Ferronales reivindicó de cierto modo su falta de apoyo al gremio, aunque su carácter estaba totalmente desviado a otros intereses: Resultó electo el señor Demetrio Vallejo Martínez, quien tomó posesión de su cargo como secretario general de la STFRM, el 27 de agosto, para el periodo que concluye el primero de febrero de 1960” . Así fue como mo, al amparo de la ley, se restableció, supuestamente, el orden y la concordia entre el gremio ferrocarrilero”. (Alzaga y Cortes, 2009) Actualmente se cuentan con fuentes que acreditan y narran el proceso del movimiento y los ideales del secretario general. Vallejo recurrió, a falta de apoyo en Ferronales, a publicar artículos en otras revistas, como Siempre!, la cual era muy importante en el ámbito político, y Unificación Ferroviaria, del Sindicato de Trabajadores ferrocarrileros de la Perspectivas en Historia de los Medios
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República Mexicana (STFRM). Esta última poseía un carácter sindical, y era editado por trabajadores ferrocarrileros desde principios de los cuarenta. Posterior a ella surgieron otras revistas como, El Rielero en los sesenta y Democracia Sindical a fines de los ochenta. La postura izquierdista de Unificación Ferroviaria daría pie a un desglose de lo que significó el movimiento Ferrocarrilero de 1958, y a varios de los programas que ejecutó el STFRM para beneficio del propio gremio. En su caso, Ferronales no lo tuvo, puesto que no registra esos eventos, ya que se centraba en dar cuenta de como estaba funcionando el gobierno federal, entre otras cosas. Ferronales se privó de darle voz a uno de los más importantes líderes sindicales del siglo XX, Demetrio Vallejo, aún cuando este personaje fuera encarcelado por 11 años ocho meses poco después de su nombramiento. A pesar de todo, la publicación gozaba de prestigio al exterior, por ejemplo, en la Convención de Editores Ferroviarios celebrada en la ciudad de Minneapolis, Estados Unidos, fue conmemorada por ser uno de los mejores medios de comunicación entre empresa y trabajadores. La relación del Estado con el organo oficial de FNM fue más estrecho conforme trasncurrian los sexenios presidenciales de Adolfo López Mateos (1958-1964), Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), Luis Echeverría (1970-1976). Pero el comienzo de su declive comenzaría con el ejemplar especial de junio de 1980 con el tema de los “Cincuenta años de la revista Ferronales” con el número 600 de edición. Entre sus páginas se presumía la ininterrumpida brega periodística con sus mejores notas y artículos, y frases que decían “Creemos que es el decano de la prensa dentro de su especialidad”, y en la portada sobresalía el símbolo de la bandera nacional mexicana (el águila devorando la serpiente), pintura del artista Víctor Mendizába. Para mediados de los ochenta, Ferronales se imprimía en los talleres del diario El Nacional, antiguo órgano de difusión oficial del partido Revolucionario Institucional (PRI). En sus páginas, además del logo de FNM, aparecían las siglas del Secretaría de Comunicaciones y Transportes, para demostrar el lazo de adhesión. A pesar de los esfuerzos que se hicieron por mantener su vigencia, la empresa resolvió sustituirla de manera paulatina por una publicación más ligera que tuviera contenidos informativos. Así surgiría en mayo de 1991, el boletín Vía, con información de cómo dividirían a FNM para su privatización. Conclusiones A pesar de que la revista no era del propio sindicato de trabajadores, sino de la empresa FNM, su origen radicaba en ser un medio hecho para los trabajadores ferrocarrileros. Sin embargo, sus fines políticos la llevaron a transformarse en una publicación cercana al Estado. La consolidación de la revista, tanto en calidad como en contenido, inició con la colaboración de miembros del gremio, pero sus mejoras estructurales no se debieron al esfuerzo de los trabajadores, es decir, su crecimiento económico y material contaron con el apoyo del presupuesto federal y la afinidad de la empresa y el poder ejecutivo. Hasta finales del siglo XX, FNM era una fuerza importante para el desarrollo nacional, sobretodo en el ámbito de las comunicaciones y el transporte. Esto la convertía en una empresa paraestatal sólida, la cual tenía la facilidad de circular gratuitamente la publicación, no obstante, llegó a costar hasta cuatro pesos la suscripción anual, haciéndola una revista lejana a los ferrocarrileros. En repetidas ocasiones dio voz al partido político que acostumbraba estar en el poder, y en su lugar, silenció por medio de sus ausentes páginas el movimiento genuino de su propia gente, al grado de pensarse más como un órgano oficial que un órgano del personal. Ferronales estuvo al servicio de los distintos gobiernos federales que transcurrieron durante 60 años en México (1930-1990) a pesar de usar con frecuencia un discurso que señalaba no pretender ser vocero de nadie, sino más bien el vaso comunicante del espíritu que la creó. Bibliografía -Alzaga, Oscar y Guadalupe Cortés, (2009) Obras de Demetrio Vallejo. Sociedad Cooperativa Trabajadores de Pascual, pp.558 -Antonio, Alonso, (1972), El movimiento ferrocarrilero en México, Era, México. -Borras, Leopoldo, (1983), Historia del periodismo mexicano del ocaso porfirista al derecho a la información. México, Dirección General de información Universidad Autónoma de México, p.40 -Consejo de la SCT y el Museo Nacional de Ferrocarriles, (1996), Caminos de hierro, presentación, primera edición, México. -Ferronales, Tomo 3, Núm. 2, México, (febrero 1932) -Ferronales, tomo XXVIII, numero 7, (Julio 1958). -Ferronales, “solución al conflicto gremial”, tomo XXVIII, numero 8, México (agosto 1958) -Ramos, Diego (2011), Ferronales y sus 60 años de historia, tesis de licenciatura, Universidad Autónoma de Chiapas, México. -Riverroll Francisco y Alcaraz César (1930) Ferronales, Tomo 1, Núm. 1, México. -Riverroll Francisco y Alcaraz César (1930) Ferronales, Tomo 3, Núm. 6, México. -Robles Jorge y Angel Gómez, (1997). De la autonomía al corporativismo memoria cronológica del movimiento obrero. 1900-1980, atajo editorial. -Hemerografía Completa de Ferronales 1930-1990. (3) Véase Ferronales, “solución al conflicto gremial”, tomo XXVIII, numero 8, (agosto 1958) p.4 * Maestro en Comunicación de la Ciencia y la Cultura, graduado en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). Profesor de Tiempo Completo en la Universidad de Guadalajara Perspectivas en Historia de los Medios
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EL COMERCIO Y LA NACIÓN Reflejos de la nacionalización petrolera mexicana Por Guillermo García Espinosa de los Monteros *
La noticia de la nacionalización de la industria petrolera mexicana fue un tema de primera relevancia en La Nación, de Buenos Aires, y El Comercio, de Lima, dos de los principales diarios de Sudamérica. Llegó a sus portadas generales y a los primeros planos de sus respectivas secciones internacionales, entre el 20 y el 31 de marzo de 1938. Los diarios muestran diferentes acentos. El Comercio exhibe un enfoque particular sobre la política nacionalista de Cárdenas, el movimiento de masas y la reacción de Estados Unidos. La Nación va más por el lado del conflicto diplomático. Los dos reflejan el estallido de un enfrentamiento legal. El Comercio, de Lima, y La Nación, de Buenos Aires, son dos de los más viejos diarios de América latina y aún circulan en esas ciudades. En 1938, eran periódicos de información general que reflejaban los intereses comerciales y agropecuarios de las clases dominantes de la época, así como su vida social y política. En el lapso de referencia, los diarios informaron de los hechos, pero no editorializaron al respecto. El Comercio no tenía un espacio editorial y La Nación, que sí tenía una página editorial, simplemente no dedicó reflexiones sobre el caso. De los 30 a los 40 El mes de marzo de 1938 es el punto de mirada de esta investigación. Pero en un sentido extenso la observación abarca toda una época. El paso de los años 30 a los 40 fue el tiempo de la reconstrucción económica, de la intervención del Estado en la economía, el keynesianismo, los movimientos de masas, las grandes organizaciones productivas y administrativas, la sistematización de la actividad industrial, la diversificación del transporte de combustión interna, las carreteras de asfalto, la primera generación de aeropuertos y vuelos comerciales intercontinentales. Las masas civiles, que habían hecho su aparición en los movimientos obreros del siglo XIX, estuvieron guiadas por la radiofonía. Es la edad de oro de la propaganda política, del cartel de grandes tiradas, los volantes lanzados desde aviones; del cine convertido en vehículo propagandístico. Es la época de la reforma agraria y la nacionalización de la industria petrolera en México. Hay vientos de conflicto como preludio de la Segunda Guerra Mundial. La noticia El 18 de marzo de 1938 el gobierno de México anunció la nacionalización de la industria petrolera. El presidente convocó de urgencia a su gabinete a las siete de la noche y al concluir la reunión después de tres horas, el Departamento Autónomo de Prensa y Publicidad, conocido como DAPP, informó que tras un “acuerdo colectivo” el presi dente Lázaro Cárdenas había firmado el decreto de nacionalización de la industria petrolera. Esa misma noche el mandatario dio un mensaje a la nación que fue difundido en cadena nacional de radio, una práctica que se había arraigado en ese mismo período presidencial (1934-1940), desde que en 1936 fue anunciada la ley de expropiaciones, que reglamentó la “causa de utilidad pública”; los gobiernos locales habían adoptado la práctica, por instrucciones del DAPP, de colocar en plazas públicas megáfonos que retransmitieran la señal radiofónica. El funcionario detrás de Cárdenas en el DAPP era Agustín Arroyo Chávez, un político de Guanajuato que había conocido al presidente en sus años de gobernador de Michoacán, hacia principios de la década de los 30. Ya para entonces, la Secretaría de Relaciones Exteriores contaba con un departamento que se especializaba en asuntos de prensa y disponía de un archivo de recortes del exterior, enviados por consulados y embajadas. La prensa de marzo de 1938 no acababa de adaptar plenamente los servicios fotográficos noticiosos. No había medios de transmisión inmediata de las fotografías; negativos e impresos debían ser enviados por avión. Las técnicas de impresión obligaban a largos procesos de fundición de las placas fotográficas y por eso era raro que fotografías del día fueran publicadas en las portadas, en las primeras planas. El 19 de marzo, El Universal de la ciudad de México publicó a ocho columnas la expropiación de la industria petrolera. La célebre foto del momento en que Cárdenas, en el Palacio Nacional, lee ante el micrófono un mensaje a la nación sobre la expropiación no fue parte de la noticia. La noticia de la nacionalización petrolera en México tuvo repercusiones internacionales inmediatas. El mismo 19 de marzo fue conocida en la ciudad sede de las compañías petroleras estadounidenses. The New York Times la presentó con el título “U.S. Oil properties taken by mexicans” (Propiedades de Estados Unidos tomadas por mexicanos). El texto es de 1.500 palabras repartidas en dos planas, (1) Peredo Castro, Francisco,. Cine y propaganda para Latinoamérica. México y Estados Unidos en la encrucijada de los años cuarenta. , México, UNAM, 2004, págs.. 96-113. (2) La Nación. "Fue nacionalizada la industria del petróleo en Méjico", 20 de marzo de 1938, Buenos Aires, pág. 1. Perspectivas en Historia de los Medios
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con subtítulos en la primera, que destacaron: “British plants are also seized by Cardenas in an order involving $450,000,000. Dollar exchange suspended” (Plantas británicas también son decomisadas por Cárdenas). En el pase, después del título que retoma “U.S. Oil property seized in Mexico”, vienen otras líneas de un sumario: “Oil fight begun two years ago in oil towns. No immediate action by U.S.” (La pelea por el petróleo comenzó hace dos años en pueblos petroleros. No hay acción inmediata de Estados Unidos). Dos días después de la nacionalización, la noticia llegaba a la ciudad sede de las empresas inglesas, Londres. The Times la publicó con el título “Expropriation in Mexico” (Expropiación en México), pero no fue un asunto de primera plana. ¿Cuál fue entonces la reacción en Sudamérica, en ciudades donde la decisión de Cárdenas no puso intereses en juego, donde posiblemente la noticia podría ejercer algún impacto en la opinión pública? Una aproximación a ello podría lograrse mediante la revisión y análisis de las informaciones publicadas en El Comercio y La Nación. Jerarquía de la noticia La noticia de la nacionalización de la industria petrolera en México fue publicada con dos días de retraso en Buenos Aires y Lima, debido a las limitaciones que tenían entonces los servicios de telecomunicaciones. Pero el espacio dedicado en las dos publicaciones indica que los periodistas de la época calibraron los acontecimientos y el momento como un asunto de primera jerarquía en las noticias recibidas el 19 de marzo en los servicios de información del exterior. El Comercio, de Lima, informó del asunto el domingo 20 de marzo en su sección de Noticias Internacionales. La Nación, de Argentina, la presentó en portada en el extremo derecho superior. En ambos periódicos, el acontecimiento recibió un seguimiento puntual durante varias semanas. El interés fue evidente, medido por indicadores básicos de la actividad periodística como la cantidad y dimensión de despachos publicados, la tipografía de los textos, la ubicación en los cuadrantes de los diarios, los recursos para proveerse de notas informativas exclusivas, las fotografías y hasta infografías, poco usuales para la época. En algunos momentos, los hechos quedaron un tanto relegados respecto de los despachos noticiosos desde Europa, con la ocupación nazi de Austria y la ofensiva contra los republicanos en Cataluña. El mismo día de la publicación, la noticia principal en La Nación fue la aprobación de Lituania al restablecimiento de relaciones con Polonia, en momentos en que 100 mil soldados polacos estaban parados en la frontera y había buques de guerra de ese país eslavo frente a las costas lituanas. El Comercio, que sólo ocasionalmente publicaba noticias locales en su portada, porque la dedicaba casi en su totalidad a los anuncios publicitarios, incluyó la misma información sobre Lituania como noticia principal de su sección internacional. Con información de la agencia francesa Havas (hoy llamada Agence France Presse,- AFP) y las estadounidenses Associated Press (AP) y United Press (UP), las sociedades sudamericanas se habían informado acerca de la Revolución Mexicana y los gobiernos surgidos de la guerra civil. Los hechos impactaron en los círculos intelectuales y universitarios de algunas capitales del subcontinente en los años veinte y treinta. El peruano José Carlos Mariátegui (1894-1930), por ejemplo, tuvo una particular fascinación por las acciones anticlericales de Plutarco Elías Calles y por los pasos que dio en la reforma agraria. México y la opinión pública en Sudamérica El despliegue de las informaciones relativas a la industria petrolera sugiere que la opinión pública de la época estaría interesada en el caso, no sólo por su relevancia económica y política, sino también por los precedentes planteados por la historia revolucionaria de México. A los sudamericanos no sólo les interesó la nacionalización petrolera, sino todo el programa político-administrativo de Cárdenas. Periódicos como La Nación, La Prensa, La Argentina y La Tarde de Buenos Aires dieron seguimiento a hechos de la Rrevolución Mexicana desde las épocas de Madero y Carranza. Los acontecimientos mexicanos ya habían sido fijados en ciertos círculos intelectuales con los artículos de opinión del argentino José Ingenieros y los peruanos José Santos Chocano y Mariátegui. Para dos periódicos conservadores, El Comercio y La Nación, el interés de publicar noticias sobre la experiencia nacionalista de un país pudo ser motivo de preocupación en una región donde la propiedad de las tierras agropecuarias tenían ya un alto porcentaje de concentración. Estado de la cuestión Los hechos históricos de América latina han quedado registrados en la prensa diaria de Londres, desde finales del siglo XVIII, y de esto hay numerosos ejemplos en el diario The Times. Las noticias en aquella época circula(3) Secretaría de Relaciones Exteriores. Informes 1934, 1939. (4) Yankelevich, Pablo,. La revolución mexicana en América Latina. Intereses políticos e itinerarios intelectuales,. México,. Instituto Mora,. 2003,. Lima, Amauta, págs. 11-16. (5) Mariátegui, José Carlos,. Temas de nuestra América, págs. 95-98. (6) Yankelevich, op.cit. A lo largo de este ensayo se citan diarios argentinos que se refieren a los revolucionarios mexicanos y los gobiernos sucesivos. (7) Yankelevich, op.cit., págs. 63-79. Perspectivas en Historia de los Medios
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ban con retraso de días, semanas y meses, y la difusión de sucesos en América se triangulaba entre los puertos de Europa y América, especialmente algunos como Nueva York, La Habana y Panamá, donde se hallan los más viejos antecedentes de la prensa cotidiana comercial. En términos generales ha quedado documentado el momento en que las agencias noticiosas de Europa, Havas, Reuters y Wolff, se repartieron el mundo en términos de cobertura y difusión de noticias. El Agency Alliance Treaty (tratado de alianzas de agencias) de 1869 dejó a Havas y Reuters el espacio geográfico sudamericano, aunque a la larga fue la agencia francesa –-la más antigua del mundo, fundada en 1836– - la que dominó la escena informativa en la región, particularmente en el cono sur. En el caso de México, el tratado no tuvo efectos concretos y en consecuencia, la información del extranjero provino de diversas agencias, sobre todo de Estados Unidos y especialmente de la AP. Sobre algunos episodios de la historia mexicana está documentado el registro que hicieron Havas y Reuters del fusilamiento de Maximiliano, vía la prensa de Nueva York. La imagen del presidente Benito Juárez en Francia, entre 1861 y 1867, es uno de los temas estudiados en la prensa francesa. Y como se ha indicado en líneas anteriores, el periodo armado de la Revolución Mexicana y la campaña del Departa mento de Estado estadounidense y la Associated Press dirigida a desprestigiar a los gobiernos posrevolucionarios mexicanos han sido también objeto de análisis histórico y compilaciones en América del Sur. Más aún, se tiene registro de la recepción y el impacto que tuvo en la opinión pública de Bogotá el arribo de Gerzaín Ugarte como embajador de México en 1916. Ugarte fue recibido con expectación, porque las noticias que se tenían entonces sobre la Revolución Mexicana habían sorprendido a la opinión pública local. El interés por la llegada de un nuevo embajador mexicano fue mayor cuando se supo que el representante personal del presidente Venustiano Carranza era uno de los hombres del primer círculo del presidente. La prensa en Lima y Buenos Aires México tiene el privilegio de ser reconocido como el país donde se fundaron los primeros periódicos de América latina, en el siglo XVII. Pero corresponde a Perú tener el diario más antiguo de la región, El Comercio, aún en circulación, y toca a la Argentina el mérito de haber incorporado la figura del corresponsal en el extranjero, en La Nación, donde colaboraron con despachos informativos Rubén Darío y José Martí, entre otros. El Comercio, de Lima, fue fundado en 1839 y La Nación, en 1870. Son dos diarios que en 1938 tenían características similares, no sólo por la base de sustento económico y los intereses de clase representados en su discurso ideológico, sino también por los aspectos técnicos de impresión. Existían diferencias en el concepto periodístico, en el diseño de los diarios y en el manejo de los géneros periodísticos y los despachos noticiosos. El rotativo peruano no había definido entonces un estilo periodístico ni en las notas de información local ni en los despachos del servicio de noticias del exterior, que básicamente reproducía cables de agencias informativas, cubriendo columnas con textos que no recibían ningún tratamiento en su redacción. En el plano de la opinión había en los dos una sección especializada con textos de articulistas que trataban temas políticos –-las más de las veces–, de acontecimientos internacionales y científicos. La Nación incluía el editorial y los artículos de opinión, pero El Comercio sólo presentaba artículos de opinión. El Comercio tenía una primera plana netamente comercial, llena de anuncios clasificados y algunas piezas de publicidad; rara vez desplegaba noticias en la portada y, cuando lo hacía, correspondían al interés local. La Nación, en cambio, contaba con un orden noticioso y gráfico, que, en conjunto, reflejaba un concepto periodístico profesional y estético. Los dos matutinos circulaban en marzo de 1938 en dos cuadernos. El diario limeño cubría con anuncios comerciales y clasificados la portada del primer cuaderno, y en las páginas sucesivas había secciones de noticias locales de Lima, nacionales y regionales de Perú, la página editorial y, al final, de ese primer cuaderno, las noticias internacionales y más anuncios en la contraportada. El segundo cuaderno presentaba las noticias deportivas y sociales. Ocasionalmente en ese mes hubo pequeñas notas sobre temas locales en la portada del primer cuaderno de El Comercio, pero prevalecían los anuncios de ocasión, mezclados con publicidad comercial
(8) Smith Anthony,. La geopolítica de la información, México, Fondo de Cultura Económica, 1984, pág. 77. (9) Díaz Rangel, op.cit., págs. 84-85. La investigación sobre la información de México y sus hechos históricos en la prensa de América latina ha recibido contribuciones relevantes de Eleazar Díaz Rangel, quien además de ser parte de la academia periodística de Venezuela, ha sido varios años director de ÚIltimas Noticias de Caracas, y durante algunos años indagó en hemerotecas de varios países latinoamericanos y en archivos de la Agencia Francesa de Prensa (antes Havas) sobre los procesos informativos internacionales registrados en la prensa de nuestra América. (10) Díaz Rangel, op.cit, págs. 54-55. (11) Portail, Anne Marie,. La opinión sobre Juárez en la prensa europea,. México,. Secretaría Relaciones Extranjeras,. 1994,. págs. 9-10. (12) Díaz Rangel, op. cit, págs. 117-129. Este libro narra pasajes de la historia de los medios de comunicación en América lLatina y ubica con testimonios y notas de prensa las prácticas periodísticas del pasado en esta región y en sus relaciones con el resto del mundo, particularmente las conectadas a la historia de la prensa y la radio. (13) López Portillo Tostado, Felícitas,. México y Venezuela: un recuento de sus relaciones diplomáticas (1910-1958). Caracas, Montalbán, 2002. Ubicación en internet: http://www.accessmylibrary.com/coms2/summary_0286-4137449_ITM. Gerzayn Ugarte fue director del diario El Liberal, que se imprimía en los incautados talleres de El Imparcial. Ugarte viajó con Venustiano Carranza en el tren emboscado en la Sierra Madre Oriental, cuando el presidente trasladaba su gobierno a Veracruz para resistir a los generales sonorenses que desconocieron su investidura en el Plan de Agua Prieta. Para más detalles sobre la presencia de Ugarte en el convoy de Carranza, ver Krauze, Enrique,. "La noche de Tlaxcalantongo,". Letras Libres. Perspectivas en Historia de los Medios
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Los dos diarios se destacaban ya como los principales de sus respectivas localidades y ambos contenían todos los elementos noticiosos de la prensa moderna, impresa en una rotativa capaz de producir decenas de miles de ejemplares en cuatro o cinco horas. Prevalecía la impresión en blanco y negro y las imágenes de publicidad eran generalmente grabados, aunque ya había fotografías, tanto publicitarias como noticiosas. En el caso de El Comercio, la tipografía no era uniforme y había textos en itálicas, versalitas, negras y redondas, sin ton ni son. El contenido de texto también confirmaba el carácter contemporáneo de El Comercio, con notas de los géneros periodísticos informativos, dedicados a dar “hechos súbitos e imprevistos”, pero a diferencia de La Nación, noaprovechaba la noticia como el valor de cambio del periódico, como el objeto de la mercancía. En los dos diarios, los textos del género periodístico informativo no eran atribuidos a reporteros, si acaso firmados como servicio "“especial"”. Los articulistas de opinión eran los sujetos destacados en cada edición. Las noticias sobre el extranjero en El Comercio no se publicaban en primera plana. Había una sección especialmente dedicada a ello en la segunda parte del cuaderno principal del diario, detrás de las locales, regionales y nacionales. En la primera parte destacaban las notas sobre gobierno y política, desarrollo urbano, crimen y violencia. No había una diagramación uniforme ni una organización temática de las planas que conformaban las secciones. Al parecer, los textos informativos cubrían las columnas de forma suplementaria para los espacios de publicidad. Las notas de la sección Internacional eran publicadas bajo el título general de "Informaciones del exterior (servicio de nuestros corresponsales)”. Había notas de un párrafo o unas 50 palabras, pero por lo general los reportes tenían de 200 a 250 palabras y pocas veces del medio millar o más. El género noticioso internacional ya cumplía con requerimientos de precisión, atribución de fuentes, contexto. La alusión a “fuentes gubernamentales”, “fuentes empresariales”, “fuentes dignas de todo crédito” y otras fórmulas revela en los despachos de las agencias AP y UP –sobre todo–- la práctica periodística estadounidense instaurada en el gobierno de Franklin D. Roosevelt, de atribuir información a fuentes identificadas en términos genéricos. En contraste, los despachos locales de La Nación y El Comercio eran de una redacción más bien coloquial, que da por sentado el conocimiento de antecedentes y factores relacionados de las noticias. En el periódico limeño, y en menor medida en el porteño, la brevedad de los textos de noticias del extranjero y la provincia peruana evidenciaba austeridad de lenguaje, lo que era una necesidad en las comunicaciones cablegráficas. La nacionalización del petróleo en La Nación de Buenos Aires El asunto fue tema de primera plana tres días seguidos en La Nación y entre el 20 y 31 de marzo hubo seis notas más en la sección Internacional. El conjunto de títulos de las notas periodísticas resume el momento y los factores que se integraron al conflicto, desde los puntos de vista económico, jurídico, político y diplomático. El anuncio de Cárdenas de expropiar los bienes de "“17 empresas británicas y norteamericanas"” fue presentado el 20 de marzo con una cobertura "“especial"” desde Washington, adicional a los servicios de las agencias AP y Havas (identificada con una H), fechados en la ciudad de México. Varios textos desplegados muestran que La Nación contaba entonces con proveedores de información adicional al de las agencias de noticias de Estados Unidos y Europa. Llevaban la denominación "“especial"” y provenían de Nueva York, Washington, Londres, Berlín y Santiago, lo cual evidencia la existencia de una red de corresponsales geopolíticamente organizada, con cobertura en capitales y ciudades de potencias mundiales, así como en el país vecino, Chile. Los corresponsales rara vez eran identificados, y cuando así sucedía, el nombre aparecía al final del texto. A La Nación se le reconoce el mérito de haber iniciado en América latina los servicios de un corresponsal permanente. El primero de ellos fue designado en 1879, según lo anunció el propio diario en las páginas de la publicación. Se trataba de Emilio Castelar, nacido en España, quien durante su exilio en América también redactó textos para El Monitor Republicano de México. Con esos antecedentes, se puede afirmar que los lectores de La Nación en 1938 no eran ajenos a los servicios "especiales”. Así, en el seguimiento noticioso de la nacionalización de la industria petrolera mexicana, los lectores de este periódico pudieron tener un seguimiento de la postura diplomática estadounidense, vía el Departamento de Estado y sus "“altos funcionarios”. La presentación de reportes propios que midieron el pulso de Washington fue algo que ni siquiera los dos principales diarios mexicanos de la época, Excélsior y el Universal, ofrecieron a sus lectores. El redactor que reportó desde Washington en marzo de 1938 no es identificado en las planas del diario. Su cobertura se basa en conferencias de prensa convocadas por el Departamento de Estado, y en términos comparativos con El Comer-
(14) Smith, Anthony. La geopolítica de la información,. México, Fondo de Cultura Ecónomica,. 1984. El concepto de hecho súbito e imprevisto refiere a la definición de Julius Reuter, fundador de la agencia que lleva su nombre. (15) La experiencia internacional muestra que la ética periodística se transforma en práctica cuando los reporteros y sus fuentes asumen reglas de trato. Éstas no fueron resultado de acciones casuales o aisladas, sino de un proceso de formulación progresiva, que fue del interés de los periodistas y, primeramente, de las fuentes (Schudson, 1978). Reglas de trato, como las entrevistas off the record y para background, son legado del news management introducido por el gobierno de Woodrow Wilson (Schudson, 1978), padre de la ciencia de la administración pública y presidente de Estados Unidos entre 1912 y 1920, que se propuso controlar el surgimiento de la prensa liberal, que en esa época buscaba mayor objetividad y credibilidad del público estadounidense (Weaver, 1975). Así surgió entre los reporteros estadounidenses el manejo de fuentes anónimas (muchas de ellas dentro de las élites del mismo gobierno), una práctica ética basada en la confianza entre las dos partes, que originó el derecho de los periodistas al secreto profesional (International Press Institute, 1960), es decir, al derechos de los reporteros a no revelar sus fuentes de información. Perspectivas en Historia de los Medios
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cio, los mensajes son iguales en el fondo, aunque varían en la forma de su redacción y en el enfoque, puesto que en La Nación el eje del conflicto es la relación diplomático-política y la negociación económico-jurídica. Por ejemplo, se tiene que el 22 de marzo de 1938, el diario de Buenos Aires publicó que “los más altos funcionarios de la diplomacia” estadounidense “comienzan a reaccionar públicamente” sobre la decisión mexicana de nacionalizar la industria petrolera en México. Ese día, la cabeza de la nota, en tipografía versalitas, decía: “Estudia la Unión el conflicto petrolero en Mejico (sic)”. El sumario señalaba: tanto en Washington como en Londres se espera una solución satisfactoria. El secretario de Estado, Cordell S. Hull, y el subsecretario Summer Welles se reunieron para analizar la problemática política y jurídica derivada de la decisión de Cárdenas. Pero así como informó de los pormenores diplomáticos desde Washington, La Nación relató las bases del conflicto en los demás terrenos: así lo resume la lectura de las cabezas que utilizó para cada texto, en nueve días. El domingo 20 de marzo, publicó en versalitas la noticia que habría de activar la atención sobre México, utilizando como proveedor de texto a la AP: “Fue nacionalizada la industria del petróleo en México”. En los días anteriores del mismo mes, México no había estado presente en las páginas del diario, en lo más mínimo, pero el domingo ocupaba la posición principal, en ausencia de una nota de ocho columnas, con una sola columna en el extremo derecho, con tres sumarios y caída del texto a lo largo de la plana. En el sumario se abundaba: “El gobierno dio un decreto de expropiación de 17 empresas extranjeras. No hubohuelga. La unión espera informaciones completas para fijar su actitud. Reserva de Mr. Hull”. Al día siguiente, en el comienzo de la primavera boreal y del invierno austral, reportó con un despacho de la AP: “Se hallan en poder de los obreros las empresas de México”. La noticia se mantuvo en una de las posiciones principales, centrada, debajo del cabezal. El 22 abordó el giro diplomático y el 23 da cuenta de la acción de las empresas: los petroleros de México pidieron apoyo de la unión. La referencia a "los petroleros” tiene que ver con las compañías estadounidenses expropiadas, entre ellas la Standard Oil de Nueva Jersey. El concepto "la Unión" implica el gobierno de Estados Unidos. El informe da cuenta de que los petroleros, en una nota enviada al Departamento de Estado, afirman que la expropiación decretada por Cárdenas el 18 de marzo "es la más flagrante violación a los derechos de propiedad, en el orden jurídico internacional, que registra la historia”. Los empresarios abordaron en aquella nota remitida al jefe de la diplomacia estadounidense el conflicto propagandístico que desencadenó la nacionalización. "Además, las empresas manifiestan que el gobierno mexicano ha dado instrucciones a la prensa de su país para que no publiquen nada favorable a las compañías o a los intereses de los Estados Unidos”. El 24 de marzo ofrece una muestra de las repercusiones en la sociedad mexicana, la movilización de las masas en torno al gobierno y la decisión de expropiar refinerías y oficinas para saldar la deuda de las empresas con los trabajadores, lo que fue en sí el origen del conflicto, dos años antes; la cabeza indicó: “México celebró la resolución tomada sobre el petróleo”. El sumario puntualizó: “Grandes manifestaciones populares aclaman al presidente Cárdenas”. Un cable de la AP, agregado a la columna de informaciones referidas al conflicto, aborda el tema de las indemnizaciones a las empresas extranjeras, que se habría de convertir con el tiempo en uno de los asuntos centrales de la disputa entre el gobierno y las empresas. Destaca una propuesta de la “Confederación de Obreros Mejicanos” (seguramente se refería a la Confederación de Trabajadores de México) en el sentido de crear un impuesto especial para el pago de los 400 millones de dólares que valía la propiedad incautada. El sábado 26 de marzo, el dinero ocupa ya el centro de atención: “Méjico busca los recursos para las indemnizaciones”, según tituló La Nación. Y efectivamente, el secretario de Hacienda, Eduardo Suárez, comienza a hablar de la posibilidad de que el gGobierno emita títulos de deuda pública. Ese mismo día se da una señal de cómo preocupó en el momento la posibilidad de que otros países tomaran decisiones similares a las de México. Sobre el temor de ese posible contagio apunta una nota pequeña en La Nación. Al final de la columna sobre México hay un despacho de la AP fechado en Londres que señala que la compañía petrolera anglo-ecuatoriana advirtió que los problemas que tiene esta empresa en el país sudamericano no son "“comparables"” con los de las empresas inglesas y estadounidenses en México. Esto sirve como evidencia de cómo cimbró la decisión del presidente Lázaro Cárdenas los ánimos empresariales en la región, particularmente en el sector petrolero, dominado por ingleses y estadounidenses. Hacia el día 27, se confirma que el gobierno de México emitirá bonos de deuda interna por 100 millones de dólares. En los siguientes tres días, Estados Unidos anuncia que a partir del 1° de abril dejará de comprar plata mexicana hasta nuevo aviso. Esta situación deteriora aún más las condiciones del peso frente al dólar. La cotización de la divisa estadounidense al final del mes llega a 4,50, pero el 30 de marzo estuvo a la compra en 5,15, antes del cierre de actividades; antes de la nacionalización, el dólar estaba a 3,60. Funcionarios mexicanos consultados por la AP creen que Washington decidió suspender la compra de plata mexicana por presiones de Londres y acelerar de esa manera el desequilibrio de la moneda mexicana frente al dólar. (16) La Nación. “"En la Unión se propone un nuevo impuesto para la carne”", pág. 3,. Alberto Caprile. (17) Díaz Rangel, Eleazar,. La información internacional en América Latina,. Caracas, Monte Ávila Editores, 1991, págs. 44-45. La tradición del corresponsal exclusivo en los diarios se remonta a 1807, con la experiencia de The Times (pág. 49). Perspectivas en Historia de los Medios
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No obstante la afectación de las inversiones estadounidenses, la diplomacia de Washington se mostró públicamente convencida de que la decisión de Cárdenas contaba con respaldo público y que sólo quedaba la acción legal en tribunales y la negociación de las indemnizaciones. Los petroleros no sólo declararon su inconformidad con la medida expropiatoria, sino que además acudieron al Departamento de Estado para presionar por sus intereses. Finalmente, el gobierno estadounidense respondió a los reclamos de los empresarios y presentó una nota diplomática de protesta ante el gobierno mexicano, según quedó consignado en la edición del matutino porteño del día 31. La nacionalización del petróleo en El Comercio, de Lima Del domingo 20 al 31 de marzo de 1938, El Comercio, de Lima, publicó nueve notas, diez si considera un breve despacho en el vespertino de esa publicación, el 25 de marzo. Antes del periodo de referencia, el periódico limeño publicó algunas noticias relativas a manifestaciones del movimiento obrero y hubo al menos un par de anuncios de películas rancheras mexicanas, en exhibición en salas cinematográficas de la capital peruana. A diferencia de La Nación, el rotativo limeño dejó recaer en la UP la responsabilidad de informar desde México, Washington y Londres. También en contraste con el periódico de la ciudad de Buenos Aires, el conjunto de títulos publicados no ofrece un panorama de continuidad y precisión, sino más bien una selección fortuita, con un pobre concepto periodístico. La secuencia de notas muestra cambios súbitos, un proceso de formación de la idea del presente, pero exhibe descuidos en el uso del lenguaje. El 20 de marzo, por ejemplo, la cabeza de la nota fue “el presidente de México expropiará las compañías petroleras” y el sumario indicaba que el decreto afectaba a inversiones norteamericanas y de otros países, que suman 400 millones de libras. La conjugación del verbo “expropiar” en futuro hace inexacta la información desde el punto de vista factual, dado que la noche del 18 de marzo se firmó el decreto de expropiación. En la secuencia histórica, se puede observar que las cabezas y los sumarios repiten datos, un mal aprovechamiento del espacio escaso que hay en la prensa. Tal es el caso de la referencia a los 400 millones de libras, que en realidad eran dólares, y que volverá a utilizar El Comercio en notas de días posteriores. El 22 de marzo, el sindicalista Vicente Lombardo Toledano es presentado en un retrato de perfil, descripto como "líder mexicano”. El pie de foto revela el conflicto de comunicación internacional desa tado por la nacionalización petrolera. “En la reciente convención del partido laborista más poderoso de México, CTM, Vicente Lombardo Toledano atacó acervamente a la prensa y a los capitalistas extranjeros de México. En la convención tomaron parte más de 2.000 uniones”. El diario Evening Star de Washington planteó el 22 de marzo que la nacionalización petrolera en México es "el primer desafío" a la política del buen vecino del presidente Roosevelt y, al día siguiente, El Comercio publica un despacho de la agencia UP con la reseña. El análisis político formula inquietudes que tarde o temprano son tomadas en cuenta por el gobierno estadounidense, pero que no fueron totalmente apoyadas en el congreso, donde un representante de apellido Voorhis, expresó su extrañeza de por qué México no podría tener derecho a tomar posesión y control de sus recursos naturales. La información del 28 de marzo, un cable de la UP fechado en Washington, muestra que las petroleras comienzan a enviar mensajes y, sin citar fuentes específicas, sostiene que las empresas estadounidenses no están dispuestas a aceptar el monto de la indemnización; esta cifra no se cita en esta noticia, pero se sabía entonces que el valor de las inversiones de las 17 empresas expropiadas estaba fijado en 400 millones de dólares. En el periodo estudiado en las páginas de El Comercio, los despachos de la UP reflejan preponderadamente el punto de vista de empresas y funcionarios del gobierno estadounidense, auún cuando estuvieron fechadas en México. Conclusiones El conjunto de notas publicadas en El Comercio y La Nación del 20 al 30 de marzo de 1930 son una muestra de cómo un hecho noticioso originado en México tuvo repercusiones en la prensa de Lima y Buenos Aires, como antes –-según se ha documentado con otras investigaciones–- impactaron los sucesos del periodo armado de la revolución y las decisiones de política de presidentes como Plutarco Elías Calles. Estas muestras hemerográficas son evidencia empírica de cómo México se hizo presente en el proceso de comunicación internacional en 1938. El conocimiento detallado y comparativo de la publicación de una noticia de trascendental importancia para México –-y sus reacciones–- en El Comercio, de Lima, y La Nación, de Buenos Aires, también pretende contribuir a la documentación histórica del periodismo latinoamericano, con 19 piezas periodísticas que reflejan el modo de informar en aquella época, con una particular mirada en los proveedores de información de los diarios: la United Press, en el caso de El Comercio, y la Associated Press, Havas y los servicios propios de corresponsales, por lo que toca a La Nación. La Nación, para entonces, tenía como producto central de venta a las noticias. En contraste, El Comercio llevó hasta las páginas especializadas en temas internacionales los despachos sobre el hecho y sus efectos, pero en ningún momento los desplegó en primera plana, desplazando a su principal producto de venta de entonces, es decir, los anuncios comerciales; en la sección internacional del diario limeño las noticias mexicanas no siempre fueron más relevantes que los acontecimientos del preludio de la Segunda Guerra Mundial. Para dar la noticia de la nacionalización petrolera, El Comercio utilizó un cable de la United Press, Perspectivas en Historia de los Medios
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mientras que La Nación recurrió a un texto de la Associated Press; es notable que el martes 22 el diario bonaerense publicó reacciones desde Washington, escritas en exclusiva con la denominación "servicio especial”, un privilegio que ni siquiera los dos principales diarios de la ciudad de México, Excélsior y El Universal, pudieron compartir con sus lectores. Aunque después de los primeros reportes noticiosos los dos periódicos sudamericanos cubrieron las secuelas de la decisión del presidente Cárdenas, El Comercio fue mucho más puntual en el seguimiento de las reacciones, hasta terminar marzo, e incluso publicó fotografías de personalidades políticas como Vicente Lombardo Toledano y una infografía sobre el petróleo en México, lo que era prácticamente inusual. A pesar de ese seguimiento, el concepto periodístico del diario limeño ofrece un pobre concepto periodístico, mientras que La Nación proyecta una idea de conjunto del conflicto, con un particular énfasis en el tema diplomático. En ninguno de los dos diarios hubo artículos de opinión firmados o comentarios editoriales, pero las cabezas y los sumarios reflejan el impacto noticioso de la decisión y la firmeza del gobierno mexicano. La extensión dedicada a los reportes, comparada con otros temas, muestra el interés generado por el hecho y sus secuelas, a los ojos de dos sociedades que poco tiempo después serían gobernadas con proyectos populares y nacionalistas, primero en la Argentina y después en el Perú. * Redactor de La Jornada, miembro de la Red de Historiadores de la Prensa.
Bibliografía -Gomís, Lorenzo, Teoría del periodismo, México, Paidós, 1992. Mariátegui, José Carlos, Temas de nuestra América, Lima, Amauta, 1988,. 10ª edición. -Mayte Sánchez Lozano, Polonia en la prensa de la capital mexicana, septiembre de 1939, en Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México,. Instituto de Investigaciones Históricas, volumen 10, documento 130, primera parte, volumen 10. URL en internet: - López Portillo Tostado, Felícitas, México y Venezuela: un recuento de sus relaciones diplomáticas (1910-1958),. Caracas, 2002, Montalbán. URL en internet: http://www.accessmylibrary.com/coms2/summary_0286-4137449_itm -Smith, Anthony, La geopolítica de la información, México, Fondo de Cultura Económica, 1984. -Portail, Anne. Marie., La opinión sobre Juárez en la prensa, México, Secretaría de Rrelaciones Eexteriores, 1994. -Díaz Rangel, Eleazar, La información internacional en América latina, Caracas,. Monte Ávila Editores,. 1991. Primera edición. -Yankelevich,. Pablo, La revolución mexicana en América latina. Intereses políticos e itinerarios intelectuales, México,. Instituto Mora,. 2003. Centros de documentación consultados: Hemeroteca de la ciudad de Buenos Aires. Hemeroteca de la ciudad de Lima. Biblioteca México, ciudad de México. Hemeroteca electrónica de The New York Times. Hemeroteca electrónica de The Times.
(18) Leñero, Vicente y Marín, Carlos,. Manual de periodismo,. México,. Grijalbo,. 1988, págs. 15-36. (19) Gomís, Lorenzo,. Teoría del periodismo,. México, Paidós, 1992. En esta obra, Gomís propone una teoría del periodismo que define esta actividad como la construcción del presente.
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DATOS
CONGRESOS Y JORNADAS EN 2017 XVIII Congreso de Periodismo Digital de Huesca Del 9 y 10 de marzo. Sede: Palacio de Congresos de Huesca, España. http://www.congresoperiodismo.com/noticias_detall e.asp?idNoticia=95&portada=1
VIII Encuentro Pan-Americano de Ciencias de la Comunicación (PANAM-2017) y el X Congreso Internacional de la Unión Latina de Economía Política de la Información, la Comunicación y la Cultura (ULEPICC – 2017) Del 12 al 14 de julio Sede de CIESPAL en Quito, Ecuador http://ciespal.org/congresosyseminarios/20471/ Congreso Internacional de Comunicación de La Asociación Internacional de Estudios en Comunicación Social (IAMCR/AIECS): “Transformación de la cultura, la política y la comunicación: Nuevos medios, territorios y discursos”. Del el 16 y el 20 de julio, en Cartagena, Colombia. http://cartagena2017.iamcr.org/.
Primera Cumbre Iberoamericana de Comunicación Estratégica (CIBECOM) Del 5 al 7 de abril. Organiza: CIBECOM http://cibecom.lat
Congreso Mundial de Estudiantes de Comunicación 2017 4 al 8 de octubre Hotel Oasis Cancún, Cancún, México https://www.facebook.com/ForoComunicacion/
9no. Foro Internacional de Periodismo Digital y 4to. Encuentro de Narrativas Transmedia de Rosario. Del 19 y 20 de abril. Sede: Universidad de Rosario http://www.fpdrosario.com.ar/
XVI Encuentro Latinoamericano de FELAFACS 2017: "Re-Evolución: Mundos Reales y Virtuales en la Comunicación y el Periodismo" Del 18 y 20 de Octubre Organizado por la Escuela de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV). www.felafacs2017.ucv.cl XXIII Congreso Internacional de la Sociedad Española de Periodística. “Mediamorfosis. Perspectivas sobre la innovación en periodismo”. 9 y 10 de junio Universidad Miguel Hernández de Elche, Alicante España http://periodismo.umh.es
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